------------------------Ellen G. de White Escritos (Biografía) NB 5 1 Notas biográficas de Elena G. de White MV 4 1 Elena de White: Mujer de Visión EGWE 5 1 Elena G. de White en Europa ------------------------Notas biográficas de Elena G. de White NB 5 1 Prefacio NB 19 1 Capítulo 1 -- Mi infancia NB 22 1 Capítulo 2 -- Mi conversión NB 29 1 Capítulo 3 -- Luchando contra la duda NB 36 1 Capítulo 4 -- Comienzo de mis actividades públicas NB 48 1 Capítulo 5 -- Mi separación de la iglesia NB 60 1 Capítulo 6 -- La desilusión de 1843-44 NB 71 1 Capítulo 7 -- Mi primera visión NB 76 1 Capítulo 8 -- Llamada a viajar NB 81 1 Capítulo 9 -- Oraciones contestadas NB 84 1 Capítulo 10 -- Actividades en New Hampshire NB 93 1 Capítulo 11 -- Haciendo frente al fanatismo NB 103 1 Capítulo 12 -- El sábado del señor NB 106 1 Capítulo 13 -- Matrimonio y actividades conjuntas NB 114 1 Capítulo 14 -- Lucha con la pobreza NB 120 1 Capítulo 15 -- Actividades en el oeste de Nueva York en 1848 NB 127 1 Capítulo 16 -- Una visión del sellamiento NB 131 1 Capítulo 17 -- Providencias alentadoras NB 137 1 Capítulo 18 -- Principios de la obra de publicaciones NB 142 1 Capítulo 19 -- Visitando a la Grey esparcida NB 149 1 Capítulo 20 -- De nuevo a la obra de publicaciones NB 156 1 Capítulo 21 -- En Rochester, Nueva York NB 162 1 Capítulo 22 -- Avanzando bajo dificultades NB 172 1 Capítulo 23 -- Traslado a Míchigan NB 176 1 Capítulo 24 -- Actividades en el medio oeste: 1856-1858 NB 181 1 Capítulo 25 -- Pruebas personales NB 184 1 Capítulo 26 -- Combatiendo las enfermedades NB 191 1 Capítulo 27 -- Conflictos y victorias NB 197 1 Capítulo 28 -- Entre las iglesias de Nueva Inglaterra NB 202 1 Capítulo 29 -- Reclamando a los perdidos NB 210 1 Capítulo 30 -- Viajando por el camino angosto NB 214 1 Capítulo 31 -- Los que llevan cargas NB 217 1 Capítulo 32 -- Un sueño solemne NB 224 1 Capítulo 33 -- Obra misionera NB 230 1 Capítulo 34 -- Planes más amplios NB 233 1 Capítulo 35 -- A todo el mundo NB 239 1 Capítulo 36 -- La circulación de la página impresa NB 242 1 Capítulo 37 -- Actividades públicas en 1877 NB 252 1 Capítulo 38 -- Visita a Oregon NB 259 1 Capítulo 39 -- De un estado a otro NB 266 1 Capítulo 40 -- Una visión del juicio NB 273 1 Capítulo 41 -- La muerte del pastor Jaime White NB 282 1 Capítulo 42 -- Fortaleza bajo la aflicción NB 289 1 Capítulo 43 -- Restauración de la salud NB 295 1 Capítulo 44 -- Trabajo con la pluma y la palabra NB 309 1 Capítulo 45 -- Actividades en el centro de Europa NB 320 1 Capítulo 46 -- Actividades en Gran Bretaña y Escandinavia NB 339 1 Capítulo 47 -- En confirmación de la confianza NB 350 1 Capítulo 48 -- Peligro de adoptar directivas mundanas en la obra de Dios NB 363 1 Capítulo 49 -- Allende el pacífico NB 377 1 Capítulo 50 -- El primer congreso campestre en Australia NB 383 1 Capítulo 51 -- El colegio de Avondale NB 415 1 Capítulo 52 -- A través del sur rumbo al congreso de la Asociación General de 1901 NB 425 1 Capítulo 53 -- En la capital de Estados Unidos NB 437 1 Capítulo 54 -- En el sur de California NB 446 1 Capítulo 55 -- El terremoto de San Francisco NB 456 1 Capítulo 56 -- En el congreso de la Asociación General de 1909 NB 466 1 Capítulo 57 -- Labores finales NB 482 1 Capítulo 58 -- La última enfermedad NB 493 1 Capítulo 59 -- El servicio fúnebre de Elmshaven NB 500 2 Capítulo 60 -- Un servicio a la memoria de la Sra. White en Richmond NB 507 1 Capítulo 61 -- Los servicios fúnebres de Battle Creek ------------------------Prefacio NB 5 1 La historia de la experiencia cristiana relativa a los primeros años de la Sra. Elena G. de White y el relato de sus labores públicas, fueron publicados por primera vez en 1860, en un pequeño volumen de trescientas páginas titulado Mi experiencia cristiana, mis opiniones y mis actividades en relación con el surgimiento y el progreso del mensaje del tercer ángel. NB 5 2 Esta narración de su vida y actividades hasta 1860 fue ampliada por ella misma, y se volvió a publicar en 1880 como parte de una obra mayor titulada Life Sketches of James White and Ellen G. White. Este libro, así como la autobiografía anterior, han estado agotados por mucho tiempo. NB 5 3 En este volumen se encontrará, narrada por su autora, una breve historia de los días de su niñez, su conversión y su experiencia cristiana de los primeros tiempos en relación con el gran movimiento que proclamó la segunda venida entre 1840 y 1844. Ella cuenta de manera vívida las aflicciones y los gozos de su ministerio juvenil en los años siguientes. Describe las pruebas, las luchas y los éxitos que coronaron las labores de unas pocas personas sinceras, y mediante cuyos esfuerzos surgieron las iglesias que más tarde se unieron para formar la Iglesia Adventista del Séptimo Día. NB 5 4 La autora nos relata sus más extensos viajes y sus labores relacionadas con su esposo, el pastor Jaime White. Comienza con su casamiento en 1864, y termina con la muerte de su esposo en 1881. NB 6 1 La historia de su vida la continúa C. C. Crisler en el capítulo 42, quien, con la ayuda del hijo de la Sra. de White, W. C. White y D. E. Robinson, completó la biografía. NB 6 2 Muchos incidentes interesantes de sus viajes y actividades son narrados brevemente en los capítulos finales, a fin de dar algunas de sus declaraciones más inspiradoras e instructivas relacionadas con el desarrollo de la experiencia cristiana, y el deber que todo seguidor de Cristo tiene de ser un verdadero discípulo de Aquel que dio su vida por la salvación del mundo. Las páginas finales presentan un relato de su última enfermedad y del servicio fúnebre en su honor. NB 6 3 Puede decirse con toda certeza de la Sra. White: "Hizo cuanto pudo". La suya fue una vida llena de inspiración para todos aquellos que se hallan empeñados en la tarea de la salvación de las almas. Los editores ------------------------Capítulo 1--Mi infancia NB 19 1 Naci en Gorham, población del Estado de Maine, Estados Unidos, el 26 de noviembre de 1827. Mis padres, Roberto y Eunice Harmon, residían desde hacía muchos años en dicho Estado. Desde muy jóvenes fueron fervorosos y devotos miembros de la Iglesia Metodista Episcopal, en la que ocuparon cargos importantes, pues trabajaron durante un período de cuarenta años por la conversión de los pecadores y el adelanto de la causa de Dios. En ese tiempo tuvieron la dicha de ver a sus ocho hijos convertirse y unirse al redil de Cristo. Infortunio NB 19 2 Siendo yo todavía niña, mis padres se trasladaron de Gorham a Portland, también en el Estado de Maine, donde a la edad de nueve años me ocurrió un accidente cuyas consecuencias me afectaron por el resto de mi vida. Atravesaba yo un terreno baldío en la ciudad de Portland, en compañía de mi hermana gemela y de una condiscípula, cuando una muchacha de unos trece años, enfadada por alguna cosa baladí, nos tiró una piedra que vino a darme en la nariz. El golpe me dejó tirada en el suelo, sin sentido. NB 19 3 Al recobrar el conocimiento me encontré en la tienda de un comerciante. Un compasivo extraño se ofreció a llevarme a mi casa en un carruaje. Yo, sin darme cuenta de mi debilidad, le dije que prefería ir a pie. Los circunstantes no se imaginaban que la herida fuera tan grave, y consintieron en dejarme ir. Pero a los pocos pasos desfallecí, de modo que mi hermana gemela y mi condiscípula hubieron de transportarme a casa. NB 20 1 No tengo noción alguna de lo que ocurrió por algún tiempo después del accidente. Según me dijo luego mi madre, transcurrieron tres semanas sin que yo diese muestras de conocer lo que me sucedía. Tan sólo mi madre creía en la posibilidad de mi restablecimiento, pues por alguna razón ella abrigaba la firme esperanza de que no me moriría. NB 20 2 Al recobrar el uso de mis facultades, me pareció que despertaba de un sueño. No recordaba el accidente, y desconocía la causa de mi mal. Se me había dispuesto en casa una gran cuna, donde yací por muchas semanas. Quedé reducida casi a un esqueleto. NB 20 3 Por entonces empecé a rogar al Señor que él me preparase para morir. Cuando nuestros amigos cristianos visitaban la familia, le preguntaban a mi madre si había hablado conmigo acerca de mi muerte. Yo entreoí estas conversaciones, que me conmovieron y despertaron en mí el deseo de ser una verdadera cristiana; así que me puse a orar fervorosamente por el perdón de mis pecados. El resultado fue que sentí una profunda paz de ánimo y un amor sincero hacia el prójimo, con vivos deseos de que todos tuviesen perdonados sus pecados y amasen a Jesús tanto como yo. NB 20 4 Muy lentamente recuperé las fuerzas, y cuando ya pude volver a jugar con mis amiguitas, hube de aprender la amarga lección de que nuestro aspecto personal influye en el trato que recibimos de nuestros compañeros. Mi educación NB 21 1 Mi salud parecía irremediablemente quebrantada. Durante dos años no pude respirar por la nariz, y raras veces pude asistir a la escuela. Me era imposible estudiar y no podía acordarme de las lecciones. La misma muchacha que había sido causa de mi desgracia fue designada por la maestra como instructora de la sección en que yo estaba, y entre sus obligaciones tenía la de enseñarme a escribir y darme clases de otras asignaturas. Siempre parecía sinceramente contristada por el grave daño que me había hecho, aunque yo tenía mucho cuidado de no recordárselo. Se mostraba muy cariñosa y paciente conmigo, y daba indicios de estar triste y pensativa al ver las dificultades con que yo tropezaba para adquirir una educación. NB 21 2 Tenía yo un abatimiento del sistema nervioso, y me temblaban tanto las manos que poco adelantaba en la escritura y no alcanzaba más que a hacer sencillas copias con caracteres desgarbados. Cuando me esforzaba en aprender las lecciones, parecía como si bailotearan las letras del texto, mi frente quedaba bañada con gruesas gotas de sudor, y me daban vértigos y desmayos. Tenía accesos de tos sospechosa, y todo mi organismo estaba debilitado. NB 21 3 Mis maestras me aconsejaron que dejase de asistir a la escuela y no prosiguiese los estudios hasta que mi salud mejorase. La más terrible lucha de mi niñez fue la de verme obligada a ceder a mi flaqueza corporal, y decidir que era preciso dejar los estudios y renunciar a toda esperanza de obtener una preparación. ------------------------Capítulo 2--Mi conversión NB 22 1 En Marzo de 1840 el Sr. Guillermo Miller vino a Portland para dar una serie de conferencias sobre la segunda venida de Cristo. Estas conferencias produjeron grandísima sensación. La iglesia cristiana de la calle Casco, donde se las presentó, estuvo colmada de gente noche y día. No se produjo una conmoción alocada, sino el ánimo de cuantos las escucharon se sobrecogió solemnemente. Y el interés por el tema no sólo se despertó en la ciudad, sino que de toda la comarca llegaban día tras día multitudes que se traían la comida en cestos y se quedaban desde la mañana hasta que terminaba la reunión de la tarde. NB 22 2 Yo asistía a esas reuniones en compañía de mis amigas. El Sr. Guillermo Miller exponía las profecías con tal exactitud que llevaba el convencimiento al ánimo de los oyentes. Se extendía especialmente en la consideración de los períodos proféticos y presentaba muchas pruebas para reforzar sus argumentos; y sus solemnes y enérgicas exhortaciones y advertencias a quienes no estaban preparados, subyugaban por completo a las multitudes. Primeras impresiones NB 22 3 Cuatro años antes de esto, en mi camino a la escuela, yo había recogido un trozo de papel en el que se mencionaba a un hombre de Inglaterra que estaba predicando en su país que la tierra sería consumida aproximadamente treinta años a partir de entonces. Yo llevé esa hoja de papel y se la leí a mi familia. Al considerar el acontecimiento predicho me vi poseída de terror; parecía tan corto el tiempo para la conversión y la salvación del mundo. Me impresioné tan profundamente por el párrafo del trozo de papel, que apenas pude dormir durante varias noches, y oraba continuamente para estar lista cuando viniera Jesús. NB 23 1 Se me había enseñado que ocurriría un milenio temporal antes de la venida de Cristo en las nubes del cielo; pero ahora escuchaba el alarmante anunció de que Cristo venía en 1843, a sólo breves años en lo futuro. Un reavivamiento espiritual NB 23 2 Se empezaron a celebrar reuniones especiales para proporcionar a los pecadores la oportunidad de buscar a su Salvador y prepararse para los tremendos acontecimientos que pronto iban a ocurrir. El terror y la convicción se difundieron por toda la ciudad. Se realizaban reuniones de oración, y en todas las denominaciones religiosas se observó un despertar general, porque todos sentían con mayor o menor intensidad la influencia de las enseñanzas referentes a la inminente venida de Cristo. NB 23 3 Cuando se invitó a los pecadores a que dieran testimonio de su convencimiento, centenares respondieron a la invitación, y se sentaron en los bancos apartados con ese fin. Yo también me abrí paso por entre la multitud para tomar mi puesto entre los que buscaban al Salvador. Sin embargo sentía en mi corazón que yo no lograría merecer llamarme hija de Dios. Muchas veces había anhelado la paz de Cristo, pero no podía hallar la deseada libertad. Una profunda tristeza embargaba mi corazón; y aunque no acertaba a explicarme la causa de ella, me parecía que yo no era lo bastante buena para entrar en el cielo, y que no era posible en modo alguno esperar tan alta dicha. NB 24 1 La falta de confianza en mí misma, y la convicción de que era incapaz de dar a comprender a nadie mis sentimientos, me impidieron solicitar consejo y auxilio de mis amigos cristianos. Así vagué estérilmente en tinieblas y desaliento, al paso que mis amigos, por no penetrar en mi reserva, estaban del todo ignorantes de mi verdadera situación. Justificación por la fe NB 24 2 El verano siguiente mis padres fueron a un congreso de los metodistas celebrado en Buxton, Maine, y me llevaron con ellos. Yo estaba completamente resuelta a buscar allí anhelosamente al Señor y obtener, si fuera posible, el perdón de mis pecados. Mi corazón ansiaba profundamente la esperanza de los hijos de Dios y la paz que proviene de creer. NB 24 3 Me alentó mucho un sermón sobre el texto: "Entraré a ver al rey, ... y si perezco, que perezca". Ester 4:16. En sus consideraciones, el predicador se refirió a los que, pese a su gran deseo de ser salvos de sus pecados y recibir el indulgente amor de Cristo, con todo vacilaban entre la esperanza y el temor, y se mantenían en la esclavitud de la duda por timidez y recelo del fracaso. Aconsejó a los tales que se entregasen a Dios y confiasen sin tardanza en su misericordia, como Asuero había ofrecido a Ester la señal de su gracia. Lo único que se exigía del pecador, tembloroso en presencia de su Señor, era que extendiese la mano de la fe y tocara el cetro de su gracia para asegurarse el perdón y la paz. NB 24 4 Añadió el predicador que quienes aguardaban a hacerse más merecedores del favor divino antes de atreverse a apropiarse de las promesas de Dios se equivocaban gravemente, pues sólo Jesús podía limpiarnos del pecado y perdonar nuestras transgresiones, siendo que él se comprometió a escuchar la súplica y a acceder a las oraciones de quienes con fe se acerquen a él. Algunos tienen la vaga idea de que deben hacer extraordinarios esfuerzos para alcanzar el favor de Dios; pero todo cuanto hagamos por nuestra propia cuenta es en vano. Tan sólo en relación con Jesús, por medio de la fe, puede el pecador llegar a ser un hijo de Dios, creyente y lleno de esperanza. NB 25 1 Estas palabras me consolaron y me mostraron lo que debía hacer yo para salvarme. NB 25 2 Desde entonces vi mi camino más claro, y empezaron a disiparse las tinieblas. Imploré anhelosamente el perdón de mis pecados, esforzándome para entregarme por entero al Señor. Sin embargo me acometían con frecuencia vivas angustias, porque no experimentaba el éxtasis espiritual que yo consideraba como prueba de que Dios me había aceptado, y sin ello no me podía convencer de que estuviese convertida. ¡Cuánta enseñanza necesitaba respecto a la sencillez de la fe! Alivio de la carga NB 25 3 Mientras estaba arrodillada y oraba con otras personas que también buscaban al Señor, decía yo en mi corazón: "¡Ayúdame, Jesús! ¡Sálvame o pereceré! No cesaré de implorarte hasta que oigas mi oración y reciba yo el perdón de mis pecados". Sentía entonces como nunca mi condición necesitada e indefensa. NB 25 4 Arrodillada todavía en oración, mi carga me abandonó repentinamente y se me alivió el corazón. Al principio me sobrecogió un sentimiento de alarma, y quise reasumir mi carga de angustia. No me parecía tener derecho a sentirme alegre y feliz. Pero Jesús parecía estar muy cerca de mí, y me sentí capaz de allegarme a él con todas mis pesadumbres, infortunios y tribulaciones, en la misma forma como los necesitados, cuando él estaba en la tierra, se allegaban a él en busca de consuelo. Tenía yo la seguridad de que Jesús comprendía mis tribulaciones y se compadecía de mí. Nunca olvidaré aquella preciosa seguridad de la ternura compasiva de Jesús hacia un ser como yo, tan indigno de su consideración. Durante aquel corto tiempo que pasé arrodillada con los que oraban, aprendí mucho más acerca del carácter de Jesús que cuanto hasta entonces había aprendido. NB 26 1 Una de las madres en Israel se acercó a mí diciendo: "Querida hija mía, ¿has encontrado a Jesús?" Yo iba a responderle que sí, cuando ella exclamó: "¡Verdaderamente lo has hallado! Su paz está contigo. Lo veo en tu semblante". NB 26 2 Repetidas veces me decía yo a mí misma: "¿Puede ser esto la religión? ¿No estoy equivocada?" Me parecía pretender demasiado, un privilegio demasiado exaltado. Aunque muy tímida como para confesarlo abiertamente, yo sentía que el Salvador me había otorgado su bendición y el perdón de mis pecados. "En novedad de vida" NB 26 3 Poco después terminó el congreso metodista y nos volvimos a casa. Mi mente estaba repleta de los sermones, exhortaciones y oraciones que habíamos oído. Durante la mayor parte de los días en que se celebró la asamblea, el tiempo estaba nublado y lluvioso, y mis sentimientos armonizaban con el ambiente climático. Pero luego el sol se puso a brillar esplendorosamente y a inundar la tierra con su luz y calor. Los árboles, las plantas y la hierba reverdecían lozanos y el firmamento era de un intenso azul. La tierra parecía sonreír bajo la paz de Dios. Así también los rayos del Sol de justicia habían penetrado las nubes y las tinieblas de mi mente y habían disipado su melancolía. NB 27 1 Me parecía que todos debían estar en paz con Dios y animados de su Espíritu. Todo cuanto miraban mis ojos me parecía cambiado. Los árboles eran más hermosos y las aves cantaban más melodiosamente que antes, como si alabasen al Creador con su canto. Yo no quería decir nada, temerosa de que aquella felicidad se desvaneciera y perdiera la valiosísima prueba de que Jesús me amaba. NB 27 2 La vida tenía un aspecto distinto para mí. Veía las aflicciones que habían entenebrecido mi niñez como muestras de misericordia para mi bien, a fin de que, apartando mi corazón del mundo y de sus engañosos placeres, me inclinase hacia las perdurables atracciones del cielo. Me uní a la Iglesia Metodista NB 27 3 Poco después de regresar del congreso, fui recibida, juntamente con otras personas, en la Iglesia Metodista para el período de prueba. Me preocupaba mucho el asunto del bautismo. Aunque joven, no me era posible ver que las Escrituras autorizasen otra manera de bautizar que la inmersión. Algunas de mis hermanas metodistas trataron en vano de convencerme de que el bautismo por aspersión era también bíblico. El pastor metodista consintió en bautizar a los candidatos por inmersión si ellos a conciencia preferían ese método, aunque señaló que el método por aspersión sería igualmente aceptable para Dios. NB 27 4 Llegó por fin el día de recibir este solemne rito. Eramos doce catecúmenos, y fuimos al mar para que nos bautizaran. Soplaba un fuerte viento y las encrespadas olas barrían la playa; pero cuando cargué esta pesada cruz, mi paz fue como un río. Al salir del agua me sentí casi sin fuerzas propias, porque el poder del Señor se asentó sobre mí. Sentí que desde aquel momento ya no era de este mundo, sino que, del líquido sepulcro, había resucitado a nueva vida. NB 28 1 Aquel mismo día por la tarde fui admitida formalmente en el seno de la Iglesia Metodista. ------------------------Capítulo 3--Luchando contra la duda NB 29 1 De Nuevo llegué a sentirme muy ansiosa por asistir a la escuela y tratar una vez más de obtener una educación. Ingresé en un seminario de señoritas de Portland. Pero al tratar de proseguir mis estudios, mi salud decayó rápidamente, y llegó a ser evidente que si persistía en ir a la escuela, lo haría a expensas de mi vida. Con gran tristeza regresé a mi hogar. NB 29 2 Había encontrado muy difícil disfrutar de una experiencia religiosa en el seminario, rodeada por influencias calculadas para atraer la mente y distraerla de Dios. Por algún tiempo me sentí muy insatisfecha conmigo misma y con mi vida cristiana, y no sentía una convicción continua y viva de la misericordia y el amor de Dios. Me dominaban sentimientos de desánimo, y esto me causaba gran ansiedad mental. La causa adventista en Portland NB 29 3 En junio de 1842, el Sr. Miller dio su segunda serie de conferencias en la iglesia de la calle Casco, en Portland. Yo sentía que era un gran privilegio para mí asistir a esas conferencias, pues estaba sumida en el desánimo y no me sentía preparada para encontrarme con mi Salvador. Esta segunda serie creó mucha mayor conmoción en la ciudad que la primera. Salvo pocas excepciones, las diferentes denominaciones le cerraron las puertas de sus iglesias al Sr. Miller. Muchos discursos, pronunciados desde diferentes púlpitos, trataron de exponer los supuestos errores fanáticos del conferenciante; pero multitudes de ansiosos oyentes asistían a sus reuniones, y muchos eran los que no podían entrar en la casa donde se realizaban las conferencias. Las congregaciones guardaban inusitado silencio y prestaban gran atención. NB 30 1 La manera de predicar del Sr. Miller no era florida o retórica, sino que presentaba hechos sencillos y alarmantes, que despertaban a sus oyentes de su descuidada indiferencia. El apoyaba sus declaraciones y teorías con pruebas bíblicas a medida que progresaba en la exposición. Un poder convincente acompañaba sus palabras, y parecía darles el sello de un lenguaje de verdad. NB 30 2 Manifestaba cortesía y simpatía. Cuando todos los asientos en la casa estaban ocupados, y la plataforma y los lugares que circundaban el púlpito parecían atestados, lo he visto abandonar el púlpito, caminar por un pasillo y tomar algún hombre anciano y débil por la mano para encontrarle algún asiento. Luego regresaba y continuaba con su discurso. Con justa razón lo llamaban "el padre Miller", porque cuidaba con interés a los que se colocaban bajo su ministerio, era afectuoso en sus modales y tenía una disposición cordial y un corazón tierno. NB 30 3 Era un orador interesante, y sus exhortaciones, dirigidas tanto a cristianos profesos como a personas impenitentes, eran poderosas y al punto. A veces sus reuniones respiraban una solemnidad tan pronunciada que hasta parecía penosa. Un sentido de la crisis inminente en los acontecimientos humanos impresionaba las mentes de las multitudes que lo escuchaban. Muchos se rendían a la convicción del Espíritu de Dios. Ancianos de cabello cano y mujeres de edad buscaban, con pasos temblorosos, los asientos ansiosos [destinados a los oyentes más fervorosos]; aquellos que se hallaban en el vigor de la madurez, los jóvenes y los niños, eran profundamente conmovidos. Los gemidos, la voz del llanto y de la alabanza a Dios se mezclaban en el altar de la oración. NB 31 1 Yo creía las solemnes palabras pronunciadas por el siervo de Dios, y mi corazón se dolía cuando alguien se oponía o se burlaba. Asistía frecuentemente a las reuniones, y creía que Jesús vendría pronto en las nubes del cielo; pero mi ansiedad era estar preparada para encontrarlo. Mi mente se espaciaba constantemente en el tema de la santidad de corazón. Anhelaba por sobre todas las cosas obtener esta gran bendición, y sentir que yo había sido completamente aceptada por Dios. Perplejidad sobre el tema de la santificación NB 31 2 Entre los metodistas había oído hablar mucho acerca de la santificación, pero no tenía ninguna idea definida sobre el asunto. Esta bendición parecía estar fuera de mi alcance, ser un estado de pureza que mi corazón jamás alcanzaría. Había visto a personas perder su fuerza física bajo la influencia de una poderosa excitación mental, y había oído que esa era la evidencia de la santificación. Pero no podía comprender qué era necesario hacer para estar plenamente consagrado a Dios. Mis amigos cristianos me decían: "¡Cree en Jesús ahora! ¡Cree que él te acepta ahora!" Trataba de hacerlo, pero hallaba imposible creer que había recibido una bendición que, a mi parecer, debía electrificar mi ser entero. Me preguntaba por qué tenía una dureza tal de corazón que no me permitía experimentar la exaltación de espíritu que otros sentían. Me parecía que yo era diferente de ellos, y que estaba privada para siempre del gozo perfecto de la santidad de corazón. NB 32 1 Mis ideas respecto de la justificación y la santificación eran confusas. Estos dos estados de la vida se me presentaban como cosas separadas y distintas la una de la otra; y sin embargo no podía notar la diferencia de los términos o comprender su significado, y todas las explicaciones de los predicadores aumentaban mis dificultades. Me era imposible reclamar esa bendición para mí, y me preguntaba si la misma había de encontrarse sólo entre los metodistas, y si, al asistir a las reuniones adventistas no me estaba excluyendo a mí misma de aquello que deseaba por encima de todo: el Espíritu santificador de Dios. NB 32 2 Además observaba que los que aseveraban estar santificados manifestaban un espíritu acerbo cuando se introducía el tema de la pronta venida de Cristo. Esto no me parecía ser una manifestación de la santidad que profesaban poseer. No podía entender por qué algunos ministros se oponían desde el púlpito a la doctrina de que la segunda venida de Cristo estaba cercana. De la predicación de esta creencia había resultado una reforma, y muchos de los más devotos ministros y miembros laicos la habían recibido como una verdad. Me parecía que los que amaban a Jesús sinceramente estarían listos para aceptar las nuevas de su venida, y regocijarse en el hecho de que ella era inminente. NB 32 3 Sentía que yo podía reclamar tan sólo lo que ellos llamaban justificación. En la Palabra de Dios yo leía que sin santidad nadie podía ver a Dios. Existía, por lo tanto, alguna condición más elevada que yo debía alcanzar antes que pudiera estar segura de la vida eterna. Volvía a estudiar el tema continuamente; pues creía que Cristo vendría pronto, y temía que pudiera hallarme sin preparación para encontrarme con él. Palabras de condenación resonaban en mis oídos día y noche, y mi clamor constante a Dios era: "¿Qué debo hacer para ser salva?" La doctrina del castigo eterno NB 33 1 En mi mente la justicia de Dios eclipsaba su misericordia y su amor. La angustia mental por la cual pasaba en ese tiempo era grande. Se me había enseñado a creer en un infierno que ardía por la eternidad; y al pensar en el estado miserable del pecador sin Dios, sin esperanza, era presa de profunda desesperación. Temía perderme y tener que vivir por toda la eternidad sufriendo una muerte en vida. Siempre me acosaba el horroroso pensamiento de que mis pecados eran demasiado grandes para ser perdonados, y de que tendría que perderme eternamente. NB 33 2 Las horribles descripciones que había oído de almas perdidas me abrumaban. Los ministros en el púlpito pintaban cuadros vívidos de la condición de los perdidos. Enseñaban que Dios no se proponía salvar sino a los santificados; que el ojo de Dios siempre estaba vigilándonos; que Dios mismo llevaba los libros con una exactitud de infinita sabiduría; que cada pecado que cometíamos era registrado contra nosotros, y que traería su justo castigo. NB 33 3 Se lo representaba a Satanás como ávido de atrapar a su presa, y de llevarnos a las más bajas profundidades de la angustia, para allí regocijarse viéndonos sufrir en los horrores de un infierno que ardía eternamente, adonde, después de torturas de miles y miles de años, las olas de fuego impulsarían hacia la superficie a las víctimas que se contorsionaban, las cuales lanzarían agudos gritos preguntando: "¿Por cuánto tiempo, oh Señor, por cuánto tiempo más?" Entonces la respuesta resonaría como trueno por el abismo: "¡Por toda la eternidad!" Y de nuevo las llamas de fundición envolverían a los perdidos, llevándolos hacia abajo, a las profundidades de un mar de fuego siempre inquieto. NB 34 1 Mientras escuchaba estas terribles descripciones, mi imaginación era tan activa que comenzaba a traspirar, y me resultaba difícil contener un clamor de angustia, pues me parecía ya sentir los dolores de la perdición. Entonces el ministro se espaciaba sobre la incertidumbre de la vida: en un momento podríamos estar aquí, y el próximo momento en el infierno; o en un momento podríamos estar en la tierra, y el próximo momento en el cielo. ¿Escogeríamos el lago de fuego y la compañía de los demonios, o la bienaventuranza del cielo, teniendo a los ángeles por compañeros? ¿Querríamos oír los gemidos y las maldiciones de las almas perdidas por toda la eternidad, o entonar los cánticos de Jesús delante del trono? NB 34 2 Nuestro Padre celestial me era presentado como un tirano que se deleitaba en las agonías de los condenados; y no como el tierno y piadoso Amigo de los pecadores, que amaba a sus criaturas con un amor que sobrepujaba todo entendimiento, y deseaba salvarlos en su reino. NB 34 3 Cuando me dominaba el pensamiento de que Dios se deleitaba en la tortura de sus criaturas, que habían sido formadas a su imagen, un muro de tinieblas parecía separarme de él. Cuando reflexionaba en que el Creador del universo arrojaría al malvado al infierno, para que allí ardiera por los siglos interminables de la eternidad, mi corazón se sumergía en el temor, y perdía la esperanza de que un ser tan cruel y tiránico jamás condescendiera en salvarme de la condenación del pecado. NB 34 4 Pensaba que la condición del pecador condenado sería la mía, para soportar las llamas del infierno para siempre, por tanto tiempo como Dios existiera. Una oscuridad casi total me rodeaba, y parecía que no había forma de escapar a las tinieblas. Si me hubieran presentado la verdad como la entiendo ahora, me habrían ahorrado mucha perplejidad y dolor. Si se hubieran espaciado más en el amor de Dios, y menos en su severa justicia, la hermosura y la gloria de su carácter me habrían inspirado a sentir un amor profundo y ferviente por mi Creador. ------------------------Capítulo 4--Comienzo de mis actividades públicas NB 36 1 Hasta entonces nunca había orado en público, y tan sólo unas cuantas tímidas palabras habían salido de mis labios en las reuniones de oración. Pero ahora me impresionaba la idea de que debía buscar a Dios en oración en nuestras reuniones de testimonios. Sin embargo, temerosa de confundirme y no poder expresar mis pensamientos, no me atrevía a orar. Pero el sentimiento del deber de orar en público me sobrecogió de tal manera que al orar en secreto me parecía como si me burlara de Dios por no haber obedecido su voluntad. El desaliento se apoderó de mí, y durante tres semanas ni un rayo de luz vino a herir la melancólica lobreguez que me rodeaba. NB 36 2 Sufría muchísimo mentalmente. Hubo noches en que no me atreví a cerrar los ojos, sino que esperé a que mi hermana se durmiese, y levantándome entonces despacito de la cama, me arrodillaba en el suelo para orar silenciosamente con una angustia muda e indescriptible. Se me representaban sin cesar los horrores de un infierno eterno y abrasador. Sabía que me era imposible vivir por mucho tiempo en tal estado, y no tenía valor para morir y arrostrar la suerte de los pecadores. ¡Con qué envidia miraba yo a los que se sentían aceptados por Dios! ¡Cuán preciosa parecía la esperanza del creyente en mi alma agonizante! NB 37 1 Muchas veces permanecía postrada en oración casi toda la noche, gimiendo y temblando con indecible angustia y tan profunda desesperación que no hay manera de expresarlas. Mi ruego era: "¡Señor, ten misericordia de mí!", y, como el pobre publicano, no me atrevía a levantar los ojos al cielo sino que inclinaba mi rostro hacia el suelo. Enflaquecí notablemente y decayeron mucho mis fuerzas, pero guardaba mis sufrimientos y desesperación para mí sola. Sueño del templo y del cordero NB 37 2 Mientras estaba así desalentada tuve un sueño que me impresionó profundamente. Soñé que veía un templo al cual acudían muchas personas, y tan sólo los que se refugiaban en él podían ser salvos al fin de los tiempos, pues todos los que se quedaban fuera del templo se perderían para siempre. Las muchedumbres que en las afueras del templo iban por diferentes caminos se burlaban de los que entraban en él y los ridiculizaban, diciéndoles que aquel plan de salvación era un artero engaño, pues en realidad no había peligro alguno que evitar. Además, detenían a algunos para impedirles que entraran en el templo. NB 37 3 Temerosa de ser ridiculizada, pensé que era mejor esperar que las multitudes se marcharan, o hasta tener ocasión de entrar sin que me vieran. Pero el número fue aumentando en vez de disminuir, hasta que, recelosa de que se me hiciese demasiado tarde, me apresuré a salir de mi casa y abrirme paso a través de la multitud. Tan viva era la ansiedad que tenía de verme dentro del templo, que no reparé en el número de los concurrentes. NB 37 4 Al entrar en el edificio vi que el amplio templo estaba sostenido por una enorme columna y que atado a ella había un cordero completamente mutilado y ensangrentado. Los que estábamos en el templo sabíamos que aquel cordero había sido desgarrado y quebrantado por nuestras culpas. Todos cuantos entraban en el templo debían postrarse ante el cordero y confesar sus pecados. Delante del cordero vi asientos altos donde estaba sentada una hueste que parecía muy feliz. La luz del cielo iluminaba sus semblantes, y alababan a Dios entonando cánticos de alegre acción de gracias, semejantes a la música de los ángeles. Eran los que se habían postrado ante el cordero, habían confesado sus pecados y recibido el perdón de ellos, y aguardaban con gozosa expectación algún dichoso acontecimiento. NB 38 1 Aun después de haber entrado yo en el templo, me sentí sobrecogida de temor y vergüenza por tener que humillarme a la vista de tanta gente; pero me sentí obligada a avanzar, y poco a poco fui rodeando la columna hasta ponerme frente al cordero. Entonces resonó una trompeta. El templo se estremeció y los santos congregados dieron voces de triunfo. Un pavoroso esplendor iluminó el templo, y después todo quedó en profundas tinieblas. La hueste feliz había desaparecido por completo cuando se produjo el pasajero esplendor, y yo me quedé sola en el horrible silencio de la noche. NB 38 2 Desperté angustiada y a duras penas pude convencerme de que era un mero sueño. Me parecía que estaba determinada mi condenación, y que el Espíritu del Señor me había abandonado para siempre. Visión de Jesús NB 38 3 Poco tiempo después tuve otro sueño. Me veía sentada con profunda desesperación, con el rostro oculto entre las manos, y me decía reflexionando: Si Jesús estuviese en la tierra iría a postrarme a sus pies y le manifestaría mis sufrimientos. El no me rechazaría. Tendría misericordia de mí, y yo le amaría y serviría por siempre. NB 39 1 En aquel momento se abrió la puerta y entró un personaje de un aspecto y un porte hermosos. Me miró compasivamente y dijo: "¿Deseas ver a Jesús? Aquí está, y puedes verlo si quieres. Toma cuanto tengas y sígueme". NB 39 2 Oí estas palabras con indecible gozo, y alegremente recogí cuanto poseía, todas las cositas que apreciaba, y seguí a mi guía. Me condujo a una escalera escarpada y en apariencia quebradiza. Al empezar a subir los peldaños el guía me advirtió que mantuviera la vista en alto, pues de lo contrario corría el riesgo de desmayar y caer. Muchos otros que trepaban por la escalera caían antes de llegar a la cima. NB 39 3 Y finalmente llegamos al último peldaño y nos detuvimos frente a una puerta. Allí el guía me indicó que dejase cuanto había traído conmigo. Yo lo depuse todo alegremente. Entonces el guía abrió la puerta y me mandó entrar. En un momento estuve delante de Jesús. No cabía error, pues aquella hermosa figura, aquella expresión de benevolencia y majestad, no podían ser de otro. Al mirarme él, yo comprendí en seguida que él conocía todas las vicisitudes de mi vida y todos mis íntimos pensamientos y emociones. NB 39 4 Traté de resguardarme de su mirada, pues me sentía incapaz de resistirla; pero él se me acercó sonriente y, posando su mano sobre mi cabeza, dijo: "No temas". El dulce sonido de su voz hizo vibrar mi corazón con una dicha que no había experimentado hasta entonces. Estaba yo por demás gozosa para pronunciar palabra, y así fue como, profundamente conmovida, caí postrada a sus pies. Mientras que allí yacía impedida, presencié escenas de gloria y belleza que pasaban ante mi vista, y me parecía que había alcanzado la salvación y la paz del cielo. Por último, recobradas las fuerzas, me levanté. Todavía me miraban los ojos amorosos de Jesús, cuya sonrisa inundaba mi alma de alegría. Su presencia despertaba en mí santa veneración e inefable amor. NB 40 1 El guía abrió la puerta y ambos salimos. Me mandó que volviese a tomar todo lo que había dejado afuera. Hecho esto, me dio una cuerda verde fuertemente enrollada. Me encargó que me la colocara cerca del corazón, y que cuando deseara ver a Jesús la sacara de mi pecho y la desenrollara por completo. Me advirtió que no la tuviera mucho tiempo enrollada, pues de tenerla así podría enredarse con nudos y ser muy difícil de estirar. Puse la cuerda junto a mi corazón y gozosamente bajé la angosta escalera alabando al Señor y diciendo a cuantos se cruzaban en mi camino en dónde podrían encontrar a Jesús. NB 40 2 Este sueño me infundió esperanza. La cuerda verde era para mí el símbolo de la fe, y en mi alma alboreó la hermosa sencillez de la confianza en Dios. Simpatía y amistosos consejos NB 40 3 Entonces le confié a mi madre las tristezas y perplejidades que experimentaba. Ella tiernamente simpatizó conmigo y me alentó diciéndome que pidiera consejo al pastor Stockman, quien a la sazón predicaba en Portland la doctrina adventista. Yo tenía mucha confianza en él, porque era un devoto siervo de Cristo. Al oír mi historia, él puso afectuosamente la mano sobre mi cabeza y dijo, con lágrimas en los ojos: "Elena, tú no eres sino una niña. Tu experiencia es muy singular en una persona de tan poca edad. Jesús debe estar preparándote para alguna obra especial". NB 41 1 Luego me dijo que, aunque fuese yo una persona de edad madura y me viese acosada por la duda y la desesperación, me diría que sabía de cierto que, por el amor de Jesús, había esperanza para mí. La misma agonía mental era una evidencia positiva de que el Espíritu de Dios contendía conmigo. Dijo que cuando el pecador se endurece en sus culpas no se da cuenta de la enormidad de su transgresión, sino que se lisonjea con la idea de que anda más o menos bien, y que no corre peligro especial alguno. Entonces el Espíritu del Señor lo abandona, y lo deja asumir una actitud de negligencia e indiferencia o de temerario desafío. Este señor bondadoso me habló del amor de Dios para con sus hijos extraviados, y me explicó que él, en vez de complacerse en la ruina de ellos, anhelaba atraerlos a sí con una fe y una confianza sencillas. Insistió en el gran amor de Cristo y en el plan de la redención. NB 41 2 El pastor Stockman habló del infortunio de mi niñez, y dijo que era de veras una grave aflicción, pero me invitó a creer que la mano de nuestro amante Padre no me había desamparado; que en lo futuro, una vez desvanecidas las neblinas que oscurecían mi ánimo, discerniría yo la sabiduría de la providencia que me parecía tan cruel y misteriosa. Jesús dijo a sus discípulos: "Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después". Juan 13:7. Porque en la incomparable vida venidera ya no veremos oscuramente como en un espejo, sino que contemplaremos cara a cara los misterios del amor divino. NB 41 3 "Ve en paz, Elena--me dijo--; vuelve a casa confiada en Jesús, pues él no privará de su amor a nadie que lo busque verdaderamente". NB 41 4 Después oró fervientemente por mí, y me pareció que Dios seguramente escucharía las oraciones de su santo varón, aunque desoyera mis humildes peticiones. Yo quedé mucho más consolada, y se desvaneció la maligna esclavitud del temor y de la duda al oír los prudentes y cariñosos consejos de aquel maestro de Israel. Salí de la entrevista con él animada y fortalecida. NB 42 1 Durante los pocos minutos en que recibí instrucciones del pastor Stockman aprendí más del amor y la compasiva ternura de Dios que en todos los sermones y exhortaciones que había oído antes. Mi primera oración en público NB 42 2 Volví a casa y nuevamente me postré ante el Señor, prometiéndole hacer y sufrir todo cuanto de mí exigiera, con tal que la sonrisa de Jesús alegrara mi corazón. Entonces se me presentó el mismo deber que tanto me perturbó anteriormente: tomar mi cruz entre el pueblo congregado de Dios. No tardó en presentarse una oportunidad para ello, pues aquella misma tarde se celebró en casa de mi tío una reunión de oración, a la que asistí. NB 42 3 Cuando los demás se arrodillaron para orar, yo también me arrodillé toda temblorosa, y luego de haber orado unos cuantos fieles, se elevó mi voz en oración antes que yo me diera cuenta de ello. En aquel momento las promesas de Dios me parecieron otras tantas perlas preciosas que se podían recibir con tan sólo pedirlas. Mientras oraba, desapareció la pesadumbre angustiosa de mi alma que durante tanto tiempo había sufrido, y las bendiciones del Señor descendieron sobre mí como suave rocío. Alabé a Dios desde lo más profundo de mi corazón. Todo me parecía apartado de mí, menos Jesús y su gloria, y perdí la conciencia de cuanto ocurría en mi derredor. NB 42 4 El Espíritu de Dios se posó sobre mí con tal poder, que no pude volver a casa aquella noche. Al recobrar el conocimiento me hallé solícitamente atendida en casa de mi tío, donde nos habíamos reunido en oración. Ni mi tío ni su esposa tenían inquietudes religiosas, aunque el primero había profesado ser cristiano en un tiempo, pero luego había apostatado. Me dijeron que él se sintió muy perturbado mientras el poder de Dios reposaba sobre mí de aquella manera tan especial, y que había estado paseándose de acá para allá, muy conmovido y angustiado mentalmente. NB 43 1 Cuando yo fui derribada al suelo, algunos de los concurrentes se alarmaron, y estuvieron por correr en busca de un médico, pues pensaron que me había atacado de repente alguna peligrosa indisposición; pero mi madre les pidió que me dejasen, porque para ella y para los demás cristianos experimentados era claro que el poder admirable de Dios era lo que me había postrado. Cuando volví a casa, al día siguiente, mi ánimo estaba muy cambiado. Me parecía imposible que yo fuese la misma persona que había salido de casa de mi padre la tarde anterior. Continuamente me acordaba de este pasaje: "Jehová es mi pastor; nada me faltará". Salmos 23:1. Mi corazón rebosaba de felicidad al repetir estas palabras. Visión del amor del padre NB 43 2 La fe embargaba ahora mi corazón. Sentía un inexplicable amor hacia Dios, y su Espíritu me daba testimonio de que mis pecados estaban perdonados. Cambié la opinión que tenía del Padre. Empecé a considerarlo como un padre bondadoso y tierno más bien que como un severo tirano que fuerza a los hombres a obedecerlo ciegamente. Mi corazón sentía un profundo y ferviente amor hacia él. Consideraba un gozo obedecer su voluntad, y me era un placer estar en su servicio. Ninguna sombra oscurecía la luz que me revelaba la perfecta voluntad de Dios. Sentía la seguridad de que el Salvador moraba en mí, y comprendía la verdad de lo que Cristo dijera: "El que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida". Juan 8:12. NB 44 1 La paz y la dicha que yo sentía constituían un tan marcado contraste con mi anterior melancolía y angustia, que me parecía haber sido rescatada del infierno y transportada al cielo. Hasta podía alabar a Dios por el accidente que había sido la desgracia de mi vida, porque había sido el medio de fijar mis pensamientos en la eternidad. Como por naturaleza yo era orgullosa y ambiciosa, tal vez no me habría sentido inclinada a entregar mi corazón a Jesús, de no haber sido por la dura aflicción que, en cierto modo, me había separado de los triunfos y vanidades del mundo. NB 44 2 Durante seis meses, ni una sombra oscureció mi ánimo, ni descuidé un solo deber conocido. Todos mis esfuerzos tendían a hacer la voluntad de Dios, y a recordar de continuo a Jesús y el cielo. Me sorprendían y arrobaban las claras visiones que tenía acerca de la expiación y la obra de Cristo. No intentaré explicar más en detalle las preocupaciones de mi mente; baste decir que todas las cosas viejas habían pasado, y todo había sido hecho nuevo. Ni una sola nube echaba a perder mi perfecta felicidad. Anhelaba hablar del amor de Jesús, y no me sentía con disposición de entablar conversaciones triviales con nadie. Mi corazón estaba tan lleno del amor de Dios, y de la paz que sobrepuja todo entendimiento, que me gustaba meditar y orar. Dando testimonio NB 44 3 La noche después que yo recibiera una bendición tan grande asistí a la reunión adventista. Cuando les llegó el turno de hablar en favor del Señor a los seguidores de Cristo, yo no pude permanecer en silencio, sino que me levanté para referir mi experiencia. Ni un solo pensamiento acudió a mi mente acerca de lo que debía decir; pero el sencillo relato del amor de Jesús hacia mí fluyó libremente de mis labios, y mi corazón se sintió tan dichoso de verse libre de sus ataduras de tenebrosa desesperación, que perdí de vista a las personas que me rodeaban y me pareció estar sola con Dios. A no ser por las lágrimas de gratitud que entrecortaban mis palabras, no encontré dificultad alguna en expresar mis sentimientos de paz y felicidad. NB 45 1 El pastor Stockman estaba presente. Me había visto poco antes en profunda desesperación, y al ver ahora transformada mi cautividad, lloraba de alegría conmigo y alababa a Dios por esta muestra de su misericordiosa ternura y amor cariñoso. NB 45 2 No mucho después de recibir tan señalada bendición asistí a una reunión en la iglesia de la cual era ministro el pastor Brown. Se me invitó a referir mi experiencia, y no sólo tuve gran facilidad de expresión, sino que también me sentí feliz de relatar mi sencilla historia del amor de Jesús y el gozo de verme aceptada por Dios. A medida que iba hablando con el corazón subyugado y los ojos arrasados en lágrimas, mi alma parecía impelida hacia el cielo en acción de gracias. El poder enternecedor de Dios descendió sobre los circunstantes. Muchos lloraban y otros alababan a Dios. NB 45 3 Se invitó a los pecadores a que se levantaran a orar, y no pocos respondieron al llamamiento. Mi corazón estaba tan agradecido a Dios por la bendición que me había otorgado, que deseaba que otros compartieran este sagrado gozo. Mi ánimo se interesaba profundamente por quienes pudiesen creerse en desgracia del Señor y bajo la pesadumbre del pecado. Mientras refería mi experiencia, me parecía que nadie podría negar la prueba evidente del poder misericordioso de Dios, que tan maravillosa mudanza había efectuado en mí. La realidad de la verdadera conversión me parecía tan notoria, que procuré aprovechar toda oportunidad de ejercer influencia en mis amigas para guiarlas hacia la luz. Trabajo en favor de mis jóvenes amigas NB 46 1 Programé algunas reuniones con esas amigas mías. Algunas tenían bastante más edad que yo, y unas cuantas estaban ya casadas. A muchas de ellas, que eran vanidosas e irreflexivas, mis experiencias les parecían cuentos y no escuchaban mis exhortaciones. Pero resolví perseverar en el esfuerzo hasta que esas queridas almas, por las que tenía vivo interés, se entregasen a Dios. Pasé noches enteras en fervorosa oración por las amigas a quienes había buscado y reunido con el objeto de trabajar y orar con ellas. NB 46 2 Algunas se reunían con nosotras por curiosidad de oír lo que yo diría. Otras se extrañaban del empeño de mis esfuerzos, sobre todo cuando ellas mismas no mostraban interés por su propia salvación. Pero en todas nuestras pequeñas reuniones yo continuaba exhortando a cada una de mis amigas y orando separadamente por ellas hasta lograr que se entregasen a Jesús y reconociesen los méritos de su amor misericordioso. Y todas se convirtieron a Dios. NB 46 3 Por las noches me veía en sueños trabajando por la salvación de las almas, y me acudían a la mente casos especiales de amigas a quienes iba a buscar después para orar juntas. Excepto una, todas ellas se entregaron al Señor. Algunos de nuestros hermanos más formales recelaban de que yo fuese demasiado celosa por la conversión de las almas, pero el tiempo se me figuraba tan corto, que convenía que cuantos tuviesen la esperanza de la inmortalidad bienaventurada y aguardaran la pronta venida de Cristo, trabajasen sin cesar en favor de quienes todavía estaban sumidos en el pecado, al borde terrible de la ruina. NB 47 1 Aunque yo era muy joven, el plan de salvación se me presentaba tan claro a la mente, y tan señaladas habían sido mis experiencias que, considerando el asunto, comprendí que era mi deber continuar esforzándome por la salvación de las preciosas almas y orar y confesar a Cristo en toda ocasión. Había puesto todo mi ser al servicio de mi Maestro. Sucediera lo que sucediera, estaba determinada a complacer a Dios y vivir como quien espera la venida del Salvador para recompensar a sus fieles. Me consideraba como una niñita al allegarme a Dios y preguntarle qué quería él que hiciese. Una vez consciente de mi deber, mi mayor felicidad era cumplirlo. A veces me asaltaban pruebas especiales, pues algunas personas más experimentadas que yo trataban de detenerme y enfriar el ardor de mi fe. Pero las sonrisas de Jesús que iluminaban mi vida y el amor de Dios en mi corazón, me alentaban a proseguir. ------------------------Capítulo 5--Mi separación de la iglesia NB 48 1 La familia de mi padre asistía todavía de vez en cuando a los cultos de la Iglesia Metodista, y también a las reuniones de clases [es decir, de estudio de la Biblia, y de oración] que se celebraban en casas particulares. NB 48 2 Una noche mi hermano Roberto y yo fuimos a una reunión de clase. El pastor presidente estaba presente. Cuando a mi hermano le tocó el turno de dar testimonio, habló muy humildemente y, sin embargo, con mucha claridad de lo necesario que era hallarse en perfecta disposición de ir al encuentro de nuestro Salvador cuando con poder y grande gloria viniese en las nubes del cielo. Mientras mi hermano hablaba, su semblante, de ordinario pálido, brillaba con luz celestial. Parecía transportado en espíritu por encima de todo lo que le rodeara y hablaba como si estuviese en presencia de Jesús. NB 48 3 Cuando se me invitó a mí a hablar, me levanté con ánimo tranquilo y el corazón henchido de amor y paz. Referí la historia de mi sufrimiento bajo la convicción de pecado, cómo había recibido por fin la bendición durante tanto tiempo anhelada--una completa conformidad con la voluntad de Dios--y manifesté mi gozo por las nuevas de la pronta venida de mi Redentor para llevar a sus hijos al hogar. Diferencias doctrinales NB 49 1 En mi sencillez esperaba que mis hermanos y hermanas metodistas entendieran mis sentimientos y se regocijaran conmigo, pero me chasqueé. Varias hermanas murmuraron su desaprobación, movieron sus sillas ruidosamente y me dieron la espalda. Yo no podía pensar qué se había dicho que pudiera ofenderlas, y hablé muy brevemente, al sentir la fría influencia de su desaprobación. NB 49 2 Al terminar mi relato, me preguntó el pastor presidente si no sería mucho mejor vivir una vida larga y útil haciendo bien al prójimo, en lugar de que Jesús viniera prestamente para destruir a los pobres pecadores. Respondí que deseaba el advenimiento de Jesús, porque entonces acabaría el pecado para siempre, y gozaríamos de la eterna santificación, pues ya no habría demonio que nos tentase y extraviara. NB 49 3 Cuando el pastor que presidía se dirigió a los otros en la clase, expresó gran gozo en anticipar el milenio temporal, durante el cual la tierra sería llena del conocimiento del Señor, como las aguas cubren el mar. El anhelaba ver llegar ese glorioso período. NB 49 4 Después de la reunión noté que las mismas personas que antes me habían demostrado cariño y amistad me trataban con señalada frialdad. Mi hermano y yo nos volvimos a casa con la tristeza de vernos tan mal comprendidos por nuestros hermanos y de que la idea del próximo advenimiento de Jesús despertara en sus pechos tan acerba oposición. La esperanza del segundo advenimiento NB 49 5 Durante el regreso a casa hablamos seriamente acerca de las pruebas de nuestra nueva fe y esperanza. "Elena--dijo mi hermano Roberto--, ¿estamos engañados? ¿Es una herejía esta esperanza en la próxima aparición de Cristo en la tierra, pues tan acremente se oponen a ella los pastores y los que profesan ser religiosos? Dicen que Jesús no vendrá en millares y millares de años. En caso de que siquiera se acercasen a la verdad, no podría acabar el mundo en nuestros días". NB 50 1 Yo no quise ni por un instante alentar la incredulidad. Así que repliqué vivamente: "No tengo la menor duda de que la doctrina predicada por el Sr. Miller sea la verdad. ¡Qué fuerza acompaña a sus palabras! ¡Qué convencimiento infunde en el corazón del pecador!" NB 50 2 Seguimos hablando francamente del asunto por el camino, y resolvimos que era nuestro deber y privilegio esperar la venida de nuestro Salvador, y que lo más seguro sería prepararnos para su aparición y estar listos para recibirlo gozosos. Si viniese, ¿cuál sería la perspectiva de quienes ahora decían: "Mi Señor se tarda en venir", y no deseaban verlo? Nos preguntábamos cómo podían los predicadores atreverse a aquietar el temor de los pecadores y apóstatas diciendo: "¡Paz, paz!", mientras que por todo el país se daba el mensaje de amonestación. Aquellos momentos nos parecían muy solemnes. Sentíamos que no teníamos tiempo que perder. NB 50 3 "Por el fruto se conoce el árbol--observó Roberto--. ¿Qué ha hecho por nosotros esta creencia? Nos ha convencido de que no estábamos preparados para la venida del Señor; que debíamos purificar nuestro corazón so pena de no poder ir en paz al encuentro de nuestro Salvador. Nos ha movido a buscar nueva fuerza y una gracia renovada en Dios. NB 50 4 "¿Qué ha hecho por ti esta creencia, Elena? ¿Serías lo que eres si no hubieses oído la doctrina del pronto advenimiento de Cristo? ¡Qué esperanza ha infundido en tu corazón! ¡Cuánta paz, gozo y amor te ha dado! Y por mí lo ha hecho todo. Yo amo a Jesús y a todos los hermanos. Me complazco en la reunión de oración. Me gozo en orar y en leer la Biblia". NB 51 1 Ambos nos sentimos fortalecidos por esta conversación, y resolvimos que no debíamos desviarnos de nuestras sinceras convicciones de la verdad y de la bienaventurada esperanza de que pronto vendría Cristo en las nubes de los cielos. En nuestro corazón sentimos agradecimiento porque podíamos discernir la preciosa luz y regocijarnos en esperar el advenimiento del Señor. Último testimonio en reunión de clase NB 51 2 No mucho después de esto volvimos a concurrir a la reunión de clase. Queríamos tener ocasión de hablar del amor precioso de Dios que animaba nuestras almas. Yo, en particular, deseaba referir la bondad y misericordia del Señor para conmigo. Tan profundo cambio había yo experimentado, que me parecía un deber aprovechar toda ocasión de testificar del amor de mi Salvador. NB 51 3 Cuando me llegó el turno de hablar, expuse las pruebas que tenía del amor de Jesús, y declaré que aguardaba con gozosa expectación el pronto encuentro con mi Redentor. La creencia de que estaba cerca la venida de Cristo había movido mi alma a buscar con gran vehemencia la santificación, que es obra del Espíritu de Dios. Al llegar a este punto el director de la clase me interrumpió diciendo: "Hermana, Ud. recibió la santificación por medio del metodismo, y no por medio de una teoría errónea". NB 51 4 Me sentí compelida a confesar la verdad de que mi corazón no había recibido sus nuevas bendiciones por medio del metodismo, sino por las conmovedoras verdades referentes a la personal aparición de Jesús, que me habían infundido paz, gozo y perfecto amor. Así terminó mi testimonio, el último que yo había de dar en clase con mis hermanos metodistas. NB 52 1 Después habló Roberto con su acostumbrada dulzura, pero de una manera tan clara y conmovedora que algunos lloraron y se sintieron muy emocionados. Pero otros tosían en señal de disentimiento y se mostraban sumamente inquietos. NB 52 2 Al salir de la clase volvimos a hablar acerca de nuestra fe, y nos maravillamos de que estos creyentes, nuestros hermanos y hermanas, tomasen tan a mal las palabras referentes al advenimiento de nuestro Salvador. Nos convencimos de que ya no debíamos asistir a ninguna otra reunión de clase. La esperanza de la gloriosa aparición de Cristo llenaba nuestras almas y, por lo tanto, desbordaría de nuestros labios al levantarnos para hablar. Era evidente que no podríamos tener libertad en la reunión de clase porque al terminar la reunión, oíamos las mofas y los insultos que nuestro testimonio provocaba, por parte de hermanos y hermanas a quienes habíamos respetado y amado. Difundiendo el mensaje adventista NB 52 3 Por entonces los adventistas celebraban reuniones en la sala Beethoven. Mi padre y su familia asistían a ellas con regularidad. Se creía que el segundo advenimiento iba a ocurrir en el año 1843. Parecía tan corto el tiempo en que se podían salvar las almas, que resolví hacer cuanto de mí dependiese para conducir a los pecadores a la luz de la verdad. NB 52 4 Tenía yo en casa dos hermanas: Sara, que me llevaba algunos años, y mi hermana gemela, Isabel. Hablamos las tres del asunto, y decidimos ganar cuanto dinero podíamos para invertirlo en la compra de libros y folletos que distribuiríamos gratuitamente. Esto era lo mejor que podíamos hacer, y aunque era poco, lo hacíamos alegremente. NB 53 1 Nuestro padre era sombrerero, y la tarea que me correspondía, por ser la más fácil, era elaborar las copas de los sombreros. También hacía calcetines a veinticinco centavos el par. Mi corazón estaba tan débil que me veía obligada a quedar sentada y apoyada en la cama para realizar mi labor. Pero día tras día estuve allí dichosa de que mis dedos temblorosos pudiesen contribuir en algo a la causa que tan tiernamente amaba. Veinticinco centavos diarios era cuanto podía ganar. ¡Cuán cuidadosamente guardaba las preciosas monedas de plata que recibía en pago de mi trabajo y que estaban destinadas a comprar publicaciones con que iluminar y despertar a los que se hallaban en tinieblas! NB 53 2 No sentía ninguna tentación de gastar mis ganancias en mi satisfacción personal. Mi vestido era sencillo, y nada invertía en adornos superfluos, porque la vana ostentación me parecía pecaminosa. Así lograba tener siempre en reserva una pequeña suma con que comprar libros adecuados, que entregaba a personas expertas para que los enviasen a diferentes regiones. NB 53 3 Cada hoja impresa tenía mucho valor a mis ojos; porque era para el mundo un mensaje de luz, que lo exhortaba a que se preparase para el gran acontecimiento cercano. La salvación de las almas era mi mayor preocupación, y mi corazón se dolía por quienes se lisonjeaban de vivir con seguridad mientras que se daba al mundo el mensaje de admonición. El tema de la inmortalidad NB 53 4 Un día escuché una conversación entre mi madre y una hermana, con referencia a un discurso que recientemente habían oído acerca de que el alma no es inmortal por naturaleza. Repetían algunos textos que el pastor había usado como prueba de su afirmación. Entre ellos recuerdo los siguientes, que me impresionaron profundamente: "El alma que pecare, esa morirá". Ezequiel 18:4. "Los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben". Eclesiastés 9:5. "La cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores, el único que tiene inmortalidad". 1 Timoteo 6:15-16. "El cual pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad". Romanos 2:6-7. NB 54 1 Y oí a mi madre que decía, comentando este último pasaje: "¿Por qué habrían de buscar ellos lo que ya tienen?" NB 54 2 Escuché estas nuevas ideas con intenso y doloroso interés. Cuando estuve a solas con mi madre le pregunté si verdaderamente ella creía que el alma no era inmortal. Me respondió que a su parecer temía que hubiésemos estado errados en aquella cuestión, lo mismo que en varias otras. NB 54 3 --Pero, mamá--repuse yo--, ¿de veras crees tú que las almas duermen en el sepulcro hasta la resurrección? ¿Piensas tú que cuando un cristiano muere no va inmediatamente al cielo ni el pecador al infierno? NB 54 4 --La Biblia no contiene prueba alguna de que haya un infierno eterno--respondió ella--. Si existiese un lugar tal, el Libro sagrado lo mencionaría. NB 54 5 --¿Cómo es eso, mamá?--repliqué yo, asombrada--. Es muy extraño que digas tal cosa. Si crees en tan rara teoría, no se lo digas a nadie, porque temo que los pecadores se considerarían seguros con ella, y nunca desearían buscar al Señor. NB 54 6 --Si es una sana verdad bíblica--respondió mi madre--, en vez de impedir la conversión de los pecadores, será el medio de ganarlos para Cristo. Si el amor de Dios no induce al rebelde a someterse, no lo moverán al arrepentimiento los terrores de un infierno eterno. Además, no parece un medio muy apropiado para ganar almas para Jesús el recurrir al abyecto temor, uno de los atributos más bajos de la mente humana. El amor de Jesús atrae, y subyugará al corazón más empedernido. NB 55 1 Hasta pasados algunos meses después de esta conversación, no volví a oír nada más referente a dicha doctrina. Pero durante este tiempo reflexioné muchísimo sobre el asunto. De manera que cuando oí una predicación en que se expuso esto, creí que era la verdad. Desde que la luz acerca del sueño de los muertos alboreó en mi mente, se desvaneció el misterio que envolvía la resurrección, y este grandioso acontecimiento asumió una nueva y sublime importancia. A menudo habían conturbado mi mente los esfuerzos que hiciera para conciliar la idea de la completa recompensa o castigo de los muertos con el indudable hecho de la futura resurrección y eljuicio. Si al morir el hombre, su alma entraba en el gozo de la eterna felicidad o caía en la eterna desdicha, ¿de qué servía la resurrección del pobre cuerpo reducido a polvo? NB 55 2 Pero esta nueva y hermosa creencia me descubría la razón por la cual los inspirados autores de la Biblia insistieran tanto en la resurrección del cuerpo. Era porque todo el ser dormía en el sepulcro. Entonces me di cuenta de la falacia de nuestro primitivo criterio sobre el asunto. La visita del pastor NB 55 3 Toda mi familia estaba profundamente interesada en la doctrina de la pronta venida del Señor. Mi padre había sido una de las columnas de la Iglesia Metodista. Había actuado como exhortador y había presidido reuniones celebradas en casas distantes de la ciudad. Sin embargo, el pastor metodista vino a visitarnos especialmente para decirnos que nuestras creencias eran incompatibles con el metodismo. No preguntó por las razones para creer lo que creíamos, ni tampoco hizo referencia alguna a la Biblia para convencernos de nuestro error, sino que se limitó a decir que habíamos adoptado una nueva y extraña creencia inadmisible para la Iglesia Metodista. NB 56 1 Replicó mi padre diciéndole que sin duda debía equivocarse al calificar de nueva y extraña aquella doctrina, pues el mismo Cristo, en sus enseñanzas a sus discípulos, había predicado su segundo advenimiento, diciendo: "En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis". Juan 14:2-3. Cuando ascendió a los cielos, y los fieles discípulos se quedaron mirando tras su desaparecido Señor, "he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo". Hechos 1:10-11. NB 56 2 "Y--prosiguió mi padre, entusiasmado con el asunto--, el inspirado apóstol Pablo escribió una carta para alentar a sus hermanos de Tesalónica, diciéndoles: 'Y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron' 2 Tesalonicenses 1:7-10. 'Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras' 1 Tesalonicenses 4:16-18. NB 57 1 "Esto es de suma autoridad para nuestra fe. Jesús y sus apóstoles insistieron en el suceso del segundo advenimiento gozoso y triunfante; y los santos ángeles proclaman que Cristo, el que ascendió al cielo, vendrá otra vez. Este es nuestro delito: creer en la palabra de Jesús y sus discípulos. Es una enseñanza muy antigua, sin mácula de herejía". NB 57 2 El predicador no intentó hacer referencia ni a un solo texto que probara que estábamos en error, sino que se excusó alegando falta de tiempo, y aconsejándonos que nos retiráramos calladamente de la iglesia para evitar la publicidad de un proceso. Pero nosotros sabíamos que a otros de nuestros hermanos se los trataba de la misma manera por igual causa, y como no queríamos dar a entender que nos avergonzábamos de reconocer nuestra fe, ni dar lugar a que se supusiera que no podíamos apoyarla en la Escritura, mis padres insistieron en que se les diesen las razones de semejante petición. NB 57 3 Por única respuesta declaró evasivamente el pastor que habíamos ido en contra de las reglas de la iglesia, y que el mejor método era que nos retiráramos voluntariamente de ella para evitar un proceso. Replicamos a esto que preferíamos un proceso regular para saber qué pecado se nos atribuía, pues sentíamos la seguridad de que no estábamos obrando mal al esperar y amar la aparición del Salvador. Sometidos al juicio de la iglesia NB 58 1 No mucho tiempo después se nos notificó que estuviéramos presentes en la sala de la junta de la iglesia. Había sólo unos pocos asistentes. La influencia de mi padre y de su familia era tal que nuestros opositores no tenían deseo alguno de presentar nuestro caso ante un número mayor de la congregación. La sencilla acusación preferida era que habíamos contravenido las reglas de la iglesia. Al preguntarles qué reglas habíamos quebrantado, se declaró, después de alguna vacilación, que habíamos asistido a otras reuniones y habíamos descuidado la asistencia regular a nuestra clase. NB 58 2 Contestamos que una parte de la familia había estado en el campo durante un tiempo, que ninguno de los que habían permanecido en la ciudad se había ausentado de la clase más que unas pocas semanas, y que ellos se vieron obligados a no asistir porque los testimonios que presentaban eran recibidos con tan marcada desaprobación. También les recordamos que ciertas personas que no habían asistido a las reuniones de clase por un año eran consideradas todavía como miembros en regla. NB 58 3 Se nos preguntó si queríamos confesar que nos habíamos apartado de los reglamentos metodistas y si queríamos también convenir en que nos conformaríamos a ellos en lo futuro. Contestamos que no nos atrevíamos a renunciar a nuestra fe ni a negar la sagrada verdad de Dios; que no podíamos privarnos de la esperanza de la pronta venida de nuestro Redentor; que según lo que ellos llamaban herejía debíamos seguir adorando al Señor. NB 59 1 Mi padre en su defensa recibió la bendición de Dios, y todos nosotros salimos de la sala con un espíritu libre, felices, con la conciencia de la sonrisa de Jesús que aprobaba nuestro proceder. NB 59 2 El domingo siguiente, al principio de la reunión, el pastor presidente leyó nuestros nombres, siete en total, e indicó que quedábamos separados de la iglesia. Declaró que no se nos expulsaba por mal alguno, ni porque nuestra conducta fuese inmoral, que teníamos un carácter sin mácula y una reputación envidiable; pero que nos habíamos hecho culpables de andar contrariamente a las reglas de la Iglesia Metodista. También indicó que ahora quedaba una puerta abierta, y que todos los que fueran culpables de quebrantar las reglas serían tratados de la misma manera. NB 59 3 Había en la iglesia muchos que esperaban la aparición del Salvador, y esta amenaza se hacía con el propósito de intimidarlos y obligarlos a estar sujetos a la iglesia. En algunas clases este procedimiento produjo el resultado deseado, y el favor de Dios fue vendido por un puesto en la iglesia. Muchos creían, pero no se atrevían a confesar su fe, no fuera que resultaran expulsados de la sinagoga. Pero algunos salieron poco después, y se unieron con el grupo que aguardaba al Salvador. NB 59 4 Entonces nos fueron sobremanera preciosas las palabras del profeta: "Vuestros hermanos que os aborrecen, y os echan fuera por causa de mi nombre, dijeron: Jehová sea glorificado. Pero él se mostrará para alegría vuestra, y ellos serán confundidos". Isaías 66:5. ------------------------Capítulo 6--La desilusión de 1843-44 NB 60 1 Con temblorosa cautela nos acercábamos al tiempo en que se esperaba la aparición de nuestro Salvador. Todos los adventistas procurábamos con solemne fervor purificar nuestra vida y así estar preparados para ir a su encuentro cuando viniese. En diferentes parajes de la ciudad se celebraban reuniones en casas particulares, con lisonjeros resultados. Los fieles recibían exhortaciones para trabajar en favor de sus parientes y amigos, y día tras día se multiplicaban las conversiones. Las reuniones en la sala Beethoven NB 60 2 A pesar de la oposición de los predicadores y miembros de las otras iglesias cristianas, la sala Beethoven de la ciudad de Portland se llenaba de bote en bote todas las noches, y especialmente los domingos la concurrencia era extraordinaria. Personas de toda condición social asistían a estas reuniones. Ricos y pobres, encumbrados y humildes, clérigos y seglares, todos, por uno u otro motivo, estaban deseosos de escuchar la doctrina del segundo advenimiento. Muchos eran los que no podían entrar en la sala por estar ésta demasiado llena, y ellos se marchaban lamentándolo. NB 60 3 El programa de las reuniones era sencillo. Se pronunciaba un corto discurso sobre determinado tema, y después se otorgaba completa libertad para la exhortación general. No obstante lo numeroso de la concurrencia, reinaba generalmente el más perfecto orden, porque el Señor detenía el espíritu de hostilidad mientras sus siervos expresaban las razones de su fe. A veces el que exhortaba era débil, pero el Espíritu de Dios fortalecía poderosamente su verdad. Se notaba en la asamblea la presencia de los santos ángeles, y muchos convertidos se añadían diariamente a la pequeña grey de fieles. Una exhortación del pastor Brown NB 61 1 En cierta ocasión, mientras el pastor Stockman predicaba, el pastor Brown, ministro bautista ya mencionado, estaba sentado en la plataforma escuchando el sermón con intenso interés. Se conmovió profundamente, y de repente su rostro palideció como el de un muerto; se tambaleó en su silla, y el pastor Stockman lo recibió en sus brazos cuando estaba cayendo al suelo. Luego lo acostó sobre el sofá que había en la parte trasera de la plataforma, donde quedó sin fuerzas hasta que terminó el discurso. NB 61 2 Se levantó entonces, con el rostro todavía pálido, pero resplandeciente con la luz del Sol de justicia, y dio un testimonio muy impresionante. Parecía recibir una unción santa de lo alto. De costumbre hablaba lentamente y con fervor, pero de un modo enteramente desprovisto de excitación. En esta ocasión sus palabras, solemnes y mesuradas, vibraban con un nuevo poder. NB 61 3 Relató su experiencia con tanta sencillez y candor, que muchos de los que antes sintieran prejuicios fueron movidos a llorar. En sus palabras se sentía la influencia del Espíritu Santo, y se la veía en su semblante. Con santa exaltación, declaró osadamente que él había tomado la Palabra de Dios como su consejera; que sus dudas se habían disipado y que su fe había quedado confirmada. Con fervor invitó a sus hermanos del ministerio, a los miembros de la iglesia, a los pecadores y a los incrédulos, a que examinasen la Biblia por sí mismos y a que no dejasen que nadie los apartase del propósito de indagar la verdad. NB 62 1 Cuando dejó de hablar, todos los que deseaban que el pueblo de Dios orase por ellos fueron invitados a ponerse de pie. Centenares de personas respondieron al llamamiento. El Espíritu Santo reposó sobre la asamblea. El cielo y la tierra parecieron acercarse. La reunión duró hasta una hora avanzada de la noche, y se sintió el poder de Dios sobre jóvenes, adultos y ancianos. NB 62 2 El pastor Brown no se separó ni entonces ni más tarde de su Iglesia Bautista, pero sus correligionarios le tuvieron siempre gran respeto. Gozosa expectación NB 62 3 Mientras regresábamos a casa por diversos caminos, podía oírse, proveniente de cierta dirección, una voz de alabanza a Dios, y como si fuese en respuesta, se oían luego otras voces que desde diferentes puntos clamaban: "¡Gloria a Dios! ¡El Señor reina!" Los hombres se retiraban a sus casas con alabanzas en los labios, y los alegres gritos repercutían en la tranquila atmósfera de la noche. Nadie que haya asistido a estas reuniones podrá olvidar jamás aquellas escenas llenas del más profundo interés. NB 62 4 Quienes amen sinceramente a Jesús pueden comprender la emoción de los que entonces esperaban con intensísimo anhelo la venida de su Salvador. Estaba cerca el día en que se lo aguardaba. Poco faltaba para que llegase el momento en que esperábamos ir a su encuentro. Con solemne calma nos aproximábamos a la hora señalada. Los verdaderos creyentes permanecían en apacible comunión con Dios, símbolo de la paz que esperaban disfrutar en la hermosa vida venidera. Nadie de cuantos experimentaron esta esperanzada confianza podrá olvidar jamás aquellas dulces horas de espera. NB 63 1 Durante algunas semanas, la mayor parte de los fieles abandonaron los negocios mundanales. Todos examinábamos los pensamientos de nuestra mente y las emociones de nuestro corazón, como si estuviéramos en el lecho de muerte, prontos a cerrar para siempre los ojos a las escenas de la tierra. No confeccionábamos "mantos de ascensión" para el gran acontecimiento; sentíamos la necesidad de la evidencia interna de que estuviéramos preparados para ir al encuentro de Cristo, y nuestros mantos blancos eran la pureza del alma y un carácter limpio de pecado por la sangre expiatoria de Cristo. Días de perplejidad NB 63 2 Pero pasó el tiempo de la expectación. Esta fue la primera prueba severa que hubieron de sufrir quienes creían y esperaban que Jesús vendría en las nubes de los cielos. Grande fue la desilusión del expectante pueblo de Dios. Los burladores triunfaban, y se llevaron a sus filas a los débiles y cobardes. Algunos que habían denotado en apariencia tener verdadera fe, demostraron entonces que tan sólo los había movido el temor, y una vez pasado el peligro, recobraron la perdida osadía y se unieron con los burladores, diciendo que nunca se habían dejado engañar de veras por las doctrinas de Miller, a quien calificaban de loco fanático. Otros, de carácter acomodaticio o vacilante, abandonaban la causa sin decir palabra. NB 63 3 Nosotros estábamos perplejos y chasqueados, pero no por ello renunciamos a nuestra fe. Muchos se aferraron a la esperanza de que Jesús no diferiría por largo tiempo su venida, pues la palabra del Señor era segura y no podía fallar. Nosotros nos sentíamos satisfechos de haber cumplido con nuestro deber, viviendo según nuestra preciosa fe. Estábamos chasqueados, pero no desalentados. Las señales de los tiempos denotaban la cercanía del fin de todas las cosas, y por lo tanto, debíamos velar y mantenernos preparados a toda hora para la venida del Maestro. Debíamos esperar confiadamente, sin dejar de congregarnos para la mutua instrucción, aliento y consuelo, a fin de que nuestra luz brillase en las tinieblas del mundo. Un error de cálculo NB 64 1 Nuestro cómputo del tiempo profético era tan claro y sencillo, que hasta los niños podían comprenderlo. A contar desde la fecha del edicto del rey de Persia, registrado en (Esdras 7), y promulgado el año 457 a. C., se suponía que los 2.300 años de (Daniel 8:14) habían de terminar en 1843. Por lo tanto, esperábamos para el fin de dicho año la venida del Señor. Nos sentimos tristemente chasqueados al ver que había transcurrido todo el año sin que hubiese venido el Salvador. NB 64 2 En un principio, no nos dimos cuenta de que, para que el período de los 2.300 años terminase a fines de 1843, era preciso que el decreto se hubiese publicado a principios del año 457 a. C.; pero al establecer nosotros que el decreto se promulgó a fines del año 457, el período profético había de concluir en el otoño (hemisferio norte), o sea a fines de 1844. Por lo tanto, aunque la visión del tiempo parecía tardar, no era así. Confiábamos en la palabra de la profecía que dice: "Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará". Habacuc 2:3. NB 65 1 Dios puso a prueba a su pueblo al pasar el plazo fijado en 1843. El error cometido al calcular los períodos proféticos no lo advirtió nadie al principio, ni aun los eruditos contrarios a la opinión de los que esperaban la venida de Cristo. Los doctos declaraban que el Sr. Miller había computado bien el tiempo, aunque lo combatían en cuanto al suceso que había de coronar aquel período. Pero tanto los eruditos como el expectante pueblo de Dios se equivocaban igualmente en la cuestión del tiempo. NB 65 2 Quienes habían quedado chasqueados no estuvieron mucho tiempo en ignorancia, porque acompañando con la oración el estudio investigador de los períodos proféticos, descubrieron el error, y pudieron seguir, hasta el fin del tiempo de tardanza, el curso del lápiz profético. En la gozosa expectación que los fieles sentían por la pronta venida de Cristo, no se tuvo en cuenta esa aparente demora, y ella fue una triste e inesperada sorpresa. Sin embargo, era necesario esta prueba para alentar y fortalecer a los sinceros creyentes en la verdad. Esperanza renovada NB 65 3 Entonces se concentraron nuestras esperanzas en la creencia de que el Señor aparecería en 1844. Aquélla era también la época a propósito para proclamar el mensaje del segundo ángel que, volando por en medio del cielo, clamaba: "Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad". Apocalipsis 14:8. Los siervos de Dios proclamaron por vez primera este mensaje en el verano de 1844, y en consecuencia fueron muchos los que abandonaron las decadentes iglesias. En relación con este mensaje, se dio el "clamor de media noche", que decía: "¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!". Mateo 25:1-13. En todos los puntos del país se recibió luz acerca de este mensaje, y millares de personas despertaron al oírlo. Resonó de ciudad en ciudad y de aldea en aldea, hasta las más lejanas comarcas rurales. Conmovió tanto al erudito como al ignorante, al encumbrado como al humilde. NB 66 1 Aquél fue el año más feliz de mi vida. Mi corazón estaba henchido de gozosa esperanza, aunque sentía mucha conmiseración e inquietud por los desalentados que no esperaban en Jesús. Los que creíamos, solíamos reunirnos en fervorosa oración para obtener una experiencia genuina y la incontrovertible prueba de que Dios nos había aceptado. Prueba de fe NB 66 2 Necesitábamos mucha paciencia, porque abundaban los burladores. Frecuentemente se nos dirigían pullas respecto de nuestro desengaño. Las iglesias ortodoxas se valían de todos los medios para impedir que se propagase la creencia en la pronta venida de Cristo. Se les negaba la libertad en las reuniones a quienes se atrevían a mencionar la esperanza en la venida de Cristo. Algunos de los que decían amar a Jesús rechazaban burlonamente la noticia de que pronto los visitaría Aquel acerca de quien ellos aseveraban que era su mejor Amigo. Se excitaban y enfurecían contra quienes, proclamando las nuevas de su venida, se regocijaban de poder contemplarle pronto en su gloria. Tiempo de preparación NB 66 3 Cada momento me parecía de extrema importancia. Comprendía que estábamos trabajando para la eternidad y que los descuidados e indiferentes corrían gravísimo peligro. Mi fe era muy clara y me apropiaba de las preciosas promesas de Jesús, que había dicho a sus discípulos: "Pedid, y se os dará". Creía yo firmemente que cuanto pidiera en armonía con la voluntad de Dios se me concedería sin duda alguna, y así me postraba humildemente a los pies de Jesús con mi corazón armonizado con su voluntad. NB 67 1 A menudo visitaba diversas familias, y oraba fervorosamente con aquellos que se sentían oprimidos por temores y el desaliento. Mi fe era tan fuerte que ni por un instante dudaba de que Dios iba a contestar mis oraciones. Sin una sola excepción, la bendición y la paz de Jesús descendían sobre nosotros en respuesta a nuestras humildes peticiones, y la luz y la esperanza alegraban el corazón de quienes antes desesperaban. NB 67 2 Confesando humildemente nuestros pecados, después de examinar con todo escrúpulo nuestro corazón, y orando sin cesar, llegamos al tiempo de la expectación. Cada mañana era nuestra primera tarea asegurarnos de que andábamos rectamente a los ojos de Dios, pues teníamos por cierto que, de no adelantar en santidad de vida, sin remedio retrocederíamos. Aumentaba el interés de unos por otros, y orábamos mucho en compañía y cada uno por los demás. Nos reuníamos en los huertos y arboledas para comunicarnos con Dios y ofrecerle nuestras peticiones, pues nos sentíamos más plenamente en su presencia al vernos rodeados de sus obras naturales. El gozo de la salvación nos era más necesario que el alimento corporal. Si alguna nube oscurecía nuestra mente, no descansábamos ni dormíamos hasta disiparla con el convencimiento de que el Señor nos había aceptado. Pasa el tiempo fijado NB 67 3 El expectante pueblo de Dios se acercaba a la hora en que ansiosamente esperaba que su gozo quedase completo con el advenimiento del Salvador. Pero tampoco esta vez vino Jesús cuando se lo esperaba. Amarguísimo desengaño sobrecogió a la pequeña grey que había tenido una fe tan firme y esperanzas tan altas. No obstante, nos sorprendimos de sentirnos libres en el Señor y poderosamente sostenidos por su gracia y fortaleza. NB 68 1 Se repitió, sin embargo, en grado aún más extenso la experiencia del año anterior. Gran número de personas renunció a su fe. Algunos de los que habían abrigado mucha confianza, se sintieron tan hondamente heridos en su orgullo, que deseaban huir del mundo. Como Jonás, se quejaban de Dios, y preferían la muerte a la vida. Los que habían fundado su fe en las pruebas ajenas, y no en la Palabra de Dios, estaban otra vez igualmente dispuestos a cambiar de opinión. Esta segunda gran prueba reveló una masa de inútiles despojos que habían sido atraídos al seno de la fuerte corriente de la fe adventista, y arrastrados por un tiempo juntamente con quienes creían de veras y obraban fervorosamente. NB 68 2 Quedamos de nuevo chasqueados, pero no descorazonados. Resolvimos evitar toda murmuración en la experiencia crucial con que el Señor eliminaba de nosotros las escorias y nos afinaba como oro en el crisol. Decidimos someternos pacientemente al proceso de purificación que Dios consideraba necesario para nosotros, y aguardar con paciente esperanza que el Señor viniese a redimir a sus probados fieles. NB 68 3 Estábamos firmes en la creencia de que la predicación del tiempo señalado era de Dios. Fue esto lo que movió a muchos a escudriñar diligentemente la Biblia, con lo cual descubrieron en ella verdades no advertidas por ellos hasta entonces. Jonás fue enviado por Dios a proclamar en las calles de Nínive que a los cuarenta días la ciudad sería destruida; pero Dios aceptó la humillación de los ninivitas y extendió su tiempo de gracia. Sin embargo, el mensaje que dio Jonás había sido enviado por Dios, y Nínive fue probada conforme a su voluntad. El mundo calificó de ilusión nuestra esperanza y de fracaso nuestro desengaño; pero si bien nos habíamos equivocado en cuanto al acontecimiento, no había tal fracaso en la veracidad de la visión que parecía tardar en realizarse. NB 69 1 Quienes habían esperado el advenimiento del Señor no quedaron sin consuelo. Habían obtenido valiosos conocimientos de la investigación de la Palabra. Comprendían más claramente el plan de salvación, y cada día iban descubriendo en las sagradas páginas nuevas bellezas, de modo que ninguna palabra estaba de más, pues un pasaje daba la explicación de otro y una maravillosa armonía los concertaba a todos. NB 69 2 Nuestra desilusión no fue tan grande como la de los primeros discípulos. Cuando el Hijo del hombre entró triunfalmente en Jerusalén, ellos esperaban que fuese coronado rey. La gente acudió de toda la comarca circunvecina, y clamaba: "¡Hosana al Hijo de David!". Mateo 21:9. Y cuando los sacerdotes y ancianos rogaron a Jesús que hiciese callar la multitud, él declaró que si ésta callaba, las piedras mismas clamarían, pues la profecía se había de cumplir. Sin embargo, a los pocos días, estos mismos discípulos vieron que su amado Maestro, acerca de quien ellos creían que iba a reinar sobre el trono de David, estaba pendiente de la cruenta cruz por encima de los fariseos que lo escarnecían y denostaban. Sus elevadas esperanzas quedaron chasqueadas, y los envolvieron las tinieblas de la muerte. Sin embargo, Cristo fue fiel a sus promesas. Dulce fue el consuelo que dio a los suyos, rica la recompensa de los veraces y fieles. NB 69 3 El Sr. Guillermo Miller y los que con él iban, supusieron que la purificación del santuario de que habla (Daniel 8:14) significaba la purificación de la tierra por el fuego antes de quedar dispuesta para morada de los santos. Esto había de suceder cuando viniese Cristo por segunda vez; y por lo tanto, esperábamos este acontecimiento al fin de los 2.300 días o años. Pero el desengaño nos movió a escudriñar cuidadosamente las Escrituras, con oración y seria reflexión, y tras un período de suspenso, penetró la luz en nuestra oscuridad y quedaron disipadas todas las dudas. NB 70 1 Quedó evidente para nosotros que la profecía de (Daniel 8:14), en vez de significar la purificación de la tierra, se refería al término de la obra de nuestro sumo Sacerdote en el cielo, o sea el fin de la expiación, y la preparación del pueblo para el día de su venida. ------------------------Capítulo 7--Mi primera visión NB 71 1 Poco después de pasada la fecha de 1844, tuve mi primera visión. Estaba en Portland, de visita en casa de la Sra. de Haines, una querida hermana en Cristo, cuyo corazón estaba ligado al mío. Nos hallábamos allí cinco hermanas adventistas silenciosamente arrodilladas ante el altar de la familia. Mientras orábamos, el poder de Dios descendió sobre mí como nunca hasta entonces. NB 71 2 Me pareció que quedaba rodeada de luz y que me elevaba más y más, muy por encima de la tierra. Me volví en busca del pueblo adventista, pero no lo hallé en parte alguna, y entonces una voz me dijo: "Vuelve a mirar un poco más arriba". Alcé los ojos y vi un recto y angosto sendero trazado muy por encima del mundo. El pueblo adventista andaba por este sendero, en dirección a la ciudad que en su último extremo se veía. En el comienzo del sendero, detrás de los que ya andaban, había puesta una luz brillante que, según me dijo un ángel, era el "clamor de medianoche". Mateo 25:6. Esta luz brillaba a todo lo largo del sendero, y alumbraba los pies de los caminantes para que no tropezaran. NB 71 3 Delante de ellos iba Jesús guiándolos hacia la ciudad, y si no apartaban los ojos de él, iban seguros. Pero no tardaron algunos en cansarse, diciendo que la ciudad estaba todavía muy lejos, y que contaban con haber llegado más pronto a ella. Entonces Jesús los alentaba levantando su glorioso brazo derecho, del cual dimanaba una luz que ondeaba sobre la hueste adventista, y exclamaban: "¡Aleluya!" Otros negaron temerariamente la luz que tras ellos brillaba, diciendo que no era Dios quien hasta ahí los guiara. Pero entonces se extinguió para ellos la luz que estaba detrás y dejó sus pies en tinieblas, de modo que tropezaron y, perdiendo de vista el blanco y a Jesús, cayeron abajo fuera del sendero, en el mundo sombrío y perverso. NB 72 1 Pronto oímos la voz de Dios, semejante al ruido de muchas aguas, que nos anunció el día y la hora de la venida de Jesús. Los 144.000 santos vivientes reconocieron y entendieron la voz; pero los malvados se figuraron que era estruendo de truenos y de un terremoto. Cuando Dios señaló el tiempo, derramó sobre nosotros el Espíritu Santo, y nuestros semblantes se iluminaron refulgentemente con la gloria de Dios, como le sucedió a Moisés al bajar del Sinaí. NB 72 2 Los 144.000 estaban todos sellados y perfectamente unidos. En su frente llevaban escritas estas palabras: "Dios, Nueva Jerusalén", y además una gloriosa estrella con el nuevo nombre de Jesús. Los malvados se enfurecieron al vernos en aquel estado santo y feliz, y querían apoderarse de nosotros para encarcelarnos, cuando extendimos la mano en el nombre del Señor y cayeron rendidos en el suelo. Entonces conoció la sinagoga de Satanás que Dios nos había amado, a nosotros que podíamos lavarnos los pies unos a otros y saludarnos fraternalmente con ósculo santo, y ellos adoraron a nuestras plantas. NB 72 3 Luego se volvieron nuestros ojos hacia el oriente, por donde había aparecido una negra nubecilla, del tamaño de la mitad de la mano de un hombre, y que era, según todos comprendíamos, la señal del Hijo del hombre. En solemne silencio contemplábamos cómo iba acercándose la nubecilla, volviéndose más y más brillante y esplendorosa, hasta que se convirtió en una gran nube blanca con el fondo semejante a fuego. Sobre la nube lucía el arco iris y en torno de ella aleteaban diez mil ángeles cantando un hermosísimo himno. En la nube estaba sentado el Hijo del hombre. Sus cabellos, blancos y rizados, le caían sobre los hombros; y llevaba muchas coronas en la cabeza. Sus pies parecían de fuego; en la diestra tenía una hoz aguda y en la siniestra llevaba una trompeta de plata. Sus ojos eran como llama de fuego, y con ellos escudriñaba a fondo a sus hijos. Palidecieron entonces todos los semblantes y se tornaron negros los de aquellos a quienes Dios había rechazado. Todos nosotros exclamamos: "¿Quién podrá estar firme? ¿Está inmaculado mi manto?" Después cesaron de cantar los ángeles, y durante un rato quedó todo en pavoroso silencio, cuando Jesús dijo: "Quienes tengan las manos limpias y puro el corazón podrán estar firmes. Bástaos mi gracia". Al escuchar estas palabras, se iluminaron nuestros rostros y el gozo llenó todos los corazones. Los ángeles volvieron a cantar en tono más alto, mientras la nube se acercaba a la tierra. NB 73 1 Luego resonó la argentina trompeta de Jesús, mientras él iba descendiendo en la nube, rodeado de llamas de fuego. Miró los sepulcros de los santos dormidos. Después alzó los ojos y las manos al cielo y exclamó: "¡Despertad! ¡Despertad! ¡Despertad! los que dormís en el polvo, y levantaos". Entonces hubo un formidable terremoto. Se abrieron los sepulcros y resucitaron los muertos revestidos de inmortalidad. "¡Aleluya!", exclamaron los 144.000, al reconocer a los amigos que de su lado había arrebatado la muerte, y en el mismo instante fuimos nosotros transformados y nos reunimos con ellos para encontrar al Señor en el aire. NB 74 1 Juntos entramos en la nube y durante siete días fuimos ascendiendo al mar de vidrio, donde Jesús sacó coronas y nos las ciñó con su propia mano. Nos dio también arpas de oro y palmas de victoria. Sobre el mar de vidrio, los 144.000 formaban un cuadro perfecto. Algunos tenían coronas muy brillantes, y las de otros no lo eran tanto. Algunas coronas estaban cuajadas de estrellas, mientras que otras tenían muy pocas; y sin embargo, todos estaban perfectamente satisfechos con su corona. Iban vestidos con un resplandeciente manto blanco desde los hombros hasta los pies. Los ángeles nos rodeaban en nuestro camino por el mar de vidrio hacia la puerta de la ciudad. Jesús levantó su brazo potente y glorioso y, posándolo en la perlina puerta, la hizo girar sobre sus relucientes goznes, y nos dijo: "En mi sangre lavasteis vuestras ropas y estuvisteis firmes en mi verdad. Entrad". Todos entramos, con el sentimiento de que teníamos un perfecto derecho a la ciudad. NB 74 2 Allí vimos el árbol de vida y el trono de Dios, del que fluía un río de agua pura, y en cada lado del río estaba el árbol de vida. En una margen había un tronco del árbol y otro en la otra margen, ambos de oro puro y transparente. De pronto me figuré que había dos árboles; pero al mirar más atentamente, vi que los dos troncos se unían en su parte superior y formaban un solo árbol. Así estaba el árbol de la vida en ambas márgenes del río de vida. Sus ramas se inclinaban hacia donde nosotros estábamos, y el fruto era espléndido, semejante a oro mezclado con plata. NB 74 3 Todos nosotros nos ubicamos bajo el árbol, y nos sentamos para contemplar la gloria de aquel paraje, cuando los Hnos. Fitch y Stockman, que habían predicado el Evangelio del reino y a quienes Dios había puesto en el sepulcro para salvarlos, se llegaron a nosotros y nos preguntaron qué había sucedido mientras ellos dormían. Quisimos referirles las mayores pruebas por las que habíamos pasado; pero éstas resultaban tan insignificantes frente a la incomparable y eterna gloria que nos rodeaba, que nada pudimos decirles y todos exclamamos: "¡Aleluya! Muy poco nos ha costado el cielo". Pulsamos entonces nuestras arpas gloriosas, y sus ecos resonaron en las bóvedas del cielo. NB 75 1 Al salir de esta visión, todo me parecía cambiado y una melancólica sombra se extendía sobre cuanto contemplaba. ¡Oh, cuán tenebroso me parecía el mundo! Lloré al encontrarme aquí y experimenté nostalgia. Había visto un mundo mejor que empequeñecía este otro para mí. NB 75 2 Relaté esta visión a los fieles de Portland, quienes creyeron plenamente que provenía de Dios, y que, después de la gran desilusión de octubre, el Señor había elegido este medio para consolar y fortalecer a su pueblo. El Espíritu del Señor acompañaba al testimonio, y nos sobrecogía la solemnidad de la eternidad. Me embargaba una reverencia indecible porque yo, tan joven y débil, había sido elegida como instrumento por el cual Dios quería comunicar luz a su pueblo. Mientras estaba bajo el poder de Dios, rebosaba mi corazón de gozo, y me parecía estar rodeada por ángeles santos en los gloriosos atrios celestiales, donde todo es paz y alegría; y me era un triste y amargo cambio el volver a las realidades de esta vida mortal. ------------------------Capítulo 8--Llamada a viajar NB 76 1 En mi segunda visión, unos ocho días después de la primera, el Señor me mostró las pruebas que yo iba a tener que sufrir, y me dijo que yo debía ir y relatar todo cuanto él me había revelado. Se me mostró que mis trabajos tropezarían con recia hostilidad, que la angustia me desgarraría el corazón; pero que, sin embargo, la gracia de Dios bastaría para sostenerme en todo ello. NB 76 2 Al salir de esta visión, me sentí sumamente conturbada, porque en ella se me señalaba mi deber de ir entre la gente a presentar la verdad. Estaba yo tan delicada de salud que siempre me aquejaban sufrimientos corporales y, según las apariencias, no prometía vivir mucho tiempo. Contaba a la sazón diecisiete años, era menuda y endeble, sin trato social y naturalmente tan tímida y apocada que me era muy penoso encontrarme entre personas desconocidas. NB 76 3 Durante algunos días, y más aún por la noche, rogué a Dios que me quitase de encima aquella carga y la transfiriese a alguien más capaz de sobrellevarla. Pero no se alteró en mí la conciencia del deber, y continuamente resonaban en mis oídos las palabras del ángel: "Comunica a los demás lo que te he revelado". NB 76 4 Hasta entonces, cuando el Espíritu de Dios me había inspirado el cumplimiento de un deber, me había sobrepuesto a mí misma, olvidando todo temor y timidez al pensar en el amor de Jesús y en la admirable obra que por mí había hecho. NB 77 1 Pero me parecía imposible llevar a cabo la labor que se me encargaba, pues tenía miedo de fracasar con toda seguridad en cuanto lo intentase. Las pruebas que la acompañaban me parecían superiores a mis fuerzas. ¿Cómo podría yo, tan jovencita, ir de un sitio a otro para declarar a la gente las santas verdades de Dios? Tan sólo de pensarlo me estremecía de terror. Mi hermano Roberto, que tenía solamente dos años más que yo, no podía acompañarme, pues era de salud delicada, y su timidez era mayor que la mía; y nada podría haberlo inducido a dar un paso tal. Mi padre tenía que sostener a su familia y no podía abandonar sus negocios; pero él me aseguró repetidas veces que, si Dios me llamaba a trabajar en otros puntos, no dejaría de abrir el camino delante de mí. Estas palabras de aliento daban poco consuelo a mi abatido corazón; y mi senda se me aparecía cercada de dificultades que no podía vencer. NB 77 2 Deseaba la muerte para librarme de la responsabilidad que sobre mí se amontonaba. Por fin perdí la dulce paz que durante tanto tiempo había disfrutado, y nuevamente se apoderó de mi alma la desesperación. Aliento recibido de los hermanos NB 77 3 El grupo de fieles de Portland ignoraba las torturas mentales que me habían puesto en tal estado de desaliento; pero no obstante, echaban de ver que por uno u otro motivo tenía deprimido el ánimo, y, al considerar la misericordiosa manera en que el Señor se me había manifestado, opinaban que dicho desaliento era pecaminoso de mi parte. Se celebraron reuniones en casa de mi padre; pero era tanta la angustia de mi ánimo que durante algún tiempo no pude asistir a ellas. La carga se me iba haciendo cada día más pesada, hasta que la agonía de mi espíritu pareció exceder a lo que yo podía soportar. NB 78 1 Por fin me indujeron a asistir a una de las reuniones que se celebraban en mi propia casa, y los miembros de la iglesia tomaron cuanto me sucedía como tema especial de sus oraciones. El Hno. Pearson, quien en mi primera experiencia había negado que el poder de Dios obrase en mí, oró fervorosamente ahora por mí y me aconsejó que sometiese mi voluntad a la del Señor. Con paternal solicitud procuró animarme y consolarme, y me invitó a creer que el Amigo de los pecadores no me había desamparado. NB 78 2 Me sentía muy débil y desalentada para intentar esfuerzo alguno por mí misma, pero mi corazón se unía a los ruegos de mis hermanos. Ya no me inquietaba la hostilidad del mundo y estaba deseosa de hacer cualquier sacrificio para recobrar el favor de Dios. NB 78 3 Mientras se oraba por mí para que el Señor me diese fortaleza y valentía para difundir el mensaje, se disipó la espesa oscuridad que me había rodeado y me iluminó una luz repentina. Una especie de bola de fuego me dio sobre el corazón, y caí desfallecida al suelo. Me pareció entonces hallarme en presencia de los ángeles, y uno de estos santos seres repetía las palabras: "Comunica a los demás lo que te he revelado". NB 78 4 El Hno. Pearson, que no podía arrodillarse porque padecía de reumatismo, presenció este suceso. Cuando recobré el sentido se levantó el Hno. Pearson de su silla y dijo: "He visto algo como jamás esperaba ver. Una bola de fuego descendió del cielo e hirió a la Hna. Elena Harmon en medio del corazón. ¡Lo he visto! ¡Lo he visto! Nunca podré olvidarlo. Esto ha transmutado todo mi ser. Hna. Elena, tenga ánimo en el Señor. Desde esta noche yo no volveré a dudar. Nosotros le ayudaremos en adelante sin desanimarla jamás". Temor de engreimiento NB 79 1 Me oprimía el gran temor de que, si respondía al llamamiento del deber y me declaraba favorecida por el Altísimo con visiones y revelaciones para comunicarlas a las gentes, era posible que cayese en pecaminoso engreimiento y quisiera elevarme a un puesto más alto del que me correspondía, con lo cual me acarrearía el disgusto de Dios y la pérdida de mi alma. Conocía algunos casos por el estilo, y mi corazón rehuía la tremenda prueba. NB 79 2 Por lo tanto, rogué al Señor que si había de ir a relatar lo que él me había mostrado, era preciso que me resguardara de indebida exaltación. El ángel dijo: "Tus oraciones han sido oídas y tendrán respuesta. Si te amenaza el mal que temes, extenderá Dios su mano para salvarte. Por medio de la aflicción, te atraerá a sí y conservará tu humildad. Comunica fielmente el mensaje. Persevera hasta el fin y comerás del fruto del árbol de vida y beberás del agua de vida". NB 79 3 Al recobrar la conciencia de las cosas de este mundo, me entregué al Señor dispuesta a cumplir sus mandatos, fueran lo que fuesen. Entre los creyentes de Maine NB 79 4 No pasó mucho tiempo antes que el Señor me abriese el camino para ir con mi cuñado a ver a mis hermanas que estaban en Poland, punto distante cincuenta kilómetros de mi casa, y allí tuve ocasión de dar testimonio. Hacía tres meses que estaba muy delicada de la garganta y los pulmones, de modo que apenas podía hablar, y eso en voz baja y ronca. Pero en aquella oportunidad me levanté en la reunión y comencé a hablar como en un murmullo. A los cinco minutos, desapareció el dolor y la obstrucción de garganta; mi voz resonó clara y firme, y hablé con completa facilidad y soltura durante cerca de dos horas. Terminada la proclamación del mensaje, volví a quedar afónica hasta que al presentarme de nuevo ante el público, se repitió tan singular recuperación. Me afirmaba constantemente en la seguridad de que cumplía la voluntad de Dios y veía que señalados resultados correspondían a mis esfuerzos. NB 80 1 Providencialmente se me abrió el camino para ir a la parte oriental de Maine. El Hno. Guillermo Jordán marchaba por asuntos de negocio a Orrington en compañía de su hermana, y me instaron a que fuera con ellos. Puesto que yo había prometido al Señor andar por la senda que ante mí abriese, no me atreví a rehusar la invitación. El Espíritu de Dios acompañó al mensaje que di en Orrington; se alegraron los corazones en la verdad y los desanimados recibieron aliento y estímulo para renovar su fe. NB 80 2 En Orrington encontré al pastor Jaime White. El conocía ya a mis amigos y se ocupaba en trabajar por la salvación de las almas. NB 80 3 También visité Garland, donde muchas personas se reunieron de diferentes puntos para oír mi mensaje, mensaje. NB 80 4 Poco después, fui a Exeter, pueblito no lejano de Garland. Allí sentí una pesada carga, de la cual no pude obtener alivio hasta tanto que relaté lo que me había sido revelado acerca de algunos fanáticos circunstantes. Declaré que estas personas se engañaban al creer que las animaba el Espíritu de Dios. Mi testimonio les fue muy desagradable, a ellas y a los que simpatizaban con ellas. NB 80 5 Poco después, regresé a Portland, habiendo dado el testimonio recibido de Dios, y experimentando su aprobación en todos mis pasos. ------------------------Capítulo 9--Oraciones contestadas NB 81 1 En la primavera de 1845 visité Topsham, Maine. En cierta ocasión nos hallábamos reunidos en casa del Hno. Stockbridge Howland, cuya hija mayor, la Srta. Francisca Howland, muy querida amiga mía, estaba enferma de fiebre reumática y recibía los cuidados médicos. Tenía las manos tan hinchadas que no se le distinguían las coyunturas. Mientras que, sentados juntos, hablábamos del caso, le preguntamos al Hno. Howland si tenía fe en que su hija pudiera sanar en respuesta a la oración. Respondió que procuraría creer que sí, y luego declaró que lo creía posible. NB 81 2 Todos nos arrodillamos en ferviente oración a Dios en favor de la enferma. Nos acogimos a la promesa: "Pedid, y recibiréis". Juan 16:24. La bendición de Dios apoyaba nuestras oraciones y teníamos la seguridad de que Dios quería sanar a la paciente. Uno de los hermanos allí presentes exclamó: NB 81 3 --¿Hay aquí alguna hermana que tenga bastante fe para tomar a la enferma de la mano y decirle que se levante en el nombre del Señor? NB 81 4 La Hna. Francisca yacía en el dormitorio de arriba, y antes de que el hermano cesara de hablar, la Hna. Curtis se encaminó hacia las escaleras. Poseída del Espíritu de Dios, entró en la alcoba, y tomando de la mano a la inválida, le dijo: "Hna. Francisca, en el nombre del Señor, levántate y sé sana". Nueva vida circuló por las venas de la joven enferma, la poseyó una santa fe y, obediente a su impulso, se levantó de la cama, se mantuvo de pie y caminó por la pieza alabando a Dios por su restablecimiento. Se vistió en seguida y, con el semblante iluminado de indecible gozo y gratitud, bajó a la sala en donde estábamos reunidos. NB 82 1 A la mañana siguiente desayunó con nosotros. Poco después, mientras el pastor White leía el quinto capítulo de Santiago para el culto de familia, entró el médico, y como de costumbre se encaminó escalera arriba a visitar a su paciente. No hallándola allí, bajó presuroso y, con la alarma pintada en su semblante, abrió la puerta de la espaciosa cocina donde todos estábamos sentados en compañía de la Hna. Francisca. La miró asombrado y por último exclamó: "¡Así que Francisca está mejor!" NB 82 2 El Hno. Howland respondió: NB 82 3 --El Señor la ha sanado. NB 82 4 El Hno. White reanudó la lectura del capítulo en el punto interrumpido por la llegada del médico, y era el pasaje que dice: "¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él". Santiago 5:14. El médico escuchó con extraña expresión de admiración e incredulidad entremezcladas, meneó la cabeza y salió apresuradamente del aposento. NB 82 5 La Hna. Francisca anduvo ese día cinco kilómetros en coche. Regresó cuando ya anochecía, y a pesar de que llovía, no sintió malestar alguno y su salud continuó mejorando rápidamente. A los pocos días pidió el bautismo y fue sumergida en el agua. A pesar de que el tiempo era crudo y el agua estaba muy fría, no sufrió. Por el contrario, desde entonces quedó libre de la enfermedad y disfrutó de salud normal. NB 82 6 El Hno. Guillermo H. Hyde también estaba muy enfermo de disentería. Sus síntomas eran alarmantes, y el médico había informado que su caso era desesperado. Lo visitamos y oramos con él, pero él se había puesto bajo la influencia de ciertas personas fanáticas, que traían deshonra a nuestra causa. Anhelábamos liberarlo de esas personas, y rogamos al Señor que le diera fuerza para salir de ese lugar. El fue fortalecido y bendecido en respuesta a nuestras plegarias, y recorrió cuatro millas en un carruaje hasta la casa del Hno. Patten, pero después de llegar allí pareció que rápidamente se hundía de nuevo en la enfermedad. NB 83 1 El fanatismo y los errores en los cuales había caído por causa de una mala influencia parecían obstaculizar el ejercicio de su fe, pero con gratitud recibió el sencillo testimonio que se le presentó, confesó humildemente su falta, y firmemente se puso de parte de la verdad. NB 83 2 Solamente a unas pocas personas que eran fuertes en la fe se les permitió entrar en la pieza del enfermo. A los fanáticos cuya influencia sobre él había sido tan perniciosa, y que lo habían seguido persistentemente hasta la casa del Hno. Patten, se les prohibió que entraran en su presencia, mientras orábamos con fervor por su restauración física. Pocas veces he visto ruegos más fervientes para reclamar el cumplimiento de las promesas de Dios. Se reveló la salvación del Espíritu Santo, y un poder de lo alto descansó sobre nuestro hermano enfermo y sobre todos los presentes. NB 83 3 El Hno. Hyde se vistió inmediatamente y salió de la habitación, alabando a Dios, con la luz del cielo brillando en su semblante. Sobre la mesa estaba servida una comida habitual en una granja. El dijo: "Si yo estuviera bien, debería participar de este alimento; y como yo creo que Dios me ha sanado, voy a poner en ejercicio mi fe". Se sentó a comer con el resto de la gente, y comió con apetito sin ningún daño. Su recuperación fue completa y permanente. ------------------------Capítulo 10--Actividades en New Hampshire NB 84 1 Por entonces se me mostró que era mi deber visitar a nuestros hermanos de New Hampshire. Mi constante y fiel compañera en esta oportunidad era Luisa Foss, una hermana de Samuel Foss, el esposo de mi hermana María. Nunca podré olvidar su atención bondadosa y hermanable hacia mí durante mis viajes. También nos acompañaban el pastor Files y su esposa, que eran antiguos y valiosos amigos de mi familia, el Hno. Ralph Haskins y el pastor Jaime White. NB 84 2 Fuimos cordialmente recibidos por nuestros amigos en New Hampshire, pero había males que existían en ese campo que me preocupaban mucho. Hubimos de hacer frente a un espíritu de justicia propia que era muy deprimente. Ánimo para el pastor Morse NB 84 3 Mientras visitaba el hogar del pastor Washington Morse, me sentí muy enferma. Se ofreció oración en mi favor, y el Espíritu de Dios descansó sobre mí. Fui arrebatada en visión, y se me mostraron algunas cosas concernientes al caso del pastor Morse en relación con el chasco de 1844. NB 84 4 El pastor Morse había sido firme y consecuente en la creencia de que el Señor vendría en ese tiempo; pero cuando pasó el período sin que ocurriera el acontecimiento esperado, estaba perplejo y no podía explicar la demora. Aunque estaba amargamente decepcionado, a diferencia de lo que hicieron algunos, no renunció a su fe, para llamarla una ilusión fanática; pero se sentía anonadado, y no podía entender la posición del pueblo de Dios en el tiempo profético. Había sido tan ferviente en declarar que la venida del Señor estaba cerca, que cuando el tiempo pasó, se sintió abatido, y no hizo nada para animar a los del pueblo chasqueado, que eran como ovejas sin pastor, abandonados para ser devorados por los lobos. NB 85 1 Nos fue presentado el caso de Jonás. El pastor Morse estaba en una condición similar a la del chasqueado profeta. El había proclamado que el Señor vendría en 1844. El tiempo había transcurrido. El freno del temor, que parcialmente había dominado al pueblo, fue quitado, y la gente se complacía en mofarse de los que habían esperado en vano a Jesús. El pastor Morse sentía que era objeto de burla entre sus vecinos, que lo hacían víctima de las bromas, y no podía reconciliarse con su posición. No pensó en la misericordia de Dios, quien concedía al mundo un tiempo más largo a fin de que se preparase para su venida, ni pensó que la advertencia del juicio sería escuchada en forma más amplia, y que el pueblo recibiría como prueba una mayor luz. Únicamente pensó en la humillación de los siervos de Dios. NB 85 2 En lugar de sentirse desanimado por este chasco, como lo estaba Jonás, el pastor Morse debía haber hecho a un lado su dolor egoísta, y recogido los rayos de luz preciosa que Dios había dado a su pueblo. Debería haberse regocijado de que al mundo se le concediera más tiempo; y debería haber estado listo para ayudar a llevar adelante la gran obra que aún había de hacerse en la tierra, y traer a los pecadores al arrepentimiento y la salvación. Carencia de verdadera piedad NB 86 1 Fue difícil hacer mucho bien en New Hampshire. Espiritualmente hablando, nos encontramos con poca cosa allí. Muchos declararon que su experiencia en el movimiento de 1844 había sido una ilusión engañosa. Fue difícil alcanzar a esa clase, porque no podíamos aceptar la posición que ellos habían tomado. Muchos que habían sido activos predicadores y exhortadores en 1844, ahora parecían haber perdido su punto de apoyo y no sabían dónde estábamos en materia de tiempo profético; se estaban uniendo rápidamente con el espíritu del mundo. Magnetismo espiritual NB 86 2 En New Hampshire tuvimos que luchar con una especie de magnetismo espiritual, de un carácter similar al mesmerismo. Fue nuestra primera experiencia de esta clase, y ocurrió de la siguiente manera: Al llegar a Claremont, se nos dijo que había allí dos divisiones de adventistas, una que negaba su fe anterior, y otra, un pequeño número, que creía que en su pasada experiencia habían sido guiados por la providencia de Dios. Se nos condujo hacia dos hombres que en forma especial tenían puntos de vista similares a los nuestros. Hallamos que había mucho prejuicio contra estos hombres, pero suponíamos que ellos eran perseguidos por causa de la justicia. Los visitamos, y fuimos recibidos con bondad y tratados con cortesía. Pronto nos dimos cuenta de que ellos pretendían poseer una santificación perfecta, y declaraban que estaban por encima de toda posibilidad de pecado. NB 86 3 Estos hombres vestían excelentes trajes, y tenían un aire de naturalidad y soltura. Mientras hablábamos con ellos, un niño de ocho años de edad, vestido literalmente de harapos, entró en la habitación en la cual estábamos sentados. Nos sorprendimos al descubrir que este niño era el hijo de uno de estos hombres. La madre parecía excesivamente avergonzada y molesta; pero el padre, totalmente despreocupado, continuó hablando de sus elevadas conquistas espirituales, sin prestar la menor atención a su hijito. NB 87 1 Su santificación de repente perdió todo encanto a mis ojos. Entregado a la oración y la meditación, y rehuyendo toda la carga y las responsabilidades de la vida, este hombre había dejado de proveer a las necesidades presentes de su familia y de dar a sus hijos una atención paternal. Parecía olvidar que cuanto mayor es nuestro amor a Dios, más fuerte debe ser nuestro amor y nuestro cuidado por aquellos que él nos ha dado. El Salvador nunca enseñó la ociosidad y la devoción abstracta a costa de descuidar los deberes que nos conciernen directamente. NB 87 2 Este esposo y padre declaró que el logro de la verdadera santidad guiaba a la mente hasta estar por encima de todo pensamiento terrenal. Sin embargo, él todavía se sentaba a la mesa y comía alimentos temporales. No era alimentado por un milagro. Alguien debía proveer el alimento que él consumía, aunque él se preocupaba poco por este asunto, pues su tiempo era enteramente dedicado a las cosas espirituales. No pasaba así con su esposa, sobre la cual descansaba la carga de la familia. Ella trabajaba con ahínco en todo tipo de trabajo de la casa para mantener todo en orden. Su esposo declaró que ella no estaba santificada, y que ella permitía que las cosas mundanas desviaran su mente de los temas religiosos. NB 87 3 Pensé en nuestro Salvador, que trabajó en forma tan incansable por el bien de los demás. "Mi padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo" (Juan 5:17), declaró él. La santificación que el Señor enseñaba se mostraba por hechos de bondad y misericordia, y por el amor que induce a los hombres y mujeres a considerar a otros mejores que ellos mismos. NB 88 1 Hablando de la fe, uno de ellos dijo: "Todo lo que tenemos que hacer es creer, y cualquier cosa que pedimos de Dios nos será dada". NB 88 2 El pastor White sugirió que había condiciones para que esta promesa se cumpliera: "'Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis y os será hecho', declaró Jesús Juan 15:7. Su teoría de fe--continuó--debe tener un fundamento". NB 88 3 La hermana de uno de estos hombres pidió una entrevista privada conmigo. Ella tenía mucho que decir con respecto a la completa consagración a Dios, y trató de conocer mis opiniones con respecto a este asunto. Mientras hablaba, ella me tenía la mano en la suya, y con la otra me repasaba suavemente el cabello. Oré para que los ángeles de Dios me protegieran de las influencias impías que esta atractiva mujer estaba tratando de ejercer sobre mí con su lindo discurso y sus suaves caricias. Ella tenía mucho que decir con respecto a las conquistas espirituales y a la gran fe de su hermano. Su mente parecía estar muy ocupada en pensamientos relativos a él y a su experiencia. Sentí que necesitaba ser cuidadosa en lo que yo decía, y me alegré cuando la entrevista hubo terminado. NB 88 4 Estas personas que hacían tan alta profesión de religiosidad estaban engañando a los incautos. Hablaban mucho con respecto a la caridad que cubría multitud de pecados. Yo no podía estar de acuerdo con sus opiniones y sentimientos, y me di cuenta de que estaban ejerciendo un terrible poder para el mal, y estaba muy contenta de alejarme de su presencia. NB 89 1 Tan pronto como las opiniones de estas personas eran contrariadas, ellas manifestaban un espíritu terco de justicia propia y rechazaban toda instrucción. Aunque profesaban gran humildad, se jactaban mucho de sus sofismas con respecto ala santificación, y resistían todo llamamiento a la razón. Nos dimos cuenta de que todos nuestros esfuerzos para convencerlos de su error eran inútiles, ya que asumieron la posición de que no necesitaban aprender, pues eran maestros. Una reunión en casa del Hno. Collier NB 89 2 Por la tarde fuimos a la casa del Hno. Collier, donde nos proponíamos celebrar una reunión esa noche. Le hicimos al Hno. Collier algunas preguntas sobre estos hombres, pero no nos dio ninguna información. "Si el Señor os envió aquí--dijo él--, vosotros descubriréis qué espíritus los gobierna, y nos resolveréis el misterio". NB 89 3 Estos dos hombres asistieron a la reunión en la casa del Hno. Collier. Mientras yo oraba fervorosamente por luz y por la presencia de Dios, ellos comenzaron a gemir y exclamar: "¡Amén!", aparentemente apoyando mi oración con su simpatía. Pero mi corazón se sintió inmediatamente oprimido con un gran peso. Las palabras morían en mis labios, y una oscuridad se difundió por todo el ambiente. NB 89 4 El pastor White dijo: "Estoy afligido. El Espíritu de Dios es agraviado. Yo resisto esta influencia en el nombre del Señor. Oh Dios, reprende este mal espíritu". NB 89 5 Inmediatamente yo me sentí aliviada, y me elevé por encima de las tinieblas. Pero de nuevo, mientras hablaba palabras de ánimo y de fe a los que estaban presentes, sus gemidos y sus amenes me congelaban. Una vez más el pastor White reprendió el espíritu de las tinieblas, y de nuevo el poder de Dios descansó sobre mí mientras hablaba a la gente. Estos agentes del enemigo se vieron tan atados que les fue imposible ejercer nuevamente su funesta influencia aquella noche. NB 90 1 Después de la reunión el pastor White dijo al Hno. Collier: "Ahora puedo hablarle acerca de estos dos hombres. Ellos están actuando bajo una influencia satánica, y sin embargo atribuyen todo al Espíritu del Señor". NB 90 2 "Yo creo que Dios os ha enviado para animarnos--contestó él--. Nosotros llamamos a esta influencia mesmerismo. Ellos dominan las mentes de otras personas de una manera notable, y han dominado a algunas personas para gran perjuicio de ellas. Raramente tenemos reuniones aquí; porque ellos aparecen entre nosotros, y nosotros no podemos tener unión alguna con ellos. Manifiestan un profundo sentimiento, como habéis observado esta noche, pero extraen y anulan la verdadera vida de nuestras oraciones, y dejan una influencia más negra que la oscuridad de Egipto. Nunca los he visto dominados hasta esta noche". La teoría de que "no pueden pecar" NB 90 3 Durante la oración familiar esa noche el Espíritu del Señor descansó sobre mí y se me mostraron muchas cosas en visión. Estos hombres me fueron presentados como gente que hacía un gran daño a la causa de Dios. Mientras profesaban santificación, estaban transgrediendo la sagrada ley. Tenían un corazón corrupto, y los que se unían con ellos estaban bajo una ilusión satánica engañosa, obedeciendo sus instintos carnales en lugar de la Palabra de Dios. NB 90 4 Sostenían que los que estaban santificados no podían pecar. Y esto naturalmente conducía a la creencia de que los afectos y deseos de los santificados eran siempre correctos, y nunca había peligro de que los indujeran al pecado. De acuerdo con este sofisma, estaban practicando los peores pecados bajo el manto de la santificación, y por medio de su influencia engañosa y mesmérica estaban obteniendo un extraño poder sobre sus asociados, que no veían el mal de estas teorías de apariencia hermosa y por ello seductoras. NB 91 1 Su poder sobre la gente era terrible, pues mientras mantenían su atención y su confianza por medio de una influencia mesmérica, inducían a los inocentes e incautos a creer que esta influencia era del Espíritu de Dios. Por lo tanto los que seguían su enseñanza eran engañados a creer que ellos y sus asociados, que reclamaban estar completamente santificados, podían satisfacer todos los deseos de su corazón sin pecado. NB 91 2 Los engaños de estos falsos maestros me fueron presentados en forma bien abierta, y vi la terrible cuenta que se lleva de su vida en los libros de registro, y la tremenda culpa que descansaba sobre ellos por profesar completa santidad mientras que sus actos diarios eran ofensivos a la vista de Dios. NB 91 3 Algún tiempo después, los caracteres de estas personas fueron revelados delante de la gente, y la visión que yo había tenido con respecto a ellos resultó plenamente vindicada. La verdadera santificación NB 91 4 "Creed en Cristo--era el clamor de estas personas que pretendían la santificación--. Solamente creed; esto es todo lo que se requiere de vosotros. Solamente tened fe en Jesús". NB 91 5 Las palabras de Juan vinieron con fuerza a mi mente: "Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros". 1 Juan 1:8. Se me mostró que los que reclaman triunfalmente estar sin pecado, manifiestan por medio de su misma jactancia que se encuentran lejos de estar sin mancha de pecado. Cuanto más claramente el hombre caído comprenda el carácter de Cristo, tanto menos confianza tendrá en sí mismo, y más imperfectas aparecerán sus obras a sus ojos, en contraste con aquellas que distinguieron la vida del inmaculado Redentor. Pero los que están lejos de Jesús, aquellos cuya percepción espiritual está tan nublada por el error que no pueden comprender el carácter del gran Ejemplo, lo consideran a él como si fuera sencillamente uno de ellos, y se atreven a hablar de la perfección de su propia santidad. Mas están lejos de Dios; se conocen poco a sí mismos, y conocen mucho menos a Cristo. ------------------------Capítulo 11--Haciendo frente al fanatismo NB 93 1 Al regresar a Portland, tropecé con pruebas notorias de los desoladores efectos del fanatismo. Algunos se figuraban que la religión consiste en mucha excitación y ruido. Solían hablar de manera que irritaba a los incrédulos y concitaba el odio contra las doctrinas que enseñaban y contra ellos mismos. Entonces se regocijaban de verse perseguidos. Los incrédulos no podían ver que semejante conducta fuera consecuente. En algunos lugares se les impidió a los hermanos celebrar sus reuniones. Los justos sufrían con los culpables. NB 93 2 Mi ánimo se apesadumbraba y entristecía gran parte del tiempo. Parecía tan cruel que la causa de Cristo quedara perjudicada por la conducta de aquellos hombres imprudentes que, no sólo perdían sus propias almas, sino que echaban sobre la causa un estigma difícil de borrar. Y Satanás lo veía con gusto. Le convenía que gentes profanas manosearan la verdad; que ésta quedara mezclada con el error, y que luego el todo fuese hollado en el polvo. Miraba con aire de triunfo el estado confuso y disperso de los hijos de Dios. NB 93 3 Temblábamos por las iglesias que iban a caer bajo el yugo de este espíritu de fanatismo. Mi corazón se dolía por el pueblo de Dios. ¿Había de engañarlo y extraviarlo aquel falso entusiasmo? Yo comuniqué fielmente las advertencias que me había dado el Señor; pero poco efecto produjeron, fuera de concitar contra mí los celos de aquellos extremistas. Falsa humildad NB 94 1 Había algunos que profesaban profunda humildad, y abogaban por la práctica de arrastrarse por el suelo como los chiquillos en prueba de su humildad. Aseveraban que las palabras de Cristo en (Mateo 18:1-6) debían tener cumplimiento literal en esta época en que esperaban el regreso de su Salvador. Acostumbraban arrastrarse alrededor de sus casas, en las calles, en los puentes y hasta en la misma iglesia. NB 94 2 Les dije claramente que no se nos pedía esto, que la humildad que Dios esperaba de su pueblo había de manifestarse en una vida semejante a la de Cristo, y no arrastrándose por el suelo. Todas las cosas espirituales se han de tratar con sagrada dignidad. La humildad y la mansedumbre están de acuerdo con la conducta de Cristo, pero han de manifestarse de una manera digna. NB 94 3 El cristiano denota verdadera humildad siendo afable como Cristo, estando siempre dispuesto a ayudar al prójimo, pronunciando palabras cariñosas y haciendo obras de altruismo que elevan y ennoblecen el más sagrado mensaje dirigido a nuestro mundo. La doctrina del "ocio" NB 94 4 En Paris, Maine, había algunos que creían que era pecado trabajar. El Señor me encargó que reprobase al dirigente de este error, declarándole que iba en contra de la Palabra de Dios al abstenerse del trabajo, al propagar este error y al condenar a quienes no lo aceptaban. Rechazó todas las pruebas que dio el Señor para convencerlo de su yerro y determinó no variar de conducta. Solía hacer viajes penosos e ir a poblaciones distantes donde no recibía sino ultrajes, con lo cual creía que así sufría por causa de Cristo. Prescindiendo de la razón y del juicio, obedecía a sus impresiones. NB 95 1 Vi que Dios iba a obrar por la salvación de su pueblo y que aquel extraviado sujeto se daría pronto a conocer, de suerte que todos los sinceros de corazón viesen que no obraba con rectitud de espíritu, y así acabaría pronto su carrera. Poco tardó en romperse el hechizo y apenas tuvo influencia en los hermanos. Dijo que mis visiones eran obra del demonio y siguió dando rienda suelta a sus antojos hasta que se le trastornó el entendimiento y hubieron de encerrarlo en un manicomio. Finalmente se ahorcó con las retorcidas sábanas de su cama, y los que lo habían seguido se convencieron de la falacia de sus enseñanzas. Dignidad del trabajo NB 95 2 Dios dispuso que los seres creados por él debían trabajar. De esto depende su dicha. En los vastos dominios de la creación del Señor nadie había de ser zángano. Nuestra dicha aumenta y nuestras facultades se fortalecen cuando nos ocupamos en labores útiles. NB 95 3 La actividad acrecienta la fuerza. En el universo de Dios reina perfecta armonía. Todos los seres celestiales están en constante actividad; y el Señor Jesús nos dio a todos un ejemplo en la obra de su vida. Anduvo "haciendo bienes". Dios ha establecido la ley de acción obediente. Todas las cosas creadas ejecutan callada pero incesantemente la obra que les fue señalada. El océano está en continuo movimiento. La naciente hierba que hoy es y mañana es arrojada en el horno, cumple su encargo vistiendo de hermosura los campos. Las hojas se mueven sin que mano alguna las toque. El sol, la luna y las estrellas cumplen útil y gloriosamente su misión. NB 96 1 A toda hora funciona el mecanismo del cuerpo. Día tras día late el corazón, haciendo su tarea regular y señalada impeliendo incesantemente el carmíneo fluido por todas las partes del cuerpo. Se ve que la acción incesante predomina en toda la maquinaria viviente. Y el hombre, con su mente y cuerpo creados a semejanza de Dios, debe estar activo para desempeñar la labor que tiene señalada. No ha de estar ocioso. La ociosidad es pecado. Una dura prueba NB 96 2 En medio de mi experiencia de lucha contra el fanatismo, me vi sujeta a una dura prueba. Si en las reuniones el Espíritu de Dios descendía sobre alguna persona y ella glorificaba y ensalzaba a Dios, había quienes lo achacaban a mesmerismo; y si al Señor le placía mostrarme alguna visión en una reunión, también se figuraban que era excitación y mesmerismo. NB 96 3 Afligida y desalentada, solía retirarme a un lugar apartado para derramar la carga de mi alma ante Aquel que invita a todos los cansados y cargados a que acudan en busca de alivio. A medida que mi fe descansaba en las promesas, me parecía que Jesús estaba muy cerca. Me circuía la suave luz del cielo, y me veía rodeada por los brazos de mi Salvador y transportada en visión. Pero cuando relataba lo que Dios me había revelado a solas, donde ninguna influencia terrena podía afectarme, me afligía y asombraba al oír a alguien decirme que quienes viven más cerca de Dios están mayormente expuestos a ser engañados por Satanás. NB 96 4 Algunos querían hacerme creer que no existía el Espíritu Santo, y que todo cuanto los santos varones de Dios experimentaron fue tan sólo efecto del mesmerismo o de los engaños de Satanás. NB 97 1 Quienes, exagerando textos de la Escritura, se abstenían de todo trabajo y rechazaban a cuantos no compartían sus ideas respecto a este y otros puntos del deber religioso, me acusaban de conformarme al estilo mundano. Por otra parte, los adventistas nominales me culpaban de fanatismo, y se me representaba falsamente como la cabecilla del fanatismo que yo me ocupaba sin cesar en combatir. NB 97 2 Se señalaron diferentes fechas para la venida del Señor y se hicieron insistentes esfuerzos para hacerlas adoptar por los hermanos. Pero el Señor me mostró que dichas fechas pasarían, porque el tiempo de angustia había de sobrevenir antes del regreso de Cristo, y que cada vez que se fijaba una fecha y ésta pasaba de largo, se debilitaba la fe del pueblo de Dios. Por esto me acusaron de ser el siervo malo que decía: "Mi Señor tarda en venir". Mateo 24:48. NB 97 3 Todas estas cosas pesaban gravemente sobre mi ánimo, y en mi confusión estuve tentada varias veces a dudar acerca de lo que me sucedía. NB 97 4 Una mañana, durante las oraciones de familia, el poder de Dios descendió sobre mí, y me acudió a la mente el pensamiento de que aquello era mesmerismo. Lo resistí e inmediatamente quedé muda, y por algunos momentos perdí de vista cuanto me rodeaba. Vi entonces mi pecado al dudar del poder de Dios y que por ello me había quedado muda, pero que antes de veinticuatro horas se desataría mi lengua. Se me mostró una tarjeta en que estaban escritos en letras de oro el capítulo y versículo de cincuenta pasajes de la Escritura. NB 97 5 Desvanecida la visión, hice señas de que me trajesen la pizarra y escribí en ella que estaba muda, y también lo que había visto, y que deseaba la Biblia grande. Tomé la Biblia y rápidamente busqué todos los textos que había visto en la tarjeta. NB 98 1 No pude hablar en todo el día. A la mañana siguiente, temprano, mi alma se llenó de gozo, se desató mi lengua y prorrumpí en grandes alabanzas a Dios. Después de esto ya no me atreví a dudar; ni por un momento resistí al poder de Dios, aunque los demás pensaran de mí lo que quisieran. NB 98 2 Hasta entonces no me había sido posible escribir, y mi mano temblorosa era incapaz de sujetar firmemente la pluma. Mientras estaba en visión, un ángel me mandó que escribiera la visión. Obedecí, y pude escribirla fácilmente. Mis nervios estaban fortalecidos, y desde entonces hasta hoy, he tenido la mano firme. Exhortaciones a la fidelidad NB 98 3 Muy penoso me era decirles a los que andaban en error lo que se me había mostrado respecto a ellos. Me causaba mucha angustia ver a otros turbados o afligidos. Y cuando me veía obligada a declarar los mensajes, a menudo los suavizaba y los hacía parecer tan favorables para las personas a quienes concernían como me era posible, y después me retiraba a la soledad para llorar en agonía de espíritu. Me fijaba en aquellos que parecían no tener que cuidar sino de sus propias almas, y pensaba que, de hallarme yo en su situación, no me quejaría. Me era muy penoso referir los explícitos y terminantes testimonios recibidos de Dios. Anhelosamente aguardaba el resultado, y si los reprendidos se rebelaban contra la reprensión y después se oponían a la verdad, yo me preguntaba: ¿Habré dado debidamente el mensaje? ¿No podía haber algún medio de salvarlos? Y entonces se oprimía tan angustiosamente mi alma, que muchas veces la muerte habría sido para mí una mensajera bienvenida, y la tumba un dulce lugar de reposo. NB 99 1 No me daba cuenta de que, con estas dudas y preguntas, quebrantaba mi fidelidad; ni advertía el peligro y el pecado de semejante conducta, hasta que fui transportada en visión a la presencia de Jesús. Me dirigió una mirada de desaprobación y apartó de mí su rostro. No es posible describir el terror y la agonía que sentí entonces. Postré mi rostro en el suelo ante él sin poder articular una palabra. ¡Oh, cuánto anhelaba ocultarme y esconderme de aquel terrible ceño! Entonces pude percatarme en parte de lo que sentirán los perdidos cuando griten a las montañas y a las peñas: "Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero". Apocalipsis 6:16. NB 99 2 Al rato, un ángel me mandó que me levantara, y es difícil describir lo que vieron mis ojos. Ante mí había una hueste, de cabellos desgreñados y vestidos desgarrados, en cuyos semblantes se retrataban el horror y la desesperación. Se me acercaron y restregaron sus vestiduras contra las mías. Miré después mi vestido y lo vi manchado de sangre. De nuevo caí como muerta a los pies del ángel que me acompañaba, y sin poder alegar excusa alguna, deseaba alejarme de aquel lugar santo. NB 99 3 El ángel me puso en pie y dijo: "Este no es ahora tu caso; pero has visto esta escena para que sepas cuál será tu situación si descuidas declarar a los demás lo que el Señor te ha revelado. Pero si eres fiel hasta el fin, comerás del árbol de la vida y beberás del agua del río de vida. Habrás de sufrir mucho; pero la gracia de Dios es suficiente". NB 99 4 Entonces me sentí con ánimo para hacer cuanto el Señor exigiese de mí, a fin de lograr su aprobación y no experimentar su terrible enojo. El sello de la aprobación divina NB 100 1 Aquélla fue una época de tribulaciones. De no mantenernos entonces firmes, hubiera naufragado nuestra fe. Algunos decían que éramos tercos; pero estábamos obligados a mantener nuestros rostros como el pedernal, sin volvernos ni a derecha ni a izquierda. NB 100 2 Durante años nos esforzamos en combatir los prejuicios y vencer la oposición, que a veces amenazaba con arrollar a los fieles portaestandartes de la verdad: los héroes y heroínas de la fe. Pero echamos de ver que quienes acudían a Dios con humildad y contrición de alma, podían discernir entre lo verdadero y lo falso. "Encaminará a los humildes por el juicio, y enseñará a los mansos su carrera". Salmos 25:9. NB 100 3 En aquellos días nos dio Dios una valiosa experiencia. Al vernos en estrecho conflicto con las potestades de las tinieblas, como frecuentemente estábamos, confiamos por entero en el poderoso Protector. Repetidas veces oramos en demanda de fortaleza y sabiduría. No queríamos cejar en el empeño, convencidos de que íbamos a recibir auxilio. Y, gracias a la fe en Dios, la artillería del enemigo se volvió contra él, la causa de la verdad obtuvo gloriosas victorias, y comprendimos que Dios no nos daba su Espíritu con mezquindad. A no ser por aquellas apreciadas pruebas del amor de Dios, y si, por la manifestación de su Espíritu, no hubiese puesto él su sello sobre la verdad, acaso nos habríamos desalentado; pero aquellas pruebas de la dirección divina, aquellas vívidas experiencias en las cosas de Dios nos fortalecieron para pelear varonilmente las batallas del Señor. Los creyentes pudieron discernir con toda claridad cómo Dios les había señalado el camino, guiándolos por entre pruebas, desengaños y terribles conflictos. Cobraban mayores bríos según iban encontrando y venciendo obstáculos, y adquirían valiosa experiencia en cada paso que daban hacia adelante. Lecciones del pasado NB 101 1 En años ulteriores se me mostró que todavía no se han abandonado las falsas teorías expuestas en lo pasado. Resurgirán en cuanto hallen circunstancias favorables. No olvidemos que será sacudido todo cuanto pueda ser sacudido. El enemigo logrará quebrantar la fe de algunos, pero quienes se mantengan fieles a los principios no serán conmovidos. Permanecerán firmes entre las pruebas y las tentaciones. El Señor ha señalado los errores, y quienes no disciernan dónde se ha introducido Satanás, continuarán extraviados por falsos senderos. Jesús nos manda velar y fortalecer las cosas que quedan y que están por morir. NB 101 2 No debemos entrar en controversia con quienes sustentan teorías falsas. La controversia es inútil. Cristo nunca entró en discusiones. El arma empleada por el Redentor del mundo fue: "Escrito está". Adhirámonos a la palabra. Dejemos que el Señor Jesús y sus mensajeros den testimonio. Sabemos que su testimonio es verdadero. NB 101 3 Cristo preside todas las obras de su creación. Guió a los hijos de Israel en la columna de fuego, pues sus ojos ven el pasado, el presente y el futuro. El ha de ser reconocido y honrado por cuantos amen a Dios. Sus mandamientos han de ser la fuerza reguladora de la conducta de su pueblo. NB 101 4 El tentador se nos acerca con el supuesto de que Cristo ha trasladado su sitial de honor y poder a alguna región desconocida, y que los hombres ya no necesitan molestarse por más tiempo en exaltar su carácter y obedecer su ley. Añade que cada ser humano ha de ser su propia ley. Estos sofismas exaltan al yo y reducen a Dios a la nada. Destruyen el freno y las restricciones morales de la familia humana, y debilitan más y más la represión del vicio. El mundo no ama ni teme a Dios. Y quienes no temen ni aman a Dios pronto pierden el sentimiento del deber para con el prójimo. Están sin Dios y sin esperanza en el mundo. NB 102 1 En grave riesgo se hallan los instructores que no incorporan la palabra de Dios en la obra de su vida, pues no tienen un conocimiento salvador ni de Dios ni de Cristo. Quienes no viven la verdad son los más propensos a inventar sofismas para ocupar el tiempo y absorber la atención que debieran dedicarse al estudio de la Palabra de Dios. Es para nosotros una terrible equivocación desdeñar el estudio de la Biblia para investigar teorías extraviadoras, y apartar la mente de las palabras de Cristo para dirigirla a falacias de invención humana. NB 102 2 No necesitamos enseñanzas imaginarias respecto a la personalidad de Dios. Lo que Dios quiere que conozcamos de él está revelado en su Palabra y en sus obras. Las bellezas de la naturaleza denotan su carácter y su poder como Creador. Ellas son el don que hizo al género humano para manifestar su poder y demostrar que él es un Dios de amor. Pero nadie está autorizado a decir que Dios en persona reside en una flor, en una hoja o en un árbol. Estas cosas son obra de Dios y revelan su amor a la humanidad. NB 102 3 Cristo es la perfecta revelación de Dios. Quienes deseen conocer a Dios han de estudiar la obra y enseñanzas de Cristo. A quienes lo reciban y crean en él, les da poder de llegar a ser hijos de Dios. ------------------------Capítulo 12--El sábado del señor NB 103 1 Durante mi visita a Nueva Bedfor, Massachusetts, en 1846, conocí al pastor José Bates, que había abrazado la fe adventista desde el principio de su propagación, y que era un activo obrero en la causa, un verdadero caballero cristiano, cortés y amable. NB 103 2 La primera vez que me oyó hablar, manifestó profundo interés, y al concluir yo mi discurso, se levantó diciendo: "Yo dudo como Tomás. No creo en las visiones. Pero si yo pudiese creer que el testimonio relatado esta noche por la Hna. Harmon es verdaderamente la voz de Dios para nosotros, sería el más feliz de los hombres. Mi corazón está hondamente conmovido. Creo en la sinceridad de la persona que acaba de hablar; pero no acierto a explicarme cómo se le han mostrado las maravillas que nos ha referido". NB 103 3 El pastor Bates guardaba el sábado, séptimo día de la semana, y nos lo presentó insistentemente como verdadero día de descanso. Por mi parte, no le daba a esto gran importancia, y me parecía que el pastor Bates se equivocaba al dedicar más consideración al cuarto mandamiento que a los otros nueve. NB 103 4 Pero el Señor me dio una visión del santuario celestial. El templo de Dios estaba abierto en el cielo, y se me mostró el arca de Dios cubierta con el propiciatorio. Había dos ángeles, uno a cada lado del arca, con las alas extendidas sobre el propiciatorio y el rostro vuelto hacia él. Esto, según me dijo el ángel que me acompañaba, era una representación de cómo todas las cohortes del cielo miran con reverente temor la ley divina que fue escrita por el dedo de Dios. NB 104 1 Jesús levantó la cubierta del arca y vi las tablas de piedra en que estaban escritos los diez mandamientos. Me asombré al ver el cuarto mandamiento en el mismo centro de los diez preceptos, con una aureola luminosa que lo circundaba. El ángel dijo: "Este es, entre los Diez Mandamientos, el único que define al Dios vivo, que creó los cielos y la tierra y todas las cosas que en ellos hay". NB 104 2 Cuando Dios asentó los cimientos de la tierra, también asentó el cimiento del sábado. Se me mostró que si se hubiese guardado el verdadero día de descanso, nunca hubiera habido incrédulos ni ateos. La observancia del sábado hubiera preservado al mundo de la idolatría. NB 104 3 El cuarto mandamiento ha sido pisoteado, y por lo tanto, estamos nosotros llamados a reparar la brecha abierta en la ley y a abogar por el profanado sábado. El hombre de pecado, que se exaltó sobre Dios y pensó mudar los tiempos y la ley, transfirió el descanso del séptimo al primer día de la semana. Al hacerlo así, abrió una brecha en la ley de Dios. Poco antes del gran día de Dios, se ha de enviar un mensaje para exhortar a las gentes a que vuelvan a la obediencia de la ley de Dios quebrantada por el Anticristo. Por el precepto y el ejemplo, hemos de llamar la atención de las gentes hacia la brecha abierta en la ley. NB 104 4 Se me dijo que las valiosas promesas de (Isaías 58:12-14) se aplican a quienes trabajan por la restauración del verdadero sábado. NB 104 5 Se me mostró también que el tercer ángel, que proclama los mandamientos de Dios y la fe de Jesús, representa a quienes reciben este mensaje y alzan la voz a fin de amonestar al mundo para que guarde los mandamientos de la ley de Dios como la niña de sus ojos, y que, en respuesta a esta amonestación, muchos abrazarían el sábado del Señor. ------------------------Capítulo 13--Matrimonio y actividades conjuntas NB 106 1 El 30 de agosto de 1846 me uní en matrimonio con el pastor Jaime White, quien tenía profunda experiencia en el movimiento adventista y cuya labor en la proclamación de la verdad Dios había bendecido. Nuestros corazones se unieron en la magna obra y juntos viajamos y trabajamos por la salvación de las almas. Confirmación de la fe NB 106 2 En noviembre de 1846 asistimos mi esposo y yo a una reunión celebrada en Topsham, Maine, en la que estaba presente el pastor José Bates, quien entonces no creía del todo que mis visiones fuesen de Dios. Aquella reunión revistió mucho interés. El Espíritu de Dios descendió sobre mí; tuve una visión de la gloria de Dios, y por primera vez se me mostraron otros planetas. Al salir de la visión, relaté lo que había visto. El pastor Bates me preguntó entonces si yo había estudiado astronomía, a lo que respondí que no recordaba haber mirado jamás un libro que tratase de esta ciencia. Entonces exclamó: "Esto es cosa del Señor". Su aspecto se iluminó con la luz del cielo y exhortó con poder a la iglesia. NB 106 3 Acerca de su actitud respecto a las visiones, declaró el pastor Bates: NB 106 4 "Aunque nada veía en ellas contrario a la Palabra, me sentía alarmado y muy puesto a prueba, y durante largo tiempo no quise creer que las visiones fuesen algo más que un fenómeno resultante de la prolongada debilidad corporal de quien las recibía. NB 107 1 "Por lo tanto, busqué ocasiones de interrogarla y hacerle preguntas capciosas, a ella y a las amigas que la acompañaban, especialmente a su hermana mayor, y esto en presencia de otras personas y cuando su mente estaba libre de excitación (fuera de las reuniones), todo ello con el intento de averiguar la verdad, si fuese posible. Durante las visitas que desde entonces hizo la Hna. Elena a Nueva Bedford, Fairhaven, y mientras asistía a nuestras reuniones, la he visto yo en éxtasis unas cuantas veces, como también la vi en Topsham, Maine; y todos los que presenciaron algunas de aquellas emocionantes escenas, saben con cuán vivo interés y ahínco escuchaba yo cada palabra, y vigilaba cada movimiento, por si descubría alguna impostura o influencia mesmérica. Doy gracias a Dios por esta ocasión que me deparó de ser, juntamente con otras personas, testigo de estas cosas. Ahora puedo hablar confiadamente por mí mismo. Creo que la obra es de Dios, y es dada para consolar y fortalecer a su 'pueblo dividido y disperso', desde que terminó nuestra obra por el mundo en octubre de 1844".1 Oraciones fervientes y eficaces NB 107 2 Durante una reunión celebrada en Topsham se me mostró que tendría mucha aflicción, y que se pondría a prueba nuestra fe después de regresar a Gorham, donde residían mis padres. NB 108 1 Al regresar, caí muy enferma con intensos sufrimientos. Mis padres, mi esposo y mis hermanas se unieron en oración por mí, pero continué sufriendo durante tres semanas. A menudo desfallecía y quedaba como muerta, pero en respuesta a la oración, revivía. Mi agonía era tan grande que suplicaba a los que me rodeaban que no orasen por mí; porque pensaba que sus oraciones prolongaban tan sólo mis sufrimientos. Los vecinos creyeron que me moría. Y durante algún tiempo le plugo al Señor poner a prueba nuestra fe. NB 108 2 El Hno. Nichols y su esposa, de Dorchester, Massachusetts, se enteraron de mi aflicción, y su hijo Enrique vino a Gorham para traer algunas cosas con que aliviarme. Durante su visita, mis amigos volvieron a unirse en oración en demanda de mi restablecimiento. Después de orar los demás, el Hno. Enrique Nichols empezó a orar muy fervorosamente con el poder de Dios sobre él, y al levantarse del suelo donde se había arrodillado, cruzó el aposento, y poniéndome las manos en la cabeza, dijo: "Hna. Elena, Jesucristo te sana". Dicho esto, cayó hacia atrás, postrado por el poder de Dios. Yo creí que la obra era de Dios y desapareció el dolor. Mi alma se llenó de gratitud y paz. En mi corazón decía: "Sólo tenemos auxilio en Dios. Podemos estar en paz sólo cuando descansamos en él y esperamos su salvación". Actividades en Massachusetts NB 108 3 Pocas semanas después, en nuestro viaje para ir a Boston, nos embarcamos en Portland. Sobrevino una violenta tempestad y corrimos grave riesgo. Pero por misericordia de Dios, desembarcamos todos a salvo. NB 108 4 Desde Gorham, Maine, a poco de nuestro regreso a casa, el 14 de marzo de 1847, mi esposo escribió lo que sigue, acerca de nuestra labor en Massachusetts durante el mes de febrero y la primera semana de marzo: NB 109 1 "Mientras hemos estado alejados de nuestros amigos, desde hace casi siete semanas, Dios ha sido misericordioso con nosotros. Ha sido nuestra fortaleza en tierra y mar. Durante las últimas seis semanas, Elena ha disfrutado de mejor salud que en los seis últimos años pasados. Los dos gozamos de excelente salud... NB 109 2 "Desde que salimos de Topsham, hemos pasado algunas pruebas; pero también hemos tenido momentos celestiales y refrigerantes. En conjunto, ha sido una de las mejores visitas que hayamos hecho a Massachusetts. Nuestros hermanos de Nueva Bedford y Fairhaven han sido poderosamente fortalecidos y confirmados en la verdad y el poder de Dios. También los hermanos de otros lugares han recibido muchas bendiciones". Una visión del santuario celestial NB 109 3 En una reunión celebrada el sábado 3 de abril de 1847 en casa del Hno. Stockbridge Howland, sentimos un extraordinario espíritu de oración, y mientras orábamos descendió sobre nosotros el Espíritu Santo. Todos nos considerábamos muy felices. Pronto perdí el conocimiento de las cosas terrenas y quedé envuelta en la visión de la gloria de Dios. NB 109 4 Vi a un ángel que con presteza volaba hacia mí. Me llevó rápidamente desde la tierra a la santa ciudad, donde vi un templo en el que entré. Antes de llegar al primer velo, pasé por una puerta. Se levantó el velo y entré en el lugar santo, donde vi el altar del perfume, el candelabro con las siete lámparas y la mesa con los panes de la proposición. Después que hube contemplado la gloria del lugar santo, Jesús levantó el segundo velo y pasé al lugar santísimo. NB 110 1 En él vi un arca, cuya cubierta y lados estaban recubiertos de oro purísimo. En cada punta del arca, había un hermoso querubín con las alas extendidas sobre el arca. Sus rostros estaban frente a frente, pero su vista estaba dirigida hacia abajo. Entre los dos ángeles había un incensario de oro, y sobre el arca, donde estaban los ángeles, una gloria muy esplendorosa que semejaba un trono en que moraba Dios. Junto al arca estaba Jesús, y cuando las oraciones de los santos llegaban a él, humeaba el incienso del incensario, y Jesús ofrecía a su Padre aquellas oraciones con el humo del incienso. NB 110 2 Dentro del arca estaba el vaso de oro con el maná, la vara florecida de Aarón y las tablas de piedra, que se plegaban como las hojas de un libro. Jesús las abrió, y vi en ellas los Diez Mandamientos escritos por el dedo de Dios. En una tabla había cuatro, y en la otra seis. Los cuatro de la primera brillaban más que los otros seis. Pero el cuarto, el mandamiento del sábado, brillaba más que todos, porque el sábado fue puesto aparte para que se lo guardase en honor del santo nombre de Dios. El santo sábado resplandecía, rodeado de un nimbo de gloria. Vi que el mandamiento del sábado no estaba clavado en la cruz, pues de haberlo estado, también lo hubieran estado los otros nueve, y así quedaríamos en libertad para quebrantarlos a todos ellos, así como el cuarto. Vi que Dios no había cambiado el día de descanso, porque Dios es inmutable; pero el papa lo había transferido del séptimo al primer día de la semana, pues había pensado cambiar los tiempos y la ley. NB 110 3 También vi que si Dios hubiese cambiado el día de reposo del séptimo al primer día, asimismo hubiera cambiado el texto del mandamiento del sábado, escrito en las tablas de piedra que están en el arca del lugar santísimo del templo celestial, y diría así: El primer día es el día de reposo de Jehová tu Dios. Pero vi que decía lo mismo que cuando el dedo de Dios lo escribió en las tablas de piedra antes de entregarlas a Moisés en el Sinaí: "Mas el séptimo día será reposo para Jehová tu Dios". Vi que el santo sábado es, y será, el muro separador entre el verdadero Israel de Dios y los incrédulos, así como la institución más adecuada para unir los corazones de los queridos y esperanzados santos de Dios. NB 111 1 Vi que Dios tenía hijos que no echan de ver ni guardan el sábado. No han rechazado la luz referente a él. Y cuando empezó el tiempo de angustia, fuimos llenos del Espíritu Santo al salir a proclamar más plenamente el sábado.3 Esto enfureció a las otras iglesias y a los adventistas nominales, pues no podían refutar la verdad sabática, y entonces todos los escogidos de Dios comprendieron claramente que nosotros poseíamos la verdad, y salieron y sufrieron la persecución con nosotros. Vi guerra, hambre, pestilencia y grandísima confusión en la tierra. Los malvados pensaron que nosotros habíamos acarreado el castigo sobre ellos, y se reunieron en consejo para raernos de la tierra, creyendo que así cesarían los males. NB 111 2 En el tiempo de angustia4 huimos todos de las ciudades y pueblos, pero los malvados nos perseguían y entraban a cuchillo en las casas de los santos; pero al levantar la espada para matarnos, ésta se quebraba y caía tan inútil como una brizna de paja. Entonces clamamos día y noche por liberación, y el clamor llegó a Dios. NB 112 1 Salió el sol y la luna se detuvo. Cesaron de fluir las corrientes de aguas. Aparecieron negras y densas nubes que se entrechocaban unas con otras. Pero había un espacio de gloria fija, del que, cual estruendo de muchas aguas, salía la voz de Dios que estremecía cielos y tierra. El firmamento se abría y se cerraba en honda conmoción. Las montañas temblaban como cañas agitadas por el viento y lanzaban peñascos a su alrededor. El mar hervía como una olla y despedía piedras sobre la tierra. NB 112 2 Y al anunciar Dios el día y la hora de la venida de Jesús, en tanto expresaba ante su pueblo el pacto sempiterno, pronunciaba una frase y se detenía, mientras las palabras repercutían por toda la tierra. El Israel de Dios permanecía con los ojos en alto, escuchando las palabras según salían de labios de Jehová, que retumbaban por la tierra como estruendo del trueno más potente. El espectáculo era pavorosamente solemne, y al terminar cada frase, los santos exclamaban: "¡Glorial ¡Aleluya!" Su aspecto estaba iluminado con la gloria de Dios, y resplandecían sus rostros como el de Moisés al bajar del Sinaí. A causa de esta gloria, los malvados no podían mirarlos. Y cuando la bendición eterna se pronunció sobre quienes habían honrado a Dios santificando su sábado, resonó un potente grito por la victoria lograda sobre la bestia y su imagen. NB 112 3 Entonces comenzó el jubileo, durante el cual la tierra debía descansar. Vi al piadoso esclavo levantarse en triunfal victoria, y desligarse de las cadenas que lo ataban, mientras que su malvado dueño quedaba confuso sin saber qué hacer; porque los malvados no podían comprender las palabras de la voz de Dios. NB 112 4 Pronto apareció la gran nube blanca. Me pareció mucho más hermosa que antes. En ella se sentaba el Hijo del hombre. Al principio no distinguimos a Jesús en la nube; pero al acercarse más a la tierra, pudimos contemplar su bellísima figura. En cuanto apareció, esta nube fue la señal del Hijo del hombre en el cielo. NB 113 1 La voz del Hijo de Dios despertó a los santos dormidos y los levantó revestidos de gloriosa inmortalidad. Los santos vivientes fueron transformados en un instante y arrebatados con aquéllos en el carro de nubes. Este resplandecía en extremo mientras rodaba hacia las alturas. Tenía alas a uno y otro lado, y debajo ruedas. Y cuando ascendía, las ruedas exclamaban: "¡Santo!", y las alas, al batir, gritaban: "¡Santo!", y la comitiva de santos ángeles que rodeaba la nube exclamaba: "¡Santo, santo, santo, Señor Dios Todopoderoso!" Y los santos en la nube cantaban: "¡Gloria! ¡Aleluya!" El carro subió a la santa ciudad. Jesús abrió las puertas de la ciudad de oro y nos condujo adentro. Fuimos bien recibidos, porque habíamos guardado "los mandamientos de Dios", y teníamos derecho "al árbol de la vida". Apocalipsis 14:12; 22:14. ------------------------Capítulo 14--Lucha con la pobreza NB 114 1 El 26 de agosto de 1847, nació en Gorham, Maine, nuestro hijo primogénito, Enrique Nicolás White. En el mes de octubre, el Hno. y la Hna. Howland, de Topsham, nos ofrecieron amablemente una parte de su casa que nosotros aceptamos gozosos, y nos instalamos con muebles prestados. Eramos pobres y preveíamos tiempos difíciles. Habíamos resuelto no depender de manos ajenas sino valernos por nosotros mismos, y tener algo con que ayudar al prójimo. Sin embargo, no prosperamos. Mi marido trabajaba penosamente en acarrear piedra para la vía férrea, pero no pudo obtener lo que se le debía por su labor. Los Hnos. Howland compartían generosamente con nosotros cuanto les era posible; pero también ellos pasaban penurias. Creían plenamente en el primer mensaje y en el segundo, y liberalmente contribuyeron con sus recursos al adelanto de la obra hasta verse precisados a vivir de su trabajo diario. NB 114 2 Mi esposo dejó de acarrear piedra y con su hacha se fue al bosque para cortar leña. Con un dolor continuo en su costado trabajaba desde el alba hasta el oscurecer, ganando con ello unos cincuenta centavos diarios. No obstante, nos esforzamos en mantenernos de buen ánimo y en confiar en el Señor. Yo no murmuré. Por la mañana, daba gracias a Dios de que nos hubiese conservado la vida durante otra noche, y por la noche le agradecía que nos hubiese guardado durante otro día. NB 115 1 Un día que no teníamos nada para comer, mi esposo fue a ver a su empleador para pedirle dinero o provisiones. El día era tormentoso y tuvo que andar cinco kilómetros de ida y otros tantos de vuelta bajo la lluvia. Vino a casa cargado con un saco de provisiones dividido en diferentes compartimientos, y así cruzó por el pueblo de Brunswick, donde a menudo había dado conferencias. Al verlo entrar en casa, muy fatigado, sentí desfallecer mi corazón. Mi primera idea fue que Dios nos había desamparado. Le dije a mi esposo: "¿A esto hemos llegado? ¿Nos ha dejado el Señor?" No pude contener las lágrimas, y lloré amargamente largo rato hasta desmayarme. Oraron por mí. Pronto noté la placentera influencia del Espíritu de Dios y deploré haber cedido al desaliento. Nosotros deseamos seguir e imitar a Cristo, pero a veces desfallecemos bajo el peso de las pruebas y nos distanciamos de él. Los sufrimientos y las pruebas nos acercan a Jesús. El crisol consume las escorias y abrillanta el oro. NB 115 2 Entonces se me mostró que el Señor nos había estado probando para nuestro bien, a fin de prepararnos para trabajar en favor del prójimo; que él había perturbado nuestra tranquilidad para que no nos arrellanáramos cómodamente en nuestro hogar. Nuestra labor había de emplearse en bien de las almas, y si hubiésemos prosperado, nos hubiera parecido tan agradable el hogar que no hubiéramos querido abandonarlo. Dios permitió las pruebas a fin de prepararnos para conflictos todavía más graves con que íbamos a tropezar en nuestros viajes. Pronto recibimos cartas de hermanos que vivían en diferentes Estados y nos invitaban a visitarlos. Pero no teníamos recursos para salir del Estado en que nos hallábamos. Contestamos que el camino no estaba abierto delante de nosotros. Me pareció imposible viajar con mi hijito, y además no queríamos depender de nadie, y cuidábamos de vivir según nuestros medios, resueltos a sufrir antes que contraer deudas. NB 116 1 Antes de mucho, nuestro pequeño Enrique cayó enfermo y empeoró tan rápidamente que nos alarmamos mucho. Yacía sin conocimiento; su respiración era agitada y penosa. Le dimos remedios, pero sin éxito. Llamamos entonces a una persona de experiencia en cuanto a enfermedades, y nos dijo que era dudoso que se restableciera. Habíamos orado por él, pero no había cambio. Habíamos hecho del niño una excusa para no viajar ni trabajar por el bien de otros, y temíamos que el Señor nos lo fuera a quitar. Una vez más acudimos al Señor para suplicarle que se compadeciese de nosotros y le perdonara la vida al niño, comprometiéndonos solemnemente a salir confiados en Dios, para ir dondequiera que nos enviase. NB 116 2 Nuestras peticiones fueron hechas con fervor y en agonía mental. Por la fe nos acogimos a las promesas de Dios, y creímos que él oía nuestros clamores. La luz del cielo atravesó las nubes y resplandeció sobre nosotros. Nuestras oraciones recibieron misericordiosa respuesta. Desde aquella hora, el niño empezó a restablecerse. Primera visita a Connecticut NB 116 3 Mientras estábamos en Topsham recibimos una carta del Hno. E. L. H. Chamberlain, de Middletown, Connecticut, en la que nos instaba a asistir a una conferencia que iba a celebrarse en dicho Estado en abril de 1848. Resolvimos ir si podíamos obtener los medios. Mi esposo ajustó cuentas con su patrón y resultó que éste le debía diez dólares. Con cinco de ellos compré prendas de vestir, de que estábamos muy necesitados, y después remendé el abrigo de mi esposo, añadiendo pedazos hasta en los parches ya puestos, a tal punto que era difícil reconocer cuál había sido el primitivo paño de las mangas. Con los otros cinco dólares nos costeamos el viaje hasta Dorchester, Massachusetts. NB 117 1 Nuestro baúl contenía casi todo cuanto poseíamos en la tierra; pero en cambio gozábamos de placidez de ánimo y tranquilidad de conciencia, cosas que apreciábamos mucho más que las comodidades mundanas. NB 117 2 En Dorchester fuimos a visitar al Hno. Otis Nichols y, al despedirnos, la Hna. Nichols le dio a mi esposo cinco dólares con los que costeamos el viaje hasta Middletown, Connecticut. En Middletown éramos forasteros, pues nunca habíamos visto a ninguno de los hermanos de Connecticut. Sólo nos quedaban cincuenta centavos de nuestro dinero. Mi esposo no se atrevió a gastarlos en alquilar un carruaje, por lo que, dejando el baúl sobre un montón de tablones que había en un depósito de madera cercano, nos fuimos en busca de alguien de nuestra fe. Pronto encontramos al Hno. Chamberlain, quien nos llevó a su casa. La conferencia de Rocky Hill NB 117 3 La conferencia de Rocky Hill se celebró en un espacioso aposento desamueblado de la casa del Hno. Alberto Belden. En una carta dirigida por mi esposo al Hno. Stockbridge Howland le decía lo siguiente acerca de la reunión: NB 117 4 "El 20 de abril, el Hno. Belden envió su coche de dos caballos a Middletown para recogernos a nosotros y a los demás hermanos de la población. Llegamos a este lugar cerca de las cuatro de la tarde, y al cabo de pocos minutos llegaron los Hnos. Bates y Gurney. Aquella tarde tuvimos una reunión de unas quince personas. El viernes de mañana, sin embargo, llegaron más hermanos hasta alcanzar el número de cincuenta, pero no todos habían aceptado por completo la verdad. Fue muy interesante la reunión de aquel día. El Hno. Bates explicó claramente los mandamientos, cuya importancia quedó señaladamente impresa en el corazón de los presentes por medio de poderosos testimonios. La predicación tuvo por efecto confirmar en la verdad a quienes ya la profesaban, y estimular a quienes aún no se habían resuelto por completo". Obtención de recursos para visitar el oeste de Nueva York NB 118 1 Dos años antes se me había mostrado que algún día visitaríamos el occidente del Estado de Nueva York. Y ahora, poco después de concluida la conferencia de Rocky Hill, recibimos una invitación para asistir a la reunión general que en el mes de agosto debía celebrarse en Volney, Nueva York. El Hno. Hiram Edson nos escribió diciéndonos que la mayoría de los hermanos eran pobres, y en consecuencia no podía prometer que harían mucho para sufragarnos la estancia, pero que harían cuanto estuviera a su alcance. Carecíamos de recursos para el viaje y mi esposo andaba mal de salud: pero se le deparó ocasión de trabajar en la siega del heno, y aceptó este trabajo. NB 118 2 Pareció entonces que debíamos vivir por fe. Al levantarnos cada mañana nos arrodillábamos junto a la cama, rogando a Dios que nos diera fuerzas para trabajar durante el día, y no podíamos quedar satisfechos sin la seguridad de que Dios había oído nuestras oraciones. Después se iba mi esposo a manejar la guadaña con las fuerzas que le daba Dios. Al volver a casa por la noche, rogábamos de nuevo a Dios que le diera fortaleza para obtener recursos con que difundir la verdad. En una carta escrita al Hno. Howland con fecha 2 de julio de 1848, decía lo siguiente acerca de esta experiencia: NB 119 1 "Hoy está lloviendo y, por lo tanto, no corto heno, pues de otra suerte no escribiría. Siego cinco días para los incrédulos y el domingo para los creyentes, y descanso el séptimo día, por lo que me queda muy poco tiempo para escribir... Dios me da fuerzas para trabajar con firmeza todo el día... Los Hnos. Holt, Juan Belden y yo hemos contratado cien acres de hierba para segar (unas cuarenta hectáreas) al precio de ochenta y siete centavos y medio el acre (unos cuatro mil metros cuadrados), quedando a nuestro cargo la manutención. ¡Alabado sea Dios! Espero reunir unos cuantos dólares para emplearlos en la causa del Señor". ------------------------Capítulo 15--Actividades en el oeste de Nueva York en 1848 NB 120 1 De su trabajo en la siega del heno obtuvo mi esposo cuarenta dólares, con los que, después de comprar alguna ropa, tuvimos lo suficiente para ir a la parte occidental del Estado de Nueva York y regresar. NB 120 2 Estaba yo quebrantada de salud y me era imposible viajar y cuidar a mi pequeñuelo Enrique, que entonces tenía diez meses. Así que lo dejamos en Middletown confiado a la Hna. Clarisa Bonfoey. Dura prueba era para mí separarme de mi hijo; pero no nos atrevimos a permitir que nuestro cariño hacia él nos apartara de la senda del deber. Jesús dio su vida para salvarnos, ¡Cuán pequeño es cualquier sacrificio que podamos hacer, comparado con el suyo! NB 120 3 En la mañana del 13 de agosto llegamos a la ciudad de Nueva York, y fuimos a la casa del Hno. D. Moody. Al día siguiente se nos unieron los Hnos. Bates y Gurney. Conferencia en Volney NB 120 4 Nuestra primera reunión general en el occidente del Estado de Nueva York comenzó el 18 de agosto en Volney, en la granja del Hno. David Arnold. Concurrieron unas treinta y cinco personas--todos los amigos que pudieron reunirse en aquella parte del Estado. Pero de los treinta y cinco apenas había dos de la misma opinión, porque algunos sustentaban graves errores, y cada cual defendía tenazmente su criterio peculiar diciendo que estaba de acuerdo con la Biblia. NB 121 1 Un hermano sostenía que los mil años del capítulo veinte del Apocalipsis estaban en el pasado, y que los ciento cuarenta y cuatro mil mencionados en los capítulos siete y catorce del Apocalipsis eran los que fueron resucitados en ocasión de la resurrección de Cristo. NB 121 2 Mientras estábamos frente a los emblemas de nuestro Señor moribundo, y estábamos por conmemorar sus sufrimientos, este hermano se levantó y declaró que él no creía en lo que estábamos por hacer; que la Cena del Señor era una continuación de la Pascua, y que debía celebrarse sólo una vez al año. NB 121 3 Esta extraña diferencia de opinión me causó mucha pesadumbre, pues vi que se presentaban como verdades muchos errores. Me pareció que con ello Dios quedaba deshonrado. Mi ánimo se apenó grandemente y me desmayé bajo el pesar. Algunos me creyeron moribunda. Los Hnos. Bates, Chamberlain, Gurney, Edson y mi esposo oraron por mí. El Señor escuchó las oraciones de sus siervos y reviví. NB 121 4 Entonces me iluminó la luz del cielo y pronto perdí de vista las cosas de la tierra. Mi ángel guiador me hizo ver algunos de los errores profesados por los concurrentes a la reunión, y también me presentó la verdad en contraste con sus errores. Los criterios discordes, que a ellos les parecían conformes con las Escrituras, eran tan sólo su opinión personal acerca de las enseñanzas bíblicas, y se me ordenó decirles que debían abandonar sus errores y unirse en torno a las verdades del mensaje del tercer ángel. NB 121 5 Nuestra reunión terminó victoriosamente. Triunfó la verdad. Nuestros hermanos renunciaron a sus errores y se unieron en el mensaje del tercer ángel; y Dios los bendijo abundantemente y añadió muchos otros a su número. Visita al Hno. Snow, en Hannibal NB 122 1 De Volney pasamos a Port Gibson, a unos cien kilómetros de distancia, para estar allí, según compromiso anteriormente contraído, los días 27 y 28 de agosto. "En nuestro viaje--escribió mi esposo en una carta fechada el 26 de agosto y dirigida al Hno. Hastings--, nos detuvimos en casa del Hno. Snow, en Hannibal. Hay allí ocho o diez preciosas almas. Los Hnos. Bates, Simmons y Edson con su esposa se quedaron toda la noche con ellas. Por la mañana Elena fue arrebatada en visión, y mientras estaba en visión entraron todos los hermanos. Uno de ellos no estaba de acuerdo con nosotros acerca de la verdad del sábado, pero era humilde y bueno. En su visión Elena se levantó, tomó la Biblia grande, la sostuvo ante el Señor y habló basándose en ella. Luego la llevó a ese humilde hermano, y se la puso en los brazos. El la tomó mientras le caían las lágrimas sobre el pecho. Luego, Elena vino y se sentó a mi lado. Estuvo en visión una hora y media, durante la cual no respiró en absoluto. Fueron momentos conmovedores. Todos lloraron mucho de gozo. Dejamos al Hno. Bates con aquellas personas, y vinimos acá con el Hno. Edson". La reunión de Port Gibson NB 122 2 La reunión de Port Gibson se realizó en el galpón del Hno. Hiram Edson. Había personas presentes que amaban la verdad, pero que escuchaban y albergaban el error. Antes del fin de esta reunión, sin embargo, el Señor obró en nuestro favor con poder. Se me mostró de nuevo en visión la importancia de que los hermanos pongan a un lado sus diferencias y se unan en torno a la verdad bíblica. Visita al Hno. Harris, en Centerport NB 123 1 Salimos de la casa del Hno. Edson con la intención de pasar el sábado siguiente en la ciudad de Nueva York. Era demasiado tarde ya para tomar el barco, de manera que tomamos una lancha, con la idea de trasbordar cuando llegara el próximo barco. Al verlo aproximándose, comenzamos a hacer los preparativos para abordarlo; pero la embarcación no se detuvo, y nosotros tuvimos que saltar a bordo mientras el barco estaba en movimiento. NB 123 2 El Hno. Bates tenía en la mano el dinero de nuestro pasaje, y le decía al capitán del barco: "Aquí tiene esto para pagar el pasaje". Al ver el barco moviéndose, él saltó para abordarlo, pero su pie se enganchó en el borde del barco, y cayó al agua. Comenzó entonces a nadar hacia el barco, con su cartera en una mano, y un billete de un dólar en la otra. Se le cayó el sombrero, y al rescatarlo perdió el billete de un dólar, pero retuvo la cartera. El barco se detuvo entonces para que él pudiera abordarlo. Sus ropas estaban empapadas con el agua sucia del canal, y estábamos cerca de Centerport, de manera que decidimos llegar al hogar del Hno. Harris, para que el Hno. Bates pudiera arreglarse la ropa. NB 123 3 Nuestra visita resultó de beneficio a esta familia. Durante años la Hna. Harris había sufrido de catarro. Ella había usado rapé para aliviarse de esta aflicción, y decía que no podía vivir sin esto. Tenía mucho dolor de cabeza. Le recomendamos que fuera al Señor, el gran Médico, quien la sanaría de su aflicción. Decidió hacerlo, y tuvimos una reunión de oración en su favor. Abandonó completamente el rapé; sus dificultades resultaron grandemente aliviadas, y desde ese tiempo su salud fue mejor de lo que había sido durante años. NB 124 1 Mientras estábamos en la casa del Hno. Harris tuve una entrevista con una hermana que usaba joyas de oro y sin embargo profesaba esperar la venida de Cristo. Le hablamos de las declaraciones expresas de la Escritura contra el uso de joyas. Pero ella se refirió a la ocasión en que se le ordenó a Salomón embellecer el templo, y a la declaración de que las calles de la ciudad de Dios eran de puro oro. Afirmó que si podíamos mejorar nuestra apariencia usando joyas, de manera que pudiéramos tener influencia en el mundo, esto estaba correcto. Le repliqué que nosotros éramos pobres mortales caídos, y que en lugar de decorar nuestros cuerpos porque el templo de Salomón estaba gloriosamente adornado, debemos recordar nuestra condición caída y que costó el sufrimiento y la muerte del Hijo de Dios para redimirnos. Este pensamiento debe causar en nosotros un sentimiento de humillación. Jesús es nuestro modelo. Si él abandonara su humillación y sufrimientos, y clamara: "Si alguien quiere venir en pos de mí, agrádese a sí mismo, y goce del mundo, y será mi discípulo", la multitud lo creería y le seguiría. Pero Jesús no se nos presenta de otra manera que como el humilde crucificado. Si queremos estar con él en el cielo, debemos ser como él fue en la tierra. El mundo reclamará a aquellos que le pertenecen. Y quien quiera ser vencedor, debe abandonar lo que es mundano. Visita a la casa del Hno. Abbey, en Brookfield NB 124 2 Al día siguiente proseguimos nuestro viaje en barco, y llegamos hasta el condado de Madison, Estado de Nueva York. Dejamos entonces el barco, alquilamos un carruaje, y recorrimos cuarenta kilómetros hasta Brookfield, donde estaba el hogar del Hno. Ira Abbey. Siendo que era viernes de tarde cuando llegamos a la casa, se propuso que uno de nosotros fuera a la puerta e hiciera las averiguaciones del caso, de manera que si nos veíamos chasqueados en nuestra esperanza de recibir la bienvenida, pudiéramos regresar con el mismo conductor, y pasar el sábado en un hotel. NB 125 1 La Hna. Abbey llegó hasta la puerta, y mi esposo se introdujo como alguien que guardaba el sábado. Ella contestó: "Me alegro de verlo. Pase". El replicó: "Hay tres personas más en el carruaje conmigo. Pensé que si todos veníamos a la vez la espantaríamos". "Yo nunca me espanté de ver cristianos", fue la respuesta. La Hna. Abbey expresó gran gozo al vernos y nos dio una calurosa bienvenida, tanto ella como su familia. Cuando el Hno. Bates fue introducido ella dijo: "¿Será éste el Hno. Bates que escribió aquel libro tan directo sobre el sábado? ¿Y viene a vernos? Yo soy indigna de que entréis debajo de mi tejado. Pero el Señor os ha enviado a nosotros; pues tenemos hambre de la verdad". NB 125 2 Se mandó a un niño al campo para comunicar al Hno. Abbey que habían llegado cuatro observadores del sábado. El no manifestó apuro, sin embargo, por conocernos; porque anteriormente había sido engañado por algunos que lo visitaban a menudo. Estos, profesando ser siervos de Dios, habían esparcido el error entre la pequeña grey que estaba tratando de mantenerse fiel a la verdad. El Hno. y la Hna. Abbey habían luchado contra ellos por tanto tiempo, que tenían miedo de volver a tener relación con ellos. El Hno. Abbey tenía miedo de que fuéramos de la misma clase. Cuando él vino a la casa nos recibió fríamente, y entonces comenzó haciendo unas pocas preguntas sencillas y directas con respecto a si guardábamos el sábado y si creíamos que los mensajes pasados eran de Dios. Cuando tuvo evidencias de que veníamos con la verdad, gozosamente nos dio la bienvenida. NB 126 1 Nuestras reuniones en este lugar resultaron una alegría para los pocos que amaban la verdad. Nos regocijamos de que el Señor en su providencia nos había guiado de esta manera. Gozamos de la presencia de Dios juntos, y fuimos consolados al encontrar a unos pocos que habían permanecido firmes a través de todo el tiempo del esparcimiento, manteniéndose unidos a los mensajes de verdad en medio de las tinieblas que lo espiritualizaban todo y manifestaban fanatismo. Esta querida familia nos ayudó en nuestro camino de una manera piadosa. ------------------------Capítulo 16--Una visión del sellamiento1 NB 127 1 Al principiar el santo sábado el 5 de enero de 1849, nos pusimos en oración con la familia del Hno. Belden en Rocky Hill, Connecticut, y el Espíritu Santo descendió sobre nosotros. Fui arrebatada en visión al lugar santísimo, en donde vi a Jesús intercediendo todavía por Israel. En la parte inferior de su ropaje llevaba una campanilla y una granada. Entonces vi que Jesús no dejaría el lugar santísimo hasta que cada caso estuviese decidido, ya para salvación, ya para destrucción, y que la ira de Dios no podía manifestarse mientras Jesús no hubiese concluido su obra en el lugar santísimo y se hubiese quitado sus vestiduras sacerdotales, para revestirse de ropaje de venganza. Entonces Jesús abandonará el lugar que ocupa entre el Padre y los hombres, y Dios ya no callará, sino que derramará su ira sobre los que rechazaron su verdad. Vi que la cólera de las naciones, la ira de Dios, y el tiempo de juzgar a los muertos, eran cosas separadas y distintas que se seguían unas a otras. También vi que Miguel no se había levantado aún, y que el tiempo de angustia cual no lo hubo nunca no había comenzado todavía. Las naciones se están airando ahora, pero cuando nuestro Sumo Sacerdote termine su obra en el santuario, se levantará, se pondrá las vestiduras de venganza y entonces se derramarán las siete postreras plagas. NB 128 1 Vi que los cuatro ángeles iban a retener los vientos hasta que estuviese hecha la obra de Jesús en el santuario, y que entonces caerían las siete postreras plagas. Estas plagas enfurecieron a los malvados contra los justos; ellos pensaron que habíamos atraído sobre ellos los juicios de Dios, y que si podían raernos de la tierra, las plagas se detendrían. Se promulgó un decreto para matar a los santos, lo cual hizo que éstos clamaran día y noche por su libramiento. Este fue el tiempo de la angustia de Jacob. Entonces todos los santos clamaron con angustia de ánimo, y fueron libertados por la voz de Dios. Los ciento cuarenta y cuatro mil triunfaron. Sus rostros quedaron iluminados por la gloria de Dios. NB 129 1 Entonces se me mostró una hueste que aullaba de agonía. Sobre sus vestiduras estaba escrito en grandes caracteres: "Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto". Pregunté quiénes formaban esta hueste. El ángel dijo: "Estos son los que una vez guardaron el sábado, y lo abandonaron". Los oí clamar en alta voz: "Creímos en tu venida, y la proclamamos con energía". Y mientras hablaban, sus miradas caían sobre sus vestiduras y veían lo escrito, y entonces prorrumpían en llanto. Vi que habían bebido de las aguas profundas, y hollado el residuo con los pies--habían pisoteado el sábado--y que por esto habían sido pesados en balanza y hallados faltos. NB 129 2 Entonces el ángel que me acompañaba me indicó de nuevo la ciudad, donde vi a cuatro ángeles que volaban hacia la puerta. Estaban justamente presentando al ángel de la puerta la tarjeta de oro. En ese momento vi a otro ángel que, volando raudamente, venía de la dirección de la más excelsa gloria, y gritaba en alta voz a los demás ángeles mientras algo tremolaba en su mano. Le pregunté a mi guía qué significaba aquello, y me respondió que por entonces yo no podía ver más, pero que muy pronto me explicaría el significado de todas aquellas cosas que veía. NB 129 3 El sábado por la tarde enfermó uno de nuestros miembros, y pidió que oráramos por su salud. Todos nos unimos en súplica al Médico que no yerra en caso alguno, y mientras el poder curativo bajaba a sanar al* enfermo, el Espíritu descendió sobre mí y fui arrebatada en visión. NB 130 1 Vi a cuatro ángeles que habían de hacer una labor en la tierra y andaban en vías de realizarla. Jesús estaba revestido de sus vestiduras sacerdotales. Miró compasivamente al pueblo remanente, y alzando las manos exclamó con voz de profunda piedad: "¡Mi sangre, Padre; mi sangre, mi sangre, mi sangre!" Entonces vi que Dios, sentado en el gran trono blanco, emitía una luz en extremo refulgente que derramaba sus rayos sobre Jesús. Después vi a un ángel comisionado por Jesús para ir rápidamente a los cuatro ángeles que tenían determinada labor que cumplir en la tierra, y agitando algo en su mano, clamó en alta voz: "¡Deteneos! ¡Deteneos! hasta que los siervos de Dios estén sellados en la frente". NB 130 2 Le pregunté a mi ángel acompañante el significado de lo que oía, y qué iban a hacer los cuatro ángeles. Me respondió que Dios era quien refrenaba todas las potestades, y que ponía sus ángeles a cargo de lo que ocurría en la tierra; que los cuatro ángeles tenían poder de Dios para retener los cuatro vientos, y que estaban ya a punto de soltarlos; pero que mientras estaban aflojando las manos, y cuando los cuatro vientos estaban por soplar, los misericordiosos ojos de Jesús vieron al pueblo remanente todavía sin sellar, y alzando las manos hacia su Padre intercedió ante él, recordándole que había derramado su sangre por ellos. En consecuencia se le mandó a otro ángel que fuera velozmente a decir a los cuatro ángeles que retuvieran los vientos hasta que los siervos de Dios fuesen sellados en la frente con el sello del Dios vivo. ------------------------Capítulo 17--Providencias alentadoras NB 131 1 Nuevamente el bien de las almas requirió de mi parte abnegación personal. Hubimos de sacrificar la compañía de nuestro pequeñuelo Enrique, y continuar la obra mediante una entrega incondicional. Mi salud estaba quebrantada, y el llevarme al niño hubiera exigido gran parte de mi tiempo para cuidarlo. Esto era una prueba muy dura, pero no me atrevía a permitir que mi hijo fuera una dificultad en el camino del deber. Yo creía que el Señor nos lo había conservado cuando estuvo muy enfermo, y que, si yo consentía en que el niño me impidiese cumplir con mi deber, Dios me lo quitaría. Sola ante el Señor, con el corazón contristado y deshecha en lágrimas, hice el sacrificio, y entregué al cuidado ajeno a mi único hijo. NB 131 2 Dejamos a Enrique con la familia del Hno. Howland, en quien teníamos absoluta confianza. Gustosos aceptaron la carga a fin de que nosotros quedáramos en la mayor libertad posible para trabajar por la causa de Dios. Comprendíamos que la familia Howland podría cuidar de Enrique mucho mejor que si nosotros nos lo llevásemos en nuestros viajes. Sabíamos que le sería beneficioso permanecer en un hogar estable y sujeto a firme disciplina, para que no sufriese menoscabo su apacible temperamento. NB 131 3 Me fue penoso separarme de mi hijo. Día y noche se me representaba la tristeza de su carita cuando lo dejé; pero con la fortaleza del Señor logré apartar aquel recuerdo de mi mente y procuré beneficiar al prójimo. NB 132 1 Durante cinco años estuvo Enrique al entero cuidado de la familia del Hno. Howland. Cuidaron de él sin recompensa alguna, proveyéndole también de ropas, excepto las que yo le regalaba una vez al año, como Ana hizo con Samuel. Curación de Gilberto Collins NB 132 2 Una mañana de febrero de 1849, mientras la familia del Hno. Howland estaba en oración, se me mostró que debíamos ir a Darmouth, Massachusetts. Poco después, mi esposo fue a la oficina de correos y trajo una carta del Hno. Felipe Collins, quien nos instaba a ir a Darmouth, porque su hijo estaba muy enfermo. Fuimos inmediatamente y encontramos que el muchacho, de trece años de edad, había estado nueve semanas con tos convulsa y se había quedado como esqueleto. Los padres lo creían atacado de tuberculosis y se desconsolaban muchísimo al pensar que podían perder a su único hijo. NB 132 3 Nos unimos en oración por el muchacho, rogando fervorosamente al Señor que le conservase la vida. Creíamos que sanaría, aunque todas las apariencias eran que no podría mejorar. Mi marido lo levantó en brazos, y lo paseó por el aposento exclamando: "¡No morirás, sino que vivirás!" Creíamos que Dios sería glorificado por su curación. NB 132 4 Salimos de Darmouth, de donde estuvimos ausentes ocho días. Al volver, vino a recibirnos el pequeño Gilberto, que había ganado cerca de dos kilos de peso. Encontramos a los padres muy regocijados en Dios por aquella manifestación del favor divino. Curación de la Hna. Temple NB 133 1 Cuando recibimos la invitación de visitar a la Hna. Hastings, de Nueva Ipswich, Nueva Hampshire, quien estaba afligidísima, hicimos de este asunto un motivo de oración, y tuvimos la prueba de que el Señor iría con nosotros. En el viaje nos detuvimos en Dorchester, con la familia del Hno. Otis Nichol, quien nos informó de la aflicción de la Hna. Temple, de Boston. Ella tenía en el brazo una llaga que le causaba viva ansiedad, pues se había extendido por el repliegue del codo, ocasionándole mucha angustia, sin que de nada valieran los remedios humanos a que había acudido. El último esfuerzo había hecho pasar la enfermedad a los pulmones, y la asaltaba el temor de que a menos que obtuviese remedio inmediato, la enfermedad degenerase en tuberculosis. NB 133 2 La Hna. Temple había solicitado que nos dijeran que fuéramos a orar por ella. Fuimos temblorosos, pues en vano habíamos impetrado la seguridad de que Dios obraría en su beneficio. Entramos en el aposento de la enferma confiando tan sólo en las visibles promesas de Dios. La Hna. Temple tenía el brazo en tal estado que no pudimos tocárselo y hubimos de verter aceite sobre él. Después nos unimos en oración y reclamamos el cumplimiento de las promesas de Dios. Durante la oración, cesaron los dolores del brazo, y dejamos a la Hna. Temple muy alegre en el Señor. A nuestra vuelta, ocho días más tarde, la encontramos en buena salud y entregada al duro trabajo de lavar en la artesa. La familia de Leonardo Hastings NB 133 3 Hallamos a la familia del Hno. Leonardo Hastings profundamente afligida. Su esposa salió a recibirnos con lágrimas y exclamó: "El Señor os envía en un momento de grandísima necesidad". Tenía un pequeñuelo de ocho semanas que, cuando despierto, lloraba sin cesar; y esto extenuaba las fuerzas de la madre pues, además, ella era de precaria salud. NB 134 1 Oramos fervientemente a Dios por la madre, siguiendo las instrucciones del apóstol Santiago, y tuvimos la seguridad de que nuestras oraciones eran oídas. Jesús estaba en medio de nosotros para quebrantar el poder de Satanás y librar al cautivo. Pero también teníamos la seguridad de que la madre no recobraría muchas fuerzas hasta que cesaran los llantos de la criatura. Ungimos al niño con aceite y oramos por él, creyendo que el Señor concedería paz y sosiego a la madre y al niño. Así sucedió. Cesaron los llantos del niño y los dejamos a los dos con buena salud. NB 134 2 Nuestra entrevista con esta querida familia fue muy preciosa. Nuestros corazones quedaron unidos y especialmente el de la Hna. Hastings con el mío como el de David con el de Jonatán. Esta unión no se perturbó en toda la vida. Mudanza a Connecticut en 1849 NB 134 3 En junio de 1849, la Hna. Clarisa M. Bonfoey propuso vivir con nosotros. Sus padres acababan de morir, y una división de los muebles de la casa le había dado todo lo necesario para empezar un nuevo hogar de una pequeña familia. Ella gozosamente nos permitió el uso de estas cosas, y realizó las tareas de nuestra casa. Ocupamos una parte de la casa del Hno. Belden en Rocky Hill. La Hna. Bonfoey era una preciosa hija de Dios. Tenía una disposición alegre y feliz; nunca estaba triste, y sin embargo no era vana ni frívola. Aguas vivas: un sueño NB 135 1 Mi esposo asistió a ciertas reuniones en Nueva Hampshire y Maine. Durante su ausencia estaba yo muy conturbada por temor de que se contagiase de cólera, a la sazón en pleno auge. Pero una noche soñé que mientras a nuestro alrededor morían muchos de cólera, mi marido propuso que fuéramos a dar un paseo. Durante el paseo observé que él tenía los ojos inyectados de sangre, el rostro encendido y los labios pálidos. Le manifesté mis temores de que fuese fácil presa del cólera, y él me dijo: "Andemos un poco más, y te enseñaré un seguro remedio para el cólera". NB 135 2 Anduvimos algo más, hasta llegar a un puente tendido sobre un río, y de pronto mi esposo se arrojó a las aguas y desapareció de mi vista. Quedé asustada; pero no tardó en resurgir con un vaso de agua centellante que tenía en la mano. La bebió, diciendo: "Esta agua cura todas las enfermedades". Se sumergió de nuevo en el río y sacó otro vaso del agua límpida, que alzó repitiendo las mismas palabras. NB 136 1 Me entristecí porque no me había ofrecido de aquella agua, y él me dijo: NB 136 2 "En el fondo de este río hay un manantial secreto que cura toda clase de enfermedades, y quien quiera beber de sus aguas debe sumergirse en persona. Nadie puede obtenerla por mano ajena. Cada uno debe sumergirse en el agua para obtener el beneficio". NB 136 3 Según bebía mi esposo el vaso de agua, yo le miraba el semblante. Su complexión era natural y gallarda. Denotaba salud y vigor. Al despertarme, se habían disipado todos mis temores, y confié a mi esposo al cuidado de un Dios misericordioso, creyendo firmemente que me lo devolvería sano y salvo. ------------------------Capítulo 18--Principios de la obra de publicaciones NB 137 1 En una asamblea celebrada en Dorchester, Massachusetts, en noviembre de 1848, se me mostró la proclamación del mensaje del sellamiento y el deber en que estaban los hermanos de difundir la luz que alumbraba nuestro sendero. NB 137 2 Después de la visión le dije a mi esposo: "Tengo un mensaje para ti. Debes imprimir un pequeño periódico y repartirlo entre la gente. Aunque al principo será pequeño, cuando la gente lo lea te enviará recursos para imprimirlo y tendrá éxito desde el principio. Se me ha mostrado que de este modesto comienzo brotarán raudales de luz que han de circuir el globo". NB 137 3 Mientras estábamos en Connecticut, en el verano de 1849, mi esposo sintió el profundo convencimiento de que le había llegado la hora de escribir y publicar la verdad presente. Recibió mucho aliento y bendición al resolverse a ello. Pero cayó de nuevo en duda y perplejidad al considerar que no tenía dinero. Quienes contaban con recursos preferían guardárselos. Por fin, desalentado, renunció a la empresa y decidió ir en busca de un campo de heno para comprometerse a guadañarlo. NB 137 4 Al marchar mi esposo de casa, sentí que me sobrecogía un gran peso, y quedé desvanecida. Oraron por mí y Dios me bendijo, arrebatándome en visión. Vi que el Señor había bendecido y dado fuerzas a mi esposo para trabajar en el campo un año antes; que había empleado provechosamente los recursos obtenidos de su trabajo; que recibiría el ciento por uno en esta vida, y, si era fiel, una copiosa recompensa en el reino de Dios; pero que el Señor no quería ahora darle fuerzas para trabajar en el campo, porque lo tenía destinado a otra labor, y que si se aventuraba a ir a cortar heno, habría de dejarlo porque caería enfermo, pues debía escribir, escribir y avanzar por fe. Inmediatamente se puso a escribir, y cuando llegaba a un pasaje difícil, nos uníamos en oración a Dios a fin de comprender el verdadero significado de su Palabra. "La verdad presente" NB 138 1 Un día de julio, mi esposo trajo a casa desde Middletown mil ejemplares del primer número de su periódico. Mientras se componía el original, había recorrido varias veces a pie, ida y vuelta, la distancia de trece kilómetros que nos separaba de Middletown; pero aquel día le pidió prestado al Hno. Belden un carro con su caballo para llevar a casa los ejemplares del periódico. NB 138 2 Traídas a la casa las valiosas hojas impresas, las pusimos en el suelo, y luego se reunió alrededor un pequeño grupo de personas interesadas. Nos arrodillamos junto a los periódicos, y, con humilde corazón y muchas lágrimas, suplicamos al Señor que otorgase su bendición a aquellos impresos mensajeros de la verdad. NB 138 3 Después que doblamos los periódicos, mi esposo los envolvió en fajas dirigidas a cuantas personas él pensaba que los leerían, puso el conjunto en un maletín, y los llevó a pie al correo de Middletown. NB 139 1 Durante los meses de julio, agosto y septiembre se imprimieron en Middletown cuatro Números del periódico, de ocho páginas cada uno.1 Antes de mandar los ejemplares al correo, los extendíamos siempre ante el Señor y ofrecíamos a Dios fervorosas oraciones mezcladas con lágrimas para que él derramase sus bendiciones sobre los silenciosos mensajeros. Poco después de publicar el primer número, recibimos cartas con recursos destinados a continuar publicando el periódico, y también recibimos las buenas noticias de que muchas almas abrazaban la verdad. NB 139 2 El comienzo de esta obra de publicaciones no nos estorbó en nuestra tarea de predicar la verdad, sino que íbamos de población en población, proclamando las doctrinas que tanta luz y gozo nos habían dado, alentando a los creyentes, corrigiendo errores y poniendo en orden las cosas de la iglesia. A fin de llevar adelante la empresa de publicaciones y al propio tiempo proseguir nuestra labor en diferentes partes del campo, el periódico se trasladaba de cuando en cuando a distintas poblaciones. Visita a Maine NB 139 3 El 28 de julio de 1849 nació mi segundo hijo, Jaime Edson White. Cuando contaba seis semanas fuimos al Estado de Maine, y el 14 de septiembre asistimos a una reunión en Paris. Estaban presentes los Hnos. Bates, Chamberlain, Ralph y otros hermanos y hermanas de Topsham. El poder de Dios descendió a la manera del día de Pentecostés, y cinco o seis de los que por engaño se habían extraviado en el error y el fanatismo cayeron postrados en el suelo. Los padres confesaron sus faltas a sus hijos, los hijos a sus padres y unos a otros. El Hno. J. N. Andrews exclamó con profundo sentimiento: "Yo cambiaría mil errores por una verdad". Raras veces habíamos presenciado una escena tal de confesión y de súplica a Dios en demanda de perdón. Aquella reunión fue para los hijos de Dios residentes en Paris el comienzo de mejores días y como un oasis en el desierto. El Señor colocaba al Hno. Andrews en condiciones de ser útil en el porvenir, y le daba una experiencia que había de valerle mucho en sus tareas futuras. Avanzando por fe NB 140 1 En una reunión celebrada en Topsham, algunos de los hermanos allí presentes manifestaron su deseo de que volviéramos a visitar el Estado de Nueva York; pero mi salud quebrantada oprimía tanto mi ánimo, que les respondí que no me aventuraría a emprender el viaje a menos que el Señor me diese fuerzas para cumplir la tarea. Oraron por mí, y se disiparon las nubes, si bien no cobré las fuerzas que tanto deseaba. Sin embargo resolví avanzar por fe y aferrarme a la promesa: "Bástate mi gracia". NB 140 2 Durante el viaje a Nueva York nuestra fe fue puesta a prueba, pero obtuvimos la victoria. Mi fortaleza creció, y me regocijé en Dios. Muchos habían abrazado la verdad desde nuestra primera visita, pero aún quedaba mucho que hacer por ellos, siendo necesaria toda nuestra energía para la obra según se iba abriendo ante nosotros. Residencia en Oswego NB 140 3 En los meses de octubre y noviembre de 1849, mientras viajábamos, había quedado en suspenso la publicación del periódico, aunque mi esposo todavía sentía el deber de redactarlo y publicarlo. Alquilamos una casa en Oswego, Nueva York, con muebles que nuestros hermanos nos habían prestado, y nos instalamos en ella. Allí mi esposo escribía, publicaba y predicaba.2 NB 141 1 Fue necesario que él mantuviera puesta la armadura en todo momento, porque a menudo tenía que contender con profesos adventistas que defendían el error. Algunos fijaban cierta fecha definida para la venida de Cristo. Nosotros aseveramos que ese tiempo pasaría sin que nada ocurriera. Entonces trataban de crear prejuicios de parte de todos contra nosotros y contra lo que enseñábamos. Se me mostró que aquellos que estaban honradamente engañados algún día verían el engaño en que habían caído y serían inducidos a escudriñar la verdad. ------------------------Capítulo 19--Visitando a la Grey esparcida NB 142 1 Mientras estábamos en Oswego, Nueva York, a principios del año 1850, se nos invitó a Camden, Nueva York, población situada a unos sesenta y cuatro kilómetros más al este. Antes de emprender el viaje, se me mostró la pequeña compañía de creyentes que allí había, y entre ellos vi a una mujer que aparentaba hipócritamente mucha piedad y engañaba al pueblo de Dios. En Camden, Nueva York NB 142 2 El sábado por la mañana se reunieron unos cuantos para el culto, pero la engañosa mujer no estaba presente. Le pregunté a una hermana si todos los creyentes estaban presentes y me respondió que sí. La mujer a quien yo había visto en visión vivía a siete kilómetros del lugar y la hermana no pensó en ella. Poco después llegó, e inmediatamente reconocí en ella a la mujer cuyo verdadero carácter el Señor me había mostrado, trado. NB 142 3 Durante la reunión la mujer habló largo rato, diciendo que tenía perfecto amor y gozaba santidad de corazón, que no tenía pruebas ni tentaciones, sino que disfrutaba de perfecta paz y se sometía a la voluntad de Dios. NB 142 4 Al salir de la reunión volví a casa del Hno. Preston muy entristecida. Aquella noche soñé que un gabinete secreto, lleno de basura se abría ante mis ojos, y se me dijo que yo debía limpiarlo. A la luz de una lámpara quité la basura, y a quienes estaban conmigo les dije que el gabinete había de llenarse con objetos valiosos. NB 143 1 El domingo por la mañana nos reunimos con los hermanos, y mi esposo se levantó a predicar sobre la parábola de las diez vírgenes. El no tenía facilidad de palabra y propuso que orásemos un rato. Nos inclinamos ante el Señor y nos pusimos a orar fervorosamente. La nube negra se desvaneció y fui arrebatada en visión, y otra vez se me mostró el caso de aquella mujer. La veía en completas tinieblas. Jesús los miraba ceñudamente a ella y a su esposo. Aquel temible ceño me hizo temblar. Vi que la mujer obraba hipócritamente, pues fingía santidad mientras que su corazón estaba del todo corrompido. NB 143 2 Al salir de la visión, relaté temblorosa pero fielmente lo que había visto. La mujer dijo sin turbarse: "Me alegro de que el Señor conoce mi corazón y sabe que lo amo. Si vosotros pudierais escudriñar mi corazón, veríais que es puro y limpio". NB 143 3 Algunos de los presentes vacilaban en su ánimo. No sabían si creer lo que el Señor me había mostrado, o si dejar que las apariencias prevaleciesen sobre el testimonio que yo había dado. NB 143 4 Poco después de esto, la mujer se sintió sobrecogida de un miedo terrible. Llena de horror, empezó a confesar. Fue de casa en casa entre sus incrédulos vecinos confesando que el hombre con quien vivía desde hacía muchos años no era su marido, y que ella había huido de Inglaterra abandonando a un esposo amable y a un hijo. Confesó muchas otras maldades. Su arrepentimiento parecía sincero y en varias ocasiones restituyó lo que había tomado injustamente. NB 143 5 Esta experiencia tuvo por efecto que nuestros hermanos de Camden y sus vecinos creyeran firmemente que Dios me había revelado cuanto dije, y que por amor y misericordia se les había dado el mensaje para salvarlos de la decepción y de un error nocivo. En Vermont NB 144 1 En la primavera de 1850 resolvimos visitar a Vermont y Maine. Dejé a mi pequeño Edson, a la sazón de nueve meses de edad, al cuidado de la Hna. Bonfoey, mientras continuamos nuestro viaje para cumplir la voluntad de Dios. Trabajamos duramente, sufriendo muchas privaciones, para lograr muy poco. Hallamos a los hermanos y hermanas en confusa dispersión. Casi cada uno estaba afectado por algún error, y todos se mostraban celosos por sus opiniones personales. A menudo sufríamos intensa angustia de ánimo al ver cuán pocos eran los que estaban dispuestos a escuchar la verdad bíblica, mientras que se encariñaban ardientemente con el error y el fanatismo. Tuvimos que hacer un molesto viaje de sesenta y cinco kilómetros en diligencia hasta Sutton, lugar de nuestra cita. Sobreponiéndonos al desaliento NB 144 2 La primera noche después de llegar al lugar de la reunión, el desaliento sobrecogió mi ánimo. Traté de vencerlo, pero me parecía imposible dominar mis pensamientos. Me apesadumbraba el recuerdo de mis pequeñuelos. Habíamos tenido que dejar en el Estado de Maine a uno de dos años y ocho meses, y a otro, en el Estado de Nueva York, de nueve meses de edad. Acabábamos de efectuar con gran fatiga un viaje molesto, y yo pensaba en las madres que en sus tranquilos hogares disfrutaban de la compañía de sus hijos. Recordaba nuestra vida pasada y me acudían a la mente las frases de una hermana que algunos días antes me había dicho que debía ser muy agradable viajar por el país sin ninguna preocupación. Esa era la clase de vida que a ella le gustaría llevar. En ese momento preciso, mi corazón se sentía anheloso por mis hijos, especialmente por el pequeñuelo de Nueva York, y acababa de salir de mi dormitorio, donde había estado batallando con mis sentimientos, y, anegada en lágrimas, había buscado al Señor en demanda de fuerzas para acallar toda queja, de modo que alegremente pudiese negarme a mí misma por causa de Jesús. NB 145 1 En este estado de ánimo me quedé dormida, y soñé que un ángel alto se ponía a mi lado y me preguntaba por qué estaba triste. Le referí los pensamientos que me habían conturbado, y dije: "¡Puedo hacer tan poco bien! ¿Por qué no podemos estar con nuestros pequeñuelos y disfrutar de su compañía?" El ángel respondió: "Has dado al Señor dos hermosas flores cuya fragancia le es tan grata como suave incienso, y más valiosa a sus ojos que el oro y la plata, porque es ofrenda de corazón. Este sacrificio conmueve todas las fibras del corazón como ningún otro. No debes mirar las presentes apariencias, sino atender únicamente a tu deber, para la sola gloria de Dios, y según sus manifiestas providencias. De este modo el sendero se iluminará ante tus pasos. Toda abnegación, todo sacrificio se anota fielmente y tendrá su recompensa". En el este del Canadá NB 145 2 La bendición del Señor acompañó nuestra conferencia de Sutton, y una vez terminada la reunión, proseguimos nuestro viaje hacia el oriente de Canadá. La garganta me molestaba mucho, y no podía hablar en voz alta ni aun cuchichear sin sufrimiento. Durante el viaje oramos suplicando fortaleza para soportar las fatigas del camino. NB 146 1 Así continuamos hasta llegar a Melbourne, donde esperábamos encontrar oposición. Muchos de los que decían creer en el próximo advenimiento de nuestro Salvador combatían la ley de Dios. Sentíamos la necesidad de que Dios nos fortaleciese, y orábamos para que el Señor se manifestara en nosotros. Mi más fervorosa oración era que se me curase la garganta y se me devolviera la voz. Tuve la prueba de que la mano del Señor me tocó, porque al punto desapareció el malestar y se me aclaró la voz. La lámpara del Señor brilló sobre nosotros durante la reunión y gozamos de gran libertad. Los hijos de Dios quedaron grandemente fortalecidos y alentados. Reunión en Johnson, Vermont NB 146 2 Pronto volvimos a Vermont y celebramos una notable reunión en Johnson. Durante el viaje nos detuvimos varios días en casa del Hno. E. P. Butler. Supimos que él y otros hermanos del norte de Vermont habían sufrido grave perplejidad y pruebas a causa de las falsas enseñanzas y el áspero fanatismo de un grupo de personas que pretendían estar completamente santificadas y, bajo la capa de santidad, llevaban un género de vida que deshonraba el nombre de cristiano. NB 146 3 Los dos cabecillas del fanatismo eran en conducta y carácter muy semejantes a los que cuatro años antes habíamos encontrado en Claremont, Nueva Hampshire. Enseñaban la doctrina de la extrema santificación, pretendiendo que no podían pecar y que estaban listos para la traslación. Practicaban el mesmerismo y aseguraban que recibían iluminación divina mientras estaban en una especie de trance. NB 146 4 No tenían trabajo regular, sino que en compañía de dos mujeres que no eran sus esposas, iban de pueblo en pueblo, abusando de la hospitalidad de las gentes. Por medio de su sutil influencia mesmérica, se habían conquistado muchas simpatías entre los hijos mayores de nuestros hermanos. NB 147 1 El Hno. Butler era un hombre de rígida integridad. Se opuso resueltamente a la maligna influencia de aquellas fanáticas teorías, y era muy activo en su oposición a las falsas enseñanzas y arrogantes pretensiones de aquellos hombres. Además nos declaró explícitamente que no creía en visiones de ninguna clase. NB 147 2 Aunque de mala gana, el Hno. Butler consintió en asistir a la reunión que celebraríamos en Johnson. Los dos caudillos del fanatismo que tanto habían engañado y oprimido a los hijos de Dios, llegaron a la reunión en compañía de las dos mujeres que iban ataviadas con vestidos de hilo blanco, con la negra cabellera caída y suelta sobre los hombros. Los trajes de hilo blanco querían representar la justicia de los santos. NB 147 3 Yo tenía un mensaje de reprobación para ellos, y mientras yo hablaba, uno de esos dos hombres, el que estaba más adelante, mantuvo fija la vista en mí, como habían hecho otros mesmerizadores. Pero yo no temía su mesmérica influencia. El cielo me daba fuerzas para sobreponerme a su poder satánico. Los hijos de Dios que habían estado en esclavitud empezaban a respirar libremente y a regocijarse en el Señor. NB 147 4 Según proseguía la reunión, estos fanáticos trataban de levantarse para hablar, pero no encontraban ocasión para ello. Se les dio a conocer que su presencia allí no era grata, y sin embargo quisieron quedarse. Entonces el Hno. Samuel Rhodes, agarrando por detrás la silla en que estaba sentada una de las dos mujeres, la sacó del local, arrastrándola a través de la galería hasta el césped. Después hizo lo propio con la otra mujer. Los dos hombres abandonaron el local, pero intentaron volver. NB 148 1 Al concluir la reunión, mientras estábamos orando, uno de los hombres se acercó a la puerta y comenzó a hablar. Le cerraron la puerta sin dejarle entrar; pero él la abrió de nuevo y se puso a hablar otra vez. Entonces descendió el poder de Dios sobre mi esposo, quien, levantándose, extendió pálido las manos ante aquel hombre mientras exclamaba: "El Señor no necesita aquí tu testimonio. El Señor no quiere que vengáis a distraer y molestar aquí a su pueblo". NB 148 2 El poder de Dios llenó el local. El hombre aquel, aterrado y confundido retrocedió a través del vestíbulo hacia otro aposento, dando traspiés y tropezando contra la pared, hasta que, recobrando el equilibrio, encontró la puerta y salió de la casa. La presencia del Señor, tan penosa para los fanáticos pecadores, impresionó con reverente solemnidad a los circunstantes. Pero cuando se marcharon los hijos de las tinieblas, la dulce paz del Señor descansó sobre nuestra compañía. Después de aquella reunión, los falsos y ruines que pretendían perfecta santidad no fueron capaces de recobrar su influencia sobre nuestros hermanos. NB 148 3 Las experiencias de esta reunión nos conquistaron la confianza y el compañerismo del Hno. Butler. Regreso a Nueva York NB 148 4 Después de cinco semanas regresamos a Nueva York. En North Brookfield nos encontramos con la Hna. Bonfoey y el pequeño Edson. El niño estaba muy débil. Había ocurrido un gran cambio en él. Era muy difícil librarlo de los pensamientos de murmuración. Pero sabíamos que nuestra única ayuda estaba en Dios, de manera que oramos por el niño, y sus síntomas mejoraron, y viajamos con él hasta Oswego para asistir a una conferencia que se realizaba allí. ------------------------Capítulo 20--De nuevo a la obra de publicaciones NB 149 1 De Oswego fuimos a Centerport, Nueva York, en compañía de los esposos Edson, y nos hospedamos en la casa del Hno. Harris, donde publicamos una revista mensual titulada: The Advent Review.1 Esfuerzos de Satanás para obstaculizar nuestro trabajo NB 149 2 Mi hijo empeoró, y tres veces por día teníamos oración por él. A veces él resultaba bendecido, y el progreso de la enfermedad se detenía; luego nuestra fe era severamente probada cuando sus síntomas se hacían alarmantes. NB 149 3 Yo me encontraba grandemente deprimida. Preguntas similares a éstas me atribulaban: ¿Por qué no estuvo Dios dispuesto a escuchar nuestras oraciones y a devolver la salud del niño? Satanás, siempre dispuesto a molestar con sus tentaciones, sugería que era porque nosotros no llevábamos una vida recta. Yo no podía pensar en ninguna cosa en particular en que hubiera agraviado al Señor, y sin embargo un peso agobiante parecía oprimir mi espíritu, llevándome a la desesperación. Dudaba de mi aceptación por parte de Dios, y no podía orar. No tenía valor ni aun para elevar mis ojos al cielo. Sufría intensa angustia mental, hasta que mi esposo buscó al Señor en mi favor. El no cejó hasta que mi voz se unió con la de él en procura de liberación. La bendición llegó, y yo comencé a tener esperanza. Mi fe temblorosa se asió de las promesas de Dios. NB 150 1 Entonces Satanás actuó de otra manera. Mi esposo cayó gravemente enfermo. Sus síntomas eran alarmantes. De a ratos temblaba y sufría un dolor agonizante. Sus pies y sus miembros estaban fríos. Yo los frotaba hasta que no me quedaban fuerzas. El Hno. Harris estaba a varias millas de distancia en su trabajo. Las Hnas. Harris y Bonfoey y mi Hna. Sara eran las únicas personas presentes; y yo apenas reunía valor suficiente para atreverme a creer en las promesas de Dios. Si alguna vez sentí mi debilidad fue entonces. Sabíamos que algo debía hacerse inmediatamente. Momento tras momento el caso de mi esposo iba empeorando en forma crítica. Era, claramente, un caso de cólera. El nos pidió que oráramos, y no nos atrevimos a rehusar hacerlo. Con gran debilidad nos postramos ante el Señor con un profundo sentimiento de mi indignidad, coloqué mis manos sobre su cabeza y pedí al Señor que revelara su poder. Entonces sobrevino un cambio inmediatamente. Regresó el color natural de su cara, y la luz del cielo brilló en su semblante. Todos estábamos llenos de una gratitud inefable. Nunca habíamos observado una respuesta más notable a la oración. NB 151 1 Ese día debíamos salir rumbo a Port Byron para leer las pruebas del periódico que se imprimía en Auburn. Nos parecía que Satanás estaba tratando de obstaculizar la publicación de la verdad que estábamos esforzándonos por colocar delante de la gente. Sentíamos que debíamos andar por fe. Mi esposo dijo que iría a Port Byron en busca de las pruebas. Lo ayudamos a enjaezar el caballo, y yo lo acompañé. El Señor lo fortaleció en el camino. Recibió las pruebas, y una nota que decía que el periódico estaría impreso al día siguiente, y que debíamos estar en Auburn para recibirlo. NB 151 2 Esa noche fuimos despertados por los lamentos de nuestro pequeño Edson, que dormía en la pieza que estaba encima de la nuestra. Era cerca de medianoche. Nuestro hijito se aferraba a la Hna. Bonfoey, y entonces, con ambas manos, luchaba contra el aire, y con terror gritaba: "¡No! ¡No!" Y se acercaba más aún a nosotros. Sabíamos que éste era el esfuerzo de Satanás para molestarnos, y nos arrodillamos en oración. Mi esposo reprendió el mal espíritu en el nombre del Señor, y Edson se quedó tranquilamente dormido en los brazos de la Hna. Bonfoey, y descansó bien toda la noche. NB 151 3 Entonces mi esposo fue atacado de nuevo. Sentía mucho dolor. Me arrodillé al lado de su cama y rogué al Señor que fortaleciera nuestra fe. Yo sabía que Dios había obrado en su favor, y reprendí a la enfermedad; no podíamos pedirle al Señor que hiciera lo que él ya había hecho. Pero oramos que el Señor llevara adelante su obra. Repetimos estas palabras: "Tú has oído la oración. Tú has obrado. Creemos sin ninguna duda. ¡Lleva adelante la obra que tú has empezado!" Así suplicamos durante horas delante del Señor; y mientras estábamos orando, mi esposo se quedó dormido, y descansó bien hasta la luz del día. Cuando se levantó estaba muy débil, pero no queríamos fijarnos en las apariencias. Triunfando por fe NB 152 1 Confiamos en la promesa de Dios, y determinamos andar por fe. Se nos esperaba en Auburn ese día para recibir el primer número del periódico. Creíamos que Satanás estaba tratando de obstaculizarnos, y mi esposo decidió ir, confiando en el Señor. El Hno. Harris alistó el carruaje, y la Hna. Bonfoey nos acompañó. Mi esposo tuvo que ser ayudado para subir al carro, y sin embargo con cada kilómetro que recorríamos aumentaban sus fuerzas. Manteníamos nuestra mente en Dios, y nuestra fe en constante ejercicio, mientras recorríamos el camino, en forma pacífica y feliz. NB 152 2 Cuando recibimos la revista toda terminada, y viajamos de nuevo a Centerport, estábamos seguros de que nos hallábamos en el camino del deber. La bendición del Señor descansó sobre nosotros. Habíamos sido grandemente abofeteados por Satanás, pero por medio de Cristo que nos fortalecía habíamos salido victoriosos. Teníamos un gran atado de periódicos con nosotros, que contenían la preciosa verdad para el pueblo de Dios. NB 152 3 Nuestro niño se estaba recuperando, y a Satanás no se le permitió afligirnos de nuevo. Trabajamos desde temprano hasta tarde, a veces sin tomarnos el tiempo para sentarnos a la mesa para nuestras comidas. Con un periódico a un lado, comíamos y trabajábamos al mismo tiempo. Al abusar de mis fuerzas para doblar las grandes hojas de papel, me acarreé un fuerte dolor de hombro, que por años no me abandonó. NB 152 4 Estábamos anticipando el viaje al este, y nuestro niño de nuevo estaba repuesto para viajar. Tomamos el barco para Utica, y allí nos despedimos de la Hna. Bonfoey y de mi Hna. Sara y nuestro hijito, y proseguimos nuestro viaje al este, mientras el Hno. Abbey los llevó de vuelta consigo a casa. Teníamos que hacer algún sacrificio al separarnos de aquellos a quienes nos unían tiernos lazos de afecto; especialmente nuestros corazones estaban con Edson, cuya vida había estado en tanto peligro. Viajamos entonces a Vermont y estuvimos en una conferencia en Sutton. La "Review and Herald" NB 153 1 En noviembre de 1850 esta revista se publicó en Paris, Maine. Era de mayor tamaño, y ostentaba el nuevo título que todavía lleva: Advent Review and Sabbath Herald. Nos albergamos en casa del Hno. A. Queríamos vivir con economía a fin de sostener el periódico. Los amigos de la causa eran pocos y pobres en riquezas mundanas, por lo que aún hubimos de luchar contra la pobreza y el mucho desaliento. Teníamos suma solicitud y a menudo nos quedábamos hasta medianoche, y a veces hasta las dos o tres de la madrugada corrigiendo pruebas de imprenta. NB 153 2 El excesivo trabajo, los cuidados, las ansiedades y la falta de adecuada y nutritiva alimentación, aparte de la exposición al frío en nuestros largos viajes de invierno, eran demasiado para mi esposo, quien se rindió a la fatiga. Llegó a ser tanta su debilidad que apenas podía ir a la imprenta. Nuestra fe fue probada hasta el extremo. Gustosos habíamos sufrido privaciones, fatigas y penalidades, y sin embargo, se interpretaban erróneamente nuestros motivos, y se nos miraba con desconfianza y celos. Pocos de aquellos por cuyo bien habíamos sufrido parecían estimar nuestros esfuerzos. NB 153 3 Estábamos demasiado afligidos para dormir o descansar. Las horas que hubiéramos podido dedicar al sueño para recuperarnos, las solíamos emplear en responder a largas cartas dictadas por la envidia. Muchas horas en que los demás dormían, las pasábamos nosotros en angustioso llanto, lamentándonos ante el Señor. Al fin dijo mi esposo: "Mujer, es inútil que intentemos luchar por más tiempo. Todas estas cosas me están quebrantando, y pronto me han de llevar al sepulcro. No puedo ir más lejos. He redactado una nota para el periódico diciendo que me es imposible continuar publicándolo". En el momento en que mi esposo cruzaba la puerta para llevar la nota a la imprenta, me desmayé. El volvió y oró por mí. Su oración fue oída, y me repuse. NB 154 1 A la mañana siguiente, mientras orábamos en familia, fui arrebatada en visión y se me instruyó respecto de estos asuntos. Vi que mi esposo no debía desistir de la publicación del periódico, porque Satanás trataba de moverlo a dar semejante paso y se valía de varios agentes para lograrlo. Se me mostró que debíamos continuar publicándolo, pues el Señor nos sostendría. NB 154 2 No tardamos en recibir urgentes invitaciones para celebrar conferencias en diferentes Estados, y resolvimos asistir a las reuniones generales de Boston, Massachusetts; Rocky Hill, Connecticut, y Camden y West Milton, Nueva York. Todas estas reuniones fueron de mucho trabajo pero sumamente provechosas para nuestros diseminados hermanos. Traslado a Saratoga Springs NB 154 3 Permanecimos en Ballston Spa algunas semanas, hasta instalarnos en Saratoga Springs, con el objeto de proceder a la publicación del periódico. Alquilamos una casa y pedimos a los esposos Stephen Belden y a la Hna. Bonfoey que vinieran. Esta última estaba a la sazón en el Estado de Maine cuidando al pequeño Edson. Nos instalamos en la casa con enseres prestados. Allí publicó mi esposo el segundo volumen de la Advent Review and Sabbath Herald. NB 155 1 La Hna. Anita Smith, que ya duerme en Jesús, vino a vivir con nosotros y nos ayudaba en nuestras tareas. Su ayuda era necesaria. Por entonces mi esposo manifestó como sigue sus sentimientos en una carta escrita al Hno. Stockbridge Howland, con fecha 20 de febrero de 1852: "Todos estamos perfectamente, menos yo. No puedo resistir por más tiempo el doble trabajo de viajar y dirigir el periódico. El miércoles pasado trabajamos por la noche hasta las dos de la madrugada, plegando y envolviendo el N.o 12 de la Review and Herald. Después estuve en la cama tosiendo hasta el amanecer. Rogad por mí. La causa prospera gloriosamente. Quizá el Señor ya no tendrá necesidad de mí y me dejará descansar en el sepulcro. Espero quedar libre del periódico. Lo sostuve en circunstancias completamente adversas, y ahora que tiene muchos amigos, lo dejaré voluntariamente con tal que se encuentre quien lo dirija. Espero que se me abra el camino. Que el Señor lo guíe todo". ------------------------Capítulo 21--En Rochester, Nueva York NB 156 1 En Abril de 1852 nos trasladamos a Rochester, Nueva York, en las circunstancias más desalentadoras. A cada paso nos veíamos precisados a seguir adelante por fe. Aún estábamos impedidos por la pobreza, y tuvimos que practicar la más rígida economía y abnegación. Daré un breve extracto de la carta escrita a la familia del Hno. Howland el 16 de abril de 1852: NB 156 2 "Acabamos de instalarnos en Rochester. Hemos alquilado una casa vieja por ciento setenta y cinco dólares al año. Tenemos la prensa en casa, pues de no ser así hubiéramos tenido que pagar cincuenta dólares al año por un local para oficina. Si pudierais ver nuestro ajuar os sonreiríais. Hemos comprado dos camas viejas por veinticinco centavos cada una. Mi esposo me trajo seis sillas viejas, en las que no había dos iguales, que le costaron un dólar, y después me regaló otras cuatro, también viejas, y sin asiento, por las que había pagado sesenta y dos centavos. Pero la armazón era fuerte y con un pedazo de dril remedié la falta de asiento. La mantequilla está tan cara que no podemos comprarla, ni tampoco las papas. Usamos salsa en vez de mantequilla y nabos en lugar de papas. Tomamos nuestras primeras comidas en un bastidor de chimenea colocado sobre dos barriles vacíos de harina. Nada nos importan las privaciones con tal que adelante la obra de Dios. Creemos que la mano del Señor nos guió en llegar a esta población. Hay un amplio campo de labor, pero pocos obreros. El sábado pasado tuvimos una excelente reunión. El Señor nos refrigeró con su presencia". Muerte de Roberto Harmon NB 157 1 Poco después de que nuestra familia se estableció en Rochester, recibimos una carta de mi madre en que nos informaba de la peligrosa enfermedad de mi hermano Roberto, que vivía con mis padres en Gorham, Maine. Al recibir esta noticia, mi Hna. Sara decidió ir inmediatamente a Gorham. NB 157 2 Según las apariencias, mi hermano podía vivir solamente unos pocos días; sin embargo, en contra de la expectación de todos, vivió seis meses, pero sufriendo mucho. Mi hermana lo cuidó fielmente hasta el fin. Tuvimos el privilegio de visitarlo antes de su muerte. Fue una reunión emocionante. El había cambiado mucho, y sin embargo sus gastadas facciones se hallaban iluminadas de gozo. La brillante esperanza del futuro lo sostenía constantemente. Tuvimos oraciones en su habitación, y Jesús parecía estar muy cerca. Nos vimos obligados a separarnos de nuestro querido hermano, no esperando que nos encontraríamos más con él de este lado de la resurrección de los justos. Pronto mi hermano descansó en Jesús, con la plena esperanza de tener una parte en la primera resurrección. Avanzando NB 157 3 Seguimos llevando a cabo nuestra obra en Rochester entre perplejidades y desalientos. El cólera atacó la ciudad, y durante la epidemia se oía toda la noche, por las calles, el rodar de las carrozas fúnebres que conducían los cadáveres al cementerio de Mount Hope. La epidemia no diezmaba únicamente a los pobres, sino que hizo víctimas de todas las clases. Los más hábiles médicos murieron y fueron llevados a Mount Hope. Al pasar nosotros por las calles de Rochester, encontrábamos casi en cada esquina furgones con ataúdes de pino basto, que trasportaban los cadáveres. NB 158 1 Nuestro pequeñuelo Edson cayó enfermo, y lo llevamos al gran Médico. Lo tomé en mis manos, y en el nombre de Jesús conjuré la enfermedad. En seguida encontró alivio, y al comenzar una hermana a orar al Señor para que lo curase, el pequeñuelo, que sólo tenía tres años, la miró asombrado, diciendo: "No hay necesidad de que oréis por mí, porque el Señor me ha sanado". Estaba muy débil, pero la enfermedad no siguió adelante. Sin embargo, no cobraba fuerzas. Todavía iba a ponerse a prueba nuestra fe. En tres días Edson no probó alimento. NB 158 2 Teníamos compromisos para dos meses, que abarcaban desde Rochester, Nueva York, hasta Bangor, Maine; y este viaje lo haríamos en nuestro carruaje cubierto y con nuestro buen caballo Charlie, que nos fueron dados por los hermanos de Vermont. Casi no nos atrevíamos a dejar al niño en un estado tan crítico, pero decidimos ir, a menos que empeorara. Dentro de dos días debíamos comenzar nuestro viaje para llegar a tiempo a nuestra primera cita. Presentamos el caso delante del Señor, tomando como prueba, de que si el niño tenía apetito para comer, nosotros nos aventuraríamos. El primer día no hubo mejoría. El no podía tomar ningún alimento. Al día siguiente, cerca del mediodía pidió caldo, y esto lo fortaleció. NB 158 3 Comenzamos nuestro viaje esa tarde. Cerca de las cuatro de la tarde tomé a mi hijo enfermo sobre una almohada y viajamos 35 kilómetros. El parecía estar muy nervioso esa noche. No podía dormir, y yo lo tuve en mis brazos casi toda la noche. NB 158 4 A la mañana siguiente consultamos juntos si debíamos regresar a Rochester o continuar el viaje. La familia que nos había alojado nos dijo que si proseguíamos, tendríamos que enterrar al niño en el camino, lo cual parecía ser así. Pero no me atrevía a regresar a Rochester. Creíamos que la aflicción del niño era obra de Satanás, para impedirnos viajar. Y no cedimos ante él. Le dije a mi esposo: "Si regresamos puedo descontar que el niño morirá. Si seguimos viajando, lo más que puede ocurrir es que muera. Continuemos nuestro viaje, confiando en el Señor". NB 159 1 Teníamos delante de nosotros un viaje de 160 kilómetros para hacer en dos días, pero creíamos que el Señor obraría en nuestro favor en ese tiempo de extrema necesidad. Yo estaba muy agotada, y temía dormirme y que el niño se me cayera de los brazos; de manera que lo apoyé en mi regazo, y lo até a mi cintura, y ambos dormimos aquel día durante gran parte del viaje. El niño revivió y continuó fortaleciéndose a través de toda la gira, y lo trajimos de vuelta a casa bien robusto. NB 159 2 El Señor nos bendijo mucho en nuestro viaje a Vermont. Mi esposo tenía mucha preocupación y trabajo. En las diferentes reuniones realizó la mayor parte de las predicaciones, vendió libros y trabajó para extender la circulación del periódico. Cuando terminaba una conferencia, nos apresurábamos a la próxima. A mediodía alimentábamos el caballo al lado del camino, y comíamos nuestra merienda. Entonces mi esposo, apoyando su papel de escribir sobre la caja en la que teníamos el almuerzo o en la parte superior de su sombrero, escribía artículos para la Review y el Instructor. Conversión del capataz de la imprenta NB 159 3 Mientras estábamos ausentes de Rochester en esta gira al este, el capataz de la imprenta fue atacado de cólera. Era un joven no convertido. La señora de la casa donde él se hospedaba murió de la misma enfermedad, y también su hija. Entonces él cayó, y nadie se aventuraba a cuidar de él, porque temían la enfermedad. Algunas personas de la imprenta lo cuidaron hasta que la enfermedad pareció detenida, y entonces lo llevaron a nuestra casa. Tuvo una recaída, y el médico que lo asistía se esforzó en sumo grado para salvarle la vida, pero por fin le dijo al paciente que su caso era desesperado, y que no podría sobrevivir esa noche. Los que se interesaban en el joven no podían soportar la idea de verlo morir sin esperanza. Oraron en torno a su cama mientras él pasaba por una gran agonía. El también oró que el Señor tuviera misericordia de él, y perdonara sus pecados. Sin embargo no obtuvo ningún alivio. Continuó teniendo calambres y agitación en medio de una agitada agonía. Los hermanos continuaron orando toda la noche para que el Señor le salvara la vida a fin de que se arrepintiera de sus pecados y guardara los mandamientos de Dios. Al fin pareció consagrarse a Dios, y le prometió al Señor que observaría el sábado y le serviría. Pronto se alivió. NB 160 1 A la mañana siguiente llegó el médico, y al entrar dijo: "A la una de la mañana le dije a mi esposa que con toda probabilidad el joven ya había dejado de sufrir". Pero le comunicaron que estaba vivo. El médico estaba sorprendido, e inmediatamente subió las escaleras en dirección a su habitación. Al tomarle el pulso dijo: "Joven, Ud. está mejor; la crisis ha pasado; pero no fue mi habilidad médica la que lo salvó, sino un poder superior. Con buen cuidado, Ud. mejorará". Mejoró rápidamente, y pronto ocupó su lugar en la imprenta, como un hombre convertido. Natanael y Ana White NB 160 2 Después que regresamos del viaje del este, se me mostró que estábamos en peligro de asumir cargas que Dios no exigía que lleváramos. Teníamos que hacer una parte en la causa de Dios, y no debíamos recargarnos aumentando nuestra familia para gratificar los deseos de algunos. Vi que con el propósito de salvar almas debemos estar dispuestos a llevar responsabilidades; y que debíamos abrir la puerta para que el hermano de mi esposo, Natanael, y su hermana Ana, vinieran a vivir con nosotros. Ambos eran inválidos, y sin embargo, les extendimos una cordial invitación para venir a nuestro hogar. Ellos aceptaron la invitación. NB 161 1 Apenas vimos a Natanael, temimos que la tuberculosis lo llevara a la tumba. El color rojo propio de la tisis estaba ya en sus mejillas, y sin embargo esperábamos y orábamos que el Señor le salvara la vida, y que sus talentos fueran empleados en la causa de Dios. Pero el Señor vio bueno obrar de otra manera. NB 161 2 Natanael y Ana aceptaron la verdad lentamente pero con mucha comprensión. Ponderaron las evidencias de nuestra posición, y en forma concienzuda se decidieron por la verdad. El 6 de mayo de 1853 le preparamos la cena a Natanael, pero pronto él dijo que se estaba desmayando, y que sabía que estaba por morir. Mandó a buscarme, y tan pronto como yo entré en la habitación, supe que se estaba muriendo. Le dije: "Querido Natanael, confía en Dios. El te ama, y tú lo amas a él. Confía en él como un hijo confía en sus padres. No te aflijas. El Señor no te abandonará". El contestó: "Sí, sí". Oramos, y él respondió: "Amén, ¡alabado sea el Señor!" No parecía sentir dolor, no gimió ni una sola vez, ni luchó, ni movió un músculo de su cara, sino que su respiración se fue haciendo más y más corta, hasta que cayó dormido, a los 22 años de edad. ------------------------Capítulo 22--Avanzando bajo dificultades NB 162 1 Despues de la muerte de Natanael, ocurrida en mayo de 1853, mi esposo quedó muy afectado en su salud. Los problemas y la ansiedad mental lo habían postrado. Tenía fiebre alta y debía guardar cama. Nos unimos en oración en su favor; pero aunque aliviado, todavía permanecía muy débil. Tenía citas que cumplir en Mill Grove, Estado de Nueva York, y en Míchigan, pero temía no poder cumplir con esos compromisos. Decidimos, sin embargo, aventurarnos a ir hasta Mill Grove, y si él no mejoraba, regresar a casa. Mientras estábamos en la casa del pastor R. F. Cottrell, en Mill Grove, él padecía de extrema debilidad, y creía que no podía ir más lejos. NB 162 2 Nos encontrábamos en gran perplejidad. ¿Debíamos permitir que las enfermedades físicas nos desviaran de la obra? ¿Se le permitiría a Satanás ejercer su poder sobre nosotros, y luchar para anular nuestra utilidad y quitarnos la vida, por tanto tiempo como estuviéramos en el mundo? Sabíamos que Dios podía limitar el poder de Satanás. El podía permitir que fuéramos probados en el horno, pero nos sacaría de él purificados y mejor preparados para su obra. NB 162 3 Yo fui a la cabaña rústica que estaba cerca, y allí derramé mi alma delante de Dios en oración rogándole que él reprendiera la enfermedad y fortaleciera a mi esposo para que pudiera soportar el viaje. El caso era urgente, y mi fe se asió firmemente de las promesas de Dios. Allí obtuve la evidencia de que si proseguíamos con nuestro viaje a Míchigan, el ángel de Dios iría con nosotros. Cuando le relaté a mi esposo lo que yo pensaba, él me confesó que había estado pensando de la misma manera, y así decidimos ir, confiando en el Señor. Mi esposo estaba tan débil que no podía abrochar las correas de su valija, y llamó al Hno. Cottrell para que se lo hiciera. NB 163 1 Con cada kilómetro que viajábamos él se sentía más fuerte. El Señor lo sostuvo, y mientras él predicaba la palabra, sentí la seguridad de que los ángeles de Dios estaban a su lado. Primera visita a Míchigan NB 163 2 En la localidad de Jackson, Estado de Míchigan, encontramos una iglesia que se hallaba en gran confusión. Mientras yo estaba entre los hermanos, el Señor me instruyó con respecto a su condición, y traté de presentar un testimonio directo. Algunos rehusaron escuchar el consejo dado, y comenzaron a luchar contra mi testimonio; y aquí empezó lo que más tarde se conoció con el nombre de Partido del Mensajero. NB 163 3 Con respecto a nuestras labores en esta gira, entre los grupos de creyentes observadores del sábado de Míchigan, escribí lo siguiente en una carta fechada el 23 de junio de 1853: NB 163 4 "Mientras estaba en Míchigan visité Tyrone, Jackson, Sylvan, Bedford y Vergennes. Mi esposo, con la fuerza de Dios, soportó bien el viaje y el trabajo. Solamente una vez fallaron sus energías. No pudo predicar en Bedford. Fue al lugar de la reunión, y se puso de pie en el púlpito para predicar, pero se desmayaba y se vio obligado a sentarse. Le pidió al pastor J. N. Loughborough que continuara el tema donde él lo había dejado, y finalizara el discurso. Entonces salió de la casa al aire libre, y se acostó sobre el pasto verde hasta que más o menos se sintió recuperado. El Hno. Kelsey le permitió tomar su caballo, y cabalgó solo como dos kilómetros y medio hasta la casa del Hno. Brooks. NB 164 1 "El Hno. Loughborough continuó con el tema con mucha libertad. Todos estaban interesados en la reunión. El Espíritu del Señor descansó sobre mí, y tuve perfecta libertad para dar mi testimonio. El poder de Dios estaba en la casa, y casi cada uno de los presentes se sintió conmovido hasta las lágrimas. Algunos se decidieron por el Señor en forma definida. NB 164 2 "Después que terminó la reunión continuamos viaje en nuestro carruaje por entre los bosques hasta un hermoso lago, donde seis personas fueron sumergidas con Cristo en las aguas del bautismo. Regresamos entonces a la casa del Hno. Brooks, y encontramos a mi esposo más cómodo. Mientras estaba solo ese día, su mente había estado pensando en el tema del espiritismo, y allí decidió escribir el libro titulado Signs of the Times. NB 164 3 "Al día siguiente viajamos a Vergennes, recorriendo ásperos caminos y lodazales. Yo hice gran parte del viaje en una condición casi desfalleciente; pero nuestros corazones se elevaban a Dios en oración en procura de fuerza, y en él encontramos un pronto auxilio, y pudimos realizar el viaje, y dar nuestro testimonio allí". Escribiendo y viajando NB 164 4 Pronto después de nuestro regreso a Rochester, Nueva York, mi esposo se ocupó en escribir el libro Signs of the Times. El todavía estaba débil, y podía dormir solamente poco tiempo, pero el Señor fue su sostén. Cuando su mente se hallaba en estado confuso y sufriente, nos inclinábamos delante de Dios, y en nuestra aflicción clamábamos a él. El oía nuestras fervientes plegarias, y a menudo bendecía a mi esposo, de manera que con un espíritu aliviado continuaba con su trabajo. Muchas veces en el día nos presentábamos delante del Señor de esta manera, en ferviente oración. Ese libro no fue escrito con la propia fuerza de mi esposo. NB 165 1 En el otoño de 1853 asistimos a algunas conferencias que se realizaron en Buck Bridge, Nueva York; Stowe, Vermont; Boston, Dartmouth y Springfield, Massachusetts; Washington, Nueva Hampshire; y New Have, Vermont. Este fue un viaje trabajoso y más bien desanimador. Muchos habían abrazado la verdad, pero no habían sido santificados en su corazón y en su vida. Elementos de lucha y rebelión se hallaban en acción, y era necesario que se realizara un movimiento para purificar la iglesia. Liberación de la enfermedad NB 165 2 En el invierno y la primavera yo sufrí mucho de un mal del corazón. Me era difícil respirar mientras estaba acostada, y no podía dormir a menos que estuviera en una posición casi sentada. En el párpado de mi ojo izquierdo tenía una inflamación que parecía ser cáncer. Había estado creciendo constantemente por más de un año, hasta llegar a ser muy dolorosa, y me afectaba la visión. NB 165 3 Un célebre médico que daba consejos gratuitos visitó Rochester, y yo decidí pedirle que me examinara el ojo. El pensó que el crecimiento pudiera ser cáncer. Pero al tomarme el pulso dijo: "Usted está muy enferma, y morirá de apoplejía antes que ese crecimiento se abra. Está en una condición peligrosa por su enfermedad del corazón". Esto no me alarmó porque estaba consciente de que a menos que viniera un alivio rápido estaba destinada a la tumba. Otras dos mujeres que habían venido para recibir consejo padecían de la misma enfermedad. El médico afirmó que yo estaba en una condición más peligrosa que cualquiera de ellas, y que no pasarían más de tres semanas antes que me viera afligida de parálisis. NB 166 1 Después de unas tres semanas desfallecí y caí al suelo, y permanecí casi inconsciente durante 36 horas. Se temió que muriera, pero en respuesta a la oración, reviví. Una semana más tarde recibí un shock en mi costado derecho. Tuve una sensación extraña de frialdad e insensibilidad en la cabeza, y fuerte dolor en las sienes. Mi lengua parecía pesada y entumecida; no podía hablar con claridad. Mi brazo izquierdo y mi costado estaban paralizados. NB 166 2 Los hermanos y hermanas se reunieron para hacer de mi caso un motivo especial de oración. Recibí la bendición de Dios, y tuve la seguridad de que él me amaba; pero el dolor continuó, y seguí debilitándome hora tras hora. De nuevo los hermanos y hermanas se reunieron para presentar mi caso al Señor. Yo estaba tan débil que no podía orar en voz alta. Mi aspecto parecía debilitar la fe de los que me rodeaban. Entonces las promesas de Dios me fueron presentadas como nunca las había visto hasta entonces. Me parecía que Satanás se estaba esforzando por arrancarme del lado de mi esposo y de mis hijos para enviarme a la tumba, y estas preguntas surgían en mi mente: ¿Puedes tú creer en la directa promesa de Dios? ¿Puedes caminar por fe, cualesquiera sean las apariencias? La fe revivió. Yo le susurré a mi esposo: "Creo que me recuperaré". El contestó: "Ojalá yo pudiera creerlo". Me dormí esa noche sin alivio y, sin embargo, descansando con firme confianza en la promesa de Dios. No podía dormir, pero continué mi oración silenciosa. Precisamente antes de que rompiera el alba me quedé dormida. NB 167 1 Me desperté a la salida del sol, perfectamente liberada del dolor. ¡Oh, qué cambio! Me parecía que un ángel de Dios me había tocado mientras dormía. La presión que sentía sobre el corazón había desaparecido, y me sentía muy feliz. Estaba llena de gratitud. La alabanza a Dios estaba en mis labios. Desperté a mi esposo y le relaté la obra maravillosa que el Señor había hecho por mí. Al principio él apenas pudo comprenderlo; pero cuando me levanté y me vestí y caminé por la casa, él pudo alabar a Dios conmigo. Mi ojo enfermo dejó de dolerme. En unos pocos días la hinchazón desapareció y mi visión fue totalmente restaurada. La obra fue completa. NB 167 2 De nuevo fui a ver al médico, y tan pronto como él me tomó el pulso dijo: "Señora, un cambio completo ha ocurrido en su sistema; pero las dos mujeres que me visitaron para pedir consejo cuando usted estuvo la última vez, ambas han muerto". Después de salir, el médico le dijo a una de mis amistades: "Su caso es un misterio. No lo entiendo". Visita a Míchigan y Wisconsin, 1854 NB 167 3 En la primavera de 1854 volvimos a visitar Míchigan, y aunque tuvimos que recorrer caminos escabrosos y atravesar pantanos cenagosos, no desfalleció mi fortaleza. Sentíamos que era el deseo del Señor que visitáramos Wisconsin, y en Jackson nos dispusimos a emprender el viaje y tomar el tren a última hora de la noche. NB 167 4 Mientras nos estábamos preparando para ir a tomar el tren, sentimos una honda y solemne emoción, y convinimos en orar un rato; y al entregarnos de nuevo a Dios, no pudimos reprimir las lágrimas. Fuimos a la estación con un sentimiento de profunda solemnidad. Al subir al tren, procuramos acomodarnos en un coche delantero que tenía asientos con altos respaldos, esperando así poder dormir algo aquella noche; pero el coche ya estaba lleno, y pasamos al siguiente; allí encontramos asiento. No me quité el sombrero como solía hacer cuando viajaba de noche, sino que conservé el maletín en la mano como si esperase algo. Mi esposo y yo nos comunicamos nuestros singulares sentimientos. NB 168 1 Se habría alejado el tren unos cinco kilómetros de Jackson cuando empezó a dar violentas sacudidas de avance y retroceso, hasta que al fin se detuvo. Abrí la ventanilla y vi que uno de los coches tenía levantado un extremo hasta el punto de estar casi completamente vertical, y de él salían agonizantes gemidos en medio de una gran confusión. La máquina se había descarrilado, pero el coche en que íbamos nosotros se había quedado en los rieles, separado unos treinta metros de los demás. El enganche no estaba roto, sino que nuestro coche se había desprendido del precedente como por la mano de un ángel. El furgón de equipajes no sufrió mucho daño y nuestro voluminoso baúl lleno de libros quedó indemne. El coche de segunda clase resultó destrozado por completo, y sus astillas, con los viajeros, se esparcieron por ambos lados de la vía. El coche en que nosotros habíamos tratado de conseguir asiento quedó muy maltrecho, y uno de sus extremos se elevaba sobre el montón de ruinas. De la catástrofe resultaron cuatro pasajeros muertos o mortalmente heridos, y muchos otros heridos de gravedad. Tuvimos la seguridad de que Dios había enviado a un ángel para salvarnos la vida. NB 169 1 Regresamos a casa del Hno. Cireneo Smith, cerca de Jackson, y al día siguiente tomamos el tren para Wisconsin. Dios bendijo nuestra visita a ese Estado. A consecuencia de nuestros esfuerzos se convirtieron muchas almas. El Señor me fortaleció para soportar el fatigoso viaje. Regreso a Rochester NB 169 2 Volvimos a Wisconsin muy fatigados, deseosos de descansar, pero quedamos muy tristes al encontrar a la Hna. Ana muy afligida. La enfermedad había hecho presa de ella, y estaba muy débil. Las pruebas se multiplicaban a nuestro alrededor. Teníamos muchas congojas. Los empleados de la imprenta se hospedaban en nuestra casa, y éramos de quince a veinte en familia. Las reuniones del sábado y las conferencias se celebraban en nuestra casa. No teníamos un sábado tranquilo, porque algunas hermanas solían quedarse todo el día con sus chiquillos, y generalmente nuestros hermanos y hermanas no consideraban las incomodidades, cuidados y gastos suplementarios que con ello nos traían. Y como los empleados de la oficina cayeron enfermos uno tras otro y necesitaban especial cuidado, yo temía que al fin nos rendiría la ansiedad con el excesivo trabajo. A menudo pensaba que ya no podía resistir más. Pese a que las dificultades aumentaban vi con sorpresa que no nos vencían. Aprendimos la lección de que era posible sobrellevar más pruebas y sufrimientos de los que habíamos imaginado en un principio. El vigilante ojo del Señor estaba fijo en nosotros para evitar nuestra destrucción. NB 169 3 El 29 de agosto de 1854, el nacimiento de Guillermo añadió nueva responsabilidad a nuestra familia, y me distrajo de algunas de las tribulaciones que me rodeaban. Entonces recibimos el primer número del periódico falsamente titulado El Mensajero de la Verdad.* Los que en este periódico nos calumniaban habían sido reprobados por sus faltas y errores. No soportaron la reprobación, y secretamente al principio y abiertamente después, emplearon su influencia contra nosotros. NB 170 1 El Señor me había mostrado el carácter y el resultado final de este grupo. El enojo del Señor se dirigía contra cuantos estaban relacionados con dicho periódico y su mano se alzaba contra ellos, de suerte que aunque durante algún tiempo pudiesen prosperar, y engañar a algunas personas sinceras, la verdad triunfaría con el tiempo, y todas las almas honradas se librarían del engaño que las había aprisionado, y se apartarían de la influencia de aquellos malvados contra quienes estaba la mano de Dios, y por lo tanto, habían de hundirse. Muerte de Ana White NB 170 2 La Hna. Ana continuó mal de salud. Su padre y su madre y su hermana mayor vinieron de Maine para visitarla en su aflicción. Ana estaba tranquila y de buen ánimo. Ella había anhelado grandemente esta entrevista con sus padres y hermana. Se despidió de ellos, cuando salieron para regresar a Maine, con la idea de que no se encontraría más con ellos hasta que Dios llame a sus fieles a la salud y la inmortalidad. NB 170 3 En los últimos días en que estaba enferma, con sus propias manos temblorosas ella arregló sus cosas, dejándolas en perfecto orden, y disponiéndolas de acuerdo a su criterio. Expresó un gran deseo de que sus padres aceptaran el sábado, y vivieran cerca de nosotros. "Si yo creyera que esto ocurriría alguna vez--dijo ella--, yo moriría perfectamente satisfecha". NB 171 1 El último trabajo realizado por su mano temblorosa y delgada fue escribir unas pocas líneas a sus padres. ¿Y no consideró Dios sus últimos deseos y oraciones en favor de sus padres? En menos de dos años, el padre y la madre White estaban observando el sábado bíblico, felizmente instalados, a menos de treinta metros de nuestra puerta. Habíamos conservado a Ana con nosotros; pero nos vimos obligados a cerrarle los ojos en la muerte y colocarla para descansar. Por largo tiempo ella había mantenido su esperanza en Jesús, y esperaba con grata anticipación la mañana de la resurrección. La colocamos al lado del querido Natanael, en el cementerio Mount Hope. ------------------------Capítulo 23--Traslado a Míchigan NB 172 1 En 1855 los hermanos de Míchigan abrieron el camino para trasladar a Battle Creek la obra de publicaciones. Por esa fecha mi esposo debía entre dos y tres mil dólares, sin que para saldar la deuda contara con otra cosa que una reducida cantidad de libros y varias facturas de venta, entre ellas algunas de dudoso cobro. Parecía como si la causa se hubiese paralizado. Los pedidos de publicaciones eran pocos y de escasa importancia. Mi esposo andaba mal de salud. Le aquejaba una fuerte tos con irritación de los pulmones, y tenía abatido el sistema nervioso. Temíamos que muriera antes de poder librarse de la deuda. Seguridades consoladoras NB 172 2 Aquellos días fueron muy tristes. Yo veía huérfanos a mis tres pequeñuelos, y me asaltaban dudas como las siguientes: Si mi esposo muere por haber trabajado con exceso en la causa de la verdad presente, ¿quién reconocerá lo que ha sufrido? ¿Quién sabrá cuánta carga sobrellevó durante años, y los extremos cuidados que apesadumbraron su ánimo, quebrantaron su salud y lo arrastraron prematuramente al sepulcro, dejando a su familia miserable y desvalida? Yo solía preguntarme: ¿No cuidará Dios de estas cosas? ¿Pasarán ellas inadvertidas? Yo me consolaba al saber que hay un Ser que juzga rectamente, y que todo sacrificio, toda abnegación, todo llanto de angustia sufrido por su causa, queda fielmente registrado en el cielo y ha de obtener su recompensa. El día del Señor declarará y esclarecerá cosas que todavía no han sido descubiertas. NB 173 1 Se me mostró que Dios se proponía restablecer gradualmente a mi esposo, y que nosotros debíamos ejercer firmemente nuestra fe, pues Satanás nos embestiría con furia con cada esfuerzo que hiciésemos. Habíamos de prescindir de las apariencias y creer. Tres veces por día nos postrábamos solos ante el Señor, y orábamos fervorosamente por el restablecimiento de la salud de mi esposo. El Señor se dignó escuchar nuestras ardientes súplicas, y mi esposo empezó a mejorar. Y no puedo expresar mejor los sentimientos que entonces me embargaban, que por la transcripción de los siguientes extractos de una carta que escribí a la Hna. Howland: NB 173 2 "Me siento agradecida por tener ahora a mis hijos conmigo, bajo mi propio cuidado.1 Durante unas cuantas semanas he venido sintiendo hambre y sed de salvación, y hemos gozado casi sin interrupción de la comunión con Dios. ¿Por qué quedarnos alejados del manantial cuando podemos ir a él y beber? ¿Por qué morirnos por falta de pan, cuando hay un granero lleno, abundante y gratuito? ¡Oh, alma mía, sáciate en él, y bebe diariamente de los goces celestiales! No callaré. La alabanza a Dios está en mi corazón y sobre mis labios. Podemos regocijarnos con la plenitud del amor de nuestro Salvador. Podemos regalarnos con su excelente gloria. Mi alma da testimonio de ellos. Mi lobreguez ha sido disipada por esta preciosa luz, y nunca podré olvidarlo. Señor, ayúdame a recordarte vivamente. ¡Despertaos, energías todas de mi alma! ¡Despierta, oh alma, y adora a tu Redentor por su prodigioso amor! NB 174 1 "Puede ser que nuestros enemigos triunfen. Pueden decir palabras acerbas, y fraguar con la lengua calumnias, engaños y mentiras; no nos conmoveremos. Sabemos en quién creímos. No hemos corrido en vano, ni trabajado en vano. Llegará un día de ajuste de cuentas, en que todos serán juzgados según las obras hechas en el cuerpo. Es cierto que el mundo es oscuro. Puede fortalecerse la oposición. Pueden envalentonarse en su iniquidad el burlador y el escarnecedor. Sin embargo, por ninguna de estas cosas seremos conmovidos, sino que para obtener fuerza nos apoyarémos en el brazo del Omnipotente". Cambio de condiciones NB 174 2 Desde que nos trasladamos a Battle Creek, el Señor volvió favorables nuestras condiciones adversas. En Míchigan encontramos cariñosos amigos dispuestos a compartir nuestras cargas y proveer a nuestras necesidades. Antiguos y probados amigos del centro de Nueva York, Nueva Inglaterra y, especialmente, de Vermont, simpatizaron con nosotros en nuestras aflicciones y estaban prontos a ayudarnos en tiempo de angustia. En noviembre de 1856, en el congreso celebrado en Battle Creek, Dios obró por nosotros. La causa recibió nueva vida y tuvo éxito la labor de nuestros predicadores. NB 174 3 Aumentó el pedido de las publicaciones, que demostraron ser precisamente lo que necesitaba la causa. El Mensajero de la Verdad no tardó en desaparecer, y se dispersaron los espíritus discordantes que habían hablado por su medio. Mi esposo pudo pagar todas sus deudas. Desapareció su tos, cesó la irritación de los pulmones y la garganta, y fue recobrando gradualmente la salud, de modo que pudo predicar sin fatiga tres veces en el sábado y en el primer día de la semana. De Dios fue esta admirable obra del restablecimiento de mi esposo, y a Dios se ha de tributar toda la gloria. ------------------------Capítulo 24--Actividades en el medio oeste: 1856-1858 NB 176 1 En el otoño de 1856, mientras visitaba a un grupo de adventistas observadores del sábado en Round Grove, Illinois, se me mostró que una compañía de hermanos ubicada en Waukon, Iowa, necesitaba ayuda; que la trampa de Satanás debía ser quebrada, y que estas preciosas almas debían rescatarse. Yo no pude quedar tranquila hasta que decidí visitarlos. Una victoria en Waukon, Iowa NB 176 2 Cuando llegamos a Waukon, en la última parte de diciembre de 1856, encontramos que casi todos los observadores del sábado lamentaban que hubiéramos llegado. Existía mucho prejuicio con respecto a nosotros, porque se habían dicho muchas cosas que tendían a perjudicar nuestra influencia. NB 176 3 En la reunión de la noche fui tomada en visión, y el poder de Dios descansó sobre la compañía. Yo relaté lo que el Señor me había dado para el pueblo. Era lo siguiente: "Volved a mí, y yo me volveré a vosotros, y sanaré vuestras apostasías. Quitad la basura de la puerta de vuestro corazón, y abrid la puerta, y yo entraré y cenaré con vosotros". Se me mostró que si ellos abrían el camino, y confesaban sus errores, Jesús andaría en medio de nosotros con poder. NB 177 1 Después que presenté mi testimonio, una hermana comenzó a confesar de una manera clara y definida; y mientras ella hacía su confesión, los portales del cielo parecieron abrirse repentinamente, y yo quedé postrada por el poder de Dios. Parecía un lugar terrible pero glorioso. La reunión continuó hasta pasada la medianoche, y se realizó una gran obra. NB 177 2 Al día siguiente la reunión empezó donde había terminado la noche anterior. Los que habían sido bendecidos en la sesión previa mantenían la bendición. No habían dormido mucho porque el Espíritu de Dios descansó sobre ellos durante la noche. Algunos confesaron sus sentimientos de desunión con los otros y su condición de apostasía. La reunión continuó, sin intervalo, desde las 10 de la noche hasta las 5 de la tarde. Esa tarde nos sentimos aliviados. La carga que había estado sobre mí fue transferida a los hermanos y hermanas de Waukon, quienes trabajaron con el celo y el poder de Dios que descansaba sobre ellos. Sus rostros, que parecían tristes cuando llegamos al lugar, ahora brillaban con una unción celestial. Parecía que los santos ángeles pasaban de uno a otro de los hermanos que estaban en la habitación para terminar la buena obra que había comenzado. Pronto pudimos despedirnos de nuestros hermanos de Waukon, para comenzar nuestro viaje de vuelta al hogar. Visión que me fue dada en Lovett Grove, Ohio NB 177 3 En la primavera de 1858 visitamos Ohio, y asistimos a algunas conferencias que se realizaban en Green Springs, Gilboa y Lovett Grove. En Lovett Grove la bendición del Señor descansó sobre nosotros con un poder especial. El domingo por la tarde había un funeral en la escuela donde se realizaban nuestras reuniones. Mi esposo fue invitado a hablar. Fue bendecido con elocuencia para hablar libremente, y las palabras habladas parecían llegar a los oyentes. NB 178 1 Cuando hubo terminado sus observaciones, me sentí impulsada por el Espíritu de Dios a dar mi testimonio. Me sentí inducida a hablar sobre la venida de Cristo y la resurrección, y también sobre la gozosa esperanza del cristiano. Mi alma triunfó en Dios; bebí a grandes sorbos el agua de la salvación. El cielo, el dulce cielo parecía ser el imán que atraía mi alma hacia arriba, y me sentí envuelta en una visión de la gloria de Dios. Se me revelaron muchos asuntos importantes relativos a la iglesia. La redacción de "Spiritual Gifts", tomo 1 NB 178 2 En la visión que recibí en Lovett Grove, la mayor parte de lo que había visto diez años antes concerniente al gran conflicto de los siglos entre Cristo y Satanás fue repetido, y se me instruyó a que lo escribiera. Se me mostró que aunque debía luchar contra los poderes de las tinieblas, pues Satanás haría grandes esfuerzos para impedir esta tarea, debía poner mi confianza en Dios, y que los ángeles no me abandonarían en el conflicto. NB 178 3 Dos días después, mientras viajábamos en nuestros carruajes hacia Jackson, Míchigan, arreglamos nuestros planes para escribir y publicar, inmediatamente a nuestro regreso al hogar, el libro titulado El gran conflicto entre Cristo y sus ángeles, y Satanás y sus ángeles, comúnmente conocido como Spiritual Gifts, tomo 1.1 Yo me encontraba entonces tan bien como de costumbre. NB 179 1 A la llegada del tren a Jackson, fuimos a la casa del Hno. Palmer. Habíamos estado en la casa solamente un corto tiempo cuando, mientras conversaba con la Hna. Palmer, mi lengua se rehusó a articular lo que yo quería decir, y parecía grande y paralizada. Sentí en mi corazón una extraña sensación de frialdad, que pasó por mi cabeza, y se extendió por mi costado derecho. Por un tiempo estuve insensible e inconsciente, pero fui despertada por la voz de la oración ferviente. Traté de usar mis miembros izquierdos, pero estaba completamente paralizada. Por un corto tiempo yo no esperaba vivir. Era el tercer ataque de parálisis que tenía; y aunque estaba a unos 80 kilómetros de mi casa, no esperaba volver a ver a mis hijos. Recordé la reunión triunfante que tuvimos en Lovett Grove, y pensé que ése era mi último testimonio, y me sentí reconciliada con la idea de morir. NB 179 2 Pero todavía las fervorosas plegarias de mis amigos ascendían al cielo en mi favor, y pronto sentí en mis miembros una sensación de picazón, y alabé al Señor porque podía usarlos un poco. El Señor escuchó y contestó las fieles oraciones de sus hijos, y el poder de Satanás fue quebrantado. Esa noche sufrí mucho, pero al día siguiente me sentí suficientemente fortalecida como para regresar a casa. NB 179 3 Durante semanas no podía sentir la presión de una mano ni el agua más fría que se me arrojara en la cabeza. Al levantarme para caminar, a menudo tambaleaba, y a veces caía al suelo. En mi afligida condición empecé a redactar lo referente al gran conflicto. Al principio podía escribir una sola página por día, para entonces descansar tres días; pero a medida que progresaba, mi fuerza aumentaba. El entumecimiento de mi cabeza no parecía oscurecer mi mente, y antes de haber terminado el tomo 1 del libro Spiritual Gifts, el efecto del ataque había desaparecido por completo. NB 180 1 Al tiempo de la conferencia de Battle Creek, en junio de 1858, se me mostró en visión que en el repentino ataque que sufrí en Jackson, Satanás intentó quitarme la vida, a fin de impedir que escribiera la obra que estaba por empezar; pero los ángeles de Dios fueron mandados en mi rescate. También vi, entre otras cosas, que había de ser bendecida con mejor salud que antes del ataque. ------------------------Capítulo 25--Pruebas personales NB 181 1 Antes de trasladarnos de Rochester, sintiéndose mi esposo muy débil, creyó él necesario librarse de las responsabilidades de la obra de publicaciones. Entonces propuso que la iglesia se hiciese cargo de esa obra, y que ésta fuese administrada por una junta editorial que aquélla debía nombrar, suponiéndose además que ninguno de sus integrantes debería recibir beneficio financiero alguno en adición al salario que ya estuviera recibiendo por su trabajo. Esfuerzos para establecer la obra de publicaciones NB 181 2 Aunque el asunto fue discutido varias veces, los hermanos no tomaron ningún acuerdo sobre el particular hasta el año 1861. Hasta ese momento mi esposo había sido el propietario legal de la casa editora y el único administrador de la misma. Gozaba de la confianza de amigos activos de la causa, quienes confiaban a él los medios que de vez en cuando donaban, a medida que la obra crecía y necesitaba más fondos para el firme establecimiento de la empresa editorial. Pero a pesar de que constantemente se informaba a través de la Review que la casa publicadora era prácticamente propiedad de la iglesia, como él era el único administrador legal, nuestros enemigos se aprovecharon de esta situación y, con acusaciones de especulación, hicieron todo lo posible para perjudicarlo y retardar el progreso de la obra. Bajo estas circunstancias él presentó el asunto a la organización, y como resultado, en la primavera de 1861 se decidió organizar legalmente la Asociación Adventista de Publicaciones, de acuerdo con las leyes del Estado de Míchigan. Preocupación por los hijos NB 182 1 Aunque nuestras responsabilidades en la obra de publicaciones y otras ramas de nuestro trabajo nos producían mucha preocupación, el sacrificio más fuerte que me imponía la obra en que estaba empeñada era tener que dejar con frecuencia sus hijos al cuidado de otras personas. NB 182 2 Enrique había estado ausente de nosotros ya por cinco años y a Edson lo habíamos podido atender muy poco. Durante los años que vivimos en Rochester nuestra familia era numerosa, y nuestra casa era como un hotel, pero nosotros pasábamos la mayor parte del tiempo ausentes de esa casa. Yo siempre tenía la gran preocupación de que mis hijos se criaran exentos de malos hábitos, y a menudo me afligía al pensar en el contraste entre mis hijos y los de otras personas que, no queriendo llevar cargas y responsabilidades, podían estar siempre con sus hijos, para aconsejarlos e instruirlos y, por lo tanto, pasaban casi todo el tiempo junto a sus familias. Y me preguntaba: ¿Por qué reclama Dios tanto de nosotros, y a otros no les exige nada? ¿Es esto justo? ¿Tendremos nosotros que pasar la vida siempre apresurados, resolviendo problemas aquí y allá, yendo de un lugar a otro, sin disponer siquiera de un poco de tiempo para atender a nuestros hijos? Pérdida de hijos NB 182 3 En 1860 la muerte tocó a nuestra puerta y desgajó la más nueva rama de nuestro árbol familiar. El pequeño Herbert, que había nacido el 20 de septiembre de 1860, falleció el 14 de diciembre de ese mismo año. Nadie que no haya perdido un hijo pequeño que era una promesa podrá comprender cómo sangraron nuestros corazones cuando esa tierna rama fue quebrada. NB 183 1 Y luego, cuando nuestro noble hijo Enrique falleció,1 a la edad de 16 años; cuando nuestro dulce cantor fue llevado a la tumba y ya no pudimos escuchar más sus canciones en la mañana, nuestro hogar quedó muy solitario. Ambos padres y los dos hijos que quedaron, sentimos el golpe intensamente. Pero Dios nos consoló en medio de nuestra aflicción, y con fe y valor continuamos adelante con la obra que él nos había asignado, abrigando la luminosa esperanza de que un día, en ese mundo donde no habrá más muerte ni dolor, nos encontraremos con nuestros queridos hijos que nos fueron arrebatados por la muerte. ------------------------Capítulo 26--Combatiendo las enfermedades NB 184 1 [Nota histórica.--"Nuestro pueblo está generalmente despertando en cuanto a la importancia del tema de la salud--escribía el pastor Jaime White en un editorial de la Review, el 13 de diciembre de 1864, y a fin de responder a sus necesidades actuales debieran prepararse publicaciones acerca del tema, a precios que estén al alcance de los más pobres". Al mismo tiempo anunció la pronta aparición de una serie de folletos bajo el título general de "La salud: o Cómo vivir". NB 184 2 La firme convicción que tenían el pastor y la Sra. White en cuanto a que las reformas que iban a ser esbozadas en esos folletos eran algo de gran importancia, se ilustra en la siguiente nota que apareció en la Review el 14 de enero de 1865, donde se informaba sobre la aparición del primer folleto de la serie: NB 184 3 "Deseamos presentar ante todos nuestros hermanos estos folletos, preparados con especial cuidado, acerca del importante tema de la reforma en cuanto a nuestro modo de vivir, lo cual es de gran necesidad, y según nos parece, será logrado en las vidas de todos aquellos que al fin estén preparados para la traslación". NB 184 4 En los primeros cinco meses del año 1863 se terminó de publicar la serie. Estos folletos sobre la salud, seis en total, contenían artículos de la Sra. White respecto "a las enfermedades y sus causas", y otros temas similares; y también muchos extractos de escritos de algunos médicos y otras personas interesados en los principios de la reforma pro salud. También contenían recetas para la sana alimentación e instrucciones relativas al uso del agua como remedio para muchas enfermedades. Más adelante se exponían los efectos nocivos del alcohol, el tabaco, el té y el café, las especias, y otros estimulantes y narcóticos. NB 185 1 El invierno de 1864 a 1865 fue un tiempo de muchas tensiones y pruebas. En esos días, aparte de tener que dedicar tiempo junto a su esposa y a la preparación de material de salud y temperancia para las publicaciones, el pastor White se vio en la necesidad de tener que trabajar incansablemente con el fin de ayudar a resolver los problemas que tenían que enfrentar los guardadores del sábado que eran reclutados para servir en el ejército. Este trabajo le causaba gran ansiedad y lo afectó emocionalmente, además de desgastar sus fuerzas físicas. Sus labores como administrador en la sesión de la Asociación General que se celebró en mayo de 1865 se añadieron a su agotadora actividad. NB 185 2 A pesar de estar agobiados por el pesado trabajo de las publicaciones y por la responsabilidad de tener que velar por todos los intereses relacionados con la obra en general, el pastor White y su esposa no encontraban tiempo para descansar. Inmediatamente después de la sesión de la Asociación General fueron llamados a Wisconsin y Iowa, en donde tuvieron que enfrentarse con muchas dificultades. Poco después de regresar a Míchigan le sobrevino una parálisis parcial. Una información referente a esta enfermedad y al impulso que indirectamente recibió de la misma el movimiento de reforma pro salud, apareció unos meses más tarde, presentada por la Sra. White, en las ediciones de la Review del 20 y 27 de febrero de 1866. Una porción de ella forma parte del contenido de este capítulo.] La enfermedad del pastor Jaime White NB 186 1 Una mañana, mientras dábamos nuestro paseo habitual antes del desayuno, entramos en la huerta del hermano Lunt, y mientras mi esposo trataba de abrir una mazorca de maíz oí un extraño ruido. Rápidamente miré a mi esposo y noté que su cara estaba toda enrojecida y su brazo derecho colgaba como muerto. El trataba de levantar su brazo, pero sin resultado alguno: los músculos no respondían. NB 186 2 Lo ayudé a entrar en la casa, pero no pudo hablarme hasta que una vez dentro me dijo en forma ininteligible: "Ora, ora". Doblamos nuestras rodillas y elevamos fervientemente nuestras súplicas a Dios que siempre había estado a nuestro lado en momentos de prueba. Al poco rato mi esposo balbuceó algunas palabras de alabanza y gratitud a Dios porque al fin pudo mover su brazo. El movimiento de la mano le fue restituido, aunque no totalmente. NB 186 3 Mi esposo y yo sentimos la necesidad de acercarnos más a Dios, y habiéndonos acercado a él, mediante confesión y oración, tuvimos la bendecida seguridad de que él se acercó a nosotros. Aquellos momentos de comunión con Dios fueron realmente preciosos, extraordinariamente preciosos. NB 186 4 Las primeras cinco semanas de nuestra aflicción las pasamos en nuestro propio hogar. En su sabiduría nuestro Padre celestial no consideró apropiado devolver inmediatamente la salud a mi esposo en respuesta a nuestras fervientes oraciones, si bien nos parecía sentirlo gloriosamente cerca de nosotros, sosteniéndonos y consolándonos mediante su Santo Espíritu. Estadía en Dansville, Nueva York NB 187 1 Teníamos confianza en el uso del agua como uno de los remedios indicados por Dios, pero no confiábamos en medicamentos. No obstante, me sentía muy cansada para poder aplicar yo misma los remedios hidroterápicos a mi esposo. Por lo tanto pensamos que lo mejor sería llevarlo a Dansville, Nueva York, donde él podría descansar y donde podríamos disponer del cuidado de médicos hidroterápicos capaces. No nos atrevimos a seguir nuestro propio juicio, y decidimos buscar el consejo de Dios. Después de orar mucho sobre el asunto decidimos ir. Mi esposo soportó el viaje muy bien. NB 187 2 Permanecimos en Dansville cerca de tres meses. Conseguimos alojamiento a corta distancia de la institución, y desde allí podíamos caminar, con lo que disfrutábamos el mayor tiempo posible del aire libre. Cada día íbamos a tomar el tratamiento, excepto los sábados y domingos. NB 187 3 Tal vez algunos pudieron haber pensado que al haber ido a Dansville para someternos a tratamientos de los médicos estábamos perdiendo la fe en que Dios podría curar a mi esposo en respuesta a nuestras oraciones. Pero no era así. Nunca pensamos que estábamos despreciando los medios que Dios había puesto a nuestro alcance para lograr la recuperación de la salud, sino que más bien, colocándolo a Dios sobre todo, creíamos que él, que ha dado al hombre el conocimiento de remedios naturales, esperaba que nosotros los usáramos para ayudar a nuestro maltratado organismo a recobrar sus energías gastadas. Estábamos seguros de que el Señor bendeciría las medidas que estábamos tomando para recuperar la salud. Sesiones de oración y bendiciones NB 188 1 Tres veces al día dedicábamos un período especial a la oración para que el Señor devolviera la salud a mi esposo y para que su gracia nos sustentara en la hora de nuestra aflicción. Estas reuniones de oración significaban mucho para nosotros. Nuestros corazones muy a menudo se inundaban de indecible gratitud al pensar que en la hora de la adversidad teníamos un Padre celestial en quien podíamos confiar sin temor alguno. NB 188 2 El cuatro de diciembre de 1865, mi esposo pasó la noche muy mal. Oré junto a su cama, como de costumbre, pero no fue la voluntad del Señor aliviarlo esa noche. Mi esposo estaba muy preocupado. Pensaba que iba a morir, pero decía que no tenía temor a la muerte. NB 188 3 Yo también estaba muy preocupada. No creía ni por un momento que mi esposo moriría. Pero ¿cómo se le podría inspirar fe? Rogué a Dios para que me guiara y no me permitiera cometer ningún error, sino que me diera sabiduría para hacer lo correcto. Cuanto más fervientemente oraba, más fuerte era mi impresión de que debía llevar a mi esposo junto a sus hermanos, aun cuando tuviéramos que regresar de nuevo a Dansville. NB 188 4 El Dr. Lay llegó en la mañana y yo le dije que, al menos que se advirtiera una notable mejoría en mi esposo a lo sumo en las dos o tres siguientes semanas, yo me lo llevaría a mi casa. El me contestó: "Ud. no puede llevarlo a la casa. El no podría soportar un viaje tan incómodo". Yo le respondí: "Nosotros nos vamos. Me llevaré a mi esposo por fe, confiando en Dios; haremos nuestra primera parada en Rochester, donde estaremos por algunos días; luego pasaremos a Detroit, y si es necesario nos detendremos también allí por algunos días para descansar, y después nos dirigiremos a Battle Creek". NB 189 1 Este fue el primer indicio que mi esposo tuvo de mis intenciones. Pero no dijo ni una palabra. Esa noche empaquetamos nuestras maletas, y a la mañana siguiente ya estábamos de camino. Mi esposo viajaba muy cómodamente. NB 189 2 Durante las tres semanas que permanecimos en Rochester, la mayor parte del tiempo la pasamos en oración. Mi esposo sugirió que pidiéramos al pastor J. N. Andrews que viniera desde Maine, y a la hermana Lindsay, desde Olcott; y que los hermanos de Roosevelt que tuvieran suficiente fe en Dios y sintieran la necesidad de hacerlo, también viniesen para orar con él. Todos estos amigos respondieron a su llamado y durante diez días estuvimos juntos celebrando reuniones de ferviente oración. Todos los que participaron en estas reuniones fueron grandemente bendecidos. A veces nos sentíamos tan refrescados con las lluvias de gracia celestial que podíamos decir: "Mi copa está rebosando", y llorábamos y alabábamos a Dios por la riqueza de su salvación. NB 189 3 Los que vinieron de Roosevelt tuvieron que regresar pronto a sus hogares. El hermano Andrews y la hermana Lindsay, sin embargo, quedaron con nosotros. Continuamos nuestras oraciones de súplica al cielo. Todo parecía una dura lucha contra los poderes de las tinieblas. Algunas veces la tambaleante fe de mi esposo se asía de las promesas de Dios y entonces disfrutábamos de dulce y preciosa victoria. NB 189 4 En la Nochebuena, mientras nos humillábamos delante de Dios en ferviente oración, nos pareció ver como que la luz del cielo brillaba sobre nosotros, y fui arrebatada en una visión de la gloria de Dios. Me pareció como si hubiera sido trasladada rápidamente de la tierra al cielo, donde todo era salud, belleza y gloria. Mis oídos empezaron a oír acordes musicales, melodiosos, perfectos, fascinantes. Se me permitió disfrutar de esta escena por un momento, antes de que mi atención se fijara en este oscuro mundo. Luego se me mostraron las cosas que estaban ocurriendo sobre la tierra.1 Entonces tuve una visión alentadora acerca del caso de mi esposo. NB 190 1 Las circunstancias no se mostraban favorables para dirigirnos a Battle Creek, pero en mi mente estaba fija la idea de que debíamos ir. NB 190 2 Todo nos había ido muy bien en el viaje. Cuando el tren llegó a Battle Creek, fuimos recibidos por un grupo de fieles hermanos, quienes nos dieron una alegre bienvenida. Mi esposo descansó bien durante toda la noche. Al sábado siguiente caminó hasta el lugar donde se iban a celebrar los servicios del día y allí predicó durante tres cuartos de hora. Por la noche asistimos al servicio de la Cena del Señor. El Señor lo fortalecía mientras por fe se dirigía a estas reuniones. NB 190 3 La larga enfermedad de mi esposo fue un duro golpe no solamente para mí y mis hijos, sino también para la causa de Dios. Las iglesias se vieron privadas tanto de las labores de mi esposo como de las mías. Satanás se sentía triunfante al contemplar cómo quedaba interrumpida la obra de la verdad; pero, gracias a Dios, no se le permitió destruirnos. Después de haber estado desligados de la obra activa durante 15 largos meses, una vez más volvimos los dos a trabajar entre las iglesias. ------------------------Capítulo 27--Conflictos y victorias NB 191 1 Estando completamente convencida de que mi esposo no se recuperaría de su prolongada enfermedad mientras permaneciera inactivo, y de que harto había llegado el tiempo para que yo prosiguiera con el trabajo y presentara mi testiminio ante la iglesia, decidí hacer una gira por el norte de Míchigan, mientras mi esposo se encontraba en una condición extremadamente débil, en medio del frío más severo del invierno. Requirió un grado no pequeño de valor moral y de fe en Dios el que yo resolviera arriesgar tanto; pero sabía que tenía una obra que hacer, y me parecía que Satanás estaba determinado a mantenerme alejada de ella. El permanecer por más tiempo fuera del campo de trabajo me parecía peor que la muerte, y si nos salíamos de esa actividad, lo único que podría pasar era que pereciéramos. De manera que el 19 de diciembre de 1866, en medio de una tormenta de nieve, salimos de Battle Creek con rumbo a Wright, Míchigan. NB 191 2 Mi esposo soportó el viaje de ciento cuarenta kilómetros mucho mejor de lo que yo esperaba, y parecía estar tan bien cuando llegamos a la casa del Hno. E. H. Root como cuando salimos de Battle Creek. Fuimos recibidos bondadosamente por esta querida familia, y cuidados con tanta ternura por ellos como los padres cristianos cuidan a sus hijos inválidos. Actividades en Wright, Míchigan NB 192 1 En este lugar comenzaron nuestras primeras labores efectivas desde la enfermedad de mi esposo. Aquí él empezó a trabajar como en años anteriores, aunque estaba todavía muy débil. El solía hablar treinta o cuarenta minutos por la mañana el sábado y el primer día de la semana, mientras yo ocupaba el resto del tiempo. También hablaba yo por la tarde de cada día, cerca de una hora y media cada vez. Se nos escuchaba con la mayor atención. Vi que mi esposo se estaba fortaleciendo, aumentaba su claridad mental y sus discursos eran más coherentes. Y cuando en una ocasión él habló una hora con claridad y poder, sintiendo la carga de la obra sobre él como antes de su enfermedad, mis sentimientos de gratitud fueron inexpresables. NB 192 2 Mi trabajo en Wright resultó muy cansador. Tenía que prodigar mucho cuidado a mi esposo durante el día, y a veces en la noche. Le daba baños, y lo sacaba a caminar dos veces por día, fuera el tiempo frío, tormentoso o agradable. Yo usaba la pluma mientras él dictaba sus informes para la Review, y también escribí muchas cartas, en adición a los testimonios personales, así como la mayor parte de Testimony for the Church, N.o 11 (Testimonio para la iglesia, N.o 11). En Greenville, Míchigan NB 192 3 El 29 de enero de 1867 salimos de Wright y viajamos en carruaje a Greenville, ubicado como a setenta kilómetros de distancia. Era un día intensamente frío, y nos alegramos de encontrar un albergue del frío y de la tormenta en la casa del Hno. A. W. Maynard. Esta querida familia nos dio la bienvenida en sus corazones y en su hogar. Permanecimos en este vecindario seis semanas, trabajando con las iglesias de Greenville y Orleans, mientras hacíamos nuestro centro de actividades del hospitalario hogar del Hno. Maynard. NB 193 1 El Señor me dio libertad para hablar a la gente. En todo esfuerzo que realicé me daba cuenta del poder sostenedor del Señor. Y como estaba plenamente convencida de que tenía un testimonio para el pueblo, que podía presentarles en relación con las labores de mi esposo, mi fe fue fortalecida en la esperanza de que su salud mejoraría para trabajar en forma aceptable en la causa y la obra de Dios. Al aventurarse a hacerlo, confiando en Dios, a despecho de su debilidad, él se fue fortaleciendo y progresando con cada esfuerzo. Visita a Battle Creek: marzo de 1867 NB 193 2 Se decidió que debíamos ir a Battle Creek, y permanecer allí mientras los caminos siguieran siendo barrosos y estuvieran en mal estado, y que yo debía terminar de escribir Testimony N.o 12 (Testimonio N.o 12). Mi esposo estaba muy ansioso de ver a sus hermanos de Battle Creek, y de hablarles y regocijarse con ellos en la obra que Dios estaba haciendo por él. NB 193 3 Unos pocos días más tarde nos encontramos de nuevo en Battle Creek, después de una ausencia de unos trece meses. El sábado 16 de marzo mi esposo habló con claridad y poder, y yo también di mi testimonio con la habitual libertad. NB 193 4 Llegué de vuelta a Battle Creek como un niño cansado, que necesitaba palabras de consuelo y ánimo. Pero a nuestro regreso nos encontramos con informes que no tenían ningún fundamento en la verdad. Fuimos humillados hasta el polvo, y angustiados más allá de toda expresión. NB 193 5 Así las cosas, comenzamos a cumplir una cita que teníamos en Monterey. En el viaje traté de explicarme a mí misma por qué nuestros hermanos no entendían lo referente a nuestro trabajo. Me había sentido completamente segura de que cuando nos encontráramos con ellos, ellos sabrían de qué espíritu estábamos animados, y que el Espíritu de Dios en ellos crearía la misma convicción que en nosotros, humildes siervos del Altísimo, y que habría unión de sentimientos. En lugar de esto, se desconfiaba de nosotros, y se nos vigilaba con suspicacia. Esto fue causa de la mayor perplejidad que jamás haya yo experimentado. Confiando en Dios NB 194 1 Mientras así pensaba, una porción de la visión que me fuera dada en Rochester, Nueva York, el 25 de diciembre de 1865, vino como un relámpago a mi mente, e inmediatamente la relaté a mi esposo. NB 194 2 Se me mostró un conjunto de árboles, cercanos los unos a los otros, que formaban un círculo. Por encima de estos árboles había una vid que los cubría por arriba y descansaba sobre ellos, formando una glorieta. Pronto vi que los árboles se sacudían de un lado a otro, como si fueran movidos por un fuerte viento. Una rama de la viña tras otra era sacudida de su soporte, hasta que la vid quedó librada de los árboles, salvo unas pequeñas ramitas que quedaron adheridas a las ramas inferiores. Luego vino una persona que cortó los zarcillos adheridos de la vid y la dejó postrada en tierra. NB 194 3 Muchos pasaron por ese lugar y observaron con lástima la escena, y yo esperé ansiosamente que una mano amiga la levantara; pero no se ofreció ninguna ayuda. Pregunté por qué ninguna mano levantaba la vid. En seguida vi a un ángel llegar hasta la vid aparentemente abandonada. El abrió sus brazos y los colocó debajo de la vid, y la levantó, de manera que quedara erguida, y dijo: "Yérguete hacia el cielo, y que tus ramas se entrelacen en torno a Dios. Has sido sacudida de todo soporte humano. Tú puedes mantenerte firme con la fuerza de Dios y florecer con él. Depende sólo de Dios, y nunca dependerás en vano, ni serás sacudida de allí". NB 195 1 Al mirar la vid abandonada que era atendida por el ángel, sentí un alivio inexpresable que me reportaba gozo. Me volví al ángel y le pregunté qué significaban estas cosas. El dijo: "Tú eres la vid. Tú experimentarás todas estas cosas, y entonces, cuando esto ocurra, entenderás plenamente la figura de la vid. Dios será para ti un auxilio presente en tiempo de dificultad". NB 195 2 Desde este tiempo en adelante resolví cumplir con mi deber, y siempre me sentí libre para presentar mi testimonio al pueblo. Después de volver de Monterey a Battle Creek, creí que era mi deber avanzar con el poder de Dios, y liberarme de las sospechas y los informes que circulaban en perjuicio nuestro. Presenté mi testimonio, y relaté las cosas que se me habían mostrado relativas a la historia pasada de algunos de los presentes, amonestándolos acerca de sus peligros y reprobando sus conducta errónea. Declaré que yo había sido puesta en las posiciones más desagradables. Cuando familias e individuos me eran presentados en visión, frecuentemente lo que se me mostraba tenía relación con la vida privada de ellos, y reprobaba sus pecados secretos. He trabajado con algunas personas durante meses con respecto a errores de los cuales los otros nada sabían. Cuando mis hermanos vieron a estas personas tristes; cuando las oyeron expresar dudas con respecto a su aceptación por parte de Dios, y también exteriorizaron sentimientos de desánimo, me censuraron, como si yo fuera culpable de que estas personas estuvieran pasando por una prueba. NB 195 3 Los que me censuraban de esta manera ignoraban completamente de qué estaban hablando. Protesté contra las personas que se sentaban como inquisidores para juzgar mi conducta. El reprobar pecados privados ha sido la tarea desagradable que se me ha asignado. Si, con el fin de evitar la sospecha y los celos, diera yo una total explicación de mi conducta, e hiciera público aquello que debe mantenerse privado, pecaría contra Dios y perjudicaría a los individuos. Yo tengo que mantener en privado los reproches relativos a errores particulares guardándolos para mí sola, restringidos en mi propio pecho. Que otros juzgen como quieran, pero yo nunca traicionaré la confianza que depositaron en mí los errantes y arrepentidos. Nunca revelaré a los demás aquello que solamente debe ser presentado a las personas culpables. Dije a los que estaban reunidos que debían dejar de intervenir y permitirme actuar con libertad en el temor de Dios. ------------------------Capítulo 28--Entre las iglesias de Nueva Inglaterra NB 197 1 Refrigerada en espíritu por el buen resultado de nuestro trabajo en la iglesia de Battle Creek, que terminó en octubre de 1867, alegremente nos unimos con el pastor J. N. Andrews en un viaje a Maine. De camino celebramos una reunión en Roosevelt, Nueva York, el 26 y el 27 de octubre. Esta reunión implicó un duro trabajo, pues en ella se dieron agudos testimonios. Se hicieron confesiones, seguidas por un retorno general al Señor de parte de los apóstatas y pecadores. En Maine NB 197 2 Nuestras actividades en Maine comenzaron con la conferencia que se realizó en Norridgewock, el primero de noviembre. La reunión era grande. Como siempre, mi esposo y yo presentamos un testimonio directo en favor de la verdad y la debida disciplina de la iglesia, y contra las diferentes formas de error, confusión, fanatismo y desorden que procedían de una falta de tal disciplina. Este testimonio fue especialmente aplicable a la condición que reinaba en Maine. Espíritus desordenados que profesaban observar el sábado estaban en rebelión y trabajaban para difundir el descontento entre los asistentes a la conferencia. NB 198 1 Debido a este espíritu de rebelión, nuestra obra en Maine requirió siete semanas de un trabajo de lo más angustioso, laborioso, desagradable y lleno de fatiga. Pero al salir de ese Estado, nos sentíamos consolados con el hecho de que todos habían confesado su rebelión, y de que cierto número de personas había sido inducido a buscar al Señor y abrazar la verdad. NB 198 2 Tal vez la mejor manera en que yo pudiera dar una idea de nuestras labores hasta el tiempo de la reunión de Vermont sería copiando una porción de una carta que escribí a nuestro hijo residente en Battle Creek, el 27 de diciembre de 1867: NB 198 3 "Mi querido hijo Edson: NB 198 4 "Después que terminó nuestra reunión en Topsham, Maine, teníamos otra cita en Westbrook, Maine, para encontrarnos con los hermanos de Portland y lugares vecinos. Nos alojamos en la casa de la bondadosa familia del Hno. Martin. Yo no pude sentarme durante toda la tarde; pero como se me instó a asistir a la reunión de la noche, fui a la escuela, sintiendo que no tenía fuerzas para estar de pie y dirigirme a la gente. NB 198 5 "El local estaba lleno de oidores muy interesados. El Hno. Andrews comenzó la reunión, y habló poco tiempo; tu padre continuó con algunas observaciones. Entonces me levanté, y apenas había pronunciado unas pocas palabras sentí que mis fuerzas eran renovadas; toda mi debilidad pareció abandonarme, y hablé durante una hora con perfecta libertad. Sentí una inefable gratitud por esta ayuda de Dios en el tiempo cuando más la necesitaba. NB 198 6 "El miércoles por la noche hablé con libertad, por dos horas. El tener mi fuerza física renovada de una manera tan inesperada, cuando había estado completamente exhausta antes de estas dos reuniones, ha sido una fuente de gran ánimo para mí. Servicios de reavivamiento en Washington, Nueva Hampshire NB 199 1 "Nuestro viaje a Washington, Nueva Hampshire, fue tedioso. Encontramos albergue en el hogar del Hno. C. K. Farnsworth. Ellos hicieron todo lo que pudieron para nuestra comodidad; todo se arregló y pudimos descansar tanto como fue posible. NB 199 2 "El sábado tu padre habló en la mañana, y 20 minutos después hablé yo, presentando un testimonio de reprobación para varias personas. La reunión para la tarde fue citada en la casa del Hno. Farnsworth. A la mañana siguiente asistimos otra vez a reuniones en la casa donde nos habíamos congregado primero. Tratábamos de que los que profesaban la verdad vieran su estado de terribles tinieblas y apostasía delante de Dios, y que hicieran una humilde confesión. NB 199 3 "De nuevo tuvimos una reunión por la tarde en la casa del Hno. Farnsworth. El Señor ayudó al Hno. Andrews esa noche, mientras se espaciaba en el tema de sufrir por causa de Cristo. Se mencionó el caso de Moisés, que 'rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón; escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón' Hebreos 11:24-26. NB 199 4 "La reunión comenzó el lunes a las diez de la mañana. De nuevo se trató el tema de la condición de la iglesia. Con los ruegos más fervientes los exhortamos a convertirse a Dios y a dar una media vuelta completa. El Señor nos ayudó en la tarea. Nuestra reunión de la mañana terminó a las tres o cuatro de la tarde. Todas estas horas habíamos estado ocupados, primero uno de nosotros, luego el otro, trabajando fervientemente por todos los jóvenes inconversos. NB 200 1 "El martes por la noche hablé una hora con gran libertad. El Hno. Andrews habló también de una manera ferviente y conmovedora. El Espíritu de Dios estaba en la reunión. Los ángeles de Dios parecían acercarse mucho, alejando a los ángeles malos. Tanto los ministros como el pueblo lloraron como niños. Sentimos que habíamos ganado terreno, y que los poderes de las tinieblas habían retrocedido. Nuestra reunión terminó bien. NB 200 2 "Citamos todavía a otra reunión al día siguiente, comenzando a las 10 de la mañana. Hablé cerca de una hora sobre la humillación y glorificación de Cristo. Entonces comenzamos nuestro trabajo en favor de la juventud. Muchos padres habían venido a la reunión trayendo a sus hijos consigo para que recibieran la bendición. Nos dirigimos con ruegos fervientes a los niños, hasta que trece de ellos se levantaron y expresaron su deseo de ser cristianos. Un joven de cerca de los 20 años de edad caminó como 65 kilómetros para vernos y oír la verdad. Nunca había profesado religión, pero se decidió en favor de Dios antes de salir. NB 200 3 "Esta fue una de las mejores reuniones. Nos despedimos con muchas lágrimas, sintiendo que la bendición del cielo descansaba sobre nosotros". En Vermont y Nueva York NB 200 4 La reunión de West Enosburgh, Vermont, revistió el más profundo interés. Fue bueno reunirse de nuevo con nuestros antiguos y probados amigos de este Estado y hablarles. Se realizó una obra grande y buena en poco tiempo. Estos amigos eran generalmente pobres, y trabajaban duramente para conseguir las comodidades de la vida en un lugar donde para ganar un dólar había que trabajar más que para ganar dos en el oeste. Sin embargo, fueron liberales con nosotros. En ningún Estado los hermanos fueron más fieles a la causa que en el antiguo Estado de Vermont. NB 201 1 Nuestra próxima reunión fue en Adams Center, Nueva York. Resultó una reunión numerosa. Había varias personas en esa región, cuyos casos me habían sido presentados, y por los cuales tenía el más profundo interés. Eran hombres de valor moral. Algunos ocupaban posiciones que hacían que la cruz de la verdad presente les fuera pesada de llevar, o por lo menos así lo pensaban. Otros, que habían alcanzado la edad media de la vida, desde la niñez habían observado el sábado, pero no habían llevado la cruz de Cristo. Estos estaban en una posición en que parecía difícil conmoverlos. Necesitaban ser sacudidos para que dejaran de confiar en sus buenas obras y comenzaran a sentir su condición perdida sin Cristo. No podíamos abandonar a estas almas, y trabajamos con todas nuestras energías para ayudarlas. Por fin fueron conmovidas, y no hace mucho me alegré de oír noticias de algunos de ellos, y buenas nuevas con respecto a todos. NB 201 2 Dios está convirtiendo a hombres poderosos y ricos, y trayéndolos a las filas. Si ellos prosperan en la vida cristiana, crecen en gracia y por fin recogen una rica recompensa, tendrán que usar su abundancia para hacer progresar la causa de la verdad. Regreso a Míchigan NB 201 3 Después de salir de Adams Center, permanecimos unos pocos días en Rochester, y de ese lugar vinimos a Battle Creek, donde permanecimos durante el sábado y el primer día de la semana. Entonces regresamos a nuestro hogar en Greenville, donde pasamos el próximo sábado y el primer día con los hermanos que se reunieron de diferentes lugares. ------------------------Capítulo 29--Reclamando a los perdidos NB 202 1 Despues de llegar a nuestro hogar, sentimos de una manera intensa el cansancio producido por el trabajo en nuestra gira al este. Muchos urgían por carta a que escribiera lo que yo les había relatado respecto de lo que el Señor me había mostrado concerniente a ellos. Y había muchos otros a los cuales no había hablado, cuyos casos eran importantes y urgentes. Debido a mi cansancio, la tarea de escribir tanto se me hacía más de lo que podía soportar, y yo dudaba si tenía el deber de escribir tanto, a tantas personas, algunas de las cuales no eran merecedoras de ello. Me parecía que por cierto existía algún error en alguna parte. Un sueño animador NB 202 2 Una noche soñé que una persona me trajo una tela blanca y me pidió que yo cortara de ella vestidos para personas de todos los tamaños y toda descripción de carácter y circunstancias en la vida. Se me dijo que los cortara y los colgara, teniéndolos listos para ser confeccionados cuando se me pidiera. Tenía la impresión de que muchas personas para quienes se me pidió que cortara vestidos, no los merecían. Pregunté si ésa era la última pieza de tela que yo tendría que cortar, y se me dijo que no; que tan pronto como yo terminara este trabajo, habría otros de los cuales debía hacerme cargo. NB 203 1 Me sentí desanimada por la cantidad de trabajo que tenía delante, y declaré que había estado ocupada en cortar vestidos para otros durante más de 20 años, y que mis labores no habían sido apreciadas, y que tampoco vi que mi obra había realizado mucho bien. Le hablé al que me trajo la tela acerca de una mujer en particular, para la cual él me había pedido que cortara un vestido. Declaré que ella no merecía el vestido, y que sería una pérdida de tiempo y material presentárselo. Ella era muy pobre, de un intelecto inferior, desprolija en sus hábitos, y muy pronto lo ensuciaría. NB 203 2 La persona que me hablaba replicó: "Corta los vestidos; ése es tu deber. La pérdida no es tuya sino mía. Dios no ve como el hombre ve. El es el que traza el programa del trabajo que quiere realizar, y tú no sabes cuál prosperará, si esto o lo otro. Se hallará al fin que muchas de tales pobres almas irán al reino, mientras que otros que están favorecidos con todas las bendiciones de la vida, que tienen un buen intelecto, viven en ambientes agradables, y que reciben todas las ventajas del progreso, serán dejados afuera. Se verá que estas pobres almas han vivido de acuerdo con la débil luz que tenían, y han progresado gracias a los limitados medios que estaban a su alcance, y que vivieron mucho más aceptablemente que algunos otros que gozaron de una luz plena, y de amplios medios para el progreso". NB 203 3 Entonces levanté las manos, encallecidas como estaban con el uso de las tijeras, y dije que solamente podía acobardarme ante el pensamiento de realizar esta clase de trabajo. NB 203 4 La persona de nuevo repitió: "Corta los vestidos. Tu liberación todavía no ha llegado". NB 203 5 Con un sentimiento de gran cansancio me levanté en el sueño para empeñarme en la tarea. Delante de mí había un par de tijeras nuevas, relucientes, que comencé a usar. Al momento mis sentimientos de cansancio y desánimo me abandonaron, las tijeras parecían cortar con poco esfuerzo de mi parte, y corté un vestido tras otro, con comparativa facilidad. Visitando iglesias en Míchigan NB 204 1 Con el ánimo que este sueño me dio, al momento decidí acompañar a mi esposo y al Hno. Andrews a los condados de Gratiot, Saginaw y Tuscola. Resolví confiar en que el Señor me diera la fuerza para trabajar. Así, el 7 de febrero salimos de casa, y viajamos en nuestro carruaje más de 70 kilómetros para nuestra primera cita en Alma. Aquí trabajé como de costumbre, con un buen grado de libertad y fuerza. Los hermanos del condado de Gratiot parecían muy interesados en escuchar. NB 204 2 En Tittabawassee encontramos una gran casa de culto edificada recientemente por nuestro pueblo, bien llena de observadores del sábado. Los hermanos parecían listos para nuestro testimonio, y disfrutamos de libertad. El día siguiente quince personas fueron bautizadas. NB 204 3 En Vassar tuvimos reuniones el sábado y el primer día en la casa de la escuela. Este era un lugar gratuito donde se podía hablar, y obtuvimos buen fruto de nuestro trabajo. El primer día por la tarde pasaron al frente, para que oráramos por ellos, unos treinta hermanos que se habían apartado, y niños que no habían hecho profesión de religión. Cuidando de los enfermos NB 204 4 Regresamos a casa de esta gira antes que se desencadenara una gran lluvia que venía acompañada de nieve. Esta tormenta impidió la reunión del próximo sábado, y de inmediato yo comencé a preparar el contenido de Testimony N.o 14 (Testimonio N.o 14). También tuvimos el privilegio de cuidar a nuestro querido Hno. Séneca King, a quien trajimos a nuestro hogar con una terrible herida en la cabeza y en el rostro. Lo trajimos a casa para que muriera, porque no pensábamos que era posible que una persona con el cráneo tan terriblemente fracturado se recuperara. Pero con la bendición de Dios y con un poco de uso de agua, con una dieta escasa hasta que hubiera pasado el peligro de fiebre, y piezas bien ventiladas de día y de noche, en tres semanas pudo regresar a su hogar y atender sus asuntos en la granja. No tomó ni una pizca de medicina desde el comienzo hasta el fin de su proceso. Aunque había perdido considerable peso por la pérdida de sangre de sus heridas y por la dieta reducida, cuando pudo tomar una cantidad más abundante de alimento se fortaleció rápidamente. Reuniones de reavivamiento en Greenville NB 205 1 Por este tiempo comenzamos a trabajar por nuestros hermanos y amigos que vivían en torno a Greenville. Como es el caso en muchos otros lugares, nuestros hermanos necesitaban ayuda. Algunos observaban el sábado, y sin embargo no pertenecían a la iglesia, y había otros que habían abandonado la observancia del sábado. Nos sentimos dispuestos a ayudar a estas pobres almas, pero la conducta pasada y la posición presente de los miembros dirigentes de la iglesia en relación con esas personas nos hacía casi imposible acercarnos a ellas. NB 205 2 Al trabajar por los errantes, algunos de nuestros hermanos habían sido demasiado rígidos, demasiado cortantes en sus observaciones. Y cuando algunos estaban dispuestos a rechazar su consejo solían decir: "Bien, si quieren irse, que se vayan". Mientras los profesos seguidores de Jesús manifestaran tal carencia de la compasión, la tolerancia y la ternura de Jesús, la fe de estas pobres almas errantes, sin experiencia, abofeteadas por Satanás, seguramente naufragaría. Por grandes que fueran los males y pecados de los que yerran, nuestros hermanos debían aprender a manifestar no solamente la ternura del Pastor, sino su infaltable cuidado y amor por la oveja pobre y errada. Nuestros ministros se esfuerzan y predican semana tras semana, y se regocijan de que unas pocas almas abracen la verdad. Y sin embargo, hermanos con una disposición arrebatada y decidida pueden en cinco minutos destruir la obra al albergar sentimientos que hacen surgir palabras precipitadas como éstas: "Bien, si quieren abandonarnos, que lo hagan". NB 206 1 Hallamos que no podíamos hacer nada en favor de las ovejas esparcidas que estaban cerca de nosotros hasta que primeramente hubiéramos corregido los errores de muchos de los miembros de la iglesia. Ellos habían permitido que estas pobres almas erraran. No sentían ninguna carga por ellas. Escribí testimonios definidos no solamente para los que habían errado grandemente y estaban fuera de la iglesia, sino para aquellos miembros que estaban en la iglesia y que se habían equivocado grandemente al no ir en procura de las ovejas perdidas. Las ovejas perdidas NB 206 2 El Señor está enviando a los errantes, a los débiles y temblorosos, y aun a aquellos que han apostatado de la verdad, un llamado especial a regresar plenamente al redil. Pero muchos no han aprendido que ellos tienen un deber especial de ir y buscar a estas ovejas perdidas. NB 207 1 Los fariseos murmuraron porque Jesús recibía a los publicanos y a los pecadores comunes, y comía con ellos. En su justicia despreciaban a estos pobres pecadores que con gozo oían las palabras de Jesús. Para reprender este espíritu en los escribas y fariseos, y para dejar una lección impresionante para todos, el Señor relató la parábola de la oveja perdida. Notad en particular los siguientes puntos: NB 207 2 Se dejan las noventa y nueve ovejas en el redil y se busca diligentemente a la única que se ha perdido. Todo el esfuerzo se realiza por la oveja desafortunada. Así también el esfuerzo de la iglesia debe dirigirse en favor de los miembros que se desvían del redil de Cristo. ¿Y se han apartado ellos muy lejos? No esperéis que regresen antes de que tratéis de ayudarlos, sino id en busca de ellos. NB 207 3 Cuando se encuentra a la oveja perdida se la trae de vuelta con regocijo, y esto produce mucha alegría. Esto ilustra la bendita y gozosa tarea de trabajar por los errantes. La iglesia que se ocupa con éxito en esta obra, es una iglesia feliz. El hombre o la mujer cuya alma es impulsada por la compasión o el amor por los errantes y que trabaja para traerlos al redil del gran Pastor, se halla empeñada en una tarea bendita. Y, ¡oh! ¡qué pensamiento arrobador el que, cuando un pecador es así reconquistado, hay más gozo en el cielo por él que por noventa y nueve justos! Las almas egoístas, exclusivistas, exigentes, que parecen temer ayudar a los que están en el error como si esto los contaminara, no disfrutan la dulzura del trabajo misionero; no sienten la bendición que llena todo el cielo de regocijo por el rescate de uno que se ha extraviado. NB 207 4 La iglesia o las personas que rehúyen llevar cargas por otros, que se encierran en sí mismas, pronto sufrirán una debilidad espiritual. Es el trabajo lo que mantiene fuerte a un hombre. La labor misionera, el esfuerzo y llevar cargas y preocupaciones, es lo que fortalece a la iglesia de Cristo. En viaje a Battle Creek NB 208 1 El sábado y el primer día, 18 y 19 de abril, respectivamente, disfrutamos de buenos momentos con nuestro pueblo de Greenville. Los Hnos. M. E. Cornell y M. G. Kellogg estaban con nosotros. Mi esposo bautizó a ocho personas. El 25 y 26 estábamos con la iglesia de Wright. Estos queridos hermanos estaban muy listos a darnos la bienvenida. Aquí mi esposo bautizó a ocho. NB 208 2 El 2 de mayo nos encontramos con una gran congregación en la casa de culto de Monterey. Mi esposo habló con claridad y fuerza sobre la parábola de la oveja perdida. Su palabra fue grandemente bendecida. Algunos que se habían extraviado estaban fuera de la iglesia, y no existía espíritu de trabajo para ayudarlos. De hecho, la posición fría, erguida, dura e insensible de algunos miembros de la iglesia estaba calculada para impedir su regreso, si ellos decidían hacerlo. El tema conmovió los corazones de todos, y todos manifestaron un deseo de hacer lo recto. El primer día hablamos tres veces en Allegan a buenas congregaciones. NB 208 3 Teníamos luego una cita para encontrarnos con la Iglesia de Battle Creek el 9, pero creíamos que nuestro trabajo en Monterey apenas había comenzado, y por lo tanto decidimos regresar a Monterey y trabajar con la iglesia otra semana. La buena obra progresó, más allá de nuestras expectativas. La casa estaba llena, y nunca antes presenciamos un espíritu tal en Monterey en tan poco tiempo. El primer día cincuenta avanzaron al frente pidiendo que se orara por ellos. Los hermanos estaban muy preocupados por las ovejas perdidas, y confesando su frialdad e indiferencia decidieron hacer lo que debían. Catorce fueron bautizados. La obra progresó con solemnidad, con confesiones y muchas lágrimas. Esto puso fin al trabajo arduo del año de la conferencia. Sesión de la Asociación General de mayo de 1868 NB 209 1 La reunión de la Asociación General fue una oportunidad del más profundo interés. Las labores de mi esposo fueron grandes durante sus numerosas sesiones. Durante la conferencia se nos manifestó simpatía, tierno cuidado y benevolencia. ------------------------Capítulo 30--Viajando por el camino angosto NB 210 1 Mientras estaba en Battle Creek, en agosto de 1868, soñé que estaba con un gran grupo de personas. Una porción de esta asamblea comenzó un viaje. Teníamos carruajes pesadamente cargados. Mientras viajábamos, el camino parecía ascender. A un lado de este camino había un profundo precipicio; del otro lado había un muro blanco, alto y liso, como el que hay en las habitaciones revocadas. NB 210 2 A medida que proseguíamos el viaje, el camino se hacía más angosto y más alto. En algunos lugares parecía tan estrecho que llegamos a la conclusión de que no podíamos viajar más en carros cargados. De manera que soltamos los caballos, tomamos una porción del equipaje de los carros, la colocamos sobre ellos, y proseguimos, cabalgando. NB 210 3 Al continuar, la senda siguió angostándose. Nos vimos obligados a pegarnos lo más cerca posible del muro, para evitar caer del estrecho camino al profundo precipicio. Al hacer esto, el bagaje que estaba sobre los caballos raspaba el muro y hacía que nos ladeáramos hacia el precipicio. Temíamos caer, y ser hechos añicos sobre las rocas. Sacamos entonces el equipaje de encima de los caballos, y éste cayó en el precipicio. Continuamos a caballo y al llegar a los lugares más estrechos en el camino teníamos mucho temor de perder el equilibrio y caer. En tales ocasiones, una mano parecía tomar las riendas y guiarnos por el camino peligroso. NB 211 1 Como la senda se hacía más estrecha aún, decidimos que no podíamos viajar seguros cabalgando; dejamos los caballos y continuamos a pie, de a uno, cada cual siguiendo los pasos del anterior. En este punto parecieron descolgarse unas cuerdas pequeñas del alto muro blanco. Las tomamos con ansiedad, para que nos ayudaran a guardar el equilibrio por la senda. A medida que viajábamos, la cuerda se movía con nosotros. Por fin el sendero se hizo tan angosto que llegamos a la conclusión de que podíamos viajar con más seguridad sin zapatos ni medias. Nos los quitamos y viajamos descalzos. NB 211 2 Entonces pensamos en aquellos que no se habían acostumbrado a soportar privaciones y durezas. ¿Dónde estaban ahora? No se hallaban en el grupo. Cada vez que el camino cambiaba, algunos quedaban atrás, y permanecían solamente los que estaban acostumbrados a soportar vicisitudes. Las privaciones del camino solamente hacían que estas personas estuvieran más ansiosas de proseguir hasta el fin. NB 211 3 Nuestro peligro de caer del sendero aumentaba. Nos pegamos a la pared blanca y sin embargo no podíamos colocar nuestros pies completamente en el sendero, porque era demasiado angosto. Entonces suspendimos todo nuestro peso de las cuerdas exclamando: "¡Nos sostienen desde arriba! ¡Nos sostienen desde arriba!" Las mismas palabras fueron pronunciadas por todos los miembros del grupo que marchaba por el estrecho sendero. Al escuchar el ruido de la alegría y la rebelión que parecía provenir del abismo que estaba debajo, nos estremecíamos. Oíamos juramentos profanos, chistes vulgares y cantos bajos y viles. Oíamos cantos de guerra y cantos de baile. Oíamos instrumentos musicales y risotadas ruidosas, mezcladas con maldiciones y clamores de angustia y de amargo lamento. Entonces aumentaba más que nunca nuestra ansiedad por mantenernos en el estrecho y difícil sendero. Gran parte del tiempo nos veíamos obligados a suspendernos completamente de las cuerdas, que aumentaban en tamaño a medida que progresábamos. NB 212 1 Yo noté que el hermoso y blanco muro estaba manchado de sangre. Producía un sentimiento de lástima ver la pared así manchada. Eete sentimiento sin embargo, duró sólo un momento, pues pronto pensé que todo era como debía ser. Los que seguían detrás sabían que otros habían pasado por la senda estrecha y difícil antes que ellos, y concluían que si a otros les fue posible proseguir su marcha hacia adelante, ellos podrían hacer lo mismo. Y cuando la sangre comenzara a manar de sus doloridos pies, no desmayarían con desánimo; sino que, viendo la sangre sobre la pared, sabrían que otros habían resistido la misma dificultad. NB 212 2 Por fin llegamos a un gran precipicio, en el cual terminaba nuestro camino. No había nada ahora para guiar nuestros pies, nada sobre lo cual dejarlos descansar. Nuestra entera confianza debía estar en las cuerdas, que habían aumentado en tamaño hasta ser tan gruesas como nuestros cuerpos. En este punto nos acosó durante un tiempo la perplejidad y la angustia. Con medrosos susurros inquiríamos: "¿A qué está adherida la cuerda?" Mi esposo estaba precisamente delante de mí. Grandes gotas de sudor caían de su frente; tenía las venas del cuello y de las sienes engrosadas hasta el doble de su tamaño habitual, y gemidos contenidos y agonizantes se escapaban de sus labios. El sudor me chorreaba por la cara y sentí tanta angustia como nunca antes. Estábamos frente a una terrible lucha. Si aquí fracasábamos, todas las dificultades de nuestro viaje habrían sido en vano. NB 213 1 Delante de nosotros, del otro lado del precipicio, se extendía un campo hermoso de pasto verde, de unos 15 cm. de alto. No podía ver el sol, pero rayos de luz brillantes y suaves, que se parecían al oro y la plata finos, descansaban sobre ese campo. Nada que hubiera visto sobre la tierra podía compararse en belleza y gloria con este campo. ¿Pero tendríamos éxito en llegar hasta él? Esta era la ansiosa pregunta. Si la cuerda se rompía, estábamos perdidos. NB 213 2 De nuevo, en susurros de angustia, fueron pronunciadas las palabras: "¿Qué sostiene las cuerdas?" Por un momento dudábamos aventurarnos. Entonces exclamamos: "Nuestra única esperanza es confiar totalmente en la cuerda. De ella hemos dependido en todo este difícil camino. No nos fallará ahora". Todavía estábamos dudando con angustia. En este momento escuchamos las palabras: "Dios sostiene la cuerda. No debemos temer". Las palabras eran repetidas por aquellos que estaban detrás de nosotros, y junto con ellas: "El no nos faltará ahora. Hasta aquí nos ha conducido con seguridad". NB 213 3 Mi esposo entonces se arrojó por encima del terrible abismo hasta el campo hermoso que se veía más allá. Inmediatamente yo lo seguí. ¡Oh, qué sentimiento de alivio y gratitud a Dios experimentamos! Oí voces elevadas en triunfante alabanza a Dios. ¡Yo estaba feliz, perfectamente feliz! ------------------------Capítulo 31--Los que llevan cargas NB 214 1 El 25 De Octubre de 1869, mientras estaba en Adams Center, Nueva York, se me mostró que algunos ministros entre nosotros no están dispuestos a llevar toda la responsabilidad que Dios quiere que tengan. Esta falta arroja una carga adicional de cuidados y de trabajo sobre los que llevan las cargas. Algunos ministros dejan de avanzar y de aventurarse en empresas en la causa y la obra de Dios. Hay que hacer decisiones importantes, pero siendo que el hombre mortal no puede ver el fin desde el principio, algunos no asumen la responsabilidad de aventurarse para progresar de acuerdo con lo que la providencia de Dios les señala. Alguien debe avanzar; alguien debe aventurarse en el temor de Dios, confiando en él por los resultados. Los ministros que rehúyen esta parte del trabajo pierden mucho. Dejan de obtener la experiencia que Dios se propuso que tuvieran para hacerlos fuertes, hombres eficientes en los cuales pueda confiarse en una emergencia. NB 214 2 Durante la aflicción de mi esposo, el Señor probó a su pueblo para revelar lo que había en sus corazones; y al hacerlo, él les mostró lo que no había sido descubierto en ellos y que no estaba de acuerdo con el Espíritu de Dios. El Señor les mostró a sus hijos que la sabiduría del hombre es necedad, y que a menos que ellos posean una firme confianza de Dios y una dependencia de él, sus planes y cálculos resultarán un fracaso. Hemos de aprender lecciones de todas las cosas que nos pasan. Si se cometen errores, ellos deben enseñarnos e instruirnos, pero no inducirnos a rehuir cargas o responsabilidades. Donde hay mucho en juego, y donde deben considerarse asuntos de vital consecuencia, y deben definirse cuestiones importantes, los siervos de Dios deben asumir una responsabilidad individual. No pueden deponer la carga y sin embargo hacer la voluntad de Dios. NB 215 1 Algunos ministros son deficientes en las cualidades necesarias para edificar las iglesias, y no están dispuestos a ser gastados en la obra de Dios. Deben estar dispuestos a darse íntegramente a sí mismos a la obra, con un interés indiviso, con un celo que no puede ser abatido, con una paciencia y una perseverancia incansables. Con estas cualidades en ejercicio activo, las iglesias serían mantenida. en orden. NB 215 2 Dios había advertido y amonestado a mi esposo con respecto a la preservación de su salud. A mí se me había mostrado que él había sido levantado por el Señor, y que vivía por un milagro de su misericordia, no con el propósito de concentrar de nuevo sobre él las cargas bajo las cuales una vez cayó, sino para que el pueblo de Dios fuera beneficiado por su experiencia en hacer progresar los intereses de la causa, y en relación con la obra que el Señor me ha dado, y la carga que él ha puesto sobre mí. NB 215 3 Durante los años que siguieron a la recuperación de mi esposo, el Señor abrió delante de nosotros un amplio campo de trabajo. Aunque yo asumí la responsabilidad de la predicación tímidamente al comienzo, a medida que la providencia de Dios abría el camino delante de mí aumentó mi confianza para ponerme de pie ante grandes auditorios. Juntos asistimos a nuestros congresos campestres y otras grandes reuniones, desde Maine hasta Dakota, y desde Míchigan hasta Texas y California. NB 216 1 La obra que comenzó en forma débil y oscura continuó aumentando y fortaleciéndose. Casas editoras y misiones establecidas en muchos países dan fe de su crecimiento. En lugar de la edición de nuestro primer periódico, que llevamos a la oficina de correos en una valija, ahora se envían, mensualmente, muchos cientos de miles de ejemplares de nuestros diversos periódicos, desde donde se publican. La mano de Dios ha sido con esta obra para prosperarla y edificarla. NB 216 2 La historia posterior de mi vida había de implicar la historia de muchas de las empresas que han surgido entre nosotros, y con las cuales la obra de mi vida ha estado estrechamente vinculada. Para la edificación de estas instituciones, mi esposo y yo trabajamos con la pluma y con la voz. El anotar, aun brevemente, las experiencias de estos activos y atestados años, excedería en gran manera los límites de este bosquejo. Los esfuerzos de Satanás para impedir la obra y para destruir a los obreros no han cesado; pero Dios ha tenido cuidado de sus siervos y de su obra. NB 216 3 Como he participado en todo paso de avance hasta nuestra condición presente, al repasar la historia pasada puedo decir: "¡Alabado sea Dios!" Al ver lo que el Señor ha hecho, me lleno de admiración y de confianza en Cristo como director. No tenemos nada que temer del futuro, a menos que olvidemos la manera en que el Señor nos ha conducido, y lo que nos ha enseñado en nuestra historia pasada. NB 216 4 Somos deudores a Dios de usar toda ventaja que nos ha confiado para hermosear la verdad con la santidad de carácter, y para enviar el mensaje de advertencia, de consuelo, de esperanza y amor, a los que están en las tinieblas del error y del pecado. ------------------------Capítulo 32--Un sueño solemne NB 217 1 En la noche del 30 de abril de 1871 me retiré a descansar con mi espíritu muy deprimido. Durante tres meses había estado muy desanimada. A menudo había orado con angustia de espíritu solicitando alivio. Había implorado ayuda y fuerza de Dios, para que pudiera elevarme por encima del pesado desaliento que estaba paralizando mi fe y esperanza, y que me estaba incapacitando para ser útil. NB 217 2 Esa noche tuve un sueño que me produjo una impresión muy feliz. Soñé que estaba asistiendo a una importante reunión en la cual se reunía un gran grupo de hermanos. Muchos estaban arrodillados delante de Dios en ferviente oración, y parecían sentir una carga. Estaban importunando al Señor y rogándole que les diese luz especial. Unos pocos parecían estar en agonía de espíritu; sus sentimientos eran intensos; con lágrimas clamaban en voz alta por ayuda y por luz. Nuestros hermanos más prominentes estaban empeñados en esta impresionante escena. El Hno. A. estaba postrado sobre el suelo, aparentemente en profunda angustia. Su esposa estaba sentada entre un grupo de burladores indiferentes. Ella parecía que deseaba que todos entendieran que ella se burlaba de los que se humillaban a sí mismos de esa manera. NB 217 3 Soñé que el Espíritu del Señor vino sobre mí, y que yo me puse en pie en medio de los clamores y las oraciones, y dije: "El Espíritu del Señor Dios es sobre mí. Me siento impulsada a deciros que debéis comenzar a trabajar individualmente por vosotros mismos. Estáis mirando a Dios y deseáis que él realice en vuestro favor la obra que él os ha dejado para que vosotros la hagáis. Si hacéis en favor de vosotros mismos la obra que sabéis que debéis realizar, entonces Dios os ayudará cuando necesitéis ayuda. Habéis dejado sin hacer precisamente lo que Dios os ha dejado para que vosotros hicierais. Habéis estado pidiendo que Dios haga vuestro trabajo. Si vosotros siguierais la luz que él os dio, él haría que un mayor grado de luz brillara sobre vosotros; pero mientras descuidáis los consejos, las amonestaciones y los reproches que han sido dados, ¿cómo podéis esperar que Dios os dé más luz y bendición para descuidar y despreciar? Dios no es un hombre; no puede jugarse con él". NB 218 1 Tomé la Biblia preciosa y la rodeé con varios Testimonios para la iglesia, dados para el pueblo de Dios. Dije yo: "Aquí se describen los casos de casi todos. Los pecados que deben evitar están señalados. El consejo que necesitan puede encontrarse aquí, dado para otros casos que estaban en condición similar. Dios se ha agradado de dar línea sobre línea y precepto sobre precepto. Pero no hay muchos de vosotros que sepan en realidad lo que está contenido en los Testimonios. No estáis familiarizados con las Escrituras. Si hubierais hecho de la Palabra de Dios vuestro estudio predilecto, con un deseo de alcanzar las normas bíblicas y lograr la perfección cristiana, no habríais necesitado los Testimonios. Es debido a que habéis descuidado familiarizaros con el libro inspirado de Dios por lo que él ha tratado de llegar a vosotros por medio de testimonios sencillos y directos, llamándoos la atención a las palabras de la inspiración que habéis dejado de obedecer, y urgiéndoos a modelar vuestra vida según sus puras y elevadas enseñanzas. NB 219 1 "El Señor se ha dignado amonestaros, reprobaros y aconsejaros por medio de los testimonios dados, e impresionaros con la importancia de la verdad de su Palabra. Los Testimonios escritos no tienen el propósito de traer nueva luz, sino de impresionar vívidamente en el corazón las verdades de la inspiración ya reveladas. El deber del hombre hacia Dios y hacia su prójimo ha sido distintamente especificado en la Palabra de Dios; sin embargo, sólo unos pocos de vosotros son obedientes a la luz dada. No se presenta una luz adicional; sino que Dios mediante los Testimonios, ha simplificado las grandes verdades ya reveladas, y en la manera específica en que él decidió, las ha puesto delante del pueblo, para despertar e impresionar la mente por medio de ellos, a fin de que todos sean dejados sin excusa. NB 219 2 "El orgullo, el amor propio, el egoísmo, el odio, la envidia y los celos han oscurecido las facultades de percepción, y la verdad, que os haría sabios para la salvación, ha perdido su poder de cautivar y dominar la mente. Aun los principios fundamentales de la piedad no se entienden porque no existe un sentido de hambre y sed por el conocimiento de la Biblia. No hay pureza de corazón y santidad de vida. Los Testimonios no han de empequeñecer la palabra de Dios, sino exaltarla y conducir a las mentes a ella, para que la hermosa sencillez de la verdad pueda impresionar a todos". NB 219 3 Yo dije además: "Así como la Palabra de Dios está rodeada de estos libros y folletos, Dios os ha circundado con reproches, consejos, amonestaciones y palabras de ánimo. Aquí estáis clamando delante de Dios, con vuestras almas angustiadas, por más luz. Dios me ha autorizado a deciros que no brillará sobre vuestro camino ningún otro rayo de luz por medio de los Testimonios, hasta que hagáis un uso práctico de la luz que ya tenéis. El Señor os ha circundado de luz, pero vosotros no habéis apreciado esa luz; la habéis pisoteado. En tanto que algunos han despreciado la luz, otros la han descuidado, o la han seguido sólo en forma indiferente. Unos pocos han resuelto en su corazón obedecer la luz que Dios se ha agradado en darles. NB 220 1 "Algunos de los que han recibido advertencias especiales por medio de un testimonio, han olvidado después de pocas semanas el reproche dado. Los testimonios enviados a algunos han sido repetidos varias veces; pero ellos no han creído que eran de suficiente importancia como para darles cuidadosa atención. Han sido para ellos como fábulas ociosas. Si hubieran atendido a la luz dada, habrían evitado pérdidas y pruebas que ellos consideran que son duras y severas. Ellos deben dirigir la censura solamente a sí mismos. Han colocado sobre sus propios cuellos un yugo que encuentran gravoso llevar. No es el yugo que Cristo les ha impuesto. El cuidado y el amor de Dios fueron ejercidos en su favor; pero sus almas egoístas, malas e incrédulas no podían discernir la bondad del Señor y su misericordia. Se apresuraron en la dirección de su propia sabiduría, hasta que, abrumados de pruebas y confundidos con perplejidades se hallan entrampados por Satanás. Cuando recojáis los rayos de luz que Dios ha dado en lo pasado, entonces él dará una luz mayor". NB 220 2 Les pedí que consideraran el caso del Israel de antaño. Dios les dio su ley; pero ellos no quisieron obedecerla. Entonces les dio ceremonias y ordenanzas, para que en la realización de estas cosas recordaran a Dios. Estaban tan propensos a olvidar al Señor y lo que él pedía de ellos, que fue necesario mantener sus mentes agitadas para que se dieran cuenta de sus obligaciones de obedecer y honrar a su Creador. Si hubieran sido obedientes, y si hubieran amado el observar los mandamientos de Dios, no se habría necesitado la multitud de ceremonias y ordenanzas que tenían. NB 221 1 Si los hijos de Dios que ahora profesan ser el tesoro peculiar del Señor quisieran obedecer sus requerimientos, como están especificados en su Palabra, no recibirían testimonios especiales para despertarlos a su deber, e impresionar en su mente su pecaminosidad y el terrible peligro de descuidar la obediencia a la Palabra de Dios. Hay conciencias que han sido embotadas, porque la luz ha sido puesta a un lado, descuidada y despreciada. Y Dios quitará estos Testimonios del pueblo, lo privará de su fuerza y lo humillará. NB 221 2 Soñé que mientras hablaba el poder de Dios cayó sobre mí de una manera muy notable, y se me privó de toda mi fuerza. Sin embargo no tuve ninguna visión. Yo pensaba que mi esposo se ponía en pie delante del pueblo y exclamaba: "Este es el poder maravilloso de Dios. El ha hecho de los Testimonios un medio poderoso de alcanzar a las almas, y por medio de ellos, él trabajará en forma todavía más poderosa de lo que ha hecho hasta ahora. ¿Quién estará de parte del Señor?" NB 221 3 Soñé que un buen número de hermanos se pusieron instantáneamente de pie, y respondieron al llamamiento. Otros permanecieron sentados de mal humor; algunos manifestaron escarnio y burla, y unos pocos parecían totalmente indiferentes. Uno se puso en pie a mi lado y dijo: NB 221 4 "Dios te ha levantado y te ha dado palabras para hablar al pueblo y para alcanzar los corazones como él no lo ha hecho con ningún otro. El ha conformado tus testimonios para hacer frente a los casos que están en necesidad de ayuda. No debes dejarte afectar por la burla, por el escarnio, por el reproche y por la censura. A fin de ser el instrumento escogido de Dios, no debes depender de ningún otro, sino depender exclusivamente de él, y como la viña que se agarra de su tutor, debes permitir que tus zarcillos lo rodeen. El te hará un medio para comunicar su luz al pueblo. Debes obtener diariamente fuerza de Dios, a fin de estar fortalecida, para que el ambiente donde estás no oscurezca ni eclipse la luz que Dios ha permitido que brille sobre su pueblo por tu medio. Es el objeto especial de Satanás impedir que esta luz llegue al pueblo de Dios, quien mucho la necesita en medio de los peligros de estos últimos días. NB 222 1 "Tu éxito está en tu sencillez. Tan pronto como abandones esta sencillez, y elabores tus Testimonios para conformarlos con las mentes de algunos, tu poder se habrá ido. En esta época casi todo es falaz e irreal. El mundo abunda en testimonios dados para agradar y encantar por el momento, y para exaltar el yo. Tu testimonio es de un carácter diferente. Ha de afectar hasta las minucias de la vida, impidiendo que la débil fe muera, y haciendo entender claramente a los creyentes la necesidad de brillar como luces en el mundo. NB 222 2 "Dios te ha dado tu testimonio para presentar delante del apóstata y del pecador su verdadera condición, y para mostrarle la inmensa pérdida que él experimenta al continuar en su vida de pecado. Dios ha impresionado esto en tu mente, exponiéndolo ante tu visión, como no lo ha hecho con ninguna otra persona que ahora viva; y de acuerdo con la luz que te ha dado, te hará responsable. 'No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos'. 'Alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado'". Zacarías 4:6; Isaías 58:1. NB 222 3 Este sueño tuvo una poderosa influencia sobre mí. Cuando desperté, mi espíritu estaba alegre y sentía una gran paz. Las enfermedades que me habían hecho más difícil el trabajo fueron quitadas, y gocé de una fuerza y de un vigor ausentes durante meses. Me parecía que los ángeles de Dios habían sido comisionados para darme alivio. Una inefable gratitud llenó mi corazón por este gran cambio del desaliento a la luz y la felicidad. Yo sabía que había recibido ayuda de Dios. Esta manifestación me pareció como un milagro de la misericordia de Dios, y no seré desagradecida por su bondad amorosa. ------------------------Capítulo 33--Obra misionera1 NB 224 1 EL 10 de diciembre de 1871 se me mostró que Dios realizaría una gran obra por medio de la verdad, si hombres consagrados que se sacrificaran a sí mismos se entregaran sin reservas a la obra de presentar el mensaje a los que están en tinieblas. Los que tienen un conocimiento de la preciosa verdad, y están consagrados a Dios, deben valerse de toda oportunidad dondequiera se presente una puerta abierta para hacer avanzar la verdad. Los ángeles de Dios están conmoviendo los corazones y las conciencias del pueblo de otras naciones, y almas honestas se sienten angustiadas al presenciar las señales de los tiempos en el estado incierto de las naciones. Surge el interrogante en sus corazones: ¿Cuál será el fin de todas estas cosas? Mientras Dios y los ángeles están obrando para impresionar los corazones, los siervos de Cristo parecen dormir. Pero unos pocos trabajan en unión con los mensajeros celestiales. NB 225 1 Si los ministros y el pueblo despertaran lo suficiente, no descansarían en esta forma tan indiferente, mientras Dios los ha honrado haciendo de ellos los depositarios de su ley, imprimiendo esa ley en sus mentes y escribiéndola en sus corazones. Las verdades de vital importancia han de poner a prueba al mundo; y sin embargo en nuestro propio país hay ciudades, aldeas y pueblos que nunca han oído el mensaje de amonestación. Jóvenes que se sienten conmovidos por los llamados realizados en procura de ayuda en esta gran obra de hacer progresar la causa de Dios, realizan algún movimiento de avance, pero no asumen la carga de la obra tan plenamente como para hacer lo que debe hacerse. NB 225 2 Si los jóvenes que comienzan a trabajar en esta causa tuvieran el espíritu misionero, darían evidencia de que Dios ciertamente los ha llamado a la obra. Pero cuando no van a nuevos lugares, sino que están contentos de ir de iglesia en iglesia, dan evidencia de que la carga de la obra no está sobre ellos. Las ideas de nuestros predicadores jóvenes no son lo suficientemente amplias. Su celo es demasiado débil. Si los jóvenes estuvieran despiertos y dedicados al Señor, serían diligentes en todo momento, y buscarían las calificaciones necesarias para llegar a ser obreros en el campo misionero. NB 225 3 Los jóvenes deben estar adquiriendo las calificaciones para ese trabajo y familiarizarse con otros idiomas, para que Dios los use como medios de comunicar su verdad salvadora a los habitantes de otras naciones. Estos jóvenes pueden obtener un conocimiento de otras lenguas aun mientras están empeñados en trabajar por los pecadores. Si son económicos en la forma de aprovechar su tiempo, pueden estar progresando mentalmente, y calificándose para una utilidad más amplia. Si las jóvenes que han llevado sólo pocas responsabilidades se consagraran a Dios, podrían calificarse para ser útiles estudiando y familiarizándose con otros idiomas. Podrían dedicarse a la obra de traducir. NB 226 1 Nuestras publicaciones deben imprimirse en otras lenguas, a fin de que las naciones extranjeras puedan ser alcanzadas.2 Mucho puede hacerse por medio de la prensa, pero se podría hacer aún más si la influencia de las labores de los predicadores activos acompaña a nuestras publicaciones. Se necesitan misioneros que vayan a otros países para predicar la verdad de una manera cuidadosa. La causa de la verdad presente puede ser grandemente extendida por el esfuerzo personal. NB 226 2 Cuando las iglesias vean que hay jóvenes que poseen el celo que los califica para extender sus labores a ciudades, aldeas y pueblos que nunca han sido despertados a la verdad; cuando vean que hay misioneros voluntarios dispuestos a ir a otras naciones a fin de llevarles la verdad, las iglesias se verán animadas y fortalecidas mucho más que si ellas mismas fueran beneficiarias de los trabajos de jóvenes inexpertos. Al ver los corazones de sus ministros ardiendo de amor y celo por la verdad y con un deseo de salvar almas, las iglesias despertarán. Estas generalmente tienen en su propio seno los dones y el poder que les reportaría bendición y fortaleza a ellas mismas, y que les permitiría reunir a las ovejas y a los corderos en el redil. Necesitan que se les permita trabajar con sus propios recursos, para que todos los dones que están durmiendo puedan así ser llamados a un servicio activo. NB 227 1 El Señor ha impulsado a hombres que hablan otros idiomas, y los ha colocado bajo la influencia de la verdad, a fin de calificarlos para trabajar en su causa. El los ha puesto al alcance de la oficina de publicaciones, para que sus gerentes se valieran de sus servicios, si estaban despiertos a las necesidades de la causa. Se necesitan publicaciones en otros idiomas, para despertar el interés y las inquietudes entre otras naciones. NB 227 2 Así como la predicación de Noé amonestó y probó a los habitantes del mundo antes que el diluvio los destruyera de sobre la faz de la tierra, también la verdad de Dios para estos últimos días está haciendo una obra similar de amonestar y poner a prueba al mundo. Las publicaciones que salen de la oficina llevan el sello del Eterno. Están siendo esparcidas por todo el país, y están decidiendo el destino de muchas almas. Se necesitan grandemente ahora hombres que puedan traducir y preparar nuestras publicaciones en otros idiomas, de manera que el mensaje de advertencia vaya a todas las naciones y las pruebe por medio de la luz de la verdad, y así los hombres y mujeres, al ver la luz, puedan volver de la transgresión a la obediencia de la ley de Dios. NB 227 3 Debe aprovecharse toda oportunidad para extender la verdad a otras naciones. Esto requerirá considerable gasto, pero el gasto de ninguna manera debe impedir la realización de esta tarea. Los medios son de valor únicamente al ser empleados para hacer progresar los intereses del reino de Dios. El Señor ha prestado medios a los hombres para este mismo propósito, para usarlos en enviar la verdad a sus semejantes. NB 228 1 Ahora es el tiempo de usar los medios para Dios. Este es el tiempo de ser ricos en buenas obras, colocando para nosotros un buen fundamento para el tiempo venidero, de manera que podamos echar mano de la vida eterna. Un alma salvada en el reino de Dios es de más valor que todas las riquezas terrenales. Somos responsables ante Dios por las almas de aquellos con quienes nos relacionamos, y cuanto más estrechas nuestras relaciones con nuestros semejantes, mayor es nuestra responsabilidad. Somos una gran hermandad, y el bienestar de nuestros semejantes debe ser nuestro gran interés. No tenemos un momento que perder. Si hemos sido descuidados en esta materia, es harto tiempo de que ahora con todo fervor redimamos el tiempo, no sea que la sangre de las almas se encuentre sobre nuestros vestidos. Como hijos de Dios, ninguno de nosotros está eximido de tomar parte en la gran obra de Cristo para la salvación de nuestros semejantes. NB 228 2 Será una tarea difícil la de vencer el prejuicio y convencer a los no creyentes de que nuestros esfuerzos por ayudarlos son desinteresados. Pero esto no debe impedir nuestra labor. No hay precepto en la Palabra de Dios que nos ordene hacer bien solamente a aquellos que aprecian nuestros esfuerzos y responden a ellos, o que nos pida que beneficiemos solamente a los que nos agradezcan por ello. Dios nos ha enviado a trabajar en su viña. Nuestra tarea es hacer todo lo que podemos. "Por la mañana siembra tu semilla, y a la tarde no dejes reposar tu mano; porque no sabes cuál es lo mejor, si esto o aquello, o si lo uno y lo otro es igualmente bueno". Eclesiastés 11:6. NB 228 3 Tenemos demasiado poca fe. Limitamos al Santo de Israel. Debemos estar agradecidos de que Dios condescienda en usar a algunos de nosotros como sus instrumentos. Cada oración ferviente elevada con fe por algo recibirá respuesta. Ella puede no llegar como lo habíamos esperado; pero vendrá, tal vez no como lo habíamos planeado, pero al tiempo preciso cuando más la necesitemos. Pero ¡oh, cuán pecaminosa es nuestra incredulidad! "Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho". Juan 15:7. ------------------------Capítulo 34--Planes más amplios NB 230 1 Mientras estaba en California, en el año 1874, tuve un sueño impresionante, en el cual se me presentó la prensa como instrumento en la obra de proclamar el mensaje del tercer ángel al mundo. NB 230 2 Soñé que varios de los hermanos en California se hallaban en concilio, considerando el mejor plan de trabajar durante la próxima estación. Algunos creían que era sabio rehuir las grandes ciudades, y trabajar en los lugares pequeños. Mi esposo estaba urgiendo con todo fervor a que se hicieran planes más amplios, y se realizaran esfuerzos más extendidos, lo cual estaría en más consonancia con el carácter de nuestro mensaje. NB 230 3 Entonces un joven a quien yo había visto con frecuencia en mis sueños llegó al concilio. Escuchó con profundo interés las palabras que se hablaban, y entonces, hablando en forma deliberada, con autorizada confianza, dijo: NB 230 4 "Las ciudades y los pueblos constituyen una parte de la viña del Señor. Deben escuchar el mensaje de advertencia. El enemigo de la verdad está haciendo esfuerzos desesperados para apartar al pueblo de la verdad de Dios a fin de que vaya en procura de falsedades... Habéis de sembrar junto a todas las aguas. NB 230 5 "Puede ser que no veáis de inmediato el resultado de vuestra labor, pero esto no debe desanimaros. Tomad a Cristo como vuestro ejemplo. El tenía muchos oyentes, pero pocos lo seguían. Noé predicó durante ciento veinte años al pueblo antes del diluvio; sin embargo, de las multitudes de la tierra de ese tiempo, solamente ocho se salvaron". NB 231 1 El mensajero continuó: "Estáis concibiendo ideas demasiado limitadas de la obra para este tiempo. Estáis tratando de planear la obra como para poder abarcarla con vuestros brazos. Debéis tener una visión más amplia. Vuestra luz no debe ser colocada debajo de un almud o debajo de la cama, sino en el candelero, para que alumbre a todos los que están en casa. Vuestra casa es el mundo... NB 231 2 "La veracidad y la verdad de las declaraciones y obligaciones del cuarto mandamiento deben ser presentadas en forma clara delante del pueblo. 'Vosotros sois mis testigos'. El mensaje avanzará con poder a todas partes del mundo, a Oregon, a Europa, a Australia, a las islas del mar, a todas las naciones, lenguas y pueblos. Preservad la dignidad de la verdad. Esta crecerá hasta alcanzar grandes proporciones. Muchos países están esperando el avance de la luz que Dios tiene para ellos; y vuestra fe es limitada, muy pequeña. Vuestro concepto de la obra necesita ampliarse grandemente. Oakland, San Francisco, Sacramento, Woodland, y las grandes ciudades de los Estados Unidos deben oír el mensaje de verdad. Avanzad. Dios obrará con gran poder si andáis con toda humildad delante de él. La fe no habla de imposibilidades. Nada es imposible para Dios. La luz de las declaraciones obligatorias de la ley de Dios ha de someter a prueba al mundo..." NB 231 3 En mi última visión se me mostró que debemos tener una parte que realizar en California para extender y confirmar la obra ya comenzada. Se me mostró que debía ponerse a contribución trabajo misionero en California, en Australia, en Oregon, y en otros territorios en forma mucho más extensa de lo que nuestros hermanos han imaginado, o de lo que jamás han contemplado y planeado. Se me mostró que en el tiempo actual no avanzamos tan rápidamente como las providencias de Dios están abriendo oportunidades delante de nosotros. Se me mostró que la verdad presente debe ser un poder en California si los creyentes en el mensaje no le hicieran lugar al enemigo con su incredulidad y egoísmo, sino concentraran sus esfuerzos en un solo objeto: la edificación de la causa de la verdad presente. NB 232 1 Vi que habría un periódico publicado en la costa del Pacífico. Habría una institución de salud establecida allí, y se crearía una casa publicadora. NB 232 2 El tiempo es corto; y todos los que creen en este mensaje deben sentir que una solemne obligación descansa sobre ellos, a saber la de ser obreros desinteresados, que ejerzan su influencia en la debida dirección, y nunca, ni por palabra ni por acción, se los encuentre alineados en contra de los que tratan de hacer progresar los intereses de la causa de Dios. Las ideas de nuestros hermanos son completamente estrechas. Esperan solamente poco. Su fe es demasiado limitada. NB 232 3 Un periódico publicado en la costa del Pacífico daría fuerza e influencia al mensaje. La luz que Dios nos ha dado no tendrá mucho valor para el mundo si no puede ser vista al ser presentada delante de él. Os declaro que nuestra visión puede ser extendida. Vemos las cosas cercanas, pero no las que están lejos. ------------------------Capítulo 35--A todo el mundo NB 233 1 Siento profundamente la necesidad de que hagamos esfuerzos más completos y fervientes para presentar la verdad al mundo. En la última visión que me fue dada, se me mostró que no estamos haciendo ni la vigésima parte de la obra que debiéramos realizar para la salvación de las almas. Trabajamos por ellas en forma indiferente, como si no fuera un asunto de grandísima importancia el que reciban o rechacen la verdad. Se hacen esfuerzos generales, pero dejamos de trabajar en forma particular por medio de esfuerzos personales. No nos acercamos a los hombres y mujeres de tal manera que los impresionemos con el hecho de que tenemos un interés personal por ellos, y de que nos preocupamos en forma profunda y ferviente por su salvación y no queremos renunciar a la tarea de salvarlos. NB 233 2 Nos mantenemos a gran distancia de quienes no creen en la verdad. Los llamamos y esperamos que vengan a nosotros para inquirir acerca de la verdad. Muchos no se sentirán inclinados a hacerlo, porque están en tinieblas y en el error, y no pueden discernir la verdad y su vital importancia. Satanás los retiene con firme poder, y si nosotros queremos ayudarlos, debemos mostrar interés personal y amor por sus almas, y tratarlos con fervor. Debemos trabajar con oración y amor, con fe y paciencia incansable, esperándolo todo y creyéndolo todo, con la sabiduría de la serpiente y la humildad de la paloma, a fin de ganar almas para Cristo. Preparación especial NB 234 1 Como pueblo no estamos suficientemente despiertos ante el corto tiempo en el cual nos toca trabajar, y no entendemos la magnitud de la obra para este tiempo. La noche pronto viene, en la cual nadie puede obrar. Dios llama a hombres y mujeres que tengan las cualidades necesarias--consagración a la voluntad divina y fervor en el estudio de las Escrituras--, para hacer su obra especial en estos últimos días. El llama ahora a hombres que puedan trabajar. A medida que se empeñan en la tarea con sinceridad y humildad para hacer todo lo que puedan, obtendrán una experiencia más completa. Tendrán un conocimiento mejor de la verdad y de los métodos para alcanzar a las almas y ayudarlas, precisamente cuando necesitan ser ayudadas. Se necesitan obreros ahora, ahora mismo, para trabajar por Dios. Los campos ya están blancos para la siega, y sin embargo los obreros son pocos. Providencias y oportunidades NB 234 2 Se me mostró que, como pueblo, hemos estado dormidos en cuanto a nuestro deber de presentar la luz a los hombres de otras naciones. ¿Es porque Dios nos ha eximido como pueblo, de tener cualquier carga o de realizar un trabajo especial en favor de los de otras lenguas, por lo que no tenemos misioneros ya hoy en países extranjeros? ¿Por qué ocurre esta negligencia y esta demora? Hay personas de mente superior en muchas otras naciones, a quienes Dios está impresionando con la falta de espiritualidad y de piedad genuina que existe en las denominaciones cristianas del país. Ellos no pueden armonizar la vida y el carácter de los profesos cristianos con las normas bíblicas. Muchos están orando por luz y conocimiento. No están satisfechos. Dios contestará sus oraciones por medio de. nosotros, como pueblo, si no estamos a una distancia tan grande de él que no podamos oír su voz, y si no somos tan egoístas que no queramos ser perturbados en nuestra comodidad y asociaciones agradables. NB 235 1 No estamos marchando al paso de las providencias de Dios que nos abren puertas. Jesús y los ángeles están trabajando. Esta causa está progresando, mientras que nosotros estamos detenidos y quedamos a la retaguardia. Si siguiéramos las providencias divinas que abren puertas delante de nosotros, discerniríamos con rapidez toda puerta abierta, y aprovecharíamos hasta el máximo toda ventaja que esté a nuestro alcance, a fin de permitir que la luz se extienda y llegue a otras naciones. Dios, en su providencia, ha enviado hombres a nuestras mismas puertas, y los ha arrojado, por así decirlo, en nuestros brazos, a fin de que puedan aprender la verdad más perfectamente, y ser calificados para realizar la obra que nosotros no podríamos hacer de llevar la luz a hombres de otros idiomas. A menudo hemos dejado de discernir la mano de Dios, y no hemos recibido precisamente a aquellos que Dios nos ha provisto para que trabajen en unión con nosotros y desempeñen una parte en enviar la luz a otras naciones. Sembrar sobre todas las aguas NB 235 2 Ha habido un descuido causado por nuestra pereza y una incredulidad criminal entre nosotros como pueblo, que nos ha mantenido a la retaguardia sin hacer la obra que Dios nos ha dejado y que consiste en permitir que nuestra luz brille delante de los que pertenecen a otras naciones. Se siente temor en aventurarse y no se quiere correr riesgos en la obra, temiendo que la inversión de medios no traiga resultados. ¿Qué pasaría si se usan los medios y sin embargo no podemos ver que algunas almas han sido salvadas por ellos? ¿Qué pasaría si malgastáramos una porción de nuestros medios? Mejor es trabajar y mantenerse activo que no hacer nada. Vosotros no sabéis qué cosa prosperará, si esto o lo otro. NB 236 1 Dios tendrá hombres que arriesgarán cualquier cosa y todo lo que tienen para salvar almas. Aquellos que no avanzan sino hasta que puedan ver todo trecho del camino con claridad delante de ellos, no rendirán ningún beneficio en este tiempo, para el progreso de la verdad divina. Debe haber ahora obreros que avancen en la oscuridad tanto como en la luz, y que se mantengan firmes y valientes pese a los desánimos y las esperanzas frustradas, que trabajen con fe, con lágrimas y con paciente esperanza, y siembren junto a todas las aguas, confiando en el Señor para que él traiga los frutos. Dios llama a hombres de nervio, de esperanza, de fe y de persistencia, para que trabajen. Publicaciones en muchos idiomas NB 236 2 Se me ha mostrado que nuestras publicaciones deben imprimirse en diferentes idiomas y ser enviadas a todo país civilizado, a cualquier costo. ¿Qué valor tiene el dinero en este tiempo, en comparación con el valor de las almas? Todo dólar de nuestros recursos debe ser considerado como del Señor y no nuestro; y como un precioso legado de Dios a nosotros, no para ser malgastado en complacencias innecesarias, sino para ser usado cuidadosamente en la causa de Dios, en la obra de salvar a hombres y mujeres de la ruina. NB 236 3 Se me ha mostrado que la prensa es poderosa para el bien o para el mal. Esta agencia puede alcanzar e influir la mente del público como no lo puede ninguna otra cosa. La prensa, dirigida por hombres que sean santificados y consagrados a Dios, puede ser un poder para el bien y para traer a los hombres al conocimiento de la verdad. La pluma es un poder en la mano de hombres que sienten la verdad ardiendo en el altar de sus corazones, y que tienen un celo inteligente por Dios, equilibrado con un sano juicio. La pluma, sumergida en la fuente de la verdad pura, puede enviar los rayos de la luz a los oscuros rincones de la tierra, los cuales reflejarán de vuelta sus rayos, añadiéndoles nuevo poder y dando una luz aumentada para ser esparcida por dondequiera. Una cosecha de almas preciosas NB 237 1 Se me ha mostrado que las publicaciones ya han estado haciendo una obra en algunas mentes en otros países, quebrantando los muros del prejuicio y la superstición. Se me han mostrado hombres y mujeres estudiando con intenso interés periódicos, y algunas páginas de folletos, relativos a la verdad presente. Ellos leen las evidencias, que les resultan tan maravillosas y nuevas, y abren sus Biblias con un interés profundo y nuevo, a medida que les son aclarados temas de la verdad que les eran oscuros, especialmente la luz con respecto al sábado del cuarto mandamiento. Mientras investigan las Escrituras para ver si estas cosas son así, una nueva luz brilla en su mente, pues los ángeles los rodean e impresionan sus mentes con las verdades contenidas en las publicaciones que han estado leyendo. NB 237 2 Los he visto sosteniendo periódicos y folletos en una mano, y la Biblia en la otra, mientras sus mejillas estaban humedecidas con lágrimas; y arrodillándose delante de Dios en oración ferviente y humilde, los he visto guiados a toda verdad: precisamente lo que el Señor estaba haciendo por ellos antes que ellos se dirigieran a él. Y cuando recibían la verdad en su corazón, y veían la armoniosa cadena de verdades, la Biblia llegaba a ser para ellos un libro nuevo, y lo estrechaban contra su corazón con gozo y gratitud, mientras sus rostros brillaban de felicidad y de santo gozo. NB 238 1 Estas personas no estaban satisfechas meramente con gozar de la luz ellas mismas, y comenzaron a trabajar en favor de otros. Algunos han hecho grandes sacrificios por causa de la verdad y para ayudar a los hermanos que estaban en tinieblas. Así se está preparando el camino para una gran obra en la distribución de folletos y periódicos en otros idiomas. ------------------------Capítulo 36--La circulación de la página impresa1 NB 239 1 En la reunión celebrada en Roma, Nueva York, el domingo 12 de septiembre de 1875, varios predicadores dirigieron la palabra a numerosos y atentos auditorios. A la noche siguiente soñé que un joven de noble aspecto entraba en el aposento en donde yo me hallaba, inmediatamente después de pronunciar mi discurso. El joven me dijo: NB 239 2 "Has llamado la atención de las gentes a importantes asuntos, que para muchos son nuevos y curiosos. A algunos de los oyentes les han interesado muchísimo. Los obreros han hecho en palabra y doctrina cuanto han podido para exponer la verdad; pero si no aumentan los esfuerzos para fijar en las mentes las impresiones recibidas, obtendréis escaso fruto de vuestra labor. Satanás tiene listos muchos atractivos para cautivar las mentes; y los cuidados de esta vida y la falacia de las riquezas concurren para ahogar la semilla de verdad sembrada en el corazón. NB 239 3 "En todo esfuerzo similar al que estáis haciendo ahora, se obtendrían resultados mucho más eficaces si dispusierais de páginas impresas apropiadas listas para la circulación y la lectura. Repártanse gratuitamente, a los que quieran aceptarlos, folletos que traten de puntos importantes de la verdad relacionada con los tiempos actuales. Sembraréis junto a todas las aguas. NB 240 1 "La prensa es un poderoso medio de mover los entendimientos y los corazones. Los hombres mundanos se valen de la prensa para aprovechar toda ocasión de difundir entre el público literatura ponzoñosa. Si quienes están impulsados por el espíritu del mundo y de Satanás se esfuerzan con ahínco por propagar libros, folletos y periódicos de índole corruptora, vosotros debéis ser aún más tenaces en ofrecer a las gentes lecturas de carácter enaltecedor y salvador. NB 240 2 "Dios ha otorgado a su pueblo valiosas ventajas en la prensa, la que, combinada con otros agentes, difundirá con éxito el conocimiento de la verdad. Folletos, periódicos y libros, según la ocasión lo requiera, deben distribuirse por todas las ciudades y aldeas de la tierra. Aquí hay obra misionera para todos. NB 240 3 "Debe adiestrarse hombres en esta rama de la obra, que sean misioneros y distribuyan publicaciones. Han de ser hombres de aspecto simpático y trato afable, que no inspiren repugnancia ni den motivo para que los rechacen. Es una obra que, cuando es necesario, exige todo el tiempo y las energías de quienes se dediquen a ella. Dios ha confiado gran luz a sus hijos, no para ellos solos, sino para que sus rayos iluminen a los que están sumidos en las tinieblas del error. NB 240 4 "Como pueblo no estáis haciendo ni la vigésima parte de lo que se podría hacer en la propagación del conocimiento de la verdad. Se puede lograr muchísimo más por medio del predicador vivo acompañado de periódicos y folletos, que por la predicación de la sola palabra sin publicaciones impresas. La prensa es un eficacísimo instrumento que Dios ha provisto para que se lo combine con las energías de la palabra viva, a fin de predicar la verdad a toda nación, tribu, lengua y pueblo. Hay muchos con quienes sólo es posible ponerse en comunicación por medio de la prensa. NB 241 1 "Aquí tenemos verdadera obra misionera en qué invertir trabajo y recursos con los mejores resultados. Ha habido demasiado temor de correr riesgo, de moverse sólo por fe y de sembrar junto a todas las aguas. Se han presentado ocasiones que no se han aprovechado para obtener los máximos resultados. Los hermanos han tenido demasiado temor de aventurarse. La verdadera fe no es presunción, pero se arriesga a mucho. Es preciso que en las publicaciones se exponga sin tardanza la preciosa luz y la potente verdad". NB 241 2 Después añadió: "Tu esposo no ha de cejar en sus esfuerzos por estimular a ciertos hombres para que lleguen a ser obreros responsables de una obra importante. Satanás atacará a todo aquel a quien Dios acepte. Si ellos se apartan del cielo y ponen la causa en peligro, sus fracasos no se anotarán en la cuenta de tu esposo ni en la tuya, sino que se achacarán a la perversidad de la naturaleza de los murmuradores, la cual ellos no supieron comprender ni vencer. Estos hombres a quienes Dios trató de emplear en su obra, y han fracasado e impuesto grandes cargas a los sinceros y desinteresados, han entorpecido y desanimado más que todo el bien que hicieron. Sin embargo, esto no ha de entorpecer el propósito de Dios de que esta obra creciente--con sus cuidados y cargas--dividida en varias ramas, sea confiada a hombres que desempeñen su parte y levanten la carga cuando debe ser levantada. Estos hombres deben estar dispuestos a recibir instrucciones, y entonces Dios podrá capacitarlos, santificarlos y comunicarles santidad de juicio a fin de que prosigan cuanto emprendan en su nombre". ------------------------Capítulo 37--Actividades públicas en 1877 NB 242 1 El 11 de mayo de 1877 salimos de Oakland, California, hacia Battle Creek, Míchigan. Mi esposo había recibido un telegrama que requería su presencia en Battle Creek, para que diera atención a importantes asuntos relativos a la causa. Fuimos en respuesta a este llamado, y nos empeñamos fervorosamente en predicar, escribir y tener reuniones de junta en la oficina de la Review, el Colegio y el Sanatorio, trabajando a menudo de noche. Esto lo cansó terriblemente. Su constante ansiedad mental estaba preparando el camino para un quebrantamiento físico. Ambos sentimos el peligro, y decidimos ir a Colorado para gozar de un retiro y un descanso. NB 242 2 Mientras hacíamos planes para el viaje, una voz me pareció decir: "Ponte la armadura. Tengo un trabajo que debes hacer en Battle Creek". La voz parecía tan clara que yo me volví involuntariamente para ver quién hablaba. No vi a nadie; y ante el sentido de la presencia de Dios, mi corazón se quebrantó de ternura delante de él. Cuando mi esposo entró en la pieza, le dije lo que había pasado. Lloramos y oramos juntos. Habíamos hecho arreglos para salir después de tres días; pero ahora todos nuestros planes habían cambiado. Servicios especiales en favor de los alumnos del colegio NB 243 1 La terminación del año escolar en el Colegio de Battle Creek estaba próxima. Me había sentido ansiosa por los estudiantes, muchos de los cuales eran inconversos o se habían apartado de Dios. Pasé una semana trabajando en su favor, realizando reuniones cada noche y los sábados y el primer día. Mi corazón estaba conmovido al ver la casa de culto casi completamente llena de alumnos de nuestro Colegio. Traté de impresionarlos con la idea de que una vida de pureza y oración no sería ningún obstáculo para ellos en la obtención de un conocimiento completo de las ciencias, sino que, al contrario, ello quitaría muchos obstáculos en el camino de su progreso en el conocimiento. Al relacionarse con el Salvador se colocaban en la escuela de Cristo; y si eran estudiantes diligentes en esta escuela, el vicio y la inmoralidad serían eliminados de en medio de ellos. Una vez que se lograra esto, aumentaría su conocimiento como resultado de lo mismo. NB 243 2 Nuestro Colegio ha de ocupar una posición más elevada, desde el punto de vista educacional, que cualquier otra institución de enseñanza, presentando delante de los jóvenes, puntos de vista, blancos y objetivos más nobles en la vida, y educándolos para tener un conocimiento correcto del deber humano y de los intereses eternos. El gran objeto de establecer nuestro Colegio era impartir el punto de vista correcto, mostrando la armonía de la ciencia y la religión de la Biblia. NB 243 3 El Señor me fortaleció y me bendijo en los esfuerzos realizados en favor de los jóvenes. Un gran número pasó al frente para que oráramos por ellos. Algunos de ellos, debido a la falta de vigilancia y de oración, habían perdido la fe y la evidencia de su relación con Dios. Muchos testificaron que, al tomar este paso, habían recibido la bendición de Dios. Como resultado de las reuniones, un buen número solicitaron el bautismo. Reuniones de temperancia NB 244 1 Pero mi obra no estaba todavía terminada en Battle Creek. Se nos solicitó fervientemente que participáramos en una reunión de temperancia de gran magnitud, un esfuerzo muy meritorio que estaba en marcha entre la clase más alta de ciudadanos de Battle Creek. Este movimiento abarcó el Club de Reforma de Battle Creek, que tenía 600 adherentes, y la Unión Femenina de Temperancia Cristiana, que contaba con 260 adherentes. Dios, Cristo, el Espíritu Santo y la Biblia eran palabras familiares para estos obreros fervientes. Ya se había logrado mucho bien, y la actividad de los obreros, el sistema que usaban para trabajar y el espíritu de sus reuniones prometían un beneficio mayor aún en lo futuro. NB 244 2 Fue en oportunidad de la visita de la gran colección de animales raros de Barnum a la ciudad, el 28 de junio, cuando las damas de la Unión Femenina de Temperancia Cristiana dieron un golpe notable en favor de la temperancia y la reforma, organizando un inmenso restaurante de temperancia para acomodar a las multitudes que se habían reunido desde varios puntos con el fin de visitar esa exposición de animales. Así se evitó que visitaran los salones y tabernas, donde estarían expuestos a la tentación. Se armó para la ocasión la inmensa carpa, con capacidad para cinco mil personas, usada por la Asociación de Míchigan en los congresos campestres. Debajo de esta inmensa tienda se instalaron quince o veinte mesas [largas] para acomodar a los huéspedes. NB 244 3 Por invitación hablé en la tienda el domingo de noche primero de julio, sobre el tema de la temperancia cristiana, a cinco mil personas presentes. En el congreso campestre de Indiana NB 245 1 Del 9 al 14 de agosto asistí a un congreso campestre cerca de Kokomo, Indiana, acompañada por mi nuera, María K. White. A mi esposo le resultó imposible abandonar Battle Creek. En esta reunión el Señor me fortaleció para trabajar con el mayor fervor. El me dio claridad y poder al dirigirme a la hermandad. Al echar una mirada a los hombres y mujeres allí reunidos, de apariencia noble y de gran influencia, y compararlos con la pequeña compañía reunida seis años antes, que se componía de personas más bien pobres e incultas, pude exclamar: "¡Lo que ha hecho Dios!" NB 245 2 La influencia refinadora que la verdad tiene en la vida y el carácter de los que la reciben estaba ejemplificada en forma poderosa allí. Mientras hablaba pedimos que se pusieran de pie los que habían sido adictos al tabaco, pero que lo habían abandonado completamente debido a la luz que habían recibido por medio de la verdad. En respuesta, entre treinta y cinco y cuarenta personas se pusieron de pie, diez o doce de las cuales eran mujeres. Entonces pedimos que se pusieran de pie todos aquellos a quienes los médicos les habían indicado que sería fatal para ellos suspender el uso del tabaco porque se habían acostumbrado a su falso estímulo y que por lo tanto no les sería posible vivir sin él. En respuesta, ocho personas, cuyo rostro reflejaba salud de mente y de cuerpo, se pusieron en pie. Cuán maravillosa es la influencia santificadora que esta verdad tiene en la vida humana, convirtiendo en personas estrictamente temperantes a los que estaban habituados al tabaco, al vino y a otros tipos de disipaciones habituales. NB 246 1 El domingo por la mañana el pastor J. H. Waggoner habló con gran libertad a una buena congregación sobre el tema del sábado. Tres trenes de excursión volcaron su carga viva de seres humanos en los terrenos. La gente aquí era muy entusiasta con respecto a la temperancia. A las 2:30 de la tarde yo hablé a ocho mil personas sobre el tema de la temperancia, visto desde el ángulo moral y cristiano. Fui bendecida con una claridad notable y con muchas libertad, y fui escuchada con la mejor atención por el gran auditorio presente. NB 246 2 Dejamos a un lado el trillado camino que seguían los oradores populares, y rastreamos el origen de la intemperancia prevaleciente en el hogar, en la mesa familiar y en la complacencia del apetito en la niñez. Los alimentos estimulantes crean un deseo por estimulantes aún mayores. El muchacho cuyo gusto resulta así viciado, y a quien no se le enseña el dominio propio, es el ebrio o el esclavo del tabaco de años más tarde. Se señaló el deber de los padres de educar a sus hijos en los conceptos correctos de vida y en las responsabilidades, y de echar el fundamento para la formación de caracteres cristianos rectos. La gran obra de reforma en pro de la temperancia, a fin de ser plenamente exitosa, debe empezar en el hogar. NB 246 3 Por la tarde el pastor Waggoner habló sobre las señales de los tiempos, a un auditorio grande y atento. Muchos señalaron que este discurso, y su sermón sobre el sábado, habían despertado nuevos pensamientos en su mente, y que estaban determinados a investigar estos temas. NB 246 4 El lunes exhorté a la gente a que entregara su corazón a Dios. Unas cincuenta personas pasaron adelante para que oráramos por ellas. Se manifestó el más profundo interés. Quince fueron bautizadas con Cristo como resultado de la reunión. Andando por fe NB 247 1 Habíamos hecho planes de asistir a los congresos campestres de Ohio y del Oeste; pero nuestros amigos pensaron que, considerando mi estado de salud, sería imprudente hacer tal cosa; de manera que decidimos permanecer en Battle Creek. Como sufría dolores una gran parte del tiempo, me puse en tratamiento en el sanatorio. NB 247 2 Mi esposo trabajaba incesantemente para hacer progresar los intereses de la causa de Dios en los varios departamentos de la obra que tenían su centro en Battle Creek. Antes que nos diéramos cuenta de ello, él estaba muy gastado físicamente. Una mañana temprano empezó a sentir vértigos y desvanecimientos, y estaba amenazado por la parálisis. Teníamos mucho temor de esta terrible enfermedad; pero el Señor fue misericordioso, y nos ahorró esta aflicción. Sin embargo, su ataque fue seguido de una postración física y mental muy grande; y ahora, por cierto, parecía imposible que asistiéramos a los congresos campestres del Este, o que yo estuviera presente en ellos, dejando a mi esposo deprimido en espíritu y con una salud débil. NB 247 3 Sin embargo yo no podía encontrar descanso y libertad en el pensamiento de permanecer ausente del campo de trabajo. Presentamos el asunto al Señor en oración. Sabíamos que el poderoso Sanador podía restaurar a ambos, a mi esposo y a mí, para que tuviéramos salud, si era para su gloria hacerlo. Ambos decidimos marchar por fe, y aventurarnos amparados por las promesas de Dios. Los congresos campestres del este NB 247 4 Cuando llegamos al campo donde se realizaba el congreso de Groveland, Massachusetts, encontramos una excelente reunión. Había 47 carpas en los terrenos, además de tres grandes tiendas. La que se usaba para la congregación era de unos 27 metros de ancho por 42 de largo. Las reuniones del sábado revistieron el más profundo interés. La iglesia revivió y fue fortalecida, mientras los pecadores y los que se habían apartado despertaban a la sensación del peligro en que se hallaban. NB 248 1 El domingo por la mañana, barcos y trenes volcaron su carga viva en el campo por millares. El pastor Smith habló por la mañana sobre la cuestión del Oriente. El tema era de especial interés, y la gente escuchó con la más ferviente atención. NB 248 2 Por la tarde me fue difícil abrirme paso hasta el púlpito por entre la multitud de los que estaban de pie. Cuando llegué a la plataforma, tenía frente a mí un mar de cabezas. La gigantesca carpa estaba llena; los miles que estaban de pie afuera constituían un muro viviente de varios metros de espesor. Me dolían mucho los pulmones y la garganta. Sin embargo yo creía que Dios me ayudaría en esta importante ocasión. El Señor me dio gran soltura al dirigirme a esa inmensa multitud sobre el tema de la temperancia cristiana. Mientras hablaba, me olvidé de mi fatiga y mi dolor, al darme cuenta de que estaba hablando a gente que no consideraba mis palabras como fábulas ociosas. El discurso se extendió por más de una hora, y a través de todo este tiempo el público escuchó con gran atención. NB 248 3 El lunes por la mañana tuvimos una sesión de oración en nuestra tienda en favor de mi esposo. Presentamos su caso al gran Médico. Era una oportunidad preciosa; la paz del cielo descansaba sobre nosotros. Estas palabras acudieron con fuerza a mi mente: "Esta es la victoria que vence al mundo, nuestra fe". 1 Juan 5:4. Todos sentimos la bendición de Dios que descansaba sobre nosotros. NB 248 4 Entonces nos reunimos en la gran carpa, mi esposo se reunió con nosotros, y habló por un corto tiempo, pronunciando palabras preciosas que procedían de un corazón suavizado y encendido con un profundo sentido de la misericordia y la bondad de Dios. NB 249 1 Reanudamos, a continuación, la obra que habíamos dejado el sábado, y la mañana fue empleada en trabajar especialmente por los pecadores y los apóstatas, de los cuales doscientos pasaron al frente pidiendo oraciones. Sus edades variaban: desde el niño de diez años hasta hombres y mujeres de cabello cano. Más de una veintena de éstos eran personas que ponían sus pies por primera vez en el camino de la vida. Por la tarde fueron bautizadas treinta y ocho personas; y un buen número demoró su bautismo hasta su regreso a sus casas. NB 249 2 El lunes de noche ocupé el púlpito en una reunión de carpa que estaba realizándose en Danvers, Massachusetts. Tenía frente a mí una gran congregación. Yo estaba muy cansada para ordenar mis pensamientos en palabras bien hiladas; sentí que debía tener ayuda, y la pedí con todo mi corazón. Sabía que si había de tener algún grado de éxito en mi trabajo, habría de ser por medio de la fuerza del poderoso Dios. NB 249 3 El Espíritu del Señor descansó sobre mí al intentar hablar. Sentí como un choque eléctrico en mi corazón, y todo dolor fue instantáneamente quitado. Había sentido mucho dolor en los nervios de la cabeza; esto también fue totalmente quitado. Mi garganta irritada y mis pulmones inflamados fueron aliviados. Mi brazo y mi mano izquierdos estaban casi inútiles como consecuencia de un dolor en mi corazón; pero ahora fui restablecida a la normalidad. Mi mente estaba clara. Mi alma estaba llena de luz y del amor de Dios. Los ángeles de Dios parecían estar a mi lado, como un muro de fuego. NB 250 1 Tenía delante de mí a un pueblo a quien tal vez no volvería a encontrar hasta el juicio, y el deseo de lograr su salvación me indujo a hablar con fervor y con el temor de Dios, para estar libre de su sangre. Sentí gran soltura en mis esfuerzos, y el discurso ocupó una hora y diez minutos. Jesús fue mi ayudador, y su nombre tendrá toda la gloria. El auditorio estaba muy atento. NB 250 2 Regresamos a Groveland el martes para encontrar que el congreso campestre de ese lugar estaba terminando. Se estaban plegando las tiendas, y los hermanos estaban diciendo adiós y se hallaban listos para subir a los carruajes y regresar a sus hogares. Este fue uno de los mejores congresos campestres a los cualea asistí. NB 250 3 Por la tarde el pastor Haskell nos llevó en su carruaje, y viajamos hacia South Lancaster para descansar en su hogar durante un tiempo. NB 250 4 Decidimos viajar en un vehículo privado parte del camino al congreso campestre de Vermont, pues pensamos que esto sería de beneficio para mi esposo. A mediodía nos deteníamos a un costado del camino, encendíamos el fuego, preparábamos nuestro almuerzo y teníamos unos momentos de oración. Estas horas preciosas pasadas en compañía del Hno. y la Hna. Haskell, de la Hna. Ings, y la Hna. Huntley, nunca serán olvidadas. Nuestras oraciones ascendían a Dios en todo el camino desde South Lancaster hasta Vermont. Después de viajar tres días, tomamos los vehículos públicos y completamos nuestro viaje. NB 250 5 Esta reunión tuvo un beneficio especial para la causa en Vermont. El Señor me dio fuerza para hablar a la gente todos los días. NB 250 6 Viajamos directamente desde Vermont hasta el congreso campestre de Nueva York. El Señor me dio gran soltura al hablar a los hermanos. Pero algunos no estaban preparados para recibir el beneficio de la reunión. No se daban cuenta de su condición, y no buscaban al Señor con fervor, confesando su apostasía y apartándose de sus pecados. Uno de los grandes objetos de tener un congreso campestre es que nuestros hermanos puedan sentir el peligro de verse sobrecargados con los cuidados de esta vida. Se experimenta una gran pérdida cuando no se aprovechan estos privilegios. Regreso a Míchigan y California NB 251 1 Regresamos a Míchigan, y después de unos pocos días fuimos a Lansing para asistir al congreso campestre que allí se hacía, que continuó por dos semanas. Aquí trabajé con todo fervor, y fui sostenida por el Espíritu del Señor. Fui grandemente bendecida al hablar a los alumnos y trabajar por su salvación. Esta fue una reunión notable. El Espíritu de Dios estuvo presente desde el comienzo hasta el fin. Como resultado de la reunión, ciento treinta fueron bautizados. Una gran parte de éstos eran estudiantes de nuestro colegio. Nos regocijamos al ver la salvación de Dios en esta reunión. Después de pasar unas pocas semanas en Battle Creek, decidimos cruzar las llanuras hacia California. ------------------------Capítulo 38--Visita a Oregon NB 252 1 Hacia el final del invierno de 1877-78, que pasamos en California, mi esposo había mejorado en su salud; y como el tiempo en Míchigan se había puesto templado, él regresó a Battle Creek, para que pudiera tener el beneficio de los tratamientos en el sanatorio. NB 252 2 No me atreví a acompañar a mi esposo a través de las llanuras; pues el constante cuidado y la ansiedad, así como la dificultad para dormir, me habían traído problemas del corazón que eran alarmantes. Sentimos hondamente que tuviéramos que separarnos. No sabíamos si íbamos a volver a vernos en este mundo. Mi esposo regresaba a Míchigan; y habíamos decidido que era aconsejable que yo visitara Oregon y presentara mi testimonio allí a los que nunca me habían escuchado. El viaje NB 252 3 En compañía de una amiga y del pastor J. N. Loughborough, salí de San Francisco en la tarde del 10 de junio de 1878, a bordo del Oregon. El capitán Conner, que estaba a cargo de este espléndido barco, era muy atento con los pasajeros. Al pasar por el Golden Gate y salir al amplio océano, el mar estaba muy picado. El viento soplaba en contra de nosotros, y el buque comenzó a inclinarse peligrosamente, mientras el océano era azotado por la furia del viento. Observé el cielo nublado, las rugientes olas que alcanzaban la altura de montañas, y las gotas de agua que reflejaban los colores del arco iris. El espectáculo era terriblemente grandioso, y yo me sentí llena de pavor mientras contemplaba los misterios del abismo, terrible en su furia. Había una tremenda belleza en la elevación de aquellas orgullosas olas rugientes, que luego caían en sollozos de congoja. Podía ver la exhibición del poder de Dios en el movimiento de las aguas inquietas, que gemían bajo la acción de los vientos inmisericordes, los cuales arrojaban las olas hacia la altura como si fuera en convulsiones de agonía. NB 253 1 Al observar las ondas espumosas y gimientes recordé la escena de la vida de Cristo cuando los discípulos, en obediencia al mandato de su Maestro, fueron al extremo más lejano del mar. NB 253 2 Cuando casi todos se habían retirado a sus camarotes, yo continuaba sobre la cubierta. El capitán me había provisto de una silla de cubierta, y de frazadas para protección contra el aire helado. Yo sabía que si iba a la cabina me marearía. Llegó la noche, la oscuridad cubrió el mar, y las olas furibundas hacían inclinar la embarcación en forma terrible. Este gran buque era una mera astilla sobre las inclementes aguas; pero estaba guardado y protegido en su camino por los ángeles celestiales, comisionados por Dios para cumplir sus mandatos. Si no hubiera sido por esto, habríamos sido tragados en un momento, de manera que no hubiera quedado ni rastro de ese espléndido barco. Pero el Dios que alimenta a los cuervos, que sabe el número de los cabellos de nuestra cabeza, no nos olvida. NB 253 3 La última noche que estuvimos en el barco sentí la mayor gratitud a mi Padre celestial. Aprendí una lección que nunca olvidaré. Dios había hablado a mi corazón en la tormenta y en las olas, y en la calma que siguió después. ¿Y no lo adoraremos? ¿Opondrá el hombre su voluntad a la voluntad de Dios? ¿Seremos desobedientes a los mandamientos de un Gobernante tan poderoso? ¿Contenderemos con el Altísimo, que es la fuente de todo poder, y de cuyo corazón fluye amor y bendición infinitos hacia las criaturas, objeto de su cuidado? Reuniones de un interés especial NB 254 1 Mi visita a Oregon fue de un interés especial. Aquí me encontré, después de una separación de cuatro años, con mis queridos amigos el Hno. y la Hna. Van Horn, a quien reconocemos como nuestros hijos. En cierta forma yo estaba sorprendida y muy alegre de encontrar la causa de Dios en una condición tan próspera en Oregon. NB 254 2 El martes 18 de junio, por la noche, me reuní con un buen número de observadores del sábado de ese Estado. Di mi testimonio por Jesús, y expresé mi gratitud por el dulce privilegio que él nos concede de confiar en su amor, y de reclamar su poder para que se una con nuestros esfuerzos para salvar a los pecadores de su condición perdida. Si queremos ver prosperar la obra de Dios, debemos tener a Cristo morando en nosotros; en suma, debemos obrar las obras de Cristo. A dondequiera que dirijamos la mirada, aparece la blanca cosecha; pero los obreros son pocos. Sentí mi corazón lleno de la paz de Dios, y de un profundo amor hacia su querido pueblo con quien estaba adorando por primera vez. NB 254 3 El domingo 23 de junio hablé en la iglesia metodista de Salem sobre el tema de la temperancia. El próximo martes de noche hablé de nuevo en esta iglesia. Se me extendieron muchas invitaciones para hablar acerca de la temperancia en varias ciudades y pueblos de Oregon, pero el estado de mi salud me impidió cumplir con estos pedidos. NB 255 1 Llegamos al congreso campestre con un sentimiento del más profundo interés. El Señor me dio fuerza y gracia al presentarme delante del pueblo. Al echar una mirada al auditorio inteligente, mi corazón se quebrantó delante de Dios. Este era el primer congreso campestre realizado por nuestro pueblo en el Estado. Traté de presentar ante los hermanos la gratitud que debemos sentir por la tierna misericordia y el gran amor de Dios. Su bondad y su gloria impresionaban mi mente de una manera especial. NB 255 2 Me había sentido muy ansiosa acerca de mi esposo, debido a su salud pobre. Mientras hablaba, mi mente concibió en forma vívida una reunión en la iglesia de Battle Creek, en medio de la cual estaba mi esposo, con la suave luz del Señor que descansaba sobre él y a su alrededor. Su rostro mostraba señales de buena salud, y aparentemente estaba muy feliz. NB 255 3 Me sentí abrumada con el sentimiento de la incomparable misericordia de Dios, y de la obra que él estaba haciendo, no solamente en Oregon, y en California y Míchigan, donde estaban establecidas nuestras importantes instituciones, sino también en los países extranjeros. Nunca podré presentar a otros el cuadro que impresionó vívidamente mi mente en esa oportunidad. Por un momento se presentó delante de mí la extensión de la obra, y perdí la noción de lo que me rodeaba. La ocasión y la gente a quien me dirigía desapareció de mi mente. La luz, la preciosa luz del cielo, estaba brillando con gran esplendor sobre esas instituciones empeñadas en la obra solemne y elevada de reflejar los rayos de luz que el cielo ha permitido que brillaran sobre ella. NB 255 4 Parecía que el Señor estaba muy cerca de mí a través de todo este congreso. Cuando terminó, estaba excesivamente cansada, pero libre en el Señor. Fue una época de trabajo productivo, y el continuar su lucha en favor de la verdad fortaleció a la iglesia. NB 256 1 El domingo que siguió al congreso campestre hablé por la tarde en la plaza pública sobre la sencillez de la religión del Evangelio. Un culto en una cárcel NB 256 2 Durante mi estancia en Oregon, visité la cárcel de Salem, en compañía del Hno. y la Hna. Carter y del Hno. Jordan. Cuando llegó la hora del servicio, se nos condujo a la capilla, que habían alegrado con una abundancia de luz y aire fresco y puro. Al toque de la campana, dos hombres abrieron las grandes puertas de hierro, y los reclusos entraron. Las puertas se cerraron con seguridad detrás de ellos, y por primera vez en mi vida me vi encerrada dentro de los muros de una prisión. NB 256 3 Yo hubiera esperado ver a una cantidad de hombres de aspecto repulsivo, pero me llevé una agradable sorpresa; muchos de ellos parecían ser inteligentes, y algunos parecían hombres capaces. Estaban vestidos con los uniformes toscos pero limpios de la cárcel, el cabello peinado y las botas lustradas. Al mirar las distintas fisonomías que tenía delante de mí, pensé: "A cada uno de estos hombres se le han encomendado dones peculiares, o talentos, para ser usados para la gloria de Dios y beneficio del mundo; pero han despreciado estos dones del cielo, han abusado de ellos y los han aplicado mal". Al ver a jóvenes de dieciocho a veinte años y a otros de treinta años de edad, pensé en sus madres desdichadas, y en la pena y el remordimiento que debía amargarlas. Muchos corazones de madres habían sido quebrantados por la conducta impía seguida por sus hijos. NB 257 1 Cuando todo el grupo se hubo reunido, el Hno. Carter leyó un himno; todos tenían himnarios, y se unieron en el canto de todo corazón. Uno de ellos, que era un músico consumado, tocó el órgano. Yo entonces inicié la reunión con una oración, y de nuevo todos se unieron en el canto. Al hablar me basé en las palabras de Juan: "Mirad cuál amor nos ha dado el padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es". 1 Juan 3:1-2. NB 257 2 Exalté delante de ellos el infinito sacrificio hecho por el Padre al dar a su querido hijo para rescatar a hombres caídos, a fin de que pudieran ser transformados mediante la obediencia y llegaran a ser reconocidos como hijos de Dios. El viaje de regreso NB 257 3 Mientras estaba en Salem, llegué a conocer al Hno. y la Hna. Donaldson, que querían que su hija volviera a Battle Creek con nosotros, y asistiera al colegio. La salud de ésta era pobre, y era una gran lucha para ellos despedirse de ella, pues era hija única; pero las ventajas espirituales que tendría allí los animaba a hacer el sacrificio. No mucho después, en un congreso campestre realizado en Battle Creek, ella fue sepultada con Cristo en las aguas del bautismo. Esta fue otra prueba de la importancia de que los adventistas envíen sus hijos a nuestros colegios, donde pueden ser puestos directamente bajo una influencia salvadora. NB 257 4 En nuestro viaje desde Oregon nos relacionamos con muchas personas agradables, y distribuimos nuestras publicaciones poniéndolas en manos de diferentes personas, lo cual nos permitió realizar provechosas conversaciones. NB 258 1 Cuando llegamos a Oakland encontramos que la tienda ya estaba armada y que un buen número había abrazado la verdad gracias a las labores del pastor Guillermo Healy. Hablamos varias veces en esa tienda. El sábado y el primer día las iglesias de San Francisco y Oakland se reunieron allí, y tuvimos asambleas interesantes y provechosas. ------------------------Capítulo 39--De un estado a otro NB 259 1 Yo estaba muy ansiosa de asistir al congreso campestre de California; pero había pedidos urgentes de que asistiera a los congresos del este. Según me fueron presentadas las cosas en relación con la condición en el este, yo sabía que tenía un testimonio que presentar, especialmente a nuestros hermanos de la Asociación de Nueva Inglaterra; y no podía sentirme con la libertad de permanecer por más tiempo en California. NB 259 2 El 28 de julio de 1878, acompañada por mi nuera, la Sra. Emma L. White, y Edith Donaldson, salí de Oakland, California, hacia el este. En camino, el domingo hablé en Sacramento a una congregación muy atenta, y el Señor me dio libertad para hablarles acerca de su Palabra. El lunes tomamos de nuevo los carruajes, y nos detuvimos en Reno, Nevada, donde hablé el viernes de noche. En Colorado NB 259 3 En el camino de Denver a Walling's Mills--el descanso en la montaña donde mi esposo estaba pasando los meses de verano--, nos detuvimos en Boulder City. Allí contemplé con gozo la carpa que servía como lugar de reuniones, donde el pastor Cornell estaba realizando una serie de reuniones. Hallamos un tranquilo descanso en el cómodo hogar de la Hna. Dartt. La carpa había sido prestada para realizar en ella reuniones en pro de la temperancia; y por invitación especial hablé en una tienda llena de oidores atentos. NB 260 1 El lunes 8 de agosto me reuní con mi esposo, y lo encontré muy mejorado en su salud, alegre y activo, por lo cual me sentí muy agradecida a Dios. NB 260 2 Toda nuestra familia estaba presente en las montañas con excepción de nuestro hijo Edson. Mi esposo y los niños pensaron que, como yo estaba muy cansada por haber trabajado casi constantemente desde el campamento de Oregon, ahora tendría el privilegio de descansar. Pero mi mente estaba impresionada con la idea de que debía asistir a los congresos campestres del este, especialmente al de Massachussetts. NB 260 3 Recibimos una carta del Hno. Haskell en la cual nos instaba a ambos a asistir al congreso campestre; pero que si mi esposo no podía venir, el deseaba que, de ser posible, fuera yo. Le leí la carta a mi esposo, y después de unos pocos momentos de silencio, dijo: "Elena, tú tendrás que asistir al congreso de Nueva Inglaterra". NB 260 4 Al día siguiente Edith Donaldson y yo preparamos nuestros baúles. A las dos de la madrugada, favorecidos por la luz de la luna, comenzamos el viaje en carruaje, y a las seis y media abordamos el tren en Black Hawk. El viaje fue todo menos agradable, pues el calor era intenso. NB 260 5 Al llegar a Battle Creek supe que habían hecho arreglos para que yo hablara el domingo de noche en la tienda gigantesca levantada en los terrenos del Colegio. La carpa estaba llena y desbordante, y de mi corazón surgieron fervientes llamamientos al pueblo. NB 260 6 Me detuve en Battle Creek sólo poco tiempo, y entonces, acompañada por la Hna. Mary Smith Abbey y el pastor E. W. Farnsworth, estaba otra vez de viaje rumbo al este. En la Asociación de Nueva Inglaterra NB 261 1 Cuando llegamos a Boston, los Hnos. Wood y Haskell nos fueron a recibir, y nos acompañaron hasta Ballard Vale, el lugar de las reuniones. Allí nos dieron la bienvenida nuestros antiguos amigos con una cordialidad que nos produjo descanso. Se necesitaba hacer mucho trabajo en esa reunión. Habían surgido nuevas iglesias desde nuestro último congreso. Almas preciosas habían aceptado la verdad y ellas necesitaban que alguien las llevara a un conocimiento más profundo y más acabado de la piedad práctica. NB 261 2 En una ocasión hablé con respecto a la genuina santificación, que no es otra cosa que una muerte cotidiana al yo y una conformidad diaria con la voluntad de Dios. Mientras estaba en Oregon se me había mostrado que algunas de las iglesias jóvenes en la Asociación de Nueva Inglaterra estaban en peligro, debido a la agostadora influencia de lo que se llama santificación. Algunos se engañaban con esta doctrina, mientras que otros, conociendo su influencia engañosa, se daban cuenta de su peligro y le daban la espalda. La santificación de Pablo es un constante conflicto con el yo. Dijo él: "Cada día muero". 1 Corintios 15:31. La voluntad y los deseos de Pablo estaban en conflicto cada día con el deber y con la voluntad de Dios. En lugar de seguir sus inclinaciones, él hacía la voluntad de Dios, por desagradable y martirizante que fuera para su índole natural. NB 261 3 Hicimos un llamamiento a los que deseaban bautizarse, y a los que guardaban el sábado por primera vez, para que pasaran adelante. Veinticinco respondieron. Estos presentaron excelentes testimonios; y antes del fin del congreso veintidós fueron recibidos por el bautismo. NB 262 1 Nos alegró encontrarnos aquí con nuestros antiguos amigos de la causa con quienes nos habíamos relacionado treinta años atrás. Nuestro muy estimado Hno. Hastings estaba tan profundamente interesado en la verdad como siempre. Estábamos contentos de encontrarnos con la Hna. Temple, y la Hna. Collins de Dartmouth, Massachusetts, y con el Hno. y la Hna. Wilkinson, en cuya casa fuimos alojados durante nuestras primeras labores en relación con el mensaje del tercer ángel. Reunión en Maine NB 262 2 Salimos de Ballard Vale el martes 3 de septiembre, por la mañana, para asistir al congreso campestre de Maine. Disfrutamos de un tranquilo descanso en el hogar del Hno. Morton, cerca de Portland. El y su buena esposa hicieron que nuestra estancia fuera muy placentera. Estuvimos en el campo donde se realizaba el congreso de Maine antes del sábado, y nos alegramos de encontrarnos aquí con algunos de los probados amigos de la causa. Hay algunos que están siempre en su puesto del deber, haya sol o tormenta. Hay también una clase de cristianos que brillan como el sol. Cuando todas las cosas van bien y ello resulta agradable, son fervientes y celosos; pero cuando hay nubes y las cosas son desagradables, no tienen nada que decir o que hacer. La bendición de Dios descansó sobre los obreros activos, mientras que los que no hicieron nada no salieron beneficiados por la reunión como debían. El Señor acompañó a sus ministros, quienes trabajaron fielmente en la presentación, tanto de los temas doctrinales como de los prácticos. En Battle Creek NB 262 3 El congreso de la Asociación General se realizó en Battle Creek, del 2 al 14 de octubre de 1878. Había presentes más de cuarenta pastores. Todos estábamos muy felices de encontrar aquí a los pastores Andrews y Bourdeau, que volvían de Europa, y al pastor Loughborough, de California. En esta reunión estaba representada la causa en Europa, California, Texas, Alabama, Virginia, Dakota, Colorado y en todos los Estados del norte, desde Maine hasta Nebraska. NB 263 1 Aquí me alegré de unirme con mi esposo en el trabajo. Mientras las reuniones iban en progreso, mi fuerza aumentaba. NB 263 2 El miércoles de la segunda semana de reuniones, unos pocos de nosotros nos unimos en oración por una hermana que estaba afligida, en estado de desánimo. Mientras orábamos, yo fui grandemente bendecida. El Señor parecía estar muy cerca. Fui arrebatada en visión, y observé la gloria de Dios y muchas cosas que el Señor me reveló. NB 263 3 Estas fueron reuniones en que se manifestó un poder solemne y el más profundo interés. Varias personas relacionadas con nuestra oficina de publicaciones fueron convencidas y convertidas a la verdad, y presentaron testimonios claros e inteligentes. Incrédulos fueron convencidos, y echaron su suerte bajo la bandera del Príncipe Emmanuel. Esta reunión fue decididamente una victoria. Antes de que terminara, ciento doce personas fueron bautizadas. El congreso de Kansas NB 263 4 El 23 de octubre salí de Battle Creek acompañada por mi nuera, Emma White, hacia el congreso de Kansas. En Topeka dejamos los carruajes públicos y nos trasladamos usando medios privados. Así recorrimos unos veinte kilómetros hasta Richland, el lugar de las reuniones. Hallamos que el lugar donde estaban erigidas las carpas era un bosque. Ya era tarde en la estación, y se había hecho una fiel preparación para hacer frente a un tiempo frío. Cada carpa tenía una estufa. NB 264 1 El sábado de mañana empezó a nevar; pero ni una sola reunión fue suspendida. Cayeron aproximadamente tres centímetros de nieve, y el aire era penetrante y frío. Mujeres con niños pequeños se amontonaban en torno a las estufas. Fue conmovedor ver ciento cincuenta personas reunidas para esta convocación en circunstancias tales. Algunos habían venido desde una distancia de más de trescientos kilómetros en carruajes privados. Todos parecían hambrientos del pan de vida, y sedientos del agua de la salvación. NB 264 2 El pastor Haskell habló el viernes de tarde y de noche. El sábado de mañana yo hablé palabras de ánimo a los que habían hecho un esfuerzo tan grande para asistir a la reunión. Les dije que cuanto más inclemente fuera el tiempo, mayor es nuestra necesidad de que obtengamos el brillo del sol de la presencia de Dios. Esta vida, aun en su mejor expresión, es solamente el invierno del cristiano; y los fríos vientos del invierno--chascos, pérdidas, dolor y angustia--son nuestra suerte aquí; pero nuestras esperanzas están puestas en el verano del cristiano, cuando cambiaremos de clima; dejaremos todas las ráfagas invernales y las fieras tormentas detrás, y seremos llevados a las mansiones que Jesús ha ido a preparar para aquellos que lo aman. NB 264 3 El martes por la mañana terminaron las reuniones, y viajamos a Sherman, Kansas, donde iba a realizarse otro congreso. Esta fue una reunión interesante y provechosa, aunque había sólo unos cien hermanos y hermanas presentes. El propósito era tener una reunión general de todos los hermanos y hermanas aislados. Había algunos procedentes del sur de Kansas, Arkansas, Kentucky, Missouri, Nebraska, y Tennessee. En esta reunión mi esposo se unió conmigo, y desde aquí, con el pastor Haskell y nuestra nuera, fuimos a Dallas, Texas. Visita a Texas NB 265 1 El jueves fuimos a la casa del Hno. McDearman en Grand Prairie. Aquí nuestra nuera, se encontró con sus padres y su hermano y hermana, quienes habían estado muy cerca de la muerte por la fiebre que había prevalecido en el Estado durante el verano anterior. Fue para nosotros un gran placer ministrar a las necesidades de esta afligida familia, que en los años anteriores nos ayudó liberalmente en nuestra aflicción. Había mejorado un poco su salud cuando los dejamos para asistir al congreso de Plano, realizado del 12 al 19 de noviembre. También estábamos felices de encontrar a nuestros antiguos amigos el pastor R. M. Kilgore y su esposa. Y también muy contentos de hallar a un cuerpo grande e inteligente de hermanos en el campamento. Mi testimonio nunca fue recibido con mejor disposición y con un corazón más abierto que por estos hermanos. Llegué a interesarme profundamente en la obra que se hace en el gran Estado de Texas. ------------------------Capítulo 40--Una visión del juicio NB 266 1 En la mañana del 23 de octubre de 1879, más o menos a las dos, el Espíritu de Dios descansó sobre mí, y contemplé escenas relativas al juicio venidero. Carezco de un lenguaje adecuado para dar una descripción de las cosas que pasaron delante de mí, y del efecto que tuvieron sobre mi mente. NB 266 2 El gran día de la ejecución del juicio divino parecía haber llegado. La gente reunida delante del trono era diez mil veces diez mil en número, y sobre el trono estaba sentado un Personaje de apariencia majestuosa. Había varios libros delante de él, y sobre la tapa de cada uno estaba escrita la frase "Libro mayor del cielo", con letras de oro que parecían una llama ardiente. NB 266 3 Uno de estos libros contenía los nombres de los que pretendían haber creído la verdad. Este fue abierto. Inmediatamente yo perdí de vista a los incontables millones que rodeaban el trono, y únicamente los que habían profesado ser hijos de la luz y de la verdad ocupaban mi atención. Mientras éstos eran nombrados, uno por uno, y mencionadas sus buenas acciones, sus rostros brillaban con un gozo santo que se reflejaba en todas direcciones. Pero esto no parecía ser lo que impresionaba con mayor fuerza mi mente. NB 266 4 Otro libro fue abierto, en el cual estaban registrados los pecados de los que profesaron la verdad. Bajo el encabezamiento general "egoísmo" venían todos los otros pecados. Había también encabezamientos en cada columna, y debajo de éstos, frente a cada nombre estaban anotados, en sus respectivas columnas, los pecados menores. Bajo el título de "codicia" venían el engaño, el robo, el fraude y la avaricia; bajo el título "ambición" venían el orgullo y la extravagancia; bajo "celos" estaban la malicia, la envidia, el odio; y la palabra "intemperancia" encabezaba una larga lista de terribles crímenes, como la lascivia, el adulterio, la complacencia de pasiones animales, etc. Mientras contemplaba todo esto, estaba llena de inexpresable angustia, y exclamaba: "¿Quién puede ser salvo? ¿Quién aparecerá justificado delante de Dios? ¿Los mantos de quiénes estarán inmaculados? ¿Quiénes son sin falta a la vista de un Dios puro y santo?" NB 267 1 Mientras el Santo sentado en el trono daba vuelta con lentitud las páginas del Libro mayor y sus ojos descansaban por un momento en los individuos, su mirada parecía quemar sus mismas almas, al tiempo que toda palabra y acción de la vida de ellos pasaban delante de sus mentes tan claramente como si estuvieran grabadas delante de su vista con letras de fuego. El temblor se posesionaba de ellos, y sus rostros palidecían... NB 267 2 Una clase de personas estaban registradas como los opresores de la tierra. Cuando el ojo penetrante del Juez descansaba sobre ellas, sus pecados de descuido eran distintamente revelados. Con labios pálidos y temblorosos ellos reconocían que habían sido traidores de su sagrado cometido. Habían tenido advertencias y privilegios, pero no les habían prestado atención ni los habían aprovechado. Podían ver ahora que habían presumido demasiado en cuanto a la misericordia de Dios... NB 267 3 Fueron mencionados los nombres de todos los que profesaban la verdad... En una página del Libro mayor, bajo el encabezamiento de "fidelidad", estaba el nombre de mi esposo. Su vida, su carácter y todos los incidentes de nuestra experiencia, parecían ser traídos con vividez a mi mente. Mencionaré unos pocos hechos que me impresionaron. Se me mostró que Dios había calificado a mi esposo para una obra específica, y en su providencia nos había unido para que hiciéramos avanzar esta obra. Por medio de los Testimonios de su Espíritu, él le había impartido una gran luz. Mi esposo había pronunciado palabras de cautela, de advertencia, de reprobación y de ánimo; y era debido al poder de la gracia de Dios por lo que nosotros habíamos sido capacitados para realizar una parte en la obra desde su mismo comienzo. Dios había preservado sus facultades mentales milagrosamente, a pesar de que sus facultades físicas se gastaban cada vez más. NB 268 1 Dios debe recibir la gloria por la integridad inquebrantable y el noble valor que mi esposo había tenido para vindicar lo recto y condenar lo erróneo. Tal firmeza y decisión eran necesarias en el comienzo de la obra, y se han necesitado también durante todo el tiempo, mientras ésta progresaba paso a paso. El ha actuado en defensa de la verdad sin ceder en un solo principio para agradar al mejor amigo. Había tenido un temperamento ardiente, había sido valiente y atrevido para hablar. Esto a menudo lo había puesto en dificultades que frecuentemente podría haber evitado. El se había visto obligado a demostrar mayor firmeza, a ser más decidido, a hablar más fervientemente y con mayor valor, debido a los temperamentos tan diferentes de los hombres relacionados con él en su trabajo. NB 268 2 Dios le ha dado el poder de idear y ejecutar planes con la necesaria firmeza, porque él no rehusaba ejercer estas facultades mentales y aventurarse a fin de hacer progresar la obra de Dios. El yo a veces se había mezclado con la obra; pero cuando el Espíritu Santo dominó su mente, él fue un instrumento del mayor éxito en las manos de Dios, para la edificación de su obra. El ha tenido un elevado concepto de lo que el Señor espera de todos los que profesan su nombre: de su deber de defender a la viuda y al huérfano, de ser bondadoso con el pobre, y de ayudar al necesitado. El cuidaba celosamente los intereses de los hermanos, a fin de que no se tomara injusta ventaja en contra de ellos. NB 269 1 También vi registrados en el Libro mayor del cielo los esfuerzos fervientes de mi esposo para edificar las instituciones que hay en nuestro medio. La verdad difundida por la prensa era como rayos de luz que emanaban del sol en todas direcciones. Esta obra se comenzó y se desarrolló con gran sacrificio de fuerzas y de medios. Tiempos de prueba NB 269 2 Cuando llegó la aflicción en la vida de mi esposo, otros hombres fueron elegidos para ocupar su lugar. Ellos comenzaron con un buen propósito, pero nunca habían aprendido la lección de la abnegación. Si hubieran sentido la necesidad de agonizar con fervor delante de Dios diariamente, y de arrojar sus almas en la obra con abnegación no dependiendo del yo sino de la sabiduría de Dios, habrían mostrado que sus obras eran realizadas en Dios. Si cuando ellos no satisficieron la mente del Espíritu de Dios, hubieran escuchado los reproches y consejos dados, habrían sido salvados del pecado. NB 269 3 Un hombre que es honesto delante de Dios tratará con justicia a sus semejantes, ora sea que esto favorezca sus propios intereses personales o no. Los actos exteriores son un reflejo claro de los principios interiores. Muchos a quienes Dios llamó a su obra han sido probados; y muchos otros hay a quienes Dios está probando actualmente. NB 270 1 Después que Dios nos hubo probado en el horno de aflicción, él levantó a mi esposo y le dio mayor claridad de mente y poder de intelecto para planear y ejecutar que los que había tenido antes de su aflicción. Cuando mi esposo sentía su propia debilidad y avanzaba en el temor de Dios, el Señor era su fortaleza. Pronto en la palabra y en la acción, él ha impulsado las reformas en momentos en que, de no hacerlo, el pueblo habría languidecido. El ha hecho donativos muy generosos, temiendo que sus medios resultaran una trampa para él. Un llamamiento a los que llevan cargas NB 270 2 En tanto que Dios nos ha dado una obra que hacer para presentar nuestro testimonio al pueblo por la pluma y de viva voz, otros deben disponerse a llevar cargas en relación con la causa. No deben desanimarse, sino que deben tratar de aprender mediante cada aparente fracaso cómo hacer un éxito del próximo esfuerzo. Y si están relacionados con la Fuente, seguramente tendrán éxito. NB 270 3 Dios está colocando cargas sobre hombros de menos experiencia. El los está capacitando para llevar cargas, para aventurarse en la obra y para correr riesgos. NB 270 4 Todos los que ocupan puestos de responsabilidad deben darse cuenta de que primero deben tener un poder con Dios, a fin de que puedan tener poder con los hombres. Los que idean y ejecutan planes para nuestras instituciones deben relacionarse con el cielo si quieren tener sabiduría, previsión, discernimiento y aguda percepción. El Señor muchas veces es dejado completamente fuera de la cuenta cuando en realidad todo depende de su bendición. Dios escucha los llamados de sus obreros abnegados que trabajan para hacer progresar su causa y hasta ha condescendido en hablar cara a cara con débiles mortales. NB 271 1 Las estrechas relaciones que Moisés tuvo con Dios, y la gloriosa manifestación que le fue dada, hizo que su rostro brillara en forma tan resplandeciente con el lustre celestial que el pueblo de Israel no podía mirarlo en la cara. Parecía un ángel brillante del cielo. Esta experiencia personal del conocimiento de Dios era de más valor para él como hombre que llevaba responsabilidades, y como dirigente, que toda su educación anterior y que la ciencia y el conocimiento de los egipcios. El intelecto más brillante, el estudio más fervoroso, la más alta elocuencia, nunca podrán sustituir la sabiduría y el poder de Dios en aquellos que llevan responsabilidades en relación con su causa. Nada puede ocupar el lugar de la gracia de Cristo y del conocimiento de la voluntad de Dios. NB 271 2 Dios ha hecho toda provisión para que el hombre tenga la ayuda que solamente él puede dar. Si el hombre permite que su trabajo lo apremie, empuje y confunda, de manera que no tenga tiempo para el pensamiento devocional o para la oración, cometerá errores. Si Cristo no levanta el estandarte contra Satanás, el enemigo vencerá a los que están empeñados en la obra importante para este tiempo. NB 271 3 Es el privilegio de cada uno de los que están relacionados con nuestras instituciones denominacionales vincularse en estrecha relación con Dios; y si dejan de hacerlo, son incompetentes para la obra que se les ha confiado. La provisión que se ha hecho en favor de todos nosotros, por medio de Cristo, es un sacrificio pleno y perfecto: una ofrenda inmaculada. Su sangre puede limpiar la mancha más sucia. Si él hubiera sido solamente un hombre, nuestra falta de fe y obediencia sería excusable. Pero él vino a salvar lo que se había perdido. Nosotros no estaremos calificados para la gran tarea para este tiempo, a menos que trabajemos en Dios, y que nuestras oraciones, fervientes y sinceras, estén continuamente ascendiendo al trono de la gracia. NB 272 1 Dios está capacitando a hombres para llevar cargas, hacer planes y ejecutarlos, y mi esposo no debe interceptar su camino. El no puede abarcar toda la causa de Dios con sus brazos; es demasiado amplia. Se necesitan muchas cabezas y muchas manos para planear y trabajar sin reservas. Por falta de experiencia, se harán errores; pero si los obreros se unen con Dios, él les dará aumento de sabiduría. Nunca, desde la creación, han estado en juego intereses tan importantes como los que ahora dependen de la acción de hombres que creen en el último mensaje de amonestación al mundo y lo están dando a conocer. ------------------------Capítulo 41--La muerte del pastor Jaime White NB 273 1 A pesar de las labores, los cuidados y las responsabilidades que llenaban la vida de mi esposo, su sexagésimo año lo encontró activo y vigoroso de mente y de cuerpo. Tres veces había caído bajo el golpe de la parálisis; y sin embargo, por la bendición de Dios, gracias a una constitución naturalmente fuerte, y a la atención estricta de las leyes de la salud, pudo regresar a la actividad. De nuevo viajó, predicó y escribió con su celo y energía acostumbrados. Habíamos trabajado lado a lado en la causa de Cristo por treinta y cinco años; y esperábamos permanecer juntos para presenciar la finalización triunfante de la obra. Pero tal no fue la voluntad de Dios. El protector elegido de mi juventud, el compañero de mi vida, el copartícipe de mis labores y aflicciones, fue arrebatado de mi lado, y fui dejada sola para terminar mi obra y para continuar peleando la batalla. NB 273 2 La primavera y la primera parte del verano de 1881 las pasamos juntos en nuestro hogar de Battle Creek. Mi esposo esperaba arreglar sus asuntos de tal manera que pudiéramos ir a la costa del Pacífico y dedicarnos a escribir. El creía haber hecho un error al permitir que las aparentes necesidades de la causa y los pedidos de nuestros hermanos nos urgieran a realizar un trabajo activo en la predicación cuando debiéramos haber estado escribiendo. Mi esposo quería presentar en forma más plena el tema glorioso de la redención, y por años yo había contemplado el plan de preparar libros importantes. Ambos sentíamos que mientras nuestras facultades mentales estuvieran vigorosas debíamos completar esos libros; que era un deber que teníamos, con nosotros mismos y con la causa de Dios, el descansar del ardor de la batalla y dar a nuestro pueblo la luz preciosa de la verdad que Dios había abierto ante nuestras mentes. NB 274 1 Algunas semanas antes de la muerte de mi esposo, yo le hablé con insistencia de la importancia de buscar un campo de trabajo en que nos viéramos libres de las cargas que necesariamente caían sobre nosotros estando en Battle Creek. En respuesta, él habló acerca de varios asuntos que requerían nuestra atención antes de poder partir: deberes que nos correspondían. Entonces, con un profundo sentimiento preguntó: "¿Dónde están los hombres para hacer esta obra? ¿Dónde están aquellos que tengan un interés abnegado en nuestras instituciones, y que se mantengan de parte de lo recto, sin dejarse afectar por ninguna influencia que puedan sentir?" NB 274 2 Con lágrimas expresó su ansiedad por nuestras instituciones de Battle Creek. Dijo él: "Mi vida la he dado para la edificación de estas instituciones. El dejarlas ahora es como la muerte. Ellas son mis hijos, y no puedo separar mis intereses de ellas. Estas instituciones son los instrumentos del Señor para hacer una obra específica. Satanás trata de estorbar y anular todos los medios por los cuales el Señor está trabajando por la salvación de los hombres. Si el gran adversario pudiera dar a estas instituciones un molde de acuerdo con las normas del mundo, lograría su objeto. Mi mayor ansiedad consiste en encontrar al mejor hombre para desempeñar cada tarea. Si en puestos de responsabilidad hay personas moralmente débiles, vacilantes en sus principios, e inclinadas a desviarse hacia el mundo, siempre habrá quienes se dejarán descarriar. No deben prevalecer las influencias perversas. Antes preferiría morir que vivir para ver a estas instituciones mal dirigidas, o desviadas del propósito por el cual fueron traídas a la existencia. NB 275 1 "En mis relaciones con la causa he estado por largo tiempo conectado muy estrechamente con la obra de publicaciones. Tres veces he caído, herido por la parálisis, debido a mi devoción a esta rama de la causa. Ahora que Dios me ha renovado fuerza física y mental, siento que puedo servir a su causa como nunca antes. Debo ver prosperar la obra de publicaciones. Está entretejida en mi propia existencia. Si olvido los intereses de esta obra, pierdo toda mi capacidad". NB 275 2 Teníamos un compromiso para asistir a un congreso campestre en Charlotte, el sábado y el domingo 23 y 24 de julio. Decidimos viajar en carruaje privado. En el camino, mi esposo parecía alegre, y sin embargo un sentimiento de solemnidad descansaba sobre él. Repetidamente alababa a Dios por su misericordia y por las bendiciones recibidas, y expresaba libremente sus propios sentimientos concernientes al pasado y al futuro: "El Señor es bueno, digno de ser alabado. El es una ayuda presente en tiempo de necesidad. El futuro parece ser nublado e incierto, pero el Señor no quiere que nos aflijamos acerca de estas cosas. Cuando vengan las pruebas, él nos dará la gracia para soportarlas. Lo que el Señor ha sido para nosotros, y lo que él ha hecho por nosotros, debe hacernos sentir tan agradecidos que nunca murmuremos ni nos quejemos. NB 275 3 "Me ha parecido duro que se juzgaran mal mis motivos, y que mis mejores esfuerzos para ayudar, animar y fortalecer a mis hermanos, una y otra vez se hayan usado contra mí. Pero debía haber recordado a Jesús y sus chascos. Su alma fue agraviada al no ser apreciado por aquellos por quienes había venido a bendecir. Debía haberme espaciado en la misericordia y la bondad de Dios, alabándolo más, y quejándome menos de la ingratitud de mis hermanos. Si alguna vez hubiera dejado todas mis perplejidades con el Señor, pensando menos en lo que otros decían y hacían contra mí, habría tenido más paz y gozo. Ahora trataré de guardarme para no ofender ni de palabra ni con acciones, y luego trataré de ayudar a mis hermanos a dar pasos en la dirección correcta. No me detendré a lamentar ningún mal que se me haya hecho. He esperado de los hombres más de lo que debía. Amo a Dios y a su obra, y amo también a mis hermanos". NB 276 1 Poco me imaginaba yo, mientras viajábamos, que éste había de ser el último viaje que haríamos juntos. El tiempo cambió repentinamente de un calor opresivo a un frío cortante. Mi esposo tomó frío, pero pensó que su salud era tan buena que no recibiría daño permanente. Trabajó en las reuniones que se realizaron en Charlotte, presentando la verdad con gran claridad y poder. Habló del placer que sentía de dirigirse a hermanos que manifestaban un interés tan profundo en los temas más queridos para él. "El Señor ciertamente ha refrigerado mi alma--dijo él--mientras he estado compartiendo con otros el pan de vida. Desde todas partes de Míchigan los hermanos están pidiendo ansiosamente que los ayudemos. ¡Cómo anhelo consolar, animar y fortalecer a los hermanos en las preciosas verdades aplicables a este tiempo!" NB 276 2 A nuestro regreso a casa, mi esposo se quejó de una ligera indisposición, y sin embargo se entregó a su trabajo como de costumbre. Cada mañana íbamos al bosquecillo cercano a nuestra casa, y nos uníamos en oración. Estábamos ansiosos por conocer nuestro deber. Constantemente llegaban cartas desde diferentes lugares, instándonos a asistir a congresos campestres. A pesar de nuestra determinación de dedicarnos a escribir, era difícil rechazar el reunirnos con nuestros hermanos en estas asambleas importantes. Con fervor rogábamos recibir sabiduría para conocer cuál era el proceder más correcto. NB 277 1 El sábado de mañana, como de costumbre, fuimos al bosquecillo, y mi esposo oró con todo fervor tres veces. No parecía dispuesto a cesar de interceder delante de Dios por una dirección y una bendición especiales. Sus oraciones fueron oídas, y recibimos paz y luz en nuestros corazones. El alabó a Dios y dijo: "Ahora le entrego todo a Jesús. Siento una paz dulce y celestial, una seguridad de que el Señor nos mostrará nuestro deber, porque nosotros deseamos hacer su voluntad". Me acompañó al Tabernáculo [la iglesia adventista de Battle Creek], e inició los servicios con canto y oración. Era la última vez que había de ponerse en pie a mi lado en el púlpito. NB 277 2 El lunes siguiente comenzó a sufrir severos escalofríos, y al día siguiente también yo fui atacada. Fuimos llevados juntos al sanatorio para recibir tratamiento. El médico entonces me informó que mi esposo tenía la tendencia a dormirse y que estaba en peligro. En seguida me llevaron a su cuarto, y tan pronto como observé su rostro me di cuenta de que se estaba muriendo. Traté de despertarlo. El entendía todo lo que se le decía, y respondía a todas las preguntas que podían ser contestadas con sí o con no, pero parecía que era imposible que pudiera decir nada más. Cuando le dije que yo creía que se estaba muriendo, no manifestó ninguna sorpresa. Le pregunté si Jesús era precioso para él. Dijo: "Sí, oh sí". "¿No tienes deseos de vivir?", le pregunté entonces. El contestó: "No". Entonces nos arrodillamos junto a su cama, y oramos por él. Una expresión de paz descansaba en su rostro. Le dije: "Jesús te ama. Debajo de ti están sus brazos eternos". Contestó: "Sí, sí". NB 278 1 El Hno. Smith y otros hermanos oraron entonces en torno a su cama, y se retiraron para pasar gran parte de la noche en oración. Mi esposo dijo que no sentía ningún dolor; pero evidentemente estaba decayendo con rapidez. El Dr. Kellogg y sus ayudantes hicieron todo lo que estaba a su alcance para arrebatarlo de la muerte. Revivió con lentitud, pero continuó muy débil. NB 278 2 A la mañana siguiente pareció revivir débilmente, pero cerca del mediodía tuvo unos escalofríos que lo dejaron inconsciente. A las cinco de la tarde del sábado 6 de agosto de 1881, en forma reposada, exhaló el último suspiro, sin lucha ni gemido alguno. NB 278 3 El choque de la muerte de mi esposo--tan repentino, tan inesperado--cayó encima de mí como un peso aplastador. En mi condición débil había reunido todas mis fuerzas para permanecer junto a su cama hasta el final; pero cuando vi sus ojos cerrados en la muerte, la naturaleza exhausta cedió y quedé completamente postrada. Por algún tiempo estuve oscilando entre la vida y la muerte. La llama vital ardía en forma tan baja que un soplo podía extinguirla. De noche mi pulso se debilitaba, y respiraba en forma más y más débil hasta que mi respiración parecía cesar. Sólo por la bendición de Dios y los cuidados ininterrumpidos del médico y sus ayudantes mi vida fue preservada. NB 278 4 Aunque no me había levantado de mi lecho de enferma después de la muerte de mi esposo, fui llevada al Tabernáculo el sábado siguiente para asistir a su funeral. Al final del sermón sentí mi deber de testificar del valor de la esperanza cristiana en la hora de dolor y aflicción. Al levantarme, me fueron dadas fuerzas, y hablé unos diez minutos, exaltando la misericordia y el amor de Dios ante aquella nutrida asamblea. Al final del servicio seguí a mi esposo al cementerio de Oak Hill, donde fue puesto a descansar hasta la mañana de la resurrección. NB 279 1 Mi fuerza física había sido postrada por el golpe, y sin embargo el poder de la gracia divina me sostuvo en mi gran aflicción. Cuando vi a mi esposo exhalar el último suspiro, sentí que Jesús era más precioso para mí que en ningún momento anterior de mi vida. Cuando estaba de pie junto a mi primogénito, y le cerré los ojos, pude decir: "El Señor dio, el Señor quitó; sea el nombre de Jehová bendito". Y sentí entonces que tenía un consolador en Jesús. Y cuando mi último hijo fue arrebatado de mis brazos, y no podía ver más su cabecita sobre la almohada a mi lado, pude decir: "El Señor dio, el Señor quitó; sea el nombre de Jehová bendito". Y cuando aquel sobre el cual se habían apoyado mis grandes afectos, aquel con quien había trabajado por 35 años, me fue arrebatado, pude poner mis manos sobre sus ojos y decir: "Te encomiendo mi tesoro, oh Señor, hasta la mañana de la resurrección". NB 279 2 Cuando lo vi morirse, y vi a muchos amigos simpatizando conmigo, pensé: ¡Qué contraste con la muerte de Jesús cuando él colgaba de la cruz! ¡Qué contraste! En la hora de su agonía, los burladores se mofaban de él y lo ridiculizaban. Pero él murió, y pasó por la tumba para alegrarla, para hacerla más liviana, para que tuviéramos gozo y esperanza aun en ocasión de la muerte; para que pudiéramos decir, al poner a nuestros amigos a descansar en Jesús: "Nos volveremos a ver". NB 280 1 A veces me parecía que no podría soportar la muerte de mi esposo. Pero estas palabras parecían impresionar mi mente: "Estad quietos, y conoced que yo soy Dios". Salmos 46:10. Siento hondamente la pérdida, pero no me atrevo a entregarme a una congoja inútil. Esto no traería de regreso al muerto. Y no soy tan egoísta que, aunque pudiera hacerlo, lo sacara de su pacífico sueño para que de nuevo se empeñara en las batallas de la vida. Como un cansado guerrero, se acostó a descansar. Miraré con placer su lugar de reposo. La mejor manera en que yo y mis hijos podemos honrar la memoria del que ha caído es asumir la obra que él dejó y, con el poder de Jesús, llevarla hasta su terminación. Estaremos agradecidos por los años de utilidad que se nos han concedido; y por causa de mi esposo, y por causa de Cristo, aprenderemos de su muerte una lección que nunca olvidaremos. Permitiremos que esta aflicción nos haga más bondadosos y amables, más tolerantes, pacientes y considerados hacia los que viven. NB 280 2 Asumo la tarea de mi vida sola, con la plena confianza de que mi Redentor estará conmigo. Tendremos tan sólo un corto momento para proseguir la lucha; entonces Cristo vendrá, y esta escena de conflicto terminará. Entonces habremos realizado nuestros últimos esfuerzos para trabajar con Cristo y hacer progresar su reino. Algunos que han estado en el frente de batalla, resistiendo celosamente al enemigo que avanzaba, caen en el puesto del deber. Los vivos observan con lágrimas a los héroes caídos, pero no es tiempo de cesar en la obra. Ellos deben cerrar filas, tomar el estandarte de la mano paralizada por la muerte, y con energía renovada vindicar la verdad y el honor de Cristo. NB 281 1 Como nunca antes debe hacerse una decidida resistencia contra el pecado, contra los poderes de las tinieblas. El tiempo exige una actividad enérgica y determinada de parte de los que creen en la verdad presente. Si parece largo el tiempo de espera hasta que venga nuestro Libertador; si, doblegados por la aflicción y gastados por el trabajo, nos mostramos impacientes para recibir un retiro honorable de la guerra, recordemos--y que este recuerdo ahogue todo murmullo--que quedamos en la tierra para encontrar tormentas y conflictos, para perfeccionar un carácter cristiano, para familiarizarnos mejor con Dios nuestro Padre y con Cristo nuestro Hermano mayor, y para hacer la obra del Maestro en la salvación de muchas almas para Cristo. "Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad". Daniel 12:3. ------------------------Capítulo 42--Fortaleza bajo la aflicción NB 282 1 El Sábado 20 de agosto de 1881 por la tarde, dos semanas después de la muerte de su esposo, la Sra. White se reunió con la iglesia de Battle Creek, y habló a la congregación por cerca de una hora. Con respecto a este servicio, el pastor Urías Smith escribió: NB 282 2 "Su tema versó acerca de la lección que debemos aprender de la experiencia reciente por la cual hemos pasado. La incertidumbre de la vida es el pensamiento que trató de impresionar sobre nosotros... Debemos también considerar qué clase de persona debemos ser mientras vivimos... NB 282 3 "La mente de la oradora entonces se volvió a las benditas exhortaciones de los apóstoles con referencia a la relación que los miembros del cuerpo de Cristo deben tener mutuamente el uno con el otro, y su conducta, sus palabras y sus acciones en sus relaciones mutuas. Se nos señaló pasajes tales como éstos: 'Estad en paz los unos con los otros'; 'Amaos los unos a los otros con amor fraternal'; 'Sed bondadosos los unos con los otros'; 'Sed todos de un mismo sentir, compasivos'; 'Os ruego ... que habléis todos una misma cosa'; 'Os ruego ... que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer'; 'No murmuréis los unos de los otros'; 'Vivid en paz; y el Dios de paz y de amor estará con vosotros'".1 Reflexiones personales NB 283 1 Con respecto a su viaje al oeste, en su ruta por California, y con relación a sus reflexiones mientras se demoraba unas pocas semanas en su retiro veraniego de las montañas rocosas, la Sra. White escribió: NB 283 2 "El 22 de agosto, en compañía de mis nueras Emma y María White, salí de Battle Creek hacia el oeste, esperando recibir el beneficio de un cambio de clima. Aunque estaba sufriendo todavía los efectos de un ataque severo de paludismo, así como del choque de la muerte de mi esposo, soporté el viaje mejor de lo que había esperado. Llegamos a Boulder, Colorado, el jueves 25 de agosto, y al siguiente domingo salimos de ese lugar en un carruaje privado hacia nuestro hogar en las montañas. NB 283 3 "Desde nuestra casa de campo podía mirar los bosques de pinos jóvenes, tan frescos y fragantes que perfumaban el aire con su aroma delicioso. En años anteriores, mi esposo y yo hicimos de este bosque nuestro santuario. En estas montañas a menudo nos arrodillamos juntos en adoración y súplica. Me rodeaban por todas partes los lugares que habían sido bendecidos de esta manera; y al observarlos, podía recordar muchos casos en los cuales recibimos bendiciones directas y notables en respuesta a la oración... NB 283 4 "¡Cuán cerca parecíamos estar de Dios, cuando a la luz brillante de la luna nos postrábamos en la ladera de alguna montaña solitaria para pedir las bendiciones necesarias de manos del Señor! ¡Qué fe y qué confianza eran las nuestras! Los propósitos de amor y misericordia de Dios parecían revelarse más plenamente, y sentíamos la seguridad de que nuestros pecados y errores eran perdonados. En tales oportunidades veía el rostro de mi esposo iluminado con una luz radiante que parecía reflejarse del trono de Dios, mientras que con una voz cambiada alababa al Señor por las ricas bendiciones de su gracia. En medio de las tinieblas de la tierra, todavía podíamos discernir por todas partes los rayos brillantes de la fuente de la luz. Por medio de las obras de la creación comulgábamos con Aquel que habita la eternidad. Al mirar las rocas enhiestas y las altas montañas, exclamábamos: '¿Dónde hay un Dios tan grande como nuestro Dios?' NB 284 1 "Rodeados, como siempre lo estábamos, de dificultades, cargados de responsabilidades, finitos, débiles, y en el mejor de los casos, mortales errantes, a veces estábamos por ceder a la desesperación. Pero cuando considerábamos el amor de Dios y su cuidado por sus criaturas, tal como se revelan en el libro de la naturaleza y en las páginas de la inspiración, nuestros corazones se consolaban y fortalecían. Rodeados por las evidencias del poder de Dios y por su presencia, no podíamos albergar ninguna desconfianza o incredulidad. ¡Oh, cuán a menudo la paz, la esperanza y el gozo nos inundaron en nuestra experiencia en medio de estas rocosas soledades! NB 284 2 "He estado otra vez entre las montañas, pero sola. ¡Nadie para compartir mis pensamientos y sentimientos mientras observaba una vez más aquellas grandiosas y terribles escenas! ¡Sola, sola! Los caminos de Dios parecen misteriosos, sus propósitos inescrutables. Sin embargo yo sé que deben ser justos, sabios y misericordiosos. Es mi privilegio y mi deber esperar pacientemente en él, y el lenguaje de mi corazón en todo el tiempo es el siguiente: 'Dios hace todas las cosas bien'... NB 284 3 "La muerte de mi esposo fue un duro golpe para mí. Lo sentí más agudamente porque fue repentino. Al ver el sello de la muerte sobre su rostro, mis sentimientos eran casi insoportables. Anhelaba llorar en voz alta en mi angustia. Pero sabía que esto no salvaría la vida de mi amado, y creía que no era cristiano entregarme al dolor. Busqué ayuda y consuelo de arriba, y las promesas de Dios se cumplieron en mi caso. La mano del Señor me sostuvo... NB 285 1 "Aprendamos una lección de valor y fortaleza de la última entrevista de Cristo con sus apóstoles. Estaban por separarse. Nuestro Salvador estaba entrando en el sendero ensangrentado que lo conduciría al Calvario. Nunca hubo una escena más probadora que aquella por la cual pronto había de pasar. Los apóstoles habían oído las palabras de Cristo en las que predecía sus sufrimientos y su muerte, y sus corazones estaban apesadumbrados por el dolor, pero sus mentes estaban distraídas con la duda y el temor. Sin embargo no hubo llanto en voz alta; nadie se abandonó a la aflicción. Aquellas horas finales, solemnes y decisivas, fueron empleadas por nuestro Salvador para hablar palabras de consuelo y seguridad a sus discípulos, y entonces todos se unieron en un himno de alabanza... ¡Qué preludio a la agonía del Getsemaní, al abuso y escarnio de la sala de juicio y a las terribles escenas del Calvario, fueron aquellas últimas horas empleadas en cánticos de alabanza al Altísimo! NB 285 2 "Cuando Martín Lutero recibía noticias desanimadoras a menudo decía: 'Venid, vamos a cantar el Salmos 46'. Este salmo comienza con las palabras: 'Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar'. En lugar de lamentos, lloro y desesperación, cuando las pruebas se acumulan sobre nosotros y nos amenazan como una inundación que quisiera abrumarnos, si no solamente oráramos pidiendo ayuda a Dios, sino que alabáramos al Señor por tantas bendiciones que nos ha dado--alabando a Aquel que es capaz de ayudarnos--, nuestra conducta sería más agradable a sus ojos, y veríamos más su salvación".2 Encontrando alivio en el trabajo por las almas NB 286 1 Apenas había pasado una semana desde su llegada al hogar de su hijo, el pastor W. C. White, en Oakland, California, cuando la Sra. White asistió a un congreso que se realizó en Sacramento, del 13 al 25 de octubre. Casi cada día ella habló al pueblo, y durante el último sábado de tarde dio una conferencia sobre temperancia a un auditorio de unas cinco mil personas. NB 286 2 A menudo, durante los meses del invierno de 1881-82, la Sra. White se reunía con iglesias locales y pequeños grupos de creyentes en los valles de Sonoma, Napa, y en su vecindario. "Estaba débil de salud--escribió en su primer informe de aquellos trabajos entre las iglesias--; pero la evidencia preciosa del favor de Dios pagó con creces el esfuerzo realizado. NB 286 3 "Ojalá que nuestras iglesias más pequeñas pudieran ser visitadas más a menudo. Los fieles, que se mantienen firmemente en defensa de la verdad, serían alegrados y fortalecidos por el testimonio de sus hermanos. NB 286 4 "Quiero animar a los que se reúnen en pequeños grupos a adorar a Dios. Hermanos y hermanas, no os sintáis desanimados porque sois pocos en número. El árbol, que se sostiene solo en la llanura, esparce sus raíces más profundamente en la tierra, envía sus ramas con más amplitud en todas direcciones, y se desarrolla más fuerte y más simétrico mientras él solo combate contra la tempestad y se regocija con la luz del sol. Así el cristiano, cuando no tiene el apoyo de la dependencia terrenal, puede aprender a confiar en Dios y puede ganar fuerza y valor con todo conflicto. NB 287 1 "Quiera el Señor bendecir a los hermanos esparcidos y solitarios, y hacerlos eficientes obreros para él... Hermanos, no olvidéis las necesidades de estas compañías pequeñas y aisladas. Se hallará que Cristo es un huésped en sus pequeñas reuniones".3 Esfuerzos especiales en favor de la juventud NB 287 2 En un informe relativo a sus actividades en la Iglesia de Healdsburg, donde unas pocas semanas más tarde se dio comienzo al establecimiento del Colegio de Healdsburg, la Sra. White escribió en forma particular acerca de sus esfuerzos por alcanzar los corazones de los niños y los jóvenes, un detalle notable de sus labores en las iglesias de California en este período de su experiencia. He aquí sus palabras: NB 287 3 "El sábado asistí a la reunión confiando en el sostén de Dios. Al hablar a la iglesia, resulté consolada y refrigerada. El Señor me dio paz y descanso en él. Sentí una preocupación especial por la juventud, y mis palabras fueron dirigidas especialmente a ella. Los jóvenes escucharon atentamente, con rostros serios y ojos arrasados por las lágrimas. Al final de mis observaciones pedí que todos los que querían llegar a ser cristianos pasaran al frente. Trece respondieron. Todos éstos eran niños y jóvenes, de ocho a quince años de edad, que de esta manera manifestaron su determinación de comenzar una nueva vida. Tal espectáculo era suficiente para enternecer el corazón más duro. Los hermanos y hermanas, especialmente los padres de los niños, parecían profundamente conmovidos. Cristo nos ha dicho que hay gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente. Los ángeles miraban con alegría esta escena. Casi todos los que vinieron al frente expresaron en pocas palabras su esperanza y determinación. Tales testimonios ascienden como incienso al trono de Dios. Todos los corazones sintieron que ésta era una oportunidad preciosa. La presencia de Dios estaba con nosotros".4 ------------------------Capítulo 43--Restauración de la salud NB 289 1 En Abril de 1882, la Asociación de California abrió una escuela en Healdsburg, que pronto fue incorporada con el nombre de Colegio de Healdsburg. Anhelando estar cerca de esta institución, la Sra. White compró una casa en las afueras de la ciudad, y allí estableció su residencia por varios años. Un año después de la muerte de su esposo, estaba ya en este nuevo hogar, y los amigos hablaban de cuán bien se la veía entonces, y se refirieron a sus actividades constantes. NB 289 2 El 22 de agosto viajó a Oakland para dar la bienvenida al pastor Urías Smith, que venía del este, al pastor William Ings y esposa y al profesor C. C. Ramsey y su familia. Tres días más tarde, en el hogar de su hijo W. C. White, sintió un severo escalofrío seguido de fiebre, y a pesar de los buenos tratamientos que le diera la Sra. C. F. Young, y de los fieles cuidados que le prodigaran la Sra. Ings y María Chinnock, los escalofríos de paludismo continuaron hasta el 10 de septiembre. Aunque estaba muy débil, deseaba que la llevaran al Sanatorio de Santa Elena. Creía que el clima mejor de la montaña sería favorable para su recuperación. NB 289 3 El 15 de septiembre realizó el viaje en una silla de ruedas, que fue levantada y colocada en el carruaje de carrera que pasaba por la estación. Después de unos pocos días de tratamiento en el sanatorio sin ningún aparente beneficio, rogó que la llevaran a su hogar de Healdsburg. Se arregló una cama sobre un colchón en el carruaje, y acompañada por su hijo y por la Sra. Ings, realizó el cansador viaje, de unos 50 kilómetros. NB 290 1 El congreso anual de la Asociación de California se realizaría del 6 al 16 de octubre. En esta reunión se tomarían importantes decisiones con respecto a la obra del Colegio de Healdsburg. ¿Responderían nuestros hermanos al llamado a sostener el proyecto, y harían donativos liberales para la edificación de un hogar para los estudiantes? ¿O la obra de la escuela quedaría truncada por falta de facilidades adecuadas? NB 290 2 La Sra. White anhelaba grandemente tener salud y vigor para poder asistir a la reunión y presentar su testimonio, pero la perspectiva era desanimadora. Tenía un resfrío muy malo, y su pulmón izquierdo estaba muy dolorido. Se hallaba débil, y sin energía ni valor. Sin embargo, dijo: "Prepárenme un lugar en la reunión, pues yo asistiré, si es posible", y expresó la esperanza de que cuando llegara al campo donde se realizaba el congreso sentiría una influencia vivificante. NB 290 3 El sábado por la mañana estaba muy débil, y apenas podía dejar su lecho de enferma. Pero a mediodía dijo: "Prepárenme un lugar en la carpa grande donde yo pueda escuchar al predicador. Posiblemente el sonido de la voz del predicador resulte una bendición para mí. Espero que algo me traiga nueva vida". NB 290 4 Se arregló un sofá para ella cerca de la plataforma, de espaldas a la congregación. El pastor Waggoner habló acerca del surgimiento y de la obra del mensaje de los primeros tiempos, y relató sus progresos hasta 1882. Había una gran congregación, y muchos de los hombres de negocio de Healdsburg estaban presentes. Cuando el pastor Waggoner terminó de hablar, la Sra. White dijo: "Ayúdenme a ponerme de pie". La Hna. Ings y su hijo la levantaron, y fue conducida hasta el púlpito. Se asió del púlpito con ambas manos, comenzó, en forma débil, a decir a la gente que ésta podría ser la última vez que ellos escucharan su voz en un congreso. Después de pronunciar unas pocas frases, hubo un cambio en su voz y en su actitud. Sintió la conmoción de un poder sanador. Su voz se fortaleció, y sus frases salieron claras y completas. Al proseguir con su discurso, su fortaleza era manifiesta. Estaba firmemente en pie, y no necesitaba usar el púlpito como soporte. NB 291 1 La gran congregación presenció la manifestación sanadora. Todos notaron el cambio en su voz, y muchos lo observaron en su semblante. Vieron la transición rápida de una palidez de muerte al color rosado de la vida, al notar el tinte natural de su piel primeramente en la nuca y luego en la parte baja de la cara, y más tarde en la frente. Uno de los hombres de negocios de Healdsburg exclamó: "¡Se está realizando un milagro a la vista de toda esta congregación!" Después de la reunión ella testificó ante los amigos que la interrogaban en cuanto a su curación. Con el sanamiento vino la fuerza y el valor para trabajar, y durante el resto del congreso habló cinco veces. NB 291 2 En The Signs of the Times, de octubre 26 de 1882, el director, pastor J. H. Waggoner, escribió: NB 291 3 "Al final del discurso del sábado por la tarde, ... ella se puso en pie y comenzó a hablar a la gente. Su voz y su apariencia cambió, y habló durante algún tiempo con claridad y energía. Entonces invitó a los que deseaban comenzar una experiencia en servir a Dios, y a los que se habían apartado, a venir al frente, y un buen número respondió a la invitación... NB 291 4 "Como se nota más arriba, después de la primera tentativa que hizo la Hna. White para hablar, su restauración fue completa". NB 292 1 Con respecto a su milagrosa curación, la Sra. White misma testificó en The Signs of the Times, de 2 de noviembre de 1882: NB 292 2 "Durante dos meses mi pluma ha estado descansando; pero estoy profundamente agradecida de que ahora puedo reasumir mi tarea de escribir. El Señor me ha dado una evidencia adicional de su misericordia y de su amante bondad restaurándome de nuevo la salud. Debido a mi reciente enfermedad llegué muy cerca de la tumba; pero las oraciones del pueblo de Dios en mi favor fueron fructíferas. NB 292 3 "Cerca de dos semanas antes de nuestro campamento la enfermedad de la cual había estado sufriendo fue detenida, y sin embargo recuperé muy poco mis fuerzas. Al acercarse el tiempo de las reuniones, parecía imposible que yo pudiera participar en las mismas... Oré mucho acerca del asunto, pero continuaba todavía muy débil... En mi condición de sufrimiento lo único que podía hacer era caer inerme en los brazos de mi Redentor, y allí descansar. NB 292 4 "Cuando llegó el primer sábado de la reunión, sentí que debía estar en el campamento, pues allí podría encontrar al Sanador divino. Por la tarde me recosté en un sofá debajo de la gran tienda, mientras el pastor Waggoner se dirigía a los hermanos, presentando las señales que testificaban de que el día de Dios estaba muy cerca. Al final de ese discurso, decidí levantarme y ponerme en pie, esperando que si así me aventuraba por fe, haciendo todo lo que estaba en mi poder, Dios me ayudaría a decir unas pocas palabras al pueblo. Al comenzar a hablar el poder de Dios vino sobre mí, y mi fuerza fue instantáneamente restaurada. NB 292 5 "Había esperado que mi debilidad iría pasando gradualmente, pero no esperaba un cambio inmediato. La obra instantánea que se hizo en mi favor era inesperada. No puede ser atribuida a la imaginación. La gente me vio en mi debilidad, y muchos señalaron que, según todas las apariencias, yo era un candidato para la tumba. Casi todos los presentes observaron el cambio que se verificó en mí mientras me dirigía a ellos. Declararon que mi rostro cambió, y que la palidez de la muerte dio lugar a un color saludable. NB 293 1 "Testifico delante de todos los que leen estas palabras, que el Señor me ha sanado. El poder divino ha hecho una gran obra en mí, por lo cual estoy gozosa. Pude trabajar todos los días durante el congreso campestre y varias veces hablé más de una hora y media. Todo mi sistema resultó imbuido de nuevo vigor y fortaleza. Una nueva ola de emociones, una fe nueva y elevada, tomó posesión de mi alma. NB 293 2 "Durante mi enfermedad aprendí algunas lecciones preciosas: Aprendí a confiar donde no puedo ver. Aunque incapaz de hacer nada, aprendí a descansar tranquilamente, con calma, en los brazos de Jesús. No ejercemos fe como debemos. Tenemos miedo de aventurarnos respaldados en la Palabra de Dios. En la hora de la prueba, debemos fortalecer nuestras almas en la seguridad de que las promesas de Dios nunca pueden fallar. Lo que él ha hablado, se cumplirá... NB 293 3 "Antes de mi enfermedad, yo pensaba que tenía fe en las promesas de Dios; sin embargo me sorprendí del gran cambio obrado en mí, que excedió a mi expectativa. No merezco esta manifestación del amor de Dios. Tengo razones para alabar a Dios en forma más ferviente, para andar con mayor humildad delante de él y para amarlo con más fervor que nunca antes. He contraído la renovada obligación de dar al Señor todo lo que hay en mí. Debo irradiar a otros el brillo bendito que el Señor ha permitido que brille sobre mí. NB 293 4 "No espero ser librada de toda enfermedad y tribulación, y tener un mar sereno en mi viaje hacia el cielo. Espero pruebas, pérdidas, chascos y dolores; pero tengo la promesa del Salvador: 'Bástate mi gracia'. No debemos considerarlo como algo extraño si somos asaltados por el enemigo de toda justicia. Cristo ha prometido ser una ayuda presente en todo tiempo de necesidad; pero él no nos ha dicho que estaremos exentos de las pruebas. Por el contrario, nos ha informado claramente que tendremos tribulación. El ser probados y tener dificultades es una parte de nuestra disciplina moral. Aquí podemos aprender las lecciones más valiosas y tener la gracia más preciosa, si nos acercamos al Señor, y lo soportamos todo con su fortaleza. NB 294 1 "Mi enfermedad me ha mostrado mi propia debilidad, y la paciencia y amor de mi Salvador y su poder para salvar. Cuando he pasado noches de insomnio, he encontrado esperanza y consuelo en considerar la tolerancia y la ternura de Jesús hacia sus discípulos débiles y errantes, y en recordar que él todavía es el mismo, inalterable en su misericordia, en su compasión y en su amor. El conoce nuestra debilidad, sabe que nos falta fe y ánimo y sin embargo no nos desecha. Es piadoso y manifiesta tierna compasión hacia nosotros. NB 294 2 "Yo puedo caer en mi puesto antes que el Señor venga; pero cuando todos los que están en la tumba se levanten, yo veré a Jesús si soy fiel, y seré como él. ¡Oh, qué gozo insuperable ver a Aquel a quien amamos, ver en su gloria a Aquel que nos amó tanto que se dio a sí mismo por nosotros; contemplar aquellas manos que fueron horadadas por nuestra redención, extendidas hacia nosotros para bendecirnos y darnos la bienvenida! ¡Qué importa que tengamos que trabajar duramente y sufrir aquí, si tan sólo logramos la resurrección! Esperaremos pacientemente hasta que termine nuestro tiempo de prueba, y entonces elevaremos el cántico alegre de triunfo". ------------------------Capítulo 44--Trabajo con la pluma y la palabra NB 295 1 "Desde el territorio de Washington y desde el este--escribió la Sra. White desde su hogar, ubicado en Healdsburg, California, el 26 de marzo de 1883--, vienen urgentes pedidos de que yo asista a los congresos campestres... Ahora estoy empeñada en redactar un importante material, tarea que he estado tratando de realizar por seis años. Año tras año he postergado este trabajo para asistir a los congresos... NB 295 2 "Los últimos dos veranos llegué muy cerca de los portales de la muerte, y como pensé que placería al Señor permitirme descansar en la tumba, tenía muy penosos remordimientos de que mis escritos no hubieran sido completados. En la providencia de Dios, mi vida fue prolongada, y mi salud una vez más está restaurada. Agradezco a Dios por su misericordia y por su amorosa bondad hacia mí. He estado dispuesta a ir al este o al oeste, si mi deber en ese sentido resultara claro para mí. Pero en respuesta a mi oración, 'Señor, ¿qué quieres que haga?', el Señor me ha contestado: 'Descansa en paz hasta que el Señor te pida que vayas'. NB 295 3 "No he estado ociosa. Desde que el Señor me levantó en el congreso de Healdsburg, he visitado Santa Rosa, Oakland, San Francisco, Petaluma, Forestville y Ukiah, y también trabajé en Healdsburg, hablando frecuentemente el sábado y el domingo de noche. En cuatro semanas di diez discursos, viajé trescientos treinta kilómetros, y escribí doscientas páginas... NB 296 1 "Mis hermanos que me urgen a asistir a diversos congresos y a que los visite están preguntando ansiosamente: '¿Cuándo tendremos el tomo cuatro de Spirit of Prophecy (El espíritu de profecía)?' Esta pregunta la puedo contestar ahora. Dentro de unas pocas semanas mi trabajo con respecto a este libro quedará terminado. Pero hay otras obras importantes que requieren atención tan pronto como ésta termine... Mientras tenga capacidad física y mental haré la obra que es más necesaria para nuestro pueblo... Mientras viajaba he trabajado con grandes desventajas. He escrito en la estación de los carruajes, en los carruajes mismos, y en mi tienda en el congreso campestre, hablando a veces hasta que quedaba exhausta, y levantándome luego a las tres de la mañana para escribir de seis a quince páginas antes del desayuno... NB 296 2 "Me resultaría muy agradable encontrarme con nuestros queridos hermanos y hermanas en diversos congresos. Siento arder el amor de Jesús en mi alma. Me gusta mucho hablar y escribir acerca de esto. Mis oraciones serán que Dios os bendiga en vuestros congresos, y que vuestras almas puedan ser refrigeradas por su gracia. Si Dios me pide que abandone mi tarea de escribir, para asistir a estas reuniones o para hablar al pueblo en diferentes lugares, espero escuchar y obedecer su voz".1 NB 296 3 Durante la primavera y el verano de 1883, la Sra. White pasó mucho tiempo en un esfuerzo para completar el tomo cuatro de la serie Spirit of Prophecy, conocido años más tarde como El conflicto de los siglos. No fue sino hasta los primeros días de agosto cuando ella detuvo su tarea de escribir para asistir a algunos de los congresos del otoño en el este, y a la sesión de la Asociación General que siguió. Acerca de estas labores públicas en 1883 escribió: Visita a Battle Creek NB 297 1 "El domingo 12 de agosto, en compañía de la Hna. Sara McEnterfer, dejé la costa del Pacífico rumbo al este. Aunque sufrimos considerablemente por el calor y el polvo, tuvimos un viaje agradable a través de las llanuras. Encontramos conductores y mozos de cordel listos para hacer cuanto podían por nuestra comodidad y conveniencia. NB 297 2 "Desde el tiempo que abordamos el tren, yo me sentí perfectamente satisfecha de que estaba cumpliendo con mi deber. Había tenido dulce comunión con mi Salvador, y había sentido que él es mi refugio y fortaleza, y que no me podía acontecer ningún daño mientras estuviera empeñada en la obra que él me ha dado para hacer. Tengo una permanente confianza en las promesas de Dios, y disfruto de la paz que viene solamente de Jesús... NB 297 3 "Llegamos a Battle Creek el 17 de agosto, un viernes. La noche siguiente me resultó imposible dormir. No había visitado este lugar desde que saliera de aquí, cuando estaba muy débil, después del servicio fúnebre de mi esposo. Ahora la gran pérdida que la causa había sufrido con su muerte, la gran pérdida que yo sufrí al verme privada de la asociación con él y de su ayuda en mi trabajo me angustiaron vívidamente, y no podía dormir. Recordé el pacto que había hecho con Dios cuando mi esposo estaba en el lecho de muerte: que no me desanimaría bajo la carga, sino que trabajaría más fervorosamente y en forma más devota que nunca antes para presentar la verdad, tanto por la pluma como de viva voz; que presentaría delante del pueblo la excelencia de los estatutos y los preceptos de Jehová y que señalaría a los oyentes la fuente purificadora donde podemos lavar toda mancha de pecado. NB 298 1 "Toda la noche luché con Dios en oración para que él me diera fuerza para mi tarea, y que me imbuyera con su Santo Espíritu, a fin de que pudiera cumplir con mi solemne pacto. Lo que más deseaba era emplear mi tiempo en urgir a los que profesaban la verdad a que tuvieran una relación más estrecha con Dios, para que pudieran gozar de más perfecta comunión con él de la que gozó el Israel de antaño en sus días de mayor prosperidad. NB 298 2 "El sábado de mañana hablé a la gran congregación reunida en el Tabernáculo. El Señor me dio fuerza y soltura al presentar las palabras que se encuentran en Apocalipsis 7:9-17... La senda de la obediencia NB 298 3 "El domingo de mañana hablé a unos 75 obreros relacionados con la oficina de la Review and Herald. Una semana antes, el 12 de agosto, me había presentado delante de un grupo similar en la Pacific Press, y les mostré la importancia de actuar según los principios. Ahora presenté el mismo tema, amonestando a todos a que no permitieran que nada los desviara de lo correcto. Les advertí que tendrían que hacer frente a influencias opositoras, y que se verían presionados por tentaciones. Les dije que todo el que no estuviera arraigado y fundado en la verdad sería movido de su fundamento... NB 298 4 "El domingo de tarde, 19 de agosto, hablé por invitación en el Sanatorio... Ante esa numerosa congregación me referí a las palabras: 'El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño; apártese del mal, y haga el bien; busque la paz, y sígala. Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal' 1 Pedro 3:10-12... NB 299 1 "La senda de la obediencia a Dios es la senda de la virtud, la salud y la felicidad. El plan de salvación, como está revelado en las Sagradas Escrituras, abre ante nosotros un camino por el cual el hombre puede asegurarse la felicidad y prolongar sus días en la tierra, así como gozar del favor del cielo, y asegurarse la vida futura que se mide con la vida de Dios... NB 299 2 "La seguridad de la aprobación de Dios promoverá la salud física. Esta seguridad fortalece el alma contra la duda, la perplejidad y la excesiva congoja, que tan a menudo carcomen las fuerzas vitales e inducen a contraer enfermedades nerviosas de la índole más debilitante y angustiosa. El Señor ha comprometido su infalible palabra en el sentido de que su ojo estará sobre los justos, y su oído estará abierto a su oración... NB 299 3 "El lunes 20 de agosto de tarde hablé de nuevo a los empleados de la oficina de la Review... NB 299 4 "Hay algunos, aun de aquellos que están relacionados con nuestras instituciones, cuya fe se halla en grave peligro de naufragar. Satanás trabajará disfrazado de la manera más engañosa posible, en estas ramas de la obra de Dios. El hace de estos importantes instrumentos sus puntos especiales de ataque, y él no dejará de probar ningún medio para anular su utilidad... En estos días de peligro debemos tener extremo cuidado de no rechazar los rayos de luz que el cielo con misericordia nos envía; porque es por medio de estos rayos como hemos de discernir los ardides del enemigo. Necesitamos luz del cielo a toda hora, a fin de poder distinguir entre lo sagrado y lo común, lo eterno y lo temporal. NB 300 1 "Todos los que permanezcan puros e incorruptos, y se mantengan a cubierto del espíritu y de la influencia prevaleciente en este tiempo, tendrán serios conflictos. Pasarán por grandes tribulaciones; lavarán las ropas de su carácter, y las emblanquecerán en la sangre del Cordero. Estos cantarán el cántico de triunfo en el reino de gloria. Los que sufran con Cristo serán participantes de su gloria".2 Recogiendo frutos para la cosecha NB 300 2 "El congreso campestre de Worcester, Massachusetts, que se realizó del 22 al 28 de agosto, ... fue una ocasión de especial interés para mí. Allí encontré a una gran cantidad de creyentes, algunos de los cuales habían estado relacionados con la obra desde el mismo comienzo del mensaje del tercer ángel. Desde nuestro último congreso, el Hno. Hastings, uno de los fieles portaestandartes, había caído en su puesto. Me entristecí de ver a otros cargados por los achaques de la edad. Y sin embargo me alegré al ver que escuchaban ansiosamente las palabras de vida. El amor de Dios y su verdad parecía brillar en sus corazones e iluminar su semblante. Sus ojos a menudo se llenaban de lágrimas, no de dolor, sino de gozo, mientras escuchaban el mensaje de Dios por boca de sus siervos. Estos peregrinos entrados en años estaban presentes casi en todas las reuniones, como si temieran, como Tomás, estar ausentes cuando Jesús viniera y dijera: 'Paz a vosotros'. NB 300 3 "Como granos maduros, estos preciosos, probados y fieles hijos de Dios están listos para la cosecha. Su obra está casi terminada. Tal vez se les permita permanecer hasta que Cristo sea revelado en las nubes del cielo con poder y grande gloria. Pero pueden desaparecer de las filas en cualquier momento, y dormir en Jesús. Pero aunque las tinieblas cubren la tierra y densa oscuridad los pueblos, estos hijos de la luz pueden levantar sus cabezas y regocijarse, sabiendo que su redención está cerca... Los miembros laicos como misioneros para Dios NB 301 1 "Al mirar la congregación de creyentes, y al notar la expresión seria y fervorosa de sus rostros, ... mis ojos descansaron sobre no pocos que tenían un conocimiento de la verdad, y que, si este conocimiento sólo fuera santificado, realizaría una obra para Dios. Pensé: si todos estos hermanos se dieran cuenta de que Dios les pedirá cuentas, y comprendieran su deber hacia sus semejantes, y si trabajaran según la capacidad que el Señor les concedió, ¡qué luz brillaría de ellos en Massachusetts, y aun se extendería a otros Estados! Si cada uno de los que profesan tener fe en el mensaje del tercer ángel hiciera de la Palabra de Dios su regla de conducta, y con estricta fidelidad realizara su tarea como un siervo de Cristo, sería un poder en el mundo. NB 301 2 "No son solamente los que trabajan por medio de la palabra y la doctrina los responsables por las almas. Todo hombre y mujer que tiene un conocimiento de la verdad debe ser un colaborador con Cristo... El pide que los miembros laicos trabajen como misioneros. Hermanos, salid con vuestras Biblias, visitad a la gente en sus hogares, leed la Palabra de Dios a la familia y a todas las personas que vengan. Id con un corazón contrito y una confianza permanente en la gracia y la misericordia de Dios, y haced lo que podáis... NB 301 3 "Hay hombres que nunca han dado un discurso en su vida, y que sin embargo, deberían estar trabajando para salvar almas. No se requiere ni grandes talentos ni una elevada posición. Pero existe una urgente necesidad de hombres y mujeres que conozcan a Jesús, y que estén familiarizados con la historia de su vida y de su muerte... NB 302 1 "No necesitamos tanto hombres eminentes sino buenos, veraces y humildes. Dios pide que trabajen en su causa personas de todas clases y de todos los oficios. Se necesitan hombres que empiecen en los peldaños más bajos de la escalera; hombres que, si fuera necesario, coman su propio pan y realicen silenciosamente su deber; hombres que no le teman al trabajo diligente para adquirir los medios y que practiquen una rígida economía en sus gastos, dedicando tiempo y recursos a la obra en favor del Maestro en el seno de sus familias y de sus propios vecindarios. Si la obra de reforma comenzara y progresara en cada familia, habría una iglesia viva y próspera. Las cosas deben ponerse en orden primeramente en el hogar. La causa necesita personas que puedan trabajar en sus propios hogares, que estudien la Biblia y practiquen sus enseñanzas, y que eduquen a sus hijos en el temor de Dios. Entonces podrán realizarse diligentes esfuerzos perseverantes en favor de otros, con oraciones fervientes en procura de la gracia y el poder divinos, y así se obtendrían grandes resultados de la labor misionera. NB 302 2 "No importa de quién se trate, es la mente, el corazón, el sincero propósito y la vida diaria lo que determina el valor del hombre. Los hombres inquietos, que hablan mucho, dictatoriales, no se necesitan en la obra. Hay muchos de esta clase que surgen por doquiera. Muchos jóvenes que tienen sólo poca experiencia, se colocan a sí mismos en las primeras filas, no manifiestan ninguna reverencia por la edad o por la posición, y se ofenden si se los aconseja o se los reprueba. De las personas que se creen muy importantes tenemos ya más de las que se necesitan. Dios está llamando a jóvenes modestos, silenciosos, de mente sobria, y hombres de edad madura bien equilibrados en sus principios, que puedan orar y también hablar, que se pongan en pie delante de los de más edad y traten con respeto a las canas. NB 303 1 "La causa de Dios está sufriendo por falta de obreros que tengan comprensión y poder mental. Hermanos y hermanas, el Señor os ha bendecido con facultades intelectuales capaces de vasto desarrollo. Cultivad vuestros talentos con fervor perseverante. Educad y disciplinad la mente por el estudio, la observación y la reflexión. No podéis encontraros con la mente de Dios a menos que pongáis en uso toda facultad. Las capacidades mentales se fortalecerán y desarrollarán si salís a trabajar con el temor de Dios, con humildad, y con una ferviente oración. Un propósito resuelto realizará milagros. Sed cristianos abiertos, firmes y decididos. Exaltad a Jesús, hablad con amor, referid su poder, y así permitiréis que vuestra luz brille sobre el mundo".3 Un ejemplo de abnegación NB 303 2 "Me alegré por el privilegio que tuve de asistir al congreso de Vermont, que se realizó en Montpelier del 30 de agosto al 4 de septiembre... Mi mente retrocedió treinta años al tiempo en que, en compañía de mi hermana, visité a Fairhaven, Massachusetts, para presentar mi mensaje al grupito de ese lugar. El pastor Bates vivía entonces allí, y expresó su convicción de que era su deber visitar Vermont, y predicar la verdad en ese Estado. Pero agregó: 'No tengo medios, y no sé de dónde vendrá el dinero para viajar allí. Creo que andaré por fe, empezando el viaje a pie, y yendo hasta donde el Señor me dé fuerzas'. Mi hermana me dijo: 'Yo creo que el Señor me ayudará a abrirle el camino al pastor Bates para ir a Vermont. La Hna. F. está buscando una niña para realizar el trabajo de la casa, y ... yo ganaré el dinero necesario'. Realizó su propósito, y, al solicitar el pago por adelantado, colocó el dinero en manos del pastor Bates. El salió a la mañana siguiente, y mi hermana quedó para trabajar por un dólar y cuarto por semana. Un buen número fue traído a la verdad en Vermont, y el pastor Bates regresó con gran gozo porque el Señor seguramente había bendecido sus labores... Llenando las filas de los obreros NB 304 1 "Al mirar los rostros de hermanos probados que son preciosos a la vista del Señor, y al ver que algunos de ellos estaban casi a punto de deponer la armadura, ... se despertó la siguiente pregunta en mi mente: ¿Quién vendrá a ocupar los lugares de estos maduros y gastados soldados de la cruz? ¿Quién se consagrará a la obra del Señor?... ¿Quiénes son los que tienen el conocimiento de la verdad, y que aman tanto a Jesús y a las almas por las cuales él murió como para negarse a sí mismos, para elegir el sufrimiento como parte de la religión, y para salir fuera del campamento, llevando el reproche de Cristo?... NB 304 2 "¿Quién pondrá en uso los talentos que le fueron prestados por Dios, sean grandes o pequeños, y trabajará con humildad, aprendiendo diariamente en la escuela de Cristo, e impartiendo ese precioso conocimiento a los demás? ¿Quiénes verán lo que debe ser hecho y lo harán? ¿Y cuántos presentarán excusas, y se sentirán atados con intereses mundanos? Cortad las cuerdas que os atan, e id a la viña a trabajar por el Maestro. NB 305 1 "En todo departamento de la causa de Dios se necesitan ayudadores consagrados, que teman a Dios y se dispongan a trabajar; hombres de cerebro, hombres de intelecto, que salgan como ministros y colportores. Hermanos y hermanas, ascienda de vuestros labios la oración de fe a Dios para que el Señor levante obreros y los envíe a los campos de la mies; pues la cosecha es grande y los obreros pocos".4 Estableciendo la fe en la verdad bíblica NB 305 2 "Asistí al campamento realizado en Waterville, Maine, del 6 al 11 de septiembre. Aquí, en mi Estado natal, me encontré con hermanos y hermanas queridos, cuyo interés ha estado identificado con la causa y la obra de la verdad presente durante años... Tuvimos oportunidades preciosas en este congreso. Se presentaron muchos testimonios gozosos; pero no se realizó la obra completa que deseábamos grandemente haber realizado... Hay una clase de fe que da por sentado que tenemos la verdad; pero la fe que acepta plenamente lo que Dios ha dicho, la fe que obra por amor y purifica el corazón, se da muy raramente. NB 305 3 "Dios ha revelado verdades salvadoras en su Palabra. Como pueblo debemos ser estudiantes fervorosos de la profecía; no debemos descansar hasta que entendamos bien el tema del santuario, que les fue presentado en visiones a Daniel y a Juan. Este tema arroja gran luz sobre nuestra posición y nuestra obra actual y nos presenta una prueba inequívoca de que Dios nos ha guiado en nuestra pasada experiencia. Explica nuestro chasco de 1844, mostrándonos que el santuario que había de ser limpiado no era la tierra, como habíamos supuesto, sino que Cristo entonces entró en el lugar santísimo del santuario celestial, y está allí realizando la obra final de su oficio sacerdotal, en cumplimiento de las palabras que el ángel le dirigió al profeta Daniel: 'Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado' Daniel 8:14. NB 306 1 "Nuestra fe con referencia al mensaje del primero, el segundo y el tercer ángel era correcta. Los grandes postes señaladores que hemos pasado son inconmovibles. Aunque las huestes del infierno quieran derribarlos de su fundamento, y triunfar con el pensamiento de que han tenido éxito, no lo lograrán. Estos pilares de la verdad se mantienen tan inconmovibles como las colinas eternas, y no pueden ser movidos ni por todos los esfuerzos de los hombres combinados con los de Satanás y su hueste. Podemos aprender mucho y debemos estar constantemente investigando las Escrituras para ver si estas cosas son así. El pueblo de Dios debe tener ahora sus ojos fijos en el santuario celestial, donde se está realizando la ministración final de nuestro gran Sumo Sacerdote en la obra del juicio: donde él está intercediendo por su pueblo".5 La sesión de la Asociación General de 1883 NB 306 2 Los congresos del otoño fueron seguidos por la vigesimosegunda sesión anual de la Asociación General, durante la cual la Sra. White presentó muchas de las "pláticas matutinas" a los ministros. Estas fueron publicadas en la Review y más tarde en la edición inglesa de Obreros evangélicos de 1883. Con respecto al congreso la Sra. White informó: NB 307 1 "Las reuniones realizadas en Battle Creek estaban cargadas de un interés más profundo que cualquier otra reunión similar que jamás haya sido realizada por nuestros hermanos. Muchas oraciones ascendieron al cielo en favor de esta sesión de la Asociación General; y podemos testificar que Jesús vino a la fiesta, y fue un huésped honrado en esta importante reunión. Los estudios de la Biblia prestaron valiosa instrucción a los ministros ordenados y licenciados y a la hermandad en general. Las reuniones de la mañana, destinadas especialmente al beneficio de los ministros y otros obreros en la causa, fueron intensamente interesantes. Se despertaron la fe y el amor en muchos corazones. Las cosas espirituales y eternas llegaron a ser una realidad, y no un mero sentimiento; se convirtieron en una gloriosa sustancia, y no en una sombra espasmódica. Esta preciosa reunión está ya en el pasado, pero sus resultados han de verse en el futuro. Nunca llegaremos a conocer el bien realizado durante los veinte días que estuvimos juntos, hasta que nos reunamos en torno al gran trono blanco".6 Actividades finales en el este NB 307 2 Se había fijado la fecha para unas reuniones de diez días en el Instituto Bíblico y Misionero, que se realizaría en la ciudad de South Lancaster, Massachusetts, y para una reunión general dedicada a los creyentes de la Asociación de Pensilvania, en Wellsville, Nueva York. Se logró que la Sra. White asistiera a estas reuniones, y a su regreso a Battle Creek habló, el viernes de noche, a los ayudantes que trabajaban en el Sanatorio, y el sábado, a una gran congregación en el Tabernáculo. NB 308 1 "Estas fueron mis labores finales en el este en este viaje--escribió la Sra. White, refiriéndose a los institutos bíblicos a los cuales asistió--; y tengo que decir, para la alabanza de Dios, que él me ha sostenido en todo momento. He orado durante la noche; y de día, mientras viajaba, he estado rogando a Dios que me diera la fuerza, la gracia y la luz de su presencia; y yo sé en quién he creído. Regreso a California con más fuerza y con más valor que los que tenía cuando salí de Oakland el 12 de agosto.7 NB 308 2 "Anhelo como nunca antes tener el amor de Jesús. Veo razones para alabar a Dios por su bondad, su cuidado protector y la dulce paz, el gozo y el ánimo que él me dio en este viaje. Empecé por fe, y no por vista; y he visto la mano de Dios en el trabajo de cada día, y diariamente su alabanza ha estado en mi corazón y en mis labios. Su Espíritu me ha ayudado en mis enfermedades de una manera señalada, que no puedo temer encomendarme a su cuidado. Tengo la perfecta seguridad de su amor. El ha escuchado y contestado mis oraciones, y yo lo alabaré".8 ------------------------Capítulo 45--Actividades en el centro de Europa NB 309 1 La segunda sesión del concilio misionero europeo se realizó en Basilea, Suiza, del 28 de mayo al 1.° de junio de 1884; el pastor George 1. Butler, de los Estados Unidos, la presidió. En esta reunión se adoptaron resoluciones por las que se solicitaba a la Asociación General que pidiera a la Sra. White y al pastor W. C. White, su hijo, que visitaran las misiones europeas. En la sesión de la Asociación General realizada en Battle Creek, Míchigan, el siguiente mes de noviembre, se dio curso a este pedido, y se les recomendó a estas personas que fueran. NB 309 2 Cumpliendo con este pedido la Sra. White y su secretaria, la Srta. Sara McEnterfer, junto con W. C. White y familia, salieron de los Estados Unidos el 8 de agosto de 1885, navegando desde Boston en el barco Cephalonia, y llegaron a Liverpool el 19 de agosto. Pasaron dos semanas en Inglaterra, visitando grupos de observadores del sábado en Grimsby, Ulceby, Riseley y Southampton. Se dieron varios sermones en salones públicos. NB 309 3 El grupo salió de Londres el 2 de septiembre, y llegó a Basilea, Suiza, a la mañana siguiente. Aquí iba a realizarse pronto la sesión anual de la Asociación Suiza y la tercera del concilio misionero europeo. La Casa Editora "Imprimerie Polyglotte" NB 310 1 Acababa de completarse la instalación de la casa editora de Basilea, más tarde denominada "Imprimerie Polyglotte" (Casa Publicadora Políglota). Se había comprado el terreno y planeado el edificio durante la visita del pastor Butler en la primera parte de 1884. El edificio se había levantado bajo la vigilante supervisión del pastor B. L. Whitney, director de la Misión Europea; y su equipo había sido comprado e instalado por el Hno. H. W. Kellogg, quien por muchos años fue gerente de la Review and Herald Publishing Association de Battle Creek, Míchigan. NB 310 2 La nueva casa editora se componía de un edificio grande e importante de unos 15 metros por 25, que tenía cuatro pisos además del piso bajo. Los pisos superiores estaban construidos de tal manera que, hasta que lo requiriera el progreso de la empresa, podían ser usados como residencias para familias. Fue en uno de estos departamentos donde la Sra. White se instaló durante la mayor parte de los dos años que pasó en Europa. Casas editoras en muchos países NB 310 3 Cuando la Sra. White y sus acompañantes llegaron a la casa editora, el pastor Whitney dijo: "Observen nuestra sala de reuniones antes de ir a los pisos superiores". Era una hermosa sala que estaba en el piso bajo, bien iluminada y bien amueblada. La Sra. White miró atentamente todos los detalles del lugar, y entonces dijo: "Es un buen salón de reuniones. Yo creo que he visto antes este lugar". NB 310 4 No mucho después de esto, se visitaron las partes del edificio ocupadas por la editorial. Cuando el grupo llegó al departamento de prensas, la prensa estaba marchando, y la Sra. White dijo: "He visto esta prensa antes. Este ambiente me parece muy familiar". Pronto se adelantaron los dos jóvenes que trabajaban en las prensas, y éstos fueron presentados a los visitantes. La Sra. White les estrechó la mano y entonces preguntó: "¿Dónde está el otro?" NB 311 1 "¿Cuál otro?" preguntó el pastor Whitney. NB 311 2 "Hay un hombre de más edad aquí--replicó la Sra. White--, y tengo un mensaje para él". NB 311 3 El pastor Whitney explicó que el encargado de las prensas estaba en la ciudad haciendo diligencias. Hacía poco más de diez años que la Sra. White, al relatar delante de un gran auditorio reunido en la iglesia de Battle Creek lo que le había sido mostrado en su visión con respecto a la obra que había de hacerse en muchos países extranjeros, había dicho que había visto prensas funcionando en muchos países, e imprimiendo periódicos, folletos y libros que contenían la verdad presente para los pueblos de esas naciones. En este punto de su narración el pastor Jaime White la interrumpió, preguntándole si podía mencionar algunos de estos países. Ella dijo que no podía hacerlo, porque no le habían sido mencionados por nombre, "excepto uno--afirmó--; recuerdo que el ángel dijo: Australia". Pero ella declaró que aunque no podía nombrar los países, podía recordar los lugares si alguna vez los viera, porque la escena había quedado grabada con mucha claridad en su mente. NB 311 4 En el departamento de prensas de la nueva editora de Basilea reconoció uno de estos lugares. Pocos meses más tarde, durante su visita a Noruega, reconoció en el departamento de prensas de la ciudad de Cristianía (hoy Oslo) otro de estos lugares; y seis años más tarde, durante su visita a Australia, ella vio, en la oficina del Bible Echo de Melbourne, otro departamento de prensas. En él reconoció el lugar y las prensas como pertenecientes al grupo que había visto en su visión de Battle Creek el 3 de enero de 1875. La venta de publicaciones NB 312 1 El congreso de la Asociación Suiza se realizó del 10 al 14 de septiembre de 1885. Asistieron más o menos doscientas personas. A esta reunión siguió inmediatamente el concilio misionero europeo, que continuó por dos semanas. En estas reuniones se recibieron informes muy interesantes de Escandinavia, Gran Bretaña, Alemania, Francia, Italia y Suiza, países en los cuales la causa de la verdad presente había empezado a operar. Los informes produjeron algunas discusiones animadas de temas como éstos: los planes más eficaces para la circulación de nuestras publicaciones; la ilustración de nuestros periódicos y libros; el uso de carpas, y el de portar armas. NB 312 2 Los hermanos de Escandinavia informaron que la venta de publicaciones en sus asociaciones durante el año fiscal anterior había alcanzado la suma de 1.033 dólares. Los delegados de Gran Bretaña informaron que las ventas alcanzaron 550 dólares. La oficina de Basilea había recibido 1.010 dólares por sus periódicos en alemán y francés. NB 312 3 Los colportores que trabajaban en la Europa católica pasaron mucho tiempo relatando sus incidentes y refiriendo ante el concilio las causas por las cuales nuestras publicaciones no podían venderse en Europa siguiendo los planes que se usaban con mucho éxito en los Estados Unidos; e instaban a que al colportor se le diera un sueldo, como lo hacían las sociedades evangélicas importantes que operaban en países católicos. NB 312 4 Durante los diecinueve días cubiertos por la conferencia y el concilio, la Sra. White escuchó con atención los informes, que se dieron mayormente en inglés. Pronunció palabras de ánimo y de alegría en las reuniones administrativas, y en las reuniones que se hacían temprano por la mañana dio una serie de discursos instructivos sobre temas como el amor, la tolerancia entre los hermanos; el valor y la perseverancia en el ministerio, y cómo trabajar en nuevos países. Al dirigirse a los obreros misioneros les dijo: NB 313 1 "En toda perplejidad, recordad, hermanos, que Dios tiene todavía sus ángeles. Podréis hacer frente a la oposición; sí, aun a la persecución. Pero si os mantenéis leales a los principios, encontraréis, como lo hizo Daniel, una ayuda presente y un libertador en el Dios a quien servís. Ahora es el tiempo de cultivar la integridad de carácter. La Biblia está llena de preciosas promesas para los que aman y temen a Dios. NB 313 2 "A todos los que están empeñados en la obra misionera quiero decirles: Refugiaos en Jesús. No permitáis que nada del yo aparezca en todas vuestras labores, sino que se vea solamente a Cristo. Cuando la obra sea difícil, y os desaniméis y estéis tentados a abandonarla, tomad vuestra Biblia, doblad vuestras rodillas delante de Dios y decid: 'He aquí, Señor, tu Palabra que lo ha prometido'. Echad vuestro peso sobre las promesas del Señor, y cada una de ellas se cumplirá".1 NB 313 3 Cuando los informes desanimadores de los colportores habían alcanzado su punto culminante, ella instó a los obreros a que, frente a todas estas dificultades, tuvieran fe en que el éxito coronaría sus labores. Repetidamente aseguró a los descorazonados colportores que se le había mostrado a ella que los libros podían venderse en Europa en forma tal que permitiera que los obreros se sostuvieran y produjeran suficientes entradas a la casa editora como para hacer posible la publicación de más libros. La preparación de colportores NB 314 1 Animados por la seguridad que ella dio de que los que perseveraran en la fe recibirían una ayuda especial, un número de jóvenes fueron persuadidos a hacer otro esfuerzo para realizar obra de sostén propio en la venta de las publicaciones, pero ellos señalaron que debían ser equipados con una provisión mejor de libros vendibles. NB 314 2 El pastor J. G. Matteson relató que había hecho todo esfuerzo posible para animar y preparar colportores, y que ellos habían tenido éxito en la venta de periódicos y libros pequeños, pero que las entradas no eran suficientes para sostenerlos debidamente. Dijo que estaba muy ansioso por saber qué debía hacerse para lograr resultados mejores. Dijo que, con el ánimo recibido de la Sra. White, él estaba resuelto a intentarlo una vez más. NB 314 3 De acuerdo con esto, durante el invierno de 1885 a 1886 se hicieron esfuerzos especiales en Escandinavia para entrenar y preparar colportores. Se realizaron cursos de preparación en Suecia, Noruega y Dinamarca. El curso realizado en Estocolmo continuó por cuatro meses. Asistieron 20 personas. Usaban seis horas del día para colportar; las mañanas y las tardes se empleaban en el estudio. En 1886, la venta de libros y folletos en Escandinavia ascendió a 5.385 dólares, y las suscripciones a periódicos a 3.146 dólares. Años después, el pastor Matteson declaró que en su esfuerzo en favor de la obra del colportaje inmediatamente después de su regreso de la conferencia de Basilea, él estaba tan plenamente convencido de que sus obreros debían vivir a base de una entrada tan escasa, que persuadió a cada uno a guardar una estricta cuenta de los gastos, y a que le permitieran examinar esta lista una vez por semana para que pudiera aconsejarles sobre la forma de hacer economías. Pronto las cosas cambiaron, pues los colportores estaban gastando menos y ganando más, y un número de ellos ganaban lo suficiente como para sostenerse sin recibir nada de la tesorería de la asociación.2 NB 315 1 En la Europa Central la obra de publicaciones necesitaba libros, y también un maestro y un director. El libro Life of Christ (Vida de Cristo), que estaba demostrando ser un libro popular en los países escandinavos, fue traducido al alemán y al francés, y estaba listo para ser usado en la primera parte del año 1887. NB 315 2 El pastor L. R. Conradi había ido a los Estados Unidos a principios de 1886, y después de visitar las iglesias y grupos de observadores del sábado de Alemania, Rusia y Suiza, informó que una de las necesidades más urgentes en los campos europeos eran libros sobre la verdad presente, que fueran llevados a los hogares de las gentes por colportores consagrados y bien preparados. Vio claramente que deben usarse nuestras publicaciones para llevar el mensaje adventista a las multitudes de Europa, y que debido a que los fondos misioneros no permitían siquiera pagar un pequeño salario a los colportores, debía hacerse un esfuerzo para inaugurar en Europa Central lo que había empezado en Escandinavia: la preparación de colportores para vender las publicaciones y para que vivieran a base de su comisión, sin sueldo. También vio que nuestros jóvenes necesitaban un empleo de tal carácter que los educara y los preparara para llegar a ser obreros eficientes en la causa de Cristo. NB 316 1 Comenzando en Basilea, el pastor Conradi reunió a un grupo de seis u ocho jóvenes, y empezó a prepararlos para que tuvieran éxito. El declaró que la gente necesitaba las verdades salvadoras que había en nuestros libros; que la Sra. White dijo que con esfuerzos bien realizados estos libros podían venderse; que el pastor Matteson había comprobado que esto era cierto; y que tanto él como sus jóvenes asociados debían encontrar la manera de lograrlo. Estudiaban su libro hasta que se volvían entusiastas con respecto a sus grandes verdades, y entonces, al salir con este ánimo e instrucción, tenían éxito.3 Desarrollo debido a un servicio fiel NB 317 1 El acuerdo de la junta directiva de la Asociación General por el cual se hacían subvenciones liberales para la traducción y publicación en Basilea, de varios libros grandes en alemán y francés, le había dado mucho trabajo a la Imprimerie Polyglotte. Esto abrió el camino para el empleo de una veintena de jóvenes y señoritas que estaban muy contentos de relacionarse con la obra educacional. NB 317 2 Viendo que los jóvenes estaban muy ansiosos de estudiar la Biblia y los idiomas, la gerencia organizó clases de Biblia, historia, doctrinas bíblicas y gramática inglesa, para los que quisieran asistir. Estas clases se tenían normalmente desde las seis y media hasta las siete y media de la mañana. Con admirable rapidez los jóvenes franceses dominaban tanto el alemán como el inglés, y los muchachos alemanes tanto el francés como el inglés. Al mismo tiempo progresaban en estatura y sabiduría. NB 317 3 Varias veces las clases matutinas fueron reemplazadas por una semana o diez días de reuniones religiosas. En éstas la Sra. White tomaba una parte importante, y parecía que nunca se cansaba en sus esfuerzos de animar a los jóvenes a capacitarse para un servicio eficiente en la causa de Cristo. Los urgía a aprovechar las oportunidades, a ser diligentes en el trabajo y en el estudio; y les decía que a ella se le había mostrado que, si ellos eran fieles, Dios los usaría para llevar la verdad a muchas personas que estaban cerca y lejos; que si ellos se mantenían cerca del Señor, llegarían a ser poderosos en su obra, y que algunos de ellos serían llamados a puestos de mayor responsabilidad. NB 317 4 Hay muchos que pueden dar testimonio del notable cumplimiento de esta predicción. En años posteriores, uno de estos jóvenes ejerció durante varios términos la presidencia de la Unión Latina; otro, la presidencia de la Asociación Suiza; y otro fue director de la Unión del Levante. Otros han sido predicadores, traductores, redactores, maestros, y gerentes de grandes empresas editoriales.4 Visitas a Italia NB 318 1 El 26 de noviembre de 1885, la Sra. White salió de Basilea rumbo a Torre Péllice, Italia. Fue acompañada por su nuera, María K. White, y por el pastor B. L. Whitney. Con respecto a este viaje ella escribió: NB 318 2 "Yo cumplía 58 años, y por cierto que el suceso había de celebrarse de una manera y en un lugar con los cuales poco había soñado. Parecía difícil darme cuenta que estaba en Europa; que había presentado mi testimonio en Inglaterra, Suiza, Dinamarca, Noruega y Suecia, y que me hallaba en camino a Italia. NB 318 3 "Nuestro viaje por los Alpes tenía que atravesar el gran paso de San Gotardo. Llegamos a Torre Péllice el viernes, cerca de las nueve de la mañana, y nos dieron la bienvenida en el hospitalario hogar del pastor A. C. Bourdeau. Al día siguiente, sábado, hablé a los hermanos y hermanas en el salón alquilado en que realizaban sus reuniones regulares los sábados". NB 319 1 La Sra. White permaneció en Torre Péllice por tres semanas, habló a la gente diez veces y visitó algunos de los lugares donde los valdenses, huyendo de sus perseguidores, habían sido seguidos y capturados, torturados y muertos. Refiriéndose a estos incidentes, ella escribió: NB 319 2 "Si sus voces pudieran escucharse, ¡qué historia contarían las montañas eternas que rodean estos valles, acerca de los sufrimientos del pueblo de Dios, debido a su fe! ¡Qué historia de la visita de ángeles no reconocidos por estos fugitivos cristianos! Una y otra vez los ángeles han hablado con hombres, como un hombre habla con su amigo, y los han guiado a lugares de seguridad. Repetidamente las palabras animadoras de ángeles han renovado los espíritus caídos de los fieles, y conducido sus mentes por encima de las cumbres de las más elevadas montañas, haciéndoles contemplar por la fe los mantos blancos, las coronas y las palmas de victoria que los vencedores recibirán cuando rodeen el gran trono blanco". NB 319 3 Dos veces después de esto, la Sra. White visitó los valles de los valdenses: una vez en abril de 1886, cuando, en compañía de su hijo y de la esposa de éste, dedicó dos semanas a hablar a pequeñas congregaciones en muchos lugares; y de nuevo, en compañía del pastor Guillermo Ings y su esposa, en noviembre, mientras estaban ellos de regreso a Basilea después de trabajar por dos semanas en Nimes, Francia. ------------------------Capítulo 46--Actividades en Gran Bretaña y Escandinavia NB 320 1 El cuarto concilio Misionero Europeo se realizó en Great Grimsby, Inglaterra, del 27 de septiembre al 4 de octubre de 1886. Los informes de los obreros muestran las grandes dificultades con que tropezaba cada ramo de la obra. Una mañana, antes de la reunión, un grupo de obreros se reunió en torno a la estufa en el salón de reuniones para relatar algunas de sus experiencias y de sus chascos. Los buenos salones para reuniones públicas eran muy costosos. La clase de gente que se deseaba alcanzar no asistiría a los salones más baratos. Las carpas pronto se gastaban en el clima húmedo. Las puertas de los mejores hogares no se abrían al obrero bíblico en sus esfuerzos por hacer obra de casa en casa; y en las casas donde las puertas se abrían fácilmente, las mentes eran lentas para comprender la importancia de la obediencia a verdades impopulares. "¿Qué se puede hacer?", era la pregunta. Consagración, valor, confianza NB 320 2 Durante una serie de reuniones realizadas en Great Grimsby, precisamente antes del Concilio, la Sra. White había dado varios discursos para señalar la importancia de la consagración, el valor y la confianza. Al terminar un sermón sobre la experiencia de los discípulos en relación con la resurrección de Jesús, ella dijo: NB 321 1 "Debemos aprovechar toda oportunidad que tengamos día tras día para vencer las tentaciones del enemigo. La vida es un conflicto, y tenemos a un enemigo que nunca duerme. El está vigilando constantemente para destruir nuestras mentes y desviarnos de nuestro precioso Salvador, quien dio su vida por nosotros. ¿Elevaremos la cruz que se nos ha dado? ¿O permitiremos que nos domine una complacencia egoísta, y perderemos una eternidad de bendición? No podemos consentir en pecar; no podemos aceptar la idea de quebrantar la ley de Dios. NB 321 2 "La pregunta que nos confronta no es: ¿Cómo ganaré más dinero en este mundo? La pregunta no debe ser: ¿Serviré a Dios? ¿Serviremos a Dios, o a Baal? 'Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová' Josué 24:15. NB 321 3 "Yo no espero recibir toda mi felicidad en el más allá. Experimento felicidad ya a lo largo de mi camino. Sin embargo tengo pruebas y aflicciones; pero fijo la mirada en Jesús. Es en los lugares estrechos y difíciles donde él está precisamente a mi lado, y podemos comulgar con él, y colocar todas nuestras cargas sobre Aquel que las lleva todas y decir: 'Oh Señor, no puedo llevar por más tiempo estas cargas'. Entonces él nos dice: 'Mi yugo es fácil, y ligera mi carga' Mateo 11:30. ¿Lo creéis? Yo lo he probado. Yo lo amo; lo amo. Veo en él un encanto inigualable. Y deseo alabarlo en el reino de Dios. NB 321 4 "¿Quebrantaremos nuestro corazón de piedra? ¿Recorreremos toda la trayectoria de la espinosa senda que Jesús transitó desde el pesebre hasta la cruz? Vemos las manchas de sangre. ¿Albergaremos el orgullo del mundo? ¿Trataremos de hacer del mundo nuestra norma? ¿O saldremos de en medio de ellos? La invitación es: 'Salid de en medio de ellos, y apartaos ... y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas' 2 Corintios 6:17, 18. NB 322 1 "¡Oh, qué exaltación es ésta, la de ser miembros de la familia real, hijos del Rey celestial; la de tener al Salvador del universo como nuestro Rey de reyes, que nos conoce por nombre! ¡Qué dicha la de que seamos herederos de Dios y aspiremos a la herencia inmortal, la sustancia eterna! Este es nuestro privilegio. ¿Lograremos el premio? ¿Lucharemos la batalla del Señor? ¿Continuaremos batallando hasta las mismas puertas? ¿Seremos victoriosos? NB 322 2 "Yo he decidido que debo obtener el cielo, y quiero que vosotros lo tengáis. Nunca habría venido desde California a Europa, si no hubiera querido deciros cuán precioso es el Salvador, y cuán preciosa es la verdad que tenemos. NB 322 3 "Debéis estudiar la Biblia, porque ella os habla de Jesús. Al leerla, observaréis los encantos incomparables de Jesús. Quedaréis prendados del Hombre del Calvario, y a cada paso podréis decirle al mundo: 'Sus caminos son caminos deleitosos, y todas sus veredas paz'. Habéis de representar a Cristo ante el mundo. Podéis mostrar al mundo que tenéis una esperanza grande junto con la inmortalidad. Podéis beber de las aguas de salvación. Enseñad a vuetros hijos a amar y temer a Dios. Anheláis que los ángeles celestiales estén en vuestras moradas. Anheláis que el Sol de Justicia brille en las cámaras oscuras de vuestra mente. Entonces vuestros labios expresarán alabanzas a Dios. NB 323 1 "Jesús ha ido a preparar mansiones para nosotros, El dijo: 'No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis' Juan 14:1-3. Tengo la mirada puesta en esas mansiones; no en las mansiones terrenales, porque éstas antes de mucho serán derribadas por el violento terremoto. Anhelo las mansiones celestiales que Cristo ha ido a preparar para los fieles. NB 323 2 "No tenemos hogar aquí; sólo somos peregrinos y extranjeros, y estamos en marcha hacia un país mejor, el celestial. Poned la mira en estas cosas, y mientras lo hacéis, Cristo estará precisamente a vuestro lado. Que Dios nos ayude a ganar el don precioso de la vida eterna". NB 323 3 Algunos de los obreros respondieron con testimonios que manifestaban su fe y determinación. Algunos creían que ella no comprendía las dificultades del campo. Otros buscaban algo en que basar sus esperanzas de un éxito futuro. Dispersando las tinieblas NB 323 4 Durante los primeros días del concilio, uno de los oradores, después de referirse a algunas de las barreras que se oponían al progreso del mensaje, solicitó que la Sra. White expresara sus puntos de vista para indicar qué más podría hacerse, y si podían esperarse cambios en las condiciones en las cuales los obreros estaban luchando. NB 323 5 En respuesta a esta pregunta, la Sra. White declaró que vendrían cambios que abrirían puertas hasta entonces cerradas, cambios en muchas cosas que alterarían las condiciones y despertarían las mentes del pueblo para comprender y apreciar la verdad presente. Se producirían tumultos políticos, y cambios en el mundo industrial, y un gran despertar religioso, que prepararía las mentes para escuchar el mensaje del tercer ángel. "Sí, habrá cambios--ella les aseguró--, pero no hay razón para que esperéis. Vuestra obra ha de seguir adelante, presentando la verdad con sencillez, levantando la luz de la verdad ante el pueblo". NB 324 1 Entonces les dijo cómo el asunto le había sido presentado en visión. A veces le fueron presentadas las multitudes de nuestro mundo a quienes va dirigido el mensaje divino de amonestación de que Cristo viene pronto, como envueltas en una neblina y en nube de densas tinieblas, tal como lo describe Isaías, quien escribió: "Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones". Isaías 60:2. NB 324 2 Mientras en la visión estaba observando esta escena con intenso pesar, su ángel acompañante dijo: "Observa", y al mirar ella de nuevo, aparecieron pequeños rayos de luz, como las estrellas que brillan débilmente en la oscuridad. Al aguzar la vista, la luz se fue haciendo más brillante, y el número de luces aumentaba, porque cada luz encendía otras luces. A veces estas luces se reunían como para animarse mutuamente; y de nuevo se separaban, yendo cada vez más lejos y encendiendo más luces. Así la obra avanzaba hasta que todo el mundo fue iluminado con su brillo. NB 324 3 En conclusión ella dijo: "He aquí una descripción de la obra que habréis de hacer. 'Vosotros sois la luz del mundo' Mateo 5:14. Vuestra obra ha de elevar la luz para ser vista por aquellos que os rodean. Mantenedla con firmeza. Levantadla un poco más alto. Encended otras luces. No os desaniméis si la vuestra no es una gran luz. Aunque sea pequeña, mantenedla en alto. Permitid que brille. Haced lo mejor, y Dios bendecirá vuestros esfuerzos".1 Primera visita a Escandinavia NB 325 1 Durante los dos años que la Hna. White pasó en Europa, visitó Dinamarca, Suecia y Noruega tres veces. Al final del concilio misionero realizado en Basilea durante el mes de septiembre de 1885, los delegados de Escandinavia rogaron que ella visitara su campo tan pronto como le fuera posible; y aunque sus amigos de Suiza le dijeron que el verano era un tiempo mejor para viajar por el norte de Europa, ella decidió aventurarse por fe, confiando en que Dios le daría fuerzas para soportar las penurias del viaje. NB 326 1 El mes de octubre y la primera mitad de noviembre lo pasó en Copenhague, Estocolmo, Grythyttehed, Orebro y Cristianía. La Sra. White estaba acompañada por su secretaria, la Srta. Sara McEnterfer, por su hijo, W. C. White, y por el pastor J. G. Matteson, que era el guía, intérprete y colaborador. En los diversos lugares donde se reunían creyentes para escuchar su mensaje, éste era recibido con un interés reverente. Excepto en Cristianía, donde la feligresía de la iglesia era de 120, las congregaciones no eran grandes. El sábado 31 de octubre, ocasión en que hermanos de otras iglesias llegaron a la reunión, había como 200 presentes. Un domingo ella habló en el salón de los trabajadores a un auditorio de 800. El próximo domingo, por pedido del presidente de una poderosa sociedad de temperancia, habló a un grupo de 1.300 personas reunidas en el gimnasio militar, sobre la importancia de enseñar en cada hogar los principios de temperancia. Este tema fue presentado desde un punto de vista bíblico, e ilustrado con experiencias de caracteres bíblicos. Segunda visita a Escandinavia NB 326 2 La Sra. White realizó la segunda visita a Escandinavia durante el verano de 1886, en compañía de su hijo y de la Srta. McEnterfer. Durante la primera parte de su viaje, la Srta. Christina Dahl actuó como guía e intérprete. NB 326 3 La más importante de las reuniones a las cuales asistió durante este viaje fue la de Orebro, Suecia. Aquí la Asociación Sueca realizó su sesión anual, del 23 al 28 de junio, y durante ella se organizó una sociedad de publicaciones y una asociación de escuela sabática. Cada una de estas entidades abarcaba la obra de Dinamarca, Suecia y Noruega. NB 327 1 Una semana antes de iniciarse esta conferencia, el pastor Matteson había comenzado un curso de instrucción para colportores y obreros bíblicos. En la realización de este curso recibió la ayuda del pastor A. B. Oyen, de Cristianía, y del pastor O. H. Olsen, que acababa de llegar de los Estados Unidos. "Educación" era el santo y seña entre los dirigentes en aquellos días, y el pueblo estaba ávido de aprender. Este curso para obreros se iniciaba cada mañana a las seis y media con oración y reunión de testimonios. A las nueve se daba una clase de contabilidad; a las once y treinta se daba instrucción acerca de cómo hacer obra misionera local. La instrucción relativa a cómo dar estudios bíblicos se daba a las cuatro de la tarde; y a las ocho de la noche había un servicio de predicación. Toda hora del día era considerada preciosa tanto por los maestros como por los alumnos. NB 327 2 A la sesión de la Asociación que siguió asistieron regularmente unos 65 observadores del sábado. De las diez iglesias de Suecia, nueve estaban representadas por 23 delegados. La Sra. White habló seis veces en las reuniones de la primera hora de la mañana, y cinco veces en otras oportunidades. Dirigiéndose a un grupo de creyentes, pequeño pero resuelto, dijo: NB 327 3 "Al principio, la obra es dura y lenta. Ahora es cuando todos deben poner el hombro para levantar la carga y llevarla adelante. Debemos avanzar, aunque tengamos delante el mar Rojo y montañas inaccesibles del otro lado. Dios ha sido con nosotros y ha bendecido nuestros esfuerzos. Debemos trabajar con fe. 'El reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan' Mateo 11:12. Hemos de orar, creer que nuestras oraciones son escuchadas, y entonces trabajar. NB 328 1 "Ahora la obra puede parecernos pequeña; pero debe haber un comienzo antes de que haya progresado. 'Primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga'. La obra puede comenzar débilmente y su progreso por un tiempo puede ser lento; sin embargo, si se empieza de una manera saludable, habrá un progreso firme y sustancial.2 Debe ponerse una norma elevada delante de aquellos que acaban de aceptar la fe. Ellos deben ser educados a ser cuidadosos en su habla y circunspectos en su conducta, dando evidencia de que la verdad ha hecho algo por ellos, y esparciendo así por su ejemplo la luz sobre los que están en tinieblas... NB 328 2 "Los que han recibido la verdad pueden ser pobres, pero no deben permanecer ignorantes o seguir teniendo un carácter defectuoso, para dar el mismo molde, por su influencia, a los demás. Cuando la iglesia recibe plenamente la luz, las tinieblas serán disipadas; y si en santidad de carácter ellos guardan paso con la verdad revelada, su luz resplandecerá con un brillo cada vez mayor. La verdad hará su obra de refinamiento, restaurando la imagen moral de Dios en el hombre, y cesarán entonces las tinieblas y las confusiones y la lucha de las lenguas, que es una maldición en muchas iglesias. Apenas se concibe el poder que Dios dará a su iglesia, si sus miembros andan en la luz tan rápidamente como ésta brilla sobre ellos. NB 328 3 "El Señor ha de venir pronto, y el mensaje de amonestación ha de ir a todas las naciones, lenguas y pueblos. Mientras la causa de Dios requiere medios y obreros, ¿qué están haciendo los que viven bajo la luz plena de la verdad presente?"3 NB 329 1 Una vez que terminó la sesión de la Asociación Sueca, se emplearon dos semanas en Cristianía, trabajando con fervor por la iglesia y por los obreros de la casa editora. Por entonces se había terminado una nueva casa editora, y los diversos departamentos de la misma se habían instalado ya y estaban trabajando. NB 329 2 Cuando la Sra. White vio los diversos departamentos de la nueva planta publicadora, expresó gran gozo de que, con las facilidades que de esta manera se habían provisto, podían imprimirse periódicos y libros adecuados para el campo en forma aceptable, y podían enviarse para que realizaran su misión. Fue en ocasión de esta visita cuando, al llegar al departamento de prensas, ella declaró que se le había mostrado en una visión, años antes, ese mismo ambiente con sus prensas en marcha como ella las veía ese día. NB 329 3 Las reuniones de Cristianía fueron seguidas por diez días de trabajo en Copenhague, después de lo cual la partida regresó a Basilea. Quinto Concilio Misionero en Europa NB 329 4 De nuevo, en 1887 la Sra. White pasó el mes de junio en Escandinavia. En compañía de la Sra. Ings había asistido a reuniones muy interesantes de pequeños grupos de observadores del sábado en Voh-winkel y Gladbach, Alemania. En estas reuniones el pastor L. R. Conradi había actuado como guía, traductor y colaborador. NB 329 5 En Copenhague se había visto un crecimiento animador en la iglesia desde la última visita. Allí la sierva de Dios pasó una semana muy ocupada. NB 329 6 La quinta sesión anual del Concilio Europeo de Misiones Adventistas había de realizarse del 14 al 21 de junio en Noruega. El lugar elegido para esa reunión fue Moss, una hermosa ciudad de 8.000 habitantes, a unas dos horas de viaje de Cristianía. Los delegados eran los siguientes: NB 329 7 •Europa Central: B. L. Whitney, Sra. E. G. White, W. C. White y L. R. Conradi. NB 329 8 •Inglaterra: S. H. Lane, Guillermo Ings y J. H. Durland. NB 329 9 •Noruega: O. A. Olsen, K. Brorsen y N. Clausen. NB 329 10 •Dinamarca: E. G. Olsen. NB 329 11 •Suecia: J. G. Matteson. NB 329 12 •Rusia: J. Laubhan. NB 329 13 •Estados Unidos: S. N. Haskell, J. H. Waggoner, D. A. Robinson y C. L. Boyd. NB 330 1 En relación con el Concilio Misionero, se tuvo el primer congreso campestre de la Asociación Noruega. Se erigieron diez tiendas en un hermoso bosque, en las cuales podía acomodarse a unas cien personas. Además, otras cincuenta personas encontraron alojamiento en las casas vecinas. Los delegados de los Estados Unidos y de Europa Central se establecieron en una casa grande y cómoda con vista al fiordo de Cristianía. NB 330 2 En la reunión campestre el idioma prevaleciente fue el noruego, y se siguió el programa normal de un congreso local. En la casa grande el idioma prevaleciente era el inglés, y se realizaron preciosas reuniones de oración. También se celebraron una serie de reuniones administrativas en que se estudiaron los medios que debían usarse para ampliar y fortalecer la obra en todos los países de Europa. NB 330 3 El martes 14 de junio se presentaron animados informes relativos al maravilloso desarrollo de la obra de colportaje durante el año. El pastor Matteson relató incidentes admirables ocurridos durante el invierno anterior en el curso desarrollado para colportores e instructores bíblicos; el pastor Conradi informó de los éxitos de obreros en Alemania y Suiza; el pastor Olsen dio informes animadores de Noruega, y el pastor Hendrickson, de Dinamarca. El pastor Lane informó buenos progresos de parte de los colportores en Inglaterra. NB 331 1 El Concilio Misionero continuó activamente con su obra por varios días después que los hermanos de las iglesias de Noruega habían regresado a sus hogares. Se trazaron planes y se tomaron resoluciones tendientes a lograr la educación de hombres para el ministerio, y para el establecimiento de una misión para marinos en Hamburgo. El tema que despertó la más entusiasta atención fue el desarrollo de escuelas en cada asociación para preparar colportores. Lo que requirió el estudio más ansioso fue el asunto de preparar e imprimir las publicaciones más adecuadas. NB 331 2 La presencia de los pastores C. L. Boyd y D. A. Robinson, quienes estaban de viaje de los Estados Unidos al gran campo sudafricano, añadió mucho interés a las reuniones del Concilio. Ellos se unieron de todo corazón en el estudio de los difíciles problemas de la obra en Europa; y a la vez trajeron muchos de los problemas sudafricanos para una consideración informal. Eficiencia en el servicio misionero NB 331 3 Al escribir a estos hermanos concerniente a la gran tarea que tenían delante, la Sra. White destacó la importancia de comenzar bien desde el propio comienzo de la obra. Ella habló de campos donde se podía haber hecho mucho más si la obra no hubiera sido impedida por haberse practicado economías con falta de sabiduría; y declaró que si la obra hubiera comenzado de la debida manera, se habrían empleado menos recursos. Dijo ella: NB 332 1 "Tenemos un cometido grande y sagrado en las elevadas verdades que nos fueron encomendadas. Nos alegramos de que hay hombres que entran en nuestros campos misioneros dispuestos a trabajar con una pequeña remuneración. El dinero no tiene peso en su ánimo frente a los clamores de la conciencia y del deber, a fin de presentar la verdad a los que están en las tinieblas del error en países lejanos, por amor a Cristo y a sus semejantes. NB 332 2 "Los hombres que se dan a sí mismos a la gran obra de enseñar la verdad no son los que pueden ser sobornados con la riqueza o asustados por la pobreza. Pero Dios hará que sus siervos delegados experimenten un constante progreso. A fin de que la obra pueda ser llevada adelante con eficacia, el Señor envió a sus discípulos de dos en dos... Ninguna idea proveniente de un solo hombre, ningún plan de un solo hombre, ha de predominar y controlar la tarea de hacer progresar la obra... El uno no debe separarse del otro, invocando la bondad de sus propios medios y planes. El puede haber sido educado en una cierta dirección, y poseer ciertos rasgos de carácter que resulten perjudiciales para los intereses de la obra si se le permitiera ser el poder dominante. NB 332 3 "Los obreros no han de separarse el uno del otro, sino trabajar juntos en cualquier cosa que interese a la causa de Dios. Y una de las cosas más importantes que debe considerarse es la cultura propia. Se da demasiado poca atención a este asunto. Deben cultivarse todas las facultades a fin de hacer una obra elevada y honorable para Dios. Debe obtenerse sabiduría en mucho mayor medida de lo que suponen muchos de los que han estado trabajando por años en la causa de Dios... NB 333 1 "Mantened el carácter elevado de la obra misionera. Que la pregunta tanto de los hombres como de las mujeres asociados en la labor misionera sea: ¿Qué soy yo? ¿Qué es lo que debo ser yo, y qué es lo que debo hacer? Que cada obrero considere que él no puede dar a otro lo que él mismo no posee. Por lo tanto no debe encastillarse en sus propios métodos y hábitos, sin hacer ningún cambio en procura de lo mejor. Pablo dice: No lo he logrado, pero prosigo al blanco. Los individuos deben lograr un constante progreso, un avance y una reforma para perfeccionar un carácter simétrico y bien equilibrado... NB 333 2 "Hay poco que pueda hacer ninguno de vosotros trabajando solo. Dos o más son mejores que uno si cada uno estima al otro mejor que él mismo. Si alguno de vosotros considera sus planes y modos de trabajo como perfectos, se engaña grandemente. Tomad consejo juntos con mucha oración y humildad mental, dispuestos a ser aconsejados y guiados. Esto os colocará donde Dios será vuestro Consejero... NB 333 3 "No hemos de hacer de las maneras del mundo las nuestras. Hemos de dar al mundo un ejemplo más noble, manifestando que nuestra fe es de un carácter elevado. Tratad a otros como vosotros mismos quisierais ser tratados. Que cada acción revele la nobleza de la verdad. Sed fieles a vuestra fe, y seréis fieles a Dios. Recurrid a la palabra, a fin de descubrir sus instrucciones. Cuando Dios habla, es nuestro deber escuchar y obedecer... NB 333 4 "Desde el principio del establecimiento de vuestra obra, comenzad de una manera digna, como Dios quiere, a fin de que deis carácter a la influencia de la verdad, la cual vosotros sabéis que es de origen celestial. Pero recordad que ha de ejercerse mucho cuidado con respecto a la presentación de la verdad. Conducid las mentes en forma cuidadosa. Espaciaos en la piedad práctica, tejiéndola dentro de la trama de los discursos doctrinales. Las enseñanzas del amor de Cristo subyugarán y someterán el terreno del corazón y lo prepararán para el nacimiento de la simiente de la verdad. Obtendréis la confianza de las personas al hacer esfuerzos por conocerlas. Pero mantened el carácter elevado de la obra. Permitid que las publicaciones, las revistas, los folletos, hagan su obra entre la gente, preparando las mentes de la clase lectora para la predicación de la verdad. No escatiméis esfuerzos en este sentido, y la obra, si comienza sabiamente y prosigue sabiamente, tendrá éxito. Pero sed humildes y estad dispuestos a ser enseñados, si queréis enseñar a otros y guiarlos en el camino de la verdad y la justicia". "¡Avanzad!" NB 334 1 Al pasar en revista el progreso logrado hasta la terminación del año 1887, la Sra. White escribió libremente concerniente a las providencias de Dios en Europa, y a las oportunidades del futuro. Dijo ella: NB 334 2 "Se ha encomendado una gran obra a aquellos que presentan la verdad en Europa... Están Francia y Alemania, con grandes ciudades y enormes poblaciones. Están Italia, España y Portugal, después de tantos siglos de tinieblas, ... abiertos a la Palabra de Dios, abiertos para recibir el último mensaje de amonestación al mundo. Están Holanda, Austria, Rumania, Turquía, Grecia y Rusia, que son el hogar de millones y millones, cuyas almas son tan preciosas a la vista de Dios como las nuestras, y que no saben nada de las verdades especiales para este tiempo. NB 334 3 "Ya se ha hecho una buena obra en estos países. Existen personas que han recibido la verdad, esparcidas como portadores de luz en casi cada país... ¡Pero cuán poco se ha hecho en comparación con la gran obra que tenemos delante! Los ángeles de Dios están conmoviendo las mentes del pueblo, y preparándolas para recibir la amonestación. Se necesitan misioneros en campos en los cuales hasta hoy apenas ha empezado la tarea. Nuevos campos están abriéndose constantemente. La verdad debe ser traducida a diferentes lenguas, para que todas las naciones disfruten de sus influencias puras y vivificantes... NB 335 1 "Los colportores están teniendo un éxito animador en la venta de nuestros libros. Así la luz se está llevando a la gente, en tanto que el colportor--que en muchos casos es alguien que ha perdido su empleo por aceptar la verdad--puede sostenerse con su trabajo. Además, las ventas son una ayuda para la oficina de publicaciones. En los días de la Reforma, monjes que habían abandonado los conventos, y que no tenían ningún otro medio de sostén, viajaban por el país, vendiendo las obras de Lutero, que circularon así rápidamente por toda Europa. La obra del colportaje fue uno de los medios más eficientes para esparcir la luz entonces, y así resultará también hoy... NB 335 2 "Habrá obstáculos que retardarán la obra... Hemos tenido que hacerles frente en todo lugar donde se han establecido misiones. Ha tenido que vencerse la falta de experiencia, las imperfecciones, los errores y las influencias no consagradas. ¡Cuán a menudo estas cosas han obstaculizado el progreso de la causa en los Estados Unidos! No esperamos tener que afrontar menos dificultades en Europa. Algunos de los que estaban relacionados con la obra en estos campos extranjeros, así como en Norteamérica, se han desanimado y, siguiendo la conducta de los espías indignos, han traído un informe descorazonador. Como el tejedor descontento, ellos están mirando del lado erróneo de la tela. No pueden entender el plan del Diseñador; para ellos todo es confusión, y en vez de esperar hasta poder discernir el propósito de Dios, rápidamente comunican a otros su espíritu de duda y oscuridad. NB 336 1 "Pero no es ése el informe que traemos ahora. Después de una estancia de dos años en Europa no vemos más razón de desánimo en la condición de la causa allí que cuando ésta empezó en los diferentes campos de Estados Unidos. Allí vimos cómo el Señor estaba probando el material que había de ser usado. Algunos no soportaron la prueba de Dios. No querían ser labrados y modelados. Todo golpe del buril, toda aplicación del martillo, despertaba su enojo y resistencia. Ellos fueron puestos a un lado, y otro material fue traído para ser probado de la misma manera. Todo esto ocasionó demora. Todo fragmento roto y desprendido causó lamentos. Algunos pensaron que estas pérdidas arruinarían el edificio, pero por el contrario, éste se hizo más fuerte al ser quitados los elementos de debilidad. La obra avanzó en forma segura. Cada día hacía más claro el hecho de que la mano del Señor lo estaba guiando todo, y que un gran propósito corría a través de la obra desde el comienzo hasta el fin. Vemos que también la obra se está estableciendo en Europa. NB 336 2 "Una de las grandes dificultades es la pobreza que afrontamos a todo paso. Esto demora el progreso de la verdad, la cual, como en los siglos anteriores, normalmente encuentra sus primeros conversos entre las clases más humildes. Sin embargo hemos tenido una experiencia similar en nuestro propio país, tanto al este como al oeste de las Montañas Rocosas. Los que primero aceptaron el mensaje eran pobres, pero al disponerse ellos a trabajar con fe para realizar lo que podían con sus talentos, habilidades y medios, el Señor acudió en su ayuda. En su providencia él trajo a la verdad a hombres y mujeres de corazón dispuesto; tenían recursos, y anhelaban enviar la luz a otros. Así ocurrirá ahora. Pero el Señor quiere que trabajemos fervientemente con fe hasta que llegue el tiempo. NB 337 1 "Se ha dado la orden en Europa: '¡Avanzad!' El más humilde de los que trabajan con ahínco por la salvación de las almas es un colaborador con Dios y con Cristo. Angeles ministran en su favor. A medida que avanzamos siguiendo las oportunidades que nos abre su Providencia, Dios continuará abriendo el camino delante de nosotros. Cuanto mayores sean las dificultades que tengamos que vencer, mayor será la victoria obtenida".4 Un notable desarrollo NB 337 2 La Sra. White vivió para ver el día en que había surgido una numerosa feligresía de creyentes adventistas del séptimo día en Europa gracias a los incansables esfuerzos de muchos obreros. Ella se regocijó por la prosperidad que acompañaba a muchos ramos de la obra en diversos países, y por los informes de cantidades de creyentes que aumentaban rápidamente, hasta llegar en 1914 a más de 33.000, número mayor que el total de observadores del sábado que había en todo el mundo cuando ella viajó a Europa. NB 337 3 Y grande fue el regocijo de la Sra. White cuando se le presentaron ejemplares de libros y otras publicaciones en diversos idiomas del campo europeo, producidos por muchos centros publicadores, donde se preparaban impresos denominacionales con una venta total anual de $ 482.000 en 1913. Mensajes de esperanza y valor NB 338 1 Los mensajes que la Sra. White envió de tiempo en tiempo a los obreros de Europa han estimulado el desarrollo de amplios planes que han traído fortaleza y prosperidad a todos los ramos de la obra. En 1902 ella escribió: NB 338 2 "Hermanos míos, uníos con el Señor Dios de los ejércitos. Sea él vuestro temor y vuestro temblor. Ha llegado el tiempo en que su obra debe ampliarse. Tenemos delante tiempos llenos de problemas; pero si andamos unidos en camaradería cristiana, sin que nadie esté luchando por la supremacía, Dios obrará poderosamente por nosotros. NB 338 3 "Tengamos esperanza y valor. El desánimo en el servicio de Dios es pecaminoso e irrazonable. El conoce cada una de nuestras necesidades. El tiene todo el poder. El puede otorgar a sus siervos la medida de eficacia que requieran sus necesidades. Su amor y compasión infinitos nunca se agotan. El une a la majestad de la omnipotencia la bondad y el cuidado de un tierno pastor. No necesitamos tener ningún temor de que no cumpla sus promesas. Su verdad es eterna. Nunca cambiará el pacto que ha hecho con los que lo aman. Sus promesas a su iglesia son firmes para siempre. El hará de ella una eterna excelencia, un gozo de muchas generaciones".5 ------------------------Capítulo 47--En confirmación de la confianza NB 339 1 Durante el verano de 1890, la Sra. White dedicó mucho de su tiempo a escribir. En octubre se la instó a que asistiera a las reuniones generales de Massachusetts, Nueva York, Virginia y Maryland. Después de unos pocos días pasados en Adams Center, Nueva York, ella asistió a la reunión general que se realizó en South Lancaster, Massachusetts. En el viaje de South Lancaster a Salamanca, Nueva York, contrajo un severo resfrío, de manera que al comienzo de las reuniones de Salamanca se hallaba muy cansada debido a los diez días de arduo trabajo en South Lancaster. La afligían mucho la ronquera y el dolor de garganta. NB 339 2 Alrededor de 200 personas se habían reunido de todas partes de Pennsylvania y de la parte sudoeste de Nueva York. Las reuniones se realizaban mayormente en la Casa de la Opera, pero el sábado por la tarde y por la noche se realizaron en la iglesia congregacional. La Sra. White habló el sábado de tarde sobre la necesidad de un gran esfuerzo de parte de todas nuestras iglesias para fortalecer la fe y el amor. El domingo de mañana habló en el teatro. Había un gran auditorio, que llenaba todos los asientos y todos los pasillos, y también la plataforma hasta cerca de la oradora. Su tema fue la temperancia. Ella se espació mayormente en el deber de los padres de educar a sus hijos en hábitos de fidelidad y abnegación, de manera que no fueran vencidos cuando resultaran tentados a beber licores intoxicantes. NB 340 1 Después de esta reunión, la Sra. White estaba tan completamente exhausta que su secretaria, la Srta. McEnterfer, la instó a que regresara a su hogar en Battle Creek, y tomara tratamientos en el sanatorio. El pastor A. T. Robinson, y otros que se hallaban interesados en las reuniones restantes a las cuales había prometido asistir, le rogaron que no abandonara la esperanza de recobrar la salud y la fuerza para continuar con sus labores. NB 340 2 Con gran dificultad ella cumplió un compromiso el lunes por la tarde, y entonces sintió que debía decidir qué hacer con respecto a asistir a la reunión de Virginia, que seguía inmediatamente después. NB 340 3 En el hogar del Hno. Hicks, donde estaba alojada, recibió la visita de una señora de edad que sufría una violenta oposición en su vida cristiana por parte de su esposo. Esta entrevista duró una hora. Después de esto, cansada, débil y perpleja, quiso retirarse a su habitación para orar. Subió las escaleras, se arrodilló junto a su cama, y antes de que elevara la primera palabra de petición sintió que la pieza estaba llena de fragancia de rosas. Mirando hacia arriba para ver de dónde venía esa fragancia, vio que la habitación estaba inundada de una luz suave y plateada. Instantáneamente su dolor y su cansancio desaparecieron. La perplejidad y el desánimo mental se disiparon, y la esperanza, el consuelo y la paz llenaron su corazón. NB 340 4 Entonces, perdiendo toda conciencia de lo que la rodeaba, recibió una visión en la que se le mostraban muchas cosas relativas al progreso de la causa en diferentes partes del mundo, y a las condiciones que estaban ayudando u obstaculizando la obra. NB 341 1 Entre las muchas cosas que se le presentaron, estaban las condiciones que existían en Battle Creek. Estas le fueron presentadas de una manera muy completa y vívida. NB 341 2 El martes 4 de noviembre por la tarde, era el tiempo establecido para la partida de Salamanca. Por la mañana los pastores A. T. Robinson y W. C. White vinieron a ver lo que la Sra. White había decidido hacer. Entonces ella les contó su experiencia de la tarde anterior, y de la paz y el gozo que había sentido por la noche. Dijo que durante la noche no había tenido ningún deseo de dormir, pues su corazón estaba muy lleno de gozo y alegría. Muchas veces había repetido las palabras de Jacob: "Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía". "No es otra cosa que casa de Dios y puerta del cielo". Génesis 28:16-17. NB 341 3 Estaba totalmente decidida a asistir a las reuniones, de acuerdo con el compromiso hecho. Entonces se propuso contar a los hermanos lo que había visto con respecto a la obra de Battle Creek; pero su mente se volvió de inmediato a otros asuntos, y no relató la visión. Y no lo hizo sino hasta que se reunió la sesión de la Asociación General en Battle Creek el siguiente mes de marzo. NB 341 4 El tiempo restante del mes de noviembre y del mes de diciembre fue empleado en los Estados del este, en reuniones en Washington y Baltimore, en Norwich, Lynn y Danvers, Massachusetts. El mes de enero y febrero fueron empleados en actividades en Battle Creek, y en preparación para el congreso de la Asociación General. Propuestas relativas a la centralización NB 341 5 Durante el año 1890, los hermanos dirigentes habían dedicado mucho tiempo a pensar en la manera de administrar la Review and Herald Publishing Association, y a una propuesta de consolidación de la obra de las casas publicadoras bajo una sola junta controladora. La unión propuesta de los intereses de la obra de publicación era defendida como un medio de asegurar la unidad, la economía y la eficiencia. Al mismo tiempo se expresó la esperanza de que en un día no muy distante todos los sanatorios fueran puestos bajo un solo gobierno y un solo control. Los mismos que defendían la consolidación de las casas editoras y las instituciones médicas, presentaron la teoría de que la forma más segura de establecer confianza en la obra que hacían los adventistas del séptimo día era fortalecer las instituciones en el centro administrativo, proporcionándole edificios mayores y más importantes con amplias facilidades. NB 342 1 Pero los que estaban personalmente familiarizados con las condiciones existentes en los Estados Unidos y en el campo misionero extranjero, sentían que había mayor necesidad de ampliar el campo y establecer muchos centros de influencia. Ellos creían que ya una cantidad desproporcionada de recursos había sido invertida en la sede central. Por otra parte, los hombres que llevaban la responsabilidad de la casa editora de California no aprobaban ningún plan de consolidación que resultara en el desmedro de la obra en la costa del Pacífico. Una propuesta que sugería cambios NB 342 2 Entre los que trabajaban en la causa de la libertad religiosa se habían despertado serias diferencias de opinión con respecto a la mejor manera de conducir esa obra, la cual se desarrollaba rápidamente. Durante varios años la entidad de la obra llamada American Sentinel y los ministros de la denominación, habían tratado el asunto de la libertad religiosa como una parte vital del mensaje del tercer ángel. Pero durante el año de 1890 los oradores principales de la Asociación Nacional Pro Libertad Religiosa habían descubierto una puerta abierta para presentar los principios que ellos defendían y su protesta en contra de la legislación religiosa, ante grandes auditorios de personas del mundo no cristiano. Les parecía que sería un plan sabio aprovechar estas oportunidades, y también que resultaría consecuente con estos principios pronunciarse con mucha claridad, sin relacionarlos con las enseñanzas de las Escrituras sobre la santidad del sábado y la cercanía de la segunda venida de Cristo. Ellos instaron a que se cambiaran los planes relativos a la revista Sentinel, y declararon que si esto no podía realizarse, propondrían que se publicara otro periódico en Battle Creek, cuyas directivas editoriales estuvieran más en armonía con su manera de presentar la verdad. Consideración formal de cambios propuestos NB 343 1 El congreso de la Asociación General de 1891 se realizó en Battle Creek del 5 al 25 de marzo. El domingo 15 de marzo, de tarde, la comisión de veintiuna personas nombrada en el congreso anterior de la Asociación General para considerar la consolidación de los intereses publicadores, presentó su informe. La comisión habló favorablemente de los objetivos que se lograrían mediante la consolidación, pero aconsejaron que la Asociación General actuara con cautela. Entonces propusieron que la Asociación Legal de la Conferencia General fuera organizada con la idea de que, en última instancia, ella pudiera controlar toda la obra de publicaciones de la denominación. NB 343 2 En armonía con el consejo de esta comisión, la entidad legal de la Asociación General, que al principio tenía la intención de ser una organización que poseyera a su nombre las propiedades de la iglesia, fuera reorganizada con una comisión de veintiún miembros, y que se le diera a la misma el control de muchos ramos de la obra, entre los cuales figuraban los intereses de la obra de publicaciones en primer lugar. Reunión de una comisión especial NB 344 1 En la primera parte de la reunión los funcionarios de la Asociación Nacional de Libertad Religiosa habían hecho un esfuerzo, junto con los representantes del periódico American Sentinel (Centinela Americano), para llegar a un entendimiento con respecto a los planes. Con este propósito se arregló un concilio combinado para que sesionara el sábado por la noche, 7 de marzo, después de las reuniones regulares en el tabernáculo. NB 344 2 En esta reunión, hombres con convicciones y una determinación fija expresaron sus puntos de vista y sus sentimientos en forma perfectamente libre, y por fin los representantes de la Asociación Nacional de Libertad Religiosa votaron que, a menos que se cambiaran las normas y directivas del periódico American Sentinel, la asociación creara otro periódico para que fuera su órgano. Esta reunión conjunta continuó hasta después de la una de la madrugada del domingo. El servicio del sábado NB 344 3 El sábado 7 de marzo era un día de gran solemnidad. Por la mañana el pastor Haskell habló acerca de la proclamación mundial del Evangelio. Como en la era apostólica el Evangelio fue proclamado en su pureza, con un poder que lo llevó por todo el mundo, así también en los últimos días Dios había de hacer brillar todo rayo de luz del Evangelio eterno, para enviarlo con el poder de su Espíritu a toda la tierra. NB 345 1 Por la tarde la Hna. White habló de la importancia de predicar la Palabra y el peligro de cubrir y mantener semiocultos los rasgos distintivos de nuestra fe, con la idea de que de esta manera podrían evitarse prejuicios. Si hay un mensaje especial que nos fue encomendado, como creemos, ese mensaje debe presentarse sin temor a las costumbres y a los prejuicios del mundo, y no debiera restringirse por directivas que obedecieran a temor o favor. Aunque multitudes se opondrán y lo rechazarán, algunos lo recibirán y serán santificados por él. Pero debe ir a todas partes hasta que toda la tierra sea alumbrada con su gloria. Ella se espació especialmente en el peligro de abandonar nuestro primer amor, y en la importancia de que todos, especialmente los que estaban relacionados con nuestras instituciones principales, tuvieran una vital relación con Cristo, la vid verdadera. Debemos evitar el tratar de amoldar las cosas al mundo y adoptar directivas mundanas. Hombres que están en posiciones de responsabilidad deben ir a Dios, tan a menudo como lo hacía Daniel, en ferviente súplica en procura de ayuda divina. NB 345 2 Dos o tres veces durante el discurso ella comenzó a referir la historia de su experiencia de Salamanca, pero cada vez titubeó en hacerlo, y dejando la historia sin relatar dirigió su pensamiento en otra dirección. Este discurso hizo una profunda impresión en la gran congregación. NB 345 3 En la última parte de esa tarde se tuvo una reunión de ministros en la sala este del Tabernáculo. La Sra. White estaba presente, y rogó que hubiera una mayor consagración. Al final de esta reunión especial el pastor O. A. Olsen le preguntó si ella asistiría a la reunión de ministros el domingo por la mañana. Ella respondió que ya había hecho su parte, y que dejaría la carga con él. Entonces se planeó que los pastores Olsen y Prescott dirigieran la reunión. NB 346 1 El domingo por la mañana, aproximadamente a las 5:20, el Hno. A. T. Robinson, W. C. White y Ellery Robinson estaban pasando por la residencia de la Sra. White en camino a la reunión temprana. Como vieron una luz en su habitación, su hijo se apresuró a ir a averiguar cómo estaba su salud. NB 346 2 La encontró activamente ocupada en escribir. Ella le contó entonces que un ángel del Señor la había despertado como a las tres de la mañana, y le había pedido que fuera a la reunión de ministros y relatara algunas de las cosas que se le habían mostrado en Salamanca. Y añadió que se había levantado inmediatamente, y que había estado escribiendo por unas dos horas. NB 346 3 Había terminado una ferviente sesión de oración en la reunión de ministros cuando la Sra. White entró con un paquete de manuscritos en la mano. Con evidente sorpresa el pastor Olsen dijo: "Nos alegramos de verla, Hna. White. ¿Tiene Ud. un mensaje para nosotros esta mañana?" NB 346 4 "Por cierto que lo tengo", fue su respuesta. Entonces explicó ella que no había sido su plan asistir a la reunión de la mañana, pero que había sido despertada muy temprano, y que había recibido la instrucción de que se preparara para relatar a los hermanos algunas cosas que se le habían mostrado en Salamanca. NB 346 5 Contó brevemente la historia de su experiencia en la reunión de Salamanca, y dijo que en la visión que allí recibió, el Señor había descubierto delante de ella la condición y los peligros de la obra en muchos lugares. Le fueron dadas advertencias y se le ordenó que las presentara a los hombres que ocupaban puestos de responsabilidad. Grandes peligros amenazan la obra especialmente en Battle Creek, y los hombres no lo sabían, porque la impenitencia cegaba sus ojos. NB 347 1 En una ocasión su guía le dijo: "Sígueme", y ella fue dirigida a una reunión de concilio donde los hombres estaban defendiendo sus puntos de vista y sus planes con gran celo y fervor, pero no conforme a ciencia. Un hermano se puso de pie con un periódico en la mano y criticó el carácter de su contenido. La revista era el American Sentinel. Señalando ciertos artículos, dijo él: "Esto debe sacarse, y esto debe cambiar. Si el Sentinel no contuviera artículos como éstos, podríamos usarlo". Los artículos señalados como objetables tenían que ver con el sábado y con la segunda venida de Cristo. NB 347 2 Con claridad la Sra. White habló de las actitudes y los puntos de vista de los principales oradores de esa reunión de consejo. Se refirió al espíritu duro manifestado por algunos, y a la posición errónea tomada por otros. Clausuró sus observaciones con el más ferviente llamado a que todos sostuvieran la verdad en su perfección, y que los centinelas dieran un sonido certero a la trompeta. Una convicción solemne descansó sobre la asamblea, y todos sintieron que habían estado escuchando un mensaje del cielo. NB 347 3 El pastor Olsen estaba perplejo, y no sabía qué decir. El no había sabido nada de la reunión de la comisión especial que había continuado hasta las horas de la madrugada esa misma mañana, y que había terminado menos de dos horas antes que el ángel le pidiera a la Sra. White que relatara la visión que le fuera dada a ella cuatro meses antes, en la que precisamente le había sido descrita en detalles esa reunión. Pero él no necesitó esperar mucho tiempo para obtener una explicación. Pronto los hombres que habían estado en la reunión de la noche se levantaron y testificaron con respecto a la sesión de su comisión. NB 348 1 Uno dijo: "Yo estaba en la reunión anoche, y lamento decir que me considero del lado erróneo. Y aprovecho esta primera oportunidad para colocarme del lado correcto". NB 348 2 El presidente de la Asociación Nacional de Libertad Religiosa presentó un claro testimonio. Dijo que la noche anterior, un número de hermanos se habían reunido en su habitación en la oficina de la Review, y allí discutieron precisamente los asuntos a los cuales la Sra. White se refirió. Sus deliberaciones habían continuado hasta la una de la madrugada. Afirmó él que no trataría de describir la reunión. Eso era innecesario, porque la descripción dada por la Sra. White era correcta, y más exacta de lo que él podía darla. Reconoció libremente que la posición que él había sostenido no era correcta, y que ahora él podía ver su error. NB 348 3 Otro hermano declaró que había estado en la reunión, y que la descripción dada por la Sra. White era cierta y correcta en todos los detalles. Se manifestó profundamente agradecido de que se había recibido esa luz, porque las diferencias de opinión habían creado una situación seria. El creía que todos eran honrados en sus convicciones, y sinceramente anhelaban hacer lo que era correcto, a pesar de que sus puntos de vista estaban en conflicto, y no podían ponerse de acuerdo. Otros que habían estado presentes en esa reunión de la madrugada sobre el Sentinel, presentaron un testimonio de que la reunión había sido correctamente descrita por la Sra. White. NB 348 4 Se dieron otros testimonios, expresando gratitud de que se había recibido luz sobre este asunto que causaba tanta perplejidad. También expresaron su gratitud de que el mensaje había llegado de tal manera, que todos podían ver no solamente la sabiduría de Dios en el mensaje, sino también la bondad de Dios en enviarlo en una oportunidad tal, de manera que nadie podía dudar de que fuera un mensaje del cielo. NB 349 1 Esta experiencia confirmó la fe de aquellos que creían, e impresionó profundamente a aquellos que habían creído que, en materia administrativa, era más seguro seguir su propio juicio, fruto de la experiencia, que seguir los planes para la distribución de responsabilidades y el establecimiento de muchos centros de influencia, los cuales habían sido defendidos por sus hermanos en el campo y por los Testimonios. ------------------------Capítulo 48--Peligro de adoptar directivas mundanas en la obra de Dios NB 350 1 Con respecto a algunos de los consejos dados durante la visión de Salamanca, y las experiencias y amonestaciones que recibieron diversos obreros en la causa de Dios durante las próximas semanas, la Sra. White escribió: NB 350 2 "El 3 de noviembre de 1890, mientras trabajaba en Salamanca, Nueva York, estando en comunión con Dios durante la noche, fui arrebatada y conducida para presenciar reuniones en diferentes Estados, donde presenté un decidido testimonio de reprobación y advertencia. En Battle Creek se hallaba en sesión un concilio de ministros y hombres responsables de la casa editora y otras instituciones. Escuché como, los que allí estaban reunidos, con un espíritu amable, presentaron puntos de vista e instaron a que se tomaran medidas que me llenaron de aprehensión y de angustia. NB 350 3 "Años antes, había sido llamada a pasar por una experiencia similar, y el Señor entonces me reveló muchas cosas de vital importancia, y me advirtió que éstas debían ser comunicadas a los que estaban en peligro. En la noche del 3 de noviembre, estas advertencias fueron traídas a mi mente, y se me ordenó que las presentara ante aquellos que tenían puestos de responsabilidad y confianza, sin falta y sin desánimo. Se me presentaron cosas que yo no podía entender; pero se me dio la seguridad de que el Señor no permitiría que su pueblo se viera inmerso en las tinieblas del escepticismo y la incredulidad mundana, ligadas con el mundo, y que si solamente prestaban atención y seguían su voz, obedeciendo su mandamiento, él los conduciría por encima de la niebla del escepticismo y la falta de fe, y colocaría sus pies sobre la roca, donde podrían respirar la atmósfera de seguridad y triunfo. NB 351 1 "Mientras estaba en ferviente oración, perdí toda conciencia de lo que me rodeaba; la pieza se llenó de luz, y empecé a presentar un mensaje a una asamblea que parecía ser de la Asociación General. Yo era dirigida por el Espíritu de Dios para hacer un ferviente llamado; porque yo estaba impresionada de que había delante de nosotros un gran peligro en el propio corazón de la obra. Había estado yo, y todavía lo estoy, agobiada de perplejidad mental y física, abrumada con el pensamiento de que debía presentar un mensaje a nuestros hermanos de Battle Creek, para advertirles en contra de una línea de conducta que separaría a Dios de la casa publicadora. NB 351 2 "Los ojos del Señor estaban fijos sobre el pueblo, con dolor mezclado con desagrado, y se pronunciaron las siguientes palabras: 'Tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido' Apocalipsis 2:4-5. NB 351 3 "El que lloró sobre el Israel impenitente al ver cómo ese pueblo desconocía a Dios y a Cristo su Redentor, observaba el corazón de la obra en Battle Creek. Un gran peligro se cernía sobre el pueblo, pero algunos no lo sabían. La incredulidad y la impenitencia habían cegado sus ojos, y confiaban en la sabiduría humana para conducir los intereses más importantes de la causa de Dios con respecto a la obra de publicaciones. Con la debilidad del juicio humano, algunos hombres estaban juntando en sus manos finitas las riendas de control, mientras que la voluntad de Dios, el método y el consejo de Dios, no eran considerados y buscados como cosa indispensable. Hombres de una voluntad empecinada y férrea, tanto pertenecientes a la casa publicadora como fuera de ella, se estaban confederando, y estaban determinados a que se tomaran ciertas medidas de acuerdo con su propio juicio. NB 352 1 "Yo les dije: 'No podéis hacer esto. El gobierno de estos grandes intereses no puede ser colocado totalmente en manos de aquellos que manifiestan tener poca experiencia en las cosas de Dios, y que no tienen discernimiento espiritual. El pueblo de Dios en todas nuestras filas no debe, por causa de una mala conducción de parte de hombres errados, ver su confianza sacudida en los intereses importantes en el gran corazón de la obra, lo cual tiene una decidida influencia sobre nuestras iglesias en los Estados Unidos y en los países extranjeros. Si tomáis el control de la obra de publicaciones, este gran instrumento de Dios, a fin de imponerle vuestro molde y vuestras normas para regirla, hallaréis que esto es peligroso para vuestras propias almas, y desastroso para la obra de Dios. Será un pecado tan grande a la vista de Dios como fue el pecado de Uzías cuando puso su mano para sostener el arca. Hay personas que han entrado en las labores de otros hombres, y todo lo que Dios pide de ellos es que hagan justicia, que amen misericordia y anden humildemente con Dios, para trabajar concienzudamente como personas empleadas por el pueblo a fin de hacer la obra confiada a sus manos. Algunos no han hecho esto, y su obra lo testifica. Cualquiera sea su posición, cualquiera su responsabilidad, aunque tengan tanta autoridad como la tuvo Acab, hallarán que Dios está por encima de ellos, y que la soberanía del Señor es suprema'... NB 353 1 "No debe formarse ninguna confederación con los no creyentes, ni debéis reunir a un cierto número escogido de hombres que piense como vosotros, y que dirán amén a todo lo que proponéis, mientras que otros estén excluidos porque pensáis que no están en armonía con vosotros. Se me mostró que hay un gran peligro en que esto ocurra. NB 353 2 "'Porque Jehová me dijo de esta manera con mano fuerte, y me enseñó que no caminase por el camino de este pueblo, diciendo: No llaméis conspiración a todas las cosas que este pueblo llama conspiración; ni temáis lo que ellos temen, ni tengáis miedo. A Jehová de los ejércitos, a él santificad, sea él vuestro temor, y él sea vuestro miedo. ¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido' Isaías 8:11-13, 20. El mundo no ha de ser nuestro criterio. Permitid que el Señor obre. Permitid que su voz sea escuchada. NB 353 3 "Los que están empleados en cualquier departamento de la obra gracias al cual el mundo puede ser transformado, no deben entrar en alianza con los que no conocen la verdad. El mundo no conoce al Padre o al Hijo, y no tiene discernimiento espiritual con respecto al carácter de nuestra obra, respecto de lo que debemos hacer o no hacer. Debemos obedecer las órdenes que vienen de arriba. No debemos escuchar el consejo o seguir los planes sugeridos por los no creyentes. Las sugestiones hechas por los que no conocen la obra que Dios está haciendo en este tiempo, tendrán el efecto de debilitar el poder de los instrumentos de Dios. Aceptando sus sugerencias, el consejo de Cristo es anulado... NB 354 1 "El ojo del Señor está sobre la obra, sobre todos sus planes, y sobre las imaginaciones de toda mente; el ve debajo de la superficie de las cosas, discerniendo los pensamientos e intenciones del corazón. No existe un solo hecho propio de las tinieblas, ni un solo plan, ni una sola imaginación del corazón, ni un solo pensamiento de la mente, que él no lea como si fuera en un libro abierto. Todo acto, toda palabra, todo motivo, es fielmente anotado en los registros del gran Dios que investiga el corazón, y que dijo: 'Yo nocozco tus obras'. NB 354 2 "Se me mostró que las insensateces de Israel en los días de Samuel serán repetidas entre el pueblo de Dios de hoy, a menos que haya mayor humildad, menor confianza en el yo, y más confianza en el Señor Dios de Israel, el Gobernante del pueblo. Es solamente cuando el poder divino se combina con el esfuerzo humano cuando la obra soportará la prueba. Cuando los hombres no se fíen más de los hombres o en su propio juicio, sino que hagan de Dios su confianza, esto se manifestará en todos los casos en una mansedumbre de espíritu, en hablar menos y orar más, en ejercer el cuidado necesario en los planes y movimientos. Tales hombres revelarán el hecho de que su dependencia de Dios, y que tienen la mente de Cristo. NB 354 3 "Una y otra vez se me mostró que el pueblo de Dios de estos últimos días no puede estar seguro al confiar en hombres, y al hacer de la carne su brazo. La palanca poderosa de la verdad los ha sacado del mundo como piedras ásperas que han de ser recuadradas y pulidas para ser usadas en el edificio celestial. Deben ser trabajados por los profetas por medio de reproches, advertencias, amonestaciones y avisos, a fin de que puedan ser amoldados de acuerdo con el modelo divino; esta es la obra específica que hará el Consolador, para transformar el corazón y el carácter, a fin de que los hombres se mantengan en el camino del Señor... NB 355 1 "Desde 1845, de tiempo en tiempo han sido presentados delante de mí los peligros del pueblo de Dios, y he visto los peligros que se agolparían en torno al remanente en estos últimos días. Estos peligros me han sido revelados hasta el tiempo presente. Pronto grandes escenas han de desenvolverse delante de nosotros. El Señor viene con gran poder y gloria. Y Satanás sabe que la autoridad que él ha usurpado terminará para siempre. Su última oportunidad de dominar al mundo está ahora en sus manos, y él realizará los más decididos esfuerzos para llevar a cabo la destrucción de los habitantes de la tierra. Los que creen en la verdad deben ser fieles centinelas que monten guardia en la torre, o de otra manera Satanás les sugerirá razonamientos especiosos, de tal manera que ellos expresarán opiniones que traicionen su santo y sagrado legado. La enemistad de Satanás contra Dios se manifestará más y más a medida que traiga sus fuerzas y las ponga en actividad en su obra final de rebelión; y toda alma que no esté plenamente rendida a Dios, y guardada por el poder divino, formará una alianza con Satanás en contra del cielo, y se unirá en la batalla contra el Gobernante del universo. NB 355 2 "En la visión de 1880 yo pregunté: '¿Dónde está la seguridad para el pueblo de Dios en estos días de peligro?' La respuesta fue: 'Jesús ha de interceder por su pueblo, aunque Satanás está a su mano derecha para acusarlo'. 'Y dijo Jehová a Satanás: Jehová te reprenda, oh Satanás; Jehová que ha escogido a Jerusalén te reprenda. ¿No es éste un tizón arrebatado del incendio?' Como Intercesor y Abogado del hombre, Jesús conducirá a todos los que están dispuestos a ser dirigidos diciendo: 'Seguidme en vuestra marcha hacia arriba, paso a paso, hasta llegar a donde brilla la clara luz del Sol de Justicia'. NB 356 1 "Pero no todos están siguiendo la luz. Algunos están apartándose del sendero seguro, que a cada paso es el sendero de la humildad. Dios ha encomendado a sus siervos un mensaje para este tiempo; pero este mensaje no coincide en todo respecto con las ideas de todos los dirigentes, y algunos critican el mensaje y a los mensajeros. Aun se atreven a rechazar las palabras de reprobación enviadas a ellos por Dios por medio de su Espíritu Santo. NB 356 2 "¿Qué reserva adicional de poder tiene el Señor para alcanzar a los que han desoído sus advertencias y reprobaciones y han atribuido a los testimonios del Espíritu de Dios una fuente no más elevada que la sabiduría humana? En el juicio vosotros que habéis hecho esto, ¿qué podéis ofrecer a Dios como excusa por haber dejado de lado las evidencias que él os ha dado de que Dios estaba en la obra? 'Por sus frutos los conoceréis'. No repetiréis delante de vosotros las evidencias dadas en los dos años pasados en la forma en que Dios ha tratado a sus siervos escogidos; pero la presente evidencia de la forma en que él opera os es revelada, y ahora estáis en la obligación de creer. No podéis descuidar los mensajes de amonestación de Dios; no podéis rechazarlos o tratarlos con liviandad, sino con peligro de una pérdida infinita. NB 356 3 "El cavilar, el ridiculizar y la falsa presentación pueden realizarse sólo a expensas de rebajar vuestras propias almas. El uso de tales armas no gana preciosas victorias para vosotros, sino que rebaja la mente, y separa el alma de Dios. Las cosas sagradas son degradadas hasta el nivel de las comunes, y se crea una condición que agrada al príncipe de las tinieblas, y agravia y aleja al Espíritu de Dios. El cavilar y criticar deja al alma tan desprovista de gracia como los montes de Gilboa estaban desprovistos de lluvia. No puede ponerse ninguna confianza en el juicio de los que se complacen en ridiculizar y representar falsamente. Ningún peso puede asignarse a su consejo o resolución. Debéis llevar la imagen divina antes de hacer movimientos decididos para dar un molde diferente a los procedimientos en la causa de Dios. NB 357 1 "El acusar y criticar a aquellos a quienes Dios está usando, es acusar y criticar al Señor que los ha enviado. Todos necesitan cultivar sus facultades religiosas, a fin de tener el discernimiento correcto de las cosas religiosas. Algunos han dejado de distinguir entre lo que es oro puro y mero oropel, entre la sustancia y la sombra. NB 357 2 "Los prejuicios y opiniones que prevalecieron en Minneápolis no están muertos de manera alguna; las semillas sembradas allí en algunos corazones están listas para brotar en la vida y llevar su cosecha. Las plantas han sido cortadas, pero las raíces nunca han sido erradicadas, y ellas llevarán su fruto no santificado para envenenar el juicio, pervertir las percepciones y cegar el entendimiento de aquellos con los cuales os relacionáis, con respecto al mensaje y a los mensajeros. Cuando, mediante una confesión plena, destruyáis las raíces de amargura, veréis la luz en la luz de Dios. Sin esta obra completa nunca libraréis vuestras almas. Necesitáis estudiar la Palabra de Dios con un propósito, no para confirmar vuestras propias ideas, sino para probarlas, a fin de condenarlas o aprobarlas, según estén de acuerdo o no con la Palabra de Dios. La Biblia debe ser vuestra constante compañera. Debéis estudiar los Testimonios, no para extraer ciertas frases con el fin de emplearlas como os parezca mejor, para fotalecer vuestras declaraciones, mientras desatendéis las instrucciones más claras dadas para corregir vuestra conducta. NB 358 1 "Ha habido un apartamiento de Dios entre vosotros, y la obra de celoso arrepentimiento y regreso a vuestro primer amor, esencial para la restauración y la regeneración del corazón, todavía no está realizada. La incredulidad ha estado haciendo sus incursiones en nuestras filas; porque está de moda apartarse de Cristo, y dar lugar al escepticismo. En el caso de muchos el clamor del corazón ha sido: 'No queremos que éste reine sobre nosotros'. Baal, Baal es la elección. La religión de muchos entre nosotros será la religión del apóstata Israel, porque aman su propia manera de ser, y abandonan el camino del Señor. La verdadera religión, la única religión de la Biblia que enseña perdón solamente mediante los méritos de un Salvador crucificado y resucitado, que aboga por la justicia por fe en el Hijo de Dios, ha sido considerada livianamente, se ha hablado contra ella, se la ha ridiculizado y se la ha rechazado. Ha sido denunciada como culpable de inducir al entusiasmo y al fanatismo. Pero es la vida de Jesucristo en el alma, es el principio activo del amor impartido por el Espíritu Santo, lo único que hace que el alma sea fructífera en buenas obras. El amor de Cristo es la fuerza y el poder de todo mensaje divino que brotó alguna vez de labios humanos. ¿Qué clase de futuro nos espera, si dejamos de venir a la unidad de la fe? NB 358 2 "Cuando estamos unidos en la unidad por la cual Cristo oró, esta larga controversia que se ha mantenido viva por la agencia satánica, terminará, y no veremos a hombres que arman planes de acuerdo con el mundo, porque no tienen visión espiritual para discernir las cosas espirituales. Ahora ven a los hombres como árboles andando, y necesitan el toque divino, para ver como Dios ve, y trabajar como Cristo trabajó. Entonces los atalayas de Sión harán sonar la trompeta en forma unida, con notas más claras y más resonantes; verán venir la espada, y se darán cuenta del peligro en el cual se halla el pueblo de Dios. NB 359 1 "Necesitaréis hacer senderos rectos para vuestros pies, de modo que el cojo no se salga fuera del camino. Estamos rodeados por cojos y vacilantes en la fe, y habéis de ayudarlos, no haciéndoos cojos a vosotros mismos, sino manteniéndoos firmes, como hombres que han sido probados, firmes en los principios como una roca. Sé que debe hacerse una obra en favor del pueblo, o de otra manera muchos no estarán preparados para recibir la luz del ángel que baja del cielo para iluminar toda la tierra con su gloria. No penséis que seréis hallados como vasos para honra en el tiempo de la lluvia tardía, listos para recibir la gloria de Dios, si estáis elevando vuestras almas a la vanidad, hablando cosas perversas y acariciando en secreto raíces de amargura. El desagrado de Dios estará ciertamente sobre cada alma que guarda estas raíces de disensión y posee un espíritu que es muy diferente del Espíritu de Cristo. NB 359 2 "Cuando descansó el Espíritu del Señor sobre mí, parecía que yo estaba presente en uno de vuestros concilios. Uno de entre vosotros se puso en pie; su manera de hablar era muy decidida y ferviente mientras tenía un periódico en la mano. Pude leer claramente el título del periódico; era de American Sentinel. Se expresaron críticas con respecto a la revista y al carácter de los artículos allí publicados. Los que estaban en el concilio señalaron ciertos pasajes, declarando que esto debía quitarse, y aquello debía cambiarse. Se pronunciaron palabras fuertes de crítica acerca de los métodos de la revista, y prevaleció un fuerte espíritu diferente del Espíritu de Cristo. Las voces eran decididas y desafiantes. NB 360 1 "Mi guía me dio palabras de advertencia y reproche para hablar a aquellos que tomaron parte en este procedimiento y no fueron lentos en expresar sus acusasiones y condenación. En sustancia, éste fue el reproche dado: el Señor no presidió en ese concilio, y hay un espíritu de lucha entre los consejeros. La mente y los corazones de estos hombres no están bajo la influencia dominante del Espíritu de Dios. Dejad que los adversarios de nuestra fe sean los que sugieran y desarrollen tales planes como los que ahora estáis discutiendo. Desde el punto de vista mundano algunos de estos planes no son objetables; pero ellos no deben ser adoptados por aquellos que tienen la luz del cielo. La luz que Dios ha dado debe ser respetada, no solamente para nuestra propia seguridad, sino también para la seguridad de la iglesia de Dios. Los pasos que ahora están tomando unos pocos no pueden ser seguidos por el pueblo remanente de Dios. Vuestra conducta no puede ser sostenida por el Señor. Esa conducta hace evidente que habéis trazado vuestros planes sin la ayuda de Aquel que es poderoso en consejo. Pero el Señor obrará. Los que han criticado la obra de Dios necesitan tener los ojos ungidos, pues se han creído poderosos en su propia fuerza; pero hay Uno que puede detener el brazo del poderoso, y reducir a la nada los consejos de los prudentes. NB 360 2 "El mensaje que tenemos que presentar no es un mensaje que los hombres necesiten titubear en declarar. No han de tratar de cubrirlo ni ocultar su origen y propósito. Los que lo defienden deben ser hombres que no guarden silencio ni de día ni de noche. Como personas que han hecho un solemne voto delante de Dios han sido comisionados como mensajeros de Cristo, y como mayordomos de los misterios de la gracia de Dios, estamos bajo la obligación de declarar con fidelidad todo el consejo del Señor. No hemos de hacer menos prominentes las verdades especiales que nos han separado del mundo y que nos han hecho lo que somos, porque ellas están cargadas de intereses eternos. Dios nos ha dado luz con respecto a las cosas que ahora están ocurriendo en el último remanente del tiempo, y con la pluma y de viva voz hemos de proclamar la verdad al mundo, no de una manera temerosa sin vida, sino con demostración del Espíritu y el poder de Dios. Los más serios conflictos están envueltos en la presentación del mensaje, y los resultados de su promulgación son de gran importancia tanto para el cielo como para la tierra. NB 361 1 "El conflicto que se viene desarrollando entre los dos grandes poderes del bien y del mal pronto habrá de terminar. Pero hasta el tiempo de su finalización habrá encuentros continuos y agudos. Debemos proponernos ahora, como lo hicieron Daniel y sus compañeros en Babilonia, que seremos leales a los principios, venga lo que viniere. El horno de fuego ardiente calentado siete veces más que de ordinario, no hizo que estos fieles siervos de Dios se apartaran de la lealtad a la piedad. Ellos permanecieron firmes en el tiempo de prueba, y fueron arrojados al horno; pero no fueron abandonados por Dios. Vieron a un cuarto personaje que caminaba con ellos entre las llamas, y salieron del horno sin que se sintiese ni siquiera olor de fuego en sus vestimentas. NB 361 2 "Hoy día el mundo está lleno de aduladores y disimuladores; pero no permita Dios que quienes profesan ser guardianes de los sagrados cometidos traicionen los intereses de la causa de Dios insinuando ideas y métodos propios del enemigo de toda justicia. NB 362 1 "No tenemos tiempo ahora de colocarnos del lado de los transgresores de la ley de Dios, de mirar con sus ojos, de oír con sus oídos, de entender con sus sentidos. Debemos avanzar juntos y unidos. Debemos trabajar para llegar a ser una unidad, para ser santos en vida, y puros en carácter. Que los que profesan ser siervos del Dios vivo no se inclinen más ante el ídolo de las opiniones de los hombres, que no sean más esclavos de ninguna licencia vergonzosa, ni le sigan trayendo una ofrenda contaminada al Señor, es decir un alma manchada de pecado". ------------------------Capítulo 49--Allende el pacífico NB 363 1 En los informes y discursos presentados en la sesión de la Asociación General en 1891, el pastor S. N. Haskell hizo fervientes llamados en procura de obreros para ser enviados a países distantes que recientemente él había visitado; e hizo especial hincapié en lo urgente que era establecer un colegio en Australia para preparar obreros cristianos. El estaba profundamente impresionado con la importancia de tener, en todas las grandes divisiones del mundo, jóvenes educados en su propio país, para servir como colportores, maestros y predicadores. Rogó que se seleccionaran maestros para abrir un colegio en Australasia; y también instó a la Sra. White y a su hijo W. C. White, a que pasaran algún tiempo en ese campo. NB 363 2 La junta misionera tomó un acuerdo, inmediatamente después de la sesión, invitándolos a viajar en el otoño. Esto los llevaría a un nuevo campo de trabajo durante el verano de Australia. El barco que viajaría en octubre estaba ya sobrecargado de pasajeros, por lo que su partida de San Francisco se demoró hasta la salida del barco Alameda, el 12 de noviembre. NB 363 3 El pastor George B. Starr y su esposa, que fueron elegidos para desempeñar una parte en el funcionamiento del propuesto colegio australiano, habían ido de antemano a las islas Hawai, donde emplearon siete semanas muy ocupadas antes de la llegada del Alameda. Los otros miembros de la partida eran W. C. White, María A. Davis, May Walling, Fannie Bolton y Emily Campbell. El viaje NB 364 1 Hubo buen tiempo durante la mayor parte de los 25 días de navegación. NB 364 2 En Honolulu el barco permaneció 19 horas, y ¡qué horas gozosas fueron aquéllas! Aquí la partida fue recibida por varios de los hermanos y hermanas, quienes les mostraron a los viajeros las bellezas del lugar, y les hicieron una fiesta en casa de la Hna. Kerr. Mientras tanto había circulado la noticia, y por la tarde la Sra. White habló a un gran auditorio en el salón de la Asociación Cristiana de Jóvenes. NB 364 3 El día que cumplía 64 años de edad, un día antes de que el barco llegara a Samoa, la Sra. White escribió: NB 364 4 "Al contemplar el año pasado, estoy llena de gratitud a Dios por su cuidado preservador y por su amorosa bondad. Estamos viviendo en un tiempo peligroso, cuando todas nuestras facultades deben consagrarse a Dios. Hemos de seguir a Cristo en su humillación, su abnegación, sus sufrimientos. Le debemos todo a Jesús, y nuevamente me consagro a su servicio, para exaltarlo ante la gente y para proclamar su amor incomparable". NB 364 5 Cerca del mediodía del 3 de diciembre, el Alameda atracó en el muelle de Auckland. Muy pronto una cantidad de miembros influyentes de la iglesia de Auckland se hallaban a bordo, dando la bienvenida al grupo que había ido a visitar Nueva Zelanda. Todos fueron invitados al hogar del Hno. Eduardo Hare. Durante la comida se relataron muchos incidentes de la primera visita del pastor Haskell. Por la tarde se hizo una inspección de la ciudad y de sus hermosos suburbios. Por la noche la Sra. White habló a una congregación ávida acerca del amor de Jesús, en la primera iglesia adventista del séptimo día edificada al sur del ecuador. NB 365 1 Temprano por la mañana siguiente el Alameda prosiguió su camino y entró en el puerto de Sidney a las siete de la mañana del 8 de diciembre. El pastor A. G. Daniells y señora estaban esperando en el muelle. Durante la semana que la Sra. White pasó en casa de ellos, habló dos veces a la iglesia de Sidney. NB 365 2 El 16 de diciembre la partida llegó a Melbourne, donde el pastor George C. Tenney y sus asociados de la casa editora le dieron una cálida bienvenida. Antes de la llegada de la Sra. White, el pastor Tenney había dejado su nueva casa e insistió en que ella y sus ayudantes entraran y se acomodaran en ella. La reunión de la Asociación Australiana NB 365 3 Faltaba sólo una semana para la iniciación de las reuniones de la Asociación Australiana, que habían de realizarse en el Federal Hall, Fitzroy Norte, Melbourne, comenzando el 24 de diciembre. Asistían a la misma unos cien representantes de las compañías de observadores del sábado de Victoria, Tasmania, el sur de Australia y Nueva Gales del Sur. NB 365 4 En ese tiempo había 450 observadores del sábado en toda Australia y Tasmania. En la capital de cada una de las colonias en que se había empezado la obra, se había establecido una iglesia; y era en estas ciudades más importantes donde el grueso de los hermanos se hallaba establecido. NB 365 5 Durante la conferencia se habló mucho de cómo los pocos creyentes sobre los cuales descansaba la responsabilidad de mantener en alto la luz del mensaje, debían llevarlo a todas partes del gran continente australiano. Los fieles colportores habían colocado miles de libros de la verdad en los hogares de la gente, y ahora se hacían planes para el empleo de instructores bíblicos que atendieran el interés despertado por la lectura de estos libros. Consideración de los intereses de la escuela NB 366 1 La mayoría de los que habían abrazado la verdad en Australia eran comerciantes que vivían en las ciudades. Cuando sus hijos llegaban a la edad en que terminaban su curso en las escuelas públicas y se preparaban para ayudar a sostener la familia, se halló que era extremadamente difícil que encontraran empleo o que aprendieran diversos oficios, debido a la observancia del sábado. NB 366 2 Algunos anhelaban que sus hijos se prepararan para ser obreros en la causa. ¿Pero cómo podía lograrse esto? Las colonias estaban pasando por una seria depresión financiera; y muchos de los observadores del sábado, junto con millares de otros, se hallaban grandemente perplejos y muy sobrecargados con la tarea de proporcionar a sus familias los medios para las necesidades de la vida. ¿Cómo podían entonces ellos, en un tiempo tal, abordar la costosa empresa de establecer y sostener un colegio denominacional? NB 366 3 Los colportores rogaban que se organizara la escuela sin demora. Muchos de ellos habían tenido que depender de sus propios recursos en la primera parte de su vida. Tenían poca educación escolar, y su obra los había inducido a sentir que debían tener la oportunidad de capacitarse para un servicio más eficiente. Ellos indicaron con insistencia que si no se establecía pronto una escuela en Australia, se verían obligados a afrontar el gran gasto de ir a los Estados Unidos para adquirir la educación necesaria con el propósito de obtener el mejor éxito en su trabajo. También afirmaron que aunque unos pocos de ellos podrían hacer esto, habría veintenas que asistirían a un colegio en Australia, pero que no podían hacer lo propio allende los mares. NB 367 1 La Asociación nombró una comisión para delinear planes y a otra comisión para estudiar el problema del sitio; y autorizó la conducción de un curso de preparación para obreros mientras se realizara la selección del lugar y la erección de los edificios. Enfermedad y cambio de planes NB 367 2 Se había planeado que la Sra. White con su hijo y los pastores Daniells y Starr asistieran a la conferencia de Nueva Zelanda que debía celebrarse en abril de 1892. Pero poco tiempo después de finalizar la reunión de Melbourne, ella sufrió un severo ataque de neuritis. Cuando se hizo evidente que no podía asistir a la reunión de Nueva Zelanda, la Sra. White alquiló una casa espaciosa en Preston, suburbio norteño de Melbourne, y dijo que haría lo posible para completar su libro sobre la vida de Cristo, por tanto tiempo prometido. NB 367 3 De tiempo en tiempo, cuando el clima era favorable, la Sra. White hablaba en las reuniones del sábado en la iglesia de Melbourne. A veces, cuando no podía ascender los escalones que llevaban al Salón Federal, era llevada a la plataforma; y en dos o tres ocasiones, cuando no pudo estar de pie, habló sentada en un sillón. Apertura de la Escuela Bíblica Australiana NB 367 4 Durante el invierno de 1892, la Sra. White observó con ávido interés los esfuerzos que se hacían para iniciar la propuesta escuela. En abril rogó a los hermanos que tenían responsabilidad en los Estados Unidos que reconocieran las posibilidades del futuro, y proveyeran facilidades para la preparación de una gran fuerza de obreros: éstos podrían entrar en territorio hasta allí no trabajado. "¡Oh, qué vasto número de personas que nunca han sido amonestadas!--escribió ella--. ¿Está bien que se proporcione una gran superabundancia de oportunidades y privilegios para la obra en los Estados Unidos, mientras se nota una gran carencia de la debida clase de obreros aquí en este campo? ¿Dónde están los misioneros de Dios?" NB 368 1 "Nuestro campo es el mundo--escribió--. El Salvador indujo a los discípulos a empezar su obra en Jerusalén, y les indicó que luego debían pasar a Judea y Samaria y llegar finalmente hasta lo último de la tierra. Tan sólo una pequeña proporción de la gente aceptaba las doctrinas; pero los mensajeros conducían el mensaje rápidamente de lugar en lugar, pasando de un país a otro, levantando el estandarte del Evangelio en todos los lugares cercanos y lejanos de la tierra". NB 368 2 En junio, la comisión que estaba a cargo de este asunto anunció que en el camino de Santa Kilda, Melbourne, se habían rentado para la escuela dos casas en la Terraza de George. NB 368 3 En la primera parte de agosto, el pastor L. J. Rousseau y señora llegaron de los Estados Unidos, y el 24 de agosto comenzó un período de estudios de 16 semanas. Los maestros eran: el pastor Rousseau, director; el pastor Starr, profesor de Biblia; W. L. H. Baker y la Sra. Rousseau realizaba trabajos varios, y la Sra. Starr era la preceptora. Muy pronto había 24 alumnos que asistían a la escuela. Casi todos eran adultos. Doce habían sido colportores o se estaban preparando para esa obra. La mitad de los restantes doce habían sido obreros en una u otra rama del servicio cristiano. NB 368 4 El día de la apertura los pastores Daniells, Tenney, Starr, White y Rousseau pronunciaron breves discursos. También la Sra. White habló, y en el curso de sus observaciones delineó con claridad el amplio ámbito de un colegio denominacional, y la relación vital que éste tiene con la tarea de terminar la obra de Dios en la tierra sin demora. Pero la carga especial que ella sentía era la de impresionar la mente de los profesores y estudiantes de que Dios, por medio de su providencia, estaba abriendo un país tras otro a los heraldos de la cruz, y de que en esos países que tenían la oportunidad de recibir el Evangelio, los honestos de corazón estaban andando a tientas en la oscuridad con avidez para hallar la luz de la verdad salvadora. NB 369 1 "Los planes y la obra de los hombres--dijo ella--no están guardando paso con las providencias de Dios; porque aunque algunos en esas naciones que pretenden creer la verdad declaran con su actitud: 'No queremos seguir tus planes, oh Señor, sino los nuestros', hay muchos que están rogando a Dios que les conceda la capacidad de entender cuál es la verdad. En lugares secretos están llorando y orando para poder ver la luz en las Escrituras, y el Señor del cielo ha comisionado a sus ángeles para cooperar con los agentes humanos a fin de llevar adelante sus amplios designios, de manera que todos los que deseen la vida puedan contemplar la gloria de Dios". NB 369 2 "Hemos de avanzar donde la providencia de Dios abre el camino--continuó la oradora--; y al avanzar encontraremos que el cielo se nos ha adelantado, ampliando el campo de trabajo mucho más allá de los límites de nuestros medios y nuestra habilidad. La gran necesidad del campo abierto delante de nosotros debe ser un llamado para que todos aquellos a quienes Dios ha confiado recursos o habilidades se dediquen ellos mismos y todo lo que tienen a Dios". NB 369 3 Por otra parte, los que han de recibir preparación no deben ser limitados en sus esfuerzos misioneros por barreras raciales o nacionales. Dondequiera que trabajen, sus esfuerzos han de ser coronados con un triunfo acelerado. "El propósito y los fines que han de lograrse por parte de misioneros consagrados--declaró la Sra. White--son muy abarcantes. El campo de operación misionera no está limitado por castas o por nacionalidades. El campo es el mundo, y la luz de la verdad ha de ir a todos los lugares oscuros de la tierra en un tiempo mucho más corto de lo que muchos piensan que es posible".1 NB 370 1 Fue en esta misma ocasión de la apertura de la Escuela Bíblica Australasiana, la cual más tarde llegó a ser el Colegio Misionero Australasiano, cuando la Sra. White dijo: NB 370 2 "La obra misionera de Australia y Nueva Zelanda está todavía en su infancia. Pero debe realizarse en Australia, Nueva Zelanda, Africa, la India, la China y las islas del mar la misma obra que se ha hecho en los Estados Unidos".2 Acosada por la enfermedad NB 370 3 Los sufrimientos de la Sra. White debidos a su neuritis, que comenzaron en enero, continuaron hasta noviembre de ese año. Su enfermera y sus secretarias le administraron fielmente vigorosos tratamientos para dominar la enfermedad, pero durante los meses del invierno ésta avanzó en forma constante. Ella continuó, sin embargo, su tarea de escribir. Sostenida en la cama, escribió cartas a amigos, testimonios a los obreros dirigentes de la causa, y muchos capítulos de El Deseado de todas las gentes. NB 370 4 Al acercarse la primavera experimentó un poco de mejoría; y en octubre decidió probar el clima más seco de Adelaida, al sur de Australia. Allí pasó seis semanas, con benéficos resultados. Una revisión de su experiencia NB 371 1 En una carta escrita desde Melbourne, el 23 de diciembre de 1892, a los hermanos reunidos en el congreso de la Asociación General, la Sra. White pasó revista a su experiencia durante esta larga enfermedad en los siguientes términos: NB 371 2 "Me regocijo en informaros de la bondad, la misericordia y las bendiciones que el Señor me otorgó. Todavía estoy rodeada de dolencias, pero estoy mejorando. El gran Restaurador está trabajando en mi favor, y alabo su santo nombre. Mis miembros están aumentando en fuerza, y aunque tengo dolores, no son tan severos como lo fueron durante los pasados diez meses. Estoy restaurada hasta el punto de que, tomándome de la baranda, puedo subir y bajar las escaleras sin ayuda. Durante todo el tiempo de mi aflicción he sido bendecida por Dios de la manera más señalada. En los conflictos más severos, con intenso dolor, yo comprendía la certeza de la promesa: 'Bástate mi gracia'. A veces, cuando parecía que no podía resistir el dolor, cuando no podía dormir, miraba a Jesús en procura de fe, y su presencia estaba conmigo, toda sombra de oscuridad era disipada, una luz bendita me rodeaba y toda la habitación se llenaba con la luz de su divina presencia. NB 371 3 "He sentido que podía dar la bienvenida al sufrimiento si esta preciosa gracia me habría de acompañar. Yo sabía que el Señor es bueno y lleno de gracia, de misericordia y compasión, y de un amor tierno y piadoso. En mi condición indefensa y sufriente, su alabanza ha llenado mi alma y ha estado en mis labios. Mi meditación ha sido muy consoladora y fortalecedora al pensar en cuánto peor podría ser mi condición sin la gracia sostenedora de Dios. Mi vista me ha sido preservada, y también mi memoria, y mi mente nunca ha estado más clara y activa para ver la belleza y el carácter precioso de la verdad. NB 372 1 "¡Cuán ricas son las bendiciones que disfruto! Con el salmista puedo decir: '¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos! Si los enumero, se multiplican más que la arena; despierto, y aún estoy contigo' Salmos 139:17-18. Estas últimas palabras expresan mis sentimientos y mi experiencia. Cuando me despierto, el primer pensamiento y la primera expresión de mi corazón es: '¡Alaba al Señor! Te amo, oh Señor. Tú sabes que te amo. Precioso Salvador, me has comprado con el precio de tu propia sangre. Me has considerado de valor, o de otra manera no habrías pagado un precio tan infinito por mi salvación. Tú, mi Redentor, has dado tu vida por mí, y no habrás muerto en vano por mí'... NB 372 2 "Desde las primeras semanas de mi aflicción no he tenido dudas con respecto a mi deber de venir hasta este campo distante; y aún más, mi confianza en los planes de mi Padre celestial ha sido grandemente aumentada con motivo de mi aflicción. No puedo ver ahora todo el propósito de Dios, pero tengo la confianza de que era parte de su plan que yo fuera afligida de esta manera, y me siento contenta y perfectamente cómoda sobre este asunto. Con los escritos que irán en este correo, he escrito desde que salí de los Estados Unidos dos mil páginas de cartas. No podía haber hecho todo esto si el Señor no me hubiera fortalecido y bendecido en gran manera. Ni una sola vez me ha fallado la mano derecha. Mi brazo y mi hombro han sufrido mucho, un sufrimiento duro de llevar, pero mi mano ha podido sostener la pluma y trazar las palabras que he recibido del Espíritu del Señor. NB 373 1 "He tenido la más preciosa experiencia y testifico ante mis colaboradores en la causa de Dios: 'Grande es Jehová, y digno de suprema alabanza'".3 El congreso de la Asociación Australiana de enero de 1893 NB 373 2 La quinta sesión de la Asociación Australiana se realizó en Fitzroy, Melbourne, del 6 al 15 de enero de 1893. Durante esta reunión la Sra. White habló siete veces sobre temas relativos a la piedad práctica. NB 373 3 Un día ella pasó revista al surgimiento y el progreso de la obra de publicaciones denominacional. Instó a los hermanos de Australia a empeñar sus mejores esfuerzos para desarrollar obreros fuertes en este y en otros ramos del esfuerzo cristiano. Actividades en Nueva Zelanda NB 373 4 A la finalización del congreso de la Conferencia Australiana, la Sra. White decidió emprender la visita largamente postergada a Nueva Zelanda. La acompañó Emilia Campbell, quien la ayudó tanto en calidad de secretaria como de enfermera. Su hijo W. C. White, y el pastor Starr y señora, estuvieron también con ella durante gran parte del tiempo. NB 373 5 Al llegar a Auckland, el 8 de febrero, fueron recibidos por el pastor M. C. Israel, y conducidos a una casa amueblada que la iglesia de Auckland puso a su disposición. NB 373 6 Durante los doce días empleados en ferviente labor en favor de la iglesia de Auckland, la Sra. White habló ocho veces. Después de esto pasó tres semanas con los hermanos y hermanas de Kaeo, la iglesia adventista más antigua de Nueva Zelanda. Allí encontró un número promisorio de jóvenes por los cuales trabajó fervientemente. NB 374 1 Tanto en Auckland como en Kaeo la Sra. White instó a los hermanos y hermanas a asistir, junto con sus familias, al congreso anual que había de realizarse en Napier, durante la última parte de marzo. Este iba a ser un congreso campestre, el primero que los adventistas del séptimo día realizarían al sur del ecuador. Con respecto a esta experiencia ella escribió: NB 374 2 "Sentíamos que este primer congreso campestre debía ser, tanto como fuera posible, un ejemplo de lo que debían ser todas las demás reuniones de esta clase que se realizarían en lo futuro. Una y otra vez dije a la gente: 'Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte' Hebreos 8:5. Jesús dijo a sus discípulos: 'Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto' Mateo 5:48". NB 374 3 Pero con respecto a este propuesto congreso campestre parecía imposible despertar mucho entusiasmo entre los creyentes. Los campamentos de leñadores, y los grupos de tiendas para constructores de camino, eran cosas bien conocidas, pero no muy deseadas; pero un campamento cómodo para un grupo de gente que se reúne para adorar a Dios era algo enteramente nuevo en Nueva Zelanda. NB 374 4 Debido a la depresión financiera, era extremadamente difícil para muchos asistir. Hasta el comienzo de la reunión, había poca promesa de que acamparían más de 30 personas en los terrenos. Se proveyeron tiendas para ese número. Pero cuando la reunión estaba empezando, comenzaron a llegar sin anunció miembros de diferentes iglesias hasta que hubo el doble de lo que se había esperado. Durante la última semana de reuniones había 18 tiendas en el campamento, ocupadas por 53 personas. Muchos otros ocupaban habitaciones en el vecindario. Estos, junto con los miembros de la iglesia de Napier, constituían una congregación de buen tamaño durante el día. Cada noche la gran tienda estaba bien llena. NB 375 1 A medida que progresaban las reuniones, el plan de realizar congresos campestres iba ganando una aprobación mayor y más entusiasta, y se votó que la próxima conferencia anual se realizara en un campamento. Se tomaron resoluciones que respaldaban la Escuela Bíblica Australasiana, y se recogieron fondos para la misma: 500 dólares para muebles, y 400 para ayudar a los alumnos. Como fondo para el campamento, se recogieron 270 dólares. NB 375 2 "Después de la finalización del congreso campestre de Napier--escribió la Sra. White--, decidimos visitar Wellington, y también pasar unos pocos días en Palmerston Norte para trabajar por una pequeña compañía de observadores del sábado allí establecida y que pedía ayuda. Aunque las molestias físicas todavía me acompañaban de noche y de día, el Señor me dio gracia para soportarlas. A veces, cuando me sentía incapaz de cumplir con mis compromisos, decía: 'Con fe me presentaré delante del pueblo'; y cuando lo hacía, recibía fuerzas para sobreponerme a mis dolencias y presentar el mensaje que el Señor me había dado". NB 375 3 En Wellington la Sra. White recibió una calurosa bienvenida en el hogar de la Sra. M. H. Tuxford, donde pasó varios meses. Desde esta sede temporaria ella salía de vez en cuando para hablar a pequeños grupos de creyentes establecidos en Petone, Ormondville, Dannevirke, Palmerston Norte y Gisborne. NB 375 4 Antes de regresar a Australia, la Sra. White asistió al segundo congreso de Nueva Zelanda, realizado del 30 de noviembre al 12 de diciembre de 1893, en un suburbio protegido de Wellington. Hubo el doble de la asistencia de la que había habido en las reuniones de Napier. El pastor O. A. Olsen, presidente de la Asociación General, llegó en los primeros días del congreso, y sus labores y su oportuna instrucción fueron de un valor indecible. Trajo informes animadores de los grandes campos misioneros que había visitado recientemente; y se dirigió a los jóvenes urgiéndolos a que se capacitaran para el servicio en la obra final del Evangelio. NB 376 1 Desde Wellington la Sra. White, y el pastor Olsen y otros obreros, se apresuraron a viajar a Melbourne para asistir al primer congreso campestre de Australia. ------------------------Capítulo 50--El primer congreso campestre en Australia NB 377 1 "Nos alegramos de anunciar a nuestro pueblo--escribió el pastor A. G. Daniells a fines de septiembre de 1893 a los hermanos y hermanas de Australia--, que ha llegado el tiempo en que la junta directiva de la Asociación ve preparado el camino para realizar los deseos de muchos de tener un congreso campestre". Algunos habían estado esperando ansiosamente un anunció semejante, y éste llegó como una gran noticia a las filas de los creyentes esparcidos por todas las colonias australianas. NB 377 2 Entre los obreros que se había anunciado que asistirían se encontraban el pastor O. A. Olsen, presidente de la Asociación General; la Sra. Elena G. White y algunos hermanos a quienes la junta misionera enviaba desde los Estados Unidos para ayudar a la pequeña fuerza de obreros del campo australiano. La promesa de tener amplia ayuda indujo al pastor Daniells a añadir sus palabras de recomendación: "Esta será una rara ocasión--que tal vez no tendremos de nuevo por años--y ciertamente esperamos que sólo pocos de nuestros hermanos se nieguen el privilegio de estar presentes".1 NB 378 1 Se requería mucha fe para planear un congreso campestre general al cual se invitaba a los hermanos y hermanas de todas las colonias. Sólo los gastos de viaje parecían casi prohibitivos debido a las extensas distancias que debían recorrerse. Pero la necesidad de reunirse era imperativa, y por lo tanto se instó a los creyentes, en forma reiterada, a asistir. "Esta reunión--declaró la Sra. White--señalará una nueva era en la historia de la obra de Dios en este campo. Es importante que todo obrero de nuestras iglesias esté presente, e insto a todos a venir". NB 378 2 "Temo que algunos digan--continuó--: 'Es costoso viajar, y sería mejor que yo ahorrara el dinero y lo diera para el avance de la obra en donde se lo necesite tanto'. No razonéis de esta manera; pues Dios espera que ocupéis vuestro lugar en las filas de su pueblo. Habéis de estar aquí en persona, y fortalecer la reunión todo lo que podáis... Sabemos que los creyentes en la verdad están esparcidos ampliamente; pero no presentéis ninguna excusa que os impida obtener toda ventaja espiritual posible. Venid a la reunión, y traed a vuestras familias... NB 378 3 "Debemos usar toda facultad que esté a nuestra disposición para hacer de esta reunión un éxito, y debemos adecuarla a las necesidades de aquellos que asistirán. La obra del Señor está por encima de todo interés temporal, y no debemos representar falsamente su causa. Velar, esperar, trabajar, debe ser nuestra divisa... NB 378 4 "Dios ha encomendado a nuestras manos una obra muy sagrada, y necesitamos reunirnos para recibir instrucción en cuanto a lo que es la religión personal y la piedad familiar; necesitamos entender qué parte seremos llamados a desempeñar individualmente en la obra grande e importante de edificar la causa y la obra de Dios en la tierra, de vindicar su santa ley, y de elevar al Salvador, 'el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo' Juan 1:29. Necesitamos recibir el toque divino, para que podamos entender nuestra obra en el hogar. Los padres necesitan entender cómo pueden enviar del santuario del hogar hijos cristianos, preparados y educados de tal manera que puedan brillar en el mundo. Necesitamos el Espíritu Santo, para que no representemos falsamente nuestra fe... Es ahora harto tiempo de hacer un movimiento de avance en Australia... Avancemos con un esfuerzo bien concertado, y venzamos toda dificultad".2 NB 379 1 Algunos de los hermanos fabricaron de antemano 35 carpas para familias, a fin de ser usadas en el congreso. Se pensó que éstas harían frente a toda la demanda. Pero a medida que los pedidos iban llegando, se compraban más carpas, y se alquilaron otras para las reuniones. Cuando se completó, el campamento tenía más de cien tiendas. Asistieron 511 personas. Los planes fueron bien trazados y fielmente realizados. Muchas de las tiendas estaban amuebladas con las armaduras de las camas, y con sillas y cómodas; y todo el campamento era un modelo de limpieza y buen orden. NB 379 2 "Sentimos que Dios había estado con nosotros en todos los arreglos--escribió la Sra. White cuando se refirió más tarde a estos arduos esfuerzos para hacer que los terrenos resultaran atractivos e invitadores--; y se trató de que el orden de nuestro campamento mostrara las alabanzas de Aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable". 1 Pedro 2:9. Los resultados logrados fueron mucho mayores que los que habían trabajado duramente se habían atrevido a esperar. "El campamento impresionó en quienes lo visitaron--escribió la Sra. White también--que la verdad que defendíamos era de gran importancia, y que el espíritu misionero es el verdadero espíritu del Evangelio. NB 380 1 "Este era el primer congreso campestre que Melbourne haya visto, y era una maravilla y un milagro para el pueblo. Cerca y lejos se divulgaron las noticias concernientes a esta ciudad de tiendas, y se despertó un admirable interés. Cada tarde y cada noche la tienda estaba llena hasta su máxima capacidad, no de una clase baja de la sociedad, sino de gente inteligente, médicos de nota, ministros y comerciantes. Vimos que, con la bendición de Dios, este congreso haría más para presentar nuestra obra ante la gente, que lo que hubieran hecho años de trabajo. NB 380 2 "Miles visitaron el campamento y expresaron su placer y su admiración por el orden de los terrenos, y lo bien que estaban hechos los arreglos en las tiendas, limpias y blancas. No pareció despertarse ninguna terca oposición cuando los hombres y mujeres escuchaban la verdad por primera vez. El poder de Dios estaba entre nosotros. Brighton se hallaba conmovido desde un extremo hasta el otro. Se despertó tanto en Melbourne como en los suburbios circunvecinos, un interés mayor que cualquier cosa que hubiéramos presenciado desde el movimiento de 1844. La verdad era nueva y extraña; sin embargo impresionó a la gente; porque predicábamos la Palabra de Dios, y el Señor la hacía llegar a los corazones de los oyentes. NB 380 3 "Muchos visitantes venían desde lejos y, como ocurría en el movimiento de 1843 y 1844, traían consigo su merienda y permanecían todo el día. Una cantidad de ciudadanos del lugar declararon que si no fuera porque vivían cerca, habrían rentado tiendas y acampado con nosotros en los terrenos. Valoraban el privilegio de escuchar la Palabra de Dios tan claramente explicada. Dijeron que la Biblia parecía estar llena de cosas nuevas y preciosas, y que era como un libro nuevo para ellos. De parte de muchos escuchamos expresiones tales como las siguientes: 'Esto es más de lo que esperábamos'. 'Nuestra fe es confirmada; nuestra esperanza es más brillante; nuestra creencia en el testimonio de las Escrituras se ha fortalecido'". NB 381 1 "Yo he asistido a muchos congresos campestres--testificó el pastor O. A. Olsen, concerniente a las reuniones de Brighton--, pero nunca antes había presenciado tanto interés de parte de la gente de afuera. Esto se parece más que ninguna cosa que haya visto hasta ahora a lo que, en mi imaginación, yo pensaría que es la fuerte voz del mensaje del tercer ángel. Está impresionando profundamente a la ciudad de Melbourne. Dondequiera que uno va, el tema principal de las conversaciones es el congreso y lo que allí se ve y se escucha. Desde todas partes llegan fervientes pedidos de reuniones... NB 381 2 "Para nuestros hermanos esta reunión ha sido del mayor valor posible. Les ha dado ideas mucho más amplias de la obra para este tiempo, y una experiencia cristiana más profunda. Después que ellos han estado aquí una semana, votaron casi unánimemente continuar todavía otra semana".3 NB 381 3 "Como una proyección del congreso campestre de Brighton--testificó más tarde la Sra. White--, surgieron varias iglesias. Visité la iglesia de Williamstown, y me regocijé al ver que muchos tenían el valor moral de manifestar su lealtad a los mandamientos de Dios a pesar de la continua oposición que se había acumulado contra ellos y contra la santa ley de Dios. NB 381 4 "Se levantó una iglesia en Hawthorne, y otra en Brighton. Unas sesenta personas pertenecen a estas dos iglesias. Un gran número de nuevos miembros se han añadido a la iglesia de Prahan, y a la iglesia de Fitzroy Norte. Están llegando continuamente personas que escucharon la verdad en el congreso de Brighton. NB 382 1 "Algunos dirán que estos congresos campestres son muy costosos, y que la Asociación no puede sostener otra reunión semejante; pero cuando vemos las tres iglesias que han sido organizadas, y que están prosperando en la fe, ¿podemos dudar de la respuesta a la pregunta: '¿Vale la pena?' ¿No elevaremos nuestras voces en la afirmación decidida de 'Vale la pena'?" ------------------------Capítulo 51--El colegio de Avondale NB 383 1 Durante los últimos días del congreso campestre de Australia se dedicó mucho tiempo al estudio de los problemas educativos. La comisión que estaba a cargo de la escuela bíblica australasiana, y la comisión encargada de decidir la locación, presentaron sus informes. En general se creía que los tres cortos períodos de estudio que funcionaron en casas rentadas habían sido de gran valor y debían considerarse como un éxito notable. Al mismo tiempo, se vio que si la escuela continuaba en edificios rentados, los gastos para los alumnos serían demasiado grandes para hacer posible la gran asistencia que era deseable. También era evidente que, con una asistencia limitada, los gastos para los promotores de empresa serían muy pesados. ¿Cómo podría la escuela ser puesta sobre una base tal que abriera el camino para que una gran cantidad de alumnos asistiera a un costo moderado? NB 383 2 La Sra. White habló a menudo con respecto a la obra educativa, y presentó los puntos de vista que le fueron dados de tiempo en tiempo concernientes al carácter de la obra que ha de realizarse y de los lugares que deben seleccionarse para la preparación de los cristianos. Ella también habló de las ventajas que se obtienen combinando el estudio con el trabajo en la adquisición de una educación equilibrada. NB 383 3 Poco tiempo después del congreso campestre, ella preparó para la publicación una abarcante declaración al efecto de que es aconsejable colocar el colegio fuera de las grandes ciudades. También delineó la clase de educación que debe impartirse en la propuesta escuela. Las características principales de estos consejos se destacan en los siguientes extractos: Trabajo y educación NB 384 1 "Hemos pensado mucho de día y de noche con respecto a nuestras escuelas. ¿Cómo deben ser dirigidas? ¿Y cuál será la educación y la preparación de nuestra juventud? ¿Dónde deberá estar instalada la Escuela Bíblica Australasiana? Me desperté esta mañana a la una de la madrugada con una carga pesada sobre mi alma. El tema de la educación me ha sido presentado de diferentes maneras, en diversos aspectos, por medio de muchas ilustraciones, y con especificaciones directas, a veces sobre un punto, y otras sobre otro. Por cierto, creo que tenemos mucho que aprender. Somos ignorantes con respecto a muchas cosas. NB 384 2 "Al escribir y hablar acerca de la vida de Juan el Bautista y de la vida de Cristo, he tratado de presentar lo que se me ha mostrado con respecto a la educación de nuestra juventud. Estamos bajo la obligación, por parte de Dios, de estudiar este tema en forma franca; porque merece un examen detenido y crítico en cada uno de sus aspectos... NB 384 3 "Los que pretenden conocer la verdad y entender la gran obra que ha de ser hecha para este tiempo han de consagrarse a Dios en alma, cuerpo y espíritu. En el corazón, en la vestimenta, en el lenguaje y en todo respecto deben separarse de las modas y prácticas del mundo. Han de ser un pueblo peculiar y santo. No es su indumentaria lo que los hace peculiares; pero debido a que forman un pueblo peculiar y santo, no pueden llevar las marcas de identificación del mundo. NB 385 1 "Muchos que suponen que están en camino al cielo, están cegados por el mundo. Sus ideas con respecto a lo que constituye una educación religiosa y una disciplina religiosa son vagas, y descansan solamente sobre probabilidades. Hay muchos que no tienen una esperanza inteligente, y corren gran riesgo de practicar las mismas cosas que Jesús enseñó que no deben hacer en el comer, en el beber, en el vestir, uniéndose con el mundo en una variedad de asuntos. Todavía tienen que aprender la seria lección, tan esencial para el crecimiento en espiritualidad, de salir del mundo y estar separados de él. El corazón está dividido; la mente carnal anhela conformidad con el mundo y similitud con él en tantos aspectos, que la señal de distinción del mundo es apenas perceptible. El dinero, el dios dinero, se gasta con el propósito de parecerse al mundo, la experiencia religiosa es contaminada de mundanalidad, y la evidencia del discipulado--la semejanza a Cristo en la abnegación y en llevar la cruz--no puede ser discernida por el mundo o por el universo del cielo... NB 385 2 "Nunca podrá impartirse la debida educación a la juventud en este país o en cualquier otro, a menos que estas instituciones estén a gran distancia de las ciudades. Las costumbres y prácticas de las ciudades incapacitan las mentes de los jóvenes para la recepción de la verdad. El beber bebidas alcohólicas, el fumar y los juegos de azar, las carreras de caballos, la asistencia a los cines, la gran importancia que se les da a los días feriados, todas estas cosas son especies de idolatría, un sacrificio sobre altares idólatras... NB 385 3 "No es un plan correcto establecer edificios de escuela donde los estudiantes tengan constantemente delante de sus ojos las prácticas erróneas que han modelado su educación durante toda su vida, sea este período largo o corto... Si las escuelas se ubicaran en las ciudades o en el perímetro de unos pocos kilómetros de ellas, sería más difícil contrarrestar la influencia de la educación anterior que los alumnos han recibido con respecto a estos días feriados y las prácticas relacionadas con ellos, tales como carreras de caballo, apuestas y ofrecimientos de premios. La misma atmósfera de estas ciudades está llena de miasmas ponzoñosas... NB 386 1 "Hallaremos que es necesario establecer nuestros colegios fuera de las ciudades y lejos de ellas, y sin embargo no tan lejos que los alumnos no puedan estar en contacto con ellas, para hacerles bien, para permitir que la luz brille en medio de las tinieblas morales. Los alumnos necesitan ser puestos bajo la influencia de circunstancias más favorables para contrarrestar mucha de la educación que han recibido... NB 386 2 "Necesitamos escuelas en el campo a fin de poder educar a los niños y a los jóvenes para que lleguen a ser señores del trabajo, y no esclavos del trabajo. La ignorancia y la holgazanería no elevarán a un miembro de la familia humana. La ignorancia no aliviará la suerte del que trabaja duro. Que el obrero vea la ventaja que puede obtener en la más humilde ocupación, usando la capacidad que Dios le ha dado como una concesión. Así puede llegar a ser un educador, y enseñar a otros el arte de hacer la obra inteligentemente. Puede entender lo que significa amar a Dios con el corazón, el alma, la mente y las fuerzas. Las facultades físicas han de consagrarse al servicio por amor a Dios. El Señor necesita las fuerzas físicas, y podéis revelar su amor por él mediante el uso debido de vuestras facultades físicas, realizando precisamente la obra que necesita hacerse. No hay acepción de personas para Dios... NB 386 3 "Hay en el mundo mucho trabajo duro y difícil para hacer; y el que trabaja sin ejercitar las facultades que Dios le ha dado, de la mente, del corazón y del alma, el que emplea la fuerza física solamente, hace que el trabajo resulte una carga pesada y agobiante. Hay personas con una mente, un corazón y un alma tales, que consideran el trabajo como una carga pesada, y se aplican al mismo con una ignorancia complaciente, laborando sin usar el pensamiento, sin emplear las capacidades mentales para hacer un trabajo mejor. NB 387 1 "Hay ciencia en la clase más humilde de trabajo; y si todos tuvieran ese concepto, verían nobleza en el trabajo. El corazón y el alma han de ser puestos en el trabajo, cualquiera sea la clase; entonces hay alegría y eficiencia. En las ocupaciones agrícolas y mecánicas, los hombres pueden dar evidencia ante Dios de que aprecian su don en las capacidades físicas, como también en las facultades mentales. Empléese la capacidad educada en idear mejores métodos de trabajo. Esto es lo que el Señor quiere. Todo tipo de trabajo que necesite ser hecho es honorable. Que la ley de Dios se convierta en una norma de acción, y entonces ella ennoblecerá y enaltecerá todo trabajo. La fidelidad en el desempeño de todo deber hacen del trabajo algo noble, y revela un carácter que Dios puede aprobar... NB 387 2 "Las escuelas deben establecerse donde haya tantas cosas como sea posible, en la naturaleza, para deleitar los sentidos y dar variedad al escenario. Aunque evitamos lo falso y artificial, descartando las carreras de caballos, el juego de cartas, las loterías, las peleas por premio, el beber y el uso de del tabaco, debemos proporcionar fuentes de placer que sean puras, nobles y elevadoras. Debemos escoger una ubicación para nuestra escuela lejos de las ciudades, donde los ojos no descansen continuamente sobre las moradas de los hombres, sino sobre las obras de Dios; donde haya lugares de interés que los alumnos puedan visitar fuera de lo que la ciudad les otorga. Establézcanse nuestros alumnos en lugares donde la naturaleza pueda hablar a los sentidos, y en la voz de ella escucharán la voz de Dios. Estén ellos donde puedan mirar las obras maravillosas del Señor y, por medio de la naturaleza, contemplar a su Creador... NB 388 1 "La ocupación manual para los jóvenes es esencial. La mente no ha de ser constantemente sobrecargada en desmedro de las facultades físicas. La ignorancia de la fisiología, y el descuido en la observancia de las leyes de la salud, han llevado a la tumba a muchos que podrían haber vivido para trabajar y estudiar inteligentemente. El debido ejercicio de la mente y el cuerpo desarrollarán y fortalecerán todas las facultades. Tanto la mente como el cuerpo serán preservados, y serán capaces de realizar una variedad de trabajo. Los ministros y los maestros necesitan aprender lo relativo a estas cosas, y también necesitan practicarlas. El debido uso de la fuerza física, así como de las facultades mentales, equilibrará la circulación de la sangre, y mantendrá todo órgano de la máquina viviente en buena condición. A menudo se abusa de la mente, y ella es dirigida hacia la locura prosiguiendo una sola línea de pensamiento. El empleo excesivo del poder del cerebro y el descuido de los órganos físicos crea una condición de enfermedad en el sistema. Toda facultad de la mente puede ejercitarse con comparativa seguridad si las facultades físicas son igualmente empleadas y el tema de pensamiento es variado. Necesitamos un cambio de ocupación, y la naturaleza es un maestro viviente y saludable... NB 388 2 "Se hallará que el hábito de la laboriosidad es una ayuda importante para que la juventud resista la tentación. Aquí hay un campo para dar salida a sus energías restringidas que, si no se emplean en forma útil, serán una fuente constante de dificultades para ellos mismos y para sus maestros. Pueden idearse muchas clases diferentes de trabajo adaptadas a diferentes personas, pero el trabajo de la tierra será una bendición especial para el obrero. Existe una gran carencia de hombres inteligentes que labren la tierra, y que sean cuidadosos. Este conocimiento no será un obstáculo en la educación esencial para los negocios o para ser útil en otro ramo. El desarrollar la capacidad de cultivar la tierra requiere pensamiento e inteligencia. No solamente desarrollará los músculos, sino también la capacidad de estudiar, porque la acción del cerebro y del músculo se equilibran. Debemos educar a los jóvenes de tal manera que amen el trabajo de la tierra y se deleiten en mejorarlo. La esperanza de hacer progresar la causa de Dios en este país reside en crear un nuevo gusto moral por el amor al trabajo, que transformará la mente y el carácter... NB 389 1 "La escuela que ha de establecerse en Australia debe considerar en primer lugar la cuestión de las industrias, y revelar el hecho de que la labor física tiene su lugar en el plan de Dios para todo hombre, y que su bendición la coronará. Los colegios establecidos por quienes enseñan y practican la verdad para este tiempo, deben dirigirse de tal manera que produzcan nuevos y frescos incentivos de toda clase de trabajo manual. Habrá muchas cosas que pondrán a prueba a los educadores, pero se habrá logrado un objetivo grande y noble cuando los estudiantes sientan que el amor de Dios ha de revelarse, no sólo en la devoción del corazón, de la mente y del alma, sino en el uso útil y sabio de su fuerza física. Sus tentaciones serán mucho menores; de ellos irradiará, por precepto y por ejemplo, una luz en medio de las teorías erróneas y de las costumbres que están de moda en el mundo... NB 390 1 "Puede hacerse esta pregunta: ¿Cómo puede el que maneja los bueyes [para arar la tierra] adquirir sabiduría permanente? Buscándola como la plata, y como tesoros escondidos. 'Porque su Dios lo instruye, y le enseña lo recto'. 'También esto salió de Jehová de los ejércitos, para hacer maravilloso el consejo y engrandecer la sabiduría'. NB 390 2 "El que les enseñó a Adán y Eva a cuidar el jardín, instruirá también a los hombres hoy en día. Hay sabiduría para el que maneja el arado, y planta y siembra la semilla. La tierra tiene sus tesoros escondidos, y el Señor quiere que miles y decenas de miles que ahora están apiñados en las ciudades esperando la oportunidad de ganar una pitanza, trabajen la tierra. En muchos casos la escasa cantidad que ganan no se convierte en pan, sino que es puesta en el cajón del publicano [el dueño de una taberna], para obtener lo que destruye la razón del hombre formado a la imagen de Dios. Los que lleven sus familias al campo las colocan donde hay menos tentaciones. Los hijos que están con padres que aman y temen a Dios, están en todo respecto mejor situados para aprender del gran Maestro que es la Fuente de la sabiduría. Tienen una oportunidad mucho más favorable para lograr la capacitación necesaria para el reino de los cielos".1 En busca de una propiedad adecuada NB 390 3 El pastor Olsen permaneció en Australia unas seis semanas después de la terminación del congreso campestre de 1894. Durante ese tiempo se unió de todo corazón en la búsqueda de un lugar adecuado para la escuela. Los administradores de la asociación y la comisión de locación esperaban que se encontrara alguna buena propiedad antes de su regreso a los Estados Unidos, pero en este respecto resultaron chasqueados. La Sra. White visitó muchos de los lugares que estaban bajo consideración. Mientras la búsqueda continuaba, llegó a ser evidente que se experimentaría gran dificultad en obtener, a un precio moderado, una propiedad adecuada para los amplios ramos de trabajo que se creía debían realizarse en el colegio. NB 391 1 En mayo, cinco miembros de la comisión visitaron Dora Creek y Cooranbong, y examinaron el terreno que fue más tarde comprado por $4.500 dólares. Esta parcela de tierra comprendía cerca de 600 hectáreas de tierra virgen, la tercera parte de las cuales se creía apta para el cultivo de granos, frutas y hortalizas, y para pasto. Después de comprar el terreno, la propiedad se designó con el nombre de "Avondale", debido a los numerosos arroyos y la abundancia de agua corriente. El lugar elegido para la edificación de la escuela está solamente a cinco kilómetros de la estación de Ferrocarril de Dora Creek, y a unos dos kilómetros al sudeste de la oficina de correos de Cooranbong. NB 391 2 En enero y febrero de 1895, los amigos de la escuela se vieron favorecidos con la visita de la Sra. A. E. Wessels, de la ciudad de El Cabo, Sudáfrica, acompañada de tres de sus hijos. Ellos estaban muy contentos con muchas de las características de la propiedad de Avondale, y manifestaban profunda simpatía con los objetivos y blancos de la obra. Su hija Ana donó $5.000 dólares a fin de ayudar en los comienzos de la empresa. Un experimento industrial NB 391 3 Desde el tiempo en que la propiedad llegó a estar en plena posesión de la Unión Australasiana, hasta el tiempo de la apertura de las clases, había mucho para hacer. Había que limpiar el terreno, secar por drenaje un lodazal, plantar una huerta, y además había que erigir los edificios. Con ese propósito se reunió a un número de alumnos--jóvenes robustos que estaban contentos de trabajar seis horas por día, y recibir a cambio su alojamiento e instrucción en dos materias. La institución se inauguró el 6 de marzo de 1895, y continuó por 30 semanas. NB 392 1 Para el alojamiento de los veinte jóvenes que iniciaron esta obra, se alquiló un viejo hotel en Cooranbong, y se levantaron varias tiendas junto a ese edificio. En abril, el Hno. Metcalfe Hare, que había sido elegido como tesorero y gerente de la empresa, trasladó a su familia a Cooranbong, y, deseando estar cerca de la obra, levantó su tienda cerca del aserradero y el sitio elegido para levantar los edificios. Durante dos años la tienda, cubierta por un techo de cinc galvanizado, sirvió como su casa. NB 392 2 Muchos padres anhelosos de enviar a sus hijos al colegio, pensaban que debía establecerse cerca de una de las grandes ciudades donde vivían muchos adventistas. Ellos creían que unas diez o quince hectáreas de terreno que no estuvieran lejos de Sidney o Melbourne serían mucho mejores que una gran parcela de tierra inculta cerca de Newcastle. Otros se oponían a ese lugar porque creían que la tierra era tan pobre que se obtendría poco de su cultivo. La Sra. White tuvo una visión muy animadora del valor de la tierra; y cuando la ofrenda liberal de $5.000 dólares, procedente de los amigos del Africa, hizo posible el pago de la tierra, ella escribió: "Sentí mi corazón lleno de gratitud cuando supe que en la providencia de Dios la tierra ya estaba en nuestra posesión y sentí deseos de gritar expresando alabanzas a Dios por una situación tan favorable". NB 393 1 En julio de 1895, la Sra. White determinó manifestar su interés en la empresa del colegio y su confianza en la propiedad de Avondale comprando un lote de tierra, y estableciendo su hogar en Cooranbong. Ella seleccionó unas 28 hectáreas, y en unas pocas semanas tenía una porción de su familia viviendo en tiendas en los terrenos, que ella denominó "Sunnyside" [lado del sol]. Se comenzó la edificación de una casa de ocho habitaciones; y tan pronto como se pudo hacer la limpieza, el terreno fue arado y se plantaron árboles frutales. Acerca de esta experiencia ella escribió: NB 393 2 "Cuando se pusieron los cimientos de la casa, se hicieron los preparativos para cultivar frutas y verduras. El Señor me ha mostrado que la pobreza que existe en torno a Cooranbong no debe existir; porque con laboriosidad el suelo podría cultivarse y hacer que rinda sus tesoros para el servicio del hombre". NB 393 3 El entusiasmo ilimitado de la Sra. White con respecto a las mejoras de la propiedad de Avondale hizo mucho para alegrar y animar a otros. Ella insistió particularmente en que los hombres de la escuela no perdieran tiempo en empezar la preparación de la huerta; y se regocijó grandemente cuando en octubre se plantó un centenar de árboles frutales escogidos en un trozo de tierra favorable, ocupado un año antes por una espesa selva de eucaliptos. NB 393 4 Cuando se cerró la escuela industrial en noviembre, pasaron varios meses sin que se hiciera ningún progreso material. La gente sentía en forma muy aguda la depresión financiera con la cual luchaban las colonias. Las críticas con respecto al esfuerzo de edificar un colegio en un lugar tan agreste y tan apartado, aumentaron cada vez más. Entonces vino la terminación desfavorable de un pleito al cual la escuela había sido arrastrada por la acción precipitada del hombre que solicitaba los fondos, el cual costó $2.000 dólares además de causar una seria demora en la obra. NB 394 1 ¿Qué podría hacerse? La obra parecía estar estancada, y con pocas perspectivas de tener condiciones más favorables. La pérdida de 2.000 dólares habría sido muy desanimadora en cualquier tiempo, pero en una ocasión como esta era desconsoladora. Un hermoso sueño NB 394 2 En esta crisis, cuando la fe de muchos era severamente probada, la Sra. White tuvo un sueño que les trajo a ella y a otros la dulce seguridad de que Dios no los había abandonado. Al relatar esta experiencia, ella escribió: NB 394 3 "La noche del 9 de julio de 1896 tuve un sueño hermoso. Mi esposo, Jaime White, estaba a mi lado. Nos hallábamos en nuestra pequeña granja en los bosques de Cooranbong, consultando con respecto a la perspectiva de futuros beneficios por la labor realizada. NB 394 4 "Mi esposo me dijo: '¿Qué estás haciendo tú con respecto al edificio escolar?' NB 394 5 "'No podemos hacer nada--le dije--, a menos que tengamos medios, y sepamos de dónde vienen los medios. No tenemos un edificio para la escuela. Todo parece estar estancado. Pero no voy a estimular la incredulidad. Trabajaré con fe. He estado tentada a contarte de un capítulo desanimador de nuestra experiencia; pero hablaré con fe. Si hablamos de las cosas como se ven, nos desanimamos. Hemos de aventurarnos a roturar el suelo, y arar con esperanza y con fe. Veríamos una medida de prosperidad delante de nosotros si todos trabajaran inteligentemente y se esforzaran fervientemente para poner la semilla. Las presentes apariencias no son halagüeñas, pero según toda la luz que puedo obtener, veo que ahora es el tiempo de la siembra. El trabajar el terreno es nuestro libro de texto, pues exactamente de la manera en que tratamos los campos con la esperanza de futuros beneficios, debemos sembrar este suelo misionero con la semilla de la verdad'. NB 395 1 "Recorrimos toda la extensión de los terrenos que estábamos cultivando. Entonces regresamos, conversando mientras caminábamos; y vi que las viñas que habíamos pasado llevaban fruto. Dijo mi esposo: 'La fruta está lista para ser recogida'. NB 395 2 "Cuando llegué a otro sendero, yo exclamé: 'Mira, mira las hermosas fresas. No necesitamos esperar hasta mañana para verlas'. Al recoger la fruta, dije: 'Yo pensé que estas plantas eran inferiores, y que apenas valían la molestia de colocarlas en la tierra. Nunca esperé una cosecha tan abundante'. NB 395 3 "Mi esposo dijo: 'Elena, ¿te acuerdas cómo, cuando entramos por primera vez en el campo de Míchigan y viajamos en carro a diferentes localidades para encontrarnos con humildes grupos que observaban el sábado, las perspectivas parecían tan prohibitivas? En el calor del verano nuestro dormitorio era a menudo la cocina, donde habíamos cocinado durante el día, y no podíamos dormir. ¿Te acuerdas cómo, en un caso, nos perdimos, y cuando no podíamos encontrar agua, te desmayaste? Con un hacha prestada nos abrimos camino a través de la selva hasta que llegamos a una casucha de troncos, adonde se nos dio un poco de pan y leche y alojamiento para la noche. Oramos y cantamos con la familia, y por la mañana les dejamos nuestros folletos. NB 395 4 "'Nos sentíamos muy atribulados por esta circunstancia. Nuestro guía conocía el camino, y no podíamos entender que nos perdiéramos. Años después, en un congreso, varias personas nos fueron presentadas y estas nos contaron su historia. Esa visita hecha, según pensábamos, por error, y ese libro que dejamos, era una semilla sembrada. En total veinte fueron convertidos por lo que nosotros pensábamos que era un error. Esta era la obra del Señor, para que la luz fuera dada a los que deseaban conocer la verdad'. NB 396 1 "Mi esposo continuó: 'Elena, estás en un terreno misionero. Has de sembrar con esperanza y fe, y no te verás chasqueada. Un alma vale más que todo lo que fue pagado por este terreno, y tú ya tienes algunas gavillas para traerle al Maestro. La obra comenzada en otros campos--en Rochester (Nueva York), Míchigan, Oakland, San Francisco, y en los campos europeos--era tan promisoria como la obra en este campo. Pero la obra que haces con fe y esperanza te proporcionará un compañerismo con Cristo y con sus fieles siervos. Esa obra debe realizarse con sencillez, con fe y esperanza, y se verán resultados eternos como recompensa de tus labores'". Ayuda de los amigos del Africa NB 396 2 En abril de 1896 la Sra. White había escrito a los hermanos Wessels de la Ciudad del Cabo, pidiéndoles que le prestaran 5.000 dólares a una tasa baja de interés, para que ella pudiera prestarlos a la junta de la escuela a fin de ayudar y animar en los comienzos de la edificación que se necesitaba. En una de sus cartas a uno de estos amigos de Sudáfrica ella escribió: NB 396 3 "Necesitamos edificar una escuela aquí, donde los alumnos sean educados en la formación de caracteres para la vida eterna, y donde reciban una educación tal en las Escrituras que salgan del colegio para educar a otros. Esta es la obra del Señor; y cuando sabemos que estamos haciendo precisamente la obra que él ha especificado, debemos tener fe para creer que él abrirá el camino... Los negocios del Rey requieren premura. La juventud de este país está esperando que haya una escuela, y no queremos esperar por más tiempo. NB 397 1 "¿Quisierais saber cómo podéis agradar mejor a vuestro Salvador? Pues, colocando vuestro dinero en manos de los cambistas, para ser empleado en el servicio del Señor a fin de hacer avanzar su obra. Realizando esto, hacéis la mejor inversión de los medios que Dios os ha confiado. Yo he consagrado todo lo que poseo al Señor, y he gastado los medios en varias ramas, ayudando a sostener congresos campestres y a edificar casas de culto en los lugares donde la gente había aceptado la verdad. Encuentro muchas oportunidades donde puedo ayudar a salvar a las almas que perecen... NB 397 2 "Vale la pena trabajar por aquellos por quienes Cristo murió. Nuestra fuerza y nuestros recursos no pueden invertirse de una manera mejor. Si mediante la ayuda del Espíritu de Dios, podemos edificar una estructura que dura por los siglos eternos, ¡qué obra habremos hecho! Cooperando con Dios en esta obra podemos pensar en las palabras de Cristo, tan llenas de seguridad: 'Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento'. Dios tiene cuidado de las almas humanas por las cuales él dio a su Hijo Unigénito, y debemos mirar a todos los hombres con los ojos de la compasión divina". NB 397 3 No mucho tiempo después del sueño relativo a la cosecha de la fruta, llegaron cartas del Africa, y en ellas se decía que la Sra. A. E. Wessels prestaría a la Hna. White el dinero que ella había solicitado. Gozosamente estas nuevas fueron comunicadas a la junta de la escuela, e inmediatamente se aceleraron los trabajos de cortar los árboles y aserrar la madera para los edificios. NB 398 1 El 5 de octubre de 1896, a las cinco y treinta de la tarde, unas 35 personas se reunieron en el colegio, y la Sra. White colocó el primer ladrillo de los cimientos del edificio llamado Bethel Hall, que habría de ser el dormitorio de las señoritas. Ella entonces relató brevemente su experiencia en las siguientes palabras: NB 398 2 "A menudo, durante este tiempo de estrecheces financieras, me he despertado en la noche gravemente afligida por la situación. ¿A qué fuente podríamos recurrir por ayuda? Oré con fervor para que el Señor abriera el camino para que pudiéramos construir, y aun cuando parecía no haber perspectivas de medios seguros, él enviara la ayuda necesaria. Una noche me quedé dormida, y soñé que estaba llorando y orando delante del Señor. Una mano me tocó en el hombro, y una voz dijo: 'Yo tengo recursos en poder de muchas familias del Africa que están siendo invertidos en empresas mundanas. Escribe a los Hnos. Wessels. Diles que el Señor tiene necesidad de dinero. Les hará bien ayudar a hacer progresar mi obra aquí con los medios que yo les he confiado. Diles que se hagan tesoros en los cielos, donde la polilla no corrompe, y donde no hay ladrones que minen y hurten; porque donde está su tesoro, allí estará también su corazón'". La erección de los primeros edificios NB 398 3 Durante cuatro meses de trabajo el aserradero y los carpinteros hicieron buen progreso. El dormitorio de las señoritas estaba casi terminado, y se estaban colocando los cimientos para el comedor. De acuerdo con el plan del arquitecto, este edificio debía ser una estructura de un piso, de unos 25 metros de largo por 9 metros de ancho, para acomodar el comedor, las piezas de servir, la despensa, la cocina y el lugar del almacenamiento. Pero la junta de la escuela, temiendo que no sería posible levantar un tercer edificio pronto, planeó añadir un segundo piso, un extremo del cual, que quedaría sin terminar, podría ser usado por un tiempo como capilla, mientras que la porción restante podría usarse para acomodar dormitorios para una docena de jóvenes. NB 399 1 Cuando este edificio estaba terminado en sus dos terceras partes, el tesorero informó que los fondos se habían terminado, y que la obra debía progresar lentamente. Pero se acercaba el tiempo en que el colegio debía abrirse, y los amigos de la empresa sentían que el no estar preparados para recibir a los que vendrían al colegio resultaría desastroso. "La escuela debe iniciarse el día anunciado", insistió la Sra. White, cuando se le habló de las dificultades que afligían a la junta de la escuela. A esto los edificadores contestaron: "Es imposible; no puede hacerse". NB 399 2 Quedaba un recurso, y éste era la cooperación abnegada y unida de todos en un esfuerzo supremo para hacer posible aquello que parecía totalmente imposible. La Sra. White determinó hablar directamente a la hermandad. "Citamos a una reunión para el domingo a las seis de la mañana, y convocamos la iglesia--relató más tarde acerca de las experiencias de las semanas que siguieron--. Presentamos la situación delante de los hermanos y hermanas, y pedimos trabajo donado. Treinta hombres y mujeres se ofrecieron para trabajar; y aunque era duro para ellos disponer del tiempo, un grupo fuerte continuó trabajando día tras día hasta que los edificios se vieron completados, limpios y amueblados, y listos para ser usados el día fijado para la apertura de la escuela". NB 399 3 Al tiempo señalado, el 28 de abril de 1897, la escuela se abrió, teniendo como maestros al pastor S. N. Haskell y esposa, junto con el profesor H. C. Lacey y esposa. El primer día había solamente diez estudiantes. Cuando se divulgó la noticia de que la escuela había iniciado sus actividades, otros llegaron; y un mes más tarde, cuando el profesor C. B. Hughes y esposa vinieron a unirse al personal docente, asistían casi treinta estudiantes. En el transcurso del período escolar, a medida que se presentaba en las iglesias el carácter de la instrucción dada, otros hicieron grandes esfuerzos para unirse con ellos, y antes del fin del período había sesenta estudiantes en total. Más o menos cuarenta de ellos fueron acomodados en el hogar de la escuela. Otra prueba de fe NB 400 1 A medida que avanzaba el período escolar, y las familias se reunían con el fin de que sus hijos pudieran tener las ventajas de la escuela, la congregación de los días sábados se hacía demasiado numerosa para la capilla temporaria, ubicada sobre el comedor. En ella se habían provisto asientos para cien personas. En años anteriores las reuniones sabáticas se habían realizado primero en el comedor del Hotel Healey; y más tarde en el oscuro e incómodo desván del aserradero. La pequeña capilla era un salón de reuniones mucho mejor que el desván del aserradero; pero ahora era demasiado pequeña. Hubo mucha discusión sobre lo que podía hacerse; y finalmente los hermanos decidieron erigir una iglesia bonita y cómoda, suficientemente grande para las necesidades de todos. NB 400 2 Refiriéndose a esta experiencia mientras hablaba en la iglesia durante la semana de oración que dirigió en el mes de junio de 1898, la Sra. White dijo: NB 400 3 "Cuando llegó el tiempo en que esta casa de reuniones debía erigirse, se presentó otra prueba de lealtad. Tuvimos un consejo para considerar lo que debía hacerse. El camino parecía cargado de dificultades. Algunos dijeron: 'Hágase un edificio pequeño, y cuando haya más dinero, amplíese; porque no tenemos la capacidad de completar en este tiempo una casa como la que deseamos'. Otros decían: 'Esperemos hasta tener dinero con el cual edificar una casa cómoda'. Pensamos hacer esto. Pero durante la noche recibí palabra del Señor: 'Levantaos, y edificad sin demora'. NB 401 1 "Entonces decidimos que emprenderíamos la tarea, y avanzaríamos por fe para hacer un comienzo. Precisamente en la noche siguiente vino de Sudáfrica un giro por 200 libras ... para ayudarnos a edificar la casa de culto. Nuestra fe había sido probada, habíamos resuelto comenzar la obra, y ahora el Señor ponía en nuestras manos este gran donativo con el cual empezar. Con este ánimo la obra comenzó con fervor. La junta de la escuela dio el terreno y cien libras. Doscientas libras se recibieron de la Unión, y los miembros de la iglesia dieron lo que podían. Amigos que no eran parte de la iglesia ayudaron; y los edificadores donaron parte de su tiempo, lo cual era tan bueno como dinero. Así la obra fue completada, y tenemos esta hermosa casa, capaz de acomodar a cuatrocientas personas".2 NB 401 2 Mientras tanto la escuela prosperó, y un buen número de jóvenes y señoritas fueron preparados para entrar en el servicio del Maestro. En el congreso realizado en Queensland, Brisbane, del 14 al 24 de octubre de 1898, la Sra. White pasó en revista este aspecto animador del desarrollo de la escuela en las siguientes palabras: NB 401 3 "Durante el primer año, ... con una asistencia de sesenta estudiantes, había como treinta que tenían más de 16 años; y de este número, diez fueron empleados durante la vacación en varios ramos de trabajo religioso. Durante el segundo año la matrícula ascendió a cien; y de unos cincuenta que tenían más de 16 años de edad se encontró trabajo para 42 durante la vacación. Veinticinco de éstos fueron empleados por las asociaciones y las sociedades en trabajo religioso".3 Blancos y objetivos NB 402 1 Los gerentes de la escuela de Avondale habían estado planeando durante años, primordialmente con el propósito de dar a los alumnos una preparación práctica para el servicio en muchas ramas de esfuerzo cristiano. En forma clara y enfática, una y otra vez la Sra. White destacó la obra que la escuela debía hacer, y las grandes ventajas que tendrían los estudiantes y maestros en su contacto diario con los asuntos prácticos de la vida cotidiana. En septiembre de 1898 escribió: NB 402 2 "Necesitamos más maestros y más talentos para educar a los alumnos en varias ramas, a fin de que muchas personas salgan de este lugar deseosas y capaces de llevar a otros el conocimiento que ellos han recibido. Muchachos y niñas huérfanos han encontrado un hogar aquí. Deben levantarse edificios para un hospital, y deben proveerse embarcaciones para acomodar la escuela. Debe emplearse a un gerente de la granja que sea competente, y también a hombres sabios y enérgicos para actuar como jefes de las diversas empresas industriales, hombres que utilicen sus talentos consagrados para enseñar a los alumnos a trabajar. NB 403 1 "Muchos jóvenes que anhelan una preparación en los ramos industriales vendrán a la escuela. La instrucción industrial debe incluir contabilidad, carpintería, y todo lo que tenga que ver con trabajo de granja. También deben hacerse los preparativos para enseñar herrería, pintura, fabricación de zapatos, culinaria, panadería, trabajo de lavandería, el arte de tejer y remendar, dactilografía e imprenta.4 Toda facultad que está a nuestra disposición ha de ser puesta en esta obra de preparar a los alumnos, a fin de que salgan equipados para los deberes prácticos de la vida... La labor misionera es la preparación más elevada NB 403 2 "El Señor seguramente bendecirá a todos los que tratan de bendecir a otros. La escuela ha de ser conducida de tal manera que maestros y alumnos aumenten constantemente su capacidad por el uso fiel de los talentos que les son dados. Poniendo en uso práctico lo que han aprendido, crecerán constantemente en sabiduría y conocimiento. Hemos de aprender del Libro de los libros los principios conforme a los cuales debemos vivir y trabajar. Consagrando a Dios todas las capacidades que nos fueron dadas por él, que es quien tiene el primer derecho de poseerlas, haremos hermosos progresos en todo lo que sea digno de nuestra atención... NB 404 1 "Nuestras escuelas deben ser conducidas bajo la supervisión de Dios. Hay una obra que debe hacerse por los jóvenes y las señoritas que todavía no se ha hecho. Existe un mayor número de jóvenes que necesitan tener las ventajas de nuestras escuelas. Ellos necesitan el curso de educación manual, que les enseñará a llevar una vida activa y enérgica. Nuestras escuelas deben realizar toda clase de trabajo. Los alumnos deben ser enseñados por directores sabios, juiciosos y temerosos de Dios. Todo ramo de labor ha de ser conducido de la manera más cabal y sistemática en que la larga experiencia y la sabiduría puedan capacitarnos a planear y ejecutar. NB 404 2 "Despierten los maestros a la importancia de este tema, y enseñen agricultura y otras industrias, lo cual es esencial que los alumnos entiendan. Tratad de obtener en todo departamento de trabajo los mejores resultados. Que la ciencia de la Palabra de Dios sea traída al trabajo a fin de que los alumnos entiendan los principios correctos, y alcancen las normas más altas que sea posible. Ejerced vuestras capacidades dadas por Dios, y contribuid con todas vuestras energías al desarrollo de la granja del Señor. Estudiad y trabajad, a fin de que, como resultado de la siembra de la semilla, se obtenga el máximo beneficio, y así haya abundante provisión de alimento, tanto temporal como espiritual, para el número creciente de estudiantes que deben reunirse con el objeto de ser preparados como obreros cristianos".5 Los campos están blancos para la siega NB 405 1 A medida que los obreros de las colonias australasianas y los que trabajaban en las islas del Pacífico siguieron avanzando hacia nuevos territorios, iba aumentando su convicción de que debía realizarse todo esfuerzo posible para educar a muchos obreros para la cosecha. NB 405 2 "Por todo nuestro alrededor--declaró la Sra. White en una ocasión en 1898, mientras asistía a un congreso campestre maravillosamente inspirador celebrado en la Asociación recientemente formada de Queensland--existen campos blancos para la siega; y todos nosotros sentimos un intenso deseo de que estos campos sean trabajados, y de que el estandarte de la verdad sea levantado en toda ciudad y toda aldea. NB 405 3 "Al estudiar nosotros la vastedad de la obra y la urgencia de entrar en estos campos sin demora, vemos que se necesitan centenares de obreros donde ahora hoy sólo dos o tres, y que no debemos perder tiempo antes de edificar las instituciones donde deben prepararse y educarse obreros".6 NB 405 4 Y cuando la junta directiva de la Unión Australasiana, a la luz de las providencias divinas que abrían puertas, estudió de nuevo su deber de ocupar nuevos territorios, "reconoció que la escuela, el sanatorio y la fábrica de productos alimenticios eran tres agentes que trabajaban armoniosamente en la educación y la preparación de misioneros destinados al campo propio y al extranjero, los cuales debían salir preparados para ministrar las necesidades físicas, mentales y morales de sus semejantes". En su informe a los lectores de la Review con respecto a este paso de progreso dado por sus hermanos de Australia, la Sra. White escribió: "Todos nosotros sentimos que la obra es urgente. No hay ninguna parte de ella que pueda esperar. Todo debe progresar sin demora". NB 406 1 En ocasiones, durante los años de ardua labor invertidos en formar un numeroso grupo de creyentes en Australasia, y en establecer centros donde los jóvenes pudieran ser preparados como obreros para Dios, la Sra. White y sus asociados captaron vislumbres de lo que el futuro tenía en reserva para esa porción del amplio campo de la siega. Los pioneros de ese campo--los pastores Haskell, Corliss, Israel, Daniells, y otros--habían reconocido muy pronto la posibilidad de levantar allí mismo obreros que pudieran entrar en las islas circunvecinas de la Polinesia, de la Melanesia y la Micronesia. Pero hacia fines de la década del noventa, cuando los diversos ramos de la causa de la verdad presente--el ramo de las publicaciones, el educacional y el médico--, se estaban estableciendo bien, y muchos jóvenes surgían como obreros, los hermanos que estaban a cargo de la Unión Australasiana vieron más y más claramente las oportunidades de servicio que los rodeaban. NB 406 2 Estas posibilidades del futuro fueron bosquejadas ampliamente por la Sra. White en comunicaciones dirigidas a los dirigentes de la causa de Dios reunidos en el congreso de la Asociación General en la primera parte de 1899. "Nuestros hermanos no han discernido el hecho de que al ayudarnos--les escribió ella concerniente al valor de mantener fuertes centros de preparación de obreros en Australasia--se están ayudando a sí mismos. Lo que se dé para comenzar la obra aquí, resultará en el fortalecimiento de la obra en otros lugares. A medida que vuestros donativos nos liberen de continuos problemas, permitirán que nuestras labores se extiendan; habrá una recolección de almas, se establecerán iglesias, y la obra seguirá creciendo en fortaleza financiera. Tendremos suficientes medios no solamente para llevar adelante la obra aquí, sino para ayudar a otros campos. No se gana nada con retener los medios que nos capacitarían para trabajar con ventaja, extendiendo el conocimiento de Dios y los triunfos de la verdad en regiones lejanas".7 Un centro de preparación para campos misioneros NB 407 1 En representación de los hermanos y hermanas de Australasia que estaban ansiosos de compartir las cargas del esfuerzo misionero en las regiones lejanas, el pastor A. G. Daniells, en ese tiempo presidente de la Unión Australasiana, informó al congreso de la Asociación General de 1899 el rápido desarrollo que se realizaba, y la sólida fe que todos tenían en su capacidad para unirse con sus colaboradores de los Estados Unidos y Europa a fin de llevar el mensaje del tercer ángel a territorios misioneros. NB 407 2 "Nosotros en Australasia--escribió él--, hemos sido lentos en captar el significado de la providencia de Dios al mantener a su sierva, la Hna. White, en este país. Cuando ella vino, todos pensaron que estaba haciéndonos solamente una breve visita. Así también lo pensaba ella. Pero el Señor sabía mejor. El la colocó en este país, y no hace que la nube [que guiaba al pueblo] se levante y se mueva a otra parte. NB 407 3 "Desde el momento en que ella llegó, Dios ha estado instruyéndola con respecto a la obra aquí. El ha señalado los errores de nuestros métodos de trabajo. El ha permitido que se coloque otro molde a la obra que se hace en todo el campo. El ha amonestado constantemente a avanzar, a abrirse paso por todas partes. Todo el tiempo él está dirigiéndonos, e instándonos a ampliar nuestra obra. El ha dado a su sierva una gran preocupación con respecto a la obra educacional. Ha sido terrible la lucha que ha significado realizar lo que Dios ha revelado con sencillez que debía hacerse. Satanás ha disputado cada pulgada de terreno; pero Dios nos ha dado muchas victorias. El ha establecido la escuela de Avondale, y tenemos las más claras evidencias de que él será glorificado en ella. El ha dado detenidas instrucciones con respecto a su ubicación, objeto y dirección. Ahora él nos dice que si andamos en la luz que él ha dado, Avondale llegará a ser el centro de preparación para muchos campos misioneros. La mano de Dios está en todas estas cosas. Nos estamos esforzando por despertar a nuestro pueblo para que entienda la situación, y para que haga todo lo que está a su alcance para sostener la obra. Los hermanos están respondiendo con nobleza; pero nuestros recursos visibles son pequeños para la gran obra que se nos insta a realizar... NB 408 1 "Tenemos un ejército de jóvenes y señoritas inteligentes, ansiosos de prepararse para la obra de Dios. Creemos que en poco tiempo podremos proporcionar un gran número de obreros valiosos para varios campos misioneros que se hallan bajo la bandera británica. El Señor nos está revelando esto por medio del espíritu de profecía, y el hará que esto ocurra".8 NB 408 2 En un discurso sobre la escuela de Avondale y su obra, dado el sábado 22 de julio de 1899 por la tarde ante el congreso de la Unión Australasiana de ese año, la Sra. White destacó considerablemente el carácter misionero de la obra que ha de hacerse aquí. Ella dijo: NB 409 1 "Dios se ha propuesto que este lugar llegue a ser un centro, una lección objetiva. Nuestra escuela no ha de establecerse de acuerdo con el modelo de cualquier otra escuela que haya sido fundada en los Estados Unidos, o de cualquier otra escuela que haya sido establecida en este país. Estamos mirando al Sol de justicia, y tratando de captar cada rayo de luz que podamos... NB 409 2 "De este centro hemos de enviar misioneros. Aquí han de ser educados y preparados, y enviados a las islas del mar y a otros países. El Señor quiere que nos preparemos para el trabajo misionero... NB 409 3 "Hay una obra grande y extensa que realizar. Algunos de los que están acá pueden sentir que ellos tienen la obligación de ir a la China o a otros lugares a proclamar el mensaje. Estos deben en primer lugar asumir la posición de quienes aprenden, y así ser probados".9 NB 409 4 Y este ideal--la preparación de muchos obreros cristianos para los campos misioneros necesitados y lejanos--fue continuamente mantenido delante de los que sostenían la escuela de Avondale, y constituye el ideal que ha caracterizado la obra allí en los años que siguieron, como lo indica el propio nombre que la escuela ahora lleva: "Colegio Misionero Australasiano". NB 409 5 "Hemos avanzado por fe y hemos hecho grandes progresos--escribió la Sra. White al final de 1899--, porque hemos visto lo que debía hacerse, y nos hemos atrevido a no dudar. Pero hemos hecho la mitad de lo que debe hacerse. No estamos todavía en terreno ventajoso. Hay una gran obra delante de nosotros. En todo nuestro derredor hay almas que anhelan la luz y la verdad; ¿y cómo han de ser alcanzadas?... NB 410 1 "Mis hermanos y hermanas de Australasia, hay una obra en cada ciudad y en cada suburbio que debe hacerse para presentar el último mensaje de misericordia al mundo caído. Y mientras tratamos de trabajar en estos campos necesitados, nos llega el clamor de regiones distantes: 'Venid y ayudadnos'. Esos campos no pueden alcanzarse tan fácilmente, y tal vez no estén tan listos para la cosecha como los campos que se hallan ante nuestra vista, pero no deben ser descuidados. Necesitamos impulsar los triunfos de la cruz. Nuestro santo y seña ha de ser: '¡Adelante, siempre adelante!' No podemos deponer nunca nuestra preocupación por las regiones lejanas hasta que toda la tierra sea alumbrada con la gloria del Señor. NB 410 2 "Pero ¿qué podemos hacer nosotros? Nos sentamos a considerar el asunto, oramos, y hacemos planes de cómo empezar la obra en los lugares que nos rodean. ¿Dónde están los fieles misioneros que llevarán esta obra adelante? ¿Y cómo será sostenida? NB 410 3 "Por encima de todo, ¿cómo deben educarse esos misioneros? ¿Cómo deben prepararse para entrar en los campos que se abren? Aquí está nuestro mayor problema. Por lo tanto nuestra ansiedad especial se centra en nuestra escuela de Avondale. Debemos proporcionar aquí facilidades adecuadas para educar a obreros en diferentes ramos. Vemos jóvenes que poseen cualidades tales que, si pueden educarse y desarrollarse adecuadamente, los habilitarán para llegar a ser obreros juntamente con Dios. Debemos darles la oportunidad. Algunos están colocando alumnos en nuestra escuela, y están ayudándoles a sufragar sus gastos, a fin de que lleguen a ser obreros en alguna parte de la viña del Señor. Mucho más debe hacerse en este sentido, y deben realizarse esfuerzos especiales en favor de aquellos a quienes nuestros obreros enviarán desde las islas para ser preparados como misioneros. NB 411 1 "En lo futuro--más que en lo pasado--nuestra escuela debe ser un agente misionero activo, como el Señor ha especificado... Debemos tener veinte veces más obreros para suplir la necesidad, tanto en nuestro país como en los territorios extranjeros. Por lo tanto, la escuela de Avondale no debe ser restringida en lo que se refiere a edificios y equipo".10 Después de muchos años NB 411 2 Desde 1901 a 1909 el profesor C. W. Irwin actuó como director de la escuela de Avondale. En su informe a la Asociación General de 1909 presentó un testimonio del cumplimiento de lo que se había dicho que iba a ocurrir en la propiedad de Avondale, como sigue: NB 411 3 "A medida que el tiempo ha pasado, y al tener la oportunidad de observar el desarrollo de la obra, podemos afirmar con absoluta certeza, a base de nuestra experiencia, que Dios dirigió la selección de este lugar. Todo lo que se dijo acerca de la ubicación de la escuela en este lugar se ha cumplido; absolutamente todo". NB 411 4 El profesor Irwin declaró más adelante: "Los hermanos, en consejo con la Hna. White, habían realizado planes tan amplios y liberales para la escuela, que a través de mis ocho años de relación con la misma, nunca he necesitado cambiar uno solo de los planes que ellos habían trazado. Dios ha dirigido el establecimiento de la obra aquí; y todo lo que hemos tratado de hacer durante estos ocho años, ha sido sencillamente el desarrollo más amplio de los planes hechos. Yo creo que este desarrollo ha demostrado que la instrucción de Dios es cierta. NB 412 1 "Necesariamente se deduce que al iniciar una escuela de este género en un campo donde la feligresía era pequeña, y donde los hermanos habían estado pasando por una seria dificultad financiera, se incurriría en una gran deuda de unos $23.000 dólares sobre la escuela. Fue aproximadamente en ese tiempo cuando se lanzó el plan de vender el libro Palabras de vida del gran Maestro, y nuestros hermanos en ese país se abocaron a la tarea con ferviente propósito de realizar la instrucción necesaria. Como resultado de sus esfuerzos, hasta ahora se han recibido más de $20.000 dólares como producto de la venta de ese libro para la escuela. Cuando empezamos, prácticamente toda la deuda original--de $23.000--, había sido liquidada mediante la venta de Palabras de vida del gran Maestro... NB 412 2 "Al principio de esta campaña, el valor de la escuela de Avondale era de unos $23.000 dólares. El valor actual de la escuela [1909] gira en torno a $67.000. Añadiendo $20.00 dólares, la cantidad que se ha recibido, a los $23.000 del valor real, se tiene $43.000 dólares. Sustrayendo esta suma, de $67.000 dólares, que representa el valor real, vemos que la escuela ha ganado, durante los ocho años pasados, en torno a $24.000 dólares. Esto prueba que vale la pena tener escuelas industriales. NB 412 3 "Cuando comenzamos nuestra obra en esta escuela, hace ocho años, los estudiantes estaban ganando alrededor de $2.000 dólares por año en el trabajo industrial; esto es, trabajaban suficiente para recibir un crédito de $2.000 dólares por año. Ese trabajo ha crecido en forma constante desde ese día hasta hoy, de manera que cuando tuvimos nuestro último informe financiero el 30 de septiembre de 1908, se reveló que los estudiantes, durante el año anterior, habían ganado $20.000 dólares de su educación".11 ... Desde la inauguración del trabajo con Palabras de vida del gran Maestro, nunca hemos solicitado un centavo de donativos del campo. Creemos que cuando el Señor dice que una escuela industrial puede dirigirse con éxito financiero así como de otro tipo, la única cosa que debemos hacer es aceptar y probar lo que él nos ha dicho que es cierto. NB 413 1 "Me doy cuenta, sin embargo, de que las cifras financieras no son necesariamente la mejor señal de progreso en una escuela. Se dijo en ese tiempo, también, que esta escuela había de preparar misioneros para ir a varios campos y, como sabéis, nosotros en Australia tenemos un amplio campo misionero, que representa a muchos millones de personas ..., entre 65 y 70 millones. La mayor parte son nativos, que deben ser alcanzados con la verdad presente. Hace cinco años no teníamos más que dos o tres obreros de la escuela de Avondale en estos campos misioneros, pero actualmente hay en éstos casi treinta jóvenes de nuestra escuela que están empeñados en una activa labor".12 NB 413 2 Durante el congreso de la Asociación General de 1913, el pastor J. E. Fulton informó concerniente a la escuela de Avondale: "Cada año esta institución proporciona nuevos reclutas para nuestro campo. Muchos que en años anteriores fueron estudiantes en esta escuela están ahora haciendo un trabajo de éxito, tanto en nuestro país como en los territorios extranjeros".13 ------------------------Capítulo 52--A través del sur rumbo al congreso de la Asociación General de 1901 NB 415 1 "Nuestros esfuerzos en los ramos misioneros deben ser mucho más extensos--escribió la Sra. White poco tiempo antes de regresar a los Estados Unidos en el año 1900--. Antes de la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo, debe hacerse una obra más decidida de la que se ha hecho. El pueblo de Dios no ha de cesar en sus labores hasta que circuya el mundo". NB 415 2 "Resuene por nuestras iglesias el mensaje evangélico convocándolas a una acción universal. Muestren los miembros de iglesia una fe mayor, obtengan celo de sus aliados invisibles y celestiales, por el conocimiento de sus interminables recursos, por la grandeza de la tarea en que están empeñados, y por el poder de su Líder. Los que se colocan bajo el dominio de Dios, para ser dirigidos y guiados por él captarán una visión de la continua sucesión de acontecimientos ordenados por él. Inspirados por el Espíritu de Aquel que dio su vida por la vida del mundo, no permanecerán inactivos en la impotencia, señalando lo que no pueden hacer. Poniéndose la armadura del cielo, avanzarán a la lucha, deseosos de hacer y de atreverse a emprender trabajos para Dios, sabiendo que su Omnipotencia suplirá sus necesidades".1 Centros de influencia y de preparación NB 416 1 Con el rápido desarrollo de las operaciones misioneras en muchos países durante la década del noventa, habían surgido problemas administrativos, con respecto a la distribución de obreros y de medios, que causaban perplejidad. Algunos defendían un procedimiento, otros otro. Había personas que insistían en la ocupación inmediata de las fortalezas del paganismo por grandes fuerzas de obreros, mientras que otros defendían el procedimiento de llevar adelante campañas en regiones no ocupadas del país natal, como por ejemplo, los Estados del sur de Norteamérica, y los países donde los esfuerzos de los obreros eran recompensados con resultados animadores e importantes. Estos defendían la idea de que se entrara en los países misioneros difíciles tan sólo cuando la providencia de Dios abriera con claridad el camino. NB 416 2 Por varios años la Sra. White había estado escribiendo con respecto a las ventajas que se obtienen estableciendo centros de influencia y de preparación en Inglaterra y en algunos de los países continentales de Europa, y en otros campos como Australia, donde había buenas perspectivas de formar y educar a muchos obreros para entrar en las regiones distantes menos favorecidas. También ella había estado aconsejando a los hermanos que condujeran una campaña agresiva en los Estados del sur, y a menudo había rogado que esta porción del campo fuera tratada liberalmente. NB 416 3 "Constituye la verdadera esencia de toda fe correcta--escribió ella--el hacer lo que corresponde al debido tiempo. Dios es el gran Obrero Maestro, y por su providencia él prepara el ánimo para que su obra sea realizada. El proporciona oportunidades, y abre líneas de influencia y canales de trabajo. Si su pueblo está observando las indicaciones de su providencia, y está listo para cooperar con él, verá realizarse una gran obra. Los esfuerzos de sus hijos, dirigidos en forma correcta, producirán resultados cien veces mayores de los que se puede lograr con los mismos medios y facilidades en otro canal en el cual Dios no está trabajando manifiestamente... NB 417 1 "Ciertos países tienen ventajas que los señalan como centros de educación e influencia. En las naciones de habla inglesa y en los países protestantes de Europa es comparativamente fácil encontrar acceso a la gente, y hay mucha ventaja al establecer instituciones y hacer progresar nuestra obra en los mismos. En algunos países, como la India y la China, los obreros deben pasar por un largo curso de educación antes que el pueblo pueda entenderlos, o que ellos puedan entender al pueblo. Y en cada caso existen grandes dificultades en la obra. En Estados Unidos, Australia, Inglaterra y algunos otros países europeos, muchos de estos impedimentos no existen".2 Oportunidades especiales en el sur NB 417 2 Durante su viaje al congreso de la Asociación General de 1901, la Sra. White tuvo ocasión de pasar por los Estados del sur, y de hablar palabras de ánimo y consejo a los que estaban trabajando allí. En Vicksburg, Mississippi, se puso ella en directo contacto con la obra que se realiza en favor de los negros, con centro en esa ciudad. En Nashville se encontró con un grupo mayor de obreros, que estaban estudiando diligentemente las necesidades de la causa en los Estados del sur, e inaugurando muchas líneas de trabajo. NB 418 1 El Gospel Herald, que antes se imprimía en Battle Creek, se había trasladado a Nashville, y se estaban considerando las ventajas de publicar folletos y libros para la zona sur de Nashville. Acerca de esto la Sra. White testificó: NB 418 2 "A medida que la obra sea llevada adelante se abrirán muchos ramos de actividad. Hay mucho trabajo que hacer en el sur, y con el propósito de realizar esta obra los obreros deben tener publicaciones adecuadas, libros que presenten la verdad en un lenguaje sencillo, y abundantemente ilustrados. Esta clase de publicaciones serán el medio más efectivo de mantener delante de la gente la verdad. Un sermón puede predicarse y olvidarse pronto, pero un libro permanece".3 NB 418 3 En comunicaciones escritas pocos meses más tarde sobre la necesidad de planear con sabiduría para la conducción de una casa editora en el sur, se señaló claramente que los hermanos responsables en ese campo cosecharán una rica bendición al preparar y publicar una línea de impresos especialmente adaptados a las necesidades particulares de las diversas clases que viven en sus límites. NB 418 4 En mayo de 1901 se organizó la Southern Publishing Association (Casa Editora del Sur), y se trazaron planes para el fortalecimiento de la obra del colportaje en la Unión del Sur. Pero la publicación y circulación de impresos especialmente preparados no sería la única cosa que llenaría la demanda del campo. "Necesitamos escuelas en el sur--declaró la Hna. White--. Estas deben establecerse lejos de la ciudad, en el campo. Debe haber escuelas industriales y educacionales, donde los negros puedan enseñar a los negros, y escuelas donde los blancos enseñen a la gente blanca. Deben establecerse misiones".4 También debe emprenderse obra misionera médica, y muchos pequeños centros deben establecerse en puntos estratégicos para llevar adelante este ramo del esfuerzo. Preparación institucional en muchos países NB 419 1 No solamente en el sur se necesitaban instituciones para la educación de obreros. Debían establecerse centros de preparación en muchos países: "En Inglaterra, Australia, Alemania, Escandinavia, y otros países continentales, a medida que avance la obra". NB 419 2 "En estos países--señaló la Sra. White--, el Señor tiene obreros capaces, trabajadores de experiencia. Estos pueden guiar en el establecimiento de instituciones, en la preparación de obreros y en la realización de la obra en sus diferentes ramos. Dios se propone que ellos sean provistos de medios y facilidades. Las instituciones establecidas darían carácter a la obra en esas naciones, y brindarían la oportunidad de preparar obreros para los países paganos que están más en tinieblas. De esta manera la eficiencia de nuestros obreros experimentados sería multiplicada cien veces tanto".5 NB 419 3 En tanto que habían de colocarse amplios fundamentos en tierras donde muchos obreros pudieran ser preparados rápidamente para ir a los extremos de la tierra, no habían de descuidarse las regiones menos favorecidas. Al respecto la Sra. White escribió: "Nos llega el clamor de campos lejanos: 'Venid y ayudadnos'. Estas regiones no son alcanzadas tan fácilmente, y no están listas para la cosecha, como están los campos que se hallan más cercanos en el ámbito de nuestra vista. Pero no deben ser descuidadas".6 NB 420 1 Fue el gran deseo de ver el mensaje de la verdad presente proclamado en todos los países lo que indujo a la Sra. White durante el congreso de la Asociación General de 1901 a delinear muy claramente el propósito de Dios de edificar su obra en forma amplia en las regiones favorecidas de la tierra. Fue su deseo ver el mensaje proclamado en las tierras paganas lo que la indujo a urgir el establecimiento de centros de preparación institucional en Gran Bretaña, y en el continente europeo, así como en Australia y en los Estados del sur de los Estados Unidos. Ella señaló la necedad de restringir la obra en tales lugares. NB 420 2 "No olvidemos los países de habla inglesa--aconsejó ella--, donde, si se presentara la verdad, muchos la recibirían y la practicarían. Me ha sido presentada la ciudad de Londres reiteradamente como un lugar en el cual debe hacerse una gran obra... ¿Por qué no se han enviado obreros allí, hombres y mujeres que podrían haber planificado el avance de la obra?" Misioneros de sostén propio NB 420 3 "Me he preguntado por qué nuestro pueblo, los que no están ordenados como ministros pero que tienen una relación con Dios, que entienden las Escrituras, no abren la Palabra a otras personas. Si ellos se ocuparan en esta tarea, sus almas recibirían una gran bendición... NB 420 4 "Nadie suponga que la obra en Londres puede ser realizada por una o dos personas. Este no es el plan correcto. Aunque debe haber personas que puedan supervisar el trabajo, ha de haber un ejército de obreros que luchen para alcanzar las diferentes clases de gente... NB 421 1 "Dios pide que su pueblo despierte. Hay mucha obra que realizar, y nadie ha de decir: 'No queremos a éste. El nos obstruirá el camino. El nos será un estorbo'. ¿No puede Dios encargarse de esto? ¿No hay en esta congregación hermanos que se establezcan en Londres para trabajar por el Maestro? ¿No hay personas que vayan a esa gran ciudad como misioneros de sostén propio? Pero aunque los misioneros han de hacer todo lo que puedan para hacer obra de sostén propio, los que permanecen aquí, los que sábado tras sábado asisten al Tabernáculo para escuchar la Palabra de Dios, los que tienen facilidades y ventajas, cuiden cómo les dicen a quienes son enviados a los campos extranjeros, carentes de toda facilidad y ventaja: 'Debéis sosteneros a vosotros mismos'... NB 421 2 "El campo europeo debe recibir la atención que debe tener y no hemos de olvidarnos de los campos cercanos. ¡Considerad a Nueva York! ¿Qué representación de la verdad hay en esa ciudad? ¿Cuánta ayuda se ha enviado hacia allí? Debe establecerse allí nuestra obra educacional y médica, y hay que dar ayuda financiera para esta obra... NB 421 3 "Dios desea que la obra avance en Nueva York. Debe haber millares de observadores del sábado en ese lugar, y los habría si la obra se hiciera avanzar como debiera. Pero surgen prejuicios. Los hombres quieren que la obra marche de acuerdo con los planes [trazados], y rehúsan aceptar otros planes mayores de parte de otros. Así se pierden oportunidades. En Nueva York debería haber varios pequeños grupos establecidos, y deben enviarse obreros allí. El hecho de que un hombre no esté ordenado como predicador no significa que él no puede trabajar para Dios. Enséñese a los tales cómo trabajar, y entonces permítase que vaya a hacer la obra. Al regresar, cuenten ellos lo que han hecho. Alaben al Señor por sus bendiciones, y vayan de nuevo otra vez. Anímeselos. Unas pocas palabras de estímulo serán una inspiración para ellos".7 Reorganización NB 422 1 A fin de que la causa de Dios pudiera prosperar, era imperativo que la administración fuera de tal naturaleza que permitiera el máximo desarrollo posible en todos los ramos de servicio. "Dios desea que su obra sea un poder que vaya surgiendo, ampliándose y engrandeciéndose--declaró la Sra. White durante una reunión de junta un día antes que se hiciera la apertura oficial del congreso de la Asociación General--. Pero la dirección de la obra se está haciendo confusa en sí misma... Dios pide que haya un cambio".8 NB 422 2 En el primer día del congreso, la Sra. White habló algo más acerca de estos asuntos. NB 422 3 "Debe darse más fuerza a la administración de la Asociación... Dios no ha colocado ningún poder monárquico en nuestras filas para controlar esta rama o la otra rama de la obra. La obra ha sido grandemente restringida por los esfuerzos para controlarla en todos los ramos. Aquí hay una viña que presenta lugares desiertos en los cuales no se ha trabajado. Y si alguno ha de empezar a labrar estos lugares en el nombre del Señor, a menos que obtenga permiso de los hombres que están en un pequeño círculo de autoridad no recibirá ninguna ayuda. Pero Dios se propone que sus obreros tengan ayuda. Si cien empezaran en una misión a trabajar estos campos destituidos, clamando a Dios, él abriría el camino delante de ellos... Si la obra no hubiera sido restringida de esta forma, ... habría avanzado con majestad. Habría progresado con debilidad al comienzo, pero el Dios del cielo vive; el gran Inspector vive... NB 423 1 "Debe haber una renovación, una reorganización; deben otorgarse un poder y una fuerza a las juntas directivas, que son necesarios".9 NB 423 2 Unos pocos días más tarde, cuando se propuso organizar el campo del sur como una unión fuerte, la Sra. White, en otro discurso ante los delegados dijo: NB 423 3 "Los arreglos que se están haciendo para ese campo están de acuerdo con la luz que me ha sido dada. Dios desea que el campo del sur tenga una asociación propia. La obra debe llevarse a cabo allí en forma diferente de la obra que se hace en cualquier otro lugar. Los obreros allí deben trabajar con planes propios, y sin embargo la obra será realizada... NB 423 4 "El Señor de Israel nos unirá a todos. La organización de nuevas asociaciones no ha de separarnos. Ha de unirnos. Las asociaciones que se han formado han de depender poderosamente del Señor, de manera que por medio de ellas Dios pueda revelar su poder, haciendo de los hombres excelentes ejemplos de cómo llevar frutos".10 NB 423 5 En años posteriores, cuando los hermanos responsables estaban poniendo en práctica en forma más o menos completa estos planes, la Sra. White en muchas ocasiones se regocijó por el éxito que estaba coronando los esfuerzos de un ejército de obreros cuya preparación para el servicio había sido obtenida en fuertes centros de preparación de Norteamérica, Europa y Australasia. NB 423 6 Grande fue el regocijo de la Sra. White cuando los informes de nuestros misioneros en la China indicaron que el Señor iba delante de nuestros obreros en ese país de una manera especial, preparando los corazones de los paganos para la recepción de la verdad presente. A medida que Dios abría el camino en campos donde en años anteriores había sido difícil entrar, ella instó a los hermanos responsables de hacer todo lo que estaba a su alcance para cooperar con los agentes celestiales que se hallaban manifiestamente activos en los lugares oscuros de la tierra. Al mismo tiempo ella continuó animando a los que tenían que ver con la obra de las instituciones, a mantener delante de los jóvenes que se preparaban los altos ideales por los cuales nuestras instituciones denominacionales se habían afanado, y a redoblar sus esfuerzos para preparar a muchos obreros a fin de que entraran en los campos que maduraban para la cosecha. De esta manera, el país que servía de base, ora estuviera en América, Europa o Australasia, o en otros países favorecidos, había de estar vinculado estrechamente con las regiones lejanas; y todas las agencias establecidas para el progreso de la causa de Dios habían de cooperar para la realización de un solo propósito: la preparación de un pueblo para la venida del Señor. ------------------------Capítulo 53--En la capital de Estados Unidos NB 425 1 La destrucción por fuego, ocurrida en un mismo año, de los principales edificios de dos de las instituciones más importantes de Battle Creek, Míchigan, indujeron a los hermanos a estudiar las ventajas que habría para la causa de Dios en el traslado de la sede denominacional y de la casa editora Review and Herald a algún otro lugar. NB 425 2 Este problema se presentó ante los delegados reunidos en el congreso de la Asociación General de 1903. Se instó a los hermanos a que expresaran libremente sus convicciones en cuanto a lo que convenía hacer. Mientras estaban en consejo, la Sra. White, que asistía como delegado, presentó un testimonio decidido en favor de adoptar un procedimiento que resultara en una diseminación amplia de las verdades del mensaje del tercer ángel. Ella llamó la atención a los consejos a menudo repetidos de establecer centros de influencia en puntos estratégicos, y de hacer arreglos para una sabia distribución de las fuerzas de obreros, más bien que seguir los planes tendientes a la centralización. Las estacas debían ser fortalecidas sólo para que las cuerdas fueran alargadas. Desde centros establecidos, la influencia de la verdad presente había de extenderse a todo el mundo. La Sra. White dijo, en parte: NB 426 1 "¿Querrán los que están reunidos en Battle Creek escuchar la Voz que les habla, y entender que han de esparcirse en diferentes lugares, donde puedan hacer posible que irradie el conocimiento de la verdad, y donde puedan obtener una experiencia diferente de la que han estado obteniendo? NB 426 2 "En respuesta a la pregunta que fue hecha con respecto al establecimiento [de la sede y las instituciones de Battle Creek] en otro lugar, yo contesto: Sí. Sean trasladadas las oficinas de la Asociación General y de la obra de publicaciones de Battle Creek a otro lugar. No sé cuál será el lugar, si debiera ser sobre la costa del Atlántico o en alguna otra parte; pero esto es lo que diré: Nunca pongáis una piedra o un ladrillo más en Battle Creek para reedificar la oficina de la Review. Dios tiene un lugar mejor para ella".1 De Battle Creek hacia el este NB 426 3 Antes de terminar el congreso de la Asociación General del año 1903 los delegados habían votado: NB 426 4 "Que las oficinas de la Asociación General sean trasladadas de Battle Creek, Míchigan, a algún otro lugar favorable para su obra en los Estados del Atlántico".2 NB 426 5 Inmediatamente después de la finalización de la sesión del congreso, la junta directiva de la Asociación General tomó el siguiente acuerdo: NB 426 6 "Votado, que favorezcamos el establecimiento de la sede de la Asociación General en las vecindades de la ciudad de Nueva York".3 NB 426 7 Y en la cuadragesimotercera reunión anual de la Review and Herald Publishing Association, celebrada el 21 de abril de 1903, se adoptaron recomendaciones tendientes a la transferencia de la obra de esa asociación a algún otro punto de los Estados del este. NB 427 1 Al discutir estas recomendaciones, se reiteró el propósito señalado durante el congreso de la Asociación General: colocar la institución donde pueda dar al mensaje del tercer ángel una publicidad mundial. Uno de los miembros de la comisión de resoluciones declaró, en apoyo de la recomendación ofrecida: NB 427 2 "¿Por qué hablamos del traslado de esta institución? ¿No es acaso para establecernos donde podamos hacer la obra confiada a nosotros en forma más ventajosa? ¿No es para ubicarnos donde ... podamos acelerar el avance de nuestro mensaje por todo el mundo, y llevar nuestra obra a una gloriosa consumación?"4 En busca de un lugar NB 427 3 Como paso preliminar de la tarea de poner en efecto las recomendaciones del congreso y de los accionistas de la Review and Herald, hombres representativos fueron elegidos para servir como miembros de una comisión de locación. Antes de comenzar con su trabajo, escribieron ellos a la Sra. White, pidiéndole que les comunicara cualquier luz definida que ella tuviera con respecto al lugar exacto adonde debieran mudar los intereses de la obra de publicaciones. En su primera respuesta a su pedido, la Sra. White escribió: NB 427 4 "No tengo ninguna luz especial, salvo lo que habéis recibido, con referencia a Nueva York y las otras grandes ciudades que no han sido trabajadas. Deben hacerse esfuerzos decididos en Washington, D. C. Es triste el informe que tenemos actualmente, que muestra cuán poco se ha realizado allí. Será mejor considerar lo que puede hacerse por esta ciudad, y ver qué procedimiento sería el más apropiado. NB 428 1 "Ya se han presentado claros testimonios en cuanto a la necesidad de hacer esfuerzos resueltos para presentar la luz a los habitantes de Washington... NB 428 2 "Quiera el Señor ayudarnos a movernos inteligentemente y con oración. Yo estoy segura de que él anhela que sepamos, y bien pronto, dónde debemos colocar nuestra casa editora. Estoy satisfecha con el hecho de que nuestra única conducta segura es estar listos para movernos en el preciso momento cuando se mueve la nube. Oremos porque el Señor nos dirija. El nos ha indicado, por su providencia, que quiere que abandonemos Battle Creek... NB 428 3 "Se debe trabajar en Nueva York, pero si nuestra casa editora debe establecerse allí, no lo sé. No considero la luz que he recibido lo suficientemente definida como para favorecer ese movimiento. NB 428 4 "Elevemos todos nuestro corazón a Dios en oración, teniendo fe de que él nos guiará. ¿Qué más podemos hacer? Dejemos que él nos indique dónde establecer la casa editora. Que no prevalezca nuestra propia voluntad, sino que hemos de buscar al Señor, y seguir en pos de él donde él abra el camino".5 NB 428 5 La comisión se reunió en la ciudad de Nueva York el 18 de mayo de 1903, trazó sus planes, y empezó de inmediato una inspección de las propiedades disponibles que había en los lugares suburbanos, y a lo largo del estrecho y del río Hudson. Día tras día continuaron su búsqueda, hasta que finalmente comenzaron a perder la esperanza de encontrar alguna cosa adecuada para sus necesidades. Dos o tres miembros del grupo habían regresado ya a Battle Creek cuando se recibió una segunda carta de la Sra. White en la cual ella daba los siguientes consejos adicionales: NB 429 1 "Anoche me fueron presentadas muchas cosas con respecto a nuestros actuales peligros, y algunas cosas relativas a la obra de publicaciones fueron traídas muy distintamente a mi mente. NB 429 2 "Mientras nuestros hermanos buscan dónde ubicar la casa editora Review and Herald, han de buscar fervientemente al Señor, actuar con cuidado, vigilancia y oración, y con un sentido constante de su propia debilidad. No debemos depender del juicio humano. Debemos buscar la sabiduría que Dios da... NB 429 3 "Con respecto a establecer la institución en Nueva York, debo decir: tened cuidado. No estoy en favor de que sea allí. No puedo dar todas las razones, pero estoy segura de que cualquier lugar a menos de cuarenta y cinco kilómetros de esa ciudad sería demasiado cercano. Estudiad los alrededores de otros lugares. Estoy segura de que debemos investigar cuidadosamente las ventajas de Washington, D. C. NB 429 4 "Los obreros relacionados con la casa editora deben tener mucho cuidado. Nuestros jóvenes y señoritas no deben ser colocados donde estarían en peligro de ser entrampados por Satanás. NB 429 5 "No debemos establecer esta institución en una ciudad, ni en los suburbios de una ciudad. Debe establecerse en un distrito rural, donde pueda estar rodeada de terreno. En los arreglos hechos para su establecimiento debe considerarse el clima. La institución debe estar ubicada donde la atmósfera sea saludable. A este asunto debemos darle un importante lugar en nuestras consideraciones, pues cualquiera sea el lugar donde se establezca la oficina de publicaciones, también debe ser adecuado para un pequeño sanatorio o para establecer una pequeña escuela agrícola. Por lo tanto, debemos encontrar un lugar que tenga suficiente terreno para estos propósitos. No debemos establecernos en un centro congestionado. NB 430 1 "Hermanos míos, iniciad la obra en forma inteligente. Cada punto sea considerado cuidadosamente y con oración. Después de mucha oración y frecuente consulta los unos con los otros, actuad de acuerdo con el mejor juicio de todos. Que cada obrero sostenga a los demás. No desmayéis ni os desaniméis. Mantened vuestras facultades perceptivas agudas y claras, aprendiendo constantemente de Cristo, el Maestro que no puede errar".6 NB 430 2 Siendo que la comisión no había encontrado nada en la vecindad de Nueva York que llenara los requerimientos necesarios, y en vista de que en ambas cartas se aconsejaba que la comisión estudiara las ventajas de Washington, algunos miembros de la misma decidieron ir a esa ciudad, pero con poca esperanza de encontrar las ventajas deseadas. Sin embargo resultaron agradablemente sorprendidos. NB 430 3 "No habíamos buscado lugar mucho tiempo--escribió uno de los miembros de la comisión--, antes de que comenzara a dominarnos la convicción de que, después de todo, Washington podía ser el lugar para nuestra sede. A medida que avanzábamos, esta convicción se hacía más profunda. Hemos encontrado condiciones aquí mucho más de acuerdo con el consejo recibido, que las que hallamos en ningún otro lugar".7 NB 430 4 Poco tiempo después de que los hermanos llegaran a esta convicción, recibieron una tercera carta de la Sra. White, en la que ella decía: NB 431 1 "Hemos estado orando por luz con respecto al lugar de nuestra obra en el este y hemos recibido esa luz de una manera muy decidida. Me fue dada luz positiva en el sentido de que nos serán ofrecidos en venta lugares en los cuales se ha gastado mucho dinero por parte de hombres que tenían dinero para usarlo con liberalidad. Los propietarios de estos lugares mueren, o su atención es llamada a algún otro objeto, y su propiedad se ofrece a la venta a un precio muy bajo. NB 431 2 "Con respecto a Washington, diré que hace veinte años deberían haberse establecido monumentos conmemorativos para Dios en esa ciudad, o más bien en sus suburbios... NB 431 3 "Estamos muchos años atrasados en dar el mensaje de advertencia en la ciudad que es la capital de nuestra nación. Una y otra vez el Señor me ha presentado a Washington como un lugar que ha sido extrañamente descuidado... Si hay un lugar en donde, por encima de otros, debe establecerse un sanatorio, y donde debe realizarse obra evangélica, es Washington... NB 431 4 "Os presento este asunto como algo que me conmueve poderosamente. Una cosa es cierta: no nos veremos libres de cargo a menos que inmediatamente hagamos algo en Washington para representar a nuestra obra. No podré descansar hasta que no vea la verdad avanzando como una lámpara que arde... NB 431 5 "Por la luz que me ha sido dada sé que, en este momento, la sede de la Review and Herald debe estar cerca de Washington. Si en nuestros libros y periódicos nuestro sello editorial tiene la dirección de Washington, D. C., se verá que no tenemos temor de permitir que nuestra luz brille. Establézcase la obra publicadora cerca de Washington. De esta manera mostraremos que estamos tratando de hacer lo que Dios nos ha pedido para proclamar el último mensaje de misericordia a un mundo que perece".8 Condiciones favorables en Takoma Park, D. C. NB 432 1 Durante la parte final de julio de 1903, se reunieron en Washington, D. C., hermanos que representaban muchas partes del campo, y procedieron de inmediato a inspeccionar los alrededores alejados del distrito de Columbia para encontrar propiedades adecuadas. Mañana tras mañana, antes de salir, se reunían para orar con fervor en procura de dirección divina. Y sus oraciones fueron señaladamente contestadas. En Takoma Park, una de las ciudades más atractivas y saludables que hay cerca de Washington, se encontró una propiedad de 50 acres (unas 20 hectáreas), que parecía reunir todos los requisitos. El terreno, que se elevaba a unos 300 metros, distaba solamente unos 13 kilómetros del edificio del Capitolio y, como estaba en los límites de Takoma Park, tenía las ventajas de los servicios postales, de gas, agua, cloacas y calles. Al mismo tiempo estaba suficientemente aislado por tupidas arboledas para tener las ventajas adicionales de una propiedad de campo más bien retirada. La propiedad estaba cubierta por centenares de árboles silvestres, y a un costado de la misma y sin embargo dentro de sus límites, corría un pintoresco arroyo alimentado por fuentes vivas. NB 432 2 En años anteriores esta propiedad había sido elegida por un médico de Boston para establecer un sanatorio, y en ella había gastado, incluyendo el precio de compra, unos 60.000 dólares. Con un costo elevado había limpiado la zona de malezas, troncos y desperdicios; pero no pudo financiar la empresa que se había propuesto, y después de su muerte la propiedad había caído en manos de un caballero que tenía una hipoteca de 15.000 dólares garantizada por ese terreno, y estaba ahora ofreciéndolo por 6.000 dólares. NB 433 1 Los hermanos sintieron que era su deber comprar sin demora esta hermosa propiedad, para hacer de esta manera factible el establecimiento de un sanatorio y una escuela cerca de la sede denominacional propuesta. Aunque la propiedad de Takoma Park, de unas 20 hectáreas, estaba situada a más de un kilómetro y medio fuera del límite del Distrito de Columbia, la comisión pudo comprar en la misma villa suficiente terreno dentro de la línea del distrito federal para servir como sede de la fábrica de la Review and Herald. Se obtuvieron lotes adyacentes para la administración de la Asociación General y para el edificio de la iglesia local, así como para el edificio de la escuela primaria. NB 433 2 Así se estaba abriendo el camino, paso a paso, para el rápido traslado de la Review and Herald y de las oficinas de la Asociación General, desde Míchigan a la capital de la nación. No pasaron más de unas pocas semanas antes que se hiciera la transferencia, y los hermanos se establecieron en edificios alquilados temporariamente en el corazón de la ciudad, hasta la erección de los edificios de Takoma Park. Un paso adelante NB 433 3 "El traslado a Washington de la obra que hasta aquí se había hecho desde Battle Creek--escribió la Sra. White a los que se habían aventurado a hacer el traslado--es un paso en la debida dirección. Hemos de continuar avanzando hacia las regiones lejanas, donde el pueblo está en tinieblas espirituales".9 NB 434 1 Los que avanzaron por fe fueron recompensados ricamente; y a medida que trabajaban veían cada vez más claramente la sabiduría del paso que habían tomado. "A medida que pasan los meses--escribió el redactor de la Review en una nota, el 25 de febrero de 1904--, podemos ver con más claridad el significado del traslado de la sede de nuestra obra a Washington, y apreciar la oportunidad que se nos ofrece aquí de establecer monumentos conmemorativos de la verdad tales que ejerzan una amplia influencia en favor de este mensaje. Por la instrucción dada por el espíritu de profecía, es claro que todo ramo de la obra institucional--la obra de publicaciones, la educacional, y la médica--debe establecerse aquí de una manera representativa, y que ha de llevarse a cabo una obra de evangelismo continuo, de manera que pueda haber una representación adecuada de este mensaje como movimiento misionero en la capital de la nación y en la sede de nuestra obra denominacional". Palabras de ánimo NB 434 2 En la primera parte de 1904 la Sra. White decidió ir a Washington, en persona, para pasar algunos meses allí mientras se echaran los cimientos. En el curso de su primer sermón, el sábado 30 de abril de 1904, ella dijo: NB 434 3 "En la ciudad de Washington hay mucho que hacer. Estoy agradecida a Dios por el privilegio de ver la tierra que se ha comprado para nuestra obra institucional en este lugar. La adquisición de estos terrenos estaba en la providencia del Señor, y alabo a Dios porque nuestros hermanos han tenido la fe de dar este paso de avance. Al observar esta ciudad me doy cuenta de la magnitud de la obra que ha de hacerse... NB 434 4 "Dios pide ahora que todo creyente que está en este centro realice su parte individual en ayudar a construir la obra que debe hacerse".10 NB 435 1 Pocos días más tarde, la Sra. White escribió: NB 435 2 "El lugar que se ha obtenido para nuestra escuela y sanatorio es todo lo que podría desearse. La tierra se parece a las presentaciones que me ha mostrado el Señor. Está adecuada para su propósito. Hay amplio lugar para una escuela y un sanatorio, sin que ninguna de estas instituciones se vea limitada... NB 435 3 "Se ha elegido para la oficina de publicaciones un buen sitio a una distancia prudencial del correo; y ha de encontrarse también un lugar de reuniones. Pareciera que Takoma Park ha sido especialmente preparada para nosotros, y que ha estado esperando ser ocupada por nuestras instituciones y sus obreros. NB 435 4 "Mis esperanzas para este lugar son grandes. El territorio que rodea a Washington por kilómetros y kilómetros ha de ser trabajado desde aquí. Estoy tan agradecida de que la obra se va a establecer en este lugar. Si Cristo estuviera en este terreno, él diría: 'Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega' Juan 4:35".11 "Levantaos y edificad" NB 435 5 Con el propósito de establecer un fuerte centro educacional en la sede de la denominación, los hermanos hallaron necesario hacer planes para reunir un fondo de 100.000 dólares. "La palabra de Dios a sus obreros de Washington es ésta: 'Levantaos, y edificad'--escribió la Sra. White en uno de sus llamamientos publicados en favor de este fondo--; y la palabra de Dios a este pueblo en todas las asociaciones es: 'Fortaleced las manos de los que edifican'. La obra en Washington ha de avanzar en línea recta, sin demora ni obstáculo. No se la detenga por falta de recursos".12 NB 436 1 Noblemente los hermanos y hermanas del mundo entero respondieron a los pedidos de fondos para establecer un centro fuerte para la preparación de obreros en la capital de la nación; tan noblemente, de hecho, que cuando los delegados al congreso de la Asociación General de 1905 se reunieron en el hermoso bosque que había sido comprado en Takoma Park, y presentaron los donativos de las asociaciones para el cierre del fondo, hallaron que la suma fijada había sido sobrepasada, y que disponían de un superávit para usarlo como subvenciones a las misiones. NB 436 2 "Nos sentimos muy agradecidos a nuestro Padre celestial--declaró la Sra. White durante el congreso de 1905 en que se presentó el fondo--porque ha conmovido, mediante su Santo Espíritu, las mentes de los hermanos para dar tan liberalmente a favor del establecimiento de su obra en Washington... El pondrá su aprobación sobre los esfuerzos para adelantar su obra según los lineamientos que él mismo ha señalado".13 ------------------------Capítulo 54--En el sur de California NB 437 1 "Todas nuestras instituciones médicas se hallan establecidas como instituciones adventistas del séptimo día, para representar los diversos aspectos de la obra médico-misionera y evangélica, y así preparar el camino para la venida del Señor",1 escribió la Sra. White en 1903, cuando se estaba considerando el desarrollo de la obra médico-misionera en el sur de California. NB 437 2 "Si hemos de incurrir en los gastos de edificar sanatorios con el propósito de que podamos trabajar en la salvación de los enfermos y afligidos, debemos planear nuestra obra de tal manera, que los que deseen ayuda reciban la ayuda que necesitan. Hemos de hacer todo lo que está a nuestro alcance en favor del cuerpo, pero hemos de hacer del sanamiento del alma el asunto de máxima importancia. A los que vienen a nuestros sanatorios como pacientes ha de mostrárseles el camino de la salvación, para que puedan arrepentirse, y escuchar las palabras: Tus pecados te son perdonados; ve en paz y no peques más".2 NB 437 3 Debido a las extraordinarias oportunidades que se presentaban para la salvación de almas, la Sra. White ofreció un testimonio decidido en favor del establecimiento de un grupo de instituciones médicas en el sur de California. "Por la luz que me ha sido dada cuando estaba en Australia, y que me ha sido renovada desde que volví a los Estados Unidos--escribió ella en 1902--, yo sé que la obra en el sur de California debe avanzar más rápidamente. La gente que afluye a ese lugar en procura de salud debe escuchar el último mensaje de misericordia... NB 438 1 "Desde muchos lugares del sur de California la luz debe brillar para alumbrar a las multitudes. La verdad presente ha de ser una ciudad asentada sobre un monte, que no se puede esconder. NB 438 2 "En el sur de California hay muchas propiedades para la venta, en las cuales ya se han levantado edificios adecuados para sanatorios. Algunas de estas propiedades deben ser compradas, y la obra médico-misionera debe ser llevada adelante según planes inteligentes y racionales. Han de establecerse varios sanatorios pequeños en el sur de California para el beneficio de las multitudes que acuden allí con la esperanza de encontrar salud. Me ha sido dada instrucción en el sentido de que ahora es nuestra oportunidad de alcanzar a los inválidos que acuden a los centros de salud del sur de California, y de que debe hacerse una obra en favor de los que asisten a ellos... NB 438 3 "En vez de invertir en una sola institución médica todos los recursos que se pueden lograr, debemos establecer sanatorios menores en muchos lugares. Muy pronto la reputación de los centros de salud del sur de California será mayor que al presente. Ahora es el tiempo en que debemos entrar en ese campo con el propósito de llevar adelante la obra médico-misionera".3 NB 439 1 Durante los años en que se dieron consejos similares a éstos, la Sra. White visitó el sur de California en varias ocasiones, con la esperanza de animar a los hermanos a perseverar en la búsqueda de propiedades adecuadas para ser empleadas como instituciones médicas. A veces, en visiones de la noche, se le daban cuadros rápidos de sanatorios que estaban funcionando. Ella trataba de poner por escrito y pasar a los hermanos estas presentaciones. En otras oportunidades se traía delante de ella una vívida instrucción que le fuera dada en años anteriores con respecto al propósito y objetivo de la obra médico-misionera y en cuanto al modelo que debía seguirse al establecer y mantener sanatorios en diferentes partes del mundo. NB 439 2 Mientras que los ojos de algunos hermanos estaban dirigidos hacia las ciudades, la Sra. White llamó la atención a las ventajas de un sitio en el campo, y a los beneficios que recibirían los pacientes en lugares distantes de las influencias de la vida moderna de la ciudad. Porciones considerables de esta instrucción fueron publicadas en Testimonies for the Church, tomo 7.4 Entre las presentaciones referidas están las siguientes: NB 439 3 "En las horas de la noche observé el cuadro de un sanatorio en el campo. La institución no era grande, pero estaba completa. Se hallaba rodeada de árboles hermosos y de arbustos, más allá de los cuales había huertas y bosquecillos. Había, en relación con el lugar, jardines en los cuales las pacientes, cuando así lo deseaban, podían cultivar flores de toda clase; cada paciente seleccionaba un sector especial para cuidar. El ejercicio al aire libre en estos jardines era prescrito como parte del tratamiento regular. NB 440 1 "Pasó delante de mí una escena tras otra. En una escena un número de pacientes afligidos acababa de llegar a uno de nuestros sanatorios de campo. En otra escena vi al mismo grupo, pero, ¡oh, cuán transformada estaba su apariencia! La enfermedad se había ido, la pielera clara, y el semblante alegre; el cuerpo y la mente parecían animados de nueva vida... NB 440 2 "Muchos de los pacientes afligidos vendrán de las ciudades al campo, rehusándose a conformarse con los hábitos, costumbres y modas de la vida de la ciudad; ellos tratarán de volver a obtener la salud en algunos de nuestros sanatorios del campo. Así, aunque estemos lejos de la ciudad 40 ó 50 kilómetros, podremos alcanzar a la gente, y los que desean salud tendrán oportunidad de volver a obtenerla en condiciones más favorables. NB 440 3 "Dios obrará maravillas por nosotros si cooperamos con él con fe. Sigamos, pues, una conducta razonable como para que nuestros esfuerzos puedan ser bendecidos por el cielo y coronados de éxito".5 NB 440 4 Los consejos relativos a la extensión de la obra médico-misionera no se limitaban a una sección favorecida. "Dios calificó a su pueblo para iluminar al mundo--escribió la Sra. White mientras estaba pensando especialmente con respecto a las oportunidades que los adventistas del séptimo día tenían en el sur de California--. El les ha confiado facultades mediante las cuales han de extender su obra hasta que ésta circunde el globo. En todas partes de la tierra han de establecer sanatorios, escuelas, casas editoras y facilidades parecidas para la realización de su obra... Han de establecerse misiones médicas en muchos países, para actuar como mano ayudadora de Dios en el ministerio a los afligidos. NB 441 1 "Cristo coopera con los que se empeñan en la obra médico-misionera. Los hombres y mujeres que hacen abnegadamente lo que pueden para establecer sanatorios y salas de tratamiento en muchos países, resultarán ricamente recompensados. Los que visitan estas instituciones se beneficiarán física, mental y espiritualmente; los cansados serán refrescados, el enfermo será restaurado a la salud, y el hombre cargado de pecado será aliviado. En países lejanos se oirán acciones de gracias y voces de melodía de parte de aquellos cuyos corazones han sido conducidos del pecado a la justicia por medio de estas agencias. Por sus cantos de agradecida alabanza se presentará un testimonio que ganará a otros a la lealtad a Cristo y al compañerismo con él".6 NB 441 2 En ocasión de la dedicación del Sanatorio de Loma Linda, el 15 de abril de 1906, la Sra. White revivió algunas de las notables providencias que había coadyuvado con los esfuerzos de los hermanos para comprar las propiedades para ese sanatorio en el sur de California. También delineó ella brevemente el propósito divino que habría de lograrse por medio de estas agencias. En el curso de sus observaciones declaró: NB 441 3 "Solemne es la responsabilidad que descansa sobre los misioneros médicos. Han de ser misioneros en el verdadero sentido del término. Los enfermos sufrientes que son confiados al cuidado de los ayudantes en nuestras instituciones médicas, no deben sentirse chasqueados. Enséñeseles a vivir en armonía con el cielo. Al aprender a obedecer las leyes de Dios, serán ricamente bendecidos física y espiritualmente. NB 442 1 "La ventaja de la vida al aire libre no debe perderse nunca de vista. ¡Cuán agradecidos debemos estar de que Dios nos haya dado hermosas propiedades para sanatorios en Paradise Valley, en Glendale y en Loma Linda! '¡Fuera de las ciudades! ¡Fuera de las ciudades!', éste ha sido mi mensaje por años. No podemos esperar que el enfermo se recobre rápidamente cuando está encerrado entre cuatro paredes, en alguna ciudad, sin ninguna vista hacia afuera, a excepción de casas, casas y casas, sin nada para animarlo, nada para aliviarlo. Y sin embargo, ¡cuán lentamente algunos se han de dar cuenta de que las ciudades tan atestadas no son lugares favorables para la obra de un sanatorio! NB 442 2 "Aún en el sur de California, no hace muchos años, había algunos que favorecían la erección de un gran edificio de sanatorio en el corazón de Los Angeles. A la luz de la instrucción que Dios ha dado, no podíamos consentir en la realización de un plan semejante. En visiones de la noche el Señor me había mostrado propiedades no ocupadas en el campo, adecuadas para el propósito de un sanatorio, que estaban a la venta a un precio muy inferior a su costo original. NB 442 3 "Esto ocurrió un tiempo antes que encontráramos estos lugares. Primero compramos el sanatorio de Paradise Valley, cerca de San Diego. Unos pocos meses más tarde, en la buena providencia de Dios, descubrimos la propiedad de Glendale, y ésta fue comprada y preparada para el servicio. Pero se nos instruyó en el sentido de que nuestra obra de establecer sanatorios en el sur de California no estaba completa; y en varias ocasiones diferentes recibimos testimonios de que debía realizarse obra médico-misionera en alguna parte de las vecindades de Redlands. NB 442 4 "En un artículo publicado en la Review, el 6 de abril. de 1905, yo escribí lo siguiente: NB 443 1 "'En nuestro camino de vuelta a Redlands, cuando nuestro tren recorrió muchos kilómetros de plantaciones de naranjos, yo pensé en los esfuerzos que debían hacerse en este hermoso valle para proclamar la verdad en este tiempo. Reconocí esta sección del sur de California como uno de los lugares que me habían sido presentados con la instrucción de que allí debía haber un sanatorio plenamente equipado. NB 443 2 "'¿Por qué se han dejado sin trabajar campos como Redlands y Riverside?... El Señor quiere tener a hombres y mujeres valientes y fervorosos que asuman la obra en estos lugares. La causa de Dios ha de hacer progresos más rápidos en el sur de California que lo que ha hecho en lo pasado. Cada año miles de personas visitan el sur de California para encontrar salud, y por diferentes métodos debemos tratar de alcanzarlos con la verdad. Deben escuchar la amonestación a prepararse para el gran día del Señor, que es inminente... Obreros que puedan hablar a las multitudes han de establecerse donde puedan encontrar al público, para darle el mensaje de amonestación... Sean ellos rápidos en aprovechar las oportunidades para hablar de la verdad presente a quienes no la conocen. Den ellos el mensaje con claridad y poder, para que los que tengan oídos para oír oigan'. NB 443 3 "Estas palabras fueron escritas antes que yo tuviera ninguna noticia acerca de la propiedad de Loma Linda. Todavía la carga de establecer otro sanatorio descansaba sobre mí. En el otoño de 1903 tuve la visión de un sanatorio en medio de campos hermosos, en alguna parte del sur de California, y ninguna de las propiedades que yo había visitado respondía a la presentación dada en esa visión. En ese tiempo, escribí acerca de la visión a nuestros hermanos y hermanas reunidos en el congreso campestre de Los Angeles, en la primera parte de septiembre de 1903. NB 444 1 "Mientras asistía al congreso de la Asociación General de 1905, en Washington, D. C., recibí una carta del pastor J. A. Burden, en la cual él describía una propiedad que había encontrado a unos siete kilómetros al oeste de Redlands, nueve kilómetros al oeste de San Bernardino, y a unos quince kilómetros al noroeste de Riverside. Al leer la carta, tuve la impresión de que éste era uno de los lugares que había visto en visión... NB 444 2 "Más tarde, cuando visité esta propiedad, la reconocí como uno de los lugares que, hacía dos años, había visto en visión. ¡Cuán agradecida estoy al Señor nuestro Dios por este lugar completamente preparado para que nosotros lo usemos para el honor y la gloria de su nombre!"7 NB 444 3 Ante los delegados reunidos en el congreso general de 1909, la Sra. White describió algunas de las experiencias relacionadas con el establecimiento de la obra médico-misionera, sobre una base sólida, en el sur de California, y se refirió particularmente a la mano prosperadora de Dios al proveernos facilidades para la preparación de muchos médicos misioneros evangelistas para un servicio mundial. En este sentido ella dijo: NB 444 4 "Una de las principales ventajas de Loma Linda es la agradable variedad de las escenas encantadoras que hay por todas partes. La extensa vista del valle y de la montaña es magnífica. Pero más importante que la magnificencia de la escena y la belleza de los edificios y terrenos espaciosos, es la estrecha proximidad de esta institución a un distrito densamente poblado, y la oportunidad que así se ofrece de comunicar a muchísima gente un conocimiento del mensaje del tercer ángel. Debemos tener claro discernimiento espiritual, o de otra manera dejaremos de discernir las providencias de Dios que abren puertas y que están preparando el camino para nosotros a fin de que iluminemos al mundo. NB 445 1 "Con la posesión de este lugar viene la pesada responsabilidad de hacer que la obra de la institución sea de carácter educacional. Loma Linda ha de ser no solamente un sanatorio, sino también un centro educacional. Ha de establecerse una escuela aquí para la preparación de misioneros médicos evangelistas... NB 445 2 "En Loma Linda tenemos un centro ventajoso para la realización de varias empresas misioneras. Podemos ver que estaba en la providencia de Dios que este sanatorio fuera puesto en posesión de nuestros hermanos. Debemos apreciar a Loma Linda como un lugar que el Señor previó que necesitaríamos y que nos dio. Hay una preciosa obra que debe hacerse en relación con el sanatorio y la escuela de Loma Linda, y esta obra será hecha, cuando todos nosotros trabajemos con ese propósito, moviéndonos en forma unida según los planes de Dios".8 ------------------------Capítulo 55--El terremoto de San Francisco NB 446 1 El jueves 12 de abril de 1906 por la tarde, la Sra. White salió de su casa para asistir a la reunión anual de la Asociación del Sur de California, en Los Angeles, y a los ejercicios de dedicación de dos sanatorios: el de Paradise Valley, cerca de San Diego, y el de Loma Linda, en el valle de San Bernardino. Pasó los primeros pocos días en Loma Linda, y durante todo este tiempo tuvo una notable experiencia, que describió brevemente en estas palabras: Juicios retributivos NB 446 2 "Mientras estaba en Loma Linda, California, el 16 de abril de 1906, pasó delante de mí una maravillosa representación. Durante una visión nocturna, estaba yo de pie en un lugar alto, desde el cual podía ver casas sacudidas como una paja por el viento. Edificios, grandes y pequeños, eran derribados. Lugares de placer, teatros, hoteles y hogares de gente rica eran sacudidos y destrozados. Muchas vidas eran destruidas, y el aire estaba lleno de los gritos de los heridos y aterrorizados. NB 446 3 "Los ángeles destructores de Dios estaban trabajando. Un toque, y edificios tan sólidamente construidos que los hombres consideraban seguros contra todo peligro, rápidamente se convertían en un montón de ruinas. No había certeza de seguridad en lugar alguno. Yo no me sentía en ningún peligro especial, pero no encuentro palabras para describir lo terrible de las escenas que pasaron delante de mí. Parecía que la tolerancia de Dios se había acabado, y que el día del juicio había llegado. NB 447 1 "El ángel a mi lado entonces me dijo que solamente pocos tienen algún concepto de la maldad que existe en nuestro mundo hoy, y especialmente la maldad que hay en las grandes ciudades. Declaró que el Señor había señalado un tiempo cuando visitaría a los transgresores con ira por el descuido persistente de su ley. NB 447 2 "Por terrible que fuera la representación que pasó delante de mí, lo que me impresionó más vívidamente fue la instrucción que se me dio en relación con esto. El ángel que estaba a mi lado declaró que el gobierno supremo de Dios, y el carácter sagrado de su ley, debían ser revelados a aquellos que rechazaban persistentemente prestar obediencia al Rey de reyes. Los que deciden permanecer desleales, deben ser visitados, por misericordia, con juicios, a fin de que, si es posible, sean despertados para comprender la pecaminosidad de su conducta. NB 447 3 "Todo el día siguiente estuve pensando en las escenas que habían pasado delante de mí, y en la instrucción que había recibido. Por la tarde viajé a Glendale, cerca de Los Angeles: y en la noche siguiente ... parecía estar yo en una asamblea presentando delante de la gente los requisitos de la ley de Dios. Leí las Escrituras con respecto a la institución del sábado en el Edén al fin de la semana de la creación, y con respecto a la entrega de la ley en el Sinaí; y entonces declaré que el sábado ha de ser observado 'por pacto perpetuo', como señal entre Dios y sus hijos para siempre, para que sepan que son santificados por Dios su Creador. NB 448 1 "Entonces me espacié en el gobierno supremo de Dios por encima de todos los gobiernos terrenales. Su ley ha de ser la norma de acción. A los hombres se les prohíbe pervertir sus sentidos por la intemperancia, o ceder su mente a la influencia satánica; porque esto les impide guardar la ley de Dios. Aunque el Gobernante divino tiene mucha paciencia con la perversidad, él no se engaña, y no permanecerá en silencio para siempre. Su supremacía, su autoridad como gobernante del universo, debe finalmente ser reconocida y la justa reclamación de su ley debe ser vindicada. NB 448 2 "He repetido al pueblo mucha más instrucción, que he recibido de mi Instructor, relativa a la longanimidad de Dios y a la necesidad de que los transgresores despierten a una comprensión de su estado peligroso a la vista del cielo".1 NB 448 3 "Me ha tomado muchos días el escribir una porción de lo que me fue revelado aquellas dos noches en Loma Linda y Glendale".2 NB 448 4 "El 18 de abril, dos días después que la escena de la caída de los edificios pasó delante de mí, salí a cumplir con un compromiso de hablar en la iglesia de la calle Carr, en Los Angeles. A medida que nos acercamos a la iglesia, oímos a los niños que vendían diarios gritando: '¡San Francisco destruido por un terremoto!' Con un corazón cargado, leí las primeras noticias, impresas con apresuramiento, relativas al terrible desastre".3 Trabajando las ciudades desde centros establecidos fuera NB 448 5 En el curso de su discurso ante la conferencia, la Sra. White exaltó el carácter sagrado de la ley de Dios, y habló decididamente de la necesidad de una acción rápida y de instruir a la gente acerca del significado de las cosas que estaban ocurriendo en la tierra. Se refirió particularmente a las ventajas que se obtendrían al trabajar las ciudades desde centros establecidos afuera. NB 449 1 "¡Fuera de las ciudades, fuera de las ciudades!--declaró ella--; éste es el mensaje que Dios me ha estado dando. Vendrán terremotos; vendrán inundaciones, y no hemos de establecernos en las ciudades malvadas, donde el enemigo es servido a todo paso, y donde Dios es a menudo olvidado. El Señor desea que tengamos una clara visión espiritual. Debemos ser rápidos para discernir el peligro que habrá en establecer instituciones en estas ciudades malvadas. Debemos hacer planes sabios para amonestar a las ciudades, y al mismo tiempo vivir donde podamos proteger a nuestros hijos y protegernos a nosotros mismos de las influencias contaminantes y desmoralizadoras tan prevalecientes en esos lugares".4 Escenas de destrucción NB 449 2 Dos semanas más tarde la Sra. White regresó a su hogar de Santa Elena vía San José, Mountain View y San Francisco. "Mientras viajábamos hacia el norte--escribió en un relato de su viaje--, vimos algunos de los aspectos del terremoto; y cuando entramos en San José, pudimos ver que había grandes edificios destruidos, y que otros habían sido seriamente dañados. NB 449 3 "En Mountain View la nueva oficina de correos y algunos de los negocios más grandes de la ciudad habían desaparecido. Otros edificios estaban parcialmente destruidos y malamente dañados".5 NB 450 1 "En nuestro camino a casa pasamos por San Francisco, y alquilando un coche, pasamos una hora y media viendo la destrucción obrada en esa gran ciudad. Edificios que se creía eran a prueba de cualquier desastre, yacían en ruinas. En algunos casos, los edificios estaban parcialmente hundidos en la tierra. La ciudad presentaba un espectáculo de lo más terrible, lo cual hablaba de la ineficacia del ingenio humano para idear estructuras a pruebas de fuego y terremotos".6 Advertencias y exhortaciones NB 450 2 Con respecto a sus enseñanzas y amonestaciones concernientes a la necesidad de un esfuerzo fervoroso para proclamar el mensaje del tercer ángel en las ciudades, en vista de las calamidades que han de ocurrir en los grandes centros de población a medida que se acerca el fin del tiempo, la Sra. White escribió lo siguiente: NB 450 3 "Desde que ocurrió el terremoto de San Francisco han circulado muchos rumores concernientes a declaraciones que yo he hecho. Algunos han informado que mientras estaba en Los Angeles, yo pretendí haber predicho el terremoto y el incendio de San Francisco, y que Los Angeles sería la próxima ciudad en sufrir. Esto no es cierto. La mañana después del terremoto, yo no dije otra cosa sino que 'vendrán terremotos; vendrán inundaciones'; y que el mensaje de Dios a nosotros es que no debemos 'establecernos en las ciudades malvadas'. NB 450 4 "No hace muchos años, un hermano que trabajaba en la ciudad de Nueva York publicó algunas noticias alarmantes con respecto a la destrucción de esa ciudad. Yo escribí inmediatamente a quien estaba a cargo de la obra allí diciéndole que no era sabio publicar tales noticias; que ello haría surgir una excitación que resultaría en un movimiento fanático, y que esto perjudicaría a la causa de Dios. Es suficiente presentar la verdad de la Palabra de Dios al pueblo. Las noticias alarmantes son perjudiciales para el progreso de la obra".7 NB 451 1 El 3 de agosto de 1903, la Sra. White escribió además con respecto a este informe sensacional: NB 451 2 "¿De dónde vino la noticia de que yo declaré que Nueva York ha de ser barrida por una ola gigantesca? Nunca lo he dicho. Yo he dicho, cuando veía los grandes edificios levantarse allí, piso tras piso: '¡Qué terribles escenas ocurrirán cuando el Señor se levante para sacudir terriblemente la tierra! Entonces se cumplirán las palabras de Apocalipsis 18:1-3'. Todo el capítulo 18 de Apocalipsis es una advertencia de lo que ha de suceder en la tierra. Pero yo no tengo luz en particular con respecto a lo que ha de venir sobre Nueva York, y lo único que sé es que algún día los grandes edificios de esa ciudad serán derribados por el poder trastornador de Dios. Por la luz que me ha sido dada, sé que la destrucción está en el mundo. Una palabra del Señor, un toque de su poder terrible, y estas masivas estructuras caerán. No podemos imaginarnos el carácter terrible de las escenas que ocurrirán". NB 451 3 El 1.° de septiembre de 1902, la Sra. White escribió: NB 451 4 "En las grandes ciudades, tales como San Francisco, deben realizarse reuniones en carpas bien equipadas, porque de aquí a no mucho tiempo estas ciudades sufrirán bajo los juicios de Dios. San Francisco y Oakland están llegando a ser como Sodoma y Gomorra, y el Señor las visitará con ira". NB 452 1 El 20 de junio de 1903 escribió: "Los juicios de Dios están en nuestro país. El Señor pronto vendrá. Con fuego, con inundación y con terremotos, él está advirtiendo a los habitantes de esta tierra de su próxima aparición. ¡Ojalá que el pueblo conozca el tiempo de su visitación! No tenemos tiempo que perder. Debemos hacer esfuerzos determinados para inducir a la gente del mundo a ver que el día del juicio está cercano". NB 452 2 El 3 de junio de 1903 escribió: "Hay muchos con los cuales está luchando el Espíritu de Dios. El tiempo de los juicios destructivos de Dios es el tiempo de misericordia para aquellos que no tienen ninguna oportunidad para enterarse de la verdad. El Señor los considerará con ternura. Su corazón de misericordia es tocado; su mano está todavía extendida para salvar". NB 452 3 El 12 de novimbre de 1902 escribió: "Está llegando el tiempo cuando vendrá la gran crisis de la historia, cuando todo movimiento en el gobierno de Dios será observado con intenso interés e inexpresable aprensión. En rápida sucesión los juicios de Dios caerán uno después de otro: fuego e inundación y terremotos, con guerra y derramamiento de sangre. Algo grande y decisivo tendrá necesariamente que ocurrir pronto".8 NB 452 4 En febrero 15 de 1904 leemos: "Cuando estuve la última vez en Nueva York, fui llamada a presenciar de noche como se levantaban los edificios, piso sobre piso, hacia el cielo. Estos edificios tenían garantía contra el fuego y eran erigidos para glorificar a los propietarios. Estas estructuras se levantaban más y más alto, y en ellas se usaba el material más costoso... NB 453 1 "Mientras subían estos altos edificios, los propietarios se regocijaban, con un orgullo ambicioso, de que tenían dinero que invertir en glorificar el yo... Mucho del dinero que era invertido había sido obtenido por exacción, oprimiendo a los pobres. En los libros del cielo se guarda un registro de toda transacción comercial. Allí se registra todo trato injusto, toda acción fraudulenta. Viene el tiempo cuando los hombres en su fraude y en su insolencia llegarán a un punto que el Señor no les permitirá pasar, y ellos sabrán que hay un límite a la tolerancia de Jehová. NB 453 2 "La escena que en seguida pasó delante de mí era de un fuego alarmante. Los hombres miraban los edificios elevadísimos, pretendidamente a prueba de fuego, y decían: 'Están perfectamente seguros'. Pero estos edificios eran consumidos como si estuvieran hechos de resina. Las bombas de incendio no podían hacer nada para detener la destrucción. Los bomberos eran incapaces de hacerlas funcionar. Se me ha instruido en el sentido de que, cuando venga el tiempo del Señor, si no ha ocurrido un cambio en los corazones de los hombres orgullosos y de los ambiciosos seres humanos, hallarán que la mano que ha sido poderosa para salvar será poderosa para destruir. Ningún poder terrenal es capaz de detener la mano de Dios. Ningún material puede ser usado en la erección de edificios que los preserve de la destrucción cuando llegue el tiempo señalado por Dios para mandar retribución a los hombres por su insolencia y el descuido de su ley".9 Llamados al arrepentimiento NB 454 1 La misericordia de Dios al salvar la vida de muchos durante la terrible calamidad ocurrida en San Francisco y las ciudades cercanas, fue señalada por la Sra. White como un poderoso llamamiento a todas las clases a reconocer la supremacía del gobierno de Jehová y el carácter obligatorio de su ley. Ella instó a que se hicieran esfuerzos evangelísticos en las ciudades de la Bahía, para que la gente tuviera todas las oportunidades posibles de informarse acerca del significado de los juicios que vendrán sobre los habitantes de la tierra. NB 454 2 En consecuencia, durante muchos meses después del terremoto, se realizaron esfuerzos especiales continuados para proclamar el mensaje del tercer ángel en San Francisco, en Oakland y en otras ciudades de la Bahía. La Sra. White hizo lo que pudo para animar a los obreros estacionados en otros lugares, y realizó varias visitas ella misma a los grupos de obreros activamente empeñados en enseñar a la gente. Cuando se encontraba con los que estaban familiarizados con las verdades de la Palabra de Dios, ella los instaba aprestar ayuda voluntaria a los esfuerzos de los obreros. Al mismo tiempo escribió también acerca de la obra más amplia que ha de hacerse en todos los países. NB 454 3 "El mundo está lleno de transgresión--declaró ella--. Un espíritu de ilegalidad prevalece en todos los países, y se hace especialmente manifiesto en las grandes ciudades. El pecado y el crimen que se ven en nuestras ciudades es alarmante. Dios no puede soportar esto por mucho más tiempo. Ya sus juicios están empezando a caer sobre algunos lugares, y pronto su señalado desagrado se sentirá en otros lugares. NB 454 4 "Habrá una serie de acontecimientos que revelarán que Dios gobierna la situación. La verdad será proclamada en lenguaje claro e inequívoco. Como pueblo debemos preparar el camino del Señor bajo la dirección poderosa del Espíritu Santo. El Evangelio ha de ser dado en su pureza. La corriente de agua viva ha de profundizarse y ampliarse mientras corra. En todos los campos cercanos y lejanos, serán llamados hombres a dejar el arado y las vocaciones comerciales comunes que mayormente ocupan la mente, y serán educados en relación con hombres de experiencia. A medida que aprendan a trabajar con eficacia, proclamarán la verdad con poder. Mediante la operación poderosa de la divina Providencia, montañas de dificultades serán quitadas y echadas en el mar. El mensaje que significa tanto para los habitantes de la tierra, será escuchado y entendido. Los hombres sabrán cuál es la verdad. La obra ha de progresar siempre y seguir avanzando, hasta que la tierra entera haya sido amonestada; y entonces vendrá el fin".10 ------------------------Capítulo 56--En el congreso de la Asociación General de 1909 NB 456 1 En la tarde del jueves 9 de septiembre de 1909, la Sra. White regresó a su hogar cerca de Santa Elena, California, después de una ausencia de cinco meses y cuatro días, durante los cuales había viajado unos quince mil kilómetros y, frente a auditorios grandes y pequeños, había hablado setenta y dos veces, en veintisiete lugares, desde California hasta Maine, y desde Alabama hasta Wisconsin. NB 456 2 El principal propósito de este viaje fue asistir a la Sesión Cuadrienal de la Asociación General, que se reunió en Washington D. C., en la primavera de 1909. Sus visitas a otros lugares las hizo en respuesta a urgentes invitaciones, y las pudo hacer gracias a la misericordiosa provisión de fuerza y valor que Dios le otorgaba, mientras proseguía de lugar en lugar. NB 456 3 Unos pocos días antes de empezar su viaje, ella señaló que, siendo que tenía 81 años de edad y que se encontraba con poca salud, indudablemente sería mejor para ella tomar la ruta más directa a Washington; pero que no podía desatender los llamados para visitar Los Angeles, Loma Linda y Paradise Valley, en el sur de California, ni la invitación a ir a College View, Nebraska, para hablar a los quinientos estudiantes del Union College. Y agregó: "También debo visitar a mi hijo Edson, en Nashville, Tennessee, y si el Señor me da fuerza, me gustaría visitar a los Hnos. Sutherland y Magan en la escuela de Madison". Por otra parte, expresó el deseo de detenerse un día en Asheville, Carolina del Norte, donde vivía el profesor S. Brownsberger, y donde la Hna. Rumbough había edificado y donado a la Asociación una cómoda casa de culto y una casa para el pastor. NB 457 1 Durante las cuatro semanas ocupadas en el viaje a Washington, la Sra. White pudo hablar cuatro veces en College View, y dos veces en los siguientes tres lugares: Loma Linda, Nashville y Asheville; y una vez en cada uno de los siguientes lugares: Paradise Valley, Madison, Hillcrest y Huntsville, y en la escuela misionera de Alden, cerca de Hilltop. A su llegada a Washington fue de inmediato a Takoma Park, donde fue alojada en el hogar del pastor G. A. Irwin. Una reunión representativa NB 457 2 El congreso de la Asociación General de 1909 tuvo la asistencia de representantes de muchos países. Las delegaciones extranjeras eran desacostumbradamente numerosas, pues las asociaciones y misiones de ultramar tenían el número completo de delegados o casi ese número. La asistencia de delegados de los Estados Unidos era también grande. NB 457 3 Desde el comienzo de la sesión la Sra. White sintió una pesada responsabilidad por los intereses espirituales de varias clases de creyentes acampados en los terrenos. En varias de sus pláticas públicas instó a los hermanos y hermanas a echar mano de Dios y a buscarlo con más fervor en procura de dirección y bendición. Los que asistían habían de recibir ánimo e inspiración para hacer avanzar una obra poderosa en todo el mundo. En todos sus planes, habían de mantener constantemente en cuenta las necesidades de las almas que perecían y la importancia de ocupar lugares donde Dios abriera maravillosamente el camino para la entrada de la verdad presente. La obra en las ciudades NB 458 1 Particularmente señaló la importancia de la obra en las grandes ciudades de las diversas naciones. "He aquí nuestras ciudades--dijo ella--, y la necesidad que tienen del Evangelio. Por más de veinte años ha sido mantenida delante de mí la necesidad de realizar un trabajo fervoroso entre las multitudes de las ciudades. ¿Quién está llevando la carga por nuestras grandes ciudades? Algunos dirán: Necesitamos todo el dinero que podamos obtener para llevar adelante la obra en otros lugares. ¿No sabéis que a menos que llevéis la verdad a las ciudades se producirá una carencia de medios? Cuando llevéis este mensaje a los que están en las ciudades y tienen hambre de la verdad, y ellos acepten la luz, irán fervorosamente a trabajar a fin de llevar la luz a otros. Almas que tienen medios traerán a otros a la verdad, y darán de sus medios para hacer progresar la causa de Dios".1 NB 458 2 La necesidad de hacer planes extraordinarios para la predicación del mensaje del tercer ángel en los centros muy poblados constituyó una de las principales preocupaciones de los discursos de la Sra. White en el congreso. NB 458 3 "Un poco se está haciendo en nuestro medio--declaró ella--; ¡pero ojalá la buena obra se esparza y alcance toda alma necesitada! ¡Ojalá que la verdad presente sea proclamada en toda ciudad! Esta gran necesidad la tengo presente día y noche... NB 459 1 "Hombres y mujeres han de avanzar más y más para llevar el mensaje evangélico. Agradecemos a Dios por esto, pero necesitamos un despertar mayor... Es nuestro privilegio ver la obra de Dios avanzando en las ciudades. Cristo está esperando; está esperando que entremos en distintos lugares. ¿Quién se está preparando para esta obra? No diremos que carecemos de obreros. Nos alegramos de que hay algunos; pero hay una obra mayor, mucho mayor que hacer en nuestras ciudades".2 Esfuerzos especiales en Nueva Inglaterra NB 459 2 "La obra que hemos de hacer es una obra maravillosamente grande--dijo en otro de sus discursos durante la sesión--. Hay un mundo que salvar". En relación con esto se refirió especialmente a la bendición que sobrevendría a la causa de Dios como resultado de un esfuerzo vigoroso y unido para proclamar el mensaje en las ciudades de Nueva Inglaterra, donde los mensajes del primero y el segundo ángeles habían sido dados con gran poder. "Debemos traer a estas mismas ciudades la gloria del mensaje del tercer ángel--dijo ella--. ¿Quién entre nosotros está tratando de esparcir los rayos de luz en el lugar donde la verdad fue tan favorablemente recibida en los primeros días del mensaje?".3 NB 459 3 En uno de sus llamamientos con respecto a la obra que debía hacerse en las ciudades de Nueva Inglaterra y de los Estados del Atlántico, dijo ella: NB 459 4 "¿Qué se está haciendo en las ciudades del este, que fueron las primeras en las cuales se predicó el mensaje del advenimiento? Las ciudades del oeste han tenido ventajas, pero ¿quién en el este ha tenido la preocupación de emprender la obra de ir al territorio que en los primeros días del mensaje fue bautizado con la verdad del pronto regreso del Señor? Me ha sido dada la indicación de que la verdad debe ir de nuevo a los Estados del este, donde empezamos nuestra obra, y donde tuvimos nuestras primeras experiencias. Debemos hacer todo esfuerzo para esparcir el conocimiento de la verdad a todos cuantos escuchen, y habrá muchos que escucharán. Por todas partes en nuestras grandes ciudades hay almas honradas que están interesadas en conocer la verdad. Hay una obra ferviente que debe hacerse en los Estados del este. 'Repetid el mensaje, repetid el mensaje--fueron las palabras que me fueron dichas una y otra vez--. Decid a mi pueblo que repita el mensaje en los lugares donde fue predicado por primera vez, y donde una iglesia tras otra se decidió en favor de la verdad, donde el poder de Dios testificaba en favor del mensaje de una manera notable'".4 Delegaciones del exterior NB 460 1 La presencia, en el congreso de 1909, de más de cien delegados del exterior, dio a la Sra. White la oportunidad de encontrarse con viejos amigos con los cuales en años pasados había estado asociada en el trabajo. A menudo durante el congreso la visitaban grupos de hermanos de algunas asociaciones del extranjero o del campo misionero, que le traían sus saludos personales, y que le daban informes del progreso del mensaje del tercer ángel en los campos que ellos representaban. Así, casi todos los que venían del extranjero tuvieron esta oportunidad, tanto viejos amigos como aquellos que nunca la habían conocido, para asegurarle su valor en Dios y su determinación de hacer su parte en la finalización de la obra. NB 461 1 La Sra. White dijo públicamente después de una de estas ocasiones: "Tuve un profundo sentimiento de satisfacción cuando nuestros hermanos que habían venido de los campos extranjeros me contaron un poco de sus experiencias y de lo que el Señor está haciendo para traer almas a la verdad".5 Y en otra ocasión, dirigiéndose especialmente a ellos mientras hablaba ante el congreso, dijo: NB 461 2 "Aquí hay obreros que han venido de los campos extranjeros. Han venido a ver y a entender. Están determinados a aprovechar todo privilegio, para poder ir de vuelta a sus campos de labor con una provisión renovada de la gracia y el poder del Espíritu de Dios. Como maestros y directores en la obra, han de reunir preciosas verdades para presentar, si son fieles, a sus colaboradores que están trabajando en muchos lugares y de diversas maneras a fin de llevar a las almas al conocimiento de la verdad. Hermanos míos, en vuestros campos de labor podréis estar rodeados de circunstancias desfavorables; pero el Señor conoce todo lo que os concierne, y él suplirá vuestra carencia por medio de su Santo Espíritu. Necesitamos tener mucho más fe en Dios".6 Luchas entre las naciones NB 461 3 La Sra. White solemnemente pidió a los hermanos que habían venido a la reunión como representantes de la causa de la verdad presente desde todas partes de Europa, Asia, Africa, Sudamérica, Australasia y las Islas del Mar, que prepararan sus corazones para escenas terribles de lucha y opresión superiores a todo lo que se conocía hasta entonces, y que pronto habían de ser presenciadas entre las naciones de la tierra. "Muy pronto--declaró ella--la lucha y la opresión de las naciones extranjeras se producirá con una intensidad que ahora no anticipáis. Necesitáis comprender la importancia de conocer a Dios en oración. Cuando tengáis la seguridad de que él os escucha, estaréis gozosos en la tribulación; os elevaréis por encima del desánimo, porque experimentaréis la influencia revivificante del poder de Dios en vuestros corazones. Lo que necesitamos es la verdad. Nada puede ocupar su lugar, el lugar de la sagrada, la solemne verdad que ha de capacitarnos para afrontar la prueba así como la afrontó Cristo".7 NB 462 1 Y en el servicio de despedida que señaló la finalización del congreso, ella una vez más instó a los delegados reunidos de todas partes del mundo, a resistir como viendo al Invisible. Exhortó a todo obrero a seguir adelante con la fuerza del Todopoderoso de Israel. Declaró que aunque ella nunca tuviera el privilegio de ver a sus hermanos en otro congreso similar, oraría por ellos y se prepararía para encontrarlos en el reino de gloria. Consejos importantes NB 462 2 Fue durante el congreso de 1909 cuando la Sra. White leyó un manuscrito instando a la lealtad a los principios de la reforma pro salud;8 y también habló a los delegados sobre el mismo tema.9 Otro manuscrito que fue leído se titula: "Un llamado para conseguir misioneros médicos evangelistas". Y aun otro titulado "El colegio de evangelistas de Loma Linda".10 NB 463 1 Después de la sesión del congreso, la Sra. White se reunió dos veces con los miembros de la junta directiva de la Asociación General, antes de partir para Filadelfia y otras ciudades del Este, y de allí viajar a congresos campestres y a instituciones en los Estados centrales y en el Medio Oeste, en ruta a su hogar de California. NB 463 2 En su entrevista con la junta directiva de la Asociación General, la Sra. White leyó manuscritos que tenían que ver con algunos de los problemas que preocupaban a los hermanos. El llamamiento a hacer una obra mucho mayor en las ciudades,--tanto del país como del extranjero--de la que hasta entonces se había intentado, podía responderse solamente en la medida en que se encontraran hombres y medios para emplear en el adelanto de una obra tal. Con el objeto de que se pudiera inaugurar en forma rápida y efectiva una campaña mucho más amplia, la Sra. White sugirió que sería conveniente dejar en libertad a algunos de los obreros que llevaban pesadas cargas en los centros institucionales, a fin de que realizaran reuniones de evangelización. Ella dijo: NB 463 3 "Para la conducción de los asuntos en los varios centros de nuestra obra, debemos tratar, tanto como sea posible, de encontrar hombres consagrados que hayan sido preparados en las ramas comerciales. Debemos cuidar, en estos centros de influencia, de no atar a hombres que podrían hacer una obra más importante en la plataforma pública, presentando delante de los incrédulos las verdades de la Palabra de Dios... NB 463 4 "A nosotros, como siervos de Dios, nos ha sido confiado el mensaje del tercer ángel, el mensaje que nos une, que ha de preparar a un pueblo para la venida de nuestro Rey. El tiempo es corto. El Señor desea que todo lo relacionado con su causa sea puesto en orden. El desea que el solemne mensaje de amonestación y la invitación sean proclamados tan ampliamente como sus mensajeros puedan hacerlo. Los medios que vengan a la tesorería han de ser usados sabiamente para sostener a los obreros. Nada que impida el progreso del mensaje, debe ser permitido en nuestros planes... NB 464 1 "Por años los pioneros de nuestra obra lucharon contra la pobreza y contra muchas vicisitudes, a fin de colocar la causa de la verdad presente en terreno ventajoso. Con escasas facilidades, trabajaron incansablemente. Y el Señor bendijo sus humildes esfuerzos. El mensaje avanzó con poder en el este y se extendió al oeste, hasta que se establecieron centros de influencia en muchos lugares. Los obreros de hoy tal vez no soporten todas las durezas de aquellos primeros días. Las nuevas condiciones, sin embargo, no deben inducir a nadie a debilitar sus esfuerzos. Ahora, cuando el Señor nos pide que proclamemos el mensaje una vez más con poder en el este; cuando él nos pide que entremos en las ciudades del este, del sur, del oeste y del norte, ¿no responderemos como un solo hombre para realizar su mandato? ¿No haremos planes para enviar a nuestros mensajeros por todos estos campos y para sostenerlos liberalmente?... NB 464 2 "¿Para qué están nuestras asociaciones, sino para llevar adelante esta misma obra? En un tiempo como éste, toda mano debe ser empleada. El Señor viene. ¡El fin está cerca! ¡Sí, se apresura grandemente! Dentro de poco no podremos trabajar con la libertad que ahora gozamos. Escenas terribles están delante de nosotros, y lo que hacemos, debemos hacerlo pronto. Debemos ahora edificar la obra en todo lugar posible. Y para la realización de esta obra necesitamos grandemente en el campo la ayuda que pueda ser dada por nuestros ministros de experiencia que sean capaces de obtener la atención de grandes congregaciones... NB 465 1 "Antes de salir de mi hogar prometí al Señor que si él me daba vida, y me permitía llegar a este congreso, entregaría el mensaje que él me había dado repetidamente respecto a las ciudades, en las cuales millares y millares están pereciendo sin el conocimiento de la verdad. Al presentar este mensaje al pueblo, la bendición de Dios ha descansado ricamente sobre mí. Y ahora, mis hermanos, os insto en el nombre del Señor a que hagáis lo mejor, y a que planeéis para el progreso de la obra de acuerdo con los planes de Dios... NB 465 2 "Al hacer esta obra, hallaremos que los medios fluirán a nuestras tesorerías, y tendremos recursos con los cuales realizar una obra más amplia y de mayor alcance. ¿No avanzaremos con fe, como si tuviéramos miles de dólares? No tenemos ni la mitad de la fe necesaria. Hagamos nuestra parte en amonestar a estas ciudades. El mensaje de amonestación debe llegar a muchos que están por perecer sin ser amonestados, sin ser salvos. ¿Cómo podemos demorar? Al avanzar, los medios vendrán. Pero debemos avanzar con fe, confiando en el Señor Dios de Israel".11 ------------------------Capítulo 57--Labores finales NB 466 1 La Sra. White escribió libremente a los hermanos reunidos en el congreso de la Asociación General de 1913 acerca de algunas de sus experiencias durante los cuatro años que habían pasado desde que tuviera ella la oportunidad, en el congreso de 1909, de hablarles personalmente. NB 466 2 "Por meses después de la finalización de esa reunión--escribió ella--, llevé una carga pesada, y llamé con insistencia la atención de los hermanos responsables a aquellas cosas que el Señor me estaba pidiendo que presentara delante de ellos en forma clara... Y aunque todavía siento la profunda ansiedad con respecto a la actitud que algunos están tomando hacia importantes medidas relacionadas con el desarrollo de la causa de Dios en la tierra, tengo sin embargo una fuerte fe en los obreros de todo el campo, y creo que al reunirse y humillarse delante del Señor, y al consagrarse de nuevo a su servicio, se capacitarán para hacer su voluntad. Hay algunos que ni siquiera ahora ven las cosas en la debida luz, pero éstos pueden aprender a ver las cosas en forma unánime con sus colaboradores, y pueden evitar cometer serios errores buscando fervientemente al Señor en este tiempo y sometiendo su voluntad completamente a la voluntad de Dios. NB 466 3 "He sido profundamente impresionada por escenas que pasaron delante de mí recientemente durante la noche. Parecía haber un gran movimiento--una obra de reavivamiento--que se estaba realizando en muchos lugares. Nuestros hermanos acudían al llamado, respondiendo a la invitación de Dios. Hermanos míos, el Señor nos está hablando. ¿No escucharemos su voz? ¿No aderezaremos nuestras lámparas, y actuaremos como hombres que esperan que su Señor venga? El tiempo exige que los portaluces estén activos. NB 467 1 "'Yo pues, ... os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz'".1 Actividades personales NB 467 2 Con respecto a sus actividades en la labor pública y en el hogar, la Sra. White escribió en 1913: NB 467 3 "Anhelo personalmente empeñarme con fervor en la obra en el campo, y con toda seguridad estaría involucrada en una obra pública mayor, si no creyera que a mi edad no es sabio presumir con respecto a las fuerzas físicas de uno. Tengo una obra que hacer en comunicar a la iglesia y al mundo la luz que me ha sido confiada, de tiempo en tiempo, a través de todos los años durante los cuales el mensaje del tercer ángel ha sido proclamado. Mi corazón está lleno del más ferviente deseo de poner la verdad delante de todos aquellos que puedan ser alcanzados. Y todavía estoy desempeñando una parte en preparar material para la publicación. Pero tengo que moverme con mucho cuidado, no sea que me coloque en donde de ninguna manera pueda escribir. Yo no sé por cuánto tiempo viviré, pero no estoy sufriendo tanto desde el punto de vista de la salud, como podría esperarse. NB 468 1 "Después del congreso general de 1909, pasé varias semanas asistiendo a congresos campestres y a otras reuniones generales, y visitando diversas instituciones en Nueva Inglaterra, los Estados centrales y el medio oeste. NB 468 2 "Al regresar a mi hogar de California, emprendí de nuevo la tarea de preparar material para la prensa. Durante los cuatro años pasados he estado escribiendo comparativamente pocas cartas. La fuerza que he tenido ha sido mayormente dedicada a la terminación de importantes libros. NB 468 3 "Ocasionalmente he asistido a algunas reuniones, y he visitado instituciones en California, pero la mayor porción de mi tiempo ... ha sido empleado en preparar manuscritos en mi hogar de campo, 'Elmshaven', cerca de Santa Elena.< NB 468 4 "Estoy agradecida de que el Señor me sigue dando vida para trabajar un poco más en mis libros. Ojalá tuviera fuerza para hacer todo lo que veo que debiera hacerse. Oro porque él me imparta sabiduría, a fin de que las verdades que nuestro pueblo necesita tanto puedan ser presentadas en forma clara y aceptable. Estoy animada a creer que Dios me permitirá hacerlo. Mi interés en la obra en general es tan profundo como siempre, y anhelo grandemente que la causa de la verdad presente progrese en forma sostenida en todas partes del mundo. Pero hallo que es aconsejable no intentar mucho trabajo en público mientras la obra de mis libros demanda mi supervisión... NB 468 5 "Estoy más agradecida de lo que pueda expresarlo, por el Espíritu elevador del Señor, por el consuelo y la gracia que él continúa dándome y porque él me concede la fuerza y la oportunidad de impartir valor y ayuda a su pueblo. Por tanto tiempo como el Señor me dé vida, seré fiel a él y veraz, tratando de hacer su voluntad y de glorificar su nombre. Quiera el Señor aumentar mi fe, para que continúe conociéndolo, y haciendo su voluntad más perfectamente. Bueno es el Señor, y grande para ser alabado".2 Los pioneros del mensaje NB 469 1 En una de sus comunicaciones a los hermanos reunidos en el congreso de la Asociación General de 1913, la Sra. White se refirió al valor creciente de la experiencia del pasado con la cual estaban familiarizados los pioneros del mensaje del tercer ángel y concerniente a la cual ellos podían dar un testimonio positivo. NB 469 2 "Deseo grandemente--escribió ella--que los viejos soldados de la cruz, aquellos que han encanecido en el servicio del Maestro, continúen presentando su testimonio directo para que los más jóvenes en la fe entiendan que los mensajes que el Señor nos dio en lo pasado son muy importantes en esta etapa de la historia de la tierra. Nuestra experiencia pasada no ha perdido una jota de su fuerza. NB 469 3 "Tengan todos cuidado de no desanimar a los pioneros, o de hacer que sientan que es poco lo que ellos pueden hacer. Su influencia puede ejercerse todavía poderosamente en la obra de Dios. El testimonio de los ministros de edad siempre será una ayuda y una bendición para la iglesia. Dios velará por sus fieles y probados portaestandartes, de noche y de día, hasta que venga el tiempo en que depongan su armadura. Asegúreseles que están bajo el cuidado protector de Aquel que nunca está adormecido o duerme; y que centinelas que no se cansan están a su lado para guardarlos. Sabiendo esto, y comprendiendo que moran en Cristo, ellos pueden descansar con confianza en las providencias de Dios".3 Dando a la trompeta un sonido certero NB 470 1 Durante la obra de su vida, la fe de la Sra. White en las providencias directoras de Dios relacionadas con el desarrollo de las verdades de los mensajes de los tres ángeles permaneció incólume. A menudo en su testimonio expresó la convicción de que, desde el comienzo, Dios ha sido el Maestro y el Director de su pueblo. Y esta convicción con respecto a la dirección divina en el pasado, a través de todo el movimiento adventista, le daba confianza para el futuro. Veamos la siguiente declaración, escrita por ella en 1890 al pasar en revista su propia experiencia, y teniendo pleno conocimiento de que en los días futuros surgirían controversias y diferencias doctrinales: NB 470 2 "He tenido preciosas oportunidades de obtener una experiencia. He tenido una experiencia en el mensaje del primer ángel, del segundo y del tercero. Los ángeles son representados volando en medio del cielo mientras proclaman al mundo un mensaje de amonestación, un mensaje que tiene relación directa con la gente que vive en los últimos días de la historia de esta tierra. Nadie escucha la voz de estos ángeles, porque son símbolos que representan al pueblo de Dios que está trabajando en armonía con el universo del cielo. NB 470 3 Hombres y mujeres, iluminados por el Espíritu de Dios, santificados por la verdad, proclaman los tres mensajes en su orden. NB 470 4 "He desempeñado una parte en esta obra solemne. Casi toda mi experiencia cristiana está entretejida con ella. Hay algunos que todavía viven y que tienen una experiencia similar a la mía. Ellos han reconocido la verdad que se revelaba para nuestro tiempo; se han mantenido al paso con el gran Director, el Capitán de las huestes del Señor. En la proclamación de los mensajes, toda especificación de la profecía se ha cumplido. Aquellos que tuvieron el privilegio de desempeñar una parte en proclamar estos mensajes han obtenido una experiencia que es del más alto valor para ellos; y ahora, cuando estamos en medio de los peligros de estos últimos días, cuando se oirán voces por todas partes diciendo: 'He aquí el Cristo', 'Aquí está la verdad'; cuando la ocupación principal de muchos es la de trastornar el fundamento de nuestra fe que nos ha guiado desde las iglesias y del mundo para ser ahora un pueblo peculiar en el mundo, a semejanza de Juan, nuestro testimonio será el siguiente: NB 471 1 "'Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida ... lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros'. NB 471 2 "Yo quiero testificar de las cosas que yo he visto, de las cosas que yo he oído, de las cosas que mis manos palparon tocante al Verbo de vida. Y éste testimonio yo sé que es del Padre y del Hijo. Hemos visto y testificamos que el poder del Espíritu Santo ha acompañado la presentación de la verdad, las amonestaciones dadas con la pluma y de viva voz, y la presentación de los mensajes en su orden. Negar esta obra sería negar el Espíritu Santo, y nos colocaría entre el grupo que se ha apartado de la fe, dando oído a espíritus seductores. NB 471 3 "El enemigo utilizará todos los medios para desarraigar la confianza de nuestros creyentes en los pilares de nuestra fe, en los mensajes del pasado, que nos han colocado sobre la elevada plataforma de la verdad eterna y que han establecido y han dado carácter a la obra. El Señor Dios de Israel ha conducido a su pueblo, revelándole la verdad de origen celestial. Se ha oído su voz, y todavía sigue oyéndose: Avanzad de fuerza en fuerza, de gracia en gracia, de gloria en gloria. La obra se fortalece y se amplía, pues el Señor Dios de Israel es la defensa de su pueblo. NB 472 1 "Aquellos que sostienen en forma teórica la verdad, con la punta de los dedos, por así decirlo, que no han introducido sus principios en el santuario íntimo del alma, sino que han mantenido la verdad vital en el atrio exterior, no verán nada sagrado en la historia pasada de este pueblo, que ha hecho de ellos lo que son, y los ha establecido como obreros misioneros fervientes y determinados en el mundo. La verdad para este tiempo es preciosa; pero aquellos cuyos corazones no han sido quebrantados sobre la roca, Cristo Jesús, no verán ni entenderán lo que es la verdad. Ellos aceptarán lo que agrada a sus ideas, y comenzarán a fabricar otros fundamentos que los que han sido colocados. Ellos halagarán su propia vanidad y amor propio, pensando que son capaces de quitar los pilares de nuestra fe, y reemplazarlos por pilares que ellos han ideado. NB 472 2 "Esto continuará ocurriendo mientras dure el tiempo. Todo el que haya sido un estudiante concienzudo de la Biblia verá y entenderá la posición solemne de los que están viviendo en las últimas escenas de la historia de esta tierra. Ellos sentirán su propia ineficiencia y debilidad, y harán que su primera ocupación sea no solamente una forma de piedad sino una conexión vital con Dios. No osarán descansar hasta que Cristo, la esperanza de gloria, sea formado en ellos. El yo morirá; el orgullo será eliminado del alma, y ellos tendrán la mansedumbre y la bondad de Cristo".4 Trabajo con manuscritos para libros NB 473 1 La correspondencia personal de la Sra. White está llena de muchas referencias a manuscritos de libros en los cuales estaba trabajando incansablemente y con amor. Mientras estaba en Europa, ella trabajaba en la ampliación de El conflicto de los siglos y la Vida de Cristo. Después que se publicó la edición del Conflicto para el colportaje en 1888, ella completó el volumen acompañante, Patriarcas y profetas, en 1890. El camino a Cristo apareció en 1892, Obreros evangélicos en 1893, y el Discurso maestro de Jesucristo (Thoughts From the Mount of Blessing) en 1896. Su mayor obra literaria, El Deseado de todas las Gentes, ocupó mucho de su tiempo durante el viaje por Australia, y apareció en 1898. NB 473 2 Cuando aparecieron Palabras de vida del gran Maestro (Christ's Object Lessons) y Testimonies for the Church, tomo 6, en 1900, algunos de sus amigos pensaron que sus laboriosos trabajos para preparar manuscritos para la publicación en forma de libros casi habían terminado. Pero no era así. La preocupación por escribir todavía la estaba presionando pesadamente. Un sentimiento compulsor acerca de las necesidades de un mundo que perece, y de muchos que profesan ser súbditos del Rey Emanuel, la indujo a trabajar más y más, en un esfuerzo fervoroso para dar a los demás aquello que llenaba su propia alma de gozo y de paz. Escuchad su declaración cuando, en 1902, ella le escribía a un amigo sobre la alta norma a que debían aspirar los creyentes cristianos: NB 473 3 "Oh, ¿qué cosa podría darles una conciencia de la responsabilidad que descansa sobre ellos de ser semejantes a Cristo en palabras y hechos? Trataré de despertar sus sentidos dormidos, si no por la palabra hablada, escribiendo. El terrible sentimiento de mi responsabilidad se posesiona de mí de tal manera que me siento cargada como un carro lleno de gavillas. No deseo sentir menos intensamente mi obligación hacia el Poder Superior. La Presencia divina está siempre conmigo, asegurándome su suprema autoridad, y tomando nota del servicio que presto o que dejo de realizar".5 NB 474 1 "El Señor me ordena que hable, y esto es lo que haré--declaró la Sra. White más adelante cuando ae sentía de esta manera cargada con su responsabilidad como mensajera escogida--. Se me instruyó que presentara mi testimonio con la decisión de la autoridad".6 Y en otra comunicación, escrita el mismo mes, escribió: NB 474 2 "Tengo todas las razones para alabar a mi Padre celestial por la claridad de pensamiento que él me ha dado con respecto a los temas de la Biblia. Anhelo presentar estas cosas preciosas, de tal manera que las mentes de los ministros y del pueblo puedan, si es posible, ser atraídas de las contenciones y las luchas a algo que es vivificante para el alma: alimento que dará salud, esperanza y valor... NB 474 3 "Durante la noche están pasando muchas cosas delante de mí. Me son presentadas las Escrituras, llenas de gracia y de riqueza. La palabra del Señor a mí es: 'Mira estas cosas, y medita en ellas. Puedes reclamar la rica gracia de la verdad, que nutre el alma. No tengas nada que ver con controversias y disensiones y luchas, que traen oscuridad y desánimo a tu alma. La verdad es clara, pura, llena de sabor... Habla la verdad con fe y con amor, dejando los resultados con Dios. La obra no es tuya, sino del Señor. En todas tus comunicaciones, habla como alguien a quien ha hablado el Señor. El es tu autoridad, y te dará su gracia sostenedora" '.7 NB 475 1 Estas palabras fueron escritas más o menos en el tiempo en que Testimonies for the Church, tomo 7, estaba en manos de los impresores. Poco después de su aparición, ella escribió con respecto a los tomos 6 y 7: NB 475 2 "He sido impresionada a llamar la atención de los miembros de nuestra iglesia al estudio de los últimos dos tomos de Testimonies for the Church. Cuando estaba escribiendo estos libros, sentí la acción profunda del Espíritu de Dios... Ellos están llenos de material precioso. En visiones de la noche el Señor me dijo que la verdad contenida en estos libros debía ser dada a los miembros de nuestras iglesias, porque hay muchos que son indiferentes con respecto a la salvación de sus almas".8 NB 475 3 Pero estos tomos no iban a ser los últimos. Había mucho que hacer todavía. "Debo preparar libros--escribió en mayo de 1903--y así dar a otros la luz que el Señor me da. No quiero dejar una obra sin terminar". Y durante el mismo mes escribió de nuevo: "Estoy tratando de preparar material para publicar que guardará la obra por todos lados, de manera que no se haga desproporcionada. Tenemos muchas cosas en preparación para su publicación... La verdad debe aparecer tal como es". NB 475 4 En agosto de 1903, la Sra. White escribió a un antiguo amigo: "Mi salud es buena, y puedo escribir mucho. Agradezco a Dios por esto. He decidido no asistir a tantos congresos, sino dedicar mi tiempo a escribir... Anhelo grandemente escribir sobre la vida de Salomón y la historia siguiente de su reino, y deseo también escribir sobre la vida de Pablo y su obra en relación con los otros apóstoles. A veces el pensamiento de esta obra descuidada me mantiene despierta durante la noche". NB 476 1 La Sra. White vivió para ver sus deseos cumplidos con respecto a mucho de lo que había planeado hacer. Su obra Educación fue completada en 1903; Testimonies for the Church, tomo 8, en 1904; y Ministerio de curación en 1905. Muchos testimonios especiales (Special Testimonies) fueron preparados para la circulación en forma de folletos; y en 1909 se publicó también Testimonies for the Church, tomo 9, el último de la serie. Al final de 1910 la Sra. White había dado plena consideración a todos los problemas relacionados con la reedición de El conflicto de los siglos. Habiendo terminado la tarea, halló tiempo para supervisar la revisión de Sketches from the Life of Paul (Bosquejos de la vida de Pablo), y para añadir varios capítulos relativos a la obra de la vida y a los escritos de los apóstoles de la iglesia cristiana primitiva. Esto se publicó en 1911, bajo el título Los hechos de los apóstoles. El próximo volumen en aparecer fue Consejos para maestros, padres y alumnos sobre educación cristiana (conocido como Consejos para los maestros), en 1913; e inmediatamente después la Sra. White comenzó la lectura de manuscritos que eran enviados a los impresores en 1914 para una nueva edición de Obreros evangélicos. NB 476 2 Al publicar Facts of Faith en 1864, en ese pequeño volumen la Sra. White incluyó material que llevó la historia de Israel más allá de los días de David. En la década del setenta escribió bastante sobre el regreso de los israelitas de Babilonia, espaciándose en detalles en las experiencias de Nehemías. En artículos y en tomos encuadernados de Testimonies for the Church, a menudo contó y volvió a contar la historia de Salomón, Elías y Eliseo, de Isaías y Jeremías, de Daniel y los jóvenes hebreos, y del regreso de los exiliados bajo Zorobabel, Josué y Esdras. NB 477 1 Facts of Faith ha estado por mucho tiempo agotado, pues el material contenido en él ha sido mayormente incorporado, con muchas adiciones, en el último volumen, Spirit of Prophecy, t. 1 (1870), y finalmente en Patriarcas y profetas (1890). Cuando se completó Patriarcas, la Sra. White esperaba continuar pronto con la historia desde el final del reino de David y publicar en una forma ordenada aquello que le había sido posible escribir a través de los años concerniente a la experiencia de Salomón y el reino dividido, y la final restauración al favor divino como un pueblo unido, es decir un tipo de Israel espiritual, la actual iglesia de Dios en la tierra, en el seno de la cual finalmente serán cumplidas todas las promesas del pacto. NB 477 2 Era su propósito preparar en forma adecuada, para la publicación, la historia de los profetas y reyes del Antiguo Testamento, lo cual la indujo a reunir algún material al efecto para una serie de artículos. Estos fueron publicados en las columnas de la Review, del Signs y del Watchman. NB 477 3 No mucho después que la Sra. White regresó de Australia, comenzó de nuevo con la historia del Antiguo Testamento, y continuó en forma intermitente por más de diez años. Así se dio consideración a los muchos manuscritos que trataban de este período de la historia de la Biblia y que no estaban incluidos en sus otros volúmenes de la serie "Conflicto". NB 477 4 Durante 1913 y 1914 la Sra. White dedicó mucho pensamiento a la terminación de esta obra. En el tiempo de su accidente, en febrero de 1915, se habían completado todos los capítulos, menos los últimos dos, de un volumen que llevaba por título La cautividad y la restauración de Israel, y que cubría los períodos inconclusos. Estos capítulos finales habían sido suficientemente esbozados para que pudieran terminarse, con la inclusión de un material adicional de su archivo de manuscritos. NB 478 1 Durante el año último empleado por la Sra. White en un tranquilo descanso y en la finalización de su obra de preparar manuscritos, una de sus copistas le escribió a su hijo W. C. White, con fecha 23 de diciembre de 1914: NB 478 2 "Aunque está excesivamente cansada mentalmente, su madre parece encontrar gran consuelo en las promesas de la Palabra, y a menudo halla citas y las completa cuando comenzamos a mencionar algún texto familiar... No la encuentro desanimada ... ante la perspectiva general del campo de la siega, donde sus hermanos están trabajando. Ella parece poseer una fe sólida en el poder de Dios para ejercer su suprema dirección, y realizar su propósito eterno por medio de los esfuerzos de los que él ha llamado para desempeñar una parte en su gran obra. Se eleva por encima de las pequeñas críticas, por encima de los pasados fracasos de aquellos que han sido reprobados, y expresa la convicción, nacida aparentemente de una fe innata en la iglesia del Dios vivo, de que sus hermanos permanecerán fieles a la causa que han sostenido, y de que el Señor continuará con ellos hasta el fin, y les concederá la victoria completa sobre toda invención del enemigo. NB 478 3 "La fe en el poder de Dios para sostenerla a través de las muchas debilidades propias de una edad avanzada; la fe en las preciosas promesas de la Palabra de Dios; la fe en sus hermanos que llevan la carga de la obra; la fe en el triunfo final del mensaje del tercer ángel, es la fe completa que su madre parece disfrutar cada día y cada hora. Esta es la fe que llena su corazón de gozo y paz, aun cuando sufre gran debilidad física, y no puede continuar escribiendo. Una fe semejante inspira a cualquiera que la observe". Un encargo solemne NB 479 1 El espíritu que caracterizó la vida y las labores de la Sra. White durante los años finales de su ministerio se refleja en una comunicación titulada "Valor en el Señor", dirigida a sus hermanos reunidos en el congreso general de 1913. Sus palabras de exhortación eran en realidad una oración y una bendición: NB 479 2 "Oro fervientemente porque la obra que hacemos en este tiempo impresione profundamente el corazón, la mente y el alma. Las perplejidades aumentarán; pero como creyentes en Dios, animémonos unos a otros. No rebajemos la norma. Mantengámosla elevada, poniendo nuestros ojos en Aquel que es el autor y consumador de nuestra fe. Cuando durante la noche no puedo dormir, elevo mi corazón en oración a Dios, y él me fortalece, y me da la seguridad de que está con sus siervos que ministran en este país y en los países distantes. Me siento animada y bendecida cuando me doy cuenta de que el Dios de Israel está todavía guiando a su pueblo, y que continuará estando con él, aún hasta el fin. NB 479 3 "Se me ha instruido a decir a nuestros hermanos que ministran: Que los mensajes que broten de vuestros labios estén cargados con el poder del Espíritu Santo. Si hubo alguna vez un tiempo cuando necesitamos la dirección especial del Espíritu Santo es ahora. Necesitamos una consagración completa. Es harto tiempo de que demos al mundo una demostración del poder de Dios en nuestras propias vidas y en nuestro ministerio. NB 480 1 "El Señor anhela ver llevada adelante con eficiencia creciente la obra de proclamar el mensaje del tercer ángel. Como él ha obrado en todos los siglos para dar victorias a su pueblo, así en este tiempo anhela llevar a un triunfante cumplimiento las promesas que ha hecho a su iglesia. El pide a sus santos creyentes que avancen en forma unida, yendo de una fuerza a una fuerza mayor, de la fe a una seguridad y a una confianza acrecentada en la verdad y la justicia de su causa. NB 480 2 "Hemos de mantenernos firmes como una roca a los principios de la Palabra de Dios, recordando que Dios está con nosotros para darnos fortaleza a fin de hacer frente a cada nueva experiencia. Mantengamos siempre en nuestras vidas los principios de la justicia, para que avancemos de fortaleza en fortaleza en el nombre del Señor. Hemos de considerar como muy sagrada la fe que ha sido sostenida por la instrucción y la aprobación del Espíritu de Dios desde nuestra primera experiencia hasta el tiempo presente. Hemos de considerar como preciosa la obra que el Señor ha estado llevando adelante por medio de su pueblo que guarda sus mandamientos, y que, mediante el poder de su gracia, aumentará en fuerza y en eficiencia a medida que avanza el tiempo. Los enemigos están tratando de nublar el discernimiento de los hijos de Dios, y debilitar su eficacia; pero si éstos trabajan de acuerdo con la dirección del Espíritu Santo, el abrirá puertas de oportunidades delante de ellos, para la obra de edificar los antiguos lugares desolados. Su experiencia será una experiencia de constante crecimiento, hasta que el Señor descienda del cielo con poder y grande gloria para poner su sello de triunfo final sobre sus fieles. NB 480 3 "La obra que está delante de nosotros pondrá a prueba toda la capacidad del ser humano. Exigirá el ejercicio de una fe fuerte y de constante vigilancia. En ocasiones, las dificultades que encontraremos serán muy desalentadoras. La misma grandeza de la tarea nos abrumará. Y sin embargo, con la ayuda de Dios sus siervos triunfarán finalmente. Por lo cual pido hermanos míos, que no desmayéis a causa de las tribulaciones que os esperan. Jesús estará con vosotros. El irá delante de vosotros por medio de su Santo Espíritu, preparando el camino. Y él será vuestro ayudador en toda emergencia. NB 481 1 "'Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra, para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura; y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. "Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén'".9 ------------------------Capítulo 58--La última enfermedad NB 482 1 Durante los dos años anteriores al accidente que aceleró su muerte, la Sra. White se vio más libre de sufrimientos y de los achaques comunes que durante ningún otro período de su vida. Una vez su fuerza decayó en forma pronunciada, pero pronto recobró sus energías, y de nuevo fue capaz de continuar con sus tareas con comparativa comodidad. Su ayudante acostumbraba sacarla para que diera un paseo en coche cada día agradable, y esto le proporcionaba un cambio que le reportaba descanso. Por lo común ella podía ir de su pieza, ubicada en el piso superior, hasta el coche, sin ayuda. Pero con el peso de los años su postura se encorvaba más y más, y sus amigos no podían esperar que su vida se prolongara por mucho más tiempo. NB 482 2 En la primavera de 1914, la Sra. White tuvo el placer de verse de nuevo con su hijo, el pastor Jaime Edson pasó algunas semanas en su casa. No mucho después de su regreso, su madre sufrió una gran debilidad a raíz de una complicación de dificultades, y como resultado, mayormente dejó de leer. En los meses que siguieron, a menudo tenía alguna otra persona que le leía. NB 482 3 El cese en sus actividades ordinarias, sin embargo, no la indujo a disminuir su interés en el progreso de la causa de Dios en todo el mundo. Las páginas de la Review and Herald y de otros periódicos denominacionales eran tan preciosas para ella como siempre, y continuó gozando de las cartas de los viejos amigos, y a menudo volvía a contar con ánimo las experiencias de los días primeros. NB 483 1 En el curso de una conversación que tuvo el 2 de diciembre de 1914, se refirió a un incidente que había ocurrido muchos años antes. Un cierto hermano había expresado desánimo frente a la perspectiva de una obra larga y difícil que necesitaba hacerse antes que el mundo estuviera preparado para la segunda venida de Cristo. Otro hermano, que tenía mucha fe, se volvió a él, con su rostro enblanquecido por una gran emoción, y le dijo: "Hermano mío, ¿permite Ud. que esta perspectiva lo desanime? ¿No sabe Ud. que Dios quiere que continuemos la batalla hasta los portales? ¿No sabe Ud. que él quiere que continuemos luchando más y más y más, sabiendo que la victoria está delante?" NB 483 2 Fue en la primera parte de diciembre de 1914, cuando ella testificó del hecho de que había oído voces durante la noche que clamaban: "¡Avanzad! ¡Avanzad! ¡Avanzad! ¡Continuad la batalla hasta los portales!" NB 483 3 Aunque ansiosa de continuar su trabajo, y especialmente deseosa de hablar en público, la Sra. White sabía que sus fuerzas la estaban abandonando gradualmente, y que no debía abusar de sus energías declinantes. Esta era una verdadera prueba para ella, y sin embargo se sentía resignada a la voluntad del Señor. Escuchadla orando en el altar familiar a la puesta del sol el sábado 26 de diciembre de 1914, después de las peticiones ofrecidas por el pastor E. W. Farnsworth y otros: NB 483 4 "Tú escucharás nuestras peticiones, y te pedimos, Señor, en el nombre de Cristo, que si ésta es tu voluntad, me des fuerza y gracia para continuar; o de otra manera, estoy perfectamente lista a dejar mi carga en cualquier tiempo que te parezca mejor. Oh Señor, anhelo grandemente hacer algunas cosas, tú lo sabes, y quisiera hacerlas si me das la fuerza; pero no nos quejaremos, porque tú has conservado mi vida por más tiempo de lo que muchos habían anticipado y de lo que yo misma pensaba... Danos luz. Danos gozo. Danos la gran medida de gracia que tienes en reserva para los necesitados. Lo pedimos en el nombre de Jesucristo de Nazaret". NB 484 1 Su constitución física se hizo más y más débil; pero el espíritu continuaba animado. En conversación con el Dr. David Paulson el 25 de enero de 1915, la Sra. White dijo: "El Señor ha sido mi ayudador. El Señor ha sido mi Dios, y no tengo ninguna duda de ello. Si yo no pudiera darme cuenta de que él ha sido mi guía y mi sostén, decidme en qué podría confiar. Tengo una confianza tan firme de que Dios colocará mis pies sobre el monte Sión como que vivo y respiro; y voy a conservar esa confianza hasta que muera". NB 484 2 Cuando, el 27 de enero de 1915, su hijo, W. C. White, regresó a casa después de cuatro meses de ausencia en el este y en el sur, ella estaba aparentemente tan fuerte como cuando él se fue. Todavía gozaba ella de comodidad en alto grado, del punto de vista de la salud, y podía caminar de aquí para allá. Unas dos semanas más tarde, tan sólo el día antes de que sufriera el accidente, empleó un poco de tiempo caminando por el patio con él, y conversando de los intereses generales de la causa de Dios. NB 484 3 Fue el sábado 13 de febrero de 1915 cuando la Sra. White sufrió el accidente que la confinó a su sillón de allí en adelante y que aceleró su muerte. Mientras estaba entrando en su estudio desde el pasillo, cerca del mediodía, aparentemente tropezó y cayó. Su sobrina, la Srta. May Walling, quien por algún tiempo había actuado como su enfermera, estaba cerca del pasillo, y se apresuró a asistirla. Como los esfuerzos hechos para ayudarle a ponerse en pie resultaron inútiles, la Srta. Walling la sentó en una silla, arrastró la silla por el pasillo hasta el dormitorio, y finalmente la puso en cama. Luego, llamó al médico del sanatorio de Santa Elena. NB 485 1 Un examen preliminar que hizo el Dr. G. E. Klingerman fue seguido por un examen más detenido por medio de los Rayos X, y éste reveló en forma inequívoca una fractura intracapsular del fémur izquierdo. Naturalmente fue imposible determinar cuándo se había producido la fractura del hueso, si antes de la caída, causándole de esta manera su caída al suelo, o como resultado de la misma. NB 485 2 La nerviosidad de los próximos días y noches siguientes fue acompañada con un poco de dolor. De hecho, desde el comienzo el Señor misericordiosamente le ahorró a su anciana sierva los dolores serios que ordinariamente vienen con tales traumatismos. Tampoco tenía los síntomas usuales de shock. La respiración, la temperatura y la circulación eran casi normales. El Dr. Klingerman y el Dr. G. F. Jones, su asociado, hicieron todo lo que la ciencia médica podía sugerir para hacer sentir cómoda a su paciente; pero a su edad avanzada podían tener poca esperanza de una recuperación final. NB 485 3 A través de las semanas y meses de su última enfermedad, la Sra. White se reanimaba con la misma fe, esperanza y confianza que habían caracterizado su vida en los días de su dolor. Su testimonio personal era uniformemente alegre y su valor era notable. Sentía que sus días estaban en las manos de Dios, y que la presencia del Señor estaba con ella continuamente. No mucho después de haber quedado imposibilitada debido al accidente, testificó acerca del Salvador: "Jesús es mi bendito Redentor, y yo lo amo con todo mi ser". Y de nuevo dijo: "Veo luz en su luz. Tengo gozo en su gozo, y paz en su paz. Veo misericordia en su misericordia, y amor en su amor". A la Srta. Sara McEnterfer, que por muchos años fue su secretaria, le dijo: "Si solamente pudiera ver a mi Salvador cara a cara, estaré plenamente satisfecha". NB 486 1 En una entrevista con otra persona ella dijo: "Mi ánimo está cimentado en mi Salvador. Mi obra casi ha terminado. Mirando el pasado, no tengo el menor asomo de desconsuelo o desánimo. Me siento muy agradecida al Señor porque él me ha salvado de la desesperación y el desaliento, y porque todavía puedo sostener la bandera. Yo conozco a Aquel a quien amo y en quien tiene confianza mi alma". NB 486 2 Refiriéndose a la perspectiva de su muerte, declaró: "Yo creo que cuanto antes se produzca, tanto mejor. Todo el tiempo pienso de esta manera: cuanto antes, tanto mejor. No tengo un solo pensamiento de desaliento o de tristeza... No tengo nada de qué quejarme. Que el Señor haga lo que le plazca, que haga su obra en mí, de manera que yo sea refinada y purificada; eso es todo lo que deseo. Sé que mi obra está hecha; no hay por qué decir otra cosa; me regocijaré, cuando llegue mi tiempo, de que se me permita descanzar en paz. No tengo ningún deseo de que mi vida sea prolongada". NB 486 3 Después de que hubo orado la persona que estaba tomando estas notas de su conversación, la Sra. White oró: NB 486 4 "Padre celestial, vengo a ti, débil como una caña quebrada, y sin embargo confiando que, por la vindicación del Espíritu Santo, la justicia y la verdad prevalecerá. Te doy gracias, Señor, y no eludiré nada que tú quieras que yo soporte. Que tu luz, tu gozo y tu gracia sean sobre mí, en mis últimas horas, para que pueda glorificarte, es mi gran deseo; y esto es todo lo que pediré de ti. Amén". NB 487 1 Esta oración humilde y llena de confianza, hecha por una persona que hacía mucho tiempo había sido escogida como un vaso para el servicio del Maestro, fue plenamente contestada. El suyo era un consuelo que hace que un hijo del gran Padre de luz y amor no tenga ningún temor, aun mientras pasa por el valle de sombra de muerte. Un sábado, solamente pocas semanas antes que exhalara el último suspiro, le expresó a su hijo: NB 487 2 "Estoy muy débil. Estoy segura de que ésta es mi última enfermedad. No estoy afligida por el pensamiento de morir. Me siento consolada todo el tiempo de que el Señor está cerca de mí. No estoy ansiosa. El carácter precioso del Salvador ha sido muy claro para mí. El ha sido un amigo, él me ha guardado en la enfermedad y en la salud. NB 487 3 "No estoy afligida por la obra que he hecho. Hice lo mejor que pude. No creo que todavía siga mucho más. No espero mucho sufrimiento. Estoy agradecida de que tenemos las comodidades de la vida en tiempo de enfermedad. No tengas temor. Yo me voy sólo un poco antes que los demás". NB 487 4 La cómoda oficina del piso alto de la casa de la Sra. White era el lugar más favorable para la enferma y las enfermeras, y allí dormía ella la mayor parte del tiempo, rodeada por los objetos familiares de una vida más activa a la cual había estado acostumbrada por largo tiempo. La pieza estaba bien iluminada y aireada. En una esquina tenía una gran ventana que inundaba una porción de la cámara con la luz del sol. Aquí estaba su vieja silla en la que se sentaba para escribir. Esta fue transformada en un sillón reclinable; y después de la primera o segunda semana de enfermedad, casi todos los días la levantaban para que se sentara en él. La vista que se divisaba desde este asoleado rincón era agradable y variada, y ella se gozaba grandemente por las cambiantes bellezas de la primavera y el comienzo del verano. NB 488 1 Cerca de su silla, sobre una mesa, había varios de los libros que ella había escrito. Ella solía tomar a menudo algunos de estos libros y mirarlos, y parecía deleitarle el tenerlos cerca. Como una madre afectuosa con sus hijos era ella con estos libros durante su última enfermedad. Varias veces, cuando la visitaban, se la veía con dos o tres de estos libros en su regazo. "Aprecio estos libros como nunca antes--señaló en una oportunidad--. Ellos son verdad, y son justicia, y constituyen un testimonio permanente de que Dios es verdad". Se regocijaba con el pensamiento de que, cuando ella ya no pudiera hablar a la gente, sus libros hablarían por ella. NB 488 2 En ocasiones, cuando sus fuerzas se lo permitían, la conducían en una silla de ruedas a una galería asoleada del piso superior. De este pequeño balcón, rodeado con las ramas de un precioso rosal que trepaba, contemplaba el panorama de la huerta y la viña, de las montañas y los valles, y esto le brindaba un constante placer. NB 488 3 Durante las primeras semanas de su enfermedad, una y otra vez, su voz se elevaba en cánticos. La traducción de las palabras del himno que ella cantaba es la siguiente: NB 488 4 "Hemos oído del país santo y brillante, hemos oído de él, y nuestros corazones se alegran; pues somos un grupo de peregrinos solitarios, cansados, agobiados, y tristes. Nos dicen que los peregrinos tienen allí una morada. Ya no existen personas privadas de hogar, y sabemos que esa buena tierra es hermosa, pues por ella corre el río puro de la vida. NB 489 1 "Estaremos allí, estaremos allí, a poco tiempo de aquí, todo allí será puro y bendito; tendremos palma, manto y corona, y por siempre tendremos descanso". NB 489 2 Como quince días después del accidente, se le informó que se celebraría una convención de misioneros y colportores en Mountain View, donde se hacían planes para una mayor circulación de publicaciones denominacionales. Esta referencia a los colportores la indujo a expresar una vez más el placer que había tenido dos años antes de saludar a muchos de ellos personalmente en su propio hogar. "Estoy tan contenta--añadió--, por todo lo que están haciendo por la circulación de nuestros libros. La rama de publicaciones de nuestra causa tiene mucho que hacer con nuestro poder. Yo deseo que ella realice todo lo que el Señor se propone que haga. Si nuestros colportores hacen su parte con fidelidad, yo sé, por la luz que el Señor me ha dado, que el conocimiento de la verdad presente será duplicado y triplicado. Por esta razón he tenido tanta premura en preparar mis libros. De esta manera se podrán colocar en manos de la gente para ser leídos. Y en los idiomas extranjeros el Señor se propone que la circulación de nuestros libros sea grandemente acrecentada. Así estaremos colocando a la causa de la verdad presente en terreno ventajoso. Pero recordemos que en todos nuestros esfuerzos debemos buscar diariamente poder y experiencia cristiana individual. Tan sólo si nos mantenemos en estrecho contacto con la Fuente de nuestra fortaleza seremos capaces de avanzar con rapidez en diversos ramos". NB 490 1 Fueron muchos los visitantes--antiguos conocidos y otros--que vinieron a saludar a la Sra. White durante los últimos pocos meses de su vida. A veces ella no podía reconocer a sus antiguos asociados en el trabajo; y otras veces reconocía a los que venían. Siempre que era posible conversaba con ellos. Nunca dejó de deleitarse en testificar de la bondad de Dios y de su tierna misericordia. Durante meses antes de su enfermedad, citaba el texto bíblico: Le han vencido "por la sangre del Cordero, y por la palabra de su testimonio"; y se sentía fortalecida cada vez que daba testimonio del amor de Dios y de su cuidado protector. NB 490 2 Un sábado de tarde, cuando la familia de su hijo W. C. White pasó algún tiempo allí, ella resultó especialmente bendecida, y habló muchas palabras de consejo a sus nietos. "El Señor es muy bueno con nosotros--declaró--; y si seguimos conociendo al Señor, sabremos que sus salidas están preparadas como la mañana. Si hay alguna pregunta en vuestras mentes con respecto a lo que es correcto, mirad al Señor Jesús, y él os guiará. Debemos traer cada plan al Señor, para saber si él lo aprueba... Recordad que el Señor nos llevará adelante. Yo estoy velando cada momento, de manera que nada se interponga entre mí y mi Señor. Espero que así sea. Dios quiera que todos sean fieles. Pronto habrá una gloriosa reunión. Estoy contenta de que hayáis venido a verme. El Señor os bendiga. Amén". NB 490 3 No sólo hacia sus nietas y sus nietos sino también hacia todos los jóvenes de la denominación, su corazón se mostraba anhelante y lleno de amorosa solicitud. A veces ella hablaba con sus enfermeras y con sus ayudantes de la oficina, concerniente a la necesidad de seleccionar sabiamente el material de lectura para la juventud. NB 491 1 "Debemos aconsejar a los jóvenes--instaba ella--, a usar únicamente un material de lectura apto para edificar el carácter cristiano. Los puntos más esenciales de nuestra fe deben quedar fijados en la memoria de los jóvenes. Ellos han tenido una vislumbre de estas verdades, pero no un conocimiento completo que los guíe a considerar el estudio de las mismas con favoritismo. Nuestros jóvenes deben leer aquello que tenga un efecto saludable y santificante sobre su mente. Necesitan esto para que puedan discernir lo que es la verdadera religión. Hay mucha lectura buena que no es santificante. NB 491 2 "Ahora es el tiempo y la oportunidad que tenemos de trabajar por los jóvenes. Decidles que estamos ahora en una crisis peligrosa, y necesitamos saber cómo discernir la verdadera piedad. Nuestros jóvenes necesitan ser ayudados, elevados y animados, pero de la debida manera; no, tal vez, como ellos quisieran, pero de una manera que les ayude a tener mentes santificadas. Ellos necesitan, más que ninguna otra cosa, una religión buena, santificante. NB 491 3 "No espero vivir mucho ya. Mi obra está casi hecha. Decid a nuestros jóvenes que yo quiero que mis palabras los animen a vivir la clase de vida que sea más atractiva para las inteligencias superiores". NB 491 4 El fin llegó el viernes 16 de julio de 1915, a las tres y cuarenta de la tarde, en la asoleada cámara del piso superior de su hogar de Elmshaven, donde ella había pasado tanto de su tiempo los últimos felices y fructíferos años de su ocupada vida. Durmió en Jesús en forma tan silenciosa y pacífica como un niño que va a descansar. Rodeaban su cama su hijo el pastor W. C. White y esposa; su nieta, la Sra. Mabel White Workman; su fiel secretaria por largo tiempo, la Srta. McEnterfer; su sobrina y consagrada enfermera, la Srta. May Walling; otra de sus incansables enfermeras, la Sra. Carrie Hungerford; su ama de llaves, la Srta. Tessie Woodbury; su compañera y ayudante por largo tiempo, la Sra. Mary Chinnock Thorp; y unos pocos amigos y ayudantes que habían pasado muchos años en su casa y en torno a ella, así como en su oficina. NB 492 1 Varios días antes de su muerte había estado inconsciente gran parte del tiempo, y al final parecía haber perdido la facultad de hablar y la de escuchar. Las últimas palabras que habló a su hijo fueron: "Yo sé en quién he creído". NB 492 2 "Dios es amor". "El da descanso a sus amados". Para ellos la larga noche de espera hasta la mañana de la resurrección es solamente un momento; y aun para los que permanecen, el tiempo de espera no será largo, pues Jesús viene pronto para reunir a sus amados y llevarlos al hogar. Como declaró nuestra amada hermana a los que la rodeaban un sábado durante su enfermedad: "Todos estaremos en el hogar muy pronto". ------------------------Capítulo 59--El servicio fúnebre de Elmshaven NB 493 1 A las cinco de la tarde del domingo 18 de julio de 1915, en Elmshaven, NB 493 2 "un lugarcito que la gracia ha bendecido en medio de este mundo dolorido", NB 493 3 se reunieron casi 500 amigos y vecinos para rendir su último tributo de respeto a la memoria de la Sra. Elena G. White, y para consolar con su presencia y simpatía a los que habían sido llamados a sufrir la pérdida de una persona a quien habían amado con todo su corazón. NB 493 4 "El servicio se realizó en el prado, en frente de la tranquila casa de campo de la Sra. White, que por mucho tiempo había sido un puerto de descanso, un verdadero refugio, como ella a menudo lo llamaba cuando volvía de sus actividades públicas. En un extremo del prado se había erigido una glorieta para los ministros oficiantes; al mismo tiempo se habían colocado convenientemente sillas y bancos bajo los olmos umbrosos, con sofás y sillas mecedoras para los de más edad y para los enfermos, lo que proporcionó asiento a todos los que llegaron. NB 493 5 Las estrofas de un himno familiar cantado por un doble cuarteto que representaba al Colegio de la Unión del Pacífico y al Sanatorio de Santa Elena, señaló el comienzo del servicio. El pastor R. W. Munson, en su oración, pidió que todos sacaran provecho del ejemplo de la vida consagrada y piadosa de la que ahora dormía, y que muchos encontraran ayuda y fortaleza especial en la lectura de sus escritos. "Te rogamos especialmente--dijo él en su oración--, que bendigas esos escritos que ella ha enviado a los cuatro rincones de la tierra, para que el mundo oiga el mensaje en los muchos idiomas a los cuales sus libros han sido traducidos. Te agradecemos por los que están en la China, en Corea, en Japón, en la India, en el Africa y en las islas de los mares, y que han sido ayudados a obtener su conocimiento salvador de la verdad por la lectura de los escritos de tu sierva. Bendice, también, te pedimos, oh Señor, a los que han ido a esos países a llevar la luz para este tiempo... Oh Dios, acelera la proclamación de este mensaje a todos los habitantes de la tierra, para que esta generación pueda escucharlo y prestarle atención, y pueda prepararse el camino para la venida de nuestro bendito Señor". NB 494 1 El pastor George B. Starr tuvo la lectura bíblica, compuesta de los siguientes pasajes, algunos de los cuales fueron leídos en parte: Salmos 116:15; Eclesiastés 7:2, 4; Romanos 8:35, 37-39; Juan 6:39-40; Daniel 12:2-3; Apocalipsis 14:12-13; Ezequiel 37:12-14; Isaías 26:19; Apocalipsis 7:9-17; 21:4. La lectura terminó con unos pocos versículos empecialmente ilustrativos de la experiencia de la vida de la Sra. White: Salmos 40:9, 10 y Marcos 14:8. NB 494 2 El pastor J. N. Loughborough, venerable pionero con muchos años de servicio cristiano pero sostenido maravillosamente por Dios como un testigo viviente de las múltiples providencias en el surgimiento y el progreso del movimiento adventista, fue el primer orador. Presentó un cálido tributo a la obra de la vida de alguien con quien él había trabajado tan a menudo en estrecha asociación desde el año 1852. Su discurso, compuesto mayormente de reminiscencias del pasado, siguió como un bosquejo biográfico; aunque fue mucho más que un mero bosquejo, puesto que revelaba, como lo hizo, la operación especial del Espíritu Santo en relación con las labores de la Sra. White. Y luego destacó de nuevo el hecho de que las obras publicadas por ella exponían la moral más pura, guiaban a Cristo y a la Biblia, y traían descanso y consuelo a los corazones cansados y dolientes. NB 495 1 El próximo orador, pastor Starr, se refirió a algunos aspectos personales de la vida de la Sra. White. "Yo no he escuchado a ninguna otra persona--dijo él--, hablar del amor a Jesús como la he oído a ella. Muchas veces la oí exclamar: 'Yo amo al Señor, yo amo al Señor, ¡yo amo al Señor!' Su vida entera estaba dedicada a lograr que otros lo amaran y lo sirvieran con todo el corazón... NB 495 2 "La considero como uno de los caracteres más fuertes que yo haya encontrado. Puedo comparar su vida solamente con el roble robusto que hace frente a los vientos y soporta su embate más severo, o con la montaña que se ríe de la tormenta... Su fe en Dios era invencible. Bajo pruebas que habrían barrido la fe de muchos, ella mantuvo firme su confianza, y triunfó". NB 495 3 "Al decirle adiós, hace dos semanas--el pastor Starr continuó--, le dije: 'Nos alegramos de verla tan despejada esta mañana'. La Hna. White replicó: 'Me alegro de que me encuentre así, y deseo decirle que también mi interior se halla despejado y brillante'. Y entonces añadió: 'No he tenido muchos días de tristeza, ¿no es cierto?' 'No, Hna. White--contesté--, porque a través de toda su vida Ud. se ha elevado por encima de la tristeza'. 'Sí--replicó ella,--, mi Padre celestial lo ha planeado de esta manera para mí, y él sabe cuándo vendrá el fin. Por lo tanto estoy determinada a no murmurar'. NB 496 1 "Entonces le dije a ella: 'No puedo dejar de repetirle, Hna. White, lo que Ud. nos escribió en una de sus últimas cartas. Ud. dijo: "Las sombras se están prolongando y nos acercamos al hogar. Pronto estaremos en el hogar, y entonces repasaremos todo esto juntos en el reino de Dios'". Ella replicó: 'Sí; parece casi demasiado bueno para ser cierto, pero es cierto'". NB 496 2 Se cantó entonces la estrofa de otro himno cuya traducción es la siguiente: NB 496 3 "Se fue de la tierra para siempre, está libre de todo cuidado y temor; nunca se unirá de nuevo con nosotros, mientras marchamos por este valle de dolor". NB 496 4 Los primeros versos del segundo himno conmovieron profundamente a gran parte de la congregación. Estos versos hace años fueron escritos por uno de los asociados de la Sra. White en el servicio del Maestro, que también ahora descansa, el pastor Urías Smith. Siempre es triste la despedida, NB 496 5 "Pero se acerca un día glorioso, anhelado jubileo de la tierra. El rey de la Creación en su venida proclamará la libertad de su pueblo; en las alas brillantes del amor, entonarán desde la tierra y del mar: 'Oh muerte; ¿dónde está tu dominio? Oh tumba, ¿dónde está tu victoria?'" NB 496 6 El pastor E. W. Farnsworth, que estaba a cargo del servicio, habló como sigue: NB 497 1 "Parece casi imposible, hermanos y amigos, que alguien piense predicar un sermón, un sermón conmemorativo de alguien cuya vida y cuyas labores han sido un constante sermón viviente durante prácticamente ochenta años. Este verano va a hacer 78 años que la Hna. White entregó su corazón al Señor; y durante todos estos años, raramente se ha producido un cese o una interrupción en el más ardiente y fervoroso laborar en pro del Maestro, y su vida y lo que ella representa en sus publicaciones es el mayor elogio que pueda pronunciarse en esta ocasión fúnebre. NB 497 2 "Me he preguntado lo que la Hna. White misma diría si ella estuviera aquí viva, y uno de nosotros estuviera en su lugar. Estoy seguro de algunas cosas que ella diría. Yo creo que ella leería el siguiente pasaje, para beneficio de sus amigos, parientes, vecinos y otros que están congregados aquí: NB 497 3 "'Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres'--y me aventuro a decir que ninguna persona que viva en esta generación ha proclamado más insistentemente la gracia de Dios para la salvación de los hombres de lo que ella lo ha hecho--, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente'. NB 497 4 "Ella hablaría a sus vecinos y amigos acerca de ese pensamiento, pero no se detendría allí. Esta tarde ella añadiría: 'Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo'. Ella impresionaría este pensamiento en nuestras mentes. No solamente lo presentaría de una forma general, sino que destacaría el hecho, la gran verdad, de que esa bendita esperanza pronto ha de ser consumada. Ella elevaría nuestros corazones y nuestras mentes para impresionarnos con esta hermosa esperanza que fue su esperanza, su gozo y su inspiración. Quiero ser esta tarde el eco de esa voz, hermanos, amigos y vecinos. Yo estoy seguro de que éste sería el mensaje que ella daría. Pero ella está descansando. NB 498 1 "De alguna manera me impresiona el pensamiento de que se cumple ahora el pasaje del capítulo 15 de 1 Corintios, que dice: 'El aguijón de la muerte es el pecado'. Permitidme leéroslo. Helo aquí: 'Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados. Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron'. Y ella leería aún más: 'Entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?' NB 498 2 "El pensamiento que tengo es éste: Que hay cierto sentido en pensar que el aguijón es quitado de la muerte aquí y ahora, hermanos [fervientes amenes]. Nuestros afectos naturales, el amor de nuestros corazones, harán brotar lágrimas de nuestros ojos, y no podemos sino llorar; pero detrás de todo, hermanos, está el consuelo de que el pecado ha sido quitado de este ser querido, y también el aguijón del pecado ha sido extraído, y la muerte no puede retenerlo por mucho tiempo [muchos amenes]. NB 498 3 "Leemos en cierto lugar que Jesús no podía ser retenido por la muerte. ¿Por qué? Porque no había pecado en él. Donde reina la justicia, y el pecado ha sido quitado, la muerte pierde su poder. El ser humano puede dormir en la tumba por algún tiempo, pero la muerte no puede mantenerlo allí por largo tiempo. El tiempo de la liberación está cerca. Pronto sonará la trompeta y, gracias al Señor, veremos a la Hna. White de nuevo. NB 499 1 "Digo a su familia y a sus amigos: Yo me conduelo con vosotros hoy; pero hay algo acerca de una vida justa en Cristo que despoja a la muerte de sus terrores y a la tumba de toda su angustia. Jesús ha estado allí, y podemos, con toda seguridad, recorrer el camino que él siguió. De manera que, hermanos, miremos hacia arriba. Miremos más allá de este valle actual de lágrimas y dolor, hacia una esperanza y una vida más brillante y eterna, por causa de Jesús. Amén". NB 499 2 Con la entonación de uno de los himnos más queridos para la Sra. White, "Nos veremos junto al río", y la bendición que pronunció el pastor S. T. Hare, terminó el servicio. ------------------------Capítulo 60--Un servicio a la memoria de la Sra. White en Richmond NB 500 2 Por pedido especial de los administradores de la Unión del Pacífico y de la Asociación de California, se realizó un servicio a la memoria de Elena de White en Richmond, California, al día siguiente en que se hizo el servicio fúnebre en Elmshaven.{NB 500.1 No fue difícil hacer los arreglos para tal servicio, siendo que se hallaba en sesión en Richmond el congreso campestre de la Asociación de California. Richmond está sobre la principal vía férrea que va de la costa del Pacífico al este, adonde el cuerpo había de ser conducido para ser enterrado en el lote de la familia. En consecuencia, se hicieron los anuncios enviándolos a las grandes iglesias cercanas, y en la mañana del 19 de julio más de mil amigos provenientes de ciudades que rodean la bahía de San Francisco y también de puntos distantes, se congregaron en el campamento de Richmond. NB 500 3 El pastor E. E. Andross, presidente de la Unión de Pacífico, estaba a cargo del servicio, y fue ayudado por el pastor E. W. Farnworth, vicepresidente de la Unión; el pastor J. N. Loughborough, un honrado pionero del movimiento adventista, y el pastor A. O. Tait, director de Signs of the Times.1 NB 501 1 El himno de apertura que comienza con las palabras "Dulce sea el descanso", y la lectura bíblica hecha por el pastor E. W. Farnsworth (1 Corintios 15:12-20, 35-38, 42-45; 2 Corintios 4:6-18; 5:1-10), prepararon las mentes de la congregación para entrar en el espíritu de la invocación ofrecida por el pastor Loughborugh. En el curso de la misma él reconoció que, "aunque nos sobrevienen aflicciones, y aunque algunos obreros en esta causa deben deponer la armadura por falta de fuerza física", el propósito de Dios será realizado. Cuando el Salvador fue puesto en la tumba, los discípulos pensaron que la obra del Señor en la tierra había finalizado; pero su muerte en la cruz era en realidad la misma vida de la causa que había promovido. NB 501 2 Un bosquejo biográfico cuidadosamente preparado, escrito por el pastor M. C. Wilcox, de la Pacific Press Publishing Association, fue leído por un asociado, el pastor A. O. Tait, porque Wilcox se hallaba en el este. En los párrafos introductorios se estableció el principio de que "Dios utiliza en gran manera a los individuos. Todos los grandes movimientos, los reavivamientos religiosos y las crisis de los siglos han tenido como centro a individuos, de manera que la historia de las vidas de estas personas deben incluir la historia de la obra de Dios en el mundo, o la historia de las crisis o de los movimientos". Citando las biografías de Noé, Abrahán y otros notables personajes hebreos, de Wyclif, de Lutero y de los hermanos Wesley, el escrito continuaba: NB 502 1 "Y en el Movimiento Adventista, en la proclamación del último mensaje de reforma al mundo, hay dos personas cuyas biografías necesariamente deben incluir el comienzo y el establecimiento del movimiento y su crecimiento mundial. Sí, más todavía, la mano de Dios a través de ellos afectará el movimiento hasta el fin. Me refiero al pastor Jaime White y a su amada esposa, la Sra. Elena G. White". NB 502 2 En esta revisión de la historia de la vida de la Sra. White, tal como fue leída en Richmond, sus labores en la costa del Pacífico fueron bosquejadas de la siguiente manera: NB 502 3 "La obra en California fue inaugurada por los pastores J. N. Loughborough y D. T. Bordeau en el verano de 1868. En el otoño de 1872 el pastor White y su esposa visitaron San Francisco, Santa Rosa, Woodland Healdsburg y Petaluma. Aquí sus mensajes fueron recibidos por almas fervorosas, y sus labores fueron grandemente apreciadas. NB 502 4 "En febrero de 1873 el pastor White y su esposa fueron a Míchigan, y regresaron a California en diciembre de ese año para asumir nuevas y mayores cargas y comenzar nuevas empresas. En 1874 asistieron a dos reuniones generales bajo tienda realizadas en Oakland. Aquí habló la Sra. White con impacto notable sobre el asunto de la temperancia, en una campaña local. NB 502 5 "Fue ése el tiempo en que la obra de publicaciones se empezó en Oakland, pues el primer número de Signs of the Times lleva la fecha de junio 4 de 1874. En 1875 se organizó la Pacific Press, con un capital inicial de 28.000 dólares. Esta asociación continúa ahora bajo el nombre de Pacific Press Publishing Association, con un capital de cerca de 250.000 dólares y una producción anual de un millón de dólares en publicaciones religiosas y educacionales.* NB 503 1 "Dios reveló a la Sra. White que se haría una gran obra en la costa del Pacífico, en las ciudades que rodean la bahía. Esto comenzó a materializarse muy pronto; pues se erigieron iglesias en Oakland y San Francisco en 1875 y 1876. Con el objeto de ayudar a edificar estas iglesias, el pastor White y señora vendieron todo lo que tenían en el este. NB 503 2 "La Sra. White estuvo íntimamente relacionada con el comienzo del colegio de Healdsburg, del cual salieron obreros a todas partes del mundo. Esa escuela, que ha recibido también el pleno apoyo de la Sra. White, es ahora el Pacific Union College, establecido cerca de Santa Elena. NB 503 3 "Siendo que el pastor White y su esposa tuvieron una gran carga en la edificación del Sanatorio de Battle Creek, ellos sintieron especial placer en animar a emprender una obra similar en California, lo cual resultó en el desarrollo del Sanatorio de Santa Elena, que empezó con el nombre de Rural Health Retreat (Retiro Rural para la Salud). Habiendo padecido sufrimientos físicos toda la vida, las simpatías de la Sra. White han estado siempre dirigidas a los afligidos. En relación con tres otras empresas médico-misioneras de California--la de Paradise Valley, cerca de San Diego; la de Glendale, cerca de Los Angeles; y la de Loma Linda--, la Sra. White ha llevado heroicas cargas y prestado una gran ayuda. Esto es especialmente cierto con respecto al Colegio de Médicos Evangelistas de Loma Linda. NB 503 4 "En 1878 visitó Oregon. Allí asistió al primer congreso campestre de ese Estado, en Salem... NB 503 5 "Su vida fue una vida de sacrificio. En medio de la pobreza, con una salud precaria, enferma ella misma, con su familia también enferma, trabajando con sus manos junto con su esposo, economizando aun en las necesidades fundamentales de la existencia, ministrando a los demás esperanza y ánimo mientras ella misma estaba en las más desanimadoras circunstancias, ella cubrió con creces el lapso de su vida con abnegación y olvido de sí misma por causa de los demás. Donó muchas veces por encima de lo que podría haberla mantenido con comodidad. Sus llamamientos a los demás han sido a obrar, obrar, obrar por Dios y por la humanidad; pero en esto fue grandemente bendecida por Dios. Llegó muchas veces a las puertas de la muerte, y cuando sus amigos habían perdido la esperanza de que continuara viviendo, y los médicos la habían desahuciado, fue repetida y milagrosamente restaurada a la salud. NB 504 1 "La Sra. White terminó aquí su obra como empezó: pobre en bienes de este mundo. Los ingresos que recibió de los libros, lo cual no era una suma considerable, han sido usados liberalmente para dar ayuda a empresas necesitadas y a gente en necesidad. Su corazón siempre manifestó simpatía, y sus propias manos a menudo ministraron al enfermo y al sufriente... NB 504 2 "La vida de la Sra. White vive después de ella. Se hizo de enemigos por la enseñanza y la reprobación directa que necesitó hacer. Se la juzgó mal y se la calumnió. Los que la conocen mejor, pueden apreciar mejor su vida. Ella era humana, sujeta a todas las debilidades de la raza humana; pero encontró en Cristo un precioso Salvador y Ayudador. El la llamó a hacer una obra muy impopular, y ella respondió. El la usó en forma poderosa. Ella ha sido en realidad una madre de Israel. NB 504 3 "Nuestro bendito Señor expresó el juicio más ecuánime del corazón humano cuando dijo que un árbol se conoce por sus frutos. A la luz de este principio, la vida de nuestra hermana y su bendita influencia sobre todos aquellos cuyas vidas fueron tocadas por las mismas, son un testimonio de su carácter y de su obra. Estando muerta, todavía habla". NB 505 1 Para el discurso que siguió a la lectura de este bosquejo biográfico, el pastor E. E. Andross eligió como su texto las palabras: "Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen". NB 505 2 "Con respecto a ninguna persona--declaró el orador--puede decirse con mayor verdad que de nuestra querida hermana, que este pasaje se ha cumplido; y en las actuales circunstancias, nuestros corazones claman en espera de la gloriosa mañana de la resurrección. Necesitamos saber que la muerte ha de ser destruida, que los que duermen serán despertados. Pero por bendita que sea la vida de los que descansan, necesitamos saber que la persona amada se levantará a una gloriosa inmortalidad. Y el Señor no nos ha dejado para llorar como los que no tienen esperanza. 'De la mano del Seol los redimiré,--escribe el profeta--; los libraré de la muerte. Oh muerte, yo seré tu muerte; y seré tu destrucción, oh Seol". ¡Benditas palabras!... NB 505 3 De nuevo leo las palabras del profeta Isaías, como se registran en el capítulo 26: 'Tus muertos vivirán, sus cadáveres resucitarán. ¡Despertad y cantad, moradores del polvo! Porque tu rocío es cual rocío de hortalizas, y la tierra dará sus muertos". La muerte ha de ser eventualmente destruida, y los que duermen serán despertados... NB 505 4 "De manera que hoy en día, hermanos míos, y especialmente los que están más dolidos en esta ocasión--los miembros de la familia--, os digo: No hemos de llorar como los que no tienen esperanza. Nuestra hermana, después de setenta y más años de ferviente, fatigoso y fiel trabajo por el Maestro, descansa ahora en el sueño final; pero pronto ha de levantarse. 'Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero'. Ella oirá la voz del arcángel, y saldrá... Ojalá que nosotros, como nuestra querida hermana, sigamos 'al Cordero por dondequiera que va'. Y cuando pronto nuestras labores hayan terminado, como el gran apóstol podamos decir: 'He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe'". NB 506 1 Con la entonación de un himno y la oración de despedida por el pastor E. W. Farnsworth, se clausuró el servicio conmemorativo de Richmond. ------------------------Capítulo 61--Los servicios fúnebres de Battle Creek NB 507 1 El Sábado 24 de julio de 1915, la Sra. White fue puesta a descansar al lado de su esposo, el pastor Jaime White, en el cementerio de Oak Hill, Battle Creek, Míchigan, para esperar allí el llamado del Dador de la vida. En el Tabernáculo NB 507 2 Muchos amigos habían venido desde las ciudades y aldeas vecinas, para unirse con los miembros de la iglesia de Battle Creek y con los ciudadanos de ese lugar a fin de pagar un tributo de respeto y amor a la memoria de una persona que había sido llamada al descanso. También de los Estados colindantes había llegado un número considerable, incluyendo los presidentes y otros administradores de asociaciones locales de la Unión del Lago, de la División Norteamericana, y de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día. NB 507 3 El escenario para el servicio fúnebre era adecuado e impresionante. El servicio se realizó en el gran Tabernáculo, al cual todo el pueblo había contribuido cerca de cuarenta años antes, y en el que la Sra. White muchas veces había hablado palabras de vida. Los tributos florales estaban arreglados de tal manera que formaban una hermosa glorieta que semejaba un jardín. Los amigos del Sanatorio de Battle Creek habían enviado abundancia de palmas, lirios y margaritas en macetas, que casi cubrían la plataforma y se extendían hacia la derecha y la izquierda por la galería y las escaleras. También había muchos arreglos florales, símbolos de la ocasión y de la esperanza del más allá. La Iglesia de Battle Creek presentó una rueda quebrada; la Review and Herald Publishing Association, una columna quebrada; la Asociación General y la División Norteamericana, una cruz y una corona, y la Pacific Press Publishing Association, una Biblia abierta, sobre cuyas páginas se leían las promesas del Salvador: "He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo". NB 508 1 Dos horas antes de que empezara el servicio el cuerpo ya estaba frente a la plataforma. Había guardas de honor1 que lo custodiaban, en tanto que miles pasaban para pagar un tributo a la sierva de Jesús, que dormía su último sueño. En esa larga procesión de personas, había hombres y mujeres encorvados por el peso de los años, quienes en su juventud se habían sentado a los pies de aquella que ahora descansaba y habían recibido sus enseñanzas. Ahora lloraban su ausencia de las filas de los obreros en la causa de Dios. Las lágrimas corrían por las mejillas de más de un pionero noble que por más de medio siglo había guardado la fe una vez entregada a los santos, y que todavía se regocijaba en la esperanza de la recompensa final que aguardaba a los fieles. NB 509 1 Cuando llegó la hora señalada para el servicio, el Tabernáculo, con capacidad para cerca de 3.500 personas, estaba lleno, y muchos estaban de pie; se estima que 1.000 personas o más no pudieron entrar y tuvieron que regresar. NB 509 2 Entre los miembros de la familia de la Sra. White presentes estaban ambos hijos sobrevivientes, el pastor Jaime Edson White, de Marshall, Míchigan, y el pastor W. C. White, de Santa Elena, California; la Srta. McEnterfer, de Santa Elena, California; la Srta. Addie Walling MacPherson, una sobrina que vivía en Suffern, Nueva York; la Sra. L. M. Hall, en un tiempo miembro del equipo de la Sra. White; y varios otros que en años anteriores habían estado asociados más o menos estrechamente con la que descansaba. Muchos corazones sentían vivas simpatías por la Sra. Emma White, esposa del pastor J. E. White, ausente debido a la aflicción reumática que durante dos años le había impedido abandonar su casa. NB 509 3 El servicio fue impresionante en toda su extensión. Los cantores,2 los conductores del féretro3 y los ministros4 ascendieron a la plataforma arrodillándose por unos breves momentos en oración silenciosa. Entonces el coro cantó un himno relativo a la resurrección. NB 510 1 "¡En Jesús dormidos! ¡Bendito reposar sin llanto ni tristeza alguna al despertar! ¡Dulce reposo en paz y calma no turbada ni aun por quien cruelmente en la vida nos odiaba! NB 510 2 ¡En Jesús dormidos! ¡Pronto despertar cuando suene la trompeta celestial! ¡Las prisiones de la tumba se abrirán y los fieles de Jesús despertarán! Lectura bíblica NB 510 3 "Y vi un cielo nuevo y una tierra nueva--leyó el pastor F. M. Wilcox, de Washington, D. C.--. He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron". Los pasajes que leyó de las visiones de Juan en la isla de Patmos, fueron (Apocalipsis 21:1-7; 22:1-5), y con éstos se vincularon las preciosas promesas registradas en el capítulo 35 de la profecía de Isaías. "Los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sión con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido'". La oración NB 510 4 El pastor M. C. Wilcox, de Mountain View, California, elevó la petición al trono de gracia: "Bondadoso Dios, nuestro Padre celestial, te agradecemos porque no hay prueba en la tierra tan grande para la cual tú no tengas consuelo y fortaleza para tus hijos. Te agradecemos porque podemos venir a ti esta mañana y saber que tú eres nuestro Padre. Gracias por el gran amor con el cual nos amas aun en nuestra condición pecaminosa y mortal, no porque seamos amables, sino porque tú eres amor. NB 511 1 "Te damos gracías por el don de tu Hijo unigénito; porque él murió en nuestro favor, y porque en él tú puedes tomar a mortales indignos como nosotros y prepararlos para la gloriosa herencia acerca de la cual hemos estado oyendo. NB 511 2 "Te agradecemos porque tu poder es tan grande que puedes dominar y vencer todo lo que en nosotros es malo: porque puedes tomar la condición pobre, baja e inmunda de nuestra naturaleza humana, y convertirla en oro genuino de Dios. NB 511 3 "Te agradecemos por todas las preciosas promesas y seguridades de tu Palabra; por todas tus fieles amonestaciones; por todos tus santos preceptos; por la bendita esperanza de la venida de nuestro Señor que está a las puertas, cuando él transformará a esta tierra con su propio poder para formar un hogar eterno para todos sus hijos. NB 511 4 "Te agradecemos, oh Padre, por lo que tú has hecho por nosotros en este último movimiento evangélico. Te agradecemos por la obra que has realizado por medio de tu sierva, nuestra hermana, que yace delante de nosotros esta mañana; por todo el consejo e instrucción que nos has dado por ella; por toda la obra que has realizado por su medio; por las instituciones que ella ayudó a establecer; por el poderoso mensaje que ella presentó. NB 512 1 "Y aunque nuestros corazones se hallan inexpresablemente tristes esta mañana, Padre nuestro, te alabamos por lo que tú has hecho al tomar a un pobre y débil ser humano, y hacer de él un instrumento para la edificación de tu causa. NB 512 2 "Ven cerca de nuestros corazones doloridos esta mañana. Vuelca sobre ellos el bálsamo de tu Espíritu, de tu sanadora bondad. Llena todos los vacíos producidos por la muerte, con tu propia preciosa presencia. Ayuda a los que lloran a extender la mirada más allá, a la gloriosa mañana ya cercana, cuando el Señor Jesucristo sanará toda herida que el pecado haya hecho, consolará todo corazón que confíe en él y hará todas las cosas eternamente nuevas. NB 512 3 "Te rogamos que nos ayudes a aprender la lección de la brevedad de la vida humana; de la necesidad de consagrarnos a ti; del gran ánimo que tú nos das en esta vida que acaba de terminar, y que es un reflejo de lo que harás por los que se entregan en tus manos para tu servicio. NB 512 4 "Sabemos que nuestra hermana está segura. Podemos dejarla contigo. De aquí a poco tú hablarás, y los muertos resurgirán inmortales. Pero oramos por los que viven. Oramos por aquellos que quedan atrás para hacer frente a las luchas y las pruebas y los conflictos de estos últimos días. ¡Cuán débiles somos, cuán completamente incapaces de hacer frente a ninguna de estas cosas! En esta hora, nuestra esperanza está en ti. Y pedimos que el gran Dios que nos ha llamado nos capacite para su servicio; nos dé energía para un esfuerzo mayor; nos conceda una fe más firme, mayor diligencia y más gracia para encarar las pruebas y los conflictos. Rogamos que él nos salve de todos los engaños, los hechizos y las trampas del enemigo; que él nos dé una visión más clara para ver lo que Dios quiere que cada uno sea y haga, y que, finalmente, también nos conceda un triunfo rápido a la venida de nuestro Señor. NB 513 1 "Y así, Padre, en este día triste, dejamos estas cosas en tus manos, y rogamos que el gran Dios que ha guiado, que ha estado con nosotros, continúe guiándonos a cada paso del camino, dándonos la salida de todos los desiertos de duda y de prueba; conduciéndonos a la tierra del día perfecto, donde no habrá más pecado, ni dolor, y donde nos regocijaremos en las sonrisas de nuestro bendito Redentor, que ha vencido el pecado y por lo tanto fue victorioso sobre la muerte. Concédenos, oh nuestro Padre, que en aquel gran día, los que estamos aquí reunidos nos hallemos en el número de los que vivirán para siempre junto con los buenos que se han ido y aquellos que quedarán hasta tu venida. Todo esto lo pedimos en el nombre del Señor Jesús. Amén". El discurso del pastor Daniells NB 513 2 Un solo vocal, "Descanso para las manos cansadas", presentado por el profesor Griggs, fue seguido por el discurso del presidente de la Asociación General, pastor A. G. Daniells. El orador bosquejó en forma breve, pero con mucha claridad, la vida temprana y la experiencia cristiana de la Sra. White, y también sus labores de los últimos tiempos. La primera parte de su discurso sirvió como bosquejo biográfico, y al mismo tiempo formó la base para la línea principal de pensamiento de toda la presentación; a saber, que con toda verdad Dios ha estado concediendo a la iglesia remanente el don precioso del espíritu de profecía. NB 513 3 Con respecto al llamamiento de la Sra. White en la primera parte de su vida para realizar un ministerio especial en favor de Dios, y los frutos que caracterizaron su ministerio, el pastor Daniells dijo: NB 514 1 "Tomando la Biblia como la guía suprema de su vida, en base a sus enseñanzas, llegó ella a estar plenamente convencida de que la segunda venida de Cristo estaba cerca. Sobre este asunto nunca tuvo dudas, y creyéndolo con toda su alma, sentía que el propósito supremo de todo individuo en este tiempo debe ser vivir una vida impecable en Cristo y dedicar todo recurso a su alcance a la salvación de los perdidos. NB 514 2 "Esta idea la indujo a la oración incesante por la presencia interna del Espíritu Santo. Su anhelo de la presencia divina fue contestado más allá de todo lo que ella podía imaginar... Su vida plenamente consagrada, su obediencia y su oración por la ayuda divina fueron recompénsadas por la concesión del don de profecía, uno de los dones más escogidos del Espíritu. NB 514 3 "En diciembre de 1844, el Espíritu Santo le dio una revelación de la segunda venida de Cristo. En esa visión del futuro recibió ella una comprensión de la gloriosa recompensa que aguarda a los redimidos y de la terrible suerte que les sobrevendrá a todos los que rechacen servir a su Señor y Maestro. Esta visión del destino de la familia humana hizo una profunda impresión en su corazón. Aquí recibió su encargo como mensajera del Señor. Ella sintió que Dios le estaba ordenando que diera este mensaje de luz y salvación a los demás. NB 514 4 "Esto constituyó una gran prueba para ella. Tenía solamente diecisiete años de edad, era pequeña, frágil y retraída; pero después de una lucha larga y severa, se rindió al llamamiento de su Señor, y le fueron dados valor y fortaleza para asumir la obra de su vida. NB 514 5 "Después de esta entrega y de esta victoria pasó por una serie de notables experiencias espirituales, inequívocamente genuinas, y que fueron consideradas por los obreros asociados de ese tiempo como una manifestación del don de profecía, prometido por Cristo a la iglesia remanente. Los que han estado asociados con ella durante todos los años que han pasado desde ese tiempo, nunca necesitaron cambiar su convicción de que las revelaciones que ella recibió a través de los años han venido de Dios. NB 515 1 "El extinto pastor Urías Smith, quien estuvo asociado durante toda su vida tanto con el pastor White como con su señora, dejó el siguiente testimonio de este don manifestado en las enseñanzas de la Sra. White: NB 515 2 "'Toda prueba que sea posible aplicar a tales manifestaciones muestra que éstas son genuinas. Las evidencias que las sostienen, tanto internas como externas, son concluyentes. Ellas concuerdan con la Palabra de Dios y consigo mismas. Son dadas cuando el Espíritu de Dios está especialmente presente, a menos que aquellos que están mejor capacitados para juzgar estén invariablemente engañados. Siendo tranquilas, dignas, impresionantes, esas enseñanzas se recomiendan a sí mismas a toda persona que las analiza, precisamente como lo opuesto de lo que es falso y fanático. NB 515 3 "'Su fruto es tal, que muestra que la fuente de la cual proceden es lo opuesto a lo malo. NB 515 4 "'1. Ellas tienden a la más pura moralidad. Enseñan a terminar con todo vicio, exhortan a la práctica de toda virtud. Señalan los peligros que hemos de pasar en nuestro camino al reino. Revelan los ardides de Satanás. Nos amonestan contra sus trampas. Cortan en flor todo esquema de fanatismo que el enemigo ha tratado de poner en nuestro medio. Ellas han expuesto iniquidades ocultas, han traído a luz males escondidos, y han presentado abiertamente los motivos perversos de los que no tienen corazón sincero. Ellas han protegido de peligros la causa de la verdad por todos lados. Ellas nos han despertado una y otra vez a la necesidad de una mayor consagración a Dios, a realizar esfuerzos más celosos para obtener la santidad del corazón, y a una mayor diligencia en la causa y el servicio de nuestro Maestro. NB 516 1 "'2. Conducen a Cristo. A semejanza de la Biblia, lo señalan como la única esperanza y el único Salvador del género humano, nos presentan en caracteres vivos su vida santa y su ejemplo piadoso, y con irresistible urgencia nos instan a seguir sus pasos. NB 516 2 "'3. Nos conducen a la Biblia. Señalan ese libro como la inspirada e inalterable Palabra de Dios. Nos exhortan a tomar esa Palabra como nuestro consejero y la regla de nuestra fe y práctica. Y con un gran poder compulsor nos ruegan que estudiemos prolongada y diligentemente sus páginas y nos familiaricemos con su enseñanza, pues ella ha de juzgarnos en el día final. NB 516 3 "'4. Han traído consuelo a muchos corazones. Han fortalecido al débil, animado al medroso, levantado al desanimado. Han traído orden en la confusión, han enderezado errores, y arrojado luz sobre lo que era oscuro y tenebroso'. NB 516 4 "El 30 de agosto de 1846, la Srta. Harmon se casó con Jaime White, nacido en Palmira, Somerset County, Maine. Desde el tiempo de su matrimonio, la vida de la Sra. White estuvo estrechamente ligada con la de su esposo en la ardua tarea evangélica hasta su muerte, ocurrida el 6 de agosto de 1881. Ambos viajaron en forma extensa por los Estados Unidos, predicando y escribiendo, plantando y edificando, organizando y administrando. El tiempo ha comprobado cuán amplios y firmes fueron los fundamentos que ellos colocaron, y cuán sabiamente y cuán bien edificaron. NB 516 5 "Los pensamientos sostenidos y ampliamente proclamados por la Sra. White con respecto a cuestiones vitales y fundamentales--la soberanía de Dios, la divinidad de Cristo, la eficacia del Evangelio, la inspiración de las Escrituras, la majestad de la ley, el carácter del pecado y la liberación de su poder, la hermandad del hombre y las relaciones y responsabilidades de esa hermandad--, su enseñanza con respecto a estas grandes cuestiones y su vida de devoción a su Señor y de servicio a sus semejantes, resultaron impresionantes por medio de las revelaciones que le fueron dadas por el Espíritu divino. Ellos son los frutos de ese Espíritu, los frutos por los cuales la obra de su vida ha de ser juzgada. Ellos deben determinar la fuente y el carácter del espíritu que ha dominado toda su vida. 'Por sus frutos los conoceréis'. '¡A la ley y al testimonio! si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido'. NB 517 1 "Esta cuestión no está envuelta de ninguna manera en una incertidumbre. Su enseñanza es clara y la influencia de su vida ha sido positiva. NB 517 2 "Ningún maestro cristiano en esta generación, ningún reformador religioso de cualquier época anterior, ha asignado un valor más alto a la Biblia. En todos sus escritos ésta se presenta como el libro de todos los libros, la guía suprema y suficiente para toda la familia humana. Ni una sombra de 'alta crítica', 'nueva teología', ni de filosofía escéptica y destructiva, puede hallarse en ninguno de sus escritos. Los que todavía creen que la Biblia es la inspirada e infalible Palabra del Dios vivo valorarán más altamente este punto de vista positivo, y este sostén incondicional que se da en los escritos de la Sra. White. NB 517 3 "En su enseñanza, Cristo es reconocido y exaltado como el único Salvador de los pecadores. Se coloca el énfasis sobre el anunció directo y claro de los discípulos: 'No hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos'. El poder de redimir del pecado y de sus efectos se halla solamente en él, y a él todos los hombres han de dirigirse. NB 518 1 "Sus escritos se atienen con firmeza a la doctrina de que el Evangelio, como está revelado en las Sagradas Escrituras, presenta el único medio de salvación. No se hace en sus obras el menor reconocimiento de ninguna de las filosofías de la India, o de los códigos de ética de Birmania y la China, en comparación con el Evangelio del Hijo de Dios. Esta es la única esperanza de un mundo perdido. NB 518 2 "El Espíritu Santo, el representante de Cristo en la tierra, es señalado y exaltado como el Maestro celestial y el guía enviado a este mundo por nuestro Señor en ocasión de su ascensión, para hacer real en los corazones y en las vidas de los hombres todo lo que él había hecho posible por su muerte en la cruz. Los dones del Espíritu divino, como se los enumera en los Evangelios y epístolas del Nuevo Testamento, son reconocidos, se ora por ellos, y se reciben tan plenamente como el Espíritu ve conveniente impartirlos. NB 518 3 "La iglesia instituida por nuestro Señor y edificada por sus discípulos en el primer siglo es señalada como el modelo divino. Se reconocen plenamente sus prerrogativas y autoridad, y se observan todas sus ordenanzas y servicios conmemorativos. Se coloca fuerte énfasis sobre el orden y la organización evangélicos tal como se revelan en las Escrituras, para la eficiencia de la iglesia en todas sus operaciones mundiales. NB 518 4 "En base a la luz y al consejo que le fueron dados, la Sra. White sostuvo y defendió opiniones amplias y progresivas con respecto a las cuestiones vitales que afectan el mejoramiento y la elevación de la familia humana, desde el punto de vista moral, intelectual, físico y social, así como el espiritual. Sus escritos están llenos de instrucción, clara y positiva, en favor de una educación cristiana amplia y práctica para todo joven y toda señorita. En respuesta a sus fervientes consejos, la denominación con la cual estuvo asociada ahora sostiene un sistema de educación para todos sus niños y jóvenes. NB 519 1 "Sus escritos presentan la posición más abarcante con respecto a la reforma pro temperancia, las leyes de la vida y la salud, y el uso de remedios racionales y eficaces para el tratamiento de la enfermedad. La adopción de estos principios ha colocado a la vanguardia al pueblo con el cual ella trabajó, junto con otros que están defendiendo los mismos principios de temperancia y están trabajando por el mejoramiento físico de la humanidad. NB 519 2 "Tampoco la condición social de la familia humana se ha perdido de vista. La esclavitud, el sistema de castas, los prejuicios raciales, la opresión del pobre, el descuido del infortunado, todas estas cosas son declaradas como anticristianas y una seria amenaza para el bienestar de la raza humana, y como un mal que la iglesia de Cristo está encargada de cambiar. NB 519 3 "En sus escritos la Sra. White destaca las responsabilidades de la iglesia en el servicio misionero, tanto en el país de origen como en el extranjero. Cada miembro del cuerpo es amonestado a ser una luz en el mundo, una bendición para aquellos con quienes se asocia. Todos deben vivir la vida abnegada del Maestro en favor de los demás. Y la iglesia en los países cristianos debe empeñarse en arduos esfuerzos para evangelizar, en los países paganos, a los que están marchando a tientas en las tinieblas y la superstición. Id a todo el mundo, dad a todo el mundo, trabajad por todo el mundo, es la exhortación que corre a través de todos los escritos de la Sra. White, como lo ilustra el siguiente párrafo: NB 520 1 "'Tengan los miembros de la iglesia una fe acrecentada, y obtengan celo de sus aliados angelicales invisibles, por medio de un conocimiento de sus inextinguibles recursos, de la grandeza de la empresa en la cual están empeñados, y del poder de su Dirigente. Los que se colocan bajo el gobierno de Dios, para ser guiados y conducidos por él, captarán una visión estable de los acontecimientos que él ordenó que ocurrieran. Inspirados por el Espíritu de Aquel que dio su vida por la vida del mundo, no seguirán estáticos en su impotencia, señalando lo que no pueden hacer. Colocándome la armadura del cielo, avanzarán a la batalla, deseosos de actuar y de ser valientes por Dios, sabiendo que su Omnipotencia suplirá su necesidad'. NB 520 2 "Así, durante setenta años ella consagró su vida a un servicio activo por la causa de Dios en favor de la humanidad pecaminosa, sufriente y dolorida. Después de viajar extensamente por los Estados Unidos desde 1846 hasta 1885, visitó Europa, donde dedicó dos años a la obra allí, la cual estaba en un período formativo. En 1891 fue a Australia, donde permaneció por nueve años, viajando por las colonias, y dedicando todas sus energías a la edificación de la obra. NB 520 3 "Al regresar a los Estados Unidos en 1900, a la edad de 73 años, pareció sentir que el deber de viajar casi había terminado, y que debía dedicar el resto de su vida a escribir. Así trabajó con ahínco hasta corto tiempo antes de su muerte, a la avanzada edad de casi ochenta y ocho años. NB 520 4 "Tal vez no somos lo suficientemente sabios como para poder decir en forma definida qué parte de la obra de la vida de la Sra. White ha sido del mayor valor para el mundo, pero parece que el gran volumen de literatura bíblica que ella dejó resultará ser el mayor servicio para el género humano. Sus libros son más de veinte. Algunos de ellos han sido traducidos a muchos idiomas en diferentes partes del mundo. Ahora han alcanzado una circulación de más de dos millones de ejemplares, y todavía continúan yendo al público por millares. NB 521 1 "Al echar una mirada a todo el campo de la verdad evangélica--o sea la relación del hombre con su Señor y con sus semejantes--debe verse que la Sra. White, en toda su enseñanza, ha dado a estas grandes verdades fundamentales un sostén positivo y constructivo. Ella tocó la humanidad en todo punto vital de necesidad, y la elevó a un plano más alto. NB 521 2 "Ahora ella descansa. Su voz está silenciosa; su pluma ha sido puesta a un lado. Pero la poderosa influencia de esa vida activa, poderosa y llena del Espíritu continuará. Esa vida estaba vinculada con el Eterno; estaba edificada en Dios. El mensaje proclamado y la obra realizada constituyen un monumento que nunca se desmoronará ni perecerá. Los muchos libros que ella ha dejado--relacionados con toda fase de la vida humana--instan a toda reforma necesaria para el mejoramiento de la sociedad, en lo que atañe a la familia, a la ciudad, el Estado y la nación, continuarán modelando el sentimiento público y el carácter individual. Sus mensajes se apreciarán más de lo que lo han sido en el pasado. La causa a la cual dedicó su vida, la causa que recibió la influencia de esa vida y progresó en extenso grado, progresará con creciente fuerza y rapidez a medida que pasen los años. Nosotros, que estamos relacionados con ella, no necesitamos tener ningún temor de que fracasaremos, a menos que tengamos temor de hacer nuestra parte tan fiel y lealmente como debemos". El discurso del pastor Haskell NB 522 1 En el discurso que siguió al del pastor Daniells, el pastor S. N. Haskell llamó la atención a las palabras del salmista: "Estimada es a los ojos de Jehová la muerte de sus santos". Salmos 116:15. Algunos pueden considerar que ésta es una extraña declaración; sin embargo es verdad. Los siervos de Dios que ahora duermen, son para él excesivamente preciosos. Mientras dure el tiempo, la influencia de su vida piadosa continuará llevando ricos frutos. Ya no podrá el enemigo de la raza humana poner en peligro su bienestar; están seguros y a cubierto de su poder. Jesús los reclama como suyos, y en la mañana de la resurrección él les dará la plenitud del gozo. NB 522 2 En una de las gloriosas visiones que se le dio a Juan el Amado en la isla de Patmos, la atención del profeta fue llamada por una voz del cielo que le pedía que escribiera: "Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen". Apocalipsis 14:13. Maravillosas son estas palabras y especialmente cuando se las considera a la luz del marco en que están colocadas, al final de la profecía concerniente al triple mensaje que ha de resonar en preparación para el fin del mundo y la segunda venida de Cristo. NB 522 3 El cielo parecía deseoso de ayudarnos a entender que en el tiempo del fin, cuando los mensajes son proclamados con el poder del Espíritu Santo, se permitirá que algunos de los que están empeñados en esta obra descansen de sus trabajos. Se nos asegura que todos ellos son considerados bienaventurados por Dios. Sus incesantes esfuerzos por elevar el estandarte de la verdad no serán sin resultado; "sus obras con ellos siguen". Hoy, a la luz de esta directa seguridad del cielo dada a los hijos de los hombres, podemos decir que ella, muerta, "aún habla". Hebreos 11:4. NB 523 1 El pastor Haskell pasó en revista la experiencia de los creyentes en Tesalónica que fueron llamados en la primera hora a sufrir crueles persecuciones, y aun la muerte. El apóstol Pablo, en su primera epístola a los que sufrían allí, los consuela con la certidumbre de la esperanza cristiana. "No os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza--exhorta él--. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo: y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras". 1 Tesalonicenses 4:13-18. NB 523 2 El orador llamó la atención a la expresión "Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también--así como Cristo fue resucitado de los muertos--traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él". E ilustró esto con la experiencia de María junto al abierto sepulcro. Amargamente chasqueada por no encontrar a su Señor, "María estaba afuera llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del sepulcro; y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados el uno a la cabecera y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto. Y le dijeron: Mujer, ¿por qué lloras? Les dijo: porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto". Su corazón clamaba por hallar a su Salvador, y en ese preciso momento él estaba a su lado, aunque ella no lo reconoció. "Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré. Jesús le dijo: María". Eso fue todo lo que dijo: "¡María!" Muchas veces ella había oído esa voz familiar, y ahora debió haber reconocido a Jesús por su tono o expresión, pues inmediatamente lo reconoció como a su Maestro y Señor. "No me toques--le dijo él--, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios". Juan 20:11-17. Fue entonces cuando María se apresuró a ver a los discípulos con las alegres nuevas de un Salvador resucitado. NB 524 1 "Fue su amor por el Maestro--continuó el orador--, por lo que él había hecho por ella al perdonarle sus pecados y vincular su alma con el cielo, lo que hizo que el Salvador permaneciera sobre la tierra después de la resurrección hasta que se dio a conocer a ella. Hay algo conmovedor en esta narración. Ella muestra que el Salvador está deseoso de revelarse a aquellos que están consagrados a él y a su servicio, a los que desean por encima de todas las cosas mantener una relación viviente con el cielo. Como María reconoció a su Señor después de su resurrección por su voz y por su comportamiento en general, así yo creo que podremos nosotros reconocer de nuevo a nuestra hermana que ahora duerme. Aunque ya no podamos oír su voz en este mundo, su influencia vive; y en la mañana de la resurrección, si permanecemos fieles, y tenemos una parte con los hijos de Dios en esa hora feliz, oiremos su voz una vez más, y la reconoceremos. Mis queridos amigos, hay una relación viva entre el cielo y esta tierra todavía, y las promesas que el Señor ha hecho a su pueblo se cumplirán. No faltará ni una palabra en su cumplimiento. Quiera el Señor ayudarnos a todos a estar entre aquellos que se encontrarán con su Señor en paz, y que tendrán el privilegio de saludar a nuestra hermana en el reino de los cielos. Que Dios lo conceda por amor de su nombre". NB 525 1 El himno "Nos veremos junto al río" y la bendición del pastor W. T. Knox clausuraron el servicio del Tabernáculo. Había carruajes y coches que estaban esperando, y éstos llevaron a muchos centenares al lugar de la sepultura en el cementerio de Oak Hill. Frente a la tumba NB 525 2 Había pasado medio siglo desde que la Sra. White y su esposo enterraron a su hijo menor, y pronto después a su primogénito, en el hermoso rincón donde ella ahora descansa. Cuando en 1881 el pastor Jaime White fue puesto a dormir junto a los hijos, poco se imaginó su dolorida compañera que el Señor la fortalecería para continuar en el ministerio por todo un tercio de siglo. Sin embargo, tal ha sido el caso; y ahora sus labores han terminado, y ella había de descansar al lado de sus queridos. NB 525 3 El pastor I. H. Evans leyó la historia de la resurrección de Lázaro de los muertos, que está en el capítulo 11 de Juan. Jesús había declarado: "Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente". El pastor Evans leyó también del inspirado testimonio del apóstol Pablo, que se registra en 1 Corintios 15, muchas promesas positivas y consoladoras relativas a la resurrección de los justos. "Si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también nuestra fe". "Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres. Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho". "En Cristo todos serán vivificados". "Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?" "Gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano". NB 526 1 "Dormimos en Jesús, mas no por siempre, sino hasta aquella alborada de emoción, cuando el reencuentro será sin despedidas en la mañana de la resurrección. De los valles, desiertos y montañas, de la entraña insondable de la mar, al sonido angelical de las trompetas, multitudes habrán de despertar". ------------------------Elena de White: Mujer de Visión MV 4 1 Elena G. de White Y sus Escritos MV 6 1 Prefacio MV 13 1 Sobre el Autor MV 15 1 Capítulo 1 -- El tiempo era correcto MV 26 1 Capítulo 2 -- Llamada a ser una mensajera MV 39 1 Capítulo 3 -- Paso a paso MV 58 1 Capítulo 4 -- Expandiéndose mediante las publicaciones MV 70 1 Capítulo 5 -- Apoyo financiero para la causa de dios MV 89 1 Capítulo 6 -- Los Adventistas del Séptimo Día en tiempo de guerra MV 104 1 Capítulo 7 -- Aprendiendo un nuevo estilo de vida MV 124 1 Capítulo 8 -- Jaime: aprendiendo por el camino difícil MV 142 1 Capítulo 9 -- El nuevo instituto de salud: precursor del sanatorio de Battle Creek MV 150 1 Capítulo 10 -- Primeros campestres anuales MV 167 1 Capítulo 11 -- California, aquí llegamos MV 190 1 Capítulo 12 -- Perspectivas animadoras MV 207 1 Capítulo 13 -- Tiempo para un carácter más apacible MV 224 1 Capítulo 14 -- Se abre el colegio de healdsburg y se cierra el de Battle Creek MV 235 1 Capítulo 15 -- Actividades de Elena de White en el extranjero MV 255 1 Capítulo 16 -- Sesión de la Asociación General de 1888 MV 274 1 Capítulo 17 -- Progresos en la publicación de libros MV 286 1 Capítulo 18 -- El llamado a Australia MV 304 1 Capítulo 19 -- Siguiendo hacia Nueva Zelanda MV 320 1 Capítulo 20 -- La escuela de Avondale MV 347 1 Capítulo 21 -- Sunnyside, la grana de Elena de White MV 352 1 Capítulo 22 -- La obra médico-misionera MV 371 1 Capítulo 23 -- Escribiendo el deseado de todas las gentes MV 379 1 Capítulo 24 -- La obra en Australia llega a la mayoría de edad MV 389 1 Capítulo 25 -- Elmshaven, un refugio para Elena de White MV 402 1 Capítulo 26 -- La sesión de la Asociación General de 1901. ¡hora de cambiar! MV 416 1 Capítulo 27 -- Incendio del sanatorio de Battle Creek MV 423 1 Capítulo 28 -- Elmshaven: no un asilo de ancianos MV 436 1 Capítulo 29 -- Incendio de la Review and Herald MV 441 1 Capítulo 30 -- La sesión de la Asociación General de 1903 MV 454 1 Capítulo 31 -- John Harvey Kellogg y the living temple (el templo viviente) MV 467 1 Capítulo 32 -- Viaje de ida y vuelta a Washington MV 481 1 Capítulo 33 -- ¡"Se me mostraron" hermosas propiedades! MV 499 1 Capítulo 34 -- Un año trascendental: Ballenger, Jones, Kellogg MV 515 1 Capítulo 35 -- El don especial de Elena de White MV 533 1 Capítulo 36 -- La sesión de la Asociación General de 1909 MV 544 1 Capítulo 37 -- Loma Linda: más que un sanatorio MV 552 1 Capítulo 38 -- La edición de el Conflicto de los Siglos de 1911: no una revisión MV 568 1 Capítulo 39 -- Disminuyendo la marcha con valor y buen animo MV 581 1 Apéndice -- Una prensa mecánica para la oficina de la Review ------------------------Elena G. de White Y sus Escritos MV 4 1 ¿Quién fue Elena G. de White y por qué millones consideran que sus escritos poseen un valor y significado especiales? MV 4 2 En síntesis, ella fue una mujer de dones espirituales notables que vivió la mayor parte de su vida durante el siglo XIX (1827-1915); sin embargo, através de sus escritos y ministerio público hizo un impacto revolucionario en millones de personas alrededor del mundo. MV 4 3 Durante el curso de su vida ella escribió más de 5.000 artículos para revistas y 26 libros; pero actualmente, al incluir compilaciones de sus 55.000 páginas de manuscritos, están disponibles en inglés más de 126 títulos y unos 80 en español. Ella bien puede ser la escritora más traducida en toda la historia de la literatura y el autor norteamericano de cualquier género que más ha sido traducido. Sus escritos abarcan una amplia gama de temas, incluyendo educación, salud, profecía, nutrición, asuntos culturales y étnico-lingüfsticos, creacionismo y el origen de la vida. Su obra maestra que ha cambiado tantas vidas, sobre la vida cristiana exitosa, El camino a Cristo, ha sido publicada en más de 144 idiomas. MV 4 4 Los Adventistas del Séptimo Día creen que la Sra. White fue más que una escritora dotada; creen que fue designada por Dios como una mensajera especial para atraer la atención del mundo a las Santas Escrituras y para ayudar a preparar a un pueblo para el segundo advenimiento de Cristo. Desde el tiempo cuando tenía 17 años de edad hasta que murió 70 años más tarde, Dios le dio aproximadamente 2.000 visiones y sueños. Las visiones variaban en duración desde menos de un minuto hasta casi cuatro horas. Mediante sus escritos, ella compartió con otros el conocimiento y el consejo recibidos a través de estas revelaciones. Por lo tanto los Adventistas del Séptimo Día aceptan sus escritos especiales como inspirados, y su calidad excepcional es reconocida aun por lectores ocasionales. MV 4 5 Como se declara en Creencias de los Adventistas del Séptimo Día, "los escritos de Elena de White no constituyen un sustituto de la Escritura. No pueden ser colocados en el mismo nivel. Las Sagradas Escrituras están colocadas en un nivel que les pertenece sólo a ellas, la única regla por la cual sus escritos --y todos los demás deben ser juzgados--, y a la cual deben hallarse sujetos" (Creencias de los Adventistas del Séptimo Día [Boise, Idaho: Asociación Ministerial de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, 1988], 262). MV 5 1 Sin embargo, como la misma Elena de White lo notó, "la circunstancia de haber revelado Dios su voluntad a los hombres por su Palabra, no anuló la necesidad que tienen ellos de la continua presencia y dirección del Espíritu Santo. Por el contrario, el Salvador prometió que el Espíritu facilitaría a sus siervos la inteligencia de la Palabra; que iluminaría y daría aplicación a sus enseñanzas" (CS, p. 9). MV 5 2 Este libro narra la historia de esta mujer notable quien, cumpliendo con todas las pruebas de un profeta verdadero según están expuestas en las Santas Escrituras, ayudó a fundar la Iglesia Adventista del Séptimo Día. ------------------------Prefacio MV 6 1 En 1913 F. M. Wilcox, director de la Review and Herald, escribió lo siguientesobre Elena G. de White: "La historia de su vida es la historia de este movimiento. Las dos están identificadas en la práctica" (RH, 27 de febrero, 1913). Por ser un evangelista experimentado, un ejecutivo de la iglesia y luego el director de la revista oficial de la iglesia, el pastor Wilcox se hallaba en una posición única para emitir tal juicio. MV 6 2 Elena de White vivió una vida ocupada y fructífera que se extendió desde 1827 a 1915. Protagonizó una historia que no se había contado completamente hasta que apareció la biografía de Elena de White, de seis tomos, escrita por Arthur L. White. A lo largo de los años se habían publicado bocetos y varios libros de carácter biográfico. Comenzaron con las siete páginas dedicadas a su experiencia e impresas en julio de 1851 en su primer libro, un volumen diminuto de 64 páginas. Incluyeron el libro Notas biográficas de Elena G. de White, de 480 páginas, lanzado apresuradamente al campo tras su muerte en 1915. Forzosamente no podía ser muy detallado. MV 6 3 Al escribir la biografía de su abuela en seis tomos, el pastor Arthur White tuvo ante sí once blancos y objetivos: MV 6 4 1. Escribir para el lector promedio, pero con detalles y documentación tales que satisficiesen las expectativas del erudito. MV 6 5 2. Dejar al lector con la sensación de que ha llegado a familiarizarse con Elena de White como una persona muy humana. MV 6 6 3. Describir fielmente su vida y obra como la mensajera del Señor en la Iglesia Adventista del Séptimo Día, no a través de una crónica literal de cada día de su ministerio activo, sino mediante una selección de eventos e incidentes de su experiencia que ilustran la obra de toda su vida y efectúan una contribución a la causa. MV 6 7 4. En la medida de lo posible, conservar estos eventos en una evolución de año por año, describiendo su vida de hogar, sus viajes, sus puntos débiles y fuertes, las preocupaciones de su corazón, y su ferviente vida devocional. MV 6 8 5. Seleccionar y presentar en detalle eventos significativos, dos o tres de ellos en un año determinado, que ilustren mejor su misión profética, describiendo la interacción entre la profetisa y los dirigentes de la iglesia, las instituciones y los individuos, y narrando el envío de testimonios y las respuestas a estos mensajes. MV 7 1 6. Proveer un conocimiento de los puntos, principales de la historia de la iglesia en una forma singular, como fue vista especialmente a través de los ojos de la mensajera del Señor o en relación con ella. MV 7 2 7. No sólo lograr que el libro sea una narración interesante sino proveer una selección de experiencias ilustrativas con las que los lectores puedan a veces identificarse indirectamente. MV 7 3 8. Mantener constantemente ante los lectores el papel importante que jugaron las visiones en casi cada fase de las experiencias que abarcan la narración. MV 7 4 9. Donde convenga para el propósito del manuscrito, permitir que Elena de White hable en sus propias palabras, antes que proveer una paráfrasis. Esto aseguraría una transmisión exacta de los puntos singulares y detallados de los mensajes usando la misma expresión de la mensajera profética. De esta manera se proveen muchas declaraciones importantes en una forma que será valiosa para todos los lectores. MV 7 5 10. Proveer una narración documentada consecutiva de la obra literaria efectuada por Elena de White y sus ayudantes literarios para producir sus artículos y libros. MV 7 6 11. Y en todo esto, presentar la narración en una forma natural, con características que confirmen la confianza en su contenido. MV 7 7 Debiera mencionarse en este momento la conversación que tuvo Elena de White con el ángel en conexión con el encargo de que debía presentar a otros lo que se le había revelado a ella. Habiendo observado la experiencia de algunos que habían sido favorecidos por Dios en forma especial, ella temía que podría llegar a engreírse, pero el ángel del Señor respondió: "Si te amenaza el mal que temes, extenderá Dios su mano para salvarte. Por medio de la aflicción, te atraerá a sí y conservará tu humildad" (NB, p. 79). MV 7 8 Las fuentes a las que acudió el autor fueron voluminosas. Incluían los diarios de Elena de White, las decenas de miles de páginas de sus cartas y manuscritos, sus muchos artículos tal como aparecieron en la Review and Herald y Signs of the Ti mes y otros periódicos, sus libros y panfletos, la correspondencia que ella y su oficina recibieron a lo largo de los años, y las cartas y artículos históricos que se encuentran en el Archivo de Documentos del Centro White. También, para el trasfondo histórico general, la Review and Herald en su totalidad. MV 7 9 La biografía en seis tomos que Arthur White hizo de su abuela tuvo amplia circulación por todo el mundo y fue tan bien recibida que casi inmediatamente comenzaron a llegar pedidos al Centro White de que se publicase una edición abreviada de un solo volumen. Los publicadores adventistas y los dirigentes de la iglesia por todo el mundo sintieron que un trabajo de ese tipo satisfaría una verdadera necesidad. Por lo tanto, ya jubilado, el pastor White le pidió a la Sra. Margaret Rossiter Thiele que redujese los seis tomos a uno solo. Su trabajo fue sometido al Centro White, donde fue editado por Kenneth H. Wood. Si a través de este volumen Elena de White llega a ser mejor conocida como persona --esposa y madre, vecina y amiga, como también la mensajera del Señor que trabajó incansablemente en el pulpito y en la plataforma pública y que aconsejó a menudo y escribió incesantemente, y cuya influencia se sintió alrededor del mundo--, los objetivos del autor y del Centro White habrán sido alcanzados. Los fideicomisarios del centro Elena G. de White sobre el autor ------------------------Sobre el Autor MV 13 1 Arthur Lacey White, uno de los siete nietos de Jaime y Elena White, nació el7 de octubre de 1907, y sus padres fueron William C. (Willie) y Ethel MayWhite. Creció en el pintoresco Pratt Valley, inmediatamente debajo del Sanatorio de St. Helena en el norte de California. Este pequeño valle acunó el hogar de W. C. White; Elmshaven, el hogar de Elena de White; y varios otros. Arthur asistió a la cercana escuela de iglesia de diez grados y luego continuó su educaciónen el Pacific Union College. En 1928 recibió un certificado en administracióncomercial y ese mismo año se unió en matrimonio con una condiscípula, FriedaBelle Swingle. Los recién casados se trasladaron al Colegio Madison, en Tennessee,él para prestar servicio como contador ayudante y ella como secretaria del colegio y del personal del hospital. MV 13 2 Al año siguiente Arthur fue llamado a la oficina del Centro Elena G. de White en Elmshaven para servir como contador y ayudante general de su padre de 74 años. Este último, uno de los cinco dirigentes de la iglesia designados por Elena de White en su testamento para que administrasen sus bienes, era secretario de la junta de fideicomisarios cuando Arthur se le unió en 1929. Durante los nueve años siguientes se le dieron a Arthur responsabilidades crecientes, y en 1933 fue nombrado secretario asistente de la junta. Poco después del fallecimiento de W. C. White a la edad de 83 años, a fines de 1937, Arthur fue elegido como miembro vitalicio de la junta y secretario del Centro Elena G. de White, un cargo que mantuvo por 41 años. MV 13 3 A la muerte de su padre, en armonía con planes hechos hace mucho tiempo, Arthur supervisó la transferencia de la oficina y los archivos de E. G. de White a la sede mundial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Washington, D. C. Entre las tareas importantes que emprendió estaban la de trabajar con el campo mundial en el desarrollo de literatura sobre el espíritu de profecía y en reunir materiales de E. G. de White para su publicación, en compilaciones tales como El evangelismo, El hogar adventista y Mensajes selectos, lo que culminó con el Comprehensive Index to the Writings of Ellen G. White (índice completo de los escritos de Elena G. de White) en tres volúmenes. MV 13 4 Con el desarrollo del Seminario Teológico Adventista, Arthur White se vio atraído por un programa de enseñanza en Washington, Berrien Springs y en el extranjero. Enseñó en el extranjero en trece Escuelas de Extensión del Seminario. Como secretario del Centro White también escribió muchos artículos para revistas y produjo monografías importantes referentes a asuntos diversos vinculados con Elena de White y sus enseñanzas. En 1973 la Universidad Andrews le confirió el titulo honorario de Doctor en Divinidad. MV 14 1 En 1966 la junta de fideicomisarios del Centro White, en consejo con los oficiales de la Asociación General, le pidieron al pastor White que escribiese una biografía completa y precisa de Elena de White. Vacilante a causa de su relación personal con el tema de la biografía, pero poniendo como condición su postura asumida temprano en su ministerio de que se relacionaría con Elena de White como cualquier otro adventista leal considerándola como la "Hermana White" y no como "mi abuela", aceptó el pedido. En 1978 renunció como secretario del Centro Elena G. de White para dedicar sus energías casi exclusivamente al proyecto de la biografía. Adhiriéndose a un programa de trabajo cuidadoso, produjo un tomo por año --seis en total--, haciendo su trabajo mayormente en su estudio en la casa, donde podía darle atención indivisa a la investigación y la redacción al mismo tiempo que mantenía un fácil acceso a las ricas fuentes de información de la bóveda del Centro White. MV 14 2 Completada esta tarea monumental, Arthur y Frieda White se trasladaron a su casa de jubilación en Deer Park, California, con su jardín, huerta y taller, situada en la cresta del cerro encima del Centro de Salud St. Helena y del Pratt Valley, donde Arthur había nacido. Seis años más tarde, el 12 de enero de 1991, murió a la edad de 83 años. Los Editores ------------------------Capítulo 1--EL TIEMPO ERA CORRECTO MV 15 1 En 1837 ocurrió un evento traumático en la vida de una niñita en Portland, Maine. Este hecho tendría eventualmente consecuencias de largo alcance en todas partes del mundo. MV 15 2 En 1837 el creciente sentimiento popular que esperaba que Cristo vendría en 1844 estaba avanzando hacia una crisis. MV 15 3 En 1837 las citas para dar conferencias sólo en Vermont llenaban muchas páginas en el libro de compromisos de Guillermo Miller. MV 15 4 En 1837 los Estados Unidos estaban siendo castigados por la depresión. Robert Harmon, un fabricante de sombreros y padre de ocho hijos, los menores de los cuales eran sus mellizas de nueve años, Elena y Elizabeth, había trasladado a su familia de la granja rural en Gorham, Maine, a la ciudad de Portland, donde pensaba que encontraría un mercado mejor para los sombreros. Pero incluso el negocio de sombreros había sido afectado. De modo que un día del invierno de 1837-1838 decidió llevar su surtido de sombreros a Georgia con la esperanza de venderlos más fácilmente. Sin duda reinaba un aire de entusiasmo en la familia la noche anterior a su partida, mientras ayudaban a envolver los sombreros y a colocarlos en una bolsa grande de cuero. MV 15 5 Imaginariamente podemos ver a toda la familia siguiendo al padre a la estación de diligencias temprano a la mañana siguiente. Juntos caminaron por los senderos de tierra cercanos a la casa y luego por las veredas de madera hasta la antigua "Elm House" para tomar la diligencia occidental hacia Boston y sitios del sur. MV 15 6 Después que Robert Harmon colocó su caja de sombreros en la parte superior de la diligencia, subió a la misma y se dio vuelta para despedirse. Miró amorosamente los rasgos agradables y bien formados del rostro de Elena. La próxima vez que vería a su preciosa hija, ella habría cambiado mucho. MV 15 7 Era a media tarde. Elena y Elizabeth, con una condiscípula, estaban cruzando un parque cuando notaron que una niña mayor, que también asistía a la Escuela de la Calle Brackett de Portland, las estaba siguiendo. Con una piedra en la mano, les dirigió a los gritos algunas palabras airadas. Se les había enseñado a los niños Harmon que nunca se vengaran, de modo que corrieron hacia la casa. MV 15 8 Mientras corrían, Elena se dio vuelta para ver cuán lejos de ellas estaba la niña. Al darse vuelta, la piedra le golpeó directamente en el rostro. Elena cayó al suelo inconsciente, mientras le corría sangre de la nariz manchándole la ropa. Alguien le dio primeros auxilios en un negocio cercano. Luego un cliente, totalmente desconocido, se ofreció para llevar a Elena a la casa en su carruaje. Pero Elena, temiendo que podría manchar el carruaje con sangre, rechazó el ofrecimiento. Sin embargo, cuando intentó ir a pie, pronto se desmayó y cayó al suelo. Elizabeth y la condiscípula se las arreglaron para transportarla a la casa, a una cuadra o dos de distancia. MV 16 1 Siguieron días llenos de ansiedad. Elena permaneció en coma por tres semanas. Cuando recobró el conocimiento, no recordaba nada del incidente. Todo lo que sabía era que estaba acostada en su cama, sumamente débil. Cierto día oyó que un visitante decía: "¡Qué pena! Yo no la habría conocido". MV 16 2 "Déjenme verme", dijo Elena. MV 16 3 Le entregaron un espejo. El impacto fue casi más de lo que podía soportar. MV 16 4 Cada rasgo de mi rostro parecía cambiado... El hueso de mi nariz resultó estar quebrado. La idea de sobrellevar mi desgracia por toda la vida me era insoportable. No podía ver el menor placer en mi vida. No deseaba vivir y no me atrevía a morir, porque no estaba preparada (2SG, p. 9). MV 16 5 Elena aprendió pronto la tremenda diferencia que produce el aspecto personal en la manera en que uno es tratado. Aunque ella recuperó lentamente sus fuerzas para jugar, sus jóvenes amigas la rechazaban. MV 16 6 Otra consecuencia de su accidente fue que le resultaba imposible estudiar. No podía retener lo que aprendía y su mano estaba demasiado inestable como para escribir. Su maestra le aconsejó que abandonase la escuela hasta que su salud mejorase. Ella recordó de esta manera su experiencia: MV 16 7 La más terrible lucha de mi niñez fue la de verme obligada a ceder a mi flaqueza corporal, y decidir que era preciso dejar los estudios y renunciar a toda esperanza de obtener una preparación (NB, p. 21). MV 16 8 Elena a menudo no se resignaba a ser casi una inválida. También sentía un profundo sentido de pecado y de culpabilidad. A veces, casi abrumada por la tristeza, se dirigía a Jesús en busca de consuelo y recibía de él consolación. MV 16 9 "Creía que Jesús me amaba aun a mí", dijo (2SG, p. 11). MV 16 10 Más tarde Elena comprendió que el golpe cruel que hacía su vida miserable resultó ser una bendición disfrazada. "Jamás podría haber conocido a Jesús, si la tristeza que ensombreció mis primeros años no me hubiera inducido a buscar consuelo en él" (RH, 25 de noviembre, 1884). MV 16 11 En marzo de 1840 Guillermo Miller condujo una serie de reuniones de reavivamiento en Portland, Maine. En la serie habló sobre la segunda venida de Cristo y otras profecías bíblicas. Predicó fervientemente de que el fin del mundo estaba cerca. Con su familia y amigos Elena asistió a las reuniones. Los sermones poderosos y solemnes de Miller produjeron un sentimiento de "terror" y "convic ción" en toda la ciudad, y consuelo y esperanza en Elena que tenía entonces doce años de edad (NB, p. 23). ELENA DESARROLLA SU EXPERIENCIA CRISTIANA MV 17 1 En el verano de 1842 Elena y sus padres asistieron a las reuniones campestres metodistas en Buxton, Maine. Un sermón en particular la condujo a una comprensión del tema de la justificación por la fe. Más tarde escribió: MV 17 2 En sus consideraciones, el predicador se refirió a los que, pese a su gran deseo de ser salvos de sus pecados y recibir el indulgente amor de Cristo, con todo vacilaban entre la esperanza y el temor, y se mantenían en la esclavitud de la duda por timidez y recelo del fracaso. Aconsejó a los tales que se entregasen a Dios y confiasen sin tardanza en su misericordia (Id., p. 24). MV 17 3 Poco después de su regreso a Portland desde el campestre, Elena fue recibida en la Iglesia Metodista para el período de prueba, a lo que seguiría el bautismo. En esos días el bautismo como un medio de aceptación en la Iglesia Metodista se administraba tanto por aspersión como por inmersión. Elena eligió la inmersión. El domingo de tarde del 26 de junio de 1842, ella y otras once personas fueron bautizadas en las aguas más bien agitadas del Casco Bay de Portland. MV 17 4 Alrededor de ese tiempo, en 1842, Guillermo Miller estaba de regreso en Portland para otra serie de reuniones sobre el segundo advenimiento de Cristo. Elena asistió fielmente y observó de cerca su aspecto y su modo de predicar. Convencida de que la doctrina que él predicaba era la verdad, Elena aceptó plenamente su mensaje, como también su hermano mayor, Robert. Ambos decidieron que era su deber y privilegio prepararse para la venida del Salvador. MV 17 5 A pesar de su fe, el gozo y la confianza de Elena se veían a menudo ensombrecidos por períodos de perplejidad y profunda preocupación. Cuando ella le confió su ansiedad a su madre, ella le aconsejó que le pidiese consejo a Levi E Stockman, quien entonces estaba predicando la doctrina del advenimiento en Portland. MV 17 6 Elena le dijo al pastor Stockman acerca de un sueño que había tenido en el cual fue conducida por unos peldaños, escaleras arriba, para ver a Jesús. Jesús la recibió con una sonrisa y le dijo: "No temas". MV 17 7 El pastor Stockman colocó su mano sobre la cabeza de Elena y le dijo, con lágrimas en sus ojos: "Elena, tú no eres sino una niña. Tu experiencia es muy singular en una persona de tan poca edad. Jesús debe estar preparándote para alguna obra especial" (Id., p. 40). MV 17 8 Éste fue el punto decisivo en la experiencia de Elena. Esa noche asistió a una reunión de oración y ofreció su primera oración en público. MV 17 9 "Alabé a Dios desde lo más profundo de mi corazón --dijo ella--. Todo me parecía apartado de mí, menos Jesús y su gloria, y perdí la conciencia de cuanto ocurría en mi derredor" (Id., p. 42). MV 18 1 Desde esa época en adelante, todo el propósito de Elena en su vida era hacer la voluntad de Dios y tener siempre en cuenta a Jesús. Compartía su gozo recién hallado con sus jóvenes amigos, concertando reuniones con ellos y contándoles en forma sencilla la historia de su experiencia. DANDO TESTIMONIO PÚBLICO MV 18 2 La madre y el padre de Elena, Robert y Eunice Harmon, habían sido miembros fieles de la Iglesia Metodista de la Calle Chestnut por varios años. También eran creyentes fervientes en la pronta venida de Cristo. El joven Robert y Elena asistían frecuentemente a reuniones de las clases [de la iglesia] en casas particulares. En una de esas reuniones Elena habló en una forma sencilla sobre su experiencia reciente y de las bendiciones que disfrutaba desde que había puesto su vida en plena conformidad con la voluntad de Dios y confiaba en el pronto regreso de Jesús. Esperaba que sus amigos comprendieran y se regocijasen con ella, pero se chasqueó. MV 18 3 El dirigente de la clase le hizo preguntas y sugirió que sería mejor aguardar el milenio temporal cuando la tierra sería llena del conocimiento de Dios. MV 18 4 En otra ocasión, cuando llegó el momento para que ella testificara, el corazón de Elena estaba tan lleno de gozo que nuevamente habló de mirar hacia adelante en alegre expectación para encontrarse pronto con su Redentor. Ella dijo que esta esperanza la estimulaba a buscar la santificación del Espíritu de Dios. MV 18 5 "Tú recibiste la santificación a través del metodismo --interrumpió el líder de la clase--. A través del metodismo, hermana, no mediante una teoría errónea". MV 18 6 Elena se sintió impulsada a confesar la verdad. Ella no había recibido la nueva bendición a través del metodismo, sino gracias a las verdades conmovedoras relacionadas con el pronto regreso de Jesús. Éste fue el último testimonio que Elena iba a dar en esta clase metodista. MV 18 7 Su hermano, Robert, siguió con un mensaje claro e impresionante. Aunque algunos estaban muy conmovidos, otros tosían para expresar su disentimiento y parecían sentirse muy perturbados. Después de dejar el salón, Robert y Elena hablaron nuevamente sobre su fe y se maravillaban de que sus hermanos y hermanas cristianos no podían soportar que se discutiese la venida de su Salvador. Llegaron a la conclusión de que no debían asistir más a la reunión de la clase metodista. EXPULSADOS DE LA IGLESIA METODISTA MV 18 8 No mucho después de esto, los dirigentes de la Iglesia Metodista de la Calle Chestnut tomaron medidas para separar a la familia Harmon de su feligresía. El ministro les hizo una visita especial. No les preguntó en cuanto a las razones de sus creencias, pero declaró que ellos habían adoptado una creencia nueva y extraña que la Iglesia Metodista no podía aceptar. MV 19 1 "Ésta es una doctrina muy antigua --dijo el Sr. Harmon--, y no tiene el menor tinte de herejía". El Sr. Harmon estaba preparado para citar la Escritura en defensa de su fe, incluyendo la promesa de Jesús mismo de que vendría otra vez. Pero el ministro no estaba dispuesto a entrar en ninguna discusión. Aconsejó a la familia que se retirase calladamente de la iglesia y evitase la publicidad de un juicio eclesiástico. Pero Robert Harmon rehusó aceptar esta propuesta. Pronto se notificó a la familia que se presentase a una reunión a celebrarse en la capilla anexa a la iglesia. Elena informó así en cuanto a esta reunión: MV 19 2 Había sólo unos pocos asistentes. La influencia de mi padre y de su familia era tal que nuestros opositores no tenían deseo alguno de presentar nuestro caso ante un número mayor de la congregación. La sencilla acusación preferida era que habíamos contravenido las reglas de la iglesia (NB, p. 58). MV 19 3 De este modo, en un domingo de septiembre de 1843, el anciano a cargo de la presidencia leyó en voz alta los siete nombres de la familia Harmon indicando que eran separados de la iglesia. Declaró que no se los expulsaba a causa de ninguna falta o conducta inmoral, sino porque eran culpables de caminar contrariamente a las reglas de la Iglesia Metodista. También declaró que todos los que fuesen culpables de una infracción similar de las reglas serían tratados de la misma manera. 1844 Y EVENTOS SUBSIGUIENTES MV 19 4 Durante las últimas pocas semanas que culminaron en el 21 de abril de 1844 --la fecha que se pensó primeramente que marcaba el fin de la profecía de los 2.300 días-- se intensificaron los preparativos para el advenimiento glorioso de Cristo. Los ricos y los pobres, los encumbrados y los humildes, los ministros y los laicos, se agolparon en el Salón Beethoven de Portland para oír las últimas exhortaciones al arrepentimiento. Elena de White recordó más tarde la unidad y la paz que prevalecían entre esos sinceros creyentes en su círculo de amigos y en su familia: MV 19 5 Con temblorosa cautela nos acercábamos al tiempo en que se esperaba la aparición de nuestro Salvador. Todos los adventistas procurábamos con solemne fervor purificar nuestra vida y así estar preparados para ir a su encuentro cuando viniese... MV 19 6 Durante algunas semanas, la mayor parte de los fieles abandonaron los negocios mundanales. Todos examinábamos los pensamientos de nuestra mente y las emociones de nuestro corazón, como si estuviéramos en el lecho de muerte... No confeccionábamos "mantos de ascensión" para el gran acontecimiento; sentíamos la necesidad de la evidencia interna de que estuviéramos preparados para ir al encuentro de Cristo... MV 20 1 Pero pasó el tiempo de la expectación... Grande fue la desilusión del expectante pueblo de Dios" (Id., pp. 60-63). MV 20 2 Aunque perplejos y chasqueados, no renunciaron a su fe. Dijo Elena: MV 20 3 Creíamos plenamente que Dios, en su sabiduría, dispuso que enfrentásemos un chasco, el cual tenía el propósito deliberado de revelar los corazones y desarrollar el verdadero carácter de aquellos que habían profesado aguardar y regocijarse en la venida del Señor (1LS, p. 186). MV 20 4 Su confianza parecía bien fundada, porque aun los eruditos que no estaban convencidos del próximo advenimiento de Cristo no veían la menor falla en el cómputo de la profecía. Los creyentes habían proclamado ardientemente lo que ellos entendían que era el mensaje del primer ángel de Apocalipsis: "La hora de su juicio ha llegado" (Apoc. 14:7). La Biblia contenía numerosas profecías concernientes al segundo advenimiento de Cristo, la más importante de las cuales había sido dada por Jesús mismo: "Voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis" (Juan 14:2-3). MV 20 5 Algunas de estas promesas parecían ligadas al juicio. La profecía de Daniel 8:14 era básica: "Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado". Pensaban que esta tierra era el santuario y que sería purificada por fuego en la segunda venida de Cristo. MV 20 6 Cuando pasó el 21 de abril de 1844 y Jesús no vino, los creyentes examinaron y volvieron a examinar las bases de su cómputo. MV 20 7 Nuestro cómputo del tiempo profético era tan claro y sencillo, que hasta los niños podían comprenderlo. A contar desde la fecha del edicto del rey de Persia, registrado en Esdras 7, y promulgado el año 457 a.C., se suponía que los 2.300 años de Daniel 8:14 habían de terminar en 1843. Por lo tanto, esperábamos para el fin de dicho año la venida del Señor. Nos sentimos tristemente chasqueados al ver que había transcurrido todo el año sin que hubiese venido el Salvador. MV 20 8 En un principio, no nos dimos cuenta de que, para que el período de los 2.300 años terminase a fines de 1843, era preciso que el decreto se hubiera emitido a principios del año 457 a.C.; pero al establecer nosotros que el decreto se promulgó a fines del año 457, el período profético había de concluir en el otoño [hemisferio norte], o sea a fines de 1844. Por lo tanto, aunque la visión del tiempo parecía tardar, no era así (NB, p. 64). MV 20 9 Un estudio cuidadoso de los tipos y los antitipos condujo a la observación de que la crucifixión de Cristo ocurrió en el mismo día, en la secuencia anual de ceremonias dadas a Israel, cuando el cordero pascual era sacrificado. ¿La purificación del santua rio tipificada en el Día de Expiación --que caía en el décimo día del séptimo mes-- no ocurriría igualmente en el mismo día del año celebrado en el tipo o símbolo? Este día, según el verdadero cómputo mosaico del tiempo, sería el 22 de octubre. MV 21 1 Este punto de vista fue presentado a comienzos de agosto de 1844, en una reunión campestre en Exeter, New Hampshire, y se lo aceptó como la fecha para el cumplimiento de la profecía de los 2.300 días. La parábola de las diez vírgenes en Mateo 25:1-13 adquirió un significado particular: la demora del esposo, la espera y el hecho de que se durmieron las que aguardaban la boda, el clamor a medianoche, el cierre de la puerta, etc. El mensaje que Cristo vendría el 22 de octubre llegó a conocerse como el "clamor de medianoche". "El 'clamor de medianoche' fue proclamado por miles de creyentes" (CS, p. 451). MV 21 2 Sus esperanzas ahora se centraban en la venida del Señor el 22 de octubre de 1844. MV 21 3 Aquella era también la época a propósito para proclamar el mensaje del segundo ángel que, volando por en medio del cielo, clamaba: "Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad" (Apoc. 14:8)... En consecuencia fueron muchos los que abandonaron las decadentes iglesias. En relación con este mensaje, se dio el "clamor de medianoche", que decía: "¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!" (NB, p. 65). MV 21 4 "Aquel fue el año más feliz de mi vida --recordó Elena--. Mi corazón estaba henchido de gozosa esperanza, aunque sentía mucha conmiseración e inquietud por los desalentados que no esperaban en Jesús" (Id., p. 66). MV 21 5 En todos los puntos del país se recibió luz acerca de este mensaje, y millares de personas despertaron al oírlo. Resonó de ciudad en ciudad y de aldea en aldea, hasta las más lejanas comarcas rurales. Conmovió tanto al erudito como al ignorante, al encumbrado como al humilde (Id., pp. 65-66). MV 21 6 A pesar de las evidencias de una obra que se estaba extendiendo por todo el país y que atraía a miles a la fe en el segundo advenimiento, y a unos 200 ministros de diversas iglesias para esparcir unidos el mensaje, las iglesias protestantes como un todo lo rechazaron y usaron todos los medios a su disposición para impedir que se extendiese la creencia en la pronta venida de Cristo. Nadie se atrevía a mencionar en un servicio de iglesia la esperanza del pronto regreso de Jesús, pero para aquellos que aguardaban el evento era algo completamente diferente. Elena de White describió cómo era la experiencia de los que esperaban el regreso de Cristo: MV 21 7 Cada momento me parecía de extrema importancia. Comprendía que estábamos trabajando para la eternidad y que los descuidados e indiferentes corrían gravísimo peligro. Mi fe era muy clara y me apropiaba de las preciosas promesas de Jesús... MV 22 1 Confesando humildemente nuestros pecados, después de examinar con... [toda diligencia] nuestro corazón, y orando sin cesar, llegamos al tiempo [que estábamos esperando]. Cada mañana era nuestra primera tarea aseguramos de que andábamos rectamente a los ojos de Dios, pues teníamos por cierto que, de no adelantar en santidad de vida, sin remedio retrocederíamos. Aumentaba el interés de unos por otros, y orábamos mucho en compañía y cada uno por los demás. MV 22 2 Nos reuníamos en los huertos y arboledas para comunicamos con Dios y ofrecerle nuestras peticiones, pues nos sentíamos más plenamente en su presencia al vernos rodeados de sus obras naturales. El gozo de la salvación nos era más necesario que el alimento corporal. Si alguna nube oscurecía nuestra mente, no descansábamos ni dormíamos hasta disiparla con el convencimiento de que el Señor nos había aceptado (Id., pp. 66-67). EL GRAN CHASCO DEL 22 DE OCTUBRE DE 1844 MV 22 3 Con el aliento contenido, los adventistas, no menos de 50.000 y probablemente cerca de 100.000 esparcidos a lo largo de la sección noreste de Norteamérica, se levantaron para saludar el día memorable, el martes 22 de octubre de 1844. MV 22 4 Algunos buscaron lugares ventajosos donde pudieran escrutar los cielos claros, con la esperanza de advertir la primera vislumbre de la venida de su Señor que volvía a la tierra. ¿Cuándo vendría Jesús? Las horas de la mañana pasaron lentamente. Llegó el mediodía y luego la tarde. Finalmente las tinieblas descendieron sobre la tierra. Pero todavía era el 22 de octubre y seguiría siéndolo hasta la medianoche. Finalmente llegó esa hora, pero Jesús no vino. MV 22 5 Su chasco casi trasciende toda descripción. En años posteriores algunos escribieron sobre esa tremenda experiencia. Hiram Edson dio un relato vivido de cómo esperaron la venida del Señor "hasta que el reloj tocó las doce campanadas a medianoche. Entonces nuestro chasco se convirtió en una certeza". MV 22 6 Nuestras más caras esperanzas y expectativas quedaron destrozadas, y se apoderó de nosotros un ansia de llorar como yo nunca había experimentado antes. Parecía que la pérdida de todos los amigos terrenales no podía compararse [a este dolor]. Lloramos y lloramos, hasta que amaneció. MV 22 7 Reflexionaba en mi corazón, diciendo: "Mi experiencia adventista ha sido la más rica y brillante de toda mi experiencia cristiana. Si esto ha resultado un fracaso, ¿qué valor tenía el resto de mi experiencia cristiana? ¿La Biblia ha demostrado ser un fracaso? ¿Será que no hay Dios, ni cielo, ni una ciudad con una casa de oro, ni Paraíso? ¿Será que todo esto es una fábula ingeniosamente concebida? ¿Será que nuestras más caras esperanzas y expectativas de estas cosas carecen de realidad?" Si todas nuestras esperanzas más queridas se habían perdido, por cierto teníamos algo por lo cual entristecemos y llorar. Y como dije, lloramos hasta que amaneció (DF 588, manuscrito de Hiram Edson [ver también RH, 23 de junio, 1921]). MV 23 1 Elena de White dio el siguiente relato como testigo presencial: MV 23 2 Quedamos... chasqueados, pero no descorazonados. Resolvimos evitar toda murmuración en la experiencia crucial con que el Señor eliminaba de nosotros las escorias y nos afinaba como oro en el crisol. Decidimos sometemos pacientemente al proceso de purificación que Dios consideraba necesario para nosotros, y aguardar con paciente esperanza que el Señor viniese a redimir a sus probados fieles. MV 23 3 Estábamos firmes en la creencia de que la predicación del tiempo señalado era de Dios. Fue esto lo que movió a muchos a escudriñar diligentemente la Biblia, con lo cual descubrieron en ella verdades no advertidas por ellos hasta entonces... MV 23 4 Nuestra desilusión no fue tan grande como la de los primeros discípulos. Cuando el Hijo del hombre entró triunfalmente en Jerusalén, ellos esperaban que fuese coronado rey... Sin embargo, a los pocos días, estos mismos discípulos vieron que su amado Maestro, acerca de quien ellos creían que iba a reinar sobre el trono de David, estaba pendiente de la cruenta cruz por encima de los fariseos que lo escarnecían y denostaban. Sus elevadas esperanzas quedaron chasqueadas, y los envolvieron las tinieblas de la muerte. Sin embargo, Cristo fue fiel a sus promesas (NB, pp. 68-69). ELENA HARMON RECIBE SU PRIMERA VISIÓN MV 23 5 Durante este período de incertidumbre y de amarga desilusión, la salud de Elena, ya deteriorada, empeoró rápidamente. Parecía que la tuberculosis le quitaría la vida. Sólo podía hablar en un susurro o con la voz quebrada. Su corazón estaba seriamente afectado. Le resultaba difícil respirar estando acostada y de noche era sostenida casi en una posición sentada. Frecuentemente se despertaba del sueño a causa de la tos y de una hemorragia en sus pulmones. MV 23 6 Estando en esta condición Elena respondió a una invitación de una amiga íntima, la Sra. Elizabeth Haines, apenas un poco mayor que ella, para que la visitase en su casa del otro lado de la carretera en el sur de Portland. Era diciembre y hacía frío, pero aun así Elena fue a pasar unos pocos días con ella. La Sra. Haines estaba perpleja a causa del aparente fracaso del cumplimiento de la profecía en octubre. Elena, también, ya no confiaba más en la validez de la fecha de octubre. Para ella y para sus compañeras de creencia, el 22 de octubre parecía no tener verdadero signi-ficado. Ahora consideraban que aun estaban en el futuro los eventos que habían esperado que ocurriesen el 22 de octubre (Carta 3, 1847; WLF, p. 22). MV 24 1 En el culto matutino de la familia otras tres jóvenes se les unieron a la Sra. Haines y a Elena. Comúnmente se cree que esta experiencia de adoración ocurrió en un cuarto del segundo piso de la casa ubicada en la esquina de las calles Ocean y C. No se sabe la fecha exacta, pero en 1847 Elena de White la ubicó en diciembre de 1844. Ella más tarde la recordó así: MV 24 2 Mientras estaba orando ante el altar de la familia, el Espíritu Santo descendió sobre mí, y me pareció que me elevaba más y más, muy por encima del tenebroso mundo. Miré hacia la tierra para buscar al pueblo adventista, pero no lo hallé en parte alguna, y entonces una voz me dijo: "Vuelve a mirar un poco más arriba". MV 24 3 Alcé los ojos y vi un sendero recto y angosto trazado muy por encima del mundo. El pueblo adventista andaba por ese sendero, en dirección a la ciudad que se veía en su último extremo. En el comienzo del sendero, detrás de los que ya andaban, había una brillante luz, que, según me dijo un ángel, era el "clamor de medianoche". Esta luz brillaba a todo lo largo del sendero, y alumbraba los pies de los caminantes para que no tropezaran. Delante de ellos iba Jesús guiándolos hacia la ciudad, y si no apartaban los ojos de él, iban seguros. MV 24 4 Pero no tardaron algunos en cansarse, diciendo que la ciudad estaba todavía muy lejos, y que contaban con haber llegado más pronto a ella. Entonces Jesús los alentaba levantando su glorioso brazo derecho, del cual dimanaba una luz que ondeaba sobre la hueste adventista, y exclamaban: "¡Aleluya!" MV 24 5 Otros negaron temerariamente la luz que brillaba tras ellos, diciendo que no era Dios quien los había guiado hasta allí. Pero entonces se extinguió para ellos la luz que estaba detrás y dejó sus pies en tinieblas, de modo que tropezaron y, perdiendo de vista el blanco y a Jesús, cayeron fuera del sendero abajo, en el mundo sombrío y perverso. Pronto oímos la voz de Dios, semejante al ruido de muchas aguas, que nos anunció el día y la hora de la venida de Jesús. Los 144.000 santos vivientes reconocieron y entendieron la voz; pero los malvados se figuraron que era fragor de truenos y de terremoto. Cuando Dios señaló el tiempo, derramó sobre nosotros el Espíritu Santo, y nuestros semblantes se iluminaron refulgentemente con la gloria de Dios, como le sucedió a Moisés al bajar del Sinaí. MV 24 6 Los 144.000 estaban todos sellados y perfectamente unidos. En su frente llevaban escritas estas palabras: "Dios, Nueva Jerusalén", y además una brillante estrella con el nuevo nombre de Jesús. MV 24 7 Los impíos se enfurecieron al vemos en aquel santo y feliz estado, y querían apoderarse de nosotros para encarcelamos, cuando extendíamos la mano en el nombre del Señor y caían rendidos en el suelo. Entonces conoció la sinagoga de Satanás que Dios nos había amado, a nosotros que podíamos lavamos los pies unos a otros y saludamos fraternalmente con ósculo santo, y ellos adoraron a nuestras plantas. MV 25 1 Pronto se volvieron nuestros ojos hacia el oriente, donde había aparecido una nubecilla negra 2 del tamaño de la mitad de la mano de un hombre, que era, según todos comprendían, la señal del Hijo del hombre. En solemne silencio, contemplábamos cómo iba acercándose la nubecilla, volviéndose cada vez más esplendorosa hasta que se convirtió en una gran nube blanca cuya parte inferior parecía fúego. Sobre la nube lucía el arco iris y en tomo de ella aleteaban diez mil ángeles cantando un hermosísimo himno. En la nube estaba sentado el Hijo del hombre. Sus cabellos, blancos y rizados, le caían sobre los hombros; y llevaba muchas coronas en la cabeza. Sus pies parecían de fuego; en la mano derecha tenía una hoz aguda y en la izquierda llevaba una trompeta de plata. Sus ojos eran como llama de fuego, y escudriñaban a sus hijos hasta lo íntimo del ser. MV 25 2 Palidecieron entonces todos los semblantes y se tomaron negros los de aquellos a quienes Dios había rechazado. Todos nosotros exclamamos: "¿Quién podrá permanecer? ¿Está mi vestidura sin manchas?" Después cesaron de cantar los ángeles, y por un rato quedó todo en pavoroso silencio cuando Jesús dijo: "Quienes tengan las manos limpias y puro el corazón podrán subsistir. Bástaos mi gracia". Al escuchor estas palabras, se iluminaron nuestros rostros y el gozó llenó todos los corazones. Los ángeles pulsaron una nota más alta y volvieron a cantar, mientras la nube se acercaba a la tierra. MV 25 3 Luego resonó la argentina trompeta de Jesús, a medida que él iba descendiendo en la nube, rodeado de llamas de fuego. Miró las tumbas de sus santos dormidos. Después alzó los ojos y las manos hacia el cielo, y exclamó: "¡Despertad! !Despertad! ¡Despertad los que dormís en el polvo, y levantaos!" Hubo entonces un formidable terremoto. Se abrieron los sepulcros y resucitaron los muertos revestidos de inmortalidad. Los 144.000 exclamaron: "¡Aleluya!" al reconocer a los amigos que la muerte había arrebatado de su lado, y en el mismo instante nosotros fuimos transformados y nos reunimos con ellos para encontrar al Señor en el aire. MV 25 4 Juntos entramos en la nube y durante siete días fuimos ascendiendo al mar de vidrio (PE, pp. 14-16 [ver también The Day-Star, 24 de enero, 1846]). ------------------------Capítulo 2-- LLAMADA A SER UNA MENSAJERA MV 26 1 Días difíciles desafiaron a los creyentes adventistas en Portland, Maine, tras el Gran Chasco del 22 de octubre de 1844. Algunos se aferraban a la esperanza de que el error implicaba una falla de cálculo de sólo unos pocos días, y vivían en constante expectativa. Creían que Jesús vendría casi en cualquier momento y que el tiempo de gracia había terminado. Pero cuando los días se convirtieron en semanas y Jesús no venía, su fe comenzó a vacilar. MV 26 2 "¿Por qué, oh, por qué sufrimos este chasco?", clamaban sus corazones. Habían confiado en que Dios los había estado dirigiendo mientras estudiaban, trabajaban y oraban. ¿Cómo podían estar equivocados en cuanto a la validez de la fecha de 1844? MV 26 3 Para el mes de diciembre la mayoría de los creyentes en el área de Portland habían abandonado su confianza en la interpretación de Miller. Cada día que pasaba reforzaba la convicción de que en el 22 de octubre no había ocurrido nada de importancia profética. MV 26 4 Nada podría haber sido más oportuno y mejor calculado para animar los espíritus de los consagrados creyentes que la visión dada a Elena Harmon en diciembre en el hogar de los Haines. Esto presentaba un cuadro enteramente diferente. Dios había conducido a su pueblo. La luz que brillaba detrás de ellos a lo largo de todo el sendero era el clamor de medianoche. La visión revelaba que ellos estaban al comienzo del sendero en vez de hallarse al fin del mismo. Si confiaban en la luz y mantenían sus ojos fijos en Jesús, entrarían a salvo en su recompensa. MV 26 5 Alrededor de una semana más tarde Elena recibió una segunda visión. La visión la perturbó mucho porque en ella se le ordenaba que fuese donde estaba la gente y presentase las verdades que Dios le había revelado. Su salud era pobre; sufría de constantes dolores en su cuerpo; la tuberculosis hacía estragos en sus pulmones; y en toda forma parecía que estaba "marcada para la tumba". Su familia no tenía dinero; era a mediados de invierno en Maine; ella era tímida, y alber-gaba serias dudas en cuanto a viajar y presentarse ante la gente con la afirmación de que había tenido visiones. MV 26 6 Durante varios días y hasta bien entrada la noche Elena oraba para que Dios le quitara la carga y la colocase sobre alguien más capaz de llevarla. Pero constantemente resonaban en sus oídos las palabras del ángel: "Comunica a los demás lo que te he revelado" (NB, p. 76). MV 26 7 La primera narración de la visión en el hogar de sus padres en Portland apa rentemente ocurrió pocos días después de la visión misma, que ella más tarde indicó con precisión que tuvo lugar en diciembre de 1844. ¡Qué alivio trajo el mensaje a los adventistas en Portland! Conocían a su familia. Habían oído que ella había recibido una visión, y cuando la oyeron de sus propios labios aceptaron lo que ella les dijo como un mensaje de Dios. Satisfacía una necesidad en la experiencia de ellos. De acuerdo a Jaime White, alrededor de 60 personas pertenecientes al grupo adventista en Portland aceptaron la visión y por medio de ella recuperaron su confianza en el cumplimiento de la profecía concerniente al 22 de octubre de 1844 (WLF, p. 22). MV 27 1 Pero a ella le parecía que la tarea de viajar y compartir la visión era imposible de cumplir y que estaba condenada al fracaso. Oh, ¡cuán bienvenida le habría sido la muerte, porque la habría liberado de las responsabilidades que la estaban abrumando! Habló con su padre sobre sus perplejidades. É le aseguró repetidamente que si Dios la había llamado a un ministerio público, no la defraudaría. Pero a Elena le parecía imposible someterse a la orden celestial. MV 27 2 Pronto la abandonó la paz de Dios que había disfrutado. Incluso ella se negó a asistir a las reuniones celebradas en su casa. Pero una noche se la persuadió a que asistiese. En esa reunión John Pearson la animó a rendir su voluntad a la voluntad de Dios. En su angustia no podía reunir suficiente valor como para poner en acción su propia voluntad. Pero ahora su corazón se unió a las peticiones de sus amigos. Más tarde ella recordó lo sucedido: MV 27 3 Mientras se oraba por mí para que el Señor me diese fortaleza y valentía para difundir el mensaje, se disipó la espesa oscuridad que me había rodeado y me iluminó una luz repentina. Una especie de bola de fuego me dio sobre el corazón, y caí desfallecida al suelo. Me pareció entonces hallarme en presencia de los ángeles, y uno de estos santos seres repetía las palabras: "Comunica a los demás lo que te he revelado" (NB, p. 78). MV 27 4 Cuando Elena recuperó el conocimiento, el pastor Pearson, quien a causa del reumatismo no podía arrodillarse, se puso de pie y declaró: MV 27 5 He visto algo como jamás esperaba ver. Una bola de fuego descendió del cielo e hirió a la Hna. Elena Harmon en medio del corazón. ¡Lo he visto! ¡Lo he visto! Nunca podré olvidarlo. Esto ha transformado todo mi ser. Hna. Elena, tenga ánimo en el Señor. Desde esta noche yo no volveré a dudar (Ibíd.). TEMOR DE ENGREÍRSE MV 27 6 Una razón por la cual Elena rehuía la penosa prueba era porque recordaba la experiencia de algunos que se habían enorgullecido después que Dios les había confiado grandes responsabilidades. Estando en visión ella discutió esto con el ángel. "Si debo ir y relatar lo que tú me has mostrado --suplicó--, pre sérvame de caer en una exaltación indebida". El ángel replicó: MV 28 1 "Tus oraciones han sido oídas y tendrán respuesta. Si te amenaza el mal que temes, extenderá Dios su mano para salvarte. Por medio de la aflicción, te atraerá a sí y conservará tu humildad. MV 28 2 "Comunica fielmente el mensaje. Persevera hasta el fin y comerás del fruto del árbol de vida y beberás del agua de vida" (Id. , p. 79). MV 28 3 Con esta seguridad, Elena se encomendó al Señor, lista para cumplir sus órdenes, cualesquiera fuesen éstas o cualquiera pudiera ser el costo. MV 28 4 La Providencia abrió rápidamente el camino para que Elena comenzara su trabajo. Un día a fines de enero de 1845, su cuñado, Samuel Foss, de Poland, Maine, pasó por la casa y le dijo que Mary estaba ansiosa de que ella fuese y la visitase. MV 28 5 "Pensé que ésta era una oportunidad que venía del Señor", escribió más tarde Elena (Carta 37, 1890). Decidió ir con él. Con el frío intenso y a pesar de una salud débil, ella hizo el viaje de 50 kilómetros (30 millas) con su cuñado, acurrucada en el fondo del trineo con una piel de búfalo sobre su cabeza. Cuando llegó a Poland, se enteró de que pronto habría una reunión de los adventistas en la pequeña capilla en McGuire's Hill. Mary invitó a Elena a asistir. Ella consintió y en la reunión se levantó para relatar lo que Dios le había mostrado en visión. Durante cinco minutos habló apenas en un susurro, luego su voz se aclaró y le habló a la audiencia por casi dos horas. Ésta fue la primera vez que relató su visión fuera de Portland. Ella informó: "En esta reunión el poder del Señor vino sobre mí y sobre la gente" (1LS, p. 196). MV 28 6 Antes de continuar con nuestro relato, debiéramos repasar un poco de historia. Durante los meses que condujeron al 22 de octubre de 1844, los creyentes estaban absolutamente unidos en su confianza de que Jesús vendría en el día señalado. Pero cuando las semanas se convirtieron en meses, una cuña comenzó a separar a los adventistas. Enseñanzas y acciones fanáticas de parte de algunos dividieron al pequeño grupo que se aferraba a su confianza de que la profecía se había cumplido el 22 de octubre. Unos pocos, siguiendo lo que interpretaban que eran los mandatos de la Palabra de Dios, pero que carecían de equilibrio y de una comprensión verdadera de lo que significa seguir a Cristo, se vieron involucrados en un fanatismo extraño y a veces alocado. MV 28 7 Sin embargo, un grupo pequeño, habiéndose desvinculado de los credos y la disciplina de la iglesia, mantuvieron su propósito de encontrar su guía sólo en la Palabra de Dios. Esperaron pacientemente el amanecer, para que pudiesen obtener una comprensión correcta de su posición y de su trabajo. Estos llegaron a ser los antepasados espirituales de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. MV 28 8 Elena Harmon, de 17 años, fue colocada en esta escena. Comenzó su trabajo animando a los creyentes y contendiendo con el fanatismo, una obra que iba a continuar durante el próximo año o dos. MV 29 1 Después Je unos pocos días en Poland en la casa de su hermana, Elena regresó otra vez a Portland, convencida de que debía seguir las indicaciones de la voluntad de Dios. Había prometido ir si el Señor abría el camino, y ahora fue invitada por William Jordán y su hermana, Sarah, a viajar con ellos a la parte del este de Maine. "Me sentí urgida a ir con ellos --escribió-- y relatar mis visiones" (2SG, p. 38). Los Jordán viajarían en trineo 160 kilómetros (100 millas) a Orrington, sobre el río Penobscot. MV 29 2 El Sr. Jordán tenía un caballo que pertenecía a un joven ministro adventista, Jaime White. Como él tenía asuntos que lo llevarían a ciertas partes al este de Maine, decidió devolver el caballo e invitar a la Srta. Harmon a que los acompañase para que pudiese dar su testimonio en un círculo más amplio. Poco se imaginaba Elena lo que le esperaba. Ahora había adoptado una actitud de total confianza en Dios. No le preocupaban los recursos financieros para su viaje. Tampoco sabía precisamente a dónde la llevaría su itinerario. En cuanto al mensaje que podría presentar, dependería totalmente de Dios. MV 29 3 En Orrington el Sr. Jordan entregó el caballo a Jaime White, Allí Elena encontró al joven pero ferviente ministro adventista, firme en su confianza en el cumplimiento de la profecía. MV 29 4 Jaime se había enterado acerca de Elena en un viaje anterior a Portland, y estaba contento de que ella había venido y que él tendría la oportunidad de oírle relatar sus visiones. Cuando ella se levantó para hablar, Jaime observó cada detalle de su rostro, de su vestimenta y de su manera de actuar. Ella parecía tan joven, tan tímida, tan humilde que él se sorprendió que tuviese el valor de hablar a este grupo de personas. Conocía bien la naturaleza de algunos de los que estaban en la audiencia. Cuando ella comenzó a hablar, su voz era débil, apenas más que un susurro. Ella vaciló un poco, y parecía que no podría continuar. Pero después de unos pocos minutos su voz se volvió clara y fuerte. Parecía perfectamente tranquila, y toda vacilación y turbación habían desaparecido. Su mensaje fue de fe sencilla y de aliento. MV 29 5 Después de esta visita en Orrington, Elena dio su testimonio en el este de Maine por varios meses, viajando día y noche y hablando casi cada día hasta que hubo visitado la mayoría de los grupos adventistas en Maine y en la parte del este de New Hampshire. Jaime White la acompañaba y también una dama que iba con ella en los viajes. MV 29 6 Su mensaje siempre tenía la presencia del Espíritu Santo, y doquiera se lo recibía como procedente del Señor, conmovía los corazones, fortalecía a los débiles yanimaba a los creyentes a mantenerse firmes en la fe. VISIÓN DEL MINISTERIO EN EL SANTUARIO CELESTIAL MV 29 7 Elena había estado en la parte del este de Maine sólo un corto tiempo cuando, en Exeter, recibió la significativa visión que describió en dos de las primeras cartas. Una, con fecha del 15 de febrero de 1846, fue dirigida a Enoch Jacobs; la otra, con fecha del 13 de julio de 1847, fue escrita a José Bates. Ella escribió lo siguiente en cuanto a esta visión: MV 30 1 Fue entonces cuando tuve una visión de Jesús levantándose de su trono intercesor y yendo al lugar santísimo como Esposo para recibir su reino (Carta 3, 1847). MV 30 2 Vi al Padre levantarse del trono y en un carruaje flamígero ir al Lugar Santísimo dentro del velo, donde se sentó... Vi un carruaje nebuloso con ruedas como fuego ardiente. Había ángeles rodeando totalmente al carruaje cuando éste llegó donde estaba Jesús; él se subió y fue llevado al Lugar Santísimo, donde el Padre estaba sentado. Entonces contemplé a Jesús mientras él estaba ante el Padre como el gran Sumo Sacerdote (Carta 1, 1846 [ver también The Day-Star, 14 de marzo, 1846]). MV 30 3 En su ministerio ella mencionó esta visión de tanto en tanto, porque confirmaba los resultados del estudio de la Biblia --de lo cual ella no sabía nada en ese entonces-- realizado en el oeste del Estado de Nueva York por Hiram Edson y O. R. L. Crosier. En una carta a J. N. Loughborough, escrita el 24 de agosto de 1874, ella contó lo siguiente: MV 30 4 Fue en mi primer viaje al Este para relatar mis visiones que fue abierta ante mí la preciosa luz referente al santuario celestial y se me mostró la puerta abierta y cerrada. Creíamos que el Señor iba a venir pronto en las nubes del cielo. Se me mostró que debía hacerse una gran obra en el mundo en favor de los que no tenían la luz... Algunos me acusaban de decir que mi Señor demoraba su venida, especialmente los fanáticos. Vi que en 1844 Dios había abierto una puerta y ningún hombre podría cerrarla, y cerrado una puerta que ningún hombre podría abrir (Carta 2, 1874). MV 30 5 En el este de Maine, Elena estaba viajando y trabajando en un ambiente influenciado por los espiritualizadores que usando alegorías habían terminado con el cielo, Dios, Jesús y la esperanza del advenimiento. En la visión en Exeter a mediados de febrero a ella le pareció encontrarse en la presencia de Jesús, y estaba ansiosa de obtener respuestas a algunas preguntas vitales. MV 30 6 Pregunté a Jesús si su Padre tenía forma como él. Dijo que la tenía, pero que yo no podía contemplarla, porque, dijo: "Si llegases a contemplar la gloria de su persona, dejarías de existir" (PE, p. 54). MV 30 7 La espiritualización del cielo, de Dios, de Cristo y de la venida de Cristo yacía en el fundamento de muchas de las enseñanzas fanáticas que Dios llamó a Elena Harmon, de 17 años, a enfrentar en esos días formativos. Las visiones establecían firmemente la personalidad de Dios y de Cristo, la realidad del cielo, la recompensa de los fieles y la resurrección. Esta orientación segura salvó a la iglesia emergente. MV 31 1 En ese entonces una gran cantidad de personas se sentían amargadas y chasqueadas cuando pasó el tiempo predicho sin que ocurriese el evento que se esperaba. Para los tales se le dio a Elena un mensaje de buen ánimo y aliento. Ella les llamó la atención al hecho de que Dios había concedido al mundo más tiempo para prepararse para su venida; que la advertencia del juicio podría oírse más ampliamente; y que la gente podría ser probada con una luz mayor. Aunque no ocurrió el evento esperado (como en el caso de Jonás), el mensaje no obstante era de Dios y cumplió el propósito que Dios le había asignado. MV 31 2 Una luz ulterior sobre las profecías reveló el evento que en realidad ocurrió: el ingreso del Sumo Sacerdote en el Lugar Santísimo del santuario celestial para terminar la expiación de los pecados de la humanidad. NO ERA FÁCIL MV 31 3 No era fácil ser una mensajera del Señor. Particularmente al comienzo del ministerio de Elena Harmon era importante que el don de profecía prometido a la iglesia remanente fuese establecido con fenómenos inusuales. MV 31 4 Mediante declaraciones falsas algunos de los creyentes fueron inducidos a creer que las visiones eran del diablo, que Jaime White la hipnotizaba, y que ella no podía tener una visión si él no estaba presente. Algunos atribuían sus visiones al magnetismo (hipnotismo) o al mesmerismo. MV 31 5 A veces, debido a todas las sugerencias y acusaciones que se hicieron, ella fue inducida a cuestionar su propia experiencia. Ella escribió: MV 31 6 Todas estas cosas abrumaban mi ánimo, y en la confusión me veía a veces tentada a dudar de mi propia experiencia. Mientras orábamos en la familia una mañana, el poder de Dios comenzó a descansar sobre mí, y cruzó por mi mente el pensamiento de que era mesmerismo, y lo resistí. Inmediatamente fui herida de mudez, y por algunos momentos perdí el sentido de cuanto me rodeaba. Vi entonces mi pecado al dudar del poder de Dios y que por ello me había quedado muda, pero que antes de 24 horas se desataría mi lengua. MV 31 7 Se me mostró una tarjeta en que estaban escritos en letras de oro el capítulo y los versículos de cincuenta pasajes de la Escritura. [Se dan los textos en Primeros escritos, pp. 24-31.] Después que salí de la visión, pedí por señas la pizarra y escribí en ella que estaba muda, también lo que había visto, y que deseaba la Biblia grande. MV 31 8 Tomé la Biblia y rápidamente busqué todos los textos que había visto en la tarjeta. No pude hablar en todo el día. A la mañana siguiente temprano, llenóse mi alma de gozo, se desató mi lengua y prorrumpí en grandes alabanzas a Dios. Después de esto ya no me atreví a dudar ni a resistir por un momento al poder de Dios, pensaran los demás lo que pensaran (Id., pp. 22-23). MV 32 1 La Biblia que Elena pidió tras esta experiencia en su hogar en Portland fue, presumiblemente, la "Biblia grande" que se encuentra ahora en la bóveda del Centro White con los nombres de Robert y Eunice Harmon estampados en oro en el lomo. La Biblia tiene 46 centímetros de largo (18 pulgadas), 28 centímetros de ancho (11 pulgadas), 10 centímetros de espesor (4 pulgadas), y pesa 8 kilogramos (18,5 libras). En una ocasión, durante las oraciones de la familia en 1845, Elena se acercó a una cómoda sobre la cual descansaba este libro voluminoso y lo tomó. Colocándolo sobre su mano izquierda, lo sostuvo fácilmente con su brazo extendido aproximadamente por media hora. Durante la visión ella se refirió, con breves exclamaciones, al valor de la Palabra de Dios. Aunque tenía una salud frágil ella en ningún momento se sintió fatigada por la experiencia. MV 32 2 En otra ocasión Elena enfrentó a un grupo de opositores obstinados. Por invitación del Hno. Otis Nichols y su esposa, Elena y su hermana Sarah estaban en Massachusetts hospedándose con la familia Nichols. Había en Boston y los alrededores un grupo de personas fanáticas que sostenían que era un pecado trabajar. Dos de sus dirigentes se llamaban Sargent y Robbins. Su mensaje principal era: "Vendan lo que tengan, y den limosnas". Habían denunciado las visiones de Elena como del diablo porque a ella se le habían mostrando sus errores. MV 32 3 Cierto día cuando Sargent y Robbins estaban de visita en la casa de los Nichols, estuvieron de acuerdo con la propuesta de Nichols de que oyesen el testimonio de Elena en su reunión en Boston al domingo siguiente. Pero esa noche se le mostró a Elena la hipocresía de estos hombres y el hecho de que no tendrían una reunión en Boston; que la misma sería en Randolph. De modo que a la mañana siguiente, en vez de viajar al norte a Boston, viajaron 21 kilómetros (13 millas) al sur a Randolph, llegando más bien tarde por la mañana. Encontraron a Sargent y Robbins y a una sala llena de gente reunida en la casa de los Thayer. Escribió Elena sobre este incidente: MV 32 4 Cuando entramos, Robbins y Sargent se miraron el uno al otro sorprendidos y comenzaron a quejarse. Habían prometido encontrarme en Boston, pero pensaban que nos chasquearían yendo a Randolph, y mientras nosotros estuviéramos en Boston, ellos advertirían a los hermanos en contra de nosotros (1LS, p. 232). MV 32 5 Concluyendo los servicios de la mañana más bien temprano, Sargent anunció que tendrían un corto recreo. Elena Harmon se enteró durante el intervalo que uno de los críticos indicó que "en la tarde se presentaría un asunto bueno". Robbins le dijo a Sarah Harmon que Elena no podría tener una visión donde él estuviese. MV 33 1 Reuniéndose nuevamente a eso de la 1:00 por la tarde, varios se dedicaron a la oración, incluyendo a Elena Harmon. RELATO DE OTIS NICHOLS, TESTIGO PRESENCIAL MV 33 2 Escribiendo en 1859 ó 1860, Otis Nichols ofreció este relato de la reunión: MV 33 3 Alrededor de la 1:00 p.m. se inició la reunión con cantos y oraciones de Sargent, Robbins y French; entonces uno de nosotros oró para que el Señor dirigiese esta reunión. Luego la Hna White comenzó a orar y poco después fue arrebatada en visión con manifestaciones extraordinarias y continuó hablando en visión con una voz penetrante, la que todos los presentes podían entender claramente, hasta cerca de la puesta del sol. MV 33 4 Sargent, Robbins y French estaban muy exasperados y excitados al oír a la Hna. White hablar en visión, la que ellos declararon que procedía del diablo. Agotaron toda influencia y fuerza corporal para destruir el efecto de la visión. Se reunían para cantar muy fuerte, y luego hablaban y leían de la Biblia alternadamente en alta voz a fin de que Elena no pudiera ser oída, hasta que su fuerza se agotó y sus manos temblaban, de modo que no podían leer de la Biblia. MV 33 5 Pero en medio de toda esta confusión y mido, todos los presentes oían nítidamente la voz clara y penetrante de Elena mientras hablaba en visión. La oposición de estos hombres continuó mientras pudieron hablar y cantar, a pesar de que algunos de sus propios amigos los reprendían y les pedían que parasen. MV 33 6 "Pero --dijo Robbins--, ustedes se inclinan ante un ídolo. Están adorando a un becerro de oro". MV 33 7 El Sr. Thayer, el dueño de la casa, no estaba plenamente convencido de que la visión de Elena era del diablo, como Robbins lo declaraba. Quería que de alguna manera fuese probada. Había oído que las visiones causadas por el poder satánico eran frenadas abriendo la Biblia y colocándola sobre la persona en visión, y le preguntó a Sargent si él probaría de esa manera la visión de la Hna. White, lo cual él se negó a hacer. MV 33 8 Entonces Thayer tomó una Biblia de familia pesada, de tamaño grande, que se encontraba sobre la mesa y que raramente se usaba, la abril y la colocó abierta sobre el pecho de Elena mientras ella se hallaba en visión; en ese momento ella estaba inclinada hacia atrás contra la pared, en una esquina de la habitación. Inmediatamente después de que la Biblia fue puesta sobre ella, Elena se levantó y caminó al medio de la habitación, con la Biblia abierta en una mano y levantada tan alto como ella podía alcanzar, y con sus ojos mirando fijamente hacia arriba, declaró en forma solemne: "El testimonio inspirado de Dios", o palabras equivalentes, y luego continuó por un largo rato, mientras la Biblia estaba extendida en una mano y sus ojos miraban hacia arriba y no a la Biblia, dando vuelta las páginas con la otra mano y colocando su dedo sobre ciertos pasajes y declarando correctamente su contenido con una voz solemne. MV 34 1 Muchos de los presentes miraron los pasajes donde su dedo apuntaba para ver si ella enunciaba correctamente [su contenido], porque sus ojos al mismo tiempo estaban mirando hacia arriba. Algunos de los pasajes aludidos eran juicios contra los malvados y blasfemos, y otros eran admoniciones e instrucciones relativas a nuestra condición actual. MV 34 2 Ella continuó toda la tarde en este estado hasta cerca de la puesta del sol, cuando salió de la visión. MV 34 3 Cuando Elena se puso de pie en visión con la pesada Biblia abierta sobre su mano, y caminó por la habitación declarando los pasajes de la Escritura, Sargent, Robbins y French estaban callados. Por el resto del tiempo estaban turbados, como muchos otros, pero cerraron sus ojos y aguantaron hasta el final, sin dar a conocer en absoluto cuáles eran sus sentimientos (DF 105, "Statement by Otis Nichols" [ver también 1LS, pp. 232-234; 2SG, pp. 77-79]). MV 34 4 No mucho después estos hombres confesaron públicamente algunos de los actos más vergonzosos de sus vidas. Esto tuvo el efecto de acabar con las reuniones en Randolph y separar a los creyentes honestos de la influencia impía de esos hombres. Al cabo de un corto tiempo los fanáticos del "Grupo de no-trabajar" renunciaron a su fe en la Biblia y se dispersaron, como Elena había predicho. MV 34 5 Algunas almas resueltas que más tarde llegaron a ser pilares en la iglesia, inicialmente vacilaron en aceptar las visiones de Elena Harmon. Entre ellos se destacaba José Bates. MV 34 6 José Bates había sido un obrero ferviente en el despertar adventista de 18401844. Un capitán de barco que se convirtió en ministro, Bates invirtió sus bienes y sus fuerzas en la proclamación de la pronta venida de Cristo. Cuando Elena y su hermana estuvieron en New Bedford, Massachusetts, llegaron a relacionarse con él y su familia. Él, por supuesto, se enteró de las visiones dadas a Elena, y esto lo perturbó. Dos años más tarde escribió en cuanto a su experiencia: MV 34 7 Aunque no podía ver en ellas nada que militase contra la Palabra, sin embargo me sentía alarmado y como afrontando una gran prueba, y por un largo tiempo no estuve dispuesto a creer que esto fuese algo más que el resultado de un prolongado estado de debilidad de su cuerpo. MV 34 8 Por lo tanto busqué oportunidades en la presencia de otros, cuando su mente parecía libre de excitación (fuera de las reuniones) para interrogarla y volverla a interrogar, como también a sus amigas que la acompañaban, especialmente a su hermana mayor [Sarah], a fin de descubrir la verdad, si fuera posible (3LS, pp 97-98). MV 35 1 Bates se había sentido perturbado por serias dudas en cuanto a las visiones, pero la evidencia en la experiencia en Topsham, Maine, en el hogar de Eli Curtis en noviembre de 1846, fue tal que desde ese tiempo en adelante las aceptó de todo corazón. Bates contó la historia a su amigo J. N. Loughborough, quien la registró en su libro The Great Second Advent Movement (El gran movimiento del segundo advenimiento). MV 35 2 La Sra. White, mientras estaba en visión, comenzó a hablar sobre las estrellas, dando una radiante descripción animada de bandas de color rosado que veía a través de la superficie de un planeta, y agregó: "Veo cuatro lunas". MV 35 3 "¡Oh! --dijo el pastor Bates--, ¡ella está viendo a Júpiter!" MV 35 4 Luego, tras hacer movimientos como si viajase a través del espacio, Elena comenzó a dar una descripción de las bandas y los anillos en su belleza siempre cambiante, y dijo: "Veo siete lunas". MV 35 5 El pastor Bates exclamó: "Está describiendo a Saturno". MV 35 6 Luego ella dijo: "Veo seis lunas", e inmediatamente comenzó a describir a Urano, con sus seis lunas; luego siguió una descripción maravillosa de los "cielos que se abren", con su gloria, llamándola una abertura hacia una región más iluminada. El pastor Bates dijo que la descripción de Elena sobrepasaba por lejos cualquier narración de los cielos que se abren que él alguna vez hubiese leído de cualquier autor. MV 35 7 Mientras ella estaba hablando y se encontraba todavía en visión, Bates se puso de pie y exclamó: "¡Oh, cómo quisiera que Lord John Rosse estuviese aquí esta noche!" El pastor White preguntó: "¿Quién es Lord John Rosse?" MV 35 8 "Oh --dijo el pastor Bates--, es el gran astrónomo inglés. Quisiera que hubiera estado aquí para oír a esa mujer hablar de astronomía, y para oír esa descripción de los 'cielos que se abren'. Está más avanzada que cualquier cosa que yo haya leído alguna vez sobre el tema" (GSAM, p. 258). MV 35 9 Elena de White informó en cuanto a esta experiencia que ocurrió en la casa de Eli Curtis: MV 35 10 Después que salí de la visión relaté lo que había visto. El pastor Bates me preguntó entonces si yo había estudiado astronomía. Le dije que no recordaba haber investigado nunca de astronomía. MV 35 11 Él dijo: "Esto es del Señor". MV 35 12 Nunca lo había visto tan despreocupado y feliz. Su rostro brillaba con la luz del cielo, y él exhortó a la iglesia con poder (1LS, p. 239). MV 35 13 Otro pionero del Movimiento Adventista que había presenciado las primeras manifestaciones del don del Espíritu a través de Elena Harmon fue John Loughborough, quien primero la vio en visión en 1852 y más adelante en la vida declaró que la había visto en visión cincuenta veces. Él escribió: MV 36 1 Al entrar en visión ella da tres gritos arrobados de "¡Gloria!" que resuenan una y otra vez; la segunda exclamación, y especialmente la tercera, en forma más débil pero más emocionante que la primera. La voz se parece a la de alguien que está a considerable distancia de usted, a punto de volverse imperceptible. MV 36 2 Por unos cuatro o cinco segundos parece que ella se va a caer como alguien que se desmaya, o como quien ha perdido su fuerza; entonces parece que en forma instantánea es llenada de fuerza sobrehumana, a veces poniéndose inmediatamente de pie y caminando por la habitación. Mueve frecuentemente las manos y los brazos, señalando a la derecha o la izquierda mientras que su cabeza gira. Todos estos movimientos son hechos en una manera muy delicada. Cualquiera sea la posición en que coloca la mano o el brazo, es imposible que alguien los mueva. MV 36 3 Sus ojos están siempre abiertos, pero ella no pestañea; su cabeza está levantada y ella mira hacia arriba, no con una mirada vacía, sino con una expresión agradable, sólo diferenciándose de la expresión normal en que parece estar mirando deliberadamente a algún objeto distante. MV 36 4 Ella no respira, sin embargo su pulso late regularmente. La expresión de su semblante es agradable, y el color de su rostro es tan encarnado como en su estado natural (GSAM, pp. 204-205). MV 36 5 Las visiones individuales se distinguían por varias características, pero Jaime White señaló cuatro: MV 36 6 1. Está completamente inconsciente de todo lo que ocurre a su alrededor, como ha sido probado por los exámenes más rigurosos, pero se ve a sí misma como distante de este mundo y en la presencia de los seres celestiales. MV 36 7 2. No respira. Durante todo el período que se encuentra en visión, que en ocasiones diferentes ha oscilado entre quince minutos y tres horas, no hay respiración, como ha sido probado repetidamente al oprimirle el pecho y al cerrarle la boca y las ventanas de la nariz. MV 36 8 3. Inmediatamente después de entrar en visión, sus músculos se toman rígidos y sus coyunturas, firmes, hasta el punto de que ninguna fuerza externa puede influir sobre ellos. Al mismo tiempo sus movimientos y gestos, que son frecuentes, tienen soltura y gracia, y la persona más fuerte no puede obstruirlos ni controlarlos. MV 36 9 4Al salir de la visión, ya sea en horas del día o en una habitación bien iluminada por la noche, todo es completa oscuridad. Su capacidad para distinguir aun los objetos más brillantes, puestos a pocos centímetros de los ojos, no regresa sino gradualmente... MV 37 1 Durante los últimos 23 años ella probablemente ha tenido entre cien y doscientas visiones. Le han sido dadas bajo casi cualquier variedad de circunstancias, sin embargo han mantenido una maravillosa similitud (Life Incidents, p. 272). MV 37 2 Mientras que Elena no había tenido parte en el procedimiento divino que la escogió como la persona a quien se le daría el don de profecía para la iglesia remanente, la responsabilidad de entregar luz, verdad y consejo especiales la angustiaba mucho. A menudo oraba a Dios para que la liberase de la carga y la depositase sobre alguien más capaz de llevarla. Muchas veces sintió que la muerte habría sido bienvenida para aliviarla de sus responsabilidades. MV 37 3 "Comunica fielmente el mensaje --le había dicho el ángel--. Persevera hasta el fin y comerás del fruto del árbol de vida y beberás del agua de vida" (NB, p. 79). Con esta seguridad Elena se consagró al Señor, lista para cumplir con sus mandatos cualquiera fuese el costo. MV 37 4 Jesús no les dijo a sus discípulos que su trabajo sería fácil. Cuando Elena aceptó el llamado de ser una mensajera especial de Dios, tampoco se le dijo que sería algo fácil. No era fácil que se la aceptara con el papel que se le había confiado. MV 37 5 Pero uno de los problemas más difíciles que ella y su familia enfrentaron al comienzo de su ministerio era el asunto de la transportación. ¿Cómo una niña de 18 años, frágil y débil de salud, podría viajar y visitar a los creyentes esparcidos en Maine, Massachusetts, New Hampshire y otros lugares? Frecuentemente ella se desmayaba en los barcos o en el tren y por varios minutos quedaba sin respirar. MV 37 6 Jaime White explicó: MV 37 7 Era necesario que ella tuviera una o más ayudantas. Ya sea su hermana Sarah o la Hna. Foss viajaban con ella. Y como ni su padre anciano ni su hermano de salud precaria eran personas adecuadas para viajar con alguien tan débil, y presentarla a ella y su misión ante la gente, quien esto escribe, creyendo plenamente que su maravillosa experiencia y obra eran de Dios, llegó a la conclusión de que era su deber acompañarlas. MV 37 8 Y como el hecho de viajar así nos sometió a los reproches de los enemigos del Señor y de su verdad, pareció muy claro que correspondía que alguien que tenía un mensaje tan importante para el mundo debería tener un protector legal, y que deberíamos unir nuestras labores (1LS, p. 238). MV 37 9 Jaime y Elena habían estado estrechamente relacionados en sus viajes y tra bajos durante gran parte del año 1845, pero aparentemente ninguno de los dos había pensado en el casamiento. Más tarde Jaime White escribió en cuanto a la situación de ellos diciendo que ambos compartían el punto de vista de que la venida de Cristo estaba "cercana, aun a las puertas... La mayoría de nuestros hermanos que creían con nosotros que el Movimiento del Segundo Advenimiento era la obra de Dios, se oponían al matrimonio en el sentido de que como el tiempo era muy corto, ese paso era una negación de la fe, ya que dicha unión contemplaba largos años de vida matrimonial" (Id., p. 126). MV 38 1 A medida que el trabajo de ella se extendería hacia un campo más vasto, presentaron el asunto al Señor y sintieron la convicción de que Dios tenía una obra grande para ambos, y que podrían ayudarse mucho el uno al otro en ese trabajo. LA BODA MV 38 2 El domingo 30 de agosto de 1846, Jaime Springer White y Elena Gould Harmon comparecieron ante Charles Harding, juez de paz en Portland, Maine, y se casaron. El certificado de casamiento, preservado a través de los años, es apenas una pequeña hoja de papel portadora de un breve formulario y de la firma de la persona que ofició. Jaime White escribió más tarde lo siguiente en cuanto a la experiencia de ellos: MV 38 3 Nos casamos el 30 de agosto de 1846, y desde esa hora hasta el presente MV 38 4 ella ha sido mi corona de gozo... En virtud de la buena providencia de Dios, ambos habíamos disfrutado de una experiencia profunda en el Movimiento Adventista... Esta experiencia se necesitaba porque ahora uniríamos nuestras fuerzas y trabajaríamos juntos extensamente desde el océano Atlántico hasta el Pacífico... MV 38 5 Entramos en este trabajo sin un centavo, con pocos amigos y la salud quebrantada. La Sra. White ha sufrido problemas de salud desde niña... y aunque yo había heredado una constitución fuerte, hábitos imprudentes al estudiar en la escuela y al dar conferencias... me habían convertido en un dispéptico. MV 38 6 En esta condición, sin medios, con muy pocos que simpatizaban con nuestros puntos de vista, sin un periódico y sin libros, iniciamos nuestro trabajo. En aquel tiempo no teníamos casas de adoración, y no se nos había ocurrido entonces la idea de adorar en una carpa. La mayoría de nuestras reuniones se realizaban en casas particulares. Nuestras congregaciones eran pequeñas. Era raro que alguien viniese a nuestras reuniones, excepto adventistas, a menos que los atrajese la curiosidad de oír hablar a una mujer" (Id., pp 126-127). MV 38 7 El hogar de los Harmon, en Gorham, se convirtió en el primer lugar de residencia para los recién casados. ------------------------Capítulo 3-- PASO A PASO MV 39 1 La primera semilla que iba a crecer en la obra mundial de publicaciones de los Adventistas del Séptimo Día fue plantada en enero de 1846. Esto ocurrió más bien en una manera no premeditada. MV 39 2 Poco después de haber cumplido 18 años, Elena se enteró de que Enoch Jacobs, de Cincinnati, Ohio, uno de los creyentes que se habían chasqueado en 1844, había estado vacilando en su confianza en el cumplimiento de la profecía. Ella le escribió desde Portland el 20 de diciembre de 1845, contando nuevamente los puntos salientes de su primera visión. Aunque Elena dijo que la carta no fue escrita para su publicación, Jacobs la imprimió en el número del The Day-Star del 24 de enero de 1846. MV 39 3 Durante los siguientes pocos años la visión se volvió a publicar en varias formas hasta que se la incorporó en el primer librito de Elena de White, Christian Experience and Views (Experiencia cristiana y puntos de vista), publicado en 1851, y de allí pasó a integrar el libro Early Writings (Primeros escritos). MV 39 4 Un tiempo más tarde, cuando Elena estaba visitando el hogar de Otis Nichols en Dorchester, cerca de Boston, descubrió que el director del The Day-Suir había publicado su carta, incluyendo su declaración de que no fue escrita para ser publicada. Al ver esto, el 15 de febrero de 1846, ella escribió una segunda carta a Jacobs declarando que si hubiera sabido que él iba a publicar su primera carta, ella habría escrito en forma más completa lo que Dios le había revelado. "Como los lectores del The Day-Star han visto una parte de lo que Dios me ha revelado,... humildemente le solicito que también publique esto en su periódico" (The DayStar, 14 de marzo, 1846). Ella presentó la visión que se le había dado en Exeter, Maine, "en este mes, un año atrás". Esta era la visión en la cual se le mostró el santuario celestial y la transferencia del ministerio de Cristo desde el lugar santo al "Lugar Santísimo". EL LUGAR DE LA VISIÓN EN LA CONFIRMACIÓN DE LA VERDAD DEL SANTUARIO MV 39 5 Significativamente, The Day-Star Extra, con fecha del 7 de febrero de 1846, había sido dedicado al estudio bíblico de Hiram Edson y O. R. L. Crosier en el que basados en las Escrituras ellos exponían la evidencia para comprender que las dos fases del ministerio en el servicio del santuario terrenal eran un tipo o modelo del ministerio de Cristo en el santuario celestial. Consecuentemente, según Edson y Crosier, los eventos que iban a ocurrir, comenzando el 22 de octubre de 1844, eran eventos que tuvieron lugar en el cielo. MV 40 1 La investigación que respaldaba estas conclusiones se había realizado en el hogar de Hiram Edson, en el oeste del Estado de Nueva York, durante un número de meses. Cuando Elena Harmon recibió la visión en Exeter a mediados de febrero de 1845, desconocía la existencia de este estudio bíblico, y tampoco había habido tiempo para que el número del The Day-Star del 7 de febrero de 1846 le llegase antes que ella escribiese sobre la visión a los lectores de ese periódico. La visión, según fue publicada el 14 de marzo, confirmaba en forma única las conclusiones del estudio bíblico de Edson y Crosier. Un año más tarde, el 21 de abril de 1847, Elena de White escribió lo siguiente en una carta a Eli Curtis: MV 40 2 El Señor me mostró en visión, hace más de un año, que el Hermano Crosier tenía la verdadera luz sobre la purificación del santuario, etc., y que era la voluntad divina que el Hermano C. expresase por escrito el punto de vista que nos dio en el The Day-Star Extra, del 7 de febrero de 1846. Me siento plenamente autorizada por el Señor a recomendar a cada santo ese número del Extra (WLF, p. 12). MV 40 3 Paso a paso Dios estaba guiando a sus hijos. El gran Despertar del Segundo Advenimiento, tan poderoso, tan libre de extremos y de fanatismo, fue para los creyentes sinceros la obra de Dios. El Chasco del 22 de octubre fue una experiencia amarga, pero ellos confiaban que Dios los había guiado y continuaría guiando a aquellos que mantuviesen sus ojos puestos en Jesús. El estudio de la Biblia hecho con fervor y oración señaló el camino hacia una comprensión del ministerio de Jesús en el santuario celestial. En visión Elena Harmon presenció a Cristo entrando al Lugar Santísimo para comenzar otra fase de su ministerio, cerrando una puerta y abriendo otra, lo que confirmaba la integridad de su experiencia en 1844. También confirmaba las conclusiones a las que se había arribado mediante un ferviente estudio de la Biblia. Demandaría tiempo captar plenamente los diversos aspectos de la verdad que se estaba desplegando. EL SÉPTIMO DÍA COMO DÍA DE REPOSO MV 40 4 Poco después de su casamiento, Elena y Jaime comenzaron a guardar el séptimo día como el día de reposo. José Bates, un capitán de barco jubilado que vivía en Fairhaven, cerca de New Bedford, el centro portuario ballenero de Massachusetts, les había dado a los White la primera evidencia bíblica para esto. Bates había tomado su posición al respecto en 1845, después de haberse interesado en este asunto por un artículo en The Hope of Israel (La esperanza de Israel), escrito por T. M. Preble. Siendo un hombre de convicción y acción, Bates preparó a su vez un panfleto de 48 páginas, que publicó en agosto de 1846 bajo el título de The Seventh-day Sabbath a Perpetual Sign From the Beginning to the Entering Into the Gates of the Holy City According to the Commandment (El día de reposo del séptimo día, una señal perpetua desde el comienzo hasta la entrada por las puertas de la Santa Ciudad de acuerdo al mandamiento). James White llevó consigo a su casa un ejemplar después de un servicio fúnebre que condujo en Falmouth. Al estudiar él y Elena las evidencias bíblicas para la santidad del séptimo día, tomaron su posición al respecto y comenzaron a enseñarlo al reunirse con sus compa-ñeros de creencia adventistas. En ese entonces había unos 50 observadores del sábado en Nueva Inglaterra y en el Estado de Nueva York (IT, p. 77). MV 41 1 Jaime y Elena White habían aceptado el sábado como día de reposo sólo en base a la evidencia de la Escritura a la que el folleto de José Bates había dirigido su atención. El sábado 3 de abril de 1847, mientras visitaban a los Howland en su casa bien construida en Topsham, Maine, Elena recibió una visión significativa que confirmaba el sábado como día de reposo. Ella escribió al respecto en una carta a José Bates: MV 41 2 En la ciudad vi un templo, en el cual entré. Pasé por una puerta antes de llegar al primer velo. Este velo íúe levantado y pasé al lugar santo. Vi el altar de incienso, el candelabro con las siete lámparas y la mesa con los panes de la proposición, etc. Después de contemplar la gloria del [lugar] santo, Jesús levantó el segundo velo, y entré al Lugar Santísimo. MV 41 3 En el Lugar Santísimo vi un arca, cuya cubierta y lados estaban recubiertos de oro purísimo. En cada extremo del arca había un hermoso querubín con las alas extendidas sobre el arca. Sus rostros estaban frente a frente uno de otro, pero miraban hacia abajo. Entre los dos ángeles se hallaba un incensario de oro. Sobre el arca, donde estaban los ángeles, había una gloria sumamente esplendorosa que semejaba un trono donde moraba Dios. Junto al arca estaba Jesús (WLF, p. 18 [ver también PE, pp. 32-33]). MV 41 4 En la visión Elena vio a Jesús ministrando a favor de los santos en el Lugar Santísimo, y entonces el arca se abrió para que ella pudiese ver su contenido. He aquí su descripción de lo que vio: MV 41 5 Dentro del arca estaba el vaso de oro con el maná, la florida vara de Aarón y las tablas de piedra, que se plegaban la una sobre la otra como las hojas de un libro. Abriólas Jesús y vi en ellas los Diez Mandamientos escritos por el dedo de Dios. En una tabla había cuatro, y en la otra seis. Los cuatro de la primera brillaban más que los otros seis. Pero el cuarto, el mandamiento del sábado, brillaba más que todos, porque el sábado fue puesto aparte para que se lo guardase en honor del santo nombre de Dios. El santo sábado resplandecía, rodeado de un nimbo de gloria (PE, pp. 32-33). MV 42 1 En escenas sucesivas ella fue conducida a lo largo de un repaso de los factores que le dan validez al sábado y su observancia. Se le mostró que el sábado es el punto en torno al cual toda la humanidad debe tomar una decisión de servir a Dios o a un poder apóstata. La visión culminó con la contemplación de la segunda venida de Cristo y la ascensión de los redimidos a la Santa Ciudad, donde Jesús abre las puertas para extender la bienvenida a aquellos que han "guardado 'los mandamientos de Dios' " y tienen " 'derecho al árbol de la vida' " (WLF, p. 20). MV 42 2 Se le envió a José Bates una carta que contenía este mensaje. Jaime White le sugirió a Bates que hiciese imprimir 1.000 ejemplares en pliegos sueltos y le enviase la factura. Bates hizo eso. Cuando James recibió la factura de $7,50, pidió prestado dinero para pagarla. Escribiendo a Elvira Hastings, de New Ipswich, New Hampshire, declaró que "confiaría en el Señor para que se le enviase el dinero" (JW a Elvira Hastings, 21 de mayo, 1847). MV 42 3 La intensa urgencia que había impulsado tanto a Elena como a Jaime a esparcir las noticias de la segunda venida de Cristo antes del Chasco de 1844 se intensificó ahora con el impacto de las visiones y la certeza procedente de la revelación de la tierna dirección de Dios en favor de sus creyentes fieles. ¿Pero cómo podrían hacer llegar estas noticias maravillosas a un pueblo grandemente disperso y un tanto perplejo? Sin fondos, carente de ninguna fuente de recursos o experiencia, Jaime White se lanzó de lleno a la tarea. MV 42 4 El mes de abril de 1847 marcó la fecha del primer logro importante de Jaime White en el campo de las publicaciones: la publicación de un panfleto de 24 páginas que tituló A Word to the "Little Flock" (Un mensaje a la pequeña grey). El tipo era pequeño y los márgenes angostos, lo que determinaba que una página rindiese el doble del contenido normal de la página de un libro en la actualidad. MV 42 5 Justamente un año antes, el 6 de abril de 1846, él había hecho los arreglos para la publicación en pliegos de prensa de la primera visión de Elena: una sola hoja en tamaño grande impresa de un solo lado. Se lanzó una tirada de 250 ejemplares en Portland, Maine. H. S. Gurney, herrero de Fairhaven, Massachusetts, compartió los gastos de impresión. Llevaba el título significativo de, "Al pequeño remanente esparcido por todas partes". Un poco más de dos de las tres columnas se dedicaron a la primera visión de Elena. La mitad de la tercera columna se refería a la visión de mediados de febrero de 1845 concerniente al santuario celestial y a los eventos al término de los 2.300 días (PE, pp. 54-56). MV 42 6 Muy claramente A Word to the "Little Flock" representaba el ministerio conjunto de Jaime y Elena White. Jaime había escrito varios artículos para ser publicados en el periódico Day-Dawn, de corta vida, de Crosier, pero cuando llegaron a estar listos, dicho periódico había dejado de publicarse. De modo que después de haber hablado con los Howland y con algunos otros, decidió presentar los materiales en forma de un panfleto. En su párrafo inicial, él explicó: "Deseo llamar la atención de la 'pequeña grey' a aquellas cosas que muy pronto ocurrirán en esta tierra" (WLF, p. 1). MV 43 1 El panfleto estaba basado en la Biblia con abundantes referencias y citas de la Escritura. Parece claro que las visiones dadas a Elena le ayudaron a Jaime a organizar ciertas cosas y a aclarar el orden de los eventos. Se recordará que en 1845 se había prevenido un paso en la tendencia a fijar fechas cuando se le mostró a Elena que antes de que Cristo regresase, "los santos debían pasar por el 'tiempo de angustia de Jacob', el cual estaba en el futuro" (Id., p. 22). MV 43 2 Los White estuvieron en Topsham durante gran parte de abril y mayo mientras Jaime conseguía que su panfleto se publicase en la cercana Brunswick. Luego regresaron a Gorham donde, durante el verano, esperaron el nacimiento de su primer hijo. Jaime se ocupaba en los trabajos que podía encontrar, decidido a no depender de otros para la subsistencia de ellos. MV 43 3 En agosto de 1847 nació su primer hijo, Henry Nichols. NUEVAS RESPONSABILIDADES MV 43 4 Desde ese momento en adelante, Jaime y Elena White tuvieron que tener en cuenta el hecho de que eran una familia. Pronto los Howland invitaron a la pareja a establecerse en las habitaciones de la planta alta de su casa en Topsham. Sobre esto Elena de White escribió lo siguiente: MV 43 5 En el mes de octubre, el Hno. y la Hna. Howland, de Topsham, nos ofrecieron amablemente una parte de su casa que nosotros aceptamos gozosos, y nos instalamos con muebles prestados. Éramos pobres y preveíamos tiempos difíciles (NB, p. 114). MV 43 6 Podrían citarse muchos incidentes para ilustrar su pobreza. La joven pareja estaba decidida a ser financieramente independiente, de modo que Jaime se ocupó en trabajar como jornalero. Consiguió trabajo acarreando piedra cuando se abrió una vía férrea cerca de Brunswick. La piel de sus manos se desgastó hasta el punto de sangrar en muchos lugares, y luego tuvo dificultad para recoger su salario. Los Howland dividieron generosamente lo que tenían con la joven pareja en esos tiempos de depresión económica. Luego Jaime cortó leña apilada en un bosque cercano, trabajando desde temprano hasta tarde para ganar cincuenta centavos por día. Dolores severos que sufría en su costado le hacían pasar noches insomnes. Pero la joven pareja resolvió vivir dentro de sus recursos, y sufrir antes que endeudarse. Con su presupuesto muy limitado, Elena sólo tenía suficiente dinero para medio litro de leche por día para su niño y para ella. Luego llegó el día cuando tuvo que eliminar el gasto de nueve centavos para la provisión de leche para tres días para tener suficiente dinero a fin de comprar algo de tela para una prenda de vestir para el bebé. "Renuncié a la leche --escribió-- y compré la tela para una batita a fin de cubrir los bracitos desnudos de mi niñito" (1LS, p. 243). Ella escribió en cuanto a su experiencia: MV 44 1 Nos esforzamos en mantenemos de buen ánimo y en confiar en el Señor... Un día que no teníamos nada para comer, mi esposo fue a ver a su empleador para pedirle dinero o provisiones. El día era tormentoso y tuvo que andar 5 kilómetros (3 millas) de ida y otros tantos de vuelta bajo la lluvia. Vino a casa cargado con un saco de provisiones dividido en diferentes compartimentos, y así cruzó por el pueblo de Brunswick, donde a menudo había dado conferencias. MV 44 2 Al verlo entrar en casa, muy fatigado, sentí desfallecer mi corazón. Mi primera idea fue que Dios nos había desamparado. Le dije a mi esposo: "¿A esto hemos llegado? ¿Nos ha dejado el Señor?" No pude contener las lágrimas, y lloré amargamente largo rato hasta desmayarme (NB, p. 114-115). MV 44 3 La joven madre había llegado al punto más bajo en su experiencia. ¿Por qué, oh, por qué sufrían tantas penurias cuando ellos se habían consagrado a la causa de Dios? Al recuperar el conocimiento, sintió la influencia animadora del Espíritu de Dios. MV 44 4 Durante seis meses siguieron viviendo en la residencia de los Howland, pero realmente fue un tiempo de prueba. Según Jaime, él sufría más mental y corporalmente que lo que podía expresar con pluma y papel (JW a Leonard y Elvira Hastings, 27 de abril, 1848). MV 44 5 Entonces Jaime y Elena comprendieron verdaderamente cuál era la razón de sus dificultades. Ella había pensado que ahora que tenían un niño le sería imposible viajar y que debían efectuar un cambio en su programa. Una visión de Dios reveló el propósito de las pruebas que estaban enfrentando: MV 44 6 Se me mostró que el Señor nos había estado probando para nuestro bien, a fin de preparamos para trabajar en favor del prójimo; que él había perturbado nuestra tranquilidad para que no nos arrellanáramos cómodamente en nuestro hogar. Nuestra labor había de emplearse en bien de las almas, y si hubiésemos prosperado, nos hubiera parecido tan agradable el hogar que no hubiéramos querido abandonarlo. Dios permitió las pruebas a fin de preparamos para conflictos todavía más graves con que íbamos a tropezar en nuestros viajes (NB, p. 115). MV 44 7 Una experiencia desconsoladora reforzó el mensaje de la visión. Henry se enfermó gravemente y pronto cayó en la inconsciencia. Nada de lo que sus padres o amigos pudieran hacer proporcionó alivio. Reconociendo que habían hecho de su pequeño Henry "una excusa para no viajar y trabajar por el bien de otros", temían que Dios estaba por quitar la base para sus excusas. Agonizando en oración, le prometieron a Dios que si salvaba la vida del niño irían confiando en él a cualquier lugar adonde pudiera enviarlos. Por fe reclamaron las promesas de Dios. Desde el momento de esta decisión y de este acto de consagración, la fiebre bajó y Henry comenzó a recobrarse. He aquí lo que Elena de White escribió al respecto: "La luz del cielo estaba atravesando las nubes y resplandeciendo sobre nosotros una vez más. Reavivó la esperanza. Nuestras oraciones recibieron misericordiosa respuesta" (1LS, p. 244; ver NB, p. 116). CAMBIO DE CARRERAS MV 45 1 Jaime y Elena White pudieron ver ahora que a pesar del bienestar, los placeres y las responsabilidades del hogar, su vida iba a ser una vida de servicio consagrado que implicaría viajes, sufrimiento y trabajo intenso en favor de otros. ESTABLECIENDO LOS PILARES DE LA FE MV 45 2 Después del Chasco de 1844, grupos pequeños de creyentes por toda Nueva Inglaterra se reunían de vez en cuando para estudiar las profecías y comparar puntos de vista. A medida que las noticias de las visiones y el significado de la verdad del sábado, que estaban siendo anunciadas y promovidas por José Bates, llegaron a conocerse más ampliamente, se intensificó la necesidad de unirse. MV 45 3 En abril de 1848 Elena y Jaime White recibieron una invitación para asistir a una conferencia o congreso de adventistas observadores del sábado en Connecticut. Fueron llevando consigo en sus brazos a su hijito Henry, de siete meses. Jaime había recibido $10 dólares por su trabajo de cortar madera. Usaron la mitad del dinero en la preparación para el viaje y guardaron la otra mitad para su transportación. Después de llenar sólo parcialmente un baúl con todas sus posesiones terrenales, fueron a Boston, donde permanecieron con la familia Nichols. No les mencionaron a sus anfitriones el hecho de que no tenían un centavo, pero cuando partieron la Sra. Nichols le entregó a Jaime $5 dólares. Usando todo este dinero, excepto 50 centavos, compraron los pasajes a Middletown, Connecticut, el punto más cercano por vía férrea a Rocky Hill y a la casa de Albert Belden, donde iba a comenzar el congreso el jueves de noche, 20 de abril. Cuando comenzó la reunión, se habían reunido 15 personas. Elena de White describió qué ocurrió cuando el congreso se puso en marcha: MV 45 4 El viernes de mañana... llegaron más hermanos hasta alcanzar el número de cincuenta, pero no todos habían aceptado por completo la verdad. Fue muy interesante la reunión de aquel día. El Hno. Bates explicó claramente los mandamientos, cuya importancia quedó señaladamente impresa en el corazón de los presentes por medio de poderosos testimonios. La predicación tuvo por efecto confirmar en la verdad a quienes ya la profesaban, y estimular a quienes aún no se habían resuelto por completo (NB, pp. 117-118). MV 46 1 Elena de White se refirió más tarde a esta reunión en un cuarto sin terminar de la casa de Albert Belden en Rocky Hill como "el primer congreso que alguna vez se haya realizado entre los Adventistas del Séptimo Día" (MS 76,1886). Jaime habló de él como "el primero [realizado] bajo el mensaje" (RH, 29 de septiembre, 1863). MV 46 2 Poco después de esto los White fueron invitados a asistir a un congreso en Volney, Nueva York, en agosto de 1848. No tenían dinero para viajar, de modo que Jaime se sintió contento al encontrar una oportunidad para obtener recursos cortando heno en granjas cercanas. El 2 de julio le escribió lo siguiente a su amigo Stockbridge Howland en Topsham: MV 46 3 Siego cinco días para los incrédulos y el domingo para los creyentes, y descanso el séptimo día, por lo que me queda muy poco tiempo para escribir... Dios me da fuerzas para trabajar con firmeza todo el día... Los Hnos. Holt, John Belden y yo hemos contratado 100 acres de hierba para segar (unas 40 hectáreas) al precio de 87,5 centavos el acre (unos 4.000 metros cuadrados), quedando a nuestro cargo la manutención. ¡Alabado sea Dios! Espero reunir unos cuantos dólares para emplearlos en la causa de Dios (NB, pp. 119). MV 46 4 Ese verano Jaime White ganó $40 dólares de su trabajo en la siega del heno. Usó parte del dinero para conseguir ropa necesaria para la familia y parte para viajar a la parte occidental del Estado de Nueva York. Renuentemente Jaime y Elena dejaron al bebé Henry en Middletown al cuidado de Clarissa Bonfoey. Acompañados de E. L. H. Chamberlain, tomaron el vapor para la ciudad de Nueva York en camino a Volney, donde se iba a realizar el congreso en el granero de David Arnold. EL CONGRESO DE VOLNEY MV 46 5 El viernes 18 de agosto se reunieron unas 35 personas en el granero de Arnold para oír a los obreros dirigentes, incluyendo a José Bates, Chamberlain, y Jaime y Elena White. Casi ni había dos de la misma opinión en materia de doctrinas. Cada uno defendía tenazmente su punto de vista, declarando que estaba de acuerdo con la Biblia. MV 46 6 Algunos de estos puntos de vista estaban en conflicto con lo que se le había mostrado a Elena de White en visión. Ella escribió sobre sus reacciones a todo esto y de los eventos subsiguientes: MV 46 7 Esta extraña diferencia de opiniones me causó mucha pesadumbre, especialmente cuando el Hno. A. sostuvo que los mil años estaban en el pasado. Sabía que estaba equivocado y mi ánimo se apenó grandemente, porque me parecía que [con ello] Dios era deshonrado. Me desmayé bajo el pesar. Los hermanos Bates, Chamberlain, Gurney, Edson y mi esposo oraron por mí... La luz del Cielo descansó sobre mí. Pronto perdí de vista las cosas de la tierra. MV 47 1 Mi ángel acompañante me hizo ver algunos de los errores profesados por los allí presentes, y también la verdad en contraste con sus errores. Me indicó que esos puntos de vista discordantes, que ellos pretendían que concordaban con la Biblia, sólo estaban de acuerdo con sus opiniones de la Biblia, y que ellos debían renunciar a sus errores y unirse en torno al mensaje del tercer ángel (2SG, pp. 98-99). MV 47 2 Elena de White resumió el resultado del congreso en dos frases: "Nuestra reunión terminó victoriosamente. Triunfó la verdad" (NB, p. 121). MV 47 3 Pero se logró más que eso. A esas personas con ideas divergentes --personas que no habían visto antes a Elena de White--, el Señor les dio evidencias muy convincentes, además del hecho que el ángel le mostró a ella "la verdad en contraste con sus errores". Apenas unos pocos años más tarde J. N. Loughborough se reunió con David Arnold y algunos otros que estuvieron presentes en el congreso de 1848, y del encuentro emergieron algunos elementos adicionales interesantes. Loughborough escribió: MV 47 4 Como me fue relatada la circunstancia, la Hna. White, estando en visión, se puso de pie y tomó la Biblia de familia sobre su brazo izquierdo, siendo el libro de un tamaño corriente. Mientras la sostenía de esa manera, con su vista hacia arriba y en dirección opuesta a la Biblia, pasaba de un texto a otro con su mano derecha, colocando su índice sobre el texto y repitiéndolo. MV 47 5 El Hno. Ross miró muchos de los textos para ver si ella estaba repitiendo el que señalaba. Él o alguno del grupo miró todos los textos. En cada caso no sólo repetía los textos que señalaba, sino que lo hizo mientras sus ojos estaban dirigidos hacia arriba y en una dirección opuesta a la Biblia. Fueron estos pasajes bíblicos citados en esta manera maravillosa los que derribaron las teorías falsas de los observadores del sábado reunidos en Volney, en agosto de 1848, y los hicieron unirse en tomo i la verdad (JNL, en RH, 3 de marzo, 1885). MV 47 6 Se realizaron más congresos o asambleas en este año de desarrollo, aclarando y confirmando las doctrinas básicas sustentadas por los Adventistas del Séptimo Día. Los primeros registros testifican de reuniones realizadas en noviembre en Rocky Hill; Topsham, Maine; y Dorchester, Massachusetts. El equipo básico de obreros que iba de congreso a congreso era mayormente el mismo: Jaime y Elena White, José Bates, H. S. Gurney. A veces Hiram Edson, E. L. H. Chamberlain y Otis Nichols unían fuerzas con el grupo básico. EL ESTUDIO DE LA BIBLIA RECIBE AYUDA DE LA REVELACIÓN ESPECIAL MV 48 1 ¿Cómo fueron conducidos estos congresos o asambleas y qué se logró? Reflexionando sobre ellos en años posteriores, Elena de White describió sus actividades: MV 48 2 Solíamos reunimos con el alma cargada, orando que fuéramos hechos uno en fe y doctrina; porque sabíamos que Cristo no está dividido. Un tema a la vez era objeto de investigación. Las Escrituras se abrían con reverente temor. A menudo ayunábamos, a fin de estar mejor preparados para entender la verdad. Después de fervientes plegarias, si algún punto no se entendía, era objeto de discusión, y cada uno expresaba su opinión con libertad; entonces solíamos arrodillamos de nuevo en oración, y ascendían fervientes súplicas al cielo para que Dios nos ayudara a estar completamente de acuerdo, para que pudiéramos ser uno como Cristo y el Padre son uno. Muchas lágrimas eran derramadas. MV 48 3 Pasamos muchas horas de esta manera. A veces pasábamos la noche entera en solemne investigación de las Escrituras, a fin de poder entender la verdad para nuestro tiempo. En tales ocasiones el Espíritu de Dios solía venir sobre mí, y las porciones difíciles eran aclaradas por el medio señalado por Dios, y entonces había perfecta armonía. Eramos todos de una misma mente y de un mismo espíritu. MV 48 4 Poníamos especial cuidado en que los textos no fueran torcidos para acomodarse a las opiniones de hombre alguno. Tratábamos de hacer que nuestras diferencias fueran tan leves como fuera posible, no espaciándonos en puntos de menor importancia sobre los cuales hubiera opiniones variadas. Pero la preocupación de toda alma era producir entre los hermanos una condición que fuera una respuesta a la oración de Cristo de que sus discípulos fuesen uno como él y el Padre son uno (TM, pp. 24-25). MV 48 5 El Señor se manifestó en una manera que hizo claro para siempre que lo que ocurrió trascendía la manipulación humana. Elena de White explicó: MV 48 6 Durante todo este tiempo, no podía entender el razonamiento de los hermanos. Mi mente estaba cerrada, por así decirlo, y no podía comprender el significado de los textos que estábamos estudiando. Éste fue uno de los mayores dolores de mi vida. Quedaba en esta condición mental hasta que se aclaraban en nuestras mentes todos los principales puntos de nuestra fe, en armonía con la Palabra de Dios. Los hermanos sabían que cuando yo no estaba en visión, no podía entender estos asuntos, y aceptaban como luz enviada del cielo las revelaciones dadas (IMS, pp. 241-242). MV 49 1 Durante dos o tres años mi mente continuó cerrada a las Escrituras... Algún tiempo después de que nació mi segundo hijo [julio de 1849] nos sentíamos grandemente perplejos respecto a ciertos puntos de doctrina. Le estaba pidiendo al Señor que abriese mi mente para que yo pudiese entender su Palabra. Repentinamente me pareció verme rodeada por una luz clara, hermosa, y desde entonces las Escrituras siempre han sido un libro abierto para mí (MS 135, 1903). MV 49 2 Ella explicó: "Se propusieron muchas teorías que tenían una apariencia de verdad, pero estaban tan mezcladas con pasajes bíblicos mal interpretados y mal aplicados, que conducían a errores peligrosos. Sabemos muy bien cómo se estableció cada rasgo de la verdad" (2MS, p. 119). MV 49 3 En la experiencia de los Adventistas del Séptimo Día no se dieron las visiones para ocupar el lugar del estudio de la Biblia. Sin embargo, fueron una ayuda definida en el estudio de la Biblia, corrigiendo interpretaciones erróneas y señalando lo que era la verdad. "Él [Dios] quiere que vayamos a la Biblia --escribió ella en 1888-- y que obtengamos la evidencia de la Escritura" (MS 9, 1888). En 1903 Elena de White escribió: MV 49 4 Los puntos principales de nuestra fe como los sustentamos en la actualidad fueron establecidos firmemente. Punto tras punto fue definido claramente, y todos los hermanos estuvieron de acuerdo. Todo el grupo de creyentes estaba unido en la verdad. Estaban aquellos que vinieron con doctrinas extrañas, pero nosotros nunca sentimos temor de enfrentarlos. Nuestra experiencia fue establecida maravillosamente por la revelación del Espíritu Santo (MS 135, 1903). RAYOS DE LUZ MV 49 5 José Bates estaba en el pequeño grupo reunido para una asamblea en la casa de Otis Nichols en Dorchester, Massachusetts, el 18 de noviembre de 1848. Aquí Elena de White recibió una visión en la que Dios indicó claramente que había llegado el tiempo de publicar. Al salir de la visión, ella se dirigió a su esposo y le dijo: MV 49 6 Tengo un mensaje para ti. Debes imprimir un pequeño periódico y repartirlo entre la gente Aunque al principio será pequeño, cuando la gente lo lea te enviará recursos para imprimirlo y tendrá éxito desde el principio. Se me ha mostrado que de este modesto comienzo brotarán raudales de luz que han de circuir el globo (NB, p. 137). MV 50 1 ¿Pero cómo podría hacerlo? ¿Dónde podría obtener apoyo financiero y moral? Con todo, Jaime White meditaba en la orden recibida. Se sentía perplejo y tenía grandes dudas. No tenía un centavo. No tenía ingresos fijos. Según él, "quienes contaban con recursos preferían guardárselos" (Ibíd.). MV 50 2 No mucho después de esto, cuando los White estaban en un dilema en cuanto a cómo planear su trabajo para el verano y a Elena le faltaban dos meses para dar a luz a su segundo hijo, recibieron una invitación generosa de parte de algunos amigos. Albert Belden, en Rocky Hill, Connecticut, los instó a ir y a vivir con su familia. MV 50 3 "Consideraremos un privilegio atender todas sus necesidades", dijo. Con la carta se incluía el dinero para comprar los pasajes. Aceptando esto como una providencia de Dios, Jaime y Elena dejaron al pequeño Henry con los Howland en Topsham, y pronto estaban en camino a Connecticut. Rocky Hill no estaba lejos de Middletown, donde el pequeño Henry había pasado algún tiempo con Clarissa Bonfoey. Elena de White escribió lo siguiente en cuanto a la providen-cia de Dios: MV 50 4 La Hna. Clarisa M. Bonfoey nos propuso vivir con nosotros. Sus padres acababan de morir, y una división de los muebles de la casa le había dado todo lo necesario para empezar un nuevo hogar de una pequeña familia. Ella gozosamente nos permitió el uso de estas cosas, y realizó las tareas de nuestra casa. Ocupamos una parte de la casa del Hno. Belden en Rocky Hill. La Hna. Bonfoey era una preciosa hija de Dios. Tenía una disposición alegre y feliz; nunca estaba triste, y sin embargo no era vana ni frívola (Id., P. 135). MV 50 5 Al establecerse confortablemente con los Belden, Jaime sintió nuevamente la responsabilidad de publicar materiales impresos. Lo abrumaba la necesidad de presentar el mensaje a la gente. Todavía no tenía un centavo, pero recordaba las palabras de la promesa: "Cuando la gente lea, te enviará los medios para imprimir". MV 50 6 El año anterior, él había ido al campo para segar heno a fin de ganar dinero con el cual vivir y viajar a los congresos sobre el sábado y el santuario. Quizás, pensó él, ahora debería ir nuevamente a trabajar al campo para conseguir dinero con el cual imprimir. Salió en busca de trabajo. Pero Dios tenía otros planes. Elena de White escribió: MV 50 7 Al marchar mi esposo de casa, sentí que me sobrecogía un gran peso, y quedé desvanecida. Oraron por mí y Dios me bendijo, arrebatándome en visión. Vi que el Señor había bendecido y dado fuerzas a mi esposo para trabajar en el campo un año antes; que había empleado provechosamente los recursos obtenidos de su trabajo; que recibiría el ciento por uno en esta vida, y, si era fiel, una copiosa recompensa en el reino de Dios; pero que el Señor no quería ahora darle fuerzas para trabajar en el campo, porque lo tenía destinado a otra labor, y que si se aventuraba a ir al campo, sería derribado por la enfermedad; pero debía escribir, escribir y avanzar por fe (Id., pp. 137-138). ESCRIBIENDO PARA LA PRENSA MV 51 1 En armonía con la visión, Jaime White tomó su pluma. Esto requirió fe, como él más tarde lo recordó: MV 51 2 Nos sentamos a fin de preparar el material para esa pequeña hoja y escribimos cada palabra del texto; toda nuestra biblioteca consistía de una Biblia de bolsillo de tres chelines, la Concordancia Condensada de Cruden, y el viejo diccionario de Walker, menos una de sus tapas. Carecíamos de medios; nuestra esperanza de éxito se hallaba en Dios (RH, 17 de junio, 1880). MV 51 3 Elena estaba a su lado. He aquí su recuerdo: "Cuando él llegaba a un pasaje difícil invocábamos al Señor para que nos diese el significado verdadero de su Palabra" (1LS, p. 260). Mientras preparaba el texto para la nueva publicación, Jaime White buscó a un impresor en Middletown, alguien que imprimiese una revista de ocho páginas para un total desconocido y que esperara que se le pagase cuando los lectores en perspectiva enviasen donaciones al director para cubrir los costos de impresión. Jaime encontró al hombre --Charles Pelton-- en el tercer piso de un edificio de ladrillo en el corazón de Middletown, y regresó a pie a Rocky Hill para terminar la preparación del texto. El tema del mismo sería la verdad del día de reposo. Decidió darle al periódico el nombre de The Present Truth (La verdad presente), e introdujo su editorial de primera página con las palabras de 2 Pedro 1:12: "Por esto, yo no dejaré de recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis, y estéis confirmados en la VERDAD PRESENTE". MV 51 4 En el corazón de Jaime White ardía la verdad del sábado, y su escrito se refería a diversos aspectos de la integridad e importancia del séptimo día como día de reposo. Tenía en mente un amplio espectro de artículos que al principio imprimiría en un periodiquillo de ocho páginas que se despachase dos veces por mes. Luego lo encuadernaría en panfletos (PT, julio de 1849). Los lectores serían adventistas --aquellos que habían aceptado los mensajes de los primeros dos ángeles--, a quienes les comunicaría la verdad del sábado del mensaje del tercer ángel. MV 51 5 Jaime White caminó penosamente los 13 kilómetros (8 millas) entre Rocky Hill y Middletown, ida y vuelta, cojeando a cada paso debido a una lastimadura anterior en un pie, primero con el texto original y luego con las pruebas. Cuando el periódico finalmente se imprimió, le pidió prestado a Albert Belden un coche ligero con su caballo para transportar los 1.000 ejemplares a casa de los Belden. MV 52 1 Elena de White describió la escena: MV 52 2 Traídas a la casa las valiosas hojas impresas..., nos arrodillamos junto a los periódicos, y, con humilde corazón y muchas lágrimas, suplicamos al Señor que otorgase su bendición a aquellos impresos mensajeros de la verdad (NB, p. 138). MV 52 3 Juntos doblaron los periódicos y los prepararon para despacharlos por correo. Jaime los dirigió "a cuantas personas él pensaba que los leerían", luego llevó los ejemplares en un maletín hasta el correo. MV 52 4 Las visiones habían dado la seguridad de que Dios bendeciría a Jaime White al escribir estos mensajes; y que se recibiría dinero cuando los periódicos fueran enviados y leídos. Sería un éxito desde el comienzo; pero la predicción más asombrosa era que a partir de este pequeño comienzo, "brotarían raudales de luz que" habrían de "circuir el globo". MV 52 5 Los artículos que siguieron a la explicación editorial inicial de Jaime White llevaban títulos como los siguientes: "El Día de Reposo Semanal Instituido en la Creación y no en el Sinaí"; "El Sábado, un Monumento Conmemorativo Semanal Perpetuo"; "La Ley de Dios o los Diez Mandamientos"; "Examen de Pasajes Bíblicos Citados Usualmente para Probar la Abolición del Sábado". Declaraba que el pequeño periódico era gratuito para todos y luego agregaba: "Aquellos que están interesados en Present Truth y lo consideran un privilegio [recibir], están invitados para ayudar a pagar los gastos". Para engrosar la lista de suscriptores, pidió lo siguiente: MV 52 6 En cada lugar donde se recibe este periódico, ¿quisiera algún hermano o hermana enviarme con letra clara los nombres y las direcciones postales de todos los que están buscando la verdad presente? Escriba pronto. Mi dirección postal es Middletown, Connecticut (PT, julio de 1849). MV 52 7 No se ha registrado la fecha precisa cuando el periódico Present Truth fue traído a la casa, se oró por él, se lo dobló, se pusieron las direcciones y se lo despachó por correo, pero fue a fines de julio de 1849. Casi simultáneamente ocurrió un evento importante en la familia White, y que sí lleva una fecha. Elena de White escribió: "El 28 de julio de 1849 nació mi segundo hijo, James Edson White" (NB, p. 139). COMIENZOS DE LAREVIEW AND HERALD MV 52 8 Present Truth, en diez números publicados durante un período de once meses, proclamó el mensaje del tercer ángel, siendo el punto central la verdad del sábado. Pero el ojo del Señor vio una necesidad que se extendía más allá de esto. Mucho más allá. Present Truth fue el precursor de la revista que sería conocida con una cantidad de nombres hasta el presente: Advent Review, Advent Review and Sabbath Herald, Review and Herald y Adventist Review. MV 53 1 Dios le había mostrado a Elena de White en visión la necesidad de aquellos que ahora estudiaban las profecías que comprendiesen que la obra hecha por los dirigentes en el Movimiento Adventista de 1844 era la obra de Dios. Jaime dijo: "Ahora éste es mi primer trabajo. Espero publicar una revista llamada Advent Review, de 16 páginas, del tamaño de Present Truth". Declaró su intención de volver a publicar los escritos de los dirigentes de la causa adventista y de "mostrar que ellos en un tiempo defendieron audazmente, y publicaron al mundo, la misma posición... que nosotros ocupamos ahora". MV 53 2 En agosto de 1850 los White se trasladaron de la casa de los Belden en Connecticut a la de los Harris en Port Byron, Nueva York. Allí Jaime comenzó su nueva revista y la hizo imprimir en la cercana población de Aubum. Explicó el objeto del periódico en una declaración editorial inicial: MV 53 3 Nuestro propósito en esta revista es animar y renovar al verdadero creyente, mostrando el cumplimiento de la profecía en la maravillosa obra de Dios del pasado, al llamar y separar del mundo y de la iglesia nominal a un pueblo que está aguardando el segundo advenimiento del querido Salvador (AR, agosto de 1850). MV 53 4 Cuando Jaime comenzó a publicar, a Elena se le avisó de antemano que aunque Satanás tratase de poner obstáculos, ellos debían continuar y luchar por alcanzar la victoria. Lo que ocurrió en una sucesión más bien rápida de eventos no fue ninguna sorpresa, pero mostró que el gran adversario haría todo lo que estuviese en su poder para obstruir la diseminación de la verdad: MV 53 5 1. James Edson, el segundo hijo de los White y que entonces tenía sólo un año de edad, fue atacado por una enfermedad y estuvo al borde de la muerte. MV 53 6 2. Elena se sintió tentada a pensar que Dios la había abandonado porque si no el niño se habría sanado cuando ellos le pidieron por primera vez a Dios que lo sanase. MV 53 7 3. Clarisa Bonfoey se sintió agobiada por una depresión. MV 53 8 4. Jaime quedó postrado por el cólera y yacía impotente en su lecho de enfermo hasta que buscaron a Dios en una sesión especial de ungimiento. MV 53 9 5. Jaime y Elena fueron arrojados de un carruaje en el que viajaban, pero ángeles de Dios los salvaron de sufrir heridas. MV 53 10 Los White creían que estos intentos de destruirlos mostraban cuán importante era su obra de publicar la Advent Review. Se le mostró a Elena que "era tan necesario que fuese publicada la revista como lo era que los mensajeros fuesen [en su misión]", y "que la revista iría adonde los mensajeros no podrían ir" (Carta 28, 1850). MV 54 1 Pronto fue evidente que la Advent Review estaba haciendo una obra efectiva y cumpliendo su misión asignada por Dios. MV 54 2 Pudieron notarse cambios significativos: MV 54 3 1. Contribuciones mayores de los adherentes. MV 54 4 2. Nuevos nombres en la correspondencia. MV 54 5 3. Mayor número de personas que asistían a los congresos o asambleas. MV 54 6 4. El número de predicadores aumentó notablemente. MV 54 7 5. Un "giro más promisorio" al presentarse los informes en los congresos. MV 54 8 6. Un espíritu creciente de unidad entre los hermanos. MV 54 9 Se publicaron cuatro números de la Advent Review en Oswego durante los meses de agosto y septiembre. Se conservó el tipo de la composición y casi inmediatamente se publicó un número combinado de 48 páginas como un número "especial". Durante los pocos años siguientes se le dio una amplia distribución. MV 54 10 A fines de octubre de 1850, los White se establecieron en Paris, Maine, con el propósito de publicar los mensajes de los tres ángeles. Jaime había suspendido la publicación de Present Truth mientras viajaban a Vermont, Canadá, y a Maine desde mediados de mayo a mediados de julio, y mientras él estaba publicando los primeros cuatro números de la Advent Review en Auburn, Nueva York. A comienzos de noviembre, en Paris, él retomó otra vez Present Truth y sacó el número 11. En éste declaró que "los hermanos podían ahora esperar que recibirían unos pocos números", y pidió que aquellos que pudieran hacerlo que escribiesen para la revista. También lanzó el número 5 de la Advent Review, el número final. Estaba enteramente dedicado a reimprimir porciones de Second Advent Way Marks and High Heaps (Señales en el Camino e Hitos de la Segunda Venida), de José Bates, un panfleto significativo que examinaba la experiencia de 1844. MV 54 11 Pocos días después cambiaron los planes de publicación. En el congreso en Paris, el sábado y domingo, 16 y 17 de noviembre, se decidió combinar Present Truth y la Advent Review. El nuevo periódico se llamaría The Second Advent Review and Sabbath Herald (La Revista del Segundo Advenimiento y el Heraldo del Sábado). MV 54 12 El tamaño de la página era de 24 centímetros por 33 (9,5 pulgadas por 13), en comparación con el formato de 20 centímetros por 25 (7,75 pulgadas por 10) que tenían Present Truth y la Advent Review. La cabecera del periódico llevaba cuatro nombres como miembros de la Comisión Publicadora (José Bates, S. W. Rhodes, J. N. Andrews y Jaime White), y la suscripción era "gratis, excepto que el lector desee ayudar para su publicación". MV 54 13 Si alguien no puede enviar recursos, le suplicamos que no permita que esto le impida escribimos. Deseamos grandemente oír de personas tales y nosotros pagaremos de buena gana el franqueo de sus cartas (RH, noviembre de 1850). MV 55 1 Desde el mismo comienzo de sus muchos años de trabajo con las publicaciones, Jaime White demostró una generosidad desinteresada y una entrega a la misión que no siempre era realista. DÍAS DIFÍCILES EN PARIS MV 55 2 Jaime y Elena White enfrentaron tiempos difíciles en Paris. Ella escribió al respecto: MV 55 3 Sufrimos muchas privaciones... Estábamos dispuestos a vivir con economía a fin de sostener la revista. Mi esposo era un dispéptico. No podíamos comer carne o mantequilla, y nos veíamos obligados a abstenemos de todo alimento con grasa. Sáquese esto de la mesa de un agricultor pobre y queda una dieta muy escasa. Nuestras labores eran tan grandes que necesitábamos alimento nutritivo. MV 55 4 Teníamos muchas preocupaciones y a menudo nos desvelábamos hasta la medianoche, y a veces hasta las dos o tres de la mañana, para leer las pruebas de páginas. Podríamos haber soportado mejor estos esfuerzos extra si nuestros hermanos en Paris hubieran simpatizado con nosotros y hubiesen apreciado nuestras labores y los esfuerzos que estábamos haciendo para promover la causa de la verdad. El trabajo mental y las privaciones redujeron muy rápidamente las fuerzas de mi esposo (1LS, p. 278). MV 55 5 Los Wbite tenían consigo en Paris su caballo, Charlie, y el carruaje. Le tenían a Charlie un afecto especial porque lo habían conseguido en un tiempo mando estaban sufriendo muchas aflicciones. Aproximadamente un año antes, cuando Elena de White había soportado un doloroso viaje de 64 kilómetros (40 millas) en diligencia hasta Sutton, Vermont, los creyentes en Sutton se dieron cuenta de las dificultades que sobrellevaban los White en sus viajes, y se unieron para formar un fondo de $175 con el cual proveerles un caballo y un carruaje. Se les dio a Jaime y Elena la oportunidad de elegir entre varios caballos traídos para que los inspeccionasen. El proceso de escoger uno no requirió mucho tiempo, porque la noche anterior Elena tuvo una visión y le pareció encontrarse en la encrucijada designada para inspeccionar los animales, y cuando los caballos fueron conducidos ante ellos el ángel dio su consejo. MV 55 6 El primero era un animal brioso, de color rojizo pardo claro, más bien nervioso, y el ángel dijo, "No". "Ese no", fue el veredicto sobre el segundo, un corpulento caballo gris. Luego, cuando un hermoso caballo zaino moteado, con el lomo algo hundido, fue llevado ante ellos, el ángel dijo: "Éste es el caballo para ustedes". Se llamaba Charlie, y les alivió el viaje a Canadá y a lo largo de un período de muchos años (WCW, "Sketches and Memories of James and Ellen G. White" [Notas y memorias de Jaime y Elena G. de White], RH, 25 de abril, 1935). MV 56 1 En el congreso de Waterbury, Jaime y Elena enfrentaron críticas perturbadoras. Se había iniciado una campaña de murmuraciones contra Jaime White a la cual muchos se unieron, aun el venerable José Bates. Se basaba sobre la opinión de que los White tenían un caballo demasiado bueno, y como Jaime había sido muy liberal en sus contribuciones al congreso, supusieron que debía estar haciendo dinero. Escribió Elena de White: MV 56 2 Ésta era la recompensa que recibió. Nos vimos forzados a vadear una marea agobiadora. Parecía que las aguas profundas nos cubrirían, y que habríamos de hundimos (1 LS, p. 280). MV 56 3 Sufrieron un episodio desalentador tras otro. Varios resfríos que atacaron a Jaime en su viaje de ida y vuelta a Waterbury se localizaron en sus pulmones. Elena de White informó el resultado: MV 56 4 Se hundió bajo el peso de las pruebas. Estaba tan débil que no podía llegar a la imprenta sin tambalear. Nuestra fe fue probada a lo sumo. Habíamos soportado voluntariamente privaciones, afanes y sufrimientos, sin embargo muy pocos parecían apreciar nuestros esfuerzos, cuando era incluso por su bien que habíamos .sufrido. Estábamos demasiado angustiados como para dormir o descansar (Id., pp. 280-281). MV 56 5 La situación finalmente llegó hasta el extremo de que Jaime declaró: "Esposa, no vale la pena tratar de luchar más. Estas cosas me están aplastando y pronto me llevarán a la tumba. No puedo seguir más. He escrito una nota para la revista declarando que no publicaré más" (Ibíd.). Cuando salía de la casa para llevar la nota a la imprenta, Elena se desmayó. El regresó y ella se recobró en respuesta a la oración ferviente. A la mañana siguiente, en el culto de la familia, ella fue arrebatada en visión. He aquí lo que escribió en cuanto a lo que le fue mostrado: MV 56 6 Vi que mi esposo no debe desistir de publicar la revista, porque Satanás estaba tratando de impulsarlo a dar precisamente ese paso, y estaba trabajando mediante agentes [humanos] para hacer eso. Se me mostró que él debe continuar publicando y que el Señor habría de sostenerlo (Id., p. 281). MV 56 7 De modo que la Second Advent Review and Sabbath Herald continuó saliendo de la prensa a razón de uno o dos números por mes hasta que el número 13 apareció el 9 de junio de 1851. Este número concluyó el primer tomo, y los White terminaron su estadía en Paris. MV 56 8 Con el fin del primer tomo, Jaime pensó que sería bueno encontrar un lugar más central desde el cual despachar la revista y otros materiales impresos. Comenzaron a buscar un lugar cercano a Saratoga Springs donde estarían a sólo unos pocos kilómetros de la imprenta. Pocos días después los White encontraron una casa, pidieron prestado muebles de otros creyentes, y establecieron su residencia. El primer número del tomo 2 salió de la prensa el 5 de agosto de 1851. Sarah, la hermana de Elena, y Stephen Belden (esposo de Sarah) llegaron pronto para ayudar con el programa de publicaciones. Y vino Clarissa Bonfoey, trayendo a Edson, de dos años, quien había estado al cuidado de ella. Pronto Annie Smith, de 23 años, la muy talentosa hermana de Uriah Smith, se unió a la familia de las publicaciones. Ella dio una ayuda muy necesaria para producir la Advent Review and Sabbath Herald, el nombre recientemente abreviado del periódico. Al escribir a los Howland el 12 de noviembre, Elena de White declaró: MV 57 1 Annie Smith está con nosotros. Ella es precisamente la ayuda que necesitamos; ella se encarga con Jaime [del trabajo] directamente y le ayuda mucho. Podemos ahora dejarla para sacar las revistas y nosotros podemos salir más entre el rebaño de creyentes (Carta 8, 1851). MV 57 2 De modo que entre el otoño y el invierno de 1851-1852, los White dividieron su tiempo entre la obra de publicaciones y el trabajo en el campo. ------------------------Capítulo 4-- EXPANDIÉNDOSE MEDIANTE LAS PUBLICACIONES MV 58 1 En diciembre de 1851 Jaime y Elena White dejaron Saratoga Springs para una gira de mediados de invierno, en la que visitaron grupos dispersos de creyentes e iglesias en el norte y el oeste del Estado de Nueva York. El informe de Jaime en la Review al término de la gira de siete semanas fue optimista: MV 58 2 Llegamos a casa el día 13 y encontramos a nuestros amigos con buena salud y ánimo. La Hna. [Annie] Smith, que había estado a cargo de la revista en nuestra ausencia, parece feliz con su responsabilidad. Nuestra salud mejora al viajar. Todos estamos muy felices de ver cómo la causa de la verdad está avanzando rápidamente (RH, 17 de febrero, 1852). MV 58 3 En la contratapa del mismo número hizo una proposición interesante respecto a la obra de publicar el mensaje: MV 58 4 Creemos que ha llegado el tiempo cuando los observadores del sábado debieran ser dueños de una prensa. Ahora nuestro trabajo se está haciendo en sábado [en imprentas no adventistas], lo cual es muy desagradable e inconveniente. También cuesta mucho más que lo que sería si tuviéramos una oficina propia. ¿El comité se hará cargo de este asunto? (Ibíd.). MV 58 5 Jaime citó a un congreso a reunirse el viernes 12 de marzo de 1852, en la casa de Jesse Thompson, 15 kilómetros (9 millas) de Saratoga Springs, donde se habían publicado los 14 números del tomo 2 de la Review and Herald. Entre los que asistieron al congreso estuvieron José Bates, Hiram Edson, S. W. Rhodes, y Jaime y Elena White. Se les unieron el personal de la Review y creyentes que vivían cerca. El informe del trabajo hecho ese viernes representaba un desafío para la fe de los creyentes. MV 58 6 Se presentó el tema de la publicación de la revista. Varios hermanos hablaron de las desventajas de publicarla como se lo hacía hasta el momento, y de la conveniencia de tener una oficina bajo el control de los observadores del sábado. Y después de investigar el asunto se decidió por voto unánime (1) que debiera comprarse inmediatamente una prensa, tipos, etcétera, (2) que la revista debiera publicarse en Rochester, Nueva York, (3) que los hermanos E. A. Pool, Lebbeus Drew e Hiram Edson integren una comisión para recibir donaciones de los amigos de la causa a fin de comprar la prensa, tipos, etcétera, y para conducir las cuestiones financieras de la revista, (4) que a través del próximo número de la Review and Herald se les pida a los hermanos que están por todo el país que escojan agentes en sus iglesias a fin de recibir donaciones con el propósito de establecer la imprenta, y de proseguir con la publicación de la revista, y (5) que aquellas donaciones que se envíen inmediatamente debieran remitirse a Hiram Edson, Port Byron, Nueva York. MV 59 1 Se pensó que $600 sería suficiente para establecer la imprenta en Rochester (RH, 23 de marzo, 1852). SE ESTABLECE UNA OFICINA DE PUBLICACIONES EN ROCHESTER, NUEVA YORK MV 59 2 Inmediatamente se tomaron medidas para implementar los acuerdos del congreso celebrado el 12 de marzo. Se compró una prensa en la ciudad de Nueva York, y la existencia de revistas y panfletos, junto con el escaso equipo doméstico y las pertenencias personales de los White, fueron empacados y despachados desde Saratoga Springs. Como el dinero era insuficiente, tuvieron que pedir prestado para pagar el flete hacia el oeste a través del Estado. MV 59 3 En Rochester, en la Ave. Mount Hope 124, encontraron una casa que se pensó que era suficientemente grande como para alojar a la familia de la casa publicadora y al personal de la imprenta. El alquiler mensual de $14,50 parecía estar dentro de sus posibilidades de pago. Como la casa estaba en un terreno de alrededor de media hectárea (un acre) de extensión, había espacio para una huerta. Elena de White describió las circunstancias que los rodeaban en una carta escrita a la familia Howland el 16 de abril. MV 59 4 Acabamos de instalarnos en Rochester. Hemos alquilado una casa vieja por $175 dólares al año. Tenemos la prensa en casa, pues de no ser así hubiéramos tenido que pagar $50 dólares al año por un local para oficina. MV 59 5 Si pudierais ver nuestro ajuar os sonreiríais. Hemos comprado dos camas viejas por 25 centavos cada una. Mi esposo me trajo seis sillas viejas, en las que no había dos iguales, que le costaron un dólar, y después me regaló otras cuatro, también viejas, y sin asiento, por las que había pagado 62 centavos. Pero la armazón era fuerte y con un pedazo de dril remedié la falta de asiento. MV 59 6 La mantequilla está tan cara que no podemos comprarla, ni tampoco las papas. Usamos salsa en vez de mantequilla y nabos en lugar de papas. Tomamos nuestras primeras comidas en un bastidor de chimenea colocado sobre dos barriles vacíos de harina. Nada nos importan las privaciones con tal que adelante la obra de Dios. Creemos que la mano del Señor nos guió en llegar a esta población (NB, p. 156). LA FAMILIA DE LA CASA PUBLICADORA MV 60 1 Al principio estaban Jaime y Elena White; el pequeño Edson y su niñera Clarissa Bonfoey; Stephen y Sarah Belden; y Annie Smith. Pronto Jennie Fraser fue empleada como cocinera. Por un corto tiempo Thomas y Mary Mead fueron miembros de la familia y del personal de oficina. Luego vino Oswald Stowell, quien se desempeñó como prensista. MV 60 2 En el otoño, Warren Bacheller, un muchacho de 13 años, se unió al grupo y sirvió como encargado de esparcir la tinta en el cilindro mientras aprendía tipografía. En la primavera de 1853, Uriah Smith se unió a la familia, y en el otoño, George Amadon, un joven de 17 años, también llegó a.ser un miembro del pequeño grupo. Estos tres encanecerían en el servicio de la Review and Herald. Más tarde se les añadió Fletcher Byington, un hijo de John Byington, del norte de Nueva York... MV 60 3 Fue necesario emplear a un prensista experto para que supervisase el trabajo y enseñase a los principiantes. Se encontró a un hombre muy competente para este cargo en la persona de Lumen V. Masten, con quien el pastor White se había relacionado en Saratoga Springs (WCW, "Sketches and Memories" [Notas y Memorias], RH, 13 de junio, 1935). MV 60 4 La prensa manual Washington, otro equipo necesario, y los tipos comprados en Nueva York costaron más de $600. Hiram Edson adelantó el dinero en un préstamo a corto plazo; Jaime White pidió donaciones con las que pagar esta deuda, si fuera posible a mediados de junio, y el trabajo comenzó. El primer número del tomo 3 de la Review, que llevaba como fecha de publicación el 6 de mayo, estuvo compuesto antes de que llegara la prensa, de modo que se "lo tiró" en otra prensa del lugar. La cabecera del periódico menciona como miembros del comité de publicaciones a José Bates, J. N. Andrews y Joseph Baker; Jaime White fue nombrado director. La revista aparecería bimestralmente. Se declararon las "condiciones" para recibirla: "Gratis. Se espera que todos los amigos de la causa ayudarán en su publicación, conforme el Señor los haya prosperado" (Id., 6 de mayo, 1852). Un poema de la pluma de Annie Smith, titulado "La Bienaventurada Esperanza", llenó la primera columna y la mitad de la segunda de la primera página. Los artículos se referían al mensaje del tercer ángel, y un editorial del pastor White examinaba el pasado y se refería al trabajo presente. LA GIRA POR EL ESTE MV 60 5 Poco después de que los White se hubieran establecido en Rochester, una carta de la madre de Elena les informó que su hermano Robert estaba muriendo de tuberculosis en el hogar de la familia, en Gorham, Maine. Jaime había instruído muy bien al personal cuando estaban en Saratoga Springs, y Lumen Masten estaba presente para administrar la oficina. De modo que con su fiel caballo Charlie que habría de transportarlos en un carruaje, Jaime y Elena planearon un viaje al este que les demandaría dos meses. La Review del 24 de junio expuso sus planes ante los grupos de creyentes: MV 61 1 Ahora planeamos hacer una gira al Este, y pasar varias semanas celebrando congresos donde sean más necesarios (Id24 de junio, 1852). MV 61 2 A mediados de junio, mientras visitaban a un grupo cercano de creyentes durante el fin de semana, tuvieron una agradable sorpresa. Jaime White escribió al respecto: MV 61 3 El Hno. Drew, al ser informado de nuestra planeada gira al Este y ver que nuestro carruaje estaba por caerse a pedazos, compró y nos dio un carruaje apropiado por el que pagó $85. Agradecemos a Dios por esto y también a nuestro hermano, su mayordomo (Id., 8 de julio, 1852). MV 61 4 La pareja planeaba llevar consigo a Edson, de tres años. Mientras el verano transcurría lentamente, el cólera castigó a Rochester con una grave mortalidad. Justamente cuando estaban por iniciar su viaje por carro al Este, el pequeño Edson cayó enfermo. El primer recurso de los padres, por supuesto, fue orar pidiendo su curación. "Lo tomé en mis brazos --escribió Elena de White-- y en el nombre de Jesús reprendí la enfermedad". Sintió alivio en forma inmediata. Cuando una hermana comenzó a orar para que el Señor lo sanase, Edson levantó la vista y dijo: "Ellos no necesitan orar más, porque el Señor me ha sanado" (3LS, p. 144). Pero Jaime no se atrevió a iniciar el viaje hasta que Edson hubiera mejorado suficientemente como para pedir comida. Lo hizo esa tarde del miércoles 21 de julio y luego empezaron el viaje, porque en los próximos dos días tenían que cubrir casi 160 kilómetros (100 millas) a fin de cumplir con su primer compromiso en Oswego. MV 61 5 Jaime había planeado el itinerario, destinando un margen de tiempo para viajar de una cita a otra y avisando con anticipación a través de la Review. El viaje por carro representó un descanso tanto para Jaime como para Elena. MV 61 6 A Charlie le gustaban mucho las manzanas. Cuando viajaban donde los huertos de manzanas flanqueaban la ruta y las grandes manzanas rojas se hallaban en el camino de los viajeros, Jaime aflojaba las riendas. Charlie reducía suavemente su marcha (de unos 11 kilómetros [7 millas]), seleccionaba una buena manzana que estuviera fácilmente a su alcance, la tomaba, y luego elevaba su cabeza y salía a toda velocidad, masticando la manzana mientras viajaba (WCW, "Sketches and Memories" [Notas y Memorias], RH, 25 de abril, 1935). MV 61 7 Elena de White describió sus experiencias del viaje: MV 62 1 El Señor nos bendijo mucho en nuestro viaje a Vermont. Mi esposo tenía muchas preocupaciones y trabajo. En los diferentes congresos realizó la mayor parte de las predicaciones, vendió libros y aceptó remuneración por el periódico. Cuando terminaba un congreso, nos apresurábamos a ir al próximo. MV 62 2 A mediodía alimentábamos el caballo al lado del camino, y comíamos nuestra merienda. Entonces mi esposo, con papel y lápiz sobre la tapa de la caja en la que teníamos el almuerzo o en la parte superior de su sombrero, escribía artículos para la Review y el Instructor (1LS, p. 292). MV 62 3 El Youth's Instructor era una revista mensual que Jaime White había iniciado recientemente para alcanzar a la juventud de la iglesia naciente. Cada ejemplar contenía lecciones de la escuela sabática, las primeras preparadas para niños y jóvenes. Jaime recordaría más tarde que él planeaba las lecciones mientras el "carruaje estaba en movimiento"; luego, mientras el caballo estaba comiendo, las escribía. MV 62 4 Con el fiel Charlie tirando del carruaje, Jaime y Elena White llegaron a su patio en Rochester en la tarde del miércoles 6 de octubre, al volver de su viaje al Este en 1852. MV 62 5 El personal de la oficina de la Review no había dejado de publicar un número en las once semanas en las que el director estuvo ausente. Esto le demostró a Jaime White que otros podían realizar muchas de las tareas rutinarias que él había atendido en los tres años previos. Cada dos jueves se "tiraban" 2.000 ejemplares mediante la prensa manual y se los despachaba a 1.600 hogares (WCW, "Sketches and Memories", RH, 27 de junio, 1935). El Youth's Instructor, iniciado en agosto, se despachaba a casi 1.000 hogares. Ahora bien, se necesitaba más espacio en donde trabajar. El primer acuerdo importante después de regresar fue alquilar un espacio de oficina en el centro de Rochester en la calle Saint Paul Sur, en el tercer piso de un edificio de oficinas, y trasladar el trabajo de impresión a este nuevo lugar. PUBLICANDO LAS VISIONES MV 62 6 En 1849, cuando Jaime White comenzó a publicar Present Truth (La Verdad Presente), el círculo de lectores se limitaba a aquellos que habían estado en los mensajes del primero y el segundo ángeles. En 1850 se dirigió a este mismo grupo en los cinco números de la Advent Review. En gran medida esperaba alcanzar a este mismo grupo mediante la revista Second Advent Review and Sabbath Herald. MV 62 7 El cambio marcado que se notaba ahora en las actitudes del público en general planteaba un desafío para exponer verdades que atrajesen, y no aislarse debido al prejuicio. Jaime White se abstuvo cautelosamente de publicar las visiones en los 13 números del tomo 1 de la revista combinada publicada en Paris, Maine. No hizo referencia directa a la experiencia especial de Elena de White. En el número del 21 de abril de 1851, introdujo un artículo que tituló, "Los Dones de la Iglesia Evangélica". MV 63 1 Defendió la proposición de la existencia del don de profecía en la iglesia, pero no mencionó a Elena de White. A mediados de junio de 1851 el número creciente de miembros de iglesia estaba pidiendo que las visiones fuesen publicadas. Esto indujo a Jaime a planear la publicación de números Extra de la Review sólo para los creyentes. Explicó esto en el primer y único número de un Extra. Llevaba la fecha del 21 de julio de 1851 y fue publicado entre el tomo 1 de la Review, que cerraba con el número del 9 de junio, y el tomo 2, que comenzaba el 5 de agosto. MV 63 2 Requirió más tiempo producir el Extra que lo que se había previsto inicialmente. La impresión fue hecha en Saratoga Springs. El 21 de julio, la fecha que llevaba el número de Extra todavía no impreso, Elena de White mencionó el panfleto en una carta a amigos en Michigan: MV 63 3 Las visiones perturban a muchos. No saben a qué conclusión llegar en cuanto a su naturaleza o significado... Si ustedes lo desean, puedo escribirlas rápidamente para ustedes. Como esto va a salir a luz tan pronto en el panfleto, pensé que ustedes no querrían que yo las escribiese pronto para ustedes. Ahora creemos que ustedes pueden tener el libro en unas cuatro semanas (Carta 4, 1851). MV 63 4 El pastor White prometió que contendría 64 páginas (cuatro moldes de impresión), y que se imprimirían 2.000 ejemplares, a un costo de $5 el ciento. MV 63 5 Mientras estaban publicando el Extra decidieron valerse de un panfleto o de un libro como un medio para que las visiones estuviesen disponibles en forma permanente. Para empezar, podrían usar el mismo tipo ya compuesto para el Extra, y un libro pequeño sería más útil y duradero que el periódico. EL PRIMER LIBRO DE ELENA DE WHITE MV 63 6 Aunque el panfleto contenía sólo 64 páginas, se considera que A Sketch of the Christian Experience and Views of Ellen G. White (Un bosquejo de la experiencia cristiana y visiones de Elena G. de White), con más de 20 capítulos, es el primer libro de Elena G. de White. La mayoría de los capítulos estaban formados por sus mensajes a la iglesia, publicados primeramente en pliegos sueltos o artículos. El trabajo completo fue vuelto a publicar en 1882 y es la primera sección de Early Writings (Primeros escritos). MV 63 7 Durante sus primeros cinco años, la Review and Herald no había incluido ni siquiera una visión dada por Dios a Elena de White, y muy poco se había dicho sobre la comunicación de Dios mediante las visiones para animar, proteger y aconsejar a su pueblo. MV 64 1 Es cierto que en 1851 había sido publicado y puesto en circulación el primer libro de Elena de White, de 64 páginas, que presentaba muchas de las visiones de los siete años previos. Pero con la intención de no ofender al público en general, la Review guardó silencio respecto a las visiones, y su director no había hecho más que sostener que las visiones en los últimos días eran bíblicas. Ahora, con la confesión de haber incurrido en un descuido y con la decisión de colocar el don en su debido lugar en la iglesia, toda la atmósfera cambió. Los acuerdos y el mensaje del congreso fueron publicados el 4 de diciembre de 1855, en el primer número de la Review impreso en Battle Creek. Este número llevaba el nombre de Uriah Smith en la cabecera del periódico como editor residente y Jaime White como uno de los corresponsales. MV 64 2 Inmediatamente resultó evidente un cambio en la política editorial. En el número del 18 de diciembre, en un editorial de dos páginas titulado "El Testimonio de Jesús", Jaime White defendió la aparición del espíritu de profecía en la iglesia remanente. Comenzando con Apocalipsis 12:17, completó el estudio del apoyo bíblico al ministerio ininterrumpido del don de profecía hasta los últimos días de la tierra, y cerró con las pruebas bíblicas del profeta verdadero. MV 64 3 Bien puede considerarse que los eventos y las experiencias en el congreso de noviembre de 1855 marcaron un momento crucial en la historia de los Adventiscas del Séptimo Día. Al aceptar la iglesia la responsabilidad por su obra de publicaciones y al darse al espíritu de profecía su debido lugar, las labores de los ministros recibieron una bendición adicional, prosperó la empresa de las publicaciones y la obra avanzó. EXPANDIENDOSE MEDIANTE EL EVANGELISMO BAJ0 CARPA MV 64 4 A medida que el mensaje del tercer ángel avanzaba más rápidamente, se unieron nuevos talentos a las filas de los evangelistas: hombres como J. N. Loughborough, de 23 años, M. E. Cornell y J. N. Andrews, que estaban iniciando la difusión del mensaje en Ohio, Wisconsin y Michigan. MV 64 5 A veces la presencia de audiencias desbordantes creaba problemas. A menudo las reuniones se habían celebrado en casas de familia, edificios escolares o pequeñas capillas. En una de tales ocasiones, la asistencia en Locke, Michigan, en el fin de semana del 19 al 21 de mayo de 1854, fue tan grande que sólo la mitad de la concurrencia pudo entrar en el edificio escolar que se había conseguido para la ocasión. Los oradores se colocaron cerca de una ventana abierta donde la por-ción mayor de la concurrencia podía ver y oír desde afuera mientras estaban sentados en sus carruajes o sobre el pasto (JNL, en RH, 27 de enero, 1885). Mientras viajaban al día siguiente a Sylvan, analizaron lo ocurrido en Locke. Jaime White sugirió que otro año podrían tratar de usar una carpa para proclamar el mensaje. MV 64 6 Comell preguntó: "¿Por qué no tener una carpa enseguida?" Mientras discutían el asunto, decidieron proponerlo en congresos próximos en Sylvan y Jackson. La respuesta fue entusiasta, y se juntó dinero y se hicieron promesas. El martes, Comell se apresuró a ir a Rochester para comprar una carpa circular para reuniones, de 18 metros (60 pies) (Ibíd.). MV 65 1 Como es muy natural, Jaime y Elena White tenían un interés especial en la carpa que él y Loughborough levantaron en Battle Creek. Se hizo publicidad para las reuniones que se celebrarían del viernes 2 de junio al domingo 4 de junio. Pensando que las reuniones podrían continuar más tiempo, los White esperaban llegar a Battle Creek a tiempo para ver la carpa y predicar en ella. Jaime escribió: MV 65 2 Teníamos un gran deseo de estar en la reunión de Battle Creek y de hablar a la gente en la carpa por lo menos una vez antes de nuestro regreso a casa. Y cuando llegamos a Battle Creek nos sentimos felices al enteramos de que los hermanos habían tenido una reunión gozosa, y que la carpa estaba de camino a Grand Rapids para nuestro último compromiso (RH, 4 de julio, 1854). MV 65 3 Loughborough describió este primer intento de tener reuniones bajo carpa. La carpa estaba ubicada, informó él, en "la calle Van Buren, justo después del ferrocarril, cerca de la fábrica de cepillado de madera". Él y Comell trabajaron juntos en este nuevo y promisorio esfuerzo evangelizador. Más tarde Loughborough informó: MV 65 4 Aquí el (sábado) 10 de junio, quien escribe estas líneas inició las reuniones bajo carpa con una presentación sobre Daniel 2. Estas reuniones continuaron sólo dos días, y luego llevamos nuestra carpa a Grand Rapids (Id., 24 de febrero de 1885). MV 65 5 La Review and Herald del 4 de julio de 1854 informó que 1.000 personas asistieron a la reunión del domingo de noche, y que se suscitó un buen interés. MV 65 6 En cuanto a la reunión bajo carpa en Grand Rapids, una semana más tarde, Jaime White escribió lo siguiente: MV 65 7 En el sexto día los hermanos la armaron en un terreno vacío en la ciudad. Estábamos muy complacidos con su apariencia externa, y cuando entramos en ella para adorar solemnemente a Dios, sentimos que el Señor ciertamente estaba con nosotros. Estamos perfectamente convencidos de que los hermanos no se apresuraron a obtener la carpa para esta temporada. En el primer día vinieron probablemente unos 500 para oír la predicación, y si los hermanos pudieran haber permanecido otra semana, sin duda la congregación habría aumentado hasta llegar a los miles. La gente escuchó con gran interés, y cuando se ofrecieron publicaciones, se adelantó apiñándose para obtenerlas. El camino parece estar plenamente abierto para esparcir la verdad (Id., 4 de julio, 1854). MV 66 1 Después que terminaron las reuniones en Grand Rapids, Elena de White recibió una visión en la casa del Hno. Fitch. Loughborough la describió diciendo que estaba "llena de instrucción, reprensión y consejo para la iglesia presente, y también de aliento, para el logro del éxito de la empresa de la carpa". Añadió lo siguiente: MV 66 2 El uso de carpas para las reuniones era algo nuevo para nosotros, y t eníamos que aprender algunas cosas por experiencia que podían parecerles un poco extrañas a los que ahora se ocupaban en el trabajo de las carpas. MV 66 3 Primeramente, no comprendimos entonces tan plenamente que cuando se despertaba primero un interés en un lugar, era mejor atender ese interés con un esfuerzo completo, o con una serie completa de discursos, conduciendo a la decisión a tantos de los interesados como fuese posible. MV 66 4 En segundo lugar, no suponíamos que la gente se interesaría en venir por las noches durante la semana, de modo que la mayoría de nuestras reuniones se celebraban solamente en sábado y en el primer día de cada semana. MV 66 5 En tercer lugar, considerábamos las reuniones bajo carpa como un medio para despertar en forma general el interés del público; y con esta idea en mente, tratábamos de visitar tantos lugares diferentes como fuera posible en una sola temporada (Id., 24 de febrero, 1885). MV 66 6 El uso de una carpa era un nuevo enfoque en evangelismo para los observadores del sábado. Se implementaron planes diferentes en las 14 reuniones bajo carpa celebradas en Michigan en el verano de 1854. La mayoría fueron reuniones de dos días en las que Loughborough y Convelí dieron una "presentación condensada de las profecías, el santuario, los mensajes [de los tres ángeles] y el sábado, instando fervientemente a la gente a obedecer". Esto impulsaba a algunos a actuar. MV 66 7 Varias reuniones duraron un poco más que dos o tres días, y se celebró una serie durante tres fines de semana consecutivos. He aquí lo que escribió Loughborough: MV 66 8 Sin embargo, no fue sino hasta que el Señor nos instruyó mediante el espíritu de profecía que comprendimos plenamente el mejor modo de realizar "la obra del ministerio" en relación con el trabajo mediante carpas (Ibíd.). MV 66 9 Tuvo la satisfacción de informar que "en casi cada lugar donde se levantó nuestra carpa hubo algunos que obedecían la verdad, pero vimos los mejores resultados donde nos demoramos más tiempo". MV 66 10 Ahora se estaba abriendo una línea de evangelismo muy promisoria. Antes de que terminara el verano, la Review estaba informando de una segunda carpa de 18 metros (60 pies) en Nueva Inglaterra, y la ampliación de la carpa de Michigan a 27 metros (90 pies). Las páginas de la Review también estaban incluyendo fechas de las reuniones en las dos carpas evangelizadoras e infor mes emocionantes del éxito alcanzado en esas reuniones. MV 67 1 Al término de la temporada Jaime White resumió el éxito de lo que había sido un experimento. He aquí su explicación: MV 67 2 Mucho puede hacerse con carpas, y sólo puede lograrse poco en la estación de verano con cualquier otro método. Por ejemplo: Un año después de nuestro congreso en Springfield, Massachusetts, se obtuvo un buen salón y la gente fue notificada por volantes y mediante el diario, sin embargo en el primer día apenas asistieron unos pocos, con excepción de los creyentes. Pero en el sexto día del corriente mes, se reunieron 1.200 personas para oír la Palabra en la reunión bajo carpa celebrada en esa ciudad (Id., 24 de octubre, 1854). MV 67 3 La carpa grande desafió la curiosidad de la gente y atrajo a multitudes. EL TRASLADO A BATTLE CREEK MV 67 4 A los 34 años de edad, Jaime White estaba dedicando toda su vida, salud y fuerzas a la publicación de la Review. A comienzos de febrero de 1855, se encontraba en una situación desesperada en cuanto a la oficina de la Review. No sólo era el propietario, el agente financiero y el director, sino que también estaba abrumado de problemas financieros. Estaba trabajando de 14 a 18 horas por día. Él y Elena necesitaban verse libres del cuidado de la numerosa familia de la casa de publicaciones que había estado trabajando por poco más que su habitación y manutención en la casa de los White. MV 67 5 Él comprendía la necesidad de un cambio. "Sin capital y sin salud --dijo--, no podemos llevar la carga mucho más tiempo" (RH, 20 de febrero, 1855). MV 67 6 En mayo se presentó la oportunidad de hacer un viaje a Michigan, rápidamente planeado, donde los hermanos en Battle Creek eran por lo general sensibles a las necesidades de la causa y estaban ansiosos de establecer la oficina de la Review en ese lugar. MV 67 7 El "congreso" se reunió en una casa particular, porque los adventistas observadores del sábado todavía no tenían una casa de adoración en Battle Creek. Aquí Jaime tuvo la oportunidad de analizar el futuro de la Review y de la oficina de la Review. UNA TRANSICIÓN QUE EVIDENCIÓ LA MADUREZ DE LA IGLESIA MV 67 8 Había una cantidad de hombres de buen juicio tanto en Vermont como en Michigan, capaces de asumir la mayoría de las responsabilidades de las que Jaime White sentía que debía deshacerse. MV 67 9 En esa época se le "mostró" a Elena que "aquellos vinculados con la oficina no debieran llevar por más tiempo las cargas que habían llevado... Deben verse libres de preocupaciones, y entonces su salud mejorará" (MS 3, 1855). MV 67 10 Pasaron la mayor parte de mayo en Michigan asistiendo a las reuniones bajo carpa y ayudando en ellas. Al regresar a la casa, Jaime informó: "Mi salud mejora gradualmente y mi espíritu se está sintiendo perfectamente despreocupado al verme libre de las ansiedades de la oficina" (RH, 29 de mayo, 1855). MV 68 1 A mediados de junio emprendieron un viaje de once semanas en un carruaje a través de Nueva Inglaterra. Al entrevistar a obreros dirigentes en Vermont, Jaime los encontró ansiosos de trasladar la oficina de la Review a Vermont y de asumir la responsabilidad y la carga de conducirla, a menos que los amigos de la causa en algún lugar más central se encargaran de esta responsabilidad. LA OFICINA DE LA REVIEWVA A BATTLE CREEK, MICHIGAN MV 68 2 Tras haber consultado con los hermanos en Michigan y Vermont, los dos Estados de los cuales había procedido el apoyo moral y financiero más fuerte, Jaime White, al regresar a Rochester el 30 de agosto de 1855, estaba preparado para anunciar lo que parecía ser el consenso de opinión. Lo hizo a comienzos de septiembre bajo el título de "La Oficina". MV 68 3 Nos sentimos felices de decir que los hermanos en Michigan de muy buena gana están asumiendo las responsabilidades de la oficina de la Review. Probablemente este otoño la trasladarán a ese Estado. Los hermanos en Vermont están dispuestos y listos para hacer lo mismo, pero consideran que Michigan se encuentra más en el centro del futuro campo de labor, y están dispuestos a que la imprenta se establezca en ese Estado. MV 68 4 La Review probablemente se publicará semanalmente después que la imprenta se establezca en Battle Creek, Michigan. Será nuestro deber y privilegio al menos vemos libres de la oficina por el momento. Dios ha levantado a otros que son más capaces de conducir la Review y llevar esas cargas, que lo que somos nosotros (Id., 4 de septiembre, 1855). MV 68 5 Habiéndose decidido que la imprenta iría a Battle Creek, los hombres allí se pusieron en acción. La Review del 2 de octubre presentó a la iglesia los planes y decisiones que los hermanos de Michigan estaban haciendo: MV 68 6 1. La oficina de la Advent Review continuaría siendo propiedad de la iglesia. MV 68 7 2. Sería trasladada a Battle Creek, Michigan. MV 68 8 3. Se escogería un comité financiero de tres miembros, cuyo deber sería trasladar la oficina y publicar la Advent Review. MV 68 9 4. La iglesia en general sería invitada a enviar sus ofrendas voluntarias para sufragar los gastos del traslado. MV 68 10 5. Se pidió un plan que definiese la conducción del departamento editorial de la Advent Review (Id., 2 de octubre, 1855). MV 68 11 La respuesta del campo fue uniforme y favorable. Se dedicó el mes de no viembre a erigir la pequeña casa publicadora en la esquina sudeste de las calles Washington y Main en el borde occidental de Battle Creek, y a trasladar tanto la imprenta como las familias vinculadas con la oficina de la Advent Review. La familia White se trasladó a una pequeña cabaña que alquilaron por $1,50 por semana. El congreso general, que había sido convocado para el viernes 16 de noviembre, se reunió en la casa de adoración que acababa de construirse, un edificio de 6 metros por 7 (18 pies por 24), provisto para la congregación de Battle Creek de 24 miembros (Id., 22 de agosto, 1935). Este fue uno de los tres edificios de iglesia levantados en 1855. MV 69 1 Los acuerdos del congreso incluyeron el nombramiento de Henry Lyon, David Hewitt y William M. Smith, todos de Battle Creek, para formar un comité a fin de investigar la condición financiera de la oficina de la Review, y el nombramiento de Uriah Smith como el editor residente (o administrativo), y cinco editores corresponsales. Ellos eran J. N. Andrews, de Iowa; Jaime White y J. H. Waggoner, de Michigan; R. F. Cottrell, de Nueva York; y Stephen Pierce, de Vermont. Las minutas también registraron lo siguiente: MV 69 2 8. Que se extienda un voto de agradecimiento al Hno. White por sus valiosos servicios como editor, al esparcir la luz de la verdad presente (Id., 5 de diciembre, 1855). UNA PRENSA MECÁNICA PARA LA OFICINA DE LA REVIEW MV 69 3 Durante cinco años la Review and Herald había sido impresa en una prensa de propiedad de los adventistas observadores del sábado y operada por ellos. La impresión de cada hoja era virtualmente un "trabajo a la medida": se entintaba el tipo, se colocaba encima una hoja de papel, se tiraba de la palanca, con lo que se hacía la impresión. Lo mismo fue cierto de todas las demás publicaciones sacadas entre 1852 y 1857. Escribió Jaime White: MV 69 4 Con nuestra prensa manual, lleva tres días de cada semana para imprimir la Review and Herald. Si se duplicase la circulación de la Review and Herald (lo que esperamos que pronto ocurrirá), no habría lugar para el Instructor-, y un gran volumen de trabajo... sería excluido (Id., 19 de marzo, 1857). MV 69 5 Se convocó un congreso especial para el viernes 10 de abril de 1857, en Battle Creek, a fin de considerar esta necesidad urgente. José Bates fue elegido para presidir. Se le dio la primera atención a la cuestión de una prensa mecánica. MV 69 6 Se aprobaron dos resoluciones: (1) "Que se obtenga dicha prensa para la oficina de la Review", y (2) "Que todo negocio relativo a la compra de la prensa, etcétera, sea confiado al comité de publicaciones" (Id., 16 de abril, 1857). MV 69 7 Se pensó que una prensa tal podría conseguirse por menos de $2.500. Jaime White hizo la compra en Boston en su siguiente viaje al Este. ------------------------Capítulo 5-- APOYO FINANCIERO PARA LA CAUSA DE DIOS MV 70 1 El movimiento estaba creciendo. A medida que se extendía al Oeste, había familias de recursos que aceptaban el mensaje. Para algunos era difícil captar su responsabilidad de dar apoyo financiero a la causa que amaban. Durante los años 1857 y 1858 la situación se volvió desesperada. No había organización de la iglesia ni tampoco tesorería de la iglesia. Aquellos que se sentían llamados a entrar en el ministerio enfrentaban grandes sacrificios, porque dependían de donativos que se les entregaban al trasladarse de un lugar a otro. Se requería consagración y sacrificio. MV 70 2 John Loughborough informó respecto al apoyo financiero durante cuatro meses de servicio mientras celebraba reuniones bajo carpa en Illinois, que había recibido comida, alojamiento, gastos de viaje y unos $15 en etectivo. Esto no le dejaba mucho para llevar a la casa a su esposa, Mary. MV 70 3 "Durante todo el invierno de 1857-1858 --dijo--, recibí tres pasteles de azúcar de arce de 4 kilogramos (10 libras), 350 kilogramos de trigo (10 bushels), 175 kilogramos de manzanas (5 bushels), 175 kilogramos de papas (5 bushels), un jamón, la mitad de un cerdo pequeño, 9 kilogramos de frijoles y 4 dólares en efectivo. Esto, más la pequeña ganancia con nuestros pensionistas, me permitió llegar al fin del invierno en mejores condiciones que otros de nuestros ministros" (PUR, 6 de octubre, 1910). MV 70 4 Jaime y Elena White también estaban luchando. Mientras que algunos de los ministros tenían que abandonar su tarea de tanto en tanto y trabajar con sus manos para sostener a sus familias, Jaime White descubrió mientras viajaba entre los creyentes que estaban aquellos que necesitaban Biblias y otros libros. Él compraba materiales y los llevaba consigo, o los enviaba desde Battle Creek. Vendía estos materiales con una ganancia. MV 70 5 Las cosas habían llegado a un estado tal que debía encontrarse un plan permanente para proveer recursos financieros a la iglesia creciente. En estas circunstancias Elena de White le dijo a su esposo: "El Señor me ha mostrado que si tú convocas a los ministros para una reunión y haces que J. N. Andrews venga desde Waukon y celebre una clase bíblica, encontrarás que en las Escrituras hay un plan completo para sostener... la obra del ministerio" (lbíd.). MV 70 6 Jaime White pidió a Andrews que viniese a Battle Creek para dicho estudio, sobre el cual informó J. N. Loughborough. Varios obreros, incluyendo a J. N. Andrews, se reunieron por dos días en Battle Creek para estudiar un sistema de finanzas para la iglesia emergente que estuviese basado en la Biblia. El plan que se desarrolló fue presentado a la Iglesia de Battle Creek en una reunión de negocios el siguiente domingo de noche, 16 de enero de 1859. El propósito era inducir a todos a sostener la causa de la verdad presente y al mismo tiempo aliviar a algunos que habían dado por encima de su verdadera capacidad. MV 71 1 Se eligió a los hermanos Andrews, Frisbie y White para que preparasen una exposición formal sobre el plan de benevolencia sistemática, fundado en las declaraciones de la Escritura (RH, 3 de febrero, 1859). Dos semanas más tarde, el 29 de enero, después que pasaron las horas del sábado, se reunió la iglesia para oír la lectura de esa exposición. El informe fue adoptado unánimemente. MV 71 2 Este plan, desarrollado por dirigentes destacados de la iglesia, llegó a conocerse desde el principio como el de la "benevolencia sistemática". Casi desde el comienzo se notó la estrecha relación entre el plan de benevolencia sistemática y el diezmo. A comienzos de 1861 Jaime White, en una hoja impresa poco conocida y de corta existencia, se refirió al plan de benevolencia sistemática como el diezmo. MV 71 3 Proponemos que los amigos den un diezmo, o una décima parte de sus ingresos, estimando que sus ingresos son el diez por ciento de lo que poseen (Good Somantan, enero de 1861). MV 71 4 Luego vienen las donaciones personales. Que los jóvenes que no tienen propiedades imponibles se adelanten aquí noblemente [con sus ofrendas], como también las jóvenes (RH, 9 de abril, 1861). MV 71 5 El plan de benevolencia sistemática recibió prontamente el apoyo de Elena de White, y ella lo ligó al diezmo. Al comienzo no se separaban los diezmos y las ofrendas. La demanda de fondos era principalmente para apoyar a los ministros y la obra evangelizadora. MV 71 6 A medida que se ampliaba la obra de la iglesia, el desarrollo de la misma demandaba una separación de fondos en dos grupos, "diezmos" y "ofrendas". También se llamó repetidamente la atención de dirigentes y miembros al uso preciso del diezmo, un fondo sagrado para sostener el ministerio de la iglesia. EL CONGRESO DE BATTLE CREEK MV 71 7 Debido a que Jaime White estaba ansioso de tener presente la mayor representación posible a fin de considerar los planes para el sostenimiento financiero de la iglesia creciente, colocó varios anuncios en la Review dirigidos a los creyentes del "este, el oeste, el norte y el sur", invitándolos a asistir a un congreso en Battle Creek, desde el viernes 3 de junio al lunes 6 de junio de 1859. Estaba especialmente ansioso de tener una buena asistencia, porque éste era su plan para promover la benevolencia sistemática. MV 72 1 Se le dijo a la gente que hiciera provisión para su propio alojamiento. "Será imposible --escribió él-- suplir a todos de camas, o a todos los caballos con establos. Se darán nuestros dormitorios a las damas para que estén tan cómodas como sea posible, al estilo de un campestre. Los hermanos tendrán la mejor oportunidad que sigue a la anterior en nuestros graneros, en la carpa, o en pisos desocupados en nuestras casas. Habrá buena demanda de frazadas y pieles de búfalo" (Id., 21 de abril, 1859). MV 72 2 Jaime White convocó a una reunión de negocios para que se reuniese inmediatamente después del sábado. José Bates presidió la reunión. Se leyó y discutió sin reservas en la Iglesia de Battle Creek, la exposición preparada en enero en el que se presentaban los planes amplios para la benevolencia sistemática. Waggoner declaró que él había visto el plan en operación, y que "funcio-naba bien". Andrews dijo que aprobaba de todo corazón el plan. Steward lo comparó a los impuestas que paga la gente, aun cuando se los aumenta. Cornell declaró que "no podía presentarse nada en contra de la posición tomada". Byington recalcó que Dios es un Dios de orden, y que él pensaba que era un buen plan. Rhodes tuvo sólo una objeción: "La... cantidad requerida por el sistema era demasiado pequeña". MV 72 3 El acta de la reunión declaró: "El Hno. Loughborough propuso que la exposición fuese adoptada por el congreso. Se aprobó unánimemente" (Id., 9 de junio, 1859). Esto significó otro paso hacia la organización dado por la iglesia naciente. MV 72 4 Elena de White estaba enferma y desanimada y demasiado débil como para asistir a esta reunión. Fue a la reunión bajo carpa el domingo siguiente, pero se sentía demasiado miserable como para disfrutarla. Pronto escribió sobre la experiencia al presentar el Testimonio N" 5 en forma de panfleto. Allí mencionó que su enfermedad del corazón tenía la tendencia de "deprimir" su espíritu y "destruir" su "fe y valor". A menudo, cuando se retiraba por la noche a descansar, sentía que su vida podría interrumpirse abruptamente en cualquier momento. Ella informó que fue en esa circunstancia que se desmayó a medianoche en esta ocasión, presumiblemente el domingo 4 de junio. MV 72 5 Se llamó a los Hnos. Andrews y Loughborough, quienes ofrecieron peticiones fervientes a Dios en su favor. Ella fue arrebatada en visión. Desaparecieron la pesada carga y depresión que sentía en su corazón y se le mostró una cantidad de cosas para presentarlas a la iglesia (1T, p. 185), MV 72 6 Primero, se le dieron instrucciones respecto a su experiencia personal. Vio "que Satanás había tratado de impulsarme al desánimo y la desesperación, y de hacerme desear la muerte antes que la vida" (Ibíd,). MV 72 7 También vio que el mensaje de Laodicea se aplicaba al tiempo presente, y que "el mensaje no cumpliría su obra en unos pocos breves meses. Está diseñado para despertar al pueblo de Dios, a fin de que... sea capacitado para el fuerte clamor del tercer ángel" (Id., p. 186). MV 73 1 Luego la visión se refirió al tema que el congreso había estado considerando esa misma noche. Ella escribió lo siguiente al respecto: MV 73 2 El plan de benevolencia sistemática agrada a Dios. Se me señalaron los días de los apóstoles, y vi que Dios trazó el plan mediante el descenso de su Espíritu, y que a través del don de profecía aconsejó a su pueblo en cuanto a un sistema de benevolencia. Todos tenían que compartir en esta obra (Id., p. 190). MV 73 3 Los registros indican que esta visión marcó un cambio en el curso de la salud de Elena de White. EL VIAJE EN OTOÑO AL ESTE MV 73 4 El miércoles 17 de agosto de 1859, los White partieron por tren para una gira de tres meses por los Estados del Este. El diario de ella registra un informe cotidiano de los congresos y reuniones que se celebraron, de los antiguos amigos con quienes se encontraron, del consuelo dado a los que habían perdido a un ser querido, de las predicaciones ante grandes auditorios, y, donde se presentó, de la adopción del plan de benevolencia sistemática. Regresaron a la casa el lunes 21 de noviembre. MV 73 5 Jaime White resumió el viaje al Este de esta forma: MV 73 6 Las primeras diez semanas de nuestro viaje, hasta que el Hno. Loughborough se nos unió, viajamos 3.200 kilómetros (2.000 millas), predicamos cincuenta veces y realizamos negocios [de la iglesia], desde la venta de un folleto de un centavo hasta una suma mucho mayor, hasta la cantidad de $1.000. Regresamos con mejor salud y valor para trabajar en la causa de la verdad que la que habíamos tenido en los últimos diez años (RH, 6 de diciembre, 1859). ORIENTACIÓN EN RAVOR DE LA ORGANIZACIÓN NECESIDAD VITAL DE LA ORGANIZACIÓN DE LA IGLESIA MV 73 7 A medida que aumentaba el número de creyentes, llegó a ser claro que había una necesidad apremiante de cierta orientación y control. Excepto por los mensajes que venían de Dios a través de las visiones dadas a Elena de White, no había una voz autorizada, ninguna voz [oficial] de una organización, para apoyar las creencias doctrinales o para certificar la integridad y las cualidades de aquellos que decidiesen presentarse como ministros ante el remanente observador del sábado. Algunos que se sentían llamados no daban evidencia de tal llamado. Se necesitaba alguna organización. MV 73 8 Un asunto que requería acuerdo era la hora para empezar el sábado. Se consideraba a José Bates el padre de la verdad del sábado. Como capitán de sus propios barcos, él había navegado por todas partes y conocía acerca de cómo se marca o indica el transcurso del tiempo en diversas partes del mundo. Él llegó a la conclusión de que el tiempo según se observa en el ecuador, con la puesta del sol uniformemente a las 6:00 p.m., era la guía apropiada para la observancia del sábado, independientemente de la estación del año o del lugar. Las Escrituras requerían que la tarde o atardecer marcase el comienzo de un nuevo día, y las palabras "de tarde a tarde guardaréis vuestro sábado" (Lev. 23:32) se citaban en apoyo de este punto de vista. El número de la Review del 21 de abril de 1851 llevaba un artículo de José Bates de tres columnas en apoyo de las 6:00 de la tarde como la hora de iniciación del sábado. MV 74 1 En el Estado de Maine, en 1847-1848, algunos adoptaron la posición de que el sábado comenzaba a la salida del sol, y como respaldo citaban Mateo 28:1: "Pasado el sábado, cuando amanecía el primer día de la semana" (ver RH, 25 de febrero, 1868). Una visión de Elena de White detuvo en principio este error, porque el ángel repitió las palabras de la Escritura: "De tarde a tarde guardaréis vuestro sábado". MV 74 2 Había unos pocos que observaban el sábado de puesta de sol a puesta de sol (JW a "Mi Querido Hermano", 2 de julio, 1848; ver también RH, 25 de febrero, 1868), pero la mayoría estaba de parte de Bates, como lo hacían Jaime y Elena White. En junio de 1854 Jaime White le pidió a D. P. Hall en Wisconsin que estudiase el asunto y encontrase una respuesta (RH, 4 de diciembre, 1855). MV 74 3 Cuando este pedido no tuvo fruto, Jaime le pidió a John Andrews que tomase su Biblia y extrajese las evidencias para definir la cuestión. Andrews preparó un escrito sobre el asunto. Al pasar por Battle Creek con sus padres, en noviembre, en su camino a Iowa, dejó esto en manos de Jaime White. La lectura de este ensayo se convirtió en el estudio bíblico del sábado de mañana en el congreso en Battle Creek. En base a nueve textos del Antiguo Testamento y dos del Nuevo, Andrews demostró que la "tarde" y el "atardecer" del sábado eran idénticos a la puesta del sol (Ibíd.). MV 74 4 Cuando el ensayo se leyó ese sábado de mañana, pudo verse que si bien la hora de las 6:00 de la tarde defendida por Bates en principio no era incorrecta --porque requería que el sábado empezase al atardecer--, en detalle era un error. Con la posición de la hora de la puesta del sol tan ampliamente apoyada por la evidencia de la Escritura, todas las congregaciones, que incluían a los dirigentes de la iglesia, aceptaron prontamente la luz y estaban listas para cambiar su práctica. Todos, esto es, excepto dos: José Bates y Elena de White. MV 74 5 La posición de Bates había sido aceptada y defendida en forma general. Él era el apóstol venerable de la verdad del sábado. No estaba listo para aceptar lo que había sido presentado por el joven John Andrews, y se levantaría en defensa de su posición. La visión dada a Elena de White en 1848, que corregía la hora de la salida del sol y confirmaba la "hora del atardecer", no tenía nada que decir acerca de que la hora de las 6:00 de la tarde estuviese equivocada. MV 75 1 Elena de White razonaba que la hora de las 6:00 de la tarde se había puesto en práctica durante casi una década. El sábado observado de esa manera había sido una gran bendición para ella, y el ángel no había dicho nada en cuanto a que esto fuese un error. ¿Debía hacerse un cambio ahora? Las cosas quedaron así durante el resto del sábado y el domingo mientras los miembros estaban reunidos en el congreso, pero era un punto de división más bien sensible que estaba destinado a ahondarse a medida que pasara el tiempo. Entonces el Dios del cielo intervino. MV 75 2 Elena de White escribió lo siguiente en cuanto a lo que ocurrió: MV 75 3 El 20 de noviembre de 1855, mientras me hallaba en oración, el Espíritu de Dios bajó repentina y poderosamente sobre mí, y fui arrebatada en visión (1JT, p. 30). MV 75 4 Se dirigió la atención de Elena a muchos puntos, entre ellos el momento para comenzar el sábado. Ella examinó el asunto con el ángel. Esta conversación fue muy iluminadora: MV 75 5 Vi que aún es así: "De tarde a tarde guardaréis vuestro sábado". Dijo el ángel: "Tomad la Palabra de Dios, leedla, entendedla, y no podréis errar. Leed cuidadosamente y encontraréis qué es la tarde y cuándo es". MV 75 6 Pregunté al ángel si el desagrado de Dios había estado sobre su pueblo por comenzar el sábado cuando lo hacían. Se me remitió a la primera aparición del sábado, y seguí al pueblo de Dios hasta este tiempo, pero no vi que el Señor estuviese disgustado ni que los desaprobase. MV 75 7 Pregunté por qué había ocurrido así, que a esta hora tardía debíamos cambiar el momento de comenzar el sábado. Dijo el ángel: "Entenderéis, pero no todavía, no todavía". Dijo el ángel: "Si viene la luz, y esa luz es puesta a un lado o rechazada, entonces viene la condenación y la desaprobación de Dios; pero antes de que llegue la luz, no hay pecado, porque no hay luz para que ellos la rechacen". MV 75 8 Vi que en la mente de algunos estaba la idea de que el Señor había mostrado que el sábado comenzaba a las seis de la tarde, cuando yo sólo había visto que comenzaba a la "tarde", y de esto se infirió que la "tarde" era a las seis. MV 75 9 Vi que los siervos de Dios deben unirse y avanzar juntos (IT, p. 116). MV 75 10 Y lo hicieron. La visión corrigió a Elena de White y a José Bates, y ellos aceptaron la visión de todo corazón. Se definió la cuestión del momento para comenzar el sábado; se lo hizo sobre la base del estudio de la Biblia, y se lo confirmó mediante una visión. PASOS INICIALES HACIA LA ORGANIZACIÓN DE LA IGLESIA MV 76 1 Hacia fines de 1853 Elena de White preparó un artículo abarcante sobre la organización [de la iglesia] basado mayormente en una visión dada en septiembre de 1852. En él señaló lo siguiente: MV 76 2 El Señor ha mostrado que el orden evangélico ha sido temido y descuidado en demasía. Debe rehuirse el formalismo; pero al hacerlo, no se debe descuidar el orden. Hay orden en el cielo. Había orden en la iglesia cuando Cristo estaba en la tierra, y después de su partida el orden fue estrictamente observado entre sus apóstoles. Y ahora en estos postreros días, mientras Dios está llevando a sus hijos a la unidad de la fe, hay más necesidad real de orden que nunca antes (PE, p. 97). MV 76 3 En vista de la gran importancia de este testimonio en relación con la iglesia naciente, consideremos algunos de los puntos sobresalientes: MV 76 4 1. Se envía apresuradamente hombres al campo que carecen de sabiduría y juicio (PE, p. 97). MV 76 5 2. Hombres cuya vida no es santa y que no están calificados para enseñar la verdad presente entran en el campo sin ser reconocidos por la iglesia o por los hermanos en general, y como resultado hay confusión y desunión (Ibíd.). MV 76 6 3. Algunos tienen una teoría de la verdad, y pueden presentar los argumentos, pero carecen de espiritualidad, de juicio y de experiencia; fracasan en muchas cosas que debieran comprender antes de poder enseñar la verdad (Id., pp. 97-98). MV 76 7 4. Otros no dominan los argumentos, pero... se los insta a que entren en el campo, a fin de dedicarse a una obra para la cual Dios no los ha preparado (Ih',d.). MV 76 8 5. La iglesia debiera sentir su responsabilidad y averiguar con cuidado y atención la vida, las cualidades y la conducta general de aquellos que profesan ser maestros (Id., p. 100). MV 76 9 6. Es deber de la iglesia actuar y hacer saber que estas personas [aquellos que no son llamados por Dios, pero que profesan ser maestros] no han de ser reconocidas por la iglesia como maestros (Ibíd.). MV 76 10 7. Vi que puede cerrarse esta puerta por la cual el enemigo entra para perturbar la grey y dejarla perpleja. Pregunté al ángel cómo podía cerrarse. El dijo: "La iglesia debe recurrir a la Palabra de Dios y establecerse en el orden evangélico, que ha sido pasado por alto y descuidado" (Ibíd.). JAIME WHITE SE UNE AL LLAMADO DEL ORDEN EVANGÉLICO MV 76 11 Durante el mes de diciembre Jaime White unió su voz a la de su esposa Elena a través de cuatro editoriales en la Review. Bajo el mismo título, "Orden Evangé lico", se abordó la cuestión en una forma práctica. En el primer editorial señaló la contusión que existe cuando se pasa por alto el orden evangélico. El resultado es una "perfecta Babilonia". ¿Era la respuesta tener un credo? "¿Cuál es la condición real de las iglesias que tienen la ayuda de todos sus credos?" MV 77 1 Él presentó entonces su posición básica: MV 77 2 Estamos a favor del orden y la disciplina estricta en la iglesia de Cristo. Y mientras rechazamos todos los credos humanos, o plataformas, que han fracasado para lograr el orden expuesto en el Evangelio, tomamos la Biblia, la regla perfecta de fe y práctica, dada por inspiración de Dios. Esta será nuestra plataforma sobre la cual permanecer, nuestro credo y disciplina (RH, 13 de diciembre, 1853). MV 77 3 En el segundo editorial Jaime White hizo claro que veía una tarea grande por delante para llegar al "orden evangélico en la iglesia" y para preservarlo, pero declaró que "debe lograrse y se lo logrará". MV 77 4 En el tercer editorial él se refirió al "llamamiento, las calificaciones y los deberes de un ministro evangélico". Afirmó que la "acción unida de la iglesia relativa a aquellos que asumen el cuidado del rebaño tendría una influencia poderosa para unir a la iglesia en amor" (Id20 de diciembre, 1853). MV 77 5 El cuarto editorial hizo resaltar las responsabilidades de los miembros de iglesia en forma individual para prestar apoyo tanto con las oraciones como con las finanzas. MV 77 6 La serie concluyó con las palabras del apóstol Pablo en Romanos 12:1-18, en las que se exponía el ideal de Dios para su pueblo. Elena y Jaime White habían sembrado la semilla; llevaría tiempo para madurar. Lo que se escribió tendía a reprimir una tendencia a la desunión en las filas de los creyentes. Otro factor, algo que no disfrutaban las otras iglesias, era la influencia guiadora y restrictiva de las visiones, que los creyentes aceptaban que poseían autoridad. La interacción entre la instrucción de la Biblia y los mensajes del espíritu de profecía alcanzó su plena dimensión cuando unos pocos años más tarde se consumó la organización de. la iglesia. MV 77 7 Aunque Elena de White había escrito y publicado con cierta extensión sobre la necesidad del orden al administrar la obra de la iglesia (ver PE, pp. 97104), y Jaime White había mantenido viva dicha necesidad ante los creyentes mediante discursos y artículos de la Review, la iglesia avanzaba lentamente. Lo que se había presentado en términos generales era bien recibido, pero cuando llegaba el momento de convertir esto en algo constructivo había resistencia y oposición. Los breves artículos de Jaime White en el mes de febrero despertaron a muchos de su suficiencia propia, y ahora se estaba comentando bastante el asunto. MV 77 8 J. N. Loughborough, que estaba trabajando con White en Michigan, fue el primero en responder. Sus palabras tenían un carácter afirmativo, pero las expresó a la defensiva: MV 78 1 Alguien dice: Si usted se organiza como para poseer propiedades en forma legal, usted será una parte de Babilonia. No; yo entiendo que hay una gran diferencia entre estar en una posición que nos permite proteger nuestra propiedad por ley y usar la ley para proteger e imponer nuestros puntos de vista religiosos. Si está mal proteger la propiedad de la iglesia, ¿por qué no está mal que los individuos tengan posesión legal de cualquier propiedad? (RH, 8 de marzo, 1860). NECESIDAD DE QUE SE ORGANICEN LOS INTERESES DE LAS PUBLICACIONES MV 78 2 Jaime White había concluido su declaración en la Review, colocando ante la iglesia la necesidad de organizar los intereses de las publicaciones, haciendo uso de las siguientes palabras: "Si hay quienes objetan nuestras sugerencias, ¿podrían por favor formular por escrito un plan en base al cual podamos actuar como un pueblo?" (Id., 23 de febrero, 1860). El primer ministro del campo que respondió fue R. F. Cottrell, un resuelto editor corresponsal de la Review. Su reacción inmediata fue decididamente negativa: MV 78 3 El Hno. White ha pedido a los hermanos que hablen en relación con su propuesta de asegurar la propiedad de la iglesia. No sé precisamente en qué medida está pensando al hacer esta sugerencia, pero entiendo que es constituirse como un cuerpo religioso de acuerdo con la ley. En lo que a mí respecta, creo que sería un error "hacemos un nombre", puesto que eso yace en el fundamento de Babilonia. No creo que Dios aprobaría eso (Id., 22 de marzo, 1860). MV 78 4 Cottrell era un hombre de experiencia e influyente; su mensaje, publicado en la ausencia de Jaime White, marcó el paso para una batalla prolongada. La cuestión osciló de ida y de vuelta durante los seis meses siguientes, con alguna referencia al asunto en la mayoría de los números de la Review. Entonces vino la convocación a un congreso general en Battle Creek que se iniciaría el viernes 28 de septiembre, para considerar cómo salvaguardar la obra mediante algún tipo de organización. Debido a la importancia del congreso, sus procedimientos en materia de negocios de la iglesia se informaron detalladamente en los números de la Review and Herald del 9, 16 y 23 de octubre. Las reuniones de negocios comenzaron el 29 de septiembre inmediatamente después del sábado, y José Bates actuó de presidente. Teniendo en cuenta el debate que había tenido lugar en la Review, los que asistieron al congreso entraron inmediatamente en una extensa discusión. Era claro que la mayoría consideraba negativamente cualquier paso hacia una organización. Las reuniones continuaron por la noche del sábado, después de la puesta del sol, y el domingo de mañana y de tarde, terminando finalmente con la adopción de lo siguiente: MV 79 1 Recomendamos al congreso la organización de una asociación publicadora que pueda tener posesión legal de la oficina de la Review (Id., 16 de octubre, 1860). MV 79 2 Con una sensación de alivio Jaime White se puso de pie y dijo: "Esto es justamente lo que he estado suplicando durante los últimos seis meses" (Id., 23 de octubre, 1K60). El lunes a la salida del sol se reunió el congreso para adoptar una constitución basada en este voto. Primero, White hizo algunas observaciones, "expresando su gratitud por la franqueza y los buenos sentimientos y la unidad y la consideración por los principios correctos, manifestados por los presentes" (Ibíd.). El primero de los diez artículos adoptados ese lunes de mañana rezaba así: MV 79 3 Esta Asociación será denominada The Advent Review Publishing Association, cuyo objeto será la publicación de periódicos, libros y folletos, planeados para instruir sobre la verdad bíblica, especialmente el cumplimiento de la profecía, los mandamientos de Dios y la fe de Jesús (Ibíd.). ADOPTANDO UN NOMBRE DENOMINACIONAL MV 79 4 El congreso, habiendo alcanzado un consenso sobre la necesidad de organizar la asociación publicadora, enfrentaba ahora un desafío adicional. A fin de ser dueños legalmente de una propiedad se necesitaba escoger un nombre para los grupos de adventistas observadores del sábado esparcidos extensamente en Nueva Inglaterra y en la región del Oeste medio. MV 79 5 El congreso entró cautelosamente en esta área altamente sensible. El Hno. Poole temía que adoptar un nombre general los perjudicaría como pueblo. J. B. Frisbie se oponía a un nombre sectario, pero veía la necesidad de alguna uniformidad de los términos por los que el cuerpo de observadores del sábado sería conocido. Moses Hull pensaba que las iglesias en diversos lugares podían ser conocidas como "la iglesia que adora en el séptimo día en tales y tales lugares". Jaime White declaró que no veía cómo podían tener éxito sin algún nombre, y que no podrían tener propiedades sin un nombre. La ley era específica en ese punto. No podía ver que esto era meterse en Babilonia. M. E. Comell fue claro al expresar sus sentimientos: MV 79 6 Los mandamientos de Dios y la fe de Jesús es un rasgo que nos distingue a nosotros de las otras denominaciones... Hay confusión en los nombres ya escogidos; y si no se hace algo aquí, las iglesias seguirán escogiendo diferentes nombres todavía. Un nombre general nos conducirá a la unidad y no a la confusión (Ibíd.). MV 80 1 La discusión continuó con intensidad durante las horas de la mañana hasta las 11:00, cuando pareció en orden tener un receso. Las minutas de las discusiones después del almuerzo rezaban así: MV 80 2 Nuevamente se presentó la pregunta ante los presentes: "¿Adoptaremos algún nombre?" Algunos que previamente habían estado opuestos a dicho paso expresaron aquí su cambio de opinión, y su disposición a cooperar con sus hermanos en este rumbo (Ibíd.). MV 80 3 El Hno. Sperry estaba dispuesto a deponer su prejuicio sobre el altar, creyendo que Dios daría sabiduría. Stephen Belden, empleado en la oficina de la Review, expresó sus sentimientos de que marchar sin un nombre sería como publicar libros sin títulos, o despachar una revista sin un encabezamiento. MV 80 4 Jaime White tomó entonces la palabra y pidió disculpas por respeto a algunos de los hermanos que parecían sentir temor de adoptar un nombre. La Review informó: MV 80 5 Él [Jaime] había estado una vez en la misma posición. En tiempos pasados cuando éramos comparativamente pocos, él no veía la necesidad de dar ninguno de esos pasos. Pero ahora se estaban levantando grupos numerosos de hermanos inteligentes, y sin alguna regulación de este tipo nos precipitaríamos en la confusión. MV 80 6 Él entonces hizo un repaso del pasado, mencionando la oposición que algunos habían manifestado todo el tiempo, primero contra la idea de publicar una revista, luego contra la publicación de panfletos, luego contra el hecho de tener una oficina, luego contra la venta de publicaciones, después contra el orden de la iglesia, después contra el plan de tener una prensa mecánica. Había sido difícil convencer a algunos de los hermanos sobre la necesidad de estas cosas, pero todas ellas habían sido esenciales para la prosperidad de la causa (Ibíd.). MV 80 7 Finalmente se puso ante los delegados la moción de adoptar un nombre, y fue aprobada. Las minutas rezan así: "Nadie disintió, aunque unos pocos declinaron de votar". Volviendo nuevamente a las minutas de este congreso de 1860, encontramos la historia del resultado, el cual originó el nombre por el cual los adventistas observadores del sábado serían conocidos. EL NOMBRE ELEGIDO, ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DIA MV 80 8 Habiéndose votado que se adoptase un nombre, la discusión pasó ahora al asunto de cuál debería ser ese nombre. Se propuso el nombre de Iglesia de Dios, el que fue propuesto y defendido celosamente por algunos. Se objetó que algunas denominaciones ya lo estaban usando, y por ende, que era indefinido, además de que daba al mundo una apariencia de presunción. El Hno. White señaló que el nombre que se tomase debería ser lo menos objetable para el mundo en general. MV 81 1 Se propuso el nombre Adventistas del Séptimo Día como un nombre simple y que expresa nuestra fe y posición. Después de algunas observaciones adicionales, el Hno. Hewitt ofreció la siguiente propuesta: Resuelto, Que tomemos el nombre de Adventistas del Séptimo Día (Ibíd.). MV 81 2 Esta resolución fue discutida francamente, y se modificó levemente la fraseología: "Que nos llamemos Adventistas del Séptimo Día". Finalmente se tomó el voto sobre la misma (Ibíd.). MV 81 3 Aun así, T. J. Butler, de Ohio, disintió, y los pastores Lawrence, Sperry, Andrews e Ingraham se abstuvieron de votar. Ahora los adventistas observadores del sábado tenían un nombre, un nombre que a Elena de White se le mostró que llevaba la aprobación del Cielo. Había sido un congreso trascendental, claramente influido por el Espíritu de Dios. MV 81 4 El siguiente paso que debía tomarse era la organización de la obra de publicaciones. El 3 de mayo de 1861, la Asociación Publicadora Adventista del Séptimo Día fue incorporada en armonía con las leyes que la legislatura de Michigan acababa de formular, y el 23 de mayo, en Battle Creek, se adoptaron los estatutos que regían la operación de la corporación. He aquí los oficiales que fueron escogidos para la asociación: MV 81 5 Presidente, Jaime White MV 81 6 Vicepresidente, G. W. Amadon MV 81 7 Secretario, E. S. Walker MV 81 8 Tesorero, Uriah Smith MV 81 9 Auditor, J. N. Loughborough MV 81 10 Jaime White fue elegido director de la Review and Herald, y G. W. Amadon, director del Youth's Instructor (Id., 28 de mayo, 1861). GANANDO LA LUCHA A FAVOR DE LA ORGANIZACIÓN DE LA IGLESIA MV 81 11 Habiendo otros que compartían las responsabilidades de la obra de publicaciones en Battle Creek, Jaime y Elena tenían mayor libertad para viajar al campo y visitar las iglesias. MV 81 12 Si bien hubo unanimidad en el congreso en Battle Creek, en términos generales no era así en el campo. MV 81 13 Con el hecho de que se estaban haciendo reparaciones en la casa de los White, con la elaboración de planes para la nueva casa publicadora, con la planificación de un viaje al Este para obtener apoyo moral para la organización y fondos que la asociación publicadora necesitaba críticamente, Jaime White, según Elena le informó a Mary Loughborough, estaba "demasiado ocupado como para darse cuenta si estaba enfermo o sano" (Carta 6, 1861). Aún tenía que descubrir el grado de los sentimientos negativos en el campo, particularmente en el Estado de Nueva York y Ohio. ENFRENTANDO OPOSICIÓN MV 82 1 Jaime y Elena White comenzaron su gira por el Este el martes 23 de julio de 1861. Pasaron el martes de noche con amigos en Jackson, Michigan, y a la mañana siguiente siguieron su viaje a Eagle Harbor, Nueva York, donde Moses Hull estaba al frente de reuniones bajo carpa. Una frase en el informe de Hull sobre las reuniones ofrece un indicio de la erosión, en ciertas áreas, de la confianza en los dirigentes de la iglesia. El escribió lo siguiente: "Los testimonios de la Hna. White fueron muy directos, y parecieron quitar el prejuicio que existía contra ella y sus visiones" (RH, 3 de septiembre, 1861). Al profundizarse la resistencia a la organi-zación y proliferar las críticas contra Jaime White por sus intentos de conducir la iglesia hacia la organización, Elena de White y las visiones fueron objeto de ataques, primero furtivamente y luego en forma abierta. El orden de la iglesia y los dones espirituales estaban estrechamente vinculados, como pudo verse a medida que progresaba la gira por el Este. VISIÓN EN ROOSEVELT NUEVA YORK MV 82 2 Desde Eagle Harbor los White viajaron a Rochester y luego a Roosevelt, Nueva York. Iba a celebrarse un congreso en la casa de adoración de ese lugar en el fin de semana del 3 y 4 de agosto. Fue una reunión difícil. White informó que el sábado de tarde la luz comenzó a penetrar, especialmente en un período de oración especial "por los afligidos y desanimados que hay entre nosotros, y para que el Espíritu Santo regrese a nosotros como pueblo". He aquí lo que informó: MV 82 3 Habíamos estado reunidos siete horas sin tomar alimento, y el interés de la ocasión era tal que nadie parecía desfallecer o cansarse. Dios oyó las oraciones unidas de su pueblo afligido, y su Espíritu descendió sobre ellos. La Sra. White compartió extensamente en este bendecido refrigerio, y pronto estuvo en visión, en la cual recibió mensajes de consuelo para los abatidos y afligidos, y de corrección para los extraviados y errantes (Ibíd., 20 de agosto, 1861). MV 82 4 En la visión se le mostró, entre otras cosas, "en cuanto al orden de la iglesia, y la lucha de nuestra nación, y su efecto sobre la causa" (Id., 27 de agosto, 1861). Al recorrer el Estado y ver lo que estaba pasando, Jaime White se sintió "dolido por el pensamiento de que el saldo de la influencia [de los hermanos] está en contra del tema de la organización o es partidaria de guar dar silencio al respecto" (Id., 3 de septiembre, 1861). Él escribió: MV 83 1 Pareciera que estuviésemos avanzando penosamente a través de la influencia de una incertidumbre estúpida sobre el tema de la organización. Así es como podría esperarse en base a las circunstancias vinculadas con la introducción del tema entre nosotros. Poco después que meramente lo insinuamos hace unos 18 meses, apareció un artículo en la Review de uno de los editores corresponsales con la intención definida de despertar los temores de muchos de que el Hno. White estaba a favor de algo espantoso... MV 83 2 Los hermanos en Pennsylvania votaron en contra de la organización, y la causa en Ohio ha sido terriblemente sacudida. Ha sufrido en todas partes. Si ministros de experiencia como los hermanos Ingraham, Andrews y Wheeler pudieran haber hablado sobre el tema en forma decidida y a tiempo, podría haberse salvado mucho que probablemente se ha arruinado. Por todas partes hay alguien que está frenando. No tienen razones válidas para hacerlo; todavía siguen frenando (Id27 de agosto, 1861). MV 83 3 White se refirió entonces al congreso en Roosevelt. Después de una discusión de dos horas sobre la organización en la cual fueron despejadas las objeciones, pidió un voto en el que se pusieran de pie los que favorecían la organización. Frederick Wheeler, un obrero pionero, se quedó sentado. Jaime White estaba devastado. Escribió así: "Nos abrumó un terrible sentimiento de desánimo del que no hemos podido libramos". Y luego preguntó: "¿Qué podemos esperar de la gente cuando los ministros proceden así?" MV 83 4 Al lamentar la situación, Jaime White observó que "en vez de que seamos un pueblo unido, que se fortalezca cada vez más, estamos en muchos lugares apenas un poco mejor que fragmentos rotos, todavía esparcidos y debilitándonos más y más" (Ibíd. MV 83 5 Esta situación había sido sumamente obvia a Jaime y Elena y otros dirigentes al viajar extensamente y visitar iglesias individuales. Vieron cuán importante era que las iglesias individuales estuviesen de acuerdo sobre asuntos tales como las calificaciones de los dirigentes, la aceptación de miembros nuevos, y la enseñanza de las creencias. MV 83 6 Puesto que en Battle Creek se habían dado los primeros pasos para proveer a la iglesia de la obra de publicaciones y para decidir en cuanto a un nombre, los miembros en Battle Creek fueron los primeros en dar el siguiente paso. LA IGLESIA DE BATTLE CREEK MARCA EL PASO PARA REALIZAR UNA ORGANIZACIÓN MV 83 7 Aunque en agosto y septiembre varios grupos de creyentes entraron en alguna forma de organización, se delegó a la Iglesia de Battle Creek la tarea de dar liderazgo nuevamente mediante pasos bien definidos en esta dirección. La reunión anual de la Asociación Publicadora Adventista del Séptimo Día fue convocada para el viernes 4 de octubre. Esto reuniría a un grupo grande de ministros y laicos de Michigan. J. N. Loughborough, E. S. Walker y George Amadon vieron esto como una oportunidad para promover los intereses del orden de la iglesia, llevándolo a un tercer paso, el de organizar las iglesias locales. En relación con la reunión del grupo electoral o constituyente, sugirieron reuniones durante el fin de semana en las que pudiese darse atención a "una organización más perfecta de la iglesia" (Id.,24 de septiembre, 1861). MV 84 1 De modo que después del sábado 5 de octubre, se celebró una reunión con José Bates como presidente y Uriah Smith como secretario. MV 84 2 El primer asunto que se presentó fue la organización de las iglesias. MV 84 3 Loughborough propuso "que consideremos la manera apropiada de organizar las iglesias". MV 84 4 Jaime White apoyó, y la moción fue aprobada. MV 84 5 White presentó entonces la siguiente resolución: MV 84 6 Resuelto, Que este congreso recomiende el siguiente pacto de la iglesia: Nosotros, los suscritos, por este acto nos asociamos juntamente como una iglesia, tomando el nombre de Adventistas del Séptimo Día, comprometiéndonos a observar los mandamientos de Dios y la fe de Jesús (Id., 8 de octubre, 1861). MV 84 7 La propuesta fue apoyada por Moses Hull y luego se adoptó. Pero el voto no fue pleno, y White declaró que esperaba que un asunto de tal importancia no se aprobase sin alguna discusión. En base a esta sugerencia, Loughborough, mediante una moción, abrió el camino para que se reconsiderase el asunto. Esto condujo a la pregunta de si la propuesta de White no era un credo, y ellos no tolerarían un credo. Hull sentía que no era un credo o artículos de fe, sino meramente una promesa de hacer algo: "Guardar los mandamientos de Dios y la fe de Jesús". Jaime White condujo entonces a una discusión sobre las implicaciones de esto a la luz de los temores abrigados por algunos. MV 84 8 Jaime dijo, en parte: "Me gustaría oír observaciones sobre este punto. Ciertamente esto será hacer como los que están a nuestro alrededor; y ciertos individuos dirán que estamos siguiendo a Babilonia; y esto puede ser una objeción en sus mentes" (Ibíd.). MV 84 9 Loughborough sugirió que si esto fuera cierto, ellos estarían imitando a las otras iglesias al construir capillas. "Llamamos a las iglesias Babilonia no porque prometan juntas obedecer a Dios", sino por otras razones. MV 84 10 Comell no podía ver que el adoptar dicho acuerdo fuese "imitar a las iglesias". MV 84 11 Entonces Jaime hizo una declaración abarcante y significativa sobre el asunto. MV 85 1 Deseo ahora decir una palabra a favor de la resolución. Prefiero que los hermanos sean uniformes en este asunto. Esto tendería a la unidad en la iglesia. Establezcamos aquí un ejemplo correcto y que dicho ejemplo salga de esta reunión... En Efesios 4:11 -13 leemos: "El mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas", etc. Aquí se nos presentan los dones de la iglesia. Ahora yo sostengo que los credos están en directa oposición a los dones. Supongamos un caso: Levantamos un credo declarando simplemente qué creeremos sobre este punto y el otro, y qué haremos con referencia a este asunto y aquel otro, y decimos que también creeremos en los dones. MV 85 2 Pero supongamos que el Señor, a través de los dones, nos diese alguna nueva luz que no armoniza con nuestro credo; entonces, si permanecemos leales a los dones, de una vez derribamos nuestro credo por completo. Hacer un credo es fijar las estacas y obstruir el camino para todo avance futuro. Dios dio los dones a la iglesia con un objetivo bueno y grande; pero los hombres que han levantado sus iglesias han cerrado el camino o han trazado un curso para el Todopoderoso. Virtualmente dicen que el Señor no debe hacer nada adicional de lo que ha sido delineado en el credo. MV 85 3 Por lo tanto un credo y los dones se encuentran en directa oposición entre sí. Ahora bien, ¿cuál es nuestra posición como pueblo? La Biblia es nuestro credo. Rechazamos cualquier cosa en la forma de un credo humano. Tomamos la Biblia y los dones del Espíritu, abrazando la fe que de ese modo el Señor nos enseñará de tiempo en tiempo. Y con esto adoptamos una posición en contra de la formación de un credo. En lo que estamos haciendo, no estamos dando un paso en el sentido de llegar a ser Babilonia (Ibíd.; la cursiva se ha agregado). MV 85 4 Hubo luego alguna discusión sobre declaraciones por escrito y pactos. Luego se tomó el acuerdo de largo alcance, a saber, el de adoptar el texto propuesto. Antes de terminar la reunión adoptaron unánimemente el acuerdo o promesa por el cual los miembros se unirían a la iglesia: MV 85 5 Nosotros, los suscritos, por este acto nos asociamos juntamente como una iglesia, tomando el nombre de Adventistas del Séptimo Día, comprometiéndonos a observar los mandamientos de Dios y la fe de Jesús (Ibíd.) MV 85 6 Se había tomado otro paso importante en la organización de la iglesia. MV 85 7 La cuestión del procedimiento para la organización de las iglesias fue referida a los ministros presentes a quienes se los responsabilizó de realizar una "clase bíblica" sobre el tema y escribir un mensaje a los hermanos, a ser publicado en la Review. LA FORMACIÓN DE LA ASOCIACIÓN DE MICHIGAN MV 86 1 Jaime White sugirió luego otra proposición: MV 86 2 Resuelto, Que recomendemos a las iglesias en el Estado de Michigan que se unan en una Asociación con el nombre de la Asociación de Michigan de los Adventistas del Séptimo Día. MV 86 3 La resolución fue rápidamente adoptada. Luego los ministros y delegados de las iglesias fueron declarados miembros de la Asociación de Michigan. Se eligieron los oficiales correspondientes y un comité de la Asociación. Se votó que el presidente, José Bates, y el secretario, Uriah Smith, fuesen los oficiales para el año en curso, y se fijó la fecha para la primera sesión, del 5 al 8 de octubre de MV 86 4 1862. Había una importante cuestión más, y era la de los "documentos de los ministros". Este es el voto que se tomó: MV 86 5 Resuelto, Que los documentos de nuestros ministros consistan de un certificado de ordenación, también credenciales que han de ser firmadas por el presidente y el secretario de la Asociación; dichas credenciales se renovarán anualmente (Ibíd.). MV 86 6 Se había puesto en su lugar un hito significativo en la organización de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Se colocaron los fundamentos, siendo Michigan un ejemplo de lo que podía lograrse. La responsabilidad por la organización de las iglesias locales y las asociaciones estatales pasaba ahora a los creyentes en otros Estados. MV 86 7 Terminado el congreso, Jaime White informó mediante la Review and Herald: MV 86 8 Un espíritu sereno, dulce y cálido impregnó esta reunión, convirtiéndola en la mejor de ese tipo que hayamos presenciado. Oímos a muchos hermanos indicar con respecto al congreso que fue el mejor que se haya celebrado alguna vez en Battle Creek... MV 86 9 La unidad existente entre los hermanos en este congreso, el ansia de asumir una posición decidida sobre la organización, y la disposición general de sostener la asociación publicadora nos han animado grandemente... Ciertamente progresamos rápidamente durante los tres días de nuestro congreso (Ibíd.). OTROS ESTADOS SE ORGANIZAN MV 86 10 Cuando la Review que informó sobre la reunión de la Asociación de Michigan llegó a las manos de J. N. Andrews, quien estaba trabajando en Minnesota, éste llevó el asunto de la organización a un congreso que se estaba celebrando allí. Creyentes y obreros adoptaron una resolución que siguió el ejemplo de Michigan. MV 86 11 Pronto siguió Ohio, mediante los esfuerzos de M. E. Cornell, quien había ido allí para cumplir con compromisos [de predicación] que tenían Jaime y Elena White, quienes estaban exhaustos. MV 87 1 El escenario había sido montado, y ahora los creyentes en la mayoría de los estados se movieron más bien rápidamente para tener una organización completa. MV 87 2 El número del 29 de octubre de la Review and Herald expresó la preocupación de Jaime White sobre el peligro de que personas inexpertas intentasen dirigir la organización de las iglesias locales. Terminó su editorial con estas palabras: MV 87 3 La pregunta ha sido: ¿Nos organizaremos? Habiéndosela contestado en forma afirmativa, ahora la pregunta es: ¿Cómo nos organizaremos? Tengamos cuidado, hermanos, de no avanzar rápidamente en este asunto. Mediante un esfuerzo firme, nuestros ministros de experiencia pueden ser inducidos a asumir el mando de esta obra y no dejarla en manos de novicios en la fe para que produzcan aun mayor confusión entrometiéndose en la organización de las iglesias (Id29 de octubre, 1861). MV 87 4 A esta declaración le siguió un artículo a fondo de Loughborough titulado "Disciplina de la Iglesia". Escribió extensamente sobre la relación de los miembros con los oficiales de la iglesia, de los problemas de tratar con aquellos que nunca habían estado bajo disciplina, de algunos que estaban inclinados a rebelarse contra los consejos del espíritu de profecía, y de recibir y propagar rumores y acusaciones. CONFESIONES DE ACTITUDES NEGATIVAS MV 87 5 Paralelamente a todo esto, la Review publicó declaraciones de miembros laicos y ministros en las que confesaban sus actitudes erróneas tanto hacia la organización como hacia el espíritu de profecía. La "Confesión" de Frederick Wheeler, publicada en la Review del 3 de diciembre, era típica. Era sincera y extensa, y decía en parte: MV 87 6 He sido lento... en ocuparme en el trabajo de organizamos. Lamento esto, y para el futuro tengo el propósito de ser más diligente, creyendo que esto logrará un resultado para conducir a la iglesia a una plataforma más elevada y más santa. MV 87 7 Humildemente pido perdón a Dios y a todos mis hermanos, y expreso mi interés en sus oraciones (Id3.,de diciembre, 1861). MV 87 8 También J. N. Andrews hizo una confesión. Al escribir desde Waukon, Iowa, el 28 de noviembre de 1861, confesó su actitud e influencia negativas concerniente "al testimonio del Espíritu de Dios, dado mediante visión a la Hna. White". Se refirió a su vuelco al respecto, declarando que "la presente obra de organización encuentra mi vigorosa aprobación" (Id., 17 de diciembre, 1861). MV 88 1 Había un paso más que debía darse en materia de organización de la iglesia, y era el de unir las asociaciones estatales en la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día. LA CONVOCATORIA PARA ORGANIZAR LA ASOCIACIÓN GENERAL MV 88 2 El número de la Review del 7 de abril de 1863 incluía la convocatoria para una reunión de la Asociación General, en la cual se esperaba que las asociaciones estatales pudieran unirse en una organización unificada a lo largo del país. Los delegados fueron citados para reunirse el miércoles 20 de mayo. La notificación declaraba: MV 88 3 Se pide a los comités de las diversas asociaciones en los diferentes estados que envíen delegados o cartas a su discreción. Los hermanos en aquellas localidades donde no hay una Asociación estatal pueden también ser representados en el congreso por delegados o cartas (Id., 7 de abril, 1863). MV 88 4 El miércoles 20 de mayo por la tarde, veinte ministros y laicos se reunieron en Battle Creek para presentar sus credenciales. El congreso pasó a su trabajo de organizar la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día. MV 88 5 El congreso eligió a John Byington como presidente; Uriah Smith, secretario; y E. S. Walker, tesorero. Jaime White fue primeramente elegido en forma unánime como el presidente, pero él pensó que era mejor permitir que otra persona llevase esa responsabilidad. J. N. Andrews y G. W. Amadon se unirían a Byington para constituir un comité ejecutivo de tres miembros. El principal énfasis del congreso tuvo que ver con la organización tanto en las asociaciones locales como en la Asociación General. MV 88 6 Este paso en la organización le dio a la iglesia una estructura denominacional unificada a tiempo para enfrentar las emergencias del reclutamiento militar, y la preparó para realizar progresos cuando dos semanas después de la sesión llegó por visión el mensaje de salud. ------------------------Capítulo 6--Los ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA EN TIEMPO DE GUERRA MV 89 1 Alalborear el año 1861, los Estados Unidos se hallaban en cierta medida en un estado de agitación. La reciente elección presidencial había polarizado a los estados del Norte y a los del Sur, donde se tenían esclavos. Antes de la inauguración de Lincoln como presidente, Carolina del Sur aprobó una ordenanza por la que se separaba de los Estados Unidos. MV 89 2 Los adventistas observadores del sábado no simpatizaban con la esclavitud y eran conscientes, por supuesto, de las tensiones y de la conmoción, pero se habían mantenido al margen de los asuntos relativos a la situación política. Precisamente en ese tiempo, mediante una visión se le dio luz a Elena de White concerniente a lo que se avecinaba: MV 89 3 Se me mostró que muchos no comprenden la extensión del mal que ha venido sobre nosotros. Se han hecho ilusiones de que las dificultades nacionales pronto se arreglarían, y que la confusión y la guerra terminarían; pero todos se convencerán de que este es un asunto más real de lo que se anticipaba... MV 89 4 Se me presentaron el Norte y el Sur. El Norte ha sido engañado respecto al Sur. Ellos están mejor preparados para la guerra que lo que se ha explicado. La mayoría de sus hombres son bien hábiles en el uso de las armas, algunos de ellos por su experiencia en el frente de batalla, otros por la práctica habitual del deporte [de la caza]. En este respecto están en ventaja sobre el Norte, pero en términos generales, no tienen el valor y el poder de resistencia que poseen los hombres del Norte (IT, pp. 264-266). MV 89 5 Los Adventistas del Séptimo Día, que acababan de organizarse como iglesia, se vieron forzados, al iniciarse la guerra entre los estados norteamericanos, a introducirse en un área muy difícil y delicada. No había pautas a seguir. Si bien los Diez Mandamientos prohibían quitar la vida y profanar el séptimo día o día de reposo, la historia del pueblo de Dios de la antigüedad bajo la teocracia no era un paradigma. Pero Dios no dejó a su pueblo remanente para que anduviese a los tumbos. Oraron y estudiaron, y cuando Dios les aconsejó a través de su mensajera, Elena de White, ellos prestaron atención. MV 90 1 Aun antes de que se disparasen los primeros tiros de la Guerra Civil, Elena había recibido una perspectiva del conflicto inminente y de su ferocidad. Las visiones dadas en Parkville, Michigan; Roosevelt, Nueva York; y Battle Creek, Michigan, colocaron a los adventistas en la posición única de saber, primero, sobre la guerra venidera y su larga duración, y luego, en cuanto a su filosofía, con la seguridad de que Dios controlaba con su mano los asuntos de la nación. MV 90 2 Elena dijo: "Vi que tanto el Sur como el Norte estaban siendo castigados". MV 90 3 Dios está castigando al Norte, porque ellos por tanto tiempo han permitido que exista el pecado maldito de la esclavitud; porque a la vista del cielo es un pecado de lo más infame. Dios no está con el Sur, y finalmente los castigará terriblemente (Id., p. 359). MV 90 4 Ella contrastó la dirección que Dios daría con la del gran adversario, Satanás mismo: MV 90 5 El jefe general de los rebeldes, Satanás, está familiarizado con las alternativas de esta guerra, y él dirige a sus ángeles para que asuman la forma de generales muertos, para que imiten sus modales y exhiban sus rasgos de carácter peculiares. Los dirigentes del ejército realmente creen que los espíritus de sus amigos y de los guerreros muertos, los padres de la Guerra Revolucionaria, los están guiando (Id., p. 364). LA BATALLA DE MANASSAS MV 90 6 Elena de White fue llevada en visión a la escena de la batalla de Manassas; se le mostró la mano de Dios en lo que allí ocurrió: MV 90 7 Tuve una vista de la desastrosa batalla en Manassas, Virginia. Fue una escena de lo más impresionante y angustiosa. El ejército del Sur tenía todo en su favor y estaba preparado para una contienda terrible. El ejército del Norte estaba avanzando triunfalmente, sin dudar de que serían victoriosos. Muchos eran temerarios y avanzaban jactanciosamente, como si la victoria ya fuese suya. MV 90 8 Al acercarse al campo de batalla, muchos estaban casi desmayando por el cansancio y la falta de comida. No esperaban un encuentro tan furioso. Corrieron a la batalla y pelearon valiente, desesperadamente. Los muertos y moribundos estaban en cada lado. Tanto el Norte como el Sur sufrieron terriblemente. Los hombres del Sur sintieron el peso de la batalla, y en poco tiempo serían empujados hacia atrás. Los hombres del Norte se precipitaban al combate, aunque su destrucción era muy grande. MV 90 9 Precisamente entonces descendió un ángel y agitó su mano hacia atrás. Instantáneamente hubo confusión en las filas. A los hombres del Norte les pareció que sus tropas estaban retirándose, cuando eso no era así en realidad, y se inició una retirada precipitada. Esto me pareció asombroso. MV 91 1 Entonces se explicó que Dios tenía esta nación en su mano, y que no toleraría que se ganasen victorias más rápidamente de lo que él había dispuesto, ni permitiría que los hombres del Norte sufriesen más pérdidas que lo que en su sabiduría él viese conveniente, para castigarlos por sus pecados. Y si en esa ocasión el ejército del Norte hubiera insistido en continuar aún más la batalla en su condición desfalleciente, exhausta, la lucha y destrucción mucho mayores que les aguardaban habrían causado un gran triunfo en el Sur. MV 91 2 Dios no permitiría esto y envió un ángel para interferir. La retirada repentina de las tropas del Norte es un misterio para todos. No saben que la mano de Dios estaba en el asunto (Id., pp. 266-267). MV 91 3 De este modo se reveló la mano guiadora de Dios en los asuntos de la guerra. RELATO DE UN TESTIGO PRESENCIAL MV 91 4 W. W. Blackford, un teniente coronel del ejército sureño, en su libro War Years With jeb Stuart (Años de guerra con Jeb Stuart), dio un relato emocionante de lo ocurrido en Manassas en la batalla del 21 de julio de 1861: MV 91 5 Era ahora alrededor de las cuatro de la tarde y la batalla rugía sin que su furia disminuyese. Las líneas de azul [soldados del Norte] no habían sido quebradas y su fuego seguía vigoroso como siempre mientras arremetían contra los sólidos muros de gris [soldados del Sur], que permanecían inamovibles frente a ellos. Fue en la cumbre de ese cerro más temprano en el día, que Jackson se ganó el nombre de Stonewall [Muro de Piedra]. MV 91 6 Pero entonces ocurrió el espectáculo más extraordinario que yo jamás haya presenciado. Había estado contemplando las numerosas líneas bien formadas mientras avanzaban al ataque, unos 15.000 a 20.000 soldados vigorosos plenamente visibles, y por alguna razón volví mi cabeza en otra dirección por un momento, cuando alguien exclamó señalando al campo de batalla, "¡Mire! ¡Mire!" MV 91 7 Miré y qué cambio había ocurrido en un instante. Donde esas líneas bien vestidas y definidas, con espacios despejados entre ellos, habían estado avanzando firmemente, ahora todo el campo era un enjambre confuso de hombres, semejantes a abejas, que huían tan rápidamente como sus piernas se lo permitían, habiendo abandonado todo orden y organización. En un momento todo el valle estaba lleno de ellos, tan lejos como el ojo podía alcanzar. MV 91 8 Se precipitaron por el arroyo Bull Run en cualquier punto donde llegasen a él, sin hacer caso de vados o puentes, y muchos se ahogaron. Mosquetes, cajas de cartuchos, cintos, mochilas, morrales y mantas fueron tirados en su loca carrera, para que nada pudiera impedirles su huida. En su prisa atolondrada, la artillería atropelló a cualquiera que no se quitase de su camino. Los conductores de las ambulancias y los carros cortaron los arreos y se escaparon en las muías. Al cruzar el Cub Run, una granada explotó en una yunta de animales, lo que bloqueó el camino, y 28 piezas de artillería cayeron en nuestras manos (pp. 34-35 [ver también DF 956]). LA GUERRA Y LA OBRA DE LA IGLESIA MV 92 1 A quienes estaban en Battle Creek, por un tiempo la guerra les parecía distante. Poco ocurría en los campos de batalla, y Jaime y Elena White estaban involucrados en los diversos intereses de la iglesia. MV 92 2 Pero a medida que la guerra avanzaba, el presidente emitió llamados para reclutar más soldados. Se le requería a cada Estado que proveyese una cierta cuota de hombres para cada llamado, la que a su vez fue distribuida entre cada condado, ciudad y barrio. Si el número de los que se ofrecían voluntariamente no llegase a alcanzar la cuota requerida, se haría necesario instituir un reclutamiento obligatorio. Para evitar esto, tenían que encontrarse maneras para estimular el alistamiento de hombres a fin de reunir el número requerido. Para promover el alistamiento, en muchas municipalidades se formaron comités de ciudadanos; ellos hacían arreglos para ofrecer gratificaciones que se pagarían a los reclutas. Comenzando con $25 dólares, pronto se elevaron hasta $100 a medida que más y más hombres eran llamados al frente. MV 92 3 Como los adventistas estaban particularmente ansiosos de evitar el reclutamiento que se había amenazado, lo que incluiría a los observadores del sábado, Jaime White participó gustosamente en el proyecto de recaudar fondos para pagar gratificaciones atrayentes a los voluntarios. Como norma, los Adventistas del Séptimo Día se oponían por razones de conciencia a la portación de armas, sin embargo sentían que era su deber reunir dinero para el pago de las gratificaciones ofrecidas a voluntarios que no tenían escrúpulos religiosos contra la portación de armas. MV 92 4 Jaime White, J. P. Kellogg y otros adventistas al frente de la obra asistieron y participaron en una cantidad de reuniones populares de los ciudadanos de Battle Creek. En estas reuniones se discutieron libremente las actividades de la guerra, pero particularmente el problema de proveer la cuota de hombres, de ser posible, sin la necesidad del reclutamiento. White hizo claro que los jóve-nes observadores del sábado no se habían abstenido de ofrecerse como voluntarios porque fuesen cobardes o amigos de la comodidad. Aunque generalmente eran pobres, contribuirían voluntariamente en forma tan generosa como aquellos que eran prósperos. MV 92 5 Las perplejidades relacionadas con la guerra aumentaban a medida que se elevaba el monto de la gratificación, por lo que se necesitaba hacer a los adventistas pedidos de recursos aún más gravosos. Los obreros que estaban en el campo infor maban sobre dificultades relacionadas con intentos de practicar evangelismo. William Ingraham informó que la carpa de Illinois fue desarmada porque era inútil montar la carpa en campos nuevos durante la excitación de la guerra (RH, 19 de agosto, 1862). En Iowa, J. H. Waggoner y B. E Snook fueron arrestados bajo ley marcial y detenidos hasta que obtuviesen un certificado del juez del condado "declarando su lugar de residencia, su presente ocupación y profesión". El juez les aconsejó que volvieran inmediatamente a sus hogares, considerando que diariamente estarían más y más expuestos a problemas y dificultades (Id., 26 de agosto, 1862). MV 93 1 De Rochester, Nueva York, M. E. Cornell informó: MV 93 2 La conmoción de la guerra era tan grande que tuvimos que suspender [las reuniones] por dos noches. Nuestra carpa fue usada para las reuniones de la guerra. Nunca vi una excitación tal como la que vi aquí en Rochester. Las calles están bloqueadas con las carpas de los oficiales de reclutamiento. Todos los negocios están cerrados de 3:00 a 6:00 p.m., y todos están tratando de inducir a los hombres a alistarse. Cada noche hay reuniones sobre la guerra (Ibíd.). COMIENZA A CAMBIAR EL CURSO DE LOS ACONTECIMIENTOS MV 93 3 Con la Proclamación de la Emancipación del Presidente Lincoln, hecha efectiva el 1o de enero de 1863, comenzó a cambiar el curso de los acontecimientos en la guerra. Cuando se designó un ayuno nacional para el 30 de abril de 1863, los adventistas sintieron que podían unirse en su observancia, porque el gobierno se estaba aproximando más al testimonio de Isaías 58. A comienzos de julio se peleó una batalla decisiva en Gettysburg, Pennsylvania, en la que las fuerzas de la Unión ganaron la victoria. MV 93 4 Todavía había por delante muchos días difíciles, pero la provisión que al pagar $300 un recluta adventista del séptimo día podía librarse del servicio militar proporcionó alivio hasta bien entrado el año 1864. La iglesia que acababa de organizarse tuvo un intervalo de respiro. Sin embargo, un pago tal equivalía a un poco más que el salario de un año de empleo, y Jaime White vio que la provisión, aunque beneficiosa, era una amenaza a los ingresos de la denominación. Advirtió lo siguiente: MV 93 5 Si nuestros hermanos fuesen reclutados, si es necesario debieran hipotecar su propiedad para reunir los $300 dólares, en vez de aceptar medios que debieran ir a la tesorería del Señor. Diríamos esto aun de nuestros ministros. El reclutamiento probablemente se acercará más y más (Id., 24 de noviembre, 1863). MV 93 6 El 3 de marzo de 1863, el Congreso de los Estados Unidos aprobó una ley llamando al reclutamiento de todos los hombres entre las edades de 20 y 45 años; esto constituiría la base de un reclutamiento nacional. Ahora parecía que un hombre de cada tres sería llamado al servicio militar. Ciertas provisiones de esta ley trajeron un suspiro de alivio a los adventistas: MV 94 1 Que los miembros de las denominaciones religiosas que por juramento o afirmación declaran que se oponen por razones de conciencia a la portación de armas, y a quienes se les prohíbe de hacerlo por las reglas y artículos de fe y práctica de dicha denominación religiosa, serán considerados no combatientes cuando se los reclute al servicio militar, y serán asignados por el Secretario de Guerra a prestar servicio en los hospitales, o a cuidar a los libertos, o pagarán la suma de $300 a la persona que el Secretario de Guerra designe para que la reciba, la que se aplicará al beneficio de los soldados enfermos y heridos. MV 94 2 Provisto, Que ninguna persona tendrá derecho al beneficio de las provisiones de esta sección a menos que su declaración de escrúpulos de conciencia contra la portación de armas esté respaldada por evidencias satisfactorias de que su conducta ha sido uniformemente consecuente con dicha declaración ("El punto de vista de los Adventistas del Séptimo Día relativo a la portación de armas", pp. 3-4). MV 94 3 Bajo estas provisiones liberales, por lo general los Adventistas del Séptimo Día, si eran reclutados, pagaban $300 y eran excusados de prestar servicio. A la luz del consejo dado por Dios a través de Elena de White, parecía compatible seguir este curso de acción y de ese modo eludir los muchos problemas del servicio militar. Pero la ley fue enmendada el 4 de julio de 1864; se revocó la provisión que permitía canjear el reclutamiento por $300, y aparentemente teniendo en mente a los cuáqueros, la enmienda rezó así: MV 94 4 "No se debe pensar que nada en este decreto tiene el propósito de alterar, o en cualquier forma afectar la ley relativa a aquellos que se oponen por razones de conciencia a la portación de armas" (Id., p. 4). MV 94 5 Esto significaba que la provisión del canje de $300 ahora se aplicaba sólo a aquellos que estaban oficialmente reconocidos como no combatientes. Hasta ese momento los adventistas, aunque firmemente convencidos de esa creencia, no habían declarado públicamente este hecho, ni su posición estaba reconocida oficialmente. La iglesia tenía que actuar rápidamente para obtener estatus oficial de no combatiente. Los dirigentes de la iglesia, trabajando a través de los canales apropiados, dieron pasos inmediatos para lograr esto. El primer paso fue obtener el respaldo del gobernador de Michigan, Austin Blair. Por lo tanto, el 3 de agosto de 1864 tres hombres del comité de la Asociación General le llevaron una comunicación: MV 95 1 Nosotros los infrascritos, el Comité Ejecutivo de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, rogamos respetuosamente autorización para presentar a su consideración las siguientes declaraciones: MV 95 2 La denominación de cristianos que se llaman a sí mismos Adventistas del Séptimo Día, tomando la Biblia como su regla de fe y práctica, unánimemente sostienen que sus enseñanzas son contrarias al espíritu y práctica de la guerra; por lo tanto, siempre se han opuesto por razones de conciencia a la portación de armas... Diremos además que los Adventistas del Séptimo Día somos rígidamente antiesclavistas, leales al gobierno, y en armonía con ello estamos en contra de la rebelión. MV 95 3 Pero no habiendo tenido una larga existencia como un pueblo diferente, y considerando que nuestra organización se ha completado apenas recientemente, nuestros sentimientos no son todavía extensamente conocidos. El cambio en la ley hace necesario que asumamos una posición más pública en la cuestión. Por esta razón depositamos ahora ante Su Excelencia los sentimientos de los Adventistas del Séptimo Día, como un cuerpo, en relación con la portación de armas, confiando que usted no vacilará en respaldar nuestro pedido de que como pueblo, nos colocamos bajo el alcance de la última ley del Congreso concerniente a aquellos que se oponen por razones de conciencia a la portación de armas, y tienen derecho a los beneficios de dichas leyes. MV 95 4 John Byington Comité Ejecutivo de la MV 95 5 J. N. Loughborough Asociación General de los MV 95 6 George W. Amadon Adventistas del Séptimo Día MV 95 7 Battle Creek, 2 de agosto, 1864 MV 95 8 Esta comunicación dirigida al gobernador fue acompañada de cartas de presentación y de una recomendación del alcalde y de vecinos importantes de Battle Creek. LA RESPUESTA DEL GOBERNADOR BLAIR MV 95 9 La delegación llevó de vuelta la respuesta del gobernador, breve y al punto, pero adecuada: MV 95 10 Estoy satisfecho de que la declaración antedicha de principios y prácticas de los Adventistas del Séptimo Día es correcta, y que ellos tienen derecho a todas las inmunidades garantizadas por la ley a aquellos que se oponen por razones de conciencia a portar armas, o a participar en la guerra. MV 95 11 Austin Blair MV 95 12 Gobernador de Michigan MV 95 13 Fechado, 3 de agosto, 1864 MV 96 1 El paso siguiente debía darse en Washington. Para esta misión importante, J. N. Andrews, equipado con los documentos apropiados, fue enviado como el emisario de la iglesia. Jaime White informó en la Review del 6 de septiembre de 1864. MV 96 2 El Hno. J. N. Andrews partió para Washington el lunes [29 de agosto], bien respaldado por la autoridad militar más alta de esta ciudad. El informará mediante la Review tan pronto como sea posible. Ojalá que el informe sea favorable para aquellos que se han alistado para servir bajo el Príncipe de Paz. MV 96 3 Dos semanas más tarde la Review incluía el informe de Andrews desde Washington, D. C. Había completado los trámites exitosamente, y ahora los adventistas serían plenamente reconocidos como no combatientes. Se les asignarían deberes en hospitales, o en el cuidado de libertos, o se los eximiría al hacer pago de $300. MV 96 4 Sin embargo, a nivel local era difícil asegurar el reconocimiento de las declaraciones de los hombres adventistas. MV 96 5 Durante este tiempo la intensidad de la guerra había sido tal que el Comité de la Asociación General extendió una apelación para que el sábado 27 de agosto se convirtiese en un día de ayuno y oración. MV 96 6 En un breve artículo en la Review se mencionaron tres puntos de inquietud: MV 96 7 1. La guerra existente, que amenaza retrasar grandemente el progreso del mensaje del tercer ángel. MV 96 8 2. La condición de los esclavos norteamericanos. MV 96 9 3. Que Dios dirija a su pueblo para que actúe sabia y humildemente con respecto al reclutamiento, e intervenga en los eventos inminentes para el bien de ellos y para su gloria (RH, 9 de agosto, 1864). MV 96 10 El 20 de octubre el presidente de los Estados Unidos, Abraham Lincoln, proclamó "el último jueves del próximo mes de noviembre, como un día... de agradecimiento y de oración al Dios Todopoderoso, el benéfico Creador y Gobernante del universo". Fue un día de humildad y súplicas a Dios en busca de "paz, unión y armonía a lo largo de todo el país" (Id., 8 de noviembre, 1864). MV 96 11 En enero de 1865 el presidente emitió otro llamado de 300.000 voluntarios para llenar las filas en los ejércitos. Se esperaba que la mayor parte de esta necesidad sería suplida por un reclutamiento, y esto afectaría a una cantidad de adventistas. Jaime White comentó con señal de cansancio en la Review: MV 96 12 Si esta guerra continúa, sólo Dios sabe qué hará incluso a los no combatientes. A menos que el Cielo se interponga, quizás ellos no sean tratados con ese respeto y lenidad que ahora reciben (Id., 24 de enero, 1865). UN LLAMADO PARA URGIR A DIOS A QUE DETENGA LA GUERRA MV 97 1 La semana siguiente Jaime White se dirigió a los lectores de la Review. Después de expresar gratitud por "la provisión hecha por el gobierno para que los no combatientes sean eximidos de portar armas camales", propuso lo siguiente a los creyentes adventistas: MV 97 2 El orar y dar gracias por aquellos que están en autoridad constituye una porción adecuada de su día de reposo y de otros momentos de adoración pública, y también de las devociones familiares y privadas. Y además de esto, recomendamos que se aparte en forma especial el segundo sábado de cada mes para ayuno y oración en vista de la terrible guerra actual (Id., 31 de enero, 1865). MV 97 3 A mediados de febrero de 1865 era claro para el comité que si la guerra no terminaba pronto, y si iba a haber un llamado de más hombres cada cinco o seis meses, "inevitablemente debemos perder recursos, o perder a nuestra propia gente, y perder a aquellos que abrazarían la verdad, y perder la atención de la gente" (Id., 21 de febrero, 1865). MV 97 4 Como nos parece claramente, hemos sido conducidos a un punto donde si la guerra continúa, debemos parar. Lo repetimos, la guerra debe parar, o nuestra obra en la diseminación de la verdad debe parar. ¿Qué es lo que se detendrá? (Ibíd.). MV 97 5 Entonces vino una apelación sumamente insólita: MV 97 6 Recomendaríamos, más aún, rogaríamos fervientemente a todas nuestras iglesias y hermanos dispersos que aparten cuatro días comenzando el miércoles 1o de marzo y continuando hasta el fin del siguiente sábado, como días de oración ferviente e insistente sobre este tema. Suspendamos los negocios y que las iglesias se reúnan a la una de la tarde de cada día de la semana, y dos veces en el sábado, para derramar sus súplicas ante Dios... Durante estos días de oración recomendamos que todos sigan una dieta muy abstemia y sencilla... En la oficina de la Review se suspenderá el trabajo (Ibíd.). MV 97 7 Los adventistas respondieron muy gustosamente. MV 97 8 El Presidente Lincoln, en su segundo mensaje inaugural, dado el 4 de marzo de 1865, reconoció el azote de la guerra como un resultado del crimen de la esclavitud. He aquí sus palabras: MV 97 9 Esperamos con confianza y oramos fervientemente para que este poderoso azote de la guerra pueda rápidamente llegar a su fin. Sin embargo, si Dios quiere que continúe hasta que se hunda toda la riqueza acumulada por los 250 años de trabajo no correspondido del esclavo, y hasta que cada gota de sangre extraída con el látigo sea pagada por otra extraída con la espada, como se dijo hace tres mil años, también debe decirse todavía que los juicios del Señor son verdaderos y enteramente justos (Id., 21 de marzo, 1865). MV 98 1 Para entonces la Review and Herald incluía en casi cada número información sobre la situación del reclutamiento y consejos para los reclutas. LA GUERRA DEVASTADORA TERMINA REPENTINAMENTE MV 98 2 Pero repentinamente ocurrió un cambio. El 9 de abril el general Robert E. Lee se rindió en el edificio del Tribunal de Justicia de Appomattox, en Virginia. La guerra virtualmente había terminado. Debían sofocarse algunas actividades bélicas más al sur y al oeste, pero el 11 de abril, dos días después de la rendición de Lee, Uriah Smith, el director de la Review and Herald, reconociendo la respuesta visible a la oración, escribió lo siguiente: MV 98 3 Ven en el panorama no sólo los efectos inmediatos que otros ven, la cesación de la masacre y el derramamiento de sangre,... sino que ven en ello un cumplimiento de la profecía, una respuesta a la oración, una señal luminosa de que el gran Pastor de Israel está yendo delante de su rebaño. Por lo tanto, agradecemos a Dios por la manifestación visible de su mano en nuestros asuntos nacionales (Id., 11 de abril, 1865). MV 98 4 Una semana más tarde, Smith se refirió al amplio reconocimiento de la mano providencial de Dios en los asuntos de la nación: MV 98 5 Es justo y apropiado que Dios sea reconocido en la gratitud nacional, porque él es quien ha dado la victoria. Pero ver un reconocimiento tan general desde el funcionario bajo su sello de autoridad hasta el ciudadano más humilde, es más de lo que podría haberse esperado (Id., 18 de abril, 1865). MV 98 6 El reconocimiento de la providencia de Dios en la rápida terminación de la guerra fue aceptado en forma muy generalizada. A los lectores de la Review se les informó de un elemento significativo aparecido en el American Missionary de abril, llamando la atención al MV 98 7 fuerte elemento religioso en el regocijo sobre nuestras victorias. El hecho de atribuirle a Dios nuestros grandes éxitos era algo casi universal. En los altos sitios del país y en los centros comerciales más ocupados, como también en las iglesias y en tomo a los altares domésticos de las familias cristianas, fue manifiesto el mismo piadoso reconocimiento. La brillante transparencia en el Capitolio en Washington, "Es obra del Señor y es algo maravilloso en nuestros ojos", y la multitud descubierta en Wall Street uniéndose reverentemente en oración y cantando la doxología cristiana, eran hechos raros pero representativos (Id., 6 de junio, 1865). MV 99 1 La Guerra Civil terminó demasiado pronto como para probar bien las provisiones hechas por el gobierno para proporcionar alivio a los adventistas que habían sido reclutados. Pero en la Primera Guerra Mundial y en situaciones militares subsiguientes, los pasos dados en 1864 y 1865 prepararon el camino para aliviar la situación de los adventistas en las fuerzas armadas. MV 99 2 ¿Y cuál era el significado de una ley del Congreso que disponía que toda nueva matriz hecha en la Casa de la Moneda de los Estados Unidos debía llevar el lema, "En Dios Confiamos"? MV 99 3 La tendencia favorable indujo a Jaime White a apelar a la iglesia: MV 99 4 La retención de los vientos [manifestada] en la supresión de la rebelión, superando aun nuestra fe en el carácter repentino de su ejecución, está abriendo ante nosotros una puerta amplia. Que los miles de observadores del sábado cuya oración ascendió hace dos meses pidiendo el rápido cumplimiento de esta obra, ahora contestada en forma tan señalada, nuevamente la eleven para que el gran Capitán de los ejércitos del Señor se encuentre con su pueblo (Ibíd.., 9 de mayo, 1865). MV 99 5 Y en la reunión anual de la Asociación General en mayo se aprobó y registró una resolución: MV 99 6 Resuelto, Que reconozcamos, con gratitud devota, la mano de Dios en este evento, como una respuesta directa a la oración, y que en vista de las mayores responsabilidades depositadas sobre nosotros al abrirse nuevamente el camino para el progreso del mensaje, nos consagremos de nuevo solemnemente a esta gran obra a la que Dios nos ha llamado (Id., 23 de mayo, 1865). LAS NUBES DE LA GUERRA Y LA FAMILIA WHITE MV 99 7 Cuando la familia White se estableció en una pequeña cabaña en la Calle Wood en Battle Creek en 1857, había un bosque al norte y un campo de pastoreo al oeste. Esto prometía ser un refugio tranquilo y una atmósfera sana para la crianza de la familia. Pronto, sin embargo, la Asociación de la Feria de Michigan obtuvo una extensión considerable de tierra casi adjunta a la propiedad de los White, y construyó un hipódromo para caballos de carrera. Cuando llegó la guerra, este sitio demostró ser un excelente campo de entrenamiento para los reclutas en el Ejército de la Unión. Las actividades que se realizaban en el terreno de la feria resultaron de especial interés para los hijos adolescentes. W. C. White recordó más tarde: MV 100 1 Los vecinos más cercanos hacia el sur eran los miembros de la familia de Jonah Lewis, adventistas devotos. Si bien las familias White y Lewis eran no combatientes, los hijos se interesaban vivamente en la guerra. Los dos muchachos menores de los Lewis, de 16 y 18 años de edad, y los dos mayores de los White, de 12 y 14 años, aprendieron cantos del tiempo de guerra y muchas tardes soleadas se sentaban en la cerca y practicaban, "Tramp, Tramp, Tramp, los Muchachos Están Marchando", y "Aquí Venimos, Padre Abraham". Todos tenían buenas voces y yo, de unos siete años, era la audiencia que los admiraba, y me sentaba en el pasto para escucharlos. MV 100 2 Mis hermanos fueron tan lejos como pudieron para suplirse de instrumentos de carácter militar. Se fabricaron buenos arcos y flechas con los que disparaban contra los pájaros fastidiosos. Silbaban bien, pero querían un tambor, de modo que compraron dos cajas de queso, les sacaron las tapas, colocando los bordes juntos, con papel adentro y afuera. Consiguieron una piel de oveja, le sacaron la lana, e hicieron parches de cuero crudo" (DF 780a, "Pioneer Days Are Recalled", Enquirer de Battle Creek, 30 de octubre, 1932). MV 100 3 El tambor tuvo mucho éxito y podía oírse por todo el vecindario. En su relato, Willie incluyó progresos logrados en un período de tiempo: MV 100 4 Cuando los soldados se estaban entrenando en el viejo terreno de la feria,... Henry fue a observarlos y, como un muchacho que era, estaba marchando junto a ellos, silbando en armonía con el flautín. El capitán dio la señal a los músicos para que guardasen silencio, y la compañía de soldados hizo su marcha de una milla guardando el paso al son del tambor y el silbido de Henry. MV 100 5 Él quería ir a la guerra como un tambor, pero el amor por su madre y el respeto hacia sus deseos lo indujeron a renunciar al pensamiento acariciado de estar en el Ejército (Ibíd.). MV 100 6 Jaime y Elena estaban afligidos al ver cómo Henry y Edson, en 1862 y comienzos de 1863, se sentían más y más fascinados con las actividades de la guerra, y al mismo tiempo perdían la consagración que habían disfrutado en ocasión de su bautismo al terminar el año. Les parecía que debían alejar a los hijos de Battle Creek. Jaime estaba ahora libre de responsabilidades adminis-trativas. MV 100 7 En la sesión de la Asociación General en mayo de 1863 se habían tomado acuerdos en los que se pedía la producción de un nuevo diagrama profético y un diagrama de los Diez Mandamientos. La preparación y producción de los diagramas le requerían a Jaime que pasase dos o tres meses en la vecindad de Boston, Massachusetts. Y puesto que su cargo como presidente de la Asociación Publicadora Adventista del Séptimo Día no lo retendría continuamente en Battle Creek, ¿por qué no llevar a la familia y permanecer, digamos, un año en el Este, posiblemente viviendo en el hogar de los Howland en Topsham, Maine, apenas a unas pocas horas por tren desde Boston? MV 101 1 Al enterarse que serían bienvenidos en la casa espaciosa y confortable de los Howland, Jaime y Elena decidieron que toda la familia iría al Este. Llevarían consigo a Adelia Patten, la joven que vivía con ellos y cuidaba a los hijos cuando los padres estaban viajando. Ella también estaba comenzando a prestar cierta ayuda en la tarea de copiar los testimonios y otros escritos. MV 101 2 Además de trabajar con los diagramas, Jaime White estaba ansioso de unirse a Loughborough y Hull en evangelismo en las ciudades del Este. Elena de White deseaba dedicar algo de tiempo a escribir Spiritual Gifts (Dones espirituales), tomo 3, referente a la historia del Antiguo Testamento. Adelia cuidaría a los hijos mientras los padres proseguirían con su misión religiosa. LA EXTENSA GIRA POR EL ESTE EN EL VERANO Y EL OTOÑO DE 1863 MV 101 3 Jaime tenía ahora 42 años y Elena, 35. Henry tenía casi 16, Edson, 14, y Willie, casi 9. Adelia Patten tenía 24 años. Todos tomaron el tren en Battle Creek el miércoles 19 de agosto hacia Boston, con dos paradas en el Estado de Nueva York. En Boston, mientras Jaime White estaba empezando a trabajar con los diagramas, Henry Nichols y Ransom Lockwood tomaron a los tres muchachos bajo su dirección, y los llevaron a recorrer la ciudad. Adelia Patten menciona en su informe que visitaron lugares como los jardines públicos, las fábricas de cristales, el Monumento de Bunker Hill, Prospect Hill y la Casa de Gobierno del Estado. MV 101 4 En Topsham, donde la familia establecería su centro de actividades, fueron recibidos gozosamente por los Howland. Henry estaba especialmente contento de ver a los Howland, porque cuando niño había pasado cinco años con ellos. Notando el interés y el amor de Henry por la música, Stockbridge Howland compró un órgano flamante. La "vieja mansión en la cual doce años antes se oía la risa inocente y alegre del hermoso y parlanchín pequeño Henry, resonaba ahora con la música del instrumento gracias a su toque hábil, mezclado con su dulce voz". Así escribió Adelia Patten, quien acompañaba a la familia e informó en cuanto al viaje. MV 101 5 Ella se había amoldado bien a la familia, haciendo que Jaime y Elena White, que no tenían una hija, la aceptasen y tratasen como tal. Ella fue una de las primeras en prestar servicio como una ayudante literaria de Elena White. MV 101 6 Mientras estaba en el hogar allí en Topsham, donde él y Elena habían primeramente establecido su casa cuando Henry era un bebé recién nacido, Jaime recordó esas experiencias de 16 años antes: MV 102 1 Aquí tuvimos nuestras primeras impresiones de tener el deber de predicar y publicar el mensaje. En este lugar cortamos leña hace 16 años, para sostener a nuestra familia y obtener recursos para asistir a un congreso en Connecticut, el primero celebrado bajo el mensaje. En esta familia siempre hemos encontrado amigos verdaderos y un hogar hospitalario (RH, 29 de septiembre, 1863). ACTIVIDADES DIVERSAS EN NUEVA INGLATERRA MV 102 2 Pero Jaime y Elena White sentían que debían avanzar, de modo que después de unos pocos días de descanso en el cómodo hogar de los Howland, partieron hacia Massachusetts. Adelia describió su partida: MV 102 3 Los hijos acompañaron a sus padres a la estación, y antes de que la familia partiese, Henry, Edson y Willie cantaron a pedido, "La Ribera Siempre Verde", para satisfacción del gentío que estaba esperando otro tren. Se oyó el silbato, se dijeron los "adioses" y las "despedidas", y el tren se alejó a toda velocidad, llevando a los padres en su misión de amor y dejando nuevamente a los hijos sin su solícita vigilancia (AY, pp. 22-23). MV 102 4 Durante los tres meses siguientes Adelia y los hijos de los White estuvieron en el hogar de los Howland. Aunque Jaime y Elena White consideraban que éste era su centro de actividades mientras estaban en el Este, su tiempo estaba dividido, Elena escribiendo y Jaime trabajando con los diagramas, y los fines de semana en las iglesias. MV 102 5 Elena estaba tratando de completar el tercer volumen de Spiritual Gifts (Dones espirituales), referente a la historia del Antiguo Testamento. Tan consagrada estaba ella a este blanco que Jaime recordó esta historia acerca de su esposa: MV 102 6 En el Centro Adams ella escribía temprano y tarde, y entre las reuniones. Y en la tarde del primer día ella escribió seis páginas de testimonio mientras el Hno. Andrews estaba predicando, las que más tarde leyó con otros materiales ante el congreso del Estado. Ella estaba sentada a un metro del pulpito (unos 4 pies) y usaba su Biblia como un escritorio para escribir. Cuando se le preguntó qué pensaba del Hno. Andrews como orador, ella replicó que no podía decirlo porque había pasado mucho tiempo desde que lo había escuchado. Cuando terminó el sermón, ella se levantó y se dirigió a la congregación durante veinte minutos (RH, 8 de diciembre, 1863). MV 102 7 Jaime estaba ansioso de presentar los nuevos diagramas en el campo. En la Review del 6 de octubre informó: MV 102 8 Los dos diagramas están en manos del artista, y el trabajo con ellos está progresando tan rápidamente como es posible. Probablemente tendremos listos algunos de ellos a mediados de octubre. MV 103 1 La disposición del diagrama profético habrá mejorado mucho con respecto al que tenemos en uso. El santuario y los ángeles serán más grandes y de trazos más vigorosos, de modo que todas las figuras del diagrama podrán verse en forma igualmente clara. Considerando lo que ya hemos visto del trabajo, creemos que será algo hermosamente ejecutado (Id., 6 de octubre, 1863). MV 103 2 Él proyectó un precio de $2.00 para el diagrama profético y de $1.50 para el de la ley. Comentó que si el diagrama hubiera sido hecho dos años antes, el costo de producción habría sido menos de la mitad: la tela de algodón, "el principal material en el que hay que gastar, que dos años antes podría haberse comprado por 10 centavos, está ahora a 30" (Ibíd.). MV 103 3 El 21 de octubre, "habiendo conseguido un baúl grande lleno de diagramas terminados", los White partieron de Maine para la reunión de Newport, New Hampshire, en camino a Boston. Su itinerario les demandó viajar por tren, diligencias y vehículos particulares para cumplir con diversos compromisos. MV 103 4 Ambos estaban con buena salud y ánimo. La Guerra Civil había cambiado la economía considerablemente. El mismo número de la Review que llevaba el informe de Jaime White sobre los diagramas, presentaba la declaración financiera de la Asociación Publicadora Adventista del Séptimo Día presentada en su tercera reunión anual, el 2 de octubre de 1863. Mostraba que las entradas para las actividades eran de $20.104,84 frente a gastos de $18.956,36. Los bienes de la Asociación, de $19.649,41, eran contrabalanceados por obligaciones de sólo $4.377,53, lo que dejaba un valor neto de $15.271,88. ¡Cuán diferente del cuadro de unos pocas años atrás! MV 103 5 Había habido un cambio notable en la actitud de los miembros de iglesia desde que los White estuvieran en el Centro Adams dos años antes, cuando casi todos los hermanos se habían opuesto a la organización. "Gracias a Dios por lo que él ha hecho por la causa y por nosotros", observó Jaime. MV 103 6 Habían ocurrido cosas interesantes en el Centro Adams. Como informó White: "Aquí casi toda una Iglesia Bautista del Séptimo Día, con capilla y todo, se había convertido a los Adventistas del Séptimo Día" (Id., 24 de noviembre, 1863). J. M. Aldrich, el secretario de la Asociación, informó en cuanto al congreso: "La asistencia fue grande, habiendo una buena representación de hermanos de todas partes del Estado" (Id., 1o de diciembre, 1863). Tanto Jaime como Elena hablaron un número de veces a audiencias muy atentas. MV 103 7 Considerando tantos factores animadores, los White ofrecieron extender su trabajo en el Este por seis meses, un año, o más tiempo, diciendo que el hacer eso sería un sacrificio considerable, pero que estaban preparados para hacerlo para que la obra pudiera avanzar. ------------------------Capítulo 7-- APRENDIENDO UN NUEVO ESTILO DE VIDA MV 104 1 Muchos factores comunes a los habitantes de Nueva Inglaterra a mediados del siglo XIX determinaban su estilo de vida: MV 104 2 1. Hábitos alimentarios. Había muy poco alimento que se compraba en los negocios, excepto carne, papas, sal y azúcar. Los inviernos eran largos y fríos. La gente compensaba la falta de frutas y verduras frescas con panes y pasteles. Bollos, bizcochos rellenos y rosquitas fritas se usaban corrientemente como alimento para el desayuno. No había aceites vegetales ni mantequilla para mezclar con la masa. La carne era costosa, y la de cerdo era la más fácil de obtener. MV 104 3 2. Ropa. Había muy poca ropa que se compraba en los negocios. Los inviernos fríos requerían ropa de vestir y de cama que fuese gruesa. MV 104 4 3. No había instalaciones de cañerías dentro de las casas. Ni electricidad. Ni máquinas de lavar. MV 104 5 4. Calefacción. Las casas eran calentadas con estufas de leña y chimeneas francesas u hogares. Las ventanas estaban completamente cerradas por la noche. Se consideraba que el aire nocturno era dañino. MV 104 6 5. Se usaba té, café, alcohol, tabaco y sidra. Tanto entonces como ahora, todas estas sustancias formaban hábito. En vidas que tenían tan poca recreación o variaciones, ¡estas prácticas ofrecían una especie de solaz! MV 104 7 6. Expectativa de vida. En 1900 en los Estados Unidos el promedio de vida era de 47,3 años. MV 104 8 7. Propensión a enfermarse: causada por una ignorancia pasmosa de normas de higiene, medidas sanitarias y causas de la enfermedad. MV 104 9 No se comprendía la relación entre la dieta y el cuidado del cuerpo por un lado y la salud por el otro, ni las causas de las enfermedades. MV 104 10 Bien temprano en los años que siguieron al Gran Chasco, los creyentes al reunirse reconocían los males del licor y el tabaco. En 1851 un hombre le escribió a Elena de White preguntándole si había visto en visión que estaba mal usar tabaco. Ella replicó el 14 de diciembre: MV 104 11 He visto en visión que el tabaco es una hierba sucia, y que debe ser desechada o que debe renunciarse a ella. Dijo mi ángel acompañante: "Si es un ídolo, es sobrado tiempo de que se renuncie a ella, y a menos que se la abandone, el desagrado de Dios recaerá sobre quien la use..." MV 105 1 Vi que Cristo tendrá una iglesia sin mancha o arruga o cosa semejante para presentar a su Padre,... cuando nos guíe a través de las puertas perlinas de la Nueva Jerusalén... Después que Jesús ha hecho tanto por nosotros, ¿estará alguno indeciso en negarse a sí mismo y renunciar a la sucia hierba por causa del Señor, o no? Debemos ser perfectos cristianos, negamos a lo largo de todo el camino, transitar la senda estrecha y ardua que recorrió nuestro Jesús, y entonces, si somos finalmente vencedores, el cielo, el dulce cielo nos habrá costado muy poco (Carta 5, 1851). MV 105 2 Elena de White escribió en forma comprensiva sobre la lucha que algunos tendrán para abandonar el uso del tabaco, y sugirió que hicieran como hizo S. W. Rhodes cuando estaba luchando para romper con su uso. "Él llamó a los hermanos para que orasen por él, y lo hicimos. Se curó y desde entonces no lo ha deseado". MV 105 3 En 1856 había un número de adventistas observadores del sábado a quienes todavía los atormentaba el uso del tabaco en una forma u otra. MV 105 4 El 7 de febrero la Review publicó un artículo que incluía una compilación de declaraciones de médicos sobre el uso del tabaco. Uno en abril, escrito por J. N., Andrews, titulado "El Uso de Tabaco, un Pecado contra Dios", remachó el punto. En un editorial corto, Jaime White, en una forma indirecta, enjuició a un buen número de los miembros de iglesia. Preguntó a aquellos que sostenían que eran demasiado pobres como para pagar la revista de la iglesia: "¿Usan ustedes té, café y tabaco?" MV 105 5 Entonces, en 1861, cuando comenzaba a cristalizarse la cuestión de la organización de la iglesia, surgió la pregunta: MV 105 6 ¿Cómo se arreglan para formar una iglesia añadiendo miembros que usan té, café, tabaco, y faldas con aros de miriñaque, y algunos que no creen en las visiones de la Hna. White? (RH, 5 de noviembre, 1861). MV 105 7 Loughborough trabajó muy de cerca con Jaime y Elena White, y Jaime White era director de la Review, donde se publicarían las respuestas. De manera que podemos estar seguros que ellos se consultaban en estos asuntos; lo que aparecía impreso representaba el modo de pensar de los tres. MV 105 8 La respuesta fue que nadie, ni aun aquellos que se habían unido para adorar en sábado con un grupo de creyentes, debiera ser incorporado a la iglesia como miembro a menos que él o ella estuviese en plena armonía con las creencias de la iglesia. MV 105 9 Requirió tiempo guiar a la gente para que reconociese la importancia de seguir principios razonables de salud. LA VISIÓN DE OTSEGO MV 106 1 De las visiones dadas a Elena de White, una de las más recordadas fue la del 6 de junio de 1863, * en Otsego, Michigan: la visión de la reforma pro salud. Otsego está a unos 50 kilómetros (30 millas) al noreste de Battle Creek. A fin de apoyar a R. J. Lawrence y M. E. Cornell en sus reuniones evangelizadoras, Jaime y Elena White iniciaron su viaje al lugar en un carruaje en la mañana del viernes 5 de junio, junto con el Sr. George Amadon y su esposa y varias otras familias. MV 106 2 Los White fueron hospedados en la casa de Aaron Hilliard, unas pocas millas al oeste del pueblo. Los Amadon y otros vinieron para adorar cuando el sábado estaba comenzando. MV 106 3 Se le pidió a Elena de White que orase. Ella lo hizo, suplicando fervientemente a Dios. Cuando oró en favor de Jaime, que estaba cerca, ella se movió a su lado, colocó su mano sobre su hombro, y derramó su corazón ante el Señor. Luego su voz cambió y se le oyó exclamar: "¡Gloria a Dios!" Martha Amadon, hija de John Byington, el presidente recién electo de la Asociación General, comentó: MV 106 4 Muchos que han presenciado estas cosas a menudo han deseado que se diese una descripción de la sierva de Dios cuando se halla bajo la influencia del Espíritu Santo: la iluminación del semblante, los gestos delicados de las manos, la dignidad que acompaña a cada movimiento, la entonación musical de la voz que suena como a la distancia, y muchas, muchas otras cosas que a un testigo presencial le dan confianza en su origen celestial... Ella estuvo en visión unos cuarenta y cinco minutos (DF 105, "La Visión de Otsego de 1863"). MV 106 5 A ella se le presentaron muchos asuntos en esta visión, pero la misma es particularmente notable por lo que se le mostró con respecto a la salud: la responsabilidad de todos de vivir en armonía con principios que prevendrían la enfermedad y producirían buena salud. MV 106 6 Vi que ahora debiéramos cuidar en forma especial la salud que Dios nos ha dado, porque todavía no hemos completado nuestro trabajo. Aún debiéramos dar nuestro testimonio y ejercer influencia. Vi que he gastado demasiado tiempo y fuerzas en coser y servir y recibir invitados. Vi que las preocupaciones de la casa debieran desecharse. La preparación de prendas de vestir es una trampa; otros pueden hacer eso. Dios no me ha dado fuerza para esa labor... MV 106 7 Vi que debiéramos promover una actitud mental alegre, confiada y serena, porque nuestra salud depende de que hagamos esto... MV 106 8 Vi que cuando les exigimos mucho a nuestras fuerzas, trabajamos en exceso y nos cansamos demasiado, entonces nos resfriamos y en esas ocasiones corremos el peligro de que la enfermedad asuma una forma peligrosa. No debemos abandonar el cuidado de nosotros mismos para que Dios se encargue y cuide de aquello que nos ha dejado para que nosotros vigilemos y cuidemos. No es seguro ni agrada a Dios que violemos las leyes de la salud y luego le pidamos que cuide nuestra salud y nos libre de enfermedad cuando estamos viviendo directamente en contra de nuestras oraciones. MV 107 1 Vi que es un deber sagrado cuidar nuestra salud, y despertar a otros a su deber, y sin embargo no asumir nosotros la carga del caso de ellos. Sin embargo, tenemos el deber de hablar, de pronunciamos en contra de todo tipo de intemperancia --intemperancia en el trabajo, en el comer, en el beber, y en el uso de medicamentos-- y luego de señalarles la gran medicina de Dios, el agua pura y suave, para las enfermedades, para la salud, para la limpieza, y como un artículo de lujo (MS 1, 1863). MV 107 2 Luego hubo un llamado para que Jaime y Elena White emprendiesen un ministerio activo en relación con los principios de salud. Lo que se le había mostrado a Elena de White en visión en el hogar de los Hilliard era tan diferente de los conceptos que se sustentaban comúnmente en la época, que ella enfrentó con vacilación la orden dada en la visión de tomar la iniciativa para guiar a los adventistas y a otros hacia un estilo de vida en armonía con las leyes de la naturaleza. Al estar en la casa del Dr. H. S. Lay, él le insistió que le dijese qué se le había mostrado. Elena explicó que mucho de lo que le fue presentado era tan diferente de los puntos de vista aceptados corrientemente que temía que no podría contarlo de modo que se lo pudiera entender. Protestó que no estaba familiarizada con el lenguaje médico y que apenas sabía cómo presentarlo. En la conver-sación que siguió, ella expuso en un lenguaje sencillo lo que más tarde puso por escrito en el extenso capítulo titulado "Salud", que ahora se encuentra en Spiritual Gifts (Dones espirituales), tomo 4. CONSEJOS GENERALES SOBRE SALUD MV 107 3 Elena comenzó con los hábitos alimentarios. Estos incluían el uso de la carne; ella se refirió a los riesgos de contraer enfermedad por medio de la carne, debido a la frecuencia creciente de enfermedades entre los animales. También detalló los efectos dañinos de comer en exceso y de comer demasiado frecuentemente. MV 107 4 Mencionó el uso de estimulantes y narcóticos, y habló particularmente del alcohol, el tabaco, el té y el café. Recalcó la importancia de la limpieza personal y de la casa y sus alrededores; la importancia del ejercicio físico y del ejercicio apropiado de la voluntad. Ella habló de lo que se le había mostrado concerniente al valor del agua, del aire puro y de la luz del sol. Habló de cómo aquellos que confiaban solamente en Dios para que los protegiese de enfermedades, sin hacer lo que estaba en su poder para mantener buena salud, se chasquearían, porque el propósito de Dios era que ellos hicieran su parte. MV 108 1 Para el mundo médico, y casi para todos, ésos eran días de gran ignorancia en los asuntos de salud. Se desconocían las bacterias y los virus. Cuando azotaba la enfermedad, se trataban los síntomas con drogas venenosas, tales como la estricnina, el mercurio y el calomel; también se usaban el alcohol, las ampollas y las sangrías. MV 108 2 En la visión del 6 de junio de 1863, no sólo se le presentaron a Elena de White los principios básicos de una vida sana, sino que se le dio una comisión solemne que gravitaría sobre su trabajo y el de su esposo por muchos años venideros. Ella y Jaime debían ser maestros de la reforma pro salud. Pero antes de que pudieran enseñar ellos debían saber qué enseñar. Aunque eran adultos, padres de familia y personas inteligentes, su conocimiento en el área de la salud era muy poco diferente del conocimiento promedio, y ésos eran días de ignorancia general. MV 108 3 La Review and Herald, editada por Jaime White y Uriah Smith, ocasionalmente incluía asuntos como el descanso, el aire fresco y el ejercicio, seleccionados de otras revistas o de los escritos de un Dr. Dio Lewis. Muy a menudo se incluían artículos y advertencias que desalentaban el uso del tabaco, el té y el café. Pero en relación con el azote de la difteria en el invierno de 1862 y 1863, aunque las noticias necrológicas mantenían presente ante sus lectores la muerte de muchos niños, hasta febrero de 1863, la Review tenía poco que ofrecer a los aterrorizados padres fuera de la aplicación de una cataplasma de "cantáridas y trementina". MV 108 4 Entonces se le hizo presente a Jaime y Elena White el método del tratamiento de la difteria del Dr. James C. Jackson, en el que se incorporaban métodos simples, racionales, en el uso debido del agua, el aire fresco y el descanso. Aplicados intensamente, estos remedios salvaron a dos de los muchachos White cuando fueron atacados por esta enfermedad, y también al hijo de Moses Hull; pero luego de que los niños se recuperaron, la experiencia pronto fue olvidada. Entonces en la visión del 6 de junio de 1863, entre una cantidad de situaciones y asuntos presentados a Elena de White, la salud era una que tenía importancia. Muchos de sus aspectos eran para ella tan revolucionarios que por un tiempo quedó perpleja. MV 108 5 Cuando Jaime y Elena estuvieron en Boston, unos tres meses más tarde, Jaime vio algunos libros sobre la salud anunciados en un periódico llamado la Voice of the Prophets (Voz de los profetas), publicado por el pastor J. V. Himes. Él pidió los libros y los recibió en Topsham, Maine. Pero estaba demasiado ocupado como para leerlos, y los libros permanecieron en su envoltura por algún tiempo. MV 108 6 Elena había estado trabajando bajo mucha presión para completar la versión escrita de la visión antes que ella y su esposo visitasen "El Hogar en la Ladera de la Colina", del Dr. Jackson, en Dansville, Nueva York. Pero ella estaba decidida a que antes de partir cubriría en su libro los puntos principales que se le habían mostrado en su visión sobre la reforma pro salud. No quería que se dijese que lo que se le había presentado en visión podría haber sido influenciado por el Dr. Jackson o por cualquier otra persona. MV 109 1 Hizo una declaración interesante sobre lo que ella no leyó antes de que primero escribiese lo que el Señor le había revelado: MV 109 2 Lo que yo he escrito respecto a la salud no fue tomado de libros o documentos... Mi perspectiva era clara, y no quería leer nada hasta que no hubiese completado totalmente mis libros. Mis puntos de vista fueron escritos independientemente de libros o de opiniones de otros (MS 7, 1867). MV 109 3 Ella había hablado francamente con el Dr. Lay y con muchos otros sobre las cosas que se le mostraron en visión con referencia a la salud, pero no había leído ni una hoja de papel que tratase sobre la salud. PRIMERA VISITA A DANSVILLE MV 109 4 Habiendo completado el trabajo sobre las "Leyes de la Salud", que iba a ser una parte del tomo 4 de Spiritual Gifts (Dones espirituales), Elena y Jaime estaban ahora listos para viajar a Dansville a fin de pasar unas pocas semanas aprendiendo todo lo que pudiesen sobre la reforma pro salud y nuevos métodos en el cuidado de los enfermos. Por varias semanas habían esperado el momento de visitar "Nuestro Hogar en la Ladera de la Colina" del Dr. Jackson, en Dansville, Nueva York. Jaime White escribió respecto a esta institución de salud: MV 109 5 En el mes de septiembre de 1864, la Sra. White y yo pasamos tres semanas en la institución de salud en Dansville, Condado de Livingston, Nueva York, llamada "Nuestro Hogar". Nuestro objeto en esta visita no era tomar tratamientos, puesto que estábamos disfrutando de mejor salud que usualmente, sino ver lo que pudiéramos ver y oír lo que pudiéramos oír, como para poder dar un informe algo definido a muchos amigos que nos preguntan (HL, N° 1, p. 12). MV 109 6 La institución estaba bien ubicada, y la lista de visitas era de unos 300. Los médicos en el personal eran James C. Jackson, M.D., médico jefe; F Wilson Hurd, M.D.; Srta. Harriet N. Austin, M.D.; Sra. Mary H. York, M.D.; y Horatio S. Lay, M.D. MV 109 7 El Dr. Lay era el médico adventista de 17 años de experiencia en Allegan, Michigan, con quien Elena de White había hablado poco después de haber recibido la visión de la reforma pro salud. Esta visita lo había animado a llevar a su esposa enferma a la institución y aprender lo que pudiese de los métodos así llamados racionales. En Dansville él fue pronto incorporado al personal, lo que le dio una oportunidad excelente para estudiar las prácticas y procedimientos em-pleados allí. MV 110 1 Edson y Willie, y también Adelia Patten, acompañaban a Jaime y Elena White a Dansville. El Dr. Jackson les hizo a todos ellos un examen físico de rutina. En cuanto al informe de salud de Jaime y Elena, no hay ninguna información disponible. Pero hablaron libremente con el doctor y escucharon sus conferencias, tomaron tratamientos, observaron la vestimenta de las mujeres allí, y comieron en las mesas de la institución. Ambos dieron buenos informes sobre la atmósfera general, el programa de alimentación y los cursos de tratamientos. MV 110 2 Observaron las diversas formas de hidroterapia, como el medio baño, la "zambullida", la compresa de sábana fría, las compresas y los fomentos. Elena de White dijo: MV 110 3 Creo que debiéramos tener una institución en Michigan a la que nuestros observadores del sábado enfermizos puedan recurrir (Carta 6, 1864). MV 110 4 Jaime White encontró el programa de alimentación igualmente atractivo y escribió sobre él con algo de detalle: MV 110 5 Las mesas están puestas con abundancia de comida sencilla y nutritiva, lo que se convierte en un lujo cotidiano para los pacientes, a medida que se restaura la condición natural y saludable del [sentido del] gusto. El glotón, que gratifica su apetito depravado con carne de cerdo, grasa, salsas, especias, etc., etc., al examinar el folleto del Dr. Hurd sobre el arte culinario, en su ignorancia puede considerar este estilo de vida como un régimen de hambre. MV 110 6 Pero una experiencia de pocas semanas en "Nuestro Hogar" corregiría su apetito, de modo que comería alimentos sencillos, simples y nutritivos disfrutando mucho más que lo que lo hace ahora con lo que es antinatural y dañino. Nunca vimos a hombres y mujeres reunirse más alegremente en torno a las mesas, y comer más gustosamente, que a los pacientes en Dansville. La uniformidad y agudeza del apetito eran maravillosas para un grupo de pacientes. Sólo la flacura general de estas personas podía dar la idea de que estaban enfermas. MV 110 7 Además de las porciones habituales de gachas de trigo excelentemente cocidas, de bollos de trigo, pasteles y tartas, y ocasionalmente otras variedades, encontramos las mesas abundantemente cargadas con las frutas de la estación, tales como manzanas, duraznos y uvas. Nadie necesita temer que pasaría hambre en "Nuestro Hogar". Existe el peligro mayor de comer demasiado. MV 110 8 El apetito del paciente débil, que ha estado padeciendo la pérdida del apetito por la comida de moda, llega a ser natural y fuerte, de modo que la comida sencilla es ingerida con todo ese agudo deleite con el que los escolares sanos del campo devoran el alimento simple. Siendo nutritivo el alimento y agudo el apetito, el peligro que corre esa clase de pacientes que se ha debilitado por complacencia propia se encuentra decididamente en la tendencia a comer demasiado (HL, N° 1, pp. 14-15). MV 111 1 Jaime reconocía que cambiar de la dieta corriente de comer carne a una que era simple y saludable, podía, en el caso de algunos, requerir tiempo para ser logrado. Advirtió contra cambios repentinos y generales. El Dr. Jackson lo impresionó profundamente como un médico que era un "amo de su negocio", un "orador claro e impresionante", y "decididamente cabal" en todo lo que emprendía. Jaime cerró su informe con una nota positiva, recomendando la institución a aquellos que sufrían seriamente. En cuanto a los demás, tuvo esto para decir: MV 111 2 A aquellos que son activos y que sin embargo sufren de una salud decayente, les recomendamos urgentemente publicaciones de salud, de las que nosotros planeamos tener una buena variedad a mano. Amigos, lean con tiempo para cambiar sus hábitos exitosamente, y vivan en armonía con las leyes de la vida. MV 111 3 Y a todos aquellos que se consideran sanos, les diríamos: Mientras valoran las bendiciones de la salud y honran al Autor de su existencia, aprendan a vivir en obediencia a aquellas leyes establecidas en su ser por la alta Providencia. Libros de unos pocos dólares de costo que les enseñarán cómo vivir, pueden ahorrarles elevadas cuentas del médico, evitarles meses de dolor en un lecho de enfermo, librarlos de sufrimientos y debilidad ocasionados por el uso de drogas, y quizás salvarlos de una muerte prematura (Id., p. 18). MAESTROS ACTIVOS DE LA REFORMA PRO SALUD MV 111 4 En las tres semanas que pasaron en Dansville, Jaime y Elena White encontraron lo que estaban necesitando y buscando: una aplicación práctica de los principios de vida sana que los calificase para la posición que estaban llamados a ocupar como maestros de salud. Todavía había mucho que aprender, pero con mente abierta continuaron su búsqueda de lo que sería una ayuda para ellos y para los creyentes en general. Juntos visitaron iglesias y se reunieron con el gran público. Cuando los White encontraban creyentes maduros, presentaban el tema de la enfermedad y sus causas, y la reforma en los hábitos de vida. Sus mensajes eran bien recibidos. EL HEALTH REFORMER (EL REFORMADOR DE LA SALUD) MV 111 5 En la sesión de la Asociación General de mediados de mayo de 1866, se aprobó una resolución por la que se solicitaba al Dr. H L. Lay que proveyese una serie de artículos a través de la Review sobre el tema de la reforma pro salud. En los días que siguieron a esta sesión, rápidamente se trazaron e implementaron planes para publicar una revista mensual de salud, que el Dr. Lay editaría. La Review del 5 de junio de 1866 incluía este anuncio: MV 112 1 Esquema del Health Reformer: El primer número de una revista mensual, con el título mencionado, con 16 páginas, formato de revista, con portada, será publicada en el Instituto Occidental de Reforma de la Salud, Battle Creek, Michigan, 1ode agosto, 1866... MV 112 2 Abogará a favor de la curación de las enfermedades mediante el uso de los propios remedios de la naturaleza, el aire, la luz, el calor, el ejercicio, el alimento, el descanso, la recreación, etcétera... Precio: $1,00 por tomo de doce números (RH, 5 de junio, 1866). MV 112 3 En su editorial en el primer número, publicado en agosto, el Dr. Lay expuso nuevamente los blancos y objetivos del Health Reformer. Agregó que "sus colaboradores serán personas de experiencia y de elevados logros mentales y morales. El material que se escoja será de lo más selecto". MV 112 4 Poco después del lanzamiento de la revista, Elena de White escribió: MV 112 5 El Health Reformer es el medio por el cual rayos de luz han de brillar sobre la gente. Debiera ser la mejor revista de salud en nuestro país. Debe adaptarse a las necesidades de la gente común y corriente, lista para contestar todas las preguntas apropiadas y explicar plenamente los primeros principios de las leyes de vida y cómo obedecerlas y preservar la salud (1T, pp. 552-553). LA ENSEÑANZA DE POSICIONES EXTREMAS EN EL HEALTH REFORMER TRAE UNA CRISIS MV 112 6 La publicación de puntos de vista extremos en el Health Reformer en el verano de 1870 trajo una crisis, y en el campestre en Pleasanton, Kansas, en octubre, la situación fue vista más claramente que nunca. En su informe en esa reunión, Jaime White escribió sobre los resultados desafortunados del virtual silencio de Elena de White sobre el tema de la salud debido a la prolongada enfermedad de él. Los creyentes en el Oeste medio, habiendo leído sobre las posiciones extremas recomendadas en el Reformer, que proscribirían el uso de la leche, el azúcar y la sal, se preguntaban: MV 112 7 ¿Cómo viven en Battle Creek los amigos de la reforma pro salud? ¿Prescinden enteramente de la sal? Si es así, al momento presente nosotros no podemos adoptar la reforma pro salud. Apenas conseguimos fruta, y hemos renunciado al uso de la carne, el té, el café y el tabaco, pero debemos tener algo para sostener la vida (3T, p. 20). MV 112 8 Tanto Jaime White como su esposa aclararon que ellos no podían apoyar las posiciones extremas adoptadas en el Health Reformer, especialmente por el editor contribuyente no adventista, el Dr. R. T. Trall, y el director, William C. Gage, un laico que ni en su propia casa practicaba aquello por lo que abogaba en la revista. Al explicar por qué Elena de White hablaba a menudo sobre la reforma pro salud, su esposo escribió: MV 113 1 Desde que hemos vuelto nuevamente a la actividad, la Sra White, más que por cualquier otra razón, se siente llamada a hablar con más frecuencia sobre el tema de la reforma pro salud a causa de los extremos existentes entre los reformadores de la salud. El hecho de que se supone que todos, o casi todos, los extremos existentes sobre la reforma pro salud en nuestro pueblo reciben su aprobación incondicional es la razón por la que se siente llamada a expresar sus verdaderos sentimientos (RH 8 de noviembre, 1870). POSICIONES MODERADAS DE ELENA DE WHITE MV 113 2 Jaime White explicó las posiciones moderadas que ellos sustentaban. Incorporó esto a su informe desde el campestre de Kansas: MV 113 3 Hay un acuerdo general con referencia al uso del tabaco, el té, el café, las carnes de animales, y también el asunto de la vestimenta. Pero actualmente ella no está lista para asumir la posición extrema relativa a la sal, el azúcar y la leche. Si no hubiera ninguna otra razón para avanzar cuidadosamente con referencia a estas cosas de uso tan común y abundante, hay una que es suficiente y es el hecho de que la mente de muchos no está todavía lista para recibir los hechos relativos a estas cosas... MV 113 4 Podría ser bueno declarar aquí, sin embargo, que si bien ella no considera que la leche, tomada en grandes cantidades como se la ingiere habitualmente con pan, sea el mejor alimento, su mente, hasta ahora, sólo ha sido llamada a señalar la importancia de la mejor y más saludable condición posible de la vaca... cuya leche es usada como un artículo de alimento. Ella no puede unirse a la tarea de hacer circular publicaciones que asumen una posición extrema sobre la cuestión importante de la leche, considerando la luz actual que tiene sobre el tema (Ibíd..; se añade el énfasis en cursiva). MV 113 5 Refiriéndose particularmente al azúcar y a la sal, él expuso la posición moderada de ella: MV 113 6 La Sra. White piensa que un cambio desde las clases más simples de carne a un uso abundante del azúcar es ir "de lo malo a lo peor". Ella recomendaría un uso muy escaso tanto del azúcar como de la sal. El apetito puede, y debería, ser conducido a un uso muy moderado de ambos (Ibíd.). MV 114 1 Luego expresó advertencias sobre otra área, a saber, la de hacer cambios abruptos. MV 114 2 Mientras que el tabaco, el té y el café pueden dejarse inmediatamente (uno a la vez, sin embargo, en el caso de quienes son tan desafortunados como para estar esclavizados por todos ellos), los cambios en la dieta debieran hacerse cuidadosamente, uno a la vez. Y si bien ella les diría esto a los que están en peligro de hacer cambios demasiado rápidamente, ella también les diría a los morosos: Asegúrense de que no se olviden de cambiar (Ibíd.). MV 114 3 Jaime y Elena habían pasado la mayor parte del verano y el otoño de 1870 asistiendo a reuniones campestres. Habían observado que la causa de la reforma pro salud había sido más o menos relegada a marchar a los tumbos, en tanto que aquellos que habían estado a la cabeza enseñando sus principios observaban la situación impotentes. TERAPIA DE SALVAMENTO PARA ELHEALTH REFORMER MV 114 4 Al ir a la oficina de la Review, después de una larga ausencia de Battle Creek, Jaime White encontró desocupadas la oficina del director de la Review y la del director del Health Reformer. Este último estaba enfermo en la casa. "Nuestras manos están llenas de trabajo que ha estado aguardando nuestro regreso --escribió Jaime--, y la redacción de nuestros periódicos" (Id., 15 de noviembre, 1870). Warren Bacheller, vinculado con la oficina de la Review desde adolescente, estaba manteniendo la Review en marcha con cierta ayuda de Jaime White que se hallaba viajando, pero en cuanto al Health Reformer, no sólo estaba esperando, sino, aparentemente, muriendo. Jaime White, nunca reacio a involucrarse en una hora de necesidad especial, tomó la revista bajo sus alas. Vio que si el periódico iba a sobrevivir, debían hacerse cambios rápidamente. Sin una autorización formal, se hizo cargo [del periódico], reuniendo todo para el número de noviembre que ya estaba tarde. Proveyó un editorial para este número y los siguientes, y Elena de White ayudó a enfrentar la emergencia proporcionando un artículo para cada uno de cuatro números mensuales. Estos artículos seguían a los editoriales de su esposo. MV 114 5 Jaime tenía tres objetivos en vista para la revista: "Primero, suscitar interés en la revista; segundo, aumentar su circulación; tercero, establecer un estricto sistema de pago por adelantado" (HR, abril de 1871). MV 114 6 En sus editoriales, Jaime reseñó el surgimiento y progreso de la reforma pro salud entre los Adventistas del Séptimo Día. Hizo claro el hecho de que la revista era no sectaria, pero que tenía sus raíces en la experiencia y convicciones de los adventistas. Los artículos de Elena de White, que armonizaban con experiencias y observaciones de sus viajes, desarrollaban ciertos temas de consejo práctico bajo títulos tales como "Criaturas de Circunstancia", en el número de noviembre de 1870, seguido en números sucesivos por "Alimento Conveniente", "Fuerza de Voluntad", y "Las Madres y sus Hijas". La revista fue ampliada de 20 páginas a 32. MV 115 1 En la sesión de la Asociación General realizada en febrero de 1871, Jaime White fue elegido director del Health Reformer. En su reorganización de la revista, Jaime continuó el Departamento Especial del Dr. Trall e introdujo uno nuevo, el Departamento de la Sra. White. Habiendo observado la eficacia del trabajo de su esposa con el público en general en los campestres, la persuadió para que se hiciera cargo con él en un intento por salvar la revista. MV 115 2 Los cambios que instituyó Jaime White a favor del Reformer pronto comenzaron a rendir su fruto. Sus editoriales y artículos añadieron interés. Pudo persuadir al Dr. R. T. Trall a que modificase su postura, que tendía a ir a los extremos. El Departamento de la Sra. White fue bien recibido. Solicitó artículos de ministros adventistas que habían adoptado el programa de la reforma pro salud, y para mayo tenía 12 colaboradores. MV 115 3 Pero el mejor barómetro estaba en el aumento de la circulación: en 25 días se recibieron 300 nuevas suscripciones. Para diciembre la lista de suscriptores casi se había duplicado, era ya de 5.000. Se admitía en forma generalizada que el Reformer era la mejor revista de salud en Norteamérica (RH, 12 de diciembre, 1871). PRACTICANDO LA NUEVA LUZ MV 115 4 El año previo a la primera visita de los White a Dansville había estado lleno de días ansiosos en los que habían aprendido de primera mano el valor de la luz que estaban recibiendo sobre el cuidado de sus cuerpos y el tratamiento de los enfermos. Primero, en el invierno de 1863, fue una batalla contra la temida difteria. Médicos y padres en vano buscaban medios para combatir la enfermedad. La Review del 13 de enero de 1863, reimprimió un material tomado de un periódico de Illinois, bajo el título, "El Azote de la Difteria en el Oeste de Illinois". Una porción decía así: MV 115 5 La difteria ha estado rugiendo por todo el país hasta alcanzar una extensión alarmante, y en gran medida, parece frustrar la pericia de los médicos. Está limitada casi exclusivamente a los niños, y una vez que está en marcha, es casi seguro que el resultado es la muerte. Pasará por pueblos enteros, apenas sin dejar de tocar a una familia, y en algunos casos ha destruido a familias completas. DOS DE LOS TRES HIJOS DE LOS WHITE SON ATACADOS POR LA DIFTERIA MV 115 6 Había ansiedad en cada familia de Battle Creek. ¿Atacaría la temida enfermedad y derribaría a algunos de los preciosos hijos? MV 115 7 Entonces sucedió! En la primera semana de febrero dos de los tres varones de Jaime y Elena White se quejaron de un severo dolor de garganta y de fiebre alta; apenas podían pronunciar una palabra: eran los síntomas innegables, aterradores. Tenían difteria. MV 116 1 Afortunadamente --sin duda alguna, en la providencia de Dios--, había llegado a sus manos, probablemente mediante un "intercambio" de periódicos en la oficina de la Review, ya sea el Yates County Chronicle, de Penn Yan, Nueva York, o alguna revista que lo citaba, un extenso artículo titulado, "Difteria, sus Causas, Tratamiento y Cura". Estaba escrito por el Dr. James Jackson, de Dansville, Nueva York. Jaime y Elena White lo leyeron ansiosamente. Tenía sentido, e inmediatamente siguieron su tratamiento en cada detalle. El tratamiento bosquejado era simple: sólo requería una tina de lavar ropa, toallas, sábanas y frazadas, pero demandaba atención diligente y una ardua labor. El Dr. Jackson señalaba con gran detalle los procedimientos que proporcionarían alivio y finalmente una cura. Esto se lograba mediante los medios sencillos que hoy llamamos hidroterapia, con baños apropiados, compresas, descanso, aire fresco y, sobre todo, la ausencia de ansiedad. MV 116 2 Jackson informó que durante un período de años, al emplear estos medios en centenares de casos que abarcaban a jóvenes y ancianos, ni un paciente había muerto. Los métodos que expuso eran los que él, un médico con una buena comprensión de la fisiología, había elaborado y organizado. Él declaró: MV 116 3 Nuestro éxito ha sido tan grande, en tanto que nuestro plan de tratamiento ha sido tan simple, como para realmente introducir un cambio decidido en la práctica médica de esta enfermedad en particular, en esta localidad. No conozco a un médico de ninguna escuela en este pueblo que no haya prácticamente abandonado la administración de purgantes en casos de difteria, y... adoptado, de hecho, nuestro método (RH, 17 de febrero, 1863). MV 116 4 A Jaime y Elena White, que ya valoraban altamente el "aire, el agua y la luz" como "los grandes remedios de Dios" (Id., 10 de febrero, 1863), lo que el Dr. Jackson escribió les parecía tener más sentido que las drogas o una cataplasma de cantáridas mezcladas con trementina. Los síntomas habían afectado muy rápidamente a sus hijos, y los White no perdieron tiempo en llevar a cabo, escrupulosamente, las instrucciones del Dr. Jackson. Tenían compromisos para hablar en Convis, Michigan, el sábado y domingo, 7 y 8 de febrero. Al seguir el método del Dr. Jackson para tratar la difteria, lo que tomó la mejor parte del viernes de noche, el sábado de mañana vieron que podían dejar sin peligro a los niños enfermos en las manos de aquellos que ayudaban en la casa. Viajaron los 24 kilómetros (15 millas) a Convis el sábado de mañana, y se encargaron de los servicios tanto a la mañana como a la tarde, reuniéndose con nuevos conversos al mensaje ad-ventista. MV 117 1 El sábado de noche regresaron a Battle Creek para otra noche de sueño interrumpido mientras trataban y cuidaban a los hijos. El domingo de mañana fueron nuevamente a Convis para las reuniones de la mañana y la tarde, como habían prometido (Ibíd.). MV 117 2 Mientras los hijos de los White se estaban recuperando rápidamente, Elena de White fue llamada una noche a la casa de Moses Hull y su esposa. Su hijo mayor, de seis años de edad, había sido atacado repentina y severamente. Los padres estaban en Monterey, celebrando reuniones evangelizadoras. Como informó Jaime White en la Review, "la Sra. White siguió el mismo curso de tratamiento que aplicó a sus propios hijos, y el niño pareció estar bien a la mañana siguiente" (Id., 17 de febrero, 1863). HENRY: MUERTE POR NEUMONÍA IO PULMONÍA] MV 117 3 Seis meses después de la visión sobre la reforma pro salud en Otsego, Henry, de 16 años y el hijo mayor de los White, se enfermó de neumonía. Jaime y Elena estaban en Brookfield, Nueva York, visitando a los Abbey. Estaban con buen ánimo planeando pasar dos o tres meses más en Maine, donde Elena tendría la oportunidad de completar el tercer tomo de Spiritual Gifts (Dones espirituales). MV 117 4 Mientras estaban en Brookfield, Nueva York, el pastor White recibió impresiones mediante un sueño que lo indujeron a sentir que no todo estaba bien con los hijos, y que debían regresar a Maine sin demora. Cada día esperaban ansiosamente la llegada de la correspondencia, pero las noticias desde Topsham informaban que "todo estaba bien". Esto no les satisfacía, y en armonía con sus convicciones del deber, cuando hubieron cumplido con sus compromisos, inmediatamente regresaron a donde estaban sus hijos (AY, p. 23). MV 117 5 Cuando los padres llegaron a Topsham el viernes 27 de noviembre, encontraron a sus tres hijos y Adelia esperándolos en la estación. Aparentemente todos estaban con buena salud, excepto Henry, quien tenía un resfrío. Pero ya para el próximo martes, l°de diciembre, Henry estaba muy enfermo con neumonía. Años más tarde Willie, el menor de sus hermanos, reconstruyó la historia: MV 117 6 Durante la ausencia de sus padres, Henry y Edson, bajo la supervisión del Hno. Howland, estuvieron activamente ocupados en montar los diagramas sobre tela, listos para la venta. Trabajaron en un edificio de una tienda alquilada, a una cuadra del hogar de los Howland. Al fin tuvieron una tregua por unos pocos días mientras esperaban que se enviasen diagramas desde Boston... Al regresar de una larga caminata junto al río, él [Henry] se acostó descuidadamente y durmió sobre unas pocas telas húmedas que se usaban en el reverso de los diagramas. Estaba soplando un viento frío por una ventana abierta. Esta indiscreción trajo como resultado un severo resfrío (WCW, "Sketches and Memories of James and Ellen G. White", RH, 10 de diciembre, 1936). MV 118 1 Cuando el resfrío se convirtió en neumonía, se llamó a un médico amable y de experiencia, y Henry fue tratado en la manera convencional, que requería el empleo de drogas venenosas. El médico que lo atendía ignoraba el uso de la hidroterapia, que entonces estaba justamente siendo introducida por unos pocos profesionales. Aunque antes en el transcurso del año, siguiendo la dirección del Dr. James Jackson, la salud de los dos hijos enfermos de difteria había sido restau-rada mediante el uso apropiado de agua, aire fresco y descanso, Elena y Jaime todavía no estaban listos para usar la hidroterapia como un medio para tratar otras dolencias, y la enfermedad que ahora enfrentaban era neumonía. MV 118 2 Henry decayó rápidamente. Aunque los White y los Howland oraron fervientemente pidiendo su curación, el joven empeoró. Sus padres no vacilaron en hablar con él sobre la muerte, y aun en cuanto a prepararse para ella. La fe de Henry en Jesús permaneció firme. Tuvo una oportunidad para meditar en su vida, y lamentó profundamente que en Battle Creek había dado un ejemplo que no fue como lo que tendría que haber sido. Él confesó esto a Dios, a sus padres y a sus hermanos. Al confesar su desobediencia y sus pecados, se sintió atraído más y más a Dios y disfrutó de paz en su corazón y de la bendición del Señor. Su fe creció aún más firme. MV 118 3 Una mañana mientras su madre lo estaba atendiendo, él dijo: MV 118 4 "Prométeme, mamá, que si yo muero, pueda ser llevado a Battle Creek y colocado junto a mi hermanito, John Herbert, para que podamos levantamos juntos en la mañana de la resurrección" (AY, p. 26). MV 118 5 Se le dio la seguridad de que se haría eso. Día a día se debilitaba más. La ciencia médica tenía poco para ofrecer en el tratamiento de la neumonía, y ahora parecía seguro que no se recuperaría. He aquí el registro de lo que ocurrió: MV 118 6 En el quinto [día], agobiado por la tristeza, su padre se retiró a un lugar de oración, y después regresó al cuarto del enfermo, sintiendo la seguridad de que Dios haría que todo estuviera bien, y así se lo expresó a su hijo sufriente. Al oír eso, el rostro de Henry pareció iluminarse con una sonrisa celestial, y movió la cabeza en señal de asentimiento y murmuró: "Sí, él lo hará" (Id., p. 27). MV 118 7 En una conversación él dijo: MV 118 8 "Padre, estás perdiendo a tu hijo. Me vas a extrañar, pero no llores. Es mejor para mí. Me libraré de ser reclutado para el ejército y no presenciaré las siete últimas plagas. Morir tan feliz es un privilegio" (Id., p. 29). MV 119 1 En varias ocasiones Henry dictó breves mensajes de admonición y certeza a jóvenes amigos en Battle Creek. La escena junto al lecho de muerte fue registrada por Adelia Patten: MV 119 2 Le dijo a su madre: "Madre, te encontraré en el cielo en la mañana de la resurrección, porque yo sé que tú estarás allí". Luego los llamó haciendo señas a sus hermanos, padres y amigos, y les dio a todos un beso de despedida, después de lo cual señaló hacia arriba y murmuró: "El cielo es dulce". Esas fueron sus últimas palabras (Id., p. 31). SERVICIOS FUNEBRES EN TOPSHAM Y BATTLE CREEK MV 119 3 Durante los tres meses que Henry y sus hermanos habían estado en Topsham, él se había relacionado con un número de personas. A pedido de ellos se celebró un servicio fúnebre en la iglesia bautista que estaba justamente enfrente de la casa de los Howland. Se le pidió que oficiase a M. E. Cornell, quien en ese entonces estaba trabajando en Maine. Luego la familia llevó el cuerpo de Henry de vuelta a Battle Creek en un "féretro metálico". Uriah Smith presidió el funeral, al que asistieron muchos amigos de la familia. Estaban allí ex condiscípulos de Henry; en la parte final del servicio cantaron un himno y luego acompañaron a la familia y a los amigos al Cementerio de Oak Hill. Al reflexionar más tarde en esta experiencia, Elena de White escribió: MV 119 4 Cuando nuestro noble hijo Henry falleció a la edad de 16 años, cuando nuestro dulce cantor fue llevado a la tumba y ya no pudimos escuchar más sus canciones en la mañana, nuestro hogar quedó muy solitario. Ambos padres y los dos hijos que quedaron, sentimos el golpe intensamente. Pero Dios nos consoló en medio de nuestra aflicción, y con fe y valor continuamos adelante con la obra que él nos había asignado, abrigando la luminosa esperanza de que un día, en ese mundo donde no habrá más muerte ni dolor, nos encontraremos con nuestros queridos hijos que nos fueron arrebatados por la muerte (NB, p. 183). WILLIE LUCHA CON LA NEUMONÍA MV 119 5 Elena y Jaime habían aprendido algo en cuanto al valor del agua para el tratamiento de la enfermedad en su encuentro con la difteria, cuando la plaga atacó a Edson y Willie; también habían aprendido cuán fútil era la medicación mediante drogas cuando perdieron a Henry a causa de la neumonía. Luego, dos meses más tarde, durante la segunda semana de febrero de 1864, cuando Willie fue atacado por la neumonía, enfrentaron un dilema que podía significar la vida o la muerte de uno de sus dos hijos restantes. Elena de White informó en cuanto a su temeraria decisión: MV 119 6 Decidimos que no buscaríamos a un médico, sino que nosotros mismos haríamos lo mejor que pudiésemos mediante el uso del agua, y suplicaríamos al Señor en favor del niño. Llamamos a unos pocos que tenían fe para que uniesen sus oraciones a las nuestras. Tuvimos la dulce certeza de la presencia y la bendición de Dios (4aSG, p. 151). MV 120 1 No hubo la menor demora en comenzar con el tratamiento: MV 120 2 Al día siguiente Willie se hallaba muy enfermo. Estaba delirando. No parecía verme ni oírme cuando yo le hablaba. Su corazón no tenía un latido regular, sino que estaba en una constante y agitada palpitación. Continuábamos acudiendo a Dios para interceder en favor de nuestro hijo, y seguíamos aplicando agua abundantemente sobre su cabeza, y una compresa sobre sus pulmones en forma constante, y pronto pareció estar en sus cabales como siempre. Sufría de dolor severo en su costado derecho, y no podía apoyarse en él ni por un momento. Este dolor fue mitigado con compresas de agua fría, variando la temperatura del agua de acuerdo con el grado de la fiebre. Tuvimos mucho cuidado de mantenerle calientes las manos y los pies (Id., pp. 151-152). MV 120 3 Los ansiosos padres lo atendieron día y noche hasta que ambos estaban casi agotados. Era muy claro que la aplicación de la hidroterapia en un caso tal requería un esfuerzo incansable. Pero produjo buenos resultados. Elena de White escribió más tarde: MV 120 4 Esperábamos que la crisis ocurriría el séptimo día. Habíamos descansado muy poco durante su enfermedad, y nos vimos obligados a dejarlo al cuidado de otros en la cuarta y quinta noches. Mi esposo y yo nos sentimos muy ansiosos en el quinto día. El niño sacó sangre por la boca y tosió considerablemente. Mi esposo pasó mucho tiempo en oración. MV 120 5 Esa noche dejamos a nuestro hijo al cuidado de manos solícitas. Antes de retiramos a descansar, mi esposo oró larga y fervientemente. De repente se sintió libre de la preocupación que lo abrumaba en su oración, y le pareció como si una voz le hablase y le dijese: "Ve a acostarte; yo cuidaré del niño". MV 120 6 Yo me había acostado enferma, y durante varias horas no pude dormir por la ansiedad. Sentía que me faltaba el aire. Aunque estaba durmiendo en un dormitorio amplio, me levanté y abrí la puerta que daba a un pasillo amplio, e inmediatamente me sentí aliviada y dormí pronto. MV 120 7 Soñé que un médico experimentado estaba de pie junto a mi niño, observando cada soplo de su respiración, con una mano sobre su corazón y con la otra sintiendo su pulso. Se dio vuelta hacia nosotros y dijo: "La crisis ha pasado. El niño ha sufrido su peor noche. Ahora repuntará rápidamente, porque no tiene que recobrarse de la influencia dañina de las drogas. La naturaleza ha hecho su obra noblemente para quitar impurezas del sistema". MV 121 1 Le mencioné mi estado de agotamiento, mi falta de aire, y el alivio que sentí al abrir la puerta. Él me dijo: "Lo que te alivió a ti también aliviará a tu niño. Él necesita aire. Lo han mantenido con demasiado calor. El aire caliente que viene de una estufa es dañino, y si no fuera por el aire que se filtra por las rendijas de las ventanas, sería venenoso y destruiría la vida. El calor de la estufa destruye la vitalidad del aire y debilita los pulmones. Los pulmones del niño se han debilitado por la habitación que se mantiene demasiado caliente. Las personas enfermas se debilitan por la enfermedad y necesitan todo el aire vigorizador que puedan soportar para fortalecer los órganos vitales a fin de resistir la enfermedad. Y sin embargo en la mayoría de los casos se excluyen el aire y la luz del cuarto del enfermo en el mismo momento cuando más se los necesitan, como si fueran enemigos peligrosos" (Id., pp. 152-153). MV 121 2 ¡Cuánto consuelo les proporcionó este sueño como también la certeza que su esposo sintió unas pocas horas antes! Ella informó lo siguiente: MV 121 3 A la mañana encontramos que nuestro hijo había pasado una noche intranquila. Pareció estar con fiebre alta hasta el mediodía. Luego la fiebre lo abandonó, y parecía encontrarse totalmente bien, excepto por la debilidad. MV 121 4 Sólo había comido una pequeña galletita durante sus cinco días de enfermedad. Se recuperó rápidamente, y ha tenido mejor salud que la que ha tenido por varios años antes (Id., p. 153). MV 121 5 Ella agregó estas significativas palabras: "Esta experiencia nos es valiosa". ¡Qué lecciones objetivas contrastantes y que hacían pensar habían experimentado Jaime y Elena White en apenas once semanas! Ahora, más que nunca, sabían que debían investigar a fondo, aprender cómo combatir la enfermedad, y descubrir principios dietéticos sólidos. En esta experiencia habían aprendido la importancia del aire limpio y fresco en el tratamiento de la enfermedad. MV 121 6 Aprender maneras para prevenir la enfermedad era tan importante en el cuidado del cuerpo como el tratamiento durante la enfermedad. ELENA DE WHITE PRUEBA LA DIETA SIN CARNE MV 121 7 En la visión en Otsego, Michigan, Elena de White recibió luz sobre cambios importantes que mejorarían su salud. Se le mostró el contraste entre la raza humana hoy y Adán y Eva en el Edén. Nuestros primeros padres tenían una magnífica estatura, y eran perfectos en simetría y belleza, sin pecado y con perfecta salud. "Pregunté --dijo ella-- la causa de esta asombrosa degeneración, y se me señaló al Edén" (Id., p. 120). Fue la desobediencia de nuestros primeros padres, que condujo a deseos intemperantes y a la violación de las leyes de la salud, lo que los había llevado a la degeneración y la enfermedad. Ella pidió que se efectuara una reforma en los hábitos alimentarios; ésta incluía la eliminación de la carne de la dieta. Se refirió a los riesgos de contraer enfermedades debido a la frecuencia creciente de las enfermedades entre los animales. MV 122 1 Por años he pensado que dependía de una dieta con carne para tener fuerzas. Hasta hace unos pocos meses he comido tres veces por día. Me ha sido muy difícil subsistir de una comida a otra sin sufrir de debilidad en el estómago y una sensación de vértigo en la cabeza... El consumo de carne me quitaba por el momento esa sensación de debilidad. Por lo tanto, llegué a la conclusión de que en mi caso la carne era indispensable. MV 122 2 Pero desde que el Señor me presentó, en junio de 1863, el tema del consumo de carne en relación con la salud, he dejado el uso de la carne. Por un tiempo fue más bien difícil sentir deseo de comer pan, por el cual, anteriormente había tenido poca inclinación. Pero al perseverar, he podido hacerlo. Durante casi un año he vivido sin carne. Durante casi seis meses la mayor parte del pan que ha estado sobre nuestra mesa ha sido bizcochos sin levadura, hechos de harina de trigo no cernida y agua, y muy poco de sal. Usamos frutas y verduras abundantemente. Durante ocho meses he vivido con dos comidas por día. Por más de un año me he dedicado a escribir la mayor parte del tiempo. Por ocho meses he estado limitada estrictamente a escribir. Mi cerebro se ha visto exigido constantemente, y he tenido muy poco ejercicio. Sin embargo, mi salud nunca ha sido mejor que durante los últimos seis meses (Id., pp. 153154). MV 122 3 En un mensaje dado en Battle Creek el 6 de mayo de 1869, Elena de White describió más ampliamente sus experiencias como una reformadora de la salud: MV 122 4 Sufría intensa hambre. Era una gran comedora de carne. Pero cuando me sentía desfalleciente, cruzaba los brazos sobre mi estómago y decía: "No probaré un bocado. Comeré comida sencilla, o no comeré nada". El pan me desagradaba. Raras veces podía comer un pedazo tan grande como un dólar. Podía simpatizar muy bien con algunas cosas de la reforma pro salud, pero cuando llegaba a la cuestión del pan, estaba particularmente en contra de ello. MV 122 5 Cuando hice estos cambios, tuve que pelear una batalla especial. Las primeras dos o tres comidas, no podía comer. Le dije a mi estómago: "Puedes esperar hasta que puedas comer pan". Poco después pude comer pan, y también pan de trigo integral. Antes no podía comer esto; pero ahora tiene buen sabor, y no he perdido el apetito (2T, pp. 371-372). MV 123 1 Ella continuó: MV 123 2 He renunciado a estas cosas [carne, mantequilla y tres comidas] por principio. He asumido mi posición sobre la reforma pro salud por principio. Y desde ese momento, hermanos, ustedes no me han oído proponer un punto de vista extremo sobre la reforma pro salud del que haya tenido que retractarme... MV 123 3 No considero una gran privación suspender el uso de aquellas cosas que dejan un mal olor en el aliento y un mal gusto en la boca. MV 123 4 ¿Es acaso abnegación dejar estas cosas y ponerse en una condición en la que todo es tan dulce como la miel; en la que no queda ningún mal gusto en la boca ni una sensación de debilidad en el estómago? Esto es lo que yo acostumbraba tener gran parte del tiempo. Vez tras vez me he desmayado con mi niño en brazos. MV 123 5 Ahora no tengo nada de eso, ¿y consideraré esto una privación cuando puedo estar de pie delante de ustedes como lo hago en este día? No hay una mujer en cien que pueda sobrellevar la cantidad de trabajo que yo hago. He avanzado en base a principios, no por impulso. He avanzado porque creí que el Cielo aprobaría el curso de acción que yo estaba escogiendo para colocarme en la condición de salud más óptima, a fin de que pudiera glorificar a Dios en mi cuerpo y espíritu, los cuales son suyos (Id., p.372). ------------------------Capítulo 8--JAIME: APRENDIENDO POR EL CAMINO DIFÍCIL MV 124 1 Cuando Jaime se casó con Elena a los 25 años, poseía una fuerza y capacidad física fuera de lo corriente. Se había desarrollado en un hombre vigoroso y alto trabajando en la granja de su padre. Durante los años que siguieron inmediatamente al Chasco, su celo por la causa lo impulsó a avanzar en un curso de acción que demandaba crecientemente su tiempo y sus fuerzas. MV 124 2 Para 1865 era presidente de la Asociación General; director del Comité de la Asociación General; presidente de la Asociación Publicadora de los Adventistas del Séptimo Día; se dedicaba activamente a escribir, publicar, viajar y cumplir con citas [de predicación]. Además había estado estrechamente involucrado en la publicación del primero de una serie de panfletos de Elena, Health; or How to Live (Salud, o Cómo Vivir). MV 124 3 El viernes 18 de agosto, a los 44 años de edad, sufrió un ataque de parálisis. He aquí lo que lo condujo a esto: MV 124 4 Después de la sesión de la Asociación General en mayo, Jaime y Elena estaban viajando con el pastor Loughborough, visitando diversas iglesias, cuando se les informó en cuanto a una situación crítica que tenía como su centro Marion, Iowa. Convencidos de que esto requería su consejo, cambiaron sus planes de viaje y fueron juntos a Pilot Grove para un congreso convocado precipitadamente. Como resultado de una labor muy ferviente, el problema aparentemente se resol-vió, y los obreros visitantes nuevamente continuaron su viaje. MV 124 5 Pero esto afectó gravemente a Jaime. Él y Elena habían esperado gozar de un breve período de descanso a su regreso de Iowa, pero se les negó esta oportunidad al ser llamados a luchar contra críticas y falsedades. Luego hicieron frente a un compromiso con la iglesia de Memphis, Michigan, cruzando el Estado, justo al norte de Detroit. Pendía una deuda sobre el salón de reuniones, y los miembros estaban desanimados. Se recomendó insistentemente la presencia de Jaime White. Elena de White describió el viaje: MV 124 6 Cuando llegó el momento para cumplir con nuestro compromiso en Memphis, necesitábamos descansar física y mentalmente. Durante meses habíamos estado en constante tensión... Sin embargo, recurrimos a nuestras energías exhaustas, nos levantamos a medianoche, caminamos alrededor de MV 125 1 una milla hasta la estación y subimos al tren que iba a llevamos a Detroit... Las reuniones en Memphis fueron de arduo trabajo. Mi esposo hizo allí la cantidad de trabajo que era suficiente para dos hombres que poseían una buena medida de fortaleza. Sus energías vitales estaban sumamente disminuidas, sin embargo su celo en la causa de Dios lo instó a agotar presuntuosamente, por exceso de trabajo, la poca fuerza que le quedaba. MV 125 2 Nuestras reuniones terminaron el domingo de noche después de las once. Nos acostamos después de la medianoche, y nos levantamos al amanecer para tomar la diligencia que nos llevase a los coches [del tren]. MV 125 3 Éste perdió la conexión, y no llegamos a nuestra casa sino hasta después de la medianoche. MV 125 4 Mi esposo durmió poco, y no se lo pudo convencer de que descansase al día siguiente. Pensaba que su trabajo requería su presencia en la oficina. La noche lo encontró exhausto. Su sueño fue inquieto y no renovó sus fuerzas, sin embargo, nos levantamos a las cinco de la mañana para tener nuestra caminata habitual antes del desayuno (RH, 20 de febrero, 1866). MV 125 5 Mientras caminaban a esa hora temprana de la mañana, el miércoles 16 de agosto, se detuvieron para conseguir leche en la casa del Hno. Lunt, y luego entraron en el maizal. Admirando las mazorcas llenas, Jaime arrancó una y empezó a sacar la chala. Elena, que estaba a su lado, oyó un ruido extraño. Levantando la vista, vio que se enrojecía el rostro de su esposo, y luego advirtió que su brazo derecho caía inútil a su lado. Jaime trató de levantar su brazo pero no pudo. Se tambaleó, pero no cayó. No podía hablar. Elena lo ayudó a llegar a la casa de los Lunt. Confusamente Jaime pronunció la palabra "Oren", y la repitió. Elena informó más tarde: MV 125 6 Caímos de rodillas y clamamos a Dios, quien siempre había sido para nosotros una ayuda inmediata en tiempo de tribulación. Al poco rato mi esposo balbuceó algunas palabras de alabanza y gratitud a Dios, porque podía usar su brazo. [El movimiento de] la mano estaba restituido parcialmente, aunque no en su totalidad (Ibíd.). MV 125 7 Se llamó a los médicos, pero tenían poco para ofrecer, ya sea en cuanto a lo que se podría hacer por él o dando palabras de aliento para indicar que sobreviviría. MV 125 8 Dos días más tarde, el viernes 18 de agosto, Jaime White fue llevado en una cama a su propia casa. El martes siguiente, cuando la Review and Herald salió de la prensa, incluía la noticia de que el pastor White había sufrido un "ataque parcial de parálisis". BUSCANDO AYUDA EN DANSVILLE MV 125 9 Durante cinco semanas Jaime fue cuidado tiernamente por Elena, a quien se le unieron Uriah Smith y señora, el matrimonio de George Amadon, y el de M. J. Comell (Id., 7 de noviembre, 1865). Habiendo pasado unas pocas semanas en "Nuestro Hogar" en Dansville, Nueva York, durante el año anterior, filena de White estaba convencida del valor del agua como uno de los remedios aprobados por Dios, y al no tener confianza en el uso de drogas venenosas, recurrió a la hidroterapia. Pero esto, al encontrarse agotada, parecía más de lo que podía intentar. No había nadie en Battle Creek que se atreviese a tratar a Jaime con los remedios hidropáticos poco conocidos. Esto la indujo a considerar la idea de llevarlo a Dansville. Se llamó al Dr. H. S. Lay, ahora en Battle Creek, quien les ayudó a decidir que Jaime debía volver con él a "Nuestro Hogar en la Ladera de la Colina". Y como se verá por el anuncio colocado en la Review por el director interino, Jaime White no fue el único que viajó con el doctor a Dansville: MV 126 1 Partió de viaje desde esta ciudad, el jueves 14 del corriente, en busca de descanso y salud, un grupo adventista afectado por la enfermedad, consistente de las siguientes personas: el pastor Jaime White y su esposa, el pastor J. N. Loughborough, padre, M. F. Maxson, y el director de la Adventist Review [Uriah Smith]. MV 126 2 Estaban acompañados por el Dr. H. S. Lay, recientemente llegado por pedido expreso desde Dansville, Nueva York, hacia donde ahora se dirigen... Esperamos también que estos agotados y sobrecargados siervos del Señor compartirán mayormente en las oraciones de los fieles, mientras obedecen esa muy importante, pero muy descuidada orden de Cristo, "descansad un poco" [Marcos 6:31] (Id., 19 de septiembre, 1865). MV 126 3 El Dr. Jackson les dio una cordial bienvenida a los White, y al día siguiente se les dio un examen físico a todos los miembros del grupo. Se encontró una cabaña cercana a la institución en la que los White tenían las habitaciones en el piso de arriba. Se comenzaron los tratamientos, y cada día caminaban al aire libre. Smith y Loughborough se quedaron en busca de descanso y tratamiento. MV 126 4 El dictamen del Dr. Jackson con respecto a Jaime decía que "resultó muy afortunado para él que fuese interrumpido en su curso de trabajo en ese momento; porque si la naturaleza hubiese aguantado aún por un corto tiempo más bajo la misma presión, eventualmente hubiera cedido, y en una manera tal como para producir una ruina completa, para la cual no habría habido ningún remedio. Como se encuentra ahora, bajo influencias higiénicas apropiadas, se recuperará plena-mente, recobrando más que su salud y fuerza anteriores, pero deben evitarse perma-nentemente las causas que han conducido a este ataque, y debe dedicarse un tiempo muy extenso al trabajo de recuperación, quizás seis u ocho meses" (Id., 3 de octubre, 1865; la cursiva ha sido añadida). MV 126 5 Jaime y Elena permanecieron en Dansville por unos tres meses. Allí tuvieron la oportunidad de observar métodos de tratamiento y una dieta saludable. MV 126 6 Con el tiempo los White pudieron conseguir un apartamento en la planta baja. Jaime tenía días buenos y también días malos. Cuando se veía afectado por la nerviosidad extrema que acompañaba a su enfermedad, parecía perder el valor. Pero los días buenos eran más numerosos que los malos. El 23 de octubre el Dr. Lay envió a la Review un informe del progreso que él estaba haciendo: MV 127 1 Aunque él ha hecho un progreso marcado hacia su recuperación desde que vino a este lugar, sin embargo falta mucho para que esté bien; y a fin de que se recupere plenamente, parece indispensablemente necesario que dedique por lo menos varios meses a ese objeto especial; y a fin de hacer esto exitosamente, necesita descanso, una dieta sencilla, un plan de baños juicioso, y cierta cantidad de ejercicio al aire libre, con el ambiente social más placentero; consecuentemente su familia debiera estar aquí con él. También debiera tener una yunta de caballos a su disposición, para que pueda cabalgar cada día mientras el tiempo lo permita (Id., 31 de octubre, 1865). MV 127 2 Escribió sobre el arduo trabajo de Elena de White al cuidar a su esposo, y sentía que ella debía recibir un poco de ayuda y un tratamiento de varios meses. Pidió que Adelia Patten, ahora la Sra. Van Horn --quien había llenado un lugar extremadamente importante en la familia White--, fuese enviada a Dansville. MV 127 3 Se tomaron seriamente las sugerencias del Dr. Lay, porque todos estaban dispuestos a hacer cualquier cosa que se considerase mejor para apresurar la recuperación de Jaime. El 7 de noviembre Adelia Van Horn y los niños White, Edson y Willie, partieron de Battle Creek, y al día siguiente la familia White estaba unida en Dansville. También se hicieron arreglos para el uso de un carruaje y una yunta de caballos a fin de incrementar las actividades físicas de Jaime. MV 127 4 Los gastos totales para la familia White ascendían ahora a $40 por semana, y los de Loughborough a unos $20, La denominación no tenía un plan para ayudar a obreros que estuviesen enfermos, de modo que miembros de iglesia enviaron donaciones generosas a Battle Creek para ayudar a sobrellevar la carga financiera. En un lapso de seis semanas Smith y Loughborough estaban plenamente recuperados, pero Loughborough se quedó para ayudar a los White. MV 127 5 A la mañana, al mediodía y a la noche se reunían los hermanos de la misma fe para orar por Jaime White, pero él progresó muy lentamente. Elena de White escribió lo siguiente a modo de explicación: MV 127 6 Mi esposo sólo conseguía un poco de descanso o sueño en las noches. Sufría de la nerviosidad más extrema. Yo no podía coser o tejer en su habitación, o tenía que conversar sólo muy poco, ya que él se agitaba fácilmente, y su cerebro se confundía casi más allá de lo soportable. Requería cuidado casi constante, y el Señor me dio fuerzas de acuerdo con mi necesidad... MV 128 1 Muchas noches cuando mi esposo estaba sufriendo de dolor, incapaz de descansar o dormir, yo dejaba mi cama a medianoche y me postraba ante Dios y oraba fervientemente para que él nos concediese esta señal de su amor y cuidado: que mi esposo pudiera darse cuenta de la influencia tranquilizadora de su Santo Espíritu, y encontrar descanso en el sueño... Teníamos la evidencia de que Dios nos oía orar, y mi esposo caía en un sueño sereno (Id., 27 de febrero, 1866). MV 128 2 No dudábamos de que Dios podía realizar un milagro, y en un momento restaurar la salud y el vigor. Pero si hiciera eso, ¿no correríamos el peligro de violar o abusar nuevamente de nuestras fuerzas mediante el trabajo prolongado e intemperante, y de hacer que nos toque una condición aún peor? (Id., 20 de febrero, 1866). MV 128 3 El hecho de que su enfermedad era el resultado del exceso de trabajo, junto con las instrucciones de los médicos de Dansville respecto a la importancia del descanso completo, lo condujeron, en su estado debilitado, a rehuir todo esfuerzo. Ese fue uno de los obstáculos más serios para su recuperación (2LS, pp. 353-354). MV 128 4 Con la llegada de diciembre, la familia sabía que tendría que sobrellevar un invierno en dependencias un poco estrechas, y con la recuperación muy lenta de Jaime, había días cuando él estaba tan desanimado que pensaba que quizás no iba a vivir. Elena trabajaba devota e incansablemente cuidando a su esposo hasta que ella misma corría peligro de sufrir un quebranto nervioso. Sabía que no podría continuar el programa como se lo estaba llevando a cabo en Dansville durante todo el invierno. Sus pensamientos se dirigieron a Battle Creek. MV 128 5 Pensé en nuestra casa amplia y cómoda en Battle Creek, con sus habitaciones altas y bien ventiladas, y me hice la pregunta: ¿No progresaríamos más rápidamente hacia la recuperación de la salud si estuviéramos en nuestro propio hogar? Pensé en la gran reserva de agua caliente que hay sobre nuestra estufa, lista para usarse en cualquier momento, y en nuestro inmenso tanque de agua blanda, y en nuestro filtro en el sótano, nuestras diversas bateas para los baños, y en el baño equipado con una estufa. MV 128 6 Según mi manera de pensar todas estas cosas convenientes tenían poca importancia en comparación con mi ansia de conseguir que mi esposo, mientras yo pudiese, estuviera entre sus hermanos fieles que lo conocían, y que se habían beneficiado con sus labores (RH, 27 de febrero, 1866). MV 128 7 Elena de White estaba convencida de que debían volver a Battle Creek. Pero ella no confiaría sólo en su propio juicio. Oraba para que Dios la guiase y no le permitiese dar un paso equivocado. Mientras oraba, aumentó su convicción de que debía llevar a Jaime donde pudiera estar entre sus hermanos. Habló con el Dr. Lay. Él le dijo que no podía llevarlo a la casa, porque no podía soportar el viaje. Entonces ella habló con el Dr. Jackson. Él pensó que sería bueno hacer la prueba, realizando el viaje en etapas que fueran fáciles de recorrer. Ella buscó el consejo de Loughborough, quien al principio se sorprendió con tal cambio rapentino, pero le pareció que era la solución. Jaime, que alcanzó a oír sus conversaciones, pronto se sintió entusiasmado con la idea de ir. Empacaron esa noche, termi-nando antes de las 9:00. MV 129 1 El 6 de diciembre tomaron el tren en Rochester. Jaime había propuesto que invitasen a algunos de sus amigos de confianza en esa área para venir a Rochester a fin de participar en reuniones dedicadas a la oración: J. N. Andrews, que vivía en Rochester pero que estaba trabajando en Maine; los Lindsay desde Olcott; y amigos en Roosevelt "que tenían fe en Dios y lo consideraban su deber". "Estos amigos --escribió Elena de White-- vinieron en respuesta a su pedido. Durante diez días tuvimos sesiones de oración especiales y fervientes. Todos los que parti-cipamos en ellas fuimos grandemente bendecidos" (Ibíd.). LA IMPORTANTE VISIÓN DEL 25 DE DICIEMBRE MV 129 2 Cada mañana el grupo se reunía en el hogar de Andrews en Rochester; por las tardes iban al hogar de los Lamson, donde podían estar con Jaime mientras oraban. Esta rutina continuó hasta el 25 de diciembre. Elena de White describió qué ocurrió entonces: MV 129 3 La víspera de Navidad mientras nos humillábamos ante Dios e implorábamos fervientemente que fuésemos librados, la luz del cielo pareció brillar sobre nosotros, y yo quedé absorta en una visión de la gloria de Dios. Pareció que fui rápidamente conducida de la tierra al cielo, donde todo era salud, belleza y gloria. Llegaron a mis oídos acordes de música melodiosa, perfecta y encantadora. Se me permitió disfrutar de esta escena por un rato antes de que mi atención fuese dirigida a este mundo oscuro (Ibíd.). MV 129 4 Al narrar la experiencia muchos años más tarde, Loughborough declaró: MV 129 5 Mientras ella nos relataba la visión, dijo: "El propósito de Satanás era destruir a mi esposo, y llevarlo a la tumba. Mediante estas oraciones fervientes, su poder ha sido quebrantado" (PUR, 21 de noviembre, 1912). MV 129 6 Elena había estado cuidando a Jaime por más de cuatro meses, pero ni ella ni los demás habían presenciado el progreso que habían esperado y por el cual oraban. ¿Por qué? ¿Y qué reservaba el futuro? Las respuestas vinieron en la visión: "Tuve una visión animadora del caso de mi esposo, cuyos detalles serán presentados más adelante" (RH, 27 de febrero, 1866). MV 130 1 Se me mostró que Dios ha permitido que nos sobrevenga esta aflicción para enseñamos mucho que no podríamos haber aprendido de otro modo en tan corto tiempo. Fue su voluntad que fuésemos a Dansville, porque nuestra experiencia no podría haber sido completa sin ello (IT, pp. 614-615). MV 130 2 Se me ha mostrado que Satanás está airado contra este grupo que por tres semanas ha continuado orando fervientemente a favor de este siervo de Dios, y ahora está decidido a lanzar un ataque poderoso sobre ellos. Se me ha dicho que os diga: "Vivid muy cerca de Dios para que podáis estar preparados para lo que venga" (PUR, 21 de noviembre, 1912). MV 130 3 Elena de White informó que poco después de la visión, con el aliento que le dio a Jaime, "mi esposo propuso entonces nuestro regreso a Battle Creek para el lunes de la semana siguiente [1o de enero, 1866], la víspera del Año Nuevo... Sentí la evidencia de que el Señor nos acompañaría en nuestro viaje, y nos llevaría a salvo de vuelta a nuestro hogar" (RH, 27 de febrero, 1866). MV 130 4 Se determinó que se viajase el día de Año Nuevo. Andrews propuso que él los acompañaría a Battle Creek, pero Elena replicó que ella deseaba que fuesen por sí mismos, confiando sólo en Dios para que los sostuviese. Una cantidad de sus amigos los acompañaron a la estación de ferrocarril para ver su partida. MV 130 5 Más tarde en el día fueron recibidos por amigos en Battle Creek y escoltados hasta su casa, que había sido preparada confortablemente para ellos. A las 5:00 se sentaron junto a su mesa del comedor, abundantemente servida con comida saludable que las mujeres de la iglesia habían preparado. Jaime descansó bien durante la noche y en el fin de semana participó en las reuniones de la iglesia. Elena escribió: MV 130 6 Vi que Dios estaba preparando a mi esposo para ocuparse en la obra solemne y sagrada de la reforma que quiere que progrese entre su pueblo. Es importante que los ministros den instrucciones respecto a cómo vivir en forma temperante. Debieran mostrar la relación que la alimentación, el trabajo, el descanso y la vestimenta tienen con la salud. Todos los que creen en la verdad para estos últimos días tienen algo que hacer en este asunto (IT, p. 618). ELENA CAUSA UNA CONMOCIÓN EN BATTLE CREEK (CON TERAPIA NO CONVENCIONAL) MV 130 7 El año que siguió al regreso de los White desde Dansville fue un "año de cautividad". Elena se dedicó casi totalmente al cuidado de Jaime. Aunque habían ocurrido ganancias temporarias, Jaime había continuado siendo un inválido a pesar de los esfuerzos de ella. Pero al recordar la certeza que se le dio en la visión en Rochester, Elena de White no podía borrar de su mente el cuadro de ella y su esposo trabajando juntos para establecer la causa. Ella temía, sin embargo, que Jaime se había impresionado demasiado con el consejo de los médicos en Dansville, quienes insistían en que tuviese un descanso completo, tanto del cuerpo como de la mente, para aquellos que habían quedado postrados por exceso de trabajo. MV 131 1 Habiendo quedado completamente convencida de que Jaime no se recuperaría de su larga enfermedad mientras permaneciese inactivo, Elena decidió "arriesgarse a hacer una gira por el norte de Michigan" yendo con Jaime "en su condición extremadamente débil, en el frío más severo del invierno" (IT, p. 570). MV 131 2 Ella agregó: MV 131 3 Requirió una medida no pequeña de valor moral y fe en Dios el tomar la decisión de arriesgar tanto, especialmente mientras me encontraba sola... Pero sabía que tenía una obra que hacer, y me parecía que Satanás estaba resuelto a impedirme que la hiciera. Había esperado largo tiempo para que terminase nuestra cautividad y temía que se perderían preciosas almas si yo continuaba por más tiempo alejada del trabajo. Seguir por más tiempo sin ir al campo a trabajar me parecía peor que la muerte, y lo peor que nos pasaría al mudamos sería que muriéramos (Ibíd.). MV 131 4 Al volver a contar la experiencia varios años más tarde, Elena declaró: MV 131 5 Teníamos la seguridad de que Dios podría levantarlo, y creíamos que mi esposo todavía sería capaz de trabajar en la causa de Dios. Pensé que él debería tener algún cambio. Tomamos nuestra yunta de animales, los fieles Jack y Jim, y nos aventuramos a viajar a Wright, Michigan. MV 131 6 En este asunto me vi obligada a avanzar en contra del juicio de mis hermanos y hermanas en Battle Creek. Todos sentían que yo estaba sacrificando mi vida al asumir esta carga; que por bien de mis hijos y por la causa de Dios, debería hacer todo lo que estuviese en mi poder para preservar mi vida (MS 1, 1867). MV 131 7 De modo que, en medio de una tormenta de nieve, el 19 de diciembre de 1866 partieron de Battle Creek con el tiro de animales y el Hno. Rogers hacia el norte de Michigan, con el plan de hacer su primera parada en Wright, condado de Ottawa. El tiempo era tormentoso, sin embargo ese día viajaron 74 kilómetros (46 millas), y se vieron obligados a hospedarse en una posada ruidosa donde se expendían bebidas alcohólicas. MV 131 8 A la mañana siguiente se levantaron a las 5:00 y antes del desayuno anduvieron 24 kilómetros (15 millas) contra un viento norte cortante hasta lo del Hno. Hardy. Allí agradecieron a Dios por la hospitalidad y la comida sencilla y saludable. Manejaron otros 37 kilómetros (23 millas), lo que los llevó a Wright. Elena informó: MV 132 1 Mi esposo resistió el viaje largo y severo de 144 kilómetros (90 millas) mucho mejor de lo que yo temía, y cuando llegamos a nuestro viejo hogar en lo del Hno. Root, parecía estar tan bien como cuando partimos de Battle Creek (IT, p. 570). MV 132 2 Allí comenzamos nuestro primer trabajo efectivo desde la enfermedad de mi esposo. Allí comenzamos a trabajar como en años anteriores, aunque con mucha debilidad (Id., p. 571). MV 132 3 Por fin estaban pasando un punto crítico, con la promesa de días mejores por delante. Pero la batalla no estaba plenamente ganada. Fue necesario que ella insistiese para conseguir que Jaime preparase informes para la Review. Pero este fue un paso significativo en su recuperación. MV 132 4 Wright estaba fuera del camino trillado; los ministros raramente visitaban la iglesia. Elena escribió: MV 132 5 Encontramos esta iglesia en una condición muy problemática. En un gran porcentaje de sus miembros se estaban arraigando profundamente las semillas de la desunión y el descontento mutuos, y se estaba apoderando de ellos un espíritu mundano. Y a pesar de su situación postrada, ellos habían disfrutado tan infrecuentemente las labores de nuestros predicadores que estaban hambrientos de alimento espiritual (Id., pp. 570-571). MV 132 6 La situación era justamente el desafío que Jaime White necesitaba para que participara en la labor espiritual activa. Condujeron una serie de reuniones que duraron varias semanas. Elena recibió visiones en las que se presentaban principios de instrucción, consejo y reprensión para un número de miembros de esa iglesia. MV 132 7 Era un tiempo crítico para muchos en la iglesia. Apenas sabían cómo reaccionar ante testimonios personales. No es fácil recibir y aceptar reproches. En el servicio del sábado de mañana, 12 de enero, Jaime White vio una oportunidad para ayudar a la iglesia en una forma especial. Habló sobre el testimonio a los laodicenses, trazando paralelos y dando consejo. Señaló al Salvador de pie ante la puerta, golpeando, esperando, rogando. Recordó a los oyentes: MV 132 8 Él reprende y castiga a los que ama, ya sea mediante el testimonio cortante de la Palabra de Dios o por un testimonio correspondiente, señalando sus errores y ceguera espiritual. Que aquellos así reprobados, se regocijen entonces, en vez de desanimarse. Es la mejor evidencia de que su salvación es posible (RH, 29 de enero, 1867). MV 132 9 Ésta fue una experiencia importante en la historia de la iglesia de Wright, que trajo fuerza y estabilidad. También fue un hecho sobresaliente en la trayectoria de Jaime White para encontrar el camino de regreso al servicio activo. Elena de White estaba jubilosa. Durante las seis semanas que estuvieron en Wright, ella habló 25 veces y Jaime, 12. Puesto que Jaime se estaba recuperando de una larga enfermedad, ella llevó la parte más pesada de la carga, pero fue cuidadosa para asegurarse de que su esposo estuviera al frente. MV 133 1 Finalmente el resultado de este esfuerzo evangelizador fue de nueve bautismos, y la iglesia experimentó un reavivamiento espiritual. Los Root, que tan bondadosamente hospedaron a los White en su casa, los cuidaron tan tiernamente "como padres cristianos pueden cuidar de hijos inválidos" (IT, p. 570). Como resultado, los Root fueron bendecidos con salud y prosperidad temporal. Root informó que sus campos de trigo habían producido 945 kilogramos por 0,41 hec-tárea (1 acre), y en algunos casos, 1.400 kilogramos, mientras que el rendimiento promedio de los campos de sus vecinos había sido de sólo 245 kilogramos [7 bushels] por 0,41 hectárea (1 acre) (Id., pp. 574-575). MV 133 2 Elena insistió en perseverar con el programa de ejercicio de Jaime. Realizaban una larga caminata dos veces por día. Luego vino una tormenta de nieve que dejó un pesado manto sobre el terreno, lo que acarreó una crisis menor. Ella más tarde habló de lo ocurrido: MV 133 3 Fui a ver al Hno. Root y le dije: "Hno. Root, ¿tiene usted un par de botas que no use?" "Sí", contestó. MV 133 4 "Le agradecería mucho que me las prestara esta mañana", le dije. Me puse las botas, salí afuera y recorrí medio kilómetro pisando la nieve profunda. A mi regreso, le pedí a mi esposo que saliera para caminar. MV 133 5 Me contestó que no podría hacerlo con semejante tiempo. MV 133 6 "Oh, sí; tú puedes hacerlo --repliqué--. Con seguridad puedes andar sobre las huellas que yo dejé". MV 133 7 Era un hombre que respetaba mucho a las mujeres; de modo que cuando vio las huellas que yo había dejado, pensó que si una mujer podía caminar en la nieve, él también podría hacerlo. Esa mañana salió a caminar como de costumbre (2MS, pp. 353-354). MV 133 8 El 29 de enero de 1867, los White dejaron Wright y viajaron a Greenville, condado de Montcalm, a una distancia de 64 kilómetros (40 millas). Elena describió el viaje: MV 133 9 Era el día más severamente frío del invierno, y nos alegramos de encontrar un refugio del frío y de la tormenta en lo del Hno. Maynard. Esta querida familia nos recibió en sus corazones y en su hogar. Permanecimos seis semanas en esta área, trabajando con las iglesias en Greenville y Orleans, y convirtiendo el hogar hospitalario del Hno. Maynard en nuestro centro de actividades (IT, p. 575). MV 133 10 Las actividades en el área de Greenville fueron muy semejantes a las que tuvimos en Wright. Las reuniones eran frecuentes, y tanto Jaime como Elena participaron. Ella notó la mejoría en la salud de su esposo: MV 134 1 Sus labores fueron recibidas por la gente, y él me ayudó grandemente en el trabajo... El Señor lo sostuvo en cada esfuerzo que él hacía. A medida que se aventuraba [a trabajar], confiando en Dios, a pesar de su debilidad, ganaba vigor y mejoraba con cada esfuerzo (Ibíd.). MV 134 2 Con la perspectiva positiva de que ambos trabajarían nuevamente juntos, el sentimiento de "gratitud" de Elena "no conocía límites". Principalmente se trataban en profundidad temas sobre la benevolencia sistemática y la reforma pro salud en sus aspectos generales. Encontraron que allí había más disposición para recibir la Palabra que en Wright, y que se quebrantaba el prejuicio cuando se presentaba la verdad clara (RH, 19 de febrero, 1867). MV 134 3 Ellos estaban encantados con los alrededores de Greenville. Jaime escribió lo siguiente al respecto: MV 134 4 Uno podría suponer que el condado de Montcalm era una región muy nueva, con casas de troncos, que está a 120 kilómetros (75 millas) al norte del condado de Calhoun [y de Battle Creek]. Pero esta es la porción más hermosa del Estado, Los granjeros son generalmente independientes, muchos de ellos ricos, con casas grandes, espléndidas, granjas fértiles y extensas, y huertos hermosos. MV 134 5 Uno que viaja por esta zona pasa por una variedad de paisajes peculiares de Michigan, a saber, claros ondulantes en los bosques de robles, y llanuras cubiertas de arces corpulentos y hayas, y pinos elevados. Luego, antes de que se dé cuenta, encuentra una hermosa granja con edificios iguales en tamaño y estilo a las viviendas que hay en nuestras ciudades pequeñas (Ibíd.). MV 134 6 "La transportación por trineo ha sido excelente durante los últimos dos meses --informó-- y el tiempo, por lo general, comparativamente benigno y hermoso" (Ibíd.). Con su tiro de caballos y el trineo, que eran una gran bendición, casi cada día viajaron de 8 a 64 kilómetros (5 a 40 millas). En su informe escrito el 3 de marzo, Jaime comunicó a los lectores de la Review: MV 134 7 Desde que salimos de casa [Battle Creek, el 19 de diciembre],... hemos viajado con nuestro tiro [de animales] y carruaje 1.600 kilómetros (1.000 millas), y hemos caminado algo cada día, totalizando 160 kilómetros (100 millas). Esto, con nuestras predicaciones, con el trabajo de escribir, con los baños y horas de descanso, ha llenado nuestro tiempo (Id., 12 de marzo, 1867). MV 134 8 Otros informes consideraban que su salud se había recuperado alrededor de un cincuenta por ciento. Todavía estaba con su salud frágil, pero decidido a avan zar por fe, esperando una completa restauración. He aquí cómo cerró su informe sobre el trabajo de ellos en los alrededores de Greenville: MV 135 1 Por el momento nos hemos despedido de esta gente que vive por aquí, que expresa el deseo de que debiéramos establecemos entre ellos. Y nosotros sentimos el más fuerte deseo, si el Señor lo quiere, de establecemos entre esta querida gente donde nuestro testimonio, como es muy natural, es valorado más que en aquellos lugares donde están bendecidos con mucha labor ministerial, y también con las labores de ancianos locales eficientes y de hermanos de experiencia. MV 135 2 Cuando los hombres vienen a pie de 16 a 24 kilómetros (10 a 15 millas), y personas ancianas y débiles caminan de 5 a 19 kilómetros (3 a 12 millas), en esta estación del año, puede estar seguro de que vienen a oír (Ibíd.). DECEPCIONANTE RECEPCIÓN EN BATTLE CREEK MV 135 3 Con los deshielos de la primavera, los caminos se estaban malogrando, lo que hacía difícil visitar semanalmente a las iglesias. Jaime estaba ansioso de ver a los miembros de iglesia en Battle Creek y de "regocijarse con ellos en la obra que Dios estaba haciendo en su favor" (IT, p. 577), de modo que planearon el viaje al sur en una forma tal que les permitiera pasar unos pocos días visitando a los creyentes a lo largo del camino. Una noche Elena de White recibió un sueño inquie-tante. Advertía de una recepción fría en Battle Creek (Id., p. 578). Los White tenían razón en esperar que después de una ausencia de tres meses, durante los cuales la salud de Jaime había mejorado definidamente, se les daría una afectuosa bienvenida. MV 135 4 Pero no ocurrió así. Los informes falsos y las críticas habían hecho su obra. Aunque Jaime tuvo a su cargo servicios religiosos el sábado 16 de marzo, de mañana y de tarde, y habló con claridad, y nuevamente el domingo de mañana, y Elena presentó su testimonio con facilidad, parecía que a ambos se los mantenía a la distancia. MV 135 5 Elena se sintió aplastada. Jaime también estaba terriblemente chasqueado por la recepción fría. Poco a poco descubrieron la razón. Parte del problema descansaba en la negativa de Elena de White de aceptar el consejo de amigos y dirigentes de la iglesia en Battle Creek que la habían querido disuadir de llevar a su esposo a Wright en diciembre. También por algún tiempo habían circulado informes malévolos en el sentido de que Jaime White tenía una locura por el dinero y que la iglesia de Battle Creek no tenía la menor confianza en los testimonios de la Hna. White. MV 135 6 Aunque dolorosos, dichos informes no fueron una gran sorpresa para Elena porque esto le había sido revelado en un sueño. EL TRASLADO A GREENVILLE MV 136 1 Bajo estas circunstancias, Jaime y Elena empacaron algunas de sus pertenencias y el jueves 25 de abril partieron en una carreta hacia Greenville. Llegaron al hogar de los Maynard el martes de tarde, 30 de abril. "De nuevo en casa", suspiraron. Desde el patio de los Maynard podían ver la estructura de su nueva casa que se elevaba a media milla de distancia en el terreno para una granja que habían comprado antes del viaje a Battle Creek. "Antes de salir del carruaje", escribió Jaime White, fueron hasta allí y "miraron el terreno con sus edificios". Él agregó: "Hoy, 2 de mayo, comenzamos a arar para la huerta. Con la bendición de Dios, esperamos prosperar en nuestro nuevo hogar" (RH, 14 de mayo, 1867). MV 136 2 Pero apenas se habían instalado cuando regresaron a Battle Creek para asistir a la sesión de la Asociación General del 14 de mayo de 1867. Aunque cansados por el viaje y el traslado a Greenville, hablaron "tanto el sábado como el domingo sobre la venida del Señor, y nos sentimos como solíamos sentimos en tales ocasiones" (Id., 28 de mayo, 1867). MV 136 3 La iglesia de Battle Creek todavía no había corregido plenamente su actitud de indiferencia hacia los White, pero hubo un intercambio de declaraciones formales publicadas en la Review: la iglesia de Battle Creek expresó simpatía hacia los White, y Jaime y Elena expresaron amor y confianza en la iglesia de Battle Creek. Pidieron las oraciones de la iglesia y de todos los que tenían fe (lbíd.). A fines de mayo estaban de regreso en Greenville. CULTIVANDO LA TIERRA EN GREENVILLE MV 136 4 Fue un día feliz para los White --Jaime White y Willie, ahora de 12 años-- cuando podían ver cómo el arado daba vuelta la rica tierra en su pequeña granja de Greenville (Id., 14 de mayo, 1867), a lo que siguió rápidamente la plantación de vides, zarzamoras, frambuesas y frutillas [o fresas], e incidentalmente observaron la construcción de su nueva casa. En algún momento de este período, Elena ideó un plan para animar a Jaime a hacer actividad física. Los médicos de Dansville le habían advertido que la actividad física podía causar otro ataque de parálisis. A Elena se le había mostrado que sin actividad mental y física él no podía esperar que se recuperaría plenamente. He aquí el relato de ella: MV 136 5 En la primavera había que trasplantar árboles y cultivar la huerta. "Guillermo [Willie] --dije--, por favor ve a comprar tres azadones y tres rastrillos. Cuida de comprar tres de cada uno". Cuando me los trajo le pedí a él que tomara uno de los azadones y a mi esposo que tomara el otro. El padre puso objeciones, pero igualmente tomó uno. Yo tomé el restante y salimos a trabajar; y aunque me saqué ampollas en las manos, marqué el paso para ellos en el cavado de la tierra. El padre no pudo hacer mucho, pero de todos modos se ejercitó con el movimiento del azadón. Mediante métodos como éste procuré colaborar con Dios en el restablecimiento de la salud de mi esposo (2MS, p. 354). MV 137 1 Con un aire de triunfo, Jaime White informó el martes 18 de junio que había enjaezado sus caballos e ido al pueblo por asuntos de negocios y traído a la casa materiales para los constructores (RH, 25 de junio, 1867). El sábado 29 de junio, él y Elena se reunieron con la iglesia en Fairplains. Él habló por la mañana por una hora y media sobre el bautismo, y por la tarde durante una hora sobre Gálatas 6:6-7, en cuanto a que se cosecha lo que uno siembra. Elena le siguió, hablando por una hora. A la mañana siguiente él condujo a cuatro candidatos a un lago cercano y los bautizó. Willie fue uno de los cuatro. Jaime llevó al agua consigo al Hno. King en caso de que necesitase ayuda, pero no la necesitó. GUARDANDO EL HENO MV 137 2 El proceso de recuperación continuó a un paso firme pero lento. El jueves y viernes, 18 y 19 de julio, fueron días ocupados para Jaime White, porque era la época de guardar el heno. Hizo arreglos con los vecinos para cortar el heno, y esperaba invitarlos para que le ayudasen a guardarlo. Pero Elena vio que se presentaba una buena oportunidad para inducir a su esposo a que estuviera más activo físicamente. Mientras el heno se estaba secando, ella se escurrió y visitó a los vecinos. Haciendo preguntas se enteró que ellos estaban presionados con su propio trabajo, pero que estaban planeando ayudar a Jaime a guardar su heno. A cada uno de ellos le dijo: "Cuando él lo llame, dígale lo que usted me acaba de decir, que está presionado con su propio trabajo y que no es conveniente que lo abandone, ya que si lo hace sufrirá pérdidas" (ver 2LS, p. 357). Los vecinos estaban renuentes a hacer esto, pero cuando ella les explicó su plan de animar a Jaime a estar más activo físicamente, accedieron a cooperar. La historia se cuenta en diferentes lugares, pero he aquí el relato según se registra en el libro Life Sketches, de Jaime y Elena White, publicado en 1888: MV 137 3 Cuando se hizo el llamado en busca de ayuda, todos los vecinos se declararon demasiado ocupados como para responder. Era necesario guardar el heno inmediatamente, y el pastor White estaba sumamente chasqueado. Pero la Sra. White no se sentía desanimada en absoluto; resueltamente dijo: "Mostremos a los vecinos que nosotros mismos podemos atender el trabajo. Willie y yo rastrillaremos el heno y lo meteremos en el carro, si tú lo amontonas y manejas los animales". Él consintió, pero ¿cómo harían el almiar? MV 137 4 La granja era nueva, y no tenían granero. La Sra. White se ofreció a armar el almiar, si su esposo lanzaba el heno, mientras Willie rastrillaría para otra carga (Ibíd.). MV 138 1 Algunos de los vecinos, cuando pasaban cerca, estaban sorprendidos al ver a Elena de White, la mujer que hablaba cada semana a una casa llena de gente, pisoteando el heno y armando el almiar. Al informar sobre sus actividades durante esta semana, Jaime escribió: "He trabajado diariamente de seis a doce horas, y he disfrutado de un sueño bendito de seis a nueve horas cada noche... Mi trabajo ha sido juntar el heno, arar, nivelar el terreno alrededor de la casa, limpiar con la azada, y colocar las alfombras" (RH, 30 de julio, 1867). MV 138 2 Los días transcurridos en su nueva y espaciosa casa en Greenville marcaron la recuperación gradual de Jaime desde que estaba tan débil que no podía transportar un bolso o un reloj, hasta que pudo emprender un ministerio activo y agresivo. Años más tarde Elena comentó: MV 138 3 Mi esposo vivió una cantidad de años después de su restauración, y durante ese tiempo llevó a cabo la mejor obra de su vida. ¿No constituyen esos años adicionales de utilidad una recompensa incalculable por los 18 meses pasados en cuidados afanosos? (2MS, p. 355). PIONEROS RECIOS MV 138 4 En realidad, estaban tan complacidos con la mejoría de Jaime que a fines de octubre de 1867 emprendieron con júbilo una gira de tres meses por los estados del Este, para visitar a los miembros en Nueva Inglaterra. MV 138 5 El miércoles 23 de octubre, Jaime y Elena White, acompañados por D. T. Bourdeau, partieron para atender compromisos con las iglesias en el Este. El sábado y el domingo estuvieron en Roosevelt, Nueva York, donde J. N. Andrews se les unió. Pronto se advirtió en Roosevelt que se requeriría mucho trabajo para poner la obra en completo orden. MV 138 6 Sus próximos compromisos eran en Maine. El primero fue en Norridgewock, a unos 120 kilómetros (75 millas) al norte de Portland. Allí se estaba citando a los delegados para organizar la Asociación de Maine. J. N. Andrews, presidente de la Asociación General, estaba con ellos. D. M. Canright había estado haciendo buen trabajo allí y en ese momento parecía ser el ministro más prominente en esa área. Él informó en cuanto a los logros de la reunión celebrada desde el viernes al domingo y destacó el valor especial de la ayuda dada por Jaime y Elena White. MV 138 7 Nunca antes comprendí yo tan plenamente la gran importancia de los dones en la iglesia, y nunca tuve una fe tan fuerte en ellos como ahora. Muchos, más aún, casi todos, sentían lo mismo. Gracias a Dios por los testimonios (RH, 12 de noviembre, 1867). MV 138 8 El viernes 1o de noviembre, los delegados se dispusieron a organizar la Asociación de Maine. Durante el mes de noviembre y hasta mediados de diciembre, Jaime y Elena White estuvieron en Maine, visitando las iglesias y, cuando era posible, a familiares y amigos de tiempos pasados. MV 139 1 J. N. Andrews, que había realizado un trabajo considerable en Maine, describió la experiencia de aquellos que no habían estado familiarizados con Elena de White y su don especial. Declaró que "aun aquellos que más se han opuesto a los reproches recibidos, apenas con alguna excepción, han reconocido, tras una reflexión serena y seria, que fueron reprendidos justamente", y aceptaron los mensajes que ella les dirigió. Andrews observó reflexivamente: MV 139 2 He tenido gran oportunidad de juzgar la veracidad de estos testimonios al presenciar sus fieles y exactas descripciones de carácter en un muy grande número de casos, presentando rasgos ampliamente disímiles. Tengo toda la razón del mundo para saber que estas cosas eran casi enteramente desconocidas por la Hna. White, y en algunos casos absolutamente desconocidas, sólo como le eran reveladas por el Espíritu de Dios. Sin embargo, de ese modo se ha dado una exposición perfecta y exacta de las faltas, como también de las virtudes, de muchas personas, hasta el punto que aquellos que mejor las conocen han dicho que ellos no podrían haberlas descrito tan bien (Id., 24 de diciembre,1867). MV 139 3 Fue este tipo de evidencia el que convenció a muchos de la integridad de las visiones dadas a Elena de White. MV 139 4 Los White y Andrews cumplieron compromisos en Topsham, Maine; en Washington, New Hampshire; y en Vermont. A muchos lugares sólo podía llegarse por trineo o con un carruaje. MV 139 5 El lunes 23 de diciembre, la reunión se celebró durante las horas del día en el hogar de William Farnsworth. Farnsworth era el hombre que en 1844 se había puesto de pie en la Iglesia de Washington, New Hampshire, y declarado que él iba a observar el día de reposo de Dios. Otros lo siguieron en su decisión. MV 139 6 Sentado en el grupo estaba Eugene Farnsworth, de 19 años, uno de los 22 hijos de Farnsworth. Cuando oyó cómo Elena de White se dirigía a uno y después a otro con mensajes que indicaban que ella tenía un discernimiento que otros no tenían, le vino una idea. Dijo en su corazón: Quisiera que lo enfrentara a mi padre. Él sabía lo que la mayoría de los demás no sabían, que su padre había recaído en el uso del tabaco. Su granja estaba muy aislada, y William mascaba tabaco a escondidas, pero Eugene lo había visto escupir jugo de tabaco en la nieve y rápidamente hacerlo desaparecer de la vista frotándolo con su bota. Mientras estos pensamientos se formaban en la cabeza de Eugene, Elena de White se dirigió a William: MV 139 7 "Vi que este hermano es un esclavo del tabaco. Pero lo peor del asunto es que está haciendo el papel de un hipócrita, tratando de engañar a sus hermanos para que piensen que ya lo ha descartado, como prometió hacerlo cuando se unió a la iglesia" (WCW, en RH, 11 de febrero, 1937). MV 140 1 Cuando Eugene vio cómo estos pecados encubiertos eran enfrentados fielmente por Elena de White, supo que estaba presenciando una manifestación del don profético. Cuando ella hubo terminado sus mensajes a diferentes personas en la sala y hubo una oportunidad para responder, uno tras otro se pusieron de pie y reconocieron la veracidad del mensaje de Elena, y con arrepentimiento y confesión se rindieron nuevamente a Dios. Luego los padres confesaron sus faltas a sus hijos. Esto tocó el corazón de los jóvenes que habían estado observando y escuchando, y se sintieron conmovidos por los mensajes e invitaciones no sólo de Elena sino también de Jaime White y de Andrews. MV 140 2 El miércoles de mañana, día de Navidad, se celebró una reunión y 13 niños y jóvenes expresaron su determinación de ser cristianos. MV 140 3 Cinco jóvenes no estaban presentes en esa mañana de Navidad, pero en respuesta a las exhortaciones de sus jóvenes amigos, ellos también dieron sus corazones al Señor, haciendo un total de 18 cuyas vidas fueron cambiadas durante esos cinco días memorables en Washington. Algunos de ellos querían bautizarse sin demora, de modo que se serruchó un agujero en el hielo de una laguna cercana, Millan Pond, y con gozo procedieron con este rito. Otros esperaron hasta la primavera, a la llegada de un tiempo más templado. Nueve de los 18 llegaron a ser obreros de la iglesia en la causa de Dios, y algunos ocuparon posiciones prominentes. Entre ellos estuvieron Eugene, Elmer y Orville Famsworth, y su hermana Loretta. Esta última se casó con A. T. Robinson y estuvo al frente en el desarrollo del ministerio de la instructora bíblica. Los dos hijos de los Mead prestaron su contribución, Rose en la obra misionera en las ciudades y Fred como un dirigente de la obra de colportaje y misionero en Africa. MV 140 4 El jueves de mañana, 26 de diciembre, Jaime y Elena White y John Andrews se apresuraron a ir al norte de Vermont, donde el viernes de noche iba a comenzar un congreso en West Enosburg, en la iglesia cercana a los hogares de A. C. y D. T. Bourdeau. A. C. Bourdeau informó en la Review que por la noche, después del sábado, 150 participaron en las "ordenanzas de la casa del Señor". MV 140 5 El lunes de mañana la reunión comenzó con un buen interés. La buena obra continuó hasta las dos de la tarde, cuando a pedido del Hno. White, se desocuparon seis asientos largos cerca del pulpito y luego se llenaron con aquellos que durante estas reuniones habían decidido empezar de nuevo, rumbo al reino... MV 140 6 Estos fueron examinados uno por uno y recibidos en la iglesia por voto como candidatos para el bautismo; y justo antes de la puesta del sol, cuando el termómetro estaba a 29° C bajo cero (-20° F) fuimos al brazo de un río, casi a dos kilómetros (una milla) de la capilla, donde yo descendí desde el hielo a una clara corriente de agua y bauticé a once; entre ellos estaban mis padres ancianos y respetados (RH, 21 de enero, 1868). DE VUELTA EN BATTLE CREEK MV 141 1 De regreso en Battle Creek, el sábado 11 de enero, Jaime White tuvo a su cargo el servicio de la mañana y predicó sobre la parábola de la oveja perdida. Por la tarde hablaron Andrews y Elena de White. El domingo de mañana Elena tuvo la reunión. Ella dio una "descripción de absorbente interés de lo que había visto sobre la visión que se le dio a Moisés de la tierra de Canaán, la típica y la antitípica" (Id., 14 de enero, 1868). Jaime White informó lo siguiente concerniente a la gira de ellos al Este: MV 141 2 En este período [casi tres meses], hemos viajado 5.120 kilómetros (3.200 millas) por tren, y 960 kilómetros (600 millas) por transportación privada. Hemos celebrado 140 reuniones y predicado 60 veces, y hemos hablado más o menos en casi todas estas reuniones. La Sra. White ha hablado de media hora a dos horas en más de 100 de esas reuniones. Hemos colaborado en la ordenación de cuatro ministros y en la dedicación de una casa de adoración. Hemos presidido en el examen de 150 candidatos para el bautismo, y hemos bautizado a 18... MV 141 3 El 15 partimos hacia nuestro buen hogar en Greenville, donde esperamos oír noticias de nuestros amigos (Ibíd.). MV 141 4 Sin duda alguna, Jaime y Elena White habían vuelto al trabajo. ------------------------Capítulo 9-- EL NUEVO INSTITUTO DE SALUD: PRECURSOR DEL SANATORIO DE BATTLE CREEK UNA NECESIDAD DESESPERADA MV 142 1 Ya en la primera visita de los White a Dansville, Elena había tenido la impresión de que convenía que los adventistas observadores del sábado tuviesen una institución de salud. En vez del rápido avance del mensaje, esperado en ese tiempo, la obra estaba sufriendo por la enfermedad de muchos de los principales obreros. MV 142 2 Jaime White estaba incapacitado por una enfermedad. Pero él no era el único. Debido a su salud pobre, los pastores J. N. Loughborough, D. T. Bourdeau, A. S. Hutchins, J. B. Frisbie y John Byington habían hecho poco o ningún trabajo en el campo durante el año. Los tres hijos del pastor O. C. Taylor habían muerto, y también uno en la familia del pastor R. J. Lawrence y otro en la de J. N. Andrews. MV 142 3 En el número de la Review del 17 de abril de 1866, Uriah Smith describió la triste situación: MV 142 4 En vez de experimentar un aumento de obreros, muchos de los más eficientes que están en el campo se encuentran enteramente postrados o atribulados en una forma tal que los desalienta o incapacita. Y así como en tiempos de prosperidad es propio enumerar nuestras bendiciones, así ahora en este tiempo de adversidad y humillación enumeremos nuestras calamidades. MV 142 5 Smith mencionó trece casos de enfermedad, muerte y otras desgracias. He aquí su declaración: MV 142 6 Todo esto ha ocurrido desde nuestra última sesión de la Asociación General, ¿y cuál es el significado de todo? Si mediante estas cosas Dios está planeando enseñamos una importante lección, no debiéramos ser lentos para aprenderla (Ibíd.). MV 142 7 No sólo se necesitaba una institución de salud sino también un cambio en los hábitos de salud de los creyentes. MV 142 8 Por un año la iglesia había tenido ante sí un bosquejo de los principios básicos de salud, en los seis panfletos titulados How to Live (Cómo vivir). MV 142 9 Cuando la sesión de la Asociación General de 1866 se reunió en Battle Creek en mayo, la cuestión de la reforma pro salud ocupaba un lugar prominente en la mente de los dirigentes. Jaime White no pudo asistir debido a la enfermedad. Se le pidió a John Byington que presidiese. MV 143 1 Sintiendo la necesidad de la ayuda inmediata de Dios, el Comité de la Asociación General dispuso un período de cuatro días de ayuno y oración, comenzando el miércoles 9 de mayo, y continuando hasta la clausura del siguiente sábado. Las reuniones debían verse libres de discusiones y caracterizarse por la humillación, el ayuno y la oración de parte de la iglesia. Debían suspenderse los negocios; los miembros de cada iglesia se reunirían a la 1:00 en los días de semana, y a la mañana y a la tarde en el día sábado. Se dio el siguiente consejo concerniente al ayuno: MV 143 2 Durante estos días de oración recomendamos que todos sigan una dieta muy abstemia y simple, Daniel 10:3, mientras que a algunos no les será posible abstenerse totalmente del alimento, según su salud lo permita o sus sentimientos lo sugieran (Ibíd.). MV 143 3 Las iglesias respondieron bien. J. N. Loughborough informó: MV 143 4 Los períodos de oración para el reavivamiento del pueblo de Dios y la restauración de sus siervos, fueron especialmente renovadores, tanto que a todos les pareció evidente que el Señor al damos abundantemente de su Espíritu nos dijo: "Sí, los acepto, y yo trabajaré para ustedes" (Id., 15 de mayo, 1866). MV 143 5 El último sábado Elena de White habló dos veces en la carpa de Michigan, la que fue armada en el lado occidental de la calle Washington Norte, a eso de media cuadra de la casa publicadora. MV 143 6 Refiriéndose a la visión que le fue dada el 25 de diciembre de 1865, en Rochester, ella dijo: MV 143 7 Me fue mostrado que todavía apenas se ha entrado en la obra de la reforma pro salud. Mientras algunos tienen profundos sentimientos y expresan su fe en la obra, otros permanecen indiferentes y apenas han dado el primer paso en la reforma... MV 143 8 Me fue mostrado que la reforma pro salud es una parte del mensaje del tercer ángel y está tan estrechamente vinculada con él como el brazo y la mano con el cuerpo humano (IT, pp. 485-486). SE DESAFÍA A LA IGLESIA A CONSTRUIR UNA INSTITUCIÓN DE SALUD MV 143 9 A Elena de White se le mostró que: MV 143 10 Nuestro pueblo observador del sábado ha sido negligente en actuar en base a la luz que Dios ha dado respecto a la reforma de la salud; todavía hay una gran obra ante nosotros, y como pueblo hemos sido demasiado remisos en seguir la providencia oportuna de Dios según él ha decidido guiamos (Id., p. 485). MV 144 1 Nuestro pueblo debiera tener una institución propia, bajo su propio control, para beneficio de los enfermos y sufrientes entre nosotros que desean tener salud y fuerza para que puedan glorificar a Dios en su cuerpo y espíritu, que son suyos. Dicha institución, correctamente conducida, sería el medio para exponer nuestros puntos de vista a muchos a quienes nos sería imposible alcanzar mediante el curso corriente de presentar la verdad (Id., pp. 492-493). MV 144 2 Sin duda, algunos en la audiencia cuestionaron cómo este pequeño pueblo, con recursos limitados, podría jamás comenzar una institución médica. La audiencia, incluyendo a J. N. Loughborough, estaba sorprendida. MV 144 3 Puesto que en ese entonces Jaime estaba en una condición crítica de salud y no podía acometer tal empresa, el asunto parecía recaer en la Asociación de Michigan, de la cual Loughborough em presidente. MV 144 4 Loughborough preparó un documento donde se comprometían a contribuir y fue primeramente a J. P Kellogg, uno de los hombres de negocios más prósperos entre los adventistas de Battle Creek, y padre de J. H. y W. K. Kellogg. Loughborough le dijo: MV 144 5 Hno. Kellogg, usted oyó el testimonio que la Hna. White nos leyó en la carpa. Unos pocos de nosotros hemos decidido hacer una inversión en favor del propósito que se nos presentó en ese testimonio; sea como fuere, tenemos que vencer las dificultades. Pensamos que nos gustaría tener su nombre a la cabeza de la lista, ya que usted tiene más dinero que cualquiera de nosotros (PUR, 2 de enero, 1913). MV 144 6 Kellogg replicó: "Permítame esa hoja". Con trazos firmes escribió, "J. P. Kellogg, $500". "Allí está --dijo--, fracasemos o no, tenemos que hacerlo". Otros rápidamente le siguieron con promesas: Elena G. de White, $500; J. M. Aldrich, $250; Jaime White, $100; J. N. Loughborough, $50; etcétera. El comité siguió el consejo de abogados competentes, y la institución naciente se desarrolló como una empresa comercial en base a acciones que pagaban dividendos. Cada acción se vendía a $25, con la promesa de dar utilidades al inversionista en base a las ganancias. Antes de mucho, sin embargo, siguiendo el consejo de Elena de White, esto fue cambiado. Mientras se formó el capital en base a la compra de acciones, que proveían derechos para votar, las ganancias de la inversión eran reinvertidas en la empresa. SE INAUGURA LA INSTITUCIÓN DE SALUD MV 145 1 Antes que hubieran pasado muchos días después del llamado a crear dicha institución, se compró la residencia del Juez Graves. Abarcaba tres hectáreas (nueve acres) de tierra, y estaba a tres cortas cuadras al norte de la casa publicadora. Se añadió una estructura de dos pisos para salas de tratamiento. Se instalaron tanques sobre el techo de las salas de tratamiento para conservar agua bombeada por un molino a viento desde un pozo de agua cercano. Loughborough informó: MV 145 2 El 5 de septiembre de 1866, la institución fue inaugurada formalmente para pacientes y huéspedes, teniendo a los Drs. Lay y Byington como médicos, dos ayudantes y un paciente... Teníamos lugar para doce pacientes. Antes de que pasara un mes, las habitaciones estuvieron llenas de pacientes, y tuvimos que aumentar nuestra ayuda y proveer más lugar (Ibíd.). MV 145 3 Los dirigentes denominacionales estaban aventurándose en un campo nuevo que ofrecía oportunidades únicas pero que estaba repleto de muchos peligros. Elena de White pronto les hizo esta advertencia: MV 145 4 La reforma pro salud es una rama de la obra especial de Dios para el beneficio de su pueblo. Vi que en una institución establecida entre nosotros el mayor peligro sería que sus administradores se desviasen del espíritu de la verdad presente y de la sencillez que siempre debiera caracterizar a los discípulos de Cristo (IT, p. 560). MV 145 5 Habría sido bueno si la salud de Jaime hubiese sido tal que él pudiera haber usado su prudente experiencia administrativa, y Elena pudiera haber estado en condiciones de observar más de cerca el proyecto. En ausencia de esto, hombres muy sinceros pero con experiencia limitada avanzaron con la empresa, a veces en forma inconveniente. MV 145 6 La respuesta entusiasta del público en general condujo a planes prematuros para efectuar una rápida ampliación de la institución, a fin de acomodar a todos los que solicitasen ser admitidos como pacientes. MV 145 7 Jaime y Elena White, en el norte de Michigan, observaban el rápido desarrollo con preocupación creciente. Para ellos era claro que los planes para la expansión del Instituto de Salud eran prematuros, y la manera en que se estaban usando los materiales procedentes de la pluma de Elena de White era causa de una aflicción especial, porque los testimonios escritos para que la institución surgiese a la existencia ahora se estaban usando para apoyar los planes de una ampliación inmediata. MV 145 8 Se dibujaron planos, se hizo una excavación, se colocó un fundamento de piedra, y se compraron materiales para proceder con la ampliación propuesta. Jaime y Elena White observaban las cosas con una perspectiva amplia a través de las cartas, la Review, e informes que les llegaban, y estaban sumamente afligidos. Estaban convencidos de que la denominación carecía de mucho de lo que se necesitaría en cuanto a habilidades, experiencia y finanzas. MV 146 1 Entonces, mediante una visión, Dios dio orientación. Más tarde Elena de White escribió al respecto lo siguiente: MV 146 2 Me fue mostrado un gran edificio levantándose en el sitio en el que más tarde se erigiría el Sanatorio de Battle Creek. Los hermanos estaban muy perplejos en cuanto a quién debería encargarse del trabajo. Lloré angustiadamente. Alguien de autoridad se puso de pie entre nosotros y dijo: "Todavía no. No estáis listos para invertir medios en ese edificio, o para planear su futura administración". Para ese entonces ya se habían colocado los fundamentos del Sanatorio. Pero necesitábamos aprender la lección de esperar (Carta 135, 1903). MV 146 3 Elena de White sabía que enfrentaba una situación difícil con aquellos que estaban procediendo con tanto entusiasmo con la ampliación del Instituto de Salud. Los White sabían que ya se los estaba criticando considerablemente, aunque no sabían justamente por qué. ÉL PIN DE SEMANA CRUCIAL EN BATTLE CREEK MV 146 4 Los esposos White se reunieron con la Iglesia de Battle Creek el sábado 14 de septiembre de 1867, y abordaron el trabajo que temían: establecer restricciones en la ampliación prematura del Instituto de Salud. Habían venido a Battle Creek "con temblor" para dar su testimonio, y eso fue lo que hicieron. Elena de White examinó algunos de los puntos principales en el pedido de un rápido desarrollo del instituto. MV 146 5 Ella señaló que los médicos podrían fallar debido a enfermedad, o muerte, o por alguna otra causa; podría no entrar el dinero según se lo necesitaba para levantar los edificios más grandes; y podría haber un número insuficiente de pacientes, lo que resultaría en una falta de medios para continuar. Tenía confianza de que con los debidos esfuerzos hechos en una "manera juiciosa, y con la bendición de Dios, la institución demostrará ser un éxito glorioso" (IT, p. 559). MV 146 6 El sábado de noche Jaime White se adelantó y dio su consejo como un cuidadoso administrador de la iglesia. Esta era la primera reunión a la que había asistido en 20 meses. Habló nuevamente el domingo de mañana en una reunión bien concurrida en la iglesia. UNA RESPUESTA PRUDENTE MV 146 7 Los días que pasaron en Battle Creek fueron difíciles, cruciales, pero exitosos. Sin embargo, por el momento se renunció al plan de construir el edificio grande. Se pusieron a un lado martillos, serruchos y paletas, y los dirigentes de la iglesia estaban decididos a seguir el consejo dado. MV 147 1 Se colocó a Jaime en la junta de directores, lo que ayudó a establecer la confianza. Para mantener las cosas en forma estable, les habló de planes que harían posible que el instituto continuase sus actividades dentro de sus recursos. Les aseguró a todos que el negocio era sólido y los urgió a manifestar una actitud indulgente hacia los responsables de los problemas corrientes. MV 147 2 Cuatro años más tarde tuvo la satisfacción de informar lo siguiente: MV 147 3 Hemos trabajado en armonía con nuestra fe y con la bendición de Dios; y la cooperación de amigos fieles en el instituto, y también en otras partes, ha ido incrementándose gradualmente, y actualmente está disfrutando de una gran ola de prosperidad (RH, 12 de septiembre, 1871). MV 147 4 Finalmente el instituto estaba sobre una base financiera sólida, bajo una buena administración y con cuatro médicos en el personal. La ampliación del edificio principal estaba casi terminada, y las cabañas habían sido renovadas; parecía que debería tenerse una rededicación de las instalaciones. Esto ofrecería una oportunidad para relacionar a la ciudad y a la comunidad circunvecina con la institución. Se formó un comité para promover dicho programa, y la contratapa de la Review del 18 de Julio incluía un anuncio de una convención de salud a celebrar-se el jueves 27 de julio, con planes para un banquete. Jaime White, como presidente del comité sobre los arreglos, firmó la notificación. UN FESTIVAL DE GALA MV 147 5 El comité elegido para promover el evento, presidido por Jaime White, envió invitaciones impresas a las familias principales de la ciudad y de la comunidad para participar en un "festival higiénico" en los jardines de la institución. La respuesta fue excelente y la cena tuvo un éxito sobresaliente. Uno de los huéspedes, el Honorable George Willard, director del Journal de Battle Creek, declaró lo siguiente: MV 147 6 El jueves 27 de julio, en los jardines espaciosos y hermosos del Instituto de Salud en esta ciudad, se celebró una Convención pro Reforma de la Salud o Festival Higiénico, al que asistieron unas 800 personas, principalmente procedentes de Battle Creek y de los pueblos de los alrededores. El día fue uno de los más hermosos de la estación, y cuando la gente comenzó a llegar alrededor de las once de la mañana, encontraron que se habían hecho los más amplios preparativos para su recepción. MV 147 7 En el lado sur del parque había cinco mesas --cada una de 39 metros (128 pies) de longitud; la longitud total era de 195 metros (640 pies)--, todas dispuestas en el estilo más pulcro y decoradas apropiadamente con jarrones con flores, mientras que en el lado norte se había acomodado una larga plataforma para la tribuna de un orador, con asientos colocados enfrente de ella para acomodar a los huéspedes durante los discursos (HR, agosto, 1871; citado en RH, 22 de agosto, 1871). MV 148 1 Antes que los invitados se sentasen junto a las mesas, hubo algunos discursos tanto de Jaime como de Elena White. Se los escuchó con profunda atención mientras presentaban con vigor y claridad los nuevos principios de higiene. MV 148 2 Después que se invocó la bendición divina y se anunció la cena, la multitud se fue en tropel a las cinco mesas. Se sirvió una comida tentadora a 675 personas. Por supuesto, había vegetales preparados apetitosamente: MV 148 3 Papas en sazón, vainitas, maíz fresco (elote), remolachas, calabazas, guisantes, frijoles al homo (Ibíd.). MV 148 4 Había panes y pasteles [tartas]: MV 148 5 Bizcochos de harina gruesa, pan leudado, galletas, bollos, tortas de fruta (de trigo entero), bizcochuelos (de trigo entero), pastel de manzana (de trigo entero), budín de avena, budín de mandioca (yuca) con fruta, budín de arroz con fruta (Ibíd.). MV 148 6 En cuanto a las frutas, había duraznos, ciruelas secas, higos, dátiles, manzanas, arándanos y zarzamoras. El editor declaró: MV 148 7 Debe notarse que la mantequilla, la grasa de todo tipo, té, café, especias, pimienta, jengibre y nuez moscada estaban totalmente descartados en la cocina y no aparecieron en las mesas. Se proveyó sal para quienes la deseaban (Ibíd.). MV 148 8 Yendo considerablemente a los detalles, el editor declaró: MV 148 9 La cena fue servida en una manera realmente estupenda, y fue saboreada y universalmente alabada por el vasto número de invitados, la mayoría de los cuales se sentó por primera vez en una cena pública organizada en base al plan higiénico (Ibíd.). MV 148 10 Luego hubo una visita a las instalaciones del Instituto, y la gente se reunió nuevamente para escuchar más a Jaime y Elena White. Willard concluyó su informe: "El Instituto, es innecesario añadirlo, ha ganado grandemente mediante esta convención, al presentar más plenamente al público en general sus blancos y objetivos, como también su condición actual y sus expectativas" (Ibíd.). MV 148 11 Esto es precisamente lo que los directores del Instituto y la comunidad adventista habían esperado, y fue un preludio de un futuro dilatado e interesante que realmente colocó en el mapa el nombre de Battle Creek. LA DÉCIMA SESIÓN ANUAL DE LA ASOCIACIÓN GENERAL MV 149 1 La décima sesión anual de la Asociación General empezó en Battle Creek el viernes de mañana del 29 de diciembre de 1871. Fue una reunión que hasta cierto punto vería el resultado de la determinación de Jaime White por fortalecer la base de la obra para asegurar su futuro y darle a él el alivio que necesitaba. Fue una reunión de informes animadores y en la que se trazaron planes de largo alcance. La Asociación Publicadora estaba prosperando, habiendo aumentado sus bienes en casi $ 11.000 durante los diez meses previos y erigido un nuevo edificio que iba a ser dedicado dentro de pocos días. El Instituto de Salud estaba marchando bien; era administrado por Ira Abbey, el primero de los "hombres escogidos" para unirse a las fuerzas de negocios en Battle Creek. Pero Jaime y Elena White estaban agotados; era claro que debían alejarse de las cargas que inevitablemente se acumulaban sobre ellos cuando estaban en Battle Creek. ------------------------Capítulo 10-- PRIMEROS CAMPESTRES ANUALES MV 150 1 En la sesión de la Asociación General de mayo de 1868 se lanzaron algunos esfuerzos o proyectos prometedores. Uno de ellos fue la reunión campestre anual adventista. Las convocaciones en las que los creyentes, dejando sus granjas y ocupaciones, podían reunirse para adorar por unos pocos días viviendo en carpas, habían sido un éxito de tanto en tanto en diversos estados por algunos años. Ahora, tras discutirse la idea en la sesión de la Asociación General, se aprobó una resolución pidiendo que se realizase "anualmente una reunión campestre general", y el Comité de la Asociación General fue autorizado a ejecutar el plan (RH, 26 de mayo, 1868). Tales reuniones les darían ímpetu a los mensajes y ayudarían a solidificar la obra. EL CAMPESTRE EN WRIGHT. MICHIGAN MV 150 2 Cuando a mediados de julio se consideraron seriamente los planes para una reunión campestre anual, la primera idea fue que no había suficiente tiempo para hacer los arreglos para dicha reunión en ese año. Pero luego los dirigentes sintieron que podía hacerse si trabajaban rápidamente. En la página posterior de la Review del 11 de agosto, bajo el encabezamiento "Reunión Campestre General", se les informó a los lectores lo siguiente: MV 150 3 Se ha decidido celebrar una reunión campestre general en el pueblo de Wright, condado de Ottawa, Michigan, del 26 al 31 de agosto. MV 150 4 Rápidamente se dieron otras noticias e instrucciones. Debido a la cercanía de la fecha, la reunión se postergó una semana, para iniciarla el martes 1o de septiembre y continuar hasta el lunes 7 de septiembre. En la página editorial de la Review del 18 de agosto, el Comité de la Asociación General les informó a los presuntos asistentes: MV 150 5 Esta reunión no ha sido designada con el propósito de pasar unos pocos días dedicados a la recreación y la vanidad. Ni ha sido designada como una novedad, para llamar a los ociosos y curiosos a quienes no podría alcanzarse de otra manera. Ni por este medio buscamos meramente reunir una gran concurrencia para que de esta manera exhibamos nuestra fuerza. Tenemos en vista un objetivo muy diferente. MV 151 1 Deseamos convocar a tantos de nuestros hermanos, predicadores y personas en general como podamos, y también a tantos de nuestros compatriotas no convertidos como podamos interesar en esta reunión, a fin de beneficiarlos. MV 151 2 Queremos que todos los que vengan a esta reunión lo hagan con el propósito de buscar a Dios. Queremos que nuestros hermanos vengan con el propósito de buscar una nueva conversión. Queremos que nuestros predicadores les den en esto un ejemplo digno de imitación. MV 151 3 También deseamos ver a muchos de nuestros prójimos que no tienen interés en Cristo, o al menos ningún conocimiento de la verdad presente, que se conviertan al Señor y se regocijen en la luz de su verdad (Id., 18 de agosto, 1868). MV 151 4 Se dieron instrucciones sobre cómo llegar al lugar del campamento, en la granja de E. H. Root, con la promesa de que "se alistará una hermosa arboleda con asientos para 3.000 personas". Se armarían en el terreno dos carpas circulares de 18 metros (60 pies), una de ellas nueva, y se expresó la esperanza de que habría muchas carpas pequeñas, para familias. Jaime y Elena tendrían la suya, y la Review del 18 de agosto incluía instrucciones sobre cómo hacer en la casa carpas sencillas, para prestar servicio a las familias y a las iglesias. EL ARREGLO DEL CAMPAMENTO MV 151 5 Después de estar una semana en Battle Creek, los White regresaron a Greenville a fin de alistarse para el campestre en Wright (RH, 25 de agosto, 1868). Cuando la gente comenzó a reunirse para la reunión el martes 1o de septiembre, encontraron que el sitio consistía en una hermosa arboleda en la granja de los Root. Las reuniones iban a celebrarse en un anfiteatro natural, con el terreno suavemente inclinado hacia la plataforma del orador. Se habían armado las dos carpas de 18 metros (60 pies), una bien equipada con buena paja limpia con la cual llenar los colchones, y en la que algunos de los hombres podían dormir. El agua procedía de un manantial en la cresta cercana de la pendiente, la que proveía de agua al ganado en la granja de los Root. MV 151 6 A medida que llegaban los carros, se descargaban las carpas para las familias y la iglesia y se las armaba en un círculo alrededor de la plataforma del orador: 22 en total. Muchas de ellas eran muy grandes; mediante frazadas o colchas se hacían divisiones para las áreas donde se dormía, lo que proveía un amparo para varias familias. Un total de 19 carpas eran de Michigan, una del Estado de Nueva York, y dos de Wisconsin (Id., 15 de septiembre, 1868). Habría habido más si hubiese habido más tiempo entre el anuncio de la reunión y su comienzo. MV 152 1 La primera reunión, breve, fue celebrada el martes de mañana a las 11:00, pero se limitó a una sesión de oración. El resto del día se dedicó a armar carpas y a instalarse. Se preparaba la comida sobre pequeñas lumbres al aire libre. El área de la reunión enfrente de la plataforma tenía tablones que hacían de asientos, colocados sobre troncos. Cerca de allí había un puesto de libros bien equipado con los productos de la Casa Publicadora Adventista: Spiritual Gifts (Dones espi-rituales), tomos 1 al 4; panfletos de los Testimonios; Life Incidents (Incidentes de la vida); How to Live (Cómo vivir); Thoughts on Revelation (Pensamientos sobre Apocalipsis); y el libro de Uriah Smith que acababa de publicarse, The Visions of Mrs. E. G. White (Las visiones de la Sra. E. G. de White), etcétera. También había muchos, muchos panfletos. El joven John Corliss atendía el puesto de libros, y Willie White, de 14 años, le ayudaba. ACTIVIDADES Y ORADORES MV 152 2 El campestre tuvo su verdadero comienzo cuando a las 5:00 de la tarde los que estaban en el terreno se reunieron bajo los arces azucareros mirando hacia la plataforma del orador. Elena dio lo que podría llamarse el discurso de apertura. MV 152 3 Durante la semana de reuniones, se presentaron 16 mensajes: seis por Jaime White, cinco por Elena White, cuatro por Andrews, y uno por Nathan Fuller. Uriah Smith informó: MV 152 4 Dudamos si alguna vez se dio consecutivamente una serie de mensajes más conmovedores, fervientes, vehementes y directos. Todos ellos estaban encendidos con el fuego de la verdad presente. Evidentemente el Espíritu del Señor está llamando a la mente de sus siervos haciéndoles pensar en los deberes especiales y los peligros de la iglesia en el tiempo presente (Id., 15 de septiembre, 1868). MV 152 5 El tiempo era bueno. Durante el sábado las reuniones se celebraron debajo de los árboles. Trescientas personas acamparon en los terrenos del lugar. Se estimó que 1.000 observadores del sábado asistieron la mayor parte del tiempo, y muchos de ellos se hospedaban en los hogares de los miembros de iglesia del área de Wright. Algunos pensaban que el domingo hubo en el lugar tanto como 3.000 asistentes, debido a que vinieron personas de toda la zona circunvecina. Pero el domingo de mañana cayó una lluvia torrencial, y la asistencia bajó a unos 2.000. Las reuniones se celebraron simultáneamente en las dos carpas grandes. MV 152 6 El domingo de tarde, al aclararse el cielo, habló Elena de White. Se distribuyeron folletos profusamente entre la multitud. Luego por la noche Jaime White habló desde la plataforma sobre la ley y el Evangelio. Las reuniones continuaron durante el día lunes, y la reunión de la noche clausuró el campestre. Smith informó en cuanto a la convocación de una semana de duración diciendo que "todo el tiempo reinó el mayor orden, y que no se experimentó ningún disturbio por parte de ningún sector" (Ibíd.). Joseph Clarke, un laico, declaró en su informe: MV 153 1 El orden y la regularidad observados en esta reunión fueron inusuales para una asamblea de esta clase. Si todos los campestres pudieran conducirse como éste, nos enteraríamos de resultados gloriosos (Id., 22 de septiembre, 1868). DOS CAMPESTRES MÁS PLANEADOS PARA 1868 MV 153 2 Tan exitoso fue el campestre de Wright que antes de que terminase, se trazaron planes para dos más: en Clyde, Illinois, septiembre 23 al 30, para la Asociación de Wisconsin; y en Pilot Grove, Iowa, del 2 al 7 de octubre, para Iowa. Los White y Andrews estuvieron en ambos. La asistencia fue más bien limitada. MV 153 3 En estas reuniones Jaime White y sus hermanos en la fe trabajaron con un estrecho interés común, y la confianza mutua se restauró. Los hermanos de Battle Creek instaron a los White a regresar y establecerse en la ciudad, para que el trabajo de la causa pudiera llevarse adelante más eficientemente y para que pudieran tener el placer de una asociación más estrecha. Esto era tentador, y al viajar desde Wright al campestre en Clyde, Illinois, se detuvieron en Battle Creek, escogieron un terreno para construir, y pusieron en marcha planes para levantar una casa. También anunciaron mediante una nota en la última pagina de la Review, firmada por Jaime y Elena White, que después de los dos campestres asistirían a los congresos anuales en Ohio y Nueva York. En ruta a estas reuniones se detuvieron nuevamente en Battle Creek. Por el informe que sigue, publicado en la Review, es claro que Jaime White rápidamente se estaba involucrando en gran manera en los intereses de Battle Creek. MV 153 4 Al regresar del Oeste, llegamos a Battle Creek el 13 de octubre, y pasamos una semana con el Hno. Andrews en asuntos de importancia relativos al Instituto de Salud, la Asociación Publicadora, la Escuela de Battle Creek, reuniones religiosas, además de nuestros propios intereses personales en cuestiones de libros, la construcción de la casa, y poniendo en condiciones la ropa de invierno. Fue una semana ocupada. MV 153 5 El Instituto de Salud está prosperando. La bendición de Dios está allí. La iglesia todavía se está estableciendo en el trabajo. Y la perspectiva es muy animadora para el establecimiento de una buena escuela en Battle Creek, donde no sólo puedan enseñarse las ciencias, sino que los principios y el espíritu de la religión de Jesús puedan inculcarse en los niños y jóvenes que asistan... El 21 partimos de Battle Creek en compañía del Hno. Andrews para la conferencia del Estado de Nueva York (Id., 17 de noviembre, 1868). DE NUEVO CAMPESTRES MV 154 1 En el año 1870 se programó realizar cuatro campestres en el Oeste a comienzos del verano, y diez en los estados del Este en las postrimerías del verano y el otoño. El primero sería en Marion, Iowa, y se iniciaría el 9 de junio. Al comienzo del año, Jaime y Elena White habían comprado una casa modesta en Washington, Iowa, como un escondite donde podrían refugiarse para descansar y proseguir con su trabajo de escribir. Pasarían una semana allí en su viaje hacia el campestre de Iowa. MV 154 2 Pasaron ocho semanas asistiendo a seis campestres en el Este, pero luego llegaron a la conclusión de que éste era un programa demasiado pesado. Desde ese momento en adelante estarían en gran demanda para asistir y hablar en campestres. Su presencia era una gran atracción en esas reuniones, pero a medida que pasaban los años tenían que dedicar tanto de su tiempo y pensamiento a la solución de problemas personales y al aconsejamiento, que tenían poco tiempo para descansar. ESCENAS DE LOS VIAJES A LOS CAMPESTRES MV 154 3 Gran parte del programa de asistir a un campestre tras otro, aunque arduo, llegaba a ser algo rutinario, pero en la temporada de 1870 hubo varios sucesos de interés especial. MV 154 4 El viaje en carro a Marion, Iowa MV 154 5 Nos despertamos a las cuatro. A las cinco estábamos en viaje. A las siete paramos cinco carretones dobles, bien cargados, para desayunar. En la llanura abierta Jaime y yo caminamos alrededor de dos kilómetros y medio (una milla y media). Estábamos dispuestos a andar en los carretones cuando éstos aparecieron. Al mediodía nos detuvimos en un hermoso bosquecillo. Entonces dimos alcance a los animales y transportes procedentes de Pilot Grove. Había trece carretones bien llenos de hombres, mujeres y niños. Había en total unas 100 personas. MV 154 6 Por la noche nos quedamos en una arboleda. Se armaron las carpas y luego celebramos una reunión en la carpa grande para familias. Acudieron los vecinos. Mi esposo habló y yo le seguí. Tuvimos una reunión interesante, cantando, hablando y orando. Nos retiramos a descansar, pero yo estaba demasiado cansada como para dormir, hasta cerca de la medianoche. MV 154 7 Nos despertamos a las tres y media, y a las cuatro estábamos en camino. Encontramos que todos tenían las carpas desarmadas y empaquetadas. La nuestra estuvo pronto lista y nuevamente partió nuestra caravana. Todos mantenían el orden. A las seis y media nos detuvimos en la pradera y armamos un fuego grande, y todos nos reunimos para un período de oración. Luego consumimos nuestra humilde comida y pronto estábamos nuevamente en viaje. MV 155 1 A la una estábamos en el terreno del campamento y nos sentíamos débiles y cansados. Nos sentimos renovados al comer un almuerzo caliente. En la tarde se armó nuestra carpa e hicimos nuestra cama. Nos acostamos sobre un buen colchón relleno de paja y dormimos dulcemente (Carta 9, 1870). MV 155 2 La siguiente escena procede de un informe de Jaime White sobre un viaje en un barco fluvial en el Mississippi. MV 155 3 Actividades en el barco MV 155 4 En nuestro viaje río arriba, encontramos muchas balsas de madera, muy grandes, desplazándose río abajo. Sobre ellas se levantan casuchas en las que los hombres cocinan y duermen. Mientras pasábamos junto a una balsa grande en la cual había probablemente cuarenta hombres, observamos a un hombre que nadaba hacia el barco, mientras otros agitaban sus sombreros y gritaban:" ¡ Diarios! " Estos eran arrojados inmediatamente por encima de la borda, y el nadador los reunía y los llevaba a la balsa. En pocos momentos podían secarse y estar listos para ser leídos. MV 155 5 Esto le dio a Willie una nueva idea. Inmediatamente fue a mi maleta de viaje en busca de libros sobre la verdad presente y una cuerda, y le pidió al fogonero trozos de carbón. Entre dos panfletos ataba un trozo de carbón, y cuando pasábamos a una distancia accesible hacíamos caer los libros exactamente sobre las balsas. Los robustos leñadores los tomaban ávidamente. Dios bendiga la verdad así distribuida (RH, 5 de julio, 1870). MV 155 6 Los White no eran los únicos adventistas que viajaban por el río para ir al campestre. Esto dio la oportunidad para compartir la fe sin proponérselo mediante el canto, según lo que informó Jaime White: MV 155 7 Servicio de canto a bordo de un barco MV 155 8 Cuando el sol se hundió detrás de los riscos en el lado de Iowa, el aire se volvió más fresco y el anochecer era delicioso. Los miembros de nuestro grupo estaban sentados juntos en frente de la oficina del empleado, en la proa del barco, cuando empezamos a cantar la buena tonada del himno "Descansando en Él". Hicimos esto sólo para nuestra propia diversión y devoción, sin esperar que atraeríamos la atención. Pero tan pronto como terminamos dos estrofas e hicimos una pausa, todos a nuestro alrededor aplaudían y marcaban el ritmo con los pies, y al mirar a nuestro alrededor, vimos que nuestros compañeros de viaje estaban todos reunidos en la parte de adelante del barco, justo a nuestras espaldas pidiendo: "¡Dennos algo más!" "¡Prueben de nuevo esa melodía!" MV 156 1 Pedimos disculpas por perturbarlos con nuestros modestos cantos... Pero como ellos siguieron pidiendo más, les cantamos dos estrofas de "Ejército Celestial", y les rogamos que nos excusasen (Ibíd.). MV 156 2 Jaime escribió que algo menos de 100 pasajeros estaban en el barco. Un joven se aproximó, se dirigió al pastor White por nombre, y le dijo que lo había oído predicar en Johnstown, Wisconsin, en el otoño de 1868. Debe haberle mencionado esto a otros pasajeros, entre ellos a un hombre de Ohio, que estaba en viaje a Minnesota para mejorar su salud. MV 156 3 Una reunión vespertina improvisada a bordo del barco MV 156 4 El caballero enfermizo de Ohio... nos dijo: "Se rumorea en este barco, Sr. White, que su esposa es una oradora pública, y cada pasajero se me unirá en pedirle que hable en la cabina para damas, si ella consintiese". MV 156 5 Después de un momento para consultar sobre si era propio hacerlo y sobre el tema conveniente, regresamos con una respuesta afirmativa. Pronto se arreglaron los asientos, se ofreció una corta oración, y la Sra. White escogió la gran idea de que Dios --su sabiduría, amor, y aún su amor por lo hermoso-- podía verse a través de las bellezas de la naturaleza. El tema fue hecho más interesante mediante referencias a los paisajes grandiosos y hermosos del viaje del día yendo aguas arriba por el viejo Mississippi. MV 156 6 Nunca vimos una audiencia más atenta. Llegaron las nueve, y una docena de personas de rostros de color estaban esperando, listas para preparar camas extras en el mismo cuarto que estábamos usando como capilla, de modo que concluimos la reunión y buscamos dónde descansar por la noche (Ibíd.). MV 156 7 A veces cuando Jaime y Elena White habían planeado un viaje en su ministerio, una enfermedad de ella hacía que el viaje pareciese enteramente imposible, pero teniendo en cuenta en sus planes a la providencia de Dios, lo empezaban por fe y Dios los sostenía. En el día en que debían asistir a cierto campestre, Elena estaba muy enferma. Había estado en cama por dos días, pero pensaba que por lo menos debía intentar ir. Le escribió sobre esto a Willie: MV 156 8 "Abran paso para una mujer enferma" MV 156 9 No estaba vestida [para salir de la casa] el miércoles y sólo lo estuve por un corto tiempo el jueves de mañana, hasta que me vestí para salir de viaje yendo en los coches... Cuando llegamos a Jackson había una feria del Estado, y jamás había visto tanta gente. Estaban decididos a amontonarse en la plataforma. MV 156 10 Tu padre salió corriendo conmigo sosteniéndome de su brazo. Puso su hombro contra la gente, gritando: "Abran paso para una mujer enferma. Despejen el camino para una mujer enferma". Corrió a través de la multitud, me llevó aparte y me encontró un asiento. Adelia Van Horn estaba a mi lado. Él fue a buscar el carruaje y los animales del Hno. Palmer (Carta 13, 1870). MV 157 1 Los viajes de los White los llevaron a lugares recién colonizados donde a veces los caminos eran muy difíciles de transitar. En una ocasión en Missouri este hecho los puso en una situación penosa pero de alguna manera cómica, descrita en una carta a Edson y Willie: MV 157 2 Varados en un mar de barro MV 157 3 Hablé cinco veces en Hamilton. Empezamos el viaje para visitar a una familia desconsolada que sufría por la pérdida de un hijo de 14 años. Papá predicó el sermón para el funeral en la capilla metodista. El Hno. McCollester nos proveyó un carretón doble y caballos. MV 157 4 Viajamos primorosamente por tres kilómetros (dos millas) hasta que tratamos de cruzar un pantano. Estando en el centro de un gran barrial, los caballos quedaron empantanados o atascados. El barro llegaba a la barriga de los caballos. No podían seguir. Lucharon hasta quedar aplastados sobre el barro. MV 157 5 No sabíamos qué hacer. Papá caminó sobre la lanza del carretón y separó a los animales entre sí [y del carretón], y luego usó el látigo y los caballos, después de hacer un esfuerzo formidable, lucharon hasta llegar a tierra firme, dejándonos a nosotros en el carretón en un mar de barro. MV 157 6 Papá decidió aventurarse a salir sobre la lanza y corrió rápidamente sobre la parte más dura del barro. El barro duro lo sostuvo. Trató de conseguir una madera para que yo caminase sobre el barro. Yo no tenía chanclos de goma. La madera se negó a desprenderse de los postes de roble. MV 157 7 Decidí seguir el ejemplo de vuestro padre. Salí corriendo sobre la lanza y su mano se encontró con la mía y llegué sana y salva a tierra firme. Dejamos el carretón [en el barro] y los caballos [atados a la cerca] y caminamos de regreso a Hamilton, tres kilómetros (dos millas) (Carta 11, 1870). MV 157 8 Le dijimos al donante del carretón y los animales dónde estaban sus caballos, y él fue con sogas fuertes para ver si podía llevarlos a la casa (Carta 17, 1870). MV 157 9 Jaime y Elena White pasaron ocho semanas asistiendo a seis campestres en el Este, primero en Oneida, Nueva York; seguido por South Lancaster, Massachusetts; Bordeauville, Vermont; Skowhegan, Maine; Clyde, Ohio; y uno muy cerca, en Charlotte, Michigan. Fatigadamente Jaime tomó su pluma y escribió: MV 157 10 Nuestras labores han sido demasiado grandes para nosotros; y decidimos que no debiéramos celebrar más de dos campestres por mes, especialmente si tenemos que comenzar en mayo y continuar hasta octubre (RH, 4 de octubre, 1870). CONTINUANDO RUMBO AL CAMPESTRE DE KANSAS MV 158 1 Estas eran palabras decididas, llenas de buenas intenciones, pero pronto iban a ser olvidadas. Después que los White recobraron el aliento en el campestre de Ohio, estaban listos para continuar. Jaime escribió así: MV 158 2 En la reunión campestre de Ohio la carga recayó sobre nosotros, y decidimos celebrar campestres en Indiana y Kansas en el mes de octubre... MV 158 3 Hacemos el sacrificio, en nuestra condición tan desgastada, de celebrar estas reuniones para el bien de las almas que perecen. ¿Quién quiere compartir [la carga] con nosotros? Los tales son invitados a ayudar con sus oraciones y recursos (Ibíd.., 27 de septiembre, 1870). MV 158 4 Con renovado ánimo viajaron a Indiana y luego a Kansas, y participaron de todo corazón en las reuniones. Cerca del fin de la reunión de Kansas, celebrada cerca de Fort Scott, 120 kilómetros (75 millas) al sur de Kansas City, Jaime White, el domingo 16 de octubre, describió las circunstancias: MV 158 5 Aquí hay diez carpas para familias, varios carretones cubiertos en los que viven familias, un puesto de provisiones, y la carpa grande de Iowa, de inestimable valor para nosotros durante una fuerte tormenta. Se había instalado una estufa de carbón en la carpa grande, que contribuyó mucho a nuestra comodidad durante la tormenta. En realidad, casi todas las carpas están equipadas con estufas. Hasta tanto sepamos, nuestra gente ha estado enteramente cómoda, aun en medio de la tormenta. Todos están contentos y disfrutan mucho de la reunión (Id., 8 de noviembre, 1870). MV 158 6 Él agregó: "La Sra. White ha hablado sobre el tema de la salud en una manera enteramente satisfactoria". MV 158 7 En vez de regresar pronto a su casa en Battle Creek, como habían planeado primeramente, se sintieron suficientemente renovados como para celebrar unas pocas reuniones en Missouri. Esta vuelta por el Sur y el Oeste añadió cinco semanas a su trabajo en los campestres en 1870. Llegaron a la casa el lunes 7 de noviembre (Id., 15 de noviembre, 1870). PRIMERA ESCUELA DENOMINACIONAL MV 158 8 Nadie estaba más consciente que Jaime White de la necesidad de hombres competentes en el cuerpo ministerial de la denominación. Reconocía que la obra importante del mensaje del tercer ángel requería un tipo especial de educación. A medida que la obra se expandía, la necesidad de escuelas de entrenamiento llegó a ser urgente. MV 159 1 Debido a su celo y previsión, el pastor White siempre estaba asumiendo más responsabilidades que las que sus fuerzas le permitían. En la sesión de la Asociación General de 1869 él estuvo de acuerdo en prestar servicio como: MV 159 2 Presidente de la Asociación General MV 159 3 Presidente de la Asociación Publicadora Adventista del Séptimo Día Director del Instituto de Salud MV 159 4 Pero ahora estaba comenzando a promover la idea de una escuela denominacional. En enero había propuesto a través de la Review que se comenzara una escuela en Battle Creek, y él pedía promesas para dicha empresa. Pero la idea no prendió fuego. MV 159 5 Luego en 1870 propuso que se presentara una serie de conferencias después de la sesión de la Asociación General. Al año siguiente hizo una propuesta similar, pero sin recibir una respuesta significativa. Finalmente, a comienzos de abril de 1872 Jaime y Elena White citaron a toda la Iglesia de Battle Creek para estudiar seriamente la idea de establecer allí una escuela. Entre las preguntas que se formularon estuvieron las siguientes: MV 159 6 ¿Encararemos, como pueblo, el tema de la educación y formaremos una Sociedad Educacional? MV 159 7 ¿Tendremos una escuela denominacional... para capacitar a jóvenes y señoritas a tomar parte, en forma más o menos pública, en la causa de Dios? MV 159 8 ¿Se proveerá de algún lugar donde nuestros jóvenes puedan ir para aprender aquellas ramas de las ciencias que pueden poner en un uso inmediato y práctico, y al mismo tiempo ser instruidos en los grandes temas proféticos y en otras verdades de la Biblia? (RH, 16 de abril, 1872). MV 159 9 Se propuso que con acciones que costasen $10 cada una, la iglesia formase una sociedad "para levantar fondos con el propósito de alquilar, comprar o erigir edificios escolares, y procurar el equipo para la escuela". Se dieron pasos para determinar cuál era el interés y qué apoyo podía esperarse. Se formó un comité permanente integrado por Uriah Smith y E. W. Whitney para fomentar el interés. Con Jaime White uniéndose a este comité, se dieron los siguientes pasos definidos y significativos: MV 159 10 "Resuelto, Que invitemos al Comité de la Asociación General para emplear maestros idóneos para la escuela en perspectiva; dar los pasos que se consideren apropiados para levantar los medios necesarios para el sostén [de la escuela] hasta que ésta llegue a autosostenerse; y efectuar la supervisión general de esta empresa". MV 160 1 Siendo éste un movimiento en beneficio de la causa en general, los miembros del Comité de la Asociación General son las personas apropiadas para actuar en el establecimiento. De acuerdo con la resolución antedicha, de aquí en adelante su administración estará en manos de ellos. MV 160 2 Se ha decidido ahora comenzar la escuela el lunes próximo, 3 de junio. Se ha provisto un lugar y se ha ocupado un maestro. El primer período continuará por doce semanas, hasta el 26 de agosto. Los derechos de matrícula serán de $3 a $6, de acuerdo con los estudios que se cursen. MV 160 3 Como se ha declarado, el objetivo principal es ayudar a aquellos que consideran llegar a ser obreros públicos en la causa de la verdad. Por supuesto, aquellos que no tienen tal propósito en vista, pero que desean meramente adquirir una educación bajo las ventajas y en la sociedad aquí ofrecidas, están en perfecta libertad de asistir. Que vengan todos los que puedan, a tiempo para estar aquí en la inauguración, y otros tan pronto como les sea posible de aquí en adelante (Id., 14 de mayo, 1872). MV 160 4 George Butler, el nuevo presidente de la Asociación General, rápidamente se unió al grupo en apoyo de la idea de una escuela. El 22 de mayo escribió lo siguiente: MV 160 5 Queremos una escuela que sea controlada por nuestra gente donde se pueda rodear a los alumnos con influencias de un carácter moral que tenderán a preservarlos de aquellas influencias que son tan comunes y dañinas en la mayoría de las escuelas de hoy día; y en esta escuela queremos un departamento en el que aquellos que trabajarán en el ministerio, o en otras posiciones públicas útiles, puedan recibir la instrucción que los capacitará para los deberes de esos cargos (Id., 4 de junio, 1872). MV 160 6 A la siguiente semana, en el número del 11 de junio de la Review y bajo el título "La Escuela Adventista del Séptimo Día", se anunció que la escuela se había abierto. El anuncio comenzaba con las siguientes palabras: MV 160 7 Esta escuela empezó en Battle Creek en la fecha designada, 3 de junio, con doce alumnos y el Hno. G. H. Bell como maestro. Desde entonces se han unido dos más. Éste es un mejor comienzo que el que nos habíamos aventurado a anticipar, en vista del breve tiempo transcurrido hasta el comienzo del proyecto, y el aviso que se dio necesariamente con tan poca anticipación (Id., 11 de junio, 1872). MV 160 8 George I. Butler preparó rápidamente un segundo artículo, titulado "Cultura Mental y el Púlpito". En él destacó la importancia de una educación apropiada para aquellos que se ocupan en la obra más elevada y noble que Dios ha encomendado a los seres humanos. MV 161 1 A mitad del período escolar había 25 estudiantes regulares, pero entre 40 y 50 asistían a la clase de gramática, la que se celebraba por las noches para la conveniencia de los empleados de la Review. La escuela estaba marchando bien (Id., 16 de julio, 1872). MV 161 2 A los que sentían que éste era un comienzo pequeño se les recordó la parábola de la semilla de mostaza. MV 161 3 Esta semilla de mostaza creció hasta llegar a ser el sistema educativo adventista, que incluye la Universidad Andrews, la Universidad de Loma Linda, varios colegios en Norteamérica, universidades y colegios en países fuera de Norteamérica, academias y escuelas primarias. MV 161 4 La "escuela" se reunía temporariamente en cuartos del tercer edificio de la Review and Herald que acababa de construirse. MV 161 5 Los White no estuvieron presentes para la inauguración de la escuela, ya que alrededor de esa fecha estaban planeando su primer viaje a California. Pero esperaban ansiosamente las noticias de su progreso y de los planes para elegir un lugar y un edificio. MV 161 6 Aproximadamente un año más tarde, tras haber pasado un número de meses promoviendo la obra de evangelismo y asistiendo a campestres en California, los White regresaron a Battle Creek para asistir a la undécima reunión anual de la Asociación General. En su mensaje de apertura Jaime destacó las necesidades de la escuela: MV 161 7 Probablemente no hay una rama de esta obra que sufra tanto en el momento presente como la educación apropiada de hombres y mujeres para proclamar el mensaje del tercer ángel... Ahora, digo, queremos una escuela. Si me permiten, queremos una escuela denominacional... MV 161 8 Queremos una escuela en la cual puedan enseñarse los idiomas, especialmente los idiomas hablados y escritos de la actualidad, y que hombres y mujeres jóvenes puedan aprenderlos para prepararse a fin de llegar a ser impresores, editores y maestros; y si no podemos hacer más, [la escuela ha de ser un lugar] donde nuestros jóvenes que están por entrar en el ministerio, y también las mujeres, que han de ser trabajadoras en esta gran obra, puedan ser instruidos cabalmente en las ramas comunes, donde sus mentes puedan ser disciplinadas para estudiar; un sitio donde, si no fuera por más de tres meses, nuestros jóvenes pudieran tener la mejor instrucción, y durante ese tiempo, al menos puedan aprender de qué manera estudiar (Id., 20 de mayo, 1873). MV 161 9 Él no tenía dudas sobre la capacidad de los adventistas para proveer el dinero para la empresa de levantar una escuela, notando la liberalidad mostrada para levantar el segundo edificio de la Review and Herald. MV 161 10 La visión de Jaime llegaba mucho más allá de la necesidad inmediata de la escuela en Battle Creek. Se lanzó a hacer una presentación del lugar de la iglesia en las profecías que se estaban cumpliendo, y luego en cuanto a las responsabilidades que le incumben a la iglesia para exponer un mensaje mucho más allá de las limitaciones del idioma inglés. Esto requería tener publicaciones en otros idiomas, y también una escuela en la cual, entre otras cosas, los ministros pudiesen prepararse para trabajar en los idiomas de Europa. MV 162 1 No es de sorprenderse que cuando el congreso abordó los asuntos administrativos, uno de los primeros acuerdos rezaba así: MV 162 2 Resuelto, Que consideremos como deber imperativo de los Adventistas del Séptimo Día dar pasos inmediatos para la formación de una sociedad educacional, y el establecimiento de una escuela denominacional (Id., 18 de marzo, 1873). MV 162 3 Jaime y Elena White compartían una profunda preocupación: tener un cuerpo de ministros competente, bien preparado. Gran parte de las fuerzas de trabajo en el campo estaba formada por hombres autodidactas, intensamente consagrados quienes, habiendo alcanzado un buen grado de pericia a través del estudio diligente y la bendición de Dios, habían sido lanzados al ministerio público. Stephen N. Haskell y Dudley M. Canright eran ejemplos típicos. Canright, el hijo mayor en una familia campesina del sur de Michigan, había escuchado favorablemente la predicación del mensaje del tercer ángel en una reunión bajo carpa. Consiguió y devoró libros adventistas, estudió su Biblia día y noche, y pronto ansiaba convertir a otros a su fe recién hallada. Su primer converso fue su propia madre. MV 162 4 Alrededor de los 21 años de edad, Canright sintió el llamado al ministerio. Fue a Battle Creek, buscó a Jaime White, y pasó una hora con él. White relató el incidente: MV 162 5 Le dije: "No se conforme con ser un predicador de menor categoría, sino sea alguien, o muera tratando de llegar a serlo. No vaya para ser una persona mimada, sino salga al campo sintiendo el peso de la obra sobre usted, teniendo principios firmes, y no ceda". MV 162 6 Lo último que hice fue regalarle una de nuestras Biblias en inglés, y un par de diagramas, diciéndole al mismo tiempo: "Dudley, lleve esto, y salga y pruébelo. Cuando se convenza de que ha cometido un error, traiga este material de vuelta". MV 162 7 El próximo mayo, en el congreso, lo encontré y le pregunté: "¿Qué pasó con esos diagramas y la Biblia?" MV 162 8 Él replicó: "Hno. White, usted los ha perdido". MV 162 9 ¡Gracias a Dios! Me gustaría perder más de ellos en la misma manera. Juntamos recursos para comprar una biblioteca para el Hno. Canright y el Hno. Van Horn. Y yo les dije: "Cuando estudien, estudien con todas sus fuerzas, y cuando visiten, visiten con todas sus fuerzas, y hagan ejercicio en forma enérgica. Cualquier cosa que hagan, háganla con toda sus fuerzas" (Id., 20 de mayo, 1873 [ver también Carrie Johnson, I Was Canright's Secretary(Fui la secretaria de Canright), pp. 12-14]). MV 163 1 Por el hecho de que Jaime White tenía dividido su tiempo ent re los intereses de la Asociación Publicadora y los pasos iniciales para poner en marcha una escuela denominacional, no podía irse muy lejos de Battle Creek. Los hermanos habían tratado de presionarlo para que ocupase la presidencia de la Asociación General, como también la de la Asociación Publicadora, pero él se había negado, y Elena lo apoyaba en esta posición. Sabía que él debía descansar o se hundiría bajo la presión. MV 163 2 Ella tenía razón, porque el martes 22 de abril, él tuvo su tercer ataque de parálisis. El ataque no lo incapacitó tanto como el primero, en agosto de 1865. Sin embargo, fue el más severo. Elena informó qué ocurrió: MV 163 3 Había consumido la mitad de mi almuerzo cuando llegó un mensajero con la noticia de que mi esposo había tenido otro ataque de parálisis. Me apresuré a ir a la casa y encontré el brazo derecho de mi esposo parcialmente paralizado. Lo ungimos con aceite y nos dedicamos a orar por su recuperación. El Señor vino muy cerca de nosotros mediante su Santo Espíritu. Mi esposo fue grandemente bendecido. Su brazo fue fortalecido. Sentimos la certeza de que mediante la bendición del Señor él se recuperaría. Nos trasladamos al Instituto. Mi esposo se siente alegre y feliz. Ahora considera firmemente que es su deber abandonar todo como las cargas en Battle Creek y pasar el verano en las montañas de Colorado (MS 6, 1873). MV 163 4 Al día siguiente, aunque era fresco, salieron a caballo, y existían evidencias de que Jaime estaba ejercitando su mente. Él pronto pudo ocuparse en diversas actividades, pero con fuerzas deterioradas, y a veces con considerable sufrimiento. Era ahora claro para todos que él estaba trabajando con un margen demasiado limitado como para permanecer en Battle Creek. Jaime y Elena se fijaron el propósito de ir a Colorado, pero era demasiado temprano en el año como para ir a las montañas, y había asuntos en Battle Creek que ellos necesitaban atender. De modo que se quedaron. Elena continuó con su trabajo de escribir, y Jaime pasaba algún tiempo en la oficina y en comités. Los dos hablaban ocasionalmente en la iglesia. MV 163 5 Mientras esperaban en Battle Creek para que Jaime recuperase sus fuerzas, los visitó brevemente G. I. Butler, presidente de la Asociación General. El pastor Butler vivía en Mount Pleasant, Iowa, y visitaba Battle Creek sólo ocasional. mente. Estuvieron contentos de conversar con él sobre una cantidad de asuntos importantes. Habían encontrado "un lugar sumamente deseable" para la escuela y el 6 de mayo de 1873, hablaron acerca de la ubicación de los edificios. DEDICACIÓN DEL COLEGIO DE BATTLE CREEK MV 164 1 Jaime y Elena White observaron con interés cómo las paredes para un edificio de un colegio denominacional se elevaron a una altura de tres pisos en el verano y el otoño de 1874. La dedicación iba a ser el lunes 4 de enero de 1875. MV 164 2 Entre la finalización de las clases del período de otoño y la dedicación de los nuevos edificios, habría un período de tres semanas. Esto les proveería una oportunidad única a los ministros de la denominación para reunirse a fin de tener un período de entrenamiento, razonaba Jaime White. Con bastante anticipación, el 29 de septiembre de 1874, propuso dicha actividad a través de las páginas de la Review. La encabezó "Instituto Bíblico". La respuesta fue entusiasta. El instituto bíblico se inició el martes 15 de diciembre por la noche, de acuerdo con el plan, con una asistencia de 150 personas y con la promesa de alcanzar "abundante éxito". MV 164 3 Jaime y Elena White habían demorado su regreso a California para pasar allí los meses de invierno hasta después del instituto bíblico y la dedicación del Colegio de Battle Creek. El instituto terminaría el domingo de noche, 3 de enero, la noche antes de la dedicación del colegio. Pero al acercarse la fecha había una nube que pendía sobre sus planes acariciados. Elena de White estaba muy enferma de gripe. W. C. White cuenta la historia: MV 164 4 Después de tres o cuatro días en los que la enfermedad seguía su curso usual, esperábamos que ella se recobrase, pero no mejoró. Más bien fue empeorando, y los médicos del sanatorio temían que ella corriese el peligro de contraer neumonía. Insistieron en que ella debía ser llevada sin demora al sanatorio para recibir tratamiento... Papá estaba afligido ante el pensamiento de que ella no fuese capaz de dar su testimonio ante los miembros del instituto bíblico, la Iglesia de Battle Creek, y los muchos hermanos visitantes que se habían reunido para presenciar la dedicación del colegio... MV 164 5 Nunca olvidaré la solemnidad de la ocasión. Mamá había sido llevada desde su cuarto de enferma a la sala de recepción. Estaba sentada en un sillón grande, abrigada y envuelta en frazadas. Uriah Smith y J. H. Waggoner habían venido desde la oficina de la Review con papá, para unirse a él en oración, y también se permitió que cuatro miembros de nuestra familia estuvieran presentes. MV 164 6 Oró el pastor Waggoner. Le siguió en oración el pastor Smith, y luego oró papá. Parecía que el cielo estaba muy cerca de nosotros. Luego mamá intentó orar, y con una voz ronca y forzada, dijo dos o tres frases de petición. MV 165 1 Repentinamente su voz resonó clara y musical, y oímos la exclamación sonora: "¡Gloria a Dios! " Levantamos la vista y vimos que estaba en visión. Sus manos estaban cruzadas sobre el pecho. Sus ojos se dirigían resueltamente hacia arriba, y sus labios estaban cerrados. No había respiración, aunque su corazón continuaba latiendo. MV 165 2 Al mirar ella fijamente hacia arriba, apareció en su rostro una expresión de ansiedad. Arrojó a un lado sus frazadas y, dando un paso hacia delante, caminó de un lado a otro en la habitación. Retorciendo las manos, dijo entre gemidos: "¡Oscuro! ¡Oscuro! ¡Todo oscuro! ¡Tan oscuro!" Luego, después de unos momentos de silencio, exclamó con énfasis mientras su rostro se iluminaba: "¡Una luz! ¡Una pequeña luz! ¡Más luz! ¡Mucha luz!" (RH, 10 de febrero, 1938). MV 165 3 En su narración W. C. White explicó respecto a estas exclamaciones: MV 165 4 Más adelante entendimos esto, cuando ella nos dijo que se le presentó el mundo como envuelto en la bruma y la neblina del error, la superstición, la tradición falsa y la mundanalidad. Luego, mientras miraba afligida y fijamente esta escena, vio pequeñas luces oscilantes en medio de la oscuridad. Estas luces aumentaron en intensidad. Ardían con mayor brillo y se las colocó cada vez más alto. Cada una encendía otras luces, las que también ardían brillantemente, hasta que todo el mundo fue iluminado. MV 165 5 Tras sus observaciones exclamativas respecto a las luces, se sentó en su silla. Después de unos pocos minutos, tuvo tres inspiraciones largas y profundas, y luego reanudó su respiración natural. Sus ojos descansaron sobre el grupo que se había reunido para orar. Papá, sabiendo que a ella todo le parecía extraño después de una visión, se arrodilló a su lado y le habló al oído, diciendo: "Elena, has estado en visión". MV 165 6 "Sí", dijo ella, y su voz sonaba muy distante, como si le estuviera hablando a alguien que se hallaba en otra habitación. MV 165 7 "¿Se te mostraron muchas cosas?", preguntó papá. MV 165 8 "Sí", replicó. MV 165 9 "¿Quisieras hablamos de ellas ahora?", preguntó. MV 165 10 "No ahora", fue su respuesta. De modo que se despidió al grupo y ella regresó a su habitación (Ibíd.). MV 165 11 W. C. White continuó su relato de la visión: MV 165 12 Papá entonces se apresuró a ir a la oficina de la Review para encontrarse con los hermanos que estaban viniendo del Este y del Oeste para asistir a la dedicación. Alrededor de la puesta del sol vino de la oficina, caminando a través de la nieve, porque había estado nevando muy copiosamente durante la tarde. Al entrar en la casa, arrojó su sobretodo en la cocina y se apresuró a ir al cuarto de mamá. Allí, después de unas pocas palabras acerca de la experiencia de esa tarde, dijo: "Elena, esta noche hay una importante reunión en la iglesia. ¿Deseas asistir?" MV 166 1 "Ciertamente", contestó ella. De modo que se vistió para la reunión, y con papá caminaron hacia la iglesia en medio de la nieve (Ibíd ). MV 166 2 En las pocas noches siguientes ella repitió los muchos temas que se le revelaron en la visión. Apeló a sus oyentes para que tuvieran una perspectiva más amplia de la obra. MV 166 3 Dijo ella: MV 166 4 No está distante el tiempo cuando debiéramos enviar ministros a muchos países extranjeros; Dios bendecirá sus labores y en muchos lugares se publicará la verdad presente. MV 166 5 Dijo que en la visión había visto prensas en marcha en muchos países extranjeros, imprimiendo periódicos, folletos y libros que contenían las verdades referentes a la santidad del sábado y la pronta venida de Jesús. MV 166 6 En ese momento Papá la interrumpió y dijo: "Elena, ¿puedes decimos los nombres de esos países?" Ella vaciló un momento y luego dijo: "No, no sé los nombres. El cuadro de los lugares y de las imprentas es muy claro, y si yo alguna vez los viese, los reconocería. Pero no oí los nombres de los lugares. Oh, sí, recuerdo uno; el ángel dijo, Australia' " (Id., 17 de febrero, 1938 [ver también GCB 1909, pp. 92-93]). MV 166 7 Una década más tarde, mientras visitaba Europa, ella reconoció las prensas en la casa publicadora de Suiza según se le había mostrado en esta visión de 1875; lo mismo puede decirse de las prensas que vio en Australia todavía más tarde. MV 166 8 Esta fue la última visión dada a Elena de White acompañada de fenómenos físicos respecto a los cuales tenemos información detallada e informes publicados que lo atestiguan. MV 166 9 Es significativo que esta visión, con su perspectiva de largo alcance de la obra mundial del Movimiento Adventista, fue dada en conexión con la dedicación del Colegio de Battle Creek, el lunes 4 de enero de 1875. El Colegio de Battle Creek iba a ser diferente de los colegios seculares. Su propósito era preparar obreros para predicar el Evangelio y el pronto regreso de Cristo. La enseñanza debía ser Cristocéntrica. Los maestros debían ser hombres y mujeres consagrados. Se tenía el propósito de que sirviera como un modelo al establecer todo el sistema de educación adventista. ------------------------Capítulo 11-- CALIFORNIA, AQUÍ LLEGAMOS MV 167 1 "¿Alguno para California?", preguntó Jaime White. MV 167 2 Al finalizar la sesión de la Asociación General celebrada a mediados de mayo de 1868, a los ministros presentes se les dio la oportunidad de expresar su preferencia en cuanto al campo en el que trabajarían durante el año venidero. California todavía era un campo en el que no se había entrado en lo que se refiere a algún obrero denominacional. MV 167 3 Pero ocho años antes Merritt G. Kellogg había viajado con su familia en un carro tirado por bueyes hasta California y trabajado en San Francisco como un carpintero. Luego, cuando se estaba promoviendo la reforma pro salud entre los adventistas, regresó al Este para emprender un curso médico. Se inscribió en el Colegio Médico del Dr. Trall, en Florence Heights, Nueva Jersey, donde unos pocos meses más tarde recibió el diploma como un médico y cirujano capacitado. Se quedó en Michigan tras su graduación, y en la sesión de la Asociación General a mediados de mayo apeló fervientemente a la Asociación General para que enviase a un misionero a California a fin de que le ayudase en su trabajo de levantar un grupo de creyentes en San Francisco. Los hermanos estuvieron de acuerdo en que más adelante podría hacerse eso. MV 167 4 Pero Jaime no estaba listo para dejar las cosas así. "¿No ha sentido alguno la impresión de que tiene el deber de prestar servicio en el campo de California?" Hasta ese momento J. N. Loughborough había permanecido en silencio; ahora se puso de pie y habló de sus impresiones y ofreció sus servicios para la obra en el Oeste. MV 167 5 Loughborough había ido a las reuniones con la profunda impresión de que debería ir a California, pero a nadie le había revelado esto. ¡En no menos de veinte sueños que había tenido le parecía como que él estuviese trabajando allí! MV 167 6 Loughborough informó en cuanto a lo que ocurrió luego: MV 167 7 El Hno. White comentó entonces: "Cuando el Señor envió a sus siervos, los envió de dos en dos, y parece como si dos ministros debieran ir a ese campo distante"... Entonces se levantó el pastor [D.T.] Bourdeau y expresó lo que había estado pensando, y que él había venido a las reuniones con su compañero y con todos sus bienes terrenales, listo para ir adonde la Asociación pudiera decir (PUR, 3 de julio, 1913). MV 168 1 White recomendó: "¿Quisieran los hermanos Bourdeau y Loughborough orar sobre esto juntos y separadamente hasta el día cuando la Review vaya a la prensa, para que puedan estar seguros sobre cuál es el parecer del Señor en este asunto?" (Ibíd.). MV 168 2 En el momento apropiado, cuando White les pidió su respuesta, los dos hermanos replicaron: "California, o nada". White entonces pidió $1.000 para comprar una carpa e iniciar la misión. En ese entonces el ferrocarril se extendía sólo hasta las Montañas Rocosas; el viaje debía hacerse en barco hasta el istmo de Panamá y luego en otro barco hasta San Francisco. Durante el año siguiente y aun después, los lectores de la Review leyeron con emoción los informes de los misioneros, primero sobre el viaje en sí y luego sobre las reuniones bajo carpa y la organización de iglesias en los valles al norte de San Francisco. MV 168 3 Comenzaron su trabajo en Petaluma, y desde allí trabajaron hacia el norte. Pronto habían establecido iglesias en Santa Rosa, Healdsburg, Bloomfield y otros lugares. MV 168 4 Loughborough informó: MV 168 5 Poco después de nuestro arribo a California recibimos una carta de la Sra. White, en la cual ella relataba una visión que se le dio en Battle Creek el viernes por la noche del 12 de junio, un día que habíamos pasado en Lancaster, Nueva York, antes de emprender viaje a California. Ella nunca había estado en California y no tenía un conocimiento personal de los hábitos de la gente. En realidad, hasta ese entonces ella nunca había estado al oeste del río Missouri. Cualquier conocimiento que ella poseía concerniente a cosas que ocurrían allí se derivaba de lo que al Señor le placiera revelarle. MV 168 6 En las instrucciones mencionadas en su carta, ella delineaba el estilo de vida liberal de la gente de California, y cuál sería el efecto de trabajar entre ellos con un plan estricto, "consciente del valor del dinero". Al predicar a la gente en California, de alguna manera debían abordarlos con algo del espíritu liberal con el que ellos trabajan, y sin embargo no en una forma despilfarradora (GSAM, p. 385). MV 168 7 Años más tarde, al mirar retrospectivamente a esa experiencia, Loughborough testificó: MV 168 8 Cuando contemplo los resultados de haber seguido la instrucción dada, puedo decir que nuestra causa avanzó más en tres meses que lo que habría progresado en un año si no hubiésemos sido ayudados "en la obra del ministerio" por la instrucción recibida a través del don de profecía. Hasta la primavera de 1871, como resultado de los esfuerzos en el condado de Sonoma, se habían levantado cinco iglesias de observadores del sábado (Id., p. 386). MV 169 1 Jaime y Elena esperaban ansiosamente el tiempo cuando podrían visitar a los hermanos allí y ver personalmente cómo estaba progresando la obra. En realidad, un año más tarde Jaime ya estaba hablando sobre la idea de asistir a un campestre en California. Pero su viaje se demoró cantidad de veces. En el verano de 1872 habían planeado asistir a la mayoría de los campestres en el Oeste (Iowa, Illinois, Wisconsin y Minnesota), y luego unirse a J. N. Loughborough en California para un campestre a celebrarse a fines de septiembre. Pero cuando terminaron las reuniones en Iowa, vieron que en su estado de salud el desgaste sería más grande de lo que podrían soportar. Después de unos pocos días de descanso decidieron ir inmediatamente, pensando llegar a California a fines de junio. Ellos tenían que tener un poco de descanso. UNA VACACIÓN SORPRESIVA EN LAS MONTAÑAS ROCOSAS MV 169 2 Habían pasado 25 años desde que Elena había estado con su hermana mayor, Caroline Clough, que vivía en Ottawa, Kansas. "¿Por qué no parar allí y visitarles brevemente en nuestro viaje a California?" Eso fue lo que hicieron. El encuentro fue sumamente feliz. En una carta a Edson, Elena describió a su hermana, 15 años mayor que ella: MV 169 3 Ella es una mujer comprensiva, inteligente, que vive, según me parece, de acuerdo con la mejor luz que ha tenido. Es una poderosa cantante. Ese es su talento así como el de la oratoria es el mío. Pienso que jamás oí una voz que conmoviera el alma como la suya (Carta 10, 1872). MV 169 4 Ellos habían pensado quedar sólo dos días, pero Caroline tenía muchas ideas para complacerlos y para conversar, e insistió en que extendiesen su visita. MV 169 5 El Hno. y la Hna. Clough nos informaron que tenían cuatro hijos en el territorio de Colorado, y expresaron un fuerte deseo de que los visitásemos. Decidimos parar en Denver y pasar un día o dos con su hija, la Sra. Walling (Ibíd.). MV 169 6 Cuando el grupo llegó a Denver, una ciudad de 12.000 habitantes (WCW, en YI, diciembre de 1872), Willie fue enviado para encontrar el hogar de los Walling. Pronto regresó a la estación en un carruaje con el señor Walling. En la casa de los Walling el grupo de los White se encontró con dos sobrinas de Elena, la Sra. Walling y la Srta. Mary L. Clough. Ella describió al Sr. Walling como "muy sincero y amable", y que se ocupaba en un negocio de maderas grande y lucrativo. Siendo bastante próspero (Carta 25, 1872), no escatimó gastos para complacerlos y atenderlos. Sus aserraderos estaban a unos 64 kilómetros (40 millas) al oeste, al borde de las Montañas Rocosas, pero tenía su casa en Denver para que los hijos pudieran contar con el beneficio de una escuela. En vez de quedarse por un par de días, los White aceptaron la invitación de permanecer por un tiempo. MV 170 1 El negocio del Sr. Walling consistía en proveer de madera para las casas y de vigas para las minas en esa región. Los aserraderos de Walling, cerca de Black Hawk, no estaban en un barranco empinado sino en una extensa zona más arriba. Allí había una cabaña que él puso a disposición del grupo de los White, y allí era donde vivían, leían, escribían y tenían sus caminatas. MV 170 2 Los White tomaron vacaciones durante todo el mes de agosto. Andaban a caballo; juntaban frambuesas a medida que maduraban, visitaban lugares interesantes, como los molinos de pisones en los que el mineral era deshecho y luego procesado; recogían muestras de minerales para una exhibición que tenían la intención de montar; y, por supuesto, escribían. MV 170 3 "El Sr. Walling desea ardientemente que vayamos con él a través de la Cadena de la Snowy Mountain a lo que se llama el [Middle] Park, del otro lado de la Cadena Snowy" (Carta 12, 1872). Ella vio en el viaje propuesto a la Cadena Snowy el incentivo necesario y la oportunidad para que Jaime "esté en libertad para disfrutar del paisaje, se canse, acampe y descanse, y se endurezca para California" (Carta 13a, 1872). MV 170 4 En una carta a Edson y Emma, Elena escribió el 22 de agosto: MV 170 5 Anoche papá y yo cabalgamos 9 kilómetros (6 millas) en los ponies indios para que pudiéramos acostumbrarnos a las cabalgatas. Hemos decidido que sería mejor para papá subir a las montañas más allá de la Cadena Snowy y beneficiarse con el ejercicio que obtendría al hacerlo en vez de ir precisamente ahora a California... Nos sentimos muy animados respecto a papá, pero no nos atrevemos a ir todavía a California (Ibíd.). CARAVANA A LAS AGUAS TERMALES SULFUROSAS MV 170 6 Jaime White describe el comienzo del viaje a la Cadena Snowy: MV 170 7 Fue a las 11:00 a.m. del lunes 2 de septiembre de 1872, cuando montamos nuestros caballos y ponies para el viaje más allá de la Cadena Snowy hasta el Middle Park... Nuestro recorrido iba a través de Rollinsville, Boulder Park, hasta las montañas a través del Paso Boulder (HR, enero, 1873). MV 170 8 A mitad de la tarde vino una fuerte tormenta, y los viajeros se refugiaron en una cabaña de troncos vacía, donde encendieron un fuego en un gran hogar de piedra. Como habían traído todo su equipo consigo, decidieron pasar la noche allí. MV 170 9 Las cuatro damas estaban en ponies. El Sr. Walling tenía la parte principal del equipaje en un carro tirado por dos poderosos caballos, mientras que Willie y su padre estaban cada uno en un buen caballo, listos para ayudar a acarrear el equipaje en los ascensos más agudos, o para ayudar a las damas en los lugares más peligrosos (Ibíd.). MV 171 1 Poco después de iniciar nuevamente el ascenso, Elena White se vio involucrada en un serio accidente. Tenía su poni bien bajo control cuando la correa que sujetaba su equipo de dormir, cedió. En una carta a Edson y Emma ella describió lo que pasó luego: MV 171 2 Cuando yo estaba más animada que nunca, disfrutando mucho del paisaje, mi fardo que iba detrás de mí se aflojó y empezó a balancearse contra las patas del caballo. Vuestro padre se había retrasado para acomodar su fardo con más seguridad. Yo estaba entre dos grupos: tres personas de nuestro grupo adelante y cinco detrás de mí. Vi lo que estaba ocurriendo, saqué mi pie del estribo y estaba lista para deslizarme de la montura al suelo; en un instante más habría estado en salvo. Pero el poni se asustó y me lanzó al suelo por encima del lomo. Me golpeé en la espalda y la cabeza. Sabía que estaba seriamente lastimada, pero tuve la seguridad de que no me había quebrado ningún hueso. Por un tiempo indeterminado apenas pude respirar o hablar, pero finalmente mejoré un poco. Sentía mucho dolor en la cabeza, el cuello, los hombros y la espalda, y en el estómago (Carta 14, 1872). MV 171 3 Jaime White continúa la historia: "Pronto nos quedamos tranquilos al notar que no había huesos quebrados. Tampoco pudimos descubrir heridas externas de ninguna clase; pero como la respiración y el habla eran muy difíciles, temíamos heridas internas". Con toallas que trajo la Sra. Hall, y agua, se aplicó hidroterapia. He aquí lo que Jaime informó: MV 171 4 La paciente mejoró y pronto pudo tomarse del brazo del que esto escribe, y caminar varios metros de donde estaba el grupo, donde nos formulamos las siguientes preguntas:1. ¿Armaremos nuestras carpas aquí para acampar, dejando que el Sr. Walling regrese a su negocio, y quedaremos hasta ver qué curso tomará el caso? 2. ¿O pediremos ayuda al Gran Médico y, por fe en la eficacia de la oración, continuaremos nuestro viaje? MV 171 5 La Sra. White decidió avanzar, como lo ha hecho frecuentemente bajo circunstancias igualmente difíciles. Al inclinar nuestros rostros en oración, las evidencias de la Presencia Divina nos hicieron llorar de gozo. Y en pocos momentos estábamos en nuestras cabalgaduras, avanzando gozosa, y sin embargo solemnemente, resolviendo que no saldríamos del campamento otra vez al empezar otra jornada sin primeramente agradecer a Dios por sus mercedes pasadas, e implorar su cuidado y protección para el tiempo venidero (HR, enero, 1873). MV 171 6 Las heridas de Elena fueron más extensas de lo que al principio se advirtió plenamente, y ella sufrió por muchos años. En 1907 ella hizo referencia a su pierna izquierda, que la había molestado largo tiempo después del accidente: "Los ligamentos se desgarraron desde el tobillo". Cuando buscó ayuda médica algún tiempo después del accidente, se le dijo: "Usted nunca podrá usar su pie, porque ha pasado tanto tiempo sin hacer un examen cuidadoso que nada puede aliviar la dificultad y unir los ligamentos desgarrados desde el hueso del tobillo" (MS 156, 1907). MV 172 1 Con la decisión de continuar el viaje, el grupo pronto hizo frente a una cuesta muy empinada, la más empinada del viaje. El carretón fue aligerado de sus provisiones y equipo, y los caballos lo tiraron con dificultad en el ascenso, dejando que las carpas, el equipo y las provisiones fuesen llevados poco a poco por Jaime y Willie con sus caballos. Al mediodía se detuvieron en una antigua cabaña de troncos en un bosque de pinos. Allí Elena de White tomó un baño caliente y pareció estar mejorando. Justo antes de llegar al límite de la vegetación arbórea, encontraron un buen lugar donde acampar durante la noche. CRUZANDO LA LINEA CONTINENTAL DIVISORIA DE LAS AGUAS MV 172 2 Avanzando de prisa temprano a la mañana siguiente, encontraron una cuesta constante hasta llegar a la marca de los 3.360 metros (11.000 pies). "Aquí --escribió Jaime White-- el aire estaba tan enrarecido que los caballos que subían, respiraban y jadeaban como si fuesen a perder su aliento; y sus jinetes decidían con frecuencia respirar profundamente, lo que no parecía ser suficiente ni satisfacía las demandas usuales del aparato respiratorio. Esto daba una oportunidad excelente para expandir los pulmones y el pecho... MV 172 3 "Apretamos el paso y ascendimos la aguda cuesta, hasta la cumbre de la cadena de montañas, a la que llegamos a las 11:00 a.m... Desde esta gran cordillera, la columna vertebral del continente, brota agua de las vertientes, a corta distancia la una de la otra, las que corren, unas al Atlántico y las otras al Pacífico. Ahora habíamos llegado a una altitud demasiado fría para que existieran árboles de cualquier clase" (HR, marzo de 1873). MV 172 4 En la cumbre de la cordillera, el terreno era más bien llano pero áspero, "virgen, rocoso, típico de la montaña" Luego debían descender. Elena de White decidió ir en el carretón con el Sr. Walling, pero encontró tan incómodo el asiento que se sacudía que prefirió ir con el equipaje, extendida sobre el mismo y aferrándose al enorme atado de carpas. Willie describió el descenso: MV 172 5 A medida que descendemos, los vientos fríos y los bancos de nieve quedan atrás, pero los caminos son terribles. Descienden en forma tan abrupta que usted está en peligro de deslizarse por encima de la cabeza de su caballo, luego tiene que ir a través de ciénagas que son numerosas cerca de la cumbre de la cordillera, donde usted debe esforzarse para mantener a su caballo sobre la superficie; y el resto del camino sobre rocas y piedras sueltas, a través de arroyos y por encima de troncos, subiendo y bajando, pero mayormente bajando hasta que llegamos al parque [Middle Park]. MV 173 1 Rengos y cansados, nos sentimos contentos de detenemos y acampar en el borde de un bosque espeso que rodeaba una pequeña pradera a través de la cual serpenteaba un arroyo de montaña, con aguas claras y frías, y lleno de truchas moteadas. Como de costumbre, atamos los caballos donde había buen pasto, armamos las carpas, cortamos ramas de abeto para nuestras camas, y luego prendimos un buen fuego en frente de las carpas, nos retiramos a descansar y dormimos bien hasta la salida del sol (YI, enero, 1873). UNA SEMANA EN LAS AGUAS TERMALES SULFUROSAS MV 173 2 Ahora tenían un viaje fácil a través del valle hasta las Aguas Termales Sulfurosas (Hot Sulphur Springs), su punto de destino. Juntaron frutillas silvestres mientras viajaban, añadiéndolas a sus raciones para la cena. Un viejo cazador, el Sr. Byers, conocido como "Piel de Ante", había tomado en arriendo las aguas termales. Él ayudó a los recién llegados a encontrar un buen lugar donde acampar, les prestó una cocina con plancha de hierro, y los dejó más bien solos. Pero no su perro de Terranova, que pronto desafió a León, el Terranova del Sr. Walling. León ganó el desafío y se lo encargó de custodiar el campamento durante la semana que ellos estuvieron allí. Encontraron 20 a 30 personas acampadas cerca de las aguas termales, y personas que iban y venían. Además de las aguas sulfurosas, la gente se sentía atraída por los hermosos paisajes y por las posibilidades de pesca y/o de caza. LLAMADOS DESDE CALIFORNIA ACORTAN LA VACACIÓN MV 173 3 Los White esperaban que podrían permanecer en las Aguas Termales Sulfurosas por tres o cuatro semanas, pero el jueves 12 de septiembre por la tarde, después que habían estado allí apenas una semana, vino el Sr. Walling trayendo correspondencia y la información de que el campestre de California, que se había postergado hasta que los White pudieran estar presentes, se iniciaría el jueves 3 de octubre. Ellos debían estar allí. El viernes de mañana levantaron campamento y empezaron a regresar a Black Hawk. Hechos resistentes a la fatiga por la vida de campamento, pudieron hacer el viaje de regreso, que les había requerido cuatro días de ida, en dos días de viaje. Pasaron el sábado en ruta, descansando. MV 173 4 El viernes 20 de septiembre viajaron los 176 kilómetros (110 millas) desde Denver hasta Cheyenne, donde tomaron el tren de la compañía Union and Central Pacific (Unión y Centro del Pacífico) hacia San Francisco. Estaban asombrados con los puentes y viaductos que cubrían ríos y gargantas, y con los túneles y cobertizos contra aludes que se observaban al cruzar las Sierras, y luego ante el ancho valle de Sacramento. Por fin habían llegado a California. LOS WHITE DESCUBREN CALIFORNIA MV 174 1 Jaime y Elena White recibieron una muy cordial recepción cuando llegaron a California el miércoles por la noche, 25 de septiembre de 1872. Al extremo de la línea férrea en Oakland se encontraron con los hermanos Conkrite y Stockton, quienes los guiaron hasta el Embarcadero de San Francisco y a la casa de los Rowland. La Sra. Rowland era una dama escocesa acomodada que estaba a punto de aceptar el mensaje adventista. Era medianoche cuando llegaron a esta casa. Elena escribió: "Encontramos y nos presentaron a veinte hermanos y hermanas que nos saludaron cordialmente como nunca antes se nos había saludado en nuestra vida. Estos amigos habían esperado en la casa de la Hna. Rowland hasta las doce de la noche para recibimos. No fuimos a descansar hasta una hora más tarde todavía" (Carta 16, 1872). MV 174 2 Éste fue el comienzo de una pasión de parte de los White con California que duró toda la vida. Era tal su entusiasmo por las flores, los paisajes, el clima, la gente, que admitieron privadamente: MV 174 3 Jaime: "Nada sino la exigencia severa del deber hará que alguna vez dejemos esta región". MV 174 4 Elena: "No descuidaremos la obra de Dios para contemplar la obra de la naturaleza". MV 174 5 Jaime y Elena White tenían sus ojos puestos en Santa Rosa y esperaban la oportunidad de encontrarse con el pastor J. N. Loughborough y su esposa, que residían allí, y de asistir al campestre. Hicieron el viaje de 59 kilómetros (37 millas) en la barca de pasaje a través de la bahía y ascendiendo el río Petaluma hasta la ciudad de Petaluma, y luego un viaje por tren de 24 kilómetros (15 millas) hasta Santa Rosa. Ésta era una ruta que a menudo recorrerían al ir de un lado al otro en el norte de California. Fueron recibidos cordialmente en el hogar de los Loughborough en Santa Rosa, y asistieron a los cultos del sábado de mañana en el lugar de adoración. Jaime habló sobre las razones de la fe adventista, y Elena le siguió por otros 15 minutos. Luego casi toda la congregación se agolpó en la plataforma para estrecharles las manos (Carta 17, 1872). MV 174 6 El campestre iba a celebrarse en una arboleda en Windsor, un pueblo que está a 16 kilómetros al sur (10 millas), situado entre Santa Rosa y Petaluma. Jaime y Elena White, junto con Lucinda Hall y Willie, estaban en el lugar del campestre para las reuniones de apertura, el jueves 3 de octubre. Jaime escribió: MV 174 7 Estamos ahora escribiendo en una carpa en el lugar del campamento de California, cerca de Windsor, condado de Sonoma, el quinto día, 3 de octubre, al término del servicio de la tarde. La ubicación es buena y el tiempo, excelente. Es tan caliente como en Michigan en el mes de agosto, mucho más caliente que en cualquier momento desde que cruzamos las llanuras el 1o de julio. MV 175 1 A pesar de que este campestre se anunció con poca anticipación, en las primeras etapas de la misma hay 33 carpas en el terreno, además de la tienda grande para la congregación y del puesto de provisiones. MV 175 2 Tres carpas están marcadas San Francisco; dos, Green Valley; una, Sebastopol; cuatro, Bloomfield; una, condado de Mendocino; tres, Windsor; seis, Healdsburg; nueve, Santa Rosa; dos, Petaluma; dos, Woodland... Hablamos por la mañana sobre el tema del tiempo de espera, de vigilancia, en respuesta a la pregunta: ¿Dónde estamos?... La Sra. White habló por la tarde, y el pastor Cornell lo hizo en la noche (RH, 15 de octubre, 1872). MV 175 3 Después del campestre Jaime y Elena estaban ansiosos de pasar un poco de tiempo en San Francisco, ya que meramente habían cruzado la ciudad. De modo que, con Loughborough y Cornell, fueron a San Francisco por tren y con la barca de pasaje el jueves de mañana, 10 de octubre. El viernes, Loughborough y Cornell llevaron la carpa por tren a Woodland. EN SAN FRANCISCO MV 175 4 Los White fueron nuevamente recibidos cordialmente en el hogar de la Sra. Rowland. Al pasar la tarde allí, Elena tuvo la oportunidad de escribir un informe a Edson y Emma sobre sus impresiones del campestre y de California: MV 175 5 Nuestro campestre fue un éxito. No tenemos la menor duda de que el Señor ha dirigido nuestro camino a esta costa, y creemos que la causa de Dios experimentará un progreso mediante nuestras labores, lo que parece ser muy necesario. Vuestro padre trabajó muy esforzadamente durante la reunión. Parecía estar lleno de ideas y no podía reprimirse en sus labores. La gente estaba pendiente de sus palabras con intenso interés. MV 175 6 Creo que nunca vi un grupo tan inteligente, tan sincero, tan excepcional en todo sentido, como el que encontramos en el lugar del campamento. Ya se nos han ofrecido veinte hogares, extendiéndonos invitaciones tan urgentes y espontáneas que deseamos complacerlas a todas (Carta 18, 1872). MV 175 7 Ella escribió en cuanto a un comité de cinco que los había esperado en el campestre, instándolos a establecer su centro de actividades en San Francisco; también ofrecieron alquilar una casa de cinco cuartos, amueblarla y entregársela a los White para que tuvieran su vivienda. Además les proveerían todo lo que necesitasen para vivir, y aun proporcionarían ayuda doméstica. MV 175 8 Elena informó: "Declinamos la oferta. En absoluto debíamos vemos regulados en nuestra libertad. Deberíamos visitar a los hermanos precisamente cuando escogiéramos hacerlo, y quedar una, dos o tres semanas". MV 176 1 Tras establecer su hogar con la Sra. Rowland, hicieron un poco de compras, escribieron otro poco, y día tras día visitaron a los creyentes en la ciudad. Tuvieron así una idea de la situación de los observadores del sábado en San Francisco. ESFUERZO BAJO CARPA EN SAN FRANCISCO MV 176 2 El viernes 8 de noviembre por la noche, Jaime White inició las reuniones bajo carpa en San Francisco. Asistió una buena concurrencia. A comienzos del invierno, el clima en esa zona es por lo general placenteramente cálido. El 17 de noviembre tuvieron que levantar la pared de la carpa para estar cómodos. Después de 18 reuniones Loughborough informó lo siguiente en cuanto al interés: MV 176 3 El Hno. White ha predicado seis veces, la Hna. White siete veces, y yo he hablado cinco veces. Nuestras congregaciones han sido grandes y profundamente atentas. La predicación ha consistido en una mezcla pareja de mensajes precisos, penetrantes, prácticos, alternados con la teoría de la verdad, presentada en una manera clara, concisa, solemne y directa, matizada con exhortaciones y apelaciones directas a la conciencia (RH, 3 de diciembre, 1872). MV 176 4 Durante los meses invernales de diciembre, enero y febrero, los White estuvieron visitando las seis iglesias de California: San Francisco, Santa Rosa, Healdsburg, Petaluma, Woodland y Bloomfield. ORGANIZACIÓN DE LA ASOCIACIÓN DE CALIFORNIA MV 176 5 La reunión del Estado de California se celebró del 14 al 18 de febrero, en Bloomfield, y por supuesto los White estuvieron allí. En su informe para la Review, Loughborough declaró: MV 176 6 Todo marchó en perfecta armonía y con buenos sentimientos, y era una fuente de la más profunda gratitud para todos nosotros el que estuviéramos favorecidos en nuestras deliberaciones y reuniones con la presencia del Hno. y de la Hna. White (Id., 4 de marzo, 1873). MV 176 7 Durante esta reunión formal, con la presencia de delegados de las seis iglesias en California, se formó la Asociación de Adventistas del Séptimo Día de California, con una membresía de 238. J. N. Loughborough fue elegido presidente; S. B. Bresee, también de Santa Rosa, secretario; y T. M. Chapman, de Petaluma, tesorero (Id., 11 de marzo, 1873). MV 176 8 Se había recibido la noticia de que la sesión de la Asociación General se celebraría en Battle Creek, comenzando el 11 de marzo. Jaime, por supuesto, asistiría, pero Elena quería progresar con sus escritos. Estaba trabajando con el libro The Spirit of Prophecy (El espíritu de profecía), tomo 2, sobre la vida de Cristo. 1 MV 176 9 Pero cuando llegó el siguiente número de la Review, traía esta nota: MV 177 1 Un pedido especial: Consideramos de máxima importancia que el Hno. y la Hna. White asistan a esta reunión; por lo tanto los invitamos y los exhortamos, en los términos más vigorosos, a que asistan a esta sesión de la Asociación General, si su salud les permite hacerlo (Id., 11 de febrero, 1873). MV 177 2 Elena de White iría al Este con su esposo. Pasarían 21 meses completos antes de que los White pudieran regresar a California. INTERLUDIO MV 177 3 Durante este período, Jaime y Elena asistieron a dos sesiones de la Asociación General y disfrutaron de otra vacación en las montañas de Colorado. MV 177 4 Poco después de llegar a Battle Creek fueron inundados de visitantes y obreros que venían para tener consultas y conseguir citas para hablar. Esto era "lo más normal", y llegó a convertirse en algo cansador a medida que pasaban los años. MV 177 5 En la undécima reunión anual de la Asociación General (1873) Jaime fue elegido unánimemente como presidente de la Asociación Publicadora de los Adventistas del Séptimo Día. Al principio se rehusó a prestar ese servicio, pero finalmente cedió a la presión y estuvo de acuerdo. MV 177 6 Su gran interés en ese momento era poner en marcha la escuela denominacional, de modo que dividía su tiempo entre los intereses de la Asociación Publicadora y la escuela. 2 También era uno de los directores del Instituto de Salud. MV 177 7 Elena, como de costumbre, estaba muy ocupada en escribir testimonios, y cuando podía dirigir su atención al proyecto, se ponía a escribir sobre la vida de Cristo para el Spirit ofProphecy (Espíritu de profecía), tomo 2. También estaban ocupados en vender su casa y encontrar un lugar para trabajar. MV 177 8 La culminación de todo esto fue que Jaime tuvo su cuarto ataque de parálisis. Fue ungido con aceite y se oró por su recuperación. "Sentíamos la certeza --informó Elena-- de que por la bendición de Dios él se recuperaría. Nos trasladamos al Instituto. Mi esposo se siente alegre y feliz. Ahora está firme en cuanto a su deber de abandonar todo, como las cargas en Battle Creek, y pasar el verano en las montañas de Colorado" (MS 6, 1873). MV 177 9 Ellos no habían tenido la intención de permanecer por mucho tiempo en Battle Creek. En realidad, Elena llegó a la conclusión de que "cada hora que permaneciesen en Battle Creek representaba un peligro positivo para su vida [la de Jaime]". DE VUELTA A COLORADO MV 177 10 Eran las 7:30 de la noche del miércoles 25 de junio de 1873, cuando Jaime y Elena White, Willie y Lucinda Hall llegaron a Denver. Fueron recibidos cor dialmente en el hogar de los Walling. El jueves y el viernes hicieron preparativos para pasar el verano en las Montañas Rocosas. Para asegurarse camas confortables, hicieron arreglos para que se hicieran dos colchones de pelo de caballo, y compraron almohadas. El Sr. Walling vino de las montañas el sábado de tarde y encontró al grupo visitante en el parque de la ciudad disfrutando del descanso del día de reposo. Después del sábado emprendieron la marcha para Golden City, en las montañas (MS 8, 1873). Al caer la tarde del domingo estaban en los aserraderos de Walling, instalándose en la cabaña que iba a ser su hogar para el verano. MV 178 1 Al seguir gran parte del mismo programa y disfrutar de las mismas actividades que habían tenido en su estadía anterior aquí, incluyendo un viaje para acampar, Jaime recuperó sus fuerzas. Los varios meses pasados en Colorado le habían dado la oportunidad de asumir una posición más objetiva y examinar la causa como un todo. Al hacerlo, escribió varios artículos para la Review a fin de proponer pasos de progreso amplios y audaces. MV 178 2 Había escapado de las constantes presiones cotidianas de Battle Creek, pero su ansia de ver avanzar la obra de Dios llenaba su mente de presiones e ideas para el ensanchamiento de la obra. En una serie de artículos para la Review, propuso lo siguiente: MV 178 3 Una oficina de publicaciones en la costa del Pacífico MV 178 4 Un instituto de salud en la costa del Pacífico MV 178 5 Pidió que hombres responsables de Battle Creek avanzasen rápidamente con el desarrollo de la escuela allí y con la ampliación del Instituto de Salud para acomodar a 300 personas. Indicó que se necesitaban dos nuevas prensas mecánicas en la oficina de la Review y más fondos con los cuales operar. Entonces hizo una propuesta audaz: MV 178 6 La Asociación General debiera gastar, antes del fin de 1874, un total de $20.000 en la preparación, traducción y publicación de obras en los idiomas alemán, francés, danés y sueco. Y la Asociación General debe extender sus misiones a Europa, el Pacífico y en realidad, en todas direcciones, tan lejos como puedan suplirse los pedidos (An Earnest Appeal [Una apelación ferviente], p. 29). MV 178 7 Descansados y fortalecidos después de sus cuatro meses en Colorado, los White esperaban con gozo continuar su viaje a California. Hubo varios días de angustia tratando de decidir si asistirían a la sesión o irían directamente a California, llevando consigo a Lucinda Hall y los dos hijos de los Walling. Se decidieron por ir a California. MV 178 8 Habiendo tomado esa decisión, esa noche, jueves 6 de noviembre, subieron al tren en Denver para Cheyenne, Wyoming, presumiblemente para alcanzar el día siguiente el tren para San Francisco. Pero esa noche, sintiendo la impresión de que deberían seguir otro curso de acción, Jaime fue al frente del vagón para meditar y orar. Él escribió lo siguiente en cuanto a esa experiencia: MV 179 1 Sentimos un poder que cambiaba nuestro modo de pensar, contrariamente a lo que habíamos decidido, en favor de la sesión de la Asociación General a celebrarse dentro de pocos días en Battle Creek. MV 179 2 En nuestra mente debatíamos la posibilidad de otro ataque de parálisis que sin duda resultaría fatal, y decidimos que no consideraríamos nuestra vida demasiado preciosa como para no arriesgar todo al hacer la voluntad de Dios. Y con esta consagración, nos sentimos muy felices antes de que nuestro tren llegase a Cheyenne. MV 179 3 Era entonces medianoche, y después de unas pocas horas de sueño en el hotel de la estación, colocamos el asunto ante la Sra. White, quien por primera vez pareció dispuesta a arriesgar otro viaje al escenario de nuestros afanes, pruebas, enfermedades y sufrimientos. Y en unas pocas horas habíamos rehecho el equipaje, la Hna. Hall había salido rumbo a San Francisco para preparar las cosas para nosotros en Santa Rosa en unos diez días, como suponíamos, y nosotros habíamos comprado los pasajes y despachado el equipaje para ir a Chicago. En Battle Creek fuimos saludados afectuosamente, no sólo por nuestros amigos denominacionales, sino por comerciantes y ciudadanos destacados (RH, 30 de diciembre, 1873). MV 179 4 Cuando el viernes de mañana, 14 de noviembre, a las 9:00, se abrió la duodécima sesión anual de la Asociación General, Jaime y Elena White estaban allí. Permanecieron durante todas las reuniones, y recién continuaron su viaje a California el 18 de diciembre. EN CASA EN SANTA ROSA MV 179 5 Jaime y Elena arribaron a San Francisco el domingo por la noche, 28 de diciembre. Al día siguiente se encontraron con J. N. Loughborough, presidente de la Asociación de California, que ahora vivía en Woodland. Él los acompañó a Santa Rosa, donde Lucinda Hall había dispuesto la casa para ellos en una cómoda residencia alquilada. MV 179 6 Loughborough había convocado a los oficiales de la Asociación de California para reunirse allí para un concilio de dos días. Isaac y Adelia Van Horn habían viajado al Oeste con los White, y se unieron a la reunión del grupo de obreros en Santa Rosa. Todos se regocijaron con los informes de las victorias ganadas en Battle Creek. Las audaces propuestas de Jaime concebidas durante el interludio en Colorado rendirían fruto. MV 179 7 Él escribió a la Review: "Hay buena evidencia de que la Mano Guiadora modificó nuestro curso en Cheyenne, desde la ruta más deseable rumbo a San Francisco, hacia la Asociación General en Battle Creek" (Ibíd.). MV 180 1 Toda la experiencia proporcionó gran alivio y tranquilidad a Jaime. MV 180 2 Durante la estadía previa en California --los seis meses en los cuales habían hecho del hogar de los Rowland su centro de actividades-- ellos habían disfrutado siendo huéspedes y visitantes. Pero cuando llegaron a Santa Rosa en diciembre de 1873, se establecieron como residentes. MV 180 3 Elena informó en una carta a sus hijos: "Tenemos abundancia de espacio en la casa y todos los muebles que necesitamos. Estamos cómodamente situados" (Carta 8, 1874). MV 180 4 Su casa parecía ser un centro de atracción para muchos visitantes y un lugar donde se realizaban las conferencias del Estado. En cierta ocasión ella informó: "Tuvimos treinta personas para la cena, hospedamos a 18 y los alimentamos del comienzo al fin de la conferencia. La reunión transcurrió muy placenteramente" (Carta 10, 1874). MV 180 5 Pero cuando las lluvias de invierno se extendieron, se vieron impedidos de salir y hacer visitas en la manera en que lo deseaban. Sin embargo, se mantuvieron ocupados. Loughborough informó: MV 180 6 Consideramos un gran privilegio tener en nuestro medio al Hno. y la Hna. White, quienes durante la estación lluviosa prosiguen vigorosamente con su trabajo de escribir, y aun ahora nos están dando buen consejo y ayuda en el trabajo aquí; y cuando comience la primavera, y ellos tengan la oportunidad de hablar a nuestra gente en diferentes lugares, como pueda indicarlo la providencia de Dios, están preparados para ayudar grandemente a nuestro pueblo (Id., 24 de febrero, 1874). MV 180 7 Los White siguieron con gran interés la obra que Comell y Canright estaban haciendo. Estos hermanos consideraban planes para un esfuerzo evangelizador con la carpa de California, inclinándose a trabajar en poblaciones más pequeñas. MV 180 8 Años atrás, antes de que Elena hubiera venido a California, ella había sentido la impresión de que los métodos de evangelismo en California deberían ser diferentes de los del Este. Le había escrito al pastor Loughborough diciendo que había que acercarse a la gente de California con el espíritu liberal con el que ellos trabajan. MV 180 9 Durante la noche del 1o de abril se le dio un sueño a Elena de White. Ella escribió: MV 180 10 Soñé que varios de los hermanos en California estaban en un concilio, considerando el mejor plan para trabajar durante la estación venidera. Algunos pensaban que era sabio rehuir las ciudades grandes y trabajar en lugares más pequeños. Mi esposo estaba insistiendo fervientemente en que se trazasen planes más amplios, y que se hicieran esfuerzos más prolongados, lo que armonizaría mejor con el carácter de nuestro mensaje. MV 181 1 Entonces un joven a quien yo había visto frecuentemente en mis sueños vino al concilio. Escuchó con interés las palabras que se hablaron, y luego, hablando en forma ponderada y con una confianza llena de autoridad, dijo: MV 181 2 "Las ciudades y villas constituyen una parte de la viña del Señor. Ellas deben oír los mensajes de advertencia... Ustedes están acariciando ideas demasiado limitadas en cuanto al trabajo para este tiempo" (3LS, pp. 208-209). MV 181 3 En la reunión trimestral que comenzó en Bloomfield el 24 de abril, Elena instó a los obreros a "no armar sus carpas en los lugares más pequeños". Al escribir a Edson y Emma acerca de la reunión, dijo: "Quisimos saber si ellos se aferrarían a la costa o se lanzarían a lo profundo y bajarían sus redes para recoger una redada de peces en las aguas profundas... San Francisco y Oakland, Santa Clara, San José... son ciudades grandes, influyentes... Tenemos una obra grande e importante ante nosotros" (Carta 23, 1874). MV 181 4 Las ideas de nuestros hermanos han sido demasiado estrechas y la obra demasiado limitada. Les dijimos que si no estaban planeando hacer más en la estación actual de carpas que en lo pasado, deseábamos regresar al Este y asistir a los campestres. No debieran armar sus carpas en los lugares más pequeños, sino imitar el ejemplo de Cristo. Él se colocó en las grandes vías públicas de viaje donde la gente estaba yendo y viniendo desde todas las naciones del mundo, y allí, en una manera sumamente impresionante, dio sus lecciones sobre la verdad (Ibíd.). MV 181 5 Elena de White había pedido que se hiciese algo "ahora". Su apelación llenó a los obreros de ardor por la causa de Dios. Unos pocos días más tarde Jaime y Elena estaban yendo a Oakland, listos para establecer allí el centro de actividades. El jueves se levantó la carpa en pleno centro de la ciudad, y esa noche Cornell predicó sobre el espiritismo. Hubo un agudo interés en el tema debido a las manifestaciones de espíritus en la ciudad. Jaime White había alquilado la "Granja de la Fuente" a 6 kilómetros (4 millas) de la ciudad, y Elena de White y dos jóvenes estaban limpiando a fondo la casa de ocho habitaciones (Carta 19h, 1874). El viernes de tarde, 10 de mayo, se mudaron allí. Lucinda Hall y los hijos de Walling estaban con ellos (Carta 19f, 1874). MV 181 6 Unos pocos días más tarde Elena de White, en una carta a Willie, describió la casa que habían rentado: MV 181 7 Ahora nos estamos instalando en nuestra nueva casa, a 6 kilómetros (4 millas) de la ciudad. Éste es un ambiente rural. En un tiempo hubo en este lugar una muy buena "cura de agua". La casa grande de tres pisos permanece desolada, destrozada y dilapidada. Vivimos en una linda casa rectangular a unos pocos metros de este edificio. No estamos establecidos todavía, pero pronto lo estaremos. Éste es un lugar muy agradable para vivir. Hay árboles y flores; no hay árboles frutales, pero nuestros vecinos tienen fruta en abundancia, de modo que podemos comprar de ellos (Carta 26, 1874). EL PRIMER NÚMERO DE SIGNS OF THE TIMES (SEÑALES DE LOS TIEMPOS) MV 182 1 Jaime White tenía un doble interés al trasladarse a Oakland a fines de abril. Mientras estuvo en las Montañas Rocosas en el verano de 1873, él había concebido la idea de tener una revista mensual que se publicara en la costa del Pacífico. Él había hecho la propuesta en un artículo en la Review, y en la sesión de la Asociación General en noviembre. Estando ahora en Oakland, en conexión con las reuniones evangelizadoras, él marchó adelante con la iniciación de la revista. Lo hizo bajo su propia responsabilidad, sin esperar la autorización formal de un comité o la promesa de un apoyo financiero sólido. Trabajó durante el mes de mayo en conseguir que el primer número de Signs of the Times fuese editado, compuesto e impreso. Apareció el 4 de junio de 1874. MV 182 2 La revista debía ser de naturaleza evangelizadora pero también un medio de comunicación entre los adventistas en el Oeste. Ahora que la revista estaba en marcha, había preguntas en cuanto a cómo sería administrada y sostenida. Y Jaime White concebía algo adicional. Si el proyecto iba a triunfar, y si la iglesia en el Oeste iba a tener literatura poco costosa para su uso, debía tener a su disposición una casa publicadora. MV 182 3 ¿Pero cómo podía Jaime conseguir tanto el apoyo moral como financiero de la feligresía que estaba al este de las llanuras? Sentía que no podía ir al Este y dejar desatendida la revista que acababa de iniciarse. Los White agonizaron en oración sobre este asunto. MV 182 4 Mientras estábamos inclinados ante Dios en oración en un aposento de arriba, la bendición del Señor vino sobre nosotros en una manera tal que se hizo claro cuál era el deber. Era como si una voz audible dijera: "Ve [al Este] a las iglesias y solicita dinero de aquellos a quienes yo he hecho mayordomos de recursos" (MS 62, 1895). MV 182 5 Jaime y Elena raramente se habían separado. ¡Ciertamente se presentaba una crisis aquí! Pero ahora estaban convencidos de que era la voluntad de Dios que Elena viajase al Este, buscando apoyo. Jaime lloró en voz alta y dijo: "Elena, tú debes ir. No me atrevo a resistir al Señor. Debes ir. ¿Pero qué haré yo sin ti?" (Ibíd.). MV 182 6 Los preparativos para el viaje a través del continente fueron apresurados y breves: MV 183 1 Todo lo que había cocinado eran unos pocos bizcochos. Los puse en una bolsa de papel, los caballos fueron enjaezados, y yo estaba en camino hacia los coches [de ferrocarril]. Mi esposo dijo: "Si yo no hubiese dado mi consentimiento, ahora diría que esto es ilógico. No puedo soportar que te vayas. No puedo quedarme con estas terribles responsabilidades" (Ibíd.). MV 183 2 Al salir con tan poca anticipación, Elena no pudo conseguir un camarote en el coche dormitorio, de modo que tuvo que viajar en el coche-salón. Esto le obligaba cambiar de trenes tanto en el día como en la noche. El manejo del equipaje, despachándolo aquí y allá, fue una nueva experiencia para ella. MV 183 3 Nunca había viajado sola, pero emprendí este largo viaje de ocho días sola, y asistí sola a los campestres en los estados hasta que Willie White me encontró en Wisconsin y me acompañó. MV 183 4 En ese viaje yo expuse nuestra situación, y se juntó dinero en cada campestre. Les dije que California devolvería su préstamo en algún momento en el futuro, porque se me había mostrado que nuestra obra allí prosperaría, que había muchas almas que se añadirían a la iglesia, y que veríamos la salvación de Dios (Ibíd.). MV 183 5 Elena White fue de un campestre a otro, contando su historia y haciendo apelaciones en busca de apoyo para la obra en California, la que enfrentaba dificultades pero era promisoria. Aquellos que asistían a los campestres se gozaban grandemente cuando ella llegaba al lugar, y, por supuesto, se le insistía que tomase el servicio completo en los períodos dispuestos para las predicaciones. A ella le iba bien en sus presentaciones. TERMINA LA SEPARACIÓN MV 183 6 El campestre de Michigan, durante el cual se celebraría la sesión de la Asociación General, se iniciaría el jueves 6 de agosto, y llegó la noticia de que Jaime llegaría un poco después de la medianoche del martes 4. Aunque generalmente se acostaba temprano, Elena se quedó levantada para recibirlo. Ella se mantuvo ocupada escribiendo a Edson y Emma, a quienes Jaime había llamado a Oakland para ayudar con la nueva revista. Mientras estaba escribiendo, sus ojos se fueron cerrando y se adormiló. Al oír una voz familiar, ella se despertó sobresaltada para saludar a su amado esposo, Jaime. Probablemente él había caminado las pocas cuadras desde la estación hasta su casa. MV 183 7 Cómo se alegró ella de que al fin podían estar juntos nuevamente y unir sus vidas y su labor. MV 183 8 Evidentemente la salud de Jaime había mejorado durante los meses que estuvo solo en California. Durante los once días de reuniones predicó seis veces y habló con "gran poder y claridad". Uriah Smith informó: Nunca, creemos, presentó mejores argumentos, o expuso las grandes verdades de este mensaje con más claridad y vigor. La respuesta involuntaria de muchos corazones fue: "Gracias a Dios por la facilidad de comunicación que le da a su siervo, y la fuerza física que se le concede para las ardientes labores a las que constantemente lo está conduciendo su alma inspirada por la verdad" (RH, 18 de agosto, 1874). MV 184 1 Por supuesto, Jaime White trajo un informe animador acerca de la obra en la costa del Pacífico. Contó que había empezado a publicar Signs of the Times, y habló de su visión de que pronto se estableciese una casa publicadora en el Oeste. Tenía la esperanza de regresar en breve con el respaldo pleno de la Asociación General y la promesa de apoyo para lo que se estaba haciendo allí. MV 184 2 Entre otros acuerdos tomados en esta Asociación General estuvo uno que apoyaba el proyecto de la preparación de folletos y que pedía que se uniesen sus intereses en una organización general que se conocería como la Sociedad Misionera y de Folletos de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día. También se tomó un voto de renovar la consagración a Dios, y otro relacionado con el impulso que pronto se le daría al esfuerzo misionero al enviar a J. N. Andrews a Europa tan pronto como fuese factible. MV 184 3 Se tomaron otros acuerdos que trajeron un cambio completo e inesperado en la vida de Jaime y Elena White. Cuando el comité de nombramientos trajo su informe, el nombre de Jaime encabezaba la lista, pidiéndole que fuese presidente de la Asociación General. MV 184 4 ¿Pero en base a qué razonamiento podía aceptar esta gran responsabilidad? Recientemente había rechazado responsabilidades debido a su salud delicada. En la Review que incluía el informe de la Asociación General, él presentó sus reacciones a los cambios y desafíos repentinos que este acuerdo les traería. MV 184 5 1. Reconoció la indicación manifiesta de la Providencia. "Ahora sometemos todo a la voluntad de Dios y a la decisión de su querido pueblo" (Id., 25 de agosto, 1874). MV 184 6 2. En el transcurso del último año, en la providencia de Dios, su salud del cuerpo y de la mente había mejorado grandemente. Había ganado 11 kilogramos (25 libras). Esto, dijo él, fue gracias a "la práctica del contentamiento constante y de una actitud valiente en Dios, y por ignorar los ardides oscuros de Satanás para desanimarme y descorazonarme". MV 184 7 3. Luego, refiriéndose en forma más específica a los intereses en California con los cuales había estado ligado tan estrechamente, explicó: MV 184 8 La Asociación General ha aprobado los pasos que hemos tomado para establecer la imprenta en el Pacífico, y quitado de nuestras manos tanto las responsabilidades como las obligaciones materiales. Envían al pastor Butler al campestre de California para considerar con esa Asociación los pasos apropiados que deben darse para promover la causa en el Pacífico... Siempre sentiremos el aprecio más tierno por nuestro querido pueblo en la costa del Pacífico... Pero por el momento debemos prestar atención al llamado de aquellos cuyas demandas tienen mayor peso en nuestro ánimo (Ibíd.). MV 185 1 4. Las responsabilidades más grandes: Ahora, habiendo otros que comparten el interés especial de Jaime en la obra de California --la revista Signs of the Times, una casa publicadora en el Oeste, y el evangelismo--, Jaime volcaría su atención a las necesidades de la iglesia en su totalidad: MV 185 2 el desarrollo de la escuela denominacional MV 185 3 el Instituto de Salud MV 185 4 la necesidad de obreros en nuevos campos en los Estados Unidos y en el extranjero MV 185 5 la organización de la Sociedad Misionera y de Folletos de la Asociación MV 185 6 General MV 185 7 la publicación de literatura en otros idiomas MV 185 8 continuar la preparación y publicación de escritos de Elena MV 185 9 La aceptación de este desafío de liderazgo significaba cambios drásticos en sus propios planes y estilo de vida. Battle Creek sería ahora su base de operaciones. Pero con su celo acostumbrado, Jaime no demoró en elaborar sus planes y adaptar sus programas y horarios. JAIME WHITE DE NUEVO EN LA POSICIÓN DE MANDO MV 185 10 Los White postergaron su regreso a California e inmediatamente se mudaron. El tesorero saliente de la Asociación General, a quien le habían rentado su propia casa en Battle Creek, la desocupó, y ellos se mudaron a la misma. Pero se sentían un poco inciertos en cuanto al futuro inmediato. Elena de White se sentía muy a gusto viviendo en Battle Creek, pero los corazones de Jaime y Elena estaban en California. MV 185 11 Los campestres del Este estaban programados para iniciarse en Vermont el 20 de agosto, y continuar hasta el 28 de septiembre en Indiana. Jaime White había albergado la esperanza, compartida por los creyentes en los diferentes estados, que él y su esposa podrían asistir. Pero los deberes en Battle Creek eran demasiado exigentes; por lo tanto, Elena de White, acompañada por Lucinda Hall, comenzó con el segundo campestre del Este en South Lancaster. Muchas veces los esposos White sentirían la necesidad de ir por caminos separados y trabajar solos. MV 185 12 Unas pocas semanas después de asistir a la dedicación de la escuela en Battle Creek, el 4 de enero de 1875, partieron para California para ayudar en la for mación de una asociación publicadora, y para ubicar y levantar una casa publicadora. MV 186 1 Nos sentimos muy felices al encontrar en Oakland y San Francisco dos iglesias activas y bien unidas de unos 75 miembros cada una. Cuando éramos más jóvenes la Sra. White siempre asistía al mismo servicio con nosotros, en el que nos turnábamos para hablar; pero la situación de las cosas en las dos ciudades parecía requerir que dividiésemos nuestros esfuerzos, de modo que generalmente hemos ocupado ambas plataformas, en forma alternativa, cuando no estamos trabajando en otras iglesias. MV 186 2 Ambos hemos trabajado en Petaluma, Napa y Santa Clara, y la Sra. White, con nuestro hijo, W. C. White, ha pasado una semana con la iglesia en Woodland... MV 186 3 Además de hablar, hemos tenido a nuestro cargo la atención general de la oficina de Signs, y hemos escrito mucho para nuestras revistas. Añádanse a esto las labores de los deberes principales que nos llamaron a esta costa el invierno pasado (Id., 29 de abril, 1875). DE VUELTA EN EL ESTE PARA CAMPESTRES MV 186 4 Después de tres meses en California, Jaime y Elena regresaron al Este. Poco después de llegar a Battle Creek para asistir a campestres, Jaime White declaró su plan general de trabajo: MV 186 5 Esperamos que la próxima temporada podamos asistir a todos los campestres con la Sra. White. Estaremos con nuestros hermanos, no para hacer el trabajo, sino para ayudarles a hacerlo en el nombre y con la fuerza del Señor. No tenemos ni la fuerza ni la disposición para trabajar como lo hemos hecho. Es importante estar en el momento apropiado. Tenemos muchas sugerencias para hacer, y pensamos que es importante en esta fecha tan temprana llamar la atención de los predicadores de las diversas asociaciones al hecho de que si el deber les llama a que dejen una labor importante para ir al campestre, los está llamando a trabajar en esas reuniones y no a depender de aquellos que vienen de afuera para que hagan todo el trabajo (Id., 8 de abril, 1875). MV 186 6 Los White no escatimaron esfuerzos, sino que tuvieron una temporada activa asistiendo a campestres en Illinois, Iowa, Wisconsin, Minnesota, Vermont, Maine y Nueva York. Su participación fue muy laboriosa. A menudo la carga de la predicación la llevaban mayormente Jaime, Elena y Uriah Smith. MV 186 7 "Decir que estamos cansados expresa sólo pálidamente nuestra condición física --recalcó Jaime en una ocasión--. Pero no estamos cansados del trabajo --añadió--, y nos sentimos llenos de esperanza, valor y fe" (Id., 23 de septiembre, 1875). LA DECIMOCUARTA SESIÓN DE LA ASOCIACIÓN GENERAL MV 187 1 Cuando los delegados se reunieron el 10 de agosto de 1875, se alegraron al ver nuevamente a Jaime White presidiendo después de haber estado ausente en varias sesiones. MV 187 2 La consideración de los asuntos administrativos fue totalmente de rutina, pero se manejó con prontitud. En su informe de la sesión de la Asociación General y del campestre de Michigan, publicado en la Review and Herald, Uriah Smith declaró: MV 187 3 Una cantidad mayor de asuntos administrativos se consideró durante los siete días de esta reunión que durante los catorce días de la reunión de 1874; y sin embargo se dedicó una apreciable proporción de tiempo a los servicios religiosos, los cuales no carecieron de interés para los asistentes y tuvieron buenos resultados. MV 187 4 La feliz resolución de tantos asuntos administrativos se debió a la energía y tacto del Hno. White, quien asumió el mando para promover [la obra] en cada dirección, y cuya habilidad ejecutiva, cuando se ve libre de cualquier impedimento o inconveniente serio, está a la altura de las circunstancias (Id., 26 de agosto, 1875). MV 187 5 Se aprobaron algunas resoluciones trascendentes. Hubo resoluciones reconociendo la escuela y sus contribuciones; sobre la reforma pro salud, reconociendo los beneficios de seguir sus principios y exhortando a realizar un mayor esfuerzo en la promulgación de sus verdades; y sobre la obra en la costa del Pacífico, instando a apoyar fuertemente el desarrollo de la Asociación Publicadora Adventista del Pacífico. MV 187 6 Se tomó un acuerdo pidiendo un avance marcado en Europa y en otras partes del mundo: MV 187 7 Resuelto, Que recomendemos al Comité Ejecutivo que dé pasos inmediatos para establecer una oficina impresora en Europa, para publicar periódicos y publicaciones en los idiomas francés y alemán, y también para aprovechar las oportunidades que se presentan en Gran Bretaña, Francia, Alemania, Holanda, Italia, Hungría, Africa y Australia (Ibíd.). MV 187 8 Naturalmente, Jaime y Elena White estaban ansiosos de volver a su nueva casa en Oakland y a la casa publicadora que ahora estaba en operación, equipada con las máquinas y materiales comprados por Jaime White en la ciudad de Nueva York y enviados por tren a Oakland. Antes de partir a California, sin embargo, asistieron a los campestres de Vermont, Maine y Nueva York. MV 187 9 Después de una ausencia de cinco meses llegaron a Oakland al atardecer del 24 de septiembre y pasaron la noche en su propia casa en la Calle Once. Los carpinteros habían comenzado la construcción de esta casa cuando ellos partieron en abril. La siguiente cosa que atrajo la atención de ellos fue el edificio de oficinas en la misma cuadra, comenzado algunas semanas después que ellos habían salido, y que casi se había completado un mes antes. MV 188 1 En un artículo publicado tanto en Signs of the Times como en la Review and Herald, titulado "Cómo Encontramos las Cosas", Jaime dio un informe entusiasta: MV 188 2 La apariencia externa de este edificio es excelente. El arreglo interior, desde el sótano hasta el ático, es admirable. El cuarto en el sótano es valioso. Las diversas habitaciones de los dos pisos del edificio son casi perfectas en su disposición y comodidad. Y hay cuatro valiosos cuartos terminados en el ático. Detrás del edificio principal y separado de él por una distancia de 3,50 metros (11 pies) se encuentra la sala de máquinas, hecha de ladrillo. MV 188 3 Y todo costará menos de lo que primeramente se calculó, y está mucho mejor de lo que al principio se esperaba, debido principalmente a la habilidad y fidelidad del Hno. O. B. Jones, quien se encargó exitosamente de nuestras tres imprentas y del edificio de nuestro colegio en Battle Creek, Michigan (ST, 7 de octubre, 1875). MV 188 4 Encontramos la prensa Cottrell y Babcock, de primera clase, de cuatro rodillos, con almohada neumática y tambores-cilindros, y la prensa Universal de trabajos menores en el nuevo edificio, en completo orden de funcionamiento, accionadas por el motor de seguridad de Babcock y Wilcox. Sólo seis semanas antes de que estas prensas estuvieran haciendo un buen trabajo de impresión en la costa del Pacífico, se encontraban en el depósito de mercadería al otro lado del continente, en la ciudad de Nueva York, esperando el embarque (Ibíd.). MV 188 5 Informó que amigos de la causa en California estaban cumpliendo sus promesas, y era su esperanza que para Año Nuevo habría entrado lo suficiente como para pagar tanto el edificio de oficina como el terreno donde se lo construyó. Añadió lo siguiente: MV 188 6 Nuestros hermanos del Este se han aplicado noblemente al trabajo de levantar recursos para proveer a la oficina de Oakland con prensas, motor, tipos, máquinas de encuademación, etcétera. Ya tenemos dos prensas, un motor, una guillotina y una máquina desbastadora de libros, una prensa de tomillo, tipos y material suficiente para imprimir la revista Signs. Todo esto fue pagado a un costo de $6.500, incluyendo la transportación y la instalación, y hay a la mano fondos procedentes del Este para comprar más material, y más promesas de nuestra gente liberal del Este para hacer de la oficina de Signs una oficina completa de impresión de libros y de trabajos menores, donde pueda hacerse tan buen trabajo como en cualquier parte del continente (Ibíd.). MIRANDO HACIA DELANTE MV 189 1 Al mirar Jaime White hacia el futuro, lo hacía con buen ánimo. Su corazón estaba en la publicación de Signs of the Times. Dirigiéndose a los lectores de la revista, declaró: MV 189 2 Con el nuevo año, Signs comienza a visitar semanalmente a sus patrocinadores, y a todos los que puedan convertirse en tales durante el año. Sus perspectivas de éxito son animadoras... MV 189 3 Comenzamos en este número la serie de artículos que exponen las razones de nuestra fe y esperanza, y en otra página con el artículo sobre el milenio. Estos artículos continuarán en su debido orden durante todo el año. También continuarán bocetos de la vida de la Sra. White, y serán muy importantes para aquellos que debieran conocer los hechos de su notable experiencia. MV 189 4 Y muy pronto comenzaremos una serie de artículos bajo el título, "El Asunto Invertido, o Cristo en el Antiguo Testamento y el Sábado en el Nuevo". Planeamos analizar cabalmente la cuestión (Id., 6 de enero de 1876). MV 189 5 Como Jaime White era director de la revista Signs of the Times y de la Review and Herald, ambos periódicos estuvieron repletos de sus editoriales y artículos durante 1875. Elena también había hecho contribuciones grandes: 14 artículos principales en la Review y 29 en Signs. Tanto Jaime como Elena estaban disfrutando de buena salud y parecían estar en la cima del vigor y la vitalidad. El nuevo año se presentaba muy promisorio. ------------------------Capítulo 12--PERSPECTIVAS ANIMADORAS MV 190 1 Las nubes y la fría llovizna que empapaba las ciudades de la Bahía en el norte de California en el día de Año Nuevo de 1876, de ninguna manera tipificaban los espíritus de Jaime y Elena White, que estaban residiendo en Oakland. Era el día de sábado y un día especial, un día para la edificación de la iglesia y para promover su desarrollo, un día apartado por el Comité de la Asociación General para ser dedicado a la oración, el ayuno y la humillación ante Dios. MV 190 2 Las perspectivas eran animadoras. La revista Signs of the Times iba a ser publicada cada semana en vez de quincenalmente. Esto requería planes audaces para llenar sus páginas casi de tamaño de un diario, cada siete días. En su columna editorial en el número del 6 de enero, Jaime White prometió: "Nuestros amigos pueden contar con Signs semanalmente". MV 190 3 Una casa publicadora bien establecida funcionaba casi en la mitad del continente, en Battle Creek, Michigan. MV 190 4 Una institución médica en Battle Creek, Michigan, que en pocos meses cumpliría su décimo aniversario, estaba ahora siendo equipada con personal profesional. MV 190 5 Cruzando la calle, estaba el Colegio de Battle Creek, con un año de antigüedad y disfrutando de buen patrocinio. MV 190 6 El acuerdo de vasto alcance que se tomó en la sesión de la Asociación General de 1874 había sido implementado, y J. N. Andrews estaba ahora como pionero de la obra de la iglesia en Europa, implorando que alguien le ayudase. MV 190 7 La Iglesia Adventista del Séptimo Día había crecido hasta alcanzar una feligresía de un poco más de 10.000 miembros. MINISTRANDO EN EL ÁREA DE LA BAHÍA MV 190 8 En enero, febrero y marzo, Jaime y Elena White ministraron a las iglesias en el área de la Bahía: Oakland, con 80 miembros, y San Francisco, con un número algo menor. MV 190 9 La Iglesia de San Francisco había avanzado con la construcción de una casa de adoración en la Calle Laguna. Se le pidió a O. B. Jones, el muy competente constructor que Jaime White había traído desde Battle Creek para erigir un edificio para la Pacific Press, que construyese la casa de adoración de San Francisco. J. N. Loughborough, presidente de la Asociación de California, escribió lo siguiente al describir el progreso en San Francisco: MV 191 1 Hace un año esta iglesia consideraba casi una imposibilidad construir una casa de adoración; pero la casa está ahora levantada, y el sótano se ha alquilado por una suma suficiente para hacer frente a todo el interés sobre el dinero que fue necesario pedir prestado para completar la casa (ST, 6 de enero, 1876). MV 191 2 Aunque a los White les gustaba California, no tenían la intención de que Oakland fuese su residencia permanente, porque debían mantenerse cerca de Battle Creek y de los muchos intereses de la iglesia en ese lugar. Escribió Jaime White: MV 191 3 Allí están ubicados nuestro primer colegio, nuestro Instituto de Salud, y nuestra principal casa publicadora. Hay una iglesia de más de 200 miembros que nos considera como su pastor, aunque nos vemos separados de ellos seis meses seguidos cada vez, y estamos con ellos sólo unos pocos sábados en el año. Nunca podremos tener tanto interés en ningún otro lugar como en Battle Creek (Id., 11 de noviembre, 1875). MV 191 4 Jaime White tenía planes de regresar pronto al Este. Novedades importantes en las oficinas centrales de la iglesia demandaron su presencia como presidente de la Asociación General. Se había determinado que el 31 de marzo se realizase una sesión extra de la Asociación General. Las discusiones incluirían el hecho de que la junta directiva del Instituto de Reforma de la Salud en Battle Creek había decidido construir un edificio principal, grande, y había invitado a Jaime White y O. B. Jones para dirigir la implementación de esos planes; la causa en Europa, que estaba avanzando, requería una oficina de publicación; y se necesitaba trazar planes para la temporada de campestres. MV 191 5 Jaime White pronto estaba en camino. J. H. Waggoner, que trabajaba en la costa del Pacífico, anunció: MV 191 6 El Hno. Jaime White, presidente de la Asociación General, dejó Oakland ayer de mañana, 22 de marzo, para Battle Creek, Michigan, para asistir a esta conferencia. Nos alegra decir que el Hno. White dejó California con excelente salud y buen ánimo. Él ha trabajado aquí muy intensamente durante los casi seis meses que han quedado atrás bajo circunstancias que podrían haber desanimado a alguien con menos fe y menos consagración a la causa de la verdad. El trabajo de la casa de publicaciones ha prosperado maravillosamente bajo su cuidadosa administración (Id., 23 de marzo, 1876). MV 191 7 Cuando Jaime White partió para Battle Creek, Elena permaneció en su casa en Oakland. Con la ayuda de Mary Clough esperaba avanzar grandemente en su trabajo de redacción de la vida de Cristo. MV 192 1 Probablemente Elena de White nunca tuvo una oportunidad para escribir como la que se le presentó en abril y mayo de 1876. Tenía buena ayuda literaria de parte de su sobrina Mary Clough, y las dos trabajaban juntas a gusto. Los intereses de la causa en el Este que habían requerido que Jaime White fuese a Battle Creek, lo retenían allí. Aunque Elena extrañaba a Jaime, la vida de hogar se simplificó, y ella realizaba muy poco trabajo público. Estaba decidida a aprovechar al máximo esta oportunidad. CAMPESTRES VERSUS ESCRIBIR Y PUBLICAR MV 192 2 Siempre desde el comienzo de los campestres anuales (ver cap. 20), los dirigentes de la iglesia, y en particular Jaime y Elena White, reconocieron en forma general que había una relación directa entre el crecimiento de la iglesia y la presencia de Jaime y Elena White en estas reuniones. MV 192 3 Eran dos personalidades irresistibles; dos oradores que conmovían el alma; dos firmes pilares de la fe. Indudablemente, la gente se chasqueaba grandemente si alguno de los dos no asistía. Pero año tras año el esfuerzo era mayor y las demandas de su tiempo y energía, más agotadoras. MV 192 4 Para complicar el problema, cada uno de ellos tenía blancos personales que se habían comprometido a alcanzar. Puesto que Jaime había asumido las responsabilidades de ser presidente de la Asociación General y también desempeñaba muchas otras posiciones de liderazgo, el continuar su programa riguroso y usual de asistir a los campestres planteaba cuestiones de prioridades. Y en ese momento Elena estaba intensamente ocupada en terminar de escribir el libro que llegaría a ser The Spirit of Prophecy (El espíritu de profecía), tomo 2, sobre la vida de Cristo, más tarde incorporado a El Deseado de todas las gentes. MV 192 5 Le escribió a Jaime en estos términos: MV 192 6 Los preciosos temas se presentan bien ante mi mente. Confío en Dios y él me ayuda a escribir. Estoy unas 24 páginas delante de Mary [Clough]. Ella hace bien con mi original. Se necesitará un claro sentido del deber para retirarme de este trabajo a fin de que vaya a los campestres. Sea como fuere, me propongo terminar mis escritos en un libro antes de ir a ninguna parte. No me parece razonable que yo asista a los campestres. Tú y yo decidimos esto antes que tú partieras... MV 192 7 No tengo voluntad propia; quiero hacer la voluntad de Dios. En el momento presente su voluntad [la de Dios] es que me quede en California y aproveche al máximo mi tiempo para escribir. Estaré haciendo más por la causa en esto que cruzando las llanuras para asistir a los campestres (Carta 4, 1876). MV 192 8 Ella rehuyó todas las responsabilidades externas. Le dijo a Jaime en una carta: MV 193 1 Quiero tiempo para que mi mente esté en calma y tranquila. Quiero tener tiempo para meditar y orar mientras estoy ocupada en este trabajo. No quiero sentirme agotada o estar íntimamente asociada con nuestra gente, quienes distraerán mi mente. Esta es una gran obra y cada día siento el deseo de clamar a Dios por su Espíritu para que me ayude a hacer este trabajo en forma correcta... Debo hacer este trabajo para tener la aprobación de Dios (Carta 59, 1876). MV 193 2 Sin embargo, cuando llegó el momento para que se inaugurase el primer campestre de la temporada en Kansas, el 25 de mayo, Elena y Mary Clough estaban en el tren hacia el Este. Cualquiera fuera el trabajo que todavía debía hacerse sobre la vida de Cristo, tendría que hacerse mientras viajaban. Jaime White colocó triunfantemente una nota en la última página de la Review del 25 de mayo: MV 193 3 Hemos recibido un telegrama de la Sra. White declarando que su sobrina, la Srta. M. L. Clough, y ella se encontrarían con nosotros en el campestre de Kansas el 26. Probablemente iremos a la serie de campestres para 1876, y nos retiraremos del clima del norte en octubre, ya sea hacia el sur o hacia California. MV 193 4 Jaime White estaba sumamente gozoso al recibir el telegrama de Elena diciendo que ella, con Mary Clough, se encontrarían con él en el campestre en Melvern, Kansas. Él se apresuró a despachar 20 postales a un total de 20 lugares de Kansas, dando la palabra de bienvenida. Había citado a J. H. Waggoner para que viniese desde California a fin de asistirle, porque sentía la necesidad de ayuda a lo largo de la temporada de campestres. Ahora canceló esto, porque Elena se encargaría de muchas de las reuniones. MV 193 5 Les aseguró a Willie y Mary, en Oakland, que él estaría en el lugar del campestre, tras haber hecho amplios preparativos, y [en efecto], estuvo allí, pero el tren de Elena de White se retrasó; en vez de llegar el viernes, apareció en el lugar temprano el sábado de mañana. Estaba cansada después de seis días de viaje, incluyendo un recorrido de 32 kilómetros (20 millas) en un carro de campo sobre malos caminos, un viaje interrumpido por una parada de una noche en la casa de una amiga. MV 193 6 "Cansada, por supuesto --informó Jaime White--, con poco sueño y temblando con un dolor de cabeza nervioso, ella sube a la plataforma de los oradores a las diez y media y es maravillosamente sostenida en su esfuerzo" (ST, 8 de junio, 1876). También habló esa noche a una congregación que aumentaba en número. MV 193 7 En la sesión especial de la Asociación General que se había celebrado a fines de marzo, Jaime White había participado trazando planes que requerían una reunión tras otra, semana tras semana, generalmente con una reunión de despedida el martes de mañana. La primera reunión ya estaba en el pasado, pero había 13 más a las que había que asistir: Missouri, Iowa, dos en Wisconsin, Minnesota, Ohio, Vermont, Massachusetts, Maine, Nueva York, Indiana, Michigan (incluyendo la sesión de la Asociación General) e Illinois. MV 194 1 En cierta ocasión Elena, escribiendo desde el lugar del campestre a Willie y Mary, dijo: "Hijos, creo que es mi deber asistir a este campestre. Para mí las cosas resultarán bien en lo que a la salud se refiere si descanso y no trabajo demasiado intensamente" (Carta 30, 1876). MV 194 2 En otra oportunidad informó que Jaime estaba tan "terriblemente agotado" que ella tomó la carga principal durante el campestre (Carta 34, 1876). MV 194 3 Al término de la sexta reunión en julio tuvieron un período de respiro hasta que la serie en el Este comenzase el 10 de agosto. MV 194 4 Ella informó en una carta: MV 194 5 Me he mantenido tanto tiempo bajo tensión que ahora estoy encontrando mi nivel y no puedo pensar con mucha inteligencia. No podemos, Papá, Mary o yo misma, hacer nada ahora. Estamos débiles y nos hemos quedado sin cuerda como un reloj viejo (Carta 33, 1876). MV 194 6 Después de descansar un poco, Elena White retomó su trabajo de escribir sobre la vida de Cristo. Fue una temporada dura. NUEVAMENTE CAMPESTRES MV 194 7 El programa para los campestres en el Este fue muy semejante a los seis que ya habían terminado. Los informes ofrecieron pequeñas vislumbres de situaciones gozosas y a veces difíciles, y, por supuesto, de triunfos según Dios bendecía la obra. Las reuniones a fines del verano se iniciaron en Norwalk, Ohio. El hermano mayor de Jaime White, John, un ministro bautista, residía en Ohio, y ellos se ingeniaron para efectuar una corta visita en el camino. MV 194 8 El domingo la mañana estaba fría y lluviosa, pero antes del mediodía las nubes se habían dispersado, y nos sonrió un tiempo bueno en el campamento. Por la tarde, se contaron en forma efectiva 551 carros y sus caballos que traspusieron la entrada del campamento, con un promedio de cuatro personas por carro. Estos, más los observadores del sábado que ya estaban en el lugar, formaron una congregación de 2.500 personas a quienes el Hno. White les habló con gran libertad sobre las razones de nuestra fe y esperanza (RH, l°de agosto, 1876). MV 194 9 Elena White dio un mensaje vespertino, pero la mayor parte del tiempo tuvo que quedarse en su carpa, y por dos días, en su cama. "Tus padres están muy desgastados por el trabajo", le escribió ella a Willie. MV 194 10 Trabajamos duramente. Tu padre hace el trabajo de tres hombres en todas estas reuniones. Nunca vi a un hombre trabajar tan enérgicamente, tan constantemente, como tu padre. Dios le da una energía más que mortal. Si hay cualquier sitio difícil, tu padre lo toma. Oramos a Dios para que podamos tener fuerza a fin de realizar el trabajo que se necesita hacer en estas ocasiones especiales (Carta 39, 1876). EL CAMPESTRE DE GROVELAND MV 195 1 En cuanto a asistencia, el campestre celebrado en Groveland, Massachusetts, alcanzó un récord como nunca antes. Se inició el jueves 24 de agosto, y continuó por cinco días. Se llegaba fácilmente al campamento --cerca de Haverhill, a unos 50 kilómetros (30 millas) al norte de Boston-- por tren y mediante barcos fluviales de excursión tanto desde Boston como de Haverhill. Se habían armado 55 carpas, incluyendo los tres pabellones --de 14, 17 y 20 metros (45, 55 y 65 pies) de diámetro-- en una hermosa arboleda. El tiempo era tan bueno que las reuniones se realizaron bajo los árboles, y las tres carpas grandes se usaron como lugares para dormir. Las mujeres ocuparon una, y los hombres las otras dos. Quinientas personas acamparon en el lugar. El "salón de reuniones" se extendía hacia arriba formando un anfiteatro natural desde la plataforma de los oradores, y el bosquecillo bien abierto ofrecía una sombra deliciosa. MV 195 2 Vapores fluviales corrían dos veces por día desde Haverhill, a 7 kilómetros (4 millas) de distancia, y cada hora en domingo. Corrían 18 trenes diariamente, y todos se detenían en el campamento. Las reuniones del sábado tuvieron buena asistencia, pero el domingo trajo sus sorpresas. Mary Clough informó: MV 195 3 El domingo fue un día animado en el campamento. Corrieron trenes especiales desde las ciudades de Lawrence, Newburyport, Haverhill, etcétera, y a las 9:00 a.m. el auditorio estaba lleno de personas inteligentes a quienes el pastor White les predicó por alrededor de una hora. MV 195 4 Todavía la gente llegaba a raudales desde las poblaciones circunvecinas, y los trenes venían llenos con su carga viviente. Después de un intervalo de treinta minutos, la Sra. White ascendió a la plataforma, en medio del profundo silencio de esa vasta multitud, y se dirigió a la gente sobre el tema de la temperancia cristiana. Su manera original y abarcante de manejar este tema despertó expresiones de alabanzas de primera categoría de parte de todos los que oyeron. MV 195 5 Los trenes de la mañana estaban llenos, pero los del mediodía inundaron la arboleda [con su carga humana], y el tren de las 2:30 desde Lawrence trajo quince vagones literalmente apiñados de gente; la plataforma y los escalones también estaban llenos, y el conductor se vio obligado a subir al techo a fin de darle la señal al ingeniero. Informó que se habrían necesitado 25 vagones para traer a todas las personas que estaban esperando en la estación para conseguir transportación al campamento (ST, 14 de septiembre, 1876). MV 196 1 Elena escribió lo siguiente en cuanto a esta experiencia: MV 196 2 ¡Qué escena que hay ante mí! Se calcula que 20.000 personas están reunidas en este bosquecillo. El tercer tren, de quince vagones, acaba de llegar. Cada asiento estaba lleno y todo el espacio donde la gente está de pie, como también la plataforma y los escalones. Un mar de cabezas humanas se encuentra ya ante mí, y todavía hay vagones que van a venir. Ésta es la vista más solemne que jamás he contemplado. Centenares de carruajes se están yendo porque no pueden llegar hasta el sitio donde se oye la voz del orador (Ibíd,.). MV 196 3 Se ocuparon todos los lugares donde se podía estar de pie en todo el recinto, y algunos, como Zaqueo, se treparon a los árboles para ver al orador. La vasta multitud prestó buena atención. Elena de White, hablando lentamente con una voz baja y bien impostada, hizo que pudieran oír. MV 196 4 Cuando terminaron los campestres y los White y Mary Clough regresaron a Battle Creek el miércoles 4 de octubre, estaban completamente desgastados y exhaustos. Habían tenido éxito, pero pagaron un precio por él, el precio que pagan los seres humanos por exceso de trabajo, un precio pagado gozosamente para ver que prospere la causa de Dios. MV 196 5 El pastor Uriah Smith hizo esta evaluación de la presencia de los White en estos campestres: MV 196 6 Aquí [Sparta, Wisconsin], como en Iowa, la presencia del Hno. y de la Hna. White, constituyó, en una gran medida, la vida de la reunión; sus consejos y labores les dieron tono a los ejercicios [religiosos] y al progreso de la obra. La Hna. White, especialmente, era llamada a veces a proclamar apelaciones poderosas y las descripciones más vigorosas de escenas de la vida de Cristo, de las que pueden extraerse lecciones aplicables a la experiencia cristiana cotidiana. Estas presentaciones fueron de interés absorbente para toda la congregación. MV 196 7 Estos siervos de la iglesia, aunque ahora de una experiencia tan prolongada y vasta, y a pesar de todas sus labores cansadoras, todavía están creciendo en vigor mental y espiritual (RH, 29 de junio, 1876). INICIANDO OBRA EN TEXAS MV 196 8 Un acuerdo que se tomó en la sesión de la Asociación General de 1878 fue el de recomendar que se celebrase un campestre en Texas durante el otoño, cuando Jaime y Elena White pudieran asistir (RH, 24 de octubre, 1878). MV 196 9 El martes de tarde, 5 de noviembre, los White, con S. N. Haskell y Emma White, partieron por tren a través del "territorio de los indios" (Oklahoma), rumbo a Dallas, Texas. EN EL HOGAR DE LOS MCDEARMON MV 197 1 En cuanto a su arribo a Texas, Jaime White informó a los lectores de la Review: MV 197 2 El miércoles [6 de noviembre] llegamos a Dallas, llenos de polvo y cansados, pero contentos de que nuestro viaje de unos 1.600 kilómetros (1.000 millas) desde Battle Creek, Michigan, a Dallas, Texas, llegó a su fin. Pasamos la noche en el hogar del Hno. Cole y su familia, y el jueves fuimos al hogar confortable del Hno. McDearmon [en Grand Prairie, al oeste de Dallas]. Allí nuestra nuera se encontró con sus padres, hermano y hermana; todos ellos habían estado al borde de la muerte debido a la fiebre que había prevalecido en ese Estado durante la estación anterior. Nuestra llegada fue oportuna. Ellos tienen una casa grande y corazones afectuosos, pero cuando se mueven parecen más cadáveres que caminan que hombres y mujeres vivientes (Id., 21 de noviembre, 1878). MV 197 3 White declaró que se "necesitarían dos de ellos para hacer una sombra". Los White encontraron a los McDearmon necesitados y enfermos. "Tratamos de ayudarles", escribió Elena de White. MV 197 4 Le di a la Hna. McDearmon $40 de mi propia cartera para usar para las necesidades de la vida. Papá compró bolsas de harina, un barril de manzanas, nueces, azúcar, etcétera. Compró un colchón de algodón y una envoltura recubierta con algodón. Rara vez he visto una pobreza tal. He comprado varias cosas para su comodidad. Papá le dejó a McDearmon su abrigo de piel para que lo usase, porque su sangre es tan baja que no puede soportar el menor aire fresco. Hicimos por ellos lo que pudimos (Carta 54, 1878). EL CAMPESTRE DE PLANO MV 197 5 Después de pasar una semana en la casa de los McDearmon, Jaime y Elena White fueron unos 32 kilómetros (20 millas) al norte, a Plano. El campestre se había iniciado allí, a 5 kilómetros (3 millas) de la villa, el martes 12 de noviembre. Vinieron unos 200 creyentes para un campestre muy exitoso. Desde Peoria, a unos 160 kilómetros (100 millas) de distancia vinieron nueve familias valiéndose de transporte privado (MS 3, 1878). MV 197 6 Elena de White describió las comodidades de alojamiento que le esperaban a ella y a su grupo: MV 197 7 Encontramos una carpa preparada para nosotros con piso de madera y alfombrada, provista con camas, mesas, sillas y estufa. No faltaba nada para que nos sintiéramos cómodos. Nuestros amigos que recientemente habían abrazado la verdad en Plano habían anticipado nuestras necesidades y las habían suplido liberalmente al equipar nuestra carpa (Ibíd.). MV 198 1 En cuanto a las reuniones, Jaime White escribió: MV 198 2 Se predicaron 24 sermones o temas durante el campestre. El pastor Haskell estuvo en el campamento dos días antes y dio once temas. La Sra. White y quien esto escribe dieron seis temas cada uno, y el pastor Kilgore, uno. Debido a la distancia, las lluvias y el barro espeso, la asistencia de afuera fue pequeña. El domingo de tarde la Sra. White dio un discurso sobre la temperancia cristiana ante una congregación grande (RH, 5 de diciembre, 1878). MV 198 3 Durante el campestre se bautizaron 13 personas, se organizó la Asociación de Texas, y se trazaron planes agresivos para el evangelismo bajo carpa. Se decidió comprar dos carpas para evangelismo, una de 18 metros de diámetro (60 pies), y la otra de 15 metros (50 pies). MV 198 4 Los White decidieron establecerse para el invierno en Denison, a unos 100 kilómetros (60 millas) al norte de Dallas y no lejos del Red River (río Rojo), que forma el límite de la parte noreste del Estado. En cierta medida Denison era un centro ferroviario, situado sobre tierra arenosa. Los caminos eran relativamente buenos y los alrededores, agradables. MV 198 5 En Denison, los White iban a ocupar una casa que estaba siendo construida por los Bahler. Tan pronto como el yeso estuvo seco, se instalaron para el invierno. Tenían que conseguir muebles y artículos domésticos, y reunir materiales para su trabajo de escribir. Parece que Elena de White salió de Battle Creek con tal prisa que no tuvo tiempo o fuerzas para reunir la ropa adecuada para el invierno o los materiales para escribir y las obras de referencia que necesitaría. MV 198 6 Los pedidos que les hizo a Willie y Mary incluían ropa de cama, materiales para coser --moldes para vestidos para ella y pantalones para Jaime-- y algunos artículos alimenticios para la mesa. Pero la primera prioridad era la de materiales necesarios para su trabajo de escribir. MV 198 7 El 22 de noviembre declaró: "Planeamos comenzar a escribir inmediatamente y pensamos sacar el máximo provecho de nuestro tiempo" (Carta 56, 1878). MARIAN DAVIS SE UNE A LAS FUERZAS DE LOS WHITE MV 198 8 En el día de Año Nuevo, la Srta. Marian Davis, que estaba con el personal de Youth's Instructor (El Instructor de la Juventud) en Battle Creek, se unió a los White en Texas para ayudarles en su trabajo literario. En ese momento ella no se sentía bien, pero poseía algunas de las habilidades que ellos necesitaban grandemente. "Marian... es una espléndida ayuda" (Carta 4,1879), les escribió Elena de White a Willie y Mary unos pocos días más tarde. Así comenzó una estrecha relación personal y de trabajo entre las dos mujeres que habría de continuar durante los próximos 25 años, hasta la muerte de Marian en 1904. Ahora Elena de White podía avanzar con firmeza con la preparación de los testimonios personales. LA SITUACIÓN DEL HOGAR MV 199 1 El 6 de enero Elena de White escribió a Edson sobre la situación del hogar: MV 199 2 Papá está bien, se encuentra alegre y feliz. Es muy amable y tierno conmigo, y piensa en mi comodidad. Está muy activo (Carta 3a, 1879). MV 199 3 Una semana más tarde exclamó: "No sé si alguna vez hemos disfrutado de la sociedad mutua como lo hacemos ahora" (Carta 5a, 1879). Cerca del fin del invierno, les escribió llena de sentimiento a William y Mary: MV 199 4 [Papá] está con una buena actitud mental, dispuesto a ser aconsejado y escuchar recomendaciones. No es tan firme y resuelto en implementar sus ideas. Hemos tenido un invierno placentero y armonioso como nunca lo hemos disfrutado en nuestra vida (Carta 18, 1879). ALCANCE DE LOS ESFUERZOS MISIONEROS MV 199 5 Cuando el clima se suavizó, y esto ocurrió rápidamente, Jaime y Elena White estaban ansiosos de tomar parte en el ministerio de evangelización local. En los fines de semana celebraban reuniones en comunidades cercanas. El jueves 13 de febrero salieron en un carruaje para Dallas, a 120 kilómetros (75 millas). Al escribir de esto a Willie, Jaime describió una faceta misionera del viaje: MV 199 6 El Hno. [Arthur] Daniells lleva mi carruaje con el baúl, y [él planea] vender y colportar en ciudades y villas por el camino. Llevará un magnífico par de muías por el cual yo pagué $ 180... Estaremos ausentes por una semana (JW a WCW, 12 de febrero, 1879). MV 199 7 Arthur G. Daniells, de 21 años, estaba en Texas por su propia cuenta, ayudando a R. M. Kilgore en evangelismo bajo carpa. Había sido prestado a Jaime White para ayudarle como secretario. La esposa de Daniells, Mary, fue traída a la casa de los White en Denison como cocinera. Así comenzó una larga relación personal y profesional entre el presidente de la Asociación General, la mensajera del Señor, y un joven que con el tiempo serviría él mismo como dirigente de la iglesia por 21 años. MV 199 8 Cuando Jaime y Elena White fueron a Texas, sus planes generales de largo alcance eran de permanecer allí para el invierno, y luego a comienzos de mayo viajar a Colorado, donde podrían pasar unas pocas semanas (RH, 21 de noviembre, 1878). Pero sus planes fluctuaban. Siempre en busca de un lugar donde pudiera evitar la tensión del liderazgo y escribir sin interrupciones, y donde pudiese experimentar una mejoría de su salud, Jaime White se dirigía primero en una dirección y luego en otra. Olvidando sus buenas resoluciones de moderar su programa de trabajo, se veía envuelto en el estímulo del trabajo de la iglesia cuyo desarrollo él había fomentado desde su comienzo. Tenía una clara visión de largo alcance, compartida sólo por unos pocos, en cuanto a los días grandiosos en los cuales la iglesia estaba introduciéndose, y poseía un impulso natural para estar al frente. MV 200 1 Era el presidente de la Asociación General y uno de los que prestaban servicio en el Comité de la Asociación General. También era presidente de varias organizaciones auxiliares --de publicaciones, médica, educacional-- y el principal editor tanto de la Review and Herald como de Signs of the Times. Si bien tal responsabilidad era estimulante, también era desgastadora. Repetidamente él vio que para bien de su propia supervivencia debía retirarse del frente de batalla. TEXAS, UN CAMPO DE TRABAJO NECESITADO MV 200 2 Al escribir de su visita de mediados de febrero a Dallas, Elena de White reveló sus esperanzas y planes: MV 200 3 Ayer dimos un testimonio directo a la iglesia en Dallas sobre el tema de la reforma pro salud. Mi esposo habló del texto, "Predica la Palabra". El Espíritu del Señor estuvo en nuestro medio, suavizando los corazones y abriendo el terreno sin cultivar. Se presentaron muchos testimonios, y la iglesia se animó. MV 200 4 Ahora esperamos iniciar obra aquí con una carpa en unas dos semanas. También celebraremos reuniones en Denison y los alrededores. Los ángeles de Dios están trabajando en todas partes para impresionar las almas, y queremos estar trabajando, haciendo todo lo que podemos para el Maestro (ST, 6 de marzo, 1879). MV 200 5 Para los White era claro que algunas familias adventistas en el área de Dallas, especialmente los McDearmon, deberían, para sobrevivir, trasladarse a un clima más saludable. A Jaime White le parecía que Colorado era justamente el lugar. MV 200 6 Cuando se discutieron los planes, aumentó el número de las familias interesadas hasta que entre 20 y 30 miembros de iglesia estuvieron listos para unirse a un pequeño éxodo desde el norte de Texas. Jaime White encabezaría esta expedición. El viaje de comienzos de marzo desde Dallas a Denison fue una especie de ejercicio de prueba. Elena de White describió el viaje de dos días: MV 200 7 Dejamos Dallas el miércoles pasado de mañana [19 de marzo] con dos carretones pesados, cargados, dos carruajes con dos asientos llamados "coches de plaza", y nuestro faetón, el Hno. McDearmon y familia, y los efectos personales. Nos estábamos mudando a Denison. Teníamos nuestra carpa grande de familia y la armamos, y por dos noches la ocupamos. Quince personas componían nuestra caravana: el pastor Kilgore y su hermano Scott; el Hno. y la Hna. McDearmon, sus dos hijos, Hattie y Joseph, su sobrina Nettie Cole, y su nieto Homer Salisbury; el Hno. Moore y su hijo Willie; el Hno. y la Hna. Daniells; la Hna. [Marian] Davis; el Hno. y la Hna. White. MV 201 1 Encontramos que el Hno. y la Hna. McDearmon y familia soportaron el viaje mucho mejor de lo que temían. Irán con el grupo a Colorado. Creo que allí disfrutarán de buena salud. Llegamos a casa en Denison antes del sábado y nos acomodamos bien antes de la puesta del sol (Carta 45, 1879). MV 201 2 A fin de proveer transportación a algunas de las familias que habían quedado reducidas a la pobreza, Jaime White compró o canjeó yuntas de caballos y muías, mejorándolas paso a paso. Calculó que se las podía usar para viajar a Colorado, y luego, cuando la caravana llegase a los aserraderos de Walling, cerca de Boulder, se las podría vender con ganancia. VIAJE EN CARAVANA MV 201 3 "Hemos comenzado nuestro viaje a Colorado". Desde su campamento, Jaime White escribió a sus hijos William y Mary; estaban a mitad de camino entre Denison y el Red River (río Rojo), que separaba Texas del territorio de los indios (Oklahoma). Era el sábado 26 de abril y los acampantes habían estado leyendo laReview, Good Health y Youth's Instructor. MV 201 4 Las lluvias habían demorado su partida, y ahora el río estaba tan alto que tendrían que esperar la barca de pasaje. MV 201 5 Respecto al mismo campamento, Elena de White escribió en su diario: MV 201 6 Quedamos hasta el [miércoles] 30 de abril en una posición de espera, para que los enfermos pudieran viajar [W. A. Moore, de envenenamiento por una comida, habiendo comido algo de carne de oso parcialmente descompuesta, y James Cornell; Moore estaba desesperadamente enfermo, y aun cuando estaba suficientemente bien como para tratar de viajar, lo hizo por muchos días acostado sobre un colchón en uno de los carretones cubiertos] y a la barca de pasaje para que pudiéramos cruzar. Empezamos entonces nuestro camino con ocho carretas cubiertas y un carretón cubierto, con dos asientos. Treinta personas componían nuestro grupo. Alrededor del mediodía cruzamos mediante la barca de pasaje con la instrucción especial de que manejásemos rápidamente al salir de la embarcación por el peligro de las arenas movedizas (MS 4, 1879). MV 202 1 Estábamos teniendo nuestra primera experiencia de viajar por tierra transportando a nuestros enfermos y a aquellos demasiado pobres como para pagar los gastos de un coche [de ferrocarril], pero el Señor cuidó de nosotros (Ibíd.). MV 202 2 La caravana avanzó hacia el norte dentro del territorio de los indios por 8 kilómetros (5 millas). Cuando llegó la noche, acamparon en la pradera abierta. Además de las carretas cubiertas, su equipo incluía tres carpas, dos cocinas y una estufa para acampar con plancha de hierro. MV 202 3 Las precauciones que tomaron armonizaban con las que generalmente se seguían en circunstancias semejantes. Se colocaron las carretas en un círculo rodeando los caballos y las muías. Dos hombres portando armas hicieron guardia en tumos de dos horas. MV 202 4 Se armaron las carpas, pero antes de que estuvieran completamente preparadas azotó una severa tormenta. Elena de White describió la experiencia en una carta a los hijos que estaban en Battle Creek: MV 202 5 Antes de que se cavara una zanja alrededor de la carpa, se hicieron las camas sobre el terreno y sobre los armazones de las mismas. Cuando nos azotó la tormenta, no estábamos preparados y en diez minutos había varias pulgadas de agua en la carpa. Levantamos a las dos niñas y colocamos la cama y la ropa de cama sobre nuestro propio armazón, y nos encontramos metidos en un verdadero revoltijo. MV 202 6 Después de un tiempo nosotras cuatro --Marian [Davis], Adelia Cole, Etta Bears y yo-- decidimos dormir transversalmente sobre la cama, y que papá se alojase con el doctor en la carreta, y Corliss en nuestro carruaje. De ese modo volvimos a descansar... A la noche siguiente nos alojamos de la misma manera (Carta 20a, 1879). MV 202 7 El domingo de mañana estaban nuevamente en viaje. Al acampar por la noche en un lugar al que se hacía referencia como Muro de Piedra, ella informó a los hijos en Battle Creek: MV 202 8 Hemos llegado hasta este punto en nuestro viaje a Colorado. Hemos viajado cuatro días. Ayer descansamos. Hablamos en nuestra carpa a nuestro grupo de 31 personas. Lo hicimos con mucha libertad. Hoy recogimos casi un kilo (cerca de un cuarto de galón) de frutillas. Acabo de recoger un atado grande de verduras a fin de cocinarlas para nuestro desayuno. Mientras Papá está comprando cubetas de agua y harina de maíz, yo estoy escribiendo. MV 202 9 Papá anda a caballo una parte considerable del tiempo. Está disfrutando mucho del viaje... Podemos ver una capilla. Se nos está instando ahora a hablar en el territorio de los indios. Saldremos a caballo, acamparemos, y luego regresaremos para encontrarnos con la gente. Así avanzaremos trabajando a lo largo del camino, predicando mientras seguimos viajando. Terminaré esto mañana de mañana... Anoche hablé a un centenar de personas reunidas en una capilla respetable. Encontramos aquí una excelente clase de personas... MV 203 1 Hablé con toda libertad al presentarles el amor de Dios evidenciado al hombre en el don de su Hijo. Todos escucharon con el más profundo interés. El ministro bautista se levantó y dijo que esa noche habíamos oído el Evangelio y que esperaba que todos prestasen atención a las palabras habladas (Carta 36, 1879). MV 203 2 Jaime White también habló brevemente, y se instó a los White a que permaneciesen y celebrasen más reuniones; pero esto no pudo ser porque necesitaban seguir avanzando. Tuvieron que recorrer dos kilómetros y medio (una milla y media) para regresar al campamento, pero el éxito de la reunión entibió sus corazones. LA CARAVANA SE DIVIDE MV 203 3 En un momento dado mientras viajaban al norte, los White, acompañados por ocho o diez del grupo, se separaron de la caravana para apresurarse a fin de llegar al campestre al que habían prometido asistir en Emporia, Kansas; los demás se dirigieron al Oeste, en ruta a Boulder. MV 203 4 Mientras Jaime White se gozaba con la aventura, Elena no. Ella y Marian llevaron la carga de los trabajos domésticos en el campamento y de proveer las comidas a su parte del grupo de viajeros. Marian a menudo trabajaba tarde por la noche con un equipo de acampar incómodo. Había otro punto que tenía perpleja a Elena de White: ¿Era todo esto necesario y correspondía a la línea del deber? He aquí lo que escribió a los hijos en Battle Creek, sin duda con algo de exageración: MV 203 5 Preferiría asistir a veinte campestres con todo su cansancio, sabiendo que estaba haciendo bien a las almas, que estar aquí viajando en medio del campo. El panorama es hermoso, los cambios y la variedad agradables; pero me temo mucho que no estoy en la línea de mi deber. Oh, ¿cuándo terminará esta temible perplejidad?... Dios coloca un velo sobre mis ojos (Carta 20a, 1879). TODAVÍA EN LA RUTA DE LA CARAVANA MV 203 6 El grupo que se dirigía al campestre en Emporia, Kansas, llegó a Okmulgee, territorio de los indios, el viernes 9 de mayo. Habían recorrido 256 kilómetros (160 millas) desde que dejaron Denison, y estaban a 320 kilómetros (200 millas) de Emporia. Esa noche Jaime White fue invitado a hablar en la sala del consejo de los indios; Elena de White se dirigió a la gente la noche siguiente (JW a WCW, 10 de mayo, 1879). MV 204 1 Jaime White esbozó sus planes: MV 204 2 Aquí conseguiremos algunas provisiones. No iremos a Coffeyville [Kansas], pero seguiremos hasta Newton con los animales y carruajes; luego el pastor Corliss, Mamá y yo tomaremos los coches [de ferrocarril] al este, hasta Emporia. Luego, al término de las reuniones, tomaremos los coches al Oeste para encontrar el tren [la caravana sigue rumbo a Colorado] (Ibíd., 11 de mayo, 1879). SIGUIENDO HACIA EMPORIA MV 204 3 En el tercer sábado de su viaje, los White habían llegado al sureste de Kansas, y Elena de White habló el sábado de tarde y de noche en una escuela cercana a donde ellos acampaban. Las reuniones fueron bien concurridas, y ella recalcó el tema de la temperancia y la necesidad de la abnegación y el autosacrificio a fin de preservar la salud física, mental y moral. "Le hablé a la gente con especial desenvoltura --anotó ella en su diario--. El Señor ciertamente me dio su Espíritu y poder al hablar la verdad, y todos parecían interesados" (MS 4, 1879). MV 204 4 El domingo de noche hubo un chaparrón, pero puesto que su carpa estaba "afirmada y con una zanja en tomo a todo su perímetro", se mantuvieron secos. A la mañana siguiente las mujeres del grupo lavaron sus ropas en las zanjas alrededor de las carpas. En su diario, Elena escribió: MV 204 5 Es una mañana hermosa. El sol está brillando y todos en el campamento están levantados para el desayuno, mientras que algunos están empacando los carretones para otra mudanza. MV 204 6 Estamos nuevamente en ruta, avanzando lentamente sobre las dilatadas llanuras de Kansas. A las nueve nos desviamos para permitir que los caballos comiesen pasto. Al mediodía todos nos formamos sobre la ancha llanura para almorzar... Se está preparando a las yuntas de animales para otro trecho en el viaje, mientras que Marian y yo, Adelia y Etta, estamos recogiendo todo, lavando los platos y colocando la comida en las canastas. Llega la orden: "Adelante". En una hora y media estaremos en lo del Hno. Glover (Ibíd.). MV 204 7 Jaime White había pedido que el campestre de Kansas se postergase una semana con posterioridad a la fecha anunciada primeramente en la Review, pero los Glover no habían recibido la noticia, de ahí que ya habían partido hacia Emporia. Esto condujo a un rápido cambio de planes. En menos de una hora, los White tomaron sus dos baúles y sin cambiarse de su indumentaria del campamento, alcanzaron el tren para Emporia, dejando que el resto del grupo continuase el viaje con los carretones. Elena de White registró en su diario la historia de su arribo a Emporia y de cómo llegaron al campamento el martes de mañana manejando "con estilo" (Carta 20, 1879). MV 205 1 Llegamos a Emporia a eso de las siete [de la mañana]. Ocupamos un carruaje grande para que nos llevase al campamento, a unos 3 kilómetros (2 millas). Se pusieron cuatro poderosos caballos enfrente del carruaje y se nos transportó rápidamente al campamento. Todos parecían contentos de vemos. Armamos nuestra carpa y varios nos trajeron la ropa de cama, de modo que tuvimos una cama pasablemente cómoda (MS 4, 1879). MV 205 2 Al fin de la experiencia de la caravana, Elena informó a sus hijos: MV 205 3 Acabo de leer vuestras cartas y lloré como una criatura... Supongo que estaba aniñada, pero he estado enferma todo el viaje. Perdí 6 kilogramos (12 libras). No hubo descanso, ni un poquito siquiera, para la pobre Marian y para mí. Hemos trabajado como esclavas. Cocinamos repetidamente la mitad de la noche. Marian, la noche entera... MV 205 4 He hablado cada sábado para nuestro campamento porque nadie parecía sentir la carga, y cada sábado de noche o domingo en los pueblos y villas. Estoy desgastada y me siento como si tuviera 100 años... Se ha ido mi ambición; se ha ido mi fuerza, pero esto no durará... MV 205 5 Espero que mediante la luz animadora del rostro de mi Salvador, tenga el poder para recuperarme... Ni siquiera he tenido tiempo para llevar un diario o escribir una carta. Desempacar y empacar, correr, cocinar, poner la mesa, eso ha sido la orden del día... Marian nos asombra a todos. Ella realmente se está olvidando de sí misma y es una ayuda eficiente. Qué podría haber hecho a menos que ella hubiese llevado la carga es más de lo que puedo decir (Carta 20, 1879). MV 205 6 Escribiendo a los hijos el mismo día, Jaime White informó que su salud era la mejor que él había tenido en cuatro años (JW a WCW, 20 de mayo, 1879). EL CAMPESTRE DE KANSAS MV 205 7 El campestre se inició el jueves 22 de mayo, y asistieron unos 300 creyentes (MS 5, 1879), unos treinta de los cuales viajaron 320 kilómetros (200 millas) en sus carretones para asistir. Ese día los carretones de la caravana White también llegaron al campamento. El tiempo era bueno y hubo una asistencia razonablemente buena por parte de los ciudadanos de Emporia. Elena de White comenzó su ministerio el primer día, uniéndose a su esposo y J. O. Corliss. A pedido de la Asociación General, G. I. Butler estaba allí, y el viernes estaban presentes refuerzos desde Battle Creek. W. C. White estaba allí en pro de la obra de la escuela sabática que se estaba desarrollando en las asociaciones de los estados, y vino el Dr. J. H. Kellogg representando la obra de salud y temperancia, y para ayudar a organizar la Sociedad de Salud y Temperancia en Kansas. LA SOCIEDAD DE SALUD Y TEMPERANCIA MV 206 1 En enero se había formado en Battle Creek la Asociación Norteamericana de Salud y Temperancia, con la intención de unificar a los Adventistas del Séptimo Día en una organización efectiva que promoviese tanto la salud como la temperancia. El campestre de Kansas ofrecía la primera oportunidad para lanzar el programa en el campo. MV 206 2 Jaime y Elena White habían jurado evitar los campestres, pero habiendo asistido a dos, tenían ahora la fiebre de los campestres en sus sistemas. Pospusieron su viaje a Colorado y dejaron a otros la tarea de deshacerse de las yuntas de caballos, muías y ponies en Colorado. Para Jaime White fue un cambio fácil y rápido, y para Elena, el fin de una experiencia llena de perplejidades. MV 206 3 El miércoles de tarde, 4 de junio de 1879, Jaime y Elena White descendieron del tren en Battle Creek, tras haber viajado durante la noche desde Missouri. La nota en la Review que anunciaba su arribo, destacaba el buen grado de salud y fuerza que evidenciaba Jaime White. Habló en el tabernáculo al comienzo del sábado 6 de junio, y nuevamente el sábado de mañana y por la tarde. MV 206 4 El domingo de noche tanto Jaime como Elena de White hablaron a una gran concurrencia en una reunión de temperancia en el tabernáculo, y se hizo circular y firmar el "voto de abstinencia". El miércoles de noche realizaron otra reunión de temperancia. A la mañana siguiente partieron para campestres en el Oeste (RH, 19 de junio, 1879). Estos incluyeron reuniones en Wisconsin, Minnesota, Iowa y Dakota. El último, su sexto campestre de la temporada, fue seguido por un descanso largamente esperado, una rápida visita a las montañas cercanas de Colorado. Esto les dio la oportunidad de tener un cambio de casi cuatro semanas en su rutina. DE NUEVO EN CASA EN BATTLE CREEK MV 206 5 Jaime White había decidido que él y su esposa asistirían sólo a un campestre en 1879, porque esperaba que dedicarían su tiempo a escribir mientras permanecían en su pequeña cabina en el "Rancho de los White", en las montañas de Colorado. Como las cosas finalmente resultaron, asistieron a más de diez de esas reuniones. El programa modificado del verano sólo les permitía pasar unos pocos días en su casa de Colorado que acababan de adquirir. Estando ahora de vuelta en Battle Creek al término de la temporada de campestres, Jaime White examinó la situación a comienzos de octubre e informó: "En muchos respectos la salud general de la Sra. White ha progresado en comparación de lo que era hace un año, y el que esto escribe puede informar que posee mejor salud que la que ha tenido por varios años. Dios es bueno" (Id., 9 de octubre, 1879). ------------------------Capítulo 13-- TIEMPO PARA UN CARÁCTER MÁS APACIBLE MV 207 1 A medida que el trabajo se multiplicaba, Elena y Jaime enfrentaban el problema de dónde deberían invertir en forma más provechosa su tiempo y sumar su presencia. No podían estar en Battle Creek y California al mismo tiempo. No podían estar en Nueva Inglaterra e iniciar la obra en Texas y Kansas. No es de sorprenderse que en su viaje en la caravana Elena se preguntase: "¿Era necesario todo esto y correspondía a la línea del deber?" Y no es de asombrarse que Jaime preguntase vez tras vez: "¿Dónde están los hombres para hacer el trabajo?" MV 207 2 No habían estado en el Oeste desde 1878. Ahora estaban llegando informes provenientes de California que desde que Loughborough había sido asignado al trabajo recientemente iniciado en Inglaterra, no se había hecho debida provisión para la obra en crecimiento en el Oeste. Se necesitaba ayuda. Se pensó que era aconsejable enviar a S. N. Haskell y W. C. White para que pasasen unos pocos meses en California. MV 207 3 Dos semanas más tarde estos hombres, acompañados por Elena de White, estaban en camino a California. MV 207 4 Jaime quedó en el Este para atender los muchos deberes administrativos que había aceptado con buena voluntad en la sesión de la Asociación General, para pastorear la iglesia y para promover asuntos relacionados con publicaciones como la publicación de Life Sketches of James and Ellen White (Notas biográficas de Jaime y Elena White). MV 207 5 Después de su llegada a Oakland, Elena se dedicó de lleno al programa de fortalecer la iglesia. Ese primer sábado habló en la iglesia de Oakland, y los miembros de San Francisco fueron invitados a asistir. MV 207 6 Se planearon dos campestres para las postrimerías de la primavera en la Asociación del Norte del Pacífico, la que abarcaba el Estado de Oregon y el territorio de Washington. El primero iba a ser al este de las montañas Cascade en Milton, del 20 al 31 de mayo; el segundo, al oeste de las montañas, del 9 al 15 de junio, en la vecindad de Salem. "La Sra. E. G. de White estará presente en nuestros dos campestres --decía la noticia en el número de Signs of the Times del 22 de abril--. Será una oportunidad sumamente favorable para que todos nuestros hermanos y hermanas puedan conocerla, y reciban la instrucción va liosa que ella puede dar". Después de luchar algunos días con la cuestión del viaje propuesto, ella le escribió a Jaime: MV 208 1 Si el Señor me coloca la carga, debo ir no importa cuán desagradable pueda considerar el asunto. No quiero avanzar un paso más allá de lo que el Señor me dirija por su Espíritu Santo. A veces temo que es un pavor cobarde que siento por el agua lo que hace que no me decida a ir inmediatamente a Oregon. Pero me propongo no examinar mi voluntad sino la voluntad de Dios... Oh, tiemblo por mí misma, no sea que después de haber predicado a otros, "yo misma venga a ser reprobada" (Carta 22, 1880). MV 208 2 El Señor en verdad colocó la carga sobre ella. Tres días más tarde escribió: "Iré a Oregon el 6 de mayo; quedaré dos meses a menos que vea una luz más clara [en otro sentido]" (Carta 24,1880). Hizo el viaje, acompañada por Mary White y S.N. Haskell. Viajaron desde San Francisco en el vapor California, el jueves 6 de mayo, llegando a Portland el domingo de mañana, 9 de mayo (ST, 13 de mayo, 1880). Luego se apresuraron a remontar el río Columbia hasta el este de Oregon y Walla Walla. Por unos pocos días ella y Haskell celebraron reuniones allí, hablando el sábado y el domingo, 15 y 16 de mayo. Ella también habló tres noches en Walla Walla. Siguieron otras reuniones: una en Milton, Oregon, y otra en Salem. Haskell luego regresó a California. Elena y Mary quedaron unos pocos días más. Entre las reuniones ella estaba ocupada escribiendo. REGRESO A BATTLE CREEK (1880) MV 208 3 Durante varias semanas Elena de White ministró en el norte de California, hablando varias veces en la carpa en Chico. En su mente debatía si debería permanecer en California o regresar al Este para asistir a los campestres que se realizarían más adelante. Entonces recibió una carta de Jaime, escrita el 21 de julio: MV 208 4 Mi querida esposa, la información adjunta es una muestra de los pedidos que me están llegando para que tú asistas a nuestros campestres. Tales pedidos me están viniendo desde Maine a Dakota, y desde Michigan a Kentucky. No tengo nada que decir, sólo que me parece que nuestro testimonio nunca se necesitó más en el vasto campo como en el momento presente. MV 208 5 Ella respondió desde Oakland con un telegrama diciendo que esperaba estar en Battle Creek el 4 de agosto. Eso sería en un miércoles (RH, 29 de julio, 1880). MV 208 6 Con Lucinda Hall ella tomó el tren para el viaje al Este el lunes 26 de julio. Viajando con el "tren lento" --costaba menos-- estuvieron nueve días en el camino, llegando el miércoles al mediodía (ST, 26 de agosto, 1880). Entonces, a las 8:00, ella, con su esposo, tomaron el tren para un viaje de dos horas a Jackson. Pasaron la noche en el hogar de los Palmer y a la mañana siguiente estaban en el tren para ir a Alma, en la parte central de Michigan, llegando justo antes de que oscureciera. Ambos entraron inmediatamente en el acostumbrado trabajo arduo del campestre, y Elena habló la noche que llegaron. LOS CAMPESTRES DEL ESTE MV 209 1 El siguiente viaje los llevó a la provincia de Quebec, Canadá, donde en Magog se inició un campestre el jueves 12 de agosto. No llegaron hasta el viernes de noche. Jaime informó que el lugar del campamento era bueno, el tiempo excelente, y la asistencia no adventista, numerosa y ordenada (Id., 2 de septiembre, 1880). Unos 2.000 oyeron el discurso de Elena sobre temperancia el domingo de tarde. El martes, el último día del campestre, con 100 creyentes presentes, el pastor White dirigió la organización de la "Asociación Adventista del Séptimo Día de la Provincia de Quebec". EL ÚLTIMO AÑO DE JAIME MV 209 2 El 15 de agosto de 1880, mientras estaba en el campestre de Magog en Quebec, Jaime escribió una nota para la Review: MV 209 3 Los últimos quince años de nuestra vida se han caracterizado por el trabajo, las preocupaciones y períodos de enfermedad y desaliento. Pero Dios ha sido misericordioso. Cuando hemos caído bajo aflicción, su mano nos ha levantado. Cuando hemos errado en nuestros esfuerzos por promover la causa de la verdad, el Señor ha corregido con amor y extendido su brazo para señalar el camino y sostenemos. Dios es bueno. Cristo es digno de toda alabanza. Nosotros somos indignos del cuidado, el amor y la misericordia del Señor durante los últimos quince años, lo que nos capacita para decir, para la alabanza de Dios, el 15 de agosto de 1880, que estamos libres de dolor y debilidad, y que durante el último año hemos podido hacer tanto trabajo como en cualquier otro año de nuestra vida. MV 209 4 Jaime no lo sabía, pero estaba entrando en el último año de su vida. Tenía casi 59 años; Elena, 52. MV 209 5 Era un tiempo para que Jaime alcanzase un carácter más apacible, pero no siempre a un ritmo parejo. Él sentía que tenía que deponer las cargas del liderazgo. Sus actividades y declaraciones a veces erráticas, más la luz dada a Elena en visión, como también su propio juicio, indicaban claramente que el tiempo para ello había llegado. Y él realmente trató de hacerlo. MV 209 6 Durante el resto de agosto y septiembre, Jaime y Elena fueron de campestre a campestre, pasando de tres a cinco días en cada uno, pero siempre incluyendo el sábado y el domingo: Waterville, Maine; West Boylston, Massachusetts; Morrisville, Vermont; Hornellsville, Nueva York; Clyde, Ohio; Rochester, India na (sólo asistió E. G. de White); y el campestre nacional en Battle Creek, Michigan, del 2 al 9 de octubre. MV 210 1 Aunque teóricamente Jaime estaba de acuerdo con la idea de que él debía hacerse a un lado y permitir que otros llevasen la carga del liderazgo en la iglesia, no era fácil para él distanciarse y dejar de participar en las decisiones sobre lo que debería hacerse y cómo. Se angustiaba al ver que se daban pasos en áreas administrativas que a su juicio podían significar un fracaso o un perjuicio para la causa. MV 210 2 A medida que se acercaba el tiempo para la sesión de la Asociación General con su elección de oficiales y comités, la familia White experimentaba algunos momentos tensos. Jaime estaba tratando de despojarse de responsabilidades. Antes de que se inaugurase la sesión, Elena informó a los hijos en California: "Papá ya ha enviado su renuncia a todos los cargos, excepto en relación con la obra de publicaciones. Pienso que no habrá ningún asunto desagradable" (Carta 42, 1880). MV 210 3 El campestre nacional se inició el 28 de septiembre. La primera reunión de la sesión de la Asociación General se celebró el miércoles 6 de octubre por la tarde. MV 210 4 Como presidente de la Asociación General, Jaime White estaba conduciendo la reunión. Se hallaban presentes veinte delegados, y por voto de la Asociación su número aumentó a 38 al incorporar a varios de las asociaciones presentes que tenían delegaciones limitadas. Se nombraron los comités correspondientes. MV 210 5 El lunes de mañana, 11 de octubre, el comité de nombramientos dio su informe con las siguientes recomendaciones: MV 210 6 Para presidente, George I. Butler MV 210 7 Para secretario, Uriah Smith MV 210 8 Para tesorero, Sra. M. J. Chapman MV 210 9 Para el Comité de la Asociación General: MV 210 10 G. I. Butler, S. N. Haskell y H. W. Kellogg MV 210 11 Jaime White, actuando como presidente de la reunión, pidió que se votara. "Los nombrados fueron... elegidos unánimemente" (RH, 14 de octubre, 1880). MV 210 12 Ahora Jaime y Elena dirigieron sus pensamientos al futuro. El miércoles 14 de octubre, ella escribió: MV 210 13 Ahora estamos decidiendo pasar este invierno y el verano siguiente en la preparación de libros. Primero, preparo artículos para Signs. 2. Saco artículos para testimonios privados y para instituciones de salud. 3. Sacar el Testimonio N°30. 4. Cartas de una madre a sus hijos. 5. [Spirit of Prophecy], tomo 4. 6. Vida de Cristo, ambos libros, el tema más penetrante e interesante en un libro grande para colportores a fin de usar para la venta al público (Carta 43, 1880). MV 210 14 Se pusieron inmediatamente a la búsqueda de un lugar donde establecer su hogar en el año que tenían por delante. Estaba disponible una propiedad de 1,5 hectáreas (3 acres) en Grand Ledge, pero no era apropiada para lo que ellos querían. La casa se hallaba en un estado ruinoso. Finalmente se instalaron en una casa de ladrillo bien construida, de tres pisos, en un lote de tierra de 12 hectáreas (30 acres) entre la ciudad de Battle Creek y el lago Goguac, a 2 kilómetros (1,5 millas) de la ciudad. Se encontraba en un lugar prominente desde el que se domi-naba Battle Creek, y había en él un huerto nuevo de 225 árboles --manzanas, peras, duraznos y cerezas (JW a WCW, 3 de noviembre, 1880)-- y un atractivo encinar de 4 hectáreas (10 acres). La casa de diez años, explicó Elena, tenía "todas las ventajas de una residencia de campo", y se pudo adquirir por $6.000. MV 211 1 Se mudaron a dicha propiedad el domingo 19 de diciembre. Al observar que pronto sería Navidad, Elena mencionó por carta a una amiga: "Pasaré mi Navidad procurando que Jesús sea un huésped bienvenido en mi corazon. Su presencia ahuyentará todas las sombras" (Carta 51, 1880). MV 211 2 Jaime se sumergió en el trabajo de escribir y de realizar diferentes tareas en la pequeña granja y alrededor de la nueva casa. Todavía era el director de la Review and Herald, y esto mantenía despejado el camino para que hablase a la iglesia cada semana a través de informes y editoriales. ¿Pero por qué, reflexionaba y se preguntaba, los miembros de la Asociación General no lo consultaban, y por qué tampoco Willie, en Oakland? MV 211 3 Desplazándose más a un rol pastoral, Jaime White hablaba frecuentemente en el tabernáculo. Ocasionalmente bautizaba a nuevos miembros y celebraba casamientos. Entre ellos estuvo el casamiento del hombre que llegaría a ser extensamente conocido por sus copos dé maíz, W. K. Kellogg, quien se unió a Ella Davis. Ella era hermana de Marian, quien le ayudaba a Elena White en su trabajo literario. MV 211 4 Pero los planes para el trabajo del invierno se truncaron rudamente en el día de Año Nuevo. Yendo en trineo a una reunión vespertina en el tabernáculo, Elena se cayó, desprendiéndose los ligamentos en un tobillo. MV 211 5 Durante más de cuatro meses estuvo usando muletas y se sintió bien desdichada, con su pluma puesta mayormente a un lado. Cumplió con un compromiso de predicación en el tabernáculo el sábado 15 de enero por la mañana. Dos meses más tarde reanudó su ministerio público, con servicios en el tabernáculo y en iglesias distantes (RH, 18 de enero; 5 y 12 de abril. 1881). MV 211 6 Jaime encontraba satisfacción en visitar a los miembros y relacionarse con ellos. Estos lo amaban y respetaban, y estaban menos preocupados por sus iniciativas a veces erráticas que los dirigentes en Battle Creek. Con la ayuda de sus sobrinas, Addie y May Walling, Elena mantenía en orden la extensa residencia de ladrillo y trabajaba un poco en escribir. En unas pocas ocasiones, a medida que su tobillo se recuperaba del accidénte, acompañó a su esposo en sus visitas a iglesias cercanas y a una o dos reuniones de fin de semana bajo carpa (RH, 7 de junio, 1881). MV 212 1 Cuando se inició la temporada de campestres, Jaime anunció mediante la Review (24 de mayo, 1881) que "la Sra. White no está en condiciones de salud como para ir a la serie de campestres como en años anteriores". MV 212 2 Pero a pesar de su debilidad física y del tobillo lastimado, ella intentó asistir al campestre de Michigan, que comenzaba el lo de junio en Spring Arbor. Al llegar al lugar del campamento sintió que le faltaba el aire y que estaba demasiado enferma como para continuar, de modo que se hospedó con una familia adventista cerca del campamento. Temprano el sábado de mañana, Jaime fue solo al campamento. Elena les escribió a Willie y Mary en Oakland en cuanto a su experiencia de ese día: MV 212 3 Me arrodillé con la familia del Hno. Weed y sentí que Dios compuso la oración. Importuné al Señor en busca de ayuda, de luz, de fuerza para dar mi testimonio al pueblo de Dios. Vino la luz. Fui al campamento y hablé a una numerosa congregación con gran poder y claridad. Soporté el esfuerzo. El domingo hablé por la tarde sobre temperancia y me sentí tanto más animada que dejé el compromiso para la noche y hablé por la noche (Carta 5a, 188). MV 212 4 Jaime informó que en la reunión de la noche su esposa se dirigió a la gente "con claridad, con sentido y con poder, probablemente de un modo igual a cualquier otro esfuerzo que haya hecho en su vida" (RH, 7 de junio, 1881). El martes de mañana le llegó claramente esta profunda impresión: "Ve a Iowa; tengo un trabajo para ti". El campestre en Iowa se inauguraría el jueves. "Debiera haber pensado en ir a Europa --comentó ella--, pero le dije a tu padre cuáles eran mis convicciones, que debería ir con él o sola. Él pareció sorprendido y dijo, 'Iremos' " (Carta 5a, 1881). MV 212 5 El campestre iba a celebrarse en Des Moines, comenzando el jueves 9 de junio. Jaime y Elena llegaron alrededor del mediodía del viernes. Cayó un pesado aguacero, lo que a ella le requirió un esfuerzo extra para lograr que la gente oyera. Tras la reunión ella se fue a su carpa y se retiró temprano para descansar. Pero "en una hora me llegó un mensaje de que me dirigiera a la carpa y me refiriera a algunos puntos introducidos en sus reuniones administrativas, sobre el derecho de votar en favor de la prohibición. Me vestí y les hablé por unos veinte minutos, y luego regresé a la carpa" (Carta 5a, 1881). ORIENTACIÓN RESPECTO AL VOTO MV 212 6 Ella relató un sueño en el cual le parecía estar en una gran reunión donde se estaba discutiendo el movimiento de temperancia. Un hombre de muy buen aspecto, con una pluma en la mano, estaba haciendo circular un voto de temperancia, pero nadie firmaba. Cuando el visitante estaba por salir, se dio vuelta y dijo: MV 213 1 Dios tiene el propósito de ayudar a la gente en un gran movimiento sobre este tema. También ha dispuesto que ustedes, como pueblo, estén a la cabeza y no a la cola del movimiento; pero ahora la posición que ustedes han tomado los colocará en la cola (en DF 274, "La Experiencia sobre Temperancia, en Des Moines, Iowa"). MV 213 2 Cuando se le preguntó a Elena, "¿Debiéramos votar sobre la prohibición?", ella contestó "Sí, todos sin excepción, en todas partes, y tal vez escandalizaré a algunos de ustedes si digo: 'Si es necesario, voten en el día sábado a favor de la prohibición si no pueden hacerlo en ningún otro momento' " (Ibíd.). MV 213 3 Desde Iowa, Jaime y Elena fueron al campestre de Wisconsin. Era su plan asistir a la reunión de Minnesota también, pero la división de sentimientos entre Butler y Haskell por un lado y Jaime White por el otro, indujo a los White a retirarse y regresar rápidamente desde Wisconsin a Battle Creek. Elena había abrigado la esperanza de que al asistir ella y Jaime a estos campestres pudiera haber una reconciliación. MV 213 4 Había otro asunto que también la preocupaba profundamente. Los dos dirigentes en la Asociación General estaban haciendo poco para ejercer una influencia correcta respecto al Sanatorio, el cual, mencionó ella, estaba siendo "administrado por la mente de un hombre y el juicio de un hombre", y ese hombre se estaba desviando de la "luz que Dios ha dado" (Carta 8, 1881). Tomando en cuenta estas diversas situaciones, Elena les escribió a Butler y Haskell expresando su angustia y preocupación: MV 213 5 Tuve un sueño. Vi al Dr. Kellogg en estrecha conversación con hombres y con ministros. Hábilmente hacía declaraciones nacidas de la suspicacia y la imaginación para hacerles hablar, y luego conseguía que ellos se expresasen, mientras lo veía aplaudir por algo muy vehementemente. Sentí una punzada de angustia en el corazón al ver que esto ocurría. MV 213 6 En mi sueño lo vi a usted [probablemente Haskell] y al pastor Butler conversando con él. Usted le hizo declaraciones que él parecía captar ávidamente, y cerraba su mano sobre algo que tenía en ella. Entonces lo vi ir a su cuarto, y allí en el piso había una pila de piedras sistemáticamente colocadas, piedra sobre piedra. Él colocó las piedras adicionales sobre la pila y las contó. Cada piedra tenía un nombre --algún informe que se había recogido-- y cada piedra estaba numerada. MV 213 7 El joven que a menudo me instruye vino y miró la pila de piedras con dolor e indignación, y le preguntó qué tenía y qué pensaba hacer con ellas. El doctor levantó la vista con una risa cortante y complaciente. "Éstas son las equivocaciones del pastor White. Voy a apedrearlo con ellas, apedrearlo hasta matarlo". MV 213 8 El joven dijo: "Usted está trayendo nuevamente el sistema de apedreamiento, ¿no es verdad? Usted es peor que los antiguos fariseos. ¿Quién le asignó este trabajo? El Señor lo elevó, el Señor le encomendó una obra especial. El Señor lo ha sostenido en una manera muy notable, pero usted no debía degradar sus facultades para esta clase de trabajo. Satanás es un acusador de los hermanos". MV 214 1 Pensé que el doctor parecía muy desafiante y decidido. Dijo él: "El pastor White está tratando de deshacemos. Está trabajando contra nosotros, y para salvar nuestra reputación y nuestra vida debemos trabajar contra él. Usaré cada piedra hasta el último guijarro que tengo aquí sobre este piso para matarlo. Esto es sólo defensa propia, una necesidad desagradable". MV 214 2 Y luego dijo el joven solemnemente: "¿Qué ha ganado usted? ¿Con esto ha corregido usted sus errores? ¿Ha abierto usted su corazón a Jesucristo, y está él entronizado allí? ¿Quién ocupa la ciudadela del alma bajo esta administración del sistema de apedreamiento?"... MV 214 3 Luego vi a mi esposo ocupado en un trabajo similar, recogiendo piedras, haciendo una pila y listo para comenzar el sistema de apedreamiento. Se le repitieron palabras similares con amonestaciones adicionales, y me desperté (MS 2, 1880). MV 214 4 Durante la última parte de junio y a comienzos del mes de julio, Jaime y Elena continuaron su ministerio en Battle Creek: Jaime a través de sus editoriales y notas en la última página de la Review, y Elena con su trabajo de escribir; los dos unidos en sus esfuerzos en la iglesia del Tabernáculo de Battle Creek. A menudo iban al bosquecillo cercano a su casa para tener períodos de oración. Elena recordó en forma especial una ocasión particular: MV 214 5 Mientras caminaban al lugar acostumbrado para orar, él [Jaime] se detuvo abruptamente; su rostro estaba muy pálido y dijo: "Una sensación de profunda solemnidad sobrecoge mi espíritu. No estoy desanimado, pero siento que se está por producir algún cambio en asuntos que nos afectan a mí y a ti. ¿Qué pasaría si tú no vivieses? ¡Oh, esto no puede ser! Dios tiene una obra para ti... [Esta sensación] continúa tanto tiempo que siento mucha ansiedad en cuanto al resultado. Siento una impresión de peligro, y con ella viene un anhelo inexpresable de tener la bendición especial de Dios, una certeza de que todos mis pecados están borrados por la sangre de Cristo. MV 214 6 Tanto Jaime como Elena sentían una responsabilidad abrumadora por la Iglesia de Battle Creek. MV 214 7 Continuando, con lágrimas en sus ojos, Jaime expresó su ansiedad por las instituciones en Battle Creek. Dijo: MV 214 8 He dado mi vida para el desarrollo de estas instituciones. Dejarlas me parece como la muerte. Son como mis hijos, y no puedo separar mi interés de ellas. Estas instituciones son los instrumentos del Señor para hacer una obra específica. Satanás procura obstruir y derrotar todo medio por el cual el Señor está trabajando para la salvación de los hombres. Si el gran adversario puede moldear estas instituciones de acuerdo con las normas del mundo, ha ganado su objetivo. Mi mayor anhelo es tener los hombres debidos en el lugar debido. Si aquellos que están en cargos de responsabilidad son débiles en poder moral y vacilantes en los principios, inclinados a guiar hacia el mundo, hay suficientes personas que se dejarán conducir [en esa dirección]. Las influencias malignas no deben prevalecer. Preferiría morir antes que vivir para ver a estas instituciones mal administradas, o apartadas del propósito por el cual fueron traídas a la existencia (In Memoriam, p. 45). MV 215 1 Uriah Smith, editor residente de la Review and Herald y el asociado más estrecho de Jaime en la obra de la iglesia, había trabajado a su lado por casi tres décadas. Smith estaba bien consciente de los conflictos que habían dejado heridas; ciertamente habían sido algo público durante un año o dos. Veía la situación a la luz de la total consagración de White a la causa de Dios. En forma comprensiva declaró: MV 215 2 Algunos han pensado que él era deficiente en cualidades sociales, y a veces rígido, áspero e injusto, aun hacia sus mejores amigos. Pero estos sentimientos, estamos convencidos, son el resultado de no comprender uno de los rasgos más fuertes de su carácter, que era su amor preeminente por la causa en la cual estaba ocupado. Él subordinaba a eso todo lo demás; por eso estaba dispuesto a renunciar al hogar y a los amigos. MV 215 3 Nadie habría estado más contento que él de disfrutar continuamente los placeres de la vida doméstica y social, y el intercambio con los amigos, si no hubiese pensado que la devoción a la causa le pedía que tomase un camino diferente (Id., pp. 34-35). EL VIAJE EN CARRUAJE A CHARLOTTE MV 215 4 Los White habían recibido una invitación a pasar el fin de semana en Charlotte, 50 kilómetros (30 millas) al noreste de Battle Creek.. A. O. Burrill estaba celebrando allí reuniones evangelizadoras bajo carpa. Jaime estaba contento de que había dicho que él y su esposa viajarían allá, porque esto le proveería a ella el cambio y el descanso que necesitaba. Las actividades del fin de semana fueron como un campestre. Jaime habló tres veces y Elena cuatro. Muchas personas de la comunidad asistieron a las reuniones. No hubo ninguna de las tensiones de la semana precedente en Battle Creek, y Elena declaró que había descansado un poco (RH, 26 de julio, 1881; Carta 8a, 1881). No mucho después de este viaje en un carruaje, ella recordó la conversación que tuvo con su esposo mientras viajaban por la campiña: MV 216 1 Mi esposo parecía contento, sin embargo descansaba sobre él un sentimiento de solemnidad. Repetidamente alabó al Señor por las mercedes y bendiciones recibidas, y expresó libremente sus propios sentimientos respecto al pasado y el futuro:... "El futuro parece sombrío e incierto, pero el Señor no quiere que nos angustiemos por estas cosas. Cuando llegue la aflicción, él nos dará gracia para soportarla. Lo que el Señor ha sido para nosotros y lo que ha hecho por nosotros, debiera hacemos tan agradecidos que nunca murmuremos o nos quejemos" (MS 6, 1881). MV 216 2 Al regresar a su confortable casa en Battle Creek el miércoles 27 de julio, retomaron allí sus tareas. Una de las primeras cosas que hizo Elena fue escribir a los hijos en California en cuanto a la experiencia de las últimas dos semanas y a la reunión que ella y Jaime habían tenido con el Dr. Kellogg. "He estado alarmada ante el estado de las cosas", escribió, pero se sintió contenta de poder añadir lo siguiente: MV 216 3 Pienso que Papá ve el asunto bajo una luz diferente. En algunas cosas creo que se está esforzando grandemente para [recibir] el Espíritu de Dios. Parece más humilde, más reservado en sus palabras y acciones. Tiene una dura batalla por delante. Le ayudaré todo lo que pueda... MV 216 4 Al comenzar la nueva semana, estaban esperando con gusto para poder hacer más trabajo en el campo. La Review del 2 de agosto era portadora de la siguiente nota en la última página, firmada tanto por Jaime como por Elena: MV 216 5 Los campestres del Este: Se nos ha instado a asistir a los campestres que se celebrarán en Magog, P. Q. [Provincia de Quebec], Morrisville, Vermont, y Waterville, Maine. Asistiremos a estos campestres, y a otros, según la providencia de Dios nos abra el camino, y tengamos salud y fuerza para trabajar. MV 216 6 Pero Jaime y Elena no estuvieron en esas reuniones. En cambio, el siguiente número de la Review incluía la noticia de la muerte de Jaime White. EL CANSADO GUERRERO DESCANSA MV 216 7 El sábado de mañana, 30 de julio de 1881, tres días después del viaje en carruaje a Charlotte, Jaime y Elena caminaron hasta el bosquecillo donde a menudo oraban juntos. Jaime oró muy fervientemente tres veces. Parecía reacio a dejar de rogar a Dios en busca de dirección y bendición especiales. MV 216 8 Luego fueron al tabernáculo, y Jaime inició el servicio con canto y oración. Ésa sería la última vez que estaría junto a Elena en el púlpito. Más tarde Elena volvió a contar lo que pasó: MV 217 1 El lunes tuvo un severo escalofrío. El martes no se recuperó como esperábamos, pero pensamos que la enfermedad era un ataque de fiebre y de escalofríos [malaria], y supusimos que pronto cedería al tratamiento (MS 6, 1881). MV 217 2 Alrededor de las 4:00 p.m. se envió un mensaje al Dr. J. H. Kellogg pidiéndole que visitase a Jaime en su hogar. El doctor vino inmediatamente y lo encontró sufriendo de fiebre alta; su pulso era de 112 y su temperatura, 40° C (103 1/4° F). El doctor descubrió que a eso de las 10:00 a.m. del mismo día Jaime había sufrido de un escalofrío congestivo muy severo. En ese momento su cabeza estaba sumamente congestionada, y se quejaba de agudo dolor en la espina dorsal, el que se extendía a los miembros inferiores. Parecía estar sumamente cansado y se encontraba muy intranquilo. MV 217 3 El martes de noche Elena también fue atacada por escalofríos y estuvo muy enferma, siendo incapaz de sentarse. MV 217 4 El miércoles, cuando vino el Dr. Kellogg, él propuso que ambos fuesen llevados al sanatorio donde podrían recibir mejor tratamiento. Se colocó un colchón en un coche tirado por caballos, y Jaime y Elena fueron colocados lado a lado (por última vez); de ese modo fueron llevados al Sanatorio. MV 217 5 Se ordenó inmediatamente un tratamiento para aliviar la fiebre y el dolor de Jaime, administrado por un ayudante de la sección de baños del sanatorio. Después de un corto tiempo apareció una copiosa transpiración, y Jaime se sintió muy aliviado. MV 217 6 Elena narró la experiencia de ambos: MV 217 7 El viernes mis síntomas eran más favorables. El doctor me informó entonces que mi esposo se sentía inclinado a dormir, y que se temía que estaba en peligro. Fui llevada inmediatamente a su habitación, y tan pronto como miré su rostro supe que se estaba muriendo. MV 217 8 Traté de despertarlo. Comprendía todo lo que se le decía, y respondía a todas las preguntas que podían contestarse con Sí o No, pero parecía incapaz de decir más. MV 217 9 Cuando le dije que yo pensaba que se estaba muriendo, no manifestó sorpresa. Le pregunté si Jesús era precioso para él. Dijo: "Sí, oh, sí". MV 217 10 "¿No tienes deseos de vivir?", le pregunté. Él contestó: "No". MV 217 11 Luego nos arrodillamos junto a su cama, y oré por mi esposo en esa hora solemne. Una expresión de paz se reflejó en su rostro. Le dije: "Jesús te ama. Los brazos eternos están debajo de ti". Respondió: "Sí, sí". MV 217 12 Quería estar segura de que nos reconocía, y le pedí que dijera quiénes éramos. Él dijo: "Tú eres Elena. Tú --mirando a su hijo mayor-- eres Edson. Los conozco a todos". MV 217 13 El Hno. Smith y otros hermanos oraron luego alrededor de su cama, y se retiraron para pasar gran parte de la noche en oración. Mi esposo dijo que no sentía dolor; pero era evidente que se estaba debilitando rápidamente. El Dr. Kellogg y sus ayudantes hicieron todo lo que estuvo en su poder para impedir que muriese. Lentamente revivió, pero continuaba muy débil. Permanecí con él durante la noche. MV 218 1 A la mañana siguiente tomó algo de alimento y pareció revivir levemente. Alrededor del mediodía tuvo un escalofrío que lo dejó inconsciente, y calladamente exhaló su último suspiro, sin una lucha o un quejido. Misericordiosamente no tuve que pasar por la angustia de ver a mi esposo en agonía batallando con la muerte. La escena fue tan apacible como es posible que sea un lecho de muerte (MS 6, 1881 [ver también In Memoriam, pp. 52-54]). MV 218 2 Los planes para el funeral necesitaron cierta demora, porque W. C. White y su esposa, Mary, estaban en el otro lado del continente, casi a una semana de viaje. John, el hermano de Jaime, por muchos años un superintendente de la Asociación Metodista en Ohio, estaba cerca, pero podría necesitar un poco de tiempo a fin de hacer los arreglos para venir. Fue llamado otro hermano, Samuel, un ministro bautista en Massachusetts, pero estaba demasiado débil como para venir. Una hermana, Mary Chase, vivía con los White en Battle Creek. MV 218 3 El funeral fue fijado para el sábado de tarde, justo una semana después de la muerte de Jaime. Durante la semana la salud y las fuerzas de Elena de White decayeron a su nivel más bajo. EL FUNERAL DE JAIME WHITE MV 218 4 El sábado de tarde, 13 de agosto, unos 2.500 adventistas y vecinos de Battle Creek se reunieron en el Tabernáculo para el funeral de Jaime White. Aunque muy enferma, Elena asistió. Ella contó más adelante: MV 218 5 Luego fuimos en coches de alquiler hasta el Tabernáculo, y me llevaron en una silla mientras nos seguía la comitiva fúnebre. Me colocaron sobre el sofá preparado con almohadones. El doctor me observaba cuidadosamente (Carta 9, 1881). MV 218 6 En su mensaje fúnebre Uriah Smith elogió al difunto y habló de sus actividades en conexión con el origen y el desarrollo de la Iglesia Adventista del Séptimo Día: MV 218 7 Ante nosotros, amortajado para la tumba, yace el hombre con quien esto ha tenido su mismo comienzo. Encargándose de esta obra mientras todavía no tenía ni forma ni sustancia, bajo la dirección de lo que él consideraba como las indicaciones más claras de la Divina Providencia, la llevó en sus brazos heroicamente hacia delante, haciendo caminos donde no aparecía ninguno, quitando obstáculos calculados para detener su progreso, defendiéndola de enemigos de afuera y de adentro, ideando medios para el desarrollo de su fuerza, hasta que ha alcanzado su presente crecimiento, y permanece hoy en su nivel más alto de vitalidad. MV 219 1 Su nombre ha sido vinculado, y sus esfuerzos han sido inseparablemente entretejidos, con cada movimiento de avance, con cada nuevo proyecto conectado con esta obra, con todos sus esfuerzos para ocupar nuevo territorio, y con el empleo de nuevas agencias para cumplir los fines deseados (In Memoriam, p. 23). MV 219 2 Smith enumeró algunos detalles, dando ilustraciones, rasgos predominantes y características del hombre con quien había trabajado íntimamente por tantos años: MV 219 3 Primero notamos que en momentos de confusión y excitación él siempre estaba calmo y sereno... MV 219 4 En segundo lugar, era un hombre nunca dado al fanatismo... MV 219 5 En tercer lugar, estaba dotado con una agudeza de percepción notable para determinar las decisiones más juiciosas que debían hacerse... MV 219 6 En cuarto lugar, era un hombre que nunca cedía al desánimo. La palabra "fracaso" no estaba en su vocabulario... MV 219 7 En quinto lugar, era un hombre que consideraba las necesidades futuras de su obra, y hacía provisión para ellas. Previó que debían incorporarse en la obra ciertos elementos de estabilidad, lo cual sólo podía asegurarse a través de la organización... MV 219 8 En sexto lugar, era un hombre de amistades personales vigorosas, y de una naturaleza notablemente generosa. Tener consideración por los intereses de otros, y ver que sus circunstancias se presentasen tan favorablemente como fuera posible, era una parte de su naturaleza (Id., pp. 29-33). COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE MV 219 9 Cuando Smith concluyó sus comentarios, Elena, en forma completamente inesperada, se levantó de su sofá para hablar al enorme auditorio. Ella más tarde describió la experiencia: MV 219 10 Después que el pastor Smith hubo dado el discurso fúnebre, yo deseaba mucho decir algo para que todos supiesen que la esperanza del cristiano era también la mía y que me sostenía en esa hora de aflicción, pero temía que no podría mantenerme de pie. Finalmente decidí hacer la prueba, y el Señor me sostuvo. El doctor se levantó listo para tomarme, dijo, si yo caía... El hermano John y Willie y Edson estaban también observándome para ayudarme, pero llevé a cabo lo que tenía que decir con claridad (Carta 9, 1881). MV 220 1 "Cuando me levanté --declaró más tarde--, me fue dada fuerza, y hablé unos diez minutos, exaltando la misericordia y el amor de Dios en la presencia de esa numerosa asamblea" (1S, p. 252). Sus comentarios fueron registrados taquigráficamente. De pie y apoyándose con una mano en el ataúd, ella habló con una voz clara: MV 220 2 Quiero decir unas pocas palabras a los presentes en esta ocasión. Mi querido Salvador ha sido mi fortaleza y sostén en esta hora de necesidad. Cuando se me llevó de mi lecho de enferma para estar con mi esposo en sus momentos de agonía, al principio el carácter repentino del golpe me pareció demasiado pesado como para sobrellevarlo, y clamé a Dios que lo conservara para mí, que no se lo llevara y me dejase para trabajar sola... MV 220 3 A veces sentía que no podía soportar que mi esposo muriese. Pero estas palabras parecían grabarse en mi mente: "Estad quietos, y conoced que yo soy Dios"... Siento agudamente mi pérdida, pero no me atrevo a abandonarme a un dolor inútil. Eso no traería de vuelta a mi esposo. Y no soy tan egoísta como para desear, si pudiera, traerlo de su sueño apacible para ocuparse nuevamente en las batallas de la vida. Como un guerrero cansado, se ha acostado para dormir (In Memoriam, pp. 40-55). MV 220 4 Noventa y cinco carruajes se unieron a la procesión fúnebre hasta el Cementerio de Oak Hill; además, casi cien personas fueron a pie. Jaime White fue colocado para descansar en el lote de la familia donde sus dos hijos y su padre y su madre, John y Elizabeth White, habían sido enterrados. MV 220 5 Después del funeral, Elena fue llevada de vuelta al Sanatorio para pasar la noche. El domingo se la llevó en una cama a su casa, donde se le unieron los miembros de la familia que habían asistido al funeral. John, el hermano de Jaime, estaba encantado con el lugar, pero en cuanto a Elena, ella declaró: MV 220 6 La luz de mi casa se ha ido y de aquí en adelante debiera amarla por causa de él quien pensó tanto en ella. Satisfizo exactamente su gusto... ¿Pero cómo puedo alguna vez considerarla como podría hacerlo si él hubiera vivido? (Carta 9, 1881). LA PRENSA PÚBLICA MV 220 7 Jaime White era bien conocido por todo el país, no sólo como uno de los fundadores de la Iglesia Adventista del Séptimo Día --una iglesia que durante el lapso de su vida había crecido hasta tener 17.000 miembros--, sino también como un sagaz hombre de negocios que manejaba grandes intereses en los negocios de las publicaciones y que estaba estrechamente vinculado con los intereses educativos y médicos en Battle Creek. Era altamente estimado por el Honorable George Willard, en otro tiempo congresal del Estado de Michigan y editor del Daily Journal de Battle Creek. En su editorial en la página 1 del número del 8 de agosto, Willard tuvo estas palabras de encomio hacia Jaime White: MV 221 1 Fue un hombre hecho en el patrón de los patriarcas, y su carácter estaba formado en el molde heroico. Si la claridad lógica para formular un credo; si el poder para contagiar a otros con el celo de uno, e impresionarlos con las convicciones de uno; si la capacidad ejecutiva para establecer una secta y darle forma y estabilidad; si el genio para modelar y dirigir el destino de grandes comunidades, fuera una marca de la verdadera grandeza, el pastor White ciertamente tiene el derecho para recibir ese título, porque no poseía sólo una de esas cualidades, sino todas ellas en un grado notable. MV 221 2 El rasgo esencial de la obra de su vida fue el de ser un hombre progresista. Tenía la rara capacidad de promover la organización social y él colocó el fundamento y trazó el plan para la construcción de una estructura social y religiosa para que otros la desarrollen y completen en un mayor grado... Como con todos los fundadores de comunidades, su vida no se asemeja a una caña quebrada, sino a una columna duradera donde otros han de edificar. MV 221 3 La prensa pública a través del país tuvo también comentarios favorables sobre él. ELENA HACE FRENTE AL DOLOR MV 221 4 El lunes siguiente, 22 de agosto, con sus dos nueras, Emma y Mary, Elena partió hacia Colorado, donde esperaba pasar unas pocas semanas en recogimiento, descanso y renovación. MV 221 5 Pasó varios días en Boulder, donde vivían los McDearmon, los padres de Emma. Elena dedicó la mayor parte de un día a registrar por escrito las circunstancias relacionadas con la muerte de su esposo (MS 6, 1881) para que se lo usara en el panfleto In Memoriam que se estaba preparando en Battle Creek. En esta declaración ella se refirió en forma bien completa a la experiencia durante las dos semanas previas a la muerte de su esposo, especialmente a los períodos de oración que tuvieron juntos y a la conversación que mostraba que Jaime tenía un presagio de un cambio [que le afectaría], y que él estaba preparado. Elena cerró su declaración con palabras de aprecio a los amigos en Battle Creek y a aquellos que le ayudaron: MV 221 6 Especialmente quisiera agradecer la atención experta del Dr. Kellogg como médico, así como su bondad y simpatía como un hermano y amigo, en mi enfermedad y pérdida de un ser querido. MV 221 7 Luego con Mary partió hacia el "Rancho de los White" y a la pequeña cabaña de la que eran dueños en unas pocas hectáreas en las montañas cercanas a Rollinsville, Colorado. SOLA EN LAS MONTAÑAS MV 222 1 Aunque su salud estaba mejorando y estaba durmiendo bastante bien, Elena todavía no podía dedicarse a escribir. Mientras contemplaba desde la cabaña hacia los cerros cubiertos de pinos que estaban a corta distancia, recordaba los muchos momentos felices que ella y Jaime habían disfrutado allí. Pero ahora él no estaba allí para compartir sus pensamientos y sentimientos. MV 222 2 Willie había quedado en Battle Creek para trabajar con Edson en la atención de los asuntos financieros relacionados con los bienes de Jaime. A él le escribió Elena el 12 de septiembre: MV 222 3 Extraño a Papá más y más. Especialmente siento su pérdida mientras estoy aquí en las montañas. Encuentro que es algo muy diferente estar en las montañas con mi esposo y en las montañas sin él. Creo enteramente que mi vida estaba tan entretejida o entrelazada con la de mi esposo que me es casi imposible ser de algún gran valor sin él (Carta 17, 1881). MV 222 4 Para ella, Colorado, con sus hermosas montañas, había perdido su atracción. Hizo algo de costura para pasar el tiempo, pero no escribió mucho. Butler la estaba instando a asistir a la sesión de la Asociación General que se estaba planeando para noviembre o diciembre. El campestre de California se celebraría un poco antes de eso, y ella estaba debatiendo en su mente si debería regresar para el invierno a su cómoda casa en Battle Creek o ir a California y ocupar su casa de Oakland, En cuanto a la sesión de la Asociación General, le dijo a Mary que "debía tener luz adicional antes de consentir en ir en su presente estado de salud" (MKW a WCW, 14 de septiembre, 1881). Finalmente se inclinó en favor de California, porque sentía que no sería prudente regresar al Este con las cargas que tendría que enfrentar allí. MV 222 5 Teniendo en perspectiva el campestre de California a celebrarse en Sacramento, ella, con sus ayudantes, dejó Boulder el 2 de octubre para ir a Oakland. Desde el punto de vista físico, se estaba recuperando en forma constante, y cuando se inauguró el campestre el jueves de noche, 13 de octubre, en el East Park Grove, ella estaba allí. Teniendo en cuenta su severa enfermedad, se pensó que ella no podría hablar mucho, pero habló casi cada tarde. MV 222 6 J. H. Waggoner informó que su mensaje del sábado de tarde, 15 de octubre, "fue igual al mejor esfuerzo que jamás le hayamos oído realizar" (ST, 27 de octubre, 1881). Waggoner agregó: "Además de esto, su consejo fue de gran valor durante todo el campestre". MV 222 7 Tal vez el asunto administrativo más importante que se introdujo en la reunión fue el de dar pasos "para que los Adventistas del Séptimo Día establezcan una escuela en California". Se nombró un comité para llevar a la práctica este propósito tan pronto como fuera posible; también para examinar e informar en cuanto a una ubicación permanente. Se eligió una junta escolar, con W. C. White como presidente. Además de J. H. Waggoner, director de Signs, cinco hombres de negocios y agricultores prominentes integraban la junta directiva. ELENA TODAVIA SOSTIENE LAS RIENDAS MV 223 1 Durante los restantes meses de 1881 y en la primera parte de 1882, Elena White, residiendo primero en Oakland y luego en Healdsburg, pasó mucho de su tiempo visitando las iglesias. Al principio fue a las que estaban cerca, en Oakland y San Francisco. Luego ella añadió Petaluma, Healdsburg, St. Helena, Napa, Williams, Arbuckle y Santa Rosa. No estaba lista para aplicarse a un programa pesado de escribir. Ocasionalmente se la invitaba a hablar en otras iglesias que no eran las adventistas. Luego, usando el tema de sus mensajes aquí y allá, preparó una serie de artículos semanales para Signs bajo el título general de, "Entre las Iglesias". Gran parte de los viajes eran mediante un carruaje, y Elena manejaba. Un informe concerniente al viaje de 56 kilómetros (35 millas) desde Healdsburg a St. Helena es altamente descriptivo: MV 223 2 El Hno. y la Hna. Harmon [en cuya cómoda casa ella había pasado unos pocos días] pensaron que no era seguro para la Hna. Rogers y para mí hacer el viaje solas en esta época del año. De ahí que ellos nos acompañaron; su carruaje iba al frente, mientras que el nuestro le seguía. Cuando dejamos Healdsburg, la neblina era tan densa que sólo podíamos ver a una corta distancia delante de nosotros, pero en unas pocas horas la neblina se despejó y disfrutamos de un hermoso sol. MV 223 3 El camino por el cañón de Knight, siempre peligroso para el viajero inexperto, es a menudo impasable en la estación lluviosa. Estábamos muy agradecidos por tener un piloto en esta parte de nuestro viaje. No me atrevía a mirar ni a la derecha ni a la izquierda para contemplar el panorama, sino que, sosteniendo firmemente las riendas y guiando a mi caballo por el estrecho pasaje, seguí a nuestro líder. Un descuido aquí habría sido fatal. Si nuestro caballo se hubiera desviado del camino correcto, nos habríamos caído por la cuesta empinada hacia el barranco que estaba debajo. MV 223 4 Mientras viajábamos en silencio, casi sin respirar, no pude sino pensar cuán convincentemente este viaje peligroso ilustra la experiencia del cristiano. Estamos recorriendo el viaje de la vida en medio de los peligros de los últimos días. Necesitamos vigilar cuidadosamente cada paso, y estar seguros de que estamos siguiendo a nuestro gran Líder (Id., 26 de enero, 1882). ------------------------Capítulo 14-- SE ABRE EL COLEGIO DE HEALDSBURG Y SE CIERRA EL DE BATTLE CREEK MV 224 1 Poco después de regresar a Oakland, Elena asistió al campestre realizado en Sacramento donde los delegados votaron establecer una institución educativa en Healdsburg, menos de 160 kilómetros (100 millas) al norte de las ciudades de la Bahía de San Francisco y Oakland. MV 224 2 Cuatro días más tarde se nombró un comité escolar de siete miembros. Entre otras responsabilidades, se autorizó a W. C. White, como presidente, a "seleccionar un edificio en algún punto deseable en el Estado [en el norte de California]". Menos de un mes más tarde se encontró en Healdsburg un edificio escolar bien construido. Había costado $10.000, pero pudo conseguirse, con muebles, por $3.750. MV 224 3 Justo en este momento W. C. White tuvo que salir para ir a Battle Creek y a la sesión de la Asociación General. Pero estuvo de regreso a tiempo para asistir a una reunión de la junta escolar en Healdsburg, el 28 y el 29 de enero de 1882. Cinco de los siete miembros, W. C. White, John Morrison, J. H. Waggoner, T. M. Chapman y William Saunders, estaban presentes. Se invitó a Elena a reunirse con ellos. Las minutas registran lo siguiente: MV 224 4 En la primera reunión, la Sra. E. G. de White hizo observaciones apropiadas sobre cuáles deberían ser los objetivos y blancos de una escuela denominacional, tal como los Adventistas del Séptimo Día tienen el propósito de establecer en este Estado, cuya esencia era que "el principio de la sabiduría es el temor del Señor", y que era necesario tener una escuela propia a fin de apartar a los niños de las influencias malignas que se encuentran en casi todas las escuelas y colegios públicos de la época (ST, 16 de febrero, 1882). MV 224 5 Para alcanzar algunos de los objetivos expuestos por Elena de White se necesitaba abandonar algunos aspectos del programa en la escuela de Battle Creek: (1) Debía haber clases regulares de estudio de la Biblia, no sólo conferencias en la capilla; (2) debía haber un hogar escolar o dormitorio; (3) debía haber un programa que proveyese actividad física junto con el estudio, en otras palabras, un programa industrial. Estos eran elementos básicos en la planificación de la Academia Healdsburg. Demandaría tiempo implementar algunos de los elementos, particularmente proveer un hogar escolar. MV 225 1 Debían evitarse algunos de los problemas que estaba teniendo el colegio de Battle Creek: MV 225 2 a. El colegio no tenía dormitorios [residencias estudiantiles]. MV 225 3 b. Los estudiantes se alojaban con familias de la comunidad o estaban por su cuenta. MV 225 4 c. Esto agravaba problemas de disciplina. Los anfitriones se inclinaban naturalmente a simpatizar con los alumnos y les daban crédito a sus informes. MV 225 5 d. Los desacuerdos entre los profesores, la junta directiva y la comunidad eran corrientes respecto al plan general y los blancos de la escuela. MV 225 6 Se dieron los pasos apropiados para inaugurar temprano la escuela. Se invitó al profesor Sydney Brownsberger, ahora recuperado de una enfermedad, a ser el director de la escuela, y se le pidió a su esposa que fuera una de las maestras. Familias adventistas seriamente interesadas [en la educación de sus hijos] comenzaron a trasladarse sin demora a Healdsburg para sacar provecho de la academia. Se anunció que se abriría el martes 11 de abril (ST, 6 de abril, 1882). Ese primer día había 26 estudiantes presentes para inscribirse, más que lo que se había esperado (Id., 20 de abril, 1882). Toda la empresa de la escuela se llevó adelante en una ola de entusiasmo y buena voluntad entre sus miembros constituyentes y también la comunidad de Healdsburg. MV 225 7 El lunes 24 de abril se celebró en Oakland la reunión anual de la Asociación Publicadora Adventista del Pacífico, agrupando a una buena representación de las iglesias. En esa reunión se encontró tiempo para discutir el proyecto de la escuela. A las 2:30 de la tarde, menos de dos semanas después de la apertura de la escuela, un grupo numeroso se reunió en la iglesia de Oakland para oír informes y examinar planes para la nueva empresa. El profesor Brownsberger informó sobre el progreso fenomenal que se estaba haciendo. MV 225 8 El primer período de 20 semanas terminó a mediados de junio con una matrícula de 38 alumnos (Id., 13 de julio, 1882). Para entonces una mujer adventista de ciertos recursos había donado $5.000, y podía comenzarse a trabajar con el hogar escolar, o "casa de pupilos", como se la conocía. En el sótano estaría la cocina, la lavandería y la panadería; en el primer piso, las aulas y una sala de trabajo. El segundo piso alojaría a las jóvenes, y el tercero sería un dormitorio para los varones (Id., 20 de julio y 26 de octubre, 1882). ELENA DE WHITE ENCUENTRA UN LUGAR COMO BASE DE SUS ACTIVIDADES MV 225 9 Después de viajar desde Oakland para visitar a las iglesias en el norte de California durante los primeros meses del invierno, Elena decidió que haría de Healdsburg su centro de actividades en California. Ella y Jaime habían construido una casa en una pequeña granja sobre el West Dry Creek Road, a unos 5 kilómetros (3 millas) de la villa, y ella todavía era la dueña. El 7 de febrero de 1882 ella le escribió a Willie, quien estaba administrando la Pacific Press en Oakland: "Ahora estoy decidida a ir a mi hogar en Healdsburg". MV 226 1 El jueves 23 de febrero, llegaron sus pertenencias personales y algunos muebles desde Oakland y fueron trasladados a la pequeña casa en la granja. MV 226 2 Trajo a su familia de ayudantes literarios y domésticos, esperando seguir pronto un programa serio para escribir. Pero le resultó difícil hacer eso. Encontraba satisfacción en explorar la región, comprar grano y heno, gallinas, una vaca con su ternero, y caballos para la transportación y para trabajar en la granja. Allí pasó cuatro meses trabajando contenta en su huerta y fortaleciendo su salud. Escribió en una carta a sus hijos: MV 226 3 Mi salud es buena. Tengo algo de problema para dormir todo lo que deseo. Hago bastante ejercicio recogiendo madera, y si no fuera por mis tobillos débiles, haría más ejercicio. Coloco vendas de goma en mis tobillos y esto les ayuda. Siento entonces que puedo caminar a cualquier parte (Carta 4, 1882). MV 226 4 En una carta escrita el 16 de abril, en la que mencionaba algunos de los achaques de los que la rodeaban, ella dijo: "Después de todo, encuentro que vuestra madre puede soportar más o menos tanto como la gente más joven" (Carta 9, 1882). Hasta este punto ella tenía que forzarse a pasar tiempo escribiendo. MV 226 5 Pero como la casa sobre el West Dry Creek Road estaba a varios kilómetros del pueblo de Healdsburg, y ella quería estar más cerca del colegio, a comienzos de agosto Elena compró una casa de dos pisos sobre la calle Powell, que estaba en los límites de la población. Estaba emplazada en un lote de buena tierra de algo más de 1 hectárea (2,5 acres), con un huerto de árboles frutales de variedades escogidas. Como la "casa de pupilos" del colegio todavía estaba en construcción, su casa fue inmediatamente adaptada para hospedar a los carpinteros. Ella envasó una buena cosecha de ciruelas y duraznos para el colegio y para el retiro de salud en St. Helena. W. C. White informó que "mamá está ocupada en este trabajo con gran interés, diciendo, en respuesta a nuestras advertencias, que esto era un descanso para su cerebro cansado" (RH, 26 de septiembre, 1882). Mientras estuvo en la Costa Oeste, éste fue su hogar hasta que viajó a Australia en 1891. UNA CURACIÓN MILAGROSA MV 226 6 A fines de agosto, mientras estaba en Oakland, Elena sufrió un severo escalofrío seguido de fiebre. Esta seria enfermedad duró varias semanas. Cuando comenzaba a recuperarse, fue llevada al retiro de salud en St. Helena. Pero no mejoró. Al acercarse el tiempo para el campestre de California a celebrarse en Healdsburg, ella rogó que se la llevase de nuevo a su casa en Healdsburg. Esperaba estar suficientemente fuerte como para dar su testimonio en el campestre y para apoyar a la nueva escuela. Descansando sobre un colchón en la parte posterior de un carruaje manejado por su hijo Willie, y acompañada por Jenny Ings, emprendió el viaje a Healdsburg. MV 227 1 El día se volvió muy caluroso. Según W. C. White contó más tarde la experiencia a los miembros de su familia, su madre, después de un tiempo de viajar, no contestaba sus preguntas. Inmediatamente se dio cuenta que ella estaba inconsciente. Urgió a los caballos, esperando llegar a Healdsburg con su madre todavía viva. Al estar en su casa, se reanimó un poco. Era su esperanza y la esperanza de su familia que en el ambiente del campestre podría experimentar una renovación de la vida y de la fuerza. El campestre se inició a comienzos de octubre en un bosquecilio situado aproximadamente a un kilómetro (algo más de media milla) de su casa. Aunque muy débil y apenas capaz de dejar su cama, ella dio instrucciones al mediodía del primer sábado: MV 227 2 Prepárenme un lugar en la carpa grande donde pueda oír al orador. Posiblemente el sonido de la voz del orador resultará ser una bendición para mí. Estoy esperando algo que me traiga nueva vida (3LS, p. 262). MV 227 3 Se acomodó un sofá para ella en la amplia plataforma del orador, y se la llevó a la carpa grande y se la colocó allí. Los que estaban cerca observaron no sólo su debilidad sino también la palidez mortal de su rostro. Al recordar la experiencia algunos años más tarde, Elena dijo que la carpa grande no sólo estaba llena, sino que "parecía como si casi todo Healdsburg estuviese presente" (Carta 82, 1906). MV 227 4 J. H. Waggoner, director de Signs of the Times habló ese sábado de tarde "sobre el surgimiento y la obra temprana del mensaje, y su progreso y estado actual" (ST, 26 de octubre, 1882). Cuando Waggoner hubo terminado su mensaje, Elena se dirigió a Willie y a la Sra. Ings, quienes estaban a su lado, y dijo: "¿Pueden ayudarme a levantarme y a ponerme de pie mientras digo unas pocas palabras?" Ellos la ayudaron a llegar al escritorio. "Durante cinco minutos estuve allí --recordó más tarde--, tratando de hablar, y pensando que éste iba a ser el último discurso que alguna vez haría, mi mensaje de despedida". Con ambas manos mantuvo su equilibrio en frente del púlpito. MV 227 5 De repente sentí un poder que vino sobre mí, como una descarga de electricidad. Pasó por mi cuerpo y llegó hasta mi cabeza. La gente dijo que vieron claramente cómo la sangre ascendía a mis labios, mis oídos, mis mejillas, mi frente (Carta 82, 1906). MV 227 6 Cada ojo en el auditorio parecía fijo en ella. El Sr. Montrose, un comerciante del pueblo, se paró y exclamó: "Estamos viendo un milagro realizado ante nuestros ojos; ¡la Sra. White está sana!" (relato de WCW). Su voz se fortaleció, sus oraciones brotaron claras y completas, y ella dio un testimonio tal como el que la audiencia jamás había oído antes. Waggoner completó la historia en su informe en la revista Signs: MV 228 1 Su voz y apariencia cambiaron, y habló por algún tiempo con claridad y energía. Ella invitó luego a aquellos que deseaban comenzar su servicio a Dios, y a aquellos que se habían descarriado, a que se adelantasen a la plataforma, y un buen número respondió al llamado (ST, 26 de octubre, 1882). MV 228 2 Uriah Smith, que estaba presente, en su informe en la Review and Herald publicado el 31 de octubre mencionó que después de la curación milagrosa "ella pudo asistir a las reuniones... como de costumbre, y habló seis veces con su fuerza de voz corriente y con claridad de pensamiento". Refiriéndose a la experiencia, Elena dijo: "Fue como si uno hubiese resucitado de los muertos... La gente en Healdsburg tuvieron este espectáculo como un testimonio a favor de la verdad" (Carta 82, 1906). MV 228 3 Este evento, que pareció ser un punto decisivo en su condición física, abrió el camino para un vigoroso ministerio. Al informar sobre su enfermedad de dos meses, ella comentó que había esperado que pasaría gradualmente. En cambio, fue sanada en forma instantánea. MV 228 4 Elena estaba contenta de encontrarse entre el grupo numeroso que durante el campestre fue a ver el nuevo colegio. Primero fue la visita al nuevo edificio --la casa para los internos en construcción-- y luego el edificio escolar. Se realizó un breve servicio de dedicación en la "sala de audiencias", el cual no podía contener a todas las visitas. Después que Waggoner ofreció la oración de dedicación, Elena pidió que se cantara una estrofa de un himno. Toda la congregación cantó con entusiasmo. LA CRISIS EN BATTLE CREEK MV 228 5 Cuatro meses después que se hubo abierto la escuela en Healdsburg, se cerró el colegio de Battle Creek. Durante el verano de 1882, mientras Elena estaba en Healdsburg inmersa en problemas relacionados con su trabajo de escribir y publicar sus materiales, no ignoraba la situación en Battle Creek. MV 228 6 Ya en diciembre del año anterior ella había presentado esta advertencia ante los delegados de la Asociación y los principales obreros en la oficina de la Review and Herald, el sanatorio y el colegio: MV 228 7 Hay peligro de que nuestro colegio se desvíe de su plan original. Se ha hecho conocer el propósito de Dios, que nuestro pueblo debiera tener una oportunidad para estudiar las ciencias y al mismo tiempo aprender los requerimientos de la palabra de Dios... Pero durante los últimos dos años ha habido un esfuerzo por modelar nuestra escuela imitando a otros colegios... MV 229 1 Se me mostró que es el propósito de Satanás impedir el logro del mismo objetivo por el cual fue establecido el colegio. Estorbados por sus estratagemas [del enemigo], sus administradores razonan según la manera del mundo y copian sus planes e imitan sus costumbres. Pero al hacer esto, no estarán en conformidad con la mente del Espíritu de Dios (5T, pp. 21-23). MV 229 2 Un cambio de administración debido a la enfermedad del presidente del colegio, Sydney Brownsberger, había traído un cambio gradual en los reglamentos. G. I. Butler informó en la Review: MV 229 3 La junta de los directores a quienes los accionistas habían puesto en control [de la institución] se encontraron impotentes para contener esas influencias... Una mayoría de los profesores, respaldados por una porción sustancial de la iglesia, amenazaron con renunciar como cuerpo si no se revocaban ciertas medidas tomadas por la junta. Se realizaron reuniones masivas de los estudiantes para respaldar a los favoritos en el personal... Por meses la junta no había tenido virtualmente nada que ver con la administración del colegio durante el año pasado... MV 229 4 La corriente de opinión se exacerbó tanto que aquellos maestros que más habían hecho en la fundación del colegio perdieron su influencia, y eran mirados con desdén. Se les hizo muy difícil su suerte, y se hicieron circular historias contra algunos de ellos calculadas para arruinar su reputación como cristianos, y aun como hombres de moralidad, y esas historias habían estado circulando por todo el país (RH, 12 de septiembre, 1882). MV 229 5 Enfrentados con estas condiciones e incapaces de ver la posibilidad de operar "una escuela como la que el Señor había mostrado que debemos tener", "la junta directiva finalmente [durante las vacaciones de verano] decidió cerrar el colegio" sin ningún plan definido de reabrirlo (Ibíd.). Fue un día triste. MV 229 6 Para Elena fue particularmente dolorosa la postura asumida por el director de la Review, Uriah Smith, en relación con la situación del Colegio de Battle Creek que se estaba deteriorando. Desde la primavera de 1853 cuando Smith se había unido al personal de la oficina en Rochester, Nueva York, había sido una columna sólida en el desarrollo y crecimiento de la iglesia. Ahora cuando se estaba desafiando al espíritu de profecía, su apoyo se necesitaba en forma especial. MV 229 7 Los hijos de Smith, que estaban asistiendo a la escuela, se pusieron de parte del elemento liberal. Las propias simpatías de Smith se inclinaban en la misma dirección. Durante este período tuvo lugar un intercambio ocasional de cartas entre él y Elena. En sus testimonios referentes a Battle Creek, la iglesia y el colegio, ella había examinado el asunto y aconsejado en base a su discernimiento del conflicto y la actitud de varios individuos. Un punto clave del problema surgió a la luz más tarde a través de la carta que Smith le escribió el 10 de agosto de 1882. Él explicó su renuencia para aceptar el consejo de Elena respecto a algunos de estos asuntos diciendo: "Siempre había supuesto que un testimonio estaba basado en una visión, y entendía que usted no tuvo ninguna visión desde que comenzó el problema reciente en el colegio". Basado en esta filosofía, Smith atribuyó las reprensiones y consejos que ella había escrito concernientes a asuntos de la escuela a informes que ella había recibido o a sus propias opiniones. MV 230 1 La gran preocupación de Elena al enterarse de la dirección en que las cosas estaban yendo en el colegio se revela en esta porción de una carta que ella envió a la iglesia en Battle Creek: MV 230 2 Queridos hermanos y hermanas en Battle Creek: MV 230 3 Cuando fui a Colorado, sentí una preocupación tan grande por vosotros que, en mi debilidad, [en septiembre de 1881] escribí muchas páginas para que se leyesen en vuestro campestre. Débil y temblando, me levanté a las tres de la mañana para escribiros. Dios estaba hablando a través de la arcilla. Pero el documento fue olvidado completamente; pasó el campestre, y no fue leído hasta la Asociación General. Podríais decir que era sólo una carta. Sí, era una carta, pero inspirada por el Espíritu de Dios, para poner ante vuestras mentes cosas que me habían sido mostradas... MV 230 4 Mientras estuve visitando Healdsburg el invierno pasado, pasé mucho tiempo en oración, abrumada por la ansiedad y la tristeza. Pero el Señor despejó las tinieblas en un momento mientras estaba en oración, y una gran luz llenó la sala. Un ángel de Dios estaba a mi lado, y me pareció encontrarme en Battle Creek. Estaba en vuestros concilios; oí las palabras que se dijeron, y vi y oí cosas que, si Dios lo quisiera, desearía poder borrar para siempre de mi memoria. Mi alma estaba tan herida que no sabía qué hacer o qué decir. Algunas cosas no puedo mencionar. Se me ordenó que no permitiese que nadie se enterase de este asunto, porque todavía había mucho que sería expuesto. MV 230 5 Se me dijo que reuniese la luz que me había sido dada, y que permitiese que sus rayos resplandeciesen sobre el pueblo de Dios. He estado haciendo esto en artículos en las revistas (Testimony for the Battle Creek Church [Testimonio para la Iglesia de Battle Creek], p. 49). MV 231 6 Durante el año que siguió a la clausura del colegio, la obra de Elena G. de White fue cuidadosamente examinada y se dio consideración a la cuestión de la inspiración-revelación según se relaciona con la experiencia y los escritos de ella. Los disidentes publicaron muchas cosas para destruir la confianza en los Testimonios. Luego un trío de disidentes se unió para producir un ''Extra" del Sabbath Advócate (Defensor del sábado), en el cual se presentó una cantidad de críticas contra Elena de White. Al principio las críticas se ignoraron. Luego su amplia distribución, especialmente entre los adventistas, suscitó preguntas que demandaban respuestas. La primera respuesta vino de la pluma de Wolcott Littlejohn en la Review, en mayo de 1883. EL COMIENZO DE UN CAMBIO DE OPINIÓN EN BATTLE CREEK MV 231 1 Para ayudar en la situación crítica en Battle Creek, se le había pedido a Littlejohn en enero que se encargase del "Distrito N° 3". La Iglesia de Battle Creek, con sus 497 miembros (RH, 17 de abril, 1883), abarcaba la mayor parte del distrito. MV 231 2 Con una fuerte base de apoyo en la mayoría de los oficiales y miembros de la iglesia, Littlejohn comenzó a colocar materiales positivos en la Review. El número del 8 de mayo incluía el primero de una serie de tres artículos más bien eruditos sobre "Los Adventistas del Séptimo Día y el Testimonio de Jesucristo". MV 231 3 Elena, por supuesto, era consciente de la guerra contra su trabajo y estaba especialmente alerta respecto a las condiciones deplorables que existían en la Iglesia de Battle Creek. Sobre esto escribió lo siguiente: MV 231 4 Muchos en realidad están peleando sus batallas [las de Satanás] mientras profesan servir bajo la bandera de Cristo. Puede ser que no se sospeche que estas personas son traidores en el campamento, pero están haciendo su obra para crear incredulidad, discordia y contienda. Los tales son los enemigos más peligrosos. Mientras se infiltran para conseguir nuestro favor y ganan nuestra confianza y simpatía, están ocupados sugiriendo dudas y creando sospechas. Trabajan de la misma manera como lo hizo Satanás en el cielo cuando engañó a los ángeles con sus declaraciones astutas (Id., 28 de agosto, 1883). MV 231 5 Cuando llegó el verano y su trabajo con su libro estaba marchando bien, ella concentró sus esfuerzos en las fechas para los campestres en el Este que comenzarían el 22 de agosto en Worcester, Massachusetts. Finalmente una comunicación suya al presidente de la Asociación General le indujo a él a sentir que podía contar con su ayuda. El notificó a los lectores del número del 7 de agosto de la Review and Herald que "la Hna. E. G. de White quizás podrá asistir [al campestre de Nueva Inglaterra], si tiene suficiente salud como para soportar el largo viaje desde California". MV 231 6 Con Sara McEnterfer como compañera de viaje, Elena de White partió de California por tren hacia Battle Creek. Al llegar el vienes 17 de agosto, ella fue al hogar de Edson y Emma para pasar la noche y luego al Sanatorio. Casi inmediatamente se vio involucrada en reuniones. MV 232 1 No durmió bien el viernes de noche, pero el sábado de mañana habló en el tabernáculo. MV 232 2 El domingo fue un día lleno. Por la mañana habló a los obreros en la oficina de la Review and Herald. Por la tarde a las 4:00 habló a una multitud de unos 400 en la plaza pública. Su tema fue la temperancia. MV 232 3 El domingo de noche habló a los pacientes en el Sanatorio. MV 232 4 El lunes de noche, 20 de agosto, habló a los empleados de la Review and Herald. MV 232 5 Uriah Smith, cuya actitud hacia ella había sido notablemente fría, había planeado asistir a los campestres en Nueva Inglaterra, pero a último momento sintió que debía permanecer en Battle Creek y atender un trabajo importante de redacción. MV 232 6 Ahora, habiendo expresado una advertencia ferviente pero amable de que ella esperaba que ayudaría a estabilizar a aquellos que podrían estar vacilando, fue a Massachusetts. MV 232 7 Aunque haciendo frente a un programa ocupado de campestres en Massachusetts, Vermont, Maine, Nueva York, Nebraska, Michigan e Indiana, Elena siguió con interés lo que estaba ocurriendo en Battle Creek. EL COLEGIO DE BATTLE CREEK SE REABRE MV 232 8 Con una comprensión más exacta de toda la situación de parte de la Iglesia de Battle Creek, y habiendo hecho sus miembros una confesión completa y un voto de lealtad al espíritu de profecía y al liderazgo de la iglesia, los miembros de la junta directiva del Colegio de Battle Creek aguardaban la reapertura del colegio. Butler, presidente de la junta directiva como también de la Asociación Ge-neral, presentó una extensa declaración sobre la situación en el número de la Review del 31 de julio de 1883, bajo el título, "Nuestro Colegio en Battle Creek". La declaración decía, en parte: MV 232 9 Consideremos algunas de las cuestiones involucradas en la reapertura del colegio. Ha permanecido cerrado por un año. ¿Por qué? Porque según fue conducido por algún tiempo previo a su clausura, no respondía al propósito por el cual había sido establecido. Y más aún, debido a que los sentimientos existentes en la comunidad circundante eran tales que aquellos a quienes se les había confiado su administración sentían que no había una esperanza razonable de que podía obtenerse entonces un mejor estado de cosas... MV 232 10 Este año se manifiesta en la Iglesia de Battle Creek un espíritu muy diferente del que se vio el año pasado... MV 233 1 Sin embargo, han de enfrentarse grandes dificultades si es que vamos a tener una escuela que esté en conformidad con la mente del Espíritu de Dios. Si alguna vez la escuela triunfa plenamente, se requerirán hombres de juicio sólido y profunda piedad, aquellos cuyos corazones estén alistados completamente en la obra de Dios, para moldearla y administrarla... MV 233 2 Se necesitará un gran esfuerzo para introducir el verdadero espíritu en nuestro colegio. Conseguir los oficiales y maestros adecuados que ejercerán las influencias correctas e introducirán en la escuela el Espíritu de Cristo, y guiarán la mente de los alumnos a la verdad, es un problema difícil, uno que la junta directiva está ahora tratando de resolver. Esperamos tener un éxito tal que nos capacitará pronto para anunciar el tiempo cuando se abrirá nuestro colegio. MV 233 3 Se reconoció que el propósito principal del colegio era preparar ministros, misioneros, colportores, "lectores" de la Biblia (instructores) y maestros para las escuelas auxiliares. Un nuevo día había amanecido para el Colegio de Battle Creek. MV 233 4 La Review and Herald del 14 de agosto de 1883 incluía el anuncio de que el Colegio de Battle Creek se abriría el miércoles 5 de septiembre para el próximo año escolar. MV 233 5 Ochenta estudiantes estuvieron presentes para la inauguración. W. H. Littlejohn, que había mostrado su lealtad a la iglesia y a los consejos del espíritu de profecía, había sido elegido presidente. Prestó servicio por dos años. MV 233 6 Especialmente gratificante y animador para Elena de White fue el cambio de opinión de Uriah Smith. Usando su informe editorial acerca del campestre de Michigan para anunciar a la iglesia el cambio marcado que se había producido en su relación personal hacia el espíritu de profecía, Smith declaró: MV 233 7 La presencia de los hermanos Haskell y W. C. White, de la Pacific Press, aumentó el interés de la reunión... El beneficio de las labores y la asistencia de la Hna. White a esta reunión no puede exagerarse. Sus exhortaciones impulsaron a la gente a buscar al Señor con fervor y contrición de corazón, como no podría haber sido hecho por otros... MV 233 8 La Hna. White tiene una obra que hacer, y está tratando de cumplirla fielmente, la que otros no pueden hacer. Es una obra que tiene una muy íntima conexión con la prosperidad de la causa. Para esto ella está especialmente calificada por el don que tiene en ejercicio de "visiones y revelaciones del Señor". A través de esto ella puede percibir más vividamente los peligros y deberes pertinentes a estos momentos finales del tiempo, y así instruir y advertir a la pequeña grey en forma más comprensible; y quien trate de destruir la confianza en su obra, o debilite sus manos, está tomando un curso de acción hostil a los mejores intereses de esta causa... MV 234 1 Desde el mismo comienzo, ahora hace casi cuarenta años, la manifestación del espíritu de profecía en las visiones de la Hna. White ha estado vinculada con esta obra, y entretejida con cada paso de su progreso. Suponer que durante el breve tiempo restante ha de estar separada de ella sería ciertamente esperar por una providencia singular. Un cambio en este respecto no es ahora más posible que deseable. MV 234 2 Antes que detenerse ahora para cuestionar la sabiduría de la providencia de Dios, en la constitución o historia de esta obra, y dedicar tiempo y energía a esfuerzos para introducir cambios fundamentales, pensamos que todos haríamos mejor en aceptarla como un todo, en dedicar su atención a un examen cuidadoso de sus propios corazones en vista del juicio que pronto viene, y en estar dispuestos a recibir instrucción de cualquier fuente, y por cualquier medio que el Señor considere apropiado enviarla (Id., 9 de octubre, 1883). ------------------------Capítulo 15-- ACTIVIDADES DE ELENA DE WHITE EN EL EXTRANJERO MV 235 1 Los miembros de la Misión Europea Central le habían extendido una invitación a Elena de White para que visitase Europa. Por lo tanto, la sesión de la Asociación General de 1884 votó: MV 235 2 Resuelto, Que extendamos a la Hna. White una invitación cordial y urgente para que visite los diferentes campos en Europa tan pronto como sea factible. MV 235 3 Al principio la Sra. White se sentía abrumada ante la idea de viajar a Europa. Estaba en los últimos años de su década de los 50 y se consideraba vieja. Tras las arduas actividades vinculadas con la crisis de Battle Creek y luego con su participación en los numerosos campestres en el Este, se encontraba agotada y consciente de que debía dar pasos para recuperar su fuerza física. ¡OH, PODER SABER QUÉ HACER! MV 235 4 A Elena no le atraía la idea de viajar a Europa, especialmente a tiempo para asistir al concilio misionero en septiembre de 1885. "Viajar a través del continente con el calor del verano y en mi condición de salud --escribió--, parecía casi presuntuoso" (RH, 15 de septiembre, 1885). Deseaba una orientación positiva para saber qué curso seguir. MV 235 5 A medida que se acercaba el tiempo establecido para iniciar [el viaje], mi fe fue severamente probada. Deseaba tanto a alguien de experiencia en quien pudiera confiar para recibir consejo y aliento. Mi valor había desaparecido, y anhelaba una ayuda humana, alguien que estuviese firmemente asido de arriba, y cuya fe estimulase la mía (Ibíd.). MV 235 6 Cuando el momento para la decisión final era inminente, W. C. White se escurrió desde Oakland para pasar unos pocos días en Healdsburg. Le habló a su madre en forma alentadora. Le señaló al pasado, cuando, bajo las circunstancias más prohibitivas, ella había avanzado por fe de acuerdo con la mejor luz que tenía, y el Señor la había fortalecido y sostenido. Sobre esta experiencia ella informó lo siguiente: MV 236 1 Lo hice así y decidí actuar según el juicio de la Asociación General, y emprender el viaje confiando en Dios. Mi baúl fue empacado y volví con él [Willie] a Oakland. Allí fui invitada a hablar a la iglesia el sábado de tarde. Vacilé; pero estas palabras me llegaron con poder: "Mi gracia te es suficiente" (Ibíd.). MV 236 2 Al escribir en su diario sobre esta experiencia, ella dijo: "Ya no estaba más incierta. Me animaría a ir con el grupo y cruzar al otro lado de las praderas" (MS 16a, 1885). Eramos doce que partimos de Oakland para el Este el lunes 13 de julio. Entre ellos estaban su hijo, Willie; su esposa, Mary, y la hija de ellos, Ella; también la Srta. Safa McEnterfer, a quien Elena escogió para que fuese con ella como compañera de viaje no sólo a través del país sino también a Europa. MV 236 3 Éste era su viaje 25° hacia la Costa Oeste o desde ella. El grupo paró brevemente en Battle Creek y South Lancaster. El viernes a las 10:00 de la mañana, después de escribir unas pocas horas, ella partió para Boston, donde ella y aquellos que viajaban con ella se embarcarían para Southampton, Inglaterra, Como el vapor Cephalonia iba a partir el sábado de tarde, el grupo fue a bordo el viernes de tarde como para tener todo acomodado antes del sábado. Ella mencionó que "casi logramos esto". Su camarote era suficientemente grande como para que el grupo se reuniese allí para el culto del viernes de noche. Ella informó: "Todos participan. El Señor parece muy cercano, y me siento serena y tranquila" (Ibíd.). MV 236 4 El viaje a través del Atlántico llevó más de una semana. La mayor parte fue agradable, pero encontraron una tormenta, seguida por tiempo brumoso. Elena de White pudo escribir bastante, artículos y cartas, con la ayuda de Mary y Sara McEnterfer. Ella indicó: "Usamos el calígrafo [máquina de escribir] con buen resultado" (Ibíd.). DOS SEMANAS EN INGLATERRA MV 236 5 En Liverpool los recibió George Drew, quien los acompañó a Grimsby, la ciudad en la que estaban ubicadas las oficinas centrales de la misión. El jueves fueron a la playa, pero al encontrarla fría y ventosa, la Sra. White se sintió contenta de regresar al lugar donde estaban alojados. MV 236 6 Elena pasó dos semanas en Inglaterra, el primer sábado en Grimsby. Informó lo siguiente en cuanto a las actividades de este día: MV 236 7 El sábado de tarde, cuando el pequeño grupo de observadores del sábado se reunió para adorar, el salón estaba lleno y algunos se sentaron en el pasillo. Siempre he sentido una gran solemnidad al dirigirme a auditorios muy numerosos, y he tratado de colocarme enteramente bajo la dirección del Salvador. Pero tuve una sensación aún más solemne, si fuera posible, al estar ante esta pequeña compañía, la cual, enfrentando obstáculos, reproche y pérdidas, se había apartado de la multitud que estaba anulando la ley de Dios, y había dirigido sus pies por el camino de sus mandamientos (HS, p. 162). MV 237 1 El domingo de mañana ella se encontró nuevamente con los creyentes, y a la noche habló en la municipalidad a un auditorio de unas 1.200 personas. Cada asiento estaba ocupado y algunas personas estuvieron de pie. El Coro Premiado de la Unión de Temperancia, de 50 voces, cantó siete números: tres al comienzo, dos al final, y dos después de la bendición. El tema del discurso de la Sra. White fue "El Amor de Dios". Ella pasó una semana ocupada hablando en diferentes lugares y visitando sitios de interés en Londres y las ciudades cercanas; luego el viernes tomó el tren para Southampton y fue a la casa de J. H. Durland. Esa noche habló a una pequeña compañía de creyentes, y el sábado tuvo dos reuniones. MV 237 2 El domingo de noche habló a 1.000 personas en un salón alquilado. La prensa pública le pidió que escribiese el discurso para su publicación, y ella dedicó los dos días siguientes en Londres a la preparación del texto. El miércoles tomaron el tren hacia el barco en el canal y de ese modo se pusieron en camino a Basilea, Suiza. HACIA BASILEA, SUIZA MV 237 3 Cruzar el Canal de la Mancha por barco es a menudo una experiencia desagradable, y así ocurrió el miércoles 2 de septiembre. Sin embargo, aunque muchos estaban mareados, Elena de White informó que ella no se descompuso para nada. Pero "estábamos contentos después de una hora y media de viaje por desembarcar en Calais" (MS 16a, 1885). Allí fueron recibidos por el Sr. Brown, un colportor en la ciudad. MV 237 4 Conseguir un camarote dormitorio en el tren a Basilea habría costado $ 11 por persona, de modo que decidieron pasar una noche incómoda y ahorrar los dólares. Ella informó así sobre esa experiencia: MV 237 5 Me hicieron una cama entre los asientos encima de los bolsos y las cajas tipo telescopio. Descansé algo, pero dormí poco. El resto probó su suerte en los asientos. No lamentamos que pasara la noche (Ibíd.). MV 237 6 Amanecía cuando entraban en Basilea. En la estación del tren fueron recibidos por B. L. Whitney, presidente de la Misión Suiza, acompañado por R. F. Andrews y Albert Vuilleumier. Tomando un coche de alquiler, fueron a la casa publicadora en la esquina de Weiherweg y Rudolphstrasse. Allí fueron saludados por A. C. Bourdeau y presentados a un grupo bien numeroso que había esperado su arribo (Ibíd.). MV 237 7 Cuando entraban al edificio, Whitney le dijo a Elena: "Mire nuestro salón de reuniones antes de ir a los pisos superiores". Observando todos los rasgos del amplio salón, ella dijo: "Es un buen salón de reuniones. Creo que he visto antes este lugar". Entró en la oficina que estaba enfrente del salón para darle una breve mirada y luego la llevaron al salón de prensas, justo debajo de la planta baja. La prensa estaba andando, y ella dijo: "He visto esta prensa antes. Este lugar me resulta muy familiar". MV 238 1 Dos jóvenes estaban trabajando y fueron presentados a Elena. Ella les estrechó la mano y [luego] preguntó: "¿Dónde está el otro?" MV 238 2 "¿Qué otro?", preguntó Whitney. MV 238 3 "Aquí hay un hombre de más edad --replicó ella--, y tengo un mensaje para él". MV 238 4 Whitney explicó que el capataz de la sala de prensas estaba en la ciudad haciendo diligencias (NB, pp. 310-311). Diez años antes, en Battle Creek, el 3 de enero de 1875, Elena de White recibió una visión en la que se le mostró la casa publicadora y al capataz de la sala de prensas. Obvio es decirlo, esta experiencia infundió valor al corazón de Whitney y sus asociados involucrados en la obra en Basilea. ORGANIZACIÓN DE LA OBRA EN EUROPA MV 238 5 Fue en Suiza donde J. N. Andrews había comenzado su obra en 1874 y empezó a publicar mientras estaba aprendiendo el idioma francés. Él murió en Basilea y fue enterrado allí en 1883. MV 238 6 A fines de la década de 1870 publicaciones procedentes de los Estados Unidos llegaron a los países del norte de Europa. En diferentes lugares la mente de las personas fue dirigida, de una manera u otra, a la verdad del sábado, y se enviaron obreros para incrementar la obra de Andrews. Los intereses de la iglesia se extendieron a Francia, Alemania, Italia y Rumania, y surgieron grupos de creyentes en esos lugares. Con pasos mínimos en materia de organización se desarrolló lo que llegó a conocerse como la Misión Europea Central. El trabajo que había comenzado en Noruega, Dinamarca y Suecia culminó más bien rápidamente en lo que se designó como las asociaciones de Noruega y Dinamarca. En Inglaterra la obra fue conocida como la Misión Británica. MV 238 7 En una reunión en Suiza a la que asistió S. N. Haskell en 1882, las diversas unidades emergentes fueron unidas en una organización central conocida como el Concilio Misionero Europeo. Cada una de las organizaciones locales estaba administrada por un comité; el presidente de cada uno era un miembro ex oficio del Concilio Misionero Europeo, que se reunía anualmente. MV 238 8 En 1884 George I. Butler asistió a la segunda reunión anual del Concilio Misionero Europeo, realizada en Basilea. En esa oportunidad, la Misión Europea Central, la más grande y fuerte de las cuatro organizaciones locales en Europa y que estaba organizada sin mayor cohesión, llegó a ser la Asociación Suiza. Los planes organizacionales fueron perfeccionados, y se tomó la decisión de construir una casa publicadora en Basilea. MV 239 1 La casa publicadora, completada recientemente, estaba hecha de piedra y tenía tres niveles. En el subsótano estaban el homo y dos motores a gas que proveían la fuerza motriz para las prensas. El siguiente nivel, la planta baja, proveía espacio para las prensas, la encuademación, la fundición de los tipos, espacio para el depósito del papel, y algo de espacio de depósito para las familias que vivían arriba. En el piso principal, a la derecha, estaba el salón de reuniones, con una capacidad para 300 personas sentadas; la otra mitad era para las oficinas administrativas y las salas para doblar los materiales y para despachar la correspondencia. MV 239 2 La composición se hacía en el segundo piso; también aquí estaban las oficinas para los redactores, los traductores y los lectores de pruebas, A la izquierda había algunas habitaciones para familias. El tercer piso estaba enteramente dedicado a departamentos donde se vivía. MV 239 3 Después de saludar a muchos de los obreros, Elena de White fue escoltada hasta el ascensor hidráulico y llevada al tercer piso, donde los Wbitney tenían un departamento, para tomar un desayuno y descansar. Poco después se le mostró cuál iba a ser su departamento, cerca del que ocuparía la familia de W. C. White. Los mismos, aparentemente, estaban en el lado sur del edificio y tenían la ventaja de estar expuestos al sol invernal. MV 239 4 Ella no lo sabía entonces, pero éste sería el lugar que llamaría "mi hogar" por los próximos dos años, un lugar para descansar entre los viajes a Escandinavia, Italia y Alemania; un lugar para escribir y para recuperar fuerzas. MV 239 5 Elena de White y su hijo estuvieron presentes en las primeras reuniones generales a celebrarse en la capilla de la casa publicadora; primero la Asociación Suiza, programada para reunirse en sesión del 10 al 14 de septiembre, y luego el Concilio Misionero Europeo, a inaugurarse el 14 de septiembre. MV 239 6 La Asociación Suiza tenía 224 miembros agrupados en 10 iglesias, y 39 observadores del sábado adicionales que se reunían en grupos. Los miembros eran atendidos por un ministro ordenado y siete ministros licenciados. Había 251 miembros de la escuela sabática, registrados en 11 escuelas sabáticas. MV 239 7 La Sra. White escribió lo siguiente en cuanto a la sesión que se inició el jueves de noche, 10 de septiembre: MV 239 8 La asistencia a la conferencia consistió mayormente de hermanos suizos y de representantes de Alemania, Francia, Italia y Rumania. Estuvieron reunidos casi 200 hermanos y hermanas; y casi nunca se ve un grupo de personas de aspecto más inteligente y noble. Aunque procedentes de diferentes naciones, fuimos acercados a Dios y los unos a los otros al fijar nuestros ojos en un objeto, Jesucristo. Éramos uno en fe y uno en nuestros esfuerzos para hacer la voluntad de Dios. La influencia del Evangelio es para unir al pueblo de Dios en una gran hermandad (RH, 3 de noviembre, 1885). MV 240 1 Por supuesto, no rodos en la asamblea podían conversar en el mismo idioma. Se dividió a la congregación en tres grupos, de acuerdo con el idioma que entendían. Estaban sentados en diferentes partes del salón: los que hablaban francés, alemán o inglés. MV 240 2 El viernes de tarde le tocó hablar a Elena de White, y ella se sorprendió ante el gran número allí reunido. Era una experiencia nueva tenerla con ellos, y la gente no quería perderse una palabra. Su mensaje fue interpretado por dos traductores, uno que hablaba francés y el otro alemán. Pero con la audiencia dividida en grupos, se ahorró tiempo al hablar los traductores simultáneamente a sus respectivos grupos. Ella pronto descubrió que este método de dirigirse a los asistentes era menos cansador que su manera habitual de hablar continuamente, porque tenía más tiempo para pensar en la construcción de la siguiente frase que diría (Ibíd.). MV 240 3 Ella habló nuevamente el domingo de tarde durante una media hora sobre la obra misionera, y de nuevo temprano en la tarde del lunes, esta vez sobre la necesidad de cultivar el amor y la cortesía cristiana y de ser tolerantes los unos con los otros (MS 16a, 1885). MV 240 4 Tras su mensaje más de 12 personas fueron bautizadas, usando por primera vez el nuevo bautisterio en el salón de reuniones. Luego se unieron en la celebración de la Cena del Señor. UNA MINIASOCIACIÓN GENERAL MV 240 5 La tercera sesión del Concilio Europeo de las Misiones Adventistas del Séptimo Día se inició el martes de mañana, 15 de septiembre de 1885, en Basilea, Suiza. Estaban presentes veinte delegados de la Misión Central Europea, siete de la Misión Británica, seis de los países escandinavos, y tres representantes de Norteamérica. Se unieron a los delegados un número sustancial de laicos que venían mayormente de Suiza, pero también unos pocos de otros países. La reunión, que W. C. White describió como "una Asociación General en miniatura", iba a reunirse por una semana, pero cuando el trabajo comenzó, se extendió a dos semanas completas. Hubo tiempo para renovación espiritual, tiempo para aprendizaje, y tiempo para una planificación constructiva de la obra de Dios en campos nuevos y variados. Elena de White dividió su tiempo entre la tarea de escribir y una labor pública diligente, como era generalmente el caso en una reunión de esta clase. MV 240 6 El programa diario del concilio contenía la mayoría de los mismos aspectos que caracterizaban a una sesión de la Asociación General. B. L. Whitney actuó como presidente y nombró los comités. La Sra. White fue la oradora devocional a las 5:30 de la mañana del miércoles. Esa fue su primera reunión con los obreros que habían venido especialmente para el concilio. Encaminó sus comentarios a la necesidad de cultivar el amor y el afecto mutuos. UN CONCILIO PROVECHOSO MV 241 1 En la reunión administrativa de las 9:00, W. C. White habló sobre cómo usar en la forma más provechosa el tiempo que estarían juntos. Sugirió que durante el concilio se celebrase un Instituto Bíblico, dedicado a leer trozos de la Biblia y a investigar temas bíblicos difíciles. Estudios bíblicos preparados en Norteamérica podían revisarse y traducirse al francés, alemán y danés-noruego, y servir como base de su trabajo. Sugirió también que pudiera tenerse una clase de inglés. MV 241 2 De esa manera se montó el escenario para un concilio muy provechoso, con informes diarios de varios campos de labor, sesiones administrativas, y períodos diarios dedicados al estudio de la Biblia y del idioma inglés. MV 241 3 Los temas a los que se les dedicó atención especial durante las dos semanas incluyeron los siguientes: Uso evangelizador de las publicaciones; el impulso del evangelismo público; uso de carpas; problemas únicos de Europa: ¿prestar servicio en el ejército?, ¿prestar servicio en el ejército en el día sábado?, asistencia escolar obligatoria de niños adventistas en sábado. MV 241 4 Daniel Bourdeau presentó una proposición potencialmente explosiva. El diario de Elena de White da el cuadro: MV 241 5 Daniel entonces presentó sus planes para que no se animase a Francia e Italia a unirse con Suiza, sino que formasen una Asociación separada y usasen sus medios entre ellos para levantar su propia Asociación. Yo me opuse a esto seriamente, porque la influencia sería mala. No conduciría a la unión y a la armonía en el trabajo, sino a intereses separados, y ellos no trabajarían por esa unidad que el Señor demanda (Ibíd.). MV 241 6 Bourdeau argüyó que cada uno de los grupos nacionales tenía celos y un espíritu independiente, y que por lo tanto se resentirían de ser una parte de la Asociación Suiza. La Sra. White sugirió que ésta era una razón fuerte para que cada grupo aprendiese a llevarse bien con otras nacionalidades. Cuando le informó lo ocurrido al presidente de la Asociación General, ella dijo: MV 241 7 Le dije al Hno. Daniel que esto no estaría de acuerdo con la voluntad de Dios... La verdad es una. Requerirá gente de Francia e Italia y, mezclándolos con otros elementos, los suavizará y refinará a través de la verdad (Carta 23,1885). MV 241 8 Ella señaló que la causa estaba todavía en su infancia en los países europeos y que el resultado de seguir esta sugerencia sería debilitar la iglesia. Ante el desacuerdo, Bourdeau se acaloró y declaró que había sido objeto de abusos mientras trabajaba en la causa, y citó ejemplos. Elena de White salió de la sala. Cuando escribió la siguiente vez en su diario, declaró: "No aprobaré ningún espíritu de esa índole" (MS 16a, 1885). MV 242 1 Daniel Bordeau había aceptado el mensaje del tercer ángel a los 22 años. Poco después de su conversión había recibido una fuerte evidencia del llamado y el trabajo de Elena de White, porque el 28 de junio de 1857 la había visto en visión. Más tarde declaró: "Desde que presencié ese maravilloso fenómeno, ni una vez me he sentido inclinado a dudar" (en MR, p. 24). Pero cuando el testimonio de Elena de White tocó su vida, el casi tambaleó. En la Review and Herald del 10 de noviembre de 1885 informó en cuanto a su experiencia de victoria. Inició su informe con palabras que reflejaban su actitud: MV 242 2 Este concilio se encuentra entre las reuniones preciosas del pasado. De todas las reuniones generales de nuestro pueblo a las que he asistido en 29 años, pienso que ninguna como ésta podría ser declarada un éxito en forma más correcta, en cada sentido de la palabra. Durante todo su transcurso prevalecieron el amor cristiano y la unidad. Hubo una maravillosa fusión de nacionalidades; aparentemente todos parecen sentir que la causa era una, que nuestro blanco era uno, y que debemos impulsar el trabajo hacia adelante en forma unida hacia una victoria segura. MV 242 3 Luego se refirió al asunto que le afectó de cerca en su lucha personal para entender los consejos del espíritu de profecía: MV 242 4 Las labores de la Hna. White y de su hijo, el pastor W. C. White, fueron altamente apreciadas en esta reunión general... MV 242 5 ¡Cuán interesante y maravilloso fue oír a la Hna. White delinear correctamente las peculiaridades de los diferentes campos que ella había visto sólo en la manera en que el Señor se los había mostrado, y de qué modo deberían relacionarse con ellos; oírla describir caso tras caso de personas a quienes nunca había visto con su visión natural, y señalar sus errores o mostrar relaciones importantes que ellas tenían con la causa, y cómo deberían vincularse con ella para servir mejor a sus intereses! MV 242 6 Como yo tuve una oportunidad amplia para poner a prueba el asunto, habiendo estado en el terreno y sabiendo que nadie le había informado a la Hna. White de estas cosas, mientras yo servía como intérprete, no pude menos que exclamar: "Es suficiente. No deseo una evidencia adicional de su autenticidad". UNA VISITA A ESCANDINAVA MV 242 7 Los meses del verano, en vez del comienzo del invierno, habrían sido más favorables para visitar los países del norte de Europa, donde la obra de la iglesia se estaba desarrollando muy bien. Pero había cierta inccrtidumbre sobre cuán pron to Elena de White regresaría a Norteamérica. De modo que se pensó que el curso más seguro era que ella visitase las principales iglesias en Escandinavia en la oportunidad más próxima. MV 243 1 El 6 de octubre, justo una semana después que terminó el concilio, el grupo de cuatro partió de Basilea: la Sra. White, W. C. White, Sara McEnterfer y Cecile Dahl. Cecile era de Cristianía (Oslo), Noruega, y serviría como guía e intérprete. Fue un viaje nocturno a Frankfurt, Alemania, y luego a Hamburgo. En Kiel, sobre el Mar Báltico, tomaron el ferry a Dinamarca. Elena de White encontró que este viaje por los países nórdicos fue una experiencia interesante. VISITA A DINAMARCA MV 243 2 J. G. Matteson los recibió el jueves de mañana en Copenhague. Llevó a los viajeros a su casa y los guió por las escaleras hasta el sexto piso, hasta el departamento ocupado por su familia. Si bien en cierto modo fue una lucha llegar al departamento, una vez que la Sra. White lo encontró, pudo contemplar una vista fascinante. MV 243 3 Los adventistas en Copenhague adoraban en un pequeño salón en el cuarto piso de un edificio no lejos del departamento de Matteson. El viernes de noche Elena de White habló a unas 35 personas que se reunieron allí. Una tercera parte de ellos constituía el grupo de la iglesia local; los otros procedían de iglesias adyacentes. Su tema fue "La Parábola de la Higuera". Encontró que el salón estaba húmedo y frío, pero el sábado de mañana ella volvió. Aunque sufriendo de algunos dientes que habían sido tratados impropiamente, problema acentuado por el frío y la humedad del edificio, habló al salón bien lleno sobre el tema de "La Vid Verdadera". MV 243 4 En Dinamarca era difícil conseguir salones donde pudieran celebrarse reuniones religiosas, pero se consiguió uno, una sala en un sótano capaz de dar cabida a 200 personas sentadas, pero equipado sólo para la mitad de ese número. Se realizaron las reuniones cada noche durante toda la semana. MV 243 5 Elena de White habló cinco veces mientras estuvo en Copenhague, y luego el grupo de obreros viajeros partió en barco a Suecia. UNA VISITA A SUECIA MV 243 6 "Partimos de Copenhague esta mañana", escribió Elena en su diario del jueves 15 de octubre, en el vapor para Malmö, Suecia. Un viaje de una noche por tren los llevó a Estocolmo, donde fueron recibidos por un Hno. Norlin, quien llevó al grupo de obreros a su casa. La Sra. White escribió sobre él como alguien que, en circunstancias humildes, estaba tratando fervientemente de esparcir el conocimiento de la verdad, trabajando como colportor: MV 243 7 Cargando al hombro su mochila, provisto de nuestros libros y periódicos, va a pie de lugar en lugar, a menudo viajando muchos kilómetros por día. Sus ganancias han sido muy pequeñas... De uno de los libros grandes, encuadernados [importados desde Norteamérica], recibía apenas cinco centavos por copia, y de algunos de los otros libros sólo tres centavos. Sobre aquellas obras publicadas en nuestra oficina en Cristianía recibía un descuento de un tercio... MV 244 1 La esposa del Hno. Norlin es una trabajadora diligente, que limpia casas, lava, o hace cualquier otra clase de trabajo duro mediante el cual pueda ayudar a ganar el sustento. Viven en una manera muy económica, ocupando un cuarto de buen tamaño en un cuarto piso, con el uso de una cocina pequeña con otra familia (HS, p. 189). MV 244 2 Después de señalar que esto es una muestra de cómo ha tenido que hacerse el trabajo en Dinamarca, Suecia y Noruega, ella declaró: MV 244 3 Aquellos que están así viajando a pie y llevando los libros y periódicos en sus sacos de cuero, están ocupados aparentemente en una obra humilde; pero no debieran sentir que esto es en ningún sentido degradante. Fue en una manera humilde que Cristo trabajó cuando estuvo en la tierra; fue a pie de lugar en lugar enseñando mientras caminaba. Aquellos que están esparciendo el conocimiento de la verdad, están esparciendo una luz preciosa que algunas almas aceptarán. En el reino de Dios se verá el fruto de sus labores (Ibíd.). MV 244 4 Mientras estuvieron en Estocolmo, Elena y Sara estuvieron hospedadas en la casa de una Hna. Johanneson, que había vivido en los Estados Unidos y que podía hablar inglés muy bien. Era un hogar confortable, calentado por altas estufas de barro cocido que llegaban casi hasta el cielo raso. Elena disfrutó y apreció mucho la comodidad que se les proveyó. MV 244 5 El grupo de obreros estuvo en Estocolmo desde el viernes hasta el miércoles de mañana, 21 de octubre, con reuniones el viernes de noche, el sábado de mañana, y luego el domingo y el lunes por la noche. De la reunión del sábado de mañana celebrada en un pequeño salón público, Elena hizo mención especial en su diario: "Consideramos que éste ha sido un día bueno. El Señor me fortaleció para que hable a su pueblo con claridad y poder". MV 244 6 La visita a Suecia incluyó unos pocos días en Grythyttehed, 240 kilómetros (150 millas) al noroeste de Estocolmo, y luego a Örebro, encontrándose con grupos de creyentes en cada lugar. En la imaginación ella revivió los días de la Reforma, y luego la predicación del mensaje adventista en Suecia en 1842 y 1843, cuando la boca de aquellos que proclamarían el mensaje fue cerrada por las autoridades. En estas circunstancias el poder de Dios descendió sobre varios niños, quienes proclamaron el mensaje y exhortaron a la gente a alistarse. CRISTIANÍA, NORUEGA MV 245 1 El último de los países nórdicos que había que visitar antes que se hiciese demasiado tarde en la estación, era Noruega. Llegaron a Cristianía (Oslo) el viernes de mañana, 30 de octubre, y fueron llevados a la casa de A. B. Oyen, el ministro enviado desde Battle Creek a Noruega para traducir los libros de Elena G. de White. Fue un alivio para la Sra. White residir en la casa de amigos de habla inglesa. Para no ser mal entendida, ella se apresuró a registrar en su diario que "aunque fuimos bienvenidos y tratados con todo esmero por nuestros hermanos y hermanas daneses y suecos, todo el tiempo nos sentíamos incapacitados porque no podíamos conversar juntos, y de ese modo era imposible hacerles todo el bien que tanto deseábamos hacerles" (MS 27, 1885). MV 245 2 La iglesia tenía una feligresía de 120 miembros, pero asistieron 200 al servicio del sábado de mañana, y 100 estuvieron presentes el sábado de tarde para el rito de la Santa Cena (HS, p. 207). MV 245 3 Se pasaron dos semanas completas en Noruega, lo que cubrió tres sábados. Excepto para cumplir con un compromiso de predicación en Drammen, todo el tiempo fue dedicado a los intereses de la iglesia en Cristianía, la ciudad principal. Aquí estaba en construcción una nueva casa publicadora, un edificio grande que, como en Suiza, no sólo proveería espacio para los intereses de las publicaciones sino también un buen salón de reuniones y viviendas para algunos de los obreros. MV 245 4 Después que Elena de White hubo estado por una semana en Cristianía había obtenido una idea de la situación general. Comprendió la necesidad de estos hermanos y hermanas de recibir consejo sobre las altas normas que Dios espera que su pueblo [practique], particularmente respecto a la observancia del sábado. MV 245 5 Ella se explayó sobre la cuestión del sábado. "Es la prueba de Dios", declaró. MV 245 6 No es una prueba hecha por el hombre. Ésta debe ser la línea demarcatoria para distinguir al que es leal y fiel, al que sirve a Dios del que no le sirve (MS 27, 1885). MV 245 7 Ella estaba preocupada porque los profesos creyentes estaban enviando a sus hijos a la escuela pública en sábado. "No fueron obligados a hacer esto, pero [lo hicieron] porque las escuelas objetaron tomar a sus hijos a menos que asistan los seis días de la semana" (Ibíd.). Si no pudieran arreglar este asunto con las autoridades escolares, entonces habría sólo un camino: "observar estrictamente el día de reposo del cuarto mandamiento", lo que puede requerir a los Adventistas del Séptimo Día que establezcan escuelas entre ellos. MV 245 8 Ella tuvo la oportunidad de examinar algunas de estas cosas en Cristianía con un constructor llamado Hansen, un miembro prominente e influyente pero con ideas más bien descuidadas sobre la observancia del sábado. Elena describió la visita como agradable y provechosa. Hablaron sobre la reforma pro salud, y ella relató su experiencia en el surgimiento y desarrollo de la obra de la iglesia. MV 246 1 Cuando llegó al último fin de semana ella sabía que era un momento crucial, porque sus testimonios directos durante la semana habían exhortado a escudriñar el corazón y hacer una reforma. MV 246 2 Durante la semana había escrito un testimonio de 16 páginas dirigido a la iglesia de Cristianía. A. B. Oyen había traducido una buena parte de él. El sábado de tarde leyó a la iglesia la porción traducida. MV 246 3 El interés y la preocupación de Elena de White se detectan fácilmente en su informe a su hijo: MV 246 4 No hubo tiempo para que se presentasen muchos testimonios después [de la lectura hecha por A. B. Oyen]. El Hno. Hansen no respondió, pero envió un recado diciendo que estaría complacido en llevarme a recorrer la ciudad el domingo de mañana, y yo contesté que me encantaría ir. MV 246 5 Tuvo hacia mí todas las atenciones posibles y yo me ingenié para conducir la conversación nuevamente a la debatida cuestión del sábado. Él dijo que se proponía encontrar la oportunidad para cambiar su posición tan pronto como pudiese, y tuvimos un momento social muy agradable. Él se sentó en el carruaje en el lugar donde generalmente se sienta Sara. Annie se sentó a su lado para traducir Él dijo que si yo le prometía venir la próxima primavera, él haría esfuerzos extra para aprender a hablar y entender inglés. Yo le dije que pensaba que sin duda vendría (Carta 35, 1885). MV 246 6 La última reunión de Elena en Cristianía se celebró ese domingo de tarde a las 3:00 en el salón de los Buenos Templarios [miembros de cierta orden masónica], donde ella se había reunido con la iglesia los sábados y por las noches. MV 246 7 Cuando ella terminó el servicio, se despidió de la gente, y pensó en irse inadvertida mientras la congregación estaba cantando, para ir al carruaje que vio que la estaba esperando: MV 246 8 Pero no me iba a escapar tan fácilmente. La gente se precipitó hacia mí y uno y otro me tomó la mano, me la besó, y mientras corrían lágrimas por sus mejillas me dijeron cuánto bien les habían hecho mis mensajes. Me tomaron la mano tan firme y afectuosamente que no pude retirarla fácilmente, mientras que otros estaban esperando para darme la mano. El carruaje estaba rodeado. Sencillamente teníamos que esperar, y luego me sentí tan apenada que no había esperado adentro de la casa y estrechado la mano a cada uno de ellos... MV 246 9 Esta última reunión nos dejó a casi todos un muy buen sentimiento, y estoy inclinada a pensar que se ha hecho todo lo que podía hacerse en esta visita (Ibíd.). MV 246 10 A las 6:30 de la mañana siguiente --mucho antes que saliera el sol-- ella partió por tren. Un gran número de creyentes, incluyendo al Hno. y a la Hna. Hansen, estaban allí para despedirse de ella. VIAJE DE REGRESO A SUIZA MV 247 1 Tomaron el tren rumbo al sur, en ruta a Gothenburg, Suecia. Cuando aclaró, a eso de las 9:00, disfrutó de lo que ella denominó "el paisaje romántico". El viaje en el ferry file tempestuoso, seis horas a Frederickshaven, Dinamarca (HS, p. 221); luego por tren al sur hasta Alemania y a través de Alemania hasta Basilea. De regreso en casa, en Basilea, ella resumió algunos hechos sobre la gira: MV 247 2 Llegamos a Basilea [el jueves] 19 de noviembre, habiendo ocupado cuatro días nuestro viaje hacia casa. Estuvimos ausentes seis semanas en esta gira escandinava, y viajamos más de 4.000 kilómetros (2.500 millas)... Doquiera fuimos, nuestro pueblo expresó cálidamente su gratitud por la ayuda que les habíamos enviado y el interés manifestado en su favor por los hermanos de los Estados Unidos (Id., p. 225). LA VISITA A ITALIA MV 247 3 Elena de White estaba cansada y desgastada y habría aceptado con gusto unas pocas semanas de descanso, pero se encontró inmediatamente involucrada en planes para otro viaje, esta vez a Italia. MV 247 4 Había algunos problemas en Italia. B. L. Whitney, presidente de la Misión Europea Central, sugirió que ella lo acompañase a Torre Pellice para levantar el espíritu de los pocos creyentes, desanimados, que estaban allí. "Cansada y desgastada por las arduas labores de nuestro viaje al norte --escribió ella--, gozosamente habría descansado unas pocas semanas en nuestro hogar en Basilea" (Id., p. 226). Pero se hicieron arreglos para empezar a viajar nuevamente el próximo jueves, menos de una semana después de haber llegado a casa. MV 247 5 El jueves de mañana, 26 de noviembre, el día de su 58° cumpleaños, Elena de White subió al tren para Torre Pellice acompañada por Mary White y Whitney. A. C. Bourdeau acababa de ubicarse allí con su familia. Elena declaró que el propósito de su visita era "animar al pequeño grupo allí que est aba esforzándose para obedecer a Dios bajo grandes dificultades" (Id., p. 231). Los creyentes estaban enfrentando oposición sobre la cuestión del séptimo día, el día de reposo, por alguien que hacía pocos meses lo había aceptado pero que ahora era un enconado oponente. Elena de White presentó el cuadro del comienzo de su trabajo en Torre Pellice: MV 247 6 Al día siguiente, sábado, hablé a los hermanos y hermanas en el salón alquilado en el que ellos celebrab¡m sus reuniones de sábado regulares. Debido a una demora en anunciarse esta cita, pocos, fuera de nuestra propia gente, estaban presentes. Pero sentí el mismo interés en hablar a los pocos que el que habría sentido en dirigirme a centenares. Escogiendo como mi texto Isaías 56:1-7, traté de grabar en ellos la importancia de obedecer a Dios y caminar en la luz, a pesar de tas opiniones o el curso seguido por el mundo (Ibíd.). MV 248 1 Ella señaló que en algunas mentes podría surgir la pregunta de por qué los observadores del mandamiento están separados del mundo en pequeños grupos, y ella contestó: "No es porque elijamos diferir de quienes nos rodean, sino porque vemos la necesidad de obedecer todos los requerimientos de Dios" (Ibíd..). MV 248 2 Un objetivo secundario de su visita a Italia era ver los valles valdenses. Durante la semana ella visitó diferentes lugares, yendo en un carruaje a puntos cercanos de especial interés. Cuando el carruaje no podía ir más lejos, varias veces ella ascendió los cerros para ver puntos de interés histórico relacionados con la experiencia de los valdenses, cuando intentaron ocultarse de sus perseguidores, y donde muchos perdieron su vida. MV 248 3 Ahora estaban en el mismo corazón de los escondites valdenses. El corazón de Elena de White se emocionó mientras repasaba en su mente la historia de testigos de Dios, nobles y perseguidos. Algunos de los alrededores tenían un aspecto familiar para ella, porque en visión se le habían mostrado los afanes y persecuciones de los valdenses. MV 248 4 Mientras permanecía en la casa de los Bourdeau en Torre Pellice, se celebraron reuniones del concilio para estudiar la mejor manera de conducir la obra en Italia. "Seguimos pidiéndole al Señor --escribió ella-- que abra el camino para que la verdad encuentre acceso a los corazones de los que viven en estos valles". Bourdeau habló en el tercer sábado, dándole a Elena un poco de descanso, pero el domingo de tarde ella se dirigió a una audiencia atenta. Habló nuevamente el domingo de noche, su última reunión allí. MV 248 5 A las .4:30 de la mañana del martes 15 de diciembre, ella y sus compañeros estaban en la estación para tomar el tren de regreso a Turín. MV 248 6 Para el fin de semana ella y Mary estaban en casa. Ella habló a los creyentes el sábado de mañana en el salón de reuniones de la casa publicadora. Le estaba esperando mucha correspondencia, y ella retomó su trabajo sin tener planes urgentes de viaje en el horizonte. Ya había visitado los principales países de Europa en los que se estaba extendiendo el mensaje. Si ella iba a permanecer en Europa, esperaba progresar con su trabajo literario. MV 248 7 No se había determinado cuánto duraría su estadía en Europa. Estando viuda por cinco años, jextrañaba a Jaime y su consejo para hacer decisiones! Su hijo, W. C. White, le ayudaba mucho, pero en ese momento estaba ausente asistiendo al congreso de la Asociación General en Battle Creek, Michigan. MV 248 8 En cuanto a su situación en general, Elena de White le escribió a Willie el 22 de diciembre: MV 249 1 Puedo decirte que encuentro abundancia de trabajo que me sigue llegando fácilmente a la mano y no veo un lugar para descansar, ni siquiera en Europa. Pienso que compraré un caballo y un carruaje para andar diariamente. No encuentro satisfacción en los viajes hechos con los cocheros de alquiler (Carta 38,1885). MV 249 2 Al cabo de un mes había hecho la compra, la que describió en una carta a J. D. Rise en California: MV 249 3 Ahora estoy bastante incapacitada a causa de la fractura del tobillo. Me lastimé hace cinco años en Battle Creek. A veces no puedo caminar sin un bastón. He tenido que comprarme un caballo y un carruaje; el costo de todo el equipo ha sido de algo más de $300. Todos consideraron que me era necesario porque seguramente vieron que no podía hacer ejercicio caminando (Carta 18, 1886). MV 249 4 Continuando su carta del 22 de diciembre a Willie, ella esc ribió lo siguiente: MV 249 5 Bien, ciertamente estoy trabajando más que en cualquier otro período de mi vida, y estoy agradecida porque el Señor me ha dado fuerza para trabajar... MV 249 6 Veo que nuestro trabajo aquí apenas ha comenzado; veo que hay tanto para hacer y yo estoy haciendo demasiado. Desearía poder hacer el trabajo de diez. Lo haría gozosamente. Pero sólo puedo hacer el trabajo de uno, y además soy pobre y frágilQuiera Dios mismo obrar (Carta 38, 1885). MV 249 7 "Con respecto a escribir en el futuro --comentó ella--, no sé. Debo escribir". Una tarea literaria importante que sé le presentaba era la ampliación del primero de los libros sobre el gran conflicto, The Spirit of Prophecy, tomo 1, el que trata de la mayor parte de la historia del Antiguo Testamento, un tomo que iba a convertirse en Patriarcas y profetas. Ella escribió: MV 249 8 Pienso que puedo hacerlo tan bien aquí en Europa como en Norteamérica. Sólo haz esos arreglos como te parezca. Si Marian está cansada y ha hecho sus planes para quedar, puedo enviar allá el material escrito, pero si tú crees que es aconsejable que ella venga, está bien (Ibíd.). MV 249 9 La familia ocupaba ahora cinco cuartos en el tercer piso de la casa publicadora e, Después de regresar de Escandinavia, Elena había descubierto que la casa publicadora sin calefacción era "fría como un granero", y necesitaba más muebles para hacerla confortable. Había admirado las estufas que había visto en Suecia, de modo que fue y seleccionó "una de esas estufas de barro cocido" como las "blancas en Suecia, pero ésta que compramos es de unos 2 metros (6 pies) de alto, y de un color marrón. Es una belleza por $20... Como te das cuen ta, estaremos aquí muy bien acomodados para el invierno" (Carta 37, 1885). MV 250 1 En esa misma carta ella escribió; MV 250 2 Los hermanos Whitney y Kellogg están verdadera y sinceramente haciendo todo lo que pueden por nosotros. El Hno. Kellogg se hospeda con nosotros. Parecen pensar que yo debo tener todo lo que necesito para que esté confortable. MV 250 3 Pero se ha gastado muy poco en muebles. Cosas que se han recogido y prestado nos han equipado con tres buenos armazones para las camas y colchones. Ambas piezas tienen alfombra que no las cubren enteramente, pero que satisfacen todos los propósitos (Ibíd.). MV 250 4 Durante los meses de invierno y de la primavera de 1886, Elena dedicó sus energías a escribir, con viajes ocasionales de fin de semana a iglesias cercanas en Suiza. Además de su trabajo casi constante de escribir cartas, su primer trabajo literario era implementar la resolución, aprobada durante los últimos días del Concilio Misionero Europeo, que pedía la publicación en inglés de un "informe de las misiones europeas, con el informe de las disertaciones matinales de la Hna. White y un boceto de su visita a las misiones" (ver HS, p. 118). Esto sería para informar y animar a los miembros en Norteamérica. MARIAN DAVIS SE UNE AL EQUIPO MV 250 5 Cuando W. C. White, a comienzos de febrero, regresó de la sesión de la Asociación General celebrada en Battle Creek, Michigan, trajo consigo a un buen grupo de obreros. Incluía al pastor L. R. Conradi y a su esposa, y a Marian Davis. He aquí lo que Elena comentó cuando recibió la noticia de que pronto estarían en Basilea: "Esto decide la cuestión de que permaneceremos en Europa durante la mejor parte del año 1886. Prepararemos libros aquí y los haremos publicar aquí" (Curta 94,1886). MV 250 6 Cuando llegó la primavera a Suiza, se estaban trazando planes para la obra en Europa. Elena de White escribió en una carta noriciosa: MV 250 7 Estamos ahora contemplando otro viaje a Italia. Debiéramos visitar otras iglesias; nos están llamando en voz alta. Nos están pidiendo que visitemos nuevamente Dinamarca, Suecia y Noruega. Estos lugares demandan mucho trabajo duro, y le temo, pero siento que debemos ir. Jesús no vivió para agradarse a sí mismo. No sé si nos alejaremos de aquí este invierno. Que el Señor nos dirija (Carta 11,1886). MV 250 8 Diez días más tarde, el jueves de mañana, 15 de abril. Elena, acompañada por Sara, Willie y Mary, abordaron el tren para Italia. El viernes estaban en Torre Pellice, nuevamente en la casa de A. C. Bourdeau (MS 62, 1886). MV 251 1 Pasaron seis semanas entre su regreso a Basilea y el momento cuando tenían que partir para la segunda ronda de visitas a los países escandinavos. Elena usó estas semanas en su trabajo literario y en visitas de fines de semana a las iglesias cercanas. SEGUNDO VIAJE MISIONERO DE ELENA DE WHITE MV 251 2 Éste no fue un viaje de placer para Elena. No estaba viajando como turista. Tenía trabajo para hacer. A pesar de circunstancias prohibitivas, ella decidió ir. Unos pocos meses antes de esto, había declarado: "Cuando debo [hacerlo], puedo hacer casi cualquier cosa" (Carta 95, 1886). Acudió al Señor, y él le ayudó. SUECIA MV 251 3 En la sesión de la Asociación Sueca, que se inició el 23 de junio de 1886, estuvieron presentes unos 65 miembros de iglesia procedentes de 10 iglesias. De ellos, 23 eran delegados enviados de 9 de las iglesias, representando una feligresía combinada de 250 miembros. Los ministros líderes presentes eran J. G. Matteson, O. A. Olsen y W. C. White. MV 251 4 Las reuniones del sábado y el domingo a cargo de la Sra. White fueron bien concurridas. Ella le presentó a la gente instrucción práctica sobre la verdadera santificación en contraste con una experiencia espuria, desprovista de la cruz, en la que se pretende la perfección pero se está lejos de haberla alcanzado. Al término de la reunión general ella había hablado once veces en diez días. MV 251 5 "Pienso que la obra aquí está marchando bien --le escribió a Mary, de vuelta en Basilea--, y me he sentido mucho mejor de salud que por meses en el pasado... Los hermanos están muy animados. Es una buena reunión y todo avanza armoniosamente... Te digo, las cosas parecen muy diferentes que cuando estuvimos aquí el otoño pasado. Hay un buen salón, buenos asientos para acomodar a la gente, y si Jesús fuera a trabajar con nuestros esfuerzos, ciertamente estaremos animados y él también" (Carta 38b, 1886). NORUEGA, CRISTIANÍA MV 251 6 Antes de salir de los Estados Unidos, se le había mostrado a Elena de White la norma baja de piedad que había en la iglesia de Cristianía, y puesto que había estado allí sólo ocho meses antes, estaba obligada a presentar testimonios directos. La respuesta fue positiva. MV 251 7 Cuando ella y Sara arribaron a Cristianía poco después de las 10:00 de la mañana del viernes 2 de julio, fueron recibidas en la estación y llevadas al edificio anterior de la casa publicadora, donde se arreglaron confortablemente dos habitaciones para ellas con una cocina. Elena se alegró que el Hno. Hansen, el destacado constructor adventista, la llamó poco después de su llegada. MV 252 8 Se la invitó a encargarse del servicio de la iglesia del sábado de mañana celebrado en la amplia capilla de la casa publicadora que acababa de construirse. El salón era de 13 metros (41 pies) por 17 (55 pies), con un cielo raso de 7 metros de altura (22 pies). La mayoría de los 175 adventistas en Noruega eran miembros de esta iglesia; los restantes estaban divididos entre dos congregaciones mucho más pequeñas (SDA Yearbook [1887], p. 94). MV 252 1 En algún momento de los varios días que Elena de White estuvo allí, tuvo la oportunidad de recorrer la casa publicadora, ahora instalada confortablemente en el nuevo edificio. Cuando se le mostraron los diversos departamentos, expresó gran gozo al pensar que con estas excelentes instalaciones podrían imprimirse rápidamente revistas y libros adecuados para el campo, y despachárselos para que cumpliesen su misión. Cuando llegó a la sala de prensas, se interesó en forma especial y declaró que había visto esa sala y las prensas años antes, sí, casi 12 años antes en la visión del 3 de enero de 1875, en Battle Creek, Michigan (ver NB, pp. 310-312). MV 252 2 Este era un tiempo de crisis para la iglesia en Noruega. Elena continuó su trabajo hasta el término de la sesión el martes de noche, pero habló nuevamente a la iglesia el jueves de noche antes de partir al día siguiente para Dinamarca: MV 252 3 Presenté ante la iglesia la necesidad de un cambio completo en sus caracteres antes de que Dios pudiera reconocerlos como sus hijos. Les insistí en cuanto a la necesidad de orden en la iglesia. Deben tener la mente que moró en Jesús a fin de conducirse rectamente en la iglesia de Dios. Les insistí en cuanto a la importancia de una observancia correcta del sábado... Si esta obra sigue adelante, entonces habrá un arrepentimiento sincero... Con esta reunión terminaron mis labores en Cristianía (MS 66, 1886). MV 252 4 Ella comentó: "El trabajo apenas ha comenzado en la iglesia". DINAMARCA MV 252 5 Debido a los vientos contrarios, el barco que llevaba a Elena de White y sus acompañantes no llegó a Copenhague hasta demasiado tarde para una reunión en sábado. Pero el domingo de tarde el salón estaba bien lleno, y muchos permanecieron de pie mientras prestaban buena atención al escuchar su mensaje. MV 252 6 En la reunión del lunes de mañana 24 personas estaban presentes. Era un tiempo de considerable desempleo en la ciudad, y los miembros de iglesia que tenían trabajo no se animaban a faltar a sus empleos. Ella dividió la semana en Dinamarca entre las reuniones con asistencia más bien pobre, su trabajo de escribir y hacer algunos paseos visitando lugares de interés. El lunes 26 de julio, con Sara McEnterfer y W. C. White, Elena regresó apresuradamente a Basilea. INGLATERRA MV 252 7 Después de pasar alrededor de un mes en la casa, ella partió de nuevo para asistir al Cuarto Concilio Misionero Europeo, a celebrarse en Great Grimsby, Inglaterra. MV 253 1 Aunque las sesiones administrativas del concilio no comenzarían sino hasta el lunes 27 de septiembre, se estaban celebrando reuniones bajo carpa en Great Grimsby, y Elena se dedicó de lleno al trabajo, con dos reuniones el sábado, 18 de septiembre, dos reuniones el domingo, y disertaciones para los obreros temprano por la mañana, el domingo y el martes. MV 253 2 La reunión del domingo de noche tuvo buena asistencia, con la carpa llena y una concurrencia excedente afuera que equivalía a la mitad de los que estaban adentro. La congregación prestaba cuidadosa atención, y ella habló con total desenvoltura (Carta 23a, 1886). MV 253 3 Muchos que vinieron durante la semana para asistir al concilio estuvieron allí para el sábado 25 de septiembre. Elena se dirigió a ellos a las 5:30 a.m. en un salón pequeño, pobremente ventilado, en las oficinas centrales de la misión. El aire viciado casi la paralizó. MV 253 4 La ventilación en los lugares escogidos para las reuniones era tan pobre que ella finalmente se enfermó. Sufrió de inflamación de la cabeza, el estómago y los pulmones. MV 253 5 Sara le dio tratamientos hidroterápicos, y ella comenzó a recuperarse. Pero aunque asistió a algunas de las reuniones del concilio, no habló nuevamente --ya sea durante la semana del concilio o en la semana siguiente-- mientras permaneció en Great Grimsby. Sin embargo, trabajó en entrevistas personales, escribiendo y dando consejo. MV 253 6 Las reuniones administrativas del Cuarto Concilio Misionero fueron enteramente de rutina, con informes procedentes de los diferentes campos de labor, resoluciones destinadas a mejorar el empuje evangelizador, y la elección de oficiales. FRANCIA MV 253 7 Elena de White estuvo en Londres un día o dos en camino a Francia, y con la salud mejorada, escribió varias cartas para B. L. Whitney para que las llevase consigo al viajar a la sesión de la Asociación General que comenzaría en Battle Creek el 18 de noviembre. Luego ella y Sara, su hijo y los Ings partieron para Nímes, Francia, donde se estaban celebrando reuniones bajo carpa. MV 253 8 D. T. Bourdeau había rentado una casa en Nímes. Armó una carpa evangelizadora allí y trabajó por unas pocas semanas con un grado razonable de éxito. Encontró alguna oposición, y algunos camorristas habían intentado interrumpir las reuniones, pero cuando Elena de White se unió al trabajo, la situación era totalmente estable. El sábado 16 de octubre, Ings habló en la reunión temprano por la mañana; su mensaje sobre la restauración del sábado fue bien recibido. La Sra. White habló en el servicio de adoración el sábado de mañana y nuevamente en la noche. Dieciséis personas estaban observando el sábado en Nímes (MS 70, 1886). Las reuniones que se realizaron durante las dos semanas que Elena y los Ings estuvieron allí fueron de carácter evangelizador --para la iglesia y para el público en general--, y Elena se encargó de las reuniones nocturnas en la carpa. Visitó algunos lugares de interés en esta gran ciudad, cuya historia era anterior al tiempo de la vida y el ministerio de Cristo en la tierra. MV 254 1 Como ésta era una serie de evangelización, predicó sermones Cristocéntricos, ganadores de almas. Y cada día ella pudo recorrer un poco el lugar, comprar algunas cosas, y como siempre, escribir, escribir, escribir: 100 páginas mientras estuvo en Nímes. EN VALENCE, FRANCIA MV 254 2 Los viajeros se detuvieron en Valence, Francia, para encontrarse con los pocos observadores del sábado que se reunieron para los dos servicios. Mientras estuvieron en Valence visitaron la catedral y vieron un busto del Papa Pío VI. "Éste es el Papa --escribió Elena-- especificado en la profecía, que recibió la herida mortal" (Ibíd.). Elena se interesó intensamente en la visita a la torre cercana, donde él había estado confinado y donde murió. TERCERA VISITA A ITALIA MV 254 3 Elena de White esperaba pasar dos semanas en Italia, pero cuando llegaron a Torre Pellice descubrieron que un hombre llamado Corcorda estaba tratando de neutralizar la obra que A. C. Bourdeau había acabado de hacer con la carpa evangelizadora; Corcorda consiguió sus municiones de Miles Grant, un cristiano adventista. Con la oposición temprana, en la primera visita de Elena a Italia, y repitiéndose ahora, parecía imposible lograr mucho. MV 254 4 Ella habló en Torre Pellice el sábado y en Villar Pellice el domingo. Sin embargo, después de permanecer allí unos pocos días, ella vio que podría lograrse poco. Ella y los Ings partieron hacia Basilea, donde estaban viviendo; pasaron dos semanas en su viaje y en el camino visitaron iglesias en Lausanne y Bienne, en Suiza. MV 254 5 Elena llegó a Basilea el martes 23 de noviembre. Había estado ausente por 10 semanas. Al darle el informe a G. I. Butler al día siguiente, ella escribió: MV 254 6 Por semanas he estado expuesta a neblina y lluvias y aire contaminado en los salones. He hablado en salones donde a veces hacía mucho calor y el aire era impuro, y luego he salido afuera para encontrarme con el aire frío y cortante de los lagos, y he tomado frío vez tras vez... Dentro de dos días, el 26 de este mes, cumpliré 59 años. Agradezco a mi Padre celestial por la fuerza que me ha dado para hacer más trabajo de lo que jamás había esperado hacer. Agradezco al Señor con el corazón, el alma y la voz. Estoy pensando que quizás no debemos sentimos obligados a permanecer aquí en Europa mucho más tiempo (Carta 115, 1886). ------------------------Capítulo 16--SESIÓN DE LA ASOCIACIÓN GENERAL DE 1888 ANTES DE 1888 MV 255 1 Elena de White no había podido asistir a la sesión de la Asociación General de 1886 porque todavía estaba en Europa, justamente concluyendo su tercera visita a Torre Pellico en Italia. Pero ella era consciente del interés que algunos de los hermanos dirigentes estaban teniendo en el libro de Gálatas. MV 255 2 "Esa conferencia [1886] --escribió ella a G. I. Butler-- me fue presentada en sesiones de la noche" (Carta 21,1888). MV 255 3 Los registros son escasos, pero el asunto de la ley en Gálatas fue discutido por un grupo de obreros destacados en ocasión de la sesión de la Asociación General en Battle Creek en 1886 (3MS, p. 189). En su carta a Butler ella dijo: MV 255 4 Mi guía tuvo entonces muchas cosas para decir que dejaron una impresión indeleble en mi mente. Sus palabras fueron solemnes y serias... MV 255 5 Él extendió sus brazos hacia el Dr. Waggoner y hacia usted, pastor Butler, y en esencia dijo lo siguiente: "Ninguno de los dos tiene toda la luz sobre la ley; ninguna de las dos posiciones es perfecta" (Carta 21, 1888). MV 255 6 En otra descripción de esta experiencia ella dijo cómo, estando en Europa, se le mostró qué ocurrió en Battle Creek en la sesión de la Asociación General de 1886: MV 255 7 Hace dos años Jesús fue afligido y herido en la persona de sus santos. El reproche de Dios recae sobre todo rasgo de dureza, descortesía y falta de amor compasivo del hermano hacia el hermano (MS 21, 1888). MV 255 8 En Gálatas 3:19 el apóstol Pablo escribió sobre "la ley" que fue "añadida", y en el versículo 24, del "ayo [tutor o guía] para llevamos a Cristo". Durante dos años había habido controversia entre los adventistas respecto a cuál ley se refería el apóstol. MV 255 9 Éste no era un nuevo tema de interés para los Adventistas del Séptimo Día. J. H. Waggoner, en su libro The Law of God: An Examination ojthe Testimony of Both Testamente (La ley de Dios: un examen del testimonio de ambos testamentos), publicado por la oficina de la Review en 1854, tomó la posición de que la "ley... añadida" del versículo 19 y el "ayo" del versículo 24 era la ley moral y no la ley ceremonial. Asumió la postura controversia! de que "ni una sola declaración" en Gálatas "se refería a la ley ceremonial o levítica" (p. 24). MV 256 1 Los oponentes al séptimo día como día de reposo comunmente usan frases del libro de Gálatas para respaldar su punto de vista de que la ley fue abolida en la cruz; frases como "maldición de la ley", "ayo para llevamos a Cristo", "yugo de esclavitud", etc. Al tratar de enfrentar este argumento, los primeros observadores del sábado explicaban que Pablo se estaba refiriendo a la ley ceremonial que fue cumplida [o llevada a su fin] en el momento cuando Cristo fue clavado en la cruz. MV 256 2 De acuerdo con Uriah Smith, "la Hna. White... tuvo una visión en la cual le fue mostrado este asunto de la ley, y ella inmediatamente escribió a J. H. Waggoner diciéndole que su posición sobre la ley estaba equivocada", y el libro fue retirado del mercado (Uriah Smith a W. A. McCutcheon, 6 de agosto, 1901). Esto resolvió el asunto por un número de años. Luego se suscitó la pregunta de si el consejo dado a Waggoner se refería a las posiciones doctrinales en el libro o a la cuestión de publicar puntos de vista opuestos. * MV 256 3 A mediados de la década de 1880, E. J. Waggoner (hijo de J. H. Waggoner), director asociado de la revista Signs of the Times en Oakland y maestro de Biblia en el Colegio de Healdsburg, se sintió conmovido por un mensaje de Elena G. de White leído en un campestre. Le pareció ver a Cristo pendiendo en la cruz como un sacrificio por sus pecados. Decidió ahondar en un estudio de esta verdad salvadora, una verdad que sentía que debía hacer conocer a otros (R. W. Schwarz, Light Bearers to the Remnant, p. 185). MV 256 4 El ángel guía, que llevó a Elena en visión al tabernáculo en Battle Creek en el tiempo de la sesión de la Asociación General de 1886, declaró: MV 256 5 "Todavía hay mucha luz que ha de resplandecer de lá ley de Dios y el Evangelio de justicia. Este mensaje, entendido en su verdadero carácter y proclamado en el Espíritu, iluminará la tierra con su gloria. El gran asunto decisivo ha de presentarse ante todas las naciones, lenguas y pueblos. La obra final del mensaje del tercer ángel será acompañada por el poder que enviará los rayos del Sol de Justicia a todos los caminos y senderos poco frecuentados de la vida" (MS 15,1888 [ver también A. V. Olson, Thirteen Crisis Years (Trece años críticos), p. 305]. MV 256 6 Para los Adventistas del Séptimo Día, la sesión de la Asociación General de 1888 en Minneapolis y el instituto ministerial que la precedió generalmente traen a la mente un asunto de gran importancia: el mensaje de la justificación por la fe y la considerable resistencia que enfrentó su presentación. Antes de que repasemos la historia de la obra de Elena de White en esa reunión crucial, debieran considerarse ciertas tendencias y puntos como marco de fondo: MV 256 7 1. Aunque al mirar retrospectivamente, el tema de la justificación por la fe se ve como uno de gran importancia, no era sino uno de los muchos asuntos apremiantes que reclamaban la atención de los delegados que se reunieron en Minneapolis para la 27°sesión anual de la Asociación General y el instituto ministerial que la precedió. MV 257 1 2. Otros asuntos eran: nuevas misiones, nuevas iglesias, planes para un barco misionero (Pitcaim) para atender la obra de la iglesia en el Pacífico Austral. MV 257 2 3. Consecuentemente, la información concerniente a lo que precisamente tuvo lugar en Minneapolis en materia de discusiones teológicas ha venido mayormente de los documentos de E. G. de White y de declaraciones basadas en la memoria de unos pocos que estuvieron presentes. MV 257 3 4. En cuanto a que se hayan establecido posiciones, no se tomó ningún acuerdo oficial respecto a las posiciones teológicas discutidas. QUÉ OCURRIÓ EN MINNEAPOLIS MV 257 4 "Fue por fe --escribió Elena de White-- que me aventuré a cruzar las Montañas Rocosas con el propósito de asistir a la Asociación General celebrada en Minneapolis" (MS 24, 1888). MV 257 5 Abrumada por el desánimo, había sido alcanzada por la enfermedad en su hogar en Healdsburg. "No sentía ningún deseo de recuperarme --escribió más tarde--. No tenía fuerza ni siquiera para orar, ni ningún deseo de vivir. Descansar, sólo descansar, era mi deseo; estar en silencio y descansar. Al encontrarme por dos semanas víctima de una postración nerviosa, había esperado que nadie suplicara al trono de gracia en mi favor. Cuando llegó la crisis, la impresión era que yo moriría. Éste era mi pensamiento. Pero no era la voluntad de mi Padre celestial. Mi trabajo no había terminado todavía" (MS 2, 1888). MV 257 6 Ella recordaba los solemnes votos que había hecho junto a la cama de su esposo moribundo; votos de "chasquear al enemigo, de dirigir una apelación constante y ferviente a mis hermanos" (MS 21, 1888). Ella ahora decidió hacer eso. MV 257 7 Al colocarse en la senda del deber, el Señor le dio fuerza y gracia para presentar su testimonio ante la gente. Día tras día encontró que se iba fortaleciendo. MV 257 8 El 2 de octubre, con un número de amigos y compañeros de trabajo, y acompañada por Sara McEnterfer y Willie, ella estaba en el tren rumbo al Este. Para su desilusión, encontró que le fue necesario descansar en su camarote durante la mayor parte del viaje a Minneapolis debido a su fuerza reducida. No podía ni tejer ni hacer visitas, pero sí examinó algunos papeles. MV 257 9 Al llegar a Minneapolis el miércoles de mañana, 10 de octubre, Elena, Willie y Sara fueron tratados magníficamente. MV 257 10 La sesión de la Asociación General iba a celebrarse en la iglesia de Minneapolis que acababa de ser construida, y se iniciaría el miércoles 17 de octubre por la noche. Un instituto ministerial iba a preceder a la sesión por toda una semana. Recién comenzaron a desarrollarse los planes para un instituto cuando se anun ció la fecha de la sesión de la Asociación General en la Review and Herald del 7 de agosto. Butler escribió: "Hermanos líderes han sugerido la celebración de un instituto que preceda a la Asociación General del presente año, y han presentado muchas razones poderosas en su favor" (RH, 28 de agosto, 1888). Una semana más tarde la Review anunció los planes del instituto como que eran definitivos. Butler añadió: MV 258 1 No podemos pretender decir cuál será el orden exacto de los ejercicios [espirituales], o qué temas serán considerados en forma especial... Una semana dedicada a instruir sobre aspectos importantes de la iglesia y el trabajo de las conferencias, y a considerar con calma y a estudiar cuidadosamente asuntos que causan perplejidad relacionados con las Escrituras, así como a buscar fervientemente a Dios en procura de sabiduría celestial, muy probablemente será de vasto beneficio (Id., 4 de septiembre, 1888). MV 258 2 Parece que W. C. White, uno de los "hermanos líderes" que sugirió que se tuviese el instituto, tenía algo más específico en mente. MV 258 3 Estaba la cuestión de la ley en Gálatas, que había sido introducida en la sesión de 1886, y también la identidad de los diez cuernos, o reinos, de la bestia de Daniel 7. Los puntos de vista sobre estos asuntos sustentados por los editores de Signs of the Times, E. J. Waggoner y A. T. Jones, estaban en conflicto con las opiniones tradicionales sostenidas en forma muy generalizada, y particularmente por Butler y Smith. MV 258 4 En una carta a Mary, que estaba muy enferma en el retiro de salud en St. Helena, Elena de White dijo: MV 258 5 Los pastores Smith y Butler son muy reacios a que se hable sobre la ley en Gálatas, pero no puedo ver cómo esto puede evitarse. Debemos tomar la Biblia como nuestra norma e investigar diligentemente sus páginas en busca de luz y evidencia de la verdad (Carta 81, 1888). MV 258 6 En su informe en la apertura del instituto, Smith dijo: MV 258 7 Los temas propuestos para que se consideren en las horas de estudio bíblico e histórico son, hasta el momento, una vista histórica de los diez reinos, la divinidad de Cristo, la curación de la herida mortal, la justificación por la fe, cuán lejos debiéramos ir al tratar de usar la sabiduría de la serpiente, y la predestinación. Sin duda se introducirán otros temas (RH, 16 de octubre, 1888). MV 258 8 Respecto a las primeras horas del instituto, él escribió: MV 258 9 Anoche a las 7:30 el pastor Haskell hizo comentarios conmovedores sobre la obra del mensaje en países extranjeros. A las 9:00 a.m. de hoy [el día 11] A. T. Jones tuvo una exposición bíblica sobre el avance de la obra del mensaje del tercer ángel. El punto que se destacó fue que la consagración personal debe encontrarse en el fundamento de todo nuestro éxito en esta obra (Ibíd.). MV 259 1 En su informe editorial escrito en el segundo día, Smith informó a los lectores de la Review que unos 100 ministros estaban presentes cuando se inició el instituto a las 2:30 p.m. del miércoles 10 de octubre. Como Butler había quedado en Battle Creek por razones de enfermedad, se eligió a S. N. Haskell para que presidiese las reuniones. F. E. Belden fue elegido secretario. MV 259 2 El programa diario estaba lleno, comenzando con una reunión devocional matutina a las 7:45 y continuando durante todo el día y en las horas vespertinas. MV 259 3 Las reuniones a las 10:00 a.m. y 2:30 p.m. estuvieron ocupadas por A. T. Jones en un examen del tema de los 10 reinos. A las 4:00 p.m. E. J. Waggoner (tanto ministro ordenado como médico), por convenio, se ocupó, en la forma de una conferencia bíblica, de los deberes de los oficiales de iglesia. MV 259 4 Smith informó: MV 259 5 La Hna. White está presente, disfrutando de una buena medida de salud y fuerza. Los hermanos han expresado su gran chasco y pena por el hecho de que el pastor Butler no puede estar presente debido a una enfermedad. Lo recuerdan fervientemente en sus oraciones. Hay buenas perspectivas de que se tendrá una reunión provechosa (Ibíd.). MV 259 6 Cuando Elena de White habló en el devocional del jueves de mañana se sorprendió ante el gran número de rostros nuevos en la audiencia. Muchos obreros nuevos se habían unido al cuerpo de ministros en los tres o cuatro años desde que ella había asistido a la sesión de la Asociación General celebrada al este de las Montañas Rocosas. MV 259 7 Al escribirle sobre el instituto a Mary, que estaba en el retiro de salud, ella informó: MV 259 8 Hoy, viernes [12 de octubre], a las 9:00 de la mañana, leí un asunto importante a la conferencia y luego presenté un testimonio muy claro a nuestros hermanos. Produjo un gran efecto en ellos. MV 259 9 El pastor Butler me envió una larga carta, una producción muy curiosa de acusaciones y cargos contra mí, pero esas cosas no me conmueven. Creo que era mi deber venir. No me preocupo para nada en cuanto al futuro, pero trato de hacer mi deber para hoy (Carta 81, 1888). MV 259 10 Butler había dictado una carta de 39 páginas en la cual, entre otras cosas, atribuía su enfermedad de cinco meses principalmente a la manera en que la Sra. White había aconsejado al tratar con la cuestión de la ley en Gálatas. Ella no había condenado a Waggoner por su posición, aunque estaba en un conflicto directo con la que sostenían Butler y Smith. MV 260 1 El hecho de que el presidente de la Asociación General, que había apoyado lealmente a Elena de White a lo largo de los años, estuviese escribiendo "acusaciones y cargos" contra ella, era desanimador. Reflejaba la corriente en aumento de actitudes negativas hacia los mensajes que Dios estaba enviando a su pueblo a través de su mensajera. Butler sentía un profundo recelo por el trabajo de Jones y Waggoner, y por informes que le habían llegado, tenía la seguridad de que Elena de White estaba de parte de ellos. De este modo comenzaron a aparecer los presagios de lo que les aguardaba en el período de algo más de tres semanas del instituto y de la sesión de la Asociación General. MV 260 2 El servicio del viernes de noche, 12 de octubre, proyectó una nube sobre el grupo de obreros. La Sra. de White escribió al respecto: MV 260 3 Al comienzo del sábado, el pastor [Eugene] Farnsworth predicó un discurso sumamente lóbrego al hablar de la gran maldad y corrupción que hay en nuestro medio y al explayarse sobre las apostasías existentes entre nosotros. No había luz, ni buen ánimo, ni aliento espiritual en este discurso. Se difundió una penumbra general entre los delegados a la conferencia (Ibíd.). MV 260 4 Ella tenía la reunión del sábado de tarde, y aprovechó la oportunidad para tratar de cambiar completamente el rumbo de las cosas. Ella escribió: MV 260 5 Ayer fue un período muy importante en nuestra reunión. El pastor Smith predicó por la mañana sobre las señales de los tiempos. Creo que fue un buen discurso, oportuno. Por la tarde yo hablé sobre 1 Juan 3. MV 260 6 "Mirad cuál amor", etcétera. La bendición del Señor descansó sobre mí y puso palabras en mi boca, y me expresé con mucha libertad al tratar de grabar en nuestros hermanos la importancia de explayamos mucho más en el amor de Dios y dejar a un lado cuadros lúgubres. MV 260 7 El efecto sobre la gente fue muy feliz. Creyentes e incrédulos dieron testimonio de que el Señor los había bendecido con la palabra hablada y que desde ese momento en adelante no contemplarían el lado oscuro ni se explayarían en el gran poder de Satanás, sino que hablarían de la bondad y el amor y la compasión de Jesús, y alabarían más a Dios... MV 260 8 El Señor me dio un testimonio destinado a animar. Mi propia alma fue bendecida, y pareció que la luz brotó en medio de las tinieblas (Ibíd.). MV 260 9 El lunes 15 de octubre, cerca del fin del instituto, E. J. Waggoner introdujo el tema de la ley en Gálatas. La discusión continuó por casi una semana en los períodos de estudio de la Biblia en la sesión de la Asociación General. Comenzando con el segundo día, Waggoner colocó el énfasis en la justificación por la fe. Habló con erudición, bondad y fervor, y sus argumentos fueron persuasivos. El lunes 22 de octubre, justo una semana después de comenzar sus estudios, escribió un informe sobre el progreso del instituto y de la sesión de la Asociación General para los lectores de Signs of the Times. Después de escribir sobre los temas presentados en la hora de estudio de la Biblia durante los primeros pocos días, informó que luego se comenzó a considerar "la ley y el Evangelio en sus diversas relaciones, bajo el título general de justificación por la fe". MV 261 1 Estos temas han despertado un profundo interés en la mente de todos los presentes; y hasta ahora durante la conferencia se ha dedicado una hora por día a la continuación de su estudio (ST, 2 de noviembre, 1888). MV 261 2 Su audiencia simpatizaba en general con el muy amado y respetado Uriah Smith. Muchos estaban del lado de Butler, quien se hallaba ausente. Debido a que Elena de White era tolerante y deseaba ver una discusión imparcial del asunto vital de Cristo y su justicia, se suponía que ella estaba influenciada por Waggoner. Ella negó esto, testificando así: MV 261 3 Yo no he conversado al respecto con mi hijo W. C. White, con el Dr. Waggoner, o con el pastor A. T. Jones (MS 15, 1888 [ver también Olson, pp. 305-306]). MV 261 4 Todos podían ver que ella escuchaba atentamente las exposiciones de Waggoner. En su declaración retrospectiva, escrita poco después de la conferencia, ella dijo: MV 261 5 Cuando declaré delante de mis hermanos que había escuchado por primera vez las opiniones del pastor E. J. Waggoner, algunos no me creyeron. Dije que había oído preciosas verdades presentadas a las cuales podía responder con todo mi corazón, pues ¿no habían sido estas grandes y gloriosas verdades --la justicia de Cristo y el sacrificio total hecho en favor del hombre-- indeleblemente impresas en mi mente por el Espíritu de Dios? ¿Acaso este tema no ha sido presentado en los testimonios una y otra vez? Cuando el Señor dio a mis hermanos la preocupación de proclamar este mensaje, sentí una inexpresable gratitud a Dios, porque sabía que era el mensaje para este tiempo (3MS, pp. 194-195). MV 261 6 Es interesante notar que Elena de White declaró varias veces que no estaba lista para aceptar algunos puntos mencionados por el Dr. Waggoner. Ella escribió sobre esto el 1o de noviembre, cuando la conferencia se estaba acercando a su fin: MV 261 7 No considero como correctas algunas interpretaciones de la Escritura dadas por el Dr. Waggoner. Pero creo que él es perfectamente honesto en sus puntos de vista, y respetaría sus sentimientos y lo trataría como a un caballero cristiano... MV 262 1 Sería peligroso denunciar la posición del Dr. Waggoner como enteramente errónea. Esto agradaría al enemigo. Veo la belleza de la verdad en la presentación de la justicia de Cristo en relación con la ley como el doctor la ha puesto ante nosotros (MS 15, 1888 [ver también Olson, p. 302]). MV 262 2 Muy naturalmente, los informes de los eventos en Minneapolis fueron enviados día tras día a Butler, en su lecho de enfermo en Battle Creek. Lo que él oyó no le dio tranquilidad de espíritu. Telegrafió un mensaje a la sesión: "Sostengan los hitos antiguos". Esto endureció la resistencia a la presentación de Waggoner. Poco después de la sesión Elena de White iba a referirse a este punto: MV 262 3 En Minneapolis Dios dio preciosas gemas de verdad a su pueblo en marcos nuevos. Esta luz del cielo fue rechazada por algunos con toda la terquedad que los judíos manifestaron al rechazar a Cristo, y se habló mucho de mantenerse fieles a los hitos antiguos. MV 262 4 Pero hubo evidencias de que no sabían cuáles eran los hitos antiguos. Hubo evidencias de que había razonamientos basados en la Palabra que eran dignos de apelar a la conciencia; pero las mentes de los hombres estaban fijas, selladas contra la entrada de la luz, porque habían decidido que era un error peligroso quitar los "hitos antiguos" cuando no se movía una estaca de los hitos antiguos, pero ellos tenían ideas pervertidas de lo que constituían los hitos antiguos (MS 13, 1889 [ver también CWE, p. 30]). MV 262 5 Luego ella enumeró lo que ella consideraba los "hitos". Por supuesto, ella estaba enumerando las características distintivas del movimiento adventista. No incluyó pilares de fe como la autoridad de las Sagradas Escrituras, el bautismo y la justificación por la fe, sino aquellos que habían sido convenidos por los primeros creyentes en el segundo advenimiento después que pasó el tiempo en 1844Ella enumeró la purificación del santuario, los mensajes de los tres ángeles, la importancia del sábado, y la no inmortalidad del alma. MV 262 6 Ella dijo: MV 262 7 Todo este clamor acerca del cambio de los hitos antiguos es completamente imaginario. MV 262 8 Ahora en el tiempo actual Dios dispone que se le dé a su obra un ímpetu nuevo y fresco. Satanás ve esto, y está decidido a que se le ponga obstáculos. Sabe que si puede engañar al pueblo que sostiene que cree la verdad presente, [y hacerles creer que] la obra que el Señor planea hacer para su pueblo es una remoción de los hitos antiguos, algo que ellos debieran resistir con el celo más decidido, entonces se regocija por el engaño que les ha inducido a creer (Ibíd. [ver también CWE, pp. 3031]). MV 263 1 Cuarenta años antes Elena de White había estado presente cuando aquellos que estaban iniciando la obra de la iglesia estudiaron los asuntos doctrinales. Al escribir sobre esto en 1892 ella recordó: MV 263 2 Solíamos reunimos, con el alma cargada, orando que fuéramos hechos uno en fe y doctrina; porque sabíamos que Cristo no está dividido. Un tema a la vez era objeto de investigación. Las Escrituras se abrían con reverente temor. A menudo ayunábamos, a fin de estar mejor preparados para entender la verdad. MV 263 3 Después de fervientes plegarias, si algún punto no se entendía, era objeto de discusión, y cada uno expresaba su opinión con libertad; entonces solíamos arrodillamos de nuevo en oración, y ascendían fervientes súplicas al cielo para que Dios nos ayudara a estar completamente de acuerdo, para que pudiéramos ser uno como Cristo y el Padre son uno... MV 263 4 Poníamos especial cuidado en que los textos no fueran torcidos para acomodarse a las opiniones de hombre alguno. Tratábamos de hacer que nuestras diferencias fueran tan leves como fuera posible, no espaciándonos en puntos de menor importancia sobre los cuales hubiera opiniones variadas. Pero la preocupación de toda alma era producir entre los hermanos una condición que fuera una respuesta a la oración de Cristo de que sus discípulos fuesen uno como él y el Padre son uno (TM, pp. 24-25; la cursiva se ha añadido). MV 263 5 Pero éste no fue el caso en Minneapolis. Los dirigentes allí no trataron de hacer sus diferencias "tan leves como fuera posible". Durante dos años había ardido la cuestión de la ley en Gálatas, y cuando se abordó, se desataron la amargura y las acusaciones. MV 263 6 El punto focal era el versículo 24 del capítulo 3, que reza: "De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevamos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe". No se disputaba entre los adventistas la verdad en cuanto a que el creyente es justificado por la fe, aunque esta verdad vital estaba tristemente descuidada en ese entonces. En 1888 la diferencia aguda de opinión, al igual que cuando J. H. Waggoner escribió sobre el tema en 1854, era si la ley presentada como el ayo o tutor era la ley moral o la ceremonial. Estos dos asuntos fueron ligados en un estudio sobre "la ley y el Evangelio" en una manera tal que si un tópico sufría en un debate amargo, ambos eran afectados. El gran adversario se aprovechó de esto. MV 263 7 Para complicar las cosas, la discusión sobre la ley en Gálatas tuvo lugar inmediatamente después del amargo y extenso debate sobre los hunos y los alamanes (ver Dan. 7:20), con obreros claves que tomaban partido de un lado y del otro y reaccionaban fuertemente. MV 264 1 A medida que avanzaba la reunión y las posiciones de los participantes resultaban claras, la Sra. de White llegó a preocuparse profundamente y a sentirse angustiada ante los sentimientos cortantes y duros. Ella tenía poco que decir sobre la justificación por la fe en sí, pero recalcó la importancia de la tolerancia y la unidad entre los hermanos, y la manifestación de una actitud cristiana. Ella comentó lo siguiente: MV 264 2 Existen algunas diferencias de opinión sobre algunos temas, pero ¿es ésta una razón para albergar sentimientos agrios y duros? ¿Se entronizarán en el corazón la envidia, las malas sospechas, las suspicacias y malas imaginaciones, el odio y los celos? Todas estas cosas son malas, y pertenecen solamente a la maldad. Nuestra ayuda está sólo en Dios. Pasemos mucho tiempo en oración y en el estudio de las Escrituras con el debido espíritu: un espíritu con deseos de aprender y dispuesto a ser corregido o rectificado en cualquier punto en que podamos estar en error. Si Jesús está en nuestro medio y nuestros corazones se derriten de ternura movidos por su amor, tendremos uno de los mejores congresos al que jamás hayamos asistido (3MS, pp. 187-188). MV 264 3 Elena de White sintió que había hecho todo lo que podía hacer para presentar la luz que el Señor le había dado, y pensó en retirarse calladamente de la conferencia (MS 24, 1888). Pero descubrió que éste no era el plan de Dios. Ella no iba a ser liberada de su responsabilidad de estar allí como su mensajera. MV 264 4 Al no ser liberada, quedó. MV 264 5 Antes de que terminara la sesión, ella había hablado casi veinte veces en muchas exhortaciones que invitaban a hacer un examen de conciencia. Nunca antes había hablado tan resueltamente a este grupo de obreros responsables. MV 264 6 En una carta a Mary ella comentó: MV 264 7 No conocemos el futuro, pero sentimos que Jesús permanece en el timón y no naufragaremos. Mi valor y fe han sido buenos y no me han fallado, pese a que hemos tenido la lucha más difícil e incomprensible entre dos bandos que alguna vez haya habido en nuestro pueblo. El asunto no puede explicarse mediante la pluma a menos que escribiese muchas, muchas páginas; de modo que mejor que no emprenda la tarea (Carta 82, 1888; la cursiva se ha añadido). MV 264 8 Ella hizo eso poco después que terminó la sesión, en la declaración de 26 páginas, "Mirando retrospectivamente a Minneapolis" (MS 24, 1888), de la que aparece una porción muy extensa en Mensajes selectos, tomo 3, páginas 177-215, bajo el título, "Elena de White Informa Acerca del Congreso de Minneapolis". MV 265 1 Por varias expresiones en esta carta a Mary parece claro que cuando terminó la reunión en Minneapolis, no se vio entonces qué reservaba el futuro, el cual estaría determinado por lo que hubiese en el corazón de los ministros. Esto no se sabría hasta que se fortalecieran en su ánimo e hicieran decisiones personales. MIRANDO RETROSPECTIVAMENTE A MINNEAPOLIS MV 265 2 1. En cuanto a establecer posiciones, no se tomó ningún acuerdo oficial respecto a las cuestiones teológicas que se discutieron. El testimonio uniforme concerniente a la actitud hacia la cuestión de la justificación por la te, fue que hubo reacciones diversas. Las mismas fueron descritas sucintamente por Jones en 1893: "Sé que algunos lo aceptaron; otros lo rechazaron enteramente... Otros trataron de mantenerse a mitad de camino entre ambos, y de esa manera obtener la justificación" (GCB 1893, p. 185). Elena de White y otros corroboran esto. No es posible establecer, en base a los registros disponibles, la cantidad relativa de personas que había en cada uno de los tres grupos. MV 265 3 2. El concepto de que la Asociación General, y por lo tanto la denominación, rechazó el mensaje de la justificación por la fe en 1888, carece de fundamento y no se proyectó sino hasta 40 años después de la reunión de Minneapolis, y 13 años después de la muerte de la Sra. White. Los registros contemporáneos de ese tiempo no sugieren un rechazo denominacional. Ninguna declaración de E. G. de White en ninguna parte apoya el concepto del rechazo. MV 265 4 3. El concepto de rechazo denominacional, cuando se proyectó, es explicado en la atmósfera de declaraciones que hizo Elena G. de White concerniente a la posición negativa de ciertos individuos, los "algunos del informe de Jones, mencionado antes. El registro histórico de la recepción que este mensaje tuvo en el campo después de la sesión, apoya el concepto de que las actitudes favorable fueron muy generalizadas. MV 265 5 4. Se ha sugerido que la sesión de Minneapolis marco un cambio notable en la enseñanza de Elena de White sobre la ley y el Evangelio. Mientras que Minneapolis trajo un nuevo énfasis en colocar en primer plano la "verdad olvidada", el hecho de que no hubo cambio en su enseñanza se evidencia en los 19 artículos de su pluma abarcados en su libro Fe y obras, de 125 páginas, con seis artículos escritos antes de 1888 y trece posteriormente a la sesión de Minneapolis. MV 265 6 5. La justificación por la fe es una verdad vital, pero pareciera que se ha llegado a darle un énfasis desproporcionado a la experiencia de la sesión de la Asociación General en Minneapolis. J. N. Loughborough, quien escribió los primeros dos libros sobre historia denominacional, Rise and Progress of the Seventhday Adventists (Surgimiento y progreso de los Adventistas del Séptimo Día), (1892), y una revisión y ampliación en 1905, The Great Second Advent Movement (El gran movimiento del segundo advenimiento), no menciona la sesión o los problemas. Es cierto que él no estuvo allí, pero si el asunto era prominente en el tiempo cuando él escribió, no podría haberlo pasado por alto. Notas biográficas de Elena G. de White, publicado en 1915, no hace referencia a la sesión de la Asociación General de 1888. MV 266 1 Tal vez la verdadera actitud que tuvieron la iglesia y sus dirigentes hacia Jones y Waggoner después de la sesión de la Asociación General de 1888 se refleja mejor en las invitaciones que se extendieron a estos dos hombres a conducir estudios bíblicos en las sesiones de la Asociación General celebradas durante los siguientes diez años. Debe recordarse que el Comité de la Asociación General tenia la responsabilidad de planear las sesiones de la Asociación General y elegir a los oradores. La organización de la iglesia tenía muchos oradores capaces. He aquí el cuadro histórico: MV 266 2 En 1889 Jones tuvo a su cargo el estudio bíblico diario de las 8:00, y habló sobre la justificación por la fe. Waggoner también se dirigió a los asistentes a la conferencia. MV 266 3 En 1891 se registraron 17 estudios bíblicos en el General Conference Bulletin. Todos ellos, excepto uno, fueron dados por Waggoner. MV 266 4 En 1893 Jones dio 24 estudios bíblicos consecutivos, los que se publicaron en el General Conference Bulletin. MV 266 5 En 1895 se registraron 26 estudios consecutivos dados por Jones. MV 266 6 En 1897 Waggoner dio 19 estudios bíblicos y Jones, 11. Uno de ellos habló en mañanas consecutivas y el otro por las tardes, también consecutivamente. Una gran parte del Bulletin está formado por los informes de sus 30 estudios. En 1899 Waggoner dio tres estudios y Jones, siete. MV 266 7 Es claro que los miembros corrientes entre los obreros y laicos por igual respetaban y apreciaban a los hombres a través de quienes llegó luz en Minneapolis, y se beneficiaron con su ministerio concienzudo de la Palabra. También es claro que se les dio oportunidades sin precedentes para presentar los mensajes, cualesquiera fuesen, que abrumaban su corazón. MV 266 8 En 1897 Jones fue elegido director de la Review and Herald, cargo que sustentó por cuatro años. Durante ese tiempo Smith asumió un papel secundario dentro del personal editorial. EL DON MÁS GRANDE DE DIOS: CRISTO Y SU JUSTICIA MV 266 9 ¿Cómo podía alguien en un grupo de personas que por cuarenta años, más o menos, habían orado juntos por horas a la vez, estudiado las Escrituras fervientemente para conocer la voluntad de Dios, esperado ansiosamente al Salvador que pronto vendría, consagrado sus vidas a la causa de Dios, sacrificado sus medios para apresurar la obra, creído que ellos eran la "iglesia remanente", publicado miles de páginas proclamando su fe; cómo podía alguno de ellos no aceptar un mensaje inspirado de la "justificación por la fe"? MV 267 1 Pero algunos pudieron hacer eso, y algunos lo hicieron. MV 267 2 Algunos hasta han sugerido que debido a que Elena de White fue tolerante y deseó ver una discusión imparcial del tema de Cristo y su justicia, ella había sido influenciada por el pastor Waggoner. MV 267 3 Ella negó esto. He aquí una declaración suya: MV 267 4 ¿No habían sido estas grandes y gloriosas verdades --la justicia de Cristo y el sacrificio total hecho en favor del hombre--, indeleblemente impresas en mi mente por el Espíritu de Dios? ¿Acaso este tema no había sido presentado en los testimonios una y otra vez? Cuando el Señor dio a mis hermanos la preocupación de proclamar este mensaje, sentí una inexpresable gratitud a Dios, porque sabia que era el mensaje para este tiempo (3MS, pp. 194-195). MV 267 5 "Justificación por la fe", ¿no había sido esto una parte esencial de la fe protestante? ¿No había sido esto la causa fundamental del cisma con la Iglesia Católica Romana? ¿No había sido promovida por Lutero, Calvino y Wesley? ¿No era una verdad básica "obvia" sustentada por la mayoría de las congregaciones protestantes? No era la "verdad presente" en el mismo sentido que el mensaje del tercer ángel. De ahí, tal vez, que no estaba en la vanguardia de los temas que eran proclamados para atraer la atención por aquellos que intentaban advertir sobre el fin del mundo. MV 267 6 Cuando los primeros adventistas, en defensa del séptimo día como día de reposo, reforzaron su posición al enfatizar la perpetuidad de la ley y la autoridad de los Diez Mandamientos, fueron acusados de enseñar la salvación por las obras o la obediencia a la ley. Para eludir este argumento trataron de mostrar que la ley que fue "clavada en la cruz" fue la ley ceremonial, dejando la ley moral todavía en efecto. Pero Pablo estaba enseñando que la salvación no se ganaba mediante la observancia de la ley, ya sea moral o ceremonial, sino por fe. La belleza de este concepto, como fue presentado por Jones y Waggoner y sostenido por Elena de White en Minneapolis, conmovió a la mayoría de los oyentes, y salieron de allí para esparcirlo entre las iglesias. MV 267 7 Tras la sesión de la Asociación General, Elena de White viajó con emociones mezcladas desde Minneapolis a Battle Creek. Su corazón se regocijaba con la preciosa verdad, reavivada, de Cristo nuestra justicia. Teniendo algo de temor, sin embargo, reflexionaba sobre cuál sería la actitud de los dirigentes residentes en Battle Creek en quienes la gente tenía puesta su mirada. No tuvo que esperar mucho para saber la respuesta. MV 267 8 Cuando se la invitó a hablar en el tabernáculo en su primer sábado, ella instó a los ancianos locales a que invitasen a A. T. Jones para que también hablase. Contestaron que tendrían que consultar con Uriah Smith. MV 267 9 "Entonces háganlo inmediatamente --replicó--, porque el tiempo es precioso y hay un mensaje que ha de llegar a esta gente y el Señor requiere que ustedes abran el camino" (MS 30, 1889). MV 268 1 Era claro ahora que aquellos cuyos corazones habían sido inspirados por la luz restaurada en Minneapolis tendrían que hacer caso omiso del prejuicio de algunos de los dirigentes que habían residido por largo tiempo en Battle Creek, y llevar el mensaje a las iglesias. Aun la revista de la iglesia, la Review and Herald, sería de poca ayuda bajo las circunstancias dadas. MV 268 2 Y Elena de White y A. T. Jones sí llevaron el mensaje a las iglesias. Ambos comenzaron en el pulpito del Tabernáculo de Battle Creek. En el orden normal de las cosas, durante los meses venideros se celebraron reuniones de un tipo u otro en las asociaciones locales. Más aún, por arreglo especial del Comité de la Asociación General, se realizaron tres institutos durante la pri-mavera y el verano. MV 268 3 Mientras que se tenían las reuniones durante la primavera y el verano a través del país, la Sra. White y Jones trabajaron como un equipo. Realmente la presentación de la justificación por la fe rindió buen fruto. NOTABLE REAVIVAMIENTO EN BATTLE CREEK MV 268 4 En las postrimerías del año se produjo el verdadero progreso en Battle Creek. J. O. Corliss, Jones y Elena de White encabezaron las reuniones de la Semana de Oración. Fue programada para el 15 al 22 de diciembre, pero duró un mes. Cuando se inició la semana, la Sra. White, debido a achaques del momento, no se animó a dejar el sanatorio. De modo que comenzó su trabajo allí, con médicos, enfermeras y el resto del personal del sanatorio. Jones y Corliss celebraron reu-niones en el Tabernáculo, la casa publicadora y el colegio. He aquí lo que Elena de White informó en la Review: MV 268 5 Los servicios de reavivamiento celebrados durante la Semana de Oración y a partir de entonces han realizado una buena obra en la Iglesia de Battle Creek. Los pastores A. T. Jones, J. O. Corliss y otros participaron activamente en la conducción de las reuniones. El tema principal en el que se explayaron fue el de la justificación por la fe, y esta verdad llegó como alimento en el momento apropiado para el pueblo de Dios. Los oráculos vivientes de Dios fueron presentados en una luz nueva y preciosa (RH, 12 de febrero, 1889). MV 268 6 Se realizaron reuniones diariamente en el colegio, en la casa publicadora, en el sanatorio, y por las noches, en el Tabernáculo. Elena de White también encontró tiempo para apelar a algunas familias mediante visitas personales. MV 268 7 Al concluir su informe sobre esa experiencia victoriosa, en la Review and Herald del 12 de febrero, ella exclamó: "¡Que la buena obra comenzada en la Iglesia de Battle Creek sea llevada adelante y hacia arriba hasta que cada alma esté consagrada, purificada, refinada y hecha idónea para la sociedad con los ángeles celestiales!" Pero este deseo no iba a cumplirse, porque algunos de los que habían estado en Minneapolis y se habían resistido a la luz dada, todavía vacilaban. La decisión en respuesta a la luz es personal y algunos tomaron el curso equivocado. MV 269 1 Elena de White cruzó el país de un lado al otro, llevando el mensaje de esperanza y fe. Nueva York, Washington, D. C., Brooklyn, Des Moines, Chicago, South Lancaster, Healdsburg, Oakland. MV 269 2 Típico de su valor y determinación intrépidos es el relato de su viaje al campestre en Williamsport, Pennsylvania, pocos días después "del día en que se rompió la represa", causando la famosa inundación de Johnstown. EL CAMPESTRE DE WILLIAMSPORT MV 269 3 El jueves de noche, 30 de mayo, Elena de White, acompañada por Sara McEnterfer, tomó el tren en Battle Creek rumbo a Williamsport, Pennsylvania, donde se iba a iniciar un campestre el martes 4 de junio. Debido a lluvias torrenciales, el tren avanzaba lentamente. Habían esperado llegar a Williamsport la tarde siguiente a las 5:00, pero pronto pudieron ver que no podría alcanzarse este objetivo. La inundación de Johnstown había barrido puentes y arrasado caminos. Cuando llegaron a Elmira, Nueva York, se les aconsejó que renunciaran a su viaje. MV 269 4 Pero ni Elena ni Sara se dejaban disuadir fácilmente. Estaban decididas a ir tan lejos como fuera posible, esperando que los informes concernientes a las condiciones de viaje fueran exagerados. En Canton, a unos 64 kilómetros (40 millas) de Williamsport, su coche fue puesto en una vía lateral debido a un derrumbe; pasaron el sábado ahí en un hotel. Decididas a llegar a su destino, Elena y Sara intercambiaron ideas y no dejaron piedras sin mover en su intento de encontrar un camino. Viajando en carruaje parte del camino y caminando la otra parte, cubrieron los 64 kilómetros (40 millas) en cuatro días, en una aventura espeluznante descrita en su informe en la Review and Herald del 30 de julio de 1889. Un aspecto interesante de la misma fue el modo en que ella fue sostenida físicamente. He aquí su informe: MV 269 5 Nos vimos obligadas a caminar kilómetros en este viaje, y parecía maravilloso que yo pudiera soportar el viaje como lo hice. Mis dos tobillos se habían quebrado años atrás, y desde entonces habían quedado débiles. Antes de partir de Battle Creek para Kansas, me había torcido uno de mis tobillos y me vi restringida a las muletas por algún tiempo; pero en esta emergencia no sentí debilidad o incomodidad, y viajé a salvo sobre rocas ásperas y resbalosas. MV 269 6 En un momento dado esperaron por tres horas mientras, a pedido de ellas, se construía una balsa sobre la cual transportar el carruaje a la otra orilla a través de un riachuelo que corría rápidamente. Un bote pequeño arrastró la balsa a la otra orilla, los caballos nadaron al otro lado de la corriente, y las dos viajeras fueron transportadas en un bote de remos. Luego continuaron su viaje con el caballo y el carruaje. La destrucción le recordó a Elena de White de lo que va a venir en los últimos días y la animó a ser aun más diligente en su preparación para aquel día. Su informe en la Review termina con estas palabras: MV 270 1 Llegamos a Williamsport el miércoles a las tres de la tarde. La experiencia vivida y la ansiedad por la que pasé en este viaje me agotaron grandemente, mental y corporalmente; pero estábamos agradecidas que no habíamos sufrido ningún problema serio, y porque el Señor nos había preservado de los peligros del lugar y nos había prosperado en nuestro camino. MV 270 2 Cuando llegaron al pueblo se les dijo que el lugar del campamento no se lo podía usar debido a la inundación y que las carpas habían sido desarmadas. En realidad, encontraron que las carpas habían sido trasladadas a un terreno más alto y que las reuniones estaban en marcha. MV 270 3 Si bien fue una reunión a la cual resultó difícil llegar, fue una reunión fácil en la cual trabajar. Escribió Elena de White: MV 270 4 El Señor tenía para mí un trabajo que hacer en Williamsport. Hablé con mucha libertad a los hermanos y hermanas allí reunidos. No parecían poseer un espíritu de incredulidad y resistencia al mensaje que el Señor les había enviado. Sentí que era un gran privilegio hablar a aquellos cuyos corazones no tenían barreras de prejuicios y suposiciones malignas. Mi alma se desbordó en alabanza agradecida porque, cansada y agotada como estaba, no tenía que llevar sobre mi corazón la carga extra de ver a hermanos y hermanas a quienes amaba, insensibles y resistiendo a la luz que Dios había permitido bondadosamente que brillase sobre ellos. MV 270 5 No tuve que afirmar mi rostro como un pedernal, y apremiarlos y urgirlos con aquello que yo sabía que era la verdad. Se le dio una ávida bienvenida al mensaje; y aunque tuve que hablar palabras de reproche y advertencia, como también palabras de aliento, todo fue recibido gustosamente por mis oyentes (Id., 13 de agosto, 1889). MV 270 6 Elena de White habló trece veces en el campestre de Williamsport, incluyendo las reuniones que se tenían temprano por la mañana. MV 270 7 A fines del verano fue en ruta al Oeste, a Colorado, y luego a California. Después del campestre en Oakland se apresuró a regresar a Battle Creek para la sesión de la Asociación General, que se inició el viernes 18 de octubre, por la mañana. LA SESIÓN DE LA ASOCIACIÓN GENERAL DE 1889 MV 271 1 Elena observó cuidadosamente el desarrollo de los eventos en la sesión de la Asociación General de 1889. Cuando la reunión estaba bien adelantada ella informó: MV 271 2 No existe aquí el espíritu que hubo en la reunión de Minneapolis. Todo se mueve en armonía. Hay una gran asistencia de delegados. Tiene buena asistencia nuestra reunión de las cinco de la mañana, y las reuniones son buenas. Todos los testimonios que he escuchado han sido de un carácter elevador. Dicen que el año pasado ha sido el mejor de su vida. La luz que brilla de la Palabra de Dios ha sido clara y nítida: la justificación por la fe, Cristo nuestra justicia (1MS, pp. 423-424). MV 271 3 La sesión de la Asociación General a fines de octubre culminó las actividades del año. En una declaración singular de tres páginas hecha cerca del fin del año 1889, ella resumió en términos abarcantes un repaso de sus actividades entre las dos sesiones de la Asociación General, de 1888 y 1889: MV 271 4 Después de la Asociación General [de 1888] viajé a Battle Creek y comencé a trabajar allí. Visité Potterville [Michigan], por invitación, para asistir a la reunión de los ministros del Estado [22-27 de noviembre]. Regresé a Battle Creek, y la misma semana me sentí impulsada por el Espíritu de Dios a ir a Des Moines, Iowa. Asistí a la reunión de los ministros de Iowa [29 de noviembre a 5 de diciembre]; hablé seis veces. MV 271 5 Regresé a Battle Creek y trabajé hablando en las instituciones en este lugar, el Sanatorio, especialmente durante la Semana de Oración [15-22 de diciembre] temprano por la mañana. También hablé en otras ocasiones a pacientes y ayudantes. Hablé a los obreros en la oficina de publicaciones. Hablé en el Tabernáculo. MV 271 6 Asistí a la reunión de South Lancaster [comenzando el 10 de enero]. Hablé allí once veces. Hice una parada en nuestro camino a Washington, D. C., y hablé por la noche a un número considerable reunido en la Misión de Brooklyn. Hablé seis veces en Washington. En nuestro viaje de regreso hablé una noche en Williamsport. Pasé el sábado y el primer día en [Syracuse], Nueva York. Hablé tres veces y estuve varias horas en un concilio importante. MV 271 7 Regresé a Battle Creek [4 de febrero] y trabajé intensamente. Asistí a una reunión de dos semanas en Chicago [28 de marzo-8 de abril] [RH, 7 de mayo, 1889]. Hablé muchas veces allí. Regresé a Battle Creek, asistí a una reunión especial para ministros en Battle Creek, y hablé varias veces. Continué trabajando en Battle Creek hasta el campestre de Kansas; estuve tres semanas en esa reunión de obreros [7-21 de mayo] y en el campestre [21-28 de mayo]. Trabajé con mi máxima energía para ayudar a la gente reunida. Asistí a la reunión en Williamsport [5-11 de junio]. Hablé diez veces, incluyendo las reuniones matutinas. MV 272 1 Asistí al campestre en [Rome], Nueva York [11-18 de junio] y trabajé conforme Dios me daba fuerzas. Regresé cansada y exhausta a Battle Creek y me vi obligada a abstenerme de hablar por cierto período de tiempo. Asistí al campestre en Wexford, Michigan [25 de junio-2 de julio], y el Señor me fortaleció para hablar a la gente. Después de la reunión nuevamente quedé postrada debido al exceso de trabajo. MV 272 2 Asistí al campestre en Kalamazoo [Michigan, 25 de agosto a 2 de septiembre], y el Señor me fortaleció para hablar y trabajar a favor de la gente. Al regresar a casa a Battle Creek, nuevamente estaba postrada, pero el Señor me ayudó. Asistí a la reunión en Saginaw [Michigan, 27 de agosto a 3 de septiembre], y para alabanza de Dios él me levantó por encima de mi debilidad, y fui hecha fuerte al estar ante la gente. MV 272 3 Después de la reunión otra vez estuve grandemente postrada, pero comencé mi viaje para asistir al campestre en Colorado [10-17 de septiembre]. El Señor me bendijo grandemente en estas reuniones cuando presenté mi testimonio. Luego continué mi viaje a California. MV 272 4 Hablé dos veces a la gente en Healdsburg. Asistí a la reunión en Oakland y estaba muy enferma, pero el Señor me levantó y me fortaleció con su Espíritu y poder, y hablé a la gente ocho veces y varias veces ante comités y a ministros y en reuniones matutinas. Luego crucé las Montañas Rocosas para asistir a la Asociación General [de 1889] (MS 25, 1889). ARTÍCULOS DE E. G. DE WHITE EN LA REVIEW CUENTAN LA HISTORIA MV 272 5 Quince de los 31 artículos de E. G. de White que aparecieron en la Review and Herald durante los primeros nueve meses de 1889 son informes taquigráficos de sus mensajes dados durante este período de trabajo especial. Éstos, junto con sus cinco informes de las convocaciones, comunicaban usualmente los beneficios de su trabajo arduo para la iglesia. MV 272 6 Algunos preguntan actualmente por qué este movimiento en la iglesia, enfatizando el tema de la justificación por la fe, no dio principio al "fuerte clamor". En respuesta, podría sugerirse que la polarización de actitudes militó contra un progreso de este tipo. Más aún, aquello que demostró ser una bendición tan grande para muchos individuos fácilmente podía permitirse que se escabullese si el recipiente dejaba de renovar diariamente la preciosa experiencia. A muchos el mensaje de la justificación por la fe les significó un momento crucial en su experiencia, elevándolos a una vida perdurable y victoriosa. Los numerosos artículos que Elena de White publicó en las revistas de la iglesia y los libros de ella publi cados desde 1888 en adelante, especialmente El camino a Cristo (1892), El Deseado de todas las gentes (1898) y Palabras de vida del gran Maestro (1900), mantuvieron el tema de "Cristo nuestra justicia" ante los Adventistas del Séptimo Día y ante el mundo. ------------------------Capítulo 17--PROGRESOS EN LA PUBLICACIÓN DE LIBROS MV 274 1 En 1889 habían pasado más de 40 años desde que Elena de White había visto en visión los rayos de luz que llevaban el mensaje del tercer ángel a todo el mundo. La producción del primer ejemplar de Present Truth (La verdad presente) había sido el trabajo de una persona: escribir el texto, editarlo, llevar el material impreso en una maleta al correo. MV 274 2 Desde ese entonces se habían hecho grandes progresos en materia de publicaciones. Había ahora, en 1889, un número de casas publicadoras bien equipadas, con buen personal, bien organizadas, con el blanco de ir a todo el mundo. MV 274 3 Desde la publicación del primer panfleto de un Testimony (Testimonio) en 1855, le habían llegado a la iglesia importantes instrucciones, admoniciones, aliento y reprensión a través de 31 panfletos de Testimony, cada uno de 16 a 240 páginas. En 1878 la sesión de la Asociación General votó que estos materiales fuesen conservados en forma impresa y que se pusiesen a disposición de la iglesia en un modo más permanente. MV 274 4 S. N. Haskell declaró que el Testimony N° 31 era "el más solemne que se haya publicado" (RH, 24 de octubre, 1882). Llegó una copia en los comienzos del campestre en Ohio, y con frecuencia se convocaba a todo el campamento para oír la lectura de algunas porciones; los oyentes se sintieron profundamente afectados (ST, 7 de septiembre, 1882). G. I. Butler, presidente de la Asociación General, escribió sobre él: "Nunca se nos ha dado un testimonio tan importante... Está lleno del material más selecto y de las verdades más conmovedoras. Nunca se nos presentaron más claramente nuestros peligros como pueblo" (RH, 22 de agosto, 1882). Informó Sanborn, un ministro: "Cuán agradecido me siento que el Señor no nos ha dejado en nuestras tinieblas y descarríos, sino que nos llama misericordiosamente para que oigamos su consejo especial" (Id., 19 de septiembre, 1882). MV 274 5 Muchos de los primeros escritos, publicados en pequeñas tiradas, habían estado agotados por años o habían sido incorporados parcialmente a otras publicaciones. MV 274 6 Justo antes del comienzo de 1883, salió de la prensa un pequeño tomo con el título de Early Writings of Ellen G. White (Primeros escritos de Elena G. de White). Fue un libro ávidamente buscado por las familias adventistas, porque proveía los tres primeros libros de Elena, por largo tiempo fuera de circulación: MV 275 1 1. Christian Experience and Views of Mrs. E. G. White (Experiencia cristiana y visiones de Elena G. de White), un panfleto de 64 páginas publicado en 1851 que presentaba muchas de sus primeras visiones. Incluía su primera visión, que en ese tiempo no se encontraba en ninguna otra obra. MV 275 2 2. Supplement to Experience and Views (Suplemento de experiencia cristiana y visiones), un panfleto de 48 páginas publicado en 1854Explicaba algunos puntos de la obra precedente que no eran claros para todos los lectores, y añadía algunos artículos tipo testimonio sobre el orden de la iglesia, etcétera. MV 275 3 3. Spíritual Gifts (Los dones espirituales), tomo 1, una presentación de 219 páginas de la historia del gran conflicto, publicada en 1858. MV 275 4 De estos escritos Butler escribió: MV 275 5 Estos fueron los primeros de los escritos publicados de la Hna. White. Desde que quedaron fuera de circulación, muchos miles han llegado a interesarse en sus escritos. Muchos de ellos han deseado grandemente tener en su posesión todo lo que ella ha escrito para que sea publicado... Esto satisface una necesidad sentida por mucho tiempo (Id., 26 de diciembre, 1882). MV 275 6 En 1885 (el año en que Elena de White fue a Europa), si un adventista nuevo hubiera deseado comprar todos los libros disponibles de E. G. de White, podría haber conseguido lo siguiente: MV 275 7 Early Writings (Primeros escritos), una reimpresiónde de 1882 de los primeros tres libros de E. G. de White, publicados en la década de 1850. MV 275 8 The Spirit of Prophecy (El espíritu de profecía), tomos 1-4, que narraban la historia del gran conflicto. Los primeros tres eran libros de 400 páginas, y el cuarto, de 500. MV 275 9 Testimonies for the Church (Testimonios para la iglesia), tomos 1-4, una reimpresión de 30 panfletos con testimonios publicados entre los años 1855 y 1881, en cuatro tomos, de unas 700 páginas cada uno. MV 275 10 Dos panfletos de Testimony, números 31 y 32. MV 275 11 Sketches From the Life of Paul (Notas de la vida de Pablo), un tomo de 334 páginas. MV 275 12 Adventistas de más edad podrían haber tenido Spiritual Gifts, tomos 1-4, los precursores de la serie The Spirit of Prophecy. El segundo tomo es una obra biográfica publicada en 1860. También podrían haber tenido How to Live (Cómo vivir), que comprende seis panfletos sobre salud, cada uno con un artículo de fondo de Elena de White, y el resto, material relacionado, seleccionado y compilado por ella; y un panfleto de 64 páginas, Appeal to Mothers (Apelación a las madres). EL TEMA DEL GRAN CONFLICTO, DESARROLLADO Y AMPLIADO MV 276 1 La visión en Lovett's Grove, Ohio, en un domingo de tarde a mediados de marzo de 1858, fue de gran importancia. En ella el tema del gran conflicto entre Cristo y sus ángeles por un lado y Satanás y sus ángeles por el otro fue visto como una cadena de eventos ininterrumpida y estrechamente vinculada, que abarcaba 6.000 años. Esta visión puso a los Adventistas del Séptimo Día en una posición única, con una perspectiva definida de la operación de la Providencia en la historia de nuestro mundo: un punto de vista completamente diferente del que sustentaban los historiadores seculares, quienes ven los eventos de la historia sólo como la interacción entre los actos de los seres humanos, a menudo considerados aparentemente como el resultado de la casualidad o de sucesos naturales. En otras palabras, ésta y otras visiones del gran conflicto de los siglos originan una filosofía de la historia que contesta muchas preguntas y en un pronóstico profético da la certeza de la victoria final del bien sobre el mal. MV 276 2 La visión duró dos horas, mientras la congregación que estaba en el atestado edificio escolar observaba con intenso interés todo lo que ocurría (WCW, en RH, 20 de febrero, 1936). MV 276 3 En un párrafo breve Elena de White presentó lo que se considera hoy como el tema principal de la visión del 14 de marzo: MV 276 4 En esta visión en Lovett's Grove se repitió la mayor parte del tema del gran conflicto que yo había visto diez años antes, y se me mostró que debía escribirla en forma completa (2SG, p. 270). * HERIDA POR SATANÁS MV 276 5 Se le mostró a Elena de White, en conexión con la instrucción de que escribiese la visión de la controversia, que "tendría que contender con las potestades de las tinieblas, porque Satanás haría esfuerzos vigorosos para ponerme obstáculos, pero los ángeles de Dios no me abandonarían en el conflicto, que yo debía poner mi confianza en Dios" (Ibíd.) MV 276 6 ¿Qué significaba esto? Ella lo descubriría antes de llegar siquiera a la casa. MV 276 7 El lunes los Tillotson los llevaron en su confortable carruaje a la estación de ferrocarril en Freemont, donde al día siguiente tomaron el tren para Jackson, Michigan. En ese punto de la narración Elena retoma el relato: MV 276 8 Mientras viajábamos en el coche [del tren] hicimos planes para escribir y publicar el libro llamado The Great Controversy (El gran conflicto) inmediatamente después de regresar a casa. Entonces me sentía tan bien como de costumbre. MV 276 9 Al llegar el tren a Jackson fuimos a lo del Hno. Palmer. Habíamos estado en la casa apenas un corto tiempo, cuando, mientras estaba conversando con la Hna. Palmer, mi lengua se negó a expresar lo que yo quería decir, y me pareció grande y entumecida. Una sensación extraña y fría azotó mi corazón, pasó por mi cabeza y descendió por mi lado derecho. Por un rato estuve sin sensibilidad, pero fui despertada por la voz de una oración ferviente. MV 277 1 Traté de usar mi brazo y pierna izquierdos, pero estaban completamente inútiles. Por un corto tiempo no esperaba que iba a vivir. Era el tercer ataque de parálisis que me había sobrevenido, y aunque no estaba más lejos que a 80 kilómetros (50 millas) de la casa, no esperaba que vería nuevamente a mis hijos. Traje a mi mente el momento de triunfo que había disfrutado en Lovett's Grove, y consideré que era mi último testimonio, y me conformé con la idea de morir (Id., p. 271). MV 277 2 Mientras continuaban orando fervientemente en su favor, ella pronto sintió una sensación de hormigueo en su brazo y su pierna, y alabó a Dios porque el poder de Satanás había sido quebrantado. MV 277 3 Tres meses más tarde una visión que se le dio en Battle Creek le reveló lo que realmente había estado detrás de la angustiosa experiencia sufrida en el hogar de los Palmer. MV 277 4 Fui arrebatada en visión. En esa visión se me mostró que en el repentino ataque en Jackson, Satanás tuvo el propósito de quitarme la vida para obstruir la obra que yo estaba por escribir; pero ángeles de Dios fueron enviados en mi rescate, para elevarme por encima de los efectos del ataque de Satanás. Vi, entre otras cosas, que yo sería bendecida con mejor salud que antes del ataque en Jackson (Id., p. 272). MV 277 5 La noche después del ataque sufrió mucho, pero al día siguiente parecía que había sido fortalecida lo suficiente como para continuar el viaje en tren a Battle Creek. Al llegar a la casa, ella fue llevada por las empinadas escaleras hasta el dormitorio del frente en su casa de Wood Street. He aquí lo que informó: MV 277 6 Durante varias semanas no podía sentir la presión de la mano, ni el agua más fría que se derramaba en mi cabeza. Al levantarme para caminar, a menudo tambaleaba, y a veces caía al piso. En esta condición comencé a escribir The Great Controversy (El gran conflicto). MV 277 7 Al principio podía escribir sólo una página por día, luego descansaba tres; pero a medida que progresaba, mi fuerza aumentaba. El entumecimiento en mi cabeza no parecía nublarme la mente, y antes de que terminase ese trabajo, el efecto del ataque había desaparecido enteramente (Ibíd.). MV 277 8 Mientras estaba ocupada en escribir la historia del gran conflicto, Elena de White tuvo una oportunidad para relatar lo que se le había mostrado en vision ante unos 400 creyentes reunidos en Battle Creek para la Asociación General convocada para el 21-24 de mayo de 1858. Por la mañana comenzó su historia con la caída de Satanás, el plan de salvación, y el gran conflicto entre Cristo y sus ángeles y Satanás y los suyos. Por la noche continuó su narración hasta cerca de las 10:00. MV 278 1 Un mes más tarde se informó que el libro de próxima aparición estaba "en la prensa", lo que significaba que los publicadores habían recibido algo del texto y estaban componiendo el tipo. A mediados de agosto la Sra. White había completado la redacción del texto, y el libro estaba impreso: The Great Controversy Between Christ and His Angels and Satan and His Angels (El gran conflicto entre Cristo y sus ángeles y Satanás y sus ángeles). Se lo presentó mediante una declaración de doce páginas de la pluma de Roswell E Cottrell, que había aparecido en la Review and Herald del 25 de febrero de 1858, bajo el título "Dones Espirituales". Cottrell la amplió un poco para este uso más abarcante. MV 278 2 El texto de E. G. de White se inicia con estas palabras: MV 278 3 El Señor me ha mostrado que en un tiempo Satanás era un ángel a quien se honraba en el cielo, el que seguía en orden a Cristo. Su semblante era benigno y denotaba felicidad como el de los otros ángeles. Su frente, alta y espaciosa, indicaba poderosa inteligencia. Su figura era perfecta. Tenía un porte noble y majestuoso (1SG, p. 17). MV 278 4 La Review and Herald del 9 de septiembre de 1858, llevaba en su página posterior, bajo el título "Dones Espirituales", la noticia de que el libro estaba listo. MV 278 5 Decía así: MV 278 6 Esta es una obra de 224 páginas escrita por la Sra. White, con un artículo introductorio sobre la perpetuidad de los dones espirituales por el Hno. R E Cottrell. Precio, 50 centavos. MV 278 7 Esta fue la primera impresión en fonna de libro del tema del gran conflicto. Más tarde fue encuadernado con el tomo 2 de una serie de cuatro partes titulada Spiritual Gifts (Dones espirituales). Traza el tema de la lucha constante entre Cristo y Satanás que la Sra. White continuaría desarrollando durante toda su vida. MV 278 8 Tomo 1 1858 The Great Controversy Between Christ and His Angels and Satan and His Angels (El gran conflicto entre Cristo y sus ángeles y Satanás y sus ángeles) MV 278 9 Tomo 2 1860 My Christian Experience, Views and Labors in Connection With the Rise and Progress of the Third Angel's Message (Mi experiencia cristiana, visiones y labores en conexión con el surgimiento y el progreso del mensaje del tercer ángel) MV 278 10 Tomo 3 1864 lmportant Facts of Faith in Connection With the History of Holy Men of Old (Hechos importantes de fe en conexión con la historia de hombres santos de la antigüedad) MV 279 1 Tomo 4 1864 Important facts of Faith: Laws of Health, and Testimonies Nos. 1-10 (Hechos importantes de fe: leyes de salud y testimonies N 1-10) MV 279 2 El siguiente libro que presentaba el tema del gran conflicto era el tomo 4 de la serie titulada Spirit of Prophecy (Espíritu de profecía). MV 279 3 Tomo 1 1870 The Great Controversy Between Christ and His Angels and Satan and His A ngels (El gran conflicto entre Cristo y sus ángeles y Satanás y sus ángeles) MV 279 4 Tomo 2 1877 The Great Controversy Between Christ and Satan. Life, Teachings, and Miracles of Our Lord Jesús Christ (El gran conflicto entre Cristo y Satanás. Vida, enseñanzas y milagros de nuestro Señor Jesucristo) MV 279 5 Tomo 3 1878 The Great Controversy Between Christ and Satan. The Death, Resurrection, and Ascensión of Our Lord Jesús Christ (El gran conflicto entre Cristo y Satanás. La muerte, resurrección y ascensión de nuestro Señor Jesucristo) MV 279 6 Tomo 4 1884 The Great Controversy Between Christ and Satan. From the Destruction of jerusalem to the End ofthe Controversy (El gran conflicto entre Cristo y Satanás. Desde la destrucción de Jerusalén hasta el fin de la controversia) MV 279 7 En base a la información precedente, puede observarse que por un período de treinta años, entre 1858 y 1888, mucho del tiempo y del pensamiento de Elena de White se dedicaron a la producción de The Great Controversy (El gran conflicto). Durante el mismo período, por supuesto, ella produjo una gran cantidad de material escrito para su publicación en revistas, testimonios a individuos, y libros. THE SPIRIT OF PROPHECY" (EL ESPÍRITU DE PROFECÍA), TOMO 4 MV 279 8 Los tres primeros tomos de esta serie habían sido publicados antes de la muerte de Jaime White en 1881. Pasó algún tiempo después de su muerte antes de que Elena se recuperase suficientemente como para dedicarse a un programa regular de publicación de libros. MV 279 9 Ella tenía una preocupación especial por el tomo 4 de la serie The Spirit of Prophecy (El espíritu de profecía) -- The Great Controversy Between Christ and His A ngels and Satan and His Angels (El gran conflicto entre Cristo y sus ángeles y Satanás y sus ángeles)--, que trataba de la era postcristiana, desde la destrucción de Jerusalén a la Tierra Nueva. MV 280 1 Jaime y Elena habían esperado que el libro final de la serie estaría en el campo sin demasiada demora, pero durante los últimos dos años de la vida de Jaime, ella había podido hacer poco con el libro. MV 280 2 En un esfuerzo por mantener los tomos en tomo a las 400 páginas, el tomo 3 se lo limitó a 392 páginas. Esto interrumpía la historia en medio del ministerio de Pablo, dejándolo a él en Tesalónica. Elena planeaba comenzar el tomo 4 en ese punto, y continuó escribiendo cinco capítulos más en base a esto. Pero Dios tenía otros planes; mediante una visión se le instruyó a ella a adoptar el formato que se ve actualmente en The Great Controversy (El gran conflicto). El cuarto tomo iba a comenzar con el relato de la destrucción de Jerusalén. Ella siguió esta instrucción. Los cinco capítulos no usados sobre la historia del Nuevo Testamento fueron incluidos en la segunda impresión del tomo 3, aunque esto hizo que el libro tuviera 442 páginas. INSTRUIDA A TRAZAR LA HISTORIA DEL CONFLICTO MV 280 3 Se le reveló a Elena de White que debía presentar un bosquejo del conflicto entre Cristo y Satanás, como se desarrolló en los primeros siglos de la era cristiana y durante la gran Reforma del siglo XVI, como para preparar la mente del lector a fin de que entendiese claramente la controversia que está ocurriendo en el tiempo presente. Al escribir de esto en 1888, cuando tuvo la oportunidad de ampliar y revisar el tomo 4 (justo cuatro años después de su publicación), ella explicó: MV 280 4 Al revelarme el Espíritu de Dios las grandes verdades de su Palabra, y las escenas del pasado y de lo porvenir, se me mandó que diese a conocer a otros lo que se me había mostrado, y que trazase un bosquejo de la historia de la lucha en las edades pasadas, y especialmente que la presentase de tal modo que derramase luz sobre la lucha futura que se va acercando con tanta rapidez. MV 280 5 Con este fin, he tratado de escoger y reunir acontecimientos de la historia de la iglesia en forma que quedara bosquejado el desenvolvimiento de las grandes verdades comprobantes que en diversas épocas han sido dadas al mundo, han excitado la ira de Satanás y la enemistad de la iglesia amiga del mundo... MV 280 6 En esos anales podemos ver un anticipo del conflicto que nos espera. Considerándolos a la luz de la Palabra de Dios, y por la iluminación del Espíritu, podemos ver descubiertas las estratagemas del maligno... Los grandes acontecimientos que marcaron los pasos de reforma que se dieron en siglos pasados, son hechos históricos harto conocidos y universalmente aceptados, que nadie puede negar" (El conflicto de los siglos, pp. 13-14). TOMO 4 --EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS-- FINALMENTE LISTO MV 281 1 Una nota en la página posterior de la revista Signs of the Times del 2 de octubre de 1884, informaba que el tomo 4, "tanto tiempo esperado, ahora ha salido". Fue publicado simultáneamente por ambas instituciones, la Pacific Press y la Review and Herald, en ediciones de 5.000 ejemplares cada una. Antes del fin del año se había vendido totalmente la primera tirada en la costa oeste. Se había traspuesto ahora otro hito en los escritos de Elena de White. El libro se vendió tanto a los adventistas como al público en general, y en un período de varios años se distribuyeron 50.000 ejemplares. MV 281 2 Por 1888 estaba emergiendo un concepto de largo alcance con el uso de El conflicto de los siglos: los colportores estaban introduciendo exitosamente el tomo 4 de la serie de The Spirit of Prophecy al público en general. Era un libro popular; en un corto tiempo habían salido diez tiradas de 5.000 ejemplares cada una de las prensas de la Review and Herald y la Pacific Press. En 1886 se realzó su popularidad al introducirse 22 ilustraciones, y se lo imprimió en un tamaño de página más grande. Ésta, la sexta tirada del libro, tuvo una venta satisfactoria al público en general. Dicha respuesta amplió las perspectivas sobre lo que podía hacerse con los libros de E. G. de White referentes a la historia del conflicto. MV 281 3 Fue la edición de 1888 con la que Elena de White trabajó tan asiduamente durante su gira europea, dividiendo su tiempo entre escribir, presentaciones públicas y viajes. Desde la publicación de su primera visión ella había respondido al impulso interior de escribir con una consagración sin reserva de tiempo y energía. Ya sea en un tren, en un barco o en una caravana; ya sea en California o en Basilea, su único pensamiento era: "Espero que pueda encontrar tiempo para escribir". Escribir, escribir, escribir, en todo tiempo y en todo lugar. Siempre estaba preparada con materiales para hacerlo. Toda vez que fuera posible, estaba acompañada por miembros de su equipo (pagados de sus propios fondos). MV 281 4 En Europa recibió inspiración al visitar muchos de los lugares asociados con la obra de los reformadores; por ejemplo, los valles valdenses y Suiza. En una visita a Zurich, donde Zuinglio había trabajado y predicado, ella mencionó: "Reunimos muchos asuntos de interés que usaremos" (MS 29, 1887). MV 281 5 El manuscrito todavía estaba inconcluso cuando ella regresó a los Estados Unidos. Hizo una cantidad de paradas --Nueva Inglaterra, Battle Creek y otros lugares-- antes de llegar a su casa en Healdsburg, donde el manuscrito fue finalmente terminado. FUENTES MV 281 6 Al escribir El conflicto de los siglos, Elena de White usó los escritos de otros. Ella explicó: MV 282 1 En algunos casos cuando he encontrado que un historiador había reunido los hechos y presentado en pocas líneas un claro conjunto del asunto, o agrupado los detalles en forma conveniente, he reproducido sus palabras, no tanto para citar a esos escritores como autoridades, sino porque sus palabras resumían adecuadamente el asunto (CS, p. 14). MV 282 2 Ella también extrajo material de autores denominacionales, tales como Uriah Smith y J. N. Andrews, al presentar puntos de vista sobre la profecía. Elena había estado con los pioneros de la iglesia cuando estudiaban fervientemente la Biblia, y juntos habían arribado a conclusiones, de ahí que a veces uno sería el escritor para exponerlas ante el público, y a veces otro. Por lo tanto, ella reconoció: "Al referir los casos y puntos de vista de quienes siguen adelante con la obra de refor-ma en nuestro tiempo, me he valido en forma similar de las obras que han publicado" (Ibíd.). MV 282 3 Nadie puede dejar de reconocer que en la redacción inicial de la historia del gran conflicto Elena de White está describiendo lo que ella ha visto, en visión, pero no obstante como una experiencia muy real. Y así es que a lo largo de todo el tomo de Spiritual Gifts, aparecen expresiones tales como "Se me mostró" o "Yo vi" u otra equivalente, a razón de un promedio de una por página. MV 282 4 El relato pasa muy brevemente desde la Creación a través de incidentes de la historia del Antiguo Testamento, tocando aquellos puntos prominentes en el conflicto entre las fuerzas del bien y del mal. Trata más detalladamente de la vida y del ministerio de Jesús, y de la experiencia de los apóstoles. Al llegar aquí en su narración, Elena de White trasciende los registros bíblicos y describe la apostasía, a veces mediante representaciones simbólicas. Luego pasa a un capítulo breve sobre la Reforma, describiendo lo que vio en cuanto al ministerio de Martín Lutero y Melanchthon. Esto representaba el conflicto a lo largo de los siglos postbíblicos, y tendía un puente a la historia del Movimiento Adventista. Veinte capítulos llenan la última mitad del libro, y trazan la historia, pasada y futura, hasta la Tierra Nueva. En este pequeño volumen emergió por primera vez el concepto que une aspectos de la historia mundial y la historia de la iglesia como una parte del cuadro del conflicto de los siglos. MV 282 5 No se sabe exactamente dónde ella puede haber comenzado a escribir el libro. Ella menciona el hecho de estar escribiendo ese tipo de material dos años antes de la muerte de Jaime White. El número de Signs del 31 de mayo de 1883 incluía como su artículo principal el comienzo de una serie de veinte artículos presentando a Martín Lutero como la figura central en la Reforma protestante. Al preparar este material para su publicación, ella estaba cumpliendo el cometido de trazar "la historia de la lucha en las edades pasadas", escogiendo y agrupando "acontecimientos de la historia de la iglesia". Gran parte de esta historia había pasado ante ella en visión, pero no todos los detalles, y no siempre en su secuencía precisa. En una declaración presentada ante el Concilio Otoñal del Comité de la Asociación General el 30 de octubre de 1911 --una declaración que había sido cuidadosamente leída por Elena de White y que llevaba su respaldo escrito--, W. C. White habló de cómo ella recibió luz sobre la historia de la Reforma y la manera en la cual los escritos de otros le ayudaron en este trabajo. MV 283 1 Las cosas que ella ha escrito son descripciones instantáneas y otras presentaciones que le fueron dadas con respecto a los hechos de estos hombres y a la influencia de estas acciones sobre la obra de Dios para la salvación de los hombres, con referencia al pasado, al presente y a la historia futura en su relación con esta obra. MV 283 2 En la redacción de estas visiones ella ha hecho uso de buenas y claras declaraciones históricas para hacer comprensibles al lector las cosas que estaba tratando de presentar. Cuando yo era apenas un muchacho, la oí que le leía a mi padre la Historia de la reforma de D',Aubigné. Ella le leyó a él una gran parte, si no la totalidad de los cinco volúmenes. Leyó también otras historias de la Reforma. Esto la ayudó a localizar y describir muchos de los acontecimientos y movimientos que le fueron presentados en la visión (3MS, p. 499). MV 283 3 En otra ocasión, al contestar preguntas sobre el trabajo literario de su madre, W. C. White escribió: MV 283 4 Durante sus dos años de residencia en Basilea. ella visitó muchos lugares donde ocurrieron acontecimientos de especial importancia en los días de la Reforma. Esto refrescaba su memoria en cuanto a las cosas que había visto, y la inducía a hacer importantes ampliaciones en esas porciones del libro que trataban de los días de la Reforma (Id., p. 531). MV 283 5 Como El conflicto de los siglos estaba siendo preparado para una amplia distribución entre el gran público, algunos materiales fueron eliminados. W. C. White explicó esto: MV 283 6 En su ministerio público mi madre ha demostrado capacidad para seleccionar material del almacén de la verdad, que está bien adaptado a las necesidades de las congregaciones que estaban delante de ella; y siempre pensó que, en la selección del material para la publicación de sus libros, debía mostrarse el mejor juicio al escoger lo que fuera más adecuado a las necesidades de los que los leyeran. MV 283 7 Por lo tanto, cuando se presentó la nueva edición de El conflicto de los siglos en 1888, no se incluyeron aproximadamente 20 páginas --en cierto lugar cuatro o cinco-- que resultaron muy instructivas para los adventistas de los Estados Unidos, pero que no eran apropiadas para lectores de otras partes del mundo (declaración de WCW al Concilio Otoñal de la Asociación General, 30 de octubre, 1911 [ver también 3MS, p. 501]). MV 284 1 Uno de esos puntos eliminados fue la primera parte del capítulo titulado "Las Asechanzas del Enemigo", págs. 572-585. En esa parte excluida ella presentaba una visión que se le había dado de Satanás celebrando un concilio con sus ángeles para determinar la mejor manera en la cual engañar y descarriar al pueblo de Dios. Esta presentación puede encontrarse en Testimonios para los ministros, páginas 472-475, y, por supuesto, en la reimpresión facsimilar de The Spirit of Prophecy, tomo 4. LA HISTORIA DE THE MINISTRY, Of HEALING (EL MINISTERIO DE CURACIÓN) MV 284 2 A comienzos de la década de 1870, Jaime y Elena White habían acudido en rescate del Health Reformer (El Reformador de la Salud), la revista mensual sobre salud publicada por los adventistas, que estaba sufriendo una seria declinación. En la misma, durante un período de varios años, Jaime White publicó editoriales sobre temas de higiene de acuerdo con la Biblia. En la sesión especial de la Asociación General en la primavera de 1876 él propuso la preparación del manuscri-to para un libro sobre el tema (RH, 6 de abril, 1876). La Asociación General le dio un vigoroso apoyo a esta idea, pero se interpusieron otras tareas y luego sobrevino la muerte de Jaime. MV 284 3 Sin embargo, la idea no murió sino que fructificó en un tomo publicado en 1890 bajo el título Christian Temperance and Bible Hygiene (Temperancia cristiana e higiene bíblica). Nueve capítulos de la pluma de Jaime White cubrieron la última sección del libro, "Higiene Bíblica". La primera parle del tomo, "Temperancia Cristiana", era una compilación de un amplio espectro de materiales de E. G. de White sobre el tema "La Salud y el Hogar", 19 capítulos en total. MV 284 4 Se obtuvo la cooperación del Dr. J. H. Kellogg para ayudar en la compilación de este tomo. En el prefacio, escrito por él, rindió un tributo elevado a la importante contribución hecha al mundo por Elena de White al estar al frente de la enseñanza de principios de salud. El Dr. Kellogg declaró que hasta ese entonces "en ningún lugar y por parte de ninguna persona, se había presentado un conjunto sistemático y armonioso de verdades de higiene, libres de errores manifiestos, y compatibles con la Biblia y con los principios de la religión cristiana" (p. iii). Escribió sobre la naturaleza duradera de los principios que ella expuso. Sus párrafos finales presentan la historia del libro: MV 284 5 Este libro no es una presentación nueva de los principios a los que se hace referencia en los párrafos anteriores, sino que es simplemente una compilación, y en cierto sentido un resumen, de los diversos escritos de la Sra. White sobre este tema, a lo cual se han agregado varios artículos del pastor Jaime White, aclarando los mismos principios, y la experiencia personal del pastor J. N. Andrews y José Bates, dos de los pioneros en el movimiento en favor de la salud entre los Adventistas del Séptimo Día. El trabajo de compilación ha sido hecho bajo la supervisión de la Sra. White, por un comité nombrado por ella con este propósito, y ella ha examinado cuidadosamente el manuscrito. MV 285 1 El propósito al preparar este tomo ha sido reunir, en forma condensada, escritos que estaban diseminados en diversos tomos, y algunos que nunca antes habían aparecido en forma impresa, de modo que las enseñanzas de la Sra. White sobre este tema puedan llegar a un número tan grande como sea posible de aquellos a quienes estaban destinadas en forma especial; y se tiene la plena confianza de que la obra recibirá una acogida cordial y el sincero reconocimiento que su importancia demanda (Id., p. iv). MV 285 2 Christian Temperance and Bible Hygiene (Temperancia cristiana e higiene bíblica), con el consentimiento de Elena de White, fue publicado en Battle Creek por la Good Health Publishing Company. Por un número de años fue la presentación clásica de E. G. de White sobre el tema de la salud. La sección del libro titulada "Temperancia Cristiana" --la sección de E. G. de White-- fue publicada en su totalidad o en parte en varios de los idiomas de Europa. En 1905 The Ministry of Healing (El ministerio de curación) tomó su lugar como el principal libro sobre salud de E. G. de White, escrito para la iglesia y para el mundo, un libro para el cual jamás se ha pedido ninguna revisión. ------------------------Capítulo 18--El LLAMADO A AUSTRALIA HASKELL COMIENZA LA OBRA EN AUSTRALIA MV 286 1 Stephen N. Haskell estuvo presente en la dedicación del Colegio de Battle Creek el 4 de enero de 1875, y oyó a Elena de White mencionar que uno de los países que le fueron mostrados en visión en donde había visto prensas publicando el mensaje era Australia, y él resolvió que proclamaría el mensaje en Australia. Pero esto sucedió diez años antes de que la iglesia llegase a un grado de crecimiento que le permitiera sentir que podía sostenerlo para que llevase el mensaje a ese país distante del Pacífico austral. MV 286 2 En su sesión de 1884 la Asociación General acordó enviar a Haskell a Australia. Siendo un hombre práctico, escogió a cuatro familias para que le ayudasen a iniciar la obra: J. O. Corliss, evangelista y editor; M. C. Israel, pastor y evangelista; William Amold, un colportor; y Henry Scott, un impresor. Las cinco familias viajaron a Australia en 1885, llegando en junio, la estación invernal en Australia. Se entregaron de todo corazón al trabajo. Mediante dos esfuerzos evangelizadores, suplementados por distribución de libros, pronto hubo una iglesia de 90 miembros en Melbourne y una revista mensual novata, The Bible Echo and Signs of the Times (El Eco Bíblico y Señales de los Tiempos). MV 286 3 Seis años más tarde, en 1891, la feligresía combinada de Australia y Nueva Zelanda había alcanzado a 700 miembros. Entre ellos había un número de jóvenes ansiosos de esparcir el mensaje de la iglesia en el Pacífico austral. Cuando Haskell, que había regresado a los Estados Unidos, volvió a visitar el campo, vio claramente la necesidad de una escuela preparatoria, y le expresó sus convicciones en una carta a O. A. Olsen, presidente de la Asociación General. LA ASOCIACIÓN GENERAL TOMA MEDIDAS MV 286 4 La sesión 29°de la Asociación General, celebrada en Battle Creek, Michigan, comenzó el jueves de mañana, 5 de marzo de 1891. Fue una reunión que se caracterizó por tener una visión amplia, particularmente en el área de la educación. El viernes de mañana Haskell, que recientemente había completado una gira entre las misiones en África, India y otros países, habló sobre la importancia de preparar obreros en sus países nativos en vez de enviarlos al extranjero, donde a menudo perdían contacto con las situaciones de su lugar natal. El domingo de mañana W. W. Prescott, secretario de educación de la Asociación General, dio su informe, en el que mencionó una cantidad de pedidos para que se abran escuelas. Declaró que "también viene un pedido para que se abra una escuela en Australia" (GCB 1891, p. 39). El lunes de mañana el Comité de Educación trajo la siguiente recomendación: MV 287 1 Recomendamos, MV 287 2 1. Que tan pronto como sea posible, se abra una Escuela Bíblica en inglés en Australia, para continuar durante un período de doce a dieciséis semanas. MV 287 3 2. Que desde este país se envíen por lo menos dos maestros para encargarse de la escuela. MV 287 4 3. Que los hermanos de Australia absorban los gastos de mantenimiento de esta escuela en la manera que les parezca mejor. MV 287 5 4. Que el establecimiento de esta escuela sea considerado como el primer paso hacia una escuela permanente para niños de todas las edades, en caso de que los hermanos en Australia así lo deseen (Id., p. 48). MV 287 6 Haskell estaba convencido de que si Elena de White visitara el campo podría traer fuerza espiritual e inspiración, y promovería la idea de una escuela como un centro preparatorio. Otros se sentían inclinados a apoyar su punto de vista. De ese modo comenzó a desarrollarse la idea de una visita de Elena de White a Australia. MV 287 7 Elena de White esperaba que no hubiese una invitación para dejar los Estados Unidos. "Ansio descanso y quietud, y publicar 'La Vida de Cristo' ", escribió (MS 29, 1891). En realidad, anticipando un programa concertado para su trabajo de escribir, ella había comprado un lote en Petoskey, un lugar de recreación junto al Lago Michigan, y estaba haciendo construir una casa donde ella y su personal pudieran trabajar sin las interrupciones con las que tendrían que lidiar en Battle Creek. MV 287 8 Fue precisamente en este momento que le llegó la noticia de la invitación de la Junta Directiva de las Misiones Extranjeras, pidiéndole que fuese a Australia. La Junta de las Misiones Extranjeras recomendó el traslado si concordaba con el juicio de ella y con cualquier luz que ella pudiera tener del cielo; también se recomendaba que W. C. White la acompañase. O. A. Olsen, presidente de la Asociación General, informó a la iglesia en general a través de un artículo en la Review and Herald del 2 de junio de 1891: MV 287 9 Ha habido desde Australia un pedido urgente y por largo tiempo para que la Hna. White vaya allí, pero no se ha abierto el camino; y aún ahora parece como una empresa irrazonable que ella, a su edad y en su condición debilitada, intente un viaje tal; pero ella tiene buen ánimo y ha respondido favorablemente, y es muy probable que ella y el pastor White viajen por barco a Australia el próximo mes de noviembre. IR O NO IR MV 288 1 El acuerdo de la Junta de las Misiones Extranjeras de invitar a Elena de White a ir a Australia incluía una cláusula que le dejaba a ella la decisión final. A medida que transcurría el verano ella buscó al Señor en procura de luz, pero no recibió ninguna. MV 288 2 El 5 de agosto de 1891 ella escribió en su diario: MV 288 3 Esta mañana mi mente se siente ansiosa y preocupada respecto a mi deber. ¿Puede ser la voluntad de Dios que vaya a Australia? Esto significa mucho para mí. No tengo luz especial para dejar los Estados Unidos a fin de ir a este país remoto. No obstante, si yo supiese que era la voz de Dios, iría. Pero no puedo entender este asunto. MV 288 4 Algunos que están llevando responsabilidades en Norteamérica parecen insistir mucho en que mi trabajo especial debería consistir en ir a Europa y a Australia. Finalmente fui a Europa y trabajé allí en ese nuevo campo con todo el poder y la influencia que Dios me ha dado. Mi casa y mis bienes en Norteamérica se han desparramado, y sufrí mucha pérdida en este respecto. Puse mi casa en venta y el Dr. Kellogg la compró. Necesitaba el importe que recibí, y era un importe bajo. Deseé que pudiera haber sido el doble, porque con W. C. White yo había abierto nuevos campos, e invertí estos recursos en escuelas, casas de culto, y en abrir campos nuevos (MS 44, 1891). MV 288 5 El tiempo se estaba acabando. Pronto tenía que hacerse una decisión. El 20 de agosto ella escribió: "Sé que es inútil decirles que todas sus previsiones halagadoras en mi favor no reducen mi idea de que ir a Australia significa trabajo y la responsabilidad de llevar un mensaje a la gente que no son lo que el Señor quisiera que fuesen" (MS 29, 1891). MV 288 6 Sin embargo, ella decidió ir. Como escribió más tarde del tema, había adoptado la práctica de responder a los pedidos de la Asociación General a menos que tuviese luz especial en sentido contrario (Carta 18a, 1892). Los dirigentes de la iglesia le habían pedido que fuese; y puesto que no tenía luz directa al respecto, decidió ir, aun cuando deseaba que pudiera ser liberada de la responsabilidad de ir. MV 288 7 A mediados de agosto la Junta de las Misiones Extranjeras y el Comité de la Asociación General tomaron el voto de nombrar a G. B. Starr y a su esposa para que acompañasen a Elena de White y su grupo en su viaje a Australia (RH, 13 de octubre, 1891). ARRIBO A SYDNEY MV 288 8 El martes 8 de diciembre de 1891, a las 7:00 de la mañana, el vapor S. S. Alameda entró en el puerto de Sydney. El mar se había agitado fuertemente durante la noche y los pasajeros se habían mantenido cerca de sus camarotes. Pero al llegar la mañana todo el grupo estaba sobre cubierta para ver este puerto, considerado como uno de los más hermosos del mundo. Viniendo desde San Francisco estaban Elena de White, W. C. White, Emily Campbell, May Walling y Fannie Bolton. En Honolulu se les unieron el pastor Starr y su esposa. MV 289 1 Al llegar cerca del muelle pudieron ver a un grupo de amigos que estaban esperando para darles la bienvenida. Elena de White reconoció a A. G. Daniells y su esposa, Mary, aunque habían pasado algunos años desde que estuvieran juntos en Texas. Ella no conocía a los demás. Antes que el barco tocase el muelle, estaban saludándose en voz alta de un lado hacia el otro, y cuando se bajó la plancha muy pronto se estaban estrechando las manos. MV 289 2 Desayunaron en la casa de los Daniells, y mientras estaban comiendo, llegaron otros. Pronto hubo un período de culto, para alabar a Dios por el viaje seguro a través del ancho océano Pacífico. MV 289 3 El viernes de noche, y nuevamente el sábado de mañana, Elena de White habló en un salón en Sydney. Se sintió complacida con la respuesta y dijo: "No estoy arrepentida de encontrarme aquí" (Carta 21, 1891). MV 289 4 Tomando el tren para el viaje de una noche a Melbourne, llegaron a destino el miércoles de mañana, 16 de diciembre. Allí se encontraban la casa publicadora y las oficinas centrales de la Asociación. Estaba reunido un grupo numeroso en el Salón Federal, el salón de reuniones en el segundo piso de la Compañía de Publicaciones Echo, para extender una cordial bienvenida. G. B. Starr, W. C. White y Elena de White se dirigieron al grupo. Se expresó gratitud a Dios por traer a los visitantes sin contratiempos a Australia (MS 47, 1891). RECONOCIÓ LAS PRENSAS MV 289 5 Se llevó a los recién llegados a la oficina de impresión, debajo del salón donde se encontraban. Al entrar al taller de prensas, Elena de White reconoció las prensas como aquellas que le habían sido mostradas en la visión del 3 de enero de 1875. Ella declaró: "He visto antes estas prensas", y continuó: "He visto antes este lugar. He visto a estas personas, y conozco las condiciones que existen entre los obreros de este departamento. Hay una falta de unidad aquí, una falta de armonía" (AD 105j, WCW, "Una Visión Abarcante"). Tenía un mensaje para el capataz. Pero más adelante tendría más para decir y escribir al respecto. CUARTA SESIÓN ANUAL DE LA ASOCIACIÓN AUSTRALIANA ADVENTISTA DEL SÉPTIMO DÍA MV 289 6 El siguiente jueves de noche, 24 de diciembre, se inició la cuarta sesión anual de la Asociación Australiana Adventista del Séptimo Día en el Salón Federal. Estaban presentes unas 100 personas, que representaban las iglesias en Australia. Puesto que el día siguiente era Navidad, la Sra. White dirigió un mensaje apropiado sobre "el nacimiento y la misión de Cristo, ilustrando el amor de Dios y mostrando que es propio hacer regalos de gratitud, como hicieron aquellos que trajeron sus presentes a Jesús, en vez de derrochar recursos en una gratificación inútil" (BE, l°de enero, 1892). MV 290 1 El Salón Federal era demasiado pequeño para el servicio del sábado de mañana, de modo que Elena de White habló en un salón más grande. Se sintió inducida a comentar: "Cuando se dan cuenta que voy a hablar, tienen mucha gente presente" (MS 45, 1891). Para la reunión del domingo de noche, se consiguió el Fitzroy Town Hall que estaba cerca. Allí ella habló sobre el plan de salvación y el amor de Dios hacia la humanidad caída, a una audiencia que estuvo sentada atentamente por una hora y media. MV 290 2 Ella escribió en su diario: MV 290 3 No me sentía bien el 26 y el 27 de diciembre [sábado y domingo]. Tenía fuertes síntomas de malaria. Apenas pude comer un poco durante el día y tuve mucha fiebre, pero el Señor me fortaleció cuando [estaba] ante la gente (Ibíd..). MV 290 4 Poco comprendía ella la naturaleza ominosa de la situación, porque éste era el comienzo de una enfermedad prolongada y dolorosa que iba a afectar sustancialmente su ministerio en Australia. LA SESIÓN DE NEGOCIOS DE LA ASOCIACIÓN MV 290 5 El lunes 28 de diciembre por la mañana, cuando 40 delegados se pusieron a considerar los asuntos para esa sesión, dos nuevas iglesias fueron admitidas, se nombraron comités, y se presentaron resoluciones ante los delegados para su consideración. Las mismas no fueron numerosas, pero eran importantes. La primera decía así: MV 290 6 1.Resuelto, Que se dé atención inmediata al trabajo de la lectura de la Biblia [estudios bíblicos en casas particulares], y que se escojan personas idóneas y cabalmente preparadas para esta clase de labor (BE, 15 de enero, 1892). MV 290 7 El siguiente punto tenía que ver con el ministerio de las publicaciones y demandaba un fiel trabajo de seguimiento donde se vendían los libros. A esto le siguió una resolución expresando gratitud a la Asociación General por enviar a los obreros que acababan de llegar a fin de "visitar, aconsejar y ayudar" en esta coyuntura actual de su experiencia. MV 290 8 Los delegados eran plenamente conscientes del acuerdo tomado por la Asociación General en su sesión de marzo respecto al comienzo de una escuela. Ese asunto fue presentado en la sesión de Melbourne, en la que G. C. Tenney y W. C. White hicieron las observaciones apropiadas. Elena de White leyó un material importante referente a las escuelas de iglesia y al trabajo que debiera hacerse en ellas. A. G. DANIELLS ES ELEGIDO PRESIDENTE MV 291 1 El comité de nombramientos trajo el nombre de A. G. Daniells para ser presidente de la Asociación Australiana, y se lo eligió como tal. La elección no fue fácil. Al escribirle sobre lo ocurrido a O. A. Olsen seis meses más tarde, la Sra. White explicó que había una escasez muy grande de elementos disponibles para posiciones de liderazgo. MV 291 2 En años posteriores Daniells habló de esta experiencia en términos más bien generales: MV 291 3 Fui elegido presidente de la Asociación Australiana recién organizada, y continué en ese cargo durante los nueve años que la Sra. de White residió en ese campo. Esta responsabilidad oficial me mantuvo en trato continuo con ella. Nuestro campo misionero era vasto. Nuestros problemas eran graves, y algunos de ellos nos dejaban muy perplejos... MV 291 4 Nuestros miembros aumentaban en forma animadora, y llegó a ser necesario establecer un colegio para la preparación de misioneros y también escuelas primarias para los hijos de nuestros creyentes. Se edificó luego un sanatorio para el tratamiento de los enfermos, y se estableció una fábrica de productos alimenticios. MV 291 5 Era joven y completamente inexperto en la mayoría de estas empresas. Como presidente, se me tenía más o menos por responsable de los progresos de todos esos proyectos. Yo necesitaba consejo y lo solicitaba a la Sra. de White en cada paso importante, y no quedaba chasqueado. También estuve íntimamente asociado en los trabajos administrativos y de la junta, con su hijo, W. C. White. Su consejo me era de mucho valor. Se basaba en una experiencia mayor que la mía, y también en su conocimiento íntimo de los muchos mensajes de consejo que habían sido dados por intermedio de su madre durante los años pasados, al hacer frente a condiciones similares a las que estábamos arrostrando (AGD, El permanente don de profecía, pp. 429-430). ELENA DE WHITE COMIENZA A TRABAJAR EN MELBOURNE MV 291 6 La sesión de la Asociación terminó el 3 de enero, pero el programa continuó durante otra semana en reuniones devocionales y un "Instituto de Instrucción en la Obra Cristiana". La Sra. White dedicó esta semana a la búsqueda de una casa. Ella y su familia de la oficina necesitaban tener un lugar donde vivir y trabajar. El plan general era que ella tendría sus oficinas centrales en Melbourne durante seis meses y que escribiría sobre la vida de Cristo. Desde allí visitaría las iglesias principales y pasaría dos meses en Nueva Zelanda en conexión con la sesión de la Asociación de ellos. MV 291 7 El domingo 3 de enero, por la mañana, Stephen Belden llevó a Elena de White en su carruaje 8 kilómetros (5 millas) al norte, a un suburbio conocido MV 292 1 como Preston. A ella le agradó la atmósfera rural y el área en términos generales, pero la cabaña que fueron a ver no era suficientemente grande para el grupo cuyos miembros tenían que trabajar juntos. El martes de mañana estaban de regreso en Preston, esta vez con mejor éxito. Ella hizo la siguiente anotación en su diario: Encontramos una linda casa de ladrillo con nueve habitaciones la cual, con un poco de apiñamiento, acomodaría al pastor Starr y su esposa y a nuestros obreros. Hay un hermoso jardín, pero ha sido descuidado y está cubierto de maleza (MS 28,1892). MV 292 2 El miércoles estaban nuevamente en Preston, esta vez para hacer los arreglos a fin de alquilar por seis meses la casa sin muebles. Los dos días siguientes se usaron para comprar muebles, platos y otros artículos necesarios para la casa. El domingo de mañana Elena de White estaba levantada temprano empacando y alistándose para mudarse a su nueva casa. Al mediodía estaban en sus nuevas dependencias, muy contentos con las perspectivas: un terreno grande, aire puro y vigorizador; un patio lleno de flores "de la mejor calidad"; y buena tierra. MV 292 3 Debido a que el nuevo "hogar" estaba a 8 kilómetros (5 millas) de la ciudad y de la casa publicadora, ella compró un caballo y un carruaje, un faetón con dos asientos en el que podía viajar con comodidad. Compraron una vaca saludable para proveer leche, y construyeron un establo para acomodar al caballo y la vaca (Carta 90, 1892). Una niña, Annie, fue empleada para ayudar en el trabajo doméstico. May Walling cocinaba. Debido a que los planes de ellos requerían una estadía de sólo seis meses, compraron muebles de segunda mano y en cierta medida improvisaron un poco con las cajas para empacar. Algunas de las alfombras viejas usadas para empacar los artículos despachados desde Norteamérica sirvieron para cubrir el piso. La economía era su consigna. MV 292 4 Las mujeres ayudantes se encargaron del cuidado del patio, y el jardín respondió bien. Escribió Elena de White: MV 292 5 Las niñas se pusieron a trabajar en el jardín, sacando malezas, haciendo canteros de flores, plantando semillas de verduras. Estaba muy seco, de modo que compramos una manguera, y Marian [Davis] era la jefa en el jardín. Con agua, las flores brotaron. Las dalias, las bellezas más preciosas, están en plena floración, y las fucsias prosperan. Nunca las vi florecer como lo hacen aquí; los geranios, del tipo Lady Washington, [florecen] en ramilletes inmensos de los más ricos colores para deleitar el ojo (MS 4, 1892). MV 292 6 Justo antes de que terminasen las reuniones de la Asociación, la Sra. White fue atacada por una severa enfermedad. Por once meses sufrió de fiebre palúdica y de reumatismo inflamatorio. Durante este tiempo de sufrimiento extremo ella continuó escribiendo sólo bajo grandes dificultades. MV 293 1 Ahora estoy escribiendo sobre la vida de Cristo, y en mi trabajo de escribir he sido grandemente consolada y bendecida. Puede ser que esté lisiada a fin de hacer este trabajo por tanto tiempo descuidado (Carta 90, 1892). MV 293 2 Al empeorar su condición física, ella no podía estar de pie para hablar, pero no se daba por vencida; hablaba estando sentada en una silla sobre la plataforma. Finalmente se empeoró hasta el extremo de que ya no podía cumplir citas para hablar. MV 293 3 Un evento feliz durante este período fue la llegada por correo desde Norteamérica de un ejemplar de El camino a Cristo, publicado por Fleming H. Revell y Compañía, de Chicago. Se lo anunció en la contratapa del número del 1ode abril del Bible Echo. MV 293 4 El libro tuvo una acogida fenomenal en los Estados Unidos, como lo indicó otra nota en la contratapa que apareció dos meses más tarde. Un anuncio del publicador, Revell, se reprodujo bajo el título "Un Libro Notable": MV 293 5 No es frecuente que un publicador tenga la oportunidad de anunciar una tercera edición de una nueva obra dentro de las seis semanas de la primera tirada. Éste, sin embargo, es el hecho animador en relación con El camino a Cristo, la obra eminentemente beneficiosa y práctica de la Sra. E. G. de White. Si usted lee esta obra, con toda seguridad llegará a interesarse profundamente en extender su circulación. MV 293 6 El camino a Cristo es una obra para guiar al de mente inquisitiva, para inspirar al cristiano inexperto, y para consolar y animar al creyente maduro. El libro es único en su utilidad. SE UNGE A ELENA DE WHITE MV 293 7 Aunque Elena de White, al igual que su esposo, había respondido una cantidad de veces a pedidos para que se uniese a otros en el servicio de ungir a los enfermos y orar por su curación, postergó el hacer un pedido tal para ella misma. Pero después de largos meses de sufrimiento y sin evidencia de mejoría, y aunque ella y sus ayudantes habían hecho todo lo que pudieron con tratamientos hidroterápicos adecuados, todavía se encontraba casi incapacitada. Ahora su mente se dirigió a lo que era su privilegio hacer, pedir a los hermanos que viniesen y la ungiesen y orasen pidiendo su curación. Mientras consideraba esto, y todo el asunto de orar por la curación de los enfermos en general, escribió una declaración: MV 293 8 Orar por los enfermos es un asunto sumamente solemne, y no debiéramos emprender este trabajo en una forma descuidada, precipitada. Debiera efectuarse un examen para ver si aquellos que serían bendecidos con salud han cedido a la maledicencia, las desavenencias y la disensión. ¿Han sembrado discordia entre los hermanos y hermanas en la iglesia? Si se han cometido estas cosas debieran confesarse ante Dios y ante la iglesia. Cuando se han confesado las faltas, pueden presentarse ante Dios a las personas por quienes se ora, con sinceridad y fe, según el Espíritu de Dios se mueva sobre ustedes (MS 26a, 1892). MV 294 1 En esta declaración, aparentemente dirigida a ella misma, como también a otros, la Sra. White escribió mucho en el mismo tono que se encuentra en el capítulo "La Oración por los Enfermos", en El ministerio de curación. En realidad, este manuscrito probablemente formó la base para el capítulo. MV 294 2 Después de la preparación del corazón que acompañó a su tarea de escribir sobre la oración por los enfermos, ella llamó a los hermanos para que viniesen a su casa y la ungiesen y orasen pidiendo su curación. Acerca de esta experiencia, que ocurrió el viernes 20 de mayo, ella escribió en su diario: MV 294 3 Ayer por la tarde, el pastor [A. G.] Daniells y su esposa, el pastor [G. C.] Tenney y su esposa, y los Hnos. Stockton y Smith vinieron a nuestra casa a pedido mío para pedir al Señor que me sanara. Tuvimos una reunión de oración muy fervorosa, y fuimos muy bendecidos. Quede aliviada, pero mi salud no fue restablecida. MV 294 4 Ahora he hecho todo lo posible por seguir las instrucciones de la Biblia, y esperaré que el Señor obre, en la creencia que él me sanará cuando él lo considere oportuno. Mi fe se afirma en esa promesa: "Pedid, y recibiréis" (Juan 16:24). MV 294 5 Creo que el Señor escucha nuestras oraciones. Yo esperaba ser libertada inmediatamente de mi cautividad, y en mi juicio finito estimaba que de este modo Dios sería glorificado. Fui muy bendecida durante nuestra reunión de oración, y me aferraré a la seguridad que entonces se me dio: "Yo soy tu Redentor; yo te sanaré" (MS 19, 1892 [2MS, p. 269]). SE ESTABLECE LA ESCUELA BÍBLICA MV 294 6 Una de las razones por las que la Asociación General les pidió a Elena de White y a su hijo que fuesen a Australia era la necesidad que había allí de una escuela para preparar a los jóvenes en su tierra natal. El principal asunto de negocios en la sesión de la Asociación Australiana que se celebró inmediatamente después del arribo de ellos a Melbourne fue el establecimiento de una escuela tal. Se tomaron medidas para que un comité encontrase un lugar, para lo cual se nombraron miembros que representasen a Australia y a Nueva Zelanda. MV 294 7 El siguiente paso fue asegurar el apoyo de los creyentes en Nueva Zelanda, una Asociación con una feligresía equivalente a dos tercios de la de Australia. Esto se logró en la sesión de la Asociación de Nueva Zelanda realizada en Napier, del 1o al 14 de abril de 1892. Ahora era el momento para avanzar con el desarrollo de los planes y para idear medios que proporcionasen el apoyo financiero. MV 295 1 Desafortunadamente Australia estaba entrando en una depresión económica. No todos los creyentes veían la necesidad de una escuela; no obstante, dieron los primeros pasos para decidir dónde debiera ubicarse la escuela. Algunos argumentaban en favor de Sydney, otros en favor de Melbourne. La Sra. White favorecía este último lugar. MV 295 2 El trabajo tuvo que comenzar en edificios alquilados. Como las alternativas para el lugar se redujeron a Melbourne, parecía que el área conocida como North Fitzroy, a unos 3 kilómetros (2 millas) de la casa publicadora, sería la mejor. Allí encontraron un complejo consistente de cuatro edificios, dos de los cuales estaban disponibles, y el costo del alquiler estaba dentro de lo razonable. Del otro lado de los edificios había campo abierto (Carta 13, 1892). MV 295 3 La escuela se inauguró el 24 de agosto de 1892, con una matrícula de 25 estudiantes. Lo que no se hizo público en forma general fue cómo, frente a circunstancias financieras adversas y a la indiferencia de parte de muchos, la escuela en efecto se puso en marcha. Elena de White iba a referirse a eso algunos meses más tarde. En una carta a Harmon Lindsay, tesorero de la Asociación General, ella dijo: MV 295 4 El invierno pasado, cuando vimos que debíamos tener una escuela para hacer frente a las demandas de la causa, no sabíamos de dónde obtendríamos los fondos... [Elena de White habla de gastos.] Algunos pensaban que esto no podía hacerse; sin embargo, nosotros sabíamos que debía empezarse en 1892. Algunos pensaban que todo lo que podía hacerse era realizar un corto instituto para los ministros. MV 295 5 Sabíamos que había muchos jóvenes que necesitaban los beneficios de la escuela. Mientras estábamos profundamente perplejos en cuanto a cómo podríamos empezar, el mismo plan que me fue sugerido a mí mediante una impresión en mi mente, le fue sugerido a Willie de la misma manera, y... eso pasó en la misma noche. MV 295 6 Por la mañana, cuando vino a contarme de su plan, le pedí que esperase hasta que yo le dijese el mío, que era el de que usáramos los derechos de autor de los libros extranjeros vendidos en Norteamérica. MV 295 7 Aunque estaba sufriendo dolor, me sentía inquieta por este asunto, y le oré fervientemente al Señor en busca de luz, y ésta vino. Usted sabe que no estaría bien que yo usara el dinero que está apartado para otros propósitos. MV 295 8 De los derechos de autor mencionados antes, invertí $1.000 para ser usados cuando más se los necesitase. Pero deben usarse $500 como un fondo para traer a la escuela a estudiantes que no pueden venir y que no vendrán a menos que tengan ayuda. Willie dijo [que] teniendo esta declaración para colocarla ante la junta directiva tendremos su influencia para que nos respalden. Así es cómo se le dio comienzo a nuestra escuela (Carta 79, 1893). SE ABRE LA ESCUELA BÍBLICA MV 296 1 En los ejercicios de apertura de la escuela, hablaron primero A. G. Daniells y G. C. Tenney, y luego la Sra. White, quien tuvo que ser llevada a la plataforma. Pareció perder de vista el hecho de que había un grupo de constituyentes pequeño, que las condiciones financieras eran adversas, y que había meramente un puñado de estudiantes. Con una visión de una tarea inconclusa en un mundo con muchos continentes a los que aún no había llegado el mensaje del tercer ángel, ella declaró: MV 296 2 La obra misionera en Australia y Nueva Zelanda está todavía en su infancia, pero la misma obra debe efectuarse en Australia, Nueva Zelanda, África, India, China y las islas del mar, como ha sido realizada en el campo que sirve de base (BE, suplemento, 1o de septiembre, 1892 [citado en 3LS, p. 338]). MV 296 3 W. C. White siguió con una reseña del desarrollo del trabajo de las escuelas entre los adventistas y describió algunas de las condiciones del éxito y algunos de los elementos de peligro. MV 296 4 Un mes después de la apertura de la escuela, la Sra. de White informó con gozo lo siguiente: MV 296 5 La escuela ciertamente está marchando bien. Los estudiantes son los mejores. Son callados y están tratando de obtener todo el beneficio posible. Todos están contentos con el pastor Rousseau y su esposa como maestros (Carta 54, 1892). MV 296 6 Tres meses más tarde le escribió al pastor Olsen: MV 296 7 El personal docente ha puesto pocos reglamentos, y no han tenido ni un caso en el que se haya requerido disciplina. Desde el primero hasta el último han reinado la paz y la armonía. La presencia de Jesús ha estado en la escuela desde su comienzo, y el Señor ha obrado en la mente de maestros y alumnos (Carta 46, 1892). MV 296 8 Cuando escribió a otra persona sobre esto, explicó lo siguiente: MV 296 9 Ellos [los estudiantes] nunca habrían podido disfrutar las ventajas de la escuela a menos que alguien les ayudase, y como nadie asumió la responsabilidad, recayó en mí. Me encargué de varios durante el primer período de la escuela, y estoy pagando los gastos de seis [alumnos] durante el presente período, y el número podría aumentar a ocho (Carta 65,1893). GANANDO FUERZAS MV 297 1 Comenzando con el 10 de julio, los registros en el diario de Elena de White comenzaron a adquirir un nuevo giro. En ese día ella escribió las palabras: Alabo al Señor con mi corazón, alma y voz porque me estoy sintiendo más fuerte" (MS 34,1892). Al llegar al fin del año escolar le escribió con júbilo al presidente de la Asociación General: "¡La escuela ha sido un éxito! MV 297 2 Ella acababa de asistir a los ejercicios de clausura de la Escuela Bíblica Australasiana, un servicio sencillo celebrado en la sala que servía de capilla. Había estado ausente durante casi tres meses, trabajando en Adelaide y Ballarat, y había regresado a Melbourne para este evento significativo. No había olvidado que una de las razones básicas por la que se los había instado a ella y su hijo a pasar un par de años en Australia era para ayudar a iniciar allí la obra educacional. A pesar de la indiferencia, la depresión financiera en el país, y una enfermedad prolongada y extenuante, su persistencia había salido victoriosa. MV 297 3 La mayoría de los estudiantes partieron inmediatamente para entrar en el ministerio de las publicaciones en varias de las colonias australianas. Los dirigentes de la iglesia se abocaron brevemente a la planificación del próximo período escolar, fijando el 6 de junio como la fecha para la apertura. Luego los ministros, incluyendo al presidente, se distribuyeron entre las principales iglesias para dirigir la Semana de Oración que acababa de instituirse. LOS SIGNOS SECRETOS MV 297 4 El día cuando se terminó la escuela, W. C. White convocó a una reunión de los miembros de la junta directiva de la escuela que estaban disponibles. N. D. Faulkhead, tesorero de la casa publicadora, asistió. Cuando terminó la reunión a eso de las 4:00, White le habló, diciéndole que Elena de White deseaba verlo. Cuando comenzó a avanzar por el pasillo hacia el cuarto donde ella estaba parando, acudió a su mente un sueño que había tenido unas pocas noches antes, en el que la Sra. White tenía un mensaje para él. MV 297 5 Faulkhead era un hombre de negocios alto, perspicaz, apto y enérgico, afable y liberal en su disposición, pero orgulloso. Cuando se hizo adventista, retuvo su membresía en varias organizaciones secretas, y no se retiro de ellas. Cuando algunos años más tarde escribió sobre su experiencia en una carta general dirigida a "Mis Queridos Hermanos en la Fe", habló de esas afiliaciones: MV 297 6 Estaba estrechamente vinculado con la Logia Masónica... Sustentaba las posiciones más elevadas que se me podían conferir en las siguientes logias: primero, era Maestro de la Logia del Francmasón del Tercer Grado (o Logia Azul); segundo, era Primer Director de la Logia Venerable y Espléndida (de Canadá); tercero, era Preceptor de los Caballeros Tem plarios, ademas de muchas otras logias menores, los Templarios Serviciales, los Recabitas, y los Camaradas Extraordinarios, en las que yo también tuve altas posiciones (DF 522a, carta de N. D. Faulkhead, 5 de octubre 1908). MV 298 1 Cuando la familia Faulkhead aceptó el mensaje del tercer ángel --la Sra. Faulkhead era una maestra en el sistema escolar público--, se reconoció la capacidad fuera de lo común de él y se lo empleó como tesorero en la Echo Publishing Company. Al principio prestó buen servicio, pero a medida que transcurría el tiempo se absorbió más y más en su trabajo con las logias, y su interés en la obra de Dios comenzó a disminuir. MV 298 2 Esta era su situación cuando Elena de White llegó a Australia en diciembre de 1891. Cuando se le revelaron asuntos que involucraban a obreros de la casa publicadora en una visión abarcante, unos pocos días después de su arribo, ella escribió en forma general de las condiciones que había allí; también redactó testimonios dirigidos a un número de individuos, incluyendo al Sr. Faulkhead y su esposa. El documento dirigido a ellos trataba de su conexión con la casa publicadora y su afiliación con la Logia Masónica. Llenaba cincuenta páginas. Ella intentó despachárselo pur correo, pero se le indicó que no lo hiciera. Ella declaró: "Cuando cerré la comunicación lista para despacharla, me pareció que una voz me hablo diciendo: No todavía, no todavía; ellos no recibirán tu testimonio'" (Carta 39, 1893). MV 298 3 Ella no dijo nada respecto al asunto por casi 12 meses, pero mantuvo un profundo interés en los Faulkhead y su bienestar espiritual. Algunos de sus asociados en la casa publicadora estaban muy preocupados al observar su creciente infatuación con el trabajo de las logias y su espiritualidad decreciente y su menor interes en los asuntos de la causa de Dios. Le rogaron, urgiéndolo a considerar el peligro de su curso de acción. "Pero--como escribió el Sr. Faulkhead--, mi corazón estaba lleno de esas cosas; en realidad pensaba más en ellas que en cualquier otra cosa" (DF 522a, carta de N. D. Faulkhead, 5 de octubre, 1908). MV 298 4 El enfrentó desafiantemente las exhortaciones con la audaz declaración de que no abandonaría su conexión con los francmasones por todo lo que Starr o White o cualquier otro ministro pudiera decir. Él sabía lo que estaba haciendo, y no iba a ser enseñado por ellos" (Carta 21b, 1892). Para los que estaban a cargo de la obra era claro que a menos que ocurriese un cambio marcado en su actitud, pronto tendría que encontrar otro empleo. MV 298 5 La Sra. White escribió sobre esta experiencia: "Nadie podía comunicarse con él respecto a la francmasonería. Se estaba colocando más y más firmemente en las trampas del enemigo, y lo único que veíamos que se podía hacer era dejarlo abandonado a sí mismo" (Carta 46, 1892). Se le mostró a la Sra. White que la condición de él era semejante a la de "un hombre a punto de perder su equilibrio y despeñarse por un precipicio" (MS 4, 1893). MV 299 1 Por un período de meses Elena de White retuvo los mensajes para él y pensó en enviárselos, pero fue restringida. MV 299 2 A comienzos de diciembre de 1892, J. H. Stockton, uno de los primeros adventistas en Australia, estaba hablando con el Sr. Faulkhead. Le preguntó qué haría si la Sra. White tuviese un testimonio para él respecto a su conexión con la logia. A esto Faulkhead replicó audazmente: "Tendría que ser sumamente fuerte". Ninguno de los dos hombres sabía que casi un año antes, todo el asunto le había sido revelado a ella (DF 522a, N. D. Faulkhead a EGW, 20 de febrero, 1908). MV 299 3 Poco después de esto, el sábado de noche, 10 de diciembre, Faulkhead soñó que el Señor le había mostrado su caso a Elena de White, y que ella tenía un mensaje para él. Esto, unido a su replica desafiante a Stockton respecto a cual sería su actitud hacia un mensaje por intermedio de ella, lo condujo a una seria reflexión. En el momento de este sueño la Sra. White estaba en Ballarat, pero el lunes 12 de diciembre, como indicamos antes, ella había regresado a Melbourne. Al día siguiente asistió a los ejercicios de clausura del primer período de la Escuela Bíblica Australasiana. MV 299 4 Con este sueño grabado vividamente en su mente, Faulkhead buscó a la Sra. White, quien lo saludó cordialmente. Él le preguntó si tenía algo para él. Ella le contestó que pesaba sobre su mente la preocupación por su caso y que tenia un mensaje para él del Señor, el cual deseaba que él y su esposa oyeran. Ella propuso una reunión en un futuro próximo, cuando presentaría ese mensaje. Faulkhead preguntó ansiosamente: "¿Por qué no me da el mensaje ahora? (Carta 46,1892), MV 299 5 Ella estaba cansada de su viaje y de su trabajo de esa mañana, pero fue a un estante y tomó un conjunto de manuscritos. Le dijo a Faulkhead que varias veces había hecho preparativos para enviarle el mensaje, pero que "el Espíritu del Señor le había prohibido hacerlo" (Ibíd.), porque no había llegado plenamente el momento cuando él lo aceptaría. MV 299 6 Ella entonces leyó y habló. Una parte de las cincuenta páginas leídas esa noche era de una naturaleza general, referente al trabajo en la Publishing Company Echo y a la experiencia de los obreros allí. Pero la mayor parte trataba de la experiencia del Sr. Faulkhead y su conexión no solo con el trabajo en la oficina sino también con la Logia Masónica. Ella señalo que el hecho de haberse involucrado con la francmasonería había absorbido su tiempo y embotado su percepción espiritual. Ella le leyó en cuanto a sus esfuerzos por mantener los principios elevados que la logia pretendía defender, a menudo expresando el mensaje de ella en un lenguaje masónico. También le dijo en qué lugar del salón de la logia lo había visto sentarse y qué estaba tratando de hacer con sus asociados. MV 299 7 La Sra. White habló del interés creciente de él en la obra de estas organizaciones y de su interés cada vez menor en la causa de Dios; de cómo lo vio en visión depositando las monedas pequeñas de su monedero en el platillo de las ofrendas el día sábado y dando las monedas más grandes en las arcas de las logias. Oyó que se dirigían a él con el título de "Maestro Venerable". Leyó sobre las escenas de bebida y parranda que tenían lugar en las reuniones de la logia, especialmente después que el Sr. Faulkhead se había retirado (DF 522a, G. B. Starr, An Experience With Sister E. G. White in Australia" [Una experiencia con la Hna. E. G. de White en Australia]). MV 300 1 "Pensé que esto llegaba muy cerca del meollo del asunto --escribió él más tarde-- cuando empezó a hablarme en cuanto a lo que yo estaba haciendo en las logias" (Id., carta de N. D. Faulkhead, 5 de octubre, 1908). ELENA DE WHITE DA LOS SIGNOS SECRETOS MV 300 2 La Sra. White hablo muy seriamente de los peligros de su conexión con la francmasonería, advirtiendo que "a menos que él cortase cada lazo que lo ata a estas asociaciones, perdería su alma". Le repitió palabras habladas por su guía. Entonces, haciendo cierto movimiento con su mano que había sido hecho por su guía, ella dijo: "No puedo contar todo lo que me fue dado" (Carta 46, 1892). MV 300 3 Ante esto, Faulkhead se sobresaltó y empalideció. Contando más tarde el incidente, escribió: MV 300 4 Inmediatamente después me dio este signo. La toqué en el hombro y le pregunté si sabía lo que había hecho. Me miró sorprendida y dijo que no había hecho nada inusual. Le dije que me había dado el signo de un Caballero Templario. Bien, ella no sabía nada acerca de eso" (DF 522a, carta de N. D. Faulkhead, 5 de octubre, 1908). MV 300 5 Ellos siguieron hablando. Ella habló aún más de la francmasonería y de la imposibilidad de que un hombre sea al mismo tiempo un francmasón y un cristiano sincero. Nuevamente hizo cierto movimiento que "mi ángel ayudante me lo hizo a mí" (MS 54, 1899). MV 300 6 Nuevamente el Sr. Faulkhead se sobresaltó y su rostro empalideció. Por segunda vez ella había hecho un signo secreto conocido sólo por la orden más elevada de los masones. Era un signo que ninguna mujer podía conocer, porque se lo guardaba en la reserva más estricta: el lugar de la reunión era custodiado tanto adentro como afuera contra los desconocidos. "Esto me convenció de que el testimonio de ella era de Dios", declaró él (Ibíd.). MV 300 7 Hablando más de su reacción a esto, él escribió: MV 300 8 Puedo asegurarle... que esto me hizo sentir muy raro. Pero, como había dicho la Hna. White, el Espíritu del Señor había descendido sobre mí y tomado posesión de mí. Ella siguió hablando y leyendo como si nada hubiera ocurrido, pero yo noté cómo su rostro se iluminó cuando yo la interrumpí nuevamente y le hablé acerca del signo. Parecía sorprendida de que me había dado un signo como ese. No sabía que había movido su mano. Inmediatamente cruzó por mi mente la declaración que le había hecho al Hno. Stockton de que el testimonio tendría que ser sumamente fuerte antes de que pudiese creer que ella tenía un mensaje para mí procedente del Señor" (DF 522a, Carta de N. D. Faulkhead, 1908). MV 301 1 Cuando la Sra. White terminó de leer, había lágrimas en los ojos del hombre. Él dijo: MV 301 2 Acepto cada palabra. Todo esto es para mí... Acepto la luz que el Señor me ha enviado por su intermedio. Actuaré en base a ella. Soy miembro de cinco logias y otras tres logias están bajo mi control. Hago las transacciones de todos sus negocios. Ahora no asistiré más a sus reuniones, y concluiré mis relaciones comerciales con ellas tan rápi-damente como sea posible (Carta 46, 1892). MV 301 3 También declaró: "Estoy tan contento que usted no me envió ese testimonio, porque en aquel entonces no me habría ayudado" (MS 54, 1899). MV 301 4 El hecho de que usted misma haya leído la reprensión ha tocado mi corazón. El Espíritu del Señor me ha hablado por su intermedio, y acepto cada palabra que usted me ha dirigido especialmente a mí; los asuntos generales también se me aplican a mí. Todo esto se refiere a mí. Acepto lo que usted ha escrito respecto a mi conexión con los francmasones... Yo he acabado de tomar la orden más alta en la francmasonería, pero cortaré mi conexión con todos ellos (Carta 21b, 1892). MV 301 5 Cuando el Sr. Faulkhead dejó el cuarto de Elena de White, era tarde. Tomó el tranvía hacia la estación de ferrocarril, y mientras ascendía por la Calle Collins pasó frente al salón de la logia. Repentinamente se dio cuenta que debería haber estado allí asistiendo esa misma noche al campamento de los Caballeros Templarios. Cuando se acercaba a la estación, vio que el tren para Preston se estaba alejando, de modo que se vio obligado a caminar el resto de su viaje a la casa. Eligió una ruta no frecuentada para poder tener la oportunidad de meditar. Disfrutó mucho de la caminata porque había tenido una experiencia nueva. Deseaba grandemente encontrarse con Daniells, Starr o W. C. White y decirles que era un nuevo hombre, y cuán libre y feliz se sentía en su decisión de cortar su conexión con todas las sociedades secretas. Le pareció que una tonelada de peso había caído de sus hombros. ¡Y pensar que el Dios que rige el universo y guía los planetas había visto su peligro y enviado un mensaje solamente para él! FAULKHEAD RENUNCIA A LAS LOGIAS MV 302 1 A la mañana siguiente el Sr. Faulkhead estaba en su oficina. Rápidamente se extendió entre el grupo de obreros la noticia de su experiencia de la noche anterior. Vez tras vez él le contó a uno y a otro cómo Dios había enviado un mensaje para detenerlo en un curso de acción que lo habría conducido a la destrucción. Como su primer trabajo llamó a su ayudante y le dictó su renuncia a las diferentes logias. Entonces entró A. G. Daniells y el Sr. Faulkhead le habló de su experiencia. Mientras los dos estaban hablando, le entregaron al Sr. Faulkhead sus cartas de renuncia para que las firmase. Las firmó y las cerró y se las entregó a Daniells para que las despachase. Al hablar de esto, Faulkhead dijo: "Cómo resplandecían sus ojos de placer al pensar que el Señor había ganado finalmente su argumento, y que sus oraciones habían sido contestadas" (DF 522a, carta de N. D. Faulkhead, 5 de octubre, 1908). MV 302 2 Pero apenas Faulkhead hubo dado las cartas a Daniells, se apoderó de él un sentimiento de duda; sintió que él mismo debería haber despachado las cartas. Luego agradeció al Señor por lo que había hecho, porque sintió que no podría haber confiado en sí mismo para despachar las cartas. OTRA ENTREVISTA CON ELENA DE WHITE MV 302 3 El jueves 15 de diciembre, el Sr. Faulkhead, acompañado por su esposa, tuvieron otra entrevista con la Sra. White. Se les leyó una cantidad de páginas con asuntos nuevos, y ellos aceptaron todo. "Quiero que usted sepa --le dijo a la Sra. White-- cómo veo este asunto. Me considero como grandemente honrado por el Señor. Él ha visto conveniente mencionarme a mí, y no estoy desanimado, sino alentado. Seguiré la luz que me ha sido dada del Señor" (Carta 21b, 1892). MV 302 4 La batalla no fue ganada enteramente con el envío de las renuncias. Sus amigos de la logia rehusaron dejarlo en libertad, de modo que él tuvo que completar su período en el cargo por otros nueve meses. Se hicieron los esfuerzos más decididos para retenerlo en su sociedad, pero él había tomado una posición firme y se mantuvo fiel a ella. A veces sus asociados en la iglesia temblaban por él. Elena de White le escribió cartas animadoras en apoyo de su posición. MV 302 5 Con la expiración de su período como oficial de varias de las logias, se ganó la victoria completa, y el Sr. Faulkhead, el 18 de septiembre de 1893, pudo escribirle a la Sra. White y a su hijo: MV 302 6 Queridos Hno. y Hna. White: MV 302 7 Siento mucho placer en decirles que mi período en el cargo como Maestro de la Logia Masónica expiró el mes pasado. Y siento gratitud a Dios por ello. Cuán agradecido le estoy por haberme enviado una advertencia de que estaba viajando en el camino equivocado. Lo alabo por su bondad y su amor mostrados hacia mí al llamarme de entre esa gente. Ahora puedo ver muy claramente que si hubiera continuado con ellos, eso habría sido mi ruina; debo confesar que mi interés por la verdad se estaba enfriando. Pero gracias sean dadas a Dios, él no me dejó seguir con ellos sin darme advertencias a través de su sierva. No puedo expresarle [suficientemente] mi gratitud por ello... MV 303 1 Puedo alabar a Dios con todas mis fuerzas, y luego no puedo expresar [suficientemente] mi gratitud a él por el amor que me ha mostrado. N. D. Faulkhead (DF 522a). MV 303 2 Esta experiencia llenó de gran confianza los corazones de los miembros de iglesia en Australia, y fue siempre una fuente de aliento y de ayuda para el Sr. Faulkhead. Con la renovación de su primer amor e interés en la causa de Dios, él continuó sirviendo por muchos años en la casa publicadora, dando su tiempo, sus fuerzas y su vida para la diseminación del mensaje. MV 303 3 En el testimonio que Elena de White le leyó al Sr. Faulkhead se registraron consejos e instrucciones de aplicación general respecto a la relación de los cristianos con organizaciones del mundo. ------------------------Capítulo 19-- SIGUIENDO HACIA NUEVA ZELANDA MV 304 1 En enero de 1893 los planes que Elena de White había tenido por largo tiempo de visitar Nueva Zelanda estaban por cumplirse. Estos planes requerían la visita a las iglesias y la realización de un campestre a celebrarse en Napier, en marzo. En conexión con esto se efectuaría una sesión de la Asociación. Elena de White, W. C. White y G. B. Starr y su esposa asistirían. Se esperaba que la gira demoraría alrededor de cuatro meses. MV 304 2 Saliendo de Melbourne el jueves 26 de enero, el grupo llegó a Sydney al día siguiente. La Sra. White se reunió con la iglesia en Parramatta el sábado de mañana, lo que inició toda una semana de reuniones. MV 304 3 Allí en Parramatta, un suburbio de Sydney, se encontraba el primer edificio de iglesia de propiedad de los adventistas y operado por ellos en Australia continental. Un año antes Robert Hare y David Steed habían celebrado allí reuniones evangelizadoras y habían levantado una iglesia de 50 miembros. La congregación estaba decidida a tener una casa de adoración. Comenzando con donaciones que totalizaron £420 ($2.000), se compraron un buen terreno y materiales de cons-trucción. En menos de tres semanas después de haber colocado los cimientos, se levantó el edificio con trabajo donado y se celebraron en él las reuniones del día sábado. Se lo dedicó el sábado 10 de diciembre. Al día siguiente 480 personas llenaron la nueva iglesia en lo que se llamó su reunión de inauguración (BE, 15 de enero, 1893). MV 304 4 Mientras se estaban levantando los fondos en septiembre, Elena de White, que había recibido un regalo de $45 de parte de amigos en California para comprar una silla cómoda a fin de usarla durante su enfermedad, destinó el dinero a ayudar en la construcción de la iglesia de Parramatta. Les explicó a sus amigos que habían dado el dinero que deseaba que ellos tuviesen algo invertido en el campo misionero australiano (Carta 34, 1892). MV 304 5 El domingo de noche habló en el edificio de la municipalidad de Parramatta. También estaba bien lleno, y ella informó: MV 304 6 La gente escuchó con gran atención, y las personas aquí, al creer la verdad, están muy complacidas. Pero yo no me siento satisfecha. Necesitaba fuerza física para poder hacerles justicia a los temas admirables e importantes que estamos manejando. ¡Qué obra extraordinaria hay ante nosotros! (Carta 127, 1893). MV 305 1 Además de hablar en la iglesia el martes y el jueves por la noche, ella también realizó visitas en la comunidad, donde fue bien recibida. Se le dijo que la esposa de un ministro local había declarado: "Las palabras de la Sra. White son muy directas; ella ha ido más a fondo que cualquiera de nosotros en la experiencia religiosa. Debemos estudiar la Palabra para ver si estas cosas son así" (DF 28a, "Experiencias en Australia", p. 316). MV 305 2 Ella tuvo palabras de consejo e instrucción para Robert Hare, el pastor adventista en Parramatta, e hizo arreglos para leérselas a él y a su esposa. El testimonio fue recibido con provecho. VIAJE A NUEVA ZELANDA MV 305 3 El sábado 4 de febrero, a las 2:00 de la tarde, Elena de White, junto con su hijo William, su secretaria, Emily Campbell, y el pastor G. B. Starr y su esposa, abordaron el Rotomahanna para Auckland, Nueva Zelanda. Ella describió el barco como un "hermoso vapor, uno de los más rápidos en estas aguas" (RH, 30 de mayo, 1893). Tuvo un camarote bien situado y agradable en la cubierta superior, y sobrellevó bien el viaje. Al llegar a Auckland el miércoles 8 de febrero por la mañana, ella y sus compañeros fueron llevados a una cabaña amueblada y confortable, que la iglesia había conseguido. Los doce días siguientes fueron dedicados a reuniones en la iglesia de Auckland. En dos noches ella habló a una audiencia atenta en un teatro bien lleno. En total, habló ocho veces mientras estuvieron allí. ELENA DE WHITE SE ENCUENTRA CON LA FAMILIA HARE MV 305 4 La familia Hare ya era bien conocida entre los adventistas de las antípodas y seguirían siéndolo durante las generaciones venideras. Edward Hare y su esposa estuvieron entre los primeros de Nueva Zelanda en aceptar el mensaje del tercer ángel cuando S. N. Haskell comenzó a trabajar en Auckland a fines de 1885. Tan pronto como aceptó la verdad del sábado, estuvo ansioso de que su padre, Joseph Hare, quien residía en Kaeo, oyese también el mensaje. De modo que Haskell visitó Kaeo, 256 kilómetros (160 millas) al norte de Auckland. MV 305 5 Como resultado de esa visita muchos miembros de esa familia aceptaron el mensaje del tercer ángel, incluyendo al Papá Hare. Entre los 24 hijos, 16 de los cuales estaban casados, varios eran personas de una capacidad fuera de lo común, y muchos de ellos tenían recursos y ejercían una extensa influencia. MV 305 6 La pequeña capilla en Kaeo fue construida por la familia Hare, quienes mayormente constituían su feligresía. MV 305 7 Ahora, ocho años después de la primera visita de Haskell, Elena de White estaba en Nueva Zelanda y se la instó a visitar Kaeo. Kaeo quedaba a 24 horas de viaje desde Auckland yendo en un barco costero, que hacía varias paradas en la ruta. Había el tiempo justo para hacer una visita de dos semanas a Kaeo antes de abocarse a los preparativos para el campestre cuya apertura estaba planeada para el jueves 23 de marzo, en Napier. MV 306 1 De modo que el lunes el grupo White, el mismo que había venido desde Australia, abordó el Clansman en Auckland para su viaje semanal al norte. MV 306 2 Cuando llegaron a su destino, el puerto de Whangaroa, a las 7:00 de la noche, Joseph y Metcalfe Hare estaban allí para recibirlos. Los hombres habían viajado 5 kilómetros (3 millas) desde Kaeo en su esquife. Los viajeros y el equipaje fueron transferidos al pequeño bote, y emprendieron el viaje de dos horas a Kaeo. El agua estaba en calma, el aire era benigno, y la luna nueva daba justo suficiente luz como para destacar el perfil de las montañas (RH, 30 de mayo, 1893). Elena de White describió el viaje en su diario: MV 306 3 Willie se sentó en el extremo del bote llevando el timón, con su espalda contra la mía para darme apoyo y para guiar el bote. Los hermanos Haré estaban de pie en el bote, cada uno con un remo, y eran guiados a viva voz y con el movimiento de la cabeza cuando el bote debía virar a la derecha o a la izquierda en un pasaje estrecho, esquivando las rocas y los lugares peligrosos. MV 306 4 El panorama en este pasaje debe ser extraordinario cuando se lo puede ver, pero era de noche y nos vimos privados del privilegio de observar el escenario. El agua era tan calma como la de un hermoso lago... El lugar para desembarcar estaba cerca del patio trasero de Joseph Hare. Subimos al malecón, con ayuda, y pasamos por el pórtico, y unos pocos pasos más nos condujeron a la veranda posterior [porche]. Ascendimos los escalones y entramos por la puerta abierta, y la Hna. Hare nos dio la bienvenida (MS 77, 1893). MV 306 5 Por la mañana vino Papá Hare con su carruaje y nos llevó a su casa en un viaje de 5 kilómetros (3 millas). Mientras viajaban, Elena de White contemplaba extática lo que veía: helechos arborescentes en abundancia, montañas "estrechamente ligadas la una a la otra, redondeadas o agudas en la cima, y como precipicios a los costados; entonces uniéndose con ellas había todavía otra montaña y otra, presentándose un pico tras otro como eslabones unidos en una cadena" (Ibíd.). La casa de Papá Hare estaba bien ubicada, cerca de una montaña alta y boscosa. Un arroyo que corre por el lugar suplía de agua pura. Había un huerto próspero de manzanas, peras, duraznos, ciruelas y árboles de membrillo, y más allá, pinos hermosos, fragantes. MV 306 6 El sábado de mañana la Sra. White habló en la pequeña capilla que la familia Hare había construido. Mientras estaba de pie ante su audiencia, reconoció rostros que había visto en visión, como le había ocurrido muchas veces. Estaba bien consciente de las experiencias y actitudes de algunos de los presentes (Ibíd.). El domingo de tarde se dirigió a unos 200 miembros de la comunidad en la iglesia wesleyana. George Starr habló en la misma iglesia el domingo de noche. Así comenzó una estadía bien ocupada en Kaeo. MV 307 1 Algunos miembros de la familia Hare todavía no habían confesado a Cristo. En cuanto a los jóvenes ella escribió que "hay algunos en Kaeo a quienes Dios ha estado llamando para capacitarlos para trabajar en su viña, y nos regocijamos de que varios se están preparando para ir a la Escuela Bíblica" en Australia (RH, 30 de mayo, 1893). Debido al mal tiempo y a horarios irregulares del barco, los visitantes permanecieron una semana extra en Kaeo. Llenaron el tiempo con reuniones y visitas fervorosas hechas a una familia tras otra. Cerca del tiempo cuando debían partir, Minnie y Susan Hare, de 20 y 14 años, respectivamente, las hijas menores de Papá Haré, fueron bautizadas. MV 307 2 El jueves 16 de marzo por la mañana, el grupo visitante tomó el vapor para Auckland. Elena de White y los Starr fueron llevados al puerto de Wbangaroa el miércoles de tarde de modo que la Sra. White pudiera hablar en el edificio de la municipalidad esa noche. W. C. White y Emily Campbell vinieron con el equipaje el jueves temprano por la mañana, y pronto estaban en el Clansman en viaje a Auckland. MV 307 3 En Auckland cambiaron al Wairarapa, rumbo a Napier. Estaba planeado que allí se iniciase el primer campestre adventista en el hemisferio sur el jueves 23 de marzo. PRIMER CAMPESTRE ADVENTISTA EN EL HEMISFERIO SUR MV 307 4 La pequeña ciudad de Napier era un lugar hermoso, habiéndose edificado la porción residencial de la ciudad en una serie de cerros elevados que tenían vista al mar. Elena de White, W. C. White y Emily fueron llevados a la casa cómoda de los doctores Caro, no lejos de donde ya estaban en marcha los preparativos para el campestre. Allí fueron hospedados todo el tiempo. Se puso a disposición de Elena de White un carruaje de dos ruedas tirado por caballos para que llegase a las reuniones. MV 307 5 Se habían hecho arreglos para que ella hablase el domingo de noche en el Teatro Royal, y allí presentó su tema favorito, "El Amor de Dios", a un público atento. Los tres días siguientes fueron dedicados a alistarse para la reunión. Se armaron dos carpas grandes. Semanas antes se había notificado a las iglesias en cuanto a la reunión, pero la respuesta fue pobre, de modo que se abandonaron los planes de tener una carpa para el comedor y otra para la recepción. Sólo se armaron unas pocas carpas para familias. Se esperaba que el restaurante del pueblo pudiera servir la comida que se necesitase. MV 307 6 Sin embargo, a mitad de la semana los barcos y los trenes trajeron delegaciones de las iglesias, duplicando plenamente el número de asistentes que se esperaba. Los que trazaron los planes para el campestre enfrentaban una pequeña crisis. MV 307 7 Desde el momento en que se pusieron en marcha los planes, Elena de White había insistido en que este primer campestre tendría que ser una muestra de lo que deberían ser campestres futuros. Vez tras vez declaró: "'Asegúrate, dijo él, que hagas todas las cosas de acuerdo con el modelo que te ha sido mostrado en el monte'. Como pueblo --dijo ella-- hemos perdido mucho al descuidar el orden y el método". Ella comentó: "Aunque requiera tiempo, reflexión cuidadosa y trabajo, y a menudo parezca que hace más costoso nuestro trabajo, final-mente podemos ver que compensa financieramente hacer todo en la manera más perfecta" (RH, 6 de junio, 1893). El que la gente vaya a la parte residencial de la ciudad para comer, señaló ella, "interrumpiría nuestro programa, desperdiciaría tiempo precioso, e introduciría un estado de cosas fortuito que debiera evitarse" (Ibíd.). MV 308 1 Se agrandó el campamento; se consiguieron más carpas; se preparó una carpa de recepción, y también otra para que sirviese como comedor. MV 308 2 La comida que se proveyó era sencilla y nutritiva, pero abundante. En vez de una docena de personas como se esperaba al principio, alrededor de 30 tomaron sus comidas en la carpa que hacía de comedor. MV 308 3 La primera reunión en la carpa grande fue el martes de noche, como anticipo de la apertura, y habló Stephen McCullagh. El primer sábado de tarde Elena de White fue la oradora. Al término de su mensaje ella extendió invitaciones en busca de una respuesta, primero de aquellos que nunca habían aceptado a Cristo y luego de "quienes profesaban ser seguidores de Cristo, pero que no tenían la evidencia de su aceptación". Las respuestas fueron animadoras. Había caído una fuerte lluvia, y la carpa grande goteaba en muchos lugares, pero esto no molestó a la audiencia, porque el interés en "los asuntos eternos" era demasiado profundo como para dejarse afectar por las circunstancias. Mientras continuaba la lluvia, George Starr dio instrucciones preciosas y exhortó a la gente. La reunión continuó hasta la puesta del sol (Ibíd.). MV 308 4 El domingo de noche seis personas fueron bautizadas. El lunes se dedicó a reuniones administrativas. MV 308 5 Los mensajes presentados en el campamento fueron muy prácticos, y Elena de White se unió a los ministros en su trabajo. MV 308 6 Se había planeado que el campestre terminase el miércoles 5 de abril, pero se demoró la transportación por barco, y por eso las reuniones continuaron un día más. Tras ello hubo una reunión para los colportores durante el fin de semana. La Sra. White todavía quedó en Napier durante otra semana; ella y obreros asociados visitaron familias e iglesias cercanas. Pero mucho de su tiempo ella lo dedicó a escribir. MV 308 7 Dos o tro semanas después que terminó el campestre, ella escribió sobre su éxito a Harmon Lindsay en Battle Creek: MV 308 8 Nuestro campestre en Napier fue excelente desde el comienzo al fin. Varios decidieron observar el sábado por primera vez, y algunos que habían abandonado la iglesia regresaron (Carta 79, 1893). EL INVIERNO EN NUEVA ZELANDA MV 309 1 Cuando terminó el campestre en Napier, Elena de White y su grupo se trasladaran a Wellmgron, _en el extremo sur de la isla del Norte, Nueva Zelanda. Wellington era la sede de las oficinas centrales de la Asociación de Nueva Zelanda, si es que un depósito de libros y la residencia del presidente juntas podían llamarse las oficinas centrales. M. C. Israel actuaba como presidente. Tres cuartos de este edificio se pusieron a disposición de la Sra. White y Emily Campbell (RH, 13 de junio, 1893). MV 309 2 Se planeó que la Sra. White residiese allí por un mes o seis semanas, pero resultó que se quedó los cuatro meses de invierno. MV 309 3 Se mudaron allí el martes 18 de abril, y ella terminó la entrada de su diario para ese día con las palabras: "Ahora viene la parte agotadora de nuestro trabajo: no sólo preparar la correspondencia para los Estados Unidos, que se cierra los jueves, sino también la correspondencia para Melbourne, que sale cada semana" (Ibíd.). MV 309 4 Como no había iglesia en Wellington, todo el grupo de obreros viajaba 10 kilómetros (6 millas) a Petone para los servicios religiosos del sábado. MV 309 5 Había muchas dificultades para el progreso de la obra en Nueva Zelanda. Los libros de Canright y una oposición constante de los ministros protestantes ejercieron una fuerte influencia. El pastor Daniells había tenido buenas congregaciones; el pastor Israel había trabajado allí por cuatro años, pero nada había tenido éxito para crear un interés firme. Un sueño profundo parecía haberse apoderado de la gente. MV 309 6 Determinados a cambiar la situación, los obreros decidieron alquilar la pista de patinaje, la que daría cabida a 1.000 personas sentadas, para reuniones evangelizadoras. Aunque el costo de la renta parecía elevado, avanzarían en el nombre del Señor y harían algo. El domingo 30 de abril a las 3:00 de la tarde, Elena de White habló allí a una buena audiencia sobre el tema de la temperancia. Ella informó que los oyentes manifestaron profundo interés. Por la noche Starr se dirigió a una concurrencia de más o menos el mismo tamaño sobre la inspiración de las Escrituras. Se creó un interés, y por algún tiempo continuaron lás reuniones en la sala de patinaje los sábados y domingos, y algunas noches. MV 309 7 Desde que cruzó el Pacífico casi dos años antes, Elena de White había estado buscando la oportunidad para escribir sobre la vida de Cristo. Ahora en los meses de invierno en Nueva Zelanda --junio, julio y agosto--, cuando en cierta medida los viajes se reducirían, ella decidió avanzar con el trabajo según sus fuerzas y su programa de actividades lo permitiesen. Estaba contenta de haber encontrado en el depósito de la Sociedad de Folletos un lugar tranquilo y cómodo para escribir. LA ANSIEDAD DE UNA MADRE MV 310 1 Durante este lapso de tiempo las cartas de James Edson White le trajeron poco solaz a su madre. Mientras ella estaba en Nueva Zelanda, él se encontraba en Chicago en el negocio de la imprenta, y muy envuelto en deudas, lo cual no era inusual para él. En una carta él declaró: "En absoluto estoy inclinado a la religión". Había habido tiempos cuando, con un corazón consagrado a Dios, había prestado servicio en la obra del Señor, en la escuela sabática, con la preparación de un himnario, con publicaciones, etc. Ahora su carta, con estas palabras, casi la aplastaron a ella. MV 310 2 La respuesta de Elena de White, en una carta que llenó diez páginas en tipo de imprenta a doble espacio, describía un sueño en el que se le presentó el caso de un joven a punto de ser arrastrado por la resaca, pero que fue salvado por el esfuerzo de alguien que arriesgó su vida para salvarlo. MV 310 3 La carta, escrita con angustia, tuvo el auxilio de la influencia persuasiva y suavizadora del Espíritu de Dios. Edson entregó su corazón duro y experimentó una reconversión. Su respuesta inmediata y su experiencia de las dos o tres semanas siguientes no están registradas en los archivos, pero el 10 de agosto de 1893 le escribió a eu madre: MV 310 4 Me he rendido plena y completamente [a Dios], y nunca he disfrutado la vida antes como la estoy [disfrutando] ahora. Por años he estado bajo tensión, con tanto por realizar, y esto ha sido un obstáculo en mi camino. Ahora he dejado todo con mi Salvador, y la carga ya no me abruma más. No deseo entretenimientos ni placeres que antes constituían la suma de lo que yo disfrutaba hacer, pero siento gozo en las reuniones con el pueblo de Dios como nunca he sentido antes. MV 310 5 En cuanto a su futuro, él declaró que de alguna manera deseaba vincularse con la obra de la iglesia. Más tarde en el mes le escribió a su madre: "He estado pensando en ir a Tennessee para trabajar entre la gente de color... Iré a trabajar en la obra en algún momento durante la primavera... Todavía espero y confío en Dios, y estoy seguro que él cuidará de mí. He probado mi propio camino y es un pobre camino. Ahora quiero seguir el camino de Dios, y sé que será un buen camino". MV 310 6 Durante la década siguiente Elena de White recibió con emoción informes vividos de Edson sobre las bendiciones de Dios mientras él iniciaba el trabajo entre las personas de color en la extensa región del sur de los Estados Unidos. PROBLEMAS DENTALES MV 310 7 La dentadura de la Sra. White le estaba causando muchos problemas. Algunos dientes tenían abscesos, y ella llegó a la conclusión de que era el momento de librarse de ellos. Le quedaban sólo ocho, y le escribió a la Dra. Caro, la dentista en cuya casa se había hospedado en Napier, para preguntarle si podría venir a Wellington y encargarse de sacárselos. Convinieron la fecha del miércoles 5 de julio. Al terminar ese día ella contó la historia en su diario. MV 311 1 La Hna. Caro vino por la noche; está en la casa. La encontré por la mañana en la mesa del desayuno. Ella me dijo: "¿No se siente apenada de verme?" Le contesté: "Por cierto que me alegro de encontrarme con la Hna. Caro. No estoy tan segura si es que me alegro de encontrarme con la Dra. Caro, la dentista". MV 311 2 A las diez estaba en la silla, y en un corto tiempo fueron extraídos los ocho dientes. Me alegré de que el trabajo había terminado. No me encogí de dolor ni me quejé... Le había pedido al Señor que me fortaleciese y me diese su gracia para soportar el doloroso proceso, y sé que el Señor oyó mi oración. MV 311 3 Después de que los dientes fueron extraídos, la Hna. Caro se sacudía como la hoja de un álamo temblón. Sus manos estaban temblando y sentía dolores en el cuerpo. Se había sentido enferma en los coches [de ferrocarril], dijo, durante las diez horas de su viaje. Temía causarle dolor a la Hna. White... Pero sabía que debía realizar la operación, y siguió adelante con ese deber (MS 81, 1893). MV 311 4 Elena de White no tomó nada para calmar el dolor, porque sufría de efectos secundarios adversos con esa medicación. MV 311 5 Luego la paciente se convirtió en una ayudante. Condujo a la Dra. Caro a una silla confortable y encontró algo para reanimarla. Al considerar el futuro, !a Sra. White se dio cuenta de que por un tiempo tendría que renunciar al trabajo público, quizás por dos meses, mientras la Dra. Caro la preparaba para recibir una nueva dentadura. Entretanto avanzó de lleno con su trabajo de escribir. DECIDIDA A GANAR A NUEVA ZELANDA MV 311 6 En cuanto a Wellington y a Nueva Zelanda en general, Elena de White clamaba casi con desesperación: "Dios tiene un pueblo en este lugar, ¿y cómo podremos llegar a ellos?" (Carta 9a, 1893). MV 311 7 Al escribir a las iglesias en Norteamérica, ella describía las dificultades para tener éxito en un esfuerzo evangelizador. No había ninguna iglesia en Wellington; los adventistas se reunían en la casa del pastor Israel. La gente no se sentía atraída a reuniones en salones. Los obreros habían tratado todo recurso posible para sacar a la gente de sus hogares. Hicieron circular avisos, volantes, folletos. Los obreros fueron de casa en casa, sembrando la semilla sobre un terreno que hasta la fecha había demostrado ser infructífero. MV 311 8 Pero el prejuicio parecía como una pared de granito. Hasta el momento, excepto en unos pocos lugares, casi cada medio convencional para alcanzar a la gente había fracasado. UN NUEVO ENFOQUE EN GISBORNE MV 312 1 Al consultarse entre sí, el pequeño grupo de obreros decidió intentar un nuevo enfoque para atraer la atención de la gente. En cartas a su hijo W. C. White y a su sobrina Addie Walling, Elena de White describió qué ocurrió: MV 312 2 Pensamos que seguiríamos un nuevo plan. Tendríamos servicios el domingo de tarde en una reunión al aire libre. No sabíamos qué resultados habría... El Hno. Wilson y el Hno. Alfred Wade consiguieron el potrero que estaba justo detrás del correo. Había un sauce grande. Se construyó una plataforma debajo del árbol y en ella se colocaron el órgano y un estrado. Allí en el patio había madera para los asientos, la que no costaba nada para su uso (Carta 140, 1893). MV 312 3 Había asientos sin respaldo en abundancia, y se tomaron de la iglesia una docena que tenían respaldo... El clima fue favorable y tuvimos una excelente congregación. Entre la concurrencia estuvieron el alcalde y algunas de las personan importantes de Gisborne. MV 312 4 Hablé sobre la temperancia, y éste es un asunto candente aquí en este tiempo. Centenares vinieron para oír, y hubo perfecto orden... Asistieron madres y cualquier número de niños. Usted podría haber supuesto que a los niños les habían dado un soporífero, porque no hubo ni un lloriqueo por parte de ellos. Mi voz llegaba a toda el área cercada (aquí le dan el nombre de dehesa). MV 312 5 Algunos de los oyentes estaban muy entusiasmados con el tema. El alcalde, el agente de policía y varios otros dijeron que éste había sido por lejos el mejor discurso evangélico sobre temperancia que jamás hubieran oído. Nosotros lo declaramos un éxito y decidimos que tendríamos una reunión similar el próximo domingo de tarde (Carta 68, 1893). MV 312 6 Ellos celebraron precisamente una reunión semejante el siguiente domingo de tarde. También fue un éxito definido. Elena de White comentó: "Hemos aprendido una cosa, y es que podemos reunir a la gente al aire libre, y no hay personas somnolientas. Nuestras reuniones fueron conducidas en forma tan ordenada como si se las hubiese tenido en una capilla" (Ibíd.). Un miembro de iglesia declaró: "En suma es la mejor propaganda que nuestro pueblo haya tenido alguna vez en Gisbome" (Carta 140, 1893). MV 312 7 El prejuicio fue derribado, y desde entonces las reuniones en la iglesia y en el Teatro Royal fueron bien concurridas. Por fin habían visto un progreso. EL CAMPESTRE DE WELLINGTON MV 312 8 Finalmente se decidió celebrar el campestre de Nueva Zelanda, planeado para el 23 de noviembre de 1893, en Wellington, en el extremo sur de la isla del Norte, en vez de hacerlo en Auckland, en el extremo norte de la isla. El presidente de la Asociación General, el pastor O. A. Olsen, estaría arribando desde Africa. Y el bergantín misionero Pitcairn estaría en el puerto. Y también algo importante, se pensó que éste podría ser el momento apropiado para darle un impulso adicional al avance del evangelismo en este lugar sumamente difícil. MV 313 1 El lunes 20 de noviembre, Elena de White, con Emily, llegaron a Wellington a las 10:00 de la noche. W. C. White estaba ahí para recibir al tren. Se apresuraron a ir a las habitaciones alquiladas. MV 313 2 Desde Australia se habían despachado carpas nuevas, grandes y pequeñas, y ahora se las estaba armando en un terreno seco y alto, en una hermosa dehesa cercada, a la que se podía llegar caminando desde la ciudad de Wellington. Los hermanos de la iglesia y otras personas observaban el proceso con el aliento en suspenso. Wellington era bien conocido por sus vientos muy fuertes. No mucho antes la carpa de un circo había sido despedazada por el fuerte viento. Los dirigentes de la iglesia conocían bien los riesgos. "Nuestra ferviente oracion escribió la Sra. White-- es que este campamento pueda tener el favor de Dios. Los vientos y las fuentes de agua están en sus manos, bajo su control" (MS 88, 1893). MV 313 3 Dios extendió su mano protectora sobre el campamento. Uno de los primeros informes al Bible Echo indicaba esto: MV 313 4 Se ha hecho toda provisión, y se ha tomado toda precaución, para implementar los arreglos con toda facilidad y decoro. Las carpas están acomodadas formando calles entre ellas. La carpa grande tiene una capacidad para unas 600 personas sentadas (1o de enero, 1894). MV 313 5 O. A. Olsen llegó durante los días iniciales de la reunión, y se convirtió en el principal orador, sumamente apreciado. El bergantín Pitcaim estaba en el puerto, y sus oficiales y tripulación fueron de ayuda en la reunión. El Dr. M. G. Kellogg, el médico misionero del barco, fue involucrado para prestar servicio y hablo diariamente sobre temas de salud y temperancia cristiana; según se informó, éste fue uno de los aspectos más efectivos e interesantes de las reuniones (Ibíd.). MV 313 6 Desde el mismo comienzo Elena de White estuvo a menudo en la plataforma y casi cada día se dirigió a la congregación. Habló el sábado de tarde, y nuevamente en la tarde del domingo, cuando ella cumplió su 66° cumpleaños. Habló con mucha desenvoltura y se sintió feliz al "mostrar nuestros colores en los que estaban inscritos los mandamientos de Dios y la fe de Jesús . Al informar en cuanto a la respuesta, ella escribió: MV 313 7 Les dije que éramos Adventistas del Séptimo Día, y les expliqué la razón del nombre que nos distinguía de otras denominaciones. Todos escucharon con el más profundo interés (Carta 75, 1893). MV 313 8 El domingo de noche la carpa estaba llena cuando G. T. Wilson fue el orador. La revelación que hizo Elena de White de la identidad de la gente que celebraba las reuniones no impidió que hubiera una buena asistencia. En una carta a Edson ella habló de la preocupación que tenían por el éxito de la reunión: MV 314 1 Temíamos mucho que tendríamos muy escasa asistencia, pero nos llevamos una feliz sorpresa. Desde el comienzo al fin tuvimos una buena concurrencia con la mejor clase de nuestro propio pueblo que se alimentó con el pan de vida durante las reuniones. Por las noches había una concurrencia numerosa de gente de afuera... MV 314 2 Hemos tenido audiencias buenas, numerosas y respetuosas, y muchas personas entienden ahora qué creemos... La gente escuchaba embelesada... Las personas se impresionaron con estas reuniones como ninguna otra cosa que pudiera haber sucedido lo habría hecho. Cuando los vientos soplaban con fuerza, muchos miraban con asombro al ver que cada carpa se mantenía en pie sin sufrir daño (Carta 121, 1893). MV 314 3 Elena de White escribió: "El campestre es un éxito... El Señor está en el campamento (Carta 75, 1893). "Ciertamente, toda la reunión fue una fiesta espiritual" (BE, 8 de enero, 1894). MV 314 4 Un total de 24 personas fueron bautizadas como resultado de los servicios. MV 314 5 El Dr. Kellogg y G. T. Wilson permanecieron en Wellington por un tiempo para atender el interés suscitado en el campestre. Mientras tanto las carpas fueron rápidamente desmanteladas y despachadas a Australia para usarlas en su primer campestre, el cual se había planeado que comenzase el 5 de enero en un suburbio de Melbourne. MV 314 6 Antes de que hubiera pasado una semana después de la terminación del campestre Elena de White había concluido su trabajo y era una más de un grupo bastante grande, que incluía a W. C. White y O. A. Olsen, en su viaje de regreso a Australia. 1 MV 314 7 Al partir de Nueva Zelanda, ella dejó tras sí un número de amigos con quienes había formado lazos estrechos y que más tarde serían conocidos en la denominación. Entre ellos estaban los Caro en Napier y los Brown en Long Point. IMPULSO EVANGELIZADOR EN AUSTRALIA MV 314 8 Teniendo fresco en su memoria el campestre de Wellington, los obreros miraban con optimismo los planes para el primer campestre en Australia. Abrigaban la esperanza de que habría una respuesta similar a la que habían presenciado en Nueva Zelanda. Se planeó que las reuniones comenzasen en Melbourne el viernes 5 de enero de 1894, y había el tiempo justo para armar las carpas para esta innovación en la predicación del Evangelio. MV 314 9 El comité encargado de la elección del lugar encontró un terreno de 4 hectáreas (10 acres), cubierto de pasto y parcialmente favorecido con sombra de euca liptos, en el suburbio de Middle Brighton, a 14 kilómetros (9 millas) del correo de Melbourne. Estaba al sur de la ciudad, cerca de la bahía, y gozaba del servicio de una excelente línea de ferrocarril con trenes que corrían cada 30 minutos desde la mañana hasta tarde en la noche. MV 315 1 Para el campestre se estaban haciendo carpas para familias en tres tamaños diferentes. Los precios y estilos de carpas que podrían comprarse en la ciudad no encajaban dentro de los planes del comité del campestre, de modo que se consiguió un buen material para fabricar carpas, y a comienzos de noviembre, 35 carpas estaban listas para la venta o para la renta. MV 315 2 El Bible Echo del 8 de diciembre incluía una exhortación de Elena de White para que hubiese una asistencia excelente, al par que señalaba los objetivos de la reunión. Iba a ser un tiempo de renovación espiritual para la iglesia y también un medio efectivo para alcanzar a la ciudad con el mensaje del tercer ángel. "Ven a la Fiesta" era el título de la invitación en tres columnas. MV 315 3 También se informó acerca de algunos de los mejores colaboradores que la denominación podía proporcionar para hacer que las reuniones fueran un éxito. Estaría presente el presidente de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día; Elena de White y W. C. White estarían allí; y el Dr. M. G. Kellogg, médico de a bordo para el bergantín Pitcairn, daría instrucciones sobre temas de salud. Una noticia deleitó en forma especial a los creyentes de unos pocos años: MV 315 4 Les agradará saber a nuestros lectores que el pastor J. O. Corliss, que pasó algún tiempo en Australia hace cinco o seis años, está ahora en su viaje de regreso, acompañado por el pastor W. A. Colcord. Esperan estar con nosotros en nuestro campestre (BE, 1° de diciembre, 1893). MV 315 5 También se anunció que en el campamento habría una carpa para el comedor, "provista con mesas, platos, sillas, etcétera, y con mozos de verdad para servir las comidas" (Id., 22 de noviembre, 1893). MV 315 6 Una reunión de obreros de una semana de duración precedería inmediatamente al campestre, de modo que el martes 26 de diciembre se comenzo a armar las carpas. Los planes iniciales requerían 50 carpas para familias, pero fueron solicitadas tan rápidamente que se encargaron 25 más. MV 315 7 El campestre se inició el viernes 5 de enero, como estaba planeado. Ya sea comprando o rentando, el número de carpas de familia se había más que duplicado durante la semana de las reuniones de los obreros. Aunque el país estaba atravesando por un tiempo de escasez económica, se había hecho todo esfuerzo posible para "hacer todas las cosas en el campestre de acuerdo con el orden divino" (RH, 25 de septiembre, 1894). MV 315 8 La comunidad en Brighton, un hermoso pueblo, estaba excitada. Las reuniones del sábado eran una fiesta para los creyentes, y para entonces el lugar del campestre se estaba llenando con gente de la comunidad cuyo interés se había desperta do debido a la "ciudad de las carpas" y a la distribución de material de lectura. Elena de White escribió: MV 316 1 Gente de la más fina y noble de la sociedad está viniendo de todas partes. La carpa está llena por las tardes y las noches, de modo que apenas hay lugar para que encuentren un asiento (Carta 125, 1894). MV 316 2 Los que asisten durante la semana en las tardes y las noches totalizan alrededor de mil (Carta 100, 1894). MV 316 3 Se oyen muchas voces expresando la gratitud de corazones gozosos cuando hombres y mujeres contemplan la preciosa verdad del mensaje del tercer ángel, y comprenden el amor paternal de Dios (Carta 86, 1894). MV 316 4 Los visitantes aprovecharon la carpa con el comedor. Se les sirvieron comidas a un total de 190 personas el domingo 14 de enero. El costo a los clientes era de sólo seis peniques, o doce centavos y medio. No se sirvió carne y los comensales realmente disfrutaron sus comidas (MS 3, 1894). MV 316 5 "Este campestre nos está dando publicidad como ninguna otra cosa podría hacerlo --escribió Elena de White en su carta a la Sra. Caro--. La gente dice que esta ciudad de carpas limpias y blancas es una maravilla de maravillas. ¡Oh, estoy tan agradecida!" (Carta 100, 1894). MV 316 6 El domingo 14 de enero, la Sra. White le escribió a A. T. Jones en Battle Creek: MV 316 7 El primer sábado de la reunión de la Asociación [6 de enero], tres personas comenzaron a observar el sábado, y ayer cinco más se pusieron de parte de la verdad. Dos comerciantes [A. W. Anderson 2 y su hermano Richard] con sus esposas y familiares, totalizando ocho, rogaron que se les facilitasen carpas a fin de que pudieran permanecer en el campamento y asistir a las reuniones temprano por la mañana y en las noches. Uno de los hombres regresará cada día con su caballo y carruaje a Melbourne, que queda a una distancia de 13 a 16 kilómetros (8 a 10 millas), para atender el negocio, volviendo a la noche. Estos dos hermanos mantienen un negocio de música grande y están convencidos de la verdad y creemos que algún día harán su decisión. Lejos y cerca ha trascendido la noticia sobre esta ciudad de las carpas, y se ha despertado el interés más maravilloso. MV 316 8 Otros acampantes se hacinaron un poco para que dos carpas estuviesen a disposición de los Anderson, quienes acamparon allí por unos pocos días. MV 316 9 Una de las asistentes a las reuniones fue la Sra. Press, quien era presidenta de la Unión Cristiana de Temperancia Femenina (UCTF) y por varios años había sido una vegetariana. Ella procuró entrevistar a Elena de White y la visitó en su carpa. La Sra. Press le pidió a la Sra. White que se dirigiese a su grupo, e instó para que los adventistas participasen en la obra de la UCTF. La presidenta de la UCTF pidió que alguien les diese lecciones de arte culinario higiénico a las [mujeres] miembros de la UCTF. Cuando se le dijo que los adventistas no tenían en Australia a nadie suficientemente capacitado, su respuesta fue: "Dígannos lo que ustedes sí saben" (Carta 88a, 1894). MV 317 1 No mucho después de esto, el Capitán y la Sra. Press fueron los anfitriones de una escuela culinaria privada dirigida en su casa por las señoras Starr y Tuxford. Se le dio a la familia Press orientación útil en la preparación de la comida en conexión con esta escuela de cocina (Carta 127, 1894). MV 317 2 Enteramente complacida con la respuesta que las reuniones estaban recibiendo, Elena de White escribió con entusiasmo a A. T. Jones en Norteamérica: MV 317 3 Éste es el primer campestre que Melbourne ha visto, y para la gente es un prodigio maravilloso. Hay un interés decidido en oír la verdad. Nunca hemos visto un interés igual entre aquellos que no son de nuestra fe. El campestre está haciendo más para presentar nuestra obra ante la gente que lo que podrían haber logrado años de trabajo... Ayer estuvo aquí para escuchar los mensajes el médico más notable en North Fitzroy. Han estado aquí algunos ministros religiosos y una gran cantidad de comerciantes (Carta 37, 1894). MV 317 4 Al escribirle a Edson White, ella dijo: "Considerándolo en todos sus aspectos, éste es el mejor campestre al que jamás hayamos asistido" (Carta 86, 1894). NACE UNA UNIÓN ASOCIACIÓN MV 317 5 Después del campestre se condujo una sesión de negocios de la Asociación Australiana. Se realizaron ocho reuniones, comenzando el lunes de mañana, 8 de enero, y siguiendo a lo largo de la semana. MV 317 6 Como era el caso con todas las asociaciones y misiones locales en todo el mundo, las que estaban en Australia eran unidades separadas bajo la dirección de la Asociación General, con sus oficinas centrales en Battle Creek, Michigan. Las asociaciones locales, cuando se las formaba, eran aceptadas dentro de la Asociación General. Este arreglo a menudo resultaba difícil. MV 317 7 Un problema era el factor tiempo. El envío de la correspondencia a los Estados Unidos y desde los Estados Unidos requería un mes en cada dirección. Luego estaba la distancia entre la Asociación o la misión locales y la Asociación General. Se estaban desarrollando instituciones para servir a la gente de todo el Pacífico austral, y necesitaban una supervisión cuidadosa. Todo esto condujo a A. G. Daniells y W. C. White a estudiar un tipo de organización que uniese a las organizaciones locales de un área determinada en una unidad administrativa, la que a su vez sería responsable ante la Asociación General. En varios viajes que realizaron juntos a Nueva Zelanda y de regreso, tuvieron tiempo para examinar el asunto cuidadosamente y para delinear el curso de acción que podría seguirse. MV 318 1 Habiendo terminado los negocios de la Asociación Australiana antes de llegar al fin de la segunda semana, los obreros claves dirigieron su atención a la creación de un nuevo tipo de organización, la que estaría entre las asociaciones, misiones e instituciones locales, y la Asociación General. De esta manera los asuntos de interés local podrían estudiarse y resolverse por parte de aquellos que estaban cerca. MV 318 2 El lunes 15 de enero por la mañana, estando como presidente [de la reunión] W. C. White, quien había sido nombrado por la Asociación General como el "superintendente del Campo Australasiano", se reunieron unas 250 personas para considerar la cuestión de formar una Unión Asociación. Se le pidió a Olsen que presidiese las reuniones, nueve en total durante los diez días siguientes. Se nombraron comités sobre la organización, los nombramientos y las resoluciones. MV 318 3 El comité sobre la organización presentó una constitución que fomentaría el comienzo de la nueva Unión Asociación y pidió que se diesen pasos a fin de capacitarla para tener propiedades de iglesia y de escuela. El comité de nombramientos recomendó los siguientes nombres como oficiales: presidente, W. C. White; vicepresidente, A. G. Daniells; secretario, L. J. Rousseau; tesorero, Echo Publishing Company (Compañía de Publicaciones Echo). MV 318 4 Fue una reunión innovadora, que estableció en esencia lo que la iglesia como un todo adoptaría dentro de unos pocos años. Olsen estaba vigorosamente en favor de lo que se logró y trabajó estrechamente con los dirigentes de la iglesia. El desarrollo de la organización Unión Asociación aliviaría a las oficinas centrales de la iglesia mundial de muchos detalles administrativos. El plan de la Unión Asociación fue bien analizado y se lo ideó con discernimiento y cuidado. Abrió la puerta para un verdadero progreso en todo el campo australasiano y, con el tiempo, en el campo mundial. INFLUENCIA DE LARGO ALCANCE DEL CAMPESTRE DE BRIGHTON MV 318 5 Alrededor de 100 almas fueron bautizadas como el fruto inmediato del campestre de Brighton, entre ellas, los dos hermanos Anderson (Carta 40b, 1894). Sus esposas les siguieron unos pocos meses más tarde. Se levantó una carpa evangelizadora en North Brighton, y los pastores Corliss y Hare continuaron con una serie de reuniones que fueron bien concurridas. Se armó otra carpa en Williamstown, al otro lado de la Bahía de Hobson desde Brighton, y 19 kilómetros (12 millas) al sur de Melboume. Allí M. C. Israel y W. L. H. Baker continua ron el impulso evangelizador. Se levantaron iglesias en ambas comunidades. Elena de White habló en ambos lugares, varias veces en Williamstown, ya sea en la carpa o un salón alquilado (MSS 5, 6, 1894). MV 319 1 Considerando todo lo sucedido, el primer campestre celebrado en Australia fue un éxito y sirvió para establecer un patrón de campestres evangelizadores fructíferos. ------------------------Capítulo 20--LA ESCUELA DE AVONDALE MV 320 1 La Escuela Bíblica, que se había abierto en agosto de 1892 y cerrado en diciembre, fue considerada como un primer paso en el establecimiento de una escuela permanente para jóvenes de todas las edades en Australia. Se había reconocido por mucho tiempo la importancia de preparar obreros en su propio país en vez de enviarlos a países de ultramar. MV 320 2 Cuando los pastores Olsen y White regresaron con Elena de White desde Nueva Zelanda a Australia a fines de diciembre de 1893, comenzó intensamente la búsqueda de un lugar para una escuela. Continuando investigaciones que había hecho Arthur Daniells, visitaron varios lugares durante sus pocos días en Sydney. Este esfuerzo continuó en forma intermitente durante las postrimerías del verano y el otoño. El plan de tener una escuela se había transformado en un proyecto de la Unión Asociación, lo que involucró muy de cerca en la tarea a W C. White, el presidente. Para el tiempo en que Elena de White se había trasladado a Nueva Gales del Sur, parecía prevalecer la convicción de que la escuela debería ubicarse en esa colonia, con su clima más cálido, tal vez dentro de un radio de 120 kilómetros (75 millas) de Sydney. MV 320 3 Una consideración muy importante en la búsqueda de un sitio era la necesidad de un suelo bueno y de una superficie grande para producir cosechas y proveer trabajo. La mayoría de los miembros constituyentes que sostendrían la escuela estarían en el grupo de los de ingresos bajos. MV 320 4 El sufrimiento de las familias observadoras del sábado [debido a la crisis financiera], muchas de las cuales habían perdido sus casas, hizo que algunos dirigentes de la iglesia pensaran que la propiedad escolar debería ser suficientemente grande como para proveer pequeñas granjas a algunas de estas familias. Por lo tanto pensaban en términos de 400 u 800 hectáreas (1.000 ó 2.000 acres). MV 320 5 W. C. White, que ahora llevaba las cargas de la nueva Unión Asociación Australasiana en adición de otros deberes, estaba ocupado en una búsqueda febril de un sitio para la nueva escuela. Elena de White seguía cada movimiento con agudo interés. En su pieza en la casa de Per Ardua, él no sólo administraba la obra de la Unión Asociación, sino que también recogía muestras del suelo tomadas de diferentes propiedades que visitaron él y otros miembros del comité encargado de encontrar un lugar. MV 320 6 En abril de 1894, la búsqueda se había reducido a la propiedad de Brettville en Dora Creek, que podía comprarse por $4.500. LA PROPIEDAD DE BRETTVILLE MV 321 1 La propiedad de Brettville era un lote de tierra sin desarrollar de 610 hectáreas (1.500 acres), a 120 kilómetros (75 millas) al norte de Sydney, cerca de las villas de Cooranbong y Morisset sobre el Dora Creek (arroyo Dora). ("Aunque la corriente de agua es llamada Dora Creek --escribió Elena de White--, sin embargo tiene la apariencia de un río, porque es un curso de agua ancho y profundo" [Carta 82, 1894].) La propiedad era atractiva con su precio bajo de $3,00 por media hectárea (un acre) (ellos no podían comprar tierra de precio elevado); los rasgos físicos eran muy atrayentes, y la situación rural, favorable para la ubicación del tipo de escuela que se había planeado. MV 321 2 Pero el perito fruticultor del gobierno, a quien se le había pedido que examinase el suelo, había dado un informe negativo a los dirigentes de la iglesia. Él había declarado que en su mayor parte era de un barro arenoso, muy pobre, ácido, que descansaba sobre una tierra de arcilla amarilla, o una ciénaga muy pobre cubierta con diferentes especies de melaleuca. De acuerdo con él, todo el terreno era ácido, y requería aplicación de cal y drenaje (DF 170, A. H. Benson, "Report of the Campbell Tract Near Morisset [Informe sobre el Lote Campbell cerca de Morisset], N. S. W.", 21 de mayo, 1894; ver también 4 WCW, pp. 410-412). MV 321 3 Cuenta la leyenda que cuando el Sr. Benson entregó el informe a un miembro del comité, observó que "si un bandicoot [un marsupial del tamaño aproximado de un conejo] estuviera por cruzar el lote de tierra encontraría necesario llevar su almuerzo consigo" (ver DF 170, "La Escuela de Avondale", WCW a F. C. Gilbert, 22 de diciembre, 1921). MV 321 4 Algún tiempo antes de esto, Elena de White había extendido una apelación a través de las páginas de la Review a los miembros de iglesia en Norteamérica que pudieran estar dispuestos a iniciar la obra en Australia y a compartir su tiempo y habilidades para que comenzara la obra en algunos de estos lugares subdesarrollados. Ella declaró: MV 321 5 Cuánto bien podría hacerse si algunos de nuestros hermanos y hermanas de Norteamérica viniesen a estas colonias como fruticultores, agricultores, o comerciantes, y en el temor y amor de Dios buscasen ganar almas para la verdad. Si dichas familias estuvieran consagradas a Dios, él las usaría como sus agentes (RH, 14 de febrero, 1893). MV 321 6 En respuesta a esto, la familia de L. N. Lawrence --padre, madre e hija-- había venido por su cuenta desde Michigan para ayudar con la obra en Australia doquiera pudieran hacerlo. MV 321 7 El miércoles 16 de mayo de 1894, W. C. White, con los Lawrence y otros, viajaron a Dora Creek para hacer una inspección preliminar de la propiedad de Brettville. Elena de White informó; MV 322 1 El Hno. y la Hna. Lawrence fueron ayer [16 de mayo] con una carpa, y W. C. White ha llevado una cantidad de ropa de cama y provisiones; de este modo el grupo estará provisto de comida y alojamiento para ahorrar gastos de hotel. Y el hecho de que puedan pasar sus noches en el terreno agilizará el negocio. Todos regresarán el lunes o el martes (Carta 46,1894). MV 322 2 Mientras estuvieron en el Dora Creek, los Lawrence descubrieron que podían alquilar una pequeña casa: tres habitaciones y una cocina. Esto resultaría muy conveniente cuando vinieran los dirigentes de la iglesia para inspeccionar la propiedad; tendrían un lugar donde estar. ELENA DE WHITE EXPLORA EL SITIO DE LA ESCUELA MV 322 3 Un grupo de dirigentes de la iglesia planeó ir desde Granville el miércoles 23 de mayo, para inspeccionar la propiedad. Aunque Elena de White no se había sentido bien, no pudo resistir el deseo de acompañarlos. El grupo incluía a los hermanos Daniells, Smith, Reekie, Humphries, Caldwell, Collins y White. MV 322 4 Algún tiempo antes de que la Sra. White hiciera esta primera visita a Cooranbong, se le había dado un sueño. Ella lo describió: MV 322 5 En mi sueño fui llevada al terreno que estaba a la venta en Cooranbong. Se había solicitado a varios de nuestros hermanos que visitasen el terreno, y yo soñé que estaba caminando sobre el mismo. Llegué a uh surco pulcramente abierto que había sido arado a unos 25 centímetros de profundidad (un cuarto de yarda) y de una longitud de casi dos metros (dos yardas). Dos de los hermanos que habían estado familiarizados con el rico suelo de Iowa estaban parados frente al surco y decían: "Ésta no es una buena tierra; el suelo no es favorable". Pero también estaba presente Alguien que a menudo ha hablado dando consejo, y él dijo: "Se ha dado falso testimonio sobre esta tierra". Luego describió las propiedades de las diferentes capas de la tierra. Explicó la ciencia del suelo, y dijo que esta tierra se adaptaba para el crecimiento de árboles frutales y de vegetales, y que si se la trabajaba bien, produciría sus tesoros para el beneficio del hombre... MV 322 6 Al día siguiente estábamos en los carruajes, en camino para encontrar a otros que estaban investigando la tierra (MS 62, 1898). MV 322 7 Encontramos que nos estaba esperando un buen almuerzo, y todos parecían comer como si se deleitaban con la comida. Después del almuerzo fuimos a la orilla del río y los hermanos Starr, McKenzie y Collins se sentaron en un bote; los hermanos Daniells, McCuUagh y Reekie en otro bote todavía más grande; y Willie White, Emily Campbell y yo en otro. MV 322 8 Anduvimos varios kilómetros sobre el agua... Es en cierto modo salina, pero pierde su salinidad al lindar con el lugar que estamos investigando. Se necesitaban dos remeros para que el bote avanzase contra la corriente. Opinaría que éste no es un riachuelo, sino un río profundo y estrecho, y el agua es hermosa... En nuestro camino pasamos junto a varias casas de granjas de unas 16 hectáreas de extensión (40 acres)... MV 323 1 Cuando desembarcamos en el terreno que debíamos explorar, encontramos un eucalipto de unos 30 metros de largo (100 pies) caído sobre el suelo... A nuestro alrededor había árboles inmensos que habían sido derribados, y se sacaron partes que podían usarse. Ni por un momento puedo acoger la idea de que la tierra que puede producir esos árboles grandes pueda ser de pobre calidad. Estoy segura que si se trabajara esta tierra con empeño, como se acostumbra hacerlo con la tierra en Michigan, sería productiva en todo sentido (Carta 82, 1894). MV 323 2 Ella fue escoltada a algunas partes del terreno, caminando y descansando y pensando. Más tarde habló sobre el hallazgo del surco: MV 323 3 Cuando llegamos a Avondale para examinar la propiedad, fui con los hermanos al terreno. Después de un tiempo llegamos al lugar sobre el cual yo había soñado, y allí estaba el surco que había visto. Los hermanos lo miraron sorprendidos. "¿Cómo es que apareció allí?", preguntaron. Entonces les conté el sueño que había tenido. MV 323 4 "Bien --contestaron--, usted puede ver que el suelo no es bueno". "Ése --repuse-- fue el testimonio dado por los hombres en mi sueño, y ésa es la razón que se dio por la que no debiéramos ocupar el terreno. Pero Alguien se paró sobre el surco abierto y dijo: 'Se ha dado falso testimonio respecto a este suelo. Dios puede extender una mesa en el desierto' " (Carta 350, 1907). MV 323 5 Pero estaba cayendo la noche, y el grupo regresó a la cabaña por el Dora Creek a la luz de las estrellas. Cuando el grupo más grande vino cerca del atracadero de los botes, trajo informes animadores sobre sus hallazgos. Elena de White escribió: MV 323 6 Llegaron de su investigación teniendo una impresión mucho más favorable que la que habían recibido hasta entonces. Habían encontrado una tierra excelente, la mejor que habían visto, y pensaron que era un lugar favorable para la ubicación de la escuela. Habían encontrado un arroyo de agua fresca, fría y dulce, la mejor que jamás habían probado. En general, el día para explorar posibilidades había hecho que se sintiesen mucho más inclinados a ese lugar que lo que lo habían estado hasta el momento (Carta 82, 1894). MV 323 7 La Sra. White se retiró temprano para descansar, pero el comité discutió ardientemente sus hallazgos en horas de la noche. Había opiniones diversas, porque había considerable variación en la calidad del suelo en diferentes partes del terreno, pero la mayoría sentía que se podía hacer triunfar la empresa. A esto se agregaba el hecho de que habían observado la confianza que tenía la Sra. White en las potencialidades de la propiedad. Tarde en esa noche otoñal el comité votó comprar la propiedad de Brettville por $4.500. INFORME A LA JUNTA DIRECTIVA DE LAS MISIONES EXTRANJERAS MV 324 1 En su informe escrito el 10 de junio y dirigido a la Junta Directiva de las Misiones Extranjeras en Battle Creek, W. C. White describió el terreno con muchos detalles, llenando cuatro páginas en tipo de imprenta, a espacio simple: MV 324 2 Gran parte de la tierra en esta sección del país es una grava arcillosa con subsuelo de esquisto o roca, o una arena roja gruesa con un subsuelo de arcilla roja. Tanto de la tierra tiene esta característica que generalmente se habla en contra del distrito. Hay mucha tierra buena que se encuentra en franjas, y en secciones hay un suelo muy excelente... Estimamos que 80 hectáreas (200 acres) son adecuadas para [el cultivo de] vegetales, 80 adecuadas para árboles frutales, y 80 son buenas para producción lechera. El costo para desmontar variará considerablemente (4 WCW, pp. 420-422). MV 324 3 Veinticinco años antes la tierra en el área había sido despejada para la agricultura, y se habían plantado huertos de naranja y limón. Pero los colonos descuidaron sus huertos y se dedicaron a cortar madera para suplir a las minas cercanas. W. C. White informó: MV 324 4 Hemos orado muy fervientemente que si éste era un lugar equivocado, que algo ocurriese para indicarlo, o para poner trabas en el camino; y que si era el lugar correcto, que el camino pudiera abrirse. Hasta el momento, todo se mueve muy favorablemente... Hemos firmado un contrato para comprar el lugar, y hemos pagado £25 (libras esterlinas). A fin de este mes, 30 de junio, debemos pagar £275, y luego tenemos dos años para pagar el saldo, con el privilegio de pagar todo en cualquier momento (Id., pp. 422-423). EL COMIENZO DE UNA GRAN EMPRESA MV 324 5 El primer paso era encontrar los fondos con los cuales pagar las £275, que se debían para el 30 de junio. W. C. White informó a A. G. Daniells: MV 324 6 El jueves 28 de junio pedí prestadas £150 al Hno. Sherwin y £105 a la Sociedad Australiana de Tratados, y rebusqué todo lo que había en nuestra casa, y pagué las £275 que se debían como el primer pago (Id., p. 488). MV 325 1 El abogado de ellos dijo que el título era bueno. Dos semanas más tarde el Sr. Lawrence, el miembro de iglesia que había venido desde Michigan, alquiló un viejo hotel de doce cuartos en Cooranbong, conocido como el Hotel Healey, y se pidió que se envíe el mobiliario de la Escuela Bíblica en Melbourne. Se hicieron arreglos para levantar un plano del terreno (6 WCW, p. 68). Las últimas dos semanas de agosto encontraron a un grupo considerable de trabajadores en Cooranbong. MV 325 2 El entusiasmo de Elena de White por la propiedad de Cooranbong no conocía límites. Ella comenzó a hacer planes y a esperar con ansias la oportunidad de visitarla tan a menudo como fuese posible. MV 325 3 Tan pronto como se había decidido comprar la propiedad de Brettville para la escuela, se compraron un caballo y un carro en Sydney y se los despachó a Cooranbong para que los usaran la familia Lawrence y los visitantes. El Sr. Collins, un dirigente de colportaje que sufría de algunas dificultades de la vista, y Jimmy Gregory juntaron provisiones para tres días e iniciaron el viaje de 122 kilómetros (76 millas). El carruaje y los caballos demostraron ser muy útiles en Cooranbong. La Sra. White, Emily y May Lacey los usaron en su visita a Cooranbong en agosto. (May Lacey era la joven que Willie había conocido en la Escuela Bíblica en Melbourne y a quien había traído a la casa para reemplazar a May Walling, quien había regresado a Norteamérica.) MV 325 4 Mientras viajaban o caminaban por los campos vacíos, a Elena de White le agradaba visualizar lo que podría plantarse aquí o allá. Ella le escribió a Marian Davis, su compañera de trabajo muy cercana: MV 325 5 He planeado lo que puede cultivarse en diferentes lugares. He dicho: "Aquí puede haber una cosecha de alfalfa; allí puede haber frutillas (fresas); aquí puede haber maíz tierno y maíz común; y este terreno dará buenas papas, mientras que aquél dará buenas frutas de toda clase". De modo que en la imaginación tengo todos los diferentes lugares en una condición próspera (Carta 14, 1894). MV 325 6 ¡Poco soñaba ella cuánto tiempo pasaría para que eso se concretase! EL TRABAJO EN COORANBONG SE PARALIZA MV 325 7 A fines de agosto, cuando W. C. White, L. J. Rousseau, L. N. Lawrence y otros estaban en Cooranbong con el agrimensor, recorriendo el terreno que se acababa de comprar, le entregaron dos cartas a W. C. White, una de F. M. Wilcox, secretario de la Junta Directiva de las Misiones Extranjeras en Battle Creek, y la otra de W. W. Prescott, secretario de educación de la Asociación General. White se las leyó a Rousseau y Lawrence mientras descansaban en el bosque. MV 325 8 Las dos cartas llevaban el mismo mensaje. Los autores de ambas acababan de asistir a una reunión de la Junta Directiva de las Misiones Extranjeras en la que se había leído la carta de W. C. White, del 10 de junio, con su descripción del terreno en Cooranbong. Cada una transmitía el mismo mensaje: que la junta sentía, en base a la descripción del terreno, que sería bueno buscar otra propiedad más promisoria, aunque no pudiesen obtenerse más de 16 hectáreas (40 acres) debido a un precio más alto. White pidió que se parase el trabajo en marcha, y el agrimensor fue enviado de vuelta a Sydney (DF 170, "Informe de las actas de las sesiones del Comité Ejecutivo de la Unión Asociación Australasiana para el año 1894"; 6 WCW, pp. 126,129). MV 326 1 White le escribió a Prescott el 3 de septiembre: MV 326 2 Respecto al terreno, estamos actuando en base a la sugerencia de la Junta Directiva de las Misiones, y hemos suspendido toda transacción hasta donde podemos hacerlo. No podemos ahora conjeturar cómo esto afectará nuestro progreso y perspectivas futuras. Si ésta fuera una empresa nuestra, podríamos tener muchos presentimientos, pero como somos siervos de un Rey, y como él tiene poder para hacer luz de las tinieblas, y para convertir en un éxito lo que parece un fracaso, esperaremos y confiaremos (6 WCW, p. 126). MV 326 3 Dudas terribles se apoderaron de W. C. White. Más tarde él describió las circunstancias en el informe que preparó para presentar a los miembros constituyentes en el campestre a realizarse en Ashfield, cerca de Sydney. Después de observar la inspección cuidadosa de muchas propiedades y el hecho de que había habido 28 reuniones del comité sobre la ubicación de la escuela entre el 23 de enero y el 29 de agosto, escribió renuentemente: MV 326 4 Se recibieron cartas del secretario de la Junta Directiva de las Misiones Extranjeras y del secretario de educación de la Asociación General acusando recibo de la descripción del lugar que les envió W. C. White e insinuando sus temores de que el lugar no era apropiado para nuestro trabajo. Los mismos temores fueron compartidos, en cierta medida, por W. C. White, L. J. Rousseau y [A. G.] Daniells; por lo tanto, en una reunión celebrada en Sydney el 27 de agosto, estando presentes White, Daniells, McCullagh, Reekie y Rousseau, se adoptó la siguiente resolución: MV 326 5 Considerando que, La Junta Directiva de las Misiones ha expresado dudas y advertencias respecto a la ubicación de nuestra escuela, por lo tanto MV 326 6 Acordado, Que posterguemos el hacer otros trámites en Cooranbong hasta que tengamos tiempo de considerar el asunto de la ubicación (DF 170, "Informe de las actas de las sesiones del Comité Ejecutivo de la Unión Asociación Australasiana para el año 1894"). MV 326 7 En cierto modo sorprendido por todo esto, W. C. White se encontró cantu rreando frecuentemente las palabras, "Espera, espera mansamente y no murmures" (6 WCW, p. 137), y se entregó a la búsqueda de lo que podría ser un sitio más promisorio para la escuela. La decisión de la Junta Directiva de las Misiones Extranjeras también fue un golpe para Elena de White, y ella esperó en Cooranbong por noticias sobre qué acuerdo tomaría el comité sobre la ubicación de la escuela, el que se tendría en Sydney el lunes 27 de agosto. En ese mismo día ella escribió: MV 327 1 Cuanto más veo la propiedad de la escuela, más asombrada estoy por el precio bajo al que se la compró. Cuando la junta quiera desistir de esta compra, me comprometo yo misma a conseguir la tierra. La colonizaré con familias pobres; tendré familias misioneras que vengan de Norteamérica y hagan el mejor tipo de obra misionera al educar a la gente en cuanto a cómo cultivar el suelo y hacerlo productivo (MS 35,1894). MV 327 2 El miércoles 29 de agosto, Elena de White recibió un telegrama pidiéndole que regresase a Sydney a la mañana siguiente. Acortando su estadía tranquila en Cooranbong, ella y las mujeres que le ayudaban tomaron el tren matutino, llegando a Sydney alrededor del mediodía. Fueron recibidas por W. C. White, Daniells, Reekie y Rousseau, y llevadas a la misión. Allí, después de un refrigerio, se le dio la noticia de la decisión del comité tomada el lunes. Esa noche ella escribió en su diario: MV 327 3 Los hermanos Rousseau y Daniells tenían propuestas que presentamos, diciendo que la tierra escogida para la ubicación de la escuela no era tan buena como la que debiéramos tener para levantar edificios; que nos chasquearíamos en el cultivo de la tierra; que ésta no era suficientemente rica como para producir buenas cosechas, etcétera, etcétera. MV 327 4 Para nosotros ésta era una información sorprendente, y no podíamos ver el asunto desde el mismo punto de vista. Sabíamos que teníamos evidencias de que el Señor había dirigido en la compra del terreno. Ellos propusieron que siguiéramos buscando un terreno... La tierra que se había comprado era la mejor, en cuanto a sus ventajas. Echarse atrás en este asunto y comenzar otra búsqueda significaba pérdida de tiempo, gastos en desembolso de recursos, gran ansiedad y preocupación, y demora en ubicar la escuela, retrasándonos un año. MV 327 5 No podíamos ver luz en esto. Pensamos en los hijos de Israel quienes preguntaron: ¿Puede Dios tender una mesa en el desierto? Él lo hizo, y con la bendición de Dios descansando sobre la escuela, la tierra será bendecida para producir buenas cosechas... Por la luz que me fue dada, sabía que no habíamos cometido ningún error (MS 77,1894). MV 327 6 Era claro en dónde había colocado su confianza, y éste era un punto que ni el comité en Australia ni la Junta Directiva de las Misiones Extranjeras en Battle Creek podían desechar, sin embargo su mejor criterio los indujo a considerar con recelo los planes de construir un colegio en Cooranbong. MV 328 1 Mientras que para Elena de White la propiedad de Brettville en Cooranbong era el lugar correcto, ella sabía que los dirigentes de la iglesia debían tomar la decisión final, y que tenían que confiar suficientemente en su decisión como para trabajar en favor de los planes hasta concretarlos, no sólo en circunstancias favorables sino también haciendo frente a las dificultades más ominosas. MV 328 2 El curso de acción delineado ahora le parecía a ella "muy semejante a la obra del gran adversario de obstruir el camino de progreso, y de darles la impresión a los hermanos fácilmente tentados y de actitud crítica, que el Señor no estaba dirigiendo el proyecto de la escuela. Creo que éste es un impedimento con el que el Señor no tiene nada que ver. ¡Oh, cómo sufre mi corazón! No sé qué hacer fuera de descansar en el Señor y esperar pacientemente en él". MV 328 3 La decisión de seguir buscando un terreno se mantuvo firme, y se inició la tarea. Elena de White se unió reticentemente al comité para inspeccionar nuevos lugares. EL COLEGIO DE AVONDALE: EN SUSPENSO MV 328 4 Cuando Elena de White y sus acompañantes regresaron a Granville, lo hicieron a una casa diferente. Su primera casa en Australia había estado en Melbourne, donde ella estableció su sede central durante seis meses. Cuando se planeó que el próximo período de la Escuela Bíblica Australasiana comenzase el 4 de abril, había llegado el momento cuando debía terminar su trabajo en Melbourne para poner a disposición de los estudiantes las piezas que ella y sus ayudantas estaban ocupando. Además, el clima de Nueva Gales del Sur, por el hecho de estar más al norte, prometía ser más confortable que el de Melbourne. De modo que en marzo se alquiló una casa para ella en Granville, un suburbio de Sydney. MV 328 5 La casa en Granville, como muchas en Australia, llevaba un nombre: Per Ardua. Era de ladrillo y tenía diez habitaciones, algunas de forma estrambótica. Estaba en un lote de una hectárea (dos acres), con un huerto, un lugar para una quinta de verduras y una dehesa cubierta de hierba, con algo de sombra de unos eucaliptos. También había árboles con sombra en el frente. En una carta a Willie, Elena de White comentó favorablemente en cuanto al hogar o chimenea francesa, los amplios porches y el jardín; en términos generales, ella estaba complacida con la casa. El edificio era suficientemente grande, si se apretaban, para ella y su hijo, más el pastor Starr y su esposa, y varias de sus ayudantes. MV 328 6 W. C. White, un viudo cuyas hijas en crecimiento estaban viviendo en la casa de él en Battle Creek, fue obligado a ir, por así decirlo, de la Ceca a la Meca en lo que se refiere a su lugar de alojamiento. Forzado a la más estricta economía debido a su escasez de recursos, se contentó con una pieza en la casa de su madre. Viajaba en barco en tercera clase; tomaba trenes lentos y con tarifas económicas cuando tenía la oportunidad de hacerlo; y como presidente de la Unión a menudo escribía a máquina sus propias cartas y trabajaba prodigiosamente. MV 329 1 Per Ardua estaba al pie de un cerro y tenía ventanas bajas, más bien pequeñas, y a medida que pasaba el tiempo la Sra. White se fue sintiendo menos a gusto en ella. NORFOLK VILLA EN GRANVILLE MV 329 2 Dando vueltas en junio, a la llegada del invierno, encontraron una casa grande, Norfolk Villa, en la cumbre de un cerro cercano conocido como Harris Park. W. C. White la describió como alta, iluminada y seca, y planeada más convenientemente que donde habían estado viviendo. Tenía diez habitaciones y se rentaba por el mismo precio que la propiedad anterior, $5,00 por semana. "Tiene... un aire realmente hogareño", dijo Willie, con un "comedor grande", lo cual era una gran comodidad, para que toda la familia pudiera reunirse (4 WCW, pp. 459, 489). MV 329 3 Se armó la carpa de Elena de White como un dormitorio extra para los muchos visitantes que iban y venían (Carta 30a, 1894). Un día después que se instalaron en la nueva casa, el 9 de julio, ella le escribió a Edson: MV 329 4 Estamos ahora en nuestra nueva casa. La casa es la mejor en la que hayamos vivido alguna vez. Es una casa de dos pisos. Mi habitación está encima de la sala. Tanto la sala como el dormitorio tienen ventanas saledizas grandes, y la vista es muy hermosa. Todo es bonito y agradable aquí, y es más saludable (Carta 133, 1894). MV 329 5 La nueva casa le ofreció cierto alivio a W. C. White, porque su cuarto, que también le servía de oficina, estaba bien iluminado y ventilado. Él velaba por su madre y su bienestar, y cuando estaba en la casa se esmeraba en caminar con ella unos pocos minutos después del desayuno o de la cena. ATENDIENDO UN HOTEL GRATUITO MV 329 6 Al desarrollarse el interés en Cooranbong, la casa de los White era una especie de parada o escala; más bien se asemejaba a un hotel gratuito, una situación a la cual trataron mucho de adaptarse. MV 329 7 Elena de White escribió sobre la pesada carga de hospedar a la gente. Cuando se estaban haciendo preparativos para enviar a Jimmy Gregory y al Sr. Collins con el caballo y el carruaje a Cooranbong, ella le escribió a Willie: MV 329 8 Los estamos supliendo con provisiones para un viaje de tres días. Se espera que nosotros hospedemos a todos los santos que vienen y van, que proporcionemos albergue y alimento a todos los caballos, que demos provisiones a todos los que salen y almuerzo a todos los que llegan. MV 330 1 Esto estaría completamente bien si fuera sólo un asunto ocasional, pero cuando es algo continuo, es muy desgastador para la ama de llaves y para los que hacen el trabajo. Están siempre cansados y no pueden obtener el descanso que necesitan, y además de esto, nuestros fondos no siempre resistirán como pura que podamos atender un hotel gratuito. MV 330 2 Ella preguntó: MV 330 3 ¿Pero qué podemos hacer? No deseamos decir que no, y sin embargo el trabajo de hospedar a todos los que llegan no es un asunto pequeño. Pocos comprenden o aprecian cuán recargado puede ser; pero si ésta es nuestra manera de ayudar, lo haremos alegremente y diremos Amén. MV 330 4 Pero es esencial que donemos grandes sumas de dinero al trabajo y que estemos a la cabeza en proyectos de benevolencia... ¿Es también nuestro deber mantener un hotel gratuito y llevar estas otras cargas? Que el Señor nos dé su sabiduría y bendición, es nuestra oración más ferviente (Carta 85, 1894). MV 330 5 Pocos días después, Elena de White sintió remordimiento y autocondenación por quejarse. Arrepintiéndose, escribió valientemente: MV 330 6 No escatimo nada en materia de alimento o de cualquier otra cosa a fin de que los huéspedes se sientan cómodos, y si se hace un cambio en la cuestión del hospedaje, ciertamente sentiría la pérdida y lo lamentaría mucho. De modo que depongo esa carga como totalmente innecesaria, y hospedaré a los hijos de Dios toda vez que parezca necesario (Carta 135, 1894). MV 330 7 Requería bastante trabajo alimentar a una familia de una docena o quince adultos, con dos a cuatro visitas casi cada día. Ahora al llegar la estación de las frutas, se prepararon para lanzarse a un pesado programa de envase de fruta. El jueves 20 de diciembre, al escribir a Edson y Emma, ella dio una pequeña idea de lo que esto abarcaba: MV 330 8 Bien, estamos ahora en medio del envase de la fruta. Hemos envasado 95 litros (100 quarts [cada quart, un cuarto de galón]) de duraznos y tenemos un cajón más para envasar. Emily y yo viajamos 8 kilómetros (5 millas) en el campo y encargamos doce cajones de duraznos, un dólar por cajón. Un cajón contiene aproximadamente 35 kilos (un bushel). Los que envasamos corresponden al durazno rojizo, llamado aquí durazno del día... MV 330 9 Emily ha envasado hoy 53 litros (56 quarts) de damascos, y todavía tenemos doce cajones para envasar. Tuvimos tal escasez de todo en la línea de fruta deseable, que estamos añadiendo una buena provisión (Carta 124, 1894). MV 331 1 Un mes más tarde, Elena de White pudo informar: "Hemos envasado no menos de 284 litros (300 quarts), y no menos de 95 litros más (100 quarts) serán envasados", algunos de los durazneros de su propia huerta. Ella comentó: "Si voy a seguir manteniendo un hotel gratuito, debo hacer provisión para el mismo" (Carta 118, 1895). Ella se gozaba con la fruta del área de Sydney, especialmente los duraznos y la uva. EL CAMPESTRE DE ASHFIELD MV 331 2 El 10 de septiembre, el Bible Echo incluyó un anuncio diciendo que el campestre australiano para 1894 se celebraría en Sydney, del 18 al 30 de octubre; también habría una reunión de obreros de diez días precediendo al campestre. El lugar escogido era un terreno cubierto de hierba de 2 hectáreas (5 acres) en Ashfield, a 8 kilómetros (5 millas) del Correo General de Sydney. MV 331 3 Granville, con fácil acceso a Sydney y con una cantidad de conexiones de ferrocarril, de alguna manera se había convertido en un centro de las actividades de evangelismo. Pero todos los ojos estaban concentrados en el campestre venidero y en la sesión anual de la Asociación Australiana que lo acompañaría a fines de octubre. MV 331 4 Para hacer propaganda de las reuniones evangelizadoras, que era algo nuevo para esa área, se publicó un número especial del campestre, de Bible Echo, con fecha 15 de octubre. Durante la reunión de obreros, 20 jóvenes lo distribuyeron por las casas en los diversos suburbios de Sydney. Al llamar a la gente, vendían copias del número de Echo y daban una cordial invitación para asistir al campestre. Se vendieron unos 8.000 ejemplares de Echo, y se regalaron otros 8.000 ejemplares de la portada especial, que incluía un anuncio publicitario de la reunión venidera. MV 331 5 Cuando llegaron los miembros de iglesia el viernes 19 de octubre, encontraron más de cincuenta carpas de familia, blancas, entre los árboles y al amparo de su sombra. Se añadieron otras doce para el fin de la primera semana. MV 331 6 Un gran cartel en la entrada del campamento cercado decía: "EL QUE QUIERA, VENGA" (MS 1, 1895). En respuesta a la propaganda, el sábado de tarde la asistencia comenzó a aumentar, y Elena de White le informó a Olsen: MV 331 7 El domingo tuvimos una inmensa congregación. La carpa grande estaba llena, había un muro de gente afuera, y los carruajes llenos de gente en la calle. Las carpas son una gran sorpresa y curiosidad para la gente, y por cierto que estas casas blancas de algodón esparcidas entre los árboles verdes son un espectáculo hermoso (Carta 56, 1894). MV 331 8 Por lo menos 1.000 personas estaban presentes cuando comenzó el tema de la tarde, y W. C. White informó: "Antes de su terminación había más de 2.000 personas en el campamento". MV 332 1 Aunque aparentemente muchos habían venido por curiosidad, la mayor parte de esta multitud se reunió dentro y alrededor de la carpa grande y escuchó con atención a la Sra. White mientras ella presentaba el amor de Dios y su efecto sobre el corazón y el carácter (BE, 5 de noviembre, 1894). MV 332 2 Durante la semana se celebraron las reuniones de negocios de la Asociación por las mañanas, y se les dio tiempo a diversos departamentos de trabajo para presentar informes, discusiones y planes. Se eligieron los oficiales para el año siguiente. A. G. Daniells fue reelecto presidente de la Asociación Australiana. Entre los acuerdos que se tomaron hubo dos relacionados con la escuela. Puesto que no había certeza en cuanto a su ubicación, las resoluciones carecieron de precisión y fuerza. MV 332 3 Después de una segunda semana de buenas reuniones, el campestre de Ashfield llegó a una conclusión triunfante el día domingo, con 2.500 personas presentes. Elena de White describió el servicio culminante: "El último servicio público, el domingo de noche, fue uno que se recordará por mucho tiempo... A veces la congregación estaba absorta como si se hallara hechizada" (DF 28a, "Experience in Australia" [Experiencia en Australia], p. 789g). MV 332 4 El interés era grande cuando terminó el campestre. Muchos pidieron que continuaran los servicios, de modo que se decidió trasladar la carpa a otro lugar, aproximadamente a un kilómetro y medio de distancia (una milla), pero con conexiones de ferrocarril más convenientes a varios de los suburbios de Sydney. Se les encargó a Corliss y McCullagh que continuaran las reuniones por las noches; estuvieron bien concurridas. Se involucró a otros obreros para visitar a la gente en sus casas y conducir estudios bíblicos (BE, 3 de diciembre, 1894). MV 332 5 El campestre de Ashfield terminó el 5 de noviembre de 1894, sin un acuerdo concluyente referente a la ubicación de la escuela. Esto fue sumamente descorazonador. UNA BODA EN LA FAMILIA MV 332 6 Se le había urgido a W. C. White, al igual que a su padre antes de él, que prestase servicio en la iglesia en desarrollo casi más allá de su capacidad y de su tiempo. Desde su temprana juventud había estado involucrado en responsabilidades de la obra de publicaciones, la obra de salud y la obra educacional. Su vida personal, y cosas tales como noviazgo, casamiento, nacimientos, falle-cimientos y vida familiar, habían sido insertadas entre reuniones, citas, convenciones y viajes. MV 332 7 Ahora a los 40, un viudo, era presidente de la Unión Asociación Australasiana y presidente del comité de ubicación de la escuela propuesta para Cooranbong. Tenía una pieza en la casa de su madre y le dedicaba a ella tanto tiempo y aten ción como le era posible en medio de su ocupado programa de trabajo. MV 333 1 En una visita reciente a la Escuela Bíblica en Melbourne, él había observado a May Lacey, de 20 años, y la admiraba. May había estado en la Escuela Bíblica durante tres períodos y había desarrollado sus talentos, dando estudios bíblicos y visitando a la gente. También tocaba el piano y el órgano. MV 333 2 W. C. White animó a su madre a que llevase a May Lacey a la casa en lugar de May Walling. "La he empleado --le escribió Elena de White a Edson mientras estaba en Cooranbong--, y ella satisface muy bien los requisitos". Ella comentó: MV 333 3 Pronto descubrí por qué Willie estaba ansioso de que viniese May Lacey. Él la amaba, y ella se parece más a Mary White, nuestro tesoro que pasó al descanso, que cualquier otra persona que él haya encontrado, pero yo no tenía la más leve idea [de lo que ocurriría] cuando ella vino a mi casa... Tendrás una nueva hermana en pocos meses, si es que su padre da su consentimiento. Ella es un tesoro. Me alegro ciertamente por Willie, porque él no ha tenido una vida muy feliz y agradable desde la muerte de Mary (Carta 117, 1895). MV 333 4 W. C. White había visto a May sólo en breves ocasiones cuando estaba "en casa" entre reuniones y convenciones. De modo que para ella fue una completa sorpresa cuando él le propuso que se convirtiese en la madre de sus hijas sin madre que ahora vivían en Norteamérica. Cuando Willie dejó los Estados Unidos para venir a Australia, esperaba que su estadía se limitaría a no más de dos años, y mucho de ese tiempo sería en viajes, de modo que dejó a Mabel, de 4 años, y a Ella, de 9, en su casa en Battle Creek a cuidado de la Srta. Mary Mortensen. MV 333 5 May no podía contestar la propuesta de W',illie en un tiempo tan breve, pero estuvo de acuerdo en convertirla en un objeto de oración y su aceptación estaba condicionada a la solución de varios problemas que ella sentía que eran un obstáculo. Cuando éstos se resolvieron, se hicieron planes para la boda. TASMANIA MV 333 6 Se eligió el tiempo para la boda como para que coincidiese con una convención que debía celebrarse en Hobart, Tasmania. La convención, de acuerdo con un anuncio en el Bible Echo, sería la primera reunión de ese tipo que se conduciría en esa colonia. Se realizaría en Hobart, del 26 de abril al 6 de mayo de 1895, e incluiría instrucción sobre los deberes de los oficiales y de los miem-bros de iglesia, mensajes por la noche sobre libertad religiosa, lecciones sobre diversas ramas de la obra misionera, e instrucción práctica dada por la Sra. White. MV 333 7 May Lacey, acompañada por Elena de White y algunas integrantes de su personal, viajaron por tren desde Norfolk Villa, cerca de Sydney, a Melbourne, y luego por barco, arribando a Launceston, Tasmania, el miércoles 17 de abril por la mañana. Las viajeras fueron llevadas al hogar de los Rogers para el almuerzo, y a media tarde tomaron el tren hacia el sur, 200 kilómetros (125 millas) hasta Hobart. Eran las 9:00 de la noche cuando llegaron. Fueron recibidas por el padre de May, David Lacey, y varios miembros de la familia, y llevadas al hogar confortable y hospitalario de los Lacey en Glenorchy, justo al norte de la ciudad. MV 334 1 En sus años más jóvenes, David Lacey había tenido el puesto de comisionado policial británico en Cuttack, en la India, cerca de Calcuta. Allí nació May. Ella asistió a la escuela en Londres, y al jubilarse su padre se unió a la familia en Tasmania. Cuando llegaron colportores a Hobart con Thoughts on Daniel and the Revelation (Pensamientos sobre Daniel y el Apocalipsis), la familia se relacionó por primera vez con los Adventistas del Séptimo Día. El cuidadoso trabajo de seguimiento de los evangelistas Israel y Starr condujo a toda la familia a la iglesia, el padre y la madre Lacey y los cuatro hijos, Herbert Camden, Ethel May, Lenora y Marguerite. La madre murió en 1890, y el padre estaba ahora casado con una viuda, la Sra. Hawkins, quien tenía cuatro hijas vivaces y dos hijos. Era una familia amante y estrechamente unida la que ese miércoles le dio la bienvenida a la hija May y a Elena de White. MV 334 2 Unos pocos días más tarde arribaron por barco los obreros de Nueva Zelanda, entre ellos W. C. White. Habían pasado tres meses desde que se había separado de su novia y de su madre en Granville en Nueva Gales del Sur, y ésta fue una reunión feliz. Como la convención no empezaría sino hasta el próximo fin de semana, se planearon reuniones para la pequeña iglesia adventista rural en Bismark en 1889. MV 334 3 Aunque se había planeado que la boda siguiese al viaje de tres meses de W. C. White a Nueva Zelanda, pudo efectuarse poca planificación en detalle, puesto que él y May estaban separados por tanta distancia. En realidad, cuando W. C. White llegó a Tasmania el 20 de abril, no sabía si el casamiento se realizaría en Tasmania o en el continente de Australia. En una carta a su hija Ella le contó qué ocurrió: MV 334 4 Cuando encontramos que su padre y sus hermanas deseaban que fuese allí, en su hogar, y que la Hna. Lacey y sus hijas deseaban unánimemente que tuviésemos la boda en Glenorchy, decidimos cumplir con su invitación y por lo tanto hicimos los arreglos para casamos el jueves de tarde, 9 de mayo de 1895 (7 WCW, p. 273). MV 334 5 Al escribirle a Ella acerca del feliz evento, el novio contó como el servicio fue efectuado por un ministro metodista, el Sr. Palfryman, un antiguo amigo de la familia Lacey. En esa área no había ningún ministro adventista calificado de acuerdo con las leyes de Tasmania. Todo salió bien. Las habitaciones en la casa de los Lacey se encontraban primorosamente decoradas con helechos y flores. Estaban presentes diez miembros de la familia y once amigas de la novia que eran huéspe des invitadas. Como estaban en un país británico, se casaron con el anillo de casamiento. Willie tenía 40 años y May, 21. MV 335 1 Después de la ceremonia de casamiento todos fueron conducidos al comedor, donde les estaba esperando una atractiva cena de bodas. Para las 6:00 se habían ido la mayoría de los amigos, y la novia y el novio se cambiaron sus ropas de casamiento. La novia terminó de preparar su equipaje, y su esposo asistió a la reunión de un comité. A las 8:30, con Elena de White, la pareja tomó el tren hacia el norte, rumbo a Launceston, en camino a la casa (Id., p. 274). Se pasó un fin de semana provechoso en Launceston, y los obreros en viaje se reunieron allí con los 17 observadores del sábado que acababan de bautizarse. Con los niños, había unas 40 personas en el servicio del sábado que escucharon a Elena de White hablar fluidamente del primer capítulo de 2 Pedro. También le habló al grupo el domingo (Carta 59, 1895). MV 335 2 El grupo viajero gozó de buen clima al salir de Launceston, pero en el océano abierto encontraron mares agitados, y llegaron a Melbourne dos horas y media tarde. Elena de White fue hospedada en la casa de los Israel y los recién casados, en la de los Faulkhead. La correspondencia procedente de Granville les informó del arribo desde Norteamérica, el 5 de mayo, de las dos hijas de W. C. White, Ella y Mabel. La cariñosa abuela escribió: "Se ha afirmado que ambas son hermosas, pero Mabel, dicen ellos, es muy hermosa. No las hemos visto por tres años y medio, de modo que deben haber cambiado grandemente. Estoy muy deseosa de verlas" (Carta 120, 1895). Pero la reunión con las niñas tuvo que esperar hasta que se completó el trabajo del comité en Melbourne, y rápidamente se hicieron compromisos de predicación para Elena de White en Melbourne y sus suburbios. MV 335 3 El miércoles 29 de mayo se terminó el trabajo del comité, y los tres White --Elena, W. C. y May-- estaban en el tren rumbo a Sydney y al hogar en Granville. ¡Qué reunión feliz fue la de ese jueves cuando, después de más de tres años, Ella y Mabel abrazaron al Papá, a la Abuelita y a su nueva madre, May Lacey de White! MV 335 4 Unos pocos días más tarde Elena de White exclamó: MV 335 5 No se pueden imaginar cuán agradable es tener reunida a mi familia una vez más. No he visto hijas más capaces, bien dispuestas y obedientes que Ella May y Mabel... Parecen tener excelentes cualidades de carácter. W. C. White está más y más contento con su May. Ella es un tesoro (Carta 124, 1895). COMENZANDO UN COLEGIO DESDE LA NADA MV 335 6 Gracias a la luz dada a Elena de White, nunca hubo la menor duda en su mente que Cooranbong era el lugar correcto para la nueva escuela. MV 335 7 Pero varios miembros del comité de ubicación vacilaban y planteaban preguntas. Incluso A. G. Daniells, influenciado por los informes presentados por los expertos del gobierno, no había asumido una posición positiva. MV 336 1 Puesto que al término del campestre de Ashfield no se había tomado un acuerdo concluyente, Elena de White pensó que era tiempo de que se hiciera algo. Llamó a W. C. White, presidente del comité de ubicación, y al pastor Daniells, presidente de la Asociación Australiana, y repitió sus fuertes convicciones, terminando sus palabras con un desafío: "¿No hay un Dios en Israel, que os habéis vuelto al dios de Ecrón?" MV 336 2 En respuesta a sus firmes convicciones sobre el asunto, el comité decidió volver a Cooranbong y examinar nuevamente la propiedad de Brettville. MV 336 3 Mientras tanto los miembros de la Junta Directiva de las Misiones Extranjeras, en Norteamérica, encontraron difícil desterrar de sus mentes el hecho de que Elena de White estaba firme en su posición de que la propiedad de Brettville era el lugar para la escuela. Mediante un voto formal retiraron sus objeciones a los planes de establecer el colegio allí. MV 336 4 Esta noticia animó al comité sobre la ubicación de la escuela en Australia. El 20 de noviembre de 1894, el comité de la Unión Asociación Australiana tomó el siguiente acuerdo: MV 336 5 Considerando, Que la Junta Directiva de las Misiones Extranjeras ha, retirado sus objeciones a que ubiquemos la Escuela Bíblica Australasiana en la propiedad de Brettville en Cooranbong, y... MV 336 6 Considerando, Que creemos que la propiedad de Brettville puede convertirse en un lugar adecuado para la escuela que estamos proponiendo... MV 336 7 Acordado, Que procedamos al establecimiento de la Escuela Bíblica Australasiana en la mencionada propiedad de Brettville (minutas de la Unión Asociación Australasiana, 20 de noviembre, 1894, en 5 WCW, p. 197). MV 336 8 Al regresar de Tasmania y de la boda de W. C. White y May Lacey, Elena de White pasó el mes de junio (1895) en su casa, Norfolk Villa, en diversas actividades: ayudando en la obra con los nuevos grupos de creyentes que se estaban levantando, planeando el esfuerzo evangelizador en Sydney, y escribiendo enérgicamente. Se sentía muy agotada y estaba ansiosa de un cambio que podría experimentar estando en Cooranbong. MV 336 9 De modo que el lunes 1ode julio, de mañana, con W. C. White y su familia, ella tomó el tren para Cooranbong, y permaneció allí por tres semanas, primero en la casa de Herbert Lacey, recientemente llegado de Norteamérica. Encontraron a 26 muchachos y jóvenes viviendo en el edificio de un hotel alquilado, y algunos durmiendo en carpas. Estaban despejando el terreno y construyendo caminos y puentes, trabajando para iniciar la escuela. El 25 de febrero el profesor Rousseau había enviado una carta a las iglesias anunciando los planes e invitando a los jóvenes varones a venir a la escuela y ocuparse en un programa de trabajo y estudio. Cada estudiante trabajaría seis horas por día, lo que pagaría por la comida, el hospedaje y la enseñanza en dos clases. MV 337 1 Cuando Elena de White y W. C. White y su familia llegaron al terreno de la escuela, Metcalfe Hare estaba allí dirigiendo a un equipo de una docena de jóvenes o más; Rousseau estaba dirigiendo a un grupo similar en su trabajo en la tierra, y se estaba progresando bien. MV 337 2 Muy temprano en los comienzos del proyecto de construir un colegio en Cooranbong, la idea de convertirlo en una escuela industrial, usando a estudiantes en clases de entrenamiento manual y siguiendo el plan de trabajar parte del tiempo y estudiar parte del tiempo, se había reconocido como algo útil y beneficioso para los estudiantes tanto desde el punto vista financiero como de su salud. MV 337 3 Dos años antes, cuando W. C. White estuvo en el campestre de Nueva Zelanda, había buscado a jóvenes interesados en el departamento industrial. MV 337 4 El 5 de marzo de 1895 se abrió el departamento de entrenamiento manual, pero al principio no tuvo mucho apoyo. En sus esfuerzos para conseguir que las cosas marchasen en la escuela, W. C. White había estado hablando de dicho plan por varios meses, y escribió: MV 337 5 Usted se sorprendería al enterarse de las críticas, la oposición y la apatía contra las cuales tuvo que luchar la propuesta. La junta directiva dijo que no pagaría, los maestros temían que sería mucho trabajo para ellos con pocos resultados, y en muchos casos, los amigos de aquellos por quienes fue planeado el departamento criticaban severamente, diciendo que los jóvenes no se sentirían dispuestos a estudiar después de seis horas de trabajo arduo (8 WCW, p. 32). EL DEPARTAMENTO DE ENTRENAMIENTO MANUAL TIENE ÉXITO MV 337 6 Pero después de observar el programa en marcha por seis semanas, Elena de White informó: MV 337 7 Alrededor de 26 obreros --estudiantes-- han trabajado parte del tiempo talando árboles para despejar el terreno, y tienen sus estudios. Dicen que pueden aprender tanto en las seis horas de estudio como dando todo su tiempo a los libros. Más que esto, el departamento de trabajo manual es un éxito para los estudiantes desde el punto de vista de la salud. Por esto agradecemos al Señor con corazón, alma y voz. Los estudiantes son robustos y los débiles se están fortaleciendo (Carta 126, 1895). SE COMIENZAN LOS EDIFICIOS EN EL COLEGIO DE AVONDALE MV 337 8 Se había despejado la tierra en una elevación del terreno con la esperanza de que cuando hubiera fondos, pudieran comenzar a levantar los edificios de la escuela. El plan maestro elaborado por W. C. Sisley y adoptado por el comité de la Unión Asociación requería tres estructuras para comenzar: el edificio central para la administración y las aulas, flanqueado a ambos lados a una distancia de 30 metros (100 pies) por dormitorios para los jóvenes y las señoritas. Estos edificios debían erigirse sobre lo que L. J. Rousseau describió en su carta a las iglesias, fechada el 25 de febrero de 1895, como "una de las elevaciones más hermosas que podía encontrarse en toda la vecindad" (DF 170, "The Avondale School, 1895-1907"). MV 338 1 Pero antes de que pudiera haber edificios, tenía que haber madera, aserrada de los árboles que se cortaban en el bosque. Esto requería un aserradero. W. C. White, escribiendo a su hermano Edson el 3 de agosto, describió los planes para el edificio que alojaría al aserradero. Él informó: MV 338 2 Los hermanos Rousseau y Metcalfe Hare han estado en Sydney durante dos semanas comprando materiales de construcción, caballos, carruajes, implementos agrícolas, árboles frutales, etcétera, etcétera... Anoche colocamos un aviso para conseguir una caldera, un motor, una sierra circular, una cepilladora, un tomo, y una planta para hacer ladrillos (8 WCW, p. 31). MV 338 3 Él comentó: "Durante los pocos meses siguientes tendremos una temporada muy ocupada en Avondale". MV 338 4 El progreso en la construcción de los edificios de la escuela fue firme. El profesor Rousseau, que había estado relacionado con el proyecto de la escuela desde el comienzo de la Escuela Bíblica en Melbourne, había regresado a los Estados Unidos. El presidente de la junta directiva de la escuela, W. C. White, había sido enviado a Norteamérica para asistir a la sesión de la Asociación General y para velar por los intereses australianos, entre ellos, la producción de alimentos de salud. Ya que estaba en el lugar, se esperaba que Elena de White dirigiese el proyecto. Ella se sentía muy sola al tener que tomar decisiones concernientes a la empresa de la escuela. Había un ministro de experiencia que estaba ordenado, en toda la colonia de Nueva Gales del Sur, cuyo tiempo estaba en gran medida absorbido por los intereses generales de una obra que estaba progresando. SE UTILIZA EL PISO ALTO DEL ASERRADERO MV 338 5 Era a mediados del invierno cuando Elena de White escribió el 5 de julio de 1896: MV 338 6 Ayer se cumplió una semana desde que hablé en el salón de la planta alta del aserradero, parcialmente cerrado, a ochenta personas allí reunidas, mayormente nuestra propia gente... Es un lugar más bien rústico en el cual reunirse, pero cuando en este país brilla el sol no se necesita ningún otro equipo de calefacción. MV 338 7 Ayer hablé nuevamente. Tuvimos una buena reunión. Nos sentiremos contentos de conseguir una capilla y un edificio escolar. Estamos orando por los recursos. No podemos avanzar hasta que los recursos vengan de alguna parte (Carta 152, 1896). MV 339 1 Se mencionó a menudo la planta alta del aserradero como un lugar para las reuniones que se celebraban de semana en semana. También se convirtió en un sitio donde se reunían muchos de los jóvenes que estaban en Cooranbong en una escuela temporaria conducida por el Prof. Herbert Lacey y su esposa, Lillian. Los Lacey habían venido desde Norteamérica para ayudar en lo que iba a ser la Escuela de Avondale. Esperando avanzar con el trabajo de la escuela, y encontrando a un buen número de jóvenes y señoritas ansiosos de asistir a clases, Lacey vio una oportunidad para comenzar. Bajo su propia responsabilidad pero con el consentimiento de la junta directiva de la escuela, comenzó una escuela nocturna en la planta alta del aserradero. Se sacó del depósito algo de los muebles y del equipo, enviados a Cooranbong cuando se cerró la Escuela Bíblica en Melbourne, y se los puso en uso. Consiguiendo libros de texto en Sydney y teniendo a su esposa como ayudante, Lacey condujo clases y recaudó pagos por la enseñanza, con el entendimiento de que la junta directiva de la escuela no sería considerada responsable en absoluto de los gastos relacionados con el proyecto, porque la junta no tenía dinero. Asistieron unos 25 jóvenes. FIJANDO UNA FECHA PARA LA APERTURA DEL COLEGIO DE AVONDALE MV 339 2 Cuando comenzó el año 1897, la mayor parte de las actividades en Cooranbong se relacionaban con la apertura de la Escuela de Avondale, anunciada para el 28 de abril. En el día de Año Nuevo, el Prof. Lacey, que había regresado a Australia para ayudar con la nueva escuela, estaba trabajando de lleno, con la ayuda de su esposa, Lillian, en el envasado de fruta para la institución, comenzando con los damascos. Una donación de $60, que acababa de recibirse para ayudar "donde... más se necesitara", fue destinada a la compra de otras frutas, duraznos, ciruelas, etcétera, a medida que madurasen. "Debe haber una amplia provisión de fruta", declaró Elena de White. MV 339 3 En la víspera de Año Nuevo, Lacey había sido enviado para recorrer a caballo la comunidad a fin de invitar a los adventistas para una reunión planeada por Elena de White. Ella estaba decidida a que al acercarse la fecha fijada, el entusiasmo por el proyecto de la escuela no declinase. Era una noche extremadamente calurosa, con el aire "pesado y sofocante", de modo que en vez de reunirse en la planta alta del aserradero, se sacaron sillas para que la gente se sentase sobre el "verde césped". Elena de White habló, sentada en su carruaje con Sara McEnterfer a su derecha, sosteniendo una lámpara, y el Prof. Lacey sentado a su izquierda, también con una lámpara. Ella informó más adelante que "todos escucharon con interés" mientras leía de un manuscrito, y luego habló por un tiempo, contando del "establecimiento de la obra en diferentes localidades, donde se habían erigido edificios para escuelas, sanatorios y lugares de adoración". MV 340 1 En vista de todo lo que necesitaba hacerse antes de que la escuela pudiera inaugurarse el 28 de abril, parecía casi imposible completar la tarea. MV 340 2 Considérese lo siguiente: Los edificios no estaban terminados. Los carpinteros se estaban quejando de sus salarios y amenazaban con renunciar. Como se mencionó previamente, W. C. White, el presidente de la junta directiva, había sido enviado a Norteamérica para velar por los intereses australianos. El Prof. Rousseau, que había estado vinculado con la escuela desde el comienzo de la Escuela Bíblica en Melbourne, había regresado a los Estados Unidos. En adición a esto, Herbert Lacey, que había sido elegido como director de la escuela, contrajo fiebre tifoidea durante una visita a Tasmania para promover la escuela. El y su esposa, Lillian, estarían ausentes de Cooranbong hasta el 9 de abril. Haskell, cuyo fuerte apoyo se necesitaba, había estado de visita en África durante varios meses. MV 340 3 Metcalfe Hare, el gerente administrativo de la escuela, se apoyaba mucho en Elena de White, y cuando debían tomarse decisiones importantes se la consideraba a ella como la administradora de rango más alto, un papel que ella no había escogido ni codiciado. Pero los que estaban junto a ella reconocían que tenía discernimiento y experiencia que los otros no tenían. MV 340 4 Cierto día fue a ver el progreso que se estaba haciendo en el segundo edificio, que proveería un comedor, cocina y despensa para la escuela (Carta 33, 1897). Tras observar la situación general, tuvo algunas preguntas que hacer: MV 340 5 "¿Qué lugar han preparado para que se alojen los varones?", pregunté. MV 340 6 "El salón que está en la planta alta del aserradero --contestaron--. Muchos estudiantes pueden dormir allí, y también conseguiremos carpas". MV 340 7 "¿Es éste el mejor plan que tienen?" MV 340 8 "Es lo mejor que podemos hacer. Cuando este edificio se complete, se habrá gastado nuestro dinero". MV 340 9 "¿Han pensado cuánto dinero se necesitaría para añadirle otro piso a este edificio?" MV 340 10 Varios estaban presentes. "No podemos hacer eso --dijo el Hno. Hare--, pero desearía que pudiéramos hacerlo". MV 340 11 "Usted debe hacerlo, Hno. Hare --dije--. ¿Cuál sería el costo?" MV 340 12 "No menos de £100", contestó. MV 340 13 "Entonces le aconsejo que le añada el segundo piso, y así se provee un dormitorio para los varones y un lugar de reuniones para la iglesia"... MV 340 14 "¿Qué haremos?", preguntaron. MV 340 15 "¿Por qué? --dije--, ¿mis sugerencias llegan demasiado tarde? ¿Los trabajos preliminares han avanzado tanto que sería un sacrificio cambiar ahora?" MV 341 1 "En realidad --fue la respuesta--, si sus sugerencias hubieran sido hechas un día más tarde, nos habrían significado cierta pérdida"... MV 341 2 Yo dije: "Yo seré responsable por el cambio hecho. Si viene alguna censura, que recaiga sobre mí. Tendrán gastos para conseguir las carpas y el trabajo de armarlas. Los estudiantes no debieran ser puestos en el cuarto encima del aserradero. La influencia sería desmoralizadora" (Carta 141, 1897). MV 341 3 "Ahora --escribió ella-- tenemos este edificio de dos pisos hermosamente completado". La expansión proveyó un "salón para las reuniones del sábado" y "un dormitorio [o internado] para los jóvenes" (Carta 33, 1897). MV 341 4 Ella le confió en una carta a Willie: MV 341 5 Asegúrate que el Hno. Hare es consultado en todo, y él no avanzará en nada sin consultarme a mí. Avanzamos armoniosamente en todos nuestros planes. El Hno. Haskell dice que no servirá para nada cuestionar ninguna cosa que yo propongo, porque el Hno. Hare levanta su brazo derecho y dice: "Lo que la Hna. White aconseja que se haga, se hará, sin ningún 'si' o 'y' al respecto" (Carta 141, 1897). MV 341 6 Ella también declaró: MV 341 7 Todos los que ven este piso superior del segundo edificio dicen: "¿Qué podrían ustedes hacer sin él?" El Hno. Hare dice que él no habría asumido la responsabilidad de cambiar nada si la Hna. White no hubiera estado allí en el terreno para decir qué era lo que más se necesitaba. Pero ese piso adicional le hace mucho bien al Hno. Hare (Ibíd.). ELENA DE WHITE CONVOCA A UN TRABAJO DE EQUIPO MV 341 8 Cuando estaban a tres semanas de la fecha fijada para la inauguración de la escuela, Haskell fue llamado repentinamente a Adelaide para ayudar a enfrentar una crisis en la iglesia allí. Con la salida de Haskell, aunque sólo por un par de semanas, Hare se sintió profundamente desanimado como nunca lo había estado. Estaba seguro de que no había esperanza de cumplir con la fecha límite del 28 de abril para la apertura de la escuela. Percatándose de la situación, Elena de White comenzó a planear una estrategia, porque ella sostenía que la escuela debía abrirse a tiempo. Ella no pudo asistir a la iglesia el sábado, pero envió un anuncio para que se lo leyese, citando a una reunión para el domingo a las 6:00 de la mañana a fin de que asistieran todos los que quisiesen. Tenía algo que decirles. Envió un mensaje a Metcalfe Hare para que viniese a su casa después del sábado para encontrarse con la Sra. Haskell, Sara y ella. MV 342 1 La Sra. White le escribió a Willie, contándole lo que ocurrió: MV 342 2 El sábado de noche tuvimos nuestra entrevista. Nuestros medios se habían terminado y el edificio escolar no podía terminarse para inaugurar la escuela en la fecha designada. La Hna. Haskell preguntó precisamente cuántos trabajadores podían ser colocados en el edificio, cuántos en el trabajo de afuera, cuántos en la cisterna y cuántos adentro. Ella escribió la información en un papel, y después que se había dicho todo, ella y yo dijimos: "Llenaremos cada puesto de trabajo". El Hno. Hare arguyó que era imposible. MV 342 3 Iniciamos la reunión matutina con canto y oración, y luego les expusimos a todos la situación. Les dije que les permitiría tener a los hermanos Connell, James y Worsnop, y que yo les pagaría el sueldo. MV 342 4 El Hno. Connell dijo que él tenía un compromiso de dos semanas que debía cumplir. El Hno. James dijo que él donaría el trabajo de una semana en cualquier línea o lugar donde lo pusieran. El Hno. Anderson también se había comprometido por dos semanas, y así se ofrecieron como voluntarios uno tras otro hasta que fueron aceptados hombres, mujeres y niños. MV 342 5 Les dije que yo cedería a Sara para que trabajase junto con la Hna. Haskell, y ellas estuvieron de acuerdo en colocar el piso con la ayuda del Hno. James quien pondría las tablas y las afirmaría en su posición, mientras que la Hna. Haskell y Sara clavarían los clavos. MV 342 6 Nuestra reunión duró desde las 6:00 hasta las 8:00. Después de la misma, el hermano de Queensland hizo algunas observaciones despreciativas acerca de las "damas carpinteras", pero nadie de aquellas a quienes estas palabras estaban dirigidas respondieron. MV 342 7 Cada persona fue puesta al trabajo. Había más de treinta. Las mujeres y los niños trabajaron en el primer edificio, limpiando las ventanas y los pisos. La Hna. Worsnop vino con su bebé y sus otros hijos, y mientras ella trabajaba en el lado de adentro de una ventana, su hija mayor de diez años trabajaba en el lado de afuera. De este modo el trabajo en el primer edificio casi se completó en el primer día. MV 342 8 La Hna. Haskell y Sara completaron casi una mitad del piso del comedor. El Hno. Hare dice que todos están entusiasmados. Las mujeres que se ocuparon en las diversas ramas del trabajo, lo hicieron bien. El Hno. Richardson estaba colocando el ladrillo en el piso del sótano. Algunas de las niñas pasaban los ladrillos desde afuera, mientras que otras que estaban adentro se los pasaban al Hno. Richardson. MV 342 9 En la tarde me enviaron para consultar con el Hno. Hare respecto a hacer cambios en las divisiones del comedor... Luego el Hno. Hare me llevó por los terrenos contiguos, y decidimos qué árboles debían ser derribados... MV 343 1 Ayer todos los muebles de la planta alta del aserradero fueron lavados y limpiados de sabandijas, y preparados para el nuevo edificio. Esta tarde debe colocarse un piso más... Los carpinteros están cubriendo las paredes exteriores del edificio. Ya están hechos los dos extremos, y una buena sección de la parte inferior en ambos lados... MV 343 2 Lunes 6 de abril, los trabajadores, hombres, mujeres y niños, están todos trabajando... MV 343 3 Las hermanas habían puesto la primera mano de pintura en los marcos de las ventanas. El Hno. Hare dijo que el trabajo diligente de las mujeres había hecho más para inspirar diligencia a los hombres en el trabajo que cualquier exhortación u orden. El silencio y la laboriosidad de las mujeres habían ejercido una influencia que ninguna otra cosa podría haber logrado. Estas mujeres han trabajado hasta que sus manos y dedos se ampollaron, pero sacan el agua mediante hábiles pinchazos, y se frotan sus manos con vaselina. Están decididas a ponerse nuevamente al trabajo... MV 343 4 El Hno. Hare está lleno de ánimo ahora. El Hno. Haskell volverá a lo sumo en una o dos semanas desde el momento en que partió... Su esposa y Sara tienen puestos el corazón y el alma en el trabajo. Forman un excelente dúo precisamente en este momento. Creo que después del día de hoy estarán listas para colocar el piso de arriba. Todo lo que se necesita ha llegado desde Sydney y está bien a la mano, de modo que no habrá ninguna demora. La escuela se inaugurará el 28 de abril de 1897 (Carta 152, 1897). MV 343 5 Aproximadamente en la fecha cuando comenzó el trabajo en equipo, se recibieron noticias de W. C. White de que en la sesión de la Asociación General se estaba tomando el acuerdo de enviar al Prof. C. B. Hughes, director de la escuela en Texas, para ayudar en Cooranbong. Era un educador muy capaz y de experiencia y proporcionaría una ayuda valiosa a Avondale. La noticia animó a todos (11 WCW, p. 276). MV 343 6 Identificándose enteramente con el espíritu de lo que ocurría, Sara McEnterfer empezó a levantar dinero para comprar una campana escolar. Recaudó unas £6 de las familias en la comunidad, y se puso en funcionamiento lo que Elena declaró que era "una campana con sonido excelente" (Carta 141, 1897). MV 343 7 Cuando la fecha fijada para la apertura se perfilaba cercana en abril, se vivieron algunos momentos tensos en Cooranbong. Por un voto desatinado de la junta directiva de la escuela se decidió que no habría escuela primaria. Elena de White se enteró de esto sólo después que se habían hecho algunos anuncios, y se sintió impulsada a meterse en el asunto y tomar una posición firme. También escribió sobre esto en su carta del 5 de mayo a Willie: MV 344 1 Se reunió la junta directiva y... decidió que por este período no habría escuela primaria. El siguiente sábado de mañana, les dije que la escuela primaria comenzaría con el resto de la escuela (Ibíd.). MV 344 2 Cuando el Hno. Lacey declaró que no habría escuela primaria este período, el Hno. Hare se sintió muy chasqueado, porque quería que sus dos hijos estuvieran en la escuela. Los administradores están tras él, diciéndole que sus hijos deben asistir a la escuela pública... MV 344 3 Pero en la primera reunión del sábado que celebramos en el salón en el piso superior, presenté este asunto y pedí una respuesta, y tú debieras haber oído las observaciones del Hno. Gambril. Se adelantó hasta el asiento del frente, de modo que yo pudiera oírlo. Habló de la influencia de las escuelas públicas sobre sus hijos, de la educación que estaban recibiendo (Ibíd.). MV 344 4 Fue en este marco que Elena de White hizo la declaración más bien familiar (registrada en Testimonies, t. 6, p. 199): "En lugares donde hay una iglesia, debieran establecerse escuelas aunque no haya más de seis niños para asistir". MV 344 5 Se hicieron arreglos para rentar nuevamente el convento para usarlo a fin de educar a niños adventistas en principios adventistas. Algunos de los niños vendrían ascendiendo el Dora Creek en canoa; la hija de Gambril, de 15 años, traería a dos niños Gambril y a otros dos a la escuela primaria, la que a mediados de mayo tenía una matrícula de quince (Ibíd.; Carta 126, 1897). MV 344 6 El pastor Daniells había hecho una predicción desalentadora en cuanto a la asistencia. Había dicho que no sabían ni siquiera de una persona en Nueva Gales del Sur que estuviese planeando asistir a la escuela como alumno interno y que sólo sabían de una persona en Nueva Zelanda que tuviese planes de hacerlo. Sabía de sólo tres o cuatro de su Asociación que habían decidido ir. El asunto se convirtió en un objeto de oración, y su secretaria, una mujer llamada Graham, vino con una sugerencia que él dice que "funcionó como por arte de magia". MV 344 7 La sugerencia fue pedirle a cada miembro de todas las iglesias que se comprometiesen con seis peniques por semana durante 20 semanas para el fondo de ayuda a estudiantes. Con 27 personas que hicieran dicho pago se cubrirían los gastos escolares de un estudiante por el período de 22 semanas. Éste sería un fondo rotativo: con el tiempo el estudiante devolvería la suma para ayudar a otro. Quedaría en manos del comité de la Asociación determinar qué estudiantes se beneficiarían. A la gente le agradó la idea y se llenó de un nuevo espíritu. La iglesia de North Fitzroy prometió responsabilizarse de dos estudiantes, y otras iglesias respondieron bien. Daniells informó: MV 344 8 Hace una semana enviamos a seis jóvenes y a seis señoritas mediante la excursión de Cook. Esta mañana a las 6:00 enviamos a seis más. Uno fue solo a la mitad de la semana. Esto hace un total de trece que han ido de esta Asociación, y esperamos enviar a cuatro más (11 WCW, p. 435). MV 345 1 Los planes requerían que los colportores patrocinaran a un estudiante, y los creyentes dispersos a otro. Daniells escribió más bien jubilosamente: MV 345 2 Si estos planes dan resultado, y por la manera en que las cosas están marchando tengo razones para creer que así será, después de todo tendremos una buena asistencia. Nos esforzaremos para tener de 35 a 40 estudiantes internos para cuando llegue el profesor Hughes. Éstos más los estudiantes diurnos nos darán una asistencia de unos 60 estudiantes (Id., p. 436). MV 345 3 Elena de White había declarado: "No debe haber un día de postergación... Si hubiese sólo un estudiante presente, debemos comenzar la escuela en la fecha designada" (Carta 149, 1897). MV 345 4 Su fe impertérrita fue una influencia firme. La escuela se abriría el 28 de abril de 1897. SE ABRE LA ESCUELA DE AVONDALE MV 345 5 Por alguna razón desconocida, no apareció ningún informe oficial de la inauguración de la Escuela de Avondale en el Bible Echo. Sin embargo, Metcalfe Hare declaró en un informe: MV 345 6 La escuela se abrió el 28 de abril, estando presentes la Sra. E. G. de White, el pastor S. N. Haskell y los maestros, con todos aquellos que habían estado vinculados al trabajo. Los edificios fueron dedicados a su misión sagrada por el pastor Haskell (DF 170, "The Avondale School, 18951907"). MV 345 7 Elena de White proveyó unos pocos detalles más en una carta a W. C. White unos pocos días más tarde: MV 345 8 El 28 de abril se abrió nuestra escuela. En los ejercicios de apertura el salón de la planta alta del segundo edificio, arriba del comedor, estaba completamente lleno. El Hno. Haskell comenzó la reunión leyendo una porción de la Escritura. Luego oró e hizo unas pocas observaciones. Luego seguí yo (Carta 141, 1897). MV 345 9 "El Espíritu del Señor estuvo presente", le escribió a Edson (Carta 149,1897), y en su diario correspondiente al día de apertura escribió: MV 345 10 Tuvimos los ejercicios de apertura en el último edificio que se levantó. Tuvimos más asistentes de lo que habíamos esperado. Nos sentimos muy agradecidos por haber tenido un comienzo tan bueno. Estuvimos muy contentos de tener con nosotros al Hno. y a la Hna. Haskell. El Hno. Herbert Laccy y su esposa estuvieron con nosotros (MS 172, 1897). MV 346 1 De esa manera, con un personal de seis (cuatro de ellos eran maestros) y con diez estudiantes (LS, p. 365) comenzó la Escuela de Avondale, y en el mismo día que se había fijado. MV 346 2 Una semana después que se hubo inaugurado la escuela, Elena de White informó que se habían inscrito 40 estudiantes. El Bible Echodel 7 de junio informó que "unos 50 estudiantes están asistiendo a la Escuela de Avondale", una cifra más bien mayor que la esperada. El siguiente número declaraba que estaban "felices de revisar esas cifras esta semana y declarar que hay 62 estudiantes". MV 346 3 Elena de White se sentía cómoda con el hecho de que los Haskell tomasen el papel de líderes en la escuela. Escribió en cuanto a ellos como obreros de experiencia que "nos fueron de gran ayuda en el trabajo preparatorio, al trazar planes para poner las cosas en orden" (Carta 149, 1897). El Prof. C. B. Hughes y su Sra. estaban en camino desde Keene, Texas. Después que la escuela estaba bien organizada y había continuado sus actividades durante dos meses, se describió al per-sonal en un informe de G. T. Wilson en el Bible Echo: MV 346 4 El Prof. C. B. Hughes y su esposa llegaron hace dos semanas desde Norteamérica. El ha sido escogido por la junta directiva de la escuela como el director de la misma, y ha de tener la administración general de las cosas en el lugar. Enseña la clase de historia, en la que ahora se están estudiando los "Imperios de la Biblia". Su esposa enseña gramática, retórica, elocución, caligrafía y una clase de Biblia. MV 346 5 El Prof. H. C. Lacey es maestro de matemáticas, fisiología, geografía, canto y cultura de la voz; y su esposa enseña en el departamento primario. MV 346 6 El pastor S. N. Haskell es el instructor principal en el estudio de la Biblia; y la Sra. Nettie Hurd Haskell, su esposa, está a cargo de una clase de Biblia, y actúa como la ama de llaves de la escuela. MV 346 7 El Sr. T. B. Skinner, un graduado del Departamento de Preparación de Enfermeras del Sanatorio de St. Helena, está a cargo de la cocina y el comedor, y un día por semana da instrucción práctica sobre arte culinario. A los estudiantes se les enseña cómo hacer pan, envasar fruta, y otras artes de la cocina saludable (21 de junio, 1897). MV 346 8 Al concluir su informe, Wilson observó que "los estudiantes son mayormente jóvenes y señoritas buenos, inteligentes, además de los cuales hay unas pocas personas de años más maduros". Aproximadamente la mitad de los alumnos tenían menos de 16 años. MV 346 9 La escuela en Avondale había comenzado bien. ------------------------Capítulo 21-- SUNNYSIDE, LA GRANA DE ELENA DE WHITE MV 347 1 Desde el mismo comienzo, cuando comenzaron a elaborarse los planes para el uso de las 587 hectáreas (1.450 acres) de la propiedad de Brettville, se calculó que algo de la tierra se vendería a familias adventistas. Para julio de 1895 se rumoreaba que unas 49 hectáreas (120 acres) se estaban usando de esta manera. El domingo 7 de julio por la mañana, Elena de White negoció para que se separe de la propiedad la primera sección de esta tierra, 16 hectáreas (40 acres) en el lado norte del terreno. Por esto ella pagó $1.350. "La razón por la que compro ahora --escribió-- es para que pueda proveer el dinero que ellos [los que están vinculados con la escuela] necesitan tanto precisamente ahora" (MS 61, 1895). MV 347 2 Ella planeó dejar algo de la tierra como área boscosa, usar algo para pastoreo, y algo para un huerto y un jardín. Por supuesto, se escogería un sitio selecto para la ubicación de la casa (Carta 88a, 1895). MV 347 3 Por algún tiempo ella sintió que debía tener su casa en una ubicación más propicia para su trabajo de escribir que la casa alquilada, de tamaño grande, en Granville. Allí le parecía inevitable que debía atender lo que parecía un "hotel gratuito", con gente que iba y venía casi cada día. Ahora decidió construir una pequeña cabaña donde no se le podrían hacer esas demandas. También decidió cultivar una porción de su terreno para proveer una lección objetiva de lo que podía hacerse en esa área en materia de agricultura. Estaban a mediados de julio, y averiguando se enteró de que cualquier cosa que debía hacerse para plantar un huerto tenía que realizarse en las próximas pocas semanas. MV 347 4 Cuando las 16 hectáreas (40 acres) entraron en su posesión, el primer paso para cultivar su pequeña granja fue despejar la tierra para el huerto. Pronto se armaron en su propiedad tres carpas de buen tamaño. La Sra. White y su nieta Ella vivían en una y también, gran parte del tiempo, una de sus mujeres ayudantas. Otra de las carpas se usaba para cocinar y comer, y la tercera era ocupada por algunos de los hombres (8 WCW, p. 31) que limpiaban el terreno y plantaban los árboles. A medida que progresaba la construcción de su pequeña casa, Elena de White estaba atenta para hacer mandados para los trabajadores a fin de ahorrarles tiempo. También escribía un poco. MV 347 5 Comenzando casi desde la nada, a comienzos de agosto los hombres habían progresado considerablemente en el trabajo de "la granja", y se había puesto el fundamento para la casa (Carta 156, 1896). Su descripción del 28 de agosto del pequeño campamento en Sunnyside es reveladora: MV 348 1 Estoy sentada en la cama escribiendo a las 3:30 a.m. No he dormido desde la 1:30. Ella May White y yo somos las únicas ocupantes de una carpa familiar grande y confortable. Cerca está otra carpa de buen tamaño, usada como comedor. Tenemos una choza tosca que sirve de cocina, y un pequeño depósito de 1,5 por 1,5 metros (5 pies por 5 pies). Luego está otra carpa, que aloja a tres de mis trabajadores. Le sigue un cuarto cerrado pero no terminado, para lavadero y taller. Ahora es usado como dormitorio por dos hombres, el Hno. Shannon, mi maestro de obras, y el Hno. Caldwell. Nosotros les damos comida a estos cinco hombres. Varios otros trabajan en el terreno que se arreglan ellos mismos para su alojamiento y comida. Fannie Bolton ocupa otra carpa, bien arreglada con su órgano y muebles. Como ven, tenemos un buen pueblito de carpas (Carta 42, 1895). MV 348 2 En un viaje rápido a Granville a fines de julio, Elena de White, con Hare, Rousseau y W. C. White, pasaron un día recorriendo los alrededores para buscar información sobre cómo conseguir árboles frutales y plantar un huerto. Ella también tenía otro asunto en mente. MV 348 3 Fui a Sydney para ver si podía encontrar cualquier cosa, algo barato, para las familias pobres. El dinero es tan escaso que a duras penas sabemos qué hacer y adonde acudir para suplir las demandas en una variedad de áreas. La calamidad causada por el fracaso de los bancos se ha sentido agudamente, y todavía se seguirá sintiendo. Estamos atentos a las oportunidades en las que las mercaderías se ofrecen a mitad de precio y compramos material muy excelente para dar a aquellos que no pueden comprar lo que necesitan (MS 61, 1895). MV 348 4 El miércoles, el último día de julio, ellos estaban nuevamente comprando: MV 348 5 Todo el día W. C. White, Emily y yo pasamos en Sydney comprando las cosas esenciales para nuestro uso en la vida del campamento. Pensamos que era sabio escoger un juego de utensilios de cocina de hierro esmaltados que resistirán las mudanzas y el manejo (Ibíd.). MV 348 6 Los derechos de autor y algunos préstamos le permitían a Elena de White hacer lo que otros no podían hacer en materia de actividades misioneras. MV 348 7 El lunes de mañana, 19 de agosto de 1895, Elena de White estaba feliz cuando tomó su pluma para escribirle a Edson. Párrafo tras párrafo rebosaba de buenas noticias: MV 348 8 Ayer, 18 de agosto de 1895, se plantaron los primeros árboles [frutales] en el terreno de Avondale. Hoy, 19 de agosto, van a plantarse los primeros árboles en la granja de la Sra. White, una ocasión importante para todos nosotros. Esto significa mucho para mí (Carta 126, 1895). MV 349 1 La razón de su júbilo era que se había comenzado a plantar. PLANTANDO Y CONSTRUYENDO EN COORANBONG MV 349 2 Dos cosas estaban en la mente de Elena de White mientras se apresuraba a regresar a Cooranbong desde Sydney: plantar el huerto y construir un lugar donde vivir. La preparación de la tierra y plantar tenían la prioridad. Inmediatamente después de haber regresado, W. C. White se enteró de que J. G. Shannon, un buen constructor adventista de Tasmania, estaba en Sydney en busca de trabajo. A los White esto les pareció muy afortunado, porque no sabían a quién conseguir para levantar la casa en el terreno que acababan de comprar. Por $2 dólares (ocho chelines) por día, se empleó al maestro de obras y se lo despachó a Cooranbong para que empezase a trabajar en una casita de campo de cinco habitaciones (8 WCW, p. 46). Elena de White escribió sobre las actividades en su propiedad: MV 349 3 Hoy [domingo] estoy apurando a los trabajadores en la preparación del terreno para el huerto. Hoy hemos conseguido una parte del grupo de estudiantes de manualidades a fin de limpiar el terreno para los árboles frutales que deben colocarse esta semana y la próxima, o de lo contrario tenemos que abandonar el proyecto y perder un año. MV 349 4 Emily y yo estamos conduciendo una yunta de caballos de acá para allá, y estamos buscando vacas y reuniendo toda la información posible respecto a la plantación, el crecimiento, etc. (Carta 125, 1895). CÓMO PLANTAR UN ÁRBOL, DE ACUERDO A ELENA DE WHITE MV 349 5 Al buscar información y orientación para plantar los huertos en la pequeña granja de ella y en la propiedad del colegio, se le recomendó a Elena de White que fuese a ver al Sr. Mosely, un cultivador exitoso de árboles frutales. MV 349 6 En varias ocasiones el Sr. Mosely vino para plantar árboles y dar instrucciones sobre cómo plantar y cuidar un huerto. La tierra virgen estaba bien preparada. Se necesitaron seis yuntas de bueyes arrastrando un inmenso arado para abrir el suelo no trabajado. Mientras observaba, la Sra. White se maravillaba, y escribió que los bueyes estaban "bajo disciplina, y se moverán al sonido de una palabra y el estallido del látigo, que hace un estampido agudo, pero que no los toca" (Carta 42, 1895). En un punto inicial de la plantación de los árboles, ella aportó algunas ideas, de lo cual se recordó un poco más que una década más tarde: MV 350 1 Mientras estuvimos en Australia, adoptamos el... plan... de cavar zanjas profundas y llenarlas con abono, lo que crearía un buen suelo. Hicimos esto para el cultivo de tomates, naranjas, limones, duraznos y vides. MV 350 2 El hombre a quien le compramos nuestros durazneros me dijo que le agradaría que yo observase la manera en que los árboles eran plantados. Entonces yo le pedí que me permitiese mostrarle cómo se me había indicado, en revelaciones de la noche, que debían plantarse. MV 350 3 Le ordené a mi empleado que cavase una cavidad profunda en el terreno, que luego pusiese tierra fértil, luego piedras, luego tierra fértil. Después de esto él puso capas de tierra y abono hasta que el hoyo quedó lleno... Él [el dueño del vivero] me dijo: "Usted no necesita ninguna lección mía para que le enseñe cómo plantar los árboles" (Carta 350, 1907). MV 350 4 De ese modo, desde el mismo comienzo Elena de White pudo cumplir uno de sus objetivos, enseñar a la gente de la comunidad qué podía hacerse al emplear procedimientos agrícolas inteligentes. Éste no era meramente un plan firme y ambicioso de ella. "La luz que me ha dado el Señor --le dijo a Edson-- es que cualquier tierra que ocupemos ha de recibir la mayor clase de cuidado y servir como una lección objetiva a los colonos sobre qué hará la tierra si la trabajamos debidamente" (Carta 126, 1895). MV 350 5 A fines de agosto le escribió más bien jubilosamente al Dr. Kellogg sobre la influencia de su trabajo en Cooranbong, y de la evaluación de un experto sobre la calidad de la tierra, un punto que le era fácil entender: MV 350 6 Vine a este lugar y comencé a trabajar en mi propiedad tan diligentemente que esto inspiró a todos con un nuevo celo, y han estado trabajando con empeño, regocijándose de que tienen el privilegio [de hacerlo]. Nos hemos estimulado mutuamente al celo y las buenas obras. MV 350 7 Los trabajadores de la escuela temían de que yo plantaría los primeros árboles, y ahora ellos y yo tenemos la satisfacción de tener los primeros huertos genuinos en esta vecindad. Algunos de nuestros árboles darán fruto el año que viene, y los durazneros darán una buena cosecha en dos años. El Sr. Mosely, de quien compramos nuestros árboles, vive a unos 32 kilómetros (20 millas) de aquí. Tiene un huerto extenso y hermoso. Dice que nosotros tenemos una espléndida tierra para árboles frutales. MV 350 8 Bien, la escuela ha tenido un comienzo excelente. Los estudiantes están aprendiendo cómo plantar árboles, frutillas (fresas), etcétera (Carta 47a, 1895). COMPRANDO VACAS MV 351 1 Elena de White también necesitaba vacas para tener una provisión de leche y crema. En una carta escrita a amigos en los Estados Unidos ella describió el proyecto para suplir las necesidades en esta área: MV 351 2 Manejo mi propio carro tirado por dos caballos, visito los aserraderos y encargo madera para ahorrar el tiempo de los trabajadores, y salgo en busca de nuestras vacas. He comprado dos buenas vacas, esto es, buenas para esta localidad (Carta 42, 1895). MV 351 3 La demostración en Sunnyside estaba funcionando bien. ------------------------Capítulo 22-- LA OBRA MÉDICO-MISIONERA MV 352 1 Cuando Elena de White y otros creyentes en el mensaje adventista se esforzaban en esparcir el conocimiento del mensaje del tercer ángel en Australia, encontraron que el tema de la temperancia era una cuña de entrada. El profundo interés en la temperancia proveía una audiencia receptiva de la nueva luz en el amplio campo del estilo de vida saludable: nutrición correcta, ejercicio y descanso, cuidado de los enfermos, la relación de la mente con el cuerpo. La verdadera temperancia abarca todo el ser: cuerpo, mente y alma. LA CASA DE SALUD MV 352 2 El primer paso en la rama de la obra médico-misionera en Australia fue la apertura de la Casa de Salud en Sydney a fines de 1896. El siguiente paso fue la publicación de una revista de salud, el Herald of Health (El Heraldo de la Salud), lanzada en Melbourne en 1898. MV 352 3 La obra médica recién estaba comenzando en Australia. A. W. Semmens, un enfermero graduado de Battle Creek, abrió la Casa de Salud en Sydney. Se alquiló una residencia grande, y Elena de White indicó: "Como él no tenía dinero, le proveí $120 (£25) para poder empezar" (Carta 70, 1897). A esto pronto se añadieron $48 (£10). El Bible Echo, en el número del 18 de enero de 1897, incluyó un aviso sobre los alimentos saludables de Battle Creek que acababan de ser desarrollados. Se le informó al público que "algunos de estos valiosos alimentos ya están siendo enviados a este país, y que ya está en pie una propuesta para que se manufacturen aquí en una fecha próxima". Éste era un proyecto significativo que iba a adquirir grandes proporciones en Australia. MV 352 4 Un día lunes, a comienzos de febrero de 1897, le llegó una carta a Elena de White de S. N. Haskell, que acababa de arribar a Sydney. Él la instó a ir rápidamente a la ciudad para poder consultar juntos [sobre aspectos de la obra]. Aunque ella estaba muy absorta en los preparativos para la apertura de la escuela de Avondale, dejó todo a un lado y con Sara, en un período de tres horas, estaba "yendo rápidamente para tomar el tren con" su "tiro de animales más veloz, haciendo conjeturas a lo largo de todo el trayecto de 7 kilómetros (4,5 millas) si podrían alcanzar el tren a Sydney o no" (Carta 82a, 1897). Lo alcanzaron, y a las 11:00 p.m. estaban en la Casa de Salud en Summer Hill, donde Haskell estaba parando. Allí se reunieron para trazar planes. MV 352 5 Para ayudar a mantener a flote financieramente la Casa de Salud, Haskell había alquilado y amueblado una habitación. Si la casa resultaba un éxito, se le pagaría de vuelta de las ganancias. Elena de White alquiló un cuarto por $1 a la semana. Ella y Sara compraron muebles en Sydney para este cuarto, de manera que la Sra. White pudiera tener un lugar donde estar cuando se encontrase en la ciudad. También otros obreros podían usarlo cuando pasaran por la ciudad. El pastor W. L. H. Baker y su esposa tomaron dos cuartos, por los que pagaban 10 chelines por semana (carta 82a, 1897; carta 171,1897). Después de explicar estos pasos para ayudar a que el proyecto marchase, Elena de White mencionó en una carta: "Espero que esta Casa de Salud resulte un éxito, pero es un experimento" (Carta 171, 1897). Y a W. C. White le escribió el mismo día: MV 353 1 Respecto a la Casa de Salud, todavía no puedo ver nada muy halagador en materia de pacientes. Pero no vale la pena mirar el lado desalentador. Debemos caminar por fe. Debemos hablar con fe y actuar con fe y vivir por fe (Carta 188, 1897). MV 353 2 El Dr. Kellogg había enviado desde Battle Creek un cargamento de los alimentos saludables recientemente desarrollados, aparentemente como una donación al proyecto, de modo que Elena de White le informó a él: MV 353 3 Me he enterado que al Hno. Semmens le va bien con la venta de los alimentos saludables... Nos sentimos agradecidos de que usted pudo damos esta ayuda oportuna. Ellos la aprecian mucho, porque han estado en las circunstancias más apremiantes (Carta 82a, 1897). MV 353 4 A mediados de febrero el correo trajo $240 (£50) de Peter Wessels. Cuando Elena de White agradeció la donación, declaró: MV 353 5 Vino exactamente en el momento correcto. Estábamos en la Casa de Salud tratando de reunir medios para amueblar algunos cuartos en el estilo más humilde... Cuando nuestros medios se acabaron, tuvimos que esperar; y cuando ese dinero llegó, nos regocijamos y nos pusimos contentos. Ahora podemos terminar de amueblar los cuartos (Carta 130, 1897). MV 353 6 La empresa tuvo éxito. Mediante avisos en cada número del Bible Echo y en otros medios de comunicación, se le informó al público que en la Casa de Salud estaban preparados para "tratar la parálisis, el reumatismo, la ciática, la neuralgia, y otros desórdenes del sistema nervioso, como también todo tipo de desórdenes estomacales e intestinales, mediante los métodos racionales más aprobados". MV 353 7 Estas enfermedades serán tratadas por los métodos de higiene más aprobados, hidroterapia, electroterapia, masajes, movimiento sueco manual, dieta, etcétera. Pueden tenerse baños eléctricos, baños de vapor eléctricos, baños de asiento, tratamientos de calor usando sal, fomentos calientes, compresas de sábanas húmedas, masajes, etcétera (BE, 11 de enero, 1897, y durante todo el año). MV 354 1 Después de algunos meses, el Bible Echo del 15 de noviembre publicó una nota en la contratapa diciendo que "actualmente la Casa de Salud de Sydney está teniendo una buena clientela, aproximadamente todo lo que puede hacer". EL TRATAMIENTO EXITOSO DE UN CASO MUY CRITICO MV 354 2 La pequeña institución de salud, que estaba luchando por progresar, pronto demostró su valor cuando el Prof. Herbert Lacey, que se había enfermado seriamente durante una visita para promover la escuela en Tasmania, fue tratado y recuperó su salud. El viernes 28 de febrero, Lillian, su esposa, recibió un telegrama en Cooranbong diciendo que Lacey, desesperadamente enfermo, llegaría por tren a Sydney ese día. Lillian se apresuró a ir a Sydney y llegó justamente cuando su esposo estaba arribando desde Melbourne. Fueron inmediatamente a la Casa de Salud, donde se pensó que el suyo era un caso de fiebre tifoidea. Había perdido 9 kilogramos (20 libras) en una semana, y su esposa escribió que estaba "muy frágil, nada sino piel y huesos". MV 354 3 En la Casa de Salud, el Sr. Semmens se unió a los pastores Haskell y Baker para orar por la recuperación de Lacey (Carta 189, 1897). Semmens comenzó a usar tratamietos hidroterápicos. Lillian le informó al padre de su esposo, que residía en Cooranbong, que "el Hno. Semmens estaba usando hielo en sus intestinos" (Ibíd.). Su vitalidad era baja, y cuando Elena de White se enteró del remedio de hielo, se apresuró a enviarle un telegrama a Semmens: "No use hielo, sino aplicaciones calientes" (Ibíd.). Por supuesto que había una razón para esto, como ella le explicó en una carta a W. C. White: MV 354 4 En varios casos se me había dado luz indicando que el remedio del hielo no era tan eficaz como el agua caliente. Tenía temor. Me enteré que su vitalidad era muy baja y yo sabía que ponerle hielo en la cabeza y en el pecho era un error. Drenaría su vitalidad... MV 354 5 No debía correrse ningún riesgo en el caso de Herbert. No iba a ser tan delicada en lo que se refiere al médico como para permitir que la vida de Herbert Lacey se extinguiera... Podría haber casos en los que las aplicaciones de hielo diesen buen resultado. Pero los libros con prescripciones que son seguidas al pie de la letra respecto a aplicaciones de hielo deberían tener explicaciones adicionales, indicando que personas con vitalidad débil debieran usar el calor en lugar del frío... MV 354 6 Los fomentos calientes cuando hay fiebre eliminarán la inflamación en nueve casos de cada diez, cuando las aplicaciones de hielo, de acuerdo con la luz que se me ha dado, drenarían en forma peligrosa la vitalidad. Aquí es donde está el peligro de no usar el juicio y la razón en relación con la persona bajo tratamiento (Ibíd.). MV 355 1 Una semana más tarde, al informarle a su hijo sobre el asunto, ella mencionó los pasos que se estaban tomando en conexión con la enfermedad de Lacey: MV 355 2 El caso es crítico, pero creo que el Señor lo levantará. Estamos orando por él. Se está haciendo por él todo lo posible... El Hno. Semmens dedica todo su tiempo al enfermo, y tienen allí al Dr. Deek, quien está observando el caso de los métodos higiénicos del tratamiento con gran interés. Dice que está progresando tan bien como posiblemente podía hacerlo bajo este ataque (Carta 181, 1897). MV 355 3 En su diario ella mencionó lo siguiente: MV 355 4 Hemos hecho de su caso [el de Lacey] un objeto especial de oración. Cada día le hemos escrito unas pocas líneas para llamar su atención a lo que el Señor estaba listo y dispuesto a hacer por él. Los ángeles de Dios han dirigido todo lo concerniente a él a lo largo de su enfermedad (Carta 172, 1897). MV 355 5 Elena de White se alegró cuando el viernes 9 de abril pudo enviar su carruaje a la estación de ferrocarril para recibir a Herbert Lacey y su esposa. Ella informó: "Él se está sintiendo realmente bien y tiene la intención de ocuparse en la escuela al comienzo [del año escolar]. Estoy tan contenta". MV 355 6 Pero fue en el invierno de 1898 cuando las diversas ramas de la obra médicomisionera realmente comenzaron a desarrollarse en Australia. Un motivo de preocupación era el de las prioridades en el uso de los fondos disponibles. Al responder en junio a preguntas formuladas por A. G. Daniells, presidente de la Unión Asociación, Elena de White enunció dos principios: MV 355 7 Todos debieran estar de acuerdo antes de que decidamos cómo se asignarán los medios. Es necesario que veamos cuál es nuestra situación financiera en todas nuestras ramas de trabajo (Carta 52, 1898). MV 355 8 En junio ella informó: "La Casa de Salud está llena... Vemos un gran número de personas que carecen de conocimiento sobre cómo cuidarse a sí mismas. Sentimos un gran deseo de que avance la obra" (Carta 56, 1898). Luego vino un informe que indicaba que se estaba progresando, publicado en el Union Conference Record del 15 de julio. MV 355 9 Aquellos de nuestro pueblo que leen el Herald of Health... habrán notado que la "Casa de Salud" de Sydney ha cambiado su nombre. De aquí en adelante esta institución será conocida como el "Sanatorio Médico y Quirúrgico" de Summer Hill. MV 356 1 Esto no es sólo un cambio de nombre. Toda la institución ha sido colocada sobre un plano científico más elevado; en realidad, un plano propio de un sanatorio. MV 356 2 Un médico se ha encargado del trabajo médico y quirúrgico... Un químico y microscopista plenamente competente está al frente de un nuevo laboratorio de investigación completo. Se están agregando gimnasia médica y otras instalaciones especiales para ayudar en la recuperación de los enfermos. UNA ESCUELA DE ENFERMERÍA MV 356 3 El siguiente paso fue el desarrollo de una escuela de enfermería. El Union Conference Record del 15 de enero de 1899, incluía la siguiente noticia: ESCUELA DEL SANATORIO PARA EL ENTRENAMIENTO DE ENFERMEROS MV 356 4 La escuela de enfermería del sanatorio es una institución para la preparación de jóvenes, hombres y mujeres, que se ocupen en diversas ramas de la obra médica y en otras líneas de la obra filantrópica bajo la dirección de juntas misioneras organizadas regularmente, de la Asociación Australasiana Médico-Misionera y de Benevolencia. La escuela es evangélica, pero altamente científica. MV 356 5 En cuanto a lo que podría esperarse en materia de preparación y de arreglos financieros, la noticia declaraba lo siguiente: MV 356 6 El Curso: El curso de instrucción cubre un período de tres años; los períodos escolares comienzan el l°de abril y el l°de octubre cada año... MV 356 7 Remuneración: Durante el primer año del curso, los estudiantes reciben uniformes y libros, además de un cuarto, comida y el pago de los gastos escolares, y se les requiere que trabajen tiempo completo, diez horas diarias. Después que se aprueban los exámenes del primer año, se pagará un pequeño salario, según lo determine la junta médica del Sanatorio, en adición al cuarto y a la comida, con la condición de que el trabajo se haga satisfactoriamente. MV 356 8 Pronto el Dr. S. C. Rand se unió al equipo de trabajo, elevando a cuatro el personal con preparación médica: dos médicos y dos enfermeros (o enfermeras) graduados. Dios bendijo el trabajo realizado por el personal consagrado que trabajaba con recursos limitados en dependencias estrechas. En respuesta a los ruegos casi desgarradores de Elena de White señalando la angustiosa necesidad de construir y equipar un sanatorio en Sydney, el Dr. J. H. Kellogg, su hermano, W. K. Kellogg, J. N. Loughborough y otros enviaron algunos fondos con los cuales comenzar la construcción de una institución médica bien planeada. MV 357 1 Se informó que a fines de junio había 21 empleados en el pequeño Sanatorio Médico y Quirúrgico de Summer Hill. PLANES FIRMES PARA CONSTRUIR UN SANATORIO MV 357 2 En conexión con la sesión de la Unión Asociación celebrada en Cooranbong, se efectuó una reunión formal de la Asociación Australasiana Médico-Misionera y de Benevolencia el jueves 20 de julio por la mañana, registrada en el número del 24 de julio del Union Conference Record. Se presentaron quince resoluciones para su consideración. Tres se relacionaban con la propuesta de un nuevo edificio, la primera de las cuales decía lo siguiente: MV 357 3 Que invitemos de todo corazón a nuestras conferencias y asociaciones, y amigos de nuestra causa en general, para que cooperen calurosamente en la construcción y el equipamiento de un sanatorio médico y quirúrgico, a ser ubicado en la vecindad de Sydney; y que sugiramos que este proyecto se emprenda de acuerdo con planes para un edificio capaz de albergar a 100 pacientes. MV 357 4 A esto le siguieron dos extensas resoluciones relacionadas con las finanzas; la frase inicial decía así: MV 357 5 Que emprendamos [una campaña] para levantar la suma de $38.400 (£8.000) para el propósito mencionado en la resolución precedente. MV 357 6 Las resoluciones apelaban a los miembros constituyentes para que diesen su fuerte apoyo y ejercitasen la abnegación y una "estricta economía a fin de que todos pudieran tener recursos para ofrecer a esta causa". El sentimiento común era de que deberían "acudir directamente a Dios en busca de ayuda, encomendando nuestra causa a él y apelando mediante él a los amigos de la obra". MV 357 7 En este momento se le dio a Elena de White una oportunidad para hablar. Su declaración, que llenó más de seis columnas en el número del 21 de julio del Union Conference Record, se iniciaba con las palabras: MV 357 8 Mi esposo y yo nos interesamos en el sanatorio en Battle Creek desde el momento en que comenzó. Fue un trabajo muy difícil grabar las ideas correctas en la mente de los obreros respecto a qué debería ser el sanatorio. Tuvimos que repasar el tema vez tras vez, enseñándoles línea sobre línea, precepto sobre precepto, un poquito aquí y otro poquito allá. MV 357 9 Después de examinar los pasos iniciales dados en Sydney, ella declaró: "Por la luz que he recibido, sé que si ha habido alguna vez un territorio donde se necesitaba un sanatorio, es el de Nueva Gales del Sur, y permítanme decir también, Victoria . Ella habló de cómo los hospitales del mundo no podían bastar, y declaró: MV 358 1 Debiéramos tener un sanatorio [que funcione] bajo nuestras propias normas, para que pueda darse al mundo la verdad de Dios sobre la reforma pro salud. Los que se hallan vinculados con dicha institución y que están siendo educados como enfermeros (o enfermeras), debieran ser preparados para salir de la institución tan firmes como una roca en cuanto a los principios de la reforma pro salud y otros puntos de verdad. MV 358 2 Ella les aseguró a los delegados que esto podía hacerse. "El Señor me ha instruido --dijo-- que podemos tener un sanatorio aquí si todos hacen como yo estaba leyendo esta mañana en los capítulos 8 y 9 de 2 Corintios". Ella se refirió a las necesidades angustiosas de los creyentes echados de Jerusalén y a la manera en que se levantaron medios para auxiliarlos. MV 358 3 "La abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad. Pues doy testimonio de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas". Algunos que no tenían dinero daban parte de su ropa. Algunos dividían la provisión de comida que tenían, viviendo pobremente, para que aquellos que estaban sufriendo en Jerusalén pudieran ser alimentados. "Pidiéndonos... que les concediésemos el privilegio de participar en este servicio para los santos". MV 358 4 Ella extrajo lecciones de esta experiencia y volvió a relatar las providencias de Dios en el comienzo ya hecho en Australia. "Necesitamos un sanatorio --urgió--. Deseamos que cada alma aquí presente se interese en esta obra, porque Dios está interesado en ella". MV 358 5 Esta es la obra que el Señor desea que se haga. Por lo tanto, que no se pongan más obstáculos. Que Dios nos ayude a encargamos de ella. Ningún hombre ha de hacer todo el trabajo. Ayudemos todos con el máximo de nuestra capacidad... Nada de lo que tenemos es nuestro. Todo es del Señor, y tenemos que hacer su obra. Dios pondrá su Espíritu en aquellos que quieran hacer algo, y hacerlo ahora. MV 358 6 En este momento se pidió votación y las resoluciones fueron adoptadas unánimemente. UN PASO SORPRESIVO MV 358 7 Después del voto, E. W. Farnsworth se levantó y dijo que no sabía si lo que estaba por proponer estaba en regla, pero le parecía que no podían hacer algo mejor que efectuar un comienzo práctico del asunto allí mismo. Para iniciar el fondo, él prometería $240 (£50). Esta promesa fue rápidamente seguida por otras, y se hizo una lista de las promesas (la que se reprodujo en el número del 31 de julio del Union Conference Record). He aquí las líneas iniciales: MV 359 1 E. W. Farnsworth £50 $(240) Sra. E. G. de White £100 $(480) C. B. Hughes £40 $(192) S. N. Haskell y Sra. £55 $(264) G. B. Starr y Sra. £10 $(48) F. Martin £10 $(48) MV 359 2 La lista creció hasta llegar a 71 nombres y a £905, o el equivalente de más de $4.500. MV 359 3 Unos meses más tarde Elena de White escribió sobre los resultados de la obra del sanatorio en Sydney: MV 359 4 Varias personas ricas que han venido a nuestro sanatorio en Sydney han abrazado la verdad, entre ellas un hombre que ha donado $2.400 (£500) a nuestro sanatorio. Es un inválido. Él y su esposa han tomado plenamente su posición [en favor de la causa] (Carta 11, 1900). MV 359 5 ¡La obra del sanatorio en Australia estaba llegando a su mayoría de edad! El nuevo edificio del sanatorio en Sydney se inauguró el l°de enero de 1903, con el Dr. D. H. Kress como director médico. OBRA MÉDICO-MISIONERA EN COORANBONG MV 359 6 En la vecindad de Cooranbong la obra médico-misionera estaba desarrollándose con un comienzo lento y humilde. En primer lugar, estaba el trabajo abnegado y consagrado de la Srta. Sara McEnterfer, la compañera de viaje de Elena de White, enfermera y secretaria privada. Sara, una enfermera graduada de Battle Creek, se involucró en la atención de los enfermos y heridos en la comunidad por algunos kilómetros a la redonda. El médico más cercano estaba a 32 kilómetros (20 millas) y cobraba $24 (£5) para hacer una visita. MV 359 7 Diariamente había pedidos urgentes de ayuda. Muchas veces se trataba de niños que habían tenido accidentes de diversas clases. A veces se traía el paciente a la casa de Elena de White o a la de W. C. White, y se lo atendía hasta que recuperase la salud. MV 359 8 Unos pocos párrafos del diario de la Sra. White durante la primera parte de septiembre de 1897 ofrecen un cuadro de este trabajo de ministerio a la comunidad: MV 359 9 Miércoles, Iade septiembre: Mientras estaba leyendo la correspondencia, llegó una mujer desde Dora Creek con su bebé pidiendo instrucción sobre qué hacer por el niño. MV 359 10 Jueves, 2 de septiembre. Fuimos a ver al niño traído ayer a nuestra casa y que estaba enfermo. Sara le dio una prescripción y la madre la aplicó. Nos enteramos hoy que el niño se alivió... MV 360 1 El padre del primer niño que había pedido ayuda me preguntó si no recibíamos un pago por nuestro esfuerzo. Le dijimos que no, que no hacíamos el trabajo por paga, sólo para aliviar a la humanidad sufriente como lo hizo Cristo cuando estuvo en nuestro mundo. Parecían muy agradecidos. MV 360 2 El programa médico-misionero patrocinado por Elena G. de White allí en Cooranbong prosiguió calladamente. Esto era posible porque Sara McEnterfer estaba dispuesta a servir como enfermera de la comunidad sin cobrar, y a ayudar a familias que estaban en extrema necesidad de comida, ropa y ropa de cama. Pero la Sra. White, mediante cartas, y a veces en presentaciones orales, continuaba pidiendo un hospital en Cooranbong. LA OBRA DE ALIMENTOS SALUDABLES MV 360 3 Se necesitó un esfuerzo grande para establecer sobre un fundamento sólido la obra de los alimentos saludables en Australia. Cuando los delegados y visitantes, en julio de 1899, pasaron tres semanas en Cooranbong asistiendo a la sesión de la Unión Asociación Australasiana, pudieron observar los pasos que se estaban dando para convertir la estructura del aserradero en una fábrica de alimentos eficiente. MV 360 4 La sesión de 1897 de la Unión Asociación Australasiana se celebró en conexión con el campestre de Stanmore. Elena de White asistió sólo a pocas de las reuniones, pero allí se colocó el fundamento para la manufactura de alimentos saludables en Australia. Mientras estuvo en los Estados Unidos, W. C. White, a pedido del comité de la Unión Asociación, había hecho en Battle Creek una investigación muy cabal de lo que podía hacerse en la manufactura de alimentos saludables en Australia. MV 360 5 El 2 de julio de 1897, él había dirigido una comunicación al comité ejecutivo de la Unión Asociación Australasiana informando sobre sus conclusiones respecto a los arreglos que podían hacerse con los Kellogg. En esta carta él declaró: MV 360 6 Creyendo que los copos de trigo [granose] eran un alimento saludable muy valioso, que encontraría una gran venta en las colonias, y que nos ayudaría grandemente a fin de desarrollar el mercado para una excelente línea de alimentos saludables, tuve varias conversaciones respecto a su manufactura, durante las cuales me enteré que el doctor [Kellogg] había gastado más de $4.800 (£1.000) experimentando con la manufactura de los copos de trigo y desarrollando el método para hacerlos, y que su plan para permitir que los que están en países extranjeros' hagan el producto era arrendarles el molino y cobrarles una pequeña regalía en todo lo que hicieran... Decidí aceptar los términos y he encargado un molino para copos de trigo que será despachado a Sydney con alguna otra maquinaria para ser retenido ahí bajo fianza hasta que decidamos dónde será puesto en operación (lla WCW, pp. 63-64). MV 361 1 Dos días más tarde él informó en una carta al comité ejecutivo de la Unión Asociación Australasiana que había conseguido los servicios del Sr. Halsey, quien era experto en la manufactura de los alimentos saludables de Battle Creek, para que viniese a Australia y dirigiese en la preparación de los nuevos productos. White también envió muestras de los alimentos a los miembros de la junta directiva para que los probasen, de modo que estuviesen mejor preparados para tomar decisiones a su regreso (Id., p. 80). Por lo tanto, tras la sesión de la Unión en Sydney, y después de pasar apenas unos pocos días en su casa, White partió para Melbourne donde daría un informe completo a los comités correspondientes, y podrían tomarse acuerdos para iniciar esta nueva línea de trabajo en Australia. MV 361 2 Cuando los dirigentes de la iglesia trabajaron con el asunto en Melbourne, emergió allí un "Informe del Comité sobre Alimentos Saludables" consistente de 13 puntos, entre ellos: MV 361 3 Que procedamos inmediatamente a establecer una fábrica de alimentos saludables en Melbourne... MV 361 4 Que se den pasos inmediatos para hacer y colocar en el mercado Granola y Cereal Caramelizado, y que a éstos les sigan Bizcochos Granose, y una línea general de bizcochos saludables, y otros alimentos, tan rápidamente como sea posible (Id., p. 358). MV 361 5 La manufactura y distribución de alimentos saludables en Australia, patrocinados por los adventistas, estaban en marcha. EL SANATORIO MÉDICO Y QUIRÚRGICO, Y EL USO DE LA CARNE MV 361 6 Mientras estaba en las sesiones de la Asociación de Nueva Gales del Sur, celebradas en la Iglesia de Stanmore, Elena de White asistió a una reunión temprano por la mañana el lunes 25 de julio de 1898, para discutir el programa alimentario del nuevo sanatorio. Los doctores E. R. Caro y S. C. Rand, recién llegados a la institución, estaban presentes; también A. W. Semmens, W. C. White y G. B. Starr. En su diario ella informó qué ocurrió: MV 361 7 La deliberación fue respecto a la cuestión de la carne. ¿Mantendrá el sanatorio el principio de la comida sin carne para los pacientes que no han sido instruidos en una dieta vegetariana? La pregunta era: "¿No sería bueno permitirles que tengan carne al principio, educarlos para que se alejen de ese apetito mediante conferencias, y luego conducirlos al punto donde serán instruidos por conferencias en cuanto al perjuicio de comer carne?" MV 362 1 Repliqué que el condenar el consumo de carne y mostrar sus efectos dañinos y luego traer la mercadería dañina y darla a los pacientes, y prescribirla para algunos de los pacientes como algunos habían pensado que era lo mejor que se hiciera, constituía una negación de sus principios y no estaría en armonía con las enseñanzas de nuestro pueblo sobre esta cuestión de la reforma pro salud. Sentimos que no debemos retroceder en este asunto (MS 184, 1898). MV 362 2 Ella señaló que el aumento de las enfermedades en el reino animal era un argumento fuerte a favor de su posición. El tema en sus diversos aspectos surgió en discusiones formales e informales en la Asociación tanto el lunes como el martes, y Elena de White indicó lo siguiente: MV 362 3 Tenemos que estar seguros de que comenzaremos la obra en las áreas correctas. No té; no café; evitar las drogas. Tenemos que asumir nuestra posición firmemente respecto a la luz que se nos ha dado, que el consumo de la carne de animales muertos trabaja en contra de la restauración de la salud en los enfermos. No es una dieta segura y sana... MV 362 4 No importa cuán grande sea la bondad de Dios y cuan abundantes sus promesas a cualquier persona, la transgresión continua de las leyes de Dios en nuestra naturaleza trae enfermedad. Por lo tanto no podemos presentar carne ante los pacientes (Ibíd.). MV 362 5 El impacto de las discusiones y la posición firme de Elena de White se reflejaron en las resoluciones aprobadas en la sesión, dos de las cuales decían: MV 362 6 Acordado, Que en la prosperidad que acompaña al trabajo de la "Casa de Salud", que ahora ha crecido hasta llegar a ser un "Sanatorio Médico y Quirúrgico", reconozcamos la bendición de Dios sobre los principios correctos en la reforma dietética, y el uso de remedios racionales, o naturales, en el tratamiento de la enfermedad;... MV 362 7 Acordado, Que prometamos nuestro apoyo a estos principios mediante nuestra práctica y nuestra influencia, y con nuestros medios (UCR, 15 de agosto, 1898). MV 362 8 Pocos días después de regresar a Cooranbong, Elena de White escribió: MV 362 9 Esperamos grandemente que nuestros médicos en la Casa de Salud puedan estar firmemente convertidos a los principios correctos en la reforma pro salud. Estaba contenta de que hasta el presente la carne no ha llegado a las mesas del sanatorio, y esperamos que nunca deshonrará la mesa de la reforma pro salud (Carta 180, 1898). MV 362 10 Al día siguiente, 31 de julio, ella informó que Willie "sale el miércoles para Melbourne para que se tracen planes relacionados con la obra médico-misionera, a fin de establecerla sobre una buena base" (Carta 181, 1898). Generalmente estarían allí miembros del personal médico y, por supuesto, se presentarían planes para el desarrollo del negocio de los alimentos saludables. MV 363 1 Para este entonces los alimentos saludables se estaban importando sobre una base regular. P. B. Rudge fue traído de Nueva Zelanda para administrar las ventas, las que eran promisorias. El 15 de junio de 1898, la revista Record incluyó un anuncio interesante: "PRUÉBELOS' MV 363 2 Invitamos a todos nuestros lectores a mejorar su dieta comiendo granola y mantequilla de nuez, y bebiendo cereal caramelizado. Son los grandes correctivos alimentarios para la indigestión y la constipación. También los invitamos a apoyar esta buena empresa vendiendo los alimentos a otros. Se ofrecen descuentos generosos a todos los agentes. Dirección: Agencia de Alimentos Saludables del Sanatorio, 251 St. George's Road, North Fitzroy, Victoria. MV 363 3 Dos meses más tarde el Record informó la llegada a Australia de G. W. Morse, quien iba a "dedicar su tiempo a los intereses de la obra médico-misionera australasiana, dando especial atención al negocio de los alimentos saludables". Estuvo presente en la reunión en Melbourne de la recién formada Asociación Australasiana Médico-Misionera y de Benevolencia. Una inquietud inicial y primordial era la de dónde debería ubicarse la fábrica de alimentos. Melbourne era el centro bien establecido de la obra en Australia, y los obreros y creyentes de ese lugar sentían muy naturalmente que había poca necesidad de dicho estudio. Otros sentían que había otras consideraciones importantes, y se nombró un comité para analizar la ubicación de la planta industrial, integrado por A. G. Daniells, Dr. E. R. Caro, G. W. Morse, W. C. White y E. R. Palmer. CONSEJERA A LARGA D1S1ANCIA MV 363 4 Durante los nueve años que Elena de White estuvo en Australia no perdió de vista lo que estaba sucediendo en Norteamérica. Aunque su mente estaba llena de preocupaciones, promoviendo el mensaje en Australia y Nueva Zelanda, eligiendo sitios para escuelas y reuniones bajo carpa, se ingenió para mantener un volumen de correspondencia casi abrumador a través del océano. MV 363 5 Se requería un mes completo para que la correspondencia cruzara el Pacífico en cada sentido, y los barcos que la transportaban viajaban una vez por mes. Preparar la correspondencia para que anduviese en horario no era una tarea pequeña para Elena de White y sus secretarias. Había problemas serios y situaciones agonizantes. Su diario registra la profundidad de la preocupación que sentía por dirigentes e individuos. MV 364 1 El 9 de abril de 1894, ella escribió sobre la preparación de la correspondencia para Norteamérica mientras la casa estaba llena de visitas. "El pastor Starr tuvo que encargarse en gran medida de atender a las visitas --escribió-- porque debían prepararse mis cartas para el correo norteamericano" (MS 23, 1894). Y el 16 de abril, el día en que se cerraba el correo, cuando ella terminó su carta a A. T. Jones, declaró con cansancio: "No puedo escribir más. Este correo lleva más de 100 páginas" (Carta 68, 1894). El correo para Norteamérica del mes de mayo llevaba 150 páginas, algunas dirigidas al presidente de la Asociación General. MV 364 2 Las comunicaciones tenían de cuatro a doce páginas de material escrito a máquina, a doble espacio, y las pocas líneas citadas en este tomo, aunque seleccionadas para resumir el énfasis de un mensaje respectivo, representan ejemplos apenas muy breves de los muchos, muchos mensajes redactados con mucho cuidado. ENFRENTANDO ENSEÑANZAS ERRÓNEAS MV 364 3 El día antes de que se iniciase el campestre de Nueva Zelanda en abril de 1893, Elena de White dirigió una carta a un Sr. Stanton, en Norteamérica, que había comenzado a enseñar que la Iglesia Adventista del Séptimo Día, debido a la apostasía, se había convertido en Babilonia. Ella escribió: MV 364 4 Apreciado Hno. Stanton: MV 364 5 Le dirijo unas pocas líneas. No estoy de acuerdo con la posición que usted ha tomado, porque el Señor me ha mostrado que los que están en error tomarán precisamente tales posiciones. Pablo nos ha dado una advertencia a este efecto: "El Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios". MV 364 6 Mi hermano, me entero que usted está tomando la posición de que la Iglesia Adventista del Séptimo Día es Babilonia y que todos los que se salvarían deben salir de ella. Usted no es el único hombre a quien el enemigo ha engañado en este asunto. Durante los últimos cuarenta años, se ha levantado un hombre tras otro, sosteniendo que el Señor lo ha enviado con el mismo mensaje. Pero permítame decirle... que este mensaje que usted está proclamando es un mensaje de engaños satánicos ideado para crear confusión entre las iglesias. Mi hermano, usted ciertamente está despistado (Carta 57, 1893). MV 364 7 Al escribirle muy seriamente, tocó varios puntos: MV 364 8 No procure interpretar mal y tergiversar y pervertir los testimonios para fundamentar cualquiera de esos mensajes erróneos. Muchos han recorrido este terreno y han hecho gran daño. Cuando otros comenzaron a proclamar este mensaje, llenos de celo, vez tras vez se me ha mostrado que no es la verdad... MV 365 1 Dios tiene una iglesia sobre la tierra, que es su pueblo escogido, que guarda sus mandamientos. El está dirigiendo, no a retoños aislados, uno aquí y otro allá, sino a un pueblo. La verdad es un poder santificador, pero la iglesia militante no es todavía la iglesia triunfante (Ibíd.). BUENAS NOTICIAS DESDE NORTEAMÉRICA MV 365 2 La correspondencia, tanto la que iba como la que venía, era una parte importante del programa de Elena de White y de aquellos que estaban con ella en Nueva Zelanda. MV 365 3 El domingo 23 de abril de 1893, ella se levantó temprano, a las 3:30 de la mañana, para preparar la correspondencia hacia Melbourne, esperando que saliese el lunes. MV 365 4 Ese mismo domingo, llegó un paquete grande de cartas. Había una carta larga de O. A. Olsen, presidente de la Asociación General, dando un resumen completo de la sesión de la Asociación General e informando sobre la confesión de un número de hombres prominentes que habían tomado una posición equivocada en la sesión de la Asociación General de 1888. MV 365 5 Otra carta era de Leroy Nicola, un pastor prominente en Iowa. Fue la carta de Nicola la que le produjo un regocijo especial. Fue "una confesión muy completa de la parte que desempeñó en Minneapolis". LA EXPERIENCIA DE ANNA PHILLIPS MV 365 6 Una de las preocupaciones de Elena de White en este tiempo fue la manera torpe en la que algunos hermanos destacados de Norteamérica se relacionaron con Anna Phillips y con sus pretensiones de recibir revelaciones especiales de Dios. MV 365 7 La Srta. Anna Phillips --a veces llamada Anna Rice por haber sido acogida por la familia Rice-- sentía que había sido llamada por Dios para servir como una mensajera especial a la iglesia, inspirada por visiones celestiales. MV 365 8 Ella escribió "testimonios", primero a los Rice y luego a otros esposos y esposas, refiriéndose a sus experiencias personales. Eran apelaciones fervientes para tener una vida pura, con enseñanzas que trascendían lo que decían la Biblia y el espíritu de profecía. Los mensajes estaban dirigidos a los dirigentes de la iglesia y buscaban orientar en la administración de la obra. MV 365 9 Correspondencia desde Norteamérica dirigió la atención de Elena de White al asunto. El 1o de noviembre de 1893, ella les escribió al pastor Rice y a su esposa previniéndoles que no llegasen a involucrarse con Anna Phillips y sus escritos. Pasaron casi dos meses antes de que se refiriese nuevamente al asunto. En su viaje de regreso desde Nueva Zelanda pasó unos pocos días en Sydney. Allí, el 23 de diciembre, escribió una advertencia general en forma de una carta de diez páginas dirigida a los "Apreciados Hermanos y Hermanas". Comenzaba así: MV 366 1 Tengo un mensaje del Señor para ustedes. El Hno. Rice no está ocupado en la obra que el Señor quisiera que él hiciese... No puede ver el resultado de este trabajo que ha emprendido. Anna Phillips está siendo perjudicada; ella es inducida, animada en una obra que no soportará el examen de Dios. MV 366 2 En una carta de nueve páginas escrita el 14 de enero de 1894, en Melbourne, dirigida a A. T. Jones, la Sra. White analizó varios asuntos. En la página 5 informó que le había llegado la noticia de que Jones estaba animando a Anna Phillips, e incluso leyendo algunos de sus mensajes en público de tal manera que a la gente le resultaba difícil discernir cuándo estaba leyendo de sus escritos y cuándo estaba leyendo de la pluma de Elena de White. Ella lo instó: "Quiero que usted considere esto cuidadosamente, porque el Señor me ha dado luz en el sentido de que no debe dirigirse la atención de la gente a Anna Phillips" (Carta 37, 1894). MV 366 3 En el primer párrafo de su carta de diez páginas a Jones, escrita el 15 de marzo de 1894, ella trató la situación muy plenamente. Señaló que Dios no había llamado a Anna Phillips para ser la próxima persona que daría testimonios. He aquí lo que escribió: MV 366 4 Muchas cosas en esas visiones y sueños parecen ser correctas, y constituyen una repetición de lo que ha estado en el campo durante muchos años; pero pronto introducen un poquito de error aquí y otro poquito allá, solamente una semillita que arraiga y florece, pero que finalmente contamina a muchos (2MS 99). MV 366 5 W. M. Adams, quien era un estudiante en el Colegio de Battle Creek en 1894, contó su experiencia. Oyó al pastor Jones predicar en el Tabernáculo de Battle Creek. En el sermón Jones mezcló algunos de los mensajes de Anna Phillips con los que leyó de los testimonios, y preguntó a la congregación si no oían la misma voz en ambos. La gente quedó confusa. MV 366 6 A la mañana siguiente Adams estaba en la oficina de correos en el edificio de la Review and Herald escribiendo una postal para su casa. Entró Jones y pidió su correspondencia. Le entregaron un sobre largo con el nombre de Elena de White en el remitente. Se dejó caer en el banco, abrió el sobre y comenzó a leer. Adams informa que mientras Jones leía, brotaban lágrimas de sus ojos y caían sobre las hojas de papel. MV 366 7 Pronto entró A. O. Tait, y Jones se dirigió a él: "Oscar, ven aquí. Siéntate. ¿Tú me oíste predicar ese sermón ayer?" MV 366 8 "Sí", replicó el pastor Tait. MV 366 9 "Bien, lee esto", dijo Jones mientras le entregaba el testimonio que acababa de recibir de Elena de White. Después que Tait lo hubo leído, Jones preguntó: "¿Quién le dijo a la Hna. White hace un mes que yo iba a predicar ese sermón sobre Anna Phillips como una profetisa?" MV 367 1 "Ah, tú lo sabes, Alonzo", contestó Tait en su manera calma pero firme. MV 367 2 "Sí, yo sé. Dios sabía qué iba a hacer yo, e impresionó a la Hna. White un mes antes de que yo predicase el sermón para que me enviase el testimonio diciéndome que yo estoy equivocado. Mira esa techa". MV 367 3 Fue una semana de reflexión para A. T. Jones, generalmente brusco y siempre listo [para actuar]. Adams informó que el siguiente sábado él predicó nuevamente en el Tabernáculo y que leyó porciones del testimonio que había recibido el domingo de mañana. El dijo: "Estoy equivocado y lo confieso. Ahora estoy en lo correcto" (RH, 7 de julio, 1949). MV 367 4 El pastor W. W. Prescott también llegó a ser un partidario de Anna Phillips, pero unas pocas horas antes de que estuviese por dirigirse a los estudiantes en el Colegio de Walla Walla, con la intención de presentar algunos de los mensajes de ella, recibió una copia de una carta de la Sra. White que trataba del asunto. Fue la primera [carta] que vino a su consideración, y abandonó sus planes. Sucedió que S. N. Haskell, presidente de la Asociación de California, estaba en ese momento en Walla Walla. Cuando le escribió a Elena de White sobre el incidente, exclamó: "He oído sobre testimonios que llegan justamente a tiempo, pero jamás experimenté antes una providencia tal" (S. N. Haskell a EGW, 31 de marzo, 1894). J. H. KELLOGG Y LA OBRA MÉDICO MISIONERA MV 367 5 Otro asunto de importancia vital que estaba preocupando fuertemente a Elena de White en el año 1899 era el curso inquietante que estaba siguiendo la obra médico-misionera en Norteamérica. El Dr. John Harvey Kellogg estaba dando pasos para despojar a esta obra de sus lazos denominacionales en el Sanatorio de Battle Creek, la Escuela de Medicina, y la obra para los parias y las clases socialmente carenciadas en Chicago. Esta última actividad era un trabajo que estaba creciendo rápidamente y que dividía los intereses de Kellogg y abrumaba su cuerpo y su mente. MV 367 6 Los avances de la filosofía panteísta que se estaba introduciendo insidiosamente en las enseñanzas adventistas, amenazando la teología básica de la iglesia, reclamaban una seria atención. El 15 de febrero comenzaría una sesión de tres semanas de la Asociación General en South Lancaster, Massachusetts, y Elena de White se dedicó a preparar mensajes que formulasen advertencias solemnes y protegiesen la causa. MV 367 7 En pasos progresivos el Dr. Kellogg trabajó con miras a colocar la obra médica de los adventistas sobre una base no denominacional. Cuando Kellogg dirigió el establecimiento del Colegio Médico-Misionero Americano en 1895 (como se explicó en los capítulos 23 y 24 del libro The Story of Our Health Message), más bien impuso furtivamente una identidad no denominacional en esta importante fase de la obra educacional. Kellogg les dijo a los estudiantes que se inscribieron en este colegio médico: MV 368 1 Ésta no es una escuela sectaria. Las doctrinas sectarias no han de enseñarse en esta escuela médica. Es una escuela que tiene el propósito de enseñar la ciencia médica, teórica y prácticamente, y la obra misionera evangélica. No ha de ser una escuela Adventista del Séptimo Día, o Metodista o Bautista o de ninguna otra secta (Medical Missionary, octubre, 1895 [citado en SHM, pp. 294-295]). MV 368 2 Durante el año 1898, Elena de White le escribió 17 cartas al Dr. Kellogg, sumando unas 113 páginas; muchos eran mensajes de advertencia. En 1899 le escribió otras 26 cartas, con un promedio de nueve páginas por carta. Primero se presentaron los mensajes que tenían que ver con diversas fases de la obra médicomisionera. En lo esencial, estos mensajes no eran sino una ampliación de lo que ella había estado escribiendo en cartas dirigidas a Kellogg durante un período de un año o dos. Algunas de las cartas contenían palabras de encomio por ciertas fases de su trabajo; otras eran meramente informes noticiosos de progresos en Australia, particularmente en las ramas médico-misioneras; otras expresaban alarma; otras contenían advertencias solemnes. Todas fueron escritas bondadosa, cuidadosamente, y en forma comprensiva. El 13 de febrero de 1898, ella comenzó su mensaje al doctor, a quien había conocido desde muchacho y a quien amaba como a su propio hijo, con estas palabras: MV 368 3 Me daría una gran satisfacción hacerle una larga visita. Tengo mucho para decirle, y usted tiene mucho para decirme a mí. A veces tengo la fuerte impresión de que nuevamente daré mi testimonio en el viejo campo de Battle Creek (Carta 21, 1898). MV 368 4 Ver al hombre que había sido usado tan poderosamente por Dios y a cuyo lado ella había permanecido a lo largo de los años, desviarse del mensaje y perder de vista los verdaderos objetivos de la obra médico-misionera era algo que desgarraba el alma de Elena de White. No obstante, ella continuó trabajando y orando y comunicándose mediante cartas. ENFRENTANDO LOS AVANCES DEL PANTEÍSMO MV 368 5 Sólo porque Dios se lo había revelado pudo Elena de White haber sabido que en la sesión de la Asociación General de 1899 se presentarían enseñanzas panteístas. Ella fue inducida a escribir y enviar anticipadamente un artículo para que fuese leído, titulado "La Verdadera Relación entre Dios y la Naturaleza". En la reunión del martes de mañana, 21 de febrero, cuando se estaba discutiendo el mensaje de salud en la sesión, el Dr. Kellogg declaró que le agradaría oír al Dr. E. J. Waggoner y a W. W. Prescott refiriéndose "a esta cuestión de la vida sana", porque los dos habían estado dando pláticas interesantes y útiles en el sanatorio. Cuando Waggoner habló, lo hizo en el marco de la filosofía panteísta, que tenía un apoyo evidente de por lo menos una parte de la audiencia. Algunos días más tarde el correo trajo el mensaje de Elena de White, que fue leído en la sesión del sábado 4 de marzo por la tarde. MV 369 1 Comenzaba con estas palabras: MV 369 2 Desde la caída del hombre, la naturaleza no puede revelar un conocimiento perfecto de Dios, porque el pecado la ha arruinado y se ha interpuesto entre la naturaleza y el Dios de la naturaleza (GCB 1899, p. 157). MV 369 3 Extractos de su mensaje revelan la manera directa en que ella afrontó los problemas que se habían levantado tan sutilmente en la sede central de la iglesia: MV 369 4 Cristo vino al mundo como un Salvador personal. Representaba a un Dios personal. Ascendió al cielo como un Salvador personal, y volverá como ascendió al cielo: un Salvador personal. Necesitamos considerar cuidadosamente esto, porque en su sabiduría humana, los sabios del mundo, al no conocer a Dios, deifican insensatamente a la naturaleza y las leyes de la naturaleza... MV 369 5 El Padre en el cielo tiene una voz y una persona que Cristo expresó. Aquellos que tienen un conocimiento verdadero de Dios no llegarán a infatuarse tanto con las leyes de la materia y las operaciones de la naturaleza como para pasar por alto o negarse a reconocer la obra continua de Dios en la naturaleza. La Deidad es el autor de la naturaleza. El mundo natural no tiene en sí mismo un poder inherente sino el que Dios suple. ¡Cuán extraño, entonces, que tantos hagan una deidad de la naturaleza! Dios provee la materia y las propiedades con las cuales ejecutar sus planes; la naturaleza no es sino su agencia (Ibíd.). MV 369 6 Pero en ese momento Kellogg no estaba dispuesto a recibir mensajes de advertencia y reproche. Se sintió ofendido ante las advertencias que Elena de White expresó y declaró que ella se había vuelto en contra de él. Amenazó con renunciar a su trabajo y a toda conexión con los adventistas. Esto casi la aturdió. El 15 de agosto escribió en su diario: MV 369 7 Perdí mi valor y mi fuerza, y no puedo traer a la mente las cosas que debo escribir. Tengo una carta --dos, sí, tres-- escritas para el Dr. Kellogg, pero temo tanto ser mal interpretada que no me atrevo a enviarlas. Siento intensamente, y quiero ayudarle en su modo de pensar en muchas cosas, ¿pero cómo puedo hacerlo? Mis palabras son aplicadas mal y mal entendidas, y a veces parece que son tan mal entendidas por los seres humanos que hacen más daño que bien. Éste ha sido el caso con el Dr. Kellogg (MS 189, 1899). CORRESPONDENCIA CON G. I. BUTLER MV 370 1 Algo de su correspondencia la animó. Éste fue el caso del intercambio de cartas con G. I. Butler. En ocasión de la sesión de la Asociación General de 1888, celebrada en Minneapolis, Minnesota, Butler, que había servido por largo tiempo como presidente de la Asociación General, estaba enfermo y no pudo asistir. Relevado de sus responsabilidades en esa reunión, se jubiló en Florida, plantó un huerto de naranjos, y por más de una década cuidó fielmente a su esposa, la cual, después del traslado a Florida, sufrió de parálisis. Estando por algunos años en el lado negativo de los problemas que habían surgido en Minneapolis en 1888, sentía que Elena de White lo había desechado [como inútil]. Cuando se enteró que por indicación de ella uno de los primeros ejemplares de El Deseado de todas las gentes que saliese de la prensa debía enviársele a él, se sintió gozoso y se animó. Le escribió a la Hna. White expresándole su gratitud por su atención hacia él. MV 370 2 Después de estar jubilado cinco años, había llegado a ver algunas cosas más correctamente y había cambiado de actitud. Escribió una carta de confesión en 1893, publicada en la Review and Herald, en la que declaró: MV 370 3 Admito francamente que por un período permanecí en duda respecto a que se debatiesen estos temas ["las doctrinas de la justificación por la fe, la necesidad de apropiarse por la fe de la justicia de Cristo a fin de (alcanzar) nuestra salvación"] que aquí he respaldado tan plenamente. No asistí a la Asociación General en Minneapolis, donde se debatían posiciones diferentes, estando entonces enfermo en Battle Creek... Mis simpatías no estaban con aquellos que estaban al frente para presentar ante la gente lo que ahora considero como luz. MV 370 4 Se sintió contento de que pudo testificar: MV 370 5 Me siento muy satisfecho por el hecho de que luz adicional de gran importancia ha estado resplandeciendo sobre estos temas, y creo plenamente que Dios la ha bendecido grandemente para el bien de aquellos que la han aceptado (13 de junio, 1893). MV 370 6 Por lo tanto, mientras Elena de White estaba ayudando a comenzar la obra en Australia, batallando con dificultades que parecían casi insuperables, dirigentes resueltos en la sede original de la iglesia se conducían como si ella estuviera presente entre ellos, y se beneficiaban de su pluma. ------------------------Capítulo 23-- Escribiendo El DESEADO DE TODAS LAS GENTES MV 371 1 En 1858, cuando Elena de White primeramente escribió la narración de lo que le había sido revelado en las visiones del gran conflicto que tuvo de 1848 a 1858, dedicó 52 páginas pequeñas a la vida de Cristo. Dieciséis de ellas daban un resumen muy breve de su ministerio, y 36 estaban dedicadas a los pocos días de las últimas escenas de su vida. Estas páginas fueron ampliadas en 1877 y 1878 en los tomos 2 y 3 de la serie del Spirit of Prophecy (Espíritu de Profecía); se le dieron 387 páginas más grandes al ministerio general de Jesús y 254 páginas a la Semana de la Pasión y su ministerio final. Estando en el campo Patriarcas y profetas y El conflicto de los siglos, se planeó que la obra llamada "La vida de Cristo" en su estado de preparación, experimentase una ampliación mayor, particularmente el relato de los tres años y algo más de la vida y el ministerio de nuestro Señor hasta la Semana de la Pasión. MV 371 2 Elena de White y Marian Davis volcaron su atención a este proyecto en Australia. En la redacción del mismo estuvieron involucrados el estudio de la Biblia, las visiones, la oración, la meditación, el intercambio de ideas con su ayudanta literaria, incluso la "reflexión intensa", todo bajo la supervisión general del Espíritu Santo. MV 371 3 Mientras las dos mujeres trabajaban juntas consagradas a un propósito, tenían a mano para referencia varias obras de otros autores, de autoridad reconocida, como Life of Our Lord (Vida de nuestro Señor) de William Hanna, y Life and Words of Christ (Vida y palabras de Cristo), de Cunningham Geikie. Elena de White estaba familiarizada con Walks and Homes of Jesus (Sendas y hogares de Jesús), de Daniel March, y su Night Scenes in the Bible (Escenas nocturnas en la Biblia). Hours With the Bible (Horas con la Biblia) de Geikie y las obras de Edersheim sobre el templo y sus servicios y la vida social de los judíos le eran conocidas como también algunas otras. Estos libros constituían una ayuda para ella en sus descripciones de lugares, costumbres y eventos históricos. Era una práctica prevaleciente la de que un comentador le tomase prestada a otro su fraseología, considerando que la verdad era una propiedad común. Bien pudo ser que algunos de los libros a los que Elena de White tuvo fácil acceso puedan haber contenido materiales que podrían ser atribuidos a una cantidad de autores. Ingram Cobbin, en su prefacio a su Condensed Commentary and Family Exposition of the Holy Bible (Comentario condensado y exposición familiar de la Santa Biblia), página iv, declaró: "Todos los comentadores han extraído abundantemente de los padres [de la iglesia], especialmente de San Agustín", y luego señaló los préstamos que un autor ha hecho de otro, nombrando autores así involucrados. MV 372 1 Elena de White apreciaba grandemente el trabajo de sus colaboradoras. En cuanto a Marian Davis escribió lo siguiente: MV 372 2 Me siento profundamente agradecida por la ayuda de la Hna. Marian Davis en la ordenación de mis libros. Reúne materiales de mis diarios, de mis cartas y de los artículos publicados en los periódicos. Aprecio grandemente su fiel servicio. Ha estado conmigo durante 25 años, y constantemente ha ido adquiriendo una capacidad creciente para la obra de clasificar y agrupar mis escritos (3MS, p. 103). MV 372 3 En otra oportunidad, al escribir sobre el trabajo de la Srta. Davis, Elena de White explicó: MV 372 4 Ella hace su trabajo de esta manera: toma mis artículos que han sido publicados en los periódicos, y los pega en libros [hojas] en blanco. También tiene una copia de todas las cartas que escribo. Cuando prepara un capítulo para un libro, Marian recuerda que yo he escrito algo sobre ese punto especial que puede darle más fuerza al asunto. Empieza a buscarlo, y cuando lo encuentra, si ve que da mayor claridad al capítulo, lo añade. MV 372 5 Los libros no son producciones de Marian, sino mi propia producción, recopilados de todos mis escritos. Marian tiene un gran campo del cual seleccionar, y su capacidad para ordenar los asuntos es de gran valor para mí. Me ahorra revisar una gran cantidad de material, lo cual no tengo tiempo de hacer... Marian me es una ayuda muy valiosa en la preparación de mis libros (3MS, pp. 101-102). OTROS QUE AYUDARON MV 372 6 Una cantidad de otras personas ayudaron a Elena de White a lo largo de los años. Entre ellas estuvieron: MV 372 7 1. Mary Clough. En 1876 Elena de White estaba en la costa del Pacífico, viviendo en la nueva casa de ellos en Oakland. Jaime White, presidente de la Asociación General, estaba retenido en Battle Creek en trabajo administrativo. Ella recibía buena ayuda literaria de su sobrina, Mary Clough, y avanzó con la redacción de "La vida de Cristo". MV 372 8 Los primeros borradores de sus materiales estaban en su propia letra manuscrita. Mary revisaba editorialmente las páginas y las ponía en la forma de un capítulo, y luego lo copiaba. Por supuesto, el trabajo terminado también estaba en forma manuscrita, porque pasaron seis o siete años hasta que las máquinas de escribir entraron en uso en el trabajo de la Sra. White. Cada mañana ella escribía diligentemente en su cuarto de la planta alta. Después del almuerzo iba al cuarto de Mary Clough, se recostaba en un sofá, y escuchaba mientras Mary leía los materiales preparados en base al primer borrador que ella había escrito. "Los preciosos temas se abren bien ante mi mente", escribió ella a comienzos de abril (Carta 4, 1876). MV 373 1 2. W. C. White. Su hijo "Willie" ayudaba revisando editorialmente el material, leyendo manuscritos, eligiendo ilustraciones, encontrando un publicador, haciendo arreglos comerciales. No tenía ninguna parte en la redacción, la fraseología o el contenido literario del trabajo. MV 373 2 3. Sara McEnterfer. Sara McEnterfer, una enfermera graduada de Battle Creek, ayudó a Elena de White en diferentes maneras y viajó con ella en Norteamérica y en Europa. A ella se la consideró una de las tres "ayudantas literarias" que auxiliaron a la Sra. White en Australia, y fue reemplazada por Fannie Bolton cuando se enfermó y tuvo que regresar temporariamente a los Estados Unidos. Incluso hizo trabajos de carpintería cuando el personal se estaba esforzando a fin de terminar la construcción en la fecha fijada para la apertura del Colegio de Avondale. Ella probablemente leía en forma ocasional el texto original, pero no tenía parte en el trabajo literario. MV 373 3 4. Fannie Bolton. Fannie Bolton fue una de las tres ayudantas que viajaron con Elena de White en el S. S. Alameda cuando el grupo se embarcó desde San Francisco a Australia. Fannie había sido invitada a unirse al personal de la Sra. White en 1887. Era hija de un ministro metodista y fue traída al seno de la Iglesia Adventista en Chicago mediante los esfuerzos evangelizadores de G. B. Starr y su esposa. En ese entonces era una corresponsal del Daily Inter Ocean de Chicago. Recibió su educación literaria en el seminario para damas en Evanston, Illinois (DF 445, G. B. Starr a L. E. Froom, 19 de marzo, 1933), y parecía bien equipada para un futuro promisorio. Starr y otros la recomendaron calurosamente. Apenas conocía a Elena de White y a W. C. White, pero fue empleada cuando la Sra. White regresó de Europa. Ella iba a encajar en donde fuera necesario, pero su trabajo consistiría mayormente en preparar los materiales de la Sra. White para la Review and Herald, Signs of the Times y el Youth's Instructor. Viajó al Oeste con el grupo de los White y residió con ellos en la casa de los White en Healdsburg, California. W. C. White informó que Fannie "demostró ser brillante y alegre, y aunque a veces era algo errática, los otros miembros de la familia la amaban". MV 373 4 Desafortunadamente, los años de servicio de Fannie con Elena de White en Australia (1891-1896) le acarrearon angustia mental a la Sra. White debido al estado de ánimo voluble de Fannie, a su conducta errática y a su deslealtad. Fue despedida varias veces, pero se la restituyó bondadosamente a su trabajo. MV 374 1 Finalmente renunció, reconociendo su falta de mérito y de idoneidad para el trabajo. Fue reemplazada por Maggie Hare. MV 374 2 5. Maggie Hare. Maggie Hare pertenecía a la numerosa familia Hare cuya casa paterna en Kaeo, Nueva Zelanda, había visitado Elena de White (ver capítulo 19). Una joven secretaria, Maggie le ayudó a Sara a manejar el inmenso volumen de correspondencia que salía hacia los Estados Unidos y que llegaba de allí. Reemplazó a Fannie Bolton en la tarea de seleccionar material adecuado de los manuscritos y cartas de Elena de White para publicar en los periódicos. Cuando la Sra. White regresó a los Estados Unidos en 1900, Maggie fue una de las cuatro mujeres ayudantas que la acompañaron. TERMINANDO DE ESCRIBIR EL DESEADO DE TODAS LAS GENTES MV 374 3 De modo que el trabajo que Elena de White hizo en Australia sobre el libro de la vida de Cristo no consistió en producir creativamente, capítulo tras capítulo, sino más bien en que ella escribiese en forma más completa lo que le había sido revelado sobre la vida de Cristo en muchas visiones. MV 374 4 Algunos años proveyeron oportunidades más favorables que otros. Mientras que el trabajo de la Sra. White con el proyecto era intermitente, Marian Davis se dedicaba constantemente a la tarea. A menudo Marian sentía que el proyecto estaba casi terminado y luego se sentía frustrada y al mismo tiempo encantada cuando Elena de White recibía en visión [nueva luz] que, cuando se la formulaba por escrito, añadía ricas fuentes de materiales. El trabajo con el manuscrito se extendió desde 1892 hasta fines de 1897 y parte de 1898. Aun entonces, con la aparición del libro terminado el 10 de diciembre de 1898, había todavía más que hacer sobre la vida de Cristo. Ese material fue introducido en Christ's Object Lessons (Palabras de vida del gran Maestro), publicado dos años más tarde. LA PROPUESTA DE DOS TOMOS MV 374 5 A medida que progresaba el trabajo y aumentaban los manuscritos, el personal que estaba trabajando en Sunnyside propuso publicar dos tomos de unas 600 páginas cada uno. W. C. White sentía que si este plan recibía la aprobación de los publicadores, los materiales para el primer tomo estarían listos en marzo o abril de 1896 (9 WCW, pp. 198-199). Suponiendo que se haría esto, Elena de White estaba leyendo el manuscrito para el primer tomo (Carta 90, 1896), y al escribirle a Edson el 16 de febrero, indicó que "ahora lo tenemos casi listo para el impresor" (Carta 144, 1896). LA HUMILDAD DE ELENA DE WHITE AL ESCRIBIR MV 374 6 En una carta a O. A. Olsen, presidente de la Asociación General, ella escribió sobre cómo, al emprender este trabajo, se sentía casi abrumada con el tema: MV 375 1 Esta semana se me ha dado la oportunidad de escribir sobre la vida de Cristo. ¡Oh, cuán ineficiente, cuán incapaz soy de expresar las cosas que arden en mi alma con referencia a la misión de Cristo! A duras penas me he atrevido a abordar el trabajo. Es tan abarcante. ¿Y qué diré, y qué dejaré sin decir? Me quedo despierta por las noches rogándole al Señor que el Espíritu Santo venga sobre mí, more en mí... MV 375 2 Camino temblando ante el Señor. No sé cómo expresar o describir con la pluma el tema grandioso del sacrificio expiatorio. No sé cómo presentar los temas con el poder viviente con el cual están ante mí. Tiemblo de temor no sea que empequeñezca el gran plan de salvación con palabras vulgares. Inclino mi alma en temor y reverencia ante Dios y digo: "Para estas cosas, ¿quién es suficiente?" (Carta 40, 1892). MV 375 3 En esta época ella mencionaba sólo ocasionalmente visiones específicas en las que pasaban ante ella escenas pertenecientes a la vida de Cristo, pero en relación con su primer escrito sobre el tema en 1858, aparecían frecuentemente los términos "Yo vi", "Me fue mostrado", u otras expresiones indicando revelación e inspiración divinas. En 1889 ella contó sobre cómo "la traición, juicio y crucifixión de Jesús" habían pasado ante ella punto por punto (Carta 14, 1889). En 1900 ella escribió: MV 375 4 Me fueron presentadas escenas celestiales sobre la vida de Cristo, agradables de contemplar, y nuevamente escenas dolorosas que no siempre fueron agradables para que él las llevase, lo que afligía mi corazón (MS 93, 1900). INFORMACIÓN EXTRAESCRITURAL MV 375 5 En lo que ella escribió sobre la vida y el ministerio de Cristo en la década de 1870 y de nuevo en la de 1890, Elena de White introdujo a menudo puntos extrabíblicos significativos en la narración histórica no mencionados por los escritores bíblicos; puntos en los cuales se extiende con suficientes detalles como para hacer evidente que su fuente básica al escribir eran las visiones que se le habían dado. Las ilustraciones de esto que se mencionan a continuación están extraídas de tres de sus relatos publicados de la vida de Cristo. MV 375 6 En el juicio de Jesús ante Herodes, Spiritual Gifts, tomo 1, página 51: "Ellos lo escupieron en su rostro... Él levantó mansamente su mano y lo quitó". MV 375 7 En cuanto a la alimentación de los 5.000, The Spirit of Prophecy, tomo 2, páginas 260-261: "Los discípulos, viéndolo pálido de cansancio y hambre, le imploraron que descansase de su trabajo y que tomase algún alimento. Como sus ruegos eran en vano, consultaron entre sí en cuanto a si era propio sacarlo por la fuerza de entre la multitud impaciente, temiendo que moriría de fatiga. Pedro y Juan tomaron a su bendito Salvador, cada uno de un brazo, y amable mente procuraron llevarlo. Pero él se negó a que lo retiraran del lugar". MV 376 1 Sobre la resurrección, El Deseado de todas las gentes, página 725: "Un ángel del Señor descendió del cielo... Este mensajero es el que ocupa la posición de la cual cayó Satanás... Los soldados le ven quitar la piedra como si fuese un canto rodado, y le oyen clamar: Hijo de Dios, sal fuera; tu Padre te llama. Ven a Jesús salir de la tumba". LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO MV 376 2 Mirando retrospectivamente en 1906, Elena de White atribuyó sin reservas a la obra del Espíritu Santo las verdades expuestas en los libros que delinean la historia del gran conflicto. Ella mencionó sólo tres de los libros de la serie del gran conflicto, porque Profetas y reyes y Hechos de los apóstoles todavía no habían sido publicados. MV 376 3 ¿Cuántos han leído cuidadosamente Patriarcas y profetas, El conflicto de los siglos y El Deseada de todas las gentes? Quiero que todos entiendan que mi confianza en la luz que Dios ha dado permanece firme, porque yo sé que el poder del Espíritu Santo magnificó la verdad y la hizo honorable al decir: "Éste es el camino, andad por él". En mis libros se presenta la verdad robustecida por un "Así dice el Señor". MV 376 4 El Espíritu Santo grabó estas verdades en mi corazón y mi mente en forma tan indeleble como la ley fue grabada por el dedo de Dios en las tablas de piedra que están ahora en el arca (CE, p. 175). ¿QUIÉN LO PUBLICARÁ? MV 376 5 Éste era también un momento cuando tenía que definirse la cuestión del publicador. Se había dado consideración a la idea de ofrecer el manuscrito a Fleming H. Revell, que había trabajado con El camino a Cristo en una manera muy aceptable. W. C. White escribió: MV 376 6 [Mamá] dice que hay personas que serán alcanzadas mediante las publicaciones vendidas por publicadores fuera [de los canales denominacionales], que probablemente no van a conseguirlas de ninguno de nuestros agentes; y ella cree que se ha logrado mucho bien por haber colocado El camino a Cristo en las manos de Revell para que lo publique (8 WCW, p. 36). MV 376 7 W. C. White sentía que había ventajas importantes y de largo alcance para que Revell fuera el publicador. Mencionó una, quizás poco conocida por la persona promedio: "Él es el cuñado de Moody, [quien es el] principal evangelista norteamericano, y [quien], hasta tanto yo pueda ver, tiene la primacía de la literatura evangélica" (Id., p. 35). MV 377 1 Tanto la Review and Herald como la Pacific Press habían publicado una cantidad de libros de E. G. de White, pero las cosas se habían complicado desde que la Asociación General, ampliada y fortalecida, estaba manejando la publicación de los libros denominacionales. Esa organización tenía la responsabilidad de negociar con los impresores, y enviaba mucho del trabajo a la cercana Review and Herald. Por contrato, la Pacific Press tenía un grado razonable de independencia y Elena de White podía negociar con ellos directamente. Lo que pasó cuando la Asociación General publicó Thoughts From the Mount of Blessing (El discurso maestro de Jesucristo) en 1896 (un derivado del manuscrito de "Vida de Cristo"), particularmente en la cuestión de las ilustraciones, impulsó a W. C. White a exclamar, "¡Nunca, nunca, NUNCA!" (9 WCW, p 436), Trabajar a través de un agente secundario para sacar los libros sencillamente no funcionó bien. MV 377 2 El 6 de mayo de 1896, Elena de White le escribió a Edson: MV 377 3 He decidido negociar con la Pacific Press para publicar "Vida de Cristo". Los estamos esperando para obtener las ilustraciones que van en el libro. El primer libro ha sido completado; el segundo está en proceso de terminación (Carta 150, 1896). DECISIÓN SOBRE EL TÍTULO MV 377 4 Hasta ese momento se había hecho referencia al proyecto como la "Vida de Cristo", y se suponía que ése sería el título. Con las posibles excepciones de El conflicto de los siglos y los Testimonies, Elena de White no seleccionó los títulos para sus libros. Al acercarse el momento cuando tenía que hacerse una decisión final sobre el título, vinieron sugerencias de diversas personas en Australia y en Norteamérica. Escribiendo a C. H. Jones, gerente de la Pacific Press, el 22 de octubre, W. C. White dijo: "En cuanto al título, no deseo decir mucho hasta que tenga la crítica de otros" (11 WCW, p. 20). Algunos, sentía él, estaban "un centenar de millas más cerca de ser el título apropiado que el mejor de los otros que nos han sido recomendados". Prometió enviar un telegrama después de consultar con "los hombres sabios aquí, y de tener la opinión de Mamá y la de la Hna. Davis". La sugerencia de los publicadores se redujo a "El Deseado de todas las naciones" y "El Deseado de las edades", ambos basados en Hageo 2:7: "Vendrá el Deseado de todas las naciones". [El título en inglés, The Desire of Ages, fue traducido al español, El Deseado de todas las gentes.] LOS ÚLTIMOS TOQUES MV 377 5 El 19 de junio Elena de White estaba todavía produciendo material que necesitaba incluirse en los primeros capítulos del libro. Ella escribió: "Estoy escribiendo sobre temas que conmueven cada fibra de mi ser. La preexistencia de Cristo, ¡cuán inestimable es esta verdad para el creyente!" (MS 65, J896). MV 378 1 En julio ella estaba escribiendo sobre las escenas finales de la vida de Jesús. Su diario para el 28 de julio muestra cuán profundos eran sus sentimientos sobre el tema: MV 378 2 Al escribir sobre la vida de Cristo me siento profundamente conmovida. Me olvido de respirar como debiera. No puedo soportar la intensidad del sentimiento que me sobrecoge cuando pienso en lo que Cristo ha sufrido en nuestro mundo. ¡Fue un "varón de dolores, experimentado en quebranto"; "él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados", si lo recibimos por fe como nuestro Salvador personal! (MS 174, 1897). MV 378 3 [La edición en inglés de] El Deseado de todas las gentes salió de la prensa en dos hermosos tomos de tamaño de un libro de arte, con numeración de páginas consecutiva. Poco después de ello los libros fueron combinados en un solo tomo de 865 páginas. Muy cerca del fin del año, el 10 de diciembre de 1898, llegaron copias a Cooranbong y fueron examinadas ávidamente por Elena de White, W. C. White y su grupo de obreros. La tarea monumental había sido completada. Ahora el libro bendeciría a millones en los años venideros. ------------------------Capítulo 24-- LA OBRA EN AUSTRALIA LLEGA A LA MAYORÍA DE EDAD MV 379 1 Durante los meses de invierno de 1900 --en el hemisferio sur eso significa junio, julio y agosto-- Elena de White se estaba sintiendo cada vez más segura de que debía regresar pronto a los Estados Unidos. Las condiciones que se estaban desarrollando en conexión con la obra de la iglesia en Norteamérica, reveladas a ella en visiones de la noche, hacían que sintiese una preocupación creciente. La carga pesaba fuertemente sobre su corazón. No podía olvidar que en enero se le había mostrado un brote de fanatismo más bien inusual en un campestre en Norteamérica. Estaba profundamente preocupada con el desequilibrio creciente que se estaba introduciendo en la obra médica, fomentado por el Dr. John Harvey Kellogg en Chicago. En cuanto a sus planes para dejar Australia, ella escribió: MV 379 2 Las cosas no han estado moviéndose en el rumbo correcto, y yo debo, en el temor de Dios, dar mi testimonio personalmente a aquellos que están en peligro de desviar la obra en forma desproporcionada en la rama así llamada médico-misionera (Carta 123, 1900). MV 379 3 Se habían desarrollado situaciones críticas en Battle Creek, lo que aumentaba su ansiedad. Al principio habló de dejar Australia en noviembre. Ella no veía cómo podía terminar su trabajo antes de eso. Pero de todas maneras sentía que debería asistir a la sesión de la Asociación General planeada para el próximo mes de febrero. MV 379 4 Cuando ella le dijo a su hijo William que debía regresar a los Estados Unidos, a él le costó captar la idea. ¿Cómo podía ser eso? La Escuela de Avondale recién estaba comenzando a andar bien. La construcción en el Retiro de Salud de Avondale en la esquina de adelante del terreno de la escuela, cruzando la calle desde la iglesia, recientemente se había completado, y ese proyecto se estaba desarrollando muy bien. Se había comprado un terreno para un sanatorio en Wahroonga, un suburbio de Sydney, y se estaban haciendo planes para la construcción. MV 379 5 Y luego estaba su libro sobre el cual ellos estaban insistiendo fuertemente. Willie, a pedido de él, había sido relevado de responsabilidades administrativas en Australia y de su membresfa en el Comité de la Asociación General. Tanto él como su madre sentían que él debería darle una atención ininterrumpida a la tarea de ayudarle a ella a publicar sus libros. ¿Cómo podían irse y dejar todo esto y volver a establecerse en los Estados Unidos? PROGRESO EN COORANBONG MV 380 1 Poco después de cumplir con la fecha establecida para la apertura del colegio en abril de 1897, Elena de White inició otro proyecto de igual importancia. Cuando el invierno le dio paso a la primavera y estaba a la vista la terminación del primer año escolar en Avondale, ella albergaba una preocupación creciente: la necesidad de un templo. ¿Podía construirse uno para la conclusión del año escolar, para la cual faltaban ahora sólo siete semanas? Un logro tal coronaría hermosamente este año que marcó un nuevo comienzo en la educación cristiana. MV 380 2 Como el número de estudiantes había aumentado y había crecido el personal, y había aumentado el número de familias que vivían en la comunidad, había llegado a ser cada vez más evidente que no había un lugar adecuado para reunirse. Por un tiempo se habían reunido en la planta alta del aserradero, pero ese sitio se convirtió en un depósito. Justo antes de que se abriese la escuela, estuvo disponible un espacio limitado en el segundo piso sobre la cocina y el comedor, pero pronto demostró ser demasiado estrecho. MV 380 3 "Creo decididamente --exclamó Elena de White-- que debemos tener una capilla" (Carta 70, 1897). El miércoles 11 de agosto por la mañana, W. L. H. Baker y A. G. Daniells, los presidentes de las dos asociaciones principales, estaban en el campus para consultar con Elena de White y otros concerniente a asuntos de la escuela y de los próximos campestres. Acababa de recibirse la noticia en Cooranbong del descubrimiento de un error de contabilidad en Melbourne. Justo se habían descubierto $5.280 (£1.100) en depósito para la escuela: $2.880 (£600) de la familia Wessels y $2.400 (£500) de la Asociación General (Carta 177,1897). Ahora podía emprenderse la construcción de un dormitorio para los varones, y se asignaron $480 (£100) para la construcción de un templo. Al informar sobre la entrevista, Elena de White escribió: "Sentimos mucho la necesidad de una iglesia" (MS 175, 1897). MV 380 4 Se le dio una cuidadosa consideración a la ubicación y el tamaño de la capilla que se proponía. En las "visiones de la noche" se le dio orientación a la Sra. White en cuanto a estos detalles: MV 380 5 Recibí instrucción de hablar a la gente y decirles que no debemos dejar la casa del Señor como la última consideración... Se me instruyó de que nuestro lugar de adoración debiera ser de fácil acceso, y que debiera escogerse la porción más preciosa del terreno como un lugar sobre el cual edificar para Dios (Carta 56, 1897). MV 381 1 Había necesidad de apurarse porque querían dedicar el edificio a más tardar al fin del año escolar. SE DEDICA LA NUEVA IGLESIA EN AVONDALE MV 381 2 Hubo muchas visitas en Cooranbong para la dedicación del templo y para los ejercicios de clausura de la escuela el domingo por la noche, 17 de octubre. El domingo fue un hermoso día, y por la tarde todos se reunieron en la iglesia para el servicio de dedicación Elena de White lo describió en una carta: MV 381 3 Cada asiento estaba ocupado y algunos estaban de pie en la puerta. Estaban presentes entre 200 y 300 personas. Vino un gran número de Melbourne y también de Sydney, y desde el vecindario, de lejos y de cerca. MV 381 4 El pastor Haskell dio el sermón de dedicación. Sentados en la plataforma donde se encuentra el púlpito estaban los pastores Daniells, Famsworth, Haskell, Hughes, Wilson, Robinson, y tu madre, quien ellos insistieron que debía hacer la oración de dedicación. Herbert Lacey dirigió los cantos, y todo se llevó a cabo en el mejor orden. Sentimos ciertamente que el Señor Jesús estuvo en nuestro medio cuando le presentamos a Dios nuestra capilla y le suplicamos que su bendición descansase constantemente sobre ella (Carta 162, 1897). MV 381 5 El periódico Bible Echo, al informar sobre la dedicación, describió el edificio como situado en el terreno de la escuela cerca del Maitland Road y a un kilómetro (tres cuartos de milla) de los edificios de la escuela, hecho de madera, bien construido, pulcramente pintado, y ofreciendo una apariencia muy atractiva. MV 381 6 El terreno para la iglesia fue donado por la escuela. El edificio en sí costó sólo $2.460 (£550) y es capaz de dar cabida a 450 personas. Y uno de los mejores hechos vinculado con todo el proyecto es que fue dedicado libre de deuda; el dinero para el gasto de cada centavo fue provisto de antemano. De modo que en esta ocasión no se pidió una ofrenda para que la iglesia quedara sin deudas (BE, 8 de noviembre, 1897). MV 381 7 Una característica de los proyectos en desarrollo en Cooranbong era la decisión de evitar deudas, aunque a veces el trabajo se demorase y todos los afectados tuvieran que sacrificarse y privarse de comodidades y necesidades corrientes. Más temprano en el año Elena de White había comentado: MV 381 8 No hay necesidad de que nuestras capillas continúen año tras año en deuda. Si cada miembro de la iglesia cumpliera su deber, practicando la abnegación y el sacrificio propio por el Señor Jesús, de quien es una posesión comprada, para que su iglesia pueda estar libre de deuda, ciertamente honrará a Dios (Carta 52, 1897). MV 382 1 El último párrafo del informe del Bible Echo del 8 de noviembre sobre la dedicación del templo, declaraba significativamente: MV 382 2 En conclusión, debiera decirse que la construcción de este edificio en esta etapa inicial del proyecto de la escuela se debe principalmente a la fe y a la energía del pastor S. N. Haskell y de la Sra. E. G. de White, y a las ricas bendiciones de Dios sobre sus esfuerzos. Si no hubiera sido por ellos, quizás el edificio no habría sido construido por algún tiempo más. Con sólo $480 (£100) en vista, ellos avanzaron por fe y comenzaron a edificar, y los resultados son como ya se lo ha mencionado. MV 382 3 Pero para Elena de White fue especialmente significativo el hecho de que este nuevo comienzo en educación cristiana, no sólo fue un éxito, sino que, como ella observó, era "la mejor escuela en todo respecto que alguna vez hayamos visto, fuera de nuestro pueblo, o entre los Adventistas del Séptimo Día" (Carta 101, 1897). MV 382 4 Veinte de los estudiantes han sido bautizados, y algunos vinieron a la escuela con un conocimiento experimental de lo que significa ser cristianos; pero ningún estudiante deja la escuela sin dar evidencia de que ahora conoce qué significa ser hijos de Dios (Carta 162, 1897). SE DEDICA EL AUDITORIO DEL COLEGIO MV 382 5 El jueves 13 de abril de 1899, fue un día para recordar. El Auditorio del Colegio se había terminado y estaba listo para su uso. La primera reunión del día fue celebrada a las 6:00 de la mañana. Elena de White explica por qué: MV 382 6 Se eligió esta hora temprana como un momento apropiado para facilitar la presencia de los que habían trabajado con decidido interés en el edificio. Estaba reunido todo el grupo de estudiantes y el director, el preceptor y los maestros. Hablaron W. C. White y los Hnos. Palmer y Hughes. Luego yo hablé a los estudiantes y a todos los presentes durante treinta minutos. Al cierre de estos ejercicios espirituales se tuvo la oración de dedicación (MS 185, 1899). MV 382 7 La dedicación más formal se realizó por la tarde. La Sra. White informó en una carta a S. N. Haskell: MV 382 8 El salón estaba decorado y engalanado con flores de nuestros jardines y hermosos helechos arborescentes, algunos de los cuales fueron colocados delante de la entrada del edificio. W. C. White habló bien. Los Hnos. Palmer y Hughes le siguieron. Herbert Lacey luego se dirigió a la gente... Habló bien (Carta 70, 1899). LA CASA PUBLICADORA MV 383 1 Cuando los adventistas comenzaron sus actividades en Australia en el invierno de 1885, casi inmediatamente se comenzó la obra de publicaciones. Con tipos y equipo prestados, se compuso el tipo para los primeros números de los periódicos Bible Echo y Signs of the Times en la habitación ocupada por uno de los obreros. La forma o plancha con el tipo compuesto era llevada en una carretilla a un impresor cercano, donde se la hacía correr en la prensa. Tan pronto corno pudieron comprar una prensa y un pequeño motor, se alquilaron cuartos. Cuatro años más tarde se compró un terreno en la Calle Best en North Fitzroy y se levantó un edificio para albergar la Echo Publishing Company (Compañía de Publicaciones Echo) que estaba surgiendo y para proveer un salón de reuniones en el segundo piso. Se aceptó t rabajo comercial para proporcionar trabajo que justificase el equipo sofisticado que se necesitaba para producir publicaciones denominacionales. Después de imprimir en torma meritoria un folleto para el gobernador de Victoria, la Echo Publishing Company fue designada oíicialmente "Publicadores de su Excelencia Lord Brassey, KCB". Esto le dio reputación a la casa publicadora y aumentó el negocio. De una persona que estaba empleada en 1885, la obra creció hasta que en 1899 había 83 empleados. Esto le dio el tercer lugar entre los publicadores adventistas, después de la Review and Herald, que empleaba a 275 personas, y la Pacific Press, con 150 obreros (UCR, 19 de julio, 1899). MV 383 2 Con un establecimiento que ocupaba el primer lugar entre las casas publicadoras que operaban fuera de Norteamérica, la Echo Publishing Company ciertamente había llegado a la "mayoría de edad". VIAJE DE REGRESO: HISTORIAS PARA LOS NIETOS MV 383 3 W. C. White se encargó de los trámites de viaje con la Union Steamship Company (Compañía de Vapores) en Sydney y encontró que se podían hacer arreglos satisfactorios para el viaje de regreso a los Estados Unidos en el S.S. Moana, que zarparía de Sydney el miércoles 29 de agosto de 1900. Elena de White tendría consigo a sus cuatro ayudantas: Sara McEnterfer, Marian Davis, Sarah Peck y Maggic Hare. La familia de W. C White tenía siete miembros: él y su esposa, May; sus dos hijas mayores de su primer matrimonio, Ella, de 18 años, y Mabel, de 13; los mellizos de cuatro años, y la bebé Grace, de casi tres meses de edad. Otros tres amigos completaban el grupo viajero, 15 personas en total. MV 383 4 Tenían ante sí un viaje de 11.520 kilómetros (7.200 millas) y 23 días de duración a través del Pacífico. Willie había tenido éxito en conseguir el camarote más confortable en el Moana para su madre, el camarote nupcial en la sección de primera clase hacia la popa del barco. Los pasajes habían costado $160 cada uno para Elena de White y Sara McEnterfer. El resto del grupo viajaba en segunda clase. Willie informó que habían tenido éxito en conseguir los mejores cuatro camarotes en esa sección, con pasajes que costaban $70 cada uno. MV 384 1 Con expectativa y un poco de emoción subieron a bordo del Moana en Sydney poco después del mediodía del miércoles 29 de agosto. La Sra. White estaba complacida con su camarote. "Tengo una cama ancha --escribió en su diario-- como la que tengo en casa. Sara tiene su camarote enfrente del mío" (MS 96, 1900). MV 384 2 El viaje se vería interrumpido por tres escalas: Nueva Zelanda, Samoa y las Islas Hawai. Todos los pronósticos eran buenos, Se decía que Elena de White no se mareaba fácilmente, y sólo tuvo un pequeño ataque de mareo la primera noche. Willie informó que pronto estaban en buenas relaciones con los camareros: "Nos sentimos muy en casa como si hubiésemos vivido seis meses con ellos" (15 WCW, p. 861). El primer tramo del viaje, 2.048 kilómetros (1.280 millas), fue casi de proa al este rumbo a Auckland, Nueva Zelanda. El jueves y el viernes fueron días soleados, y cuando el sol se estaba poniendo tras ellos al atardecer del viernes, buscaron todos los himnarios que pudieron encontrar y se reunieron para cantar un poco. Se sintieron contentos de que alrededor de una docena de pasajeros se les unieron. MV 384 3 Encontraron que la comida del barco era apetitosa y estaba bien preparada, pero para estar seguros de tener una dieta de acuerdo con su gusto habían traído algo de su propia comida, particularmente naranjas y mandarinas, un tipo de pan retostado y hecho con huevos, fruta enlatada y jugo de uva envasado. Esto ampliaba grandemente sus opciones para seleccionar el menú. Un plato favorito resultó ser la tostada con fruta, hecha al derramar agua caliente y luego jugo de uva sobre un bizcocho. Para la comida de la noche eran populares la fruta fresca y las galletitas. PRIMERA PARADA: NUEVA ZELANDA MV 384 4 El domingo de mañana, su cuarto día de travesía, el Moana estaba avanzando hacia el sur por la costa este de Nueva Zelanda, más allá de la isla Great Barrier y llegando al puerto de Auckland. A las 10:30 el barco echó anclas en frente de la estación de cuarentena. Algunos de los tripulantes remaron en un pequeño bote, dejando a los pasajeros en suspenso en cuanto a la posibilidad de desembarcar [para visitar el puerto]. Willie estaba chasqueado porque había esperado ver a algunos de sus amigos de Auckland. "Aquí estamos --escribió--. No podemos salir del barco y hasta el momento nadie ha venido para hablamos. Este asunto de la cuarentena es un montón de tonterías" (Ibíd.). MV 384 5 Finalmente George Teasdale, con los hermanos Mountain y Nash y unos pocos más, aparecieron en un bote de remos, pero no pudieron subir a bordo. El grupo de los White descubrió que inclinándose sobre la baranda podían conversar con las personas que estaban en el bote de remos. Willie Floding, un joven que se dirigía a Battle Creek para tomar el curso médico, se embarcó en Auckland. A los viajeros les produjo una gran conmoción cuando se enteraron de la muerte de la Sra. F. L. Sharp, la esposa del tesorero y gerente administrativo del Sanatorio Sydney en desarrollo, tras una cirugía grande. Willie y su madre enviaron mensajes de consuelo mediante los obreros. MV 385 1 Elena de White pasó tanto tiempo como le fue posible en una silla del barco sobre cubierta, escribiendo cartas, mayormente a amigos que había dejado atrás en Australia. Se sentía fascinada y vigorizada por el mar y el fresco aire salubre. Desde los días de la infancia ella había amado el océano. Cierto día escribió; "Tenemos ahora una vista plena del mar siempre cambiante, inquieto, hermoso" (Carta 164,1900). Y en otra ocasión: "Estoy levantada sobre cubierta, escribiendo y disfrutando del aire fresco... Esta mañana mi alma está llena de alabanza y gratitud a Dios" (MS 96, 1900). MV 385 2 Pasó muchas horas agradables hojeando el álbum con autógrafos que le fue dado durante la despedida en Cooranbong. Lo mismo hizo la familia de Willie White en la cubierta inferior, mientras día tras día leían unas pocas páginas. Esos álbumes, repujados y encuadernados en brillante terciopelo de color esmalte de cobalto con hojas de borde dorado, se exhiben ahora en la oficina del Centro White en la sede central de la Asociación General. Todavía transmiten nostalgia y calidez. Los visitantes que los leen se sienten atraídos a aquellos para quienes fueron preparados tan afectuosa y cuidadosamente. Había una sección para cada día del viaje, y cada sección estaba introducida por una pequeña y exquisita pintura a la acuarela; el mismo Moana aparecía a menudo en las ilustraciones. LA PARADA EN SAMOA MV 385 3 La página del álbum autografiado diseñada para el sábado 8 de septiembre, muestra al Moana descansando plácidamente en el puerto de Apia, la más grande de las islas samoanas. La predicción del artista fue muy cercana a los hechos. El barco arribó a las 7:00 de la mañana del viernes. Habría sido el sábado de mañana si no hubieran acabado de cruzar el meridiano de cambio de fecha, lo que agregó un día extra. MV 385 4 Mientras se echaba anclas, el grupo de los White pudo ver a su comité de bienvenida: un gran bote verde movido por samoanos que cantaban (15 WCW, p. 868). Estaban dirigidos por el Prof. D. D. Lake, quien supervisaba la Misión Samoana. Se ayudó a uno por uno de los miembros del grupo White a descender por la escalera de cuerdas hasta el bote, y aun lo hizo Elena de White, con sus 72 años. Un gigantesco samoano tomó a la bebé Grace en sus brazos, y se paró justo en el extremo de la proa para gran desconcierto de su madre, May, quien le tenía un temor innato al agua. Fácilmente podía imaginarse a esos grandes pies descalzos deslizándose por la madera resbaladiza. MV 385 5 Aun el bote más pequeño no pudo recorrer toda la distancia hasta la orilla, de modo que dos de los hombres cruzaron sus brazos para hacerle una silla a Elena de White y llevarla a la playa. Se le dijo a May White que pusiera sus brazos alrededor del cuello del que llevaba a Grace, y Elena de White se rió en forma ante el cuadro extraño de esta mujer adulta, con sus faldas amplias, aferrada a la espalda bronceada de un samoano mientras éste la llevaba a ella y a su bebé a la orilla. MV 386 1 Dos carruajes estaban esperando para llevar a los miembros del grupo que no estaban en disposición de caminar los 2 kilómetros (algo más de una milla) hasta las oficinas centrales de la misión. El resto del grupo disfrutó del pequeño paseo. jOh, qué buen sabor tenía el desayuno casero! Mientras la mayor parte del grupo fue a visitar lugares de interés, Elena de White y Willie se quedaron con el profesor Lake para analizar las posibilidades de reabrir el sanatorio que se habían visto forzados a cerrar cuando el Dr. F. E. Braucht partió para Nueva Zelanda (Ibíd.). MV 386 2 Los que fueron a visitar sitios de interés regresaron justo cuando se completó la entrevista. Después de haber orado juntos, tomaron las muchas canastas de fruta que habían sido juntadas para ellos. Había bananas en abundancia, mangos, papayas y naranjas. Todos se dirigieron luego al barco, excepto Mabel. Una de las mujeres había querido regresar temprano, de modo que Mabel se había ofrecido para llevarla al muelle con el caballo y un carruaje ligero. En el camino de regreso a la misión ella se perdió. No podía preguntar cómo llegar, porque las únicas palabras en samoano que ella conocía eran: "¿Cómo le va?" Casi era la hora para que el barco partiese. Justo cuando la situación parecía casi sin esperanza, apareció Willie Floding. Él había trabajado en la isla y conocía los caminos. Juntos encontraron rápidamente el barco. MV 386 3 Continuaron los mares calmos mientras surcaban las aguas en su camino al norte y al este en la siguiente etapa del viaje: 3.616 kilómetros (2.260 millas) hasta Honolulu. A mitad de camino cruzarían el ecuador y nuevamente estarían en el hemisferio norte. Fue una semana agradable de viaje. Ella [la hija de W. C. White], incapaz de reprimir el deseo de enseñar, había organizado una pequeña escuela para los mellizos, y pronto se unieron otros niños. Hasta reclutó a Leonard Paap, uno del grupo, para enseñarles a los niños mayores. La salida del sol el domingo de mañana fue extraordinaria. Elena de White escribió: "La salida del sol fue gloriosa. Todo el mar era un río de oro amarillento. Tenemos en este viaje un mar plácido" (MS 96, 1900). LA PARADA EN HONOLULU MV 386 4 El viernes 14 de septiembre a las 8:00 de la mañana, después de una noche muy calurosa, el Moana llegó a Honolulu. El pastor Baxter Howe, a cargo de la obra de la iglesia allí, dio la bienvenida a los viajeros y los llevó a lo de la Sra. Kerr, donde todo el grupo disfrutó de un almuerzo temprano. Los Kerr eran una familia rica. El Sr. Kerr, un comerciante, no era miembro de la iglesia, pero su esposa, una mujer de corazón generoso y extrovertida, había sido miembro por varios años. La Sra. White había sido hospedada espléndidamente en su hogar en su viaje a Australia realizado nueve años antes. MV 387 1 Las horas en Honolulu serían limitadas, de modo que el grupo visitó brevemente la iglesia, donde tanto Elena de White como Willie se dirigieron a la gente. Luego visitaron la escuela china operada por W. E. Howell. A las 6:00 de la tarde estaban de regreso en el barco, el cual pronto estaba en camino hacia el este, a San Francisco. ACERCÁNDOSE A NORTEAMÉRICA: UNA PROMESA ANIMADORA MV 387 2 A medida que se acercaba la hora de llegar a California, tarde el jueves de noche, la Sra. White sintió que a duras penas podría soportar la esperada fiesta que marca tradicionalmente el día final de un viaje. Willie vino adonde ella estaba y le dijo: "Nos estamos acercando a la última noche del viaje, cuando tendremos más ruido que nunca antes; pero estoy orando para que venga una tormenta" (MS 29, 1901). "También yo", replicó su madre. MV 387 3 Ese miércoles de noche, todavía temiendo la parranda del día siguiente, Elena de White encontró una pequeña antecámara y se recostó. Se quedó dormida, pero pronto fue despertada por una voz que le hablaba. Mientras recuperaba la conciencia, se dio cuenta qué quería decir. "El cuarto estaba lleno de una dulce fragancia, como de hermosas flores". Luego se quedó dormida una vez más y se despertó de la misma manera. He aquí lo que escribió al respecto: MV 387 4 Oí que se me hablaba, y se me aseguró que el Señor me protegería, que él tenía un trabajo para mí. Me fue dado un mensaje de consuelo, de aliento y de orientación, y fui grandemente bendecida (Ibíd.). MV 387 5 Parte del mensaje que le llegó en ese tiempo fue la certeza de que debía despreocuparse en cuanto a un punto en particular. Era la cuestión de dónde debería vivir en Norteamérica. En los primeros años había vivido en Battle Creek, Michigan, cuando su esposo dirigía la iglesia y administraba la Review and Herald Publishing House. Luego habían vivido en Oakland, California, cuando Jaime comenzó la revista Signs of the Times. Después de la muerte de su esposo, Elena había vivido en una casa en Healdsburg, California, sólo a pocas cuadras del colegio. Ella era todavía dueña de esta casa. Justo antes de partir para Australia había vivido nuevamente en Battle Creek. ¿Y ahora dónde debería establecerse? La pregunta le había preocupado desde el momento que había planeado dejar Australia. MV 387 6 La visión que se le dio ese miércoles de noche durante la última semana del viaje la tranquilizó. Ella escribió al respecto: "El Señor se me reveló... y me confortó, asegurándome que tenía un refugio preparado para mí, donde yo tendría tranquilidad y descanso" (Carta 163, 1900). MV 387 7 ¡Qué reconfortante fue saber que Dios ya tenía algo en mente para ella! Cuánto deseaba que pudiera saber precisamente qué era o dónde estaba. A TRAVÉS DE LA PUERTA DE ORO (GOLDEN GATE) MV 388 1 Ahora llegaron al jueves, el último día completo del viaje. Esa noche entrarían a la Bahía de San Francisco. El día estaba soleado y brillante, pero el mar se hallaba tan agitado que los marineros a duras penas podían mantener su equilibrio sobre la cubierta. La mayoría de los pasajeros permanecieron en sus camarotes. No hubo una fiesta por la terminación del viaje. Elena de White se mantuvo en cama todo el día, temerosa incluso de darse vuelta. Y entonces, justo antes de que el Moana traspusiese la Puerta de Oro (Golden Gate), el mar se aquietó repentinamente. Eran las 10:00 de la noche. El barco no podía atracar hasta el amanecer, de modo que se echó el ancla. MV 388 2 Durante las largas horas de la noche el barco se bamboleó perezosamente anclado en la Bahía de San Francisco. El grupo de los White sin duda esperaba que con la llegada del día el Moana se trasladase a uno de los muelles de la Compañía de Vapores, y que pronto amigos y compañeros de trabajo que estaban en el desembarcadero les diesen la bienvenida en su regreso a los Estados Unidos. Pero no fue así. Funcionarios de inmigración, altamente conscientes de los gérmenes, les requirieron a los pasajeros de Sydney, aunque habían estado en el barco por casi un mes, que mediante un remolcador fuesen a una estación de cuarentena en la isla Ángel, donde sus pertenencias y baúles podían ser fumigados. Todo ese viernes agotador se dedicó a pasar por estas formalidades. MV 388 3 Finalmente, al atardecer, habiéndose fumigado y vuelto a empaquetar en forma debida el contenido de los baúles y valijas, el grupo fue llevado a San Francisco mediante un remolcador. Llegaron a las 8:00 y fueron recibidos por G. A. Irwin, presidente de la Asociación General; C. H. Jones, gerente de la Pacific Press; y J. O. Corliss, pastor de la iglesia de San Francisco. El grupo viajero pronto se dispersó. El pastor Jones, un conocido y amigo por largo tiempo, llevó a Elena de White y a algunas de sus ayudantas a su casa en Oakland. Otros permanecieron con amigos en San Francisco. W. C. y May White, con los mellizos y la bebé Grace, fueron hospedados por los Corliss en su casa en Fruitvale, un suburbio de Oakland. Esa noche el pastor Irwin envió un telegrama a Battle Creek que transmitía las buenas noticias de la llegada del grupo. Fue publicado en la contratapa del siguiente número de la Review. Decía así: "San Francisco, Cal., 21 de septiembre, 1900. La Hna. White y su grupo llegaron esta mañana en buenas condiciones". El director comentó que éstas serían "buenas noticias para miles". Y así lo eran. ------------------------Capítulo 25-- ELMSHAVEN, UN REFUGIO PARA ELENA DE WHITE MV 389 1 Al llegar a California, Elena de White estaba ansiosa de ponerse a trabajar. Esperaba que podría encontrar una casa rápidamente, mudarse a ella, y atender las muchas tareas que le aguardaban. No deseando emprender la tarea de construer una casa, esperaba encontrar un lugar para alquilar. MV 389 2 El lunes 24 de septiembre por la mañana empezó la búsqueda de una casa. Después de tres días agotadores de viajar de un lado al otro en el área de Oakland, Elena de White y Willie decidieron que tendrían que comprar una propiedad. Las rentas eran demasiado elevadas para sus magros salarios. Como lo expresó W. C. White: MV 389 3 Por varios días hemos estado tratando de acomodar a una familia de número siete en una casa número cinco con una billetera número tres para comprar muebles (15 WCW, p. 871). MV 389 4 Elena do Wbite no había olvidado que el Señor le había mostrado que estaba interesado en ella la última noche mientras cruzaba el mar, de modo que dijo que sencillamente dejaría de buscar. "El Señor sabe cuál es nuestro trabajo y dónde debiéramos estar ubicados; y esperaremos cuando sea el tiempo del Señor" (Carta 132, 1900). MV 389 5 En esas circunstancias Willie sugirió que ella y algunas de sus ayudantas fueran al retiro de salud en St. Helena, a unos 96 kilómetros (60 millas) al norte de Oakland. Esta institución acababa de cambiar su nombre al de Sanatorio de St. Helena, o simplemente, "El San". Allí podría descansar un poco y también asistir a algunas de las reuniones que se iban a realizar en conexión con el campestre en la cercana localidad de Napa. MV 389 6 Ella había estado allí en los años que siguieron a la muerte de su esposo y había comprado 3,5 hectáreas (8,5 acres) de William Pratt para preservar la tierra para el uso futuro del sanatorio. En la propiedad ella había levantado una casa, Eliel, que ella pensó que podría convertirse fácilmente en una dependencia ampliada para atender a las visitas de la institución (DF 14). MV 389 7 En el sanatorio encontró a viejos amigos: la Sra. J. L. Ings, Mary Thorpe y otros. Cuando la conversación se refirió a la frustración que sintió al buscar casa en Oakland, la Sra. Ings ofreció esta información: "Bien, debajo del cerro hay un lugar que es precisamente lo que usted necesita. Es la casa de Robert Pratt" (Carta 158, 1900). Elena de White estaba definidamente interesada. ¿ERA ÉSTE EL REFUGIO PROMETIDO? MV 390 1 A la mañana siguiente, viernes 28 de septiembre, ella fue a ver la "casa debajo del cerro" (Carta 132, 1900). Para su sorpresa, no era el lugar de William Pratt que ella había imaginado (una casa en la que ella y Jaime White habían parado), sino una casa victoriana grande construida por su hermano Robert. Ella la había admirado a menudo al viajar por allí. MV 390 2 Robert Pratt, un ejecutivo de los ferrocarriles, era miembro de una familia de tres que se había trasladado a California en busca de oro. William había comprado todo el pequeño valle y la ladera de la montaña donde ahora se acunaba el sanatorio. Más tarde Robert compró una franja de unas 30 hectáreas (74 acres), que se extendía a través de una rica tierra de labrantía hasta la ladera del cerro. MV 390 3 William Pratt, con su esposa y su familia, habían respondido a la predicación de J. N. Loughborough e l. D. Van Horn en St. Helena en 1873 y habían llegado a ser miembros fundadores de la iglesia de St. Helena. Tres años más tarde él donó tierra en la ladera de la montaña cerca de Crystal Spring para una institución médica, el Rural Health Retreat (el Retiro de Salud Rural). El manantial, que rendía una abundante provisión de agua pura, lo compartía con su hermano Robert y estaba justo encima y al este de la institución. El regalo de tierra de William Pratt incluía también su media porción del manantial. En el tiempo cuando se abrió el sanatorio, esto parecía una provisión adecuada de agua. MV 390 4 Robert, que no era adventista, poseía la tierra al sur y retenía la otra mitad del interés en el manantial. Él y su esposa, al enfrentar la edad avanzada y con sus hijos crecidos y ausentes, aceptaron la invitación de su hija menor de vivir con ella en el Área de la Bahía (Carta 146, 1900). De modo que la propiedad de Robert Pratt estaba para la venta. MV 390 5 Siendo un hombre previsor, el pastor J. A. Burden, gerente del Sanatorio de St. Helena, comprendió que la creciente necesidad de agua pronto pondría en apuros a la institución, de modo que personalmente había efectuado un contrato para comprar la propiedad de Pratt y hecho el pago inicial de $1.000. Aunque la institución no estaba en condiciones financieras como para comprar la propiedad de Pratt, Burden era un hombre de profunda fe y de cierta audacia y esperaba deshacerse de la casa y de la granja, reteniendo lo que era necesario para la institución y su crecimiento. MV 390 6 La propiedad representó una inversión de parte de Robert Pratt de $12.000. Fue vendida ai pastor Burden por $8.000, y al obtenerla había hecho arreglos para pagos fáciles y a largo plazo. MV 391 1 Encantada con lo que encontró, Elena de White contuvo su entusiasmo con dificultad. Ella escribió: MV 391 2 Esta es una ubicación sumamente hermosa. Los alrededores son encantadores. En el lugar crecen árboles ornamentales de varias partes del mundo, flores, mayormente rosas de una gran variedad, un huerto que contiene mil ciruelos que están dando fruto, otro huerto más cerca de la casa, y todavía otro huerto de árboles con hoja perenne (Carta 158,1900). MV 391 3 La casa estaba situada en una loma en el centro de 14 hectáreas (35 acres) de tierra plana o casi plana. El huerto de la familia de aproximadamente 1,5 hectáreas (3 acres) se extendía hacia el norte, con árboles que dan duraznos, manzanas, melocotones, higos, cerezas, damascos y peras. Detrás de esto estaba un cuarto de hectárea (medio acre) de olivos. En el lado sur de la casa estaba un viñedo de más de 2 hectáreas (5 acres) de uvas de mesa y de vino, mayormente de estas últimas. La tierra que daba al oeste se dividía entre huertos de ciruelos --los White pronto descubrieron que tenían 2.000 árboles en excelente condición de producción--, un jardín y un henar. La casa misma era un edificio de dos pisos hecho de madera, bien construido y con siete habitaciones, completamente amueblado, incluyendo alfombras, cortinas, artículos de lencería y platos. Elena de White continuó su descripción. MV 391 4 Bien, volviendo a mi historia, el Señor hizo planes para mí, y encontré que podía comprar esta propiedad por menos de lo que recibí por mi casa en Cooranbong y todas sus pertenencias. Esto incluía dos caballos, uno más bien viejo, cuatro carruajes y un carretón de plataforma, mucho mejor que el que regalé, y una casa totalmente amueblada. Era como salir de mi casa en Cooranbong y entrar aquí en una hermosa y espaciosa. Me ha sorprendido que nosotros seamos así favorecidos (Carta 132, 1900). MV 391 5 Detrás de la casa, hacia el este estaba "la cabaña del agricultor", la que con un poco de adaptación podía convertirse en un edificio de la oficina. Más allá de esto se hallaba un granero y un establo con cuatro caballerizas y espacio para guardar cuatro carruajes. El henil podía guardar de 20 a 30 toneladas de heno. El establo para las vacas tenía espacio para 22 vacas; a la única vaca que ahora lo ocupaba debe haberle parecido un lugar un poco solitario. Unas pocas gallinas completaban la población de la granja. Elena de White estaba encantada con los carruajes y los carretones que estaban incluidos con el lugar: dos carretones para el trabajo de campo; un carretón rápido de dos asientos; un carruaje ligero, cubierto, con dos asientos; dos faetones; un viejo carro de dos ruedas, y una carretilla de mano. Además, había arados, rastras y otras herramientas agrícolas (15 WCW, p. 903). MV 391 6 Ese viernes, con su descubrimiento, pareció demasiado corto. Había una reunión en el sanatorio el viernes de noche, y Elena de White habló a la familia de la institución y a las visitas. El domingo de mañana no pudo resistir la tentación de escabullirse de las reuniones del concilio y darle otra mirada a lo que ella sentía que seguramente sería su futura casa. Se hizo estas reflexiones, como más tarde lo expresó por escrito: MV 392 1 En absoluto busqué este lugar. Me ha llegado sin pensarlo y sin que me lo propusiera. El Señor es tan bondadoso y misericordioso conmigo. Puedo confiarle mis intereses a Alguien que es demasiado sabio para errar y demasiado bueno para hacerme algún daño (Carta 132, 1900). ELENA DE WHITE COMPRA LA PROPIEDAD MV 392 2 Elena de White y el pastor Burden se reunieron para elaborar un arreglo el que finalmente fue completado el martes 16 de octubre, cuando ella y su familia se trasladaron a la casa. Burden le transfirió a ella toda la propiedad --30 hectáreas (73,71 acres) de tierra-- y la mitad de la participación en el manantial. Luego, como se había convenido, el sanatorio compró de vuelta 3,5 hectáreas (8,7 acres) para un área de eliminación de las aguas servidas en la esquina de la propiedad ubicada en el extremo oeste, y 2,2 hectáreas (5,5 acres) para una fábrica de alimentos cruzando el arroyo Blackmon Canyon al este y al sur. Por estas dos secciones de tierra y por la mitad de la participación en el manantial, se sustrajeron $3.000 de los $8.000. Elena de White le pagó a Burden $1.000 en efectivo y asumió una hipoteca de $4.000 con un interés de 6,25 por ciento. "Es como salir de nuestra casa en Cooranbong --escribió a los Farnsworth, viejos amigos suyos-- para entrar en otra ya preparada para nosotros, sin pérdida de tiempo ni preocupaciones de nuestra parte" (Carta 146, 1900). MV 392 3 Se mudaron en el día de la compra, con bastante alborozo, y ella le informó al pastor Irwin: "Estamos ahora ubicados en nuestra casa en la que nos sentimos a gusto y que apreciamos mucho" (Carta 127, 1900). Describió las medidas que tomaron para vivir allí. Estaban amontonados y lo estarían hasta que pudieran levantarse otros edificios, particularmente una casa para William White y su familia, quienes estaban alojados temporariamente en una cabaña cercana. Se colocaron camas incluso en la sala. MV 392 4 Se encontró lugar para un mueble en la casa, en adición a lo que ya hallaron en ella. Era la confortable silla para escribir de Elena da White, equipada con una tabla para escribir que ella podía hacer girar a un costado para tener libertad de movimiento. Éste era el único mueble que ella había traído consigo desde Australia. MV 392 5 La ubicación general de la casa era ideal. Estaba a unos 4 kilómetros (2,5 millas) al noroeste de St. Helena, y a unos 15 a 20 minutos de caminata del sanatorio, dependiendo de si uno estaba yendo o viniendo. Además de su hermosa ubicación, con cerros al sur y montañas al norte y al este, Elena de White apreciaba particularmente el hecho de que la casa no estaba lejos del sanatorio. Allí ella frecuentemente tenía la oportunidad de dirigirse a una audiencia de no adventistas siempre nueva, lo que ella disfrutaba de poder hacer. MV 393 1 La Sra. White había viajado extensamente a lo largo de su vida. Había cruzado muchas veces las Montañas Rocosas. Había vivido en Colorado y en Suiza. Había cruzado los Alpes para ingresar en Italia, y viajado extensamente en Europa, Australia y Nueva Zelanda. Pero ella exclamó en 1905, quizás con algo de prejuicio: "Ciertamente no hay un lugar que yo haya visto alguna vez que iguale la belleza panorámica que hay por aquí" (Carta 111, 1905). En otra oportunidad escribió: "Este mundo no es nuestro lugar duradero, pero me siento muy agradecida por las comodidades de una buena casa. Considero que esta región es una de las más hermosas que jamás haya visto" (Carta 117, 1905). MV 393 2 Han pasado casi 100 años desde la feliz evaluación que hizo Elena de White de la elección de Robert Pratt de un lugar ideal para construir una casa. Los olmos por los cuales se le dio su nombre han sido reemplazados, pero el refugio que han provisto han sido una bendición e inspiración para miles de visitantes. (Unas 10.000 personas visitan anualmente Elmshaven sobre el Glass Mountain Lane.) Robert Pratt construyó bien, y la imponente casa representa la más fina tradición de las casas victorianas. Hoy, como un sitio histórico reconocido, testifica del trabajo especial de Elena G. de White. Y AHORA, DE VUELTA AL TRABAJO: LAS PRIORIDADES MV 393 3 Elena de White siempre había tratado de conseguir un lugar adecuado para vivir ella y su personal. Por más que disfrutase de las comodidades de la vida, ellas nunca fueron el fin sino el medio para el fin: su obra especial. Se mudó a Elmshaven tan rápidamente como pudo, a mediados de octubre de 1900. MV 393 4 En una cantidad de visiones en Australia, se le revelaron claramente condiciones, situaciones y peligros que amenazaban a la iglesia. La correspondencia que le llegaba desde los Estados Unidos también descubría algunos de los problemas que se vislumbraban. Ahora debía enfrentarlos resueltamente y sin demora. MV 393 5 Estaba el asunto del desarrollo desproporcionado de la línea médico-misionera, que estaba colocando un énfasis especial en una obra, en Chicago dirigida a los parias, los borrachos y las prostitutas. La luz dada a Elena de White indicaba que cierta cantidad de este tipo de trabajo, realizado con las debidas salvaguardias, era esencial y adecuado, pero sólo rendiría poca cosecha duradera. Existía el grave peligro de un desequilibrio que desviaría la atención de los principales objetivos en la obra médica de la iglesia y, debido a las gravosas demandas financieras, cercenaría varias líneas de trabajo denominacional alrededor del mundo. De una fuente digna de confianza en Battle Creek, se le informó que el Dr. Kellogg finalmente había tomado una posición en contra de ella porque no lo respaldaba en el trabajo que estaba llevando a tales extremos. MV 394 1 Además estaba la situación en la cual el Dr. Kellogg estaba involucrado. Su creciente interés y promoción de una gran obra médica cristiana que sería no denominacional en su naturaleza y que no estaría ligada a un pequeño cuerpo religioso, era un motivo de creciente preocupación. MV 394 2 También se le habían dado visiones a Elena de White sobre un brote de fanatismo el cual, cuando se desarrolló, llegó a ser conocido como el movimiento de la carne santificada. Mientras estaba en Australia se le mostró en visión sus peligros y qué sucedería. MV 394 3 Estaba el trabajo entre la gente de color en el Sur el cual su hijo James Edson White estaba dirigiendo. MV 394 4 Estos eran algunos de los asuntos importantes que serían considerados en la sesión de la Asociación General, la cual se había planeado para que se realizase en febrero. La razón por la que sintió que debía dejar Australia en agosto era a fin de estar segura de que podría asistir a este congreso. Dirigentes de iglesia que pensaban cuidadosamente sobre estas cosas sintieron que esta reunión sería particularmente importante. MV 394 5 Se discutió mucho la cuestión del lugar donde se celebraría el congreso de la Asociación General de 1901. El acuerdo que se tomó en agosto en el Concilio Otoñal fue indefinido, con la idea de que Oakland era muy probablemente la ubicación preferida. Los factores que parecían señalar a Oakland como el lugar lógico eran la naturaleza delicada de la salud de Elena de White, su temor de un largo viaje al Este a mediados del invierno, y el estado del trabajo en California. No obstante, si bien ella temía regresar a Battle Creek en invierno, o en cualquier momento, debido a las cargas que recaerían sobre ella al regresar a esa ciudad después de una ausencia de diez años, en lo profundo de su corazón ella sabía que llegaría el momento cuando tendría que pasar algún tiempo en Battle Creek. En visiones de la noche le pareció estar dando su testimonio allí en el tabernáculo, y sabía que en algún momento debía regresar. MV 394 6 Finalmente, después de considerar cuidadosamente los pro y los contra de celebrar el congreso en Oakland o en Battle Creek, los miembros disponibles del Comité de la Asociación General en Battle Creek votaron el 10 de diciembre de 1900, tener la sesión de la Asociación General de 1901 en Battle Creek, del 2 al 23 de abril. Elena de White decidió asistir, pero su decisión no había estado exenta de algún costo para ella. Declaró: "Durante una semana antes de que consintiese plenamente en ir a Battle Creek, no dormí después de la una de la madrugada. Algunas noches estaba despierta hasta las once y muchas, hasta las doce. No he avanzado en base al impulso, sino por la convicción de que en esta oportunidad debo empezar en Jerusalén" (Carta 159, 1900). MV 394 7 Durante los últimos días de diciembre ella estuvo muy activa trabajando con las iglesias en el Área de la Bahía y en San Francisco y Oakland. Ella y el pastor A. G. Daniells fueron los principales oradores para la Semana de Oración. Estaba totalmente agotada cuando regresó a Elmshaven. Sin embargo, se sentía feliz con el resultado del programa de trabajo más bien arduo. El viernes siguiente estaba exhausta, y durante su baño vespertino se desmayó. Sara y Maggie consiguieron llevarla a la cama, donde tuvo que permanecer durante las dos semanas siguientes. Luego, tras levantarse demasiado pronto, sufrió una recaída y tuvo otro período de enfermedad. No obstante, ella mantuvo sus planes de asistir a la sesión de la Asociación General en Battle Creek, aunque Sara declaró que "no estaba en condiciones de ir a ninguna parte", y sintió temor por el viaje que [la Sra. White] haría (MS 43a, 1901). MV 395 1 A medida que se acercaba el momento de iniciar su viaje al Este, ocupaba un lugar prominente en su mente la pregunta de dónde permanecería. El Dr. Kellogg la invitó a quedarse en el sanatorio, pero más tarde la invitó a ella y a su grupo a quedar en su propia casa. Tenía una casa grande de madera, de dos pisos, con suficiente lugar para albergar a los niños que él y su esposa habían acogido a fin de criarlos. Prometió que pondría una porción de la casa a disposición de Elena de White y sus ayudantas, e insistió en que ella aceptase la invitación. MV 395 2 ¿Pero sería sabio quedar en la casa del doctor cuando giraba en tomo de él tanta controversia? Al principio ella sintió que no sería lo mejor. ¿No sentiría la gente que ella estaba bajo su influencia? Y luego pensó: "No importa con quién quede, se diría: Alguien ha estado hablando con la Hna. White, contándole en cuanto a la condición de la iglesia. Es por eso que ella habla como lo hace' " (GCB 1901, p. 204). MV 395 3 La respuesta vino en una manera muy impresionante. El viernes de noche, 15 de febrero, cuando se reunió con su familia en la sala de estar para el culto, se sintió profundamente abrumada por. la necesidad de tomar una decisión en cuanto a la invitación del Dr. Kellogg. Comenzó a orar al respecto. Al informar sobre lo ocurrido, ella escribió: "Le estaba pidiendo al Señor dónde debería ir y qué debería hacer. Me sentía inclinada a echarme atrás... Bien, mientras estaba orando y elevando mi petición, apareció, como ha ocurrido un centenar de veces o más, una suave luz dando vueltas por la habitación, y una fragancia como la fragancia de flores, de un hermoso aroma de flores" (MS 43a, 1901). Y una voz dijo: "Respecto a la cortesía de mi siervo, John Kellogg, el médico por designación mía. Él necesita aliento que tú puedes darle. Permite que él ponga su confianza en mí. Mi brazo es fuerte para levantar y sostener. Puede apoyarse en mi fuerza con seguridad. Tengo un trabajo para él. Él no debe fracasar ni desanimarse" (Carta 33, 1901). MV 395 4 ¿Vieron la luz y notaron la fragancia otros que estaban arrodillados en oración ese viernes? Ésta es una pregunta muy natural que ella contestó al relatar el incidente el 11 de abril en la sesión de la Asociación General: "Aunque nadie en la familia vio lo que yo vi, u oyó lo que yo oí, sin embargo sintieron la influencia del Espíritu, y estaban llorando y alabando a Dios" (GCB 1901, p. 204). MV 396 1 De modo que la amable invitación del Dr. Kellogg fue aceptada. Elena de White y sus ayudantes quedarían en su casa. EL LARGO CAMINO A BATTLE CREEK MV 396 2 Ahora debía tomarse la decisión en cuanto a la ruta para ir a Battle Creek. Viajar directamente a Chicago y luego a Battle Creek los llevaría sobre la Sierra Nevada y las Montañas Rocosas. Sería un viaje que ella había hecho a menudo y al que le tenía temor, porque aun cuando su salud estaba aparentemente buena, no estaba en condiciones de resistir la altitud elevada. MV 396 3 La alternativa consistía en realizar un viaje más extenso vía Los Ángeles, Nueva Orleans, y luego a Chicago y Battle Creek. Esta ruta tenía elementos atractivos tanto para Elena de White como para su hijo Willie. Desde su regreso de Australia no habían viajado más de 160 kilómetros (100 millas) desde la casa en Elmshaven. La ruta por el sur les daría una oportunidad para pasar unos pocos días en Los Ángeles examinando la obra que estaba comenzando a desarrollarse muy bien en el sur de California. Luego estaba Edson White y su trabajo en Mississippi'y Tennessee. Ellos podían ir a Vicksburg, ver el Morning Star, inspeccionar el desarrollo de la obra en Mississippi, entonces viajar a Nashville. Allí Edson tenía su sede central, ocupado en publicaciones y en administrar la obra de la Sociedad Misionera del Sur. MV 396 4 Así que, sopesando las altas montañas en el viaje más directo y rápido en contraposición con el viaje más largo yendo por elevaciones normales; considerando la ventaja de ver a James Edson White en su trabajo y todo lo que había sido desarrollado desde que ella se fue a Australia, Elena de White decidió viajar por la ruta del sur. Se hicieron compromisos tentativos para reuniones que ella podría celebrar en iglesias adventistas en Los Ángeles, Vicksburg y Chicago, aunque de día en día estaba la pregunta de si ella siquiera estaría lo suficientemente bien como para viajar. MV 396 5 El viaje comenzó el jueves 7 de marzo por la tarde, cuando el administrador de su granja, Iram James, llevó al grupo a la estación de ferrocarril del Southern Pacific en St. Helena. El tren se conectaría en Port Costa con el Owl (El Búho) en el viaje que hacía cada noche desde Oakland. En el grupo estaban Elena de White, Sara McEnterfer, Maggie Hare y Willie White. MV 396 6 Willie White había hecho arreglos para que se hospedasen en el sanatorio en Los Ángeles (más tarde conocido como el Hospital White Memorial), donde podrían tener habitaciones agradables y buena comida. El sábado de mañana Elena de White habló en la iglesia de Los Ángeles a un auditorio de más de 400 personas, algunas de las cuales habían venido hasta de 96 kilómetros (60 millas) de distancia. Al estar frente a grandes congregaciones, frecuentemente ella tenía visiones que le descubrían situaciones generales y la experiencia de algunos individuos en su audiencia. MV 397 1 En este caso ella vio, como el resplandor de un relámpago, las vastas posibilidades de la gente que estaba ante ella. Su respuesta al desafío fue casi demasiado para su naturaleza sensible, y la experiencia resultó en días de postración en los cuales se albergaron serias dudas sobre si podría continuar su viaje. MV 397 2 Para el martes se había recuperado un poco, y sintieron que podían continuar. Subieron al Sunset Limited a las 8:00; encontraron que el tren no estaba atestado y que había un compartimento de primera clase listo para la Sra. White y sus dos ayudantas. También encontraron que en la estación les esperaba una cantidad de naranjas grandes y deliciosas. El tren partió a tiempo para su viaje de 60 horas a Nueva Orleans. MV 397 3 Llegaron allí el jueves de noche, a tiempo para tomar el tren para Vicksburg, Mississippi, donde Edson White había comenzado la obra entre los negros. VICKSBURG Y THE MORNING STAR MV 397 4 ¡Cuán ávidamente había leído Elena de White todo lo que Edson le había escrito en cuanto a su barco mientras estaba en Australia! Ahora ella iba a estar verdaderamente en él por unas pocas noches. Al subir a bordo, recordó cómo había seguido al barco con sus oraciones. Ella dijo: "Se me han presentado algunas escenas sumamente interesantes en conexión con él [el barco]. Este barco ha sido un Betel flotante. En las reuniones evangélicas celebradas en él, muchos han tenido el privilegio de comer el pan de vida" (MS 29, 1902). MV 397 5 Ella estaba complacida con lo que encontró, desde la sala de calderas en la cubierta inferior hasta las oficinas de impresión donde dos prensas a vapor habían impreso el Gospel Herald por muchos meses, y hasta los dos camarotes, el comedor, la cocina, y finalmente la sala de máquinas. MV 397 6 Inmediatamente detrás de las chimeneas, al frente de la cubierta superior, había una oficina administrativa. Justo detrás de ella se encontraba la cabina principal y el camarote de Edson y Emma. En la porción posterior de la cubierta superior había una capilla de 5 x 12 metros (16 pies x 40 pies), donde se realizaban los servicios religiosos. Incluso podían celebrarse reuniones más grandes en la tercera cubierta o cubierta superior, donde 200 personas podían sentarse. La tercera cubierta tenía también una pequeña timonera, con el mecanismo para timonear, y una litera para el piloto. MV 397 7 La mirada ansiosa de Elena de White no perdió nada. Más adelante informó: "Estaba complacida con la disposición del barco y con los esfuerzos realizados para hacer que la vida en él fuese tan amena como resultase posible. Encontré que todo en los cuartos arreglados como una casa para mi hijo y su esposa, y sus ayudantes, era del tipo más sencillo. No vi nada costoso o innecesario" (Ibíd.). Luego comentó: "Tal vez algunos no habrían estado dispuestos a vivir en habitaciones tan estrechas" (Ibíd.). MV 397 8 El Moming Star había sido bien construido para cumplir los muchos propósitos para los cuales había sido planeado. Proveía un hogar para Edson y Emma; un lugar para imprimir el mensaje evangélico; un lugar a bordo para celebrar reuniones; un sitio para encontrarse con la gente. Era el medio para esparcir las buenas nuevas en un campo más amplio que cualquier capilla estacionaria. Y abrió el camino para otros que enfrentarían el duro problema del prejuicio racial en el Sur. Los que integraban el pequeño personal que atendía heroicamente el barco eran definidamente pioneros en el sentido más pleno de la palabra. MV 398 1 Estos primeros obreros y creyentes enfrentaron dos clases de prejuicio: racial y religioso. Los ministros de color se les oponían porque estaban enseñando la observancia del sábado y el pago del diezmo; la gente blanca se les oponía porque estaban educando a los negros e introducían métodos de agricultura nuevos y mejores, que amenazaban con romper la opresión de la pobreza en el delta. MV 398 2 Edson había comenzado su trabajo en Vicksburg con escuelas dominicales y clases nocturnas en la Iglesia Bautista del Monte Sion, en Fort Hill. Cuando se lo excluyó de la iglesia por su creencia en el sábado, construyó una pequeña capilla en la esquina de las calles Walnut y First East. Pero esto fue sólo después de diez días de ferviente oración como resultado de lo cual los inflexibles concejales de la ciudad concedieron un permiso para construir una iglesia para los negros. Una vez que la obra se había establecido en Vicksburg, se aventuraron a entrar en el corazón del delta, usando el río Yazoo como su principal carretera. A mitad del recorrido río arriba a Yazoo City, había tratado de establecer una escuela para los centenares de niños negros en el área que no tenían oportunidades de educación. Pronto el superintendente de educación del condado le informó que debía detener su trabajo, y más tarde se enteró que en la turba que acompañó al superintendente había un hombre que se ofreció para "empuñar un Winchester contra ese blanco White mientras todos ustedes buscan la cuerda". MV 398 3 Un poco más tarde el Morning Star prestó un gran servicio a los dueños de las plantaciones del área al rescatar a muchos de sus animales durante una inundación. El siguiente invierno Edson trajo toneladas de comida y ropa para aliviar el sufrimiento entre los agricultores negros que eran arrendatarios y que estaban enfrentando el peligro de morirse por falta de alimento debido al fracaso de las cosechas y a un clima sumamente frío. Luego, gozando de cierta medida de con-fianza por parte de los blancos y los negros, construyeron una pequeña capilla y una escuela en Calmar. MV 398 4 Más tarde el trabajo allí también tuvo que detenerse. En el barco Edson había editado y publicado una revista mensual, el Gospel Herald. Un número incluía un editorial que criticaba suavemente el sistema de aparceros, y esto, junto con el hecho de que tantos de los negros se estaban haciendo adventistas y se negaban a trabajar los sábados, incitó a la acción a los dueños de plantaciones. Una turba de 25 hombres a caballo fueron a la escuela, enviaron al maestro blanco, uno de los hombres de Edson, fuera del pueblo sobre una barra de madera, clavaron y cerraron las puertas y ventanas, y quemaron libros, mapas y diagramas en el patio de la escuela. MV 399 1 Luego encontraron a uno de los principales creyentes negros del área, N. W. Olvin, y le dieron una zurra con un látigo de un carruaje liviano. Sólo se detuvieron cuando un hombre blanco que blandía un revólver les ordenó que pararan. MV 399 2 Mientras el trabajo fue interrumpido en Calmar, continuó prosperando en Yazoo City y Vicksburg, y en los años poco después que Edson partió para Nashville hubo progresos animadores en un número grande de otros pueblos del Mississippi. MV 399 3 Ocurrió un episodio espeluznante cuando el Morning Star se escapó de ser dinamitado en Yazoo City, habiendo dejado la ciudad sólo horas antes con el presidente y el secretario de la Asociación General a bordo. Una turba le ordenó a F. R. Rogers, que enseñaba en la escuela de Yazoo City, que cerrase su escuela, y le dispararon en la calle con armas de fuego. MV 399 4 Edson le había informado a su madre de estos eventos durante los años de ella en Australia, y su recomendación fue que usase de cautela y prudencia como el único curso de acción disponible para la iglesia si deseaban seguir testificando y trabajando en el Sur. Esto era cierto para el trabajo entre los blancos como entre los negros. Aunque en sus contactos Edson no decía nada sobre asuntos políticos, aunque no mencionaba desigualdades o la necesidad de justicia social, el mero hecho de que estaba educando a los negros y trataba de mejorar su condición económica casi le costó la vida y las vidas de su esposa, sus compañeros de trabajo y creyentes. * SERVICIO EN VICKSBURG MV 399 5 Elena de White inspeccionó cuidadosamente el Morning Star debido a las críticas que ella había oído al respecto. Sabía que su hijo no siempre era cuidadoso con el dinero, y se alegró de informar en la sesión de la Asociación General unas pocas semanas más tarde: MV 399 6 Cuando llegué a Vicksburg, fui a bordo del barco de mi hijo, el Morning Star. Por los informes que había oído, pensé que encontraría que el barco estaba equipado muy lujosamente. No encontré nada por el estilo. Quiero que todos entiendan esto (GCB 1901, p. 482). MV 399 7 El domingo 17 de marzo por la mañana, iba a ser dedicada la nueva iglesia, la segunda en ser construida en Vicksburg. Fue un fin de semana memorable para Elena de White, su hijo William y otros que integraban el grupo de viajeros. El solo hecho de estar en el escenario del centro de las actividades de Edson y de presenciar los frutos de sus labores consagradas y las labores de aquellos que lo ayudaban, era algo elevador. MV 399 8 El evento culminante de la visita fue el servicio de dedicación del domingo. Se le pidió a Elena de White que predicase el sermón. Se había corrido la voz río abajo y río arriba que la madre de James Edson White sería la oradora ese domingo de mañana. La iglesia estaba atestada, según el informe que se dio. Complacida con la elevada calidad de la gente que constituía la congregación, ella escribió: "Sé que Jesús y los ángeles estuvieron en la congregación, y que, cuando la iglesia fue dedicada al Señor, él la aceptó" (MS 29, 1902). MV 400 1 La actual iglesia de Vicksburg se encuentra en el sitio de este segundo edificio, ¡y a comienzos de la década de 1970 tres mujeres que habían estado a bordo del Morning Star todavía estaban adorando allí! EN RUTA A BATTLE CREEK MV 400 2 El programa de viaje requería que el grupo pasase el domingo de noche en el tren en ruta a Nashville vía Memphis. Al llegar a Memphis por la mañana, encontraron que se había concertado una reunión para las 9:00 (16 WCW, p. 300). MV 400 3 Partiendo de Memphis a la 1:00 llegaron a Nashville a las 8:30. Edson, que se había adelantado apresuradamente, fue a la estación con su esposa, Emma, cuando el tren entraba en el andén. Hlabia traído lo que llamó el "Carretón Evangélico" para recoger al grupo (Ibíd.). Iban a pasar dos días en Nashville, con el tiempo dividido entre inspeccionar el trabajo que se estaba haciendo allí y asistir a una convención de la Sociedad Misionera del Sur. MV 400 4 El martes de mañana subieron al "Carretón Evangélico", 14 personas en total, y Edson condujo un tour o visita a la obra adventista en Nashville (Ibíd.). Esto incluyó el lugar donde se imprimía, que más tarde se transformó en la Southern Publishing Association, salas de tratamiento para los negros, y salas de tratamiento para los blancos, atendidas por Louis Hanson y su esposa. MV 400 5 En las reuniones de la Sociedad Misionera del Sur, Elena de White habló vigorosamente en favor del establecimiento de una escuela industrial cerca de Nashville. Ella "dio un testimonio directo sobre este punto, presentando claramente la necesidad de tales escuelas, y también se refirió a otras ramas de la obra en el Sur. Asimismo habló sobre la necesidad de que nuestro pueblo despierte en cuanto a las necesidades de este campo, que por tanto tiempo ha sido descuidado" (Suplemento del Gospel Herald, marzo, 1901). MV 400 6 El grupo partió de Nashville para otro viaje nocturno, llegando a Chicago a las 10:00 de la mañana del jueves 21 de marzo. Debido a la delicada condición de salud de la Sra. White cuando salieron de Nashville, no se programaron reuniones en Chicago. El plan general era de que si ella podía hacerlo, pasarían el jueves en Chicago y continuarían a Battle Creek el jueves de noche o el viernes de mañana. MV 400 7 La visita a Chicago fue ciertamente una visita interesante para Elena de White (MS 29, 1902). En visiones se le había revelado la obra en Chicago. En base a estas visiones había escrito palabras de ánimo y expresado advertencias en cuanto a los peligros de un trabajo desproporcionado. Tales esfuerzos encauzarían un porcentaje demasiado grande de los fondos disponibles en un trabajo que era bueno en sí, pero que rendiría sólo frutos limitados. MV 401 1 La escuela médica de la iglesia, el Colegio Médico-Misionero Americano, había sido iniciado en 1895 con su división clínica en Chicago. Ella estaba profundamente interesada en este proyecto para preparar médicos dentro de la estructura educacional y médica de la iglesia. MV 401 2 El tren llegó tarde a Chicago, pero encontraron a un número de obreros esperando para recibirles. Se instó a Elena de White a que permaneciese allí y hablase el sábado, a lo que ella consintió. Cuando se le dijo que los obreros médicos en Chicago querrían oírla, también consintió en hablar en la escuela médica a estudiantes, ayudantes y pacientes. Se sintió complacida cuando se sugirió que podría recibir un tratamiento hidroterápico en la sucursal del sanatorio, en 33er Place. La Srta. S. M. Gallion, una joven enfermera del Sanatorio de Battle Creek, le dio una hora de baño y masaje. MV 401 3 El sábado de mañana Elena de White habló con soltura a una congregación de alrededor de 650 personas (16 WCW, p. 307). Mirando más tarde retrospectivamente lo ocurrido, ella escribió: "Fue sólo por la ayuda del Señor que fui capacitada para hacer este trabajo, porque estaba cansada del viaje, y ni por un momento me sentí libre de dolores" (MS 29, 1902). ------------------------Capítulo 26--LA SESIÓN DE LA ASOCIACIÓN GENERAL DE 1901. ¡HORA DE CAMBIAR! MV 402 1 El martes 2 de abril de 1901, por la mañana, prevalecía una atmósfera de cierta agitación y recelo mientras los obreros y los miembros de la iglesia comenzaban a reunirse en el Tabernáculo de Battle Creek. Ésta sería la sesión más grande de la Asociación General que hasta el momento se había realizado. Elena de White estaría allí, y sería la primera sesión a la que asistiría en diez años. Los 267 delegados representaban a una iglesia de 75.000 miembros, cuatro quintas partes de los cuales residían en los Estados Unidos. MV 402 2 Por años se había reconocido en forma creciente que la iglesia se había vuelto demasiado grande para su organización. La estructura básica de la organización de la iglesia con sus asociaciones locales unidas en una Asociación General había permanecido sin cambiarse desde 1863 a 1901. MV 402 3 Había dos niveles de organización reconocidos: la Asociación local y la Asociación General. Cuando la Asociación. General se organizó en 1863, la iglesia tenía una institución, a saber, una casa publicadora en Balde Creek. Pero la obra de la denominación pronto se expandió. Comenzó la obra de salud con el establecimiento de un sanatorio en 1866. Se inició la obra educacional con la apertura de la escuela de iglesia de la denominación en Battle Creek en 1872, y el colegio en 1874. Se añadieron otras casas publicadoras, y se abrieron sanatorios y escuelas. MV 402 4 A medida que se desarrollaba la obra en diferentes líneas, se formaron asociaciones para fomentar sus intereses. Estaban la Asociación Internacional MédicoMisionera y de Benevolencia, la Asociación Internacional de la Escuela Sabática, la Sociedad Internacional de Folletos, la Asociación Nacional de Libertad Religiosa, y una Junta Directiva de Misiones Extranjeras. MV 402 5 Todas éstas eran organizaciones autónomas representadas por corporaciones independientes, operadas por adventistas, pero no eran parte integral de la organización de la Asociación General. No se pensaba que las diversas ramas de la obra eran departamentos de la Asociación General, sino que se las consideraba como entidades independientes. MV 403 1 A medida que la obra denominacional, diversificada y creciente y con múltiples intereses comerciales, se desarrollaba rápidamente, el fervor espiritual decayó y en algunas áreas no se prestó atención a los consejos que Dios envió para alertar sobre los peligros y proteger la causa. MV 403 2 El Comité Ejecutivo de la Asociación General, que comenzó con tres miembros en 1863, fue ampliado periódicamente a medida que crecía la iglesia, y para 1899 había aumentado a 13. Aun así, el grupo estaba muy disperso y no se reunía a menudo en una sesión plena. Seis de los 13 hombres eran dirigentes de distrito diseminados por toda Norteamérica. Dos hombres representaban la obra fuera de Norteamérica y residían en el extranjero. Esto dejaba a cuatro miembros del Comité Ejecutivo de la Asociación General residentes en Battle Creek. Ellos, con el secretario y el tesorero de la Asociación General, que no eran miembros del comité, formaban una especie de grupo extraoficial de oficiales que llevaban las responsabilidades de la marcha de la iglesia día por día. MV 403 3 No es difícil, entonces, captar la situación que se formó con la obra mundial creciendo más que la estructura organizacional que la administraba. Aquellos que estaban en la sede central sentían naturalmente que estaban preparados para administrar en la forma más sabia y mejor aun los detalles más pequeños de los intereses adventistas en las partes más remotas del mundo. MV 403 4 Un área en particular en la que se crearon problemas serios fue en el apoyo financiero de la causa. Sin presupuestos planeados cuidadosamente para servir como orientación en el desembolso de los fondos, aparecieron grandes injusticias, sucediendo que las necesidades que estaban más cerca ganaban a menudo el favor de los tesoreros. MV 403 5 No es de sorprenderse, entonces, que los delegados se reunieron con cierta aprensión ese martes de mañana, 2 de abril, para la sesión de la Asociación General. Todos estaban profundamente agradecidos de que Elena de White estaba allí, y ella sentía una seria preocupación por la reunión. Fue esta sesión, con sus desafíos y oportunidades, la que en gran medida había inducido a la Sra. White a terminar su trabajo en Australia y apresurarse a regresar a los Estados Unidos. REUNIÓN PRELIMINAR AL CONGRESO MV 403 6 Dos días antes de que se iniciara la sesión de la Asociación General, los dirigentes de la iglesia celebraron algunas reuniones extraoficiales previas al concilio. Ese grupo se reunió el domingo de noche, 31 de marzo. Al avanzar en sus deliberaciones, decidieron levantar la sesión hasta que pudiera celebrarse una reunión que fuese más ampliamente concurrida y en la cual Elena de White pudiera estar presente. MV 403 7 El lunes de tarde se reunió un grupo muy representativo en la biblioteca del colegio. Incluía al Comité de la Asociación General, a la Junta Directiva de las Misiones Extranjeras, a presidentes de las asociaciones y a dirigentes insti tucionales. El salón estaba lleno. El pastor Daniells llevó consigo a un secretario, Clarence C. Crisler; y el Dr. Kellogg llevó a su secretario privado para que informase sobre la reunión. Los registros de la reunión incluyen los informes según fueron transcriptos por ambos hombres, con algunas leves variaciones, comprensibles, en la fraseología. MV 404 1 La Sra. White había consentido en asistir y presentar a los hermanos algunos asuntos que le habían sido revelados. MV 404 2 Aunque el pastor Irwin era el presidente de la Asociación General, el pastor Daniells, que había venido recientemente de Australia, estaba presidiendo la sesión. En Australia él, con W. C. White, habían formado una Unión Asociación, vinculando las asociaciones locales en Australia en una organización efectiva. MV 404 3 Después de hacer una declaración introductoria y de contar acerca de una reunión que se había tenido por la mañana con Elena de White, en cuya ocasión ella había sido invitada a asistir a la reunión de la tarde, Daniells expresó su satisfacción de que estuviera presente y la invitó a hablar. Ella replicó: "No esperaba tomar la iniciativa en esta reunión. Pensé que dejaría que usted lo hiciera, y entonces, si tuviese alguna cosa que decir, la diría" (MS 43a, 1901). A esto Daniells replicó: "Bien, me pareció a mí (y creo que a todos los que conversamos con usted esta mañana) que habíamos hablado tanto como queríamos hasta que oyéramos de usted". MV 404 4 Elena de White fue directamente al punto: MV 404 5 Preferiría no hablar hoy, aunque no porque no tenga nada que decir. Tengo algo para decir. MV 404 6 Algunos de los puntos que ella presentó fueron: MV 404 7 Nunca debiera la mente de un hombre o las mentes de unos pocos hombres ser consideradas como suficientes en sabiduría y poder como para controlar la obra y decir qué planes se seguirán. El peso de la obra en este amplio campo no debiera descansar sobre dos o tres hombres. No estamos alcanzando la alta norma que, con la verdad grande e importante que manejamos, Dios espera que alcancemos... MV 404 8 Debe haber un comité, no compuesto de media docena de hombres, sino de representantes de todas las líneas de nuestro trabajo, de nuestras casas publicadoras, de nuestras instituciones educativas, y de nuestros sanatorios, que están llenos de vida, que están constantemente trabajando, constantemente ampliándose (MS 43, 1901). MV 404 9 Ella preguntó por qué no se había hecho más para abrir nuevos campos incluso en Norteamérica. MV 404 10 Pasó de un punto a otro. Calificó como "despreciables a la vista de Dios, despreciables" (MS 43a, 1901), los reglamentos egoístas de algunos, que buscan aferrarse a [ventajas] financieras, particularmente en las casas publicadoras, que demandaban salarios altos. Pidió que haya hombres que "sean tan fieles a los principios como la brújula al polo" (MS 43, 1901). MV 405 1 Señaló que Dios no quería que la obra médica estuviese separada de la obra evangélica, que la obra médico-misionera fuese considerada la obra pionera, "el arado que abre el terreno". Dijo que "Dios quiere que cada persona esté hombro a hombro con el Dr. Kellogg". Se refirió a su trabajo en Chicago como lo había visto pocos días antes. Pasó a indicar que Kellogg debiera trabajar para alcanzar las clases elevadas y las adineradas. Sus palabras finales fueron para exaltar la Palabra de Dios. MV 405 2 Fue una reunión solemne. La Sra White había tratado asuntos que pesaban hondamente en su corazón, asuntos que afectaban el bien de la sesión de la Asociación General a punto de comenzar y el bien de la obra de la iglesia en general. Sus palabras señalaron el rumbo que debería seguir la Asociación General en su trabajo. La sesión, planeada para tres semanas completas, se iniciaba a la mañana siguiente. LA SESIÓN DE LA ASOCIACIÓN GENERAL DE 1901 MV 405 3 El martes a las 9:00 de la mañana, con el presidente de la Asociación General, G. A. Irwin, en la presidencia de la reunión, la 34a sesión de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día fue llamada al orden. J. N. Loughborough leyó el Salmo 106, y S. N. Haskell guió en oración. El presidente Irwin abrió luego la sesión para que se pudieran tratar asuntos administrativos. MV 405 4 Tras los preliminares, Elena de White, que estaba sentada en la audiencia, se levantó y fue al frente. El presidente le dio la palabra. Ella primero señaló el privilegio del pueblo adventista de estar bien alto por encima del mundo, santificado por la verdad y teniendo una estrecha conexión con el Cielo. Luego se refirió a la situación inmediata. Las siguientes declaraciones estaban incluidas en su mensaje: MV 405 5 ¿Por qué, pregunto yo, se permite que hombres que no han puesto el yo bajo sujeción ocupen posiciones importantes en la verdad y manejen cosas sagradas?... MV 405 6 Los principios del cielo deben llevarse a la práctica en cada familia, en la disciplina de cada iglesia, en cada establecimiento, en cada institución, en cada escuela, y en todo lo que se administre. Usted no tiene derecho a administrar, a menos que administre según el orden de Dios. ¿Está usted bajo el control de Dios? ¿Ve su responsabilidad ante él?... MV 405 7 Aquí hay hombres que se encuentran a la cabeza de nuestras diversas instituciones, de los intereses educacionales, y de las asociaciones en diferentes lugares y en diferentes estados. Todos ellos han de estar como hombres representativos, para expresar su opinión a fin de moldear y diseñar los planes que se llevarán a cabo. Debe haber más que uno o dos o tres hombres para considerar todo el vasto campo. La obra es grande, y no hay una sola mente humana que pueda trazar planes para la obra que necesita hacerse (GCB 1901, pp. 24-26). MV 406 1 De este modo la Sra. White dio lo que en realidad fue el discurso de apertura principal. Habló por una hora. Ella delineó intrépida y claramente la muy seria naturaleza de la situación que se había desarrollado. Se prometió ayuda de Dios si se aferraban a él. Debe haber un cambio. Fue uno de los mensajes más solemnes que jamás se haya dado a la iglesia en una asamblea de la Asociación General. LA RESPUESTA MV 406 2 Un silenció solemne impregnó la asamblea cuando Elena de White se dirigió a su silla. El pastor Irwin se adelantó y dijo en respuesta: MV 406 3 Ciertamente estas palabras que hemos escuchado son muy claras, y me parece que vienen en forma muy oportuna, justamente al comienzo de nuestra sesión. Notamos que el énfasis del testimonio fue la reorganización. Esto debe comenzar primeramente con nosotros como individuos, y confío que pueda comenzar en cada corazón. Yo, por mi parte, deseo aceptar el testimonio que se ha presentado, y deseo que la obra de reorganización y regeneración no sólo sea comenzada, sino completada, en mi vida. Me alegro que estas palabras fueron dichas precisamente ahora (Id., p.27). MV 406 4 Lo que luego ocurrió no tomó por sorpresa al presidente. A. G. Daniells, un hombre de 43 años de edad y en su plenitud, que durante los últimos 13 años había prestado servicio en Nueva Zelanda y Australia, pidió ahora la palabra. Caminó hasta el frente del Tabernáculo, subió las escaleras y se colocó frente al escritorio que estaba en la plataforma. Habló de la reunión realizada en la biblioteca del colegio el día anterior, en la que Elena, de White había dado un consejo similar. Declaró lo siguiente: MV 406 5 Todos sentimos que nuestra única seguridad radica en la obediencia, en seguir a nuestro gran Líder. Sentimos que debiéramos empezar en el mismo comienzo de esta obra en esta reunión, y construir sobre su fundamento [el de Cristo] tan de cerca como sepamos hacerlo (Ibíd.). MV 406 6 Luego ofreció la siguiente abarcante propuesta: MV 406 7 Propongo que se suspendan los reglamentos y declaraciones usuales para el orden y la consideración de los asuntos administrativas, y que por este medio se nombre un Comité General consistente de las siguientes personas: Los presidentes y secretarios de la Asociación General, de la MV 407 1 Asociación de la Asociación General, de tas uniones asociaciones Europea y Australasiana; de la Review and Herald, Pacific Press y la Echo Publisliing Company; de la Junta Directiva de las Misiones Extranjeras, de la Asociación Médico-Misionera y de Benevolencia; de los colegios de Battle Creek, Healdsburg y Union; y las siguientes personas mencionadas por nombre: J. N Loughborough, S. N. Haskell, A T. Jones, W. W. Prescott, y otras personas que puedan ser necesarias para representar los importantes proyectos e intereses conectados con la obra de los adventistas a través del mundo; que las mismas sean nombradas por el comité cuando sea organizado, y que este comité constituya un comité general o central, el cual hará dicho trabajo como debe hacerse necesariamente a fin de promover la obra de la Asociación [General] y preparar los asuntos administrativos para presentarlos a los delegados" (Ibíd.). MV 407 2 El pastor Daniells predijo confiadamente que si "avanzamos valientemente para seguir la luz que él [Dios] nos da, ya sea que podamos ver claramente hasta el fin o no; si caminamos en la luz que tenemos, yendo justo tan lejos como podamos hoy, Dios nos dará luz adicional, nos sacará del cautiverio a la libertad gloriosa". En sus observaciones finales expresó aprecio por el hecho de que "tenemos una voz definida y cierta para hablamos". MV 407 3 Los delegados pasaron luego a una discusión ardorosa de la propuesta que estaba ante ellos. Cuando parecía haber una actitud excesivamente cautelosa, Elena de White se levantó e instó a que nadie obstruyese lo que se estaba proponiendo. Después de una sesión de oración, el asunto fue puesto ante la asamblea, y después de una discusión adicional y de responder preguntas, el presidente de la sesión puso el asunto a votación. El registro dice que "se aprobó unánimemente" (Id., p. 29). MV 407 4 El Señor había pedido cambios. Tenían que hacerse cambios. Debían darse pasos para que las responsabilidades se distribuyesen entre los dirigentes que estaban cerca de donde se estaba haciendo el trabajo. PASOS HACIA LA REORGANIZACIÓN MV 407 5 De acuerdo al General Conference Bulletin (Boletín de la Asociación General), el primer sábado de la sesión de la Asociación General, 6 de abril, fue un día extraordinario. "La Hna. White habló en el Tabernáculo a las 11:00 a una casa desbordante. No sólo estaba ocupado cada asiento disponible, sino que estaba cubierto cada rincón del salón donde la gente podía estar en pie". Se estima que aproximadamente 5.000 personas adoraron ese sábado de mañana en Battle Creek, "convirtiéndola en la reunión de sábado más grande que se haya realizado alguna vez" en esa ciudad (GCB 1901, p. 89). MV 408 6 Si la voz de Elena de White no se había oído en una sesión de la Asociación General por diez añas, se oyó en este congreso de 1901. Esta fue la sesión con mayor concurrencia que hasta el momento celebraron los adventistas. Además de los delegados, había 1.500 visitas de todas partes de los Estados Unidos, y se hizo el siguiente comentario: "Todos éstos parecen de un corazón y de una mente para hacer de esta ocasión la más grande y la mejor de sus vidas" (Id., p. 65). MV 408 1 A las 5:30 de la mañana del martes 9 de abril, la Sra. White dio nuevamente el estudio devocional matutino. Su tema fue la necesidad del esfuerzo misionero. Agradeció al Señor de que estaba trabajando en medio de ellos, y dijo que esto sólo podía ser así cuando su pueblo se une. "Parece haber en esta reunión un esfuerzo por avanzar juntos. Esta es la palabra que por los últimos cincuenta años he oído de la hueste angélica: avanzad juntos, avanzad juntos. Tratemos de hacer esto" (Id., p. 182). MV 408 2 El pastor Daniells, con su confianza implícita en los mensajes del espíritu de profecía y su experiencia reciente al dirigir la organización de la obra en Australia, era el hombre del momento. Estando a la cabeza del Comité Consultivo, fue el hombre para avanzar y para iniciar valientemente pasos hacia la reorganización. Después de exa minar las necesidades generales y el rumbo en el cual debería avanzar la obra, la primera tarea fue organizar subcomités. El primero en ser nombrado fue un comité sobre organización, con W. C. White como presidente. Luego siguió el nombramiento de otros comités, sobre educación, obra de colportaje, publicaciones, obra misionera, etc. Pero fue especialmente el comité sobre organización el que trajo a menudo sus informes al congreso como un todo. Y en primer lugar se les prestó atención a estos informes. CAMBIOS ABARCANTES MV 408 3 Los cambios propuestos fueron abarcantes. Pedían que las diversas organizaciones internacionales, independientes y separadas --la Asociación de la Escuela Sabática, la Asociación de Libertad Religiosa, la Junta Directiva de las Misiones Extranjeras, etc.--, se fusionasen con la Asociación General. El Comité Ejecutivo debía ser un grupo mucho mayor, con una representación mucho más amplia. La obra médico-misionera, que había crecido hasta ser tan poderosa, debía integrarse, con una representación definida en el Comité de la Asociación General. MV 408 4 Una de las primeras propuestas fue que en toda Norteamérica y en los campos europeos, se formasen uniones asociaciones, siguiendo el método de lo que se había hecho en Australia. En la sesión de negocios celebrada el jueves 4 de abril por la tarde, se presentó un memorial del campo del Sur, o lo que podría denominarse el distrito del Sur, incorporando tres asociaciones y seis misiones. El martes 9 de abril, se completó la organización de la Unión Asociación del Sur, se adoptó una constitución, se eligieron ciertos oficiales, y se nombraron los miembros del comité ejecutivo. Ésta representó la primera Unión Asociación con todas las de la ley que se organizó en los Estados Unidos. Fue la que hizo punta, guiando a las demás, y antes de que terminase el congreso dos semanas más tarde, había seis uniones asociaciones en Norteamérica. MV 409 1 En este mismo día la propuesta básica que le daba forma a la reorganización fue redactada y presentada a la Asociación General en estas palabras: MV 409 2 "5. Que el Comité de la Asociación General esté compuesto de hombres representativos vinculados con las diversas líneas de trabajo en las diferentes partes del mundo. MV 409 3 "6. Que el Comité de la Asociación General, así constituido, debiera tomar el lugar de todas las juntas directivas y comités de la actualidad, excepto en el caso de corporaciones legales esenciales. MV 409 4 7. "Que el Comité de la Asociación General consista de 25 miembros, seis de los cuales serán escogidos por la Asociación Médico-Misionera y 19 por la Asociación General. Que cinco de estos miembros sean escogidos con especial referencia a su capacidad para fomentar y desarrollar el verdadero espíritu evangélico en todos los departamentos de la obra, para fortalecer el ministerio de la Palabra, y para actuar como maestros del mensaje evangélico en todas partes del mundo; y que sean liberados de cualquier preocupación administrativa especial, para que puedan verse libres a fin de dedicarse a esta obra. MV 409 5 "8. Que al elegir este Comité de la Asociación General, los presidentes de las uniones asociaciones sean electos como miembros" (Id., p. 185). EL COLEGIO DE BATTLE CREEK HA DE MOVERSE A UNA UBICACIÓN RURAL MV 409 6 Un asunto que preocupaba grandemente a Elena de White en este congreso era la ubicación de las tres instituciones que estaban en Battle Creek: la casa publicadora, el sanatorio, y particularmente el colegio. En los 25 años desde que el colegio había sido dedicado, el crecimiento de la ciudad había producido un ambiente congestionado por lejos diferente de lo que Dios había revelado como deseable. MV 409 7 En el momento de seleccionar un lugar en donde construir el Colegio de Avondale ella había dicho: MV 409 8 Nuestras escuelas debieran estar ubicadas lejos de las ciudades, en un lote grande de tierra, de modo que los estudiantes tengan la oportunidad de hacer trabajo manual. Debieran tener la oportunidad de aprender lecciones de los objetos que Cristo usó para inculcar la verdad. El señaló a las aves, a las flores, al sembrador y al segador. En las escuelas de este tipo no sólo se benefician las mentes de los estudiantes, sino que sus facultades físicas son fortalecidas. Todas las partes del cuerpo son ejercitadas. Se pone en un pie de igualdad la educación de la mente y del cuerpo (Id., pp. 215-216). MV 410 1 Por algún tiempo la necesidad de un cambio de ubicación para el colegio había sido el objeto de discusión y de la correspondencia entre Elena de White y el presidente, profesor E. A, Sutherland, y el decano, Percy T. Mugan. MV 410 2 El viernes a las 5:30 de la mañana la Sra. White envió a uno de sus ayudantes a la casa de Magan con el mensaje de que deseaba ver a ambos hombres. Ellos fueron inmediatamente. MV 410 3 Más tarde en el transcurso de esa mañana, en una reunión con los delegados, Magan presentó su informe sobre el plan de un libro para aliviar problemas financieros en el ámbito de la educación, que él estaba dirigiendo. Elena de White había dedicado su libro, Christ's Object Lessons (Palabras de vida del gran Maestro), a aliviar financieramente a las instituciones educativas adventistas. Se habían reunido miles de dólares cuando los miembros de iglesia vendieron los libros a sus vecinos y amigos, y usaron las ganancias para reducir deudas. La Sra. White estaba sentada en la plataforma con otros obreros que estaban dirigiendo esta reunión en particular. Cuando Magan terminó su informe, se refirió a los testimonios que pedían una ubicación rural para las escuelas adventistas y propuso que se diese consideración a la idea de trasladar el Colegio de Battle Creek a "una ubicación más favorable" (Id., p. 212). MV 410 4 Entonces la Sra. White se levantó para hablar. Después de referirse a la experiencia con Palabras de vida del gran Maestro, le lanzó un desafío a la audiencia con esta declaración: MV 410 5 La luz que se me ha dado es que Battle Creek no ha ejercido la mejor influencia sobre los estudiantes en nuestra escuela... Dios quiere que la escuela sea sacada de Battle Creek... Algunos pueden sentirse inquietos respecto al traslado de la escuela de Battle Creek. Pero no necesitan sentirse así. Este traslado está en armonía con el plan que Dios tenfa para la escuela antes de que la institución fuera establecida. Pero los hombres no podían ver cómo podía hacerse esto. Había muchos que decían que la escuela debía estar en Battle Creek. Ahora decimos que debe estar en algún otro lugar (Id., pp. 215-216). MV 410 6 He aquí su exhortación: MV 410 7 Lo mejor que se puede hacer es vender el edificio de la escuela aquí tan pronto como sea posible. Comiencen inmediatamente a buscar un lugar donde la escuela pueda conducirse en base a principios de conducta correctos. Dios quiere que coloquemos a nuestros hijos donde no verán y oirán lo que ellos no deberían ver u oír (Id., p. 216). MV 410 8 En este punto se levantó la sesión hasta las 11:00, lo que dejó justo tiempo para un breve intervalo. Gran parte del testo de la mañana se dedicó a considerar el plan de aliviar de sus deudas a las escuelas de la denominación mediante la venta de Palabras de vida del gran Maestro y el traslado del Colegio de Battle Creek. MV 411 1 El pastor A. T. Jones, presidente de la Sociedad Educacional Adventista, pidió la palabra. Después de referirse a la apelación de que el colegio fuese trasladado de Battle Creek a otro lugar, pidió a los accionistas de la Sociedad Educacional que estuvieran presentes, que estaban de acuerdo en implementar la instrucción que se había dado, que se pusieran de pie. El informe al respecto es que hubo una respuesta espontánea y que cuando se pidió el voto negativo, nadie respondió. MV 411 2 Luego se pidió que votaran los delegados a la sesión de la Asociación General. Votaron unánimemente trasladar la escuela. Finalmente se pidió una tercera expresión [de su sentir] a la congregación en general. Poniéndose de pie, ratificaron unánimemente la decisión de trasladar el colegio de Battle Creek. Ese día se hizo historia en la sesión de la Asociación General, y cuando comenzó el año escolar ese otoño fue en Berrien Springs, Michigan. Éste fue el segundo caso notable de una respuesta sincera e inmediata en la sesión de la Asociación General de 1901 a un consejo de la mensajera del Señor que requería cambios abarcantes. LA ASOCIACIÓN GENERAL SE CONVIERTE EN UNA ASOCIACIÓN MUNDIAL MV 411 3 La Asociación General era ahora una asociación mundial, con un Comité Ejecutivo de 25 personas que representaban los diversos intereses de todo el campo mundial. La organización de uniones asociaciones proveía de líderes que estaban cerca de los problemas para que llevasen las cargas de la obra. Éste era un punto que Elena de White había recalcado vez tras vez. Condujo también al desarrollo de hombres con experiencia ejecutiva. MV 411 4 Se tomaron medidas para introducir en la Asociación General los diversos intereses auxiliares en la forma de departamentos. Aunque se nombraron comités para representar esas líneas de trabajo, la implementación de los cambios requeriría un poco de tiempo. MV 411 5 Un punto débil en la nueva constitución que no se manifestó claramente cuando la misma fue adoptada causó considerable preocupación en los meses que siguieron. Se relacionaba con la elección de los oficiales de la Asociación General. MV 411 6 De acuerdo con la nueva constitución, los delegados asistentes a la sesión de la Asociación General estaban facultados para elegir al Comité de la Asociación General; este comité, a su vez, debía organizarse a sí mismo, eligiendo a sus propios oficiales. Se reconocía entonces que esto podía significar que alguien podría presidir sólo por un año. MV 411 7 Indudablemente esta provisión tuvo lugar como una expresión excesiva del deseo de librarse de cualquier "poder monárquico" (Carta 49,1903), un punto en el que insistió firmemente el pastor A. T. Jones, miembro del comité sobre la organización. MV 411 8 Si bien este arreglo reduciría claramente la posibilidad de que alguien ejercie ra un poder monárquico, también socavaba grandemente el liderazgo responsable. Iba demasiado lejos, porque sacaba de las manos de los delegados asistentes a la sesión de la Asociación General la responsabilidad vital de elegir a los líderes de la iglesia, y en cambio colocaba esta responsabilidad en las manos del Comité Ejecutivo de la Asociación General de 25 miembros. Esto significaba que no había un dirigente de la iglesia con un mandato procedente de la iglesia según estaba representada por sus delegados. MV 412 1 El hecho de que se insistiese en que el comité eligiera al presidente y anunciase su decisión antes de que terminase la sesión es una evidencia de que a algunos de los delegados asistentes a la sesión de 1901 no les era claro el asunto. A. G. Daniells fue elegido como presidente del Comité de la Asociación General. Era el líder de la iglesia y casi todos los delegados estaban complacidos, pero en ese momento no discernían cuán debilitado se vería en su trabajo al no tener un puesto asegurado y un mandato procedente de la iglesia. MV 412 2 Tomar la postura de que la exhortación de Elena de White de que no hubiese reyes, significaba, según lo interpretaba A. T. Jones, que la iglesia no debía tener un presidente de la Asociación General era algo injustificado. En ningún momento los mensajes de ella pidieron la abolición del cargo de presidente de la Asociación General; más bien sus mensajes reconocían dicho cargo en la organización de la iglesia. Una declaración anterior indicaba que ella comprendía que el trabajo que recaía sobre el presidente de la Asociación era demasiado grande para que un hombre lo llevase y que otros deberían estar a su lado para ayudarle (TM, pp. 342-343). Ella sí condenó el ejercicio del "poder monárquico". MV 412 3 Este punto débil, que pronto resultó evidente, fue corregido en la siguiente sesión de la Asociación General, la de 1903.* LOS ÚLTIMOS DIEZ DÍAS: PROBLEMAS ABRUMADORES MV 412 4 A mediados de la sesión muchas preocupaciones descansaban todavía pesadamente sobre el corazón de Elena de White. Quizás una de las mayores era la relativa al Dr. John Harvey Kellogg y la amplia influencia del curso de acción que él pudiera seguir. Junto con esto estaba la actitud de los ministros hacia la obra médica de la iglesia, y más aún, la experiencia personal de los ministros hacia los principios de la reforma pro salud a los que Dios había llamado a su pueblo. También estaba profundamente preocupada por el desarrollo de la obra en los estados del Sur, tanto entre los blancos como entre los negros. Hasta la mitad de la sesión poco se había hecho en esta área. MV 412 5 Un elemento que causó un trastorno y con el que Elena de White tuvo que contender en la sesión de la Asociación General de 1901, fue el caso de Helge Nelson, quien pretendía poseer el don profético e insistía en que el congreso le diese una audiencia. Habiéndosele negado esto, se le concedió una entrevista con la Sra. White y los dirigentes de la Asociación General. El sostenía que la Sra. White ocupaba el lugar que Moisés ocupó en la historia típica del pueblo de Dios, y que él, Helge Nelson, debía estar donde Josué estuvo, porque sostenía que poseía orientación especial de Dios. Elena de White enfrentó directamente estas declaraciones falsas y en la entrevista declaró: "Sé que Dios no le dio nunca al hombre mortal un mensaje como el que el Hno. Nelson ha presentado en relación a sus hermanos. No es como nuestro Dios" (RH, 30 de julio, 1901). MV 413 1 La Sra. White se encontró nuevamente con Nelson en la sesión de la Asociación General de 1903 en una forma bastante dramática. ENFRENTANDO EL FANATISMO DE LA CARNE SANTIFICADA MV 413 2 Otro elemento que produjo una brecha y que Elena de White enfrentó en el congreso de 1901, esta vez ante todos los ministros de la causa, fue el fanatismo de la "carne santificada", que se centró en Indiana. Esto ocurrió el miércoles 17 de abril por la noche. MV 413 3 Bajo el disfraz de un gran reavivamiento y del derramamiento de la lluvia tardía, el movimiento de la "carne santificada" se extendió por la Asociación de Indiana. A fines de 1899 el presidente, el pastor R. S. Donnell, se convirtió en un defensor vigoroso del movimiento y se le unieron la mayoría de los ministros en Indiana. Al hacer arreglos para el campestre de 1900, planeó grandes cosas. No estaba dispuesto a que se les diese mucha oportunidad de llegar a la gente a los dos hermanos visitantes de la Asociación General, los pastores S. N. Haskell y A. J. Breed. Advirtió a sus obreros que estos hombres no habían pasado por la experiencia de Cristo en el Jardín de Getsemaní, y que los ministros no deberían permitir que los tales influyesen sobre ellos. MV 413 4 Al estar de pie hablando cierta noche, el presidente de la Asociación extendió sus brazos hacia la congregación, y más tarde informó que había sentido un gran poder que corría por sus brazos y pasaba hacia la gente a través de sus dedos. MV 413 5 El pastor Haskell informó que ciertamente había un poder, un extraño poder, en este nuevo mensaje. La gente estaba perpleja. Nadie quería perder la experiencia del derramamiento del Espíritu de Dios. La fe en la traslación parecía deseable. La enseñanza era una mezcla de verdad, error, excitación y ruido. MV 413 6 Este no era el primer contacto de Elena de White con esta extraña enseñanza. Le respondió a Haskell en estos términos: MV 413 7 En enero pasado el Señor me mostró que en nuestras reuniones de reavivamiento se introducirían teorías y métodos erróneos, y que se repetiría la historia pasada. Me sentí muy angustiada. Se me instruyó para que dijera que en esas demostraciones estaban presentes demonios en forma humana que trabajaban con todo el ingenio que Satanás puede emplear para hacer que la verdad resulte odiosa para las personas sensibles; debía decir, además, que el enemigo estaba tratando de disponer las cosas de tal modo que las reuniones de reavivamiento, que han sido el medio de presentar la verdad del tercer ángel ante las multitudes, lleguen a perder su fuerza y su influencia (2MS, p. 42). MV 414 1 La reunión de obreras del miércoles 17 de abril a las 5:30 de la mañana, no sólo fue solemne sino impactante. En ese punto de la sesión la Sra. White decidió enfrentar el fanatismo de la "carne santificada". Lo hizo leyendo una declaración manuscrita preparada cuidadosamente. Antes de que terminase la reunión, le dijo a la concurrencia que una de las razones por las que había dejado Australia y regresado a los Estados Unidos era para hacer frente a este fanatismo. La situación que ella estaba enfrentando le había sido revelada en Australia en enero de 1900, "antes de que yo partiera de Cooranbong". Y ella declaró: "Si no se me hubiese presentado esto, no habría estado aquí hoy. Pero estoy aquí, en obediencia a la palabra del Señor, y le agradezco que me ha dado fuerza más allá de mis expectativas para hablar a la gente" (GCB 1901, p. 426). Ella dijo, en parte: MV 414 2 He recibido instrucciones concernientes a las últimas experiencias de los hermanos de Indiana y a las enseñanzas que han dado a las iglesias. El enemigo ha estado obrando a través de estas prácticas y enseñanzas para descarriar a las almas. MV 414 3 Es errónea la enseñanza dada concerniente a lo que se llama la "carne santificada". Todos pueden obtener ahora corazones santificados, pero es incorrecto pretender que en esta vida se puede tener carne santificada. El apóstol Pablo declara: "Yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien" (Rom. 7:18). A los que se han esforzado tanto por alcanzar por la fe la así llamada carne santificada, quiero decirles: No podéis obtenerla. Ninguno de vosotros posee ahora carne santificada. Ningún ser humano en la tierra tiene carne santificada. Es una imposibilidad. Si los que hablan con tanta facilidad acerca de la perfección en la carne, pudiesen ver las cosas en su verdadera luz, rechazarían horrorizados sus ideas presuntuosas... MV 414 4 La forma como se han celebrado las reuniones en Indiana, con ruido y confusión, no las recomienda a las mentes concienzudas e inteligentes. Estas demostraciones no contienen nada capaz de convencer al mundo de que poseemos la verdad. El ruido y el alboroto en sí mismos no constituyen ninguna evidencia en favor de la santificación (2MS, pp. 35-36, 39). MV 414 5 Elena de White estuvo delante de la congregación por una hora, primero leyendo del manuscrito que había preparado para la ocasión, y luego dando un testimonio improvisado, del cual también se informó en el Bulletin. MV 414 6 Al día siguiente en la reunión de obreros temprano por la mañana, el pastor Donnell se levantó y preguntó si podría hacer una declaración. La misma aparece en el General Conference Bulletin (Boletín de la Asociación General) bajo el título "Confesión del pastor R. S. Donnell". Habló en términos mesurados: MV 415 1 Me siento indigno de estar en pie ante esta gran asamblea de mis hermanos esta mañana. Muy temprano en la vida se me enseñó a reverenciar y amar la Palabra de Dios; y cuando leía en ella cómo Dios acostumbraba hablar a su pueblo, corrigiendo sus errores y guiándolo en todos sus caminos, solía decir como un mero muchacho: "¿Por qué no tenemos un profeta? ¿Por qué Dios no nos habla ahora como acostumbraba hacerlo?" MV 415 2 Cuando encontré a este pueblo, estaba más que feliz de saber que había una profetisa entre ellos, y desde el principio he sido un firme creyente en los Testimonios y el espíritu de profecía, y un caluroso defensor de ellos. A veces se me ha sugerido en el pasado que la prueba en este punto de fe llega cuando el testimonio nos viene directamente a nosotros. MV 415 3 Como casi todos ustedes saben, la prueba me llegó a mí en el testimonio de ayer de mañana. Pero, hermanos, puedo agradecer a Dios esta mañana que mi fe en el espíritu de profecía permanece inamovible. Dios ha hablado. El dice que yo estaba equivocado, y yo contesto: Dios tiene razón, y yo estoy equivocado... MV 415 4 Lamento mucho, mucho, que he hecho lo que dañaría la causa de Dios y conduciría a cualquiera por el camino equivocado. Le he pedido a Dios que me perdone, y sé que él lo ha hecho. Como delegados y representantes de la causa de Dios en la tierra, les pido ahora que me perdonen mis pecados, y pido las oraciones de ustedes en busca de fuerza y sabiduría para caminar rectamente en el futuro. Es mi determinación, con la ayuda de Dios, unir manos gozosas con ustedes en el reino de Dios (GCB 1901, p. 422). MV 415 5 Con esta confesión el fanatismo de la carne santificada fue desbaratado. ------------------------Capítulo 27--INCENDIO DEL SANATORIO DE BATTLE CREEK MV 416 1 Si el telegrama que llegó a Elmshaven el martes 18 de febrero de 1902 por la mañana, hubiera dicho que la Review and Herald Publishing House había sido destruida por un incendio, Elena de White no se habría sorprendido. Cinco meses antes ella había escrito un mensaje a sus administradores que fue leído a la junta directiva: MV 416 2 "Casi he sentido temor de abrir la Review, temiendo ver que Dios ha purificado la casa publicadora por fuego" (Carta 138, 1901 [8T, p. 91]). MV 416 3 Pero el mensaje que llegó esa mañana lluviosa fue de que los dos edificios principales del sanatorio en Battle Creek acababan de quemarse hasta los cimientos. La Sra. White buscó su pluma y un tanto en agonía escribió lo siguiente: MV 416 4 En este momento quisiera hablar palabras de sabiduría, ¿pero qué puedo decir? Sufrimos con aquellos cuyos intereses de la vida están ligados a esta institución. Oremos para que esta calamidad obre para bien de aquellos que deben sentirla muy hondamente. Ciertamente podemos llorar con aquellos que lloran (MS 76,1903). MV 416 5 ¿Por qué, se sintió inducida a preguntar, es que esta institución, que ha sido un gran instrumento para el bien, tenía que sufrir tal pérdida? Al trazar las palabras, página tras página, ella escribió: MV 416 6 Se me ha instruido que diga: Que nadie intente dar una razón del incendio de la institución que hemos apreciado tan altamente. Que nadie intente decir por qué se permitió que viniese esta calamidad. Que cada uno examine su propio curso de acción. Que cada uno se pregunte a sí mismo si está cumpliendo con la norma que Dios ha colocado ante él... Que nadie trate de explicar esta providencia misteriosa. Agradezcamos a Dios que no hubo una gran pérdida de vidas. En esto vemos la mano misericordiosa de Dios (Ibíd..). MV 416 7 El personal en Elmshaven esperaba ansiosamente noticias que presentasen en detalle lo que acababa de ocurrir. Vinieron a grandes rasgos en los diarios de la costa oeste y luego más detalladamente en cartas y en el siguiente número de la Review and Herald. MV 417 1 Era una noche de invierno, con nieve abundante sobre el terreno. El sanatorio había estado ganando popularidad en forma constante, y sus edificios principales estaban totalmente llenos. Su lista de huéspedes incluía nombres de líderes de los negocios y del gobierno. Sólo un personal mínimo estaba de servicio el martes 18 de febrero de 1902, a las 4:00 de la mañana, cuando estalló el incendio en el sótano del edificio principal del sanatorio, justo debajo de las salas de tratamiento. Las dos alarmas principales del edificio se activaron como también la caja de alarma contra incendios más cercana en la ciudad. Equipos de Battle Creek y de ciudades cercanas corrieron para luchar contra el incendio. Pero extendiéndose a través de los sistemas de ventilación y de los huecos de los ascensores, las llamas pronto envolvieron el edificio, indicando claramente que no se lo podía salvar. MV 417 2 Las enfermeras y otros miembros del personal ejecutaron su plan de evacuación contra incendios que habían practicado bien, tomando primero a los 50 pacientes que no podían salir de sus camas, y luego ayudando a las mujeres y niños a ponerse en salvo. MV 417 3 Los pacientes ambulatorios hicieron buen uso de las vías de escape para incendios. Con la bendición especial de Dios todos los pacientes fueron sacados del edificio. Se tuvo la seguridad de esto cuando los médicos y las enfermeras, con toallas húmedas alrededor de la cabeza, tanteaban el camino a través del humo denso para volver a revisar las piezas y los corredores. Cuando el inspector de seguros examinó la situación unos pocos días después del incendio, declaró: "Nada sino el poder divino pudo haber ayudado a esas enfermeras y médicos a hacer lo que hicieron para sacar a la gente" (DF 45a, S. H. Lane a AGD, 28 de febrero, 1902). MV 417 4 Pero un hombre sí perdió la vida. Era el "viejo Case", un paciente excéntrico cercano a los 90, quien, no confiando en los bancos, siempre llevaba su tesoro consigo en un bolso, "todo lo que tenía desde un dólar a cinco mil (Ibíd.). Él, su esposa y la hija fueron conducidos a un lugar seguro, y luego, sin ser notado, él debe haber regresado al edificio para recuperar su bolso con su tesoro. Nunca salió. MV 417 5 Desde el edificio principal del sanatorio el incendio pronto se extendió a través de la calle al hospital, una estructura de cinco pisos. Como el edificio estaba situado en un cerro, la presión del agua fue insuficiente para protegerlo. Así que también se quemó. MV 417 6 A las 7:00 de la mañana de ese martes todo había terminado. Las estructuras principales del sanatorio habían desaparecido. Los pacientes, unos 400 en total, habían sido "trasladados a varios edificios grandes que" fueron "rápidamente adaptados para el propósito correspondiente, y a las cabañas que no fueron afectadas por el desastre" (Medical Magazine, abril de 1902, p. 181). Inmediatamente el personal entró en acción para proveer a los pacientes una atención continua. El programa de tratamientos, un tanto modificado, continuó ese día. MV 418 1 En el momento del incendio el Dr. Kellogg estaba en el tren regresando desde la costa oeste a Battle Creek. Se enteró de él cuando llegó a Chicago el martes de noche. Mientras continuaba su viaje a Battle Creek pidió una mesa y utilizó las dos horas en dibujar planos para el edificio de un nuevo sanatorio. MV 418 2 El traslado del Colegio de Battle Creek a Berrien Springs cuatro meses antes del incendio había dejado edificios vacantes que estaban a disposición del sanatorio. Los dormitorios, el Salón del Oeste y el Salón del Sur, pronto se llenaron con pacientes del sanatorio. El viejo edificio de aulas y de administración del Colegio de Battle Creek proporcionó espacio para las oficinas administrativas. El Salón del Este, el dormitorio perteneciente al sanatorio que ocupaban las enfermeras, pudo alojar a 150 de los pacientes. Las enfermeras se trasladaron a otro lugar. Rápidamente se equiparon extensas salas para baños y tratamientos en los sótanos de dos de estos edificios. De esa manera, al cabo de pocos días el programa del sanatorio seguía adelante con bastante normalidad. MV 418 3 W. C. White se negó a creer el primer informe del desastre. Pero el segundo informe llevaba evidencia de autenticidad, y en una carta él expresó sus sentimientos: "Quiero unirme a todo nuestro pueblo al lamentar esta gran pérdida para nosotros como pueblo y para el mundo" (18 WCW, p. 425). MV 418 4 Los ciudadanos de Battle Creek pidieron el privilegio de celebrar una reunión masiva en el Tabernáculo, en la noche del miércoles 19 de febrero. Fue conducida por los clérigos de la ciudad. El Tabernáculo estaba atestado; se dijeron palabras de encomio y se hicieron promesas de apoyo moral y financiero. MV 418 5 Mientras Elena de White consideraba las primeras noticias esquemáticas del incendio, mientras las brasas todavía estaban calientes en Battle Creek, ella escribió: MV 418 6 Nuestro Padre celestial no aflige o entristece voluntariamente a los hijos de los hombres. Tiene su propósito en el torbellino y la tormenta, en el incendio y en la inundación. El Señor permite que le vengan calamidades a su pueblo para salvarlos de peligros mayores (MS 76, 1903). PLANES PARA REEDIFICAR MV 418 7 Rápidamente se trazaron planes para un nuevo sanatorio, "un templo de verdad". Se hicieron consultas a compañías de construcción. Se pidieron licitaciones. Se convocó a una reunión especial del Comité de la Asociación General, y se aprobó el plan general para reedificar el Sanatorio de Battle Creek. Un punto especial fue la perspectiva de tener una ayuda financiera mediante la propuesta del Dr. Kellogg de escribir un libro para ayudar a levantar dinero. El Comité de la Asociación General la consideró como una "propuesta magnífica". El doctor propuso proveer 400.000 ejemplares como un regalo. MV 419 1 El 25 de marzo A. G. Daniells informó sobre ésta y otras novedades en una carta a W. C. White. En la ciudad de Battle Creek se habían obtenido promesas por un total Je $80.000 a $90.000 para el nuevo sanatorio; esto, junto con el dinero del seguro, que totalizaba $154.000, proveería una "suma adecuada con la cual erigir un nuevo edificio". MV 419 2 Hemos aceptado planos sometidos por un arquitecto de Ohio. Son sencillos pero decorosos. Nos proponemos levantar un edificio absolutamente a prueba de fuego, y pagar en efectivo por todo. Suponemos que cuando esté terminado, amueblado y plenamente equipado para operar, el costo estará entre $250.000 y $300.000. Pero la junta directiva está decidida a que no se incurrirá en deudas para la erección de este edificio (DF 45a, AGD a WCW, 25 de marzo, 1902). MV 419 3 Aun la promesa de un edificio modesto y de un programa de construcción libre de deuda no dejó tranquila a Elena de White. En la última noche de abril se le dio una visión concerniente a la reedificación del sanatorio, y ella escribió lo siguiente en una carta dirigida al Dr. Kellogg: MV 419 4 Se me ha dado un mensaje para usted. Usted ha recibido muchas palabras de cautela y advertencia, que sinceramente espero y oro que las considere. Anoche se me instruyó que le diga que el gran despliegue que usted está haciendo en Battle Creek no está de acuerdo con el plan de Dios. Usted está planeando edificar en Battle Creek un sanatorio más grande que el que debiera erigirse allí. Hay otras partes de la viña del Señor en las que se necesitan grandemente edificios (Carta 125, 1902). MV 419 5 "No es sabio erigir instituciones enormes --escribió ella en una carta al Dr. Percy Magan, ahora en Berrien Springs--. Se me ha mostrado que no es por el tamaño de una institución que ha de cumplirse la obra más grande en favor de las almas" (Carta 71, 1902). MV 419 6 En los meses que siguieron ella escribió mucho más en ese tenor a aquellos que estaban llevando responsabilidades en Battle Creek, tanto en el sanatorio como en la Asociación General. COLOCANDO LA PIEDRA FUNDAMENTAL MV 419 7 Con los planos dibujados y aceptados y las licitaciones concedidas, el siguiente paso era colocar la piedra fundamental. El domingo 11 de mayo de 1902 por la tarde, unas 10.000 personas se reunieron para las extensas ceremonias, con oradores invitados del gobierno y de entre los dirigentes religiosos de la ciudad. Los empleados del sanatorio estaban sentados detrás de la plataforma de los oradores, y los huéspedes del sanatorio y los ciudadanos, enfrente. W. W. Prescott tuvo a su cargo el discurso principal de la tarde. Muy apropiadamente, el mismo Dr. John Harvey Kellogg colocó la piedra fundamental. En su discurso les recordó a los ayudantes, visitas y habitantes del pueblo los principios que representaba la institución. Se refirió a su historia, una historia que a menudo se había vinculado con la dirección providencial de Dios a través de la luz dada a la Sra. White. MV 420 1 Comparó esta nueva institución con la ciudad del templo, Jerusalén, al cual los antiguos israelitas miraban desde todas partes del mundo. Al pasar, notamos que en este discurso apareció un elemento de panteísmo, lo que representaba una filosofía que él acariciaba firmemente en su corazón, pero cuyos peligros aún no habían sido vistos por sus asociados. MV 420 2 Kellogg era un hombre enérgico, vigoroso, persuasivo, y de alguna manera a los líderes de la Asociación General hasta mediados de la década de 1890 les resultó difícil resistir su insistencia en pedir prestado dinero para inversiones de capital para instituciones, tras lo cual persuadía a la Asociación General a que asumiese las obligaciones. Las deudas se acumulaban sobre las deudas, deudas asumidas sin ningún plan sistemático para su amortización. MV 420 3 Cuando el pastor Daniells asumió sus responsabilidades como dirigente de la iglesia después de la sesión de la Asociación General de 1901, se sintió consternado al encontrar que las deudas institucionales eran de cerca de $500.000 en total. En el contexto de los tiempos, ésta era una suma enorme. El sueldo máximo de ministros, médicos y empleados de las casas publicadoras en ese tiempo era de $12 a $15 por semana (DF 243d). MV 420 4 Mientras tanto, se estaba colocando ladrillo sobre ladrillo en Battle Creek, y el edificio del sanatorio se estaba levantando, un edificio que los dirigentes de la iglesia pronto descubrirían que costaría entre dos y tres veces más que la cantidad presupuestada. Encima de todo esto, no se cumplieron todas las promesas de ayuda financiera que se hicieron cuando la institución fue destruida por el fuego. Algunas de las promesas de hombres de negocios y ciudadanos de Battle Creek nunca fueron concretadas. El ingreso que se esperaba por las ventas de El Templo Viviente, el libro donado del Dr. Kellogg, no se materializó, porque los dirigentes de la iglesia lo encontraron saturado de filosofías panteístas. No hay indicación de que se guardó o siquiera recordó el compromiso hecho por la junta del sanatorio o el Comité de la Asociación General de que no se incurriría en una deuda adicional al reedificar el sanatorio. MV 420 5 El 6 de julio un mensaje de Elena de White dirigido al Comité de la Asociación General y a la Junta Médico-Misionera incluía este consejo: MV 420 6 Se me ha instruido que diga que no se debe recurrir a nuestro pueblo para la obtención de medios a fin de erigir un inmenso sanatorio en Battle Creek; el dinero que se usaría en la erección de ese edificio gigante debiera usarse en instalar plantas en muchos lugares. No debemos extraer todo lo que podamos de nuestro pueblo para el establecimiento de un gran sanatorio en un lugar, a expensas de otros lugares, que no progresan por falta de medios (Carta 128, 1902). ¿EL SANATORIO NO DENOMINACIONAL? MV 421 1 Otra profunda preocupación de parte de Elena de White era respecto a la posición que el Dr. Kellogg estaba asumiendo y defendiendo, a saber, que el Sanatorio de Battle Creek era no denominacional. Esto se estaba oyendo más y más frecuentemente. Sus semillas se originaban casi diez años atrás cuando Kellogg comenzó a concebir la obra médica hecha por los adventistas como una gran obra de benevolencia cristiana, no particularmente denominacional en su carácter. En 1893 se había formado la Asociación Adventista del Séptimo Día Médico-Misionera y de Benevolencia para suceder a la anterior Asociación de Salud y Temperancia. Pero en 1896 el nombre se había cambiado, quitándose las palabras "Adventista del Séptimo Día" y añadiendo la palabra "Internacional" (SHM, p. 249). MV 421 2 Escribiendo en 1898, el Dr. Kellogg declaró en cuanto a esta organización que se desarrolló para "llevar adelante obra médica y filantrópica independiente de cualquier control sectario o denominacional, en el país y en tierras extranjeras" (Medical Missionary, enero de 1898; citado en SHM, p. 249; la cursiva está añadida). MV 421 3 Al año siguiente se declaró en una convención de la asociación que los delegados estaban "aquí como cristianos, y no como Adventistas del Séptimo Día". Ni estaban allí presentes "con el propósito de presentar nada que es peculiarmente Adventista del Séptimo Día en doctrina". MV 421 4 El número creciente de declaraciones no denominacionales de parte del Dr. Kellogg y sus asociados cercanos proveyó un fundamento firme para alarmarse, y Elena de White habló sobre esto a mediados del verano de 1902: MV 421 5 Se ha declarado que el Sanatorio de Battle Creek no es denominacional. Pero si alguna vez una institución fue establecida para ser denominacional en todo el sentido de la palabra, fue este sanatorio. MV 421 6 ¿Por qué se han establecido sanatorios si no es para que sean la mano derecha del Evangelio a fin de llamar la atención de hombres y mujeres a la verdad de que estamos viviendo en medio de los peligros de los últimos días? Y sin embargo, en un sentido es cierto que el Sanatorio de Battle Creek no es denominacional, por la razón de que recibe como pacientes a personas de todas las clases y de todas las denominaciones (Carta 128, 1902 [SHM, p. 253]). MV 422 1 Y ella señaló: MV 422 2 No debemos esforzamos para declarar que el Sanatorio de Battle Creek no es una institución adventista del séptimo día, porque ciertamente lo es. Como una institución adventista del séptimo día fue establecida para representar los diversos aspectos de la obra misionera del Evangelio, y de ese modo preparar el camino para la venida del Señor (Ibíd.). DEDICACIÓN DEL NUEVO EDIFICIO MV 422 3 La institución fue dedicada en un servicio de tres días que se extendió desde el sábado de mañana, 30 de mayo, hasta el lunes de noche, Io de junio, con reuniones celebradas en el Tabernáculo y en los terrenos del sanatorio. El servicio del sábado de mañana fue de consagración de parte de los obreros a esta importante fase de la obra del Señor (RH, 9 de junio, 1903). MV 422 4 Elena de White pudo concordar de todo corazón con esta dedicación. El Sanatorio de Battle Creek era la institución del Señor. Aunque algunas fases del consejo concerniente a su trabajo habían sido ignoradas, todavía era la institución del Señor. Unas pocas semanas antes del servicio de dedicación, la Sra. White, hablando en la sesión de la Asociación General de 1903, hizo esta declaración: MV 422 5 Permítanme decir que Dios no tiene el propósito de que el sanatorio que ha sido erigido en Battle Creek sea en vano. Él quiere que su pueblo comprenda esto. Ahora que el edificio ha sido levantado, quiere que esta institución sea colocada en una posición ventajosa... Ahora debemos hacer otro esfuerzo para colocar nuestra institución sobre un terreno sólido. Que nadie diga, debido a que hay una deuda sobre el sanatorio en Battle Creek: "No tendremos nada más que hacer para ayudar a desarrollar esa insti' tución". El pueblo de Dios debe promover el bienestar de esa institución, en el nombre del Señor. Debe ser colocada donde su trabajo pueda ser llevado adelante inteligentemente (GCB 1903, p. 58; ver también p. 67). MV 422 6 Ella instó a que un hombre no debía estar solo a la cabeza de la institución. Era la voluntad de Dios que sus siervos estuviesen unidos en llevar adelante la obra en una manera equilibrada. MV 422 7 Declaró que no sabía ni podía decirle a la congregación exactamente de qué modo el sanatorio podía ser colocado en una posición ventajosa. "Pero --dijo--, sé que tan pronto como el Espíritu Santo venga sobre los corazones, habrá unidad en la voz y en el entendimiento; y se nos dará sabiduría" (Ibíd.). MV 422 8 Hizo arreglos para que se le proveyese al sanatorio, como regalo suyo, un juego completo de sus libros (Carta 96, 1903). Eran para la biblioteca de los pacientes y debían estar en la "mejor encuademación". ------------------------Capítulo 28-- ELMSHAVEN: No UN ASILO DE ANCIANOS MV 423 1 Quizás la hermosa casa conocida como Elmshaven sirvió originalmente como una residencia para una sola familia, pero en los años cuando Elena de White vivió allí (1900-1915) llegó a ser no sólo la residencia de la Sra. White y de un conjunto creciente de ayudantes, sino también un centro que atraía a personas del país y del extranjero en busca de consejo, entrevistas y hasta para la realización de convenciones. MV 423 2 Se necesitaron cambios que afectaron la planta física para albergar a una gran cantidad de visitas y para mejorar las condiciones de trabajo no sólo para el personal sino para la misma Elena de White. MV 423 3 La casa y los alrededores de Elmshaven en la actualidad no son los mismos hoy como eran en 1900. Cuando ella compró la casa, los tres cuartos del piso superior y un desván bajo sobre la cocina servían como dormitorios. Pronto se hicieron arreglos para reemplazar el desván por un cuarto espacioso para escribir encima de la cocina y sobre el pasillo de la entrada de atrás. MV 423 4 Este cuarto se extendía de un lado al otro del extremo este de la casa, sobre la cocina y el porche de servicio. Aunque se había especificado que se usarían materiales viejos, tanto como fuera posible, las modificaciones, con la pintura del interior y el exterior, costaron $1.000. Pero ella sintió que estaba justificada en hacer esta inversión aunque pensó que debía defenderla. Tenía que tener condiciones de trabajo que favorecieran la eficiencia y la salud. A una persona conocida le escribió: MV 423 5 La construcción de este cuarto requirió dinero. Me contuve por un año antes de consentir en que se construyera este cuarto, porque yo sé cuántos lugares había en los que se necesitaba el dinero. Pero vi que para la preservación de mi vida era necesario que se hiciera algo. Hubiera sido un error que acortara mi vida, porque esto me sacaría de la obra del Señor (Carta 165, 1902). MV 423 6 Había un mirador luminoso que se había arreglado en la esquina sureste, con ventanas que se abrían en las cuatro direcciones, pero principalmente al este y al sur. Artísticas tejas de madera hacían resaltar el mirador por el exterior. El cuarto estaba equipado con un hogar (chimenea francesa) en el lado este y con armarios a lo largo de la pared oeste, donde podían guardarse sus manuscritos, libros y papeles. Desde la ventana en el extremo norte del cuarto, entre los armarios y la puerta que daba a la empinada escalera oculta hacia el porche de servicio, ella podía ver el sanatorio arriba en el cerro, y el edificio de oficinas cercano cuando éste fue construido poco tiempo después. MV 424 1 Había tres características de este cuarto para escribir recientemente construido que agradaban en forma especial a Elena de White: su amplitud, su mirador cubierto con luz y sol, y su hogar o chimenea francesa. Ella iba a pasar gran parte de su tiempo allí durante los siguientes doce años, escribiendo, escribiendo. A menudo venía al cuarto a las 2:00 ó 3:00 de la mañana, a veces a la medianoche, a veces más temprano, para comenzar su día dedicado a escribir. EL EDIFICIO DE OFICINAS Y EL PERSONAL MV 424 2 Había un edificio de oficinas en construcción, de ocho cuartos, a unos 27 metros (30 yardas) al norte de la casa. N. H. Druillard estaba a cargo de la construcción. MV 424 3 Elena de White estaba ansiosa de avanzar con el trabajo del libro que esperaba su atención. Ahora tenía un buen personal: Sara McEnterfer era su secretaria personal, enfermera y compañera de viajes; Marian Davis, Clarence Crisler, Sarah Peck y Maggie Hare componían su equipo secretarial; la Sra. M. J. Nelson era la cocinera; Iram James administraba la granja; la Sra. N. H. Druillard era su contadora; y el Sr. Druillard el constructor. W. C. White era el supervisor general y servía a su madre y a la Asociación General en diversas áreas. MV 424 4 Dirijamos ahora nuestra atención a lo que estaba sucediendo en Elmshaven para que el trabajo de Elena de White se estableciese allí. Ella ocupaba el dormitorio al noroeste, en la parte superior de las escaleras. Desde allí se dominaba una vista del huerto de ciruelos, el cual tenía 2.000 árboles y se extendía justo debajo de la loma y a 0,4 kilómetro (un cuarto de milla) al oeste. Ella iba a retener este dormitorio hasta su muerte. Su oficina ocupaba el dormitorio del frente cruzando el pasillo, mirando al sur. El cuarto grande para escribir, con un mirador cubierto, que más tarde ella usó como oficina, todavía no había sido construido. Ella sufrió un poco porque el cuarto en donde trabajaba tenía una estufa en vez de un hogar. Muy raramente prendía fuego en ella, prefiriendo más bien abrigarse lo suficiente como para escribir. MV 424 5 El dormitorio cruzando el pasillo en el lado norte de la casa era compartido por sus ayudantas, Sara McEnterfer, Sarah Peck y Maggie Hare. Kitty Wilcox, sobrina de M. C. y F. M. Wilcox, quien por un corto tiempo prestó servicio como cocinera, se alojaba en el pequeño desván encima de la cocina. La amplia sala formal en la planta baja, debajo del dormitorio de la Sra. White, fue convertida en un dormitorio y usada por el Sr. y la Sra. Druillard, por un tiempo miembros de su personal. Otros que ayudaron intermitentemente con su trabajo literario en esos meses de invierno fueron Eliza Bumham y Lillian Whalin, hija de John Whalin, ambas procedentes de la Pacific Press en carácter de préstamo. LAS ABSORBENTES ACTIVIDADES COTIDIANAS MV 425 1 El trabajo con Testimony 34 avanzó a un ritmo tortuoso a lo largo de las primeras semanas de 1901. Dos cosas contribuían a hacer difícil el trabajo. La primera era el tiempo que se iba con las numerosas cartas y visitas que inundaron al personal en Elmshaven tan pronto como fue establecida la nueva residencia de Elena de White. Algunas personas escribían queriendo trabajar para ella. Una escribió diciendo que su médico le había recomendado leche y ella se preguntaba si sería correcto seguir su consejo. Un joven ministro escribió preguntando si debería tratar de convertir a los pastores protestantes antes de visitar a los miembros. Luego había preguntas sobre el casamiento y el divorcio y otras en cuanto a la mantequilla y los huevos y el queso. MV 425 2 Sara McEnterfer, la Sra. Druillard y W. C. White contestaban muchas de estas cartas en armonía con instrucciones dadas por la Sra. White. Con muchas de ellas incluían la copia de una pequeña apelación con el siguiente texto: "Hay centenares de personas que desean oír directamente de Mamá. Algunas escriben cartas que contienen preguntas, otras nos envían la historia de su vida, y otras hacen donaciones a la causa. No tenemos tiempo para escribir extensas cartas a estas personas". MV 425 3 A menudo las respuestas decían que la Sra. White no tenía una luz especial sobre el caso y se instaba a la persona a estudiar lo que ya estaba publicado. Sara le dijo a una mujer que quería que Elena de White le hiciese una pregunta al Señor: "Yo diría que el Señor no hace acepción de personas y que oirá su ferviente clamor en busca de la ayuda de él tan rápida y gustosamente como lo haría si le fuese enviado a través de la Hna. White" (16 WCW, p. 184). MV 425 4 Cierto día aparecieron dos mujeres justo cuando Elena de White estaba regresando, agotada, de San Francisco. Dijeron que habían manejado 96 kilómetros (60 millas) en su pequeño carruaje y que sencillamente tenían que ver a la Hna. White. Ella estuvo de acuerdo en verlas. Lo primero que hicieron fue presentarle a un niño demente y preguntar qué debía hacerse. Luego sacaron una lista de diez preguntas para las que deseaban respuestas de Sí o No. Algunas de las preguntas típicas eran: 1. ¿Ha llegado el tiempo cuando positivamente no debiéramos comer más carne, huevos, mantequilla, leche? 2. ¿Es un pecado criar niños? ¿Es un pecado leudar el pan? La Sra. White las refirió a sus escritos sobre cada punto, y les dijo que ella no estaba comisionada para contestar tales preguntas, pero las mujeres no desistían (16 WCW, p. 55). MV 425 5 Una hija trajo a su madre inválida para quien quería oraciones especiales. Una divorciada quería consejo. Luego un viejo amigo que acababa de regresar de las minas de oro de Klondike vino a la casa. No es difícil ver cómo Sara McEnterfer adquirió la reputación de ser la "protectora" de Elena de White, porque llevaba gran parte de la responsabilidad de protegerla de demandas irrazonables de su tiempo y energía. MV 426 1 La mayor parte de la correspondencia que se recibía era de una naturaleza justificable y sensata, y una buena porción de ella procedía de obreros que llevaban pesadas responsabilidades. Muchos de aquellos que estaban bien familiarizados con ella y su trabajo dirigían una carta a W. C. White y meramente sugerían que él discutiese el asunto con su madre en un momento cuando ella no tuviese impedimentos para considerarlo. Ella prefería contestar por sí misma algunas cartas muy personales. MV 426 2 Entre los dirigentes que mantenían una correspondencia activa y continua con ella estaban el Pastor Irwin, presidente de la Asociación General; el Dr. Kellogg; S. N. Haskell y su esposa; y Edson. Todos escribían en forma bastante regular, informando sus actividades, reseñando novedades en su trabajo, y pidiendo orientación y dirección. Elena de White mantuvo una correspondencia activa con todos ellos. Sus cartas a estas personas y a amigos y parientes constituyen la fuente más rica de información sobre su vida cotidiana. Si podía reunir alguna fuerza adicional, entre su trabajo de escribir y ataques de alguna enfermedad, la usaba para hablar a creyentes y no creyentes. INFLUENCIA DE LOS MENSAES EN SITUACIONES CRÍTICAS MV 426 3 Estaba aumentando la sensación de que debían hacerse algunos cambios en los principios de administración y en los planes generales de la Pacific Press. Con esto se desarrolló allí un sentimiento que implicaba al gerente, C. H. Jones, como el chivo expiatorio, pensándose que era el hombre mayormente responsable por el trabajo comercial y por los problemas que esto aparejaba. Una corriente de crítica envolvió a los empleados. MV 426 4 Al acercarse el tiempo para la reunión constituyente, en la que se escogería una junta directiva y se seleccionarían los oficiales para administrar la institución, Jones le escribió a Elena de White una carta de nueve páginas en la que mencionaba algunos de los problemas que se discutirían, incluyendo: ¿Deberían deshacerse del trabajo comercial? (Alrededor de la mitad del tiempo de los empicados y la mitad de la inversión se verían afectados.) ¿Deberían vender la planta en Oakland, trasladarse a un área más rural, y construir una planta de tamaño moderado? Etcétera. MV 426 5 En la parte final de su carta declaró directamente que no tenía planes de aceptar ninguna responsabilidad en conexión con la Pacific Press para el año venidero. La situación, sentía él, era tal que él debería hacer otro tipo de trabajo, quizás ayudando a su hijo, un médico en Santa Bárbara. Por 31 años había estado vinculado con la obra de publicaciones de la denominación, ocho con la Review and Herald y 23 con la Pacific Press. Declaró: MV 427 1 He puesto mi vida en esta institución. No he tenido ningún interés aparte, sino que todo mi tiempo y atención han sido dados al desarrollo de la Pacific Press (C. H. Jones a EGW, 16 de abril, 1902). MV 427 2 Reconoció que había cometido errores, y expresó su sentimiento de pesar mientras consideraba cortar su conexión con la institución, si bien pensaba que ésta era la mejor decisión. Solicitaba cualquier consejo que la Sra. White pudiera tener para él. MV 427 3 Poco después de recibir esta carta de Jones, se le mostró a ella en "sesiones de la noche" cómo estaban las cosas en la Pacific Press, y se le dio "un testimonio sumamente inesperado", después de lo cual escribió una amable carta de consejo al Hno. y a la Hna. Jones. Dos días más tarde redactó un mensaje dirigido a "Mis hermanos en cargos de responsabilidad en la Pacific Press". Ella fue directamente al punto, comenzando la carta de esta manera: MV 427 4 Me ha sido presentado el caso del Hno. C. H. Jones. ¿Debería él renunciar a su cargo para emprender algún otro tipo de trabajo? Si el Señor dijera, "Ésta es mi voluntad", estaría bien que el Hno. Jones hiciera eso... Cuando el Señor escoja un hombre que a sus ojos es el hombre adecuado para este lugar, estará bien que el Hno. Jones corte su conexión con la Pacific Press. Pero en la actualidad el Señor no acepta su renuncia (Carta 67, 1902). MV 427 5 La Sra. White habló en la iglesia del Sanatorio el sábado 26 de abril, y luego viajó el domingo a Oakland y a la casa de C. H. Jones, donde iba a permanecer como huésped. La reunión constituyente se inició el lunes de mañana con una buena representación presente. El lunes de tarde la Sra. White fue la oradora principal. Cuando se leyó la carta de Jones a los miembros constituyentes, seguida por la lectura del testimonio de 21 páginas a los hombres en posiciones de responsabilidad en la Pacific Press, los corazones se conmovieron. Al informar sobre la reunión, el Pacific Union Recorder declaró: MV 427 6 El Espíritu del Señor entró en la reunión, y muchos corazones fueron enternecidos hasta las lágrimas. Tras las observaciones de ella, hubo una animosa reunión social, en la que se hicieron muchas confesiones, y toda la audiencia manifestó su deseo de reconsagrarse al servicio del Señor poniéndose de pie (22 de mayo, 1902). MV 427 7 ¡Qué contraste con la reunión habitual de los constituyentes de la corporación! Entre los acuerdos que se tomaron estuvieron los siguientes: MV 427 8 "Que instruyamos a la junta de directores entrante que haga un esfuerzo continuo para reducir el trabajo comercial y para desarrollar la publicación de literatura religiosa, educacional y de salud. También que recomendemos que la junta de directores entrante se deshaga de la planta como un todo, o en parte, como la Providencia pueda abrir el camino. MV 428 1 "También recomendamos que, en caso de que la planta se venda, se establezca una planta más pequeña en algún distrito rural conveniente para nuestra obra denominacional, para el entrenamiento y educación de misioneros" (Ibíd.). MV 428 2 Fue elegida una junta directiva de siete miembros, y C. H. Jones fue restituido unánimemente y de todo corazón a su posición como gerente, una posición que iba a retener por otros 31 años. SE NECESITA AYUDA FINANCIERA PARA LA OBRA EN EL SUR MV 428 3 La Unión Asociación del Sur, que acababa de ser organizada, estaba enfrentando una situación explosiva. Ni Edson White ni W. O. Palmer, que había ido con él al Sur para establecer escuelas e iglesias y una casa publicadora, eran conocidos por su perspicacia financiera. Se habían lanzado negocios riesgosos con dinero prestado y estaban fuertemente hipotecados. Bajo estas circunstancias la Unión del Sur envió a su presidente, George I. Butler, y al tesorero de la casa pu-blicadora, W. O. Palmer, a California para que entrevistasen a Elena de White y recibiesen consejo en cuanto al curso de acción que debían proseguir. MV 428 4 Los dos hombres llegaron a Elmshaven el viernes al mediodía, 16 de mayo, y se les dio una cordial bienvenida. La Sra. White había trabajado muy de cerca con el pastor Butler a lo largo de los años. Will Palmer era un hijo de los Palmer que habían ayudado en los primeros días de la iglesia a establecer la obra de publicaciones en Battle Creek. MV 428 5 Cuando los hermanos, temprano en la nueva semana, expusieron ante Elena de White y el personal de Elmshaven sus problemas y las razones de su viaje, se sintieron encantados al descubrir que durante los pocos meses previos ella había escrito mucho sobre la obra en el Sur que contestaba sus preguntas. Al examinar esos materiales, encontraron que el Señor la había instruido para que apelase a las iglesias en toda Norteamérica a ayudar a establecer la obra en los estados sureños sobre una base firme. Las necesidades, que eran grandes, debían darse a conocer a los miembros de la iglesia por todo el país, y dárseles una oportunidad para ayudar. Los hermanos encontraron en este consejo aquello que alentó sus corazones, y después de varias entrevistas en las que se examinó el trabajo y se dieron consejos, sintieron que su misión había sido completada. MV 428 6 Will Palmer regresó a Nashville. Butler se demoró un poco en la costa oeste, hablando el sábado de mañana en la iglesia del sanatorio. A esto siguió una reu nión el domingo de noche en la que extendió una apelación en favor de la obra en el Sur y obtuvo promesas por $500. Esto le dio ánimo a Butler para ir a otras iglesias: Healdsburg, San Francisco, Oakland y Fresno. Se levantaron $1.800 dólares para ayudar a la Asociación Publicadora del Sur. MV 429 1 W. C. White, poco después de la visita, escribió sobre la sorpresa y asombro que sintieron los visitantes y el personal de oficina de Elmshaven debido a que "encontraron que antes de su llegada sus preguntas habían sido previstas, y que Mamá ya había escrito muchas cosas que ahora ellos pueden usar en forma muy ventajosa para el adelantamiento de la obra en el campo del Sur" (19 WCW, P371). PLANES DE LARGO ALCANCE PARA LA OBRA MÉDICO-MISIONERA MV 429 2 Cuando los delegados se reunieron para un importante concilio en el Sanatorio de St. Helena el miércoles 18 de junio de 1902, Elena de White les informó que se sentiría complacida de hablarles por una hora cada día. Ellos rápidamente hicieron arreglos para una sesión temprano cada mañana. La Sra. White leyó de manuscritos preparados especialmente para esta asamblea. Explicó la naturaleza distintiva de la obra médica de la denominación mientras insistía en que "la conformidad con el mundo está causando que muchos de nuestro pueblo pierdan su rumbo... Se han estado introduciendo planes de acción mundanos en la administración de muchas de nuestras instituciones" (MS 96, 1902). MV 429 3 En esta reunión de cuatro días se trazaron planes de largo alcance que pedían el establecimiento de la Asociación Médico-Misionera y de Benevolencia de la Pacific Union. Esto significaba que en la costa del Pacífico habría una fuerte organización médica bajo control denominacional. Los intereses médicos en el Oeste no serían una parte de la Asociación Internacional MédicoMisionera y de Benevolencia de Battle Creek. Los miembros constituyentes de la nueva asociación se dieron cuenta del impacto de lo que estaban haciendo. Declararon que: "En vista de la importancia de los pasos que se están por tomar, debieran estudiarse cuidadosamente los asuntos involucrados, como que no están afectando solamente los intereses de toda la costa del Pacífico, sino los de k obra denominacional en todo el mundo" (PUR, 14 de agosto, 1902; la cursiva se ha añadido). MV 429 4 Un aspecto de los planes de largo alcance era que "los proyectos médicomisioneros que puedan iniciarse... estarán sobre la base de que la responsabilidad financiera y administrativa descansará sobre una junta o un grupo de constituyentes local" (Ibíd.). Se estaba preparando el camino para decisiones muy importantes que iba a tomar el Comité de la Asociación General en una reunión a celebrarse en noviembre y la sesión de la Asociación General en la primavera siguiente. LA RECREACIÓN DE ELENA DE WHITE MV 430 1 Aunque Elena de White pasaba mucho tiempo en un esfuerzo concentrado para cumplir con sus obligaciones como una mensajera del Señor, también tomaba tiempo para actividades que disfrutaba en forma especial: paseos en carruaje a sitios panorámicos diversos y recolección de fruta. Se ingeniaba para organizar su programa de modo que pudieran hacerse viajes prácticos cortos que descansarían su mente y su cuerpo. De alguna manera el viajar en carruaje hacía por ella algo que ninguna otra cosa podía lograr. MV 430 2 Un día domingo a mediados de julio, sintiendo la necesidad de un cambio, pasó el día en una excursión para encontrar cerezas. Acompañada por Sara McEnterfer e Iram James, recogió 9 kilos (8 quarts), mayormente para envasar. Se regocijó por el progreso en la construcción de su cuarto para escribir sobre la cocina e informó que estaba "disfrutando de mucho mejor salud" que la que "jamás disfrutara en el pasado" (MS 138, 1902). La cosecha de fruta en el norte de California ese verano fue abundante, y ella consiguió algo de su ejercicio recogiendo duraznos, ciruelas y manzanas. AMPLIANDO LA OBRA EN MATERIA DE EDUCACIÓN CRISTIANA MV 430 3 La educación cristiana alcanzó un punto alto de interés y actividad entre los adventistas a fines de la década de 1890 y a comienzos de la de 1900. La iglesia había estado operando colegios por 20 ó 25 años, pero excepto por las escuelas primarias vinculadas con estas instituciones de enseñanza superior, se había hecho poco o nada por los niños pequeños en la forma de "escuelas de iglesia", hasta justo antes del comienzo del nuevo siglo. MV 430 4 Los consejos de Elena de White sobre educación fueron publicados en 1893 por la Sociedad Internacional de Folletos en Battle Creek, en la forma de un libro de 255 páginas titulado Christian Education (Educación cristiana). Sus mensajes de instrucción fueron leídos ávidamente y comenzaron a influir sobre la feligresía. Cuatro años más tarde Special Testimonies on Education (Testimonios especiales sobre educación) en sus 240 páginas pequeñas recalcaron adicionalmente el tema. Con Elena de White llamando a la iglesia a la acción y estando a disposición instrucciones sobre la conducción de las escuelas, los adventistas comenzaron a actuar. MV 430 5 En 1896 y 1897 en el Colegio de Battle Creek, donde G. W. Caviness sirvió como presidente y Frederick Griggs dirigió una escuela preparatoria de 12 grados, instructores consagrados desarrollaron una escuela normal para la preparación de maestros para la escuela primaria. (Ver A. W. Spalding, Origin and History [Origen e historia], tomo 2, p. 361). Al año siguiente con E. A. Sutherland como presidente del colegio, se abrieron varias escuelas de iglesia en Michigan. El mo-vimiento de escuelas de iglesia se extendió rápidamente. Todo esto intensificó el interés de los adventistas en la educación cristiana e hizo que fuera particularmente oportuna la preparación de un libro de Elena G. de White sobre el tema. MV 431 1 La Sra. White y Sarah Peck comenzaron en Australia la preparación del libro Education (La educación). Se extrajo considerable material apropiado de los dos libros recién mencionados y de otras fuentes tales como sus artículos en la Review, Signs y Youth's Instructor. Sus discursos sobre educación y cartas de consejo a educadores añadieron más material. Luego escribió material nuevo para completar donde era necesario. Al escribir el 11 de abril de 1900, estando todavía en Australia, ella informó: MV 431 2 He estado leyendo algunos capítulos del libro sobre educación. La Hna. Peck ha estado reuniendo este material extrayéndolo de una masa de mis escritos, seleccionando cuidadosamente preciosas porciones aquí y allá, y colocándolas juntas en un orden armonioso. He leído tres capítulos esta mañana y pienso que el arreglo es excelente. MV 431 3 Quiero que todos nuestros maestros y estudiantes tengan este libro tan pronto como puedan. Difícilmente puedo esperar que se publique. Quiero que los principios contenidos en este libro vayan a todas partes. Debemos tomar una posición más elevada en materia de educación (Carta 58, 1900). MV 431 4 P. T. Magan hizo una propuesta para publicar el libro en Berrien Springs. El argüía que se lo produciría más económicamente allí que en nuestras plantas impresoras regulares de la denominación, y que de ese modo tendría una circulación mayor. La propuesta era tentadora, pero ella la declinó en base a la luz que había recibido de Dios concerniente a las publicaciones independientes. El manuscrito de La educación fue sometido a la Pacific Press y el libro ha sido publicado por esa casa desde 1903 hasta el presente. Elena de White, especialmente dirigida por Dios, se negó a dar pasos que pasarían por alto los procedimientos organizacionales establecidos divinamente que gobernaban la publicación y distribución de la literatura de la iglesia. CRISIS EN NASHVILLE MV 431 5 James Edson White, después de una reconversión en 1893, había dirigido abnegadamente el desarrollo de la obra en el Sur, usando el Morning Star, que él construyó, como un barco misionero. Preparó literatura apropiada, como el Gospel Primer, para ayudar a financiar el proyecto y para suplir un recurso auxiliar para la enseñanza. Con su nueva consagración, sus labores fueron grandemente bendecidas por Dios. Encabezó la formación de la Sociedad Misionera del Sur, una organización que la Asociación General reconoció, para llevar la responsabilidad de desarrollar la obra en un tiempo cuando la iglesia en sí estaba mayormente subdesarrollada en esa área y para la cual las finanzas eran limitadas. MV 432 1 Pero Edson White tenía una gran debilidad, no era un financista. Vez tras vez su padre y su madre le habían advertido y aconsejado en sus años más jóvenes. Cuando él comenzó la obra en el Sur su madre le advirtió nuevamente en cuanto a los peligros de involucrarse en proyectos comerciales. Él era un promotor, y para él cada negocio en el que participaba prometía un éxito infalible. A menudo sus asociados cercanos no compartían su optimismo. Pero él se atrevía a hacer lo que otros no intentaban. Al hacerlo, realizó una obra que fue efectiva en la ganancia de almas para el reino. MV 432 2 Una pequeña prensa en el Morning Star hizo posible la publicación de literatura para ayudar en la obra en desarrollo. No era sino lógico que eventualmente tendría que establecerse una planta impresora en algún lugar permanente en el Sur. Nashville prometía ser una buena ubicación, de modo que se consiguió un edificio, y se compraron prensas, guillotinas y tipos. Un personal con-sagrado se lanzó a la obra de llevar adelante una tercera casa publicadora en los Estados Unidos. El plan general mostraba audacia y optimismo, pero tenía sus debilidades. MV 432 3 Dios le había revelado a Elena de White la necesidad de publicar en el Sur para el Sur, pero bajo la mano financiera insegura de Edson White, y con el uso de un equipo gastado, las pérdidas se acumularon. Y todo esto estaba ocurriendo en un tiempo cuando se estaba llamando la atención de la denominación a la necesidad de operar bajo el plan administrativo de estar libre de deudas. En realidad, éste era un punto muy fuerte con A. G. Daniells, el nuevo dirigente de la iglesia en 1901. Él vio que se avecinaba un desastre si la causa llegara a endeudarse y permaneciese así año tras año, como había ocurrido a fines de la década de 1890. MV 432 4 Al estudiar los dirigentes de la iglesia la situación financiera cada vez peor que se estaba desarrollando en Nashville, parecía lógico dar pasos para reducir la casa publicadora que acababa de establecerse a un depósito de libros e imprimir sólo algunos folletos y materiales que serían especialmente útiles en los estados sureños. Desde un punto de vista puramente comercial esto parecía razonable, especialmente cuando la iglesia tenía dos casas publicadoras bien establecidas en Norteamérica, una en Battle Creek y otra en Oakland. Ninguna de ellas tenía suficiente trabajo denominacional como para mantener sus prensas activas, y ambas continuaban haciendo trabajo comercial. ¿Por qué no podía publicarse en estas dos casas toda la literatura que se necesitaría en los Estados Unidos? MV 432 5 En la reunión de un concilio celebrado en Elmshaven el 19 de octubre de 1902, el pastor Daniells dijo que "se ha publicado repetidamente que los hermanos en Nashville no iban a entrar en deudas, y todos han entendido que se había establecido un nuevo orden de cosas, y que iban a tener una institución financiada sin deudas. Y por lo tanto ellos han enviado su dinero" (MS 123, 1902). MV 432 6 Pero la institución estaba gravemente en deuda, y la gente estaba comenzan do a descubrirlo. Se sugirió que se podría prestar atención al asunto si fuera manejado como otras situaciones de un carácter similar, excepto que el apoyo de Elena de White al trabajo de su hijo hacía imposible para los hermanos intervenir y arreglar las cosas. MV 433 1 Se planteó la pregunta: "¿Esperaremos otro período de tiempo para que las cosas evolucionen allí en el sur, o ha llegado el tiempo para que los dirigentes de la Asociación General y los hombres de la Unión Asociación del Sur se reúnan y en una consulta hecha con oración y reflexión reajusten esos asuntos... y coloquen el negocio donde no estará cayendo continuamente en deuda ?" A esto Elena de White replicó: MV 433 2 Ha llegado [ese tiempo]; y yo digo, sigan adelante. La causa de Dios no debe ser desacreditada, no importa quién sufra al arreglar las cosas sobre una base correcta. Edson debiera entregarse al ministerio y a escribir, y dejar a un lado las cosas que el Señor le ha prohibido hacer. Las finanzas no son su fuerte para nada. MV 433 3 Quiero que los hermanos se sientan libres para encargarse de este asunto. No quiero que hagan ninguna referencia a mí. Quieto que actúen justamente como lo harían si mi hijo no estuviera allí (Ibíd..). MV 433 4 El informe de las discusiones fue mecanografiado el mismo día, y con un sentimiento de satisfacción el pastor Daniells dejó California esa noche. En su bolsillo llevaba una copia de la entrevista. Al llegar a Battle Creek citó a una reunión del Comité de la Asociación General y dio un informe de la entrevista en California. Tenía la certeza de que la mensajera del Señor estaba con ellos en sus planes de cerrar la planta impresora de Nashville en un muy corto tiempo. MV 433 5 Pero la casa publicadora no se cerró. El lunes, dentro de las 24 horas de la entrevista que se realizó en Elmshaven, Elena de White escribió una carta dirigida a "Apreciados hermanos". MV 433 6 Anoche me pareció estar en la sala de operaciones de un gran hospital, al cual se llevaban personas, y se preparaban instrumentos para cortar sus miembros con gran premura. MV 433 7 Vino Uno que parecía tener autoridad y dijo a los médicos: "¿Es necesario traer a estas personas a esta sala?" Mirando compasivamente a los dolientes, dijo: "No amputéis nunca un miembro hasta que se haya hecho todo lo posible para salvarlo" (Carta 162, 1902, citada en El permanente don de profecía, p. 383, de A. G. Daniells). MV 433 8 Y otra escena pasó ante ella. Le parecía estar en la reunión de un concilio. E. R. Palmer, dirigente de nuestra obra de publicaciones, estaba hablando* exhortando a que "toda nuestra obra de publicar libros debiera ser hecha por una casa publicadora, en un lugar, y así ahorrar gastos". Ella describió cómo "Uno de au toridad" estaba presente y señaló los peligros Je una obra consolidada; luego ella declaró: "Dejen que el campo del Sur tenga sus propios libros publicados en casa" (Ibíd.). MV 434 1 Cuando el pastor Daniells recibió la carta, se quedó pasmado. Comentando sobre la experiencia cuando la carta llegó a Battle Creek, declaró: MV 434 2 El mensaje de que debía continuarse la obra de la Asociación Publicadora del Sur fue realmente desconcertante. Produjo gran desilusión en muchos. Por contradecir el consejo que nos fuera dado en nuestra entrevista, dejó perplejos a algunos (AGD, El permanente don de profecía, p. 385). MV 434 3 Recordó la experiencia de Natán y David: MV 434 4 "Y Natán dijo a David: Haz todo lo que está en tu corazón, porque Dios es contigo. En aquella misma noche fue palabra de Dios a Natán, diciendo: Ve y di a David mi siervo: Así ba dicho Jehová: Tú no me edificarás casa en que habite" (véase 1 Crón. 17:1-4) (Ibíd.). MV 434 5 Recordó que David aceptó el mensaje que le había llegado por revelación en lugar del consejo dado en la entrevista del día anterior. Y cuando Daniells informó en cuanto al incidente, dijo: "Nuestra junta siguió el mismo curso de acción" (Ibíd.). MV 434 6 Toda la experiencia fue una en la que la misma Elena de White fue reprobada por Dios, como ella lo explicó en una carta al pastor Daniells, escrita el 7 de diciembre: MV 434 7 Cuando ustedes estuvieron aquí, me expusieron la condición de las cosas en la casa publicadora en Nashville. Usted habló de la terrible dificultad financiera que prevalecía en la obra allí, y me dio la impresión de que los hermanos no pensaban que podía hacerse algo para poner las cosas en orden, porque la Hna. White ejercería su influencia para impedirles que hicieran lo que pensaban que era necesario para colocar los asuntos sobre una base apropiada. MV 434 8 Se me hicieron preguntas, y yo las contesté a la luz de lo que ustedes expusieron. Dije: "Si lo que ustedes dicen es correcto, no seré un obstáado para que ustedes no puedan hacer lo que piensan que debe hacerse". Ustedes dijeron que si pudieran corregir las cosas como se corregirían si las dificultades existiesen en cualquier otra parte, el trabajo se colocaría sobre una base sólida (Carta 94, 1902; la cursiva fije añadida). MV 434 9 Y luego ella informó significativamente: MV 434 10 El Señor me reprobó por aceptar la versión de los asuntos de un ser humano, incluso la del pastor Daniells, cuando Dios ya me había dado su instrucción. MV 435 1 Nunca recuerdo haberme sentido más dolorida que como me sentí después de haber hablado como lo hice en la entrevista con ustedes. No tuve nada para decir en favor de Nashville. El Señor me reprobó por esto y me señaló a aquellos que por nombramiento divino estaban trabajando en Nashville (Ibíd.; la cursiva fue añadida). MV 435 2 En un testimonio directo de reprensión ella escribió: MV 435 3 Es una ofensa a Dios que hubiera un intento de contrarrestar los planes del Señor, y de obstruir la buena obra que se estaba realizando en Nashville; y que el pastor Daniells y otros, a pesar de la luz que Dios ha dado, se uniesen en este intento. El no respaldará el trabajo de ellos, ni aprobará su curso de acción (Ibíd.). MV 435 4 El pastor Daniells aceptó el mensaje de reprensión por el curso de acción que había propuesto basándose en lo que sentía que eran argumentos sólidos y un cuidadoso razonamiento. La planta impresora no se cerró. MV 435 5 Cuánto se regocijó cuando se produjo un cambio en el curso de los acontecimientos. En el lapso de unos pocos años la institución comenzó a ganar terreno. Cuando más tarde contó la historia, hizo la siguiente observación: MV 435 6 Dios, que conoce el fin desde el principio, nos mandó mensajes para impedimos estrechar la obra en un tiempo de desaliento. Estos mensajes parecían a veces difíciles de comprender. Exigían esfuerzos sobrehumanos. Ahora podemos regocijamos pues se manifestó por su sierva la mano guiadora de Dios. Cuento este incidente entre los muchos que han confirmado mi confianza en la dirección divina del pueblo de Dios por el don de profecía (AGD, El permanente don de profecía, p. 386). ------------------------Capítulo 29-- INCENDIO DE LA REVIEW AND HERALD MV 436 1 Era el martes 30 de diciembre de 1902, en un sereno anochecer de invierno en Battle CreekNo había nieve en el suelo. La mayoría de los 300 empleados de la Review and Herald, la « asa publicadora, habían dejado sus maquinarias y oficinas editoriales para el dfa. Habían llegado unos pocos obreros pata el turno de la noche. A. G. Daniells, el nuevo dirigente electo de la Asociación General, estaba todavía en su oficina en el segundo piso del Edificio Oeste, justo cruzando la calle North Washington. Un poco después de las 6:00 I. H. Evans, presidente y gerente general de la Review and Herald Publishing Company, y E. R. Palmer se habían reunido con él para examinar algunos nuevos folletos en preparación. A las 7:20 Palmer se fue, y Daniells y Evans estaban charlando. MV 436 2 Había sido un buen año para la Review and Herald, uno de los más prósperos. También había perspectivas promisorias para un ocupado 1903 (Suplemento de la RH, 28 de abril, 1903). MV 436 3 Sonó la campana del Tabernáculo, convocando a los fieles para la reunión de oración. Luego las luces eléctricas se apagaron. Daniells se asomó a la ventana y vio llamas que salían de la casa publicadora. MV 436 4 Unos pocos minutos antes, todo era normal en el enorme edificio. El sereno nocturno justo había terminado de hacer su ronda por el salón de máquinas. Luego los pocos empleados que estaban trabajando detectaron el olor de humo. Inmediatamente las luces de toda la planta se apagaron, dejando todo en completas tinieblas. El denso humo aceitoso que llenó el edificio con increíble velocidad obligó a todas a salir apresuradamente; aun entonces algunos encontraron que era imposible usar las escaleras y tomaron las salidas de emergencia para incendios. Todos los obreros salieron, pero uno apenas alcanzó a hacerlo, arrastrándose a través de cuartos llenos de humo hasta llegar a un lugar seguro. La alarma contra incendios había sido activada ante la primera detección de la emergencia. MV 436 5 Cuando los pastores Daniells y Evans alcanzaron la calle, toda la sala de prensas estaba en llamas. Un minuto o dos más tarde llegaron las autobombas del departamento de bomberos de la ciudad y pronto estaban echando agua sobre el fuego. Todo el edificio parecía estar envuelt o en llamas. Ningún bombero pudo entrar en ningún lugar. Los intentos por de tener el incendio fueron inútiles. Todos podían ver que nad Le era capaz de controlar las llamas. El Hno. Robert, del Departamento de Arte, salvó unos pocos muebles y algunos preciosos materiales de arte, pero no se pudo salvar nada de las oficinas editoriales o de la biblioteca. MV 437 1 Eran ahora un poco pasadas las 7:30; los bomberos dirigieron sus esfuerzos al salvataje del Edificio Oeste de dos pisos, cruzando la calle, y de los depósitos en el lado este de la planta de la Review. Afortunadamente, la brisa procedía del suroeste, y el humo y las llamas eran impulsadas por el viento a través de la Calle Main dentro del McCamly Park. A las 8:00 cayó el techo de la planta, y la maquinaria en los pisos superiores comenzó a desplomarse. Por las 8:30 las paredes de revestimiento de ladrillo se estaban derrumbando. MV 437 2 Aunque había una cantidad de empleados trabajando por todo el edificio, ninguno había visto el comienzo del incendio. Sin embargo, en forma general estaban de acuerdo en que el incendio había comenzado en el sótano, en la sala de máquinas original, debajo del cuarto de la dínamo. El primer informe que se publicó acerca del incendio decía: MV 437 3 El mismo día en que esto ocurrió, el jefe del departamento de bomberos de la ciudad, en compañía del electricista de las oficinas, hicieron una recorrida de inspección por todo el edificio, examinando los cables para las luces y otras posibles fuentes de peligro, y declararon que todo estaba en condición satisfactoria (RH, 6 de enero, 1903). MV 437 4 Esto se había hecho en consideración de la renovación de la póliza del seguro el l 'de enero. El jefe de bomberos, un tal Sr. Weeks, que había dirigido la lucha contra un número de incendios grandes en Battle Creek, más tarde declararía que había tratado de extinguir cada uno de los incendios adventistas y que su puntaje era cero. "Hay algo extraño --dijo-- acerca de sus incendios adventistas, con el agua derramada que actúa más como gasolina" (B. P. Fairchild a Arthur L. White, 4 de diciembre, 1965). MV 437 5 La planta publicadora de la Review and Herald había crecido hasta llegar a ser uno de los establecimientos publicadores más grandes y mejor equipados en el Estado de Michigan. Ahora era apenas un montón de escombros. ¿Por qué? MV 437 6 Mientras algunos de los miembros de la junta directiva estaban de pie observando las llamas, debe haber acudido a sus mentes una frase de una carta de Elena de White, escrita desde California y dirigida al gerente de la Review and Herald. Había sido leída a la junta trece meses antes: "Casi tengo temor de abrir la Review, temiendo de ver que Dios ha purificado por fuego la casa publicadora" (8T, p. 91). LA NOTICIA LLEGA A ELENA DE WHITE MV 437 7 Ese martes de noche Elena de White, en su hogar en Elmshaven, había dormido poco. En visión había agonizado por las condiciones en Battle Creek.. Cuando bajó al comedor para desayunar el miércoles de mañana, Sara McEnterfer le dijo que la planta publicadora Review and Herald se había quemado la noche anterior, C. H. Jones había telefoneado para dar la noticia. No fue una sorpresa para Elena de White. Sólo unos pocos días antes, con la pluma en la mano, perdió conciencia de lo que la rodeaba y nuevamente vio una espada de fuego sobre Battle Creek, "yendo primero en una dirección y luego en otra", con un desastre que seguía a otro (Carta 37,1903). MV 438 1 El sanatorio se había quemado en febrero; ahora la Review había desaparecido. Tomando su pluma, le escribió a Edson: MV 438 2 Oh, me siento tan triste porque... el Señor ha permitido esto, porque su pueblo no quiso oír sus advertencias y no se arrepintió para ser convertido, para que él lo sanase. Muchos han despreciado las palabras de advertencia. Oh, cuán triste es esto. Cuán grande es la pérdida de libros y muebles y de las instalaciones... Mi oración es que el Señor tenga misericordia de nosotros (Carta 214, 1902). MV 438 3 Por diez años Elena de White había estado notando las tendencias que prevalecían en la administración de la Review and Herald, la casa publicadora, y la agonía que había sufrido en su alma alcanzó un nivel casi insoportable durante las semanas anteriores al incendio. Los administradores habían perdido su sentido de justicia y responsabilidad. Los empleados habían perdido mucho de su dedicación desinteresada y de su consagración. Las juntas directivas habían perdido su poder para controlar las cosas para que marchasen en el rumbo correcto. Era un proceso gradual que el Cielo desaprobaba, y la mensajera de Dios había pronunciado advertencia tras advertencia. Pero en su mayor parte éstas fueron ignoradas o menospreciadas. MV 438 4 Primariamente esto sucedió debido a dos situaciones: (1) injusticias contra autores por la instigación de reglamentos que les negaban su justa retribución por su trabajo literario, y(2) falta de equidad al tratar con el personal de la casa publicadora. Los administradores argüían que la obra prosperaba gracias a la habilidad y competencia de los que estaban en la administración, de modo que los hombres que estaban en cargos de responsabilidad debían recibir el doble de salario que los obreros expertos en la planta. MV 438 5 A esto se añadían las presiones que ejercían algunos hombres en la casa publicadora para colocar a la oficina de la Review en control de toda la obra de publicaciones en Norteamérica. La Pacific Press en Oakland, California, sería tan sólo una sucursal de la Review and Herald, y todas las decisiones se tomarían en Battle Creek. Tan temprano como en la sesión de la Asociación General de 1889 se dieron pasos que virtualmente acarrearían la consolidación de la obra de publicaciones, y este proceso se fortaleció en 1891. En realidad, se habían hecho propuestas en esta dirección antes de la muerte de Jaime White en 1881. MV 438 6 Elena de White escribió desde Australia en 1896: MV 439 1 El Señor me ha presentado asuntos que me han hecho temblar por las instituciones en Battle Creek... MV 439 2 El plan pura lograr la consolidación es perjudicial para la causa de la verdad presente. Battle Creek tiene todo el poder que debiera tener. Algunos en ese lugar han promovido planes egoístas, y si alguna rama de la obra prometía una medida de éxito, no han ejercido el espíritu que deja en paz lo que está marchando bien, sino que han hecho un esfuerzo para incorporar esos intereses al gran todo. Se han esforzado para abarcar demasiado, y sin embargo están ansiosos de conseguir más (Carta 81,1896). MV 439 3 Lo más angustioso de todo era el deterioro general de la experiencia espiritual de la administración y los obreros de la Review y la erosión de un sentido de lo correcto, lo que permitía que el trabajo comercial trajese publicaciones desmoralizadoras dentro de la fabrica. Asumiendo la posición de que eran impresores y no censores, la administración autorizaba la impresión de publicaciones que estaban muy por debajo de las normas morales adventistas. No se habían establecido límites que regulasen el tipo de literatura que se publicaría. Las prensas sacaban en abundancia libros de ficción, historias del Wild West, libros que promulgaban doctrinas católico-romanas, literatura sobre el sexo, y libros sobre hipnosis. Los administradores consideraban la casa publicadora como una empresa comercial cuya primera obligación era hacer dinero. ADVERTENCIAS DE ÚLTIMO MINUTO MV 439 4 El 8 de julio de 1901, Elena de White escribió al gerente de la Review and Herald: MV 439 5 Actos injustos, profanos, han atraído la desaprobación de Dios sobre la oficina de la Review and Herald. Obras malas han desacreditado la causa de Dios, y han hecho que el que se ha apartado de la fe se vea impedido de obedecer su santa ley (Carta 74, 1901). MV 439 6 Las condiciones empeoraron durante 1901, a pesar de los muchos mensajes de advertencia. Frank Belden acusó de que el capataz era "brutal" y que a veces les requería a los empleados que limpiasen su bicicleta en horas de oficina. Un hombre que todavía vivía en 1970 recordaba sus días en la sala de prensas de la Review donde comenzó a trabajar en 1896 a la edad de 14 años. Todavía estaba trabajando allí cuando ocurrió el incendio, y dejó el edificio apenas minutos antes de que las llamas lo barriesen. Recordaba un libro sobre hechicería que se estaba imprimiendo allí, y a un prensista que imprimía ejemplares de Bible Readings mientras escupía jugo de tabaco sobre la prensa. Este joven fue ridiculizado por otros obreros cuando decidió bautizarse. El terror engendrado por el trato brusco de sus superiores lo indujo a desear que nunca llegase el día siguiente. Había jóvenes trabajadoras que leían pruebas de libros llenos de escepticismo hacia la religión y que luego incorporaban este escepticismo en sus conversaciones en la oficina. MV 440 1 "El Señor no nos permite --escribió Elena de White-- dedicarnos a la impresión o venta de tales publicaciones, pues son un agente de destrucción para muchas almas. Sé lo que escribo, pues esta cuestión me ha sido presentada claramente. Que aquellos que creen en el mensaje de nuestro tiempo no se dediquen a semejante trabajo con la esperanza de ganar dinero" (3JT, p. 165). Acerca de ese tiempo ella hizo una observación sumamente interesante, que muestra el discernimiento espiritual que Dios le dio: MV 440 2 Aun las hombres que están tratando de exaltar sus propios sentimientos como una ciencia maravillosa están asombrados de que hombres en cargos de responsabilidad en nuestra oficina de publicación --una oficina impresora establecida para la defensa de la verdad de Dios-- hayan consentido a imprimir sus libros (MS 124, 1901). MV 440 3 En su angustia y en un intento desesperado para detener la obra satánica, Elena de White pidió que los empleados de la casa publicadora realizasen un boicot virtual. Después de describir los efectos desmoralizadores de la literatura que se estaba imprimiendo en las prensas de la Review and Herald --incluyendo historias de romances y libros que exponían crímenes, atrocidades y prácticas licenciosas-- ella señaló que la postura asumida por los administradores (que no eran responsables por el tipo de libros que salían de las prensas y que los empleados tampoco eran responsables por la elección de la naturaleza de los materiales que pasaban por la casa publicadora) estaba equivocada. Ella declaró: MV 440 4 En estos asuntos, la responsabilidad descansa no solamente en los directores sino también en los empleados... Niéguense los tipógrafos a componer una sola frase de estas cuestiones. Niéguense los correctores de pruebas a leerlas, los impresores a imprimirlas y los encuadernadores a encuadernarlas (3JT, p. 167). MV 440 5 De alguna manera aquellos que administraban la obra habían llegado a endurecerse contra los mensajes que Dios había enviado. Ahora el miércoles de mañana, 31 de diciembre de 1902, todo lo que quedaba de la gran planta publicadora de la Review and Herald, excepto por el depósito de libros en el Edificio Oeste, eran brasas calientes, paredes de ladrillo derrumbadas y maquinaria retorcida. No quedó nada de valor. MV 440 6 Había caído la espada de fuego sobre Battle Creek, y todos sabían que Dios había hablado. ------------------------Capítulo 30-- LA SESIÓN DE LA ASOCIACIÓN GENERAL DE 1903 LA SESIÓN PREVIA A LA SESIÓN REGULAR MV 441 1 Oakland, California, había sido escogida como el sitio para la sesión de la Asociación General de 1903. La sesión iba a iniciarse el viernes 27 de marzo y se extendería hasta el tercer sábado. Las reuniones se celebrarían en la iglesia de Oakland. La mayoría de los delegados permanecerían en las casas de miembros de iglesias y desayunarían con sus anfitriones. Se armó una carpa grande cruzando la calle desde la iglesia, donde el personal del restaurante vegetariano de San Francisco serviría las comidas del mediodía y de la noche. Se había rentado una casa vacía en Oakland para el uso de Elena de White y su personal durante la session de la Asociación General. MV 441 2 El lunes 23 de marzo la Sra. White viajó a Oakland. Willie había ido un día antes. Sara McEnterfer, Maggie Hare, C. C. Crisler y D. E. Robinson fueron junto con Elena de White. Ella había esperado que podrían conducir hasta allá, o al menos que podría tener acceso a un carruaje mientras estuviese allí, porque los paseos en un carruaje le permitían descansar cuando ella se sentía bajo presión. Esto no fue factible, de modo que se rentó una silla de ruedas confortable que le ayudaría para ir desde la casa alquilada a la iglesia donde se celebraban las reuniones. MV 441 3 El martes de mañana el pastor Daniells, sabiendo que Elena de White había llegado a Oakland, fue a saludarla y a darle la bienvenida. Él se preguntaba: ¿Cómo me saludará? Sabía que el Dr. Kellogg le había escrito una carta de 70 páginas para llenarla de prejuicios contra él. Sabía que si alguien podía influir en ella era el Dr. Kellogg. 1 Cuando subió al porche encontró que la puerta delantera estaba abierta. Miró por el pasillo y vio a Elena de White sentada en una silla mecedora en la cocina. Avanzó por el pasillo hasta la cocina. Cuando ella lo vio que se acercaba, lo llamó: "Entre, Hno. Daniells". Aferrando su mano en un saludo cálido y mirándolo a los ojos, le dijo: "¿Sabe usted que estamos enfrentando una gran crisis en esta reunión?" MV 441 4 "Sí, Hna. White", replicó él. MV 441 5 Ella aferró su mano más fuertemente y con vigor en sus ojos dijo: "No vacile una pizca en esta crisis". MV 442 1 A esto Daniells replicó: "Hna. White, estas son las palabras más preciosas que jamás oí. Yo sé quién es usted y qué quiere decir" (DF 15a, AGD, "Cómo la Denominación fue Salvada del Panteísmo", copia A, pp. 16-17). MV 442 2 Luego la mensajera del Señor reveló las fuerzas que estaban detrás de los problemas que enfrentaban. "Permítame decirle --dijo ella--, Satanás tiene ahora sus representantes precisamente aquí, en este lugar, y ahora, y el Señor me ha ordenado: No tengas una entrevista con el Dr. Kellogg, ni ninguna consulta, ba jo ninguna circunstancia, con ese hombre" (Ibíd.). MV 442 3 Esta sesión sería diferente de cualquier otra que la hubiese precedido. Con las nuevas uniones asociaciones funcionando bien, muchos asuntos que normalmente irían a la Asociación General estaban siendo manejados por comités de las Uniones y Asociaciones. MV 442 4 Se planeó que esta sesión sería "más un concilio de obreros dirigentes que una ocasión para instruir a la multitud" (20 WCW, p. 381). Esto permitiría que los obreros regulares de la denominación continuasen su trabajo en el campo. Habría menos delegados que los que se reunieron para la sesión de 1901 en Battle Creek; la disposición inicial requería 134. MV 442 5 Esta fue la primera sesión de la Asociación General bajo la nueva constitución que se había adoptado dos años antes. No sólo estaba trabajando bien el plan de las uniones asociaciones, sino que las diversas corporaciones y asociaciones estaban siendo desarrolladas en departamentos bajo la dirección del Comité de la Asociación General. MV 442 6 Se había descubierto tempranamente una debilidad en la constitución de 1901, a saber, que la obra como estaba planeada por los delegados debía ser administrada por el Comité de la Asociación General de 25 miembros, bajo oficiales elegidos por él: un presidente, un secretario y un tesorero. Bajo este arreglo los oficiales de la iglesia no recibían su mandato de los miembros [a través de los delegados]. Sólo eran responsables ante un comité de 25 miembros. PREOCUPACIONES DEL PASTOR DANIELLS MV 442 7 El pastor Daniells estaba cansado de conflictos y desafíos administrativos. Estaba considerando si debería deponer las responsabilidades de liderazgo y ocuparse en otra línea de trabajo, posiblemente en evangelismo en alguna otra parte del campo mundial. Pero él era el hombre en la posición de mando. Con otros obreros viajó desde Battle Creek a Oakland a tiempo para tener una semana de reuniones previas a la sesión. MV 442 8 En varias ocasiones Daniells relató la experiencia que tuvo en este tiempo. Apartó el sábado 21 de marzo, que precedía a la sesión de la Asociación General, como un día especial de ayuno y oración personal. Sentía que debía saber cuál era su deber. Fue a una de las oficinas de la Pacific Press, la casa publicador, donde podía pasar el día en estudio, meditación y oración, anhelando recibir algún indicio que le diese valor para abordar la sesión. Durante el día y el anochecer permaneció allí. Mientras estaba postrado en una oración final, el anhelo de que pudiera entrar en una verdadera relación con la gran obra de Dios en la tierra abrumó su corazón. MV 443 1 Al contar nuevamente la historia sólo unas pocas horas antes de su muerte, dijo: "Luché a muerte, clamando en voz alta, y casi, reproché al Señor por no darme alguna señal, alguna evidencia de mi aceptación, y de su apoyo para mí en la terrible batalla que nos esperaba" (AGD, The Abiding Gift of Prophecy, p. 367). Durante esta lucha se postró sobre el suelo, aferrándose, por así decirlo, a las tablas del piso mientras contendía con Dios. Toda la noche luchó con el Señor. Entonces, cuando el sol matutino irrumpió en la habitación, "tan distintamente como si hubiesen sido pronunciadas en forma audible, se grabaron en mi mente estas palabras como un mensaje del cielo: 'Si te mantienes de parte de mi sierva ahora que su sol se pone en un cielo brillante, yo estaré de tu parte hasta la última hora del conflicto'" (AGD, El permanente don de profecía, pp. 432-433). MV 443 2 "No pude hablar nada más con Dios", dijo. "Me había vencido. Y aunque he cometido errores, Dios ha estado junto a mí, y yo jamás he repudiado a esa mujer, ni hasta tanto yo sepa, he cuestionado su lealtad, desde aquella noche hasta este momento. Oh, aquella fue una experiencia feliz para mí y me ha ligado con el personaje más grande que ha vivido en esta dispensación" (DF 312c, "Informe de una entrevista de despedida entre AGD y WCW, 20 de marzo, 1935", p. 5). MV 443 3 "Toda duda quedó eliminada de mi mente --informó en otra ocasión--. Sabía que no debía huir de la obra a la cual había sido llamado por mis hermanos, y que debía permanecer con ellos en mi puesto del deber. Quedé profundamente convencido de que debía ser tan fiel a los consejos del espíritu de profecía como la brújula al polo, que debía ponerme lealmente de parte de la sierva del Señor, sostener sus manos, e inducir a esta denominación a reconocer y a apreciar el don que el cielo le había enviado... Prometí entonces solemnemente al Señor que sería fiel a su causa, que haría todo lo que estuviera en mi poder para impedir que se presentase en la denominación ninguna cosa que hubiese de empañar la gloria del don inestimable de la sierva del Señor, que ya había empleado ese don durante tantos años" (AGD, El permanente don de profecía, pp. 432-433). MV 443 4 La experiencia, dijo el pastor Daniells, "señaló el comienzo de una era importante de completa aceptación del espíritu de profecía" (Ibíd.). MV 443 5 Cerca del momento para la apertura de la sesión, Elena de White puso en mano de los delegados y otras personas algunos de los testimonios que tocaban muchos de los puntos en cuestión. El panfleto de 96 páginas presentando Selections From the Testimonies for the Church for the Study of Those Attending the General Conference in Oakland, California, March 27, 1903 (Selecciones de los testimonios para la iglesia para el estudio de aquellos que asistan a la Asociación General en Oakland, California, 27 de marzo, 1903), fue impreso por la Pacific Press. Una amplia variedad de temas estaban representados en este panfleto. Se ponía un énfasis especial en los incendios en Battle Creek, la liquidación de las deudas, y la visión de la Sra. White de la sesión de 1901 concerniente a lo "que podría haber sido"; había diversos puntos que trataban de las iglesias, la consolidación de la obra de publicaciones, la obra en el Sur, la Asociación Publicadora del Sur y el uso del Morning Star. Cerraba con referencias a la obra en los Estados Unidos y fuera del país. LOS ASUNTOS ADMINISTRATIVOS DEL CONGRESO MV 444 1 La consideración de los asuntos administrativos del congreso comenzó propiamente el lunes de mañana a las 9:30. Después de pasar lista a los delegados, el presidente, el pastor Daniells, dio su discurso. En sus observaciones iniciales habló del funcionamiento eficiente de las uniones asociaciones y observó: "Muchos hombres están ahora adquiriendo la experiencia de llevar cargas lo que previamente estaba reservado comparativamente a unos pocos" (GCB 1903, p. 18). MV 444 2 Luego presentó la situación financiera muy difícil en la que se encontraba la denominación, y el hecho de que la seguridad de sus instituciones había mejorado. Hablando de la dirección de Dios a través del espíritu de profecía, declaró que "otra fase de la reforma a la que este pueblo fue llamado era la de levantarse y alejar la deshonra de la deuda que descansaba tan pesadamente sobre ellos" (Ibíd.). La Asociación General había estado operando sobre la base de dinero en efectivo, informó Daniells, y había reducido las deudas de la denominación en $250.000 (Id., p. 19). La feligresía mundial a fin de 1902 era de 67.000 miembros (Id., p. 120). MV 444 3 La primera propuesta que se colocó ante la Asociación General fue significativa y de largo alcance: MV 444 4 Que el pastor A. G. Daniells, presidente del Comité de la Asociación General, sea instruido, y lo es por este medio, para que designe un comité de cinco a fin de examinar la condición financiera de todas nuestras diversas instituciones, y para investigar su relación con la denominación Adventista del Séptimo Día, y para idear y recomendar a este congreso algún plan por medio del cual todas las instituciones, hasta tanto sea posible bajo las leyes existentes de la corporación, sean colocadas bajo la posesión, control y administración directa de nuestro pueblo (Id., p. 21). MV 444 5 La propuesta fue directa al punto y destacaba el trabajo importante que debía abordarse en la sesión. Fue referida a la Comisión de Planes, para que fuese traída a la sesión en la forma apropiada. Pero otro asunto que amenazaba a la causa acechaba en las tinieblas: el panteísmo, propagado por el Dr. Kellogg y sus asociados. MV 445 1 Las reuniones administrativas de la sesión de la Asociación General habían sido liberadas de muchos de los detalles que se habían presentado en sesiones previas, de modo que había tiempo para discutir dos asuntos importantes: la posesión de las instituciones, y la nueva constitución bajo la cual los principales oficiales serían elegidos por los delegados. Unos pocos días después de la apertura del congreso, el Comité sobre Planes y Constitución sometió un informe parcial, recomendando: MV 445 2 "Que las oficinas de la Asociación General sean sacadas de Battle Creek, Michigan, y trasladadas a algún lugar favorable para su trabajo en los estados cercanos al Atlántico" (GCB 1903, p. 67). MV 445 3 Cuando el Dr. Kellogg ocupó el segundo domingo de tarde del congreso con su reseña de su experiencia con el Sanatorio de Battle Creek, de a momentos se dijeron algunas cosas más bien hirientes. Después de un largo debate, se tomó el siguiente acuerdo en cuanto al control de las instituciones: MV 445 4 Todas las instituciones creadas directamente por el pueblo [la hermandad] a través de la Asociación General, la Unión Asociación, la Asociación estatal, o la organización de un campo misionero, han de ser propiedad del pueblo, mediante éstas u otras organizaciones según el pueblo pueda designar (Id., p. 223). LA NUEVA CONSTITUCIÓN MV 445 5 El segundo debate importante de la sesión de la Asociación General de 1903, que se realizó hacia el fin de la reunión, se centró en la nueva constitución, específicamente la provisión para la elección de un presidente y otros oficiales aptos para la Asociación General. Aunque no era sino una leve revisión de la constitución de 1901, se manejó como un documento nuevo. MV 445 6 Dos informes fueron presentados a la sesión por parte del Comité de Planes y sobre la Constitución. El informe de la mayoría apoyaba la nueva constitución, que disponía que los principales oficiales de la Asociación General fuesen elegidos por los delegados, dándoles de ese modo un mandato procedente de la iglesia. En este comité estaban una cantidad de presidentes de Asociación y W. C. White. El informe de la minoría, firmado por tres hombres en gran medida vinculados con intereses institucionales, sostenía que la nueva constitución propuesta revocaría los pasos de reforma tomados en la Asociación General de 1901. Estos hombres insistían en que la constitución de 1901, que proveía que el Comité de la Asociación General escogiese a sus oficiales, no debería ser "aniquilada" sin darle una oportunidad justa. MV 445 7 El Dr. Kellogg favorecía fuertemente el informe de la minoría. En una carta escrita a Elena de White en el día de la apertura de la sesión, se refirió a "los designios de Daniells y Prescott para convertirse en gobernantes de Israel", lo que estaría "en directa oposición a todo el plan de reorganización que el Señor nos dio mediante usted en la última Asociación General". MV 446 1 El asunto no se arregló rápidamente. Se necesitaba un voto con una mayoría de las tres cuartas partes. Al término de la reunión vespertina del 9 de abril de 1903, se tomó el voto con 108 delegados presentes. Un total de 85 votaron a favor del informe de la mayoría. MV 446 2 Otro acuerdo significativo incluía las medidas necesarias para que se pueda usar el dinero del diezmo para el sostén de las viudas y los huérfanos de los obreros (GCB 1903, p. 135). MENSAjES DE ELENA DE WHITE A LOS DELEGADOS MV 446 3 El sábado de noche, 28 de marzo, se le mostró a Elena de White en visión lo que debía traer a la sesión. Esto la indujo a pedir el privilegio de dirigirse a los delegados el lunes Je tarde. En lugar de la reunión administrativa regular ella presentó un sermón sobre el reinado de Josías. 2 Habló de la investigación que hizo el rey y del castigo por la apostasía. Declaró lo siguiente: MV 446 4 Dios está observando hoy a su pueblo. Deberíamos tratar de descubrir qué quiere decir él cuando arrasa nuestro sanatorio y nuestra casa publicadora. No sigamos adelante como si no hubiera nada malo. El rey Josías rasgó su manto y rasgó su corazón. Lloró y se lamentó porque no había tenido el libro de la ley, y no conocía los castigos que en él se advertían. MV 446 5 Dios quiere que recobremos el buen sentido. Quiere que busquemos el significado de las calamidades que nos han sobrecogido, para que no transitemos en los pasos de Israel y digamos: "Templo de Jehová, templo de Jehová" somos, cuando no somos esto en absoluto (Id., p. 31). MV 446 6 El sábado de mañana ella había dicho: MV 446 7 Dios quiere trabajar por su pueblo y por sus instituciones, por cada sanatorio, cada casa publicadora y cada escuela, pero no quiere que se levanten más edificios enormes, porque son una trampa. Por años él le ha dicho esto a su pueblo (Id., p. 10). MV 446 8 El miércoles de mañana, l° de abril, ella habló en el servicio devocional. Se refirió a la crítica mezquina y a la práctica de buscar faltas en otros, a la calumnia y al canibalismo. Luego comenzó a referirse a las instituciones de la iglesia y a algunos de los problemas que estas instituciones enfrentaban. MV 446 9 Recordó a sus oyentes los apuros económicos por los que estaba pasando la casa publicadora en Cristianía (Oslo), Noruega. Algunos querían dejar que la casa se hundiese en sus problemas financieros, pero ella dijo que "se me ha dado luz que debía colocarse la institución donde pueda hacer su trabajo" (Id., p. 58). Luego se refirió a la cuestión del Sanatorio de Battle Creek, lo que estaba en la mente de muchos, porque la institución se estaba reedificando a un costo dos o tres veces mayor que lo que se había presupuestado. Se estaban acumulando grandes deudas. Algunos en la reunión probablemente se sorprendieron cuando oyeron las palabras: MV 447 1 Permítanme decir que Dios no tiene el propósito de que el sanatorio que ha sido erigido en Battle Creek sea en vano. Quiere que su pueblo comprenda esto. MV 447 2 Él quiere que esta institución sea colocada en una posición ventajosa. No quiere que su pueblo sea mirado por el enemigo como un pueblo que está desapareciendo del escenario (Ibíd.). MV 447 3 Pidió que se realice otro esfuerzo para colocar la institución sobre un terreno sólido, y declaró: "El pueblo de Dios debe hacer desarrollar esa institución en el nombre del Señor". MV 447 4 Un hombre no debe estar solo a la cabeza de ella. El Dr. Kellogg ha llevado la carga hasta que casi lo ha matado. Dios quiere que sus siervos estén unidos al llevar esa obra adelante (Ibíd.). MV 447 5 Antes de terminar su presentación, declaró: MV 447 6 Debido a que los hombres han cometido errores, no deben ser desarraigados. La bendición de Dios sana; no destruye. El Poderoso Sanador, el gran Médico Misionero, estará en medio de nosotros para sanar y bendecir, si nosotros lo recibimos (Id,, p. 59). MV 447 7 Note cómo se relacionaba Elena de White con situaciones de esta clase. Sabía que algunas instituciones habían sido construidas con exceso de edificios, en desprecio del consejo que Dios había dado. Pero aun cuando se habían cometido errores, ella sostenía que éstas eran instituciones de Dios, que la iglesia debía apoyarlas y hacerlas triunfar. MV 447 8 Al término del mensaje devocional de Elena de White en el segundo domingo de mañana de la sesión, mientras ella estaba descendiendo de la plataforma, un hombre corrió hacia delante e intentó atacarla. El hombre era Helge Nelson, quien pretendía tener el don profético, y dos años antes había buscado repetidamente una oportunidad para hablar en público en la Asociación General. En cuanto a este intento de ataque contra la Sra. White este domingo de mañana, un diario informó: MV 447 9 La venerable exhortadora vaciló contra los escalones de la plataforma donde está el pulpito y se bamboleó débilment e mientras era sostenida por varios hombres que estaban cerca, cuando la mano del atacante cayó sobre la desprevenida mujer. Rápidamente, en medio de la escena de gran conmoción, "Angel Nelson" [el título adoptado por su atacante] fue sacado de la iglesia precipitadamente por algunos ancianos vigorosos. Mientras otros ayudaban a la mujer que había sido golpeada, Alonzo T. Jones, presidente de la Asociación de California de los Adventistas del Séptimo Día, llamó a la policía y Nelson fue llevado apresuradamente a la prisión de la ciudad por el oficial de policía Flynn, acusado de agresión. MV 448 1 El informe declaró que "la Sra. White recobró rápidamente la calma, y recibió alegremente las felicitaciones de sus amigos porque el ataque no había causado dificultades más serias" (DF 586). MV 448 2 Aunque no se le había dado a Nelson una oportunidad de hablar en 1901, se reunió con algunos de los principales obreros de la iglesia. Les relató a los hermanos su experiencia y cuál era su llamado de acuerdo con lo que él entendía. En la reunión de este comité Elena de White contó cuáles habían sido sus contactos anteriores con el Sr. Nelson. Dijo cómo él había venido a la casa de ella, en California, y ella había pasado tiempo escuchándole. Ella declaró: "Dios no le ha dado al Hno. Nelson la obra de actuar como Josué en conexión con su pueblo. Por la luz que he tenido, esto no podía ser. Es una imposibilidad" (RH, 30 de julio, 1901). Terminó sus observaciones diciendo: MV 448 3 Amamos a nuestro hermano. Queremos que sea salvo, pero no podemos permitirle que tome el tiempo de este congreso. Ést e no es su tiempo. Dios nos ha dado una obra para hacer, y nos proponemos hacerla, bajo su supervisión, para que las almas puedan ser conducidas al conocimiento de la verdad presente (Ibíd.). EL TRASLADO A WASHINGTON, D. C. MV 448 4 Mudar las oficinas de la Asociación General desde sus dependencias rentadas en el Edificio Oeste de la Review and Herald sería sumamente simple. Pero cerrar el negocio de la casa publicadora en Battle Creek y volverlo a establecer en otra parte implicaría factores legales y profundamente emocionales. MV 448 5 La reunión constituyente de la Review and Herald que tuvo lugar en Battle Creek del 21 al 29 de abril de 1903, distó mucho de ser una reunión tranquila. Los dirigentes de la iglesia y la mayoría de los integrantes de la asamblea constituyente favorecían el que la institución se mudara de Battle Creek, pero había algunos miembros constituyentes, relativamente pocos, que se oponían amargamente. Los consejos del espíritu de profecía fueron claramente el factor decisivo. El voto final fue muy en favor del traslado. Pero el voto no resolvió las cuestiones legales. La Asociación General y la casa publicadora habían estado estrechamen te vinculados a través de los años, y ahora en el traslado propuesto, ambas estaban involucradas y ambas debían considerarse al mismo tiempo. La pregunta era si el traslado iba a ser a un lugar o a dos. MV 449 1 El 15 de mayo el pastor Daniells le dirigió una carta a Elena de White en la que indicaba su necesidad de orientación divina. Esta apelación en busca de ayuda divina fue típica de sus cartas durante los cinco meses siguientes. La Sra. White replicó inmediatamente a esta apelación: MV 449 2 Apreciado Hno. Daniells: Hemos recibido su carta respecto a la selección de un lugar para la Review and Herald, la casa publicadora. MV 449 3 No tengo luz especial, excepto la que usted ya ha recibido con referencia a Nueva York y las otras ciudades grandes que no han sido trabajadas. Debieran hacerse esfuerzos decididos en Washington, D. C... MV 449 4 Que el Señor nos ayude a avanzar en forma comprensiva y con oración. Estoy segura que él está dispuesto a que nosotros sepamos dónde debiéramos ubicar nuestra casa publicadora, y eso bien pronto. Estoy convencida de que nuestro tínico curso seguro es estar listos para avanzar justo cuando la nube se mueve (Carta 95, 1903). MV 449 5 El comité que se nombró a mediados de junio para buscar un lugar adecuado encontró dos sitios promisorios. Uno era un terreno de 39 hectáreas (97 acres), 96 kilómetros (60 millas) al norte de Nueva York en Fishkill, Nueva York, sobre el río Hudson, donde un comerciante jubilado había construido un hotel con 40 habitaciones, con muchos elementos atractivos. Estaba para la venta por $12.000. MV 449 6 Una parte del comité para ubicar un lugar, incluyendo al pastor Daniells, atentos a la instrucción de Elena de White de que se le diese cuidadosa consideración a las ventajas de Washington, pasaron cuatro días allí e inmediatamente sintieron la impresión de que los alrededores de esa ciudad poseían muchas características favorables para la sede central de la iglesia. TAKOMA PARK MV 449 7 La impresión aumentó cuando los hombres investigaron en busca de propiedades en la vecindad cercana de la capital de la nación. Daniells informó a W. C. White y a su madre: MV 449 8 Uno de los lugares más hermosos que hemos encontrado era un sitio llamado Takoma Park. Está en la línea principal del Ferrocarril de Baltimore y Ohio que va a Chicago y St. Louis. También se llega allí por una línea eléctrica. Está a 8 ó 10 kilómetros (5 ó 6 millas) de la ciudad. Es... un trozo de tierra grande y boscoso, que yace a cada lado del límite del distrito, parte en el distrito y parte en Maryland. Tiene una elevación de unos 90 metros (300 pies) por encima del Potomac. Es un lugar magnífico. Podríamos comprar todo el terreno que necesitamos a un precio muy razonable (AGD a WCW, 21 de junio, 1903). MV 450 1 Cuando los miembros del comité estudiaron el asunto, su recomendación fue dar a Washington la primera consideración, pero querían retener la opción de comprar la propiedad de Fishkill. MV 450 2 Había muchos adventistas en Battle Creek que no deseaban que la Asociación General y la planta impresora de la Review and Herald dejaran la ciudad. En la planta se había empleado a 300 personas. Muchos tenían casas propias y algunos tenían propiedades para alquilar; temían un desastre financiero personal. Luego también estaba la industria floreciente de los alimentos en base a cereales, iniciada por los Kellogg pero que ahora estaba muy fuera de su control, que había hecho de Batde Creek un pueblo rápidamente próspero. MV 450 3 Pero lo que más perturbaba a dirigentes de la iglesia era el hecho de que ciertos miembros descontentos del grupo constituyente de la Review and Herald habían amenazado con entablar juicios. Estos podían paralizar las cosas en batallas legales por años. MV 450 4 "Estamos en un lugar terrible --escribió Daniells a la mensajera del Señor--. Dios debe ayudamos. Somos impotentes" (AGD a EGW, 5 de julio, 1903). MV 450 5 Derramó su alma en palabras agonizantes: MV 450 6 Hna. White, ha sonado la hora para que se haga algo. Estamos en peligro. La estabilidad de esta causa está en juego. Esto involucra el honor de Dios y el bienestar de miles de creyentes en este mensaje, inocentes y fieles. A menos que yo esté totalmente engañado, estamos enfrentando una crisis... MV 450 7 Quiero decirle que comprendo como nunca en toda mi vida la necesidad y el valor para la iglesia del espíritu de profecía. La operación de Satanás en este tiempo actual ciertamente es con todo poder, y señales, y milagros mentirosos (Ibíd.). MV 450 8 Cuando W. C. White llegó a Battle Creek, los hombres se apresuraron a ir al Este para ver las propiedades de Nueva York y Washington. A pesar de una promesa de un agente de bienes raíces de retener la propiedad de Fishkill, encontraron que había sido vendida por otro agente (AGD a EGW, 23 de julio, 1903). MV 450 9 En Washington se apuraron a ir hacia Takoma Park y encontraron un "trozo de tierra de 20 hectáreas (50 acres)" a unos 2 kilómetros (algo más de 1 milla) de la oficina de correos. Esta propiedad había sido urbanizada por un Dr. Flower, quien fundó una institución médica en Boston y planeaba abrir una en el área de Washington. Después de invertir $60.000 en la tierra y de despejarla, se vio en problemas financieros. El terreno estaba ahora en mimos de un hombre que, aun que tenía una hipoteca de $15.000 sobre el mismo, estaba dispuesto a venderlo por $6.000. Daniells escribió: "Pagamos $100 para aseguramos la ganga". Alabaron a Dios por su providencia que les abría una oportunidad (Ibíd.). ¡Veinte hectáreas de tierra (50 acres) bien ubicadas a 11 kilómetros (7 millas) del Capitolio de los Estados Unidos, situadas junto a un hermoso arroyo, el arroyo Sligo, por $120 el acre! En su planificación inicial los hermanos vieron esto como muy adecuado para el propósito de establecer un sanatorio y una escuela. MV 451 1 Reconociendo la ventaja de que la literatura adventista llevase el sello de impresión de Washington, D. C., los hombres consideraron que también podía comprarse un terreno de varios acres apenas a 2 kilómetros (1 milla) al sur, dentro del Distrito de Columbia, por una modesta inversión. Daniells le prometió a Elena de White: "Consultaremos con usted ampliamente sobre este punto" (Ibíd.). MV 451 2 Anticipando un traslado inmediato, buscaron y encontraron en el centro de Washington un edificio con 16 habitaciones, apenas a unas pocas cuadras del Capitolio de los Estados Unidos, que podía servir como la sede central temporaria. Parecía ser "justo el lugar". Algo del equipo de impresión podía instalarse en el sótano y en cuartos del primer piso. Entrarían en posesión del edificio el 15 de agosto o un poco antes. MV 451 3 Daniells continuó informando a la Sra. White: MV 451 4 No hubo una nota disidente entre los hermanos que estuvieron ocupados en este importante traslado. La bendición del Señor descansó sobre nosotros mientras hacíamos nuestras decisiones día tras día... Creemos que la buena mano de nuestro Dios nos está conduciendo (Ibíd.). MV 451 5 Mientras los hombres estaban en Washington se formó una nueva corporación impresora. La dirección, 222 North Capitol Street, sería compartida por el nuevo establecimiento de publicaciones y la oficina de la Asociación General; las operaciones comenzarían en Washington en un período de tres semanas, el 15 de agosto de 1903. MV 451 6 Conociendo a Elena de White como la conocía, Daniells escribió: "Estoy esperando que antes de la primavera usted sienta que es su deber venir a Washington para ver nuestra situación, y para que conversemos respecto a la obra" (Ibíd.). Incluso propuso colocar una pequeña cabaña en el nuevo terreno para que ella pudiera ocuparla. Elena de White no olvidaría estas ofertas. LOS CREYENTES DE BATTLE CREEK EXPRESAN SU OPINIÓN ANTE EL TRASLADO PROPUESTO MV 451 7 Los miembros de la iglesia del Tabernáculo de Battle Creek tenían que ser informados en cuanto a la decisión del traslado a Washington. El sábado de mañana, 25 de julio, el pastor Daniells expuso todo el asunto a la congregación. Leyó de tres o cuatro comunicaciones de Elena de White que daban instruccio nes en cuanto a dónde debían ir. La reunión continuó por la tarde. El pastor Prescott leyó de otros testimonios de E. G. de White y el pastor Daniells le siguió, relatando a la iglesia "las providencias de Dios que se han abierto ante nosotros mientras hemos tratado de caminar en la luz como ha sido dada a través del espíritu de profecía" (AGD a EGW, 27 de julio, 1903). MV 452 1 La oposición que los dirigentes esperaban que vendría de parte de muchos de los adventistas de Battle Creek cuando se enterasen que estaban dejando la ciudad, no se materializó. Las instrucciones claras y el repaso de la dirección y las providencias de Dios hicieron una profunda impresión, y corrieron lágrimas en abundancia. MV 452 2 "Hubo en nuestro medio una influencia suavizadora y apaciguadora", le escribió Daniells a Elena de White. Informó que él se había enterado que "esta experiencia ha dado a muchos de nuestros hermanos y hermanas renovada confianza de que el Señor está dirigiendo esta obra" (Ibíd.). Más adelante escribió: "No creo que haya visto a la congregación del Tabernáculo tan profundamente interesada y tan plenamente conmovida por algo desde el último congreso realizado aquí hace dos años" (Ibíd.). EL RÁPIDO TRASLADO A WASHINGTON MV 452 3 El empaquetamiento comenzó enseguida. Dos vagones de carga fueron cargados con muebles y documentos de la Asociación General el lunes y martes, 3 y 4 de agosto. Partieron de Battle Creek el día 5 y estuvieron en Washington el 10 de agosto. El equipo para imprimir del Edificio Oeste le siguió poco después. MV 452 4 El último número de la Review and Herald impreso en Battle Creek llevaba la fecha del martes 11 de agosto. El siguiente número llevaba este lugar y fecha: Washington, D. C., jueves 20 de agosto. Para muchos adventistas a través del país, el hecho de que su Review llegase dos días tarde les permitió saber por primera vez que la sede central de la iglesia y el equipo de impresión se habían trasladado. MV 452 5 El pastor Daniells y otros estaban convencidos de que Dios había dirigido el traslado. Esto es evidente por una carta del pastor Daniells a Elena de White, la primera en ser enviada desde las nuevas oficinas centrales en Washington: MV 452 6 Apreciada Hna. White: Estoy adjuntando una copia de una carta que acabo de escribirle al Hno. White acerca de nuestras experiencias esta semana en Washington. Sé que usted estará deseosa de oír de nosotros, y por eso le envío esta copia. No puedo decirle, Hna. White, cuán grande ha sido la bendición que hemos experimentado al iniciar nuestros deberes en este lugar. Seguramente la mano del Señor está en este traslado. Nunca sentí una confianza tal en la dirección de Dios en esta obra como la que he experimentado desde que nos pusimos a la tarea desde Battle Creek de encontrar una ubicación en el Este. MV 453 1 Creo que él nos estaba hablando y que si obedeciéramos su voz implícitamente y no nos desviáramos ni siguiéramos nuestras propias ideas, él nos daría una evidencia inequívoca respecto al lugar correcto; pero, oh, qué concepto pequeño tenía yo de cuán clara y confortante sería esa evidencia. No puedo decirle lo que esta experiencia ha hecho en mi corazón; pero sí puedo decirle que me conduce a una entrega nueva y plena de mi vida a Dios y a su obra. MV 453 2 Veo como nunca antes la insensatez de dudar y vacilar y desviarse de la instrucción que Dios da a su pueblo. Nunca sabremos hasta que se abran los libros [del cielo] cuánto se ha perdido en esta causa por no rendir una obediencia pronta e implícita a todo lo que Dios nos pide que hagamos. Debo escribirle nuevamente sobre algunos asuntos importantes, pero hoy no escribiré más. Sus cartas e instrucciones nunca me fueron tan preciosas como en este tiempo. Estoy orando a Dios para que me ayude a no vacilar no importa lo que ocurra. Por favor, siéntase libre de aconsejarme como el Señor la instruya (AGD a EGW, 14 de agosto, 1903). ------------------------Capítulo 31-- John Harvey Kellogg y The Living Temple (EL Templo Viviente) EL DR. KELLOGG INTRODUCE ENSEÑANZAS PANTEÍSTAS MV 454 1 Elena de White había tenido una larga y estrecha relación con John Kellogg desde que él completó sus estudios de medicina en 1876 y comenzó a enseñar en los primeros días del Instituto de Salud. Él había sido una columna por su vigor e influencia mientras la obra médica se expandía. Ella le había escrito miles de páginas de cartas con consejos y orientación. Con amor maternal y con interés había observado su éxito al desarrollar la obra médica. Frecuentemente lo defendió contra la oposición y la crítica de aquellos menos talentosos que él. Ella dijo: MV 454 2 Muchas almas han sido convertidas; muchas curaciones maravillosas se han realizado. El Señor estuvo al lado del Dr. Kellogg mientras él realizaba operaciones difíciles. Cuando el doctor estaba agotado debido a trabajos difíciles, Dios entendía la situación, y colocaba su mano sobre la del Dr. Kellogg mientras él operaba, y a través de su poder las operaciones eran exitosas. Deseo que se entienda esto... MV 454 3 Dios le ha dado al Dr. Kellogg el éxito que él ha tenido. He tratado constantemente de recordarle esto, diciéndole que era Dios quien estaba trabajando con él, y que la verdad de Dios debía ser magnificada por su médico... MV 454 4 Dios no apoya los esfuerzos empleados por diferentes personas para hacer el trabajo del Dr. Kellogg tan difícil como sea posible, a fin de destacarse ellos. Dios dio la luz sobre la reforma pro salud, y aquellos que la rechazaron, rechazaron a Dios. Unos y otros que sabían que no era así, dijeron que todo venía del Dr. Kellogg, y le hicieron la guerra (GCB 1903, pp. 86-87). MV 454 5 No hay la menor duda de que el Dr. Kellogg era un hombre altruista, consagrado y muy querido. Era generoso, un gran hombre. Pero fue mayormente a través del Dr. John Harvey Kellogg, aunque no del todo, que el gran adversario introdujo en las filas de los adventistas del séptimo día las semillas del error en la forma de la así llamada nueva luz, justo en un momento cuando la obra médica estaba en su apogeo. MV 455 1 Panteísmo es el término usado para designar las enseñanzas nuevas y extrañas que estaban siendo introducidas. El panteísmo describe a Dios no como un gran Ser personal, sino como una esencia misteriosa, una influencia impersonal que satura toda la naturaleza. Dios es visto en toda la naturaleza: en los árboles, las flores, la luz del sol, el aire y los seres humanos. El poder de Dios en la naturaleza es confundido con la personalidad de Dios. MV 455 2 El Dr. Kellogg había jugado con estos conceptos antes de la muerte de Jaime White en 1881, y, considerándolos una "gran luz", los había discutido con Elena de White. "Esas teorías son erróneas --le dijo ella--. Ya las he enfrentado antes". Él parecía aturdido mientras ella le mostraba el resultado de adoptar tal filosofía. Entonces ella le advirtió: "Nunca enseñe dichas teorías en nuestras instituciones; no las presente a la gente" (MS 70,1905). MV 455 3 Kellogg introdujo primeramente el panteísmo en forma pública en 1897 en una serie de pláticas en el instituto ministerial que precedió a la sesión de la Asociación General celebrada en la iglesia de College View, en Lincoln, Nebraska. Extrajo abundante material de Elena de White al exponer su posición de que Dios obra a través de la naturaleza y en la naturaleza. Su siguiente presentación llevaba el título de "Dios en el Hombre". Bajo este título dio varias pláticas en las que expuso claramente la filosofía panteísta que él sustentaba: MV 455 4 La gravitación actúa instantáneamente por todo el espacio. Por esta fuerza misteriosa de la gravitación todo el universo se mantiene junto en un vínculo de unidad... Tenemos aquí la evidencia de una presencia universal, una presencia inteligente, una presencia omnisapiente, una presencia todopoderosa, una presencia por cuya ayuda cada átomo del universo es mantenido en contacto con cada uno de los otros átomos. Esta fuerza que mantiene todas las cosas juntas, que es omnipresente, que vibra por todo el universo, que actúa instantáneamente por todo el espacio ilimitado, no puede ser otra cosa que Dios mismo. Qué pensamiento maravilloso que este mismo Dios está en nosotros y en todas las cosas (GCB 1897, p. 83). MV 455 5 En palabras que parecían colocar a la humanidad por encima de Dios, declaró audazmente: MV 455 6 ¡Qué pensamiento maravilloso, que este Dios poderoso que mantiene en orden todo el universo, está en nosotros!... ¡Qué cosa asombrosa que este Dios omnipotente, todopoderoso y omnisapiente se hiciera a sí mismo un siervo del hombre al darle al hombre libre albedrío, poder para dirigir la energía dentro de su cuerpo! (Ibíd.). MV 456 1 Los puntos de vista panteístas llegaron a ser populares y se enseñaron en el Colegio de Battle Creek. Se enseñaron en el sanatorio y fueron defendidos por algunos médicos y algunos ministros. MV 456 2 Ministros y médicos que tenían una alta consideración por el Dr. Kellogg comenzaron a absorber su filosofía y a introducirla en su propio trabajo, sin darse cuenta a qué punto esto los conduciría. Uno de ellos fue E. J. Waggoner, que también era un médico. En un tiempo fue director de la revista Signs of the Times y el hombre que con A. T. Jones, fue usado poderosamente por Dios en la sesión de la Asociación General de 1888 para concentrar la atención en el mensaje de la justificación por la fe. El pastor Waggoner, uno de los oradores de la denominación altamente respetados, fue repetidamente llamado en ocasión de las sesiones de la Asociación General para conducir series de estudios bíblicos. MV 456 3 En la sesión de la Asociación General de 1899, celebrada en South Lancaster, Massachusetts, Waggoner fue un delegado de Inglaterra, donde estaba ocupado en trabajo editorial. En un debate de salud y temperancia, se le pidió que presentara algunas cosas que había estado dando a la familia del Sanatorio de Battle Creek. Comenzó con esta declaración más bien audaz: MV 456 4 Agradezco a Dios, hermanos, que el Señor me ha enseñado algo en los últimos pocos meses, y me ha capacitado para enseñar algo sobre cómo vivir para siempre (GCB 1899, p. 53). MV 456 5 W. A. Spicer, que estaba sirviendo con el pastor Daniells en la Asociación General como el secretario recién designado de la Junta Directiva de las Misiones Extranjeras, había pasado años de servicio en la India. Estaba atónito ante esta enseñanza que se estaba proclamando por Battle Creek. La reconoció como panteísmo, que es la base del hinduismo. Se preguntó: "¿Podía ser que las filosofías del paganismo están siendo enseñadas por hombres destacados en la Iglesia Adventista del Séptimo Día?" MV 456 6 Durante la sesión de la Asociación General realizada en Oakland en 1903, Elena de White agonizaba en su corazón la mayor parte del tiempo mientras observaba el desarrollo de la crisis respecto a la amenaza del panteísmo, y al Dr. Kellogg presionando decididamente para derribar todos los puntos de vista contrarios. Ella sabía que el pastor Daniells estaba sufriendo con el peso de la responsabilidad. Le escribía cartas frecuentes al Dr. Kellogg instándolo a volver a pensar su posición. "Usted no tiene una idea definidamente clara sobre la personalidad de Dios, lo cual es todo para nosotros como pueblo" (Carta 300, 1903). MV 456 7 Nuevamente el 5 de abril, mientras estaban en la sesión, ella le escribió al doctor: MV 457 1 Las representaciones engañosas, astutas, de Dios en la naturaleza traen consigo su influencia seductora y sedante como una píldora de paz y seguridad para dar a la gente, en los puntos de vista espiritualistas* que Satanás ha instituido en sus teorías [las de Kellogg] (Carta 301, 1903). MV 457 2 Ella le escribió una segunda carta en el mismo día. En esta carta decía: MV 457 3 Sus ideas son tan místicas que son destructivas de la verdadera sustancia, y las mentes de algunos se están confundiendo con respecto al fundamento de nuestra fe. Si usted le permite a su mente que se desvíe de este modo, le dará un molde equivocado al trabajo que nos ha hecho lo que somos: adventistas del séptimo día (Carta 52, 1903). MV 457 4 Después que terminó la sesión, Elena de White escribió al pastor Daniells: "Si usted puede avanzar tan sabiamente como para salvar al Dr. Kellogg, y no sacrificar un principio de verdad; si puede atravesar esta crisis sin la pérdida de un alma, será porque el Señor ha obrado en las mentes" (Carta 49, 1903). MV 457 5 Ella sabía que A. T. Jones, un miembro del Comité de la Asociación General, y el Dr. Kellogg habían trabajado juntos muy estrechamente, simpatizando entre sí respecto a los principios de organización, y aparentemente había buena afinidad entre ellos. Jones estaría en una posición como para acercarse al Dr. Kellogg. La Sra. Wbite le escribió al pastor Jones: MV 457 6 Apreciado Hermano: Le estoy enviando tres manuscritos para que sean leídos a los hermanos reunidos en Battle Creek en el concilio. Deseo que los lea a los hermanos cuando considere que ha llegado el momento para hacerlo. Usted conoce mi ansiedad respecto a la obra, mi deseo de que se haga todo lo posible para establecer la unidad y expulsar la disensión. Tenemos que hacer todo lo que esté en nuestro poder para salvar al Dr. Kellogg y a sus asociados de los resultados de los errores que han hecho, y para ayudarlos a ver y entender el camino del Señor (Carta 59, 1903). MV 457 7 El pastor Jones recibió la carta y los documentos el jueves 23 de abril, y los compartió con el pastor Daniells, quien el viernes le escribió a W. C. White: MV 457 8 Nuestros corazones se han alegrado sumamente con la llegada de los documentos que su madre ha enviado. Traen alivio a la situación... MV 457 9 La crisis está aquí. Ahora debe hacerse el arreglo. Haremos todo lo que esté en nuestro poder para ganar a cada hermano para el lado correcto, pero no podemos hacer concesiones ni entregar la bandera en este momento (AGD a WCW, 24 de abril, 1903). EL TEMPLO VIVIENTE MV 458 1 El 18 de febrero de 1902, el Sanatorio de Battle Creek se quemó hasta los cimientos, y la denominación enfrentó la cuestión de la reedificación. El Dr. Kellogg vino al Comité de la Asociación General y preguntó qué podría hacer la Asociación General para ayudar. Pensando en el esfuerzo que se estaba haciendo para vender Palabras de vida del gran Maestro a fin de ayudar a liquidar las deudas de las instituciones educacionales de la iglesia, el pastor Daniells sugirió que el Dr. Kellogg escribiese un libro sencillo sobre fisiología y cuidado de la salud que los adventistas del séptimo día podrían vender en todos los Estados Unidos. Tal vez podían vender medio millón de ejemplares, y todas las ganancias procedentes de la venta de este libro podrían usarse para ayudar a reedificar el sanatorio. MV 458 2 Esto atrajo al Dr. Kellogg. Pero Daniells se apresuró a decir: MV 458 3 "Ahora fíjese, doctor, que el libro no debe contener un solo argumento de esta nueva teoría que usted está enseñando, porque hay cantidad de gente [por todas partes de] los Estados [Unidos] que no la aceptan. Conozco lo que ellos dicen, y si el libro tiene algo de lo que ellos consideran que es panteísmo, jamás lo tocarán" (DF 15a, AGD, "Cómo la Denominación fue Salvada del Panteísmo", copia A, p. 3). MV 458 4 Y el doctor replicó: "Oh sí, oh sí, entiendo eso". Y Daniells reiteró el punto: "Usted debe dejar todo eso afuera" (Ibíd.). El Dr. Kellogg estuvo de acuerdo completamente. (Según Kellogg cuenta la historia, fue él quien propuso el libro para venta popular. Tal vez la idea se originó en la mente de ambos líderes.) En el verano de 1902 Daniells llevó el asunto a los presidentes de uniones, y ellos prometieron apoyar la extensa venta de un libro que ayudaría a levantar fondos para el sanatorio. MV 458 5 Cuando el pastor Daniells se radicó en Battle Creek como el dirigente de la iglesia después de la Asociación General de 1901, encontró muy difundidas las enseñanzas del panteísmo. Por años él había estado más o menos aislado en Australia. Estaba asombrado de oír que se hablaba de Dios en las flores, en los árboles, en la humanidad. Constantemente se oía la expresión: Cae la bellota a la tierra y nace un árbol. Se argumentaba que uno debe decir que hay un fabricante de árboles en el árbol. Se declaraba que el Creador, cualquiera que fuera su aspecto, estaba en las cosas que fueron hechas, y algunos decían audazmente que no hay un gran Ser sentado en el trono en el cielo, sino que Dios está en toda la naturaleza. MV 458 6 Daniells no podía aceptar esto, porque, como él declaró: "Sabía que la Biblia dice que hay un gran Ser Supremo que ha creado todas las cosas. De modo que nunca me sentí en armonía con esta idea" (Id., p. 2). MV 458 7 El Dr. Kellogg era un trabajador incansable. Dictó un manuscrito tan rápidamente como pudo y lo envió a la oficina de la Review and Herald para que se compusiese el tipo. El libro, que iba a llamarse The Living Temple (El templo viviente), llegó en forma de pruebas de galeras a W. W. Prescott, secretario de campo de la Asociación General, quien estaba actuando como dirigente interino en la ausencia del pastor Daniells. También fue enviado al Dr. Kellogg, quien estaba en Europa. MV 459 1 El pastor Prescott llamó la atención del pastor Spicer a algunos de los capítulos. Spicer a su vez mencionó a uno de los asociados médicos del Dr. Kellogg que él sentía que se estaban exponiendo ideas erróneas en ciertas porciones del libro. MV 459 2 El médico amigo examinó el asunto y le escribió al pastor Spicer diciendo que tenía la convicción de que el asunto en cuestión estaba enteramente bien y en armonía con el mensaje adventista, aunque algunas verdades podrían expresarse en forma diferente desde un punto de vista científico. Sentía que la iglesia debía estar lista para aceptar la luz que avanzaba. A esto el pastor Spicer replicó en una carta escrita el 5 de junio de 1902: MV 459 3 Un libro que se va a usar como se ha propuesto que se use, a fin de pagar deudas en nuestros sanatorios, debe estar enteramente por encima de preguntas y controversias. No es un asunto sobre si nuestro pueblo debe aceptar luz avanzada o no, sino simplemente una cuestión de unir a todos para emprender lo que en el mejor de los casos será un problema muy difícil (DF 15c, W. A. Spicer, "How the Spirit of Prophecy Met a Crisis" [Cómo el espíritu de profecía enfrentó una crisis], copia A, p. 18). MV 459 4 Poco después del regreso de Kellogg a Battle Creek, Spicer fue invitado por el doctor a ir a su casa para conversar sobre el libro. Los hombres pasaron juntos todo un sábado de tarde. Desde el principio estuvieron en una controversia más bien amarga, mientras el doctor explicaba que las enseñanzas del libro presentaban sus puntos de vista en una manera muy modesta, y que su intención era enseñar que Dios estaba en las cosas de la naturaleza. MV 459 5 Más tarde Spicer escribió en cuanto al intercambio de ideas: MV 459 6 "¿Dónde está Dios?', se me preguntó. Yo diría naturalmente: "Él está en el cielo; la Biblia representa allí el trono de Dios, con todos los seres celestiales a sus órdenes como mensajeros entre el cielo y la tierra". Pero se me dijo que Dios estaba en el pasto y las plantas y en los árboles... MV 459 7 "¿Dónde está el cielo?', se me preguntó. Tenía mi idea del centro del universo, con el cielo y el trono de Dios en el centro, pero renuncié a todo intento de fijar el centro del universo astronómicamente. Pero se me instó a entender que el cielo está donde Dios está, y Dios está en todas partes, en el pasto, en los árboles, en toda la creación. En este esquema de cosas no había lugar para ángeles que iban entre el cielo y la tierra, porque el cielo estaba aquí y en todas partes. La purificación del santuario sobre la que nosotros enseñamos no era algo que ocurría en un cielo distante. "El pecado está aquí... [dijo el Dr. Kellogg, apuntando a su corazón], y aquí está el santuario que debe ser purificado" (Id., pp. 19-20). MV 460 1 Cuando dejó al doctor en ese sábado de tarde, Spicer informó: MV 460 2 Sabía muy bien que no había nada del mensaje adventista que podía armonizar con esa filosofía. Mientras escuchaba, parecía que se extinguía una luz tras otra del mensaje evangélico. La enseñanza religiosa que para mí era fundamental fue descartada (Id., p. 21). EL COMITÉ DE LA ASOCIACIÓN GENERAL RECHAZA EL MANUSCRITO MV 460 3 Se había nombrado un comité de cuatro personas para que estudiara el manuscrito de Kellogg, El Templo Viviente, y presentara un informe en el Concilio Otoñal. El informe de la mayoría declaró lo siguiente: MV 460 4 "Que no encontramos nada en el libro El Templo Viviente que nos parezca contrario a la Biblia o a los principios fundamentales de la religión cristiana, y que no vemos ninguna razón por la que no pueda ser recomendado por el Comité para su circulación en la manera sugerida". [Firmado] A. T. Jones, J. H. Kellogg, David Paulson (Id., p. 27). MV 460 5 El informe de la minoría, escrito por W. W. Prescott, leía: MV 460 6 "Me siento compelido a decir que considero el asunto, fuera de esas porciones del libro que tratan de fisiología e higiene, como conducente a causar daño antes que bien; y me aventuro a expresar la esperanza de que nunca sea publicado" (Ibíd.), MV 460 7 El Comité de la Asociación General aceptó el informe de la minoría. En la discusión, de acuerdo con las minutas, el autor pidió el privilegio de retirar el libro de consideración. Pero de acuerdo con el pastor Daniells, no pasó mucho tiempo antes de que Kellogg se pusiera de pie de un salto y demandara una audiencia pública como para que todos los empleados del sanatorio y de la Review and Herald pudieran oír ambos lados del asunto. Arguyó que la cuestión no debería limitarse a una reunión pequeña de los hermanos de la Asociación General. De modo que se decidió celebrar dicha reunión en la capilla de la Review and Herald. Daniells suponía que sólo relativamente poca gente de la Review and Herald podría conseguir permiso para salir del trabajo a fin de asistir, aunque la capilla tenía capacidad para un gran gentío. Sin embargo, cuando se reunieron a las 8:30 de la mañana, el lugar estaba lleno hasta la antesala y bajando las escaleras. La reunión duró hasta el mediodía. MV 460 8 El pastor Daniells recapituló la historia de la obra médica de la iglesia, los pasos que se estaban dando para poner las finanzas en orden, y las enseñanzas panteístas en las galeras de El Templo Viviente. Por la tarde el Dr. Kellogg presentó su lado de la historia. El pastor Daniells sentía que enfrentaba una verdadera crisis en esta situación y pasó gran parte de la noche en estudio y oración. A la mañana siguiente, cuando el Concilio Otoñal intentó continuar con los asuntos administrativos, el Dr. Kellogg estaba allí con una gran pila de libros. Pidió como una cuestión de privilegio que pudiera presentar el hecho de que "desde el primero, el pastor Jaime White, George I. Butler, y todos... los dirigentes habían estado absolutamente opuestos a este departamento médico de la denominación" (DF 15 a, AGD, "How the Denomination Was Saved From Pantheism" [Cómo la Denominación fue salvada del panteísmo], copia A, p. 13). MV 461 1 Los hermanos escucharon por un rato. Finalmente uno de los hombres se paró y preguntó: MV 461 2 "Sr. Presidente, planteo una cuestión de procedimiento. No puedo estar sentado aquí en este comité y escuchar todos esos términos duros que el Dr. Kellogg está usando contra nuestro venerable fundador y dirigente [Jaime White]. Deseo que el presidente lo reconvenga" (Ibíd..). MV 461 3 El presidente aceptó la propuesta y declaró: "Le diré al Dr. Kellogg,'No queremos nada más de esto. Por favor, termine su tema' " (Id., pp. 13-14). Él lo hizo, pero bajo protesta. MV 461 4 Intrépidamente, el Dr. Kellogg entregó un pedido personal a la Review para que imprimiese El Templo Viviente. Aproximadamente un mes más tarde la Review and Herald se quemó, y las planchas para el libro, que estaban listas para la prensa, fueron destruidas por el incendio. MV 461 5 Se había esperado que teniendo en cuenta la destrucción de las planchas del libro en el incendio de la Review and Herald, el Dr. Kellogg abandonaría la idea de publicar El Templo Viviente. En cambio envió el manuscrito a un impresor comercial en Battle Creek. Se imprimieron 3.000 ejemplares del libro, los que empezaron a llegar a los adventistas del séptimo día. MV 461 6 Cuando el libro salió de la prensa, lectores perspicaces vieron claramente que ciertos capítulos estaban literalmente salpicados de enseñanzas panteístas. Los que simpatizaban con la nueva filosofía sostenían que esta comprensión de Dios conduciría a una vida más santa y a una experiencia religiosa más profunda. Cuando los obreros adventistas se reunían, la conversación inevitablemente se dirigía a la "nueva luz" expuesta en El Templo Viviente. Elena de White todavía guardaba silencio sobre el asunto. El libro estaba ahora en el campo y se les estaba insistiendo a las asociaciones que su venta ayudaría a enfrentar los costos de la reconstrucción del Sanatorio de Battle Creek. MV 461 7 El 31 de julio de 1903, los principales oficiales de la Asociación General escribieron una carta a los presidentes de asociaciones, señalando que el libro había sido considerado en el Concilio Otoñal de 1902, y que se cuestionaron seriamente ciertas enseñanzas que había en él. MV 462 1 En el ínterin la atención de muchos dirigentes de la iglesia estuvo absorbida por el traslado de la Review and Herald y de la sede central de la Asociación General. MV 462 2 Eventualmente, en el verano de 1903, un ejemplar de El Templo Viviente llegó a Elmshaven. Elena de White no lo miró. Esto no era inusual, porque a menudo en una crisis ella se abstenía de leer materiales que gravitaban en la situación, no fuera que se dijese que ella había sido influenciada por lo que había leído. Sin embargo, en base a la luz que había recibido del Señor, de tanto en tanto ella mencionaba el libro. MV 462 3 Finalmente, a medida que la crisis continuaba, Willie le sugirió que quizás ella debería leer algunos de los pasajes del mismo. De modo que el 23 de septiembre él se sentó junto a ella y repasó algunas de las declaraciones referentes a cuestiones teológicas (22 WCW, p. 219). Esto la puso a ella en una mejor posición para hablar más específicamente respecto al libro. MV 462 4 Cuando se le preguntó por qué no había hablado antes públicamente sobre esto, ella declaró que había .supuesto que aquellos que estaban dirigiendo la iglesia tendrían sabiduría para saber cómo lidiar con problemas de este carácter. MV 462 5 En varias ocasiones en la Asociación General de 1903 Elena de White se había propuesto enfrentar las enseñanzas panteístas explícitamente y frente a frente en una reunión pública donde el Dr. Kellogg y sus puntos de vista serían expuestos completamente. Pero en cada caso había sido refrenada para no hacerlo. Mientras estaba en la sesión se le indicó en visión que "no debía decir nada que incitase a la confusión y la contienda en el congreso" (DF 15c, W. A. Spicer, "How the Spirit of Prophecy Met a Crisis" [Cómo el espíritu de profecía enfrentó una crisis], copia A, p. 30). MV 462 6 Para muchos, incluyendo al propio hijo de la Sra. White, W. C. White, era un motivo de profunda perplejidad el que la sesión de la Asociación General tendría que llegar a su término sin que los problemas fuesen encarados de frente. Pero muchos dirigentes de la iglesia comprendían que Dios no trata con tales asuntos precipitadamente. No lo hizo así con Lucifer cuando cayó en el cielo. Las cosas deben desarrollarse hasta cierto punto antes de que los problemas puedan enfrentarse en una forma que todos comprendan en qué consistían y tomen una posición segura al respecto, Y así se vio en 1903 en el caso concerniente a las enseñanzas panteístas. EL CONCILIO OTOÑAL DE 1903 MV 462 7 De acuerdo con el plan, el Concilio Otoñal del Comité de la Asociación General se inició en Washington, D. C., el 7 de octubre, con reuniones en la iglesia de la Calle M, que acababa de ser adquirida. Los hermanos comenzaron su trabajo con seriedad y consagración. En los primeros días del concilio, E. J. Waggoner, A. T. Jones y David Paulson llegaron a Washington. El Dr. Kellogg vino el sábado 17 de octubre, por la mañana. Cuando los hombres de Battle Creek se presentaron, fue evidente para el pastor Daniells y sus asociados que nuevamente se verían confrontados con El Templo Viviente y la enseñanza del panteísmo. MV 463 1 Aunque estos elementos no estaban incluidos en la agenda para el concilio, se puso a un lado el trabajo regular y se dedicó un día a la consideración de la filosofía panteísta. Los representantes del campo estaban confundidos. Lucharon todo el día con la cuestión. Algunos vacilaron y se expresaron en forma indecisa. A eso de las 9:00 de la noche el pastor Daniells consideró que era tiempo de levantar la sesión, pero no se atrevió a pedir una votación. La gente estaba demasiado confundida e incierta, y él no quería dar un paso que solidificaría cualquier conclusión. De modo que disolvió la reunión, y la gente comenzó a ir a sus lugares de hospedaje. MV 463 2 El Dr. Paulson, que apoyaba fuertemente al Dr. Kellogg, se unió a Daniells. Mientras los dos caminaban juntos, continuaron hablando sobre lo ocurrido durante el día. Llegando a la casa donde Daniells estaba parando, quedaron de pie bajo un poste de alumbrado y conversaron por un rato. Finalmente el Dr. Paulson, sacudiéndole su dedo a Daniells, declaró: MV 463 3 "Usted está cometiendo la mayor equivocación de su vida. Después de toda esta agitación, un día de éstos usted se va a encontrar arrollado en el polvo, y otro estará de presidente" (AGD, El permanente don de profecía, p. 395). MV 463 4 El pastor Daniells se enderezó en medio de su cansancio y desaliento, y replicó firmemente: MV 463 5 "No creo en su profecía. Como quiera que sea, preferiría ser arrollado en el polvo haciendo lo que creo en mi alma que es recto, que andar con príncipes, haciendo lo que mi conciencia me dice que es malo" (Ibíd.). MV 463 6 Después de separarse, Daniells entró en la casa, donde encontró a un grupo de personas esperándolo. Parecían sentirse libres de cuidados y exclamaron: "¡Ha llegado la liberación! Aquí hay dos mensajes de la Sra. White ' (Ibíd.). EL MENSAJE APROPIADO EN EL MOMENTO APROPIADO MV 463 7 "Nadie puede imaginarse --contó Daniells más tarde-- la avidez con que leí los dos documentos que habían llegado por correo mientras estábamos en medio de nuestras discusiones. Eran un testimonio muy positivo acerca de los errores peligrosos que se enseñaban en El Templo Viviente" (Ibíd.). El mensaje había llegado justo en la hora de crisis. Mientras leía, sus ojos cayeron sobre estas palabras: MV 464 1 Tengo algo que decir a nuestros maestros con referencia al nuevo libro El Templo Viviente. Tened cuidado acerca de cómo sostenéis los conceptos de este libro en cuanto a la personalidad de Dios. Según el Señor me presenta el asunto, esos conceptos no llevan la aprobación de Dios. Son una trampa que el enemigo ha preparado para estos últimos días... MV 464 2 No necesitamos el misticismo que está en este libro. Aquellos que acarician estas sofisterías pronto se encontrarán en una posición donde el enemigo puede hablar con ellos, y desviarlos de Dios. Se me ha mostrado que el autor de este libro está en una senda falsa. Ha perdido de vista las verdades distintivas para este tiempo. No sabe a dónde sus pasos lo están dirigiendo. MV 464 3 La senda de la verdad se halla cerca de la senda del error, y ambas sendas pueden parecer una misma para las mentes que no son dirigidas por el Espíritu Santo, y que, por lo tanto, no están prestas para discernir la diferencia entre la verdad y el error... MV 464 4 En las visiones de la noche, este asunto me fue presentado claramente delante de un gran número de personas. Uno que tenía autoridad estaba hablando... Esta persona que hablaba puso en alto El Templo Viviente, diciendo: "En este libro hay declaraciones que el doctor mismo no comprende. Muchas cosas están declaradas en una forma vaga e indefinida. Se hacen las declaraciones de tal manera que nada es seguro. Y ésta no es la única producción de esta clase que se querrá imponer a la gente. Serán presentadas por muchas mentes opiniones fantásticas. Lo que necesitamos saber en este tiempo es: ¿Cuál es la verdad que nos habilitará para obtener la salvación de nuestras almas?" (Carta211,1903. Ver AGD, Elpermanente don de profecía, p. 395-396). MV 464 5 Todo el manuscrito de siete páginas estaba dedicado al tema y fue publicado en la Review and Herald del 22 de octubre de 1903. MV 464 6 Un segundo documento, que Daniells también leyó, estaba dirigido a los "Líderes en Nuestra Obra Médica", y se refería a la obra médico-misionera, el control de las instituciones médicas y el panteísmo. MV 464 7 A la mañana siguiente los dirigentes de la iglesia se reunieron para su concilio. Después de la oración el pastor Daniells se levantó y les dijo a los dirigentes que había recibido dos importantes mensajes de la Hna. White. Todos estaban ansiosos de oírlos. Se sentaron en reflexivo silencio mientras él leía. Mientras se presentaba a la asamblea declaración tras declaración exponiendo la falsedad de las enseñanzas de El Templo Viviente, se oían fuertes amenes y las lágrimas corrían abundantemente. En ese momento cambió el curso de los acontecimientos. MV 464 8 Cuando terminó la lectura, uno de los ministros se levantó y declaró que él se sentía impresionado a pedir a todos los que se proponían tomar una posición firme con la Hna. White en esta gran lucha, que se pusieran de pie. Casi cada persona que estaba en la sala se levantó (AGD a EGW, 20 de octubre, 1903). MV 465 1 En esta sesión del concilio el Dr. Kellogg respondió favorablemente, diciendo que él aceptaba el testimonio y que modificaría la fraseología en El Templo Viviente que tenía que ver con asuntos teológicos. Pero sus declaraciones eran más bien erráticas e inconstantes. Su actitud variaba y finalmente resultó que el doctor nunca realmente cambió. MV 465 2 Tan conmovido estaba el pastor Daniells con estos eventos que no podía contenerse de mencionarlos vez tras vez en su correspondencia en los días que siguieron. El lunes 20 de octubre por la mañana, le escribió a Elena de White: MV 465 3 Nunca fueron más necesarios los mensajes de Dios que en este momento preciso; y los mensajes de él a su pueblo nunca fueron más al grano que los que usted nos envió. Han sido exactamente lo que necesitábamos, y llegaron justo en el momento apropiado de día en día en nuestro Concilio. Usted nunca podrá saber, a menos que el Señor mismo baga que usted lo sepa, qué gran bendición ha sido para nosotros su comunicación referente a El Templo Viviente. Vino exactamente en el momento adecuado (Ibíd.). POR QUÉ LOS MENSAJES VINIERON CUANDO LO HICIERON MV 465 4 Tras recibir esta comunicación del pastor Daniells, Elena de White le escribió explicándole por qué había enviado los mensajes justo cuando lo hizo: MV 465 5 Poco antes de enviar yo los testimonios que usted dice que llegaron tan a tiempo, había leído un incidente acerca de un barco que en una neblina se encontró con un témpano de hielo. Durante varias noches dormí poco. Parecía agobiada como un carro bajo las gavillas. Una noche se me presentó claramente una escena. Un navio estaba sobre las aguas, en una densa neblina. De repente el vigía gritó: "¡Témpano al frente!" Allí, elevándose muy por encima del barco, había un gigantesco témpano de hielo. Una voz dotada de autoridad exclamó: "¡Afrontadlo!" No hubo un momento de vacilación. Era tiempo de obrar instantáneamente. El maquinista lanzó el barco hacia delante a todo vapor, y el timonel lo dirigió directamente contra el témpano. Con fragor dio contra el hielo. Hubo un choque terrible, y el témpano se deshizo en muchos pedazos, cayendo sobre el puente con un ruido atronador. Los pasajeros fueron violentamente sacudidos por la fuerza del choque, pero no se perdieron muchas vidas. El barco quedó perjudicado, pero no en forma irreparable. Rebotó por el impacto, temblando de proa a popa como un ser viviente. Luego siguió adelante en su viaje. MV 466 1 Bien conocía yo el significado de esta representación. Tenía mis órdenes. Había oído las palabras, como una voz viviente de nuestro capitán: "¡Afrontadlo!" Sabía cuál era mi deber, y no había un momento que perder. Había llegado el momento de actuar decididamente. Debía obedecer sin dilación a la orden: "¡Afrontadlo!" MV 466 2 Esta es la razón por la cual usted recibió los testimonios cuando los recibió. Esa noche estuve levantada hasta la una, escribiendo tan ligero como podían mis manos pasar por el papel (Carta 238,1903; ver AGD, El permanente don de profecía, p. 399). MV 466 3 Durante la crisis de 1903 y en los años que siguieron, Elena de White escribió advertencias concernientes al panteísmo, dirigidas a la iglesia y a individuos que fueron atraídos a él. MV 466 4 El 18 de septiembre, en una carta al pastor Daniells, ella se refirió a la experiencia de Kellogg cuando joven, en 1882: MV 466 5 El Señor me presentó este asunto, revelando que el resultado de dicha enseñanza era un sutil engaño de la mente, y que el doctor mismo no previo este resultado de sus puntos de vista extremos respecto a Dios en la naturaleza... Le dije que el Señor era deshonrado grandemente al sei representado de esa manera, y que tales ideas conducirían a la gente al espiritualismo* (Carta 271a, 1903). MV 466 6 Al escribir el 2 de octubre al Dr. E. J. Waggoner, ella dijo: MV 466 7 Estoy autorizada a decirle que algunos de las opiniones referentes a la personalidad de Dios, como se las encuentra en El Templo Viviente, se oponen a las verdades reveladas en la Palabra de Dios... Si Dios hubiera deseado que se lo representase como morando personalmente en las cosas de la naturaleza --en la flor, el árbol, la hoja de hierba-- ¿no habría hablado Cristo sobre esto a sus discípulos? (Carta 230, 1903). ------------------------Capítulo 32--VIAJE DE IDA Y VUELTA A WASHINGTON MV 467 1 Desde el día en que se hizo la decisión de comprar una propiedad en Washington, D. C., para la casa publicadora y la Asociación General, el pastor Daniells abrigó la esperanza y la expectativa de que Elena de White visitaría el Este para que pudiera dar consejo concerniente al establecimiento de la obra allí. Incluso hubo alguna discusión sobre la posibilidad de que ella hiciese de Washington su lugar permanente de residencia. Pero ella sintió que no podía hacerlo. En Elmshaven la rodeaban circunstancias favorables para producir sus libros, y sentía que no se la debía llamar para trasladarse de un lugar a otro. MV 467 2 De tanto en tanto se le daban en visión instrucciones definidas concernientes a la obra en Washington. En efecto, antes de que se consiguiese la propiedad en Takoma Park, se le había mostrado que dondequiera que se estableciesen la Review and Herald y la sede central de la obra, debería haber un sanatorio y una escuela preparatoria. Los dirigentes de la iglesia no habían tenido esto en sus planes. Con la decisión de hacer de Washington el centro en el Este, entonces, los primeros pasos debían ser para poner en marcha estas instituciones. Los dirigentes sentían que ahora debían tener la ayuda de Elena de White. MV 467 3 Los planes que se estaban elaborando la mantendrían a ella en el Este por aproximadamente un año, haciendo de Washington su centro de actividades. Como finalmente resultó, el viaje a Washington y de regreso tomó más de siete meses e incluyó viajes adicionales a una cantidad de áreas vitales como Berrien Springs, Nashville, Nueva Inglaterra, Chicago, Battle Creek, Omaha y puntos del Oeste. MV 467 4 El 18 de abril de 1904 era el día fijado para partir hacia el Este. Aunque en viajes anteriores ella había viajado en un compartimento Pullman para permitir que tuviera un viaje tan cómodo como fuera posible, este viaje, por razones de economía, sería en un coche dormitorio para turistas. Su coche iría directamente desde el norte de California a Washington, D. C. MV 467 5 Esa noche en la cercana ciudad de San José abordaron el coche dormitorio para turistas y comenzaron su viaje de seis días al Este. En el grupo estaban la compañera de viaje de Elena de White y enfermera, Sara McEnterfer, y una de sus secretarias, Maggie liare. W. C. Wbite había salido anticipadamente para atender algunos asuntos de negocios en el sur de California y se encontraría con ellas allí. Clarence Crisler, su principal secretario, también se uniría al grupo en Los Ángeles. MV 468 1 La ruta a través de tos estados del Sur era para asegurar comodidad y para evitar las altitudes elevadas que a veces le causaban problemas a Elena de White al viajar. Ella permaneció en su camarote durante todo el viaje, descansando, observando el panorama, y leyendo y escribiendo un poco. MV 468 2 Al acercarse a Nueva Orleans pasaron a través de grandes pantanos, donde muchas variedades de palmeras estaban muy festoneadas con musgo. Justo al oeste de Nueva Orleans, S. B. Horton, presidente de la Asociación de Louisiana, y E. V. Orrell, secretario de la Unión del Sur, salieron al encuentro del tren, trayendo una canasta de fruta. Esto suplementó las provisiones que habían traído de la casa y del sur de California para sus comidas: nueces malteadas para la sopa, bizcochos, palillos de crema, naranjas, bananas, majuanas, compota de manzana, aceitunas, nueces, jalea, empanadas, huevos cocidos y pan. MV 468 3 En Nueva Orleans algunos del grupo fueron a visitar los alrededores con los adventistas que los hospedaban. Elena de White permaneció en el coche dormitorio. Luego, bajo una luna llena, el tren partió hacia al norte, andando por muchos kilómetros a lo largo de la orilla del lago Pontchartrain. MV 468 4 El tren se detuvo por un tiempo en Atlanta, y el grupo viajero se sorprendió al ver a unos 20 ó 30 creyentes que los esperaban en la estación. Subieron al tren por unos pocos minutos. Padres, madres y niños se reunieron en tomo a ellos para darles la mano. ARRIBO A WASHINGTON MV 468 5 Cuando llegaron a Washington, Elena de White se sintió muy contenta de ver al pastor Daniells que entraba en el coche, saludándolos y guiándolos a través de la estación hasta la ciudad La estación era la misma en donde alguien le había disparado al presidente Garfield más de 20 años antes, en 1881. MV 468 6 Era casi el mediodía, y el grupo esperaba con ansia un pequeño cambio en el monótono programa alimentario que habían seguido durante seis días. MV 468 7 El pastor Daniells escoltó a Elena de White y al grupo a un carruaje, un coche de tiro abierto con dos asientos y con un toldo, tirado por un caballo corpulento de noble aspecto llamado Charlie, muy manso y seguro. Elena de White se refirió a la promesa de que tendría el uso de este caballo y carruaje mientras estuviese en Washington. Sintió que esto era un gran favor. MV 468 8 El pastor Daniells llevó a los visitantes haciéndolos pasar enfrente de la cercana y temporaria sede central de la Asociación General en la Calle 222 North Capitol, y luego hasta la iglesia Memorial en las calles 12 y M para ver el edificio para el cual Elena de White había ayudado a levantar fondos. Luego viajó los 11 kilómetros (7 millas) hacia afuera hasta Takoma Park, a la casa Carroll Manor, que había sido alquilada para el uso de Elena de White. Cuando llegaron, estaba todavía llena de gente limpiando, reparando, pintando y amueblando, pero estaba listo un buen almuerzo de sopa de tomate, papas hervidas calientes y hortalizas. MV 469 1 La Hna. White, por supuesto, estaba ansiosa de ver la propiedad que había sido comprada. Ella había oído su descripción y había escrito en cuanto a la obra que se necesitaba hacer allí. Tan pronto como se terminó el almuerzo, el pastor Daniells, dejando a Clarence Crisler y Willie White para que atendiesen el equipaje, enganchó nuevamente a Charlie al carro y llevó a Elena de White, Sara McEnterfer y Maggie Hare un kilómetro (algo más de media milla) para ver el sitio propuesto para el colegio y el sanatorio. MV 469 2 Al ver el terreno, la Sra. White declaró que la ubicación "no podía mejorarse". Agregó: "Lo que es más valioso de todo es el arroyo de agua clara y hermosa que corre a través del terreno" (Carta 141,1904). MV 469 3 La estadía de Elena de White en Washington en este momento proporcionaba dos beneficios importantes. Primero, su buena voluntad para venir, quedarse y despachar sus cartas y manuscritos con la fecha y el lugar de Washington, le añadía autoridad y prestigio a la nueva sede central en Washington. Esto le traía estabilidad a la causa ya que los adventistas de todas partes desviarían sus ojos de Battle Creek hacia el Este. Segundo, estaba por comenzar la construcción de los edificios del colegio; el dormitorio de los varones iba a ser el primero. Ella estaba intensamente interesada, y aconsejó que "cada parte de los edificios debe dar testimonio de que comprendemos que delante de nosotros hay un campo misionero grande, no trabajado, y que la verdad debe establecerse en muchos lugares" (Carta 83,1904). No debía haber ninguna ostentación o despliegue innecesario. MINISTERIO EN US IGLESIAS DE WASHINGTON MV 469 4 Elena de White fue inmediatamente involucrada en los servicios religiosos en las iglesias adventistas de Washington. En su primer sábado allí, el último día de abril, habló en la iglesia Capital Memorial de J. S. Washburn (MS 106,1904). Habló nuevamente una semana más tarde en la rededicación de esta iglesia. Había planendo hablar sobre el Sermón del Monte, pero al escribir sobre la experiencia, observó: "Este [tema] me fue quitado", y en mi mente fue grabado Juan 15:1-17, "Yo soy la vid verdadera" (MS 142, 1904). MV 469 5 Desde el día en que habían empezado a hacer preparativos definidos para el viaje a Washington, Elena de White tenía su mirada puesta en los planes para la sesión bienal de la Unión Asociación del Lago. La sesión se citó para que se reuniese en Berrien Springs, Michigan, del 17 al 26 de mayo. Ella no sólo asistiría al congreso sino que también vería por primera vez el Colegio Misionero Emmanuel que acababa de establecerse. Esto dejaba justo tres semanas para la primera parte de su estadía en Washington, y había mucho que hacer. PARTIENDO HACIA BERRIEN SPRINGS MV 470 1 La sesión de la Unión Asociación del Lago revestía gran importancia. El Dr. Kellogg y algunos de sus partidarios estarían presentes. Todavía estaban luchando con las enseñanzas panteístas. El Templo Viviente se estaba vendiendo. La dirección de la obra médica y el control de las instituciones médicas de la iglesia eran temas de controversia. MV 470 2 El domingo de noche, 15 de mayo, Elena de White, con el grupo que viajaba a la sesión de la Unión del Lago, se embarcaron en los coches en Washington en ruta a Berrien Springs. En el grupo estaban W. C. White, A. G. Daniells, W. W. Prescott y las ayudantes de la Sra. White, Sara McEnterfer y Maggie Hare. MV 470 3 El tren salió una hora tarde, lo que significó que llegaron tarde a Milford Junction, Indiana, donde debían cambiar trenes para Berrien Springs. Eso causó una espera de cinco horas. La Sra. White utilizó el tiempo para una visita misionera. A las 11:00 llegó el tren, y media hora después los depositó en Elkhart, Indiana, donde pararon en un hotel para pasar la noche. Alrededor del mediodía del día siguiente llegaron a Berrien Springs. Elena de White y sus compañeras de viaje fueron llevadas al hogar del profesor P. T. Magan, donde se les dio comodidad. El profesor Magan estaba en Kalamazoo en ese momento, cuidando a su esposa, quien estaba muy enferma. De modo que el grupo pudo usar la casa de los Magan. MV 470 4 Poco después de su arribo, se instó a Elena de White a que hablase cada mañana a las 11:00 durante la sesión de la Unión Asociación, y ella consintió hacerlo. LA SRA. WHITE COMIENZA SU TRABA|0 EN LA SESIÓN MV 470 5 Cansada del viaje, Elena de White se acostó temprano, y luego se despertó a las 10:00 p.m. Su mente se volvió a los temas que debería presentar en la reunión. En visión fue instruida a hablar claramente acerca de la controversia sobre El Templo Viviente. A la mañana siguiente hizo justamente eso. Ella declaró: MV 470 6 Lamento mucho que El Templo Viviente fue publicado en la manera en que se lo hizo, y que se le dio circulación, y lo peor de eso --lo que golpeó directamente en mi corazón-- fue la aseveración hecha respecto al libro: "Contiene los mismos conceptos que la Hna. White ha estado enseñando". Cuando oí esto, me sentí tan apenada que no pude decir nada (MS 46, 1904). MV 470 7 Le dijo a la concurrencia que el silencio era elocuencia cuando llegaba el momento de hablar de Dios, qué es él y dónde está él. "Cuando usted se siente tentado a hablar de quién es Dios, guarde silencio, porque tan seguramente como usted comienza a hablar de esto, usted va a desacreditarlo" (Ibíd.). MV 470 8 La sesión de la Unión Asociación se desarrolló en la forma usual, con informes, trabajo de comités, y elecciones. Pero Elena de White estaba concentrada en la crisis relacionada con la salvación de las almas. El jueves de noche, el día 19, nuevamente se le dio una visión. Al día siguiente les escribió un mensaje a los pastores Daniells y Prescott en el que decía que había sido fuertemente impresionada con la idea de que "ahora es el tiempo para salvar al Dr. Kellogg" (Carta 165, 1904). Dijo que debía hacerse un esfuerzo decidido e instó a que el Dr. Kellogg fuese llamado a la reunión. En esta carta ella escribió: MV 471 1 Ninguno de nosotros está por encima de la tentación. Hay un trabajo que el Dr. Kellogg tiene la preparación para realizar como ningún otro hombre puede hacerlo en nuestras filas... Tenemos que atraerlo con todas nuestras fuerzas, sin hacer acusaciones, sin prescribir lo que él debe hacer, sino permitiéndole que vea que no estamos dispuestos a que ninguno perezca (Ibíd.). MV 471 2 Ella preguntó: "¿No vale la pena hacer la prueba?" Dijo que Satanás estaba atrayendo al doctor. En sus visiones ella había visto a alguien resbalándose por un precipicio; un grupo estaba mirando con indiferencia, sin hacer ningún esfuerzo para salvarlo. Pero una mano, la mano de Cristo, se extendió, y el hombre fue rescatado (MS 52, 1904). MV 471 3 Entonces ella oyó a Cristo que hablaba, diciéndoles a los que estaban observando que debían mirarlo a él y no a este hombre (Kellogg), que tenían que hacer caso de la situación de ellos. Oyó a Cristo suplicando al Dr. Kellogg que se vistiera de Cristo. Y oyó a Kellogg exclamar: "Soy pecador, pero él me ha cubierto con su propia justicia, y de aquí en adelante avanzaré en la fuerza del Señor Dios" (Carta 165, 1904). Siguieron confesiones de parte de otros. MV 471 4 La carta fue escrita el viernes 20 de mayo, copiada por Maggie Hare el mismo día, y en el mismo día se dieron copias a los pastores Daniells y Prescott, como también a David Paulson y Edson White. Se lo instó al Dr. Kellogg a que viniese a Berrien Springs. Llegó el sábado 21 de mayo. MV 471 5 Durante la sesión del congreso se presentaron temas relacionados con el panteísmo. Kellogg y sus compañeros participaron activamente en las discusiones. Lo que ocurrió detrás del escenario le fue revelado a Elena de White en visión, de lo cual ella dijo: MV 471 6 En las escenas que se me presentaron, vi a hombres que hablaban entre las reuniones acerca de los errores y las faltas de sus hermanos. [Comentario interlineal de EGW: Muchas cosas no eran verdaderos errores, sólo en sus propias mentes.] (MS 74, 1904). MV 471 7 La Sra. White había buscado un cambio en la situación sobre el panteísmo y el Dr. Kellogg, pero el asunto no había resultado como ella había esperado. La experiencia fue oscura y decepcionante. MV 471 8 Después de la reunión de Berrien Springs hubo un fuerte esfuerzo de parte del Dr. Kellogg para atraer a algunos de los obreros principales a Battle Creek para continuar con las discusiones sobre la cuestión de El Templo Viviente. W. C. White y A. G. Daniells resistieron este esfuerzo, y Elena de White los apoyó en esa resistencia (24 WCW, pp. 24-25; 25 WCW, pp. 280-282). EL VIAJE POR EL RÍO CUMBERLAND MV 472 1 El miércoles 25 de mayo, cerca de la terminación de la sesión de la Unión Asociación del Lago, Elena de White partió de Berrien Springs para un viaje al Sur. Estaban con ella en el tren Edson White, Sara McEnterfer, Maggie Hare y el Dr. David Paulson y su esposa. MV 472 2 Durante la escala de seis horas en Chicago, el Dr. Paulson hizo arreglos para llevarla a Hinsdale, al sitio donde se estaban trazando planes para abrir un nuevo sanatorio. Ella encontró que Hinsdale tenía cierto parecido a Takoma Park. Pensó que los alrededores eran quizás aún más hermosos, y sintió que este sitio sería un lugar excelente para una institución médica. MV 472 3 De vuelta en Chicago al caer la tarde, con Edson y sus dos ayudantas, la Sra. White abordó el tren para Nashville. El viaje nocturno fue confortable, y por la mañana los encontró W. O. Palmer, uno de los colaboradores cercanos de Edson. Él los llevó a la planta de la Asociación Publicadora del Sur y luego a la casa de Edson, que estaba cerca. Ella hizo de este lugar su centro de actividades durante las seis semanas siguientes. MV 472 4 Durante la reunión en Berrien Springs, los profesores Sutherland y Magan habían renunciado a sus cargos de liderazgo en el Colegio Misionero Emmanuel. Expresaron su determinación de ir al Sur, encontrar un terreno, y comenzar una escuela de sostén propio. Desde Nashville salieron en diversas direcciones en busca de una propiedad adecuada dentro de sus capacidades financieras. Encontraron una en particular --el sitio Fergusen-Nelson--, pero la calidad de la tierra no alcanzaba a satisfacer sus deseos. Entonces se elaboraron planes para que un grupo bastante grande hiciera un viaje remontando el río Cumberland en el Morning Star, para continuar la búsqueda de un sitio para una escuela. Esperarían hasta que W. C. White hubiera terminado su trabajo en el Norte y se les uniese en Nashville antes de hacer el viaje. MV 472 5 Elena de White y todo su grupo estarían en el barco. Ella había visitado el Morning Star en 1901 cuando pasó por Vicksburg, pero no había viajado en el barco. Se pasaría una semana completa en el viaje remontando el río Cumberland, y además, ella estaría con su hijo y la esposa de él. Elena esperaba ansiosamente esta experiencia. MV 472 6 Mientras se estaba preparando el Morning Star, descansó en la casa de Edson. Él esperaba vivamente que su madre tuviese una experiencia agradable al vivir en el barco, y ansiaba tener su consejo mientras buscaba un sitio para otra escuela para negros cerca de Nashville. MV 473 1 Al contar la experiencia más adelante, ella habló de la abundante provisión de cosas buenas procedentes de la huerta de Edson: guisantes verdes (arvejas), frutillas, papas, maíz tierno. Sintió que el buen lote de tierra de 4 hectáreas (10 acres) que se había conseguido para la casa publicadora era favorable. MV 473 2 Cuando se acercaba el sábado, algunos pensaron que quizás sería mejor que Elena de White no tratara de hablar ese día en Nashville, pero ella dijo: "Tengo un mensaje para presentar" (Carta 183, 1904). Ella cuenta de cómo el Señor la fortaleció, y "presenté un testimonio directo. Maggie informó lo que yo dije. Después se me dijo que aunque yo hubiera sabido la verdadera condición de las cosas en la iglesia, lo cual yo ignoraba, no podría haber hablado más al punto" (Ibíd.). MV 473 3 El martes 7 de junio era el día fijado para subir a bordo del Morning Star y comenzar el viaje remontando el río Cumberland. Esa mañana la Sra. de White le escribió a su nieta Mabel: MV 473 4 Justo estamos por salir de aquí en un viaje de seis o siete días remontando el río Cumberland en el Morning Star. Nuestro grupo consistirá de los hermanos Magan y Sutherland, tu tío Edson y tu tía Emma, tu padre, tu abuela, Sara, el Hno. Crisler, que regresó ayer de Graysville, Maggie, el estenógrafo de Edson y varios otros. Esperamos comenzar hoy alrededor del mediodía (Carta 191, 1904). MV 473 5 Como resultaron las cosas, tuvieron que hacerse algunas reparaciones en el barco, de ahí que se demoraron hasta la mañana siguiente. El principal objeto del viaje era encontrar un terreno para una escuela de sostén propio, pero todos esperaban saborear un cambio y una pequeña vacación. MV 473 6 Además de los que fueron mencionados por Elena de White como integrantes del grupo viajero, estaban el piloto, Will Palmer; el Sr. Judd, el estenógrafo de Edson; un fogonero; un ingeniero; un cocinero; y un peón general. Varios de ellos eran de color. Los pasajeros y la tripulación eran 16 en total. Mientras viajaban hacia el norte, se detenían ocasionalmente, a veces para reparaciones, a veces para comprar productos agrícolas y leche o suero de mantequilla de las granjas por donde pasaban. De tanto en tanto se detenían para mirar las tierras. MV 473 7 En el viaje la mayoría de los hombres durmieron en la cubierta inferior sobre catres plegables para campestres con doble alambre en el armazón. Las mujeres durmieron en la cubierta superior, y el piloto durmió en la timonera. El comedor también estaba en la cubierta superior. Cada mañana Crisler, Willie y varios otros se ponían sus trajes de baño, que Elena de White describió como "muy decorosos", y tenían su rato de natación. La corriente era demasiado fuerte como para nadar río arriba, de modo que se zambullían desde el frente del barco, nadaban al costado del mismo, y subían al armazón junto a la rueda de paletas (25 WCW, pp. 315-318). MV 474 1 El sábado, en vez de tener un servicio de iglesia, Willie, Edson, Will Palmer, Sutherland y Magan ascendieron a una montaña cercana y pasaron la mañana en oración y compañerismo. La Sra. White registró en su diario que "este precioso sábado fue un día que los pasajeros de este barco recordarán por largo tiempo. Creo que todos están siendo beneficiados" (MS 143, 1904). MV 474 2 Para cuando llegaron a Carthage, 272 kilómetros (170 millas) al norte de Nashville, se había vuelto evidente que el objeto principal del viaje --encontrar tierra a precios razonables-- no iba a ser alcanzado. La tierra que se esperaba que se pudiera conseguir a $2 ó $3 por acre (0,4 de hectárea), o a $8 ó $10, estaba costando alrededor de $60 el acre. Willie llegó a la conclusión de que los precios bajos de los que había oído eran los ofrecidos 20 ó 30 años antes. Pero a nadie parecía esto preocuparle demasiado. Elena de White llegó a expresarse cada vez en forma más enfática diciendo que cualquier escuela que estableciesen debía estar cerca de Nashville. De modo que el lunes de mañana el Morning Star inició su viaje de regreso río abajo. Se hizo en un tiempo mucho mejor con la corriente del río que los llevaba. MADISON MV 474 3 En una carta escrita ese lunes al pastor Daniells, Elena de White delineó los planes de ellos: MV 474 4 Mañana de mañana llegaremos a Edgefield Junction, que está sólo a 19 kilómetros (12 millas) de Nashville. Quedaremos allí por el resto del día, porque deseamos visitar una granja que está en venta en Madison, a unos 27 kilómetros (17 millas) de Nashville, y a 4 kilómetros (2,5 millas) del ferrocarril. Se dice que esta granja contiene casi 40 hectáreas (100 acres) de buena tierra baja, más de 40 hectáreas (100 acres) de tierra de agricultura de segunda calidad adecuada para cereales y fruta, y unas 80 hectáreas (200 acres) de tierra de pastoreo. Creemos que se la puede comprar por unos $12.000. Se dice que hay en ella más de $2.000 en valor de ganado e implementos agrícolas. MV 474 5 Deseo mirar esta granja, y si es la voluntad del Señor, lo haré mañana de tarde. La granja tiene una casa espaciosa, graneros y otros edificios, y 4 kilómetros (2,5 millas) de una buena cerca de piedra. Considerando sus ventajas, su precio es menos que el de cualquier otra cosa que hemos visto en esta parte de Tennessee (Carta 195, 1904). MV 474 6 Ella se explayó un poco acerca de la relación general de dicha propiedad con Nashville: MV 474 7 Se me ha instruido que los terrenos en los cuales nuestra escuela será establecida debieran estar bastante cerca de Nashville porque tiene que haber una conexión entre la escuela y los obreros en Nashville (Ibíd..). MV 475 1 El martes, al examinar el lugar de Fergusen-Nelson cerca de Madison, Elena de White estaba contenta y pensó que serviría bien para la nueva escuela. "Me sentí tan enteramente convencida de que era una ubicación favorable para el trabajo que aconsejé a nuestros hermanos que hicieran la compra" (Carta 215, 1904) . Los hermanos Sutherland y Magan se sentían considerablemente menos optimistas. Ellos habían esperado algo mejor por menos dinero. MV 475 2 El precio con las cosechas en pie incluidas fue de $12.723. Los profesores, como contaron la historia en años posteriores, hablaron de cómo, cuando observaron la seguridad de Elena de White sobre este asunto y recordaron la experiencia en Australia con la escuela de Avondale, sintieron que debían avanzar en esta dirección. De modo que el martes hicieron su decisión de comprar. MV 475 3 Pero resultó ser cualquier cosa fuera de una simple transacción. La Sra. Fergusen, que tenía que firmar los documentos junto con su esposo, al principio se negó a vender la granja a hombres del Norte, declarando: "Nunca voy a venderla a un Yankee [persona de los Estados del Norte]" (Ira Gish y Harry Christman, Madison, God's Beautiful Farm [Madison, la hermosa granja de Dios], p. 23). Después de varias entrevistas y muchas oraciones, y una demanda de la Sra. Fergusen de mil dólares extra, puso su firma junto a la de su esposo, y se aseguró el contrato. MV 475 4 Hubo alguna vacilación respecto a los mil dólares extra, y algunos consideraron esto como un augurio de que deberían echarse atrás. Pero Elena de White exclamó: "¿Piensan ustedes que le permitiría al diablo que obtenga la victoria por mil dólares [dando lugar a que otra persona compre]? Paguen los mil dólares extra. Es suficientemente barato. Este es el lugar que el Señor dijo que ustedes deberían tener" (Id., p. 27). MV 475 5 Cerrado el trato por la propiedad, los hombres se apresuraron a ir al Norte para encontrar amigos que ayudarían a hacer frente al precio de la compra. Al mandarle un cable a una persona de su amistad, Elena de White informó sobre el lugar de 162 hectáreas (400 acres): MV 475 6 El tamaño de la granja, su ubicación, la distancia a la que está de Nashville, y la suma moderada por la que se la podía comprar parecieron señalarla precisamente como el lugar para nuestra obra educacional. La casa es vieja, pero se la puede usar hasta que puedan levantarse edificios más adecuados (Carta 215, 1904). MV 475 7 Con bastante alegría ella indicó: MV 475 8 Incluida en esta venta están una cantidad de caballos, vacas y otros animales, carruajes e implementos agrícolas, también una casa que sería de uso para la escuela. Hay muchos hermosos cedros en el lugar. Están bajo cultivo 20 hectáreas (50 acres) del terreno, y las cosechas están en una condición floreciente. Se podrían vender porciones de este terreno a aquellos vinculados con la escuela para levantar viviendas (Carta 249a, 1904). MV 476 1 En otra carta ella explicó los planes y objetivos acariciados por Sutherland y Magan: MV 476 2 El plan en base al cual nuestros hermanos se proponen trabajar es seleccionar algunos de los mejores y más sólidos jóvenes y señoritas de Berrien Springs y otros lugares en el Norte, que creen que Dios los ha llamado a la obra en el Sur, y darles un breve entrenamiento como maestros. Se dará una instrucción cabal en el estudio de la Biblia, la fisiología, la historia de nuestro mensaje; y una instrucción especial respecto al cultivo de la tierra. MV 476 3 Se espera que muchos de los estudiantes se conectarán eventualmente con escuelas en diversos lugares en el Sur. En conexión con estas escuelas habrá tierra que será cultivada por maestros y estudiantes, y las ganancias de este trabajo se usarán para el sostén de las escuelas (Carta 215, 1904). OAKWOOD MV 476 4 Mientras las negociaciones por la propiedad de Madison estaban en proceso, Elena de White y su grupo partieron el miércoles 15 de junio para una gira de una semana a varias instituciones en Tennessee y Alabama. La primera fue Graysville, donde había una escuela y un sanatorio. El sábado ella habló en la iglesia y notó que en la concurrencia había tres ministros de otras iglesias protestantes. El domingo ella hizo una gira abarcante por los edificios de la escuela, la granja --donde descubrió duraznos, maíz y frutillas (fresas)--y el sanatorio, donde ella instó a que se preservasen los pinos, porque hay un poder curativo en los pinos. En sus viajes con el carruaje se detenían junto a las casas de los adventistas y se reunían con las familias. Ella escribió al respecto: "Familias enteras, el padre, la madre y los hijos, venían para hablar conmigo, y yo estrechaba la mano de cada uno, sin olvidar a los niños" (Ibíd..). MV 476 5 Sus viajes los llevaron al oeste por tren hasta Huntsville, Alabama, para visitar la escuela de Oakwood, que había sido establecida para los negros diez años atrás. Llegaron el lunes a la tarde, a la 1:00. Después de recorrer la granja, ella habló a los pocos estudiantes que estaban allí para el verano. Les dijo que quería 100 estudiantes en la escuela el próximo año, y los instó a exhortar a sus amigos a que viniesen a Oakwood. Les dijo a estos estudiantes cuán contenta estaba de que ellos se estaban preparando para servir. Dijo que quería animarlos porque sabía que tenían una batalla que pelear y que debían trabajar en contra de fuertes pre juicios. Ella señaló que la iglesia los necesitaba para trabajar en lugares donde la hostilidad racial les impedía trabajar a los blancos. Les aseguró la ayuda de Dios y les dijo que si nunca los volviese a ver en esta tierra esperaba verlos en el reino de los cielos (MS 60, 1904). MV 477 1 El 22 de junio ella regresó a Nashville, donde pasó otro par de semanas descansando, escribiendo, hablando, y animando a los obreros del área. Durante este tiempo ella fue a darle otra mirada a la propiedad de Madison. Cuando se organizó el trabajo para la nueva escuela, Elena de White aceptó una invitación para servir en la junta de directores, la única ocasión en la que ella prestó servicio alguna vez en dicha posición. Ella observó con profundo interés los adelantos que se hacían en Madison. DE VUELTA EN WASHINGTON MV 477 2 El viernes 8 de julio, Elena de White y quienes viajaban con ella llegaron de regreso a Washington, donde ella permanecería por otro mes en la casa Carroll Manor. Estaba contenta de que la construcción del colegio estaba en marcha. El sótano del dormitorio de varones estaba casi terminado, como también las excavaciones para el comedor. A. S. Baird estaba administrando bien el trabajo de construcción. MV 477 3 Casi cada día la Sra. White y Sara viajaban con el caballo y el carruaje. Ella disfrutaba estos pequeños viajes. MV 477 4 Mientras vivía en la casa Carroll Manor, recibió una visión en la que le pareció estar con un grupo grande. "Uno que no era conocido por los presentes se adelantó" y expresó un mensaje de advertencia para el Dr. Paulson y el Dr. Sadler, urgiéndolos a romper sus lazos con el Dr. Kellogg y a tener cuidado de no echar a perder su experiencia con filosofía y engaños vanos. "Escápense, escápense es mi mensaje", escribió en una carta a los médicos (Carta 279, 1904). El texto de la carta era muy semejante al de una carta dirigida a los pastores Jones y Waggoner, que ahora estaban asociados con el Dr. Kellogg en Battle Creek. La mensajera que les estaba hablando indicó que estos hombres estaban rodeados por una niebla, inconscientes de los conceptos seductores que había en El Templo Viviente. MV 477 5 Las cuatro semanas finales pasadas en Washington fueron dedicadas a dar consejo acerca de la obra en desarrollo, hablando en las diferentes iglesias en los fines de semana, y a escribir. COMENZANDO EL VIAJE A CASA MV 477 6 Elena de White y sus ayudantas dejaron Washington el jueves 11 de agosto para emprender el viaje a la casa. El viaje las llevaría a través de Nueva Inglaterra, Michigan, Nebraska y puntos del Oeste. MV 477 7 El lunes 5 de septiembre ella estaba en su camino a Battle Creek por tren. Arribó allí el martes y se le dio uno de los mejores cuartos en el sanatorio. Ésta fue su primera visita a Battle Creek desde el incendio y la construcción del nuevo sanatorio. A la mañana siguiente habló a los pacientes en la sala de recepción, refiriéndose a principios cristianos básicos y al poder de Cristo para transformar a aquellos que van a él con sencillez y fe (Carta 293, 1904). Después de la plática el Dr. Kellogg la presentó a varios de los huéspedes. Se sorprendió al ver cuán poderosamente los había afectado la Palabra hablada con sencillez y seriedad. Informó que esa noche ella recibió una bendición especial de Dios. MV 478 1 A la mañana siguiente habló en el gimnasio a un grupo de unos 300, compuesto principalmente de médicos, enfermeras y otros obreros. Su tema fue el amor de Cristo, cómo él mostró su amor en buenas obras, y cómo estas buenas obras dieron origen al amor en los corazones de otros (Ibíd.). MV 478 2 A último momento se decidió que ella debería tratar de hablar en el tabernáculo esa tarde. Como no había mucho tiempo para dar a conocer la información, ella esperaba una asistencia más bien escasa. Para su sorpresa el Tabernáculo estaba atestado con 2.500 personas y parecía estar lleno como lo había estado en la sesión de la Asociación General de 1901. Nuevamente su sermón fue una simple exposición de la fe cristiana. Élla se entusiasmó con el tema y habló por más de una hora (Ibíd.; MS 90, 1904). MV 478 3 Justo antes de que comenzara el servicio, A. T. Jones le preguntó si estaría dispuesta a quedarse durante el fin de semana. Él insistió, ella consintió, y durante la reunión anunció la decisión de ella. Pero esa noche W. C. White, que había estado en Canadá, llegó a Battle Creek y señaló que estaban comprometidos para asistir a las reuniones del sábado en el campestre de Omaha, Nebraska. De modo que ella prometió regresar a Battle Creek después de la cita en Omaha. MV 478 4 Uno de los principales propósitos de la visita a Battle Creek era, por supuesto, ayudar a Kellogg, si hubiera la menor posibilidad. Ella había recibido cartas de él en Melrose, Massachusetts, en las que indicaba que suavizaba algo su actitud. Al escribir desde Battle Creek a W. C. White en Canadá, ella dijo que sabía que Kellogg era como un hombre ciego con un bastón, golpeando para encontrar el camino, pero hasta el momento todo parecía ser un trabajo superficial. Sin embargo, ella dijo que debía hacer lo mejor posible para hablar en Battle Creek. Después de su plática a los obreros el miércoles de mañana, el 7 de septiembre, Kellogg hizo un breve intento de confesar. Declaró: MV 478 5 Quiero que ustedes sepan que siento en mi corazón que acepto todas las reprensiones y toda la instrucción que el Señor me ha enviado a través de la Hna. White. No quiero tener ninguna ambigüedad sobre mi posición y actitud. MV 478 6 El Señor ha enviado a la Hna. White aquí, y ella nos ha dado instrucción esta mañana para nuestro bien, y espero que el Señor nos ayudará a todos a llevar esto a nuestros corazones y a beneficiamos mediante su instrucción (24 WCW, p. 325). MV 479 1 Pero el Dr. Kellogg se había convertido en un hombre muy vacilante, y la actitud penitente fue superficial y de corta duración. MV 479 2 El viernes 9 de septiembre, Elena de White y W. C. White llegaron a Omaha. Ella se estaba sintiendo un poco más fuerte que lo que había estado en los pocos días pasados y se sintió contenta de observar que en la estación de Omaha podía caminar a través de las grandes salas de espera y subir y bajar las escaleras tan fácilmente como siempre (Carta 283, 1904). Desafortunadamente, contrajo un resfrío en el viaje y temía que podría tener dificultad para hablar el sábado. Pero ella siguió adelante y de cualquier manera habló. MV 479 3 Fue aquí en esta reunión en Omaha donde uno de los laicos, Jasper Wayne, buscó una entrevista con ella. Él presentó su plan recién desarrollado para solicitar fondos de no adventistas llamando a sus hogares y dejando con ellos un periódico de la iglesia. Éste fue el comienzo de lo que llegó a conocerse como el Plan de la Recolección de la Cosecha (más tarde simplemente Recolección), que ha traído a la iglesia centenares de millones de dólares para ayudar a promover la obra. MV 479 4 Elena de White habló tres veces en Omaha, luego fueron al College View donde a ella y a Willie les dieron cuartos en el Sanatorio de Nebraska, situado en la cresta del cerro cerca del Union College. MV 479 5 Luego se hizo el viaje de regreso a Battle Creek para cumplir con su promesa de estar con la gente allí en el día sábado. Se le dio una cordial bienvenida y pasó cinco días allí. Habló tres veces en el Tabernáculo a grandes congregaciones, una vez a los estudiantes de medicina y una vez a los obreros del sanatorio. MV 479 6 Elena de White dejó Battle Creek el lunes 3 de octubre. Debido a demoras ella no pudo llegar a St. Helena el sábado, de modo que se quedó en Reno el viernes y el sábado, y habló a la gente allí. Después de un fin de semana agradable ella y su grupo se apresuraron a ir hacia la casa Al pasar por Oakland, encontró a los obreros en la Pacific Press empaquetando diligentemente sus últimas pertenencias para llevarlas a Mountain View. "Los edificios vacíos de la Pacific Press parecen solitarios", confesó Willie; los había conocido desde 1877 (24 WCW, p. 370). MV 479 7 Cuando llegaron a la casa, encontraron a Marian Davis enferma desesperadamente en el Sanatorio de St. Helena. Una enfermedad que podía relacionarse con un resfrío contraído durante la sesión de la Asociación General de 1903, condujo a una tuberculosis. Durante el viaje de Elena de White al Este, Marian se debilitó progresivamente, aunque continuó su trabajo literario. Esta situación fue sumamente dolorosa para Elena de White. Habían trabajado juntas por 25 años. MV 479 8 Aunque Marian se recuperó un poco cuando regresó la Sra. White, murió temprano en la tarde del martes 25 de octubre. El 26 de octubre fue enterrada en el Cementerio de St. Helena, donde J. N. Loughborough y una cantidad de otros obreros pioneros esperan el llamado del Dador de la vida. De ella y de su obra Elena de White escribió lo siguiente: MV 480 1 Por 25 años la Hna. Davis ha sido una ayudanta muy fiel en mi obra. Ella era grandemente apreciada por mí y por todos los que estaban relacionados con ella y con su trabajo, y la extrañamos mucho. De ella puede decirse verdaderamente: "Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor..; descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen" (Carta 29, 1905). ------------------------Capítulo 33--¡"Se ME MOSTRARON" HERMOSAS PROPIEDADES! MV 481 1 Cuando Elena de White regresó a los Estados Unidos desde Australia en 1900, trajo en su corazón el recuerdo de visiones que se le habían dado en las que se le mostraron lugares de California adecuados para la construcción de sanatorios. Ahora, mientras viajaba en California, recordó estas visiones. MV 481 2 En agosto de 1901, mientras estaba asistiendo al campestre de Los Ángeles, comenzó a pensar en términos prácticos sobre cómo conseguir propiedades. En una visión nocturna le pareció estar en la reunión de un concilio en la que se estaba considerando el establecimiento de un sanatorio en el sur de California. Describió lo que vio y oyó en esta visión e hizo mención de Uno que a menudo la instruía en tales ocasiones. "Estaba entre nosotros Uno que presentó este asunto muy claramente y con la máxima sencillez. Nos dijo que sería un error establecer un sanatorio dentro de los límites de la ciudad" (7T, p. 85). MV 481 3 El Instructor de ella continuó: MV 481 4 Un sanatorio debiera tener la ventaja de poseer abundancia de tierra, de modo que los inválidos puedan trabajar al aire libre. Para los pacientes nerviosos, melancólicos, débiles, el trabajo al aire libre es invalorable. Permítaseles tener canteros de flores para cuidar. En el uso de un rastrillo, una azada y una pala encontrarán alivio para muchas de sus dolencias. La ociosidad es la causa de muchas enfermedades. MV 481 5 La vida al aire libre es buena para el cuerpo y la mente. Es la medicina de Dios para la restauración de la salud. El aire puro, la buena agua, la luz del sol, los hermosos contornos de la naturaleza, éstos son los medios divinos para restaurar la salud de los enfermos en una forma natural (Ibíd.). MV 481 6 Elena de White imaginó sanatorios en el campo "rodeados de flores y árboles, huertos y viñedos. Aquí es fácil para los médicos y las enfermeras extraer lecciones de las cosas de la naturaleza que enseñen sobre Dios. Que señalen a los pacientes a Aquel cuya mano ha hecho los árboles elevados, el pasto que retoña y las hermosas flores, animándoles a ver en todo capullo que se abre y en el pimpollo que florece una expresión de su amor por sus hijos" (Id., pp. 85-86). MV 481 7 Durante el campestre mismo, en el que hablaba diariamente, salió con algu nos de los hermanos a mirar dos propiedades en perspectiva. Se le instruyó que no sólo en diversas secciones de Los Angeles sino en San Diego y otros lugares de turismo en el sur de California, deberían establecerse restaurantes de salud y salas de tratamiento. Esta visita estimuló un reavivamiento del interés por la obra médico-misionera en todo el mundo, pero especialmente en el sur de California. LA PROPIEDAD DE PARADISE VALLEY MV 482 1 Después del campestre en septiembre de 1902, Elena de White fue a San Diego y visitó dos veces la propiedad del Sanatorio Potts, a unos 10 kilómetros (6 millas) al sur de la ciudad. Los edificios habían quedado sin usar por años, y se podía conseguir la propiedad por sólo una fracción del costo original. MV 482 2 Aquí estaba un edificio bien construido, de tres pisos, de unos cincuenta cuartos, con amplias verandas, ubicado en una agradable elevación del terreno, y dominando un hermoso valle. Muchos de los cuartos son grandes y aireados... Además del edificio principal, hay un buen establo, y también una cabaña de seis piezas, que puede arreglarse para ayudantes. MV 482 3 La propiedad está ubicada convenientemente, a menos de 11 kilómetros (7 millas) de San Diego, y alrededor de 2 kilómetros (algo más de 1 milla) de la oficina de correos de National City. Hay 9 hectáreas (22 acres) de tierra. Alrededor de la mitad de esta superficie había estado plantada una vez con árboles frutales, pero durante la larga sequía que sufrió esta región, todos los árboles murieron excepto los árboles ornamentales y los arbustos alrededor de los edificios, y unos 70 olivos en las terrazas... Nunca he visto un edificio ofrecido para la venta que estuviese mejor adaptado para el trabajo de un sanatorio. Si este lugar fuera arreglado, tendría justo el aspecto de los lugares que me han sido mostrados por el Señor (Sp. T, Series B, N° 14, pp. 8-9). MV 482 4 La Asociación del Sur de California se sentía incapaz de invertir en el proyecto, de modo que Elena de White pidió prestados $2.000 del Banco de St. Helena a un interés del 8 por ciento, y Josephine Gotzian, una amiga íntima, proveyó los otros $2.000 para cubrir el precio total de $4.000. Las dos mujeres "se tomaron las manos en un acuerdo para unirse a fin de ayudar a comprar el Sanatorio Potts" (Carta 97, 1904). Con fondos que fueron puestos en el proyecto por el Prof. E. S. Ballenger y sus padres, pagaron $300 en impuestos atrasados y usaron $800 para comprar 4 hectáreas (8 acres) de tierra necesaria adyacente a la propiedad. Hubo otros gastos que llevaron el costo total de la propiedad a $5.300. Por supuesto, las dos mujeres y la familia Ballenger no tenían la intención de guardar la propiedad como suya. Ni tenían ninguna intención de convertirla en un asunto de especulación financiera. La compraron para retenerla hasta que el negocio pudiese organizarse y la Asociación pudiera tomar control. MV 483 1 Pero con la propiedad en sus manos, el siguiente paso era encontrar a alguien para administrarla y desarrollarla. Por 15 años había estado desocupada y había mucho para hacer. Elena de White habla del siguiente paso: MV 483 2 Habiendo conseguido el lugar, necesitábamos un administrador, y encontramos a alguien listo para el trabajo. El Hno. E. R. Palmer y su esposa, que habían pasado el invierno en Arizona, estaban en San Diego... Estaban dispuestos a encargarse del trabajo de poner en condición el edificio del sanatorio para su uso (RH, 16 de marzo, 1905 [Sp. T, Serie B, N° 14, pp. 10-11]). MV 483 3 El pastor Palmer hizo arreglos para que en el edificio se instalasen los cables para la electricidad y que se lo limpiase y pintase por fuera. Luego comenzó a reunir el mobiliario para el nuevo sanatorio. MV 483 4 Descubrió que comerciantes adinerados que iban a California para el invierno alquilarían un lugar y comprarían muebles de buena calidad para su uso. Cuando querían regresar a sus casas en el Este, ponían los muebles a disposición a precios muy razonables. De ese modo Palmer pudo conseguir muebles, algunos de arce moteado, para amueblar por lo menos una parte de la institución. MV 483 5 Un pozo y un molino de viento proveían una cantidad limitada de agua, pero desde el principio se sabía que el sistema nunca podría suplir las necesidades de un sanatorio. Palmer describió la situación del agua: "El lote de tierra de 8 hectáreas (20 acres) en el cual se encuentra el edificio era tan seco como las colinas de Gilboa, con sólo una perspectiva remota de que hubiera agua subterránea" (DF 2a, E. R. Palmer, "The Paradise Valley Sanitarium [El Sanatorio de Paradise Valley]"). MV 483 6 A través de sus contactos con Elena de White, Palmer y sus colaboradores sabían que la institución se había comprado por la providencia de Dios. Confiaban que Dios encontraría una manera para suplir sus necesidades. Aún durante el verano de 1904 sufrieron severamente debido a la sequía, una sequía que había durado 8 ó 9 años (W. L. Johns y R. U. Utt, eds., The Vision Bold [La visión audaz], p. 147). Observaron cómo los árboles se marchitaban y morían, y la Sra. White escribió: "Los pobres árboles, marchitos y moribundos, nos están suplicando con su aspecto [que les proveyamos] corrientes refrescantes de agua" (MS 147, 1904). Palmer se refirió a su fuente de confianza con estas palabras: "El Señor ha hablado concerniente a estos puntos, y sus siervos respondieron comprando la propiedad" (DF 2a, E. R. Palmer, "The Paradise Valley Sanitarium"). EL NUEVO POZO MV 483 7 Elena de White recomendó que Palmer obtuviese los servicios de un buen pocero adventista que ella conocía, Salem Hamilton, quien entonces estaba viviendo en Nebraska. Por consiguiente, se lo llamó para que viniese al Oeste para excavar el pozo. MV 484 1 He aquí el relato de Palmer: MV 484 2 Con qué ansiedad examinamos el terreno e hicimos la prueba con la varita "mágica" para buscar agua y discutimos las posibilidades... MV 484 3 Finalmente elegimos un lugar y comenzamos a cavar a través de la tierra seca donde el polvo volaba a más de 6 metros (20 pies) debajo de la superficie [por el hecho de estar todo completamente seco] (Ibíd.). MV 484 4 El sitio escogido era una hondonada justo debajo de la institución. El Sr. Hamilton y sus ayudantes continuaron cavando cada vez más hondo. MV 484 5 Elena de White, que deseaba ansiosamente estar cerca de las actividades del sanatorio, pudo alejarse de Elmshaven y viajar al sur, llegando a la propiedad de Potts el lunes 7 de noviembre. Hamilton había llegado a una profundidad de 24 metros (80 pies) en el pozo. De día en día ella escuchaba con interés los informes del progreso efectuado, y frecuentemente hablaba con Hamilton. Cierto día ella preguntó: "¿Qué va a hacer, Hno. Hamilton?" MV 484 6 'Tengo una pregunta que hacerle a usted --respondió él--. Si usted me contesta eso, yo le daré mi respuesta. ¿El Señor le dijo que comprara esta propiedad?" MV 484 7 "¡Sí, sí! --replicó Elena de White--. Tres veces se me mostró que deberíamos conseguir esta propiedad en particular". MV 484 8 "Está bien --dijo el Sr. Hamilton--. Tengo mi respuesta. El Señor no nos daría un elefante sin proveer de agua para que pueda beber" (Johns y Utt, p. 146). Declaró que continuaría excavando. MV 484 9 Ahora él había pasado más allá del nivel de los 24 metros (80 pies), y todavía no había ni una señal de humedad. Pero un día le pareció que oyó el sonido de una corriente de agua en la grava, en el fondo del pozo. Cuando Palmer visitó el lugar y miró hacia el fondo del pozo, el Hno. Hamilton le dirigió la palabra desde abajo con voz fuerte: "Sr. Palmer, ¿se animaría a bajar? Pienso que hay agua a poca distancia de aquí". Palmer bajó y oyó claramente "como el tintineo de una campana o el sonido de una pequeña cascada en las profundidades de un bosque" (Id., pp. 146-147). MV 484 10 Hamilton había abierto un túnel en una dirección, pero en vano. Ahora hizo un túnel en otra dirección, y con un golpe vigoroso de su pico se abrió paso a través de la arcilla para encontrarse con una magnífica corriente de agua tan grande como el brazo de un hombre. El pozo comenzó rápidamente a llenarse. Ni siquiera hubo tiempo para sacar todas las herramientas. Esa noche el agua subió 5 metros (15 pies) en el pozo (Ibíd.). MV 484 11 Excitadamente E. R. Palmer y W. C. White se fueron de prisa al cuarto de Elena de White para anunciar las buenas nuevas. Escribiendo sobre esto a sus nietos al día siguiente, ella dijo: MV 484 12 "Ayer de mañana el Hno. Palmer vino a mi cuarto en compañía de vuestro padre... y nos dijo que había 5 metros (15 pies) de agua en el pozo. Esta mañana había casi 6 metros de agua (20 pies) y sus herramientas están en el fondo del pozo. No puedo expresarles cuán contentos nos hace esto a todos. ¡Abundancia de agua para todos los propósitos! Esto no puede estimarse con oro o plata. El agua significa vida... El Señor ha contestado todas nuestras expectativas, y tendremos razones para dar gracias... Quiero alabar al Señor con mi corazón y alma y voluntad" (Id., p. 147). MV 485 1 Ella escribió en su diario: MV 485 2 El agua es ahora una certeza. Los árboles tendrán su porción refrescante. El Hno. Palmer estaba tan contento. Expresó su gratitud a Dios por esta gran bendición, porque el trabajo y el dinero invertido para la maquinaria para la planta de agua habían traído su recompensa (MS 147, 1904). MV 485 3 El jueves anterior al adelanto en el pozo, un grupo del sanatorio, incluyendo a W. C. White, E. S. Ballenger, H. E. Osborne y la Sra. Josephine Gotzian, salieron para solicitar apoyo financiero para el proyecto. Manejaron 32 kilómetros (20 millas) hasta San Pascual, y luego a Escondido, visitando familias e iglesias y hablando de las necesidades y providencias de Dios en conexión con el sanatorio propuesto. Pudieron levantar $1.600 en efectivo para ayudar a llevar adelante el proyecto. Pudieron llevar consigo a la casa la mitad de esa cantidad. También habían solicitado ayuda material que los agricultores podían proveer de sus tierras. Estaban contentos con el dinero en efectivo porque, anticipando un pozo próspero, Palmer había comprado un motor, caños y bombas, y necesitaba dinero para pagar la cuenta vencida e impaga. MV 485 4 Cuando el grupo regresó de Escondido el martes, se encontraron con el alegre informe de que los poceadores habían encontrado una abundante corriente de agua pura. Unos pocos días más tarde llegó al sanatorio un tiro de cuatro caballos remolcando un carro grande, pesado, que traía regalos de las iglesias de San Pascual y Escondido. Esta donación oportuna incluía papas, calabazas y fruta envasada. De especial importancia, el regalo incluía dos magníficas "vacas Jersey" (RH, 16 de marzo, 1905). MV 485 5 En cuanto a la organización para manejar el negocio del sanatorio recién establecido, se hicieron y discutieron varias propuestas, y se buscó consejo de los hermanos de la Asociación. Finalmente se decidió establecer una compañía de acciones, no para hacer ganancias sino para administrar el negocio, y animar a aquellos que pudieran hacerlo a invertir en la institución. El plan se siguió con algunas adaptaciones durante los próximos dos o tres años hasta que la Asociación del Sur de California estuvo en condiciones de hacerse cargo de la administración y de las responsabilidades del Sanatorio de Paradise Valley. MV 485 6 De esa manera Elena de White, a través del discernimiento que recibió me diante las visiones, a través de su persistencia, a través de su esfuerzo al solicitar la cooperación de aquellos que confiaban que el Señor estaba hablando a través de ella, y a través de su considerable inversión financiera personal, guió en el establecimiento de este primer sanatorio adventista en el sur de California. EL SANATORIO DE GLENDALE MV 486 1 En Glendale, J. A. Burden estaba dirigiendo en el establecimiento de un segundo sanatorio en el sur de California. Era el gerente del Sanatorio de St. Helena cuando Elena de White regresó de Australia a fines de 1900. Poco después, sin embargo, respondió a un llamado para ir a Australia a fin de ayudar como dirigente en el establecimiento de instituciones allí. MV 486 2 Los Burden regresaron a los Estados Unidos en febrero de 1904. El entendió las palabras de la pluma de Elena de White de que "debiera establecerse un sanatorio cerca de Los Ángeles" y que "es la expresa voluntad de Dios que esto se haga" (Carta211, 1904). Para Burden esto era un desafío. Sabía que también ella había escrito: MV 486 3 Se me ha dado luz de que debiera establecerse un sanatorio cerca de Los Ángeles, en algún distrito rural. Por años se ha mantenido presente ante nuestro pueblo en el sur de California la necesidad de una institución tal. Si los hermanos hubieran prestado atención a las advertencias dadas por el Señor, para guardarlos de cometer errores, no estarían limitados ahora como en efecto se encuentran. Pero ellos no han seguido la instrucción dada. No han avanzado con fe para establecer un sanatorio cerca de Los Ángeles (Carta 147, 1904). MV 486 4 En respuesta a sus instancias, Burden echó una mirada en busca de probables propiedades en el sur de California que podrían conseguirse por una suma razonable. A fines de la década de 1880 se habían construido muchos establecimientos para turistas y centros para promover la salud, pero los negocios habían fracasado. MV 486 5 El edificio que ahora parecía el más probable para proveer lo que se necesitaba era el Hotel Glendale, semejante a un castillo, construido en 1886 y situado en un lote de 2 hectáreas (5 acres) rodeado de caminos de tierra. En aquel entonces Glendale era un pueblo rural de 500 habitantes, a 13 kilómetros (8 millas) de Los Ángeles. MV 486 6 Estaba disponible una estructura no amueblada de 75 cuartos que había costado $60.000. Debido al fracaso de los negocios en el sur de California, nunca había sido usado como hotel. Por cuatro años sirvió como una escuela episcopal para niñas; luego en 1901 y 1902 fue usado como una escuela secundaria pública. MV 486 7 En la propiedad había árboles de sombra y huertos. Alrededor había ranchos para cría de gallinas y un pequeño grupo de casas modestas dispersas. En 1904 un agente de bienes raíces y especulador, Leslie C. Brand, controlaba la propiedad. El precio que se pedía era de $26.000, el cual Burden sabía que estaba por lejos fuera de su alcance. MV 487 1 Mientras estaba sentado en su carruaje liviano contemplando los terrenos del hotel, Burden decidió de que si podía comprarlo por $15.000 consideraría esto como una señal de aprobación divina. Tomando a varios de sus hermanos consigo, fue a hablar del asunto con el señor Brand y le explicó: "Nuestro dinero tendrá que venir de los miembros de iglesia. ¿Puede usted ayudamos reduciendo el precio?" MV 487 2 Brand pensó por un momento y luego preguntó: "¿Cómo suena $12.500?" Burden respondió que sonaba muy bien. Sacó un billete de $20 dólares y se lo dio a Brand como un depósito sobre la compra (Johns y Utt, p. 163). MV 487 3 En las oficinas centrales de la Asociación, Burden estaba tratando con los mismos administradores que habían vacilado por tanto tiempo para invertir en el Sanatorio de Paradise Valley. La Asociación hasta carecía de los $1.000 necesarios para un pago inicial en la propiedad de Glendale. El presidente de la Unión del Pacífico había hecho claro a la administración de la Asociación local que debía congelarse el aumento de las deudas, y que debía haber un cambio completo en los asuntos financieros de la Asociación del Sur de California. MV 487 4 Burden llevó la cuestión a los miembros constituyentes en el campestre en septiembre de 1904 y, para chasco suyo, rechazaron la compra por falta de dinero. MV 487 5 Por fin el pastor Burden pudo conseguir la ayuda de Clarence Santee, el presidente de la Asociación. Los dos hombres decidieron adelantar el dinero de su bolsillo para el pago inicial. Justo en este tiempo la Sra. White envió un mensaje instando en términos firmes que se comprara la propiedad, y el pastor Santee lo leyó a los delegados al congreso en sesión. MV 487 6 "¿Por qué se demora esta obra?", preguntó ella. También persuadió a dos de los miembros de la iglesia a adelantar $1.000 cada uno para la compra de la institución. Los delegados se entusiasmaron y prometieron $5.200 para comprar el Hotel de Glendale. Se hizo un pago en efectivo de $4.500, y se acordó contraer una hipoteca a tres años para pagar el saldo. Se organizó una junta de fideicomisarios, con el pastor Santee como presidente. La junta dio pasos inmedia-tamente para desarrollar la institución. MV 487 7 Esta era la situación cuando Elena de White se detuvo en la nueva institución de Glendale. Recorrió todos los cuartos del nuevo sanatorio, muchos de los cuales acababan de pintarse. Deseaba que hubiera allí más tierra que las 2 hectáreas (5 acres) conectadas con el edificio, pero observó: "Ciertamente está en el campo, porque no hay edificios muy cerca. Está rodeado de grandes campos de frutillas (fresas) y de naranjales" (Carta 31, 1904). LOMA LINDA, EL CERRO HERMOSO MV 488 1 Lugar: Sala en Elmshaven. MV 488 2 Fecha: Abril de 1905. MV 488 3 Presentes: Elena de White; W. C. White; John Burden; el presidente de la Asociación de California y uno de los miembros de su comité. MV 488 4 Elena de White: "Creo que hay un sanatorio que nos está esperando cerca de Riverside o Redlands, más cerca de Redlands. Pueden encontrarlo si realmente quieren". (Ver DF8, J. A. Burden, "The Location and Development of Loma Linda" [La ubicación y el desarrollo de Loma Linda], p. 96.) MV 488 5 En respuesta a repetidos mensajes de Elena de White, fue nombrado un comité para buscar un sitio como ése. Sentían que debía ser el hotel de temporada en Loma Linda que habían visitado antes, pero como tenía el precio de $85.000, lo habían dejado a un lado. Ahora el hotel había fracasado financieramente y se lo había cerrado el 1° de abril; el comité descubrió que se lo podía comprar por $45.000. MV 488 6 El pastor Burden había esperado que la Sra. White, en su viaje para asistir a la sesión de la Asociación General de 1905 en Washington, podría detenerse lo suficiente en Los Ángeles como para oír lo que ellos habían descubierto en cuanto a la propiedad de Loma Linda. Su grupo incluía a su hijo W. C. White, su esposa, May; y Maggie Hare. El jueves 4 de mayo, cuando el tren que iba hacia el Este se detuvo en la estación de Los Ángeles, unos pocos hermanos, incluyendo el pastor Burden, abordaron el tren para contarle a la Sra. White en cuanto a Loma Linda. Ella se interesó inmediatamente e instó con entusiasmo: "Averigüen todos los detalles y escríbanme inmediatamente a Washington" (Ibíd.). MV 488 7 El grupo que iba rumbo al congreso llegó a Washington el martes 9 de mayo por la mañana. La sesión se inició el jueves de mañana. El viernes 12 de mayo, por la tarde, fue colocada en las manos de Elena de White la carta prometida que describía la propiedad de Loma Linda. MV 488 8 Ella la leyó en voz alta a su hijo W. C. White. Decía, en parte: MV 488 9 Le estoy enviando un pequeño panfleto que contiene unas pocas fotos y una descripción breve de la propiedad, pero las palabras y las ilustraciones pueden describir su belleza apenas vagamente. Es simplemente ideal y magnífica para un sanatorio. MV 488 10 Los edificios están en excelente condición, bien amueblados, provistos de calefacción a vapor, e iluminados con electricidad. Todo está completo como para que el sanatorio empiece a funcionar inmediatamente. El edificio principal tiene 46 cuartos, y hay cuatro cabañas con cuatro cuartos cada una, con bañera e inodoro. Tres de. estas cabañas tienen cuatro porches cada una, con amplias ventanas, de modo que las camas sobre ruedas pueden sacarse directamente al porche y los pacientes pueden dormir al aire libre. Hay otro hermoso edificio, una cabaña de dos pisos con nueve cuartos, con bañera e inodoro. Otro edificio que ha sido usado como un pabellón para recreación y que tiene cuatro hermosos cuartos, podría ser un excelente gimnasio y capilla. MV 489 1 Hay graneros y cobertizos, y una casa para los trabajadores. Hay 4 hectáreas (10 acres) de un huerto de naranjos con buena producción, 6 hectáreas (15 acres) de alfalfa, 3 hectáreas (8 acres) de damascos, ciruelos y almendros. El resto del terreno se despliega hermosamente con extensiones cubiertas de césped, caminos y senderos, con más de un kilómetro de senderos pavimentados. Los edificios principales están en una hermosa loma unos 38 metros (125 pies) sobre el valle. El edificio principal está rodeado con laureles califomianos de 9 a 12 metros (30 a 40 pies) de alto. MV 489 2 Hay cinco caballos, cuatro vacas, 150 gallinas, 35 pavos, algunos cerdos, implementos agrícolas, coches ligeros, carruajes y carretones. MV 489 3 El lugar tiene una amplia provisión de agua de las montañas. Un pozo artesiano, que tiene una buena bomba, rinde abundancia de agua, si por alguna razón fallase el agua de la montaña. El agua es conducida por caños a las 30 hectáreas (76 acres). MV 489 4 El lugar les costó a los dueños actuales $150.000. Han tratado de hacerlo funcionar como un hotel de turismo, pero fue un fracaso, y perdieron dinero, de modo que fue cerrado el 1° de abrí!. Los accionistas están con dificultades financieras, y han ordenado que la propiedad se venda por $40.000. El mobiliario de los edificios costó $12.000, y ha sido usado sólo por unos dos años y medio. MV 489 5 Varios de nosotros fuimos a ver el lugar hoy, y tuvimos la profunda impresión de que este es el lugar que el Señor le ha mostrado, cerca de Redlands y Riverside, en el que debiera llevarse adelante la obra del sanatorio. Está a 8 kilómetros (5 millas) de Redlands. MV 489 6 La pregunta es, ¿qué haremos? Debemos actuar inmediatamente, porque la compañía está ansiosa de vender, y hay otros que la quieren... MV 489 7 No quisiéramos avanzar apresuradamente, y quisiéramos oír de usted y de los hermanos en Washington que han ido allá procedentes de este campo, sobre cómo usted y ellos se sienten al respecto. Quisiera que si es posible usted levante el tema en consulta con ellos, y que nos manden un cable. No sé cuánto tiempo podemos mantener abierta la oferta, pero trataremos de hacerlo hasta que oigamos de usted (J. A. Burden a EGW, 7 de mayo, 1905 [Sp. T, Series B, N°3, pp. 33-35]). MV 489 8 Cuando ella terminó de leer, le dijo a Willie que creía que el lugar era el que se le había presentado varios años antes (28 WCW, p442). MV 490 1 Los términos ofrecidos al pastor Burden eran $5.000 de pago inicial e iguales cantidades en agosto (pagadero el 26 de julio), septiembre (pagadero el 26 de agosto), y diciembre (pagadero el 31 de diciembre), lo que hacía un total de $20.000. Los restantes $20.000 deberían pagarse en tres años (SHM, pp. 349-350). MV 490 2 ¿Qué podían hacer? El pastor Burden en California quería una respuesta inmediata. Los oficiales de la Asociación y Elena de White estaban del otro lado del continente en Washington, D. C. Parecía que no podía haber habido un momento más inoportuno para tratar de un asunto de esa importancia y con consecuencias de tan largo alcance. Todos en Washington estaban profundamente involucrados en la sesión de la Asociación General que acababa de comenzar. La Asociación del Sur de California con 1.332 miembros estaba ahora sumida en una deuda de unos $75.000, procedente del Colegio de San Femando y del Sanatorio de Glendale recientemente adquiridos, del restaurante vegetariano y las salas de tratamientos establecidos por más tiempo en Los Ángeles, y del negocio de los alimentos saludables allí. MV 490 3 Tres semanas antes, en la reunión constituyente del Sur de California, se había escogido a un nuevo presidente, un hombre bueno, pero que distaba mucho de ser un ejecutivo experimentado. Se le había encomendado que se mantuviese firmé en lo que a las deudas se refiere. También la Asociación General estaba enfrentando problemas financieros casi abrumadores. Estaba la posibilidad de levantar entre $75.000 y $90.000 para hacer frente al déficit de la antigua asociación médica. De modo que había poca esperanza de recibir ayuda de esa fuente. 'NO CONSULTARÉ A NADIE", DlJ0 ELENA DE WHITE MV 490 4 Sin alharaca adicional Elena de White le pidió a Willie que enviase un telegrama al pastor Burden, diciendo: "Consiga la propiedad inmediatamente". Al telegrama le siguió una carta de ella, fechada el domingo 14 de mayo: MV 490 5 Su carta acaba de ser leída. Tan pronto como terminé de leerla dije: "No consultaré a nadie, porque no tengo absolutamente ninguna pregunta sobre el asunto". Le aconsejé a Willie que enviase un telegrama sin perder tiempo en pedir el consejo de los hermanos. Consiga la propiedad por todos los medios necesarios, de modo que se la pueda retener, y luego obtenga todo el dinero que pueda y haga los pagos suficientes como para reservar el lugar. Esta es precisamente la propiedad que debemos tener. No se demore, porque es justo lo que se necesita... MV 490 6 He aquí la palabra del Señor. Abran todos los sanatorios que puedan. Tenemos que trabajar con fe, aferrándonos a un poder que ha prometido hacer grandes cosas para nosotros. Debemos proyectamos con fe en Los Ángeles y en Redlands y en Riverside (Carta 139, 1905). MV 491 1 En defensa de su acto sin precedentes, ella declaró: "Consideré que las ventajas de esta ubicación me autorizaban para hablar positivamente respecto a este asunto" (Carta 247, 1905). MV 491 2 He aquí la situación que enfrentaba John Burden: MV 491 3 ¡Se le había instruido que "consiga la propiedad"! ¿Con qué? MV 491 4 Los oficiales de la Asociación del Sur de California habían telegrafiado desde Washington diciendo que en absoluto podían ellos asumir ninguna responsabilidad en el asunto. MV 491 5 Un telegrama firmado por los oficiales de la Asociación y Elena de White instaba a Burden a demorarse en actuar hasta que ellos regresasen al Oeste. Pero las circunstancias no favorecían que se hiciera esto. Burden podía demorar una decisión sobre el negocio sólo hasta el viernes 26 de mayo. En esa fecha, si se iba a retener la propiedad él debía hacer un pago de $ 1.000 para darle obligatoriedad al contrato hasta el jueves 15 de junio. Para entonces los oficiales de la Asociación y Elena de White y su hijo estarían de regreso. LA BÚSQUEDA DE DINERO MV 491 6 Pero no había dinero a la vista. El jueves 25 de mayo, Burden y un amigo íntimo, R. S. Owen, profesor de Biblia en la escuela de San Fernando, tomaron el transporte eléctrico interurbano por la costa, al sur, para visitar a un agricultor que se pensaba que tenía algunos recursos. Él vivía a unos 2 kilómetros (1 milla y media) desde la parada del coche. Cuando llegaron a su cabina, nadie estaba en la casa. Un vecino pensó que lo más probable era que estuviera en algún lugar en el rancho, pero a pesar de su investigación no encontraron ninguna señal del hombre. Los dos hombres regresaron a la parada del coche y esperaron. MV 491 7 Ahora era oscuro, y cuando el coche interurbano se acercó rápidamente, ellos fallaron en hacer la señal para que se detuviese, de modo que ni siquiera disminuyó la velocidad. Habría una espera de dos horas hasta el siguiente coche, así que los hombres regresaron a la cabina, que ahora tenía una luz en ella. Al encontrar al agricultor, su esposa e hija, se presentaron a sí mismos y pronto explicaron su misión. El pastor Burden informa que cuando el telegrama de la Sra. White y la carta que siguió fueron leídos al agricultor, él repentinamente exclamó: "¡Alabado sea el Señor!" (SHM, p. 355). Él había estado orando a fin de que el Señor enviase a alguien para que comprara su propiedad. La había vendido unos pocos días antes, y ahora estaba listo para poner a disposición $2.400 para el proyecto de Loma Linda. MV 492 8 Al día siguiente el pastor Burden telefoneó al representante de la Asociación de Loma Linda diciendo que estaba listo para hacer el negocio. Se pagaron los $1.000 y se comenzó a trabajar para preparar un contrato. Éste fue terminado el lunes siguiente. Para el 15 de junio debían tenerse en mano $4.000 más para completar el primer pago de $5.000, o si no se perdería el depósito. Y éste era sólo el primero de los cuatro pagos de $5.000 que Burden había consentido en hacer. Estaba ansioso de que Elena de White y los oficiales de la Asociación viesen la propiedad. ELENA DE WHITE INSPECCIONA LOMA LINDA MV 492 1 Planes de viaje hicieron que Elena de White y su grupo llegasen a Redlands el lunes 12 de junio a las 10:00 de la mañana. Obreros locales y de la Unión vendrían de Los Ángeles y se encontrarían con ellos en Loma Linda. Mucho dependía de esta reunión. ¿Se tomaría un acuerdo que aprobase lo hecho, o el pastor Burden perdería los $1.000 que se habían pedido prestados y que se habían dado para asegurar el contrato? MV 492 2 El pastor Burden, su esposa y compañeros de trabajo estaban inspeccionando los jardines y los edificios cuando llegó el carruaje expreso desde Redlands trayendo a Elena de White, W. C. White y su esposa, y otros. La mirada de la Sra. White se fijó en el edificio principal. MV 492 3 "Willie, yo he estado aquí antes", dijo mientras descendía del carruaje. MV 492 4 "No, Mamá --replicó él--, tú nunca has estado aquí". MV 492 5 "Entonces éste es precisamente el lugar que el Señor me ha mostrado --dijo ella--, porque todo es familiar". MV 492 6 Se dirigió a uno de los ministros y declaró: "Debemos tener este lugar. Debiéramos razonar de causa a efecto. El Señor no nos ha dado esta propiedad para algún propósito común". Mientras miraban los terrenos y edificios, ella dijo vez tras vez: "Este es precisamente el lugar que el Señor me ha mostrado". Siguiendo al pastor Burden en el edificio de recreación, ella comentó: MV 492 7 Este edificio nos será de gran valor. Aquí se establecerá una escuela. Redlands llegará a ser un centro como también Loma Linda. Battle Creek está pasando a la historia. Dios restablecerá su obra médica en este lugar (Johnsy R. H. Utt, p. 179). MV 492 8 Era pasado el mediodía, y los representantes de la Asociación de Loma Linda invitaron a todo el grupo al comedor para participar de un espléndido almuerzo vegetariano. Luego el gerente abrió una puerta y condujo al grupo a la sala. Todos estaban esperando ansiosamente para oír a Elena de White; ella no los chasqueó. Habló de la obra del verdadero misionero médico. Burden informa: "Creo que nunca la oí pintar con términos tan radiantes la obra del verdadero misionero médico". MV 492 9 El gerente de la Asociación de Loma Linda quedó al lado de Burden. Le corrían las lágrimas por las mejillas. Cuando Elena de White terminó, se dirigió a Burden y dijo: "Daría el mundo para estar con ustedes en una obra como esta. Fue esto lo que teníamos en mente, pero no sabíamos cómo llevarlo a cabo. Me alegro que ustedes están obteniendo esta propiedad, porque sé que ahora nuestros planes serán realizados". Burden lo invitó a quedarse y a ayudar a llevar adelante la obra. "¡Imposible! --replicó--. Sólo cristianos de los ideales más elevados podrían llevar adelante una obra tal" (DF 8, J. A. Burden, "La ubicación y desarrollo de Loma Linda", p. 110). MV 493 1 A pesar de las evidencias de la dirección de Dios, tanto en las circunstancias como en el consejo de Elena de White, el grupo que enfrentaba ese proyecto estupendo no estaba listo para arribar a ninguna decisión. Los problemas financieros parecían demasiado grandes. MV 493 2 De manera que antes de dar ningún paso, sintieron que el asunto debía colocarse ante la iglesia de la Calle Carr de Los Angeles, la más grande en la Asociación. La reunión se convocó para las 10:00 de la mañana siguiente, 12 de junio. MV 493 3 Para el lunes a las 10:00 a.m., la iglesia de la Calle Carr estaba colmada. Elena de White reseñó lo que se le había revelado en cuanto a la obra médicomisionera que debiera llevarse adelante en el sur de California. Le dijo a la concurrencia que Loma Linda trajo a su mente visiones de propiedades que debían obtenerse para la obra de los sanatorios Los miembros de la iglesia votaron en favor de conseguir la propiedad para un sanatorio. EL PRIMER PAGO DE $5.000 MV 493 4 Sin embargo, los oficiales de la Asociación del Sur de California sentían que debía oírse la opinión de más de una iglesia antes que la Asociación pudiese involucrarse en el proyecto. Se fijó el 20 de junio para una reunión con delegados de la Asociación como una fecha para hacer la decisión. Mientras tanto llegaría el 14 de junio con el vencimiento del pago de $4.000. Demandó considerable fe y valor enfrentar en ese preciso momento el pago para completar la primera cuota que amortizaría parte de los $40.000. El agricultor cerca de la costa, yendo hacia el sur, había provisto $2.400. El pastor Burden habló con otro miembro de iglesia, Belle Baker. Ella no pudo ver ninguna razón para vacilar y dijo que pondría $1.000. "Usted puedo perderlos", insinuó Burden. "Los arriesgaré", replicó ella (SHM, p. 356). MV 493 5 Entonces Burden consultó con su amigo, R. S. Owen. "No tengo el dinero --declaró Owen--, pero hipotecaré mi casa para ello". Pudo conseguir un préstamo sin garantía por la cantidad necesaria, y el pago de junio fue hecho en fecha. MV 493 6 Cinco días más tarde, el 20 de junio, se reunió la asamblea constituyente de la Asociación del Sur de California. Enfrentaron la cuestión de si Loma Linda debería comprarse, y en caso afirmativo, si sería administrada "por una corporación privada o por la Asociación que asumiría la responsabilidad financiera del proyecto" (PUR, 13 de julio, 1905). Elena de White estaba presente en la reunión. Habló por más de una hora sobre la obra que debería hacerse en el sur de California e instó a que se obtuviera la propiedad de Loma Linda, diciendo que satisfacía plenamente las descripciones de las propiedades que le fueron mostradas en visión. Ella declaró: "Ésta es precisamente la propiedad que debemos tener" (Ibíd.). MV 494 1 Todavía los principales oficiales de la Asociación del Sur de California vacilaban. ¿Cómo, con la pesada deuda de la Asociación, podían ellos llegar a involucrarse más en la obtención de propiedades y en la iniciación de sanatorios? Los oficiales de la Asociación advirtieron a los delegados que debían avanzar cautelosamente. MV 494 2 Entonces G. A. Irwin, el nuevo vicepresidente electo de la Asociación General se levantó para hablar. Estaba en una actividad misionera a favor de California, y mientras pasaba por Los Angeles se lo había instado a visitar Loma Linda. Justo esa mañana había venido de allí, y ahora habló en favor de obtener esa institución. Enumeró una cantidad de incidentes en los cuales, cuando se siguió el consejo de la Sra. White y los obreros y los miembros de iglesia respondieron a los mensajes de orientación, Dios bendijo notablemente y la obra tuvo éxito. MV 494 3 La concurrencia escuchó atentamente mientras el pastor Irwin hablaba con palabras mesuradas: "Aunque la Asociación se encuentra excesivamente en deuda, creo que es para la gloria de Dios que la Asociación asuma esta responsabilidad" (Ibíd.). MV 494 4 El discurso del pastor Irwin, rebosante de confianza en los consejos del espíritu de profecía e instando a la acción, cambió el rumbo de los acontecimientos. La asamblea constituyente votó unánimemente en favor de conseguir la propiedad de Loma Linda y abrir un tercer sanatorio en el sur de California. En apoyo del voto se ofrecieron dinero en efectivo y promesas por un total de $1.100. LA FE ES RECOMPENSADA: ENFRENTANDO LOS PAGOS MV 494 5 El 26 de julio, el día fatídico cuando se debía hacer el segundo pago sobre la propiedad de Loma Linda, amaneció sin que el dinero estuviese a la vista. Si no se hacía el pago para las 2:00 p.m., se perderían la propiedad y los $5.000 iniciales. ¿Llegaría una liberación o el enemigo tendría éxito en causar la derrota? Se había convocado a una reunión del comité de la Asociación para esa mañana en Los Angeles, en su nueva oficina en el segundo piso de la Calle 257 South Hill (PUR, 22 de junio, 1905). Una pesada nube de perplejidad pendía sobre la asamblea. Algunos sentían que las circunstancias justificaban las dudas que habían albergado desde el comienzo. Otros, contó el pastor Burden, "recordaban las palabras claras que habían venido a través de los Testimonios, y se negaron a admitir que habría un fracaso" (SIIM, p. 358). Mientras buscaban una liberación, alguien sugirió que todavía no había llegado la correspondencia de la mañana y que quizás llegaría un alivio de esa fuente. MV 494 6 El pastor Burden cuenta la reconfortante historia: MV 495 1 Poco después de esto se oyó al cartero que subía las escaleras. Abrió la puerta y entregó la correspondencia. Entre las cartas había una que llevaba el sello de Atlantic City, Nueva Jersey. MV 495 2 Se abrió la carta y se encontró que contenía un giro por $5.000, justo la cantidad necesaria para el pago. MV 495 3 Obvio es decirlo, los sentimientos de aquellos que habían tenido una actitud crítica cambiaron rápidamente. Los ojos se llenaron de lágrimas, y uno que había criticado en forma especial fue el primero en romper el silencio. Con voz temblorosa, dijo: "Parece que el Señor está en este asunto". "Ciertamente lo está --fue la respuesta-- y él nos llevará hasta la victoria". La influencia que permeaba la sala ese día silenció el espíritu de crítica. Fue tan solemne como el día del juicio (Ibíd.). MV 495 4 Entre aquellos a quienes Elena de White había escrito pidiendo fondos estaba una mujer en Atlantic City, y el pastor Burden señala: MV 495 5 El Señor puso en su corazón el deseo de contestar y de despachar la carta justo en el momento cuando nuestra fe había sido probada casi hasta el límite, para que pudiera ser reavivada y fortalecida (Id., p. 359). DOS PAGOS MÁS MV 495 6 El pastor Burden no tenía ninguna razón para esperar que sería más fácil enfrentar los pagos restantes correspondientes al contrato de $40.000 que él había firmado; el siguiente pago debía hacerse dentro de un mes. El presidente y los oficiales de la Asociación del Sur de California todavía estaban retaceando su interés, apoyo y dinero. MV 495 7 Se esperaba que el campestre de la Asociación del Sur de California que vendría pronto proveería una oportunidad para elevar el nivel de apoyo. Elena de White estaría presente y tendría un mensaje. MV 495 8 El campestre estaba planeado para el 11 al 21 de agosto en Los Ángeles, donde estaban por terminar las reuniones bajo carpa del evangelista W. W. Simpson. La enorme carpa sería trasladada a Boyle Heights, un área que llegaría a ser bien conocida por los adventistas del séptimo día una década más tarde, porque el Hospital White Memorial iba a establecerse allí. La carpa sería armada en la Calle Mott, entre la Primera y la Segunda (PUR, 27 de julio, 1905). MV 495 9 La reunión constituyente anual de la Asociación se celebraría en conexión con el campestre, lo que la convertía en una sesión particularmente crucial. Escribiendo un mes más tarde sobre lo ocurrido, W. C. White declaró: MV 495 10 Todos vimos que mucho estaba en juego, y que mucho dependía de cómo la obra del sanatorio se presentaba a nuestro pueblo en esta reunión. Sabíamos que había suficientes recursos entre nuestra gente en el sur de California como para llevar adelante toda la obra institucional en esa Asociación, pero si decidían guardar el dinero en los bancos, invertirlo en bienes raíces, o destinarlo para las granjas, si temían confiarlo para nuestra obra institucional, entonces tendríamos gran dificultad para obtener fondos. MV 496 1 Elena de White habló seis veces en la carpa grande, a veces a una carpa atestada con 2.000 personas. Y mientras a algunos oradores les resultaba difícil hacerse oír por una multitud tan grande, el Señor le dio a ella "fuerza para hablar como para que todos pudieran oír" (Carta 241a, 1905). "El Señor me sostuvo grandemente en mi trabajo en el campestre", escribió ella más tarde (Carta 251, 1905). MV 496 2 Al término de la reunión de tres horas cuando fue presentado el proyecto de Loma Linda, la gente empezó a testificar en cuanto a su confianza en la obra, y a hablar del dinero que tenían en el banco, que podrían prestar para el proyecto. Otros prometieron vender propiedades e invertir las ganancias en proyectos relacionados con sanatorios. Para la 1:00 el pizarrón mostraba las respuestas: MV 496 3 Donaciones firmadas el 20 de junio $1.100 MV 496 4 Donaciones firmadas hoy $1.100 MV 496 5 Dinero ofrecido a un interés moderado $14-000 MV 496 6 Propiedades consagradas para ser MV 496 7 vendidas y las ganancias invertidas MV 496 8 en la obra del sanatorio $16.350 MV 496 9 (28 WCW, p. 449) MV 496 10 La corriente de opinión se dio vuelta en forma abrumadora en favor de los proyectos de los sanatorios. Loma Linda tendría pleno apoyo. MV 496 11 Esto condujo al atónito presidente de la Asociación a comentar lo siguiente en su informe en el Pacific Union Recorder: MV 496 12 Esta liberalidad de parte de una feligresía con buena voluntad, pocos de los cuales son prósperos en los bienes de este mundo, debe estimular la confianza en nuestra propia Asociación y quizás inspirar a otras asociaciones para levantar fondos a fin de liquidar todas las deudas (14 de septiembre, 1905). MV 496 13 El pago de $5.000 en agosto fue hecho a tiempo, y pocos días más tarde se hizo el pago que correspondía para el 31 de diciembre. En realidad, en vez de necesitarse tres años para pagar la segunda remesa de $20.000 del precio de la compra, como estaba convenido en el contrato, se pagó todo en un período de seis meses. MV 497 1 Informó J. A. Burden, quien estuvo involucrado muy de cerca en el proyecto: MV 497 2 El consejo del espíritu de profecía ha sido confirmado. Al avanzar por fe, el Señor abrió el camino ante nosotros, y el dinero vino de fuentes inesperadas (SHM, p. 361). MV 497 3 No puede incluirse aquí un relato detallado de las continuas providencias de Dios en conexión con Loma Linda. Se encontrarán relatos más completos en obras como The Story of Our Health Message (La historia de nuestro mensaje de salud); The Vision Bold. Legacy (La visión audaz, legado); Origin and History of Seventh-day Adventists (Origen e historia de los Adventistas del Séptimo Día), tomo 3; y laSeventh-day Adventist Encyclopedia (Enciclopedia Adventista del Séptimo Día). DEDICACIÓN DEL SANATORIO DE LOMA LINDA MV 497 4 Para el 1o de octubre, el pastor Burden y su esposa estaban residiendo en Loma Linda, y pocos días después estaban llegando pacientes. Pero presionados fuertemente para hacer frente a las necesidades de una institución que se abría, el personal consideró necesario posponer la dedicación. MV 497 5 Esta dedicación era algo que Elena de White no podía perder. Invitada a dar el discurso de dedicación, viajó al sur para cumplir con la cita y para asistir, una semana más tarde, a la dedicación del Sanatorio de Paradise Valley. Ella, con su hijo W. C. White, Sara McEnterfer, su sobrina May Walling y Clarence Crisler, llegaron a Loma Linda el viernes 13 de abril por la tarde. MV 497 6 Estaba contenta de llegar unas pocas horas antes de que comenzara el sábado. A veces encontraba necesario viajar en sábado y a veces llegaba a su destino después que el sábado había comenzado, pero ella dijo: "Es muy doloroso para mí estar llegando en el sábado" (MS 123, 1906). MV 497 7 Para la hora cuando el sol se estaba poniendo sobre los naranjales, proyectando luz sobre los picos cubiertos de nieve a la distancia, Elena de White estaba confortablemente instalada en la "cabaña de los nueve cuartos", una de las varias cabañas en el extremo oriental de los parques del sanatorio. Encontró los alrededores hermosos: el aire lleno de la fragancia de naranjos florecidos, el césped verde, y los jardines con flores muy coloridas, y el resplandor sobre el monte San Gorgonio, un rico brillo rosáceo de la última luz del sol. MV 497 8 El sábado de mañana, en la sala del sanatorio, ella dio un sermón sobre 2 Pedro. El domingo de mañana examinó la propiedad mientras llegaban los invitados de todo el sur de California para la dedicación de esa tarde. Se reunieron unos 500 en las sillas instaladas en el césped debajo de los laureles californianos. Entre los huéspedes estaban "varios médicos y otros hombres destacados de las ciudades circunvecinas". La plataforma para los oradores era una estructura im provisada que estaba más o menos a un metro (3 pies) del suelo y cubierta por arriba y atrás con una lona con rayas. MV 498 1 Elena de White se dirigió a la plataforma para su disertación y se sentó al lado del pastor Haskell (MS 123, 1906). Cuando le llegó el tumo para hablar, se puso de pie justo a la izquierda de la pequeña mesa que estaba en el centro de la plataforma. Parte del tiempo colocó su mano derecha sobre la mesa, mientras hacía ademanes con la izquierda. MV 498 2 En su disertación repasó las providencias de Dios en la compra de Loma Linda, destacó el valor de su ubicación entonces rural para el tratamiento de los enfermos, y delineó los propósitos del establecimiento de sanatorios (RH, 21 de junio, 1906). ------------------------Capítulo 34-- Un Año TRASCENDENTAL: BALLENGER, JONES, KELLOGG MV 499 1 El año 1905 sólo tenía una hora de existencia cuando Elena de White se levantó y fue a su escritorio. MV 499 2 Es una mañana fresca. Prendí el fuego. Me incliné ante el Señor en oración. Tengo tantas cosas que abruman mi mente. Le pido al Señor Jesús que me dirija, que me guíe... MV 499 3 Necesito que el Gran Guía controle mi mente... ¡Oh, cuánto siento que necesito la dirección del Espíritu Santo! (MS 173, 1905). MV 499 4 Resultó ser un año trascendental. En el mismo momento en que ella estaba escribiendo, parte del Sanatorio Melrose, en Nueva Inglaterra, estaba siendo destruida por el fuego. Por supuesto, se enteraría de eso más tarde. Dos nuevos sanatorios en el sur de California, iniciados en respuesta a sus urgentes llamados, estaban luchando para establecerse, y ella pronto pediría que se iniciase un tercero. La denominación estaba pasando por un proceso angustioso con motivo de la defección del Dr. John Harvey Kellogg y sus asociados. La obra creciente en el Sur enfrentaba muchas necesidades. MV 499 5 Se había planeado que la sesión de la Asociación General de 1905 comenzase el 11 de mayo en Washington, D. C. Elena de White fue invitada, pero estaba en duda de si debería asistir. En su correspondencia insinuaba que probablemente no viajaría. El trabajo con sus libros pedía su atención, y ella sentía que debería permanecer cerca del trabajo. Sin embargo, al aproximarse el tiempo para la sesión, ella trazó planes para ir si parecía que era su deber hacerlo. MV 499 6 Noche tras noche, en visiones, le parecía estar hablando a grandes congregaciones o asistiendo a importantes reuniones de comités. Escribió de cómo había tenido "presentaciones respecto a los engaños que Satanás está introduciendo en este tiempo" (Carta 99, 1905). MV 499 7 ¿Se estaba refiriendo a la reciente revelación en su correspondencia de que A. F. Ballenger, un obrero en Inglaterra, estaba enseñando puntos de vista sobre la verdad del santuario que anularían la comprensión bien fundada del ministerio de Cristo en el santuario celestial? ¿Era la intensificación venidera de las opiniones de Kellogg, las cuales, declaró ella una vez, "virtualmente destruían al Señor Dios mismo"? (Carta 300,1903.) ¿Podría ser la creciente apostasía de A. T. Jones? MV 500 1 Cuando A. G. Daniells, presidente de la Asociación General, se enteró que había algunas dudas en la mente de Elena de White en cuanto a si asistiría al congreso o no, le escribió en estos términos: MV 500 2 No sabía que hubiese en absoluto alguna duda en cuanto a su venida... Los miembros del Comité de la Asociación General localizados en Washington, y los principales hermanos que viven aquí, desean que usted asista a esta reunión, y le enviamos una cordial invitación para que venga (AGD a EGW, 19 de abril, 1905). MV 500 3 Como yo espero con toda seguridad que usted vendrá, no escribiré más sobre este asunto. Haremos los mejores arreglos que sepamos hacer para su hospedaje (Ibíd.). MV 500 4 Con este mensaje apremiante del presidente de la Asociación General, la Sra. White decidió asistir. Rápidamente se hicieron los arreglos relacionados con el personal [que iría] y los planes de viaje. Se escogió la ruta del sur para el viaje. Veinte a veinticinco personas viajarían juntas, casi llenando el coche de clase de turismo que las llevaría a Washington. MV 500 5 Acompañando a Elena de White estaban su hijo W. C. White; su esposa, May; y Maggie Hare. El grupo llegó a la estación de Washington el martes 9 de mayo por la mañana, a las 10:00 a.m. Después de pasar la noche en el pequeño sanatorio temporario que se estaba abriendo en Washington en un edificio alquilado, el grupo se trasladó al dormitorio de varones que se acababa de completar, en Takoma Park, donde se les dieron cuatro cuartos. Dos eran para la Sra. White (un dormitorio y un cuarto de trabajo), uno para W. C. White y su esposa, y otro para Maggie Hare. MV 500 6 Elena de White estaba contenta de ver el desarrollo de la obra en la escuela. Cuando había dejado Washington a mediados de agosto de 1904, la construcción estaba recién comenzada. Ahora este edificio estaba terminado, y el trabajo en otros estaba progresando. MV 500 7 Ella informó que había "resistido el viaje notablemente bien, y que se sentía más fuerte cuando dejó los coches en Washington que cuando subió [al tren] en San Francisco". Declaró lo siguiente: MV 500 8 No puedo sino sentir que el Señor está conmigo en mi viaje a Washington en este momento. Tengo un mensaje que presentar. Con la ayuda de Dios, permaneceré firme de parte de lo correcto, presentando la verdad sin que se mezcle con las falsedades que se han estado introduciendo furtivamente (Carta 135, 1905). MV 500 9 El pastor Daniells planeó que esta sesión de la Asociación General sería profundamente espiritual. Vio la importancia de mejorar la calidad del ministerio, de modo que se trazaron planes para un instituto ministerial que funcionase a lo largo de la sesión, dedicándose una hora diaria a la presentación de temas apropiados. También se celebrarían reuniones departamentales. MV 501 1 Pero era el interés espiritual de la causa lo que gravitaba más pesadamente sobre su corazón. Esto se reflejó en la reunión de apertura a las 10:30 a.m. del jueves 11 de mayo. SE ABRE LA SESIÓN DE 1905 MV 501 2 El pastor Daniells llevó a Elena de White a la plataforma con el grupo de ministros que iban a iniciar la importante sesión. Un espíritu de solemnidad saturaba la asamblea mientras se reunían en la gran carpa que se había armado cerca del edificio del nuevo colegio. Muchos sentían que ésta sería "una de los reuniones más importantes del pueblo de Dios que alguna vez se hubiera reunido en la tierra". MV 501 3 Detrás de bambalinas, y sin que la Review and Herald lo mencionase en el informe formal de la sesión, estaban ocurriendo una cantidad de cosas importantes. Una de ellas fue la serie de tres reuniones temprano por la mañana en las cuales los dirigentes de la iglesia oyeron a A. E Ballenger presentar sus puntos de vista sobre el santuario. Elena de White iba a referirse a esas ideas en una forma un poco velada en sus disertaciones, y más específicamente en una con-frontación cara a cara. LAS ENSEÑANZAS DE BALLENGER MV 501 4 A. E Ballenger, un hermano de E. S. Ballenger en el sur de California, por un tiempo fue un ministro en Gran Bretaña. Asociados con él en la obra en Gran Bretaña estuvieron hombres como E. W. Farnsworth y E. E. Andross. Este último, en una serie de disertaciones dadas en 1911, dio algo del marco de fondo de la experiencia de Ballenger: MV 501 5 [A comienzos de 1905] A. F. Ballenger estaba en Gran Bretaña mientras yo me encontraba allí, y él no había sido instruido muy cabalmente en algunos puntos de la fe. Había estado predicando por todo el país sobre ciertos puntos prácticos de la fe, y había tenido un éxito considerable en esa línea, pero no había sido completamente afirmado en los puntos doctrinales de la fe. Cierta noche, mientras estaba trabajando conmigo en Londres, le llegó su tumo de predicar sobre el tema del santuario. Lo hizo, pero se sintió muy desanimado respecto a sus esfuerzos sobre el tema del santuario esa noche. Y luego dijo: "Si el Señor me ayuda, nunca volveré a predicar hasta que sepa qué estoy predicando. No voy a conseguirlo [el entendimiento] de nuestros libros. Si nuestros hermanos pudieron obtenerlo de las fuentes originales, ¿por qué no yo?... Iré a los libros o comentarios y a todas esas diversas fuentes de las que el pastor Uriah Smith obtuvo luz sobre el tema del santuario, y yo lo obtendré de las mismas fuentes que él lo obtuvo. No lo sabré porque el pastor Uriah Smith lo supo, sino que lo sabré porque Dios me está enseñando a mí directamente" (DF 178, E. E. Andross, "Bible Study N° II", 13 de julio, 1911, pp. 13-14). MV 502 1 El pastor Andross explicó luego que Ballenger no entendía la fuente de la cual el pastor Smith obtuvo la verdad del santuario. Los pioneros del movimiento adventista estudiaban fervientemente la Biblia, y con ellos estaba la mensajera del Señor. Mientras los hermanos continuaban su estudio, había en su medio alguien por cuyo intermedio el Espíritu de Dios podía señalar qué era verdad y qué era error. MV 502 2 El pastor Ballenger consideraba sus descubrimientos como una luz nueva y temprano en la sesión de 1905 expuso sus "descubrimientos" ante los hermanos dirigentes. No sorprendió el hecho de que los hermanos no pudieron aceptar su razonamiento, y señalaron los errores de su aplicación de las Escrituras. MV 502 3 En su mensaje del martes de tarde presentado a la sesión, la mente de Elena de White se dirigió a las enseñanzas sobre la verdad del santuario que estaban siendo calladamente enfrentadas por los dirigentes de la iglesia. Ella habló de cómo en los primeros días se deslizaron errores furtivamente, y cómo el Señor la envió a ella al campo para hacer frente al fanatismo y a enseñanzas engañosas. Ella declaró: MV 502 4 Tendremos que enfrentar nuevamente estas mismas falsas doctrinas. Estarán aquellos que pretenderán tener visiones. Cuando Dios da una clara evidencia de que la visión es de él, usted puede aceptarla, pero no la acepte sobre ninguna otra evidencia; porque la gente va a ser inducida a desviarse más y más en países extranjeros y en Norteamérica. El Señor desea que su pueblo actúe como hombres y mujeres de sano juicio (RH, 25 de mayo, 1905). MV 502 5 En una obvia referencia a A. F. Ballenger y a algunos de sus amigos que asistían a la sesión, ella dijo: "Estoy orando para que el poder del Salvador sea ejercido en favor de aquellos que han entrado en las tentaciones del enemigo" (Ibíd.). ELENA DE WHITE HABLA SOBRE LOS PUNTOS DE VISTA DE BALLENGER MV 502 6 Aproximadamente en ese tiempo la Sra. White se encontró con el pastor Ballenger en el pasillo del dormitorio donde ella estaba parando. Ella escribió lo siguiente en cuanto a esta experiencia: MV 502 7 Cuando hablé con él, vino vividamente a mi mente el hecho de que este era el hombre a quien yo había visto en una asamblea trayendo ante los presentes ciertos temas, y colocando sobre pasajes de la Palabra de Dios una interpretación que no podía mantenerse como verdad. Estaba reuniendo una masa de textos de las Escrituras que confundirían las mentes debido a sus afirmaciones y a su aplicación incorrecta de esos textos, porque la aplicación era engañosa y no tenía relación en absoluto con el tema que él pretendía que justificaba su posición. Cualquiera puede hacer esto, y seguirá su ejemplo para testificar de una falsa posición; pero ésta era la suya" (MS 59, 1905). MV 503 1 Ella le dijo al pastor Ballenger que él era el ministro que el Señor le había presentado en visión en Salamanca, Nueva York, en 1890, como estando de pie con un grupo y que estaba "instando que si la verdad del sábado era excluida del [American] Sentinel, la circulación del periódico aumentaría grandemente". MV 503 2 Al contar la experiencia, como está registrada en su diario, Elena de White explicó por qué había venido a Washington: MV 503 3 Declaro en el nombre del Señor que las herejías más peligrosas están tratando de introducirse entre nosotros como pueblo, y que el pastor Ballenger está dañando su propia alma. El Señor me ha fortalecido para realizar el largo viaje a Washington a esta reunión a fin de dar mi testimonio en vindicación de la verdad de la Palabra de Dios y la manifestación del Espíritu Santo en confirmación de la verdad bíblica (Ibíd.). MV 503 4 El miércoles 24 de mayo, en un mensaje titulado "Una Advertencia contra Teorías Falsas", la Sra. White se refirió al tema en un documento que muy probablemente fue leído a un grupo más bien limitado. Se colocó una copia en manos del pastor Ballenger. En lenguaje sencillo ella declaró: MV 503 5 Nuestro Instructor habló palabras al Hno. Ballenger: "... Aquellos que reciben su interpretación de la Escritura respecto al servicio del santuario están recibiendo un error y siguen caminos falsos. El enemigo obrará en las mentes de aquellos que están ansiosos de algo nuevo, preparándolos para recibir teorías falsas y falsas exposiciones de las Escrituras" (MS 62, 1905). MV 503 6 He aquí una parte de la evaluación que hizo el pastor Farnsworth de los puntos de vista del pastor Ballenger: MV 503 7 Últimamente él ha estado estudiando bastante el tema del santuario, y llega a la conclusión de que la expiación se hizo cuando Cristo fue crucificado y que cuando él ascendió fue inmediatamente al Lugar Santísimo, y que su ministerio se ha realizado allí desde entonces. MV 503 8 Toma textos tales como Hebreos 6:19 y los compara con 25 ó 30 expresiones del mismo carácter en el Antiguo Testamento, donde él pretende que en cada caso el término "dentro del velo" significa dentro del Lugar Santísimo. Dice que el velo exterior o la puerta del tabernáculo nunca es llamado el velo del tabernáculo... [excepto] una vez, y entonces por implicación (Heb. 9:3), y no piensa que un caso debiera interpretarse como para prácticamente derribar el resto. MV 504 1 Ve claramente que su punto de vista no se puede elaborar como para que armonice con los Testimonios --al menos él admite sin reservas que es totalmente incapaz de hacerlo--, e incluso según su modo de pensar, hasta donde es capaz de ver en la actualidad, hay una diferencia irreconciliable. Esto, por supuesto, implica cuestionar la autenticidad de los Testimonios y prácticamente los trastorna, quiero decir, según su modo de pensar. MV 504 2 También derriba nuestros puntos de vista concernientes al santuario y su obra, aunque él no piensa realmente de esa manera. También compromete en un grado mayor o menor nuestro punto de vista de los dos pactos, y yo no podía descubrir cuántas cosas más (E. W. Farnsworth a AGD, en AGD a WCW, 16 de marzo, 1905). MV 504 3 A diferencia de su respuesta inmediata y cordial al testimonio de corrección en 1891, esta vez el pastor Ballenger rechazó el mensaje y la apelación de Elena de White y el consejo de sus hermanos, y se aferró tenazmente a sus ideas acariciadas. Esto determinó que fuese desvinculado del cuerpo de ministros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Fue una experiencia amarga para todos los afectados. PASTOR ALONZO T. JONES MV 504 4 El trabajo de la sesión de la Asociación General de 1905 continuó a un ritmo uniforme. Elena de White se dirigió diez veces a la sesión. "El Señor me ha ayudado --escribió cerca del fin de la reunión-- para que los discursos tengan un carácter solemne... Todavía tengo un trabajo que hacer en el campamento, en favor de ciertos individuos'' (Carta 149, 1905). Uno de esos individuos era A. T. Jones, todavía un miembro del Comité de la Asociación General pero ahora estrechamente asociado con el Dr. J. H. Kellogg y en plena simpatía con él. MV 504 5 En algún momento durante la sesión se le dio una visión a Elena de White en la que "el caso del pastor Jones me fue nuevamente presentado" (Carta 116,1906). Esto la indujo a tener una extensa entrevista con él en la que se refirió al peligro de que él estuviese en Battle Creek en estrecha asociación con el Dr. Kellogg. Pero la entrevista fue improductiva, porque Jones sentía que él no estaba en ningún peligro. Su presencia en la sesión de la Asociación General de 1905 marcó la conclusión de su conexión con la iglesia en un carácter oficial, una conexión que en años anteriores se caracterizó por contribuciones notables. MV 505 1 A la edad de 23 años, Alonzo T. Jones, un oficial en el Ejército de los Estados Unidos, llegó a ser un adventista del séptimo día. Un hombre serio, estudioso, y que llegó a su posición por sus propios esfuerzos, se preparó para el ministerio, al cual fue llamado en 1885. Pronto se distinguió como un redactor asociado de Signs of the Times. No mucho tiempo después se le unió el Dr. Ellet J. Waggoner, un médico que se había transformado en ministro. En la sesión de la Asociación General de 1888 los dos estuvieron al frente en presentaciones sobre la justificación por la fe. Tuvieron el fuerte apoyo de Elena de White como defensora de esta preciosa verdad. Cuando ella pudo hacerlo, viajó y trabajó con ellos durante dos años después de la sesión, llevando el mensaje a las iglesias, institutos ministeriales, instituciones y campestres. MV 505 2 Los pastores Jones y Waggoner fueron lanzados a la posición de expositores bíblicos destacados en las filas de los adventistas, un papel que mantuvieron durante gran parte de la década de 1890. Jones asistió a todas las sesiones de la Asociación General, y no era infrecuente para cada uno de los hombres tener a su cargo 10 a 20 ó más estudios bíblicos consecutivos. Jones pasaba mucho tiempo en Battle Creek y se mantuvo como un dirigente prominente, teniendo varios cargos importantes. MV 505 3 Pero estos dos hombres, tan altamente honrados por Dios debido a su amplia influencia para el bien, se convirtieron en el punto especial de ataque del gran adversario. Las comunicaciones de Elena de White a ambos hombres a través de un período de 15 años después de 1888, revelan que cada uno tenía debilidades en su experiencia, cada uno enfrentaba peligros, y cada uno había cometido errores. Esto, sin embargo, no los descalificaba para prestar servicio a Dios. MV 505 4 En abril de 1893 Elena de White tuvo la ocasión de advertir al pastor Jones respecto a sus puntos de vista extremos en su presentación de la relación entre fe y obras (ver IMS, pp. 442-445). Nuevamente al año siguiente lo reprendió por apoyar entusiastamente a Anna Rice Phillips, quien decía tener el don de profecía (ver 2MS, pp. 97-109). De tanto en tanto lo aconsejaba a que ejerciese prudencia en su manera de hablar y escribir, como para evitar de ofender. MV 505 5 En febrero de 1897 Jones fue elegido como uno de los 13 miembros del Comité de la Asociación General, y ocho meses más tarde fue colocado como director de la Review and Herald, un cargo que retuvo por cuatro años. Con este arreglo se dijo que "en vez de hablar comparativamente a pocos de nuestra gente en reuniones anuales, se dirigirá a todos ellos cada semana" (RH, 5 de octubre, 1897). Durante una porción de este tiempo fue presidente de la junta de la Review and Herald Publishing Association. MV 505 6 Jones ocupó un lugar prominente en la sesión de 1901 de la Asociación General, e instó a que en la reorganización de la Asociación General "no hubiese reyes". Ejerció influencia en la elaboración de una constitución que no proveyese para la elección de los principales oficiales de la Asociación General por parte de los delegados, sino que se dejara la responsabilidad a un comité ejecutivo de 25. MV 506 1 Nombrado nuevamente para el nuevo Comité de la Asociación General en 1901, se le asignó a Jones el trabajo general que lo llevó a los campestres de verano en el Oeste. Después de persuadir a las asociaciones locales en el Noroeste a seguir el ejemplo de la Asociación General y no elegir presidentes, él mismo aceptó la presidencia de la Asociación de California. Esta Asociación, con la excepción de Michigan, era la Asociación local más grande y más fuerte en el mundo. MV 506 2 Su espíritu duro y dominante pronto le costó la confianza de aquellos con quienes él trabajó. Elena de White trabajó con él diligentemente, y él prometió reformarse. Luego, con el estímulo de ella, fue electo para un segundo término en 1902. MV 506 3 En el verano de 1903, en un tiempo cuando los asuntos en la Asociación de California estaban muy difíciles, él tuvo una entrevista con Elena de White en Elmshaven en la cual le dijo que a pedido del Dr. J. H. Kellogg estaba planeando ir a Battle Creek para enseñar Biblia en el Colegio Médico-Misionero Americano. Esperaba poder ayudar al Dr. Kellogg. Ella le aconsejó que no fuese. Él le prometió que sería cauteloso. A ella se le había advertido en visión que tal decisión de su parte lo conduciría a su ruina. MV 506 4 Elena de White observó los resultados inevitables y sufrió al pensar en su bienestar espiritual. Su plan de permanecer en Battle Creek sólo un año pronto fue olvidado mientras se arraigaba más y más allí. MV 506 5 A Elena de White se le había mostrado en visión cuál sería la actitud de Jones, v ahora ella la presenciaba. En "lugar de recibir las advertencias, estaba lleno de confianza propia" (Carta 116, 1906). MV 506 6 "Le advertí al pastor Jones --escribió la Sra. White--, sin embargo él sentía que no corría el menor peligro. Pero en torno a él se han tejido hilos finos, y es ahora un hombre engañado y decepcionado. Aunque pretende creer en los Testimonios, no cree en ellos" (Ibíd.). MV 506 7 Observar a un hombre que había sido usado poderosamente por Dios rechazar la luz y menospreciar cada apelación que se le hacía, acongojó grandemente el corazón de la mensajera del Señor y preocupó profundamente a los dirigentes de la iglesia. En esta experiencia en la sesión de la Asociación General de 1905, A. T. Jones dio un paso importante en su apostasía. Las cosas alcanzaron a un punto tal que en 1909 pareció necesario quitar su nombre de los libros de la iglesia. DR.J H. KELLOGG MV 506 8 En la mañana del último martes de la sesión, Elena de White habló concerniente al Dr. Kellogg y a los problemas de Battle Creek. En su mensaje sobre estos puntos delicados, ella declaró: MV 506 9 Se me ha presentado que en vista del curso de acción del Dr. Kellogg en las reuniones en Battle Creek (17-26 de mayo, 1904), no debemos tratarlo como a un hombre guiado por el Señor, que debería ser invitado a asistir a nuestras reuniones generales como un maestro y dirigente (MS 70, 1905). MV 507 1 Ella no podía dejar a un lado los sentimientos de angustia y algunas de las cargas que llevaba a causa de las deserciones del Dr. J. H. Kellogg y los pastores A. T. Jones y A. F. Ballenger. Había visto que las ideas panteístas de Kellogg, debido a que le restaban valor a la personalidad de Dios y de Jesucristo, socavaban la verdad del santuario, la piedra angular del mensaje, tan preciosa a los pioneros. Ahora, con el ataque directo de Ballenger contra este punto, había ocasión para sentir una preocupación adicional. MV 507 2 Dos días después de la clausura de la sesión ella escribió palabras que predecían tiempos angustiosos: MV 507 3 El Señor ahora me llama a hacer claro a otros aquello que me ha sido hecho claro a mí... No estoy en libertad de retener por más tiempo los asuntos que he escrito. Hay mucho que debe ser expuesto (Carta 319, 1905). MV 507 4 Concerniente a la magnitud de la amenaza contra la misma existencia de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, como se le mostró en visión, ella escribió así unos pocos meses más tarde: MV 507 5 Si las teorías contenidas en El Templo Viviente hubieran sido recibidas por nuestro pueblo, si no hubiese sido enviado ningún mensaje por el Señor para contrarrestar estas teorías, el mensaje del tercer ángel no habría sido dado más al mundo, sino que por todas partes se habrían proclamado fábulas agradables. Los hombres habrían sido inducidos a creer en una mentira en vez de la verdad de la Palabra de Dios. Habría entrado en acción un ejército de aquellos que se deleitan en la injusticia. MV 507 6 Se extendió el registro ante mí. La presentación era como si realmente hubiera ocurrido aquello contra lo cual el Señor estaba advirtiendo a su pueblo. No intentaré describir la presentación, pero para mí fue una realidad viviente. Vi que si los sentimientos erróneos contenidos en El Templo Viviente fueran recibidos, las almas estarían enfrascadas en ideas falsas. Los hombres serían controlados tan completamente por la mente de un hombre que actuarían como si estuvieran sujetos a su voluntad. Trabajando a través de seres humanos, Satanás estaba tratando de convertir en fábulas las verdades que han hecho de nosotros lo que somos (Carta 338, 1905). MV 507 7 En documento tras documento en los meses que siguieron a la sesión de la Asociación General de 1905, Elena de White escribió no sólo sobre la amenaza de las enseñanzas de Kellogg sino que trató explícitamente con el error de la posición de Ballenger sobre la verdad del santuario, basando sus advertencias en repetidas visiones. Hizo claro que si había una verdad fundamental que había llegado a los pioneros mediante el estudio de la Biblia y la revelación, era la verdad del santuario, e indicó que Satanás lanzaría un ataque tras otro sobre este punto fundamental. MV 508 1 El año 1905 marcó el surgimiento rápidamente creciente de la grieta entre los intereses médicos, encabezados por el Dr. John Harvey Kellogg, y los dirigentes de la iglesia y la organización de la iglesia misma. MV 508 2 Los pasos dados después de las sesiones de la Asociación General de 1901 y 1903 para unir la obra médica a la denominación fueron vistos por el Dr. Kellogg como un desafío a la institución que él dominaba. La organización de un departamento médico y el nombramiento de un secretario de dicho departamento confirmaron esto en su mente. En aparente desesperación lanzó un programa agresivo para desarrollar el Sanatorio de Battle Creek en una base de influencia aún más fuerte, y emprendió una campaña agresiva para desestabilizar la confianza en Elena de White y los dirigentes de la iglesia. MV 508 3 Ahora era claro para los dirigentes de los intereses médico-misioneros en Battle Creek que la obra médica fomentada por la Iglesia Adventista del Séptimo Día iba a estar bajo el control de la iglesia, porque era una rama de la obra de la iglesia. No iba a estar dominada por los líderes de los intereses médicos en Battle Creek que habían comenzado a convertir en no denominacional la obra médicomisionera. MV 508 4 Emisarios del Dr. Kellogg fueron enviados a formar una línea de lealtad con él y con las pólizas que él defendía. Estos emisarios dirigidos por Battle Creek fueron enviados a partes del mundo donde se había promovido la obra médico-misionera. En una forma callada y subrepticia golpearon contra los fundamentos de la confianza en los consejos de Elena de White (AGD a WCW, 12 de octubre, 1905). MV 508 5 Se había establecido la base para esto en la actitud crítica hacia los dirigentes de la iglesia y el apoyo de Elena de White al traslado a Washington, D. C., de la sede central de la iglesia y la planta impresora de la Review and Herald. Los problemas se intensificaron cuando ahora prosperaron los planes para hacer de Battle Creek un gran centro educacional, más grande y más influyente que cualquiera que lo había precedido. KELLOGG PLANEA UNA UNIVERSIDAD EN BATTLE CREEK MV 508 6 Elena de White les había escrito mucho a los dirigentes de la iglesia concerniente a la situación en Battle Creek, pero la pregunta que llevaba consigo era: ¿Cuándo debiera esto difundirse en forma general? Ella explicó la demora: a ella se la había refrenado hasta el momento apropiado, cuando el Dr. Kellogg diera su primer paso. MV 509 1 El anuncio en el número de septiembre del Medical Missionary, publicado en Battle Creek, de planes para lanzar una universidad en Battle Creek, fue el "primer paso". Dos años antes, se desecharon pasos que se estaban dando para reabrir el Colegio de Battle Creek debido al claro consejo de Elena de White. Ahora el consejo mismo fue puesto a un lado, y artículos y catálogos proclamaron la apertura de un número de escuelas, virtualmente una universidad (AGD a WCW, 12 de octubre, 1905). MV 509 2 Habría "muchos cursos de estudio ofrecidos por varias escuelas sostenidas en conexión con el Sanatorio de Battle Creek", "profesional, científica, literaria, bíblica, técnica". Cuarenta cursos conducirían a diplomas y títulos. En adición a lo ya mencionado, se enseñarían numerosos oficios, tales como montaje de calderas, plomería, herrería, carpintería, pintura, hojalatería, ingeniería de vapor y eléctrica, zapatería y costura. MV 509 3 Todos estos estudios eran ofrecidos a los jóvenes adventistas que no tenían dinero. Ellos podían sufragar los gastos trabajando en el sanatorio (Medical Missionary, octubre, 1905; AGD a EGW, 11 de octubre, 1905). MV 509 4 Para atraer a la juventud adventista a Battle Creek, se extendieron incentivos muy atractivos en cursos de estudio y oportunidades de trabajo que se ofrecieron. Pero estaban las advertencias expresadas por dos años de que la juventud adventista no debería ir a Battle Creek en busca de educación. La obra de socavar los Testimonios comenzó con reuniones celebradas por el Dr. Kellogg y A. T. Jones con los obreros del sanatorio y fue promovida por correspondencia con jóvenes adventistas por todo el campo. MV 509 5 En la opinión de Daniells toda la denominación debería ser informada en cuanto a lo que estaba ocurriendo en Battle Creek. Le rogó a Elena de White: "¿No ha llegado el tiempo para dar a la gente suficiente de lo que Dios le ha revelado a usted como para informarles plenamente y despertarlos?... ¿No ha llegado el tiempo para que el barco golpee el témpano?" TESTIMONIO MUY DECIDIDO ENVIADO AL PASTOR DANIELLS MV 509 6 Cuando el año 1905 se estaba acercando a su fin, la cuestión de la universidad en Battle Creek estaba llegando a una crisis. Elena de White no podía retener por más tiempo su advertencia. El 16 de noviembre, W. C. White dejó la costa oeste para asistir a la primera Convención Médico-Misionera de la Asociación General, a realizarse en College View, Nebraska, del 21 al 26 de noviembre (29 WCW, p. 664; RH, 16 de noviembre, 1905). MV 509 7 Incitados por los planes anunciados para la reunión en el College View, la gente de la obra médica en Battle Creek lanzó medidas contrarias. El Dr. Kellogg convocó a una convención de su nueva Alianza Médico-Misionera Internacional en Chicago, para el 18 al 21 de diciembre (Medical Missionary, noviembre, 1905). MV 510 1 La Asociación del Oeste de Michigan invitó al pastor Daniells a ayudar en la Semana de Oración en Battle Creek a mediados de diciembre. Después de pedir consejo a los pastores Irwin, Prescott, White y Evans, sintió que debía aceptar la invitación. Esto le daría una oportunidad para presentar los testimonios que trataban con la situación. La Semana de Oración comenzaría el viernes de noche, 15 de diciembre. Daniells, W. C. White y uno o dos más fueron al lugar el martes 12. Esto les dio una oportunidad para tomarle el pulso a la situación. Uno de los testimonios que Daniells llevaba consigo había sido escrito por Elena de White el 28 de junio de 1905. Estaba titulado, "Una Solemne Advertencia". MV 510 2 Mientras los pastores Daniells y W. C. White estaban en Battle Creek, Elena de White y sus ayudantas continuaban juntando y copiando material. Ese fin de semana ella les escribió a los pastores Daniells y Prescott: MV 510 3 He perdido toda esperanza en cuanto al Dr. Kellogg. Creo plenamente que ya ha pasado para él el día de su remisión. No le he escrito una línea aproximadamente por un año. Se me ha instruido que no le escriba... MV 510 4 He estado leyendo el material que se me ha dado para él, y la luz [que tengo] es que debemos llamar a nuestro pueblo a una decisión... Debemos ser prudentes como serpientes y sencillos como palomas" (Carta 333, 1905). MV 510 5 La carga de su corazón se intensificaba a medida que avanzaba la semana. A W. C. White le escribió: MV 510 6 Tengo muchas cosas que deseo que tú y el pastor Daniells y los que están unidos con él en su trabajo en Battle Creek tengan tan pronto como sea posible. Tengo un testimonio muy definido que estoy enviando a Battle Creek para el pastor Daniells. Me temo que él partirá antes de que lo reciba de modo que le enviaré un mensaje telegráfico para que se quede hasta que reciba esto que le envío (Carta 336, 1905). MV 510 7 El mensaje fue enviado el jueves 21 de diciembre, y el pastor Daniells se quedó en Battle Creek mientras las reuniones de la Semana de Oración continuaban. El Dr. Kellogg y mucho del personal médico estaban en Chicago asistiendo a la reunión que él había convocado de la Alianza Médico-Misionera Internacional para que sesionase del lunes al jueves, 18 al 21 de diciembre. Daniells permitió que se supiera que él había cambiado sus planes y que se estaba quedando para esperar el mensaje prometido en el telegrama de Elena de White. LLEGADA DE LOS TESTIMONIOS PROMETIDOS MV 510 8 El martes 26 de diciembre, Daniells fue a su oficina temprano (probablemente su antigua oficina en el Edificio Oeste) para ver si habían llegado las comuni caciones de Elena de White. No habían llegado. Unos pocos minutos más tarde uno de los médicos del Sanatorio de Battle Creek vino a verlo. MV 511 1 El médico estaba muy perplejo. Se lo había criado como para considerar que todos los mensajes dados por Elena de White procedían del Señor. Pero ahora estaba perplejo y confundido. La noche anterior, él, con muchos otros obreros destacados del sanatorio, habían asistido a una reunión que duró desde las 5:00 hasta las 11:00 en la cual el Dr. Kellogg había esbozado la controversia reciente como él la veía. Kellogg le dijo a este grupo de obreros responsables del sanatorio que él creía en el espíritu de profecía y creía que Elena de White "es una buena mujer y que ella ha sido inspirada por el Señor". Pero, continuó, "no podía confiarse que todas las comunicaciones que eran enviadas venían del Señor" (AGD a G. A. Irwin, 27 de diciembre, 1905). MV 511 2 "Ahora --dijo el doctor, dirigiéndose al pastor Daniells--, quiero, si es posible, que usted me haga claro qué mensajes debemos entender que son del Señor, y cuáles emanan de hombres que están influyendo sobre la Hna. White". MV 511 3 El pastor Daniells le dijo que no podía darle ninguna luz sobre el punto, que para él todos eran "completamente genuinos", que "todos eran del Señor o del diablo". MV 511 4 Mientras los hombres hablaban, hubo un golpe en la puerta y un mensajero le entregó al pastor Daniells un sobre grande cuyo remitente era "Elmshaven", Sanatorio, California. Al día siguiente Daniells contó la historia: MV 511 5 "Ahora, Doctor --dije yo--, abriremos este sobre y usted será el primero en mirar estos testimonios; tómelos, examínelos, y dígame si son genuinos o espúreos; si le fueron dados a ella por el Señor o por algún hombre". MV 511 6 Él los tomó y miró los títulos, las fechas y las firmas, y entregándomelos, me dijo: "Bien, no puedo decirle si son del Señor o del hombre, si son dignos de confianza o no. Me parece --dijo él-- que es una cuestión de fe de mi parte en cuanto a si la Hna. White es una sierva de Dios o una simuladora malvada". MV 511 7 "Bien --dije yo--, usted es tan capaz de decirme quién inspiró estas comunicaciones como lo soy yo de decírselo a usted; usted las ha visto primero; usted sabe tanto en cuanto a ellas como yo; yo no puedo darle a usted la menor información que usted no posea. MV 511 8 "Ahora --dije--, el único fundamento en el que me puedo apoyar es el de una absoluta confianza de que Dios está revelando a su sierva aquello que la iglesia necesita entender, y que toda comunicación que ella envía emana de Dios y no del hombre" (Ibíd.). MV 511 9 El médico dijo que veía todo el argumento y que "debía permanecer completamente sobre este fundamento". UNA EXPERIENCIA NOTABLE QUE CONFIRMÓ LA CONFIANZA MV 512 1 A duras penas Daniells pudo esperar para leer los testimonios que Elena de White le había enviado. Con un ministro asociado leyó las comunicaciones. Notaron que mientras ambos documentos habían sido copiados el jueves 21 de diciembre de 1905, uno fue escrito en agosto de 1903 y el otro el l°de junio de 1904. MV 512 2 Inmediatamente se hicieron arreglos para tener una reunión en el Tabernáculo esa noche a las 7:30, en la cual se leerían los testimonios a toda la iglesia. A las 7:30 el Tabernáculo estaba lleno: el auditorio, los cuartos anexos y la galería. El Dr. Kellogg no estaba allí. Su hermano, W. K., y un número de los partidarios del doctor sí estaban. El pastor Daniells tomó la iniciativa diciendo a la congregación de cómo, en tiempos antiguos, Dios se comunicaba con su pueblo. A veces el profeta entregaba en persona el mensaje de Dios; otras veces era entregado mediante otros. Señaló que "desde los primeros días de esta causa el espíritu de profecía había estado en nuestro medio, y había sido reconocido por aquellos que eran leales a este mensaje, y que la mensajera siempre había afirmado tener la libertad de entregar el mensaje ya sea en persona o enviándolo a otros para que lo leyesen" (Ibíd.). MV 512 3 Leyó el telegrama en el que se lo instruía a esperar en Battle Creek la llegada de los testimonios. Ahora tenía los dos documentos en sus manos: el Manuscrito 120, 1905, "El Resultado de No Oír las Advertencias de Dios", y el Manuscrito 122, 1905, "Una Solemne Apelación". Señaló que ambos fueron escritos por Elena de White en su diario, uno hasta dos años antes, pero que no fueron copiados sino hasta cuando ella recibió la impresión de hacerlo, el jueves 21 de diciembre. Ambos documentos comunicaban mensajes solemnes, indicando que los di-rigentes que eran espiritualmente ciegos estaban guiando a los ciegos, y que a menos que sean "convertidos y transformados", "los dirigentes y sus seguidores" "no pueden ser obreros juntamente con Dios" (MS 120, 1905). MV 512 4 Ambos testimonios fueron leídos sin comentario. Mientras el pastor Daniells leía, página tras página, una cantidad de personas en la audiencia del gran Tabernáculo no podían sino notar cuán exactamente el mensaje de la Sra. White describía las palabras y actitudes presenciadas justo la noche anterior cuando el Dr. Kellogg se dirigió a los líderes del sanatorio. Eran las 9:00 de la noche cuando Daniells terminó de leer las 16 páginas de los dos documentos. "Me pareció cuando yo leía --escribió al día siguiente-- que nunca había sentido el ardiente poder de las palabras llegar a mi propia alma como con estas páginas" (AGD a G. A. Irwin, 27 de diciembre, 1905). MV 512 5 "Debemos recurrir a la oración ferviente", le dijo a una audiencia callada, y sugirió que aquellos que deseaban hacerlo "se dirigiesen a la sala norte". Pero era demasiado grande el número de los que deseaban orar, por lo tanto la concurrencia regresó al auditorio principal. MV 513 1 Durante el receso tres hombres que habían estado en la reunión de seis horas del Dr. Kellogg vinieron a Daniells y le dijeron que la reunión celebrada la noche anterior había sido descrita claramente en los mensajes que Elena de White había enviado. También dijeron que "si hubiese habido una duda en sus mentes respecto a la fuente de los testimonios, habría sido despejada por sus propias declaraciones [como fueron expuestas por Elena G. de White] en los testimonios" (Ibíd.). MV 513 2 De 9:15 a 10:00 todos se unieron en oración para que sus ojos pudieran ser abiertos para ver las cosas como Dios las ve. Oraron para que el Dr. Kellogg y sus asociados y todos los ayudantes del sanatorio pudieran ser inducidos a recibir y obedecer los mensajes solemnes que les habían llegado. MV 513 3 Durante los pocos días siguientes en la vieja ciudad de Battle Creek hubo mucha discusión sobre cómo el Espíritu del Señor, en el jueves previo, había inducido a Elena de White a hacer que el mensaje que ella escribió dos años antes fuese copiado y enviado a Battle Creek, para que llegase justo después de la notable reunión celebrada por el Dr. Kellogg en el edificio del colegio. Algunos dijeron en cuanto a la reunión del lunes de noche que "si no hubieran estado bien fundamentados, se habrían apartado enteramente de los testimonios. Uno dijo que habría sido impulsado a entregarse a la infidelidad si hubiese creído las cosas que el doctor les relató" (Ibíd.). MV 513 4 El pastor Daniells se sintió impelido a expresar sus sentimientos. "Sé --declaró firmemente-- que Dios nos está recompensando por nuestro voto de inmutable lealtad al espíritu de profecía como también a todo el resto de este mensaje". "Se le ha dado la victoria a esta causa" (Ibíd.). MV 513 5 Y ciertamente fue una victoria. MV 513 6 En cuanto al Dr. Kellogg, no se observó ningún cambio en su actitud. Dos días después de la memorable reunión del martes de noche, reunió a la familia del sanatorio y durante tres horas repasó la historia de la institución, tratando de probar que nunca fue un establecimiento adventista sino más bien la propiedad de los accionistas. MV 513 7 La Review and Herald del 28 de diciembre de 1905, incluía un artículo editorial de seis columnas escrito por W. W. Prescott y titulado "La Universidad de Battle Creek". En él el autor desnudó su alma cuando declaró: MV 513 8 Conocemos por experiencia personal algo sobre la amargura de la experiencia que resulta de escuchar constantes insinuaciones acerca de las verdades fundamentales de este mensaje llevado al mundo por los Adventistas del Séptimo Día. Sabemos qué significa luchar con las dudas y los temores despertados por hábiles tergiversaciones de las advertencias y consejos dados a través del espíritu de profecía... Hemos aprendido nuestras lecciones a través de una experiencia de la que alegremente protegeríamos a otros, y por lo tanto nos sentimos justificados de hablar claramente cuando vemos armada la trampa tan seductoramente. MV 514 1 Battle Creek no llegó a ser el centro educacional que algunos habían anticipado; ni atrajo a un gran número de jóvenes adventistas. Los colegios de las uniones fueron fortalecidos para enfrentar las necesidades de la causa, y pronto la iglesia estableció en Loma Linda el Colegio de Evangelistas Médicos. ------------------------Capítulo 35-- EL DON ESPECIAL DE ELENA DE WHITE MV 515 1 Elena de White tenía un don muy especial. Ella lo describió claramente: MV 515 2 Algunos han tropezado en el hecho de que dije que no pretendía ser profetisa y han preguntado: ¿Por qué? MV 515 3 No he tenido otra pretensión sino la de que se me ha indicado que soy la mensajera del Señor; que él me llamó en mi juventud para ser su mensajera, para recibir su palabra y dar un mensaje claro y decidido en el nombre del Señor Jesús. MV 515 4 En mi temprana juventud se me preguntó varias veces: ¿Es usted profetisa? Siempre he respondido: Soy la mensajera del Señor. Sé que muchos me han llamado profetisa, pero no he pretendido ese título. Mi Salvador me declaró que era su mensajera. "Tu obra --me indicó-- es llevar mi palabra"... MV 515 5 ¿Por qué no he pretendido ser profetisa? Porque en estos días muchos que osadamente pretenden ser profetas son un baldón para la causa de Cristo, y porque mi obra incluye mucho más de lo que significa la palabra "profeta"... MV 515 6 Dios me ha aclarado las diversas formas en las que me usaría para hacer avanzar una obra especial. Se me han dado visiones con la promesa: "Si presentas fielmente los mensajes y resistes hasta el fin, comerás del fruto del árbol de la vida y beberás del agua del río de la vida" (IMS, pp. 36-37). MV 515 7 Después de describir la amplitud de la obra que se le encargó que hiciera, ella declaró: MV 515 8 Nunca he pretendido ser profetisa. Si otros me llaman así, no les discuto. Pero mi obra ha abarcado tantos aspectos, que no puedo llamarme sino mensajera, enviada para dar un mensaje del Señor a su pueblo y para ocuparme de cualquier actividad que él me señale (Id., p. 39). MV 515 9 Debido a que en una ocasión ella mencionó a una gran concurrencia en el Tabernáculo de Battle Creek que no se consideraba una profetisa o una dirigente del pueblo, el lunes siguiente los diarios en Battle Creek proclamaron las noticias: ¡La mujer que los adventistas han considerado todos estos años como una profetisa se ha expresado ahora con franqueza y dijo que después de todo no es una profetisa! Esto naturalmente suscitó preguntas entre algunos adventistas. La Sra. White y los dirigentes de la iglesia encontraron que debía hacerse una explicación. En varias ocasiones aprovechó la oportunidad para explicar cuidadosa-mente las ideas que intentaba transmitir mediante su declaración. W. C. White arroja considerable luz sobre el asunto en la siguiente declaración: MV 516 1 Cuando ella dijo estas palabras, tenía en mente las ideas de la gente respecto a un profeta como alguien cuyo principal oficio era predecir eventos, y quería hacerles entender que ese no era su lugar en el mundo. MÁS QUE UNA PROFETISA MV 516 2 Elena fue más que una profetisa. Fue una consejera, una consoladora, guía, autora, escritora, oradora pública. MV 516 3 Toda su vida ella había encontrado oposición, antagonismo y crítica en todos los estilos y formas, desde lo trivial a lo serio. Fue citada y mal citada, interpretada y mal interpretada. Pero el valor de sus palabras se evidenció en escuelas, sanatorios e iglesias por todo el mundo. MV 516 4 Raramente se defendía a sí misma. Pero ahora en el ocaso de su vida se vio forzada a replicar a sus críticos. Fue una experiencia dolorosa para ella saber que había miembros de la familia de Dios que estaban bien familiarizados con ella y su trabajo pero que, en base a rumores y a evidencias endebles, habían perdido confianza en su misión profética. Abrumaba su corazón el hecho de que pudieran olvidar tan fácilmente las muchas evidencias que confirmaban la fe en su llamado y su obra. MV 516 5 ¿Cuáles son algunas de esas evidencias que confirman la fe? MV 516 6 Los centenares de cartas que cruzaron miles de kilómetros de tierra o mar para llegar en un momento crítico. MV 516 7 Las muchas personas que recibieron cartas de consuelo sobre asuntos personales conocidos sólo por ellos y por Dios. MV 516 8 La cantidad de veces que encontró por primera vez a individuos a quienes reconoció, habiéndolos visto en visión. MV 516 9 La descripción de testigos presenciales fidedignos de los fenómenos que la acompañaban cuando estaba en visión en los primeros días de su trabajo. MV 516 10 La vida de líderes como Daniells, Bates, Loughborough, Haskell, cuyas dudas habían sido despejadas. MV 516 11 Se me ha indicado ahora que no debo ser estorbada en mi trabajo por aquellos que se ocupan en suposiciones respecto a su naturaleza, cuyas mentes están luchando con tantos problemas intrincados conectados con la supuesta obra de un profeta. Mi comisión abarca la obra de un profeta, pero no termina allí. Abarca mucho más que lo que las mentes de aquellos que han estado sembrando las semillas de incredulidad pueden comprender (Carta 244, 1906 [ver también 1MS, pp. 35',39]). MV 517 1 Battle Creek, donde el Dr. Kellogg y sus compañeros, incluyendo a Ballenger y A. T. Jones, estaban sembrando semillas de incredulidad, había sido el centro de la obra denominacional. LAS SEMILLAS DE LA INCREDULIDAD MV 517 2 Después de una visión en la que vio a médicos conocidos por ella exponiendo en una reunión lo que consideraban como razones válidas de su confianza debilitada [en el espíritu de profecía], Elena de White le dijo a W. C. White que todo "debía estar listo para la acción". Sentía que podía, y debía, enfrentar muchas cosas que había oído que se contaron en esa reunión (Carta 14, 1906). MV 517 3 En los primeros meses de 1906 mencionó repetidamente su intención de obtener una clara exposición de los hechos por parte de aquellos que estaban perturbados respecto a los testimonios. "Si se han hecho declaraciones diciendo que hay contradicciones en los testimonios --le escribió a E. W. Famsworth, pastor temporario de la iglesia de Battle Creek--, ¿no debería yo estar informada de los cargos y las acusaciones? ¿No debería saber la razón por la que siembran cizañas de incredulidad?" (Carta 84, 1906). MV 517 4 Cuando en marzo vino el ataque de A. T. Jones, ella ayudó a enfrentarlo. El 9 de abrd envió la carta que había escrito el 30 de marzo, dirigida "A Aquellos que Están Perplejos Respecto a los Testimonios Relacionados con la Obra MédicoMisionera": MV 517 5 Recientemente en visiones de la noche estuve con un grupo grande de personas. Allí estaban presentes el Dr. Kellogg, los pastores Jones, Tenney y Taylor, el Dr. Paulson, el pastor Sadler, el juez Arthur, y muchos de sus asociados. MV 517 6 El Señor me mandó que les pidiera a ellos y a cualquier otro que tenga perplejidades y cosas serias en su mente respecto a los testimonios que yo he presentado, que especifiquen cuáles son sus objeciones y críticas. El Señor me ayudará a contestar esas objeciones, y a hacer claro lo que parece intrincado (Carta 120, 1906). MV 517 7 Ella señaló que si se estaba acariciando la idea de que "ya no puede confiarse más en la obra de la Hna. White", ella quería saber por qué se había llegado a esa decisión. "Puede ser--conjeturó--que algunos asuntos que a ustedes les parecen muy objetables pueden ser explicados". Haciendo clara su posición, ella declaró: "Se me ha instruido en este momento que pida a aquellos que están en dificultad respecto a la obra de la Hna. White que presenten sus preguntas ahora". MV 518 1 Esta carta fue enviada no sólo a las personas nombradas sino a alrededor de una docena de personas más. Luego, tres días más tarde, ella y parte de su personal salieron para el sur de California para la dedicación de los sanatorios en Loma Linda y Paradise Valley. Al regresar a Elmshaven el 7 de mayo, ella encontró que estaban comenzando a llegar respuestas llenas de preguntas. PREGUNTAS QUE DEMANDAN RESPUESTAS CUIDADOSAS MV 518 2 Las preguntas acerca de la obra de Elena de White que vinieron desde Battle Creek requerían una atención cuidadosa, no sólo por parte de ella sino de su personal. Algunas de las preguntas eran serias; otras eran de una naturaleza trivial, tratando con "supuestas contradicciones en los testimonios" (Carta 142, 1906). MV 518 3 Muchas preguntas se fundaban en conceptos defectuosos sobre la inspiración. Se pensaba que el profeta era un agente mecánico, que hablaba o escribía cada palabra dictada por el Espíritu Santo. Este concepto de "inspiración verbal" a veces conducía a esperar más de Elena de White que lo que se justificaba, más de lo que se les demandó a los profetas y apóstoles de la antigüedad. MV 518 4 Su defensa de los testimonios y de ella misma en realidad había empezado en enero. "Ultimamente he estado muy ocupada --escribió el 19 de enero--. El Señor me ha sostenido al preparar material para enfrentar la incredulidad y la infidelidad expresadas respecto a los testimonios que me ha dado para llevar a su pueblo. Me ha dado palabras para escribir" (Carta 34, 1906). MV 518 5 Elena de White ignoró algunas de las preguntas; contestó muchas, escribiendo cartas amables, tolerantes, que trataban en forma directa con los problemas presentados. A veces el personal de Elmshaven preparaba las respuestas. Algunas veces la respuesta estaba disponible prontamente; a veces la pregunta en sí era más una declaración que una pregunta (30 WCW, p. 333). MV 518 6 Una carta de un médico prominente contenía la lista más completa de preguntas planteadas hasta el momento por los obreros médicos de Battle Creek. Unas pocas ilustraban la cantidad de trivialidades con las que a veces trataban las preguntas. Entre los puntos presentados en una de esas cartas estaban los siguientes: MV 518 7 1. ¿Todo lo que sale de la pluma de Elena de White es un "testimonio" o algunas son sencillamente "cartas"? MV 518 8 2. ¿Uno tiene que suponer que las condiciones descritas en los Testimonios realmente existen, o están meramente diseñados para anticiparse a tales condiciones? MV 518 9 3. ¿Qué puede decirse acerca de la declaración, "No soy una profetisa"? MV 518 10 4. ¿W. C. White ejerce influencia sobre los Testimonios? MV 518 11 5. ¿Aprueba usted enviar testimonios personales, que el Señor ha dado para ciertos hombres, a otras personas también? 6. ¿Son los Testimonios una prueba de discipulado? MV 519 1 7. ¿Qué puede decirse acerca del pedido [para que se devuelvan] las pruebas de galera del tomo 7 para su revisión? MV 519 2 8. ¿Es correcto para cualquier adventista trabajar en el Sanatorio de Battle Creek? ¿QUIÉN MANIPULABA LOS ESCRITOS DE ELLA? MV 519 3 Las preguntas suscitadas concernientes a la manipulación de los escritos de la Sra. White, y a la influencia de W. C. White sobre los Testimonios, afligían a Elena de White, particularmente aquellas acusaciones que estaban vinculadas con declaraciones descuidadas hechas por James Edson White. MV 519 4 Los dos hijos de Jaime y Elena White eran muy diferentes en personalidad y carácter. El más joven, William C., era juicioso, calmo, leal a los Testimonios, confiable y dotado con aptitudes como dirigente. El hijo mayor, James Edson, aunque talentoso, creativo y un buen autor, era inestable, un pobre administrador de las finanzas, y, debido a que su hermano y los dirigentes de la iglesia no podían respaldar y no respaldaban todos sus negocios arriesgados, criticaba mucho. A veces les daba poca importancia a los testimonios de su madre dirigidos a él desde sus primeros años; sin embargo, cuando estuvo plenamente consagrado a Dios hizo una obra notable, particularmente entre los negros que estaban siendo descuidados en el Sur. MV 519 5 Debido a que era el hijo de Jaime y Elena White, James Edson podía pedir dinero prestado, principalmente de adventistas, para apoyar sus diversos proyectos, muchos de los cuales fracasaban. Vez tras vez su madre y su hermano acudieron para ayudarle en sus finanzas personales cuando se derrumbaban diversos proyectos contra los cuales se le había advertido. MV 519 6 Cuando Elena de White encontró que no podía apoyarlo indefinidamente en estos proyectos, su hermano trató de aconsejarlo. Él a su vez tomó la posición de que William C. estaba ejerciendo influencia sobre su madre. Entre sus amigos personales en y alrededor de Battle Creek había una cantidad que estaban expresando las insinuaciones del Dr. Kellogg de que Elena de White estaba siendo influenciada por su hijo William y otros. Fue fácil para James Edson unirse. Dijo algunas cosas desafortunadas que fueron rápidamente recogidas y, viniendo del propio hijo de la Sra. White, aprovechadas. MV 519 7 Finalmente, por doloroso que fuese, Elena de White tuvo que intervenir y dejar las cosas bien claras. Le escribió a Edson una carta de seis páginas, terminando con esta firme declaración: MV 519 8 Tu posición es un asunto penoso para tu madre y desgasta la vida de tu hermano... Tendré que hablar. No puedo y no toleraré que recaigan críticas sobre la causa de Dios y sobre mi obra que Dios me ha dado para hacer, debido a tu declaración de que él manipula mis escritos. Es una falsedad, ¡pero qué acusación es ésta! Ni un alma manipula mis escritos (Carta 391, 1906). MV 520 1 En otra carta a Edson, escrita el 21 de mayo de 1906, ella declaró: MV 520 2 La posición que tú has tomado, las palabras que tú has dicho, no son un secreto. Son manoseadas en todas partes por aquellos que desarraigarían la confianza en los Testimonios, y tienen influencia porque tú eres el hermano de WCW y el hijo de Elena G. de White... W. C. White es leal como el acero a la causa de Dios, y ninguna mentira que está en circulación es verdad (Carta 143, 1906). MV 520 3 Temprano en el año ella había escrito: MV 520 4 Están aquellos que dicen: "Alguien manipula sus escritos". Reconozco la acusación. Es Uno que es poderoso en consejo, Uno que me presenta la condición de las cosas en Battle Creek (Carta 52, 1906). MV 520 5 Durante el mes de junio y en la primera parte de julio, Elena de White dedicó mucho de su tiempo a contestar preguntas procedentes del campo. Escribió muchísimas cartas que totalizaron centenares de páginas. Muchas de ellas llevaban advertencias concernientes a los peligros.de acariciar dudas a pesar de las fuertes evidencias que Dios había dado sobre la integridad del espíritu de profecía. MV 520 6 Cuando resultó claro que se estaban formulando "las preguntas más frívolas" (Carta 180, 1906), le empezó a llegar la instrucción de que no necesitaba recoger y contestar "todos los decires y dudas que están siendo puestos en muchas mentes" (MS 61, 1906). Ella y su personal, después de proveer respuestas a las preguntas principales, consideraron que su trabajo en esta área había terminado cabalmente. EL TERREMOTO DE SAN FRANCISCO MV 520 7 Elena de White pasó gran parte del año 1906 en su hogar en Elmshaven ocupada activamente en escribir. Estaba profundamente preocupada por los problemas en Battle Creek, que involucraban al Dr. Kellogg, A. T. Jones y otros. Con la llegada de abril era el tiempo para la dedicación de dos sanatorios en el sur de California. El jueves 12 de abril partió para el sur. Con ella estaban su sobrina, May Walling, que había llegado a Elmshaven una semana o dos antes (Carta 124, 1906) , Sara McEnterfer y Clarence Crisler (MS 123, 1906). MV 520 8 Después del servicio de dedicación en Loma Linda el domingo 15 de abril por la tarde, Elena de White y sus obreros asociados quedaron en el sanatorio durante el día lunes. Ella iba a regresar a Los Angeles el martes y hablaría el miércoles en la sesión de la Asociación del Sur de California que se celebraba en la iglesia de la Calle Carr en Los Angeles. A la semana siguiente estaría en ruta a San Diego para la dedicación del Sanatorio de Paradise Valley. MV 521 1 El lunes 16 de abril por la noche, mientras estaba todavía en Loma Linda, recibió una visión solemne. "Pasó ante mí --dijo ella-- una muy asombrosa representación". Describiéndola en un artículo que ahora figura en Testimonies for the Church, tomo 9, ella escribió: MV 521 2 Durante una visión nocturna, estaba yo de pie en un lugar alto, desde el cual podía ver casas sacudidas como una paja por el viento. Edificios, grandes y pequeños, eran derribados. Lugares de placer, teatros, hoteles y hogares de gente rica eran sacudidos y destrozados. Muchas vidas eran destruidas, y el aire estaba lleno de los gritos de los heridos y aterrorizados... No encuentro palabras para describir lo terrible de las escenas que pasaron delante de mí. Parecía que la tolerancia de Dios se había acabado, y que el día del juicio había llegado... MV 521 3 Por terrible que fuera la representación que pasó delante de mí, lo que me impresionó más vividamente fue la instrucción que se me dio en relación con esto. El ángel que estaba a mi lado declaró que el gobierno supremo de Dios, y el carácter sagrado de su ley, debían ser revelados a aquellos que rechazaban persistentemente prestar obediencia al Rey de reyes. Los que deciden permanecer desleales, deben ser visitados, por misericordia, con juicios, a fin de que, si es posible, sean despertados para comprender la pecaminosidad de su conducta (NB, pp. 446-447). MV 521 4 Ella se despertó y prendió la lámpara junto a su cama. Era la 1:00 de la madrugada del martes. Se sintió aliviada al descubrir que estaba segura en su cuarto en el Sanatorio de Loma Linda. MV 521 5 Durante las horas de la mañana del martes se sentía como aturdida (Carta 137, 1906). Por la tarde ella y sus ayudantes tomaron el tren para Los Angeles y fueron a Glendale. MV 521 6 Esa noche se le dio otra visión: MV 521 7 Nuevamente se me instruyó respecto al carácter santo y obligatorio de los Diez Mandamientos, y la supremacía de Dios sobre todos los gobernantes terrenales. Me pareció como si estuviera ante mucha gente, presentando escritura tras escritura en apoyo de los preceptos hablados por el Señor desde la altura del Sinaí (RH, 5 de julio, 1906). NOTICIAS DEL TERREMOTO DE SAN FRANCISCO MV 521 8 El miércoles ella asistió a una porción de la sesión anual de la Asociación del Sur de California. Cuando se acercaba a la iglesia de la Calle Carr para cumplir con su cita de hablar allí, oyó a los muchachos vendedores de periódicos gritando: "¡San Francisco destruida por un terremoto!" MV 522 1 Se compró un periódico, y ella y aquellos que la acompañaban en el carruaje rápidamente examinaron las "primeras noticias apresuradamente impresas" (9T, p. 94). MV 522 2 En cuanto a las visiones recibidas las noches del lunes y el martes, ella comentó más tarde: "Me ha tomado muchos días escribir una porción de aquello que fue revelado en esas dos noches en Loma Linda y Glendale. Todavía no he terminado" (RH, 5 de julio, 1906). Esperaba escribir varios artículos sobre el carácter obligatorio de la ley de Dios y las bendiciones prometidas a los que obedecen. MV 522 3 Después de hablar en la dedicación del Sanatorio de Paradise Valley en San Diego el 24 de abril, Elena de White comenzó a regresar hacia el norte de California vía Loma Linda. La sobrecogieron sentimientos de temor al considerar el viaje a la casa. Sabía que vería con sus propios ojos una destrucción similar a la que había visto en visión. "No quería ver las ruinas de San Francisco --declaró--, y temía hacer una parada en Mountain View" (Id., 19 de julio, 1906), donde la amada Pacific Press había sufrido daños severos. Cuando el tren se acercaba a San José, justo al sur de Mountain View, ese jueves de mañana, 3 de mayo, ella podía ver por todas partes los efectos del terremoto. MV 522 4 Cambiando coches en San José, viajaron los 16 kilómetros (10 millas) a Mountain View. Allí los recibieron en la estación de ferrocarril C. H. Jones, gerente de la Pacific Press, y W. T. Knox, presidente de la Asociación de CaliforniaNevada, con su sede central en Mountain View. El viaje a la Press los condujo a través del pueblo, donde vieron la nueva oficina de correos arrasada y los negocios más grandes totalmente destruidos. Pero "cuando vimos las paredes caídas de la Pacific Press --informó ella--, nos sentimos tristes en el corazón". Sin embargo, había una razón para regocijarse: "No se perdieron vidas" (MS 45, 1906). LA GIRA POR LA ASOLADA CIUDAD DE SAN FRANCISCO MV 522 5 El lunes el grupo emprendió viaje a San Francisco. En Palo Alto vieron las ruinas de la Universidad Stanford. Cuando llegaron a San Francisco alquilaron un taxi tirado por un caballo para pasar una hora y media recorriendo la ciudad en ruinas. Con Elena de White estaban su hijo, William C., y las dos mujeres, May Walling y Minnie Crisler, esposa de Clarence Crisler, su principal secretario (31 WCW, P. 293). MV 522 6 Mientras viajaban juntos, relataron en detalle muchas cosas. No sabemos exactamente qué se dijo, pero informes diversos nos dan un cuadro mixto de lo que ocurrió: MV 522 7 El terremoto se produjo a las 5:31 del miércoles de mañana, 18 de abril. La primera pérdida fue el Faro Point Arena, 144 kilómetros (90 millas) al norte. Los enormes cristales y el taro explotaron en una lluvia de vidrio. Se vio que ondas de la tierra de un metro de altura (2 y 3 pies) se precipitaban hacia el sur en una frecuencia increíble. Secoyas gigantescas fueron abatidas. Las playas se levantaron y bajaron. Los trenes se descarrilaron. En un rancho la tierra se abrió directamente debajo de una vaca desprevenida. Con un bramido de terror el animal se hundió en el agujero abierto; su grito terminó prematuramente cuando la hendedura se cerró firmemente, dejando visible únicamente una cola crispada (G. Thomas y M. Witts, The San Francisco Earthquake, pp. 66-67). MV 523 1 La ciudad estaba mayormente dormida cuando la onda de las convulsiones de la tierra golpeó San Francisco en un temblor de 28 segundos justo al amanecer. * Primero hubo un estruendo aterrorizador, y luego comenzaron a caer piedras y ladrillos, como lluvia, desde los edificios más altos; casi de cada casa se vinieron abajo las chimeneas. Las calles se levantaron, y en algunos lugares se hundieron tanto como 9 metros (30 pies). FUEGO CONSUMIDOR QUE SIGUIÓ AL TERREMOTO MV 523 2 Temprano al amanecer se vio el destello de una llama, y luego una docena de esas lenguas de fuego aparecieron aquí y allá. Las llamas comenzaron con líneas de electricidad rotas y líneas de gas hendidas. Civiles y bomberos pronto estaban trabajando, pero para su desmayo sólo había poca agua con la cual apagar las llamas. Y luego nada de agua. Algunas de las principales líneas de agua de la ciudad se habían roto. MV 523 3 Algunas personas saquearon cervecerías y negocios de licores, y en ciertas áreas orgías de borracheras se añadían a la confusión. Padres borrachos, sin pensar en los peligros que los rodeaban, olvidaron a los bebés y a los niños, y en muchos casos se vieron separados de ellos. Un grupo de niños abandonados y aterrorizados, pensando que el Telegraph Hill era un lugar seguro, se agolparon allí, sólo para ser consumidos cuando las llamas veloces se desviaron por el viento y se apoderaron del cerro (ST, 30 de mayo, 1906). LEY MARCIAL MV 523 4 La ciudad fue puesta bajo ley marcial, y se llamó a personal militar para ayudar. Pronto cada hombre en buenas condiciones físicas estaba ocupado en el trabajo de pelear contra las llamas y extraer a los heridos y muertos de entre los escombros. Los primeros visitantes curiosos de más al sur de la península fueron puestos a trabajar. MV 523 5 Continuó el saqueo, especialmente en licorerías y negocios de alimentos. Se les ordenó a los oficiales de policía y soldados que disparasen sin previo aviso a cualquiera que estuviese involucrado en el saqueo o en despojar a los muertos de sus joyas. Durante todo el día miércoles reinaron el terror y la confusión. Los teléfonos estaban cortados, los cables telegráficos estaban caídos, las líneas de ferrocarriles eran inoperantes. Miles buscaron refugio en las ciudades y pueblos menos castigados cruzando la Bahía hacia el este; ferries atestados hicieron un trabajo heroico al trasladar a la gente. Desde estos pueblos comenzaron a llegar al mundo exterior las noticias de la magnitud de la catástrofe. MV 524 1 Durante la noche el cielo estaba iluminado con el resplandor del incendio, y los que estaban en los parques sin abrigo se sentían confortablemente entibiados gracias al calor del infierno. La comida era escasa y, cuando era disponible, en muchos casos era muy cara. Cuando los vientos cambiantes extendieron el incendio en todas las direcciones, los negocios de alimentos, en poder de la policía y del personal militar, fueron totalmente abiertos y pronto quedaron vacíos; en cierta medida esto mitigó la emergencia de alimento. DESTRUCCIÓN EN EL CENTRO DE LA CIUDAD MV 524 2 En el centro de la ciudad el terremoto cobró un pesado tributo de vidas. Fueron destruidos edificios municipales y de oficina, como también negocios y hoteles. Pocos edificios quedaron en pie. Centenares de personas perdieron sus vidas con la caída de varios hoteles. MV 524 3 Incendios déscontrolados crearon más daño general que el terremoto. Manzana tras manzana sucumbieron ante las llamas en los tres días que siguieron al terremoto. Puesto que no se permitía que se prendiese fuego para cocinar en edificios que no habían sido inspeccionados para verificar que eran seguros, la mayor parte de la tarea de cocinar en áreas donde permanecían las casas se hacía con estufas improvisadas en las veredas o en los parques. El agua se valoraba como oro. Los militares armaron carpas en los parques para ayudar a cuidar a los desamparados. Líneas para conseguir comida gratis medían 2 kilómetros de largo (algo más de una milla). En muchos casos las familias estaban separadas; los carruajes llevaban carteles y la gente usaba rótulos declarando: "Estoy buscando a fulano y mengano". MV 524 4 Fue sólo dos semanas después del terremoto que Elena de White contempló los 39 kilómetros cuadrados (15 millas cuadradas) de escombros y devastación, y escuchó las historias sobre los extraños acontecimientos. ¡Cuán similar era esto a las escenas nocturnas que había visto en Loma Linda! ADVENTISTAS Y PROPIEDADES ADVENTISTAS MV 524 5 ¿Pero qué ocurrió con los adventistas y las propiedades de la Iglesia Adventista en San Francisco? Si bien hubo unos pocos heridos, no se perdió ninguna vida. Las salas de tratamiento, a veces referidas como la sucursal del sanatorio y supervisadas por el Dr. Lamb en la Calle 1436 Market, estaban alojando a algunos pacientes cuando azotó el terremoto. Las paredes de ladrillo cayeron hacia afuera del edificio, pero los pacientes, sin sufrir heridas, fueron pronto colocados bajo la custodia de familiares. La cafetería vegetariana en 755 Market, y el negocio de alimentos saludables en 1482 Market resistieron el terremoto, pero en pocas horas fueron barridos por las llamas. Un número de adventistas perdieron sus casas. MV 525 1 Pero la iglesia grande en la Calle Laguna, con su clínica adjunta, que Jaime y Elena de White ayudaron a construir en la década de 1870, se salvó. Siendo un edificio de madera, sufrió sólo daños menores debido al terremoto, y en la providencia de Dios el fuego devastador fue contenido a dos cuadras de la iglesia. Los miembros pudieron continuar usándola y con todo gusto les permitieron a los presbiterianos que la usasen los días domingo. EL NÚMERO ESPECIAL DE SIGNS SOBRE EL TERREMOTO MV 525 2 Qué oportunidad única proporcionó esta catástrofe sin precedentes para contar al mundo el significado de tales tragedias. Los edificios de la Pacific Press estaban seriamente dañados (se estimaba que la pérdida era de entre $15.000 y $20.000), pero los administradores, los superintendentes de la fábrica y los redactores rápidamente se reunieron para planear un "Número Especial del Terremoto" de la revista Signs of the Times, para que se lo procesase apresuradamente en las prensas no dañadas. El trabajo periodístico era bueno, las ilustraciones sobresalientes, y la impresión a la altura de las normas de calidad de la Pacific Press. Pocos días después estaba lista la primera tirada de más de 150.000 ejemplares. Desde el momento de la planificación inicial, las asociaciones a través de Norteamérica fueron informadas en cuanto al proyecto y los pedidos llovieron de a muchos miles. MV 525 3 Como los bancos en el norte de California estaban cerrados temporariamente, se le dio la bienvenida al dinero en efectivo que entró en la Pacific Press debido a la venta del "Número Especial del Terremoto". Entre las diferentes tiradas, se añadieron nuevas ilustraciones y en algunos casos se las mejoró. De este proyecto Elena de White declaró: MV 525 4 Haremos todo lo que podamos para presentar ahora la verdad ante la gente. El número especial de Signs of the Times es un medio a través del cual se realizará mucho bien. EL VIAJE A CASA, A ELMSHAVEN MV 525 5 Después de recorrer la escena de la tragedia, Elena de White y aquellos que estaban con ella viajaron a la casa en St. Helena y Elmshaven. En esa área los daños eran muy leves, consistiendo principalmente en rajaduras y chimeneas de ladrillo torcidas. MV 525 6 La Sra. White informó en la Review and Herald respecto a su visita a San Francisco poco después del terremoto, recordándoles a los lectores que mediante la pluma y de viva voz ella había predicho el desastre en San Francisco. Había advertido a la gente a que buscase casas lejos de las ciudades llenas de crímenes, conocidas por su maldad y su desafío a Dios. MV 525 7 ¿Predijo Elena de White el terremoto de San Francisco? No, ella advirtió que San Francisco y Oakland sufrirían los juicios de Dios. ¿Fue la visión en Loma Linda en la noche del 16 de abril una descripción de lo que le ocurriría a San Francisco? No se nombró ninguna ciudad. Pero la escena y particularmente la instrucción dada por el ángel en conexión con ella preparó a Elena de White para escribir vigorosamente en cuanto al significado real de dichos desastres. Ciertamente lo que escribió correspondía con el gran terremoto de 1906. ENCONTRANDO UN SITIO PARA EL PACIFIC UNION COLLEGE MV 526 1 Para 1908 el colegio en Healdsburg se encontraba necesitando espacio para reorganizarse y crecer. La asistencia estaba bajando, y las pérdidas financieras eran pesadas. El edificio escolar estaba ahora rodeado de cerca por el pueblo, y la casa de pupilos, tres cuadras calle arriba, estaba siendo asfixiada por las viviendas residenciales cercanas. Cuando se lo construyó, el edificio de los internados, en un lote de tierra de 2 hectáreas (5 acres), estaba en el campo, y se había planeado que a medida que hubiera fondos disponibles se compraría más tierra alrededor de este lote. Pero el dinero era escaso, de modo que parte del terreno original fue vendido. Pronto surgieron casas en ese lugar. MV 526 2 Elena de White, quien con W. C. White había estado al frente de la fundación del colegio en 1882, estaba profundamente interesada en su bienestar. En la sesión de la Asociación de California celebrada en febrero, se aprobó una resolución abarcante requiriendo la venta de las propiedades de la escuela en Healdsburg y el establecimiento de "un colegio industrial" en el campo que proveyese trabajo a los estudiantes y "proporcionase al menos los productos agrícolas y lácteos necesarios para la familia del colegio" (PUR, 27 de febrero, 1908). La Sociedad Educacional, que llevaba el control legal, tomó un acuerdo oficial a este efecto tres semanas más tarde, el 19 de marzo. MV 526 3 Se esperaba que podría ubicarse una propiedad bastante rápido de modo que la escuela pudiera abrirse en el otoño en el nuevo sitio. Los oficiales de la Asociación y Elena de White y su personal estaban constantemente en busca de un lugar adecuado, quizás con un edificio en él que pudiera usarse inmediatamente. MV 526 4 En el campestre de Oakland a comienzos de junio, que tuvo buena asistencia, se convocó a una sesión especial de la Asociación de California. Aquí el 9 de junio, después de considerable discusión y de un voto dividido, se aprobaron los planes para cerrar el Colegio de Healdsburg y se nombró un comité de siete miembros para buscar un nuevo sitio. W. C. White, como también oficiales de la Asociación, estaban en este comité. De tanto en tanto se examinaron diversos sitios. MV 526 5 En agosto los oficiales de la Asociación se enteraron de la existencia de una propiedad cerca de Sonoma. Esta propiedad, a 3 ó 5 kilómetros (2 ó 3 millas) al norte del pueblo de Sonoma, consistía en 1.174 hectáreas (2.900 acres) de tierra, cerros, montañas, valles y llanuras. En él estaba una mansión espaciosa de tres pisos y con 38 cuartos llamada "El Castillo" (36 WCW, p. 725; S. N. Haskell a EGW, 13 de agosto, 1908). Puesto que la propiedad estaba a menos de 2 kilóme tros (menos de l milla) de una diminuta estación del Ferrocarril del Pacífico Occidental llamada Buena Vista, ése era el nombre usado al designarla para inspecciones y negociaciones. LA PROPIEDAD DE BUENA VISTA MV 527 1 El miércoles 2 de septiembre por la mañana, el día después que ella había ido al norte tras su estadía de cinco semanas en el sur de California, Elena de White, con algunos miembros del comité en busca de un lugar para la escuela, visitó la propiedad de Buena Vista. MV 527 2 Recordando la experiencia de Loma Linda, durante la cual ella reconoció los edificios cuando llegó al terreno, todos, muy naturalmente, estaban ansiosos de oír si el Señor le había dado una luz directa en el sentido de que éste era el sitio que debía comprarse. MV 527 3 Al dejar el terreno, ella sintió la impresión de "que ésta era justo una ubicación para nuestra escuela tal como la que habíamos estado buscando" (Carta 322, MV 527 4 1908) . En cuanto a la conveniencia de la propiedad, ella notó que el lote de tierra era grande, "lejos de las ciudades, donde podíamos tener abundancia de agua y de madera, y un clima saludable" (Ibíd.). La casa bien equipada con "toda comodidad" era también un factor importante (Carta 324,1908). Pero ella no identificó el edificio como uno que le había sido mostrado. MV 527 5 Esa noche, de regreso en Oakland, Elena de White recibió instrucciones. En cuanto a esto ella escribió lo siguiente: MV 527 6 Esa noche en mis sueños me pareció estar haciendo planes respecto a esta propiedad. Alguien me habló y dijo: "¿Cómo fuiste impresionada con esta ubicación?" Yo repliqué: "Favorablemente; pero no veo cómo podemos comprar: no tenemos los medios. Podríamos reducir el precio vendiendo el lagar de piedra". MV 527 7 "No pueden hacer eso --dijo nuestro consejero--. Si lo hicieran, personas que no respetan el séptimo día trabajarían en la tierra en el día sábado. Vuestro único plan será comprar toda la propiedad, y mantener cada parte de la misma bajo vuestro control. No se debería permitir que ni un pie del terreno llegue bajo el control de aquellos que lo trabajarían en el día de sábado" (Carta 322,1908). MV 527 8 Los miembros del comité podían ver fácilmente que Elena de White favorecía la propiedad, pero ella no tenía un "Así dice el Señor" de que debía conseguirse esta propiedad en particular. Más aún, ella percibía que los comités responsables, constituidos por hombres capaces y de experiencia, debían tomar la decisión basados en los principios involucrados. MV 527 9 El domingo 13 de septiembre por la mañana, después de una noche en vela, ella le escribió al pastor Haskell, quien ahora estaba asistiendo a un campestre en Fresno, que ella temía que podría estar asumiendo una responsabilidad demasiado grande en el asunto. Ella declaró: MV 528 1 No siento que deseo que la decisión sobre este asunto descanse sobre mí. Sólo vi en forma apresurada el lugar en Buena Vista, y si bien corresponde a un lugar que me ha sido mostrado, no quiero que usted sienta que debe conseguirlo a causa de eso (Carta 256,1908; la cursiva ha sido añadida). MV 528 2 Con un criterio enriquecido por las muchas visiones que Dios le dio, ella ejercía influencia al tomarse decisiones importantes, pero las visiones nunca debían tomar el lugar del estudio, la iniciativa, la fe o el trabajo duro de parte de todos los afectados. Las visiones no eran dadas para sustituir la investigación cuidadosa y la elaboración de la decisión. Ni sus opiniones, en la ausencia de una luz especial, debían considerarse como autorizadas. MV 528 3 Así sucedió con la propiedad de Buena Vista. Los principios que debían guiar en la selección de un sitio para un colegio fueron hechos claros, y cualquiera de ios varios lugares podría haber encajado dentro de esas pautas. En la ausencia de una luz especial, Elena de White tenía que juzgar lo mismo que sus hermanos en cuanto a la conveniencia de la propiedad que se estaba Investigando. MV 528 4 Allí descansó el asunto por varios meses. MV 528 5 En el campestre en Fresno a fines de septiembre, se celebró una sesión especial de la asamblea constituyente para considerar, entre otras cosas, la cuestión del colegio. Se analizaron las ventajas y las desventajas de diversos sitios, y se decidió aceptar cualquier sitio que pudiera ser escogido en tanto que el comité siguiese su mejor juicio y fuese aconsejado por el espíritu de profecía. MV 528 6 Casi inmediatamente se dieron pasos definidos para comprar la propiedad de Buena Vista, El acuerdo era que se comprarían 1.174 hectáreas (2.900 acres) por $35.000 y las propiedades del Colegio de Healdsburg. Sólo una cosa restaba: los dueños debían exhibir una historia condensada del título de la propiedad y un título limpio (36 WCW, p. 725). MV 528 7 Pero una demora seguía a la otra. Cuando finalmente estuvo disponible la copia oficial del título de la propiedad, se encontró que había 22 defectos en el título, algunos serios. El dueño, a pesar de sus promesas anteriores, rehusó hacer nada al respecto. Cuando se buscó su consejo, Elena de White declaró: "Díganles que nos pongan en posesión del lugar, o que nos devuelvan nuestro dinero" (MS 65,1909). MV 528 8 Mientras ella estaba en medio de la sesión de la Asociación General en Washington, en mayo de 1909, fue devuelto el depósito de la propiedad de Buena Vista. La Sra. White dijo: "En los sueños de la noche se dio la certeza de que no debemos desanimamos; si no pudimos obtener el lugar de Buena Vista, habrá un lugar más ventajoso para nuestra escuela" (Carta 187, 1909). LA PROPIEDAD DE ANGWIN, UN LUGAR MEJOR MV 529 1 El pastor Haskell, presidente de la Asociación de California, recordó: MV 529 2 Cuando nos llegó la noticia en Washington, D. C., de que el negocio no podía completarse debido a errores en el título y otras razones, la sierva del Señor dijo: "Si esto no puede obtenerse, es porque el Señor tiene un lugar mejor para nosotros" (PUR, 2 de septiembre, 1909). MV 529 3 Estando cerca el tiempo para la apertura de la escuela, y teniendo ahora en mano fondos considerables para la compra de una propiedad para la escuela, el comité para la ubicación de un lugar comenzó una nueva búsqueda. En julio, H. W. Cottrell, presidente de la Unión del Pacífico y miembro del comité sobre la ubicación de la escuela, encontró lo que él consideraba el lugar ideal. S. N. Haskell le escribió al respecto a Elena de White, que estaba en su largo viaje de regreso desde Washington, D. C., a California. El sitio era el hotel de temporada de Angwin, en la cumbre del monte Howell, a unos 7 kilómetros (4 millas) más allá del Sanatorio de St. Helena. La propiedad parecía sumamente promisoria. Tan seguros estaban los hermanos que este lugar reunía plenamente los requisitos para la sede de un colegio presentados ante ellos por Elena de White, que inmediatamente se iniciaron las negociaciones para comprar la propiedad por $60.000. Ellos esperaron con gran inquietud el regreso de la Sra. White á su casa a comienzos de septiembre para conseguir su pleno apoyo a los pasos ya dados. MV 529 4 Después de una ausencia de cinco meses y cuatro días, Elena de White llegó a su hogar en Elmshaven el jueves 9 de septiembre por la tarde, enferma y exhausta. Todos ellos estaban ansiosos de que ella visitase sin demora el sitio para la escuela en Angwin. Ella también deseaba hacer la visita. De modo que, aunque mal preparada para hacerlo, el viernes de mañana ella insistió en viajar los 8 kilómetros (5 millas) más allá del sanatorio y ascender el camino estrecho y rocoso hasta la cumbre del monte Howell para ver la propiedad con la cual todos estaban entusiasmados. ELENA DE WHITE DESCRIBE LA PROPIEDAD DE LA NUEVA ESCUELA MV 529 5 En cartas a Edson y a su nieta Mabel, Elena de White describió lo que encontró en Angwin. Selecciones de ambas cartas cuentan la historia: MV 529 6 Partimos de casa temprano por la mañana del 10 de septiembre, viajando en mi carruaje más cómodo. Fue un ascenso de 8 kilómetros (5 millas) hasta la cumbre del cerro; luego, al estar a 1,6 kilómetros (1 milla) de la propiedad, el terreno se volvió más llano. MV 530 7 El pastor [C. W.] Irwin nos encontró en el lugar y nos mostró algo de los terrenos y edificios. Mientras viajábamos noté las ventajas con respecto a la propiedad de Buena Vista. Es cierto, no había aquí el edificio excelente y costoso que encontramos en la propiedad de Sonoma, pero había una cantidad de edificios en buena condición, y que podían ser fácilmente adaptados a las necesidades de la escuela. El edificio más grande era una casa de 32 cuartos [el hotel de temporada], y en adición a esto había cuatro cabañas. Todos los cuartos estaban bien planeados, y amueblados en forma sólida pero no extravagante. Todo en relación con las casas y el terreno parecía limpio y saludable (Carta 110, 1909). MV 530 1 Se nos presentaron muchas ventajas en el mobiliario de la casa. Todas las camas estaban provistas con dos buenos colchones, uno rellenado con cerda y el otro de algodón; almohadas de pluma y frazadas de lana, algunas de las cuales eran por cierto muy buenas. Todos los pisos estaban cubiertos, algunos de los cuartos con alfombras, pero la mayoría con una estera de paja. La ropa para las camas estaba toda en buen orden. MV 530 2 Hay 648 hectáreas (1.600 acres) de tierra en la propiedad, 43 hectáreas de las cuales (105 acres) son buena tierra cultivable. Hay 8 hectáreas (20 acres) de huertos, que dan manzanas, peras, ciruelas, ciruelas para secar, duraznos, lugos, uvas y nueces inglesas y negras. Hay 12 hectáreas (30 acres) de alfalfa. Debemos estar muy contentos con el fruto que vimos. En ocasión de nuestra primera visita había muchos trabajadores en el terreno cuidando de los ciruelos para secar, algunos recogiendo la fruta y otros preparándola para secarla. Este año se han recogido del huerto 45 toneladas (40.680 kilogramos) de ciruelas (Carta 114, 1909). MV 530 3 El amplio granero para guardar maíz estaba lleno hasta el techo con la mejor alfalfa que se había cosechado del terreno. En el galpón para guardar los carruajes vimos ocho coches ligeros y carros. Había 20 vacas lecheras, 13 caballos, y 6 potros incluidos en esta transacción... MV 530 4 Estamos agradecidos por la abundante provisión de agua pura que fluye de numerosas vertientes, y que es arrojada dentro de grandes tanques mediante tres arietes hidráulicos; también por los buenos edificios, por la buena tierra cultivable y por los centenares de hectáreas de bosques, en los cuales hay muchos miles de pies de madera para aserrar [cada pie es alrededor de un tercio de un metro]. También estamos agradecidos por la maquinaria que está toda en buena condición, por los muebles que aunque no son finos, son buenos y sólidos; por la fruta que está envasada y secada, y que será muy apreciada por maestros y estudiantes este primer año escolar... MV 530 5 No necesitamos temer que beberemos agua impura, porque aquí el agua nos es suplida gratuitamente de la tesorería del Señor (1.135.500 litros por día [300.000 galones]). No sé cómo estar suficientemente agradecida por estos muchos beneficios, pero siento el deseo de depositar toda mi confianza en el Señor, mientras se conserve mi vida para glorificar a mi Redentor (Carta 110, 1909). MV 531 1 El siguiente domingo, 12 de septiembre, llegó una llamada telefónica de Oakland, donde se estaba celebrando el campestre. Se había anotado para el día siguiente la discusión sobre el nuevo colegio. ¿Podía venir Elena de White? MV 531 2 Ciertamente que sí. Ella fue el lunes de mañana y esa tarde habló por 20 minutos sobre las ventajas del sitio de Angwin. No se necesitaba una acción legal, puesto que en el campestre de Fresno un año antes se le había dado autoridad para actuar al comité encargado de la compra: los pastores Knox, Cottrell y Haskell. El mensaje de Elena de White sirvió de mucho para confirmar la fe de la gente en el nuevo proyecto y para asegurar que sus promesas serían pagadas (PUR, 23 de septiembre, 1909; MS 59, 1909). MV 531 3 La propiedad de temporada de Angwin no estaba en el mercado cuando se inició la búsqueda de un nuevo sitio para la escuela. Las repetidas demoras mantuvieron todo en suspenso hasta que resultó disponible la propiedad ideal. Entonces, con dinero en mano, se compró con confianza la propiedad de Angwin plenamente equipada y surtida, y al cabo de pocas semanas la escuela estaba lista para inaugurarse a fines de septiembre. Era capaz de atender a 150 estudiantes. Todo estaba a mano, sencillamente listo para ponerse en uso. Todos consideraban esto providencial. Sobre esta experiencia la Sra. White escribió: "Ahora bien, esta lección que se nos dio en este tiempo de nuestra gran necesidad fue una de las aventuras más notables en nuestra experiencia" (Carta 187, 1909). Durante casi un año se habían repasado los principios, inspeccionado sitios, y levantado dinero. La orientación vino a través del espíritu de profecía, pero hombres responsables no fueron eximidos de estudiar diligentemente, de buscar en forma incansable, y de tomar decisiones. LOS DOCENTES Y EL PERSONAL MV 531 4 Los docentes y el personal para la nueva escuela se reunieron rápidamente. Elena de White, en la sesión de la Asociación General en Washington, había instado a que C. W. Irwin, por ocho años director de la Escuela de Avondale en Australia, fuera liberado de su trabajo allí y retenido en los Estados Unidos para encabezar el nuevo colegio. Los dirigentes de la iglesia estuvieron de acuerdo en esto y el Prof. Irwin se quedó, listo para dirigir la nueva escuela cuando se encontrase un sitio y la escuela pudiera comenzar. MV 531 5 El director de Signs of the Times, Oscar Tait, un hombre de amplia experiencia, fue convencido para que llegase a ser el profesor de Biblia. Se consiguieron otros hombres y mujeres maduros y capaces. Cuando la escuela se abrió el miércoles 29 de septiembre, 50 estudiantes estaban listos para comenzar las clases. La dedicación del nuevo colegio en ese día, con servicios celebrados en el [ex] salón de baile, que podía dar cabida a 200 personas sentadas, fue una ocasión impresionante y gozosa. Elena de White estuvo allí y fue uno de los oradores. En su discurso de 20 minutos ella dijo: MV 532 1 Estamos muy agradecidos al Señor de los ejércitos por esta propiedad, porque aquí tenemos justo lo que esperábamos tener en la finca de Buena Vista... Dios nos quería aquí, y él nos ha colocado aquí. Estaba segura de esto cuando vine a estos terrenos... El Señor planeó este lugar para nosotros, y... ha sido la obra de su providencia lo que lo ha traído en nuestra posesión (MS 65, 1909). MV 532 2 Y ciertamente, todos reconocieron que el Señor había hecho precisamente eso. ------------------------Capítulo 36-- LA SESIÓN DE LA ASOCIACIÓN GENERAL DE 1909 MV 533 1 Desde una fecha temprana Elena de White parecía estar bastante segura de que asistiría a la sesión de la Asociación General de 1909 que se celebraría en Washington, D. C., del 13 de mayo al 6 de junio. Ya en septiembre de 1908 ella escribió: "Espero asistir al próximo congreso de la Asociación General en Washington" (Carta 274, 1908). En noviembre ella estaba teniendo conversaciones acerca de la mejor ruta a tomar. "Pero --le dijo a Edson--, no me atrevo a avanzar en ninguna dirección basándome en mi propio juicio". MV 533 2 Cuando la fecha se aproximaba ella le escribió a Edson el 30 de marzo: MV 533 3 Hemos decidido que el grupo de nuestra familia --Sara McEnterfer, Minnie Hawkins, W.C.W., y tu madre-- partirá el próximo lunes... Debemos ir a Los Ángeles y de allí dirigimos a Paradise Valley, quedamos un par de días y luego visitar Loma Linda, y después seguir a College View y luego a Nashville. Pienso que esta es la ruta. Luego a Washington (Carta 183, 1909). MV 533 4 Mi salud es bastante buena. Estoy agradecida de que mi cadera lastimada me está causando ahora poco problema. Tengo mucho por lo cual estar agradecida, porque a mi edad, en mi año 82°, puedo estar en pie (Ibíd.). MV 533 5 Como se planeó, el grupo de Elmshaven dejó la casa el lunes 5 de abril de mañana, y llegó a Mountain View a comienzos de la tarde. Después de descansar en el hogar del pastor Cottrell por unas pocas horas, continuaron a San José para tomar el tren de las 5:10 p.m. para Los Ángeles, y luego fueron a San Diego y al Sanatorio de Paradise Valley. MV 533 6 El martes de mañana el grupo estaba nuevamente en marcha, esta vez rumbo a College View, Nebraska, más allá de Salt Lake City y Omaha Railroad (37 WCW, p. 953). Allí la Sra. White habló dos veces el viernes de mañana, primero a los estudiantes y al personal docente del Colegio Unión y luego, pocos minutos más tarde, a los niños en el salón de la escuela primaria cerca de allí (Carta 88, 1909). El tema del sermón del sábado de mañana en la iglesia de College View, donde se dirigió a 2.000 personas, fue "Cooperación Individual" (MS 31, 1909). Por otro lado, el día domingo, ella presentó su sexto sermón del viaje a aquellos que estaban reunidos en la iglesia de College View. Esto fue seguido por un discurso a la facultad del colegio sobre principios educacionales (Carta 84, 1909) y una visita a la granja de la escuela. MV 534 1 El martes de mañana, 20 de abril, el grupo se apresuró a ir a Nashville donde ella fue hospedada en el Sanatorio de Nashville por casi una semana, escurriéndose para hacer una visita a la escuela de Hillcrest y a la escuela de Oakwood. MV 534 2 El domingo de tarde fue a la escuela de Madison y se dirigió a los que estaban asistiendo a un instituto para maestros en marcha allí (Carta 74, 1909; MS 15, 1909) . Pasó unos pocos días en Madison, quedándose en el "nuevo sanatorio" de ellos (Carta 74, 1909). MV 534 3 El viaje a Huntsville, Alabama, para visitar la escuela fue agotador. El tren hizo frecuentes paradas en el calor sofocante, y ella sufría de dolor en su ojo izquierdo, que le estaba molestando (Carta 74, 1909; 37 WCW, p. 959). Pero les habló a los estudiantes a la mañana siguiente y visitó el campus, los edificios y la granja. Esa noche viajó en tren a Asheville, Carolina del Norte, y el sábado de mañana, 1o de mayo, tomó el servicio en la iglesia de Haywood. MV 534 4 El domingo de tarde se dirigió a la congregación de la iglesia de color pastoreada por M. C. Strachen, y habló sobre Juan 15. Se demoró después del servicio para estrechar las manos de los miembros. Después del almuerzo partió con el tren de las 2:05 p.m. para Washington, D. C. Para cuando llegó a Washington, había hablado 14 veces desde que dejara la casa. MV 534 5 En Washington fue hospedada cerca de los terrenos de la escuela donde se celebraba la sesión, en el hogar de G. A. Irwin, vicepresidente de la Asociación General (37 WCW, p. 977). Allí tenía dos cuartos, uno para dormir y el otro en el cual se entrevistarían con ella aquellos que deseaban verla. Ella rápidamente hizo arreglos para que hubiese habitaciones para Edson y Emma en la casa cercana de D. H. Kress, y los instó a asistir al congreso a expensas de ella, lo cual ellos hicieron. LA SESIÓN DE LA ASOCIACIÓN GENERAL DE 1909 MV 534 6 Como en 1905, esta sesión de la Asociación General fue celebrada en una carpa grande armada sobre el terreno del Colegio Misionero de Washington. La reunión inicial tuvo lugar a las 10:45 a.m. del jueves 13 de mayo. Había 328 delegados presentes, un número que aumentó un poco a medida que se desarrollaba el congreso. MV 534 7 La sesión en sí fue bastante rutinaria, dándose mucho tiempo a los informes sobre el progreso de la causa alrededor del mundo. Una parte de cada día se dedicaba a reuniones individuales de los diversos departamentos y a los asuntos administrativos de la sesión cuadrienal. MV 534 8 El sábado de mañana, 15 de mayo, a las 11:00, Elena de White se dirigió a la sesión en la carpa grande. El Bulletin informó que "fue un día que se recordará por largo tiempo" cuando la "envejecida sierva de Dios" estuvo en esa carpa grande hablando a una audiencia de más de 1.000 personas. Pareció "colocar sobre esos representantes del mensaje del tercer ángel reunidos allí la importancia de representar correctamente a Cristo en nuestro lenguaje, en nuestro carácter, en todo nuestro trato con nuestros semejantes, a fin de que no seamos encontrados sin frutos en el gran día de la cosecha" (p. 28). MV 535 1 Habló once veces en la carpa grande, encargándose de los sen icios del sábado de mañana en tres de los cuatro sábados de la sesión. MV 535 2 ¿Cómo llegaba al auditorio la voz de esta pequeña mujer de 81 años? Aquellos que estuvieron allí informaron que todos la oyeron clara y distintamente. Un joven ministro, curioso, A. V. Olson, que asistía a su primera sesión de la Asociación General, ansioso de descubrir esto por sí mismo, se sentó cerca del frente, donde la oía bien. Salió de la carpa, y aun allí su voz llegaba en tonos claros. Ella no gritaba. No tenía sistema público de amplificación, pero con una voz firme y baja sostenida por sus músculos abdominales, hablaba como había sido instruida por Dios (ver Ev, pp. 482-486). Hacía que todos oyesen, sin que nadie tuviese que esforzarse para captar sus palabras. MV 535 3 Repasando las instrucciones sobre la importancia de la vida sana, ella mencionó la estricta temperancia en el comer como una razón de su capacidad para trabajar tanto hablando como escribiendo (Carta 50, 1908). Dirigiéndose a un ministro influyente el 28 de marzo de 1909, ella declaró: "La verdadera conversión al mensaje de la verdad presente abarca la conversión a los principios de la reforma pro salud" (Carta 62, 1909). Ella también dijo: MV 535 4 Es nuestro deber actuar sabiamente respecto a nuestros hábitos alimentarios, ser temperantes, y aprender a razonar de causa a efecto. Si hacemos nuestra parte, entonces el Señor hará la suya en la preservación del poder de los nervios de nuestro cerebro (Carta 50, 1908). MV 535 5 Elena de White usaba las oportunidades que se le daban para hablar amonestando, animando e instruyendo. Su tema principal era el esfuerzo evangelizador, con énfasis tanto en el evangelismo personal como en la ciudad. La reforma pro salud y las actividades comerciales en favor de la salud estaban muy cerca en segundo término. Ella había asistido a las sesiones de la Asociación General desde 1863 en adelante, faltando a algunas mientras estuvo en Europa y en Australia. Había estado en la primera reunión general de adventistas observadores del sábado en 1848, y en las conferencias sabáticas que siguieron estuvo con los hermanos mientras estudiaban diligentemente la Palabra y formaban la estructura doctrinal de la iglesia basada sobre esa Palabra. MV 535 6 Se le dio la última reunión, el domingo 6 de junio por la tarde, a las 3:00. Su tema fue "Participantes de la Naturaleza Divina". Vino demasiado tarde como para ser incluido en el Bulletin, pero se hizo referencia a él en el último número bajo el título "Una Conmovedora Despedida". MV 536 1 De ese modo concluyó el último sermón que Elena de White iba a dar en una sesión de la Asociación General. Se apartó del escritorio y comenzó a dirigirse a su asiento, luego se dio vuelta y regresó, tomó la Biblia de la cual había leído, la abrió, y la sostuvo sobre sus manos extendidas que temblaban con la edad. Ella exhortó: "Hermanos y hermanas, os recomiendo este Libro" (informado por W. A. Spicer, entonces secretario de la Asociación General, en The Spirit of Prophecy in the Advent Movement [El espíritu de profecía en el Movimiento Adventista], p. 30). MV 536 2 De ese modo, en sus últimas palabras a los dirigentes de la iglesia oficialmente reunidos en un congreso, Elena de White elevó la Palabra de Dios, esa Palabra que había sido tan preciosa para ella y que usó liberalmente y mantuvo siempre ante la iglesia y ante el mundo. EL CONTINUO MV 536 3 Durante la sesión de la Asociación General en Washington en 1909, aparecieron señales de una controversia doctrinal potencial en la que el "continuo" de Daniel 8 figuraba de manera prominente. "Aun contra el Príncipe del ejército se engrandeció, y quitó el continuo; y el lugar de su Santuario fue echado por tierra" (Dan. 8:11, Nueva Reina-Valera 2000). MV 536 4 '"El continuo': es mejor que esta frase se limite al sentido aceptado usualmente de la ofrenda matutina y vespertina, aunque algunos prefieren un sentido más general como una expresión de todo aquello que está conectado con la adoración del santuario" (F. C. Cook,The Bible Commentary [El comentario bíblico], tomo 6, p. 344). MV 536 5 La cuestión del significado del "continuo" no era algo nuevo en la historia adventista. Guillermo Miller había enseñado que se refería al paganismo, pero aun antes del Gran Chasco ese punto de vista fue cuestionado. El clásico diagrama de 1843 producido por Fitch y usado por todos los predicadores adventistas, omitía una referencia al significado del "continuo". MV 536 6 En 1847 O. R. L. Crosier había expresado la opinión de que el "continuo" se refiere al ministerio sumosacerdotal de Cristo en el santuario celestial. Uriah Smith en 1854 expuso brevemente esta posición (RH, 28 de marzo, 1854). Pero Smith, alcanzando una posición de prominencia poco después en su Thoughts on the Book of Daniel (Pensamientos sobre el libro de Daniel) (ed. 1873, p. 163), regresó al punto de vista de Guillermo Miller. La posición de Smith llegó a ser la posición aceptada hasta el comienzo del nuevo siglo, y por lo tanto se la conoció como el "punto de vista antiguo". La posición de Prescott era similar a la de Crosier, no obstante adquirió la designación no tan exacta del "nuevo punto de vista". MV 536 7 A medida que estudiantes diligentes dedicaban tiempo para examinar todas las evidencias, muchos fueron inducidos a aceptar el nuevo punto de vista --A. G. Daniells y W. C. White entre ellos--, y comenzó a cobrar fuerza una polarización. Después de la conclusión de la sesión de la Unión del Pacífico en St. Helena a fines de enero de 1908, algunos de los obreros se quedaron para pasar un poco de tiempo en Elmshaven estudiando la cuestión. Se encontraron en la oficina de Elmshaven las siguientes personas: Daniells, Prescott, Loughborough, los Haskell, W. C. White, C. C. Crisler y D. E. Robinson (DF 200). La reunión, en lugar de traer algunas soluciones al problema, sirvió sólo para endurecer las posiciones. CONSEJO CONTRA AGITAR EL TEMA MV 537 1 Antes que Prescott partiera para el Este el 6 de febrero, Elena de White le habló sobre el problema, diciéndole que no publicase nada en ese momento que perturbaría la mente de la gente respecto a las posiciones sustentadas en el pasado. Ella prometió escribirle sobre el tema (35 WCW, p. 217). MV 537 2 La Sra. White no escribió inmediatamente, pero el 24 de junio de 1908 le escribió a Prescott sobre los peligros que a veces amenazaban su ministerio. Le habló de una tendencia de su parte de "desviarse de la verdad claramente definida y darle atención indebida a algunos puntos que parecen requerir horas de argumentación para probarse, cuando en realidad no se necesita manejarlos para nada". Ella escribió: MV 537 3 Usted no está exento del peligro de cometer errores. Usted a veces permite que su mente se concentre sobre cierta línea de pensamiento, y está en peligro de hacer una montaña de un grano de arena (Carta 224, 1908). MV 537 4 Una semana más tarde le escribió nuevamente a Prescott, comenzando con las palabras: MV 537 5 Se me ha indicado que le diga: Que no se agiten asuntos en este tiempo en la Review que tenderán a perturbar las mentes... Resultará ser un gran error si usted agita en este momento la cuestión referente al "continuo", el cual ha estado ocupando mucho de su atención últimamente. Se me ha mostrado que el resultado de que usted haga de esta cuestión un problema prominente será que la mente de un gran número será dirigida a una controversia innecesaria, y que en nuestras filas habrá confusión y una actitud de duda... Mi hermano, seamos lentos para suscitar preguntas que serán una fuente de tentación para nuestro pueblo (Carta 226, 1908). MV 537 6 Luego ella se refirió a su propia relación con el asunto y al hecho de que Dios no había dado ninguna revelación especial sobre eso: MV 537 7 No he tenido ninguna luz especial sobre el punto presentado para discusión, y no veo la necesidad de esta discusión... Ha habido diferentes opiniones referentes al "continuo", y continuará habiéndolas. Si el Señor ha visto conveniente permitir que este asunto descanse por tantos años sin corregirlo, ¿no sería sabio de su parte abstenerse de presentar sus puntos de vista al respecto? (Ibíd.; la cursiva ha sido añadida). MV 538 1 Esta carta no fue despachada inmediatamente y no sabemos si Elena de White pueda haberlo instruido oralmente, pero él no publicó artículos sobre el tema en números subsiguientes de la Review. S. N. HASKELL Y EL DIAGRAMA DE 1843 MV 538 2 El 28 de agosto de 1908, casi dos meses después de escribir a Prescott, Elena de White le escribió a S. N. Haskell, un firme defensor del antiguo punto de vista. Debido a que en Primeros escritos ella había hecho referencia "al diagrama de 1843" en conexión con una mención del "continuo", Haskell había hecho arreglos para la publicación de una copia facsimilar del diagrama y lo estaba haciendo circular. En su testimonio a Haskell ella declaró: MV 538 3 Ahora, mi hermano, siento que en esta crisis en nuestra experiencia ese diagrama que usted ha reimpreso no debiera circular. Usted ha cometido un error en este asunto. Satanás está trabajando decididamente para originar cuestiones que crearán confusión. MV 538 4 Están aquellos que se deleitarían en ver a nuestros ministros en desacuerdo sobre esta cuestión, y que sacarían mucho provecho de ello (Carta 250, 1908). MV 538 5 Si bien Elena de White carecía de luz especial del Señor sobre el punto particular en cuestión, recibió luz sobre la controversia que la discusión estaba causando, y escribió lo siguiente: "Se me ha instruido que respecto a lo que podría decirse sobre cualquier lado de esta cuestión, en este momento el silencio es elocuencia". MV 538 6 Significativamente, al concluir su carta, declaró: MV 538 7 Pastor Haskell, no puedo definir claramente los puntos que se cuestionan. No agitemos un tema que dará la impresión de que como pueblo sostenemos opiniones diversas, abriendo así el camino para que obren aquellos que desean dejar la impresión en las mentes de la gente de que no somos guiados por Dios. También será una fuente de tentación para aquellos que no están cabalmente convertidos, y esto los inducirá a efectuar decisiones apresuradas (Ibíd.; la cursiva ha sido añadida). LA CUESTIÓN DE LA INSPIRACIÓN MV 538 8 En el caso del "continuo", aquellos que sostenían el punto de vista antiguo, con Haskell a la cabeza, mantenían que el apartarse de eso asestaría un golpe mortal a la confianza en el espíritu de profecía debido a lo que ellos sostenían que era el respaldo de ella a ese punto de vista en el capítulo "El Tiempo de Reunión", publicado en su primer pequeño libro en 1851 y vuelto a publicar en Primeros escritos, págs. 74-76. En este capítulo, escrito en septiembre de 1850, en el contexto de fijar fechas y conteniendo expresiones tales como "La cuestión de las fechas no ha sido una prueba desde 1844, y nunca volverá a ser una prueba" y "el mensaje del tercer ángel... no debe depender de una fecha", ella escribió: MV 539 1 He visto que el diagrama de 1843 fue dirigido por la mano del Señor, y que no debe ser alterado; y que las cifras eran como él las quería; que su mano cubrió y ocultó una equivocación en algunas de las cifras, para que nadie pudiese verla, hasta que la mano de Dios se apartase. MV 539 2 Entonces vi en relación con el "continuo" (Dan. 8:12) que la palabra "sacrificio" había sido provista por la sabiduría humana, y no pertenece al texto, y que el Señor dio el sentido correcto a los que proclamaron que había llegado la hora del juicio. Mientras existió la unión, antes de 1844, casi todos aceptaban la opinión correcta acerca del "continuo"; pero en la confusión reinante desde 1844 se han aceptado otras opiniones, y como consecuencia han entrado tinieblas y confusión. La cuestión de las fechas no ha sido una prueba desde 1844, y nunca volverá a ser una prueba (PE, pp. 74-75). MV 539 3 Mientras que algunos que estaban involucrados en la discusión intentaron seguir el consejo de que no se agitase el asunto del "continuo" como algo de importancia, y no aparecieron en la Review artículos sobre el tema, Haskell no permaneció callado. Al escribir al pastor Daniells el 22 de marzo de 1908, él declaró: MV 539 4 Yo defendería lo que está en Primeros escritos, siempre que yo crea que enseñan el punto de vista que yo tomo, y hay muchos otros que creen lo mismo, y si la Hna. White no da ninguna explicación en armonía con la idea de Prescott para defender los testimonios, por causa de otros yo los defenderé. ¿Se me debe hacer creer que los testimonios enseñan cierta cosa, contraria a mi propio juicio y a la lectura de los escritos, cuando la misma Hna. White no lo explica así? MV 539 5 De ese modo, con un buen número de personas la discusión adquirió un significado más importante, a saber, la integridad de los testimonios y la lealtad al espíritu de profecía. La cuestión de revelación-inspiración pasó a la vanguardia. ESTUDIO DEL CONTEXTO ES IMPORTANTE MV 539 6 Concerniente a todo este asunto, W. C. White, después de pasar un día o dos estudiándolo cuidadosamente, le escribió a Edson el l°de junio de 1910, tomando la posición de que debía considerarse el contexto de la declaración. MV 540 1 Es evidente que la visión del 23 de septiembre de 1850, como fue publicada en Primeros escritos, la nueva edición, páginas 74-76, bajo el título "El Tiempo de Reunión", fue dada para corregir el error prevaleciente de fijar fechas, y para detener las doctrinas fanáticas que se estaban enseñando respecto al regreso de los judíos a Jerusalén. MV 540 2 La declaración concerniente al "continuo" de Daniel 8:9-14, como fue publicada en Primeros escritos, apareció primero en Present Truth, tomo 1, N° 11, con fecha de Paris, Maine, noviembre de 1850. Durante el mismo mes y en el mismo lugar, fue publicado el primer número de Second Advent Review and Sabbath Herald, que desde entonces ha continuado como periódico de la iglesia de los Adventistas del Séptimo Día. En este primer número aparece un artículo por el pastor José Bates sobre "La Iglesia Laodicense", en el cual escribe extensamente sobre el estado confuso de varios cuerpos de creyentes adventistas, en contraste con la unidad que los adventistas observadores de los mandamientos estaban tratando de mantener. MV 540 3 En cuanto al punto de confusión de muchos cuerpos de adventistas en ese período de su historia, él declara sobre la cuestión del "tiempo" profético: MV 540 4 "Por 6 años sucesivos, esto es, desde el otoño de 1844 hasta la primavera y otoño de 1850, la mayoría de estos miembros dirigentes han estado ayudándose mutuamente para cambiar la cronología, es decir, la historia del mundo, para probar que estaban en la posición correcta. ¿Qué han ganado? Respondo, nada sino chasco y confusión". MV 540 5 En un punto dado, un poco más tarde en las discusiones, el pastor Daniells, acompañado por W. C. White y C. C. Crisler, ansiosos de obtener de la misma Elena de White cuál era precisamente el significado de su declaración de Primeros escritos, fueron a verla y le expusieron el asunto. Daniells llevó consigo Primeros escritos y el diagrama de 1843. Se sentó cerca de ella y la acosó con preguntas. Su informe de esta entrevista fue confirmado por W. C. White. MV 540 6 Primero le leí a la Hna. White la declaración dada anteriormente en Primeros escritos. Luego coloqué ante ella nuestro diagrama profético de 1843 usado por nuestros ministros para exponer las profecías de Daniel y Apocalipsis. Le llamé la atención al cuadro del santuario y también al período de 2.300 años como aparecen en el diagrama. MV 540 7 Luego le pregunté si podía recordar qué le fue mostrado respecto a este tema. MV 540 8 Según recuerdo su respuesta, comenzó diciendo cómo algunos de los líderes que habían estado en el movimiento de 1844 procuraban encontrar nuevas fechas para la terminación del período de los 2.300 años. Este esfuerzo era para fijar nuevas fechas para la venida del Señor. Esto estaba causando confusión entre aquellos que habían estado en el Movimiento Adventista. MV 541 1 En esta confusión el Señor le reveló, dijo ella, que el punto de vista que se había sostenido y presentado respecto a las fechas era correcto, y que nunca debe haber otra fijación de fechas, ni otro mensaje relacionado con el tiempo [fechas]. MV 541 2 Luego le pedí que diga qué le había sido revelado acerca del resto del "continuo": el Príncipe, el ejército, la supresión del "continuo", y el pisoteo del santuario. MV 541 3 Ella replicó que estos elementos no fueron colocados ante ella en visión como lo fue lo relativo al tiempo [o las fechas]. Ella no sería inducida a hacer una explicación de esos puntos de la profecía... MV 541 4 La única conclusión que pude extraer de su explicación franca del factor tiempo y de su silencio sobre la supresión del "continuo" y el pisoteo del santuario, fue que la visión que se le dio era respecto al tiempo, y que no recibió ninguna explicación en cuanto a las otras partes de la profecía (DF 201b, declaración de AGD, 25 de septiembre, 1931). MV 541 5 Puesto que los diagramas figuran en este asunto, se le da fuerte apoyo a la actitud de Elena de White en esta entrevista al estudiar el cómputo del "diagrama profético" de Cummings de 1854. * En este diagrama el altar judío del "continuo sacrificio" en 446 a.C. es usado como el punto de partida para un nuevo período de 2.300 años establecido para terminar en 1854. Este diagrama, publicado en Concord, New Hampshire, en 1853, era típico de los diagramas que comenzaban los 2.300 días con lo que se decía que era la supresión del "continuo sacrificio". UN LLAMADO A PARAR LA CONTROVERSIA MV 541 6 Elena de White observaba con ansiedad y angustia la controversia, que consumía tanto tiempo, entre hermanos dirigentes sobre un punto respecto al cual ella dijo repetidamente que no había recibido ninguna luz. El 31 de julio de 1910, no pudo contenerse más, y escribió: MV 541 7 Tengo palabras que presentar a mis hermanos de los cuatro puntos cardinales. Pido que mis escritos no sean usados para definir cuestiones sobre las cuales ahora hay mucha controversia. Ruego a los pastores Haskell, Loughborough, Smith y otros de nuestros hermanos dirigentes que no hagan referencia a mis escritos para sostener sus puntos de vista sobre "el continuo". MV 541 8 Se me ha presentado que no es un tema de importancia vital. Se me ha instruido que nuestros hermanos están cometiendo un error al magnificar la importancia de la diferencia en los puntos de vista que se sostienen. No puedo consentir que ninguno de mis escritos sea tomado para definir este asunto. El verdadero significado de "el continuo" no debe convertirse en una piedra de toque. MV 542 1 Ahora pido que mis hermanos del ministerio no usen mis escritos en sus argumentos en cuanto a esta cuestión [el continuo], pues no he recibido instrucción sobre este punto en discusión y no veo necesidad de la controversia. El silencio es elocuencia acerca de este asunto en las condiciones actuales (MS 11, 1910 [ver también 1MS, p. 193]). MV 542 2 Unos pocos días más tarde, el 3 de agosto, ella dirigió una comunicación a los ministros de la iglesia: MV 542 3 A mis hermanos en el ministerio: MV 542 4 Estimados colaboradores: Tengo palabras que dirigir a [los hermanos Butler, Loughborough, Haskell, Smith, Gilbert, Daniells, Prescott] y a todos los que han sido activos en sostener con argumentos sus puntos de vista en cuanto al significado del "continuo" de Daniel 8. No ha de hacerse de esto una cuestión capital, y ha sido muy desafortunada la agitación que ha resultado do que se la tratara como tal. Como resultado ha habido confusión y la mente de algunos de nuestros hermanos ha sido apartada de la cuidadosa consideración que se debiera haber dado a la obra que el Señor ha ordenado que debiera hacerse en este tiempo en nuestras ciudades. Esto ha sido halagador para el gran enemigo de nuestra obra (Carta 62, 1910 [ver también 1MS, p. 196]). MV 542 5 Luego se refirió a la última oración de Cristo llamando a la unidad, expuesta en Juan 17, y comentó: "Hay muchos temas sobre los cuales podemos hablar, verdades sagradas, críticas, hermosas en su simplicidad. En estas pueden explayarse con intensa seriedad. Pero --instó ella--, que el 'continuo' o cualquier otro tema que despertará controversia entre los hermanos, no sea introducido en este tiempo, porque esto demorará y obstruirá la obra en la cual el Señor quisiera que las mentes de nuestros hermanos estuvieran centradas justo ahora". Y ella rogó: "No agitemos asuntos que revelarán una diferencia marcada de opinión, antes bien traigamos de la Palabra las verdades sagradas respecto a las exigencias obligatorias de la ley de Dios" (Ibíd.). MV 542 6 En cuanto a los discursos de los ministros adventistas, su consejo era: MV 542 7 Nuestros ministros debieran procurar presentar la verdad de la manera más favorable. Hasta donde sea posible, hablen todos las mismas cosas. Sean los discursos sencillos y traten de cuestiones vitales que se puedan entender fácilmente... Debemos unimos en los vínculos de una unidad semejante a Cristo. Entonces no serán en vano nuestras labores. Tirad en forma pareja y no provoquéis contenciones. Revelad el poder unificador de la verdad, y esto hará una impresión poderosa en las mentes humanas. Hay fortaleza en la unidad (Ibíd. [1MS, p. 197]). MV 543 1 W. C. White declaró repetidamente su posición de que las declaraciones en el espíritu de profecía deben ser tomadas en su debido contexto. Sobre el asunto de la declaración de Primeros escritos en la que se menciona el "continuo", él consideró relevante que su madre había escrito mucho concerniente a la importancia del Movimiento Adventista y de la profecía de los 2.300 años, mientras que la naturaleza del "continuo" en sí fue "totalmente ignorada" en todos sus escritos excepto en una oración de 35 palabras, encontrada en medio del argumento de que "la cuestión de tiempo no ha sido una prueba desde 1844, y nunca volverá a ser una prueba". Para él el contexto de la declaración encontrada en Primeros escritos parecía abarcar el artículo completo en el cual la declaración fue escrita originalmente, el campo completo de los escritos de Elena de White sobre el tema, y el trasfondo histórico del escrito original (DF 201b, WCW a J. E. White, 1ode junio, 1910). MV 543 2 Pero cuestiones más amplias que la identidad del "continuo" preocupaban a W. C. White: MV 543 3 Les he dicho a algunos de nuestros hermanos que he pensado que había dos cuestiones vinculadas con este asunto [del continuo] que eran de más importancia que la decisión que se hará en cuanto a cuál está más cerca de lo correcto, el punto de vista antiguo o el nuevo referente al "continuo". La primera es: ¿Cómo nos trataremos entre nosotros cuando hay una diferencia de opinión? Segundo, ¿cómo trataremos los escritos de Mamá en nuestro esfuerzo por definir cuestiones doctrinales? (WCW a AGD, 13 de marzo, 1910). ------------------------Capítulo 37-- Loma Linda: MÁS que un Sanatorio MV 544 1 En base a las visiones que se le dieron, Elena de White tenía un discernimiento especial en cuanto al futuro de la obra en Loma Linda que superaba por lejos los conceptos sustentados por aquellos que la rodeaban. En la sesión de la Asociación General en Washington, el 1o de junio de 1909, ella se dirigió a los delegados, leyendo de un manuscrito titulado "El Colegio de Evangelistas de Loma Linda". En este documento ella declaró: MV 544 2 La adquisición de esta propiedad trae sobre nosotros la pesada responsabilidad de dar un carácter especial a la obra de la institución, haciendo de Loma Linda no solamente un sanatorio, sino también un centro de educación. Debe establecerse allí una escuela para la formación de evangelistas médico-misioneros. Esta obra tiene un gran alcance y es indispensable principiarla bien... MV 544 3 En lo que atañe a la escuela diré: Dediquese especialmente a la educación de enfermeros y médicos. Muchos obreros deben adquirir la ciencia médica en nuestras escuelas médico-misioneras, de modo que puedan trabajar como evangelistas médico-misioneros. El Señor ha declarado que esta preparación está en armonía con los principios que forman la base de una verdadera educación superior (3JT, pp. 372-373). MV 544 4 Ella habló extensamente sobre las normas que debieran guiar en la preparación de adventistas para el servicio médico-misionero, instando a que "deben ser educados desde el punto de vista de la conciencia" y seguir métodos correctos. MV 544 5 Los consejos dados por Elena de White parecían que estaban conduciendo paso a paso a una escuela de medicina plenamente reconocida por el entrenamiento dado a los médicos. Se tomaron medidas teniendo en mente el punto de vista de que en Loma Linda se darían uno o dos años de estudios médicos, lo cual podría ser aceptado por un colegio médico reconocido como parte de un curso médico regular. Parecía que el siguiente paso sería que se le concediese una carta constitucional que le daría aceptación a dicho trabajo. El pastor Burden, el 20 de septiembre de 1909, conversó con Elena de White en su casa sobre esto. Descubrió que ella estaba preocupada con cualquier plan que requiriese que "los estudiantes de medicina tuvieran que hacer parte de sus estudios en Loma Linda" y luego "obtener los toques finales de su educación en alguna institución mundana". Ella exclamó: "No permita Dios que se siga tal plan", y comentó: "Debo declarar que la luz que he recibido es que debemos permanecer como un pueblo distinto, observador de los mandamientos" (MS 72, 1909). MV 545 1 Cuando se dieron los pasos para conseguir la carta constitucional para la educación médica en Loma Linda, Elena de White, el 5 de noviembre de 1909, dio un consejo vigoroso: MV 545 2 Se me han formulado algunas preguntas respecto a nuestra relación con las leyes que gobiernan a los que practican la medicina. Necesitamos avanzar inteligentemente, porque al enemigo le agradaría poner trabas a nuestro trabajo de manera que nuestros médicos tengan sólo una influencia limitada. Algunos hombres no actúan en el temor de Dios, y pueden tratar de colocamos en problemas al poner sobre nuestro cuello yugos que no podíamos consentir en llevar. No podemos sometemos a reglamentos si está involucrado el sacrificio de los principios, porque esto pondría en peligro la salvación del alma. MV 545 3 Pero toda vez que podamos cumplir con la ley del país sin colocarnos en una posición falsa, debiéramos hacerlo. Se han elaborado leyes sabias a fin de proteger a la gente contra la imposición de médicos no calificados. Debiéramos respetar esas leyes, porque nosotros somos protegidos contra simuladores presuntuosos. Si manifestáramos oposición a estos requerimientos, esto tendería a restringir la influencia de nuestros misioneros médicos (Carta 140, 1909 [MM, 84]). SE OBTIENE UNA CARTA CONSTITUCIONAL MV 545 4 El 9 de diciembre de 1909, con la aprobación plena del Comité de la Asociación General, se obtuvo una carta constitucional bajo las leyes del Estado de California autorizando al Colegio de Evangelistas Médicos a conceder títulos en las ciencias liberales, odontología y medicina (ver SHM, p. 383). MV 545 5 La sesión bienal de la Unión del Pacífico, celebrada en la Iglesia de Mountain View del 25-30 de enero de 1910, fue una reunión trascendental para la Iglesia Adventista y una que preocupó profundamente a Elena de White. En la agenda estaba el asunto de una escuela médica en Loma Linda. El futuro de la educación médica conducida por los adventistas estaba en la balanza. MV 545 6 Además de unos 50 delegados que estaban en Mountain View para la reunión de apertura, se encontraban tanto Elena de White como W. C. White; y de la Asociación General, G. A. Irwin, vicepresidente, e I. H. Evans, ex tesorero y ahora nombrado para una nueva responsabilidad en el este de Asia. Se presentaron los informes acostumbrados, comenzando con el del presidente de la Unión, y se nombraron los diferentes comités. MV 546 1 El comité de nombramientos, trabajando de manera bastante rápida, estaba listo el martes de tarde para presentar un informe, peto el secretario indicó que no estaba incluida la firma de S. N. Haskell, un miembro del comité de nombramientos. Haskell era conocido como un hombre de gran experiencia y era el presidente de la Asociación local más grande en la Unión, la Asociación de California, y alguien propuso que el informe, que incluía el nombre del presidente titular de la Unión, fuese devuelto al comité para un estudio adicional. Se estuvo de acuerdo en esto. En este momento ocuparon el primer plano los verdaderos problemas que no habían sido encarados directamente antes. En el comité de nombramientos alguien preguntó si el presidente titular de la Unión "tenía la intención de permanecer como un muro de piedra para bloquear el camino del Colegio de Evangelistas Médicos de Loma Linda" (WCW a AGD, 28 de enero, 1910). MV 546 2 Se acordó que antes de seguir adelante, se diese consideración al desarrollo de la obra en Loma Linda a la luz del consejo recibido a través del espíritu de profecía. Todos sabían que la cuestión era si la escuela en desarrollo debería ser una escuela de medicina con todas las de la ley. Todos sabían que si ora así, los costos serían grandes y el compromiso, profundo. EL FUTURO DE LOMA LINDA EN LAS MANOS DEL COMITÉ DE PLANES MV 546 3 ¿Debiera la denominación tratar de organizar y apoyar un colegio de medicina? "El objetivo que se quería alcanzar era grandemente deseable, pero los gastos serían tan grandes y las dificultades tantas, que [los delegados] no se sintieron en libertad como para recomendar que se intentase dicha empresa, antes de convencerse primero ellos mismos que entendían correctamente la instrucción dada en las comunicaciones recibidas de la Hna. White" (PUR, 3 de febrero, 1910). MV 546 4 Fueron examinadas muchas de las declaraciones de ella relacionadas con el punto, y había diferencias de interpretación. Algunos sostenían que la escuela que ella pidió debería ser para entrenar a los ministros en fisiología y en un conocimiento de cómo dar tratamientos como un medio para realzar su ministerio. Otros afirmaban que la iglesia estaba llamada a operar una escuela en la cual fuesen preparados los médicos. De modo que a estas alturas, el martes 25 de enero, se decidió preguntarle específicamente a Elena de White. I. H. Evans, MV 546 5 E. E. Andross y H. W. Cottrell fueron autorizados a presentarle esto por escrito, con la esperanza de que ella daría por escrito una respuesta bien definida. La carta de ellos comenzaba así: MV 546 6 Muy apreciada Hna. White: Hemos leído los testimonios... que usted ha dado concerniente a Loma Linda y al establecimiento de una escuela médica en conexión con la obra en ese lugar. Hasta tanto sepamos, nuestra gente está ansiosa de llevar a la práctica la luz que el Señor ha dado; pero hay una diferencia de opinión entre nosotros respecto a lo que usted quiere decir cuando usa el término, "escuela médica" (Ibíd.). MV 547 1 Luego se delinearon claramente las diferencias de interpretación, inquiriendo especialmente el punto de si la preparación en el área médica debiera "calificar a los estudiantes que toman el curso para aprobar los exámenes de la junta del Estado y llegar a ser médicos registrados y calificados para el trabajo público". MV 547 2 Esta carta fue sometida a Elena de White el miércoles al mediodía. El jueves temprano por la mañana, 27 de enero, ella escribió su respuesta, y en algún momento del jueves fue colocada en las manos del comité. Era breve y al punto y no dejaba margen para dudar en cuanto a lo que ella quería decir o al curso que la iglesia debería seguir: MV 547 3 La luz que se me ha dado es que debemos proveer lo que es esencial para capacitar a nuestros jóvenes que desean ser médicos, de modo que puedan prepararse inteligentemente a fin de poder enfrentar con éxito los exámenes requeridos para probar su eficiencia como médicos. Se les debiera enseñar a tratar inteligentemente los casos de aquellos que están enfermos, de modo que la puerta estará cerrada para cualquier médico razonable que se imagine que en nuestra escuela no estamos dando la instrucción necesaria para capacitar debidamente a jóvenes y señoritas a hacer el trabajo de un médico. Los estudiantes que se gradúan deben avanzar continuamente en conocimiento, porque la práctica hace la perfección. MV 547 4 La escuela de medicina en Loma Linda debe ser del orden más elevado, porque aquellos que están en esa escuela tienen el privilegio de mantener una conexión viviente con el más sabio de todos los médicos, de quien proviene un conocimiento que se ha comunicado que es de un orden superior. Y nosotros debemos suplir cualquier cosa que pueda requerirse * para la preparación especial de aquellos jóvenes nuestros que tengan convicciones claras de su deber para obtener una educación médica que los capacite para aprobar los exámenes requeridos por la ley a todos los que practican como médicos calificados regularmente, de modo que estos jóvenes no necesiten verse forzados a ir a escuelas de medicina conducidas por hombres que no son de nuestra fe. MV 547 5 Esta respuesta, muy abarcante en sus implicaciones, les hizo claro tanto al comité de planes como al comité de nombramientos que la obra de desarrollar los intereses educacionales en Loma Linda debe estar en las manos de aquellos que simpatizan plenamente con los pasos que debieran tomarse. PROBLEMAS PARA EL COMITÉ DE NOMBRAMIENTOS MV 548 1 Pero no todos simpatizaban con un paso tan adelantado. Entre ellos estaba principalmente H. W. Cottrell, el presidente de la Unión del Pacífico. Elena de White era consciente de esto, como también algunos en el comité de nombramientos. Alguien preguntó: "¿Vamos a reelegir al presidente actual que permanecerá como un muro de piedra para bloquear el camino del Colegio de Evangelistas Médicos de Loma Linda?" MV 548 2 El jueves de tarde dos miembros del comité de nombramientos entrevistaron a Elena de White en cuanto a los nombres que debieran ser presentados como los futuros oficiales de la Unión del Pacífico. Ella aconsejó "un cambio en la presidencia" (WCW a AGD, 28 de enero, 1910). Cuando esto se informó a los delegados en la sesión de negocios de la tarde, "creó una sensación considerable" (Ibíd ). MV 548 3 Esa tarde la Sra. White escribió una carta de seis páginas al presidente que incluía estas palabras: MV 548 4 El Señor me ha instruido que aconseje a nuestros hermanos a elegir a algún otro hombre para ocupar su lugar como presidente de la Unión del Pacífico. Esto haría menos difícil para usted, que en otras circunstancias, el dejar a un lado algunos rasgos de carácter qué no son semejantes a Cristo (Carta 18,1910). MV 548 5 Ella le aseguró que Jesús estaba dispuesto a ayudarlo a vencer "rasgos objetables" y a capacitarlo para ser "útil en forma continua en su causa". Luego ella habló de las instituciones de la iglesia como agencias designadas divinamente, y declaró que a veces debiéramos entrar en posesión de propiedades favorables aunque no se tuviese en mano todo el dinero para su compra. A veces, dijo, "debemos aprender a caminar por fe cuando es necesario". MV 548 6 El presidente recibió este testimonio el jueves de noche. Elena de White iba a encargarse de la hora devocional el viernes de mañana. Eligió leer a la congregación esta carta que le había escrito el día anterior al presidente, cuyo período terminaría con la sesión. Tras esto ella hizo observaciones que llenaron ocho páginas manuscritas. Ella dijo de cómo, desde el momento que vino a la sesión de la Unión, había "estado registrando por escrito las cosas" que se le había "requerido que escribiese", porque, explicó, "no podía lograrse el fin deseado a menos que las cosas fueran presentadas ante" el congreso "en forma clara y decidida". Habló de la angustia que esto le había causado, pero dijo: "Cuando me llegan mensajes para el pueblo de Dios, no debo ocultarlos, sino que debo expresarlos por escrito y hablar acerca de ellos" (MS 25, 1910). MV 548 7 A la luz de estas palabras tan serias, una profunda solemnidad se apoderó de los delegados. Abocándose al trabajo que estaba ante ellos en las pocas horas finales del congreso, nombraron un nuevo comité de nombramientos, porque el comité original había caducado. MV 549 1 Más tarde, el domingo de mañana, el comité de nombramientos trajo su informe, presentando el nombre de G. A. Irwin para presidente de la Unión del Pacífico. Irwin era un administrador experimentado; por cuatro años había sido presidente de la Asociación General (1897-1901), con experiencia posterior como presidente de la Unión Australasiana y luego como vicepresidente de la Asociación General. Era conocido por tener una confianza ilimitada en los consejos de la mensajera del Señor. J. J. Ireland, un yerno de J. N. Loughborough, estaría a su lado como secretario-tesorero. LA NOCHE DE LA DECISIÓN MV 549 2 Era un grupo ansioso pero circunspecto de obreros y miembros el que se reunió ese sábado de noche en la iglesia de Mountain View. El presidente saliente, que presidió durante toda la asamblea, abrió la reunión y luego le pidió al pastor Irwin que presidiese la reunión. Irwin recapituló la experiencia de la iglesia al hacer arreglos en la década de 1890 para la educación de médicos en el Colegio Médico-Misionero Americano, en Chicago. Señaló la responsabilidad de la iglesia de proveer educación médica a su juventud bajo condiciones espirituales favorables. El pastor Burden continuó con una reseña de los acontecimientos ocurridos en Loma Linda. Se leyó la carta a Elena de White y su respuesta. MV 549 3 Burden fue sucedido por I. H. Evans. Este último, en su viaje desde Washington a Mountain View, había pasado unas pocas horas en Chicago consultando con los oficiales de la Asociación Médica Americana. Éste es el cuerpo reconocido en los Estados Unidos como el que establece las normas que deben seguirse en la educación y en la práctica médicas. Cuando Evans presentó la propuesta que tenía en mente, los hombres médicos en Chicago se rieron ante la proposición, declarando que sería inútil para los adventistas, con sus finanzas, personal e instalaciones limitados, considerar la idea de iniciar una escuela de medicina. "Vaya --dijeron--, lo mejor que ustedes podrían hacer es comenzar una escuela de grado 'C', y nosotros estamos cerrando todas las escuelas de grado'C'". MV 549 4 Pero Evans era un hombre de fe. Inició sus observaciones en la reunión del sábado de noche en Mountain View diciendo lo siguiente: MV 549 5 Estoy profundamente interesado en lo que se nos ha leído esta noche del espíritu de profecía. El asunto que está ante esta reunión es de gran importancia, y necesita una consideración sumamente cuidadosa desde todo punto de vista... MV 549 6 Ahora bien, si siempre fuésemos de corazón sabio, y viésemos todo como el Señor quisiera que lo viésemos, no necesitaríamos luz adicional del espíritu de profecía; pero somos mortales y nuestra visión es limitada, y a menudo vemos las cosas en una luz pervertida. Debido a nuestra falta de una percepción clara, el Señor en su misericordia habla a su pueblo a través del espíritu de profecía. Él ha tenido que hacer esto en el pasado, y bien podemos esperar que continúe hablándonos por mucho tiempo concerniente a nuestro deber y las necesidades de su causa. MV 550 1 Se prestó la más seria atención mientras este representante de la Asociación General recalcaba el asunto: MV 550 2 Alguien puede decir: "El tiempo es sumamente inoportuno". Pero la pregunta es: Cuando el Señor nos revela su deseo de que establezcamos una escuela de medicina y que lo hagamos pronto, ¿es el tiempo inoportuno para hacer tal obra? MV 550 3 Puedo imaginar muchas razones por las que en este tiempo no estamos bien preparados para establecer y operar una escuela de medicina. No es difícil para nadie decir que no tenemos el dinero en mano. Ninguno necesita ser muy sabio para decir: "No sabemos dónde conseguiremos personal médico entrenado y calificado para dedicarse a este trabajo". MV 550 4 Pero la pregunta es: ¿Estableceremos esta escuela de medicina, cuando el Señor ha indicado tan claramente nuestro deber? MV 550 5 Creo, hermanos, que si avanzamos en el temor de Dios y hacemos un esfuerzo para establecer esta escuela, el Señor nos ayudará y despejará el camino. MV 550 6 W. C. White, en el último discurso que se hizo, declaró: MV 550 7 Hermanos y amigos, creo que el Señor Dios de Israel es el dirigente de este pueblo, y creo que es él quien nos está dirigiendo para acometer esta tremenda empresa... MV 550 8 Y mientras el mundo continúe diciéndonos, como lo ha dicho en el pasado: "Ustedes no son capaces de levantarse y poseer este campo de utilidad", creo que nuestro pueblo se unirá para decir: "Somos bien capaces de levantamos y poseerlo, y hacer esta gran obra" (PUR, 3 de febrero, 1910). EL VOTO PARA AVANZAR MV 550 9 En este momento se convocó a los delegados para votar sobre las recomendaciones presentadas por el comité de planes. Esto [esta recomendación] pedía el establecimiento de una escuela de medicina completa en Loma Linda. El voto fue unánime. MV 550 10 Luego los delegados propusieron que el asunto fuese sometido a toda la congregación para que fuera votado. Nuevamente el voto que favorecía el esta blecimiento de una escuela de medicina fue unánime. La suerte estaba echada. La iglesia tendría una escuela de medicina en Loma Linda. ------------------------Capítulo 38--La Edición de EL Conflicto de los Siglos DE 1911: No UNA REVISIÓN MV 552 1 Cuando C. H. Jones, gerente de la Pacific Press, se estaba preparando a comienzos de enero de 1910 para la reunión constituyente anual a realizarse más tarde en el mes, hizo un inventario de los logros alcanzados en 1909, el trabajo que había en mano, y algunas de las cosas a las que se necesitaba prestar atención en 1910. El 5 de enero le escribió a su íntimo amigo y asociado por largo tiempo en la obra de la iglesia, W. C. White, haciendo una lista de las cosas que él sentía que se debían considerar. Entre éstas, bajo el encabezamiento "Great Controversy (El conflicto de los siglos), inglés", escribió: MV 552 2 Será necesario imprimir otra edición de este libro en julio de 1910 o antes. Usted sabe que las planchas están gastadas. Deben hacerse nuevas planchas antes de imprimir otra edición. MV 552 3 Elena de White era la dueña de las planchas de impresión para sus libros; todo lo que se hiciera con El conflicto de los siglos se haría bajo su dirección y a sus expensas. En estos asuntos W. C. White servía como su agente comercial. MV 552 4 El trabajo que eventualmente se hizo en lo que ha llegado a conocerse como la "revisión" de 1911 --un término demasiado fuerte para lo que realmente tuvo lugar-- no fue contemplado en los planes iniciales. En otras palabras, no se vio la necesidad de hacer cambios en el libro en el momento en que se iniciaron los planes para recomponer el tipo, ni se consideró que se harían alteraciones en el texto de E. G. de White, fuera de correcciones técnicas como podrían ser sugeri-das por la Srta. Mary Steward, una correctora de pruebas de larga experiencia y ahora miembro del personal de Elena de White. Se emprendió el trabajo con el libro en una forma rutinaria y de acuerdo con el plan. La Srta. Steward revisó el libro, verificando la ortografía, el uso de mayúsculas, la puntuación, etc. Terminó su trabajo a fines de febrero. A mediados de marzo la Pacific Press tenía el texto para recomponer los primeros cinco capítulos y una porción del sexto. MV 552 5 Mientras tanto, como un corolario de la recomposición de El conflicto de los siglos, tanto Elena de White como miembros de su personal comenzaron a desa rrollar ideas relacionadas con ciertos aspectos del nuevo libro recompuesto. Estas ideas no sólo se relacionaban con los aspectos físicos del libro --tipo de letra, ilustraciones, etcétera-- sino también con el texto en sí. La Sra. White escribió sobre esto a E M. Wilcox, presidente de la junta directiva de la Review and Herald: MV 553 1 Cuando me enteré que debía recomponerse El conflicto de los siglos, decidí que haríamos examinar todo minuciosamente, para ver si las verdades que contenía estaban expresadas en la mejor manera, para convencer a aquellos que no son de nuestra fe que el Señor me había guiado y sostenido en la redacción de sus páginas (Carta 56, 1911). MV 553 2 Éstas y otras consideraciones indujeron a W. C. White a tratar de conseguir sugerencias útiles. Él informó: MV 553 3 "Como se declaró al comienzo, pedimos consejo a los hombres del Departamento de Publicaciones, a los agentes de colportaje del Estado y a miembros de los comités de publicaciones, no solamente de Washington sino también de California, y les he pedido que tengan la bondad de llamamos la atención a cualquier pasaje que necesitara ser considerado en relación con la recomposición del libro (WCW, 3MS, p. 502). MV 553 4 Cuando comenzaron a llegar las sugerencias, él pidió que se detuviese la composición del libro y la preparación de las planchas para la impresión. En este momento se habían enviado 120 páginas a la fundición de tipos para hacer las planchas, y se había compuesto el tipo para 100 páginas más. CONSIDERACIONES INICIADAS AL HACER PLANES PARA LA NUEVA EDICIÓN MV 553 5 El conflicto de los siglos era el libro más importante de Elena de White. Lo consideraba como una obra destinada a conseguir que los lectores comprendiesen y aceptasen la luz de la verdad presente. Esto colocó el asunto de una nueva edición un tanto por encima de la producción mecánica de un libro para los colportores a fin de presentarlo a la gente del mundo, para considerar más bien la excelencia del texto en sí, describiendo la historia del gran conflicto en una manera exacta y persuasiva. MV 553 6 De modo que, relativamente a comienzos de 1910, se les presentó a Elena de White, su personal y los publicadores la tarea de perfeccionar el texto para reflejar una precisión de expresión y el empleo de palabras aceptables tanto para los lectores católicos como protestantes. Los pasos para lograr esto fueron comprendidos más bien progresivamente. Mientras Elena de White, con un sentido pleno de lo que esto implicaba, llevaba la responsabilidad por muchos cambios en el texto, ella delegaba los detalles del trabajo a varios miembros de su personal de oficina, digno de confianza y experimentado. Pero ella se mantenía como la última juez, y de tanto en tanto consideraba puntos específicos y finalmente revisaba el texto del manuscrito. MV 554 1 Debiera decirse aquí que ni la Sra. White ni su personal consideraban que lo que se estaba haciendo era una verdadera "revisión", y todos evitaban deliberadamente el uso del término, porque era demasiado amplio en su connotación. MV 554 2 Desde los comienzos del proyecto se acordó que la nueva edición del libro debería ceñirse, tan de cerca como fuese posible, página por página, a la impresión de 1888 de amplia circulación. Desde el principio, se había emprendido el trabajo de preparar ilustraciones para el nuevo libro. Éste era un punto de importancia en un libro que sería vendido por los colportores. MV 554 3 La composición tipográfica que había comenzado se la tenía ahora en suspenso. W. C. White pensó al principio que la demora sería de sólo una o dos semanas, permitiendo que se realizase, como dijo en su carta a Jones el 17 de mayo de 1910, un "cuidadoso estudio de las sugerencias... recibidas recientemente de hermanos vinculados con la Review and Herald". White continuó: MV 554 4 Pueden estar seguros de que haremos todo lo que podamos para minimizar los cambios, no sólo en las páginas de las que ya se ha hecho la matriz y en las páginas compuestas, sino en todo el libro. Sentimos, sin embargo, que ahora es el momento para dar fiel consideración a las sugerencias que se nos han hecho. ENCONTRANDO FUENTES PARA LAS CITAS MV 554 5 La más exigente de todas las tareas vinculadas con la preparación del libro para su recomposición era localizar todas las citas empleadas en el libro, 417 en total, extraídas de 75 autores, 10 periódicos y tres enciclopedias. El manuscrito para la edición de 1888 fue mayormente preparado mientras Elena de White estuvo en Europa, donde tuvo acceso a la biblioteca dejada por J. N. Andrews en la casa publicadora de la denominación en Basilea, Suiza. En Elmshaven, Clarence Crisler estaba a cargo de buscar las fuentes y verificar las citas. INFORME AL PASTOR DANIELLS SOBRE EL PROGRESO DEL TRABAJ0 MV 554 6 En una carta a A. G. Daniells escrita el 20 de junio de 1910, W. C. White informó: MV 554 7 Durante las últimas dos semanas, hemos estado activamente ocupados en estudiar aquellos asuntos que demandaban consideración en conexión con la publicación de la nueva edición de El conflicto de los siglos. Cuando le pregunté a Mamá qué deberíamos hacer respecto a las citas de historiadores y las referencias a estos historiadores, ella fue rápida y clara en su opinión de que debemos dar el crédito apropiado toda vez que podamos. Esto ha requerido mucha investigación de las historias. MV 555 1 Los hermanos Crisler y [D. E.] Robinson se han afanado grandemente en buscar las mejores autoridades inglesas para las bulas y decretos y cartas citados y a los que se hace referencia, y han tenido éxito más allá de mis más caras esperanzas. MV 555 2 Luego White escribió sobre las implicaciones en la preparación de la nueva edición del libro: MV 555 3 Más allá de esto se harán muy pocos cambios. En unos pocos lugares donde se habían usado términos ambiguos o equívocos, Mamá ha autorizado un cambio en el texto, pero ella rechaza cualquier cambio en el argumento o en el tema del libro, y al estudiar el asunto, ciertamente encontramos una defensa clara y satisfactoria de aquellos pasajes que los críticos podrían objetar. MV 555 4 Hay unos pocos asuntos históricos que todavía estamos investigando. El que nos causa más perplejidad es el referente a los tres días y medio cuando los cuerpos muertos de los dos testigos yacieron sin enterrar, según se menciona en Apocalipsis 11:9-11 (DF 836). E. G. DE WHITE DEFINE LA CUESTIÓN DE LAS CITAS DE D',AUBIGNÉ MV 555 5 Diez días después que W. C. White preparó este informe para A. G. Daniells, surgió una pregunta provocada por la verificación de todos los materiales citados en el libro. Se encontró que el historiador citado más frecuentemente era DAubigné, cuya History of the Reformation (Historia de la Reforma), escrita en francés, había sido publicada en cinco traducciones en Inglaterra y en los Estados Unidos. Tres de las traducciones estaban representadas en El conflicto de los siglos, pero se descubrió que sólo una tenía la aprobación entusiasta del autor. La pregunta era ahora: "¿Todo el material citado de este autor debería ser sólo de la traducción que tenía la aprobación del autor?" Hacer esto requeriría una buena cantidad de cambios en El conflicto de los siglos, y en algunos casos, determinaría una terminología menos deseable. El trabajo en las páginas involucradas quedó en suspenso hasta que la misma Elena de White pudiera definir este asunto. MV 555 6 Mientras tanto, posiblemente insinuando el asunto que tenía que resolverse, la Sra. White hizo una declaración definida a Mary Steward que Mary escribió cuidadosamente, fechó y firmó el 31 de julio. He aquí su texto: MV 555 7 Toda vez que alguno de mis empleados encuentre citas en mis escritos, quiero que esas citas sean exactamente como las del libro de donde han sido tomadas. A veces han pensado que podrían cambiar unas pocas palabras para mejorarla; pero esto no debe hacerse, no es justo. Cuando citamos una cosa, debemos ponerla tal como es (DF 83b). MV 556 1 Hacer cualquier alteración en el texto del libro escrito bajo la inspiración del Espíritu de Dios, especialmente en un libro tan ampliamente distribuido y cuidadosamente leído como El conflicto de los siglos, era considerado por Elena de White y el personal en Elmshaven como algo que suscitaría preguntas en la mente de algunos adventistas. Muchos defendían celosamente a Elena de White y el espíritu de profecía, y, no habiendo analizado el asunto cabalmente, sostenían para todos los propósitos prácticos, la teoría de la inspiración verbal en la obra de los profetas de Dios. En la sesión de 1883 la Asociación General tomó un voto repudiando esa posición. Pero para 1911 por lo general dicho voto era desconocido por los adventistas o había sido olvidado. He aquí el texto: MV 556 2 Creemos que la luz dada por Dios a sus siervos es mediante la iluminación de la mente, impartiendo así los pensamientos, y no (excepto en casos raros) las mismas palabras en las cuales debieran expresarse las ideas (RH, 27 de noviembre, 1883 [en MR, p. 65, y 3SM, p. 96]). MV 556 3 Y W. C. White, en la declaración de 1911, aprobada plenamente por su madre, se refirió específicamente a la cuestión de la inspiración verbal. Él señaló lo siguiente: MV 556 4 Mi madre nunca ha pretendido inspiración verbal, y no encuentro que mi padre, o los pastores Bates, Andrews, Smith o Waggoner, hayan hecho esa declaración. Si hubo inspiración verbal al escribir sus manuscritos, ¿por qué debía ella añadir o adaptar? Es un hecho que mi madre a menudo toma uno de sus manuscritos, y lo revisa cuidadosamente, haciendo adiciones y desarrollando aun más algún pensamiento (Carta de WCW, 24 de julio, 1911 [ver 3MS, p. 499]). TESTIMONIO DE CLARENCE CRISLER MV 556 5 En enero de 1911 Clarence Crisler le escribió a Guy Dail en Europa, ofreciendo su testimonio respecto a lo que vio de la mano guiadora de Dios en la tarea de escribir El conflicto de los siglos : MV 556 6 Cuanto más de cerca examinamos el uso de los extractos históricos en El conflicto, y los mismos extractos históricos, más profundamente estamos impresionados con el hecho de que la Hna. White tuvo orientación especial al trazar la historia desde el tiempo de la destrucción de Jerusalén, a lo largo de los siglos hasta el fin. Ningún mortal podría haber hecho el trabajo que ella hizo al organizar algunos de esos capítulos, incluyendo, creemos, el capítulo sobre la Revolución Francesa, el cual es un capítulo muy notable en más de un sentido. MV 557 1 Y cuanto más investigamos esos asuntos, más profunda es nuestra convicción de que el Señor no sólo le ha ayudado a la Hna. White en la presentación de la verdad, sino que ha dirigido en la obra de otros escritores, para la alabanza de su nombre y el adelanto de la verdad presente. MV 557 2 Nuestros hermanos en años pasados han usado muchas citas, y, como regla general, seguramente el Señor debe haberlos ayudado a evitar el uso de muchos extractos que los habrían desviado. Por supuesto, todavía hay mucho margen para mejorar, aun en un libro como Daniel y Apocalipsis del pastor U. Smith. Pero no se necesita hacer tanto, como podría haberse tenido que hacer, si el Señor no hubiera dado ayuda especial a estos diversos autores (DF 84d, CCC a Guy Dail, 3 de enero, 1911). UN REPASO DE LO QUE SE LE HIZO AL LIBRO MV 557 3 Con la nueva impresión de El conflicto de los siglos ahora en el mercado era importante tomar nota especial de lo que se hizo exactamente al preparar el texto para recomponer el tipo para la edición de 1911. W. C. White estaba a cargo del trabajo en Elmshaven; él fue el principal portavoz durante el período de trabajo con el libro, y, muy naturalmente, era la persona que daría las explicaciones que podrían ser necesarias. MV 557 4 El 24 de julio de 1911, unos pocos días después de recibir un ejemplar del nuevo libro, W. C. White escribió una carta dirigida a los "Gerentes de las Casas Publicadoras", la que repitió al día siguiente en una carta a "Nuestros Agentes Misioneros Generales" (directores del departamento de publicaciones). Incluyó esta carta en una declaración leída al Comité de la Asociación General en su Concilio Otoñal celebrado en Washington, D. C. Estas cartas de explicación de W. C. White, de las que se cita en este capítulo, llevaban la aprobación escrita de Elena de White. Debido a limitaciones de espacio, en este capítulo sólo pueden incluirse algunos extractos. Se anima al lector a examinarlos en su totalidad en el Apéndice A de Mensajes selectos, tomo 3. MV 557 5 Después de mencionar que el nuevo libro corresponde en forma análoga a la edición anterior, página por página, presentó las principales características: MV 557 6 El cambio más notable hecho en la nueva edición es la mejora en las ilustraciones. Cada uno de los 42 capítulos, junto con el prefacio, la introducción, el índice y la lista de ilustraciones, tiene una hermosa ilustración como encabezamiento; y han sido introducidas 10 páginas de ilustraciones de página entera, para tomar el lugar de las que resultaban menos atractivas. MV 557 7 El apéndice de 13 notas de la antigua edición, que ocupaba 13 páginas, ha sido reemplazado por 31 notas que ocupan 12 páginas. Casi todas éstas son notas de referencias, calculadas para ayudar al lector estudioso a hallar pruebas históricas de las declaraciones hechas en el libro... MV 558 1 En el cuerpo del libro, la mejora más notable es la introducción de referencias históricas. En la antigua edición se daban 700 referencias bíblicas, pero solamente en unos pocos casos se incluía alguna referencia histórica a las autoridades mencionadas o referidas. En la nueva edición el lector encontrará más de 400 referencias de 84 autores y autoridades (Carta de WCW, 24 de julio, 1911 [ver 3MS, p. 495]). E. G. DE WHITE LEE Y APRUEBA CAMBIOS MV 558 2 De tanto en tanto, a medida que progresaba el trabajo de El conflicto de los siglos, se le llevaban asuntos importantes a Elena de White para que decidiera, y el personal en Elmshaven trabajaba bajo instrucciones generales de ella. Finalmente, cuando el tipo fue compuesto y estuvieron disponibles las pruebas de parte de los publicadores, se marcó un juego mostrando claramente la lectura antigua y la nueva, las que fueron sometidas a ella para su lectura cuidadosa y su aprobación. Un sobre en la carpeta de documentos N° 85e del Centro White lleva la nota: "Pruebas de El conflicto preparadas para la inspección y aprobación de la Sra. E. G. de White". "Todas aprobadas". MV 558 3 Finalmente el trabajo se completó, un trabajo mucho más exigente que el que se anticipó cuando las personas involucradas lo comenzaron en enero de 1910. A comienzos de julio de 1911 el libro estaba en los talleres de encuademación de la Pacific Press y de la Review and Herald. El lunes 17 de julio se recibieron en Elmshaven copias de El conflicto de los siglos recién publicado, la edición de 1911. Fue un día gozoso. EL TIEMPO SE VA ACABANDO; CONSE|OS IMPORTANTES MV 558 4 La tarea de escribir y preparar libros ocupó la mayor parte del tiempo de Elena de White durante los últimos años de su vida. Trabajaba con la sensación de que el tiempo se estaba acabando. Pero como en los primeros años, su ministerio era en cierto sentido mixto. De tanto en tanto ponía a un lado el trabajo de escribir para atender entrevistas importantes, citas ocasionales en iglesias cercanas, viajes a Loma Linda, y campestres. PREPARACIÓN DE LIBROS MV 558 5 LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES. Cuando el personal en Elmshaven se enteró a fines de 1910 que las lecciones de la escuela sabática para 1911 iban a tratar de la iglesia cristiana primitiva, se consideró que materiales sobre la historia del Nuevo Testamento, publicados semana tras semana mediante artículos en la Review and Herald, servirían como elementos auxiliares para las lecciones. MV 559 1 El plan existente era de que Clarence Crisler, tan pronto como se completase el trabajo sobre El conflicto de los siglos,reuniría materiales sobre la vida de Pablo. Él tomaría el libro Sketches From the Life of Paul (Notas de la vida de Pablo) de E. G. de White, de 1883, como el fundamento de este trabajo. El libro había estado agotado por largo tiempo; la Sra. White había estado esperando el momento cuando podría expandir su presentación. Ahora Crisler extraería de este libro como también de otras fuentes de E. G. de White de los últimos 25 años o más. MV 559 2 Debido a que se enfermó Maggie Hare (ahora la Sra. Bree), quien estaba trabajando fuerte sobre las experiencias de la iglesia cristiana primitiva, el trabajo se demoró; no se cumplió con el plazo para entregar el texto para el número de la Review del 5 de enero, la fecha cuando iba a comenzar la nueva serie (WCW a F. M. Wilcox, 17 de enero, 1911). Pero cuatro semanas más tarde la Review and Herald incluyó dos artículos a tiempo para estar a la par con las lecciones de la escuela sabática en curso. MV 559 3 Elena de White estaba muy involucrada en la tarea, revisando los materiales cuando eran reunidos, haciendo algo de corrección editorial y escribiendo algo para llenar las lagunas. Todo esto fue hecho con la mirada sobre el manuscrito completo para el libro de próxima aparición que iba a ser conocido como Los hechos de los apóstoles. El 6 de octubre de 1911, ella escribió: MV 559 4 Me siento más agradecida que lo que puedo expresar por el interés que mis obreros han tomado en la preparación de este libro, para que sus verdades puedan presentarse en el lenguaje claro y sencillo del cual el Señor me ha encomendado que nunca me aparte en ninguno de mis escritos (Carta 80, 1911). MV 559 5 Los hechos de los apóstoles salió de la prensa y estuvo listo para la venta a fines de noviembre. MV 559 6 El personal de Elena de White notó con satisfacción la capacidad de ella para ocuparse activamente en la preparación de manuscritos de libros en este período avanzado de su vida. MV 559 7 PROFETAS Y REYES. Cuando comenzó el año 1912, Elena de White estaba en su año 85°. Conocidos, dirigentes de la iglesia y su familia se maravillaban ante su continua capacidad para producir. A comienzos de enero ella escribió: MV 559 8 Habrá un libro más, que trate de la historia del Antiguo Testamento desde el tiempo de David hasta el tiempo de Cristo [Profetas y reyes]. El material para este libro ha sido escrito y está en archivo, pero aún no ha sido puesto en forma. Cuando este libro se complete, sentiré que mi trabajo está terminado. Sin embargo, todavía puedo sostener mi pluma tan firmemente hoy como lo he hecho en años pasados (Carta 4, 1912). MV 560 1 Unos años atrás, en 1907, Clarence Crisler había reunido los escritos de Elena de White sobre Esdras para una serie de artículos para la Review. Las lecciones de la escuela sabática para el primer trimestre de 1907 fueron sobre el libro de Esdras, y se esperaba que estos artículos proveerían una lectura colateral. MV 560 2 La tarea fue más grande de lo esperado, y si bien el material preliminar sobre Nehemías se imprimió en la Review en marzo y abril, no fue sino hasta enero y febrero de 1908 que se publicaron los cinco artículos sobre Esdras. Pero los 18 artículos sobre esta fase de la historia del Antiguo Testamento eran pasos en la preparación de Profetas y reyes. MV 560 3 Sin embargo, el principal adelanto en la preparación de Profetas y reyes ocurrió en los últimos meses del verano y en el otoño de 1912. Elena de White escribió: MV 560 4 Justo ahora, la tuerza que tengo es dada mayormente a sacar en forma de libro lo que he escrito en años pasados sobre la historia del Antiguo Testamento desde el tiempo de Salomón hasta el tiempo de Cristo. El año pasado Los hechos de los apóstoles fue puesto en prensa, y está teniendo una amplia circulación; y ahora estamos progresando bien con esta historia del Antiguo Testamento. Estamos avanzando tan rápido como es pasible. MV 560 5 Tengo ayudantes fieles y concienzudos, que están reuniendo lo que he escrito para la Review, Signs y Watchman, y en manuscritos y cartas, y organizándolo en capítulos para el libro. A veces examino varios capítulos en un día, y en otras ocasiones sólo puedo leer poco porque mis ojos se cansan y me siento mareada. Los capítulos que he estado leyendo recientemente son muy preciosos (Carta 20, 1912). MV 560 6 Se estaba avanzando de prisa con el trabajo sobre la historia del Antiguo Testamento, con la determinación de completarla mientras Elena de Whire pudiera estar involucrada. Ahora la tarea estaba bastante adelantada, y Clarence Crisler volvió a algunos de los capítulos que no eran tan extensos como la mayor parte del manuscrito. Con el consejo y la ayuda de Elena de White, los estaba completando. Ésta es la razón por la cual el manuscrito, del cual antes se había dicho que estaba casi completo, se hallaba aún en preparación. Crisler escribió el día de Año Nuevo de 1915: MV 560 7 Cuando encontramos material nuevo del archivo y lo añadimos a los capítulos que ya han sido preparados y aprobados, y le volvemos a leer estas porciones ampliadas, ella parece gozar al repasarlos de nuevo. Este perfeccionamiento del manuscrito es un trabajo lento, pero muy interesante; y estamos confiados en cuanto al resultado (CCC a WCW, 1o de enero, 1915). MV 560 8 Este manuscrito, publicado bajo el título de The Captivity and Restoration of Israel (La cautividad y restauración de Israel), no había sido completado cuando Elena de White murió, pero fue completado por Clarence Crisler en base a materiales que estaban en el archivo del manuscrito. Más tarde se lo publicó como Profetas y reyes. MV 561 1 Otros libros que estaban siendo compilados del material del archivo en una manera muy semejante, pero que fueron completados más tarde, fueron: Obreros evangélicos, La educación, El ministerio de curación y Notas biográficas de Elena G. de White. ÚLTIMOS VIAJES DE ELENA DE WHITE A LOMA LINDA MV 561 2 El jueves 30 de marzo de 1911, Elena de White se alejó del trabajo en Elmshaven. Llevando consigo a Helen Graham, una de sus secretarias, y a Sara McEnterfer, su compañera de viaje y enfermera, emprendió viaje a Loma Linda, donde a comienzos de abril se iban a celebrar reuniones importantes de la junta. MV 561 3 Había 31 hectáreas (76 acres) de tierra en la compra de la propiedad de Loma Linda hecha en 1905, 9 hectáreas (23 acres) en el cerro y las restantes 21 hectáreas (53 acres) en una franja de un valle fértil que se extendía 1 kilómetro (3/5 de una milla) hacia el ferrocarril. La mitad de la tierra del cerro estaba ocupada con edificios, extensiones cubiertas de césped, caminos, etcétera; la otra mitad eran huertos. De la tierra que estaba en el valle, una porción proporcionaba lugar para graneros, establos, huerta de verduras, y un poco más de 1 hectárea (3 acres) tenía árboles de damascos o albaricoques. El resto tenía alfalfa, y había tierra adecuada para cereales. Apremiados como estaban para conseguir dinero a fin de hacer frente al precio de compra de $40.000, algunos miraban con optimismo la perspectiva de vender la tierra del valle como sitio para construcciones. Cuando Elena de White oyó en cuanto a esto, instó a que no se vendiese ninguna porción de la tierra. MV 561 4 No se vendió nada. J. A. Burden y otros asociados con él sentían que se necesitaba adquirir aún más tierra para la institución. En un período de pocos meses un sitio de 12 hectáreas (30 acres) justo al este fue ofrecido por algo menos que $100 la media hectárea (un acre), y se lo adquirió. MV 561 5 Poco después de esto, Elena de White pidió la oportunidad de ver esta tierra y la llevaron a la parte superior del edificio del sanatorio desde donde podía verla. MV 561 6 G. A. Irwin, presidente de la junta, informó que ella la examinó cuidadosamente por un tiempo, y luego comentó: "Bien, estamos agradecidos que la tenemos" (Sp. T, Serie B, N° 17a, p. 2). MV 561 7 Luego se dio vuelta y miró al norte, al terreno enfrente del sanatorio que se extendía hasta la línea de ferrocarril y más allá de la Ave. Colton. Agitó su mano y declaró: "El ángel dijo: 'Consíganla en su totalidad' ". Un tanto sobresaltados, quienes estaban con ella le recordaron las dificultades financieras que se experimentaron para obtener la tierra que tenían, y ella respondió: "Bien, estaremos agradecidos por lo que tenemos", y dándose vuelta se fue a su habitación. Los hermanos se quedaron preguntando precisamente qué incluían las palabras del ángel: "Consíganla en su totalidad". MV 562 1 La tierra al norte de la institución estaba dividida en varios lotes. Uno de 61 hectáreas (150 acres), estaba en reserva por $18.000; otro de 22 hectáreas (55 acres), se lo reservó por $20.000; otro de 11 hectáreas (27 acres) podía tenerse por $2.250; y aun otro de 8 hectáreas (20 acres), justo al norte del ferrocarril, se lo podía conseguir por $750. ¿Pero quién tenía la previsión para ello, y de dónde vendría el dinero? No se hizo nada, y pasaron tres años. Pero en esos tres años algunos de los lotes se vendieron, y lo que quedó subió su precio al doble. MV 562 2 Cuando en 1910 se tomó la decisión de desarrollar una escuela de medicina en Loma Linda, el patrón de pensamiento comenzó a cambiar. En mayo, en ocasión de la reunión de organización celebrada en Loma Linda en la que Elena de White estuvo presente, se dieron pasos para obtener el terreno que estaba justo enfrente de la institución. Fue comprado por unos $600 la media hectárea (1 acre). A MANO PARA LA REUNIÓN CONSTITUYENTE DE 1911 MV 562 3 Ahora era abril de 1911, y Elena de White estaba nuevamente en Loma Linda. Su intenso interés en lo que ocurría allí la indujo a ir al sur por un año o dos a fin de estar presente cuando se celebraban las principales reuniones de la junta directiva en la primavera y en el otoño. Su consejo era muy apreciado por aquellos que avanzaban, ansiosos de ver que la obra se hiciese en armonía con la mente de Dios según había sido revelado mediante su mensajera. MV 562 4 La reunión constituyente de 1911 fue celebrada durante la primera semana de abril. Los registros revelan que entre otras cosas, se estudió la importancia de conseguir más tierra adyacente a la institución. Una cantidad examinó el lote de Kelly de unas 34 hectáreas (85 acres), disponible a $300 el acre, pero no se tomó ningún acuerdo para comprarlo. MV 562 5 Inmediatamente después de las reuniones de la asamblea constituyente y de la junta directiva, Elena de White fue al sur para pasar unos pocos días en el Sanatorio de Paradise Valley. Pero diez días más tarde estaba de regreso en Loma Linda, diciendo que su trabajo allí no estaba terminado. El asunto de obtener más tierra le pesaba mucho sobre su corazón y ella habló al respecto e hizo varios viajes en un carruaje para examinar las cosas nuevamente. Repetidamente declaró que se le había instruido que la denominación debería obtener la tierra adjunta al sanatorio, e instó a que los hermanos orasen sobre el asunto de modo que pudieran tener luz para saber qué hacer. Ella mencionó los problemas que vendrían si se les permitiera a otros conseguir la tierra y venderla a no creyentes. MV 562 6 Su insistencia un tanto implacable en el asunto indujo al pastor Burden a convocar a un concilio con los obreros disponibles para el jueves 20 de abril, a fin de considerar lo que debiera hacerse a la luz del hecho de que el lote Kelly estaba disponible. Elena de White fue la principal oradora. Después de unas pocas observaciones introductorias fue directamente al punto: MV 563 1 Hoy con la Hna. McEnterfer, y nuevamente con mi hijo, recorrí los terrenos de la propiedad de Loma Linda, y los observé más detalladamente que nunca antes; y me siento muy agradecida de que tenemos un lugar como éste... En nuestras reuniones durante este concilio, hemos estado hablando de la educación superior. ¿Qué es la educación superior? Es comprender las obras y las enseñanzas de Cristo, y continuar a fin de conocer al Señor. Es saber que su salida está preparada como la mañana. MV 563 2 Hoy, mientras examinaba el lugar más cuidadosamente que nunca antes... sentí gratitud hacia Dios en mi corazón, porque a través de su providencia fuimos conducidos para que entráramos en posesión de Loma Linda. Me sentí agradecida también al ver las mejoras que se han hecho desde que hemos tenido el lugar. Y pensé en cuán importante es que tomemos cada decisión de acuerdo con la voluntad de Dios. MV 563 3 A medida que el Señor nos prospera, debiéramos manifestar nuestra gratitud mediante una disposición a avanzar. Debiéramos ver la ventaja de añadir a lo que ya tenemos. Siento una preocupación ante el peligro de permitir que cualquiera entre en el vecindario para echar a perder el lugar. MV 563 4 Hay un trozo de tierra del otro lado del ferrocarril, que se encuentra junto a un trozo ya comprado, que debiera conseguirse... Estoy segura, en base a lo que se me ha dicho, que este trozo de tierra debe entrar en nuestra posesión. MV 563 5 Si ustedes son sabios, la próxima vez que yo venga aquí tendrán esa tierra. Trataré de ayudarles todo lo que pueda. Trabajemos inteligentemente. MV 563 6 Ella prometió $1.000 para la compra del lote. Luego aseguró a su audiencia que estaba muy complacida con lo que se había logrado en Loma Linda. "Cuando uno ve cómo ha prosperado el trabajo --dijo ella-- y el espíritu de consagración que prevalece, se profundiza la convicción de que ustedes están trabajando en armonía con Dios". Para concluir sus comentarios, agregó: MV 563 7 Me siento altamente satisfecha cuando observo la tierra que ya tenemos. Ésta será una de las mayores bendiciones para nosotros en el futuro, una que no apreciamos plenamente ahora, pero que apreciaremos al pasar el tiempo. Espero que ustedes conseguirán el otro terreno del que he hablado y lo unirán al que ya tienen. Les será provechoso hacer esto (MS 9, 1911). MV 564 1 Hizo esta interesante predicción: MV 564 2 "La institución de Loma Linda, si es conducida de acuerdo con la voluntad de Dios, llegará a ser la más importante en su obra de todas nuestras instituciones por todo el mundo" (WCW a AGD, 16 de junio, 1912). MV 564 3 En el desarrollo de la escuela de medicina se había llegado al punto en el que debía hacerse provisión para los años de práctica clínica en la preparación de los médicos. Al principio se esperaba que estas necesidades podrían satisfacerse en buena medida con la construcción de un hospital modesto en Loma Linda. Ahora resultó claro que con una población relativamente dispersa en el área, el hospital en Loma Linda sería inadecuado; tenían que buscar un área poblada. MV 564 4 Mientras la junta directiva de Loma Linda lidiaba con el problema, eran bien conscientes del repetido consejo de Elena de White de que no debía ubicarse un sanatorio en Los Ángeles. Se la llamó para pedirle consejo y se reunió con la junta directiva en la tarde del 4 de abril. W. C. White había discutido el asunto de las necesidades clínicas con su madre mientras andaban juntos e7sa mañana por los terrenos de la propiedad de Loma Linda. Ahora parecía sumamente evidente que el trabajo clínico necesitaba hacerse mayormente en un centro de población, y la cuestión se había reducido a una elección de ir a Los Ángeles para todo el trabajo clínico o hacer parte del trabajo clínico en Loma Linda y parte en Los Ángeles. MV 564 5 Elena de White habló alegre y prontamente y dijo que ése era el mejor camino: hacer parte del trabajo en Loma Linda y parte en Los Ángeles. Tanto en la conversación con su hijo y ahora con la junta directiva, ella apoyó esta proposición (MS 14, 1912). MV 564 6 Después de pasar otra semana o dos en Loma Linda, ella regresó a Elmshaven donde volvió al trabajo de leer manuscritos, escribir y ocasionalmente atender citas para hablar en las iglesias. MV 564 7 Después de una estadía de un mes en el sur de California, Elena de White encontró que las condiciones para vivir y trabajar en Elmshaven eran más confortables que lo que habían sido en inviernos anteriores. Se había instalado una nueva planta de calefacción central a vapor, con una estufa grande a leña en el sótano de un depósito de agua cercano. Mientras los hogares o chimeneas francesas continuarían dando atractivo a la casa, no se los usaría exclusivamente para calentar las habitaciones grandes con sus altos cielo rasos. Y en la oficina, los radiadores de vapor también reemplazaron las pequeñas y sucias estufas de leña. LA VISITA DE LOS COLPORTORES MV 564 8 El jueves 23 de enero de 1913, los miembros del personal de Elmshaven, excepto W. C. White, quien estaba en el Este, sirvieron como anfitriones de un grupo de unos 40 hombres y mujeres que llegaron a la casa a eso de las 4:00 p.m. Durante varios días los colportores que trabajaban en las cinco uniones del territorio de la Pacific Press habían estado en Mountain View, junto con dirigentes de las uniones o de las asociaciones y otros, para una convención. Ahora los colportores, algunas de sus esposas, dirigentes de la iglesia y algunos otros estaban pasando el día visitando el Pacific Union College, el Sanatorio de St. Helena y Elmshaven. MV 565 1 Se había avisado con anticipación y se hicieron preparativos para recibirlos. En el cuarto de la biblioteca, junto a la bóveda con los manuscritos, se había instalado una exposición mostrando libros, documentos, manuscritos y cartas que serían de interés para los visitantes. MV 565 2 Cuando se reunieron en la sala y el comedor de Elena de White, ella bajó para recibirlos y leyó su mensaje de bienvenida. En parte el mensaje decía: MV 565 3 Les doy a todos ustedes la bienvenida a "Elmshaven", el refugio que encontré preparado para mí a mi regreso de Australia. En esta casa tranquila y confortable hemos podido preparar artículos y libros para su publicación. Espero que disfrutarán su visita, y que puedan venir otra vez. Estoy profundamente interesada en vuestra prosperidad y bienestar... MV 565 4 Todos los que se consagran a Dios para trabajar como colportores están ayudando a dar el último mensaje de amonestación al mundo. Son los mensajeros del Señor, dando las alegres nuevas de salvación a las multitudes que están en la oscuridad y el error (Carta 3, 1913). MV 565 5 Después de contar algunas experiencias en las que adventistas fueron inducidos a comprender más ampliamente la tarea que estaba ante ellos, instó a sus huéspedes a orar pidiendo una experiencia más profunda, y también exhortó a que saliesen con los corazones llenos de las verdades preciosas que Dios ha dado a su pueblo para este tiempo. MV 565 6 Después de dirigirse a ellos por unos 30 minutos, a cada uno les presentó uno de sus libros a su elección: El Deseado de todas las gentes, Los hechos de los apóstoles, o algún otro. El regalo fue hecho doblemente memorable con una tarjeta en cada libro que llevaba un mensaje impreso de buen ánimo y la firma de la Hna. White. LA SESIÓN DE LA ASOCIACIÓN GENERAL DE 1913 MV 565 7 La sesión 38° de la Asociación General fue planeada para que se celebrase en Washington, D. C., del 25 de mayo al 8 de junio de 1913. Al igual que con la sesión de 1909 celebrada cuatro años antes, las reuniones serían en una carpa grande armada sobre los terrenos del Colegio Misionero de Washington en Takoma Park, Maryland. Se pensaba que Elena G. de White, ahora con 85 años de edad, no intentaría asistir. A comienzos de mayo ella hizo su decisión final, escribiendo en el día 7 de ese mes a Edson: "No asistiré. Deseo ahorrar mis fuerzas para el trabajo aquí que es esencial que se haga" (Carta 9, 1913). W. C. White escribió que ella estaba enteramente contenta con la decisión (WCW a AGD, l°de mayo, 1913). Sin embargo, preparó dos mensajes para que se leyesen en la sesión y los envió con su hijo. MV 566 1 En el primer sábado de tarde de la sesión, W. C. White fue llamado a leer el mensaje de Elena de White saludando a los delegados. Contenía un desafío a enfrentar el trabajo con optimismo y valor, y a aventurarse a emprender por fe la obra que se les pedía que hicieran: una obra que no podían comprender plenamente; mientras avanzasen en el temor de Dios, recibirían ricas bendiciones. Ella se estaba refiriendo a la evangelización de las ciudades. MV 566 2 Elena de White sentía una preocupación continua por las ciudades. En septiembre de 1909, Testimonies for the Church, tomo 9, incluía una sección titulada "La Obra en las Ciudades", con una fuerte apelación a los ministros y laicos. "¡Mirad las ciudades --instó ella--, y cuánto necesitan del Evangelio!" (3JT, p. 333). Ella habló de cómo, durante más de 20 años, le había sido recordada la necesidad de obreros celosos que trabajasen entre las multitudes de las ciudades (Ibíd.). MV 566 3 El General Conference Bulletm (Boletín de la Asociación General) informó la respuesta al mensaje de Elena de White: MV 566 4 La lectura de esta carta produjo muchos sinceros "amenes" de parte de los hermanos en la plataforma y por toda la congregación. Corrían abundantemente las lágrimas cuando se leyeron las expresiones de confianza de la Hna. White en sus hermanos y en el liderazgo de Dios en favor de su pueblo (GCB 1913, p. 32). "VALOR EN EL SEÑOR" MV 566 5 El presidente de la Asociación General, A. G. Daniells, presentó el segundo mensaje de Elena de White a los delegados diez días más tarde, en la reunión de negocios del martes de mañana, 27 de mayo. Comenzó así: MV 566 6 Recientemente en horas de la noche, mi mente fue impresionada por el Espíritu Santo con el pensamiento de que si el Señor viene tan pronto como creemos que viene, debemos ser aun más activos de lo que hemos sido en años pasados (Id., p. 164). MV 566 7 Más adelante en el mensaje ella declaró: MV 566 8 Deseo estar personalmente ocupada, trabajando intensamente en el campo, y seguramente estaría ocupada en más trabajo público si no creyese que a mi edad no es sabio abusar de las fuerzas físicas de uno (Ibíd.). MV 566 9 Hubo una parte de su mensaje a la sesión que tocó una cuerda sensible en los corazones de muchos de los delegados presentes, como J. N. Loughborough, quien con Elena de White había asistido a la primera sesión de la Asociación General celebrada en Battle Creek en mayo de 1863, exactamente 50 años antes, y G. I. Butler, un asociado por muchos años. He aquí sus palabras reconfortantes y animadoras: MV 567 1 Deseo grandemente que los ancianos soldados de la cruz, aquellos que encanecieron en el servicio al Maestro, continúen dando su testimonio directamente al punto, a fin de que aquellos más jóvenes en la fe puedan entender que los mensajes que el Señor nos dio en el pasado son muy importantes en esta etapa de la historia de la tierra (Ibíd.). MV 567 2 No había ninguna palabra de pesimismo en el mensaje de despedida de Elena de White a los dirigentes de la iglesia reunidos en asamblea. ------------------------Capítulo 39-- DISMINUYENDO LA MARCHA CON VALOR Y BUEN ANIMO MV 568 1 El comienzo del año 1914, el último año calendario completo de la vida de Elena de White, se distinguió por la adición de una comodidad para Elmshaven: la electricidad. Justo el año anterior, se había hecho un comienzo con el uso de la calefacción a vapor, y durante el año sus dos nietos mellizos, Herbert y Henry, habían conseguido su primer automóvil. Ahora la comodidad largamente esperada, la electricidad, había llegado a Pratt Valley. MV 568 2 W. C. White estuvo fuera de la casa gran parte de este año, y si bien esto retrasaba el trabajo en la oficina y hacía que él pasara mucho tiempo solo, tenía el lado positivo de que recibía con frecuencia los informes qué le mandaban su esposa, May, y C. C. Crisler. Para mantener a White informado, Crisler le escribía cada día o día por medio. MV 568 3 El 18 de marzo los huertos de ciruelos estaban floreciendo nuevamente. Elena de White estaba con buena salud y buen ánimo, y cuando el tiempo era favorable todavía ella tomaba sus paseos diarios en un carruaje por los caminos familiares y los senderos que ella apreciaba en los alrededores de Elmshaven. Al día siguiente Crisler le informó a W. C. White en cuanto a sus conversaciones con Elena de White y a la actitud de ella. He aquí su declaración: MV 568 4 Anoche la Hna. White me aseguró que su fe en Dios y su confianza en el Movimiento Adventista se han visto últimamente muy fortalecidas gracias a los informes excelentes del éxito que está acompañando a las labores de nuestros ministros y obreros. Ella declara que nunca ha dudado del liderazgo providencial de Dios en conexión con nuestra historia denominacional, pero que su confianza es más fuerte cuando las evidencias del liderazgo divino se multiplican (CCC a WCW, 19 de marzo, 1914). MV 568 5 Como fue ese día, esa misma actitud caracterizó los últimos meses de su vida. VISITANTES FRECUENTES MV 568 6 El 1o de abril llamaron varios visitantes: B. G. Wilkinson, M. N. Campbell y O. Montgomery. Elena de White pasó algún tiempo con ellos. Los hombres estaban muy contentos por la oportunidad de hablar con ella (Ibíd.). MV 569 1 Cuando el pastor Campbell preguntó si ella tenía alguna luz en cuanto a si viviría hasta que Jesús regresase, ella replicó que no tenía ninguna luz sobre el asunto. Cuando él le expresó su preocupación en cuanto al bienestar de la causa en su ausencia, ella replicó con calma: "El Señor es perfectamente capaz de cuidar su causa". En varias ocasiones, al decir que no esperaba vivir mucho, ella abría el camino para que hermanos que la visitaban planteasen preguntas similares. Al responder, ella iba hasta el armario de libros en su escritorio, abría las puertas donde podían verse sus libros y manuscritos, y declaraba: "Aquí están mis escritos; cuando yo falte, ellos testificarán por mí" (Carta de WCW, 9 de julio, 1922 [MR, p. 93]). MV 569 2 A mediados de abril, Edson, quien ahora residía en Marshall, Michigan, viajó al Oeste para una visita de un mes. Fue una ocasión feliz para ambos, madre e hijo, quienes habían estado separados tanto por 25 años o más. Tuvieron buenos momentos juntos, y repasaron muchas cosas de interés mutuo. MV 569 3 Elena de White apreciaba mucho visitas de obreros prominentes con quienes se conocía por largo tiempo. Entre los visitantes durante este último año estuvieron C. E. Andross, presidente de la Unión del Pacífico; C. H. Jones, gerente de la Pacific Press; la Sra. Lida Scott, hija de Isaac Funk, de la Funk and Wagnalls Publishing Company (la Sra. Scott dio más tarde una donación generosa en favor del establecimiento del Colegio de Evangelistas Médicos); y el pastor y la Sra. G. B. Starr, ex compañeros de trabajo en Australia. MV 569 4 Sus principales contribuciones al trabajo literario en este su 87°año de vida fueron en relación con sus libros mientras leía y aprobaba capítulos y a veces agregaba un poquito aquí o allá. Le traían capítulos; su hijo informó que "ella leía un poco, y nos pedía que se los leyésemos. A veces yo leía dos o tres páginas, y entonces ella leía una o dos páginas... A veces yo o Crisler hacemos toda la lectura, y Mamá comenta sobre lo que hemos leído" (WCW a J. E. White, 15 de diciembre, 1914). ARTICULOS PARA LA REVIEW Y SIGNS MV 569 5 Parte del programa literario general en Elmshaven, en el cual Elena de White participaba, consistía en suplir de artículos casi todas las semanas a la Review and Herald y a Signs of the Times. En 1914 se publicaron 40 artículos de E. G. de White en la Review. Primero fue una serie sobre historia del Antiguo Testamento, que eran porciones del manuscrito del libro en preparación (Profetas y reyes), luego 12 artículos titulados "Primeros Consejos sobre la Obra Médica", seguidos de 18 sobre temas más generales. SU 87° CUMPLEAÑOS MV 569 6 En el Día de Acción de Gracias, 26 de noviembre, Elena de White llegó a su 87° cumpleaños. No estaba muy fuerte, y Crisler sólo pudo repasar tres páginas de manuscrito con ella. Recibió un regalo de cumpleaños, que algunos días antes había llegado de la Sra. F. H. DeVinney, quien estaba trabajando con su esposo en Japón. Era una chaquetilla abrigada, tejida, conocida como un "abrázame fuerte", para ser usada en días fríos. Cuando Elena de White la probó, mostró que no había perdido su sentido del humor. Le dijo a Dores Robinson que le agradeciera a la Hna. DeVinney por el regalo, pero que le dijera que "la Hna. White está más llenita que lo que algunas personas pensaban" (D. E. Robinson a WCW, 3 de noviembre, 1914). MV 570 1 A medida que la mensajera del Señor se acercaba a la conclusión de su vida, emergieron dos tareas de una naturaleza biográfica. Se estaba considerando qué se le diría a la prensa pública para informar al público en general acerca de su vida y de su obra. MV 570 2 También se estaban desarrollando planes para una obra biográfica permanente que podía publicarse inmediatamente después de la muerte de Elena de White. Pronto cesarían sus labores activas, no aparecerían más artículos nuevos en las revistas, y se pensaba que se necesitaba un modesto libro sobre su vida. De modo que a fines de 1914 se dio consideración a la preparación de un manuscrito que aparecería a su muerte bajo el título de Life Sketches of Ellen G. White (Notas biográficas de Elena G. de White). C. C. Crisler y D. E. Robinson, usando de la ayuda que W. C. White pudiera dar, emprendieron el trabajo. MV 570 3 El martes 5 de enero de 1915, Crisler le escribió a James Edson White: MV 570 4 Le agradará saber que la Hna. White se está manteniendo bastante bien, considerando todas las cosas... Ella puede andar por la casa sin ayuda y sin ser atendida, yendo libremente de habitación a habitación y subiendo y bajando las escaleras; pero sus pasos son mucho más lentos e inciertos que en años anteriores, e incluso que cuando usted estuvo la última vez con nosotros. Le es posible sentarse en sillones durante horas seguidas. MV 570 5 A menudo durante los últimos pocos meses ha pasado una buena porción del tiempo en la planta baja, sentada en la sala junto al hogar; y la Srta. Walling ha tratado de sentarse mucho con ella a fin de acompañarla... Realmente su madre tiene más vida de hogar ahora que durante los años cuando sus actividades la inducían a aislarse en su oficina la mayor parte del tiempo. MV 570 6 A menudo Crisler mencionaba en su correspondencia el optimismo, la confianza y la fe sencilla de Elena de White: MV 570 7 Es en sus horas de mayor debilidad física que su madre parece elevarse a las más encumbradas alturas espirituales; y sin embargo, en todo esto ella simplemente hace lo que cualquiera de nosotros pobres mortales podemos hacer; se aferra a las promesas divinas y se apropia de ellas, y alaba a Dios por el consuelo que proporcionan. De este modo su corazón se llena de un gozo desbordante, y ella tiene perfecta paz. MV 571 1 La sencillez de su fe ha ejercido una profunda impresión en mi mente, y constituye una de las evidencias más fuertes que durante los años de su servicio a su Maestro ella ha vivido con una conciencia libre de ofensa hacia Dios y al hombre. Cuando uno mantiene una fe plena consigo mismo en su servicio a Dios, sus esfuerzos soportarán la prueba del tiempo, y rendirán un rico fruto (CCC a WCW, 23 de diciembre, 1914)- MV 571 2 El viernes 12 de febrero de 1915, W. C. White escribió a "Apreciado amigo" (15 de febrero): MV 571 3 El viernes 12 de febrero por la tarde, cuando yo estaba dejando la oficina para hacer un corto viaje a St. Helena, Mamá salió al aire libre, y pasamos diez minutos caminando allí cerca bajo la brillante luz del sol y hablando sobre el progreso del mensaje en todo el mundo. MV 571 4 El sábado 13 de febrero, Elena de White se fracturó su cadera, y W. C. White telegrafió a parientes y amigos: MV 571 5 El sábado al mediodía, Mamá, al entrar a su estudio, tropezó y cayó, lo que ocasionó una fractura intracapsular del fémur izquierdo. EL ACCIDENTE Y SU SECUELA MV 571 6 En su informe del accidente, escrito el lunes 15 de febrero, enviado a parientes y amigos y publicado en la Review and Herald, W. C. White describió lo que ocurrió: MV 571 7 El sábado de mañana, Mamá pareció estar tan bien como de costumbre. Alrededor del mediodía, cuando estaba entrando a su estudio desde el corredor, tropezó y cayó. Su enfermera, May Walling, que estaba en el pasillo a unos 6 metros (20 pies) de distancia, vino rápidamente en su auxilio, y trató de ayudarle a ponerse de pie. Cuando Mamá gritó de dolor, May la levantó y la colocó en una mecedora, arrastró la silla por el pasillo hasta la cama de Mamá y la acostó. Luego May telefoneó al Dr. Klingerman en el sanatorio, e inmediatamente aplicó fomentos a la cadera, donde el dolor parecía ser mayor. MV 571 8 Cuando vino el doctor, dijo que era una luxación seria o una fractura, y recomendó un examen de rayos X en el sanatorio. Este examen mostró una "fractura intracapsular del fémur izquierdo en la unión de la cabeza y el cuello". Mamá soportó muy pacientemente todas las experiencias dolorosas de ser transportada de su cuarto al sanatorio y de regreso otra vez. MV 571 9 Sara McEnterfer, que fue su compañera de viaje y secretaria la mayor parte del tiempo por treinta años, está con ella; y también está May Walling, que fue criada en su casa, y que ha sido su fiel enfermera por casi dos años. La Sra. Hungerford, una enfermera calificada del sanatorio, también está con ella (RH, 11 de marzo, 1915). MV 572 1 El domingo de mañana el Dr. Klingerman hizo arreglos para que se enviase una cama de hospital a la casa de la Hna. White. Fue instalada en su estudio espacioso y alegre, cerca del baño con sus comodidades. He aquí lo que continuó diciendo W. C. White, según contó la historia a los lectores de la Review: MV 572 2 Mamá ocupa su estudio, donde durante los últimos diez años bien ocupados, ella ha hecho la mayor parte de su trabajo como escritora. A veces cuando está medio despierta pregunta cuánto tiempo llevará el viaje, y cuándo llegará a la casa; y luego, cuando está plenamente despierta, dice: "Estoy aquí en mi propio cuarto". MV 572 3 En nuestras sesiones de oración Mamá se nos une con su fervor y claridad de pensamiento usuales, expresando completa confianza y entera resignación. MV 572 4 Desde su accidente me ha dicho que siente que su trabajo está hecho, sus luchas terminadas, y que está dispuesta a acostarse y dormir hasta la mañana de la resurrección, a menos que haya todavía algún trabajo especial que el Señor tiene para que ella lo haga (Ibíd.). MV 572 5 Y así pasó el tiempo durante los próximos cinco meses hasta mediados de julio. Los frecuentes informes de su hijo a través de la Review and Herald y de sus cartas indican que ella tenía días buenos y días no tan buenos, pero que se vio libre de sufrimientos grandes. MV 572 6 Poco después del accidente, W. C. White informó que "cuando le preguntamos si está sintiendo dolor, ella comienza a decir que sí; luego se detiene y dice: 'No es tan doloroso como podría ser, pero no puedo decir que es algo confortable'" (WCW a AGD, 1° de marzo, 1915). Unas pocas semanas más tarde, cuando se le preguntó qué clase de día había tenido, ella replicó: "Un día bueno, de a ratos" (WCW a S. N. Haskell, 30 de abril, 1915). MV 572 7 A comienzos de junio hubo una rápida declinación en su condición física. Una de las tres enfermeras mencionadas antes estaba constantemente con ella. Parientes, amigos y vecinos la visitaban frecuentemente. Se consiguió una silla de ruedas, y en los días agradables la sacaban al pequeño porche directamente encima de la entrada principal a la casa, mirando al sur. Ella disfrutaba mucho esto. La mayoría de los días se sentaba en una silla por varias horas, y por las noches generalmente dormía bien. A medida que pasaba el tiempo su apetito iba disminuyendo. En cierta ocasión cuando Sara la estaba instando a que comiese, su respuesta mostró que no había perdido su sentido del humor: "Bueno, Sara --dijo ella--, no quisiera morir antes de tiempo por comer en exceso" (como se le contó a A. L. White). LA VISIÓN DEL 3 DE MARZO MV 573 1 En la mañana del 3 de marzo, a eso de las 10:00, Elena de White, tras despertar, llamó a su lado a su enfermera, la Sra. Hungerford, y comenzó a decirle qué había ocurrido por la noche: su última visión. Se llamó rápidamente a W. C. White, y él escribió la declaración hecha por su madre más bien lentamente: "Hay libros que son de vital importancia que no son mirados por nuestros jóvenes. Son descuidados porque no son tan interesantes para ellos como alguna lectura más liviana" (RH, 15 de abril, 1915). Tocó un número de puntos y entre ellos dijo: MV 573 2 En visiones de la noche estuve seleccionando y poniendo aparte libros que no son de beneficio alguno para los jóvenes. Debiéramos escoger para ellos libros que los estimulan a la sinceridad en la vida y los guíen a la comprensión de la Palabra (Ibíd.; ver MJ, p. 286). MV 573 3 Expresó confianza en sus hermanos en la causa, un tema repetido a menudo mientras enfrentaba el ocaso de la vida. MV 573 4 No creo que tendré más "testimonios" para nuestro pueblo. Nuestros hombres de sólida inteligencia saben lo que es bueno para la elevación y edificación de la obra. Pero con el amor de Dios en sus corazones, les es necesario ir más y más hondo en el estudio de las cosas de Dios (Ibíd.). MV 573 5 Al terminar su último testimonio para la iglesia y especialmente para su juventud, dijo: MV 573 6 No tengo seguridad de que mi vida dure mucho tiempo, pero siento que soy acepta al Señor... He sentido que era imperativo que la verdad se viera en mi vida y que mi testimonio alcanzase a la gente. Deseo que hagáis todo lo que podáis para colocar mis escritos en manos de la gente en tierras extranjeras... Tengo la impresión de que es mi especial deber decir estas cosas (MJ, p. 287). MENGUA DE LA FUERZA Y FALLECIMIENTO MV 573 7 Pero ahora la fuerza de Elena de White estaba decayendo rápidamente. Algunos días no se daba cuenta quiénes estaban en la habitación. No estaba comiendo y su cuerpo se estaba consumiendo, aunque de tanto en tanto se le daba un poco de agua con albúmina, la clara de huevo en agua, cuando ella la tomaba. En la mañana del jueves 8 de julio, ella se reanimó lo suficiente como para decir: "No sufro mucho, gracias al Señor". Y luego agregó, dirigiéndose a Sara: "Ahora no pasará mucho tiempo" (WCW a "Amigo", 14 de julio, 1915; WCW a G. I. Butler, 26 de julio, 1915). MV 574 1 El viernes 9 de julio por la mañana, ella se recuperó lo suficiente como para hablar un poco a Sara y a su hijo William. Él oró y le dijo a su madre que entregarían todo en las manos de Jesús. Ella respondió, hablando en un débil susurro: "Yo sé en quién he creído" (NB, p. 492). MV 574 2 Se discontinuaron los tratamientos. El jueves 15 de julio, W C. White informó que se estaba haciendo por ella todo lo que corazones amables y manos voluntarias podían hacer. Pero ahora permanecía en silencio, mientras se acercaba a su desenlace, respirando calladamente. MV 574 3 Al día siguiente, viernes 16 de julio, alrededor de las 2:00, las enfermeras vieron que el fin estaba muy cerca y llamaron a W. C. White y a su esposa, May. Ellos se apresuraron a ir a la casa y a su cuarto. Mientras su respiración se volvía más lenta, otros fueron notificados y se dirigieron, uno o dos a la vez, al cuarto en el segundo piso. C. C. Crisler y su esposa, Minnie, pronto se unieron al grupo. También estaban allí la nieta de Elena de White, Mabel White Workman; su administrador de la granja, Iram James, y su esposa; su contador, A. H. Mason, y la Sra. Mason; la Sra. Mary Chinnock Rhorp, una conocida por largo tiempo; su ama de llaves, Tessie Woodbury. Y por supuesto estaban las tres enfermeras: Sara McEnterfer, que había sido su fiel compañera, enfermera y secretaria por muchos años; May Walling; y Carrie Hungerford, que la había atendido día y noche por 153 días desde el día del accidente. MV 574 4 En la mañana la respiración de Elena de White había sido contada y era de 50 veces por minuto, pero a las 3:00 era de 38; a las 3:20 era de 18, y un poco más tarde sólo de 10. Luego su respiración llegó a ser más lenta y más irregular, hasta que sin un temblor la respiración se detuvo. Eran las 3:40. Nadie en el cuarto se movió por varios minutos, pensando que ella todavía podría respirar una vez más. Pero no lo hizo (WCW a David Lacy, 20 de julio, 1915; WCW a G. I. Butler, 26 de julio, 1915). MV 574 5 Describiendo la experiencia, W. C. White escribió; MV 574 6 Era como la extinción de una vela, tan callada (WCW a David Lacy, 20 de julio, 1915). ELENA DE WHITE DESCANSA EN PAZ, ESPERANDO AL DADOR DE LA VIDA MV 574 7 A fines de la tarde del viernes 16 de julio de 1915, los cables de telégrafo llevaron la noticia de que Elena G. de White, la mensajera del Señor, estaba descansando en paz. Mediante el teléfono y el telégrafo el mensaje llegó a muchas iglesias a tiempo para que se lo anunciase el sábado de mañana. Se habían preparado con anticipación crónicas para la prensa pública, las que se retuvieron hasta su muerte. MV 575 1 En Elmshaven se activaron los planes, cuidadosamente preparados, para los servicios del funeral. Un servicio se iba a celebrar en el jardín de su casa, otro en el área de la Bahía de San Francisco, y un tercero en Battle Creek, Michigan, donde se la pondría a descansar al lado de su esposo. Ese viernes de tarde se imprimieron rápidamente invitaciones para el funeral del domingo en la cercana "Imprenta Elmshaven", operada por sus dos nietos mellizos, Henry y Herbert White, las que fueron despachadas por correo a 220 familias en el valle (WCW a David Lacey, 20 de julio, 1915). La invitación decía así: NOTIFICACIÓN DE FUNERAL MV 575 2 Se invita respetuosamente a usted y familia a asistir al funeral de la Sra. Elena G. de White en el jardín de su residencia, "Elmshaven", cerca del sanatorio, St. Helena, California, el domingo de tarde a las 5:00,18 de julio de 1915 (DF 756). MV 575 3 También se notificó que ella estaría de cuerpo presente en su casa el sábado y el domingo. Los amigos que vinieron antes del domingo al mediodía fueron conducidos a su escritorio en el segundo piso, donde la encontraron en un sencillo ataúd negro cubierto por un lienzo que llevaba una modesta placa de plata con las palabras, "Descansa en paz". Los que llegaron el domingo de tarde, como lo hicieron la mayoría, presentaron sus respetos en la sala, donde tan a menudo ella había recibido a familiares y visitas. MV 575 4 Se habían provisto asientos para unas 300 personas en el jardín, debajo de los olmos justo enfrente de su casa. Otras 100 personas se sentaron en el césped o en los automóviles estacionados cerca. El sanatorio, la iglesia de St. Helena y el colegio estaban grandemente representados. Unos pocos de los principales comerciantes de St. Helena estaban presentes, y vinieron muchos amigos desde Napa, Santa Rosa, Sebastopol y Healdsburg. Se proveyó un toldo para los ministros oficiantes. MV 575 5 El servicio fue simple e informal, ideal para el marco que lo rodeaba. Aquellos que participaban eran mayormente ministros que por largo tiempo habían estado asociados con Elena de White en la obra de la iglesia en Norteamérica y allende los mares: J. N. Loughborough, George B. Starr y E. W. Farnsworth. El pastor de la iglesia de la cual ella era miembro, S. T. Hare, pronunció la bendición. EL FUNERAL EN RICHMOND MV 575 6 "En Richmond, un suburbio al norte de Oakland, la Asociación de California estaba celebrando su campestre anual. Allí estaban reunidos muchos de los antiguos asociados de Elena de White de la iglesia de Oakland, y muchos representantes de las iglesias que ella había visitado a menudo en sus primeras labores en California. Cuando se enteraron de la muerte de Elena de White, pidieron que su cuerpo fuese llevado al campestre, y que allí se tuviese un servicio. Ellos dijeron: 'Si la Hna. White estuviera viva y sana, ella estaría justo aquí en esta reunión, diciéndonos cómo vivir una vida cristiana. ¿Por qué no permitir que ella sea traída aquí y alguien nos diga cómo la vivió?' " (WCW a David Lacey, 20 de julio, 1915). MV 576 1 Alrededor de 1.000 personas asistieron al servicio funeral del lunes de mañana en el campamento. E. E. Andross, presidente de la Unión del Pacífico, estuvo a cargo del servicio y recibió la ayuda de A. O. Tait, director de Signs, y de los pastores Loughborough y Farnsworth. A las 3:00 de la tarde, después del servicio, W. C. White y Sara McEnterfer abordaron el tren, esperando llegar a Battle Creek para el jueves de noche. EL FUNERAL EN BATTLE CREEK MV 576 2 Elena de White había pedido que se la enterrase al lado de su esposo en el Cementerio de Oak Hill, en Battle Creek, donde también estaban enterrados su hijo mayor, Henry, y el pequeño bebé, y los padres de Jaime White. De modo que planearon tener un servicio en el Tabernáculo de Battle Creek el siguiente sábado, 24 de julio, y luego tendría lugar el entierro (DF 757, sermón funeral de E. W. Farnsworth, 18 de julio, 1915). MV 576 3 Cuando W. C. White y Sara McEnterfer se acercaban a Battle Creek el día jueves, 22 de julio, dos hombres abordaron el tren en Kalamazoo para viajar los últimos 50 kilómetros (30 millas) con ellos. Uno era James Edson White, el hijo mayor de Elena de White; el otro, George Israel, un oficial de la iglesia de Battle Creek que estaba a cargo de los arreglos funerarios. La iglesia lo había enviado para que se encontrara con los viajeros y les informase en cuanto a los planes para el funeral. MV 576 4 El sábado de mañana, algún tiempo antes de las 8:00, la gente comenzó a reunirse en frente del Tabernáculo de Battle Creek. El periódico Enquirer de Battle Creek, del 25 de julio, describió qué ocurrió cuando se abrieron las puertas: MV 576 5 Durante las dos horas entre las 8:00 y las 10:00 hubo una constante corriente de seres humanos para observar el cuerpo. Hombres con cabezas grises y hombros encorvados, muchos que conocieron a la Sra. White durante los primeros días del Movimiento Adventista, estaban en el Tabernáculo para ofrecer sus últimos respetos. Permanecían ante el ataúd y las lágrimas corrían por sus mejillas mientras pensaban en la maravillosa obra de ella para la denominación (DF 758). MV 576 6 El ataúd era de simple color negro, cubierto con una corona de claveles blancos y de nomeolvides. Pero detrás del ataúd había una abundancia de arreglos florales y coronas primorosas (Ibíd.). MV 577 1 Entre los que pasaron junto al ataúd ese sábado de mañana estuvo Dudley M. Canright, acompañado por su hermano adventista, Jasper. Dudley había servido por años como un ministro adventista pero había apostatado y estaba activamente ocupado en escribir un libro contra Elena de White. La conocía bien; habían trabajado juntos en años anteriores. Él había permanecido por días en la casa de los White, pero cuando fue reprobado por un curso de acción que no era correcto, se volvió contra ella y durante los últimos 28 años de la vida de la Hna. White se había opuesto amargamente a su obra. Después de pasar frente al féretro una vez, D. M. le sugirió a Jasper que pasaran nuevamente, de modo que se introdujeron en la línea. Mientras los dos estaban de pie junto al ataúd por segunda vez, hicieron una pausa. Dudley puso su mano en el ataúd y con lágrimas que le corrían por sus mejillas declaró: "Se ha ido una noble mujer cristiana" (W. A. Spicer, The Spirit of Prophecy in the Advent Movement [El espíritu de profecía en el Movimiento Adventista], p. 127). MV 577 2 El Tabernáculo de Battle Creek resultó demasiado pequeño para los enlutados que se reunieron. Unos 3.500 colmaron el edificio. En la concurrencia había muchos pacientes del sanatorio, algunos en sillas de ruedas, y muchos de los ciudadanos de más edad de Battle Creek que conocían a Elena de White personalmente (DF 758, Evening News, 24 de julio, 1915). Otros 1.000 o más que no pudieron entrar en el Tabernáculo permanecieron calladamente en el jardín exterior. Muchos de ellos acompañaron a Elena de White al cementerio. EL SERVICIO FÚNEBRE MV 577 3 Como se había planeado, A. G. Daniells presentó el "bosquejo" biográfico; era más una historia que narraba la vida de Elena de White y la contribución que ella había hecho a la iglesia y al mundo. S. N. Haskell presentó un sermón fúnebre bien preparado sobre la seguridad de la esperanza de alguien que muere en Cristo Jesús. F. M. Wilcox, director de la Review and Herald, leyó la lectura bíblica. Su hermano, M. C. Wilcox, por largo tiempo redactor de libros en la Pacific Press, ofreció la oración, agradeciendo a Dios por la luz y la bendición que habían venido a través de su sierva. MV 577 4 Después del servicio, la multitud avanzó a través de la ciudad hasta llegar al Cementerio de Oak Hill. Sin duda fue la procesión funeraria más grande de Battle Creek, con más de 100 vehículos. El 25 de julio el Enquirer la describió: MV 577 5 Miles siguieron la carroza fúnebre hasta el cementerio. Para este propósito se usó cada carruaje que había en la ciudad, y hubo una cantidad de automóviles. Y luego, además de esto, hubo nueve tranvías. No se cobraron tarifas en estos tranvías, puesto que fueron provistos por la iglesia (DF 758). MV 577 6 El servicio en el cementerio fue breve e impresionante. Un doble cuarteto cantó, I. H. Evans leyó pasajes bíblicos apropiados, G. B. Thompson ofreció la oración, y luego "los restos de nuestra querida hermana fueron tierna y silenciosamente bajados en la tumba para descansar junto al cuerpo de su esposo, el pastor Jaime White, quien fue enterrado en la misma parcela en 1881" (DF 756, In Memoriam, p. 24). LA PRENSA PÚBLICA MV 578 1 Anuncios periodísticos y artículos de diversa longitud aparecieron por todos los Estados Unidos, desde el Área de la Bahía, donde diarios de San Francisco y Oakland le dieron buen espacio a lo sucedido, hasta Nueva York, donde se publicó un artículo respetable en el New York Times. El trabajo cuidadoso que se había hecho con bastante anticipación de la muerte de ella dio fruto, porque los principales diarios tenían materiales en mano, preparados mayormente en Elmshaven, cuando recibieron la noticia telegráfica de su muerte. MV 578 2 El diario de la ciudad donde Elena de White había residido, el Star de St. Helena, imprimió en su primera página una fotografía grande de ella y dedicó una columna de 84 centímetros (33 pulgadas) para contar la historia de su vida, trabajo y muerte. El San Francisco Chronicle y el Oakland Tribnne le dedicaron cada uno una columna de 38 centímetros (15 pulgadas), seleccionando materiales de los pliegos provistos desde Elmshaven. El Register-Leader de Mountain View fue quizás el más generoso, con una columna de 373 centímetros (147 pulgadas) dedicada a la historia, junto con una fotografía de dos columnas de Elena de White. El News-Tribune de Detroit dio 18 centímetros (7 pulgadas). MV 578 3 Los diarios de Battle Creek le dieron plena cobertura a la historia. MV 578 4 El Star de St. Helena, del 23 de julio de 1915, informó: MUERE LÍDER DELOS ADVENTISTAS. MV 578 5 La Sra. Elena G. de White fallece después de más de 70 años de labor cristiana. MV 578 6 A las 3:40 el viernes pasado por la tarde, en su casa, "Elmshaven", cerca de St. Helena, la Sra. Elena Gould White, dirigente y una de las fundadoras de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, pasó de esta vida a esa recompensa prometida a los seguidores de Jesucristo (DF 758). MV 578 7 Luego seguía un relato biográfico y un compendio de los logros de la denominación: casi 100.000 miembros; 37 casas publicadoras; 34 sanatorios; 70 escuelas intermediarias, academias y colegios; y 510 escuelas primarias esparcidas por todo el mundo. Se mencionaba la obra de la Sra. White como autora, indicándose que algunos de sus escritos habían sido traducidos a 36 idiomas. El informe concluía así: MV 578 8 El sentimiento prevaleciente de los oradores que se dirigieron a las congregaciones en St. Helena y Richmond era que el monumento más duradero de la Sra. White, aparte de su vida y su conducta piadosas, fue el de sus obras publicadas, que tienden a la moralidad más pura, conducen a Cristo y a la Biblia, y proporcionan aliento y consuelo a muchos corazones cansados. "Ella ha hecho lo que podía", y ahora, "estando muerta, todavía habla". "MIS ESCRITOS HABLARÁN CONSTANTEMENTE" MV 579 1 Cuando W. C. White inició su viaje hacia el Oeste después del funeral en Battle Creek, su mente se dirigió al cuidado y la publicación de los escritos de su madre. Serían administrados por el Centro White que acababa de ser activado, bajo la dirección de cinco fideicomisarios designados por Elena de White: A. G. Daniells, presidente de la Asociación General; E M. Wilcox, director de la Review and Herald; C. H. Jones, gerente de la Pacific Press; C. C. Crisler, por 14 años el principal secretario de Elena de White; y W. C. White, que había viajado y trabajado con su madre por 34 años. MV 579 2 El domingo de mañana, después de su regreso del Este, el Pastor White hizo la caminata de ocho minutos desde su casa a la oficina y residencia de Elmshaven; sabía que tendría que enfrentar allí nuevas condiciones. Entró en el porche de la casa de Elmshaven. La casa estaba desocupada y las puertas, cerradas. Abrió la puerta y entró, como lo había hecho tan a menudo. Describió sus hallazgos y sentimientos. MV 579 3 Todo estaba en perfecto orden, pero la vida del lugar se había ido. Subiendo las escaleras a la sala grande del este, donde por quince años Mamá había estudiado y orado y planeado y escrito, la encontré vacía. El viejo sofá y las mesas y las sillas y las cómodas estaban en sus lugares habituales, y el sillón grande, con su tabla giratoria enfrente, estaba donde solía estar, entre la gran ventana salediza y la chimenea francesa; pero la querida madre, cuya presencia había hecho de este cuarto el lugar más precioso de todo el mundo para mí, no estaba allí. Entonces recordé las muchas veces que había regresado de los estados del Este y me había apresurado a ir al cuarto de Mamá, seguro de recibir una afectuosa bienvenida, y de tener una oyente ávida de mis informes de las reuniones a las que había asistido y del progreso de la obra en la cual ella estaba tan profundamente interesada. Pero ahora no había nadie en el sillón de escribir para que escuchase mi informe (WCW a "Apreciado amigo", 20 de octubre, 1915). MV 579 4 Era el fin de una era en la vida de la iglesia. Una nueva era estaba por comenzar. MV 579 5 Cuando el pastor White se acercó a los armarios en la esquina noroeste del escritorio y abrió las puertas que daban a los estantes que sostenían copias de los libros de E. G. de White y copias de sus manuscritos y cartas, deben haber acudido a su mente las palabras de Elena de White cuando ella a veces abría esas puertas y exhibía sus libros y papeles: MV 580 1 "Aquí están mis escritos; cuando me vaya ellos testificarán por mí" (Carta de WCW, 9 de julio, 1922 [MR, p. 93]). ------------------------APÉNDICE -- UNA PRENSA MECÁNICA PARA LA OFICINA DE LA REVIEW MV 581 1 Durante cinco años la Review and Herald había sido impresa en una prensa de propiedad de los adventistas observadores del sábado y operada por ellos. La impresión de cada hoja era virtualmente un "trabajo a la medida": se entintaba el tipo, se colocaba encima una hoja de papel, se tiraba de la palanca, con lo que se hacía la impresión. Lo mismo fue cierto de todas las demás publicaciones sacadas entre 1852 y 1857. Escribió Jaime White: MV 581 2 Con nuestra prensa manual, lleva tres días de cada semana para imprimir la Review and Herald. Si se duplicase la circulación de la Review and Herald (lo que esperamos que pronto ocurrirá), no habría lugar para el Instructor; y un gran volumen de trabajo... sería excluido (RH, 19 de marzo, 1857). MV 581 3 Se convocó un congreso especial para el viernes 10 de abril de 1857, en Battle Creek, a fin de considerar esta necesidad urgente. José Bates fue elegido para presidir. Se le dio la primera atención a la cuestión de una prensa mecánica. MV 581 4 Se aprobaron dos resoluciones: (1) "Que se obtenga dicha prensa para la oficina de la Review", y (2) "Que todo negocio relativo a la compra de la prensa, etcétera, sea confiado al comité de publicaciones" (Id., 16 de abril, 1857). MV 581 5 Se pensó que una prensa tal podría conseguirse por menos de $2.500. Jaime White hizo la compra en Boston en su siguiente viaje al Este. ------------------------Elena G. de White en Europa EGWE 5 1 Prefacio EGWE 17 1 Prólogo histórico EGWE 23 1 Capítulo 1 -- Rumbo a Europa EGWE 33 1 Capítulo 2 -- Se amplia la perspectiva EGWE 39 1 Capítulo 3 -- La acogida en Inglaterra EGWE 53 1 Capítulo 4 -- La sede en Basilea EGWE 65 1 Capítulo 5 -- La asociación Suiza EGWE 75 1 Capítulo 6 -- El tercer concilio misionero europeo EGWE 97 1 Capítulo 7 -- Junto a los jóvenes EGWE 103 1 Capítulo 8 -- La visita a Dinamarca EGWE 115 1 Capítulo 9 -- Una visita a Suecia EGWE 129 1 Capítulo 10 -- Los adventistas Noruegos EGWE 143 1 Capítulo 11 -- De Escandinavia a Suiza EGWE 150 1 Capítulo 12 -- La primera visita a Italia EGWE 167 1 Capítulo 13 -- En casa para el invierno EGWE 195 1 Capítulo 14 -- La segunda visita a Italia EGWE 203 1 Capítulo 15 -- La magnificencia de los Alpes EGWE 210 1 Capítulo 16 -- Entre los creyentes suizos EGWE 216 1 Capítulo 17 -- Segunda serie de reuniones en Escandinavia EGWE 226 1 Capítulo 18 -- Turbulencia y paz EGWE 238 1 Capítulo 19 -- Trabajo y recreación EGWE 244 1 Capítulo 20 -- El cuarto concilio europeo EGWE 255 1 Capítulo 21 -- ¿Querrá Francia recibir la luz? EGWE 271 1 Capítulo 22 -- Un ministerio "bibliocéntrico" EGWE 281 1 Capítulo 23 -- Navidad en Tramelan EGWE 291 1 Capítulo 24 -- Obra literaria en Basilea EGWE 304 1 Capítulo 25 -- Los últimos meses en Suiza EGWE 315 1 Capítulo 26 -- La visión de Vohwinkel EGWE 327 1 Capítulo 27 -- El pastor Luis R. Conradi EGWE 341 1 Capítulo 28 -- El primer congreso en Europa EGWE 352 1 Capítulo 29 -- La última escala del viaje EGWE 360 1 Capítulo 30 -- El regreso ------------------------Prefacio EGWE 5 1 Elena G. de White participó personalmente en los comienzos y el desarrollo de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en los Estados Unidos. Esta organización, que hoy alcanza dimensiones internacionales, surgió como resultado del gran movimiento adventista de 1840, en el cual Guillermo Miller y los ministros que lo secundaron desempeñaron el papel más destacado. EGWE 5 2 Cuando Dios hizo saber a Elena G. de White que debía servirlo como su mensajera especial, ella aceptó la misión que se le confiaba y proveyó los consejos y el aliento que resultaron de valor inestimable para la "manada pequeña" de adventistas observadores del sábado. Como la obra adventista en Europa había ido creciendo entre los años 1860 y 1870, era bastante natural que se invitara a la Sra. de White a pasar algún tiempo en el viejo mundo, para viajar por las iglesias a fin de celebrar reuniones, dictar conferencias y ayudar a la organización en desarrollo para que adquiriera fuerza y resistencia. EGWE 5 3 En 1884 Elena G. de White aceptó una ferviente invitación de los hermanos que participaron del segundo concilio europeo que tuvo lugar en Basilea, Suiza, y al año siguiente viajó a Europa donde pasó dos años consecutivos trabajando en ocho países, en los cuales la obra iba progresando. Al mismo tiempo, continuó con su copioso trabajo literario en su departamento ubicado en la sede de la iglesia en Basilea. EGWE 6 1 Unos pocos meses después de su llegada a Europa, declaró repetidamente que en los diversos países europeos y en relación con la obra de la iglesia, observó circunstancias muy similares a las que existían treinta y cinco o cuarenta años antes en Norteamérica, cuando se estableció la obra allí. Sus dos años de labor, desde fines de septiembre de 1885 hasta agosto de 1887 dieron como resultado en todos los lugares donde trabajó, una mayor profundidad y solidez, y contribuyeron mucho para la unidad y la buena voluntad entre los creyentes. EGWE 6 2 Durante sus visitas esporádicas a Europa, los representantes de Publicaciones White pudieron observar un notable interés y curiosidad en torno de la visita de Elena G. de White, además de un gran deseo de conocer mejor las experiencias y logros obtenidos durante esos dos años. Esto culminó con una calurosa respuesta afirmativa de los dirigentes de publicaciones y de los administradores europeos reunidos en Jonkoping, Suecia, en 1971, cuando se les sugirió la posibilidad de preparar un estudio histórico que reviviera aquellos días plenos de acontecimientos, para que todos pudieran disfrutarlos. A tal efecto, se hicieron arreglos con D. A. Delafield, uno de los secretarios asociados de Publicaciones White, quien visitó durante un año los lugares donde Elena G. de White trabajó mientras estuvo en Europa. Otros miembros del personal de Publicaciones White, en especial Ronaldo Graybill, lo ayudaron a preparar los manuscritos. EGWE 6 3 Mientras viajaba y trabajaba en Europa, Elena G. de White escribió, con cierta regularidad, un diario bastante completo, rico en informaciones esenciales para dicha obra histórica. Algunas veces envió informes a la iglesia norteamericana, por medio de artículos que aparecían en los dos periódicos más importantes que se publicaban en inglés: Review and Herald y Signs of the Times. Muchos de los sermones que predicó durante esos dos años quedaron registrados en taquigrafía, y en los archivos de Publicaciones White se guardan copias mecanografiadas de ellos. Existen además algunas cartas que dirigió a miembros de su familia y a dirigentes de la organización, ricas en información biográfica y de interés humano, como también un registro de sus visiones. EGWE 7 1 Una fuente importantísima de material es el libro Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh-day Adventists (Bosquejos históricos de las misiones adventistas en el extranjero), editado y publicado en Basilea en 1886, y agotado hace mucho tiempo. Los capítulos relacionados con la historia de la obra en Europa en la época cuando fue publicado, así como los que relatan los viajes de la Sra. de White y las conferencias que dictó, han sido sumamente útiles para preparar este manuscrito. EGWE 7 2 El mayor problema del autor ha sido el de seleccionar el material para adaptarlo a las limitaciones de espacio que presenta este libro. No se ha tratado de presentar un registro diario de las actividades de Elena G. de White durante los dos años que pasó en Europa, incluyendo sus viajes por barco, tren, carruajes o a pie. Pero los aspectos más importantes de su ministerio, representados por las grandes reuniones de predicación, las asambleas de obreros y las visitas a las iglesias, se entrelazan con las huellas de los viajes que realizó por los distintos países e iglesias. EGWE 7 3 Mientras cumplía esta misión, recibió una importante cantidad de visiones, de las cuales se presentan las que están relacionadas con la obra en Europa. EGWE 7 4 Según el testimonio de las personas que trabajaron a su lado durante esos dos años y que siguieron relacionados con la obra de la iglesia en los años subsiguientes, su visita produjo una profunda impresión en el corazón y en la vida de la gente. No sólo llegaron a profesarle gran estima y respeto, sino también amor. Sus corazones respondieron con presteza a los mensajes que Dios les impartió para el crecimiento y la armonía de la iglesia. EGWE 8 1 Se incluyen aquí consejos importantes que ella presentó en forma oral o escrita en sus sermones, manuscritos y diarios. Gran parte de este material era inédito hasta que este libro proveyó la oportunidad de darlo a conocer. Toda vez que se cita algún texto, se indica su origen. El estudiante que desee conocer las fuentes que constituyen la base del material original [que no cita ninguna referencia], puede obtener esa información en las copias del manuscrito del editor, las cuales se pueden conseguir en el Ellen G. White Seventh-day Adventist Research Centre, Newbold College, Great Britain (Centro de Investigación Adventista Elena G. de White, Colegio Newbold, Inglaterra). Hay otras copias depositadas en la sede de las dos divisiones europeas de St. Albans, Inglaterra, y de Berna, Suiza, y, naturalmente, en las oficinas de Publicaciones White ubicada en el edificio de la Asociación General, y en la Universidad Andrews. EGWE 8 2 Aunque muchos de los extractos fueron tomados de los diarios de Elena G. de White, no se usa como referencia la palabra diario. Para facilitar el archivo y las referencias, todos los diarios originales manuscritos fueron copiados en forma de documentos numerados y mecanografiados, la mayoría de los cuales constituyen en conjunto un determinado período de sus actividades o se refieren a un viaje en particular. Por ejemplo, en lugar de hacer referencia al "Diario del 8 de octubre de 1885", se indica "Manuscrito 25, 1885". EGWE 8 3 Se ha intentado presentar, por decirlo así, un registro de la voz de la Sra. de White al dirigirse a los europeos en su propio continente, al comunicarse con el pueblo de Dios en sus respectivos países. Al preparar este registro se tuvieron en cuenta dos objetivos; primero, crear algo sumamente necesario: Un correcto libro histórico de referencias, basado en un importante período de la obra de la Iglesia Adventista en Europa, para lo cual se ha reunido la historia cronológica de los dos años que la Sra. de White pasó allí. Y, en segundo lugar, presentar en forma concisa la historia llena de contenido humano de las experiencias personales, las esperanzas, los triunfos, la desesperación, las vicisitudes y los sentimientos de una persona sumamente humanitaria, lo cual constituye una narración amena que se espera produzca en el lector la impresión de que ahora conoce a Elena G. de White, la mensajera del Señor. El relato está expresado con sencillez, y precisamente porque no se trata de una historia espectacular, resulta más convincente. EGWE 9 1 Vale la pena destacar que la publicación de este libro coincide aproximadamente con el centenario de la llegada al continente europeo, en 1874, de J. N. Andrews, el primer misionero adventista que viajó al exterior. EGWE 9 2 No cabe duda que si Elena G. de White viviera, se alegraría por la aparición de este libro. Repetidas veces declaró que las experiencias de los primeros años de la iglesia deben figurar entre los recuerdos de las providencias especiales de Dios. En 1903, refiriéndose a la obra literaria que aun debía realizar, escribió que tenía la esperanza de participar en la preparación de un manuscrito relacionado con su trabajo en Europa. He aquí sus palabras: EGWE 9 3 "Voy a hacer un esfuerzo por preparar un relato de nuestra permanencia y trabajo en Europa. Reuniré las disertaciones que presenté mientras estuve allí, y las publicaré junto con un bosquejo histórico, cuya mayor parte se halla en el libro publicado hace algunos años sobre este tema. Y alguna vez quisiera escribir los episodios de mi trabajo en Australia".--Carta 150, 1903. EGWE 10 1 La publicación de este libro de historia acrecentará, sin duda, el interés por el estudio del testimonio adventista que durante un siglo se ha venido presentando en Europa, e inspirará una fe poderosa que ayudará a planear mayores logros en el campo de la evangelización en los días que tenemos por delante. Arturo L. White, Washington, D.C. ------------------------Prólogo histórico EGWE 17 1 Ningun libro basado en la historia de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Europa, pasaría por alto la importantísima contribución que realizó el pastor y publicista pionero Juan Nevins Andrews. El pastor Andrews, establecido en Suiza, trabajó desde el otoño de 1874 hasta el otoño de 1883. El testimonio que dio en Europa marcó el nacimiento de dos fuerzas: La primera consistía en las fervientes súplicas de los adventistas guardadores del sábado que residían en Suiza, pidiendo que la Asociación General los ayudara y colaborara enviándoles un pastor; y la segunda, en la creciente convicción de los dirigentes de la iglesia de que debían enviar a uno de los miembros destacados, del Nuevo Mundo al Viejo, para colaborar con los hermanos europeos en la formación de una feligresía en Europa. EGWE 17 2 Alberto Vuilleumier, de Tramelán, Suiza, uno de los primeros frutos del trabajo de Czechowski, se puso en contacto desde el principio con los dirigentes de la Asociación General en Battle Creek. En una carta dirigida a los "queridos hermanos en Cristo", el 6 de enero de 1869, se lamentó por el hecho de que Czechowski "está casi siempre viajando", e hizo la siguiente confesión: "Anhelamos que nuestra organización, que los hermanos, envíen un misionero lleno de valor y fe, que sea capaz de soportarlo todo por amor a la verdad, y que esté de acuerdo [armonice] con nosotros. Necesitamos la experiencia y la orientación de nuestros hermanos y deseamos, por consiguiente, que un hermano venga y permanezca aquí algún tiempo... para organizarnos, aconsejarnos, fortalecernos... Les abrimos nuestros brazos, nuestros corazones, y les ofrecemos nuestros hogares". EGWE 18 1 A estos pensamientos fraternales de exhortación, seguían algunas preguntas acerca de la doctrina de la iglesia y comentarios sobre la obra de M. B. Czechowski y de un obrero nuevo y joven, Jaime Erzberger, quien, según dice la carta, "estudió para misionero en el Instituto de St. Chrischona, cerca de Basilea". "Ya fue bautizado--continuaba la carta--, y está proclamando el mensaje del tercer ángel en la Suiza alemana y nos da su apoyo. Es un genuino siervo de Dios y trabaja bien. También fueron bautizadas dos hermanas, y confiamos que este año se unirán a la iglesia otras personas que quedaron muy impresionadas. De esta manera se va abriendo camino la misión, en forma lenta pero, creemos, segura. Es una hora muy solemne para los que estamos en este campo". EGWE 18 2 El mismo Andrews, que era presidente de la Asociación General, contestó la carta de Vuilleumier. Su respuesta está fechada el 2 de abril de 1869. Escribió con mucho sentimiento: EGWE 18 3 "Es probable que nuestra Asociación General se reúna a fines de mayo. En esa oportunidad consideraremos seriamente su carta y haremos lo posible por ayudarle. Tenemos relativamente pocos obreros y este país, desprovisto de ayuda, es vasto. Sin embargo, su súplica nos ha conmovido profundamente y con oración estudiaremos qué se puede hacer. Creemos que los hombres que van a trabajar como misioneros deben ser piadosos, de criterio sobrio, y el celo y la cautela deben integrar su carácter... Es tarea de la Asociación General enviar estos misioneros. Nuestra falta de obreros para satisfacer las necesidades urgentes es tan grande que no sabemos a qué lado mirar". EGWE 19 1 La carta tiene una posdata escrita por Jaime White, quien señala su plena conformidad con las declaraciones del Hno. Andrews, y añade: "Los amamos y sentimos un profundo interés por su prosperidad. Ayer, en una reunión especial de la iglesia, la Sra. de White habló en favor de ustedes a los hermanos en la forma más conmovedora. Casi todos lloraban... No quedaremos silenciosos e inactivos con respecto a ustedes". EGWE 19 2 Jaime H. Erzberger, a quien los adventistas suizos enviaron a Estados Unidos para que abogara por conseguir un ministro, repitió y dio énfasis al pedido suizo de 1869. En Norteamérica lo ordenaron al ministerio y regresó al Viejo Mundo convertido en el primer pastor adventista que trabajó allí. EGWE 19 3 El saber que algunos grupos pequeños en distintos lugares de Europa, mediante el estudio de la Palabra, habían llegado a aceptar la verdad del sábado y la luz que el Señor le dio a Elena G. de White, en el sentido de que la iglesia debía distinguirse por su alcance internacional, ayudó a los adventistas a sentir la responsabilidad de evangelizar el mundo. Los dirigentes de la Asociación General consideraron con oración su responsabilidad de iniciar la obra en el extranjero y de elegir a una persona para enviarla a Europa en respuesta al llamado. Una cosa era cierta: Si pensaban enviar un representante de los Estados Unidos, tenía que ser el mejor. Entonces sus ojos se volvieron a Juan Nevins Andrews. EGWE 19 4 Durante los primeros años de su ministerio, Andrews trabajó muy cerca de Jaime White y de su esposa Elena, quienes apoyaron con todo entusiasmo la propuesta de enviarlo a Europa. .Ambos siguieron con profundo interés el desarrollo de la obra en dicho continente. EGWE 20 1 La nutrida correspondencia que Andrews envió a los White--actualmente depositada en la bóveda de Publicaciones White--, indica que ambos esposos fueron sus íntimos consejeros, algo así como sus padres. El los amaba y les era profundamente leal. Aunque no había mucha diferencia de edad entre ellos, los temperamentos eran tan distintos que su relación mutua se complementaba. A pesar de ser suave, sumiso y temeroso de cometer errores, Andrews era fervoroso y trabajaba con ahínco. Poseía una gran fuerza intelectual y era un alumno e investigador infatigable. Era capaz de ver y de comprender la profundidad y la anchura de la verdad y de buscar con diligencia hasta hallarla. Los White correspondían sus confidencias y siempre estuvieron de su lado para impartirle fuerza mediante su criterio maduro y robusto y sus intrépidos rasgos de carácter. EGWE 20 2 Una combinación de conocimientos útiles y de capacidad intelectual, unidos a la fe en la Biblia y en los consejos del espíritu de profecía, fueron factores importantes que contribuyeron al éxito de Andrews, como sucedió también con otros dirigentes espirituales del movimiento adventista en los primeros tiempos de la proclamación del mensaje. EGWE 20 3 Los insistentes llamados de Europa para que enviaran ayuda pastoral y el sentido de responsabilidad arraigado en el corazón de los dirigentes de la iglesia, los indujeron a tomar una decisión. Elena G. de White, al hablar posteriormente ante nuestros creyentes de Europa, declaró: "Les mandamos el mejor hombre que teníamos". EGWE 20 4 Refiriéndose a una circunstancia que dio realce al llamado de Andrews, Juan Corliss escribió: EGWE 20 5 'Se decidió realizar un congreso a poca distancia, al oeste de Battle Creek, en el verano de 1874, precisamente antes de la partida de nuestro primer misionero al extranjero; el pastor Andrews estaba presente. Cuando se trató el tema de la expansión del mensaje, y se dio la noticia de que él partiría pronto para Europa, sobrevino un cambio en la reunión, y el pastor Andrews, a quien jamás se lo había visto tan solemne, cambió de inmediato su fisonomía. Su rostro resplandecía con tal luminosidad que al verlo y al oír sus palabras aparentemente inspiradas, que expresaban su serena aceptación de estar en cualquier parte con el Señor, pensé en la historia de Esteban, cuyo rostro parecía 'el rostro de un ángel'".--Origin and History of Seventh-day Adventists 2:203. EGWE 21 1 Esto describe el espíritu del hombre cuya labor como pionero en Europa concluyó con su muerte, dos años antes de la llegada de la Sra. de White. EGWE 21 2 Andrews, que era viudo, partió de Boston el 15 de septiembre con sus hijos Carlos y María. Su primera tarea fue visitar a los conversos nuevos, ayudar a impartir instrucción y organizar a los creyentes y grupos que iban surgiendo en Suiza, Escandinavia y otros lugares. EGWE 21 3 Estableció su hogar en Suiza y comenzó a publicar en francés, un idioma nuevo para él, pero que se dedicó a aprender de inmediato. Después de un tiempo se le reunieron A. C. y D. T. Bourdeau, dos franco-americanos que vivían en el estado de Vermont. Habían aceptado la fe en 1857, y la predicaron con todo entusiasmo en muchas ciudades y pueblos de Nueva Inglaterra y Canadá. En un esfuerzo por robustecer su ministerio, tradujeron e imprimieron varios folletos en francés. EGWE 21 4 Dios colocó la carga del ministerio sobre algunos inmigrantes europeos radicados en América, y con el tiempo se publicaron folletos en alemán y en holandés. Luego siguieron publicaciones en dinamarqués y en noruego. J. G. Matteson, de origen danés, trabajó con diligencia y abnegación entre los dinamarqueses y noruegos de los Estados Unidos. Más tarde viajó también a Europa, y tuvo una destacada actuación en los comienzos de la obra en los países escandinavos. Pero el primer misionero que llegó a Europa proveniente de los Estados Unidos fue Andrews. ------------------------Capítulo 1 -- Rumbo a Europa El primer viaje de Elena G. de White al extranjero EGWE 23 1 La perspectiva de un viaje a Europa que incluía el cruce del Atlántico en barco, hizo que el corazón de Elena G. de White acelerara un poco sus latidos. La expectación que siente la persona que está a punto de realizar su primer viaje a otro país es casi siempre una sensación agradable, y la reacción de la Sra. de White, aunque cargada con un sentido de solemne responsabilidad, no fue una excepción. Además, un viaje a Europa en 1885--sobre todo si se iniciaba en el histórico puerto de Boston--constituía un privilegio que relativamente pocos norteamericanos podían disfrutar. EGWE 23 2 Desde el momento en que los dirigentes de la Iglesia Adventista en Europa invitaron a la Sra. de White a visitarlos, ella pensó en esa posibilidad y oró para que el Señor la dirigiera. Ahora todo estaba dispuesto, y ella estaba lista para embarcarse en las costas de su país. EGWE 24 1 Su último día en Norteamérica, el viernes 7 de agosto, estuvo lleno de actividades, con compras de último momento y cinco o seis cartas por escribir. Más tarde se dirigió al puerto de la gran ciudad donde abordó el vapor Cephalonia, de la compañía Cunard. Aunque el barco no iba a partir hasta el día siguiente, la Sra. de White y sus compañeros de viaje prefirieron instalarse en sus camarotes antes que comenzara el sábado. Pasaron la noche del viernes a bordo del barco. EGWE 24 2 Guillermo C. White, con su esposa, Mary Kelsey White, y su primera hija, la pequeña y vivaracha Ella, que tenía entonces tres años de edad, acompañaron a la Sra. de White en este viaje. Iban además Sara McEnterfer, Anna Rasmussen, la Sra. Bertha Stein, y dos de los hijos de A. C. Bourdeau: Arturo y Jesse, quienes iban a Europa para reunirse con su padre, que estaba allí desde 1884. EGWE 24 3 Elena G. de White, que compartía su camarote con Sara, lo describió como "grande y cómodo". En su diario expresó: "El Señor parece estar muy cerca y siento paz y descanso"--Manuscrito 16a, 1885. EGWE 24 4 Como resultado inmediato de estar al fin instalada en el barco, experimentó un relajamiento. Se sentía guiada. Tenía la certeza de que Dios, en su providencia, la dirigía. Un mes antes, no estaba tan segura de que la voluntad del Señor era que aceptara la invitación para trabajar en Europa. He aquí la interesante historia de la providencia divina. Llega la invitación de Europa EGWE 24 5 Desde el 28 de mayo al 1 de junio de 1884, se realizó en Basilea, Suiza, la segunda sesión del Concilio Misionero Europeo, presidido por Jorge I. Butler, de los Estados Unidos. Durante esa reunión se resolvió solicitar a la Asociación General que pidiera a la Sra. Elena G. de White y a su hijo, Guillermo C. White, residentes en California, que visitaran las misiones europeas. Durante las sesiones que la Asociación General celebró en Battle Creek, Míchigan, en el mes de noviembre, en las cuales ambos estuvieron presentes, se concretó el pedido. EGWE 25 1 Una parte de dicha resolución dice lo siguiente: EGWE 25 2 "Expresamos nuestro ferviente deseo de que la Hna. White visite Europa, a fin de que la causa aquí pueda compartir los beneficios de sus labores y de la preciosa luz e instrucción que el Señor tan misericordiosamente nos concede por medio de su sierva".--The Review and Herald, 11 de noviembre de 1884, 713. EGWE 25 3 También se requirieron en forma apremiante los servicios de su hijo Guillermo, que tenía entonces 30 años de edad. Su experiencia como gerente de una casa editora, la Pacific Press, ubicada en la costa occidental, lo capacitaba, a los ojos de los dirigentes de la iglesia, para "hacerse cargo de la terminación y el equipamiento" de la casa editora de Basilea. EGWE 25 4 La Review registra este pedido presentado en la sesión de la Asociación General de 1884, que tuvo lugar en el mes de noviembre, y declara que "Después de la lectura de la invitación formal, los pastores Butler y Haskell se refirieron a 'la conveniencia de que la Hna. White y su hijo, el pastor Guillermo White, visiten Europa en un futuro cercano'. Ellos respondieron que estaban dispuestos a ir dondequiera que Dios les indicara, mediante sus providencias inconfundibles, que ése era su deber".--Ibid. ¿Sería presunción realizar ese viaje? EGWE 26 1 Pero no hubo "providencias inconfundibles" que señalaran el camino del Viejo Mundo; el Señor no dio, al menos, ninguna instrucción ni visión. Una misteriosa providencia dejó que la Sra. de White descubriera en su propio interior la respuesta al llamado. En sus notas de viaje que se publicaron en la Review, declaró: EGWE 26 2 "Aunque oré durante meses pidiéndole al Señor que allanara mi camino a tal punto que pudiera estar segura de no cometer errores, con todo tuve que reconocer que el Señor había puesto una niebla delante de mis ojos".--Ibid. 15 de septiembre de 1885. EGWE 26 3 Cuando llegó el llamado ella tenía 57 años; hacía tres años que había enviudado, estaba agotada por el esfuerzo de escribir el cuarto tomo de El Gran Conflicto, que acababa de publicarse, y había quedado excesivamente debilitada después de un fatigoso programa de reuniones y congresos celebrados durante el verano de 1884. El cansancio mental que la aquejaba casi no le permitía escribir desde hacía varios meses. ¿Sería presunción de su parte el intentar atravesar las llanuras norteamericanas para ir a Europa? Se preguntaba cuál era su deber. ¿Estaba de acuerdo ese viaje con la voluntad de Dios? EGWE 26 4 Su "fe fue severamente probada". Anhelaba recibir consuelo y orientación humanas, y declaró lo siguiente: EGWE 26 5 "Mi valor había desaparecido, y anhelaba recibir ayuda humana de alguien que estuviera firmemente asido de lo alto, y cuya fe sirviera de estímulo a la mía. Día y noche mis oraciones ascendían al cielo para conocer la voluntad de Dios y aceptarla con perfecta sumisión. Pero mi camino no se aclaraba; no tenía evidencias especiales de que estaba en la senda del deber, o de que mis oraciones hubieran sido oídas".--Ibid. EGWE 26 6 Hasta el momento de su prematuro deceso en 1881, Jaime White animaba y aconsejaba a su esposa cuando ella tenía que tomar decisiones difíciles. Pero él ya no estaba. Ella había quedado sola, con excepción de sus dos hijos, especialmente Guillermo, cuyos consejos sabios y plenos de comprensión la fortalecían para la obra que tenía por delante. Aproximadamente en esa época, él la visitó en su casa de Healdsburg y le habló palabras de ánimo y fe. "El criterio de la Asociación General" EGWE 27 1 "El me pidió que mirase hacia el pasado, cuando, en las circunstancias más desagradables había actuado con fe, de acuerdo con la mejor luz que poseía, y el Señor me fortaleció y apoyó. Así lo hice, y decidí actuar en conformidad con el criterio de la Asociación General, e inicié el viaje confiando en Dios".--Ibid. EGWE 27 2 La Sra. de White, en una respuesta positiva a la animadora inspiración que le impartió Guillermo, preparó su baúl y partió con su hijo a Oakland. El sábado 11 de julio de 1885, por la tarde, habló en la iglesia de Oakland. Posteriormente declaró: EGWE 27 3 "El Señor me ayudó. Tenía la mente clara y me fue dada facilidad para expresarme... Decidí entonces que podía volver a atravesar las llanuras, con lo que recorrería por vigésima cuarta vez ese largo trayecto de este a oeste y de oeste a este".--Manuscrito 16, 1885. EGWE 27 4 El lunes siguiente subió al tren que la llevaría a cumplir su primera cita en el extranjero. Luego declaró: EGWE 27 5 "Cuando me senté en el vagón, tuve la seguridad de que estaba obrando de acuerdo con la voluntad de Dios".--The Review and Herald, 15 de septiembre de 1885. EGWE 27 6 Ese lunes de noche, en el tren, sintió que la mano de Dios quitaba la niebla de sus ojos. En la estación reinaba "gran confusión, y hacía meses que era incapaz de soportar algo semejante. Pero ahora no me molestó. Recibí la dulce paz que sólo Dios puede dar, y a semejanza de un niño cansado, hallé descanso en Jesús".--Ibid. EGWE 28 1 Más adelante, en relación con el llamado que le hicieron para trabajar en Australia en 1891, pasó por una experiencia igualmente desconcertante que puso a prueba su fe. Otros misioneros recibieron y contestaron llamados para trabajar en tierras lejanas. Ellos tuvieron que orar para conocer la voluntad de Dios. También tuvieron que aceptar el hecho de que Dios guía a sus siervos a través de los conductos regulares de la organización. Dios tiene una iglesia en la tierra, instituida por él. La iglesia cuenta con dirigentes escogidos, que son miembro de las asociaciones y juntas, dotados del poder de Dios para actuar en favor de su iglesia. Cuando Elena G. de White recibió el llamado para ir a Europa y Australia, tuvo que responder como cualquier otro obrero. Al igual que otros siervos de Dios, debió avanzar por fe. Al respecto declaró lo siguiente: EGWE 28 2 "He aprendido una vez más la lección que tuve que aprender tantas veces, de que debo descansar plenamente en Dios, por perpleja que esté. El jamás abandonará ni olvidará a los que le someten sus caminos. No debemos depender de la fuerza ni de la sabiduría humanas, sino que tenemos que hacer de él nuestro consejero y guía en todas las cosas".--Ibid. EGWE 28 3 De este modo halló descanso y paz Elena G. de White al subir a bordo del barco en el puerto de Boston. Sabía que estaba avanzando en la dirección que la Divina Providencia le había trazado. Al escribir el libro El Deseado de Todas las Gentes, después que llegó a Australia en 1891, declaró: EGWE 28 4 "El Señor está tan dispuesto a enseñarnos cuál es nuestro deber, como a cualquier otra persona... Los que decidan no hacer, en ningún ramo, algo que desagrade a Dios, sabrán, después de presentarle su caso, exactamente qué conducta seguir" (pág. 622). ¡Listos para partir! EGWE 29 1 El sábado de mañana, mientras el Cephalonia seguía anclado en el puerto de Boston, el grupo de viajeros recibió la última visita de algunos amigos, el pastor D. A. Robinson y el Hno. Eduardo Stillman, que fueron a despedirlos. La Sra. de White había escrito las últimas cartas. Las entregó a los dos hombres para que las despacharan, y se despidió de ellos. EGWE 29 2 El primer día fue agradable, y ella comenzó a pensar en la tarea que la aguardaba: EGWE 29 3 "Siento que mi corazón se abre en oración ante Dios pidiendo idoneidad para realizar la gran obra que me espera. Me siento animada y si me sobreviniera algún accidente o daño o la muerte, estoy en paz con Dios. Todo está bien... Deseo acercarme más a Jesús durante este viaje de diez días".--Manuscrito 16a, 1885. EGWE 29 4 El deseo expresado en esta oración resumía el propósito de su vida. Más adelante escribió (y según se puede ver, sus palabras eran el resultado de su propia experiencia): "Es únicamente la obra realizada con mucha oración y santificada por el mérito de Cristo, la que al fin habrá resultado eficaz para el bien".--El Deseado de Todas las Gentes, 329. EGWE 29 5 Ese domingo por la noche, después de contemplar una bellísima puesta de sol, fue al comedor con sus amigos para asistir a una reunión episcopal. Le pareció que los pasajes de las Escrituras que se leyeron fueron "muy apropiados" y declaró que "los himnos se cantaron con excelente sentimiento". Una tormenta en el mar EGWE 29 6 El lunes no hubo novedades. Pero el martes 11 de agosto cambió el tiempo. La Sra. de White escribió, con una aparente nota de expectación: EGWE 30 1 "El mar está turbulento. Las olas se elevan a mucha altura en un rocío verde, azul y blanco, se confunden y se estrellan con fuerza contra el ojo de buey... El barco se mece terriblemente y cada tabla parece sufrir la presión y las sacudidas. Hay pocas personas sobre la cubierta. Está mojada. Las sillas han sido amarradas con sogas. De un extremo al otro del barco se han extendido sogas con el objeto de que los que andan en cubierta puedan asirse de ellas para no caer. Realmente hay un fuerte balanceo. No puedo recostarme en el sofá. Los baúles se deslizan por los camarotes. Las maletas bailan de acá para allá... Me alegro de poder trepar hasta mi litera y recostarme. Poco es lo que puedo descansar. Tengo preciosos momentos de oración silenciosa. El Señor Jesús parece estar muy cerca de mí. Me siento tan agradecida de poder confiar en mi Salvador en todo momento".--Manuscrito 16a, 1885. EGWE 30 2 Después de la tormenta siguieron dos días de relativa calma y niebla, acompañados por el sonido impresionante de la sirena por la niebla que, según describe ella en su diario, "brama su señal de advertencia que repercute en cada nervio del cuerpo".--Ibid. EGWE 30 3 Y entonces, como de costumbre, la Sra. de White comienza a escribir nuevamente: Siete páginas el jueves, diez el viernes, diez el lunes siguiente. Le escribió a su hijo Edson y a su hermana melliza Elizabeth. Hizo las cinco páginas que se imprimían en The Sabbath School Worker (El auxiliar de la escuela sabática). También escribía con regularidad su diario, para llevar un registro de la vida a bordo del Cephalonia y las meditaciones que le inspiraba. EGWE 31 1 "He pensado en la gente que está en este barco y que no tiene fe en Dios ni esperanza en Jesucristo, el Redentor del mundo. Cuando el sol brilla y no amenaza ningún peligro, todo es hilaridad y diversión. Pero cuando los terribles vientos empujan y sacuden el barco, cuando llega el peligro, cuando la vida está en la balanza, el apetito por las diversiones termina... EGWE 31 2 "En medio de las aguas embravecidas, de la tormenta y la niebla, sentí que Jesús jamás había estado tan cerca, y que nunca había sido tan precioso para mí. Mi fe reposó en Dios, aunque las tinieblas me rodeaban. La fe del creyente es como la brújula del barco; por más que éste luche contra las olas y la tempestad, por más que se agite en el incansable mar permanentemente inquieto, la brújula conserva su posición y cumple su tarea. Mantiene su nivel en medio de las zambullidas y el balanceo, señalando el polo. Sentí que mi alma puede descansar en Dios a pesar de lo que venga, ya sean olas serenas o tumultuosas".--Manuscrito 17, 1885. EGWE 31 3 Una y otra vez recordó Elena G. de White la historia de Noé y de su fe, cuando navegaba en el arca sacudida por la tormenta. La Sra. de White estaba tan familiarizada con las Escrituras que le resultaba natural establecer paralelos entre sus experiencias y las de los personajes bíblicos. EGWE 31 4 Finalmente, al atardecer del 18 de agosto, el Cephalonia ancló en Liverpool. La travesía había durado diez días, plenos de interés para la diminuta viajera cuya inagotable curiosidad y sensibilidad hacia el ambiente que la rodeaba, convertían la vida en una fuente de permanente interés. Pero ella no era una turista que venía a contemplar el paisaje. Tenía una importante obra que hacer para Dios. EGWE 32 1 Dos años más tarde--menos dos semanas y un día--, el 3 de agosto, volvería a hacer el viaje de regreso desde ese mismo puerto. Su activa aventura europea habría pasado ya a la historia. ------------------------Capítulo 2 -- Se amplia la perspectiva Las visiones ayudan a lograrlo EGWE 33 1 La historia que se narra en este libro logrará una mejor perspectiva si nos detenemos brevemente a considerar algunos de los pasos que Dios dio para ayudar a los adventistas a adquirir la noción de su plena responsabilidad. Cuando Elena G. de White cruzó el Atlántico, debe haber meditado acerca de algunas de esas responsabilidades. De qué manera orientaron las visiones EGWE 33 2 Tan pronto como los primeros creyentes adventistas adquirieron un concepto de la tarea que les aguardaba, Dios les señaló, por medio de visiones, el camino para establecer misiones en todo el mundo. El origen de esto, según Elena G. de White, se remonta a su primera visión, recibida en diciembre de 1844. Posteriormente, en noviembre de 1848, tuvo una visión en Dorchester, Massachusetts, donde se la instruyó para que le comunicara a Jaime White que debía imprimir un periódico y que "desde este pequeño comienzo saldrán rayos de luz que han de circuir el globo".--El Colportor Evangélico, 9. EGWE 33 3 Más adelante, tres años antes que J. N. Andrews abandonara las costas de Norteamérica rumbo a Europa, los mensajes del Señor habían delineado una obra de proyección mundial: EGWE 34 1 "El 10 de diciembre de 1871 se me mostró que Dios llevaría a cabo una gran obra por medio de la verdad, si algunos hombres consagrados y abnegados se entregaban sin reservas a la tarea de presentarla a los que estaban en tinieblas... Los ángeles de Dios están tocando el corazón y la conciencia de los habitantes de otros países, y las almas honestas se inquietan al contemplar las señales de los tiempos en la perturbada condición de las naciones. Surge la pregunta en sus corazones: ¿Cómo acabarán todas estas cosas?"--Life Sketches of Ellen G. White, 203. EGWE 34 2 En la visión del 1 de abril de 1874, el ángel volvió a instruirla: EGWE 34 3 "No perdáis de vista el hecho de que el mensaje que proclamáis está destinado al mundo entero... Vuestra luz... debe ser colocada sobre un candelero, a fin de que alumbre a todos los que están en el mundo, la gran casa de Dios. Debéis tener miras más amplias que las que habéis tenido hasta ahora".--Joyas de los Testimonios 3:89, 90. EGWE 34 4 Poco tiempo después, Jaime White dijo que declaraciones como ésa de parte del espíritu de profecía causaron preocupación en los primeros creyentes. Ellos no podían comprender, teniendo en cuenta las limitaciones de tiempo, los escasos miembros y los pocos recursos que poseían, cómo podrían ser capaces de abarcar la tierra. EGWE 34 5 Arturo W. Spalding, el historiador adventista, se refirió a la "iglesia joven" que "sabía, acerca de su destino y su trayectoria, poco más que los niñitos saben de la tierra". EGWE 34 6 "Según declararon ellos, lo que debe significar es que este Evangelio debe ser predicado a todo el mundo en forma simbólica. Aquí en Norteamérica tenemos representantes de toda raza y nación. ¡Cuán bueno es el Señor al poner al alcance de nuestras manos a los judíos y gentiles, a los anglosajones, teutones, latinos, eslavos, indios, negros, mongoles! Debemos llegar a ellos en este lugar, para cumplir así con las condiciones".--Origin and History of Seventh-day Adventists 2:193. EGWE 35 1 Al usar la palabra "condiciones", ellos se referían a los requisitos de la comisión evangélica. Dedujeron que si se predicaba el mensaje del tercer ángel en todo el territorio de los Estados Unidos, equivalía a predicarlo en todo el mundo. El concepto de la obra misionera mundial EGWE 35 2 De este modo, mediante la Providencia divina, se fue desarrollando en forma gradual en la conciencia adventista el concepto de una iglesia internacional, y J. N. Andrews fue enviado a Europa. EGWE 35 3 Cuando Andrews llegó a Suiza en octubre de 1874, era obvio que la Providencia había preparado el camino para su llegada y para que el mensaje adventista se expandiera en el continente europeo. B. L. Whitney, quien llegó a Suiza en 1883 y trabajó como jefe de la Asociación Suiza, escribió que la neutral nación Suiza era el lugar natural para ubicar la sede de la obra. EGWE 35 4 "En esta república libre que es Suiza, ubicada en un lugar tan céntrico y admirablemente adaptada, por sus relaciones políticas, para convertirse en el centro de la gran tarea que había que realizar entre esas diversas nacionalidades, iba a establecerse la Misión Europea Central. Con sus tres idiomas nacionales: francés, alemán e italiano; ninguna barrera de prejuicios se interponía entre ella y los países vecinos, los cuales debían estar unidos en la común hermandad de la verdad. No podría haberse escogido ningún otro lugar mejor adaptado para esta obra que aquel que, según parecía, la Providencia había preparado".--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 14. Los europeos inician la obra en Europa EGWE 36 1 Pero la obra de los adventistas del séptimo día ya había comenzado en Europa algunos años antes que Andrews apareciera allí. Jaime Erzberger y Alberto Vuilleumier, ambos de nacionalidad Suiza, predicaron el mensaje adventista antes de la llegada del pastor y pionero norteamericano. El humilde instrumento que actuó en su conversión fue M. B. Czechowski, un adventista polaco que en otra época había sido sacerdote católico. EGWE 36 2 La llegada de Andrews fue significativa pues con ella se inició un largo período de fructíferos esfuerzos de cooperación entre los adventistas de los dos continentes. EGWE 36 3 Norteamérica envió uno de sus mejores hombres para pelear la batalla en Europa al comienzo de la proclamación del mensaje. Andrews había sido presidente de la Asociación General y director de la Review. Un año antes de la llegada de la Sra. de White a Basilea, Suiza, en 1885, Jorge I. Butler, que era entonces presidente de la Asociación General, asistió al concilio europeo y pasó algún tiempo en las oficinas de la Asociación Suiza en Basilea. Dedicó sus mejores esfuerzos a preparar el camino para la visita de la Sra. de White. Dio consejos prácticos para la organización de la iglesia y ayudó a planear el edificio de la primera institución adventista en Europa, la casa editora de Basilea, llamada Imprimérie Polyglotte. Esteban Haskell y J. N. Loughborough también precedieron a la Sra. de White. La mayor contribución de estos dos hombres fue la decidida obra de evangelización que realizaron en Gran Bretaña. Y ahora aparecía en el escenario la figura más destacada de la Iglesia Adventista: Elena G. de White. Butler se quedó tan sólo un corto tiempo en Europa. La estada de la Sra. de White iba a extenderse por dos años. EGWE 37 1 Los creyentes europeos dieron la bienvenida a los visitantes, a sus esfuerzos y a la ayuda económica que aportaron. Este plan viable, inspirado por el Cielo, impartió vitalidad y fuerza a la iglesia naciente que se desarrollaba en un mundo conservador, donde las costumbres religiosas y las actitudes sociales estaban profundamente arraigadas en la vida del pueblo. EGWE 37 2 La obra en Europa comenzó unas tres décadas antes de la visita de Elena G. de White en 1885. Esos treinta años estuvieron marcados por la misma búsqueda de la verdad, el mismo espíritu de evangelización y pasión por las almas, y el mismo sacrificio y pobreza que existieron en los comienzos de la iglesia en los Estados Unidos. Idónea para aconsejar EGWE 37 3 Elena G. de White, una de las fundadoras de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, junto con Jaime White y José Bates, participó de las primeras experiencias de la organización. Pasó por el período de crecimiento y expansión que siguió a los días de los pioneros. Estaba, por consiguiente, capacitada para orientar e impartir valor, fe y unidad a la congregación durante los dos años que pasó en Europa. Conocía de antemano los problemas que la obra debió afrontar en esa época: Fundar y financiar instituciones, conseguir viviendas para los obreros, escoger lugares para las reuniones evangelizadoras, y promover una colaboración eficaz entre los obreros evangélicos. EGWE 37 4 En realidad, la Sra. de White era la única pionera de la iglesia que vivía todavía, capaz de impartir dicha orientación. Su esposo había fallecido en 1881 y José Bates en 1872. J. N. Loughborough, S. N. Haskell y G. I. Butler, que trabajaron en Europa durante períodos breves como obreros establecidos o realizando visitas, no tenían la misma experiencia. EGWE 38 1 Pero, por sobre todo, el singular don de profecía que había sido otorgado a la Sra. de White, hizo de su visita un evento importante para los adventistas europeos y para la expansión del testimonio adventista en Europa. EGWE 38 2 Reinaba expectativa entre los hermanos. Cuando ella desembarcó del Cephalonia en Liverpool, aquel día de agosto, estaban ansiosos por escuchar sus mensajes. Es indudable que, gracias a la luz que había recibido de Dios, ella apresuraría la veloz difusión del mensaje destinado a llegar a todo el orbe. ------------------------Capítulo 3 -- La acogida en Inglaterra Dos activas semanas de reuniones EGWE 39 1 Cuando el Cephalonia atracó en el muelle de Liverpool, Elena G. de White estaba lista para empezar a trabajar. Se sintió animada ante la acogida que tuvo en el puerto. Allí la agurdaban M. C. Wilcox, director de Present Truth (La verdad presente), el periódico misionero inglés que él había iniciado el año anterior, y dos obreros más, Jorge R. Drew y Guillermo O'Neil. EGWE 39 2 El hermano Drew los llevó a su casa para pasar la noche, y todos oraron agradeciendo a Dios por su cuidado protector. Elena G. de White se sentía mejor que cuando partió de Norteamérica, y declaró: "Esta fue para mí una abundante evidencia de que estaba en la senda del deber".--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 162. EGWE 39 3 Drew trabajaba como "misionero portuario" en Liverpool, y Elena G. de White se sintió conmovida cuando él le informó que en esa ciudad había 300.000 habitantes y apenas dos obreros adventistas para tratar de llegar a ellos. "¿Cómo pueden ellos lograr que brillen rayos de luz en esta gran ciudad?" preguntó con el corazón acongojado. "Me llena de dolor... pensar que hay tan pocos obreros y tanto por hacer. Habrá que enviar ayuda a esta ciudad".--Carta 22, 1885. El primer misionero fue un inglés EGWE 40 1 La primera "ayuda" tangible que recibió Inglaterra provino de Suiza. El libro Historical Sketches declara: EGWE 40 2 "El primer misionero adventista que visitó Inglaterra fue el Hno. Guillermo Ings, quien llegó a Southampton desde Basilea, Suiza, el 23 de mayo de 1878. EGWE 40 3 "El Hno. Ings se quedó dos semanas, y luego regresó al Continente. Informó que había mucho interés y que la gente estaba hambrienta de la verdad. Pronto regresó a Inglaterra y reasumió su trabajo en su tierra natal. Después de 16 semanas informó que había diez personas que guardaban el sábado... El y su esposa se quedaron en Inglaterra hasta comienzos de 1882. Dedicó mucho tiempo a trabajar en el puerto, y envió millares de páginas de publicaciones acerca de la verdad presente en varios idiomas, a todas partes del mundo... Pero los esfuerzos del Hno. Ings no se redujeron a trabajar en el puerto. En Southampton y en las ciudades y los pueblos vecinos, presentó fielmente la verdad toda vez que tuvo oportunidad de hacerlo; iba de casa en casa consiguiendo suscripciones para los periódicos, hablando y orando con la gente" (pág. 81). EGWE 40 4 El mismo año que Ings comenzó a trabajar en Inglaterra, la Asociación General envió a J. N. Loughborough. a través del Atlántico. Llegó siete meses después que Ings. Loughborough se sumergió en tareas de evangelización en Southampton y sus suburbios antes que transcurriera una semana. Predicó en una carpa de 18 metros de diámetro que acababan de comprar. Seiscientas personas asistieron a la primera reunión. Hubo reuniones desde el 18 de mayo al 17 de agosto, y 30 personas firmaron "El Pacto", que consistía en cumplir los santos mandamientos de Dios y aguardar al Señor del cielo. EGWE 41 1 Hasta el 8 de febrero de 1880 no se celebró ningún bautismo. Ese día Loughborough sumergió a seis personas en las aguas. El no creía que se debía apresurar el ingreso de los interesados en la iglesia. El 2 de julio de 1881, 29 personas tomaron sus votos bautismales. Esto se debió en parte al excelente trabajo bíblico realizado por Maud Sisley, quien dejó los Estados Unidos para regresar a su país. EGWE 41 2 También el pionero S. N. Haskell visitó Gran Bretaña y trabajó en otros países de Europa en 1882. Animó a los obreros y los instó a comenzar la obra de publicaciones en Inglaterra. Otros pastores realizaron luego visitas breves. Pero J. H. Durland y M. C. Wilcox fueron misioneros dedicados a la obra en Gran Bretaña. Cimientos profundos y sólidos EGWE 41 3 Las necesidades del lugar eran abrumadoras. Elena G. de White vio claramente que la tarea apenas había comenzado. Estaba ansiosa por que se colocaran cimientos profundos y sólidos. En 1879, cuando todavía estaba en Norteamérica, escribió: EGWE 41 4 "Se me mostraron en visión muchos aspectos de la causa de Dios. El estado de cosas en la iglesia... y la obra de Dios en Europa e Inglaterra... y en otros territorios nuevos. Es sumamente importante que la obra en los nuevos territorios se inicie en la debida forma, llevando el sello divino. En esos lugares muchos correrán el peligro de aceptar o admitir la verdad sin estar verdaderamente convertidos. Cuando la tormenta y la tempestad los prueben, se descubrirá que no han construído su casa sobre la roca sino sobre arena movediza. El pastor debe poseer una piedad práctica y debe desarrollarla en su vida diaria y en su carácter. Sus discursos no deberían ser meramente teóricos".--Testimonies for the Church 4:321. EGWE 43 1 Estos consejos explican la obra cabal que J. N. Loughborough realizó en favor de sus conversos y el énfasis que S. N. Haskell puso en un ministerio de publicaciones vigoroso. Durante varios años ambos hombres habían trabajado muy cerca de Elena G. de White y tenían en alta estima sus consejos. EGWE 43 2 Volvamos ahora a Drew, en cuya casa se alojaba ella. Al igual que Ings, era inglés, y había nacido en Christchurch, Hampshire, en 1835. En su juventud había sido marino durante quince años. Cierta vez, oyó predicar a J. N. Loughborough en San Francisco y aceptó el mensaje adventista. Regresó a Inglaterra en 1882 y se dedicó a la "obra misionera en el puerto", que consistía en distribuir publicaciones gratuitas y en vender libros y revistas a los pasajeros y a la tripulación de los barcos anclados en las ciudades portuarias. EGWE 43 3 Drew trabajó primero en Hull y luego en Liverpool. Durante el resto de su vida prosiguió sus labores en Gran Bretaña. Guillermo O'Neil, uno de los que recibieron a la comitiva de la Sra. de White en el puerto, trabajó con Drew en Liverpool a fin de adquirir experiencia para la obra que pensaba realizar luego en Londres. Los dos hombres visitaron centenares de barcos en los veinte kilómetros de muelles entre Liverpool y Birkenhead. En el primer trimestre de 1884 Drew visitó 680 barcos. A él se le adjudica la conversión del capitán finlandés A. F. Lundquist, quien introdujo el mensaje adventista en Finlandia. Grimsby, asiento de la sede adventista EGWE 44 1 Al día siguiente del arribo de la Sra. de White, ella y su comitiva, junto con M. C. Wilcox, tomaron el tren para Grimsby, donde está ubicada desde 1884 la sede de la misión y de la obra de publicaciones. EGWE 44 2 Cuando llegó a la oficina de la misión en la calle 72 Heneage Road, la Sra de White se encontró con Alfredo Mason y su esposa Inés, el evangelista Sands H. Lane y su esposa Parmelia, y Juanita Thayer. Eran todos norteamericanos que habían ido a colaborar con la Misión Británica. EGWE 44 3 Según Guillermo White, Grimsby tenía 30.000 habitantes, y era "el puerto pesquero más grande de Inglaterra". "Un lugar extraño para imprimir nuestro periódico; sin embargo, hemos estado despachando más de 9.000 ejemplares por mes" (Carta de Guillermo C. White, 18 de septiembre de 1885). EGWE 44 4 La Sra. de White recuerda a Grimsby como "un lugar muy grande", aunque no lo suficiente "como para llamarlo ciudad, porque no tenía una gran catedral". Carta 22, 1885. Pero allí inició ella sus conferencias públicas que luego presentó ante muchos auditorios, grandes y pequeños, en ocho países europeos. EGWE 45 1 El viernes de tarde, una lluvia torrencial amenazó con disminuir considerablemente el número de asistentes, pero 170 personas desafiaron las inclemencias del tiempo para escuchar la conferencia de Elena G. de White titulada: "Temperancia Cristiana", uno de sus temas favoritos. Al concluir su disertación recibió un entusiasta aplauso. EGWE 45 2 A las diez y media de la mañana siguiente fue a la pequeña iglesia de Grimsby para predicar su primer sermón sabático. Había unas 35 personas presentes, incluyendo las diez que viajaron desde Hull y Ulceby. A. A. John llegó de Gales, donde venía proclamando el mensaje desde el comienzo del verano. EGWE 45 3 En el sermón que predicó aquel sábado de mañana, la mensajera del Señor compartió algunas experiencias de los primeros tiempos de la causa. Habló de los sacrificios que se hicieron y de la responsabilidad que recayó sobre cada uno de los miembros para sacrificarse más aún a fin de llevar la "verdad presente" a otros. Luego aseguró a la pequeña congregación que llegaría el tiempo cuando muchos abrazarían la verdad en el Reino Unido. EGWE 45 4 "Muchos rostros estaban bañados en lágrimas" aquel sábado de mañana, escribió la Sra. de White en su diario. Después de la reunión le presentaron a todos los miembros de la congregación en forma individual, y los que venían de Hull y Ulceby le suplicaron que fuera a predicar también en sus distritos. EGWE 45 5 Por la tarde se celebró la escuela sabática. La Sra. de White habló durante treinta minutos, y luego tomaron otros la palabra en una reunión de testimonios, o "social", como se las llamaba. EGWE 46 1 Al escuchar el relato de los conmovedores incidentes acaecidos a los nuevos creyentes, dijo que no podía evitar el pensamiento de cuán semejante es la experiencia de todos los verdaderos seguidores de Cristo. No hay más que 'un Señor, una fe, un bautismo'". Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 462. La iglesia de Inglaterra y la de su país eran una: Una en pruebas y en sacrificios. EGWE 46 2 El domingo de mañana volvió a predicar, basándose en el texto de Apocalipsis 3:15: "Yo conozco tus obras". Esa tarde, el 23 de agosto, se consiguió el Town Hall, la sala más grande disponible, para realizar una reunión pública. EGWE 46 3 Se calcula que hubo 1.200 personas presentes; todos los asientos estaban ocupados y las personas de pie llenaban los pasillos. Un coro de 55 voces, el "Grimsby United Temperance Prize Choir", que había obtenido el segundo premio en el Palacio de Cristal de Londres el año anterior, se ofreció para presentar las partes musicales. Presentó siete Números: tres al comienzo, dos antes de finalizar y dos después de la oración final. EGWE 46 4 El auditorio escuchó con profunda atención mientras Elena G. de White habló del amor de Dios revelado en la naturaleza. Atrajo a sus oyentes con el espíritu del verdadero evangelista. Más tarde declaró: EGWE 46 5 "Cuando reflexioné que hasta el gran día final no volvería a encontrarme con todos los que estaban allí reunidos, traté de presentarles las preciosas cosas de Dios en forma tal que sus mentes se elevaran de la tierra al cielo. Pero tan sólo pude advertirles, suplicarles, y mostrarles a Jesús como el centro de atracción, y un cielo de bienaventuranza como la eterna recompensa del creyente".--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 162, 163. EGWE 46 6 Jesucristo fue la figura central de todas las predicaciones de la Sra. de White, tanto en su país como en el extranjero. Ella estaba en condiciones de decir: EGWE 47 1 "Cristo Jesús lo es todo para nosotros: El primero, el último, el mejor en todas las cosas. Jesucristo, su espíritu y su carácter, da color a todas las cosas; es la trama y la urdimbre, es el tejido mismo de nuestro ser entero".--Testimonios para los Ministros, 395. EGWE 47 2 El discurso se publicó el viernes siguiente en el periódico Grimsby News (Noticias de Grimsby). Trabajo fructífero en Ulceby EGWE 47 3 Después de pasar casi todo el lunes 24 de agosto escribiendo, Elena G. de White tomó un tren que la llevó hasta Ulceby, a 16 km de allí, y visitó la pequeña iglesia fundada por A. A. John. Su obra en ese lugar fue fructífera. Una mujer que estaba convencida acerca de la verdad, pero que aún no se había decidido a aceptarla, resolvió entonces obedecer todos los mandamientos de Dios. EGWE 47 4 Antes de la reunión, la Sra. de White conversó un rato con un panadero, Eduardo Armstrong, y con su familia compuesta por nueve hijos. Armstrong le contó que hacía un tiempo que su esposa guardaba el sábado, pero que él había estado indeciso por temor a que al hacerlo se vería afectada su subsistencia. El proveía pan a la familia de un lord inglés en Ulceby [Lord Yarborough], y esto le ayudaba a realizar la mayor parte de sus negocios en la villa. Finalmente decidió guardar el sábado a pesar de lo que pudiera sobrevenir. Anunció su decisión a la madre del lord, y le prometió traerle el pan a última hora del viernes y el domingo temprano, pero ella se negó, le pagó lo que le debía y lo despidió, diciéndole que ellos necesitaban pan fresco todos los días y que ella ordenaría que se lo trajeran desde Grimsby. Sin embargo, a la semana siguiente lo llamó para preguntarle si había abandonado sus ideas tontas. Cuando Armstrong le respondió que no, dijo que de cualquier manera le seguiría comprando pan, porque el que le traían de Grimsby siempre estaba ácido. EGWE 48 1 Esta experiencia le permitió comprender a Elena G. de White las serias dificultades que debían enfrentar muchas personas en Gran Bretaña cuando aceptaban el sábado, y despertó su sincera simpatía. EGWE 48 2 "A los pobres les resulta muy difícil guardar el sábado", escribió a su amigo el Dr. Gibbs. "No se trata de perder sus lujos, porque no los tienen; lo que pierden es el pan que sostiene la vida. Muchos creen, pero no tienen posibilidades de conseguir los alimentos más sencillos para su mantenimiento". "Pero el ojo de Dios está puesto sobre sus hijos rectos y fieles en Inglaterra y él les abrirá un camino para que guarden todos sus mandamientos".--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 163. EGWE 48 3 Después de pasar la noche con la familia Short en Ulceby, y de tomar un desayuno al "estilo inglés", que consistió en "porridge [sopa de avena, dulce], pan con mermelada y torta", tomó el tren de las nueve que la llevó de regreso a Grimsby. Una gran reunión en Riseley EGWE 48 4 Al día siguiente volvió a partir, esta vez rumbo a Riseley, una pequeña ciudad cerca de Wellingborough, donde los pastores Lane y Durland habían estado celebrando reuniones en una carpa durante dos meses. Era un día lluvioso y nublado, pero había 400 personas esperando para escucharla; 300 estaban sentadas, y 100 de pie alrededor de la carpa. EGWE 48 5 La Sra. de White se sintió alentada por la actitud de los oyentes. "Escucharon fascinados", escribió. "Parecían beber cada palabra. Después de la reunión, todos los que pudieron... me estrecharon la mano calurosamente diciendo: 'Que Dios la bendiga por las palabras que habló... Que el Señor la guarde'".--Carta 22, 1885. La visita a Londres y Southampton EGWE 49 1 Como la Sra. de White estaba resfriada, al viajar a Londres al día siguiente se sintió mal durante todo el camino. ¿Qué nueva aventura la aguardaba en esa gran ciudad? EGWE 49 2 Guillermo White se adelantó para encontrar a Enrique Kellogg, y ambos la esperaban cuando ella llegó. Enrique Kellogg, que no tenía ninguna relación con el Dr. Juan H. Kellogg, era un comerciante adventista que había estado antes a cargo de la Review and Herald Publishing House. Llegó a Europa en 1885 para ayudar a establecer la casa editora en Basilea, para comprar equipos y colaborar con la obra de publicaciones en Gran Bretaña y Escandinavia. EGWE 49 3 Después de llegar a Londres, el 27 de agosto alrededor de mediodía, Elena G. de White hizo una breve caminata, pero al poco tiempo tuvo que irse al hotel. Al día siguiente, viernes, ella y sus compañeros se encontraron con W. M. Jones, pastor de la Iglesia Bautista del Séptimo Día en Londres y director del Sabbath Memorial. Jones los guió en una recorrida por el famoso Museo Británico. Acerca de ese paseo la Sra. de White comentó: "No hubiéramos visto mucho sin la compañía e información que nos brindó el pastor Jones".--Manuscrito 16a, 1885. EGWE 49 4 Después de la visita al famoso museo, el grupo partió en tren para Southampton. Esa noche, en una casa particular, ella habló durante cuarenta minutos a los miembros de la iglesia y al día siguiente, sábado, predicó dos veces. EGWE 50 1 El domingo de mañana su resfrío había empeorado, pero acompañó a los demás durante una breve visita a las ruinas de algunos antiguos edificios y muros romanos. El paisaje y el paseo la fascinaron, pero regresó al hotel con palpitaciones en la cabeza. Me parecía que "cada uno de mis nervios temblaba". Carta 22, 1885. Tenía que hablar esa noche, pero apenas podía pronunciar palabra. El hermano Durland había alquilado un gran salón y había hecho mucha propaganda, pero todos temían que iba a ser necesario cancelar la reunión. Guillermo White informó: EGWE 50 2 "Pasamos gran parte de la tarde orando, y confiamos en que el Señor la ayudaría como lo hizo en otras oportunidades. Mamá consintió en ir al salón para intentar hablar. Había unas 600 personas reunidas, y cuando ella comenzó a hablar con voz ronca dos a tres de los presentes se retiraron. Pero en menos de cinco minutos se le aclaró la voz y habló durante una hora, con más vigor que en ninguna otra reunión en Inglaterra" (carta de Guillermo C. White, 18 de septiembre de 1885). Preocupación por las almas en Londres EGWE 50 3 El lunes de mañana temprano estaban de regreso en Londres. Ella pasó allí dos días con sus noches escribiendo. Su proyecto más importante era escribir el sermón del domingo de noche, que había prometido enviar al periódico de Southampton, el Hampshire Independent. La última noche en Londres se sintió intranquila. EGWE 50 4 "No podía librarme de la preocupación que sentía por las almas en Inglaterra. Supliqué al Señor que despertara a su pueblo para que el espíritu misionero inflamara los corazones de los que ahora se sentían tranquilos en Sion; y para poder dar el mensaje de amonestación a estas grandes ciudades. Hay cinco millones de habitantes en Londres y cien obreros no serían demasiado para tratar de reflejar la luz en esta gran ciudad. ¿Quién vendrá a ayudar al Señor contra los poderosos? ¿Quién saldrá fuera del campamento para llevar la amonestación?"--Carta 22, 1885. EGWE 51 1 En un sueño que tuvo algunos años antes, se le mostró que las ciudades agonizantes del mundo necesitaban desesperadamente la luz. "Uno que tenía dignidad y autoridad" le dijo: EGWE 51 2 "'No perdáis de vista el hecho de que el mensaje que proclamáis está destinado al mundo entero. Debe ser predicado en todas las ciudades y en todos los pueblos, por los caminos y los vallados. No debéis limitar la proclamación del mensaje'".--Joyas de los Testimonios 3:89, 90. Hacia otros lugares de Europa EGWE 51 3 El viaje desde Londres a Dover por tren duró varias horas, pero Elena G. de White disfrutó del fresco verdor de la campiña, y notó el contraste con "los campos secos y marrones del otoño sin lluvias, en California". EGWE 51 4 El cruce del canal fue muy agitado y mucha gente sufrió mareos. Pero ella no tuvo ningún malestar. Al llegar a Calais, Francia, después de una hora y media de travesía, encontraron al hermano Brown, un colportor de ese lugar, quien les regaló una cesta con peras, uvas, duraznos y nueces, que fue muy bienvenida. Para el viaje a Basilea, Guillermo White trató de conseguir un coche dormitorio para su madre, pero los once dólares de diferencia en el pasaje lo disuadieron de la idea. La familia White--tanto la madre como el hijo--usaban con frugalidad el dinero del Señor. Pero felizmente consiguieron un tren directo. EGWE 51 5 A las 6 de la mañana del día siguiente, 3 de septiembre, llegaron a Basilea, Suiza, donde ella se radicó por dos años, plenos de acontecimientos. Poco después de su llegada escribió: EGWE 52 1 "Estamos al fin en Europa. Llegamos bien y tuvimos un viaje agradable; ninguno de nosotros sufrió accidente o daño alguno".--Carta 22, 1885. ------------------------Capítulo 4 -- La sede en Basilea Se organiza el ejército evangélico EGWE 53 1 Basilea está ubicada al norte de Suiza, cerca de las fronteras de Alemania y Francia. Al igual que en Zurich y Berna, allí se habla el alemán. La región es menos montañosa que la parte central de Suiza. Esta ciudad histórica, ubicada en un lugar tan estratégico, fue elegida como asiento de la sede adventista en Europa Central. Allí se estableció la primera institución de la iglesia en Europa. Cuando se anunció que allí se celebraría el tercer concilio europeo, el cual sería precedido por una reunión de cuatro días de la Asociación Suiza, Elena G. de White se apresuró a cruzar el Atlántico para estar presente en esas reuniones. EGWE 53 2 En la estación del ferrocarril en Basilea la esperaba B. L. Whitney, que fue a Europa en 1883 para hacerse cargo de la obra que dejó J. N. Andrews. El joven Carlos M. Andrews, hijo de J. N., estaba también allí con uno de los hermanos Vuilleumier. EGWE 53 3 Se dirigieron en un coche a caballo hasta el edificio recién terminado de las oficinas y la casa editora, donde aguardaban otros antiguos amigos para saludarlos. Allí estaba A. C. Bourdeau, que había llegado hacía un año. También estaban la anciana madre de J. N. Andrews, Sarah L. Andrews; la esposa de A. C. Bourdeau, Martha ; Bertha Stein y Anna Rasmussen. Las dos últimas habían cruzado el Atlántico con Elena G. de White, pero fueron directamente a Basilea en lugar de quedarse con ella en Inglaterra. "Yo he visto antes este lugar" EGWE 54 1 El edificio de la casa editora que fue durante dos años el hogar de Elena G. de White, estaba situado en la esquina de Weiherweg y Rudolphstrasse, y costó, incluyendo la maquinaria, más de 30.000 dólares. A ella le agradó mucho el edificio y no le resultó desconocido, aun antes de llegar a Basilea. En el libro Life Sketches se relata la historia: EGWE 54 2 "Cuando la Sra de White y su grupo llegaron a la casa editora, el pastor [B. L.] Whitney dijo: 'Vean nuestra sala de reuniones antes de subir'. Era una hermosa habitación en la planta baja, bien iluminada y amueblada. La Sra. de White observó con ojos escrutadores todos los aspectos del lugar, y luego dijo: 'Es una buena sala de reuniones. Tengo la impresión de haber visto antes este lugar'. EGWE 54 3 "Al poco rato, visitaron la parte destinada a la imprenta. Cuando llegaron a la habitación donde estaba la prensa, la Sra. de White observó: 'He visto antes esta prensa. Esta habitación me resulta muy familiar'. Los dos jóvenes que trabajaban allí no tardaron en acercarse, y los presentaron a los visitantes. Después de estrecharles la mano, la Sra. de White preguntó: '¿Dónde está el otro?' EGWE 56 1 "'¿Qué otro?', preguntó el pastor Whitney. EGWE 56 2 "'Hay un hombre de más edad aquí', contestó la Sra. de White, 'y tengo un mensaje para él'. EGWE 56 3 "El pastor Whitney le explicó que el capataz de la sala de prensas había ido a la ciudad por asuntos de negocios" (págs. 282, 283). EGWE 56 4 Diez años atrás, el 3 de enero de 1875, la Sra. de White relató a la gran congregación de la iglesia de Battle Creek que había visto en visión prensas que funcionaban en muchos países, imprimiendo periódicos, folletos y libros acerca de la verdad presente. EGWE 56 5 "Al llegar a ese punto de su narración, Jaime White la interrumpió para preguntarle si podía nombrar algunos de esos países. Ella contestó que no, porque no se lo habían dicho, "excepto uno; recuerdo que el ángel dijo Australia". Pero declaró que aunque no podía nombrar los países, reconocería los lugares si los veía, porque conservaba la imagen muy clara en su mente. EGWE 56 6 "En la sala de prensas de la nueva casa editora de Basilea reconoció uno de esos lugares. Pocos meses después, al visitar Noruega, reconoció que había visto antes en visión la sala de prensas de la casa editora de Cristianía [actualmente Oslo]; y seis años después, cuando visitó Australia vio en la oficina del Bible Echo de Melbourne, otra sala de prensas que reconoció como la que había visto en la visión de Battle Creek el 3 de enero de 1875.--Ibid. EGWE 56 7 Cuánto debe haber animado al pastor Whitney y a los prensistas de Basilea la visión que ella relató. Ellos estaban cumpliendo la obra que el Señor quería que hicieran. EGWE 56 8 Un año después de la visión, en un editorial publicado en la Review bajo el título "Predicación a todo vapor", Jaime White lanzó un desafío a los creyentes con estas conmovedoras palabras: EGWE 57 1 "El avance de la causa en Europa requiere que haya una oficina de publicaciones en Suiza, como lo sugirió en un informe reciente nuestro digno misionero, el pastor J. N. Andrews. Aprobamos encarecidamente la medida... Poco es lo que se ha logrado en nuestro país sin la prensa. La causa avanzó muy lentamente en este continente hasta que comenzamos a publicar con gran fervor. La obra en Europa tendrá poco valor hasta que nuestros hermanos europeos empiecen a predicar a todo vapor... EGWE 57 2 "Tenemos tres hombres capaces en Europa, consagrados a la causa de Dios, y esperamos que se levanten otros allí para defender la verdad. La Sra. de White se une a nosotros en la promesa de dar 1.000 dólares para la misión y la imprenta en Europa antes que concluya el año 1876, y esperamos que aquellos hermanos que poseen algo más que unos pocos recursos se nos unan con mano generosa en esta obra importante. Por la gracia de Dios tendremos una casa editora en Basilea, que es el punto central para Suiza, Alemania y Francia" (30 de marzo de 1876). EGWE 57 3 Pero la imprenta europea no abrió sus puertas hasta 1885, justamente antes de la llegada de Elena G. de White, en el mes de septiembre. Hasta entonces todo el trabajo lo hacían las imprentas comerciales. El primer esfuerzo por imprimir que realizó el pastor Andrews en Suiza, dio como resultado folletos preparados al principio por editores de Neuchatel y posteriormente de Basilea. EGWE 57 4 En julio de 1876 el pastor Andrews comenzó a publicar Les Signes des Temps (Señales de los tiempos) que también fue impreso en un taller comercial. Su trabajo alcanzó un éxito considerable. A su muerte, el periódico francés contaba con 6.000 suscriptores. EGWE 58 1 La imprenta Suiza, en Basilea, construida con gran esfuerzo y sacrificio, fue seguida al poco tiempo por nuevas imprentas en Noruega, Inglaterra y Australia. Cuando se reunió la Asociación General en 1901, había veinte casas editoras en diferentes partes del mundo "predicando a todo vapor". En la actualidad hay medio centenar que preparan publicaciones en más de 200 idiomas. La vida en el edificio de la sede EGWE 58 2 Después que el pastor Whitney presentó a Elena G. de White a los obreros de la casa editora, subieron en el ascensor hidráulico hasta el segundo piso donde ella viviría transitoriamente en el departamento de la familia Whitney. El segundo piso del edificio estaba totalmente destinado a viviendas, además de la parte del frente y del este del primer piso. EGWE 58 3 El hecho de que todos los obreros vivieran y trabajaran en el gran edificio de la casa editora contribuía, sin duda, a crear algunos problemas internos, y es indudable que esto agravaba la difícil situación de la gerencia, que procuraba mantener el debido decoro entre los jóvenes de ambos sexos que trabajaban en el establecimiento. EGWE 58 4 Aunque se ignora en qué departamento se instalaron finalmente Elena G. de White y la familia de su hijo, se sabe que estaba ubicado en el segundo piso y, sin duda, al frente (sur) del edificio. Desde sus ventanas se veía un gran parque o campo de maniobras, donde jugaban los niños y se entrenaban los soldados. EGWE 58 5 El edificio era de piedra y medía 14 m x 23 m. En el sótano estaban ubicadas la caldera y las dos máquinas de gas que producían energía para las prensas del piso superior. Sobre el sótano había un entrepiso ubicado un poco por debajo del nivel del suelo, lo cual permitía que entrara la luz por las ventanas. Allí se encontraban la sala de prensas y encuadernación, el depósito de papel, la fundición de estereotipos y una habitación dividida en pequeños depósitos iguales para las familias que vivían en el edificio. La mitad ubicada a la derecha o al este de la planta baja estaba destinada al salón de reuniones, con capacidad para 300 asientos; en la otra mitad estaban las oficinas de administración y de expedición, donde se doblaban y despachaban las publicaciones. EGWE 59 1 En el primer piso se encontraban la sala de composición y las oficinas destinadas a los redactores, traductores y correctores de pruebas. El frente y una parte del lado este de dicho piso había sido reservado para los departamentos donde vivían las familias. EGWE 59 2 Como ya se mencionó, en el segundo piso había sólo departamentos. Encima estaba el desván que se usaba como depósito, iluminado por el tragaluz del centro. EGWE 59 3 El viernes de noche Elena G. de White se dirigió a unas cincuenta personas reunidas en el salón de la planta baja. Su predicación fue traducida al francés y al alemán. Al respecto ella comentó: "Al principio resultaba bastante incómodo hablar de esa manera; pero esa impresión pasó pronto, y me resultó mucho menos difícil de lo que esperaba".--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 183. Reflexiones acerca de la histórica Basilea EGWE 59 4 Elena G. de White pasó los primeros días de la semana siguiente, el 7 y 8 de septiembre, escribiendo sus experiencias del viaje a Basilea, para publicarlas en la Review and Herald, y preparándose para la sesión del concilio europeo. Sus pensamientos retrocedieron a los tiempos de la Reforma en Suiza, tema al cual se había referido dos años atrás en el tomo 4 de su popular libro Spirit of Prophecy (The Great Controversy) [El Conflicto de los Siglos]. Pero mientras estuvo en Suiza escribió: EGWE 59 5 "La ciudad de Basilea fue un lugar importante para los reformadores protestantes. Suiza fue uno de los primeros países de Europa que captó la luz de la mañana y anunció el surgimiento de la Reforma. Y Basilea fue uno de esos sitios donde la luz del día concentró sus rayos; de allí se irradiaron a los lugares circunvecinos. No fue, sin embargo, hasta después de transcurridos algunos años de espera y conflicto, que la Reforma se estableció aquí completamente".--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 169, 170. EGWE 60 1 Se le reveló que las publicaciones que existían en el período de la Reforma eran importantes para el éxito de la obra del Señor en esa época. EGWE 60 2 "Por ser la sede de una universidad, Basilea era un centro de reuniones favorito para los eruditos. Contaba también con muchas imprentas. Fue aquí donde Zwinglio recibió su primera educación; donde Erasmo publicó el Nuevo Testamento que había traducido al latín del griego original; donde Frobenius, el célebre impresor, publicó los escritos de Lutero, y en poco tiempo los diseminó por Francia, España, Italia e Inglaterra; y también donde Juan Foxe pasó parte de su exilio tratando de imprimir algunos de sus libros... Aquí imprimió la primera parte de Book of Martyrs (El libro de los mártires)".--Ibid. 171. EGWE 60 3 Después la Sra. de White comenzó a pensar en la iglesia moderna, con sus posibilidades de imprimir y publicar el último mensaje de Dios. EGWE 60 4 "En la providencia de Dios, nuestra casa editora está ubicada en este lugar santo [Basilea]. No podríamos desear un lugar más favorable para publicar la verdad en diferentes idiomas. Como Suiza es una república pequeña, las cosas que provienen de ella no se reciben con suspicacia, como sucedería si una nación poderosa las entregara a otra de sus grandes rivales. Aquí se hablan tres idiomas: francés, alemán e italiano; es, por lo tanto, un lugar favorable para imprimir publicaciones en estos idiomas".--Ibid. El ejército evangélico EGWE 61 1 Como la Sra. de White era evangelista de corazón, analizó el futuro de la proclamación del mensaje adventista en Europa y lo representó con la figura de un ejército bien entrenado. EGWE 61 2 "La plaza llena de césped que está frente a la oficina, y que ya he mencionado antes, está reservada por el gobierno suizo para efectuar maniobras militares. En ciertas épocas del año veo allí entrenarse día tras día a los soldados, para estar listos, cuando sea necesario, a incorporarse al servicio activo. Al observar los progresos del entrenamiento y al notar de vez en cuando la perfecta demostración que realiza cada compañía, surge en mí el interrogante: ¿Por qué no puede haber en Basilea un gran ejército de soldados cristianos que se entrenen para el servicio activo en las grandes batallas que hay que pelear en los diversos países de Europa contra la tradición, la superstición y el error? Los que se están entrenando para pelear la batalla del príncipe Emanuel, ¿por qué han de ser menos fervientes, menos escrupulosos, menos minuciosos al prepararse para la lucha espiritual?"--Ibid. EGWE 61 3 Entrenar soldados para la lucha espiritual significaba ofrecerles una educación cristiana: Escuelas patrocinadas por la iglesia a las cuales pudieran asistir los voluntarios para el servicio, a fin de prepararse para la "batalla" en las vastas fronteras de Europa; "para salir como misioneros", declaró la Sra. de White. Y añadió: "Y también para que nuestros hermanos que tienen niños dispongan de un lugar donde enviarlos y donde no estén obligados a asistir a clases en sábado".--Ibid. 172. EGWE 61 4 Este dilema de la asistencia a la escuela en sábado iba a convertirse en un problema realmente penoso en algunos países de Europa. El tiempo ha demostrado que Dios obró muchos milagros en favor de sus hijos obedientes, pero a menudo éste ha sido el crisol de la prueba y de la fidelidad. EGWE 62 1 Hagamos una pausa para considerar cómo se formó la estructura básica de la organización adventista en Europa. Este estudio es fundamental para comprender la estructura que dio como resultado asociaciones, casas editoras, colegios e instituciones médicas. Los dos primeros concilios europeos EGWE 62 2 Entre el 14 y 17 de septiembre de 1882 se realizó el primer concilio misionero europeo, en Basilea. Esta reunión ayudó a desarrollar unidad y cohesión entre los mensajeros de Dios que trabajaban en tres territorios diferentes: Gran Bretaña, Escandinavia y Suiza. En el libro Historical Sketches se informan los alcances de esa reunión: EGWE 62 3 "Por ser ésta la primera reunión en su género, se dedicó más a la consulta y la comparación de las labores realizadas en el pasado que a recomendar planes para el trabajo futuro. Al adoptar estatutos se formó una organización permanente: Como presidente se eligió al pastor J. N. Andrews; secretario, el pastor A. A. John; y tesorero Carlos M. Andrews. Aunque la cuestión de la relación que existiría entre esta organización y las diversas partes de la obra en Europa quedó a cargo de las recomendaciones de la Asociación General, los beneficios prácticos que se obtuvieron en esta primera asamblea fueron tan evidentes que se recomendó allí mismo que, a partir de ese momento, se realizaran esas asambleas por lo menos una vez al año" (pág. 109). EGWE 62 4 Debido a la extrema debilidad del pastor J. N. Andrews y a su muerte ulterior, se pospuso el segundo concilio europeo que estaba planeado para octubre de 1883. Se fijó una nueva fecha para esta segunda reunión, del 28 de mayo al 1 de junio de 1884 en Basilea, la cual coincidió con el fin de la visita de G. I. Butler a las tres misiones europeas. En esa ocasión la representación enviada por las misiones fue mucho más numerosa; hubo delegados de Italia y también de Rumania. EGWE 63 1 El concilio de 1884 adoptó ciertas recomendaciones, que incluían un nombre oficial: "El Concilio Europeo de las Misiones Adventistas del Séptimo Día", y la designación de una comisión general ejecutiva, de tres miembros, formada por hermanos escogidos de las tres misiones. Esto permitiría aplicar a la obra por realizar el mejor criterio de todos los misioneros, y haría que todos se sintieran responsables del progreso de la causa común. EGWE 63 2 Conviene notar que este arreglo no creó una superestructura de "división" o de "unión", ni requirió un grupo de obreros nuevos o un nuevo presupuesto. Sencillamente, reunió a los presidentes de las misiones locales en una comisión tripartita que debía supervisar la obra en general en Europa. De este modo, la Asociación General podía tratar directamente con esta comisión todos los asuntos importantes de la obra en expansión, y Europa podía contar con una voz en las sesiones de la Asociación General. EGWE 63 3 El énfasis que se dio a la necesidad de que cada territorio tuviera su representante, a fin de "unificar la obra" en Europa, refleja los rasgos más definidos y sobresalientes de la forma representativa que emplea la organización para administrar la iglesia. A pesar de que esta feliz idea de una representación completa alcanzó su culminación en la sesión de la Asociación General celebrada en Battle Creek en 1901, la idea básica se manifestó y fue aceptada en los comienzos de la obra en Europa. EGWE 63 4 Desde los primeros días de la Iglesia Adventista, aun antes que se organizara la Asociación General en 1863, los mensajes del espíritu de profecía repetían que se debía mantener el orden y usar procedimientos ordenados al desarrollar un sólido gobierno eclesiástico.--Véase Primeros Escritos, 97. EGWE 64 1 Y ahora vemos que el instrumento usado por Dios estaba presente en Europa, para facilitar el progreso de un testimonio evangelizador e institucional poderoso en el continente. EGWE 64 2 Elena G. de White estuvo también presente en el Tercer Concilio Misionero Europeo en Basilea, y sus predicaciones y consejos ejercieron una fuerte influencia en la organización de la iglesia en Europa y contribuyeron a una rápida difusión de la verdad divina. ------------------------Capítulo 5 -- La asociación Suiza Una de las primeras de Europa EGWE 65 1 El Jueves 10 de septiembre, los obreros y miembros laicos de la iglesia comenzaron a llegar a Basilea para el congreso de la Asociación Suiza que se iniciaría esa tarde. Un antiguo amigo de Elena G. de White, Daniel T. Bourdeau, llegó con un grupo de creyentes franceses. Ella los saludó cordialmente y mantuvo una agradable entrevista con Bourdeau y su pequeña familia. EGWE 65 2 Estaban presentes su esposa Marion, y sus hijas Paciencia--una adolescente de quince años llena de energías--y Agustina, de diez años. Elena G. de White conocía a la familia Bourdeau desde la época en que estuvo radicada en Bourdeauville, al norte de Vermont, cuando su casa era un importante puesto de avanzada adventista. EGWE 65 3 El hermano de Daniel, A. C. Bourdeau, fue el primer miembro de la familia que aceptó el mensaje del tercer ángel. Cuando lo hizo, Daniel pensó que estaba loco al guardar el sábado en lugar del domingo. Orgulloso por la beca bíblica que había obtenido en un seminario bautista del Canadá, Daniel se dedicó a probar, por medio de las Escrituras, que su hermano estaba equivocado. Durante ese proceso, por supuesto, descubrió precisamente lo contrario, y se vio obligado a admitir que la Biblia favorecía el día de reposo adventista; a pesar de ello, no pudo aceptar todavía que las visiones de la Sra. de White fueran auténticas. Entonces se realizó una importante reunión en Puente Buck, Nueva York, en 1857. Daniel estaba presente, y durante la reunión Elena G. de White recibió una visión. Los fenómenos físicos que caracterizaron sus primeras visiones, uno de los cuales era la ausencia de respiración (véase Daniel 10:17, 18) se hicieron presentes en esa ocasión. EGWE 66 1 Jaime White, que estaba allí, invitó a pasar al frente a las personas que dudaban para que comprobaran por sí mismas. Explicó que cuando la Sra. de White estaba en visión, se abstraía por completo de todo lo que la rodeaba, y dio oportunidad a cualquiera de los presentes para que la examinara. Esa fue la oportunidad de Bourdeau. Obtuvo permiso del pastor White, y con un espíritu de reverencia y decoro, después de comprobar que no había señales externas de respiración, recurrió a un extraño procedimiento. Más tarde dio el siguiente testimonio: EGWE 66 2 "Puse mi mano sobre su boca, oprimiéndole las fosas nasales entre mis dedos pulgar e índice, de modo que, aunque ella lo deseara, le era imposible exhalar o inhalar aire. La mantuve sujeta de este modo con la mano durante unos diez minutos, el tiempo suficiente como para que se asfixiara en circunstancias normales; pero esta prueba no le afectó en lo más mínimo" (Declaración de D. T. Bourdeau, del 4 de febrero de 1891, citada en The Great Second Advent Movement (El gran movimiento adventista), por J. N. Loughborough, pág. 210). EGWE 66 3 Bourdeau confesó que después de este incidente jamás volvió a dudar del origen divino de las visiones de la Sra. de White. Durante el Concilio Europeo que se celebró al poco tiempo, la confianza de Bourdeau fue sometida a una severa prueba, pero se mantuvo inalterable. Y jamás la perdió. La Sra. de White asiste al congreso de la asociación Suiza EGWE 67 1 Esa noche se inauguró el segundo congreso anual de la Asociación Suiza. Esta asociación fue una de las primeras que se organizó oficialmente en Europa, en una reunión general celebrada el año anterior (1885), en Bienne. Se reunieron ministros de Francia, Italia, Alemania y Rumania, como también de Suiza, y aunque la asociación recibió el nombre de "Suiza", en realidad incluía las iglesias de todos esos países. Ciento veinticinco delegados estuvieron presentes en la reunión de Bienne, donde se organizó la asociación; pero cuando la Sra. de White se levantó para hablar en la sesión del día viernes, le sorprendió y deleitó ver allí a casi 200 creyentes reunidos. "Raras veces se ve un grupo tan inteligente y de noble aspecto", informó a los lectores de la Review. "A pesar de pertenecer a países diferentes, al fijar nuestros ojos en el mismo objetivo, Jesucristo, nos acercamos a Jesús y los unos a los otros".--The Review and Herald, 3 de noviembre de 1885. EGWE 67 2 Los delegados escucharon con profundo interés la primera presentación de la mensajera del Señor. Fue una predicación cálida e inspiradora: "Esta mañana me interesó profundamente escuchar los informes del trabajo realizado en los diversos territorios", comenzó diciendo. Añadió luego algunos recuerdos, y observó que esos informes eran muy similares a los que oyó cuando se inició la obra en Norteamérica. Estaba segura de que en Europa los obreros tenían el mismo sentir que los de Norteamérica, cuando veían aceptar el mensaje a los nuevos conversos: "Un alma que abraza la verdad tiene más valor que montañas de oro. Llorábamos y nos regocijábamos, y apenas podíamos dormir".--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 147. EGWE 68 1 Después se refirió al informe del trabajo en Italia presentado por el pastor A. C. Bourdeau: EGWE 68 2 "Se ha hablado de los valles del Piamonte. Por la luz que he recibido sé que en esos valles hay almas preciosas que aceptarán la verdad. No conozco personalmente esos lugares; pero me fueron presentados como que estaban relacionados en ciertos aspectos con la obra de Dios en el pasado".--Ibid. EGWE 68 3 A continuación aseguró a los representantes de otros países de Europa que "en todos los territorios mencionados en los informes hay aún una gran obra por realizar".--Ibid. Métodos apropiados de trabajo EGWE 68 4 La Sra. de White se refirió luego a los métodos apropiados de trabajo. Subrayó la importancia de las visitas personales a los hogares. El pastor debe estar alerta para captar cualquier indicio de interés y de convicción despertado por su predicación, y debe comenzar a trabajar de inmediato con las personas involucradas. "Muchas almas preciosas vacilan durante un tiempo", dijo Elena G. de White, "y luego se inclinan hacia el error, porque el pastor no realizó un esfuerzo personal en el momento apropiado". Ibid. 148. Sugirió que tal vez los obreros deberían vivir en los lugares donde las necesidades son mayores. "Deberían acercarse a la gente, sentarse a sus mesas y alojarse en sus humildes hogares". --Ibid. Si esto significaba que los obreros debían ir con su familia a lugares indeseables, tendrían que recordar, simplemente, que cuando Jesús trabajó en Palestina no siempre permaneció en los lugares más agradables. EGWE 69 1 Pero no sólo señaló a los ministros como los únicos heraldos del mensaje. Sabía que había madres muy laboriosas y jornaleros que también tenían una obra que hacer para Dios. "Hermanos y hermanas, vosotros que permanecéis apegados a los objetos superfluos de vuestra casa, tenéis una tarea que cumplir. La obra de salvar almas no debe quedar sólo a cargo de los ministros. Toda persona convertida procurará llevar a otros al conocimiento de la verdad. Comenzad a trabajar con los que están en vuestro propio hogar y vecindario... También podéis elevar vuestras peticiones en favor de los obreros que trabajan en los distintos territorios. Dios escuchará vuestras oraciones".--Ibid. EGWE 69 2 Ese consejo no era un mero sermonear. Aunque madre de cuatro hijos, la Sra. de White siempre trabajó fielmente para llevar a Cristo a los que estaban junto a ella y también a sus vecinos. Sus contactos misioneros en Europa, tanto dentro de la iglesia como fuera de ella, eran frecuentes y fructíferos, como veremos más adelante. Reuniones en sábado EGWE 69 3 El sábado de mañana, al mirar por la ventana, la Sra. de White vio que los coches de caballos pasaban tambaleándose y luchando contra el barro de las calles a medida que se iba reuniendo la gente. Luego se dirigió a la nueva capilla para la reunión sabática. Su preocupación se expresa en las siguientes palabras: "Que el Señor nos acompañe".--Manuscrito 16a, 1885. EGWE 69 4 D. T. Bourdeau predicó en francés, y su hermano tradujo el sermón al inglés para que pudieran entenderlo los norteamericanos e ingleses presentes. EGWE 70 1 Por la tarde, Elena G. de White volvió a predicar. Lo hizo con mucha claridad y fervor, y cuando efectuó el llamado la respuesta fue desbordante. Surgieron un centenar de testimonios fervientes. "Todos manifestaron que el discurso los había impresionado y beneficiado. Realmente parece que esta gente está ansiosa por recibir ayuda y está dispuesta a aceptar mi testimonio".--Ibid. EGWE 70 2 Por la luz que la Hna. White recibió del Señor, las iglesias adventistas no debían descuidar las reuniones de testimonios, porque ellas abrían grandes depósitos de fortaleza y ánimo recíproco dentro de la familia de la iglesia. EGWE 70 3 La reunión "social" o de testimonios tenía también un valor práctico como escuela, donde los creyentes aprendían a expresarse y a usar la voz al dar sus testimonios. En las congregaciones nuevas de Europa, y más adelante en Australia, la Sra. de White introdujo esta clase de reuniones. EGWE 70 4 "Aunque la reunión social es algo nuevo, aprenden en la escuela de Cristo, y están venciendo el temor y el temblor. Les presentamos el hecho de que la reunión social será la mejor forma de prepararlos y educarlos para que sean testigos de Cristo".--Manuscrito 32, 1894. EGWE 70 5 El domingo de mañana debía reunirse la flamante Sociedad Suiza de Publicaciones. Las dimensiones de la obra que tenían por delante les producía una sensación de desamparo, ya que sólo contaban con un colportor alemán, y algunos pocos más en otros países. Guillermo White se adelantó para hablar. A pesar de sus escasos 31 años, era un experto dirigente de publicaciones, y había trabajado como gerente de la Pacific Press. Sabía manejar el negocio de publicaciones con unos pocos colportores. Se refirió al comienzo de la obra de colportaje en Norteamérica, que databa de pocos años, y a la cantidad de programas experimentales que se probaron allí antes de descubrir mejores métodos de trabajo. Y sus animadores consejos dieron resultado. Antes de concluir el congreso el pastor White y Sands Lane, de Inglaterra, organizaron una numerosa clase de aspirantes al colportaje, ocho de los cuales decidieron dedicarse a ese trabajo. El carácter práctico de las predicaciones de Elena G. de White EGWE 71 1 Ese mismo día, la Sra. de White predicó un sermón práctico a los misioneros. Comenzó hablando del escepticismo de Natanael cuando oyó mencionar a Jesús por primera vez: EGWE 71 2 "Esta es una lección para todos nuestros ministros, colportores y misioneros. Cuando os halléis frente a personas que, como Natanael, tienen prejuicios contra la verdad, no tratéis de presentarles vuestras opiniones con demasiado énfasis. Mencionad al principio temas en los que ambos concuerden. Inclinaos con ellos para orar, y con humilde fe presentad vuestras peticiones al trono de la gracia. Tanto vosotros como ellos podréis establecer un contacto más estrecho con el cielo, el prejuicio se debilitará y os será más fácil llegar al corazón".--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 149. EGWE 71 3 Nuevamente destacó la importancia del trabajo personal, y declaró que la obra del mensaje del tercer ángel se cumplirá en gran medida por el esfuerzo perseverante e individual y por las visitas a los hogares. EGWE 71 4 Luego volvió a referirse a su tema favorito: EGWE 71 5 "Presentad la verdad tal cual es en Jesús; no con el ánimo de discutir o de buscar contención, sino con humildad y temor... Muchos rechazan la verdad porque no les es presentada con el espíritu de Cristo".--Ibid. 150. EGWE 71 6 Según ella, este amor lograría mucho más que los argumentos, por más poderosos que fueran. Luego aconsejó cómo tratar los casos más difíciles. Dijo que aun en el caso de que alguien cerrara la puerta en la cara del misionero, éste no debía ceder. Ese era el momento de que los "silenciosos mensajeros de la verdad"--la página impresa--, dieran su testimonio. Una tarea para jóvenes y ancianos EGWE 72 1 La Sra. de White sabía que debían afrontar enormes dificultades, pero había una obra que podían realizar los miembros de todas las edades: EGWE 72 2 "El éxito no depende tanto de la edad o de las circunstancias de la vida, como del amor genuino hacia los demás. Mirad a Juan Bunyan dentro de las paredes de la prisión... No está ocioso. El amor por las almas sigue ardiendo en su interior, y desde su oscura prisión surge una luz que alumbra a todo el mundo civilizado. Su libro El Peregrino, escrito en las circunstancias más adversas, describe la vida cristiana con tal precisión, y presenta el amor de Cristo bajo una luz tan atractiva, que centenares y millares de personas se convirtieron por medio de ese instrumento".--Ibid. 151. EGWE 72 3 Las palabras que siguieron inspiraron ánimo a los que tenían origen luterano: EGWE 72 4 "Contemplad ahora a Lutero en su prisión de Wartburg, mientras traduce la Biblia, que salió luego como una antorcha llevada de un país a otro por sus conciudadanos, para separar la religión de Cristo de la superstición y el error".--Ibid. EGWE 72 5 Luego instó a los jóvenes para que se dedicaran al servicio de Cristo, y terminó con una exhortación: EGWE 72 6 "Estoy agradecida al ver una congregación tan numerosa en esta reunión. Pero el año próximo, ¿se verá más que duplicado el número de los presentes? Que cada uno responda por sí mismo acerca de lo que hará".--Ibid. 153. EGWE 72 7 Aquella tarde volvió a predicar. Nuevamente el auditorio se separó en grupos de distintas nacionalidades. El pastor D. T. Bourdeau tradujo al idioma francés, el pastor Erzberger al alemán y el pastor Oyen al dinamarqués y noruego. Fue una experiencia agradable para la Sra. de White, ya que el sistema de traducción le permitía disponer de más tiempo para reflexionar en lo que estaba diciendo, y para descansar la voz. EGWE 73 1 Hubo también una exhortación diferente y sorpresiva--una "experiencia nueva para muchos de nuestros hermanos europeos", como la describió Elena G. de White. Al concluir su predicación, invitó "a todos los que deseaban ser cristianos y que sentían que no habían mantenido una relación viva con Dios, que pasaran al frente", y declaró que "uniremos nuestras oraciones a las suyas para pedir perdón por el pecado, y gracia para resistir a la tentación".--The Review and Herald, 3 de noviembre de 1885. EGWE 73 2 Dios hizo la obra. La gente respondió con gusto. La Hna. White declaró: "Pareció que toda la congregación se entusiasmó, y lo mejor que pudieron hacer fue quedarse en su sitio para buscar juntos al Señor".--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 173. EGWE 73 3 Después de esta exhortación, 115 personas, muchas de las cuales lloraban sin cesar, expresaron en un emotivo testimonio su deseo de tener una experiencia genuina en las cosas de Dios. EGWE 73 4 En un informe de este incidente publicado en la Review, Elena G. de White describió la sinceridad de esta reunión de reavivamiento celebrada en Basilea. Dio testimonio de que la obra del Espíritu de Dios es similar dondequiera que estén sus hijos. "El Espíritu Santo obra de igual manera en todo el mundo. Cuando se lo recibe en el corazón, todo el carácter se transforma... Los viejos hábitos y costumbres, el orgullo nacional y el prejuicio se quebrantan... Y esto da como resultado la unidad de pensamiento y acción".--The Review and Herald, 3 de noviembre de 1885. El congreso llega a su fin EGWE 74 1 El lunes, finalmente, concluyó el congreso. La última predicación de la Sra. de White giró en torno de la unidad y la cortesía cristianas, y cuando terminó hubo otro "estreno" en la nueva capilla de Basilea: Un bautismo celebrado en el flamante bautisterio. Catorce personas dieron este paso a instancias de la fe, y Elena G. de White declaró: "Quiera Dios que ninguno de ellos olvide jamás sus votos bautismales". EGWE 74 2 Al relatar la historia en el órgano informativo de la iglesia, exhortó a los adventistas de todas partes del mundo con las siguientes palabras: EGWE 74 3 "Los que han aceptado recientemente la cruz de Cristo, tanto aquí como en Norteamérica, ¿seguirán ascendiendo por la escalera del progreso?"--Ibid. ------------------------Capítulo 6 -- El tercer concilio misionero europeo Una Asociación General en miniatura EGWE 75 1 El martes, es decir, un día después que concluyó la asamblea, comenzó en Basilea una reunión aún más importante: El Tercer Concilio Europeo de las Misiones Adventistas del Séptimo Día, del 15 al 29 de septiembre. Guillermo White declaró que esa sesión fue una Asociación General en miniatura. Resultó ser la reunión de obreros más memorable y eficaz que tuvo la iglesia europea en sus primeros años. Ningún otro concilio se le pudo comparar en orden de importancia, ya que estableció un modelo para la obra futura. EGWE 75 2 A los 31 delegados oficiales que habían venido de distintos países europeos se les unieron tres más de Norteamérica. También asistieron los empleados de la casa editora y una cantidad de creyentes suizos. EGWE 75 3 El primer día del concilio amaneció sereno y bello; a las cinco de la mañana la Sra. de White se levantó a escribir. Después del desayuno, como faltaban aún varias horas para la reunión de apertura, salió por primera vez desde que estaba en Basilea a dar un paseo en carruaje. Cruzó el Rin y entró en territorio alemán. Regresó renovada. EGWE 75 4 A las once, los delegados se reunieron en el salón de la casa editora para comenzar sus deliberaciones. La Sra. de White se sentó en silencio mientras ellos elegían las comisiones de trabajo y comenzaban a elaborar planes. El programa pronto cobró forma. La comisión de reuniones, de la cual formaba parte Guillermo White, propuso a la mañana siguiente que se celebrara una asamblea bíblica junto con el concilio. EGWE 76 1 J. G. Matteson resultó escogido para dirigir la clase bíblica todas las mañanas a las nueve y se designó a S. H. Lane, J. Erzberger y A. C. Bourdeau para que enseñaran a los obreros a dar estudios bíblicos. Una clase de colportaje a la 1.30 de la tarde y otra de inglés a las 4.30 completaban el programa de la asamblea. Además, a primera hora de la mañana se celebraban las reuniones administrativas y espirituales. No se desperdiciaba el tiempo; a los delegados se los podía acusar de intemperantes, pero no de indolentes. Las reuniones comenzaban a las 5.30 de la mañana y proseguían hasta las 9 de la noche. EGWE 76 2 Además de participar en las deliberaciones del concilio, la Sra. de White hablaba todas las mañanas en la reunión de oración y testimonios. Posteriormente se informó que "las charlas matutinas de la Sra. de White fueron uno de los aspectos más interesantes de esta convocación anual, y en ellas se impartió mucha instrucción valiosa acerca de la obra práctica de los presentes".--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 118. EGWE 76 3 Ella comenzó su serie de charlas devocionales prácticas el miércoles de mañana, con una exhortación a los ministros para que adquirieran una experiencia individual con Dios y manifestaran amor y tolerancia entre ellos. "Una máquina puede ser perfecta en todos sus detalles--señaló--, pero si no recibe aceite en los lugares apropiados sufrirá fricción y desgaste. Lo mismo nos pasa a nosotros. Necesitamos el aceite de la gracia en nuestro corazón, para evitar las fricciones que pueden surgir entre nosotros y aquellos a quienes servimos". Ibid. 119. Antes que concluyera el concilio, se hizo evidente una gran necesidad de este aceite de la gracia y hubo oportunidad para que se lo aplicara generosamente. Informes de las misiones EGWE 77 1 En la primera parte del concilio, los obreros presentaron uno por uno el informe de los progresos de la obra en sus respectivas áreas de trabajo. J. G. Matteson inició los informes con el relato de su trabajo en Escandinavia. Desde el mes de abril había estado trabajando en Copenhague y como resultado organizó una iglesia de once miembros. En esa época había 258 observadores del sábado en Dinamarca, 279 en Suecia y unos 160 en Noruega. Matteson informó que en todo el territorio de Escandinavia había siete ministros, siete hombres con licencia para predicar, ocho colportores y 18 iglesias. EGWE 77 2 Los observadores del sábado en Inglaterra estaban organizados en cuatro iglesias. En Suiza, Alemania, Francia, Rumania e Italia había 224 creyentes diseminados, además de otras 39 personas que guardaban el sábado en otras iglesias no relacionadas con la asociación. EGWE 77 3 Francia y Córcega presentaron un informe de 35 miembros. Dos pequeñas iglesias italianas, Nápoles y Torre Pellice, tenían 25 miembros. En Pitesti, Rumania, donde Thomas G. Aslan continuó el trabajo iniciado por A. C. Bourdeau, había catorce creyentes. EGWE 77 4 Los redactores también se sentían orgullosos de sus publicaciones misioneras y sobre temas de salud. En total, se publicaban nueve periódicos diferentes en Europa Central, Escandinavia e Inglaterra. Pero todavía había una urgente necesidad de libros nuevos en los idiomas europeos, especialmente libros del espíritu de profecía, a fin de que los colportores pudieran ofrecer al pueblo hambriento mucho más que unos pocos folletos y suscripciones de revistas. Uno de los primeros acuerdos del concilio fue el de establecer una comisión permanente que recomendara libros para su traducción y su publicación. La verdad debe ser presentada con amor EGWE 78 1 El jueves de mañana la Sra. de White volvió a referirse a un tema que había mencionado durante la asamblea Suiza: La necesidad de presentar la verdad con amor. Señaló el ejemplo de Pablo. Cuando él trabajó en favor de los judíos, no destacó al principio los importantes aspectos de la vida y la muerte de Cristo. Comenzó hablándoles del Antiguo Testamento; demostró a sus oyentes que existía la promesa de un Salvador, y luego les presentó el hecho de que ese Salvador ya había llegado. "Este fue el 'ardid' que usó Pablo para atraer almas", observó la Sra. de White: EGWE 78 2 "Cuando trabajéis en un lugar donde la gente recién comienza a quitarse las escamas de los ojos, y a ver a los hombres como árboles que caminan, tened mucho cuidado de no presentar la verdad en forma tal que despierte prejuicios, y cierren la puerta de su corazón a la verdad. Concordad con la gente en todos los puntos que os sea posible, sin detrimento de vuestras creencias. Dejadles ver que amáis sus almas, y que deseáis armonizar con ellos tanto como sea posible".--Ibid. 122. EGWE 78 3 Luego añadió, con un dejo de tristeza: EGWE 78 4 "Oh, si pudiera impresionar a todos con la necesidad de trabajar con el espíritu de Jesús; porque se me ha mostrado que a algunas almas en Europa se las ha alejado de la verdad por falta de tacto y habilidad al presentársela".--Ibid. EGWE 78 5 En la última parte de su disertación del jueves de mañana, trató un problema definido: EGWE 79 1 "No alentéis a cierta gente que hace del vestido el centro de su religión... Hablad del amor y la humildad de Jesús; pero no animéis a los hermanos y hermanas a que se dediquen a buscar defectos en la ropa o el aspecto de los demás. A algunos les deleita hacerlo".--Ibid. EGWE 79 2 Y concluyó diciendo con franqueza: EGWE 79 3 "Son pocos los hermanos y hermanas que conservan la vestimenta sencilla como yo lo hago. Mis escritos se refieren a este tema , pero no lo pongo en primer lugar. No se le debe conceder más importancia que a las verdades solemnes y probatorias para este tiempo".--Ibid. 123. Reuniones de preguntas y respuestas EGWE 79 4 Por fin llegó el momento cuando el concilio debía desviar la atención de los informes del pasado a los planes para el futuro. Guillermo C. White sugirió que bien podría dedicarse algo de tiempo para que los hermanos que lo desearan hicieran algunas preguntas prácticas. Se les daría respuesta y se concedería la oportunidad de entablar una discusión. Se preparó un "buzón de preguntas". EGWE 79 5 Por fin llegó el momento de ventilar y discutir las diferencias de opinión, y el viernes, cuando Elena G. de White se levantó a las cinco de la mañana para preparar su mensaje devocional, dijo que "el Espíritu de Dios la instó" a presentar a los obreros la necesidad de aceptar las enseñanzas. Su mensaje, basado en Santiago 3:13-18, fue otra exhortación a la unidad. EGWE 79 6 "Nadie debe pensar que no es muy importante el hecho de mantenerse unido con sus hermanos; porque los que no aprendan a vivir en armonía aquí, jamás estarán unidos en el cielo... EGWE 80 1 "Aunque penséis que tenéis razón, no debéis lanzar vuestras ideas para que ocupen el primer lugar y causen discordia... Dejad que Cristo se revele. No acariciéis un espíritu de independencia que os conducirá a pensar que si vuestros hermanos no están de acuerdo con vuestra opinión tienen que estar equivocados. Las opiniones de vuestros hermanos son para ellos tan preciosas como las vuestras lo son para vosotros. En Cristo os uniréis vosotros con ellos, y habrá un dulce espíritu de unidad".--Ibid. 124-126. EGWE 80 2 Los pioneros son siempre una casta independiente. Tienen que tomar sus propias decisiones y a menudo se ven obligados a avanzar sin la dirección ni el consejo de nadie. Por lo tanto, en los comienzos de la obra en Europa, a muchos obreros les era sumamente difícil adaptarse al hecho de que la iglesia estaba saliendo de su etapa pionera y se iba convirtiendo en una entidad organizada que poseía cierta fuerza. Ahora se hacían necesarias la colaboración y la coordinación. Y el Espíritu de Dios dirigió los mensajes que hacían tanta falta en ese momento. EGWE 80 3 Mientras tanto, Elena G. de White tenía un problema mucho más humano: ¡Un diente que necesitaba atención! El Dr. Vincenzo Guerini, un afable dentista italiano convertido, había venido de Nápoles para asistir al concilio. La Sra. de White lo visitó y lo describió luego como "un refinado caballero... Está totalmente consagrado a la verdad. Un hombre de excelente espíritu". Carta 23, 1885, p. 2. Era también un hábil profesional. EGWE 80 4 Finalmente llegó el primer sábado, para romper la activa rutina. D. T. Bourdeau predicó en el culto del sábado de mañana y la Sra. de White ocupó el púlpito por la tarde. Su predicación fue de gran ayuda para la hermandad. "Los ángeles celestiales estuvieron en nuestro medio--declaró--. Fui bendecida al hablar, y los hermanos fueron bendecidos al escuchar".--Ibid., p. 3. La respuesta a los testimonios dados por la Hna. White EGWE 81 1 En la inspiradora reunión de testimonios que siguió, los esfuerzos que realizó la Sra. de White por promover la unidad entre los hermanos comenzaron a dar fruto. Durante algún tiempo Antonio Biglia se limitó a trabajar exclusivamente en la ciudad de Nápoles, Italia, para preocupación de los dirigentes de la asociación. El recibía sueldo de la asociación, pero trabajaba de acuerdo con su criterio independiente. Ahora se puso de pie, y con profunda emoción hizo su confesión. EGWE 81 2 "Había oído y leído acerca de la misión de la Hna. White, pero ahora la he visto y palpado por mí mismo. Reconozco que el poder de Dios tocó mi corazón por medio de su testimonio. Lo recibo como proveniente de Dios, y me humillo ante él. A través de la Hna. White llegó a mí la voz de Dios reprobando mis pecados".--Ibid. EGWE 81 3 A continuación Biglia accedió a trabajar bajo la dirección de la asociación, y antes que terminara el concilio europeo se votó un acuerdo que lo animaba a ampliar su área de trabajo fuera de los límites de Nápoles. EGWE 81 4 La reunión de testimonios se prolongó cuatro horas. "Muchos declararon llorando que era la mejor reunión que habían tenido", escribió la Sra. de White a G. I. Butler, presidente de la Asociación General. EGWE 81 5 La Sra. de White no fue una mera observadora en las reuniones, sino una participante activa. Tanto su corazón como su mente estaban entregados a los problemas del momento. Noche tras noche permanecía despierta, orando e implorando al Señor la ayuda que necesitaban. Y el Señor contestaba sus fervientes plegarias. EGWE 81 6 El buzón de preguntas contenía algunas consultas que ponían a prueba la sabiduría de los dirigentes. En la reunión del domingo de mañana se inició la discusión con el siguiente interrogante: "¿Ofrece alguna ventaja el uso de carpas en Europa y Gran Bretaña?" Ese día A. A. John presentó un informe de sus reuniones al aire libre en Gales, que parecían tener éxito, y se manifestó en contra de las reuniones en carpas. Pero la Sra. de White objetó su declaración, en primer lugar porque las reuniones al aire libre exigían mucho esfuerzo de los órganos vocales del ministro, y en segundo lugar porque se hacía demasiado difícil mantener el orden y la dignidad que requería una reunión religiosa. Además, el contacto con la gente en las reuniones al aire libre era a menudo breve y superficial. Eso no significaba que había que dejar de celebrarlas, pero había medios mejores para predicar el mensaje. El método más excelente eran las visitas del ministro a los hogares para "abrirles las Escrituras alrededor de la chimenea y para enseñarles con sencillez los puntos esenciales de la verdad presente... Los estudios bíblicos, la oración humilde y ferviente con la familia, cumplen una obra más grande que los discursos más poderosos... sin ese esfuerzo personal".--Ibid. La importancia de las reuniones en carpa en Europa EGWE 82 1 La Sra. de White dijo que, por la luz que había recibido, sabía que en Europa se podían realizar reuniones muy beneficiosas. Al día siguiente, el concilio acordó comprar carpas para Inglaterra, Suecia, Suiza y Francia. EGWE 82 2 Al hablar en el culto del lunes de mañana, Elena G. de White volvió a reflejar su preocupación por que los obreros aprendieran la colaboración mutua. Sus primeras palabras señalaron el hecho de que Jesús envió a sus discípulos de dos en dos. EGWE 82 3 "Nuestro Salvador sabía a quiénes convenía relacionar. No podía unir al suave y amado Juan con otro discípulo de temperamento similar; lo conectó con el ardiente e impulsivo Pedro... De este modo, los defectos de uno se cubrieron en parte por las virtudes del otro".--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 126. EGWE 83 1 A continuación desvió un poco el tema, y destacó la importancia de la perseverancia en el trabajo. Dios quiere obreros que se dejen absorber completamente por la voluntad divina, y que no permitan que nada los distraiga de su vocación: EGWE 83 2 "Un alma tiene más valor que todo el mundo; y al Dios del cielo le desagrada que permitamos que las cosas de naturaleza temporal se interpongan entre nosotros y la obra de salvar almas". Ibid. 127. Lanzó a los delegados el siguiente desafío: EGWE 83 3 "Hay una gran obra que hacer en Europa. Al principio puede parecer que se mueve lentamente y con dificultad; pero Dios obrará poderosamente a través de vosotros si os rendís enteramente a él. Muchas veces tendréis que caminar por fe y no por sentimientos".--Ibid. 128, 129. Apremiantes necesidades financieras en Basilea EGWE 83 4 En la reunión que el concilio celebró esa mañana a las 10.30, la Sra. de White escuchó con atención las discusiones y recomendaciones. Cuando el tema giró en torno de la apremiante falta de fondos, no pudo abstenerse de compartir algunas de sus experiencias como pionera. Recordó la época cuando su esposo, Jaime White, casi inválido a causa del reumatismo, cortaba leña por 24 centavos la pila, a fin de reunir el dinero necesario para asistir a la primera asamblea sabática en Connecticut. EGWE 83 5 Por la noche el dolor de sus articulaciones era tan intenso que no podía dormir. Después se refirió a una oportunidad en que ella se desvaneció y cayó al suelo con una criatura enferma en los brazos, por falta de alimento. Después de mencionar varias experiencias similares, recordó que hacía apenas unos pocos años, el pastor J. N. Andrews, cuando estaba precisamente por viajar a Europa como misionero, se quedó sin dinero. La Sra. de White vendió entonces en 50 dólares un vestido nuevo de seda que le había regalado una amiga, y le mandó el dinero al necesitado pastor. Luego habló con emoción de las necesidades inmediatas de la casa editora de Basilea: EGWE 84 1 "Nuestra tesorería está ahora, puedo decir, casi vacía. En muchos lugares hemos sufrido una fuerte presión económica. Hace una o dos noches soñé que oraba a Dios. Desperté suplicándole mientras le presentaba nuestra tesorería vacía, y le rogaba que nos enviara medios para adelantar su causa y su obra. Propongo, hermanos y hermanas, que presentemos a Dios con fe viva nuestra tesorería vacía, y le pidamos que supla nuestras necesidades".--Manuscrito 14, 1885. EGWE 84 2 Guillermo White, al escribir al presidente de la Asociación General al día siguiente, hizo lo posible para que sus necesidades fueran conocidas no sólo en el cielo sino también en Battle Creek. EGWE 84 3 "Todavía hay que pagar 5.000 dólares por el edificio", se lamentó. "El Hno. Whitney le escribió para hacerle saber qué cosas se necesitaban, pero usted no pareció comprender, y le respondió felicitándolo por el hecho de que no necesitaba nada más. Entonces él volvió a escribirle para explicarle que había una necesidad inmediata de 5.000 dólares, y acaba de recibir la consoladora respuesta de que cuando necesite más dinero lo mande a buscar, pues usted trataría de reunirlo. Estamos pasmados, al borde de la bancarrota, ¿qué podemos decir para que entiendan los hechos?" (Carta de Guillermo White a G. I. Butler, 22 de septiembre de 1885). EGWE 84 4 Finalmente las oraciones y los ruegos de los obreros europeos fueron contestados. El 6 de octubre llegaron los 5.000 dólares. EGWE 84 5 Todos los días, durante el concilio, la Sra. de White no sólo siguió escribiendo su diario, sino que añadió una extensa carta a G. I. Butler. Esa tarde, mientras escribía, llamaron a la puerta. Era Alberto Vuilleumier. La Asociación Suiza recomendó que se lo ordenara al ministerio, pero él creyó que debía esperar otro año. El y la Sra. de White hablaron de su experiencia, y recordaron el tiempo cuando él aceptó el mensaje por la predicación de Czechowski en 1867 y se convirtió en un miembro destacado y en anciano de la primera iglesia europea adventista de Tramelan. EGWE 85 1 Vuilleumier consultó acerca de la presentación del mensaje adventista en territorios nuevos. ¿Debía mencionarse al principio la cuestión del sábado? La Sra. de White le recordó que había aconsejado comenzar por la piedad práctica, la consagración y el perdón, temas con los cuales todos los cristianos concordaban. También debe haberlo animado a aceptar la ordenación, porque al llegar la última noche del concilio los pastores le impusieron las manos y lo consagraron para el ministerio. EGWE 85 2 El martes de mañana, 22 de septiembre, Elena G. de White presentó una de las disertaciones más cálidas e inspiradoras acerca de la fe y la confianza en Dios. Fue en realidad un testimonio personal. EGWE 85 3 "En esta mañana me siento tan agradecida por el hecho de que podemos encomendarle a Dios, como a un fiel Creador, el cuidado de nuestras almas. A veces el enemigo me acosa con toda la fuerza de sus tentaciones cuando estoy por predicar. Me siento tan debilitada que parece imposible que logre estar de pie ante la congregación. Pero si cediera a mis sentimientos, y dijera que no puedo hablar, el enemigo ganaría la victoria. No me atrevo a hacerlo. Avanzo, ocupo mi lugar en el púlpito, y digo: 'Jesús, mi alma indefensa depende de ti; no permitirás que sea confundida', y el Señor me da la victoria... EGWE 86 1 "¡Oh, si pudiera impresionar a todos con la importancia de ejercer fe momento a momento y hora tras hora!... Si creemos en Dios, estamos armados con la justicia de Cristo; nos hemos aferrado de su fuerza... Queremos hablar con nuestro Salvador como si estuviera precisamente a nuestro lado".--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 130-133. Se extiende el período de sesiones EGWE 86 2 Cuando la Sra. de White co cluyó de hablar y la gente empezó a dar testimonios, muchos dijeron que podían comprender mejor ahora por qué no habían avanzado más rápidamente en su experiencia cristiana. Algunos presentes pidieron que las reuniones se extendieran una semana más. "Dijeron que las lecciones que estaban recibiendo de la Hna. White eran muy valiosas; que estaban aprendiendo mucho en los estudios bíblicos y en las clases acerca de la obra de los colportores". Carta 23, 1885. Por lo tanto, el concilio acordó prolongar una semana esa rica fiesta espiritual y la valiosa instrucción práctica. Esa última semana fue un tiempo de prueba para algunos de los ministros presentes, según veremos más adelante. EGWE 86 3 "Cómo hacer frente a las tentaciones", fue el tema de la predicación de Elena G. de White en el culto del miércoles de mañana. "La presunción es una tentación muy común", señaló, y los que profesan seguir a Cristo demasiado a menudo "se precipitan, sin pensar, en tentaciones que requieren luego un milagro para que salgan de ellas sin mancilla. La meditación y la oración los hubieran preservado de esas tentaciones, instándolos a evitar la situación crítica y peligrosa en que se colocaron".--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 133. EGWE 86 4 Pero, por más cuidadosa que sea la persona, las tentaciones llegan. EGWE 87 1 El cristiano tentado tiene el privilegio de unir su fuerza con la de Dios: "Tenemos el privilegio, en medio de nuestra gran debilidad, de aferrarnos de la fuerza del Todopoderoso. Si pensamos que podemos enfrentarnos al enemigo y vencerlo con nuestras propias fuerzas, nos chasquearemos".--Ibid. 134. EGWE 87 2 Es esencial "avanzar diariamente en la edificación del carácter". Pero la sierva de Dios nos advierte que esta tarea no será fácil. "Cuando tratamos de separarnos de nuestros hábitos pecaminosos, puede parecer a veces que nos estamos desgarrando; pero ésta es precisamente la obra que tenemos que hacer para crecer hasta la plena estatura de hombres y mujeres en Cristo Jesús".--Ibid. 134, 135. EGWE 87 3 Finalmente, sólo los que ejerciten la fe pueden resistir la tentación. "Aferraos a Cristo y a sus méritos", insta la sierva de Dios, y "él cumplirá todo lo que ha prometido".--Ibid. 135. EGWE 87 4 Las decisiones del concilio se hicieron más definidas. Se acordó enviar a A. C. Bourdeau a Torre Pellice, Italia, y al joven Carlos Andrews a Battle Creek para que aprendiera más cabalmente las artes gráficas. Se elevó un pedido a la Asociación General para que enviara a Europa a un obrero alemán idóneo, y poco tiempo después llegó L. R. Conradi. Se presentaron y aceptaron varios nombres para distintos cargos y comisiones. Muchas de las decisiones se originaron en una consulta previa efectuada en la habitación de Elena G. de White antes de las reuniones. Pero en esa pequeña reunión surgió un tema crucial que no llegó a presentarse en la sesión. Se despierta una controversia EGWE 87 5 Además de Elena G. de White estuvieron presentes los hermanos Bourdeau con sus respectivas esposas, el pastor y la Sra. Whitney y Enrique Kellogg. D. T. Bourdeau sugirió que Francia e Italia se dividieran en dos asociaciones, separándose de la Asociación Suiza. No resulta claro cómo pensaba Bourdeau organizar asociaciones que pudieran funcionar con menos de cincuenta miembros, pero él arguyó que cada grupo nacional era celoso e independiente y que el hecho de formar parte de la Asociación Suiza provocaría resentimientos. La Sra. de White respondió que ésa era una razón poderosa por la que debían aprender a mezclarse con otras nacionalidades. EGWE 88 1 "Le dije al Hno. Daniel que esto no estaría de acuerdo con la voluntad de Dios... La verdad es una sola. Involucra tanto a gente de Francia como de Italia, y el hecho de que se mezclen con otras naciones, los suaviza y refina por medio de la verdad".--Carta 23, 1885. EGWE 88 2 La Sra. de White trató de ayudar a Bourdeau a ver que su propuesta sólo produciría debilitamiento en la causa, que estaba recién en su infancia en estos países. Pero Bourdeau se ofendió y comenzó a rememorar los agravios que, a su criterio, había recibido años atrás en Battle Creek y más tarde cuando trabajó bajo la dirección de J. N. Andrews en Europa. Como su nerviosismo iba en aumento, la Sra. de White sintió que no podía aprobar con su presencia un espíritu tal. Se levantó y abandonó la sala. "No sancionaré un espíritu tal", explicó en su diario. EGWE 88 3 A la mañana siguiente, su predicación se basó en los principios generales que había tratado de hacerle entender a D. T. Bourdeau. Sin embargo, no mencionó su nombre. En realidad, trató de ampliar la aplicación: EGWE 88 4 "Algunas personas que estuvieron en estos campos misioneros dijeron: 'No entendéis a los franceses; no comprendéis a los alemanes. Hay que tratarlos de esta manera'. Pero, pregunto yo, ¿es que Dios no los comprende? ¿No es él quien da a sus siervos un mensaje para el pueblo?"--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 136. EGWE 89 1 Luego usó la ilustración del templo judío. Las piedras fueron extraídas de las canteras de las montañas, pero al unirlas formaron un edificio perfecto. Entonces, con gran sinceridad, añadió: EGWE 89 2 "Nadie piense que no necesita recibir el toque de un cincel. No existe ninguna persona o nación que sea perfecta en todas sus costumbres e ideas. Los unos deben aprender de los otros. Por eso Dios quiere que las diferentes nacionalidades se mezclen y sean una en criterio y una en propósito. Entonces se ejemplificará la unión que hay en Cristo".--Ibid. 137. EGWE 89 3 La Sra. de White confesó que ella casi tenía miedo de ir a Europa porque había oído muchas cosas acerca de las peculiaridades de las diversas nacionalidades. Pero entonces comprendió que Dios puede llevar a la gente a un punto en que acepten la verdad. Luego los instó: EGWE 89 4 "Mirad a Jesús, hermanos; imitad sus modales y su espíritu, y no tendréis problemas en llegar a esas clases diferentes. No tenemos seis modelos, ni cinco. Sólo tenemos uno, y es Jesucristo. Si los hermanos italianos, los franceses y los alemanes procuran imitarlo, afirmarán los pies en el mismo fundamento de la verdad; el mismo espíritu que mora en uno morará en el otro: Cristo en ellos es la esperanza de gloria. Os amonesto, hermanos y hermanas, que no levantéis un muro de separación entre las diferentes nacionalidades. Por el contrario, tratad de derribarlo dondequiera que exista... EGWE 89 5 "Como obreros unidos para Dios, hermanos y hermanas, apoyaos firmemente en el brazo del Todopoderoso. Trabajad por la unidad, trabajad por el amor, y podréis llegar a ser un poder en el mundo".--Ibid. 137, 138. Una interrupción imprudente EGWE 89 6 El consejo de la Hna. White fue amable y práctico, y sin duda ese mensaje tan directo se podía aplicar a muchos de los presentes. Pero D. T. Bourdeau se ofendió. De un salto se puso de pie y alegó que el sermón le había sido dirigido directamente a él. Entonces procedió a reivindicarse. Si se hubiera quedado callado, probablemente muchos de los presentes no se habrían enterado de todo el asunto. EGWE 90 1 "Durante la reunión mencioné principios generales", explicó la Sra. de White a G. I. Butler. "Pero ahora derribé el castillo imaginario que él estaba edificando, y se comportó como si hubiera recibido un golpe mortal".--Carta 23, 1885. EGWE 90 2 El concilio continuó, pero Bourdeau no asistió a las reuniones. Comenzó a preparar sus cosas para irse a la mañana siguiente. ¿Adónde? Probablemente ni él mismo lo sabía. Era un hombre desdichado. EGWE 90 3 Entretanto, se consideraron nuevas preguntas en la reunión del martes, antes de la sesión. Por ejemplo, "¿por qué las publicaciones italianas y rumanas tienen tan pocos suscriptores?" y "¿cómo podemos llegar a los viajeros en Inglaterra?" También se discutió el asunto de las escuelas adventistas y la educación cristiana para los jóvenes adventistas. Como las escuelas públicas suizas obligaban a asistir a clases seis días por semana, varios adventistas fueron sancionados con multas por retener a sus hijos en sábado, y algunos hasta fueron llevados a prisión. Se acordó elevar una solicitud a las autoridades correspondientes, y formar una comisión para organizar una escuela de iglesia en Basilea. EGWE 90 4 Pero en este punto el diario de Elena G. de White demuestra su gran preocupación por Daniel Bourdeau. ¿De qué manera podía llegar a él para ayudarlo? Ella se presentó a la reunión del viernes de mañana con el corazón cargado: "Mi alma parecía agonizar cuando oré a Dios para que obrara. Sabía que nuestro caso era urgente". Ibid. Su estudio se basó en el tema del libro de la vida. Sin duda, oraba para que en el juicio el caso de Bourdeau se registrara en la columna del haber. Pero cuando Daniel Bourdeau no se presentó a la reunión, ella se preocupó. Escribió en su diario que Daniel "había estado deliberando con Daniel y con el enemigo de las almas". EGWE 91 1 La reunión fue provechosa, y muchos se beneficiaron con su exhortación: EGWE 91 2 "¡Oh, que el poder de Dios descanse sobre nosotros antes que nos separemos para regresar a nuestros hogares y campos de labor! ¡Oh, que meditemos en la importancia de mejorar cada día para poder mantener un buen registro en el cielo!... EGWE 91 3 "Cuando nuestro corazón resplandezca de amor por Cristo y por las almas por quienes él murió, nuestros esfuerzos se verán coronados por el éxito. Mi corazón clama por el Dios vivo. Deseo tener una comunión más íntima con él. Quiero comprender mejor su poder vigorizador para poder realizar una obra más eficaz en su causa".--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 139, 140. EGWE 91 4 La Sra. de White regresó a su habitación con una pesada carga en su corazón: La necesidad de orar. Suplicó a Dios por Daniel, y se sintió impelida a volver a hablar con él. Mientras recorría su habitación con gran "agonía mental", se decía: "No puedo hablar con él; no puedo enfrentarme con su espíritu desafiante y obstinado". Pero sabía que debía hacerlo, y lo mandó llamar junto con su esposa Marion, su hermano A. C. Bourdeau y los pastores Whitney, Lane y White. EGWE 91 5 La Sra. de White comenzó a hablar directamente con Daniel. El la interrumpió y le dijo que prefería verla a solas debido a las cosas que había soportado de parte de sus hermanos en el pasado. La Sra. de White le pidió cortésmente que quedara callado, y cuando él se tranquilizó, le dio "un mensaje tal que jamás deseo repetirlo a ningún mortal". Carta 23, 1885. La mensajera de Dios estaba cumpliendo su tarea más difícil. EGWE 92 1 Ella comprendió que la lucha de Daniel era una cuestión de vida o muerte. Era un alma realmente tentada y probada, y no podía dejar de advertirle el peligro en que se encontraba. Se quejó de que el sermón del jueves de mañana fue un "golpe" para él, pero la Hna. White le recordó que él se había colocado en un lugar donde era fácil golpearlo. EGWE 92 2 "Las flechas del Altísimo le producirán tanto dolor que usted sentirá que necesita un médico. 'El arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará'. Cuando venga manso y humilde, Jesús perdonará sus transgresiones. Le recomiendo que no abandone esta casa hasta que se haya quebrantado el poder del enemigo".--Carta 23, 1885. EGWE 92 3 Cuando ella concluyó su exhortación inspirada por su alma agobiada, todos los obreros se arrodillaron para orar: EGWE 92 4 "Mi alma se arrastró en agonía por Daniel Bourdeau. El oró bastante débilmente por sí mismo. Yo oré una y otra vez con fuerte clamor y lágrimas... El Hno. A. C. y Marion [la esposa de Daniel] oraron con gran quebrantamiento de espíritu. Dentro de Daniel se libraba una terrible lucha. Aunque no se rindió completamente, al mirarle el rostro parecía que el alma y el cuerpo se le habían partido en dos. Hizo concesiones pero todavía no se rindió".--Ibid. Una reunión de victorias EGWE 92 5 Como se acercaba el sábado, se hicieron planes para celebrar una reunión especial para ministros, el viernes 25 de septiembre por la noche. Bourdeau no era el único obrero que tenía problemas. Tres de los obreros ingleses se mostraban fríos y distantes hacia los miembros del concilio. Había 17 mmistros con sus esposas. La Sra. de White temía que D. T. Bourdeau no llegara, pero estuvo presente. EGWE 93 1 No se presentó un sermón formal. La sierva de Dios inició el culto con una sencilla y emotiva oración. Luego dijo francamente que el propósito de la reunión era buscar la bendición del Señor. Alberto Vuilleumier oró; también lo hizo el pastor Matteson. Luego oró Daniel Bourdeau. "El comenzó a ceder y a confesarse", escribió después la Sra. de White, y finalmente "pudo soltarse de los grillos con que lo tenía preso Satanás, y rendir su voluntad al Señor". Ibid. y Manuscrito 20, 1885. Le siguieron otros, que oraron con corazones quebrantados y confesaron sus faltas, bañados en lágrimas. Esto incluía a los obreros de Gran Bretaña. EGWE 93 2 "La luz, la preciosa luz estaba asomando", exclamó la Sra. de White. "Mi paz era como un río; Jesús estaba muy cerca".--Carta 23, 1885. EGWE 93 3 Al comienzo de esa semana, ella contó en uno de sus sermones que en los primeros días del mensaje, cuando empezaron a surgir desacuerdos entre los hermanos, se apartó un día para el ayuno y la oración. Había llegado el momento de volver a hacerlo, y decidieron dedicar el día siguiente, sábado, a ese propósito. EGWE 93 4 La Sra. de White durmió poco esa noche, y se levantó temprano para orar. Aunque no se sentía bien, a las 6 de la mañana fue a la reunión de ministros. Nuevamente Bourdeau oró y dio testimonio. Se rindió más plenamente a Dios y se acercó a la luz".--Manuscrito 24, 1885. Una visión nocturna EGWE 93 5 En esa reunión Elena G. de White relató una importante visión que Dios le había dado la noche anterior: EGWE 93 6 "Delante de mí fue abierto un libro que registraba los años de trabajo de los obreros, tal como Dios los veía. Al leer ese registro, vi que constaban en él todos los defectos. Muchas horas que algunos pasaron haciendo visitas y conversando, ocupados en asuntos triviales, fueron registradas como ociosidad... EGWE 94 1 "Aquel que tenía los registros en sus manos y cuyos ojos contemplaban todo, me instruyó... Sus palabras fueron: 'No podéis confiar en vuestra habilidad o sabiduría humana. Debéis unir vuestros esfuerzos; unir vuestra fe; debéis consultaros entre vosotros. Ninguno de vosotros es idóneo para ser dirigente. ¡Dios obrará en favor de su pueblo si se le da oportunidad de hacerlo!--Ibid. EGWE 94 2 En la reunión de la tarde, Elena G. de White transmitió mensajes especiales de ánimo que el Señor le había dado para dos de las esposas de ministros. No esperaba mencionar ese tema, pero Dios tenía ese plan para ella y las dos señoras. "El Señor guió mi mente por un camino que yo no esperaba, pero a juzgar por los testimonios que se oyeron después de la reunión, creo que era precisamente lo que la gente necesitaba".--Manuscrito 20, 1885. EGWE 94 3 Al día siguiente, después de una reunión matutina para los ministros, el concilio votó un importante acuerdo: EGWE 94 4 "Acordado, expresar nuestra permanente confianza en el don de profecía, que Dios ha puesto misericordiosamente entre su pueblo remanente, y esforzarnos por demostrar nuestro sincero aprecio hacia el mismo poniendo en práctica sus enseñanzas".--The Review and Herald, 3 de noviembre de 1885. EGWE 94 5 Con el propósito de que otras personas se beneficiaran con algunos de los consejos que la Sra. de White había dado en la sesión, se acordó preparar un libro con una reseña de las misiones adventistas y con los sermones predicados por la Sra. de White en el concilio. EGWE 94 6 Ella se emocionó ante los progresos que observó en las reuniones. EGWE 95 1 "El pastor Erzberger vino noblemente a la obra, humillándose y confesando sus deslices. El pastor Matteson es un hombre transformado. Su aspecto revela la paz de Cristo. Habla de las preciosas victorias que ganó a su yo... El Hno. Daniel Bourdeau es un hombre convertido. El Señor obró en él... El Hno. Alberto Vuilleumier habló con profunda emoción... Bien, todos los testimonios fueron buenos".--Manuscrito 24, 1885. EGWE 95 2 No hay duda de que el servicio de ordenación de Alberto Vuilleumier celebrado el lunes, en la última noche de la sesión, dio a todos los ministros la oportunidad de renovar sus votos ante el Señor. D. T. Bourdeau elevó una de las oraciones. Sus pruebas no habían concluido, pero obtuvo una victoria decisiva. EGWE 95 3 La Sra. de White volvió a hablar el martes de mañana en la última reunión del concilio, y luego, el miércoles registró en su diario lo siguiente: "Nuestras reuniones han terminado. Los hermanos regresan a sus hogares. Nos alejamos con tiernos sentimientos".--Ibid. El testimonio impreso de D. T. Bourdeau EGWE 95 4 Los hechos del concilio fueron dados a conocer ampliamente en la Review y en las publicaciones adventistas europeas, pero D. T. Bourdeau añadió su propio informe especial. Después de su experiencia en Basilea el artículo cobraba mayor significado. EGWE 95 5 "Los esfuerzos de la Sra. de White y de su hijo, el pastor Guillermo White, fueron muy apreciados en esta reunión general... EGWE 95 6 "Fue interesante y maravilloso escuchar a la Sra. de White cuando delineaba correctamente las peculiaridades de los diversos campos que había visto sólo a través de las revelaciones del Señor, quien le indicó además cómo debía tratar esas particularidades; y oírla describir un caso tras otro de personas a las que jamás había visto con sus ojos humanos, mientras señalaba sus errores o mencionaba las importantes relaciones que mantenían con la causa, al tiempo que indicaba de qué manera debían relacionarse con ella para servir mejor a sus intereses. EGWE 96 1 "Cuando se me presentó una oportunidad de comprobar este asunto, por haber estado en el lugar del hecho, y seguro de que nadie le había informado esas cosas a la Sra. de White, mientras actuaba como intérprete no pude dejar de exclamar: 'Es suficiente. No deseo más evidencias de su autenticidad'". EGWE 96 2 A continuación Bourdeau presentó algunas razones más íntimas para justificar su confianza, razones que estaban entrelazadas con su experiencia personal: EGWE 96 3 "Este don no sólo reprueba el pecado sin disimulo ni parcialidad, como lo hizo Natán cuando le dijo a David: Tú eres aquel hombre; sino que además expresa palabras de ánimo para ayudar a sobreponerse a los que han recibido el reproche, y para inspirar esperanza, fe y valor a los desanimados. No sólo examina la herida, sino que además le echa aceite, la venda y apresura el proceso de curación... Se identifica con las personas para quienes trabaja, lleva sus cargas con oración ferviente y perseverante, olvidándose del yo y la comodidad... Este don trae aparejado un discernimiento sobrenatural... Va acompañado de lo milagroso, sin lo cual la religión sería una cuestión formal, fría, inanimada, humana... EGWE 96 4 "Para nosotros ésta... es una indicación segura de que Dios está dispuesto a obrar poderosamente a través de su Espíritu y de su pueblo".--The Review and Herald, 10 de noviembre de 1885. ------------------------Capítulo 7 -- Junto a los jóvenes Una obra inspirada por el amor EGWE 97 1 "Nos alejamos con tiernos sentimientos", declaró Elena G. de White al referirse a la despedida que tuvo lugar el miércoles, después del tercer concilio europeo. Manuscrito 25, 1885. Algunos obreros se quedaron unos pocos días, y el viernes ella se entrevistó con Jorge Drew para considerar la iniciación de la obra en Londres. Al respecto escribió: EGWE 97 2 "Después de mucha oración, hemos considerado que lo mejor será escoger colportores que comiencen a trabajar en ese campo, poco a poco, y vean qué se puede hacer con nuestras publicaciones... Si los escogidos y aceptados siguen el ejemplo de Cristo en lo que se refiere a instruir a la gente con toda humildad y amable interés, el Señor concederá su bendición... Si veláis en oración se podrá entrar en las grandes ciudades. Cuando os hablen con rudeza, no os ofendáis. Considerad que tenéis un mensaje de salvación y que sólo podréis ganar victorias si camináis humildemente con el Señor Jesús".--Ibid. EGWE 97 3 Aunque pasó mucho tiempo antes que comenzara una obra importante en Londres, Elena G. de White siempre mostró preocupación por la salvación de las almas que vivían en las ciudades grandes. Ya fuera Londres o Basilea, la mensajera del Señor estaba siempre alerta para ayudar dondequiera que se la necesitara. Se preocupaba tanto por los jóvenes como por los ancianos. EGWE 98 1 Con el tiempo, la casa editora de Basilea llegó a tener una veintena de jóvenes o más. De 6.30 a 7.30 de la mañana se dictaban clases para darles la oportunidad de estudiar la Biblia, historia e inglés. A veces durante ese lapso se realizaban reuniones devocionales. La Sra. de White asumió la dirección de esas reuniones, y no parecía cansarse jamás de animar a los jóvenes a prepararse para servir con eficiencia en la causa de Cristo, mejorar sus oportunidades, trabajar y estudiar con diligencia. Les decía que Dios le había revelado que si eran fieles, él los usaría para llevar la verdad a mucha gente que vivía cerca y lejos; que si se mantenían cerca del Señor serían poderosos en su obra; y que algunos de ellos serían llamados a ocupar puestos de gran responsabilidad. EGWE 98 2 En los años siguientes muchos dieron testimonio del notable cumplimiento de esa predicción. Uno de esos jóvenes presidió la Unión Latina durante varios períodos y otro, la Asociación Suiza; un tercero fue superintendente de la Unión del Levante. Y otros llegaron a ser predicadores, traductores, redactores, profesores y gerentes de grandes empresas publicadoras. La enfermedad de Edith Andrews EGWE 98 3 La semana que siguió al concilio europeo fue penosa para Elena G. de White por varios motivos. En primer lugar, le efectuaron una "dolorosa operación" en los dientes el viernes de mañana. El dolor se prolongó durante todo el sábado 3 de octubre, y el domingo de mañana aún seguía sufriendo intensamente, pero con la aplicación de fomentos calientes halló un poco de alivio. Sus problemas de salud quedaron eclipsados, sin embargo, por los de Edith Andrews, una sobrina de J. N. Andrews e hija mayor de Martha Andrews Bourdeau. Edith llegó a Europa con su tío en mayo de 1879, poco antes de que la joven hija de J. N. Andrews, María, muriera de tuberculosis. EGWE 99 1 La enfermedad se llevó a J. N. Andrews en 1883, y ahora mostraba sus efectos en la vivaz Edith, de 22 años. Durante el concilio europeo, Elena G. de White escribió en su diario lo siguiente: EGWE 99 2 "La condición de Edith Andrews nos entristece a todos. Su salud parece declinar. ¿Qué se podría hacer por ella?"--Manuscrito 16a, 1885. EGWE 99 3 Cuando el concilio decidió enviar a A. C. Bourdeau y a la madre de Edith, Martha, a Torre Pellice, Italia, se sugirió que Edith los acompañara por razones de salud, pero ella prefirió quedarse para trabajar o, si era necesario, ir a Norteamerica. EGWE 99 4 Edith era una verdadera líder entre los jóvenes de la casa editora, aunque no siempre daba el mejor ejemplo. Guillermo White, después de analizar la situación, declaró: "Su influencia en la oficina no siempre es la mejor. Ella centra sus afectos en unos pocos escogidos, y le importa poco el resto del mundo". La influencia de su grupo "cerrado" no era apropiada en un medio donde tanta gente joven y adulta tenía que convivir y trabajar día tras día. La consejera en la habitación de la enferma EGWE 99 5 Durante el concilio, Elena G. de White comenzó a hablar con Edith acerca de su salud espiritual: "Por la tarde [miércoles 23 de septiembre] tuvimos una charla larga, franca y objetiva con Edith Andrews. Parece que ella se da cuenta de su condición. Oramos juntas. Siento profunda compasión por esta niña" --Manuscrito 16a, 1885. EGWE 100 1 El sábado 3 de octubre Edith buscó a Elena G. de White y las dos conversaron extensamente acerca de la experiencia religiosa de Edith. Después de haber visto a su prima y a su tío consumirse por la tuberculosis, es indudable que Edith presentía lo que le aguardaba; quería estar segura de que estaba preparada para irse y que había dejado todas sus cosas en orden. EGWE 100 2 Siguieron dos meses de sufrimiento para la joven. Durante ese lapso la Sra. de White visitó Italia y los países escandinavos. Cuando regresó a Basilea en diciembre, Edith recurrió a ella para recibir la seguridad de que el Señor la había aceptado. La sierva del Señor habló con ternura a la niña agonizante, señalándole que Dios promete perdonar todas las transgresiones si nos volvemos a él con sincero arrepentimiento. EGWE 100 3 "Creo, Edith, que tú lo has hecho así, y en los aspectos en que estás demasiado débil para hacer la obra en forma tan cabal como si estuvieras bien, la preciosa misericordia de Jesús y sus méritos suplen las deficiencias de sus amados arrepentidos y humildes".--Carta 26, 1885. EGWE 100 4 Luego le citó Éxodo 34:6, 7: "El Señor Dios, 'misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad'". EGWE 100 5 Entonces le preguntó a Edith: EGWE 101 1 "¿Creerás en él, mi querida niña? ¿Qué pecados pueden ser demasiado grandes para que él los perdone? Toda alma es preciosa a su vista. El es misericordioso, y está infinitamente más dispuesto a perdonar que a condenar. Es bondadoso. Se conmueve al sentir tus flaquezas. Conoce tus debilidades".--Carta 25, 1885. EGWE 101 2 La Hna. White continuó hablando del gran amor de Jesús, recordándole a la doliente joven cómo salvó a Pedro cuando estaba por hundirse en la duda. Las lágrimas brotaron de los ojos de Edith y corrieron por sus mejillas afiebradas. "Creo que él me acepta", dijo, "creo que me ama y yo, indigna, tengo su paz". EGWE 101 3 El sábado 19 de diciembre, la mensajera del Señor habló dos veces, y esa noche registró en su diario: "Tengo la impresión de que éste es el último sábado que verá Edith".--Manuscrito 30, 1885. EGWE 101 4 Finalmente, el jueves 24 de diciembre, a las 5.30 de la mañana, la niña convertida pasó al descanso. ¡Bendito descanso! La Hna. White tenía confianza en su salvación. "No dudamos de que ella descansa en Jesús".--Carta 72, 1886. EGWE 101 5 El día de Navidad la Sra. de White escribió en su diario: EGWE 101 6 "Hay un gran sentimiento de solemnidad en mi mente. Edith está muerta. Su registro permanece inmutable en los libros del cielo. ¡Qué pensamiento solemne es la vida, y cómo la vivimos! Tenemos evidencias de que la vida de Edith no fue lo que pudo haber sido, pero sus últimos días fueron de penitencia, arrepentimiento y confesión. Tenemos razones para creer que el compasivo Redentor aceptó a Edith".--Manuscrito 30, 1885. EGWE 101 7 El 26 fue un mal día para la Sra. de White. Sometida a la dolorosa tensión producida por la muerte de Edith, su mente retrocedió algunos años, al tiempo cuando Jaime White, su compañero durante 35 años , fue arrebatado de su lado por un repentino ataque de paludismo; luego recordó la muerte de su primogénito, Enrique, a los 16 años, y de su bebé, el pequeño Heriberto, a los tres meses.--Manuscrito 30, 1885. EGWE 102 1 Pero la tristeza no dura siempre, y el siguiente domingo salió a caminar por la nieve fresca y se sintió "muy reanimada". "No está claro", escribió, "pero el sol trata de abrirse paso a través de la bruma y la neblina". Esto demuestra que ella, como cualquier otra persona, tenía sus días buenos y sus días malos; luchaba como lo hacen todos los mortales, en un mundo lleno de sol y de sombras, de "bruma" y de "neblina". EGWE 102 2 Más adelante, en una nota donde se refería a su nieta, declaró alegremente: "Ella se divirtió mucho tratando de arrojar pelotas de nieve a su madre y a su abuela".--Ibid. ------------------------Capítulo 8 -- La visita a Dinamarca Un sueño que se hace realidad en Copenhague EGWE 103 1 Los delegados al concilio europeo estaban encantados con la presencia de Elena G. de White en su medio, y anhelaban sinceramente que ella visitara sus respectivos países, que conociera a los creyentes y testificara ante las iglesias. Resulta, pues, comprensible, que uno de los acuerdos que se votaron casi al fin del concilio, consistiera en una invitación. Decía lo siguiente: EGWE 103 2 "Acordado, expresar nuestra gratitud a Dios por las labores y los consejos de la hermana Elena G. de White y su hijo, el pastor G. C. White, en estas reuniones; e invitarlos a visitar Escandinavia, Gran Bretaña y otros campos, y a que se queden en Europa el tiempo suficiente como para realizar la obra que la Providencia les ha encomendado" (Acuerdos del tercer concilio europeo, publicados en la Review and Herald, el 3 de noviembre de 1885). EGWE 103 3 La respuesta de la Sra. de White a esta invitación fue afirmativa; sin embargo no estaba preparada para partir de inmediato. Durante el concilio habló en muchas ocasiones, mantuvo numerosas entrevistas y escribió en forma considerable. Necesitaba tiempo para descansar y reponerse. EGWE 103 4 Durante esa semana, sus pensamientos giraron en torno del fin del viaje por Europa. ¿Cuánto tiempo debería quedarse allí? ¿Seguiría aún en Europa en junio del verano próximo, cuando se realizaran las asambleas en Escandinavia? Al respecto escribió: EGWE 104 1 "Lo más seguro será visitar las iglesias principales de Escandinavia en la primera oportunidad... Sería una insensatez posponer durante otro verano esta parte de la obra, para cuyo cumplimiento hicimos el largo viaje desde Norteamérica".--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 174. EGWE 104 2 Por lo tanto, el martes 6 de octubre a las 9.30 de la noche, estuvo lista para el viaje. En un carruaje cruzó el Rin y se dirigió a Klein [la pequeña Basilea] donde ella y sus acompañantes tomaron un tren que atravesó Alemania y los condujo hacia el norte, a la misión dinamarquesa que iba a visitar. Años atrás, había visto en visión la condición de algunas iglesias escandinavas, y recibió muchas indicaciones del Señor en el sentido de que Dinamarca, Noruega y Suecia "eran campos promisorios de labor". "Una gran obra--escribió--, aguarda a los misioneros en este campo".--Ibid. El cruce de Alemania por tren EGWE 104 3 Así comenzó su gira de seis semanas, acompañada por Guillermo, Sara y una joven señorita noruega llamada Cecilia Dahl, a quien la Sra. de White condujo hasta el Salvador, y que ahora hacía las veces de traductora. A la mañana siguiente, miércoles, llegaron a Francfort, Alemania. EGWE 104 4 La historia religiosa de esta ciudad interesó especialmente a la Sra. de White. Fue allí donde Martín Lutero, en camino a la Dieta de Worms en 1521, se enfermó y tuvo que quedarse para descansar un poco. Desde esa ciudad envió un valiente mensaje a Spalatin, el secretario de Federico de Sajonia en Worms. EGWE 105 1 "He llegado aquí... aunque Satanás trató de detenerme en el camino con una enfermedad. Vengo sufriendo desde Eisenach hasta este lugar, y en este momento estoy más mal que nunca. Descubro que Carlos ha decretado un edicto para asustarme, pero Cristo vive y entraremos en Worms a pesar de todos los consejos del infierno y de todos los poderes del aire".--Ibid. 175. EGWE 105 2 La morada que ocupó el Reformador todavía se conoce como "La casa de Lutero". EGWE 105 3 Esa noche, aproximadamente a las siete, el grupo llegó a Hamburgo. Tenían que caminar casi dos kilómetros desde una estación hasta la otra, y esperar dos horas para la partida. La sala de espera estaba cargada de humo de tabaco, pero la Sra. de White pudo hallar, felizmente, una silla en el salón de entrada. El resto de los viajeros se quedó de pie al aire libre, en la plataforma. La llegada a Copenhague EGWE 105 4 Después de otras tres horas de viaje llegaron a Kiel, en el mar Báltico, a la medianoche. Al poco rato se hallaban descansando en los camarotes de un pequeño vapor que se dirigía a Korsör, una ciudad portuaria ubicada en la parte occidental de Sjaelland, la gran isla danesa. Siguió luego otro viaje en tren a través de Copenhague, sobre la costa este de la isla. El grupo de viajeros llegó a destino el viernes a las 10 de la mañana. EGWE 105 5 En la estación de Copenhague los esperaban Juan G. Matteson y Knud Brorsen. Ambos venían trabajando desde la primavera, y a pesar de las dificultades iniciaron una iglesia de unos 20 miembros. EGWE 105 6 Matteson condujo a sus invitados hasta su departamento, ubicado en el sexto piso de la calle Oster Farimagsgade 49 (actualmente el edificio cuenta sólo con cuatro pisos). No había ascensores para facilitar el ascenso. Pero después de instalarse, Elena G. de White se mostró muy impresionada por el paisaje que se veía desde su "sala en las alturas".--Manuscrito 25, 1885. EGWE 107 1 "Desde nuestras ventanas se contemplaba una vista muy bella. Al otro lado de la calle había hermosos terrenos que tenían el aspecto de un extenso parque o jardín. Nos sorprendió saber que se trataba de un cementerio. Las parcelas estaban separadas por cercos de plantas que mantenían todo el año su verdor, y había profusión de flores y arbustos por doquier".--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 179. EGWE 107 2 Un poco más lejos, hacia el mar, vio los molinos de viento y la dorada cúpula de una iglesia ortodoxa. A poca distancia descubrió un hospital. Le sorprendió saber que a los enfermos "se les daba todo lo que necesitaban--habitación, comida, ropa de cama--por treinta centavos al día". Al respecto, hizo el siguiente comentario: "Esta es una de las bendiciones que ofrece Copenhague, especialmente para la clase pobre, que es la que sufre por falta de atención y de comodidades cuando no se hace esta misericordiosa provisión". Manuscrito 25, 1885. Los daneses se sienten justificadamente orgullosos por su sistema médico y por las provisiones que han hecho para cuidar a los ciudadanos, especialmente a los pobres. EGWE 107 3 El jueves, después de una cita con el dentista, regresó a su habitación por un camino que bordeaba un bellísimo lago artificial, cuyo encanto ahuyentó en parte el dolor del sillón del dentista. La Sra. de White hizo un comentario acerca de los hermosos y sólidos edificios de Copenhague y sus "calles enormemente grandes" que le recordaban a Oakland y San Francisco de California. EGWE 108 1 El viernes 9 de octubre por la noche, la Sra. de White habló por primera vez a la iglesia de Copenhague, que estaba aún en la infancia. Habían llegado creyentes de los grupos cercanos, que aumentaron la "multitud" de oyentes a 35. La sala de reuniones estaba ubicada cerca del departamento de la familia Matteson. "Dimos la vuelta la esquina, pasamos bajo un arco que desembocaba en un patio y comenzamos a subir por la escalera que nos condujo al salón". Ibid. Era un lugar pequeño, frío y húmedo, y Elena G. de White temblaba, mientras sus torturados dientes castañeteaban; pero no dejó de dar su mensaje. Se dirigió a un auditorio ansioso, formado por "hombres y mujeres inteligentes, de noble aspecto: Eran daneses". Habló acerca de la parábola de la higuera. EGWE 108 2 "Estamos agradecidos por el hecho de que algunas personas han aceptado la verdad de Dios en Copenhague. Hacen falta misioneros que den a conocer la luz de la verdad en estas ciudades grandes, y los hijos de Dios--aquellos a quienes él llama la luz del mundo--tienen que hacer todo lo que puedan en este sentido. Os enfrentaréis con el desánimo, tendréis oposición. El enemigo susurrará: "¿Qué pueden lograr estas pocas y pobres personas en esta gran ciudad? Pero si camináis en la luz, cada uno de vosotros puede ser un porta luz para el mundo".--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 181. Un público reducido pero atento EGWE 109 1 Los jóvenes presentes se emocionaron cuando ella los desafió a enrolarse en el servicio de Cristo: EGWE 109 2 "Habrá que instruir a hombres jóvenes para que trabajen en estas ciudades. Tal vez nunca lleguen a presentar la verdad desde el púlpito, pero pueden ir de casa en casa, señalándole a la gente el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. El polvo y la escoria del error han cubierto las preciosas joyas de la verdad; pero los obreros del Señor pueden desenterrar estos tesoros, para que muchos los contemplen con deleite y reverencia".--Ibid. Una siembra fiel EGWE 109 3 Con fervor se dirigió al puñado de creyentes que había venido a escucharla. En esa congregación vio la semilla de una cosecha que crecería y maduraría en los próximos años. La vida cristiana también se asemeja a una semilla plantada que crece día tras día para llegar a dar un rico fruto. La Sra. de White dijo a la pequeña congregación: EGWE 109 4 "Mientras procuramos fervientemente la perfección del carácter, debemos recordar que la santificación no es la obra de un momento, sino de toda una vida. El apóstol Pablo dijo: 'Cada día muero'. Día tras día debe proseguir la obra de superación. Cada día debemos resistir la tentación y obtener la victoria sobre toda forma de egoísmo. Día tras día debemos anhelar el amor y la humildad, y cultivar en nuestra vida todos los rasgos excelentes de carácter que agradan a Dios y nos capacitarán para la bendita sociedad celestial".--Ibid. EGWE 109 5 El sábado de mañana la Sra. de White volvió a predicar acerca de Juan 15:1-8. "El Hno. Matteson actuó como intérprete". Al hablar de la vid verdadera y sus ramas, se sintió "fortalecida y bendecida; mis enfermedades quedaron olvidadas ante el interés que me inspiraban las preciosas almas. El querido Salvador parecía estar muy cerca, y el Espíritu Santo descansó sobre la concurrencia".--Ibid. 182. EGWE 110 1 En una reunión social que siguió hizo la siguiente declaración: EGWE 110 2 "Un hermano manifestó que al escuchar el sermón que les hacía ver la necesidad de poseer un carácter puro y perfecto, sintió que no podía ser salvo; que su caso era desesperado. Pero cuando afirmamos que la santificación no era la obra de un momento, sino de toda una vida, se reanimó y decidió orar, velar y escudriñar las Escrituras todos los días; resolvió vencer y disfrutar de una experiencia diaria que lo fortaleciera y capacitara para ser una bendición para los demás".--Ibid. 183. EGWE 110 3 La gente estaba agradecida por el hecho de que la Sra. de White hubiera ido a ayudarla. Había leído sus libros y los artículos que aparecían en su periódico, y recibieron de esa manera una luz valiosísima y una gran bendición. Los mensajes salidos de su pluma y traducidos a su idioma, les abrieron las Escrituras y aclararon a tal punto la verdad, que no pudieron resistirse a ella. EGWE 110 4 "Se les ha presentado una elevada norma para alcanzar, y ésto los indujo a leer la Biblia, escudriñar sus corazones, orar más, sentir más amor por Jesús y procurar con mayor fervor la salvación de las almas".--Ibid. 182, 183. "Me fueron presentadas" escenas EGWE 110 5 Se consiguió un salón grande: El sótano de un edificio público con capacidad para cien personas sentadas, y el domingo de noche Elena G. de White volvió a hablar. En las noches siguientes, la concurrencia aumentó y algunos tuvieron que permanecer de pie. El Espíritu del Señor vino sobre ella, y la Sra. de White se interesó profunda y misteriosamente por ese auditorio en particular. Comprendemos mejor su actitud al descubrir que: EGWE 111 1 "Entre los asistentes había algunas personas que parecían muy interesadas, personas de talento cuyos rostros recordaba, porque me habían sido presentados antes" (Ibid. 183. La cursiva es nuestra). EGWE 111 2 La mensajera del Señor usaba con frecuencia esta expresión, "me habían sido presentados", para referirse a las revelaciones que Dios le había hecho en algunas visiones relativas a personas y acontecimientos. Con bastante frecuencia ella veía a esas personas en situaciones peculiares que requerían ayuda especial. Dichas revelaciones ocurrían a veces muchos años antes que ella las contemplara con sus ojos físicos. Con respecto a este fenómeno, escribió lo siguiente: EGWE 111 3 "A veces se me transporta a un futuro lejano, y se me muestra lo que ocurrirá. Luego se me revelan algunos hechos tal como sucedieron en el pasado. Cuando salgo de la visión no recuerdo en seguida todo lo que vi, y el asunto no me resulta claro hasta que lo escribo. Entonces la escena surge ante mí tal como me fue presentada en visión, y puedo escribir con facilidad. A veces, después que salgo de la visión, no puedo recordarla hasta que me hallo frente al grupo al cual se le aplica dicha visión; entonces las cosas que había visto impresionan vigorosamente mi mente. Dependo tanto del Espíritu del Señor para relatar o escribir la visión, como para recibirla. Me es imposible recordar cosas que me han sido mostradas a menos que el Señor me las presente en el momento que él desea que yo las relate o las escriba".--Spiritual Gifts 2:292, 293. EGWE 111 4 Frente a la presencia directa de estas personas, no nos sorprende que Elena G. de White haya hablado con tanto fervor en las reuniones nocturnas de Copenhague. Parecía conocer a los presentes y les hablaba como una amiga que trata de evitarles alguna catástrofe. "Sentí el peligro en que se hallaban las almas--confesó--, que a partir de aquel momento alguien decidiera obedecer la verdad o rechazar la cruz y las promesas de misericordia".--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 183, 184. La necesidad de mejores lugares para reunirse EGWE 112 1 Mientras estuvo en Copenhague, el Señor la indujo a hablar francamente con los ministros acerca del carácter sagrado de la obra que había sido encomendada a la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Se refirió a la pobreza de las salas que habían contratado para celebrar las reuniones durante su estada. Al respecto, dijo lo siguiente: EGWE 112 2 "No estoy en absoluto convencida de que estos salones pequeños y oscuros son los mejores lugares que se pudieron conseguir, o que en esta gran ciudad de 320.000 habitantes haya que dar el mensaje en un sótano que tiene capacidad para apenas 200 personas, y de éstas, sólo la mitad sentadas, de modo que gran parte de la congregación debe permanecer de pie. Cuando Dios envía ayuda a nuestros hermanos, ellos deben hacer esfuerzos fervorosos, aunque esto implique algún sacrificio, para llevar la luz a la gente".--Ibid. 184. EGWE 112 3 Más tarde, en Orebro, Suecia, se produjo una circunstancia similar, debido a que las reuniones públicas a cargo de la Sra. de White se desarrollaron en una casa particular. Es verdad que los hermanos contaban con escasos recursos económicos, pero el carácter del mensaje real, enviado por el Rey del universo a sus súbditos terrenales, merecía buenos auditorios o salas, ya fuera en Copenhague, en Orebro o en cualquier ciudad o pueblo del mundo. En el museo de cera EGWE 113 1 En medio de su activo programa de predicación, la Sra. de White se tomaba tiempo ocasionalmente para descansar y hacer otras cosas. Visitó el nuevo museo de cera de esta hermosa ciudad, el cual abrió sus puertas al público en el mes de agosto. Acerca de ese paseo, declaró lo siguiente: EGWE 113 2 "El Hno. Matteson, Guillermo, Sara y yo caminamos hasta el enorme, hermoso edificio del Panóptico. Allí se hallan reproducciones en cera de los grandes hombres del reino. Tienen el mismo aspecto que si estuvieran vivos... Es difícil pensar que no estamos ante personas vivas y que no respiran. La expresión de los ojos y del rostro parece perfectamente natural".--Manuscrito 25, 1885. EGWE 113 3 Aunque el Panóptico y la magnificencia de la ciudad, con sus amplias calles y encantadores jardines, la impresionaban, no pudo esconder su preocupación por las almas de Copenhague, esa ciudad pecadora y amante de las diversiones. "El placer, la diversión, el baile, los juegos de cartas y de azar, la cerveza y la deplorable ignorancia que siempre sigue a la complaciente actitud de los que no tienen a Cristo, inundan la ciudad". Ibid. ¡Cuánto anhelaba volcar la marea en favor del Evangelio! El caso de la tutora alemana EGWE 113 4 La noche antes de partir de Dinamarca, la Sra. de White visitó a una mujer que actuaba como tutora de un noble danés. Esa señora había aceptado la verdad del sábado hacía poco tiempo, pero cuando el pastor Matteson y los otros obreros partieron para Basilea, sus amigos y los sacerdotes la confundieron con sus argumentos aparentemente correctos, y ella estaba a punto de ceder. EGWE 113 5 Ahora esta hermana vino a ver a Elena G. de White y ambas sostuvieron una interesante conversación. Le manifestó que se sentía indigna, aun de sentarse con ella. Su vida, dijo, había sido una permanente ronda de "bebidas, diversiones y placer". Manuscrito 26, 1885. Elena G. de White le preguntó si estaba satisfecha con su experiencia pasada. "No", contestó ella honestamente. "¿Y es usted realmente feliz?" "No", volvió a responder con firmeza. EGWE 114 1 La sierva de Dios le habló con fervor, y le dijo que Jesús esperaba que ella usara sus talentos para gloria de él, ayudando a edificar el reino de Dios. EGWE 114 2 "Pero tengo tan poco talento", observó la señora. EGWE 114 3 "Y ese pequeño talento--objetó Elena G. de White--, ¿lo envolverá en una servilleta y lo esconderá en el mundo?" Si podía usar su educación e influencia para servir a seres humanos con títulos, como el noble danés, también podía usarlas para el Príncipe Salvador, Jesucristo. EGWE 114 4 "Me sentí agradecida por el privilegio de esta entrevista", escribió en su diario, "y tengo gran deseo de que se haga una obra especial con esta alma insatisfecha y perpleja".--Ibid. EGWE 114 5 He aquí una fugaz mirada a Elena G. de White, la ganadora de almas que comprendía su propia insuficiencia, pero que en la juventud había sometido su vida y sus humildes talentos a Cristo, para emplearlos en cualquier forma que su providencia le indicara. EGWE 114 6 A una hora tardía de la mañana siguiente, jueves 15 de octubre, Elena G. de White y sus compañeros de viaje zarparon en un pequeño vapor que cruzó el reducido estrecho que conducía a Malmö, Suecia. Era un hermoso día. Siguiendo su costumbre, ella procuró ansiosamente obtener información histórica acerca de la encantadora ciudad que visitaba por primera vez. Notó que en la época de la Reforma había formado parte de Dinamarca, y fue una de las primeras ciudades dinamarquesas que se declaró en favor de la Reforma protestante. ------------------------Capítulo 9 -- Una visita a Suecia La tierra de los niños predicadores EGWE 115 1 En Malmo, Elena G. de White, junto con Guillermo, Sara y el pastor Matteson, tomaron un tren que los llevó a Estocolmo, después de viajar toda la noche. Para dar la bienvenida al grupo que iba a pasar un tiempo muy activo en Suecia, los esperaba aquel viernes de mañana C. Norlin, un consagrado colportor que los llevó a su flamante departamento de la calle Westmannagaten 34. Elena G. de White llegó a sentir gran respeto por estos abnegados colportores, a los que calificó de "gente pobre pero excelente". Norlin iba a pie de un lugar a otro, vendiendo libros en idioma sueco editados en Norteamérica. La ganancia que producían estos pequeños libros era ínfima, ya que los costos de producción en Norteamérica eran elevados, y los gastos de embarque podaban aún más sus magros ingresos. Con algunos libros, Norlin no obtenía más de tres centavos. Felizmente, en el congreso de la Asociación General que se celebró posteriormente ese mismo año, la Asociación Adventista de Publicaciones acordó proveer publicaciones al costo para las misiones en el extranjero. Guillermo C. White, que estuvo presente en dicho congreso, probablemente influyó para tal decisión. EGWE 116 1 La familia Norlin acababa de mudarse a un departamento nuevo, de ladrillos, y los albañiles y carpinteros no habían concluido aún su obra. Después de subir con esfuerzo los cuatro pisos de escalones de piedra, la Sra. de White descubrió, al entrar en una de las habitaciones, que el revoque estaba todavía húmedo. "Nos parecía estar rodeados de hielo", se lamentó. Quizá podrían haber ido a un hotel, pero como ni ella ni Sara hablaban sueco, les hubiera causado más problemas que beneficio. EGWE 116 2 Precisamente cuando se preguntaban adónde podrían ir, llegó la hermana L. P. Johanneson y las invitó a su casa. Esta mujer, que había pasado algunos años en Norteamérica, no sólo hablaba inglés sino que tenía una casita muy agradable en Perlmetergaten 15, sobre una colina en los suburbios de la ciudad. Su esposo, un vendedor, no había aceptado todavía el sábado, pero creía que era la verdad y no se oponía a los adventistas. El matrimonio se mostró muy amable y atento al suplir las necesidades de Sara y la Sra. de White. Condujeron a ambas hasta una sala reservada para ellas en el tercer piso, y con agrado la encontraron seca y abrigada. EGWE 116 3 "Nos sorprendió agradablemente ver que la comida se parecía mucho a la de nuestro sanatorio en Battle Creek--escribió la Sra. de White--. Los platos eran sencillos y saludables, y estaban preparados con tanta habilidad y buen aspecto que resultaban tentadores y apetitosos".--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 190. EGWE 116 4 Su espíritu misionero se conmovió cuando escribió lo siguiente: EGWE 116 5 "Hay gran necesidad de que se conozca más la ciencia de la cocina saludable. Se abre un gran campo de servicio ante las cocineras inteligentes y de experiencia, para que enseñen a las jóvenes a preparar alimentos sencillos de manera sabrosa y saludable".--Ibid. EGWE 117 1 Otros aspectos de este agradable hogar sueco impresionaron a Elena G. de White: EGWE 117 2 "Los niños escandinavos parecen notablemente tranquilos y bien educados. Dondequiera vamos, se adelantan uno por uno y nos estrechan la mano, mientras hacen una reverencia según su costumbre. Los cuatro niños de la hermana Johanneson, la mayor de ocho años y el menor de tres, nos saludaron de esta manera al llegar; y siempre que nos veían, a la mañana, el mediodía y la noche, repetían el saludo. En otro lugar que visitamos, hasta una niñita de dos años y medio pasó airosa por esa ceremonia. EGWE 117 3 "El Señor Johanneson enseñaba a sus hijos a cantar, y disfrutamos la música de sus vocecitas que entonaban al unísono canciones sagradas".--Ibid. El clima histórico de Estocolmo EGWE 117 4 Los viajeros norteamericanos estaban fascinados por la belleza de Estocolmo, así como por su rico clima histórico. Esta ciudad sueca era conocida como "la Venecia del norte", pero a Elena G. de White le hacía recordar a San Francisco, la renombrada ciudad de la costa del Pacífico y próxima a su hogar de Healdsburg, California. Con respecto a los encantos de Estocolmo escribió lo siguiente: EGWE 117 5 "Su ubicación en las islas, en una llanura y sobre montañas rocosas rodeadas de agua e islas en todas direcciones, es sumamente pintoresca. Pocas ciudades europeas presentan un aspecto más atractivo que esta capital norteña".--Ibid. 191. EGWE 117 6 Olof Johnson y C. Norlin fueron los pioneros de la obra adventista en Estocolmo. Johnson fue uno de los conversos de Matteson en Oslo, y luego regresó con Norlin a Suecia, su país natal, para compartir lo que había aprendido. EGWE 117 7 En el otoño de 1884 el pastor Matteson llegó a Estocolmo. Halló la ciudad volcada principalmente a la fe luterana, aunque también existían diversos credos religiosos y bastante interés; tanto los separatistas como los bautistas y el ejército de salvación eran importantes. Matteson y Johnson celebraron varias series de reuniones, y cuando Elena G. de White llegó a la ciudad halló una floreciente iglesia adventista de unos 90 miembros. Se eleva la norma de piedad EGWE 118 1 La Sra. de White habló el viernes 16 de octubre por la noche ante una sala repleta de oyentes. Su tema se basó en la vid verdadera de Juan 15. Matteson tradujo al idioma sueco, aunque le resultaba más fácil traducir al danés. EGWE 118 2 Matteson notó un fuerte elemento antinómico entre la gente de Estocolmo, y después de oír la predicación de la sierva de Dios, le sugirió que hablara menos del "deber" y más del "amor de Jesús". EGWE 118 3 "Pero yo quiero hablar según me impresione el Espíritu del Señor", escribió ella en su diario. "El Señor sabe qué necesita esta gente". Y cuando predicó a la mañana siguiente en la iglesia acerca de Isaías 58, no "redondeó las esquinas en absoluto".--Manuscrito 26, 1885. EGWE 118 4 "Mi obra consiste en elevar la norma de piedad y la vida cristiana genuina, y en instar a la gente a que abandone sus pecados y se santifique por medio de la verdad. Traté de impresionarlos con la necesidad de que observen estrictamente el sábado, de acuerdo con el mandamiento".--Ibid. EGWE 118 5 Aunque Matteson creía sinceramente que ese enfoque estaba equivocado, la gente respondió calurosamente al mensaje de Elena G. de White. Después del sermón hubo una "preciosa reunión social [de testimonios]" durante la cual muchos expresaron su deseo de observar el sábado más cuidadosamente y confesaron que habían adquirido una nueva comprensión del "carácter ofensivo del pecado.--Ibid. EGWE 119 1 El domingo, volvió a hablar en un salón tan repleto de gente que una mujer se desmayó. Todo el tiempo que permaneció en Estocolmo la Sra. de White sufrió a causa del clima frío y la neblina. A veces temía que sus pulmones sufrieran algún daño irreparable, pero expresó: "Cada día oro diciendo: Guárdame, mi Salvador, y no permitas que abandone este país antes de haber concluido mi obra".--Ibid. EGWE 119 2 El lunes predicó otro sermón, acerca de la segunda venida de Cristo. Esa noche nevó, y la Hna. White observó con cuánta felicidad los cuatro hijitos de los esposos Johanneson, que tenían entre 3 y 8 años, sacaron sus trineos "llenos de gozo" ante la perspectiva de una buena nevada y de un rato alegre de juego con los trineos. ¿Debería la Sra. de White volver a ser joven? Le agradaba contemplar las alegrías de la infancia, y aconsejaba a los padres que ofrecieran hogares felices a sus hijos: EGWE 119 3 "No se puede hacer que los jóvenes sean tan calmosos y graves como los ancianos, el hijo tan sobrio como el padre. Aunque se condenan las diversiones pecaminosas, como en verdad debe hacerse, que los padres, maestros y tutores de los jóvenes provean en su lugar placeres inocentes, que no mancillen ni corrompan la moral. No sujetéis a los jóvenes bajo reglas y restricciones rígidas, que los induzcan a sentirse oprimidos, y a precipitarse en sendas de locura y destrucción. Con mano firme, bondadosa y considerada, sujetad las riendas del gobierno, guiando y vigilando sus mentes y propósitos, aunque de manera tan suave, sabia y amorosa, que ellos puedan darse cuenta de que tenéis presentes sus mejores intereses".--El hogar adventista (1894), 452. Indicios de la historia de la reforma EGWE 119 4 Mientras estuvo en Estocolmo, Elena G. de White se mantuvo alerta a cualquier indicio de la historia de la Reforma. Había oído hablar de las proezas de Gustavo Adolfo, rey de Suecia, a principios del siglo XVII, cuando lanzó su pequeño pero poderoso ejército contra el emperador católico romano Fernando y sus fuerzas. EGWE 120 1 "Cuando estaba en la cumbre del éxito, cayó Gustavo; pero su pueblo, fiel al propósito por el cual él derramó su sangre, continuó la lucha, hasta que se obtuvo una paz que liberó todo el norte de Europa del yugo papal".--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 193. EGWE 120 2 No hay duda de que Elena G. de White visitó la tumba donde yacía el cuerpo de Gustavo, porque al respecto escribió lo siguiente: EGWE 120 3 "En la antigua iglesia de Riddarholms, en Estocolmo, está sepultado el cuerpo de Gustavo. Cerca del lugar donde descansa, se ha colocado la siguiente inscripción: 'Abordó las empresas difíciles; amó la piedad; conquistó a sus enemigos, extendió su reino, exaltó a los suecos, liberó a los oprimidos y triunfó en la muerte'".--Ibid. EGWE 120 4 Al escribir la historia de la Reforma en su libro El Conflicto de los Siglos, mientras permanecía en Basilea en los meses siguientes, recordó estos sucesos relacionados con los lugares que visitó. EGWE 120 5 Allí describe también los reavivamientos religiosos que se realizaron en Suecia, en relación con la proclamación mundial del advenimiento, a principios de 1840. Véase Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 414-416. La información que obtuvo en el escenario de los hechos, mientras visitó Suecia, le proveyó más detalles históricos. Al respecto explicó: EGWE 120 6 "El mensaje llegó a este país desde Inglaterra. En la provincia de Orebro, varios laicos llamados 'ropare' comenzaron a proclamarlo en el año 1843. Predicaron con gran fervor que la hora del juicio divino había llegado, y se despertó gran interés en la gente. En el otoño de ese mismo año, dos jóvenes se sintieron impulsados a dar la amonestación. Se reunía numeroso público para escuchar su predicación, y las reuniones continuaron de día y de noche, a veces en alguna casa de familia, otras veces en los bosques... El sacerdote de la iglesia estatal hizo varios intentos por detener la predicación, y procuró volver a adormecer a la gente; pero fue en vano. Entonces, se ordenó a la policía que los arrestara, y durante seis meses los buscaron entre los bosques, sin resultado. EGWE 121 1 "Finalmente, debido a los esfuerzos del sacerdote, los arrestaron y encarcelaron".--Ibid. 202-204. EGWE 121 2 Estos jóvenes dejaron tras sí un relato de las torturas y humillaciones que padecieron, incluyendo palizas despiadadas y la internación en un manicomio, pero pudieron escapar para salvar la vida. Después que el rey ordenó que no se 'los molestara, continuaron predicando. EGWE 121 3 Cuando el gobernador les preguntó qué autoridad los había enviado a predicar, respondieron: Joel 2 y Apocalipsis 14:6-8. Dieron un testimonio sencillo: "El Espíritu de Dios vino sobre nosotros con tal poder que no pudimos resistirlo". Durante casi un año continuaron proclamando el mensaje del advenimiento. EGWE 121 4 "A partir de entonces continuaron su labor sin ser molestados. A mediados de 1844, sin embargo, el poder que los había poseído antes, los abandonó. Las verdades que habían presentado parecían tan claras y poderosas como siempre; pero después de haber dado la amonestación, la manifestación especial del Espíritu de Dios que se había derramado para ayudar a proclamarla, cesó".--Ibid. 205. El fenómeno de los niños predicadores EGWE 121 5 Durante más de un año, entre el otoño de 1842 y el invierno de 1843, ocurrió otro milagro espiritual: El ministerio de los niños predicadores. Al respecto, la Sra. de White escribe lo siguiente: EGWE 122 1 "En muchos lugares donde el clero ejerció su poder para evitar la predicación de la verdad del advenimiento, al Señor le agradó enviar el mensaje por medio de niñitos [algunos de apenas 6 a 8 años de edad]. Como eran menores, la ley del estado no podía coartarlos, y se les permitió hablar libremente sin ser molestados. De este modo la gente recibió la amonestación de la proximidad del juicio divino".--Ibid. EGWE 122 2 Al recordar el caso de los niños predicadores, Elena G. de White comentó: EGWE 122 3 "Hace años, me fue presentada la obra del primer mensaje en estos países, y se me mostraron circunstancias similares a las que he relatado. La voluntad divina era que en Suecia se dieran las nuevas de la venida del Salvador, y cuando fueron silenciadas las voces de sus siervos, Dios puso su Espíritu sobre los niños, para que se cumpliera esta obra".--Ibid. 206. EGWE 122 4 La historia registra estos milagrosos sucesos que acontecieron en Suecia para que los recordaran las generaciones venideras, en caso de que los adventistas olvidaran o negaran el hecho de que la Omnipotencia obró en la proclamación adventista desde 1840, y el significado del juicio que comenzó en el lugar Santísimo del santuario celestial el 22 de octubre de 1844. EGWE 122 5 El miércoles, después de pasar cinco días en Estocolmo, Elena G. de White y sus acompañantes partieron. Sus anfitriones, los esposos Johanneson, la condujeron hasta la estación en un coche de alquiler, y allí hallaron a muchos adventistas de Estocolmo que se habían reunido para despedirla. "Sentí que mi corazón y el de estos queridos amigos estaban ligados con los lazos del amor--escribió ella afectuosamente--, y lamenté mucho que la mayoría de ellos no me comprendieran, ni yo a ellos, a menos que tuviéramos un traductor".--Manuscrito 26, 1885. Próxima parada: Grythyttehed EGWE 123 1 El próximo destino fue Grythyttehed, Suecia, pero para llegar hubo que cambiar tres veces de tren y pasar la noche en el camino. Esa tarde hicieron la primera combinación. Durante las dos horas de espera, la Sra. de White y Guillermo realizaron una larga caminata al aire fresco y vigorizante. Por la noche llegaron a Kopparberg. Allí se quedaron hasta el jueves a medianoche. La Sra. de White estaba alerta y observaba al encantador pueblo sueco y su pintoresca manera de vivir. Notó las grandes minas de cobre y de hierro, las casas rojas y verdes. Incluso describió la exquisita belleza de los techos cubiertos de turba: "Los preparan colocando sobre el techo corteza de abedul con turba encima, lo cual mantiene la casa abrigada y seca. El pasto crece sobre la turba, que se conserva fresca y viva, y a veces también plantan flores sobre ella. El aspecto es muy agradable".--Ibid. EGWE 123 2 A la mañana siguiente la Sra. de White participó de un genuino "smorgäsbord" sueco [variedad de platos dispuestos sobre la mesa para que los comensales elijan los que prefieren] en el comedor del hotel. Todo le resultaba nuevo y se sentía muy impresionada. "Hay una provisión muy abundante de alimentos y se puede comer en abundancia de cualquiera de ellos o de todos por 40 centavos [de dólar] cada plato".--Ibid. EGWE 123 3 El pastor Matteson viajaba con el grupo de la Sra. de White, y el jueves conversaron un rato sobre temas teológicos que él le presentó. Dios le dio mucha luz a la Sra. de White en cuanto a temas doctrinales, cosa que se refleja en los artículos y los libros que escribió (véase su libro The Faith I Live By). EGWE 124 1 El jueves 22 de octubre a medianoche, subieron al tren que partía para Grythyttehed. En esta ciudad, situada aproximadamente a 240 km al noroeste de Estocolmo, se estableció la iglesia adventista más antigua de Suecia. J. P. Rosquist llegó a ese lugar en abril de 1880, después que se despertó cierto interés por las publicaciones adventistas. En el mes de agosto pudo organizar una iglesia de 47 miembros. Sin embargo, la encarnizada oposición del pastor de la iglesia estatal dio como resultado el arresto de Rosquist y su posterior confinamiento en la prisión de Orebro. EGWE 124 2 Cuando Elena G. de White llegó a la ciudad, la recibieron el hermano C. G. Hedin y su esposa. Hedin era un pintor que se había empobrecido debido a su vida disipada, pero cuando escuchó y aceptó el mensaje adventista, su vida se transformó. Las finanzas mejoraron junto con la vida y el carácter. Llegó a ser presidente de la incipiente Asociación Sueca en 1883. Cuando llegó la Sra. de White él tenía varios empleados a su cargo. Para expresar su gratitud a Cristo y al mensaje que lo salvó, reservó dos habitaciones en su casa de dos pisos, para uso exclusivo de los pastores visitantes, así como hizo la viuda israelita con Eliseo, el profeta itinerante. EGWE 124 3 Cuando Elena G. de White llegó al hogar de los esposos Hedin, la condujeron a esas confortables habitaciones. El tiempo estaba claro y frío, y por la mañana encendieron el fuego. La Sra. de White describe la singular estufa sueca. "La superficie parece de porcelana, blanca como la leche y muy pulida. Llega hasta el techo de la habitación y enciende el fuego como si fuera una chimenea".--Manuscrito 26, 1885. EGWE 124 4 El desayuno fue otra novedad para la visitante: EGWE 124 5 "Había una mesa redonda con un mantel y un florero en el centro, y nuestro desayuno consistió en pan, un trozo de queso, leche caliente y tortas fritas... Nos invitaron a acercarnos a la mesa, y todos permanecimos de pie. Después de pedir la bendición, todavía parados alrededor de la mesa, nos servimos algo en la mano y nos alejamos, conversando y comiendo. Luego trajeron los platos y pusimos la comida en ellos... Después de comer, los invitados estrechan la mano de los dueños de casa y les agradecen la comida".--Ibid. EGWE 125 1 Ese fin de semana hubo reuniones el viernes de noche y el sábado de mañana. El mensaje que predicó el sábado la Sra. de White se basó en Colosenses 1:9-11. Hubo más de 100 asistentes. EGWE 125 2 La habitación de Elena G. de White en la casa de la familia Hedin tenía un escritorio muy apropiado, y siguiendo su costumbre, ella dedicó algún tiempo a escribir manuscritos y cartas. Añadió algunos párrafos a los sermones que había predicado en el concilio europeo de Basilea. Luego los mandó a María K. de White con la indicación de que los copiara y los despachara al presidente de la Asociación General, Jorge I. Butler, para que fueran leídos ante los delegados del congreso de la Asociación General que estaba por celebrarse en Battle Creek. EGWE 125 3 El domingo por la tarde, al predicar en la iglesia, dio un mensaje especial acerca del tiempo de prueba y de persecución que aguardaba a los que, como Rosquist, se aferraran a la verdad divina. EGWE 125 4 "La persecución más amarga y cruel proviene siempre de aquellos que tienen una apariencia de religión pero no poseen el espíritu y el poder de la santidad--dijo--. El prejuicio religioso no vacilará ante nada". Pero infundió confianza a los creyentes al añadir: "Los ángeles observan el desarrollo del carácter y pesan el valor moral. Están encargados de marcar a los que son leales a los mandamientos de Dios; y los que posean esa marca recibirán ayuda especial de Dios para soportar la prueba del tiempo de angustia".--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 196. EGWE 126 1 El tiempo frío (25°C bajo cero), la tensión del viaje y de las diversas reuniones, fueron demasiado para Elena G. de White. Regresó a su habitación el domingo por la noche, sin poder sentarse ni comer, pero el lunes se sintió mejor y pudo asistir a una comida especial que se realizó en casa de una hermana muy amable llamada Akman. El esposo de esta hermana era un comerciante no adventista. Nuevamente se sirvió un abundantísimo "smorgäsbord". EGWE 126 2 El martes 27 de octubre, Elena G. de White y sus acompañantes partieron para Orebro por tren. Llegaron a destino en medio de una tormenta. Para empeorar las cosas, no los esperaba ningún coche. Los fatigados viajeros tuvieron que caminar un kilómetro bajo la lluvia para llegar a la casa donde se iban a instalar. Cuando llegaron, la Sra. de White sentía agudos dolores en el corazón. Fue una hora de prueba para ella. EGWE 126 3 Entonces se consiguió un coche para llevarla rápidamente, a pesar de sus dolores, hasta el salón de reuniones. Cuando ingresó en ese lugar donde la aguardaba el público reunido, ella estaba muy apenada. Era un departamento de tres habitaciones en una casa de familia. La habitación más grande podía contener a un centenar de personas en sus bancos sin respaldo, y las otras dos habitaciones daban cabida a unas 20 personas cada una. Pero tanto el miércoles como el jueves el lugar estuvo colmado. Ella agradeció este hecho, pero recordó la experiencia de Copenhague, cuando sintió la misma aflicción ante la falta de un salón de reuniones representativo. Un sueño significativo EGWE 127 1 El miércoles por la noche tuvo un sueño. Durante el mismo conversó con el pastor Matteson. EGWE 127 2 --¿A qué distancia podría alumbrar una luz colocada debajo de un almud?--le preguntó. EGWE 127 3 --No más lejos que el diámetro del recipiente--fue la respuesta. EGWE 127 4 --¿Y qué alcance tendría si estuviera debajo de una cama?--volvió a preguntar ella. EGWE 127 5 --No podría iluminar la habitación--respondió Matteson--, desde ese lugar tan bajo y oscuro. EGWE 127 6 --Entonces, ponga su luz en un candelero, e iluminará toda la casa. Necesita ampliar y elevar sus ideas. La gente ha perdido la oportunidad de obtener la luz que Dios deseaba darle.--Ibid. 200. EGWE 127 7 Pero a pesar de la incomodidad del lugar de reunión, la gente apreció la visita de Elena G. de White: "El Señor me ayudó a hablar--declaró ella--, y me fue posible llegar a los corazones, lo sé, porque brotaron lágrimas y se leía el interés en muchos rostros".--Ibid. EGWE 127 8 Antes de abandonar Orebro, los viajeros visitaron un antiguo castillo, y al regresar a la estación el día viernes, se detuvieron en la prisión donde estuvo encarcelado Rosquist por predicar el mensaje adventista en Grythyttehed. Orebro y los hermanos Petri EGWE 127 9 Mientras estuvo en Orebro, Elena G. de White recordó también la historia de Suecia en la época de la Reforma. Al respecto escribió: EGWE 127 10 "Orebro fue la cuna de los dirigentes de la Reforma sueca, Olaf y Lorenzo Paterson. Eran hijos de un herrero, pero habían recibido una educación amplia. Estudiaron varios años en la Universidad de Wittenberg donde enseñaban Lutero y Melanchton, y allí recibieron las doctrinas de la fe reformada. Se dice que el mayor de los dos hermanos estuvo entre la multitud que contemplaba la puerta de la iglesia de Wittenberg cuando Lutero clavó sus tesis en ella. Ambos se destacaron por su conocimiento y su piedad, y por el celo y el valor que desplegaron en la defensa de su fe. Se dice que se asemejaban a los grandes reformadores de Alemania. Al igual que Melanchton, Lorenzo, el menor, fue un hombre culto, considerado y calmo, mientras que Olaf poseía una poderosa elocuencia que entusiasmaba a la gente. Por esta razón el populacho lo atacaba con frecuencia y violentamente. Los sacerdotes católicos despertaban los prejuicios de las personas ignorantes y supersticiosas, y en varias ocasiones el reformador logró escapar apenas para salvar su vida. EGWE 128 1 "Estos reformadores, sin embargo, recibieron el favor y la poderosa ayuda del rey".--Ibid. 201. EGWE 128 2 Bajo la influencia de estos hombres piadosos, el monarca aceptó la fe reformada. Véase Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 282-286. Olaf llegó a ser predicador en la catedral de Estocolmo, y Lorenzo profesor de teología en la Universidad de Uppsala. Ambos tradujeron la Biblia al sueco, lo que dio a sus compatriotas la oportunidad de leer por primera vez la Palabra de Dios en su idioma materno. EGWE 128 3 Mientras estuvo en Orebro, Elena G. de White visitó un parquecito donde se erigía un monumento en memoria de estos dos hombres valientes. La única inscripción que se lee allí es la de Daniel 12:3: "Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad". EGWE 128 4 Este versículo describe, no sólo las características de los hermanos Petri, sino también a los reformadores adventistas que procuraron la plena madurez de la gran Reforma que comenzó tan noblemente en el siglo XVI. ------------------------Capítulo 10 -- Los adventistas Noruegos Grandes reuniones públicas en cristianía EGWE 129 1 Ante la Sra. de White se presentaba ahora la misión más importante de su estada en Escandinavia: Algo más de dos semanas muy activas en Noruega. A pesar de que Suecia ya tenía más adventistas en esa época, Noruega poseía la única institución adventista de ambos países, es decir, la casa editora de Cristianía. También contaba con la mayor congregación en una sola iglesia: 120 miembros en la iglesia de la sede adventista. EGWE 129 2 Al observar las características del país y la hospitalidad del pueblo, la Sra. de White escribió: EGWE 129 3 "Resulta difícil darse cuenta de que aquí en Cristianía estamos a la misma altura del sur del extremo sur de Groenlandia y Alaska. Los inviernos no son crudos aquí. Pero los días son muy cortos en esta época. El sol sale a las 9.30 y se pone alrededor de las 15. EGWE 129 4 "En verano, por supuesto, los días son igualmente largos. A mediados del verano la noche es tan clara que se pueden leer páginas impresas. Los niños juegan a menudo en las calles hasta medianoche. En el Cabo Norte el sol no se pone desde el 15 de mayo hasta el 29 de julio. EGWE 130 1 "Noruega tiene alrededor de dos millones de habitantes: La gente posee un espíritu notablemente independiente y amante de la libertad".--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 220. EGWE 130 2 Los viajeros llegaron a Cristianía el viernes 30 de octubre al mediodía. El pastor A. B. Oyen y su esposa los recibieron en la estación y los condujeron hasta su casa ubicada en los suburbios, en la calle Akersvejen 2. Los esposos Oyen eran norteamericanos que llegaron a Noruega en el verano de 1884 para supervisar la obra de publicaciones. Elena y Guillermo White se alegraron muchísimo por la oportunidad de volver a conversar libremente en inglés. "Aunque nuestros hermanos y hermanas daneses y suecos nos recibieron y trataron con las mejores atenciones--escribió la Sra. de White en esa ocasión--, nos sentíamos siempre como mutilados, porque no podíamos conversar con ellos... Pero ahora nos parece estar nuevamente en Norteamérica".--Manuscrito 27, 1885. EGWE 130 3 Después de servirse lo que Guillermo describió como "una comida abundantísima", es indudable que la familia White estaba ansiosa por escuchar noticias de los progresos de la nueva casa editora noruega. Seis años atrás Matteson había comprado el edificio de Akersgaden, pero parte de la construcción tuvo que ser derribada cuando se abrió una calle nueva en la ciudad, llamada Thor Olsens Gade. Matteson consideró la posibilidad de reconstruir la casa editora y el salón de reuniones con ayuda de la Asociación General. Se inició la construcción en mayo de 1885, pero no concluyó hasta marzo del año siguiente. EGWE 130 4 Poco después de llegar a Cristianía, tal vez esa misma tarde, la Sra. de White visitó la nueva institución junto con el pastor Matteson. Guillermo White, al recordar el incidente, cuenta que cuando entraron en el edificio que había sido renovado parcialmente, su madre exclamó: "Este lugar me parece familiar. Ya lo he visto antes". Y al entrar en la sala de prensas, dijo: "He visto antes estas prensas. Este es uno de los lugares que me fue mostrado hace años, en el cual se imprimían publicaciones fuera de los Estados Unidos". EGWE 131 1 Se refería a la visión que tuvo el 3 de enero de 1875, acerca de una obra más amplia. En la época en que recibió la visión, la iglesia tenía sólo una casa editora, aunque se contemplaba la posibilidad de establecer otra en California. Pero en 1885, la Sra. de White volvió a ver lo que el ángel de Dios le había mostrado tan vívidamente. Las reuniones en el salón Good Templars EGWE 131 2 Durante el tiempo cuando se reconstruyó la sala de reuniones, los 120 miembros de la iglesia de Cristianía se reunieron en el Salón Good Templars. Además de constituir la congregación adventista más grande de Escandinavia en esa época, cuando se reunieron para escuchar el sermón que la Sra. de White predicó ese sábado de mañana acerca de la piedad práctica, se les añadieron muchos amigos y vecinos, con lo que el auditorio aumentó a más de 200 personas. EGWE 131 3 A medida que avanzaba la semana, la iglesia de Cristianía descubrió que en las visiones que Dios le había dado, la Sra. de White vio algo más que las prensas. Ella misma cuenta lo siguiente: EGWE 131 4 "Cuando se presentaron ante mí los campos misioneros de este país nuevo, se me mostró que en todas las ramas de la misión algunas cosas requerían un cambio; era necesario elevar la norma en esta iglesia, para que ejerciera en otros lugares una influencia correcta y salvadora".--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 211. EGWE 132 1 La distribución de la feligresía noruega en esa época certificó la veracidad de la visión. Aunque la iglesia de Cristianía tenía 120 miembros, en el resto del país había apenas unos 80 adventistas más. Por alguna razón, la verdad no se había proclamado fuera de los límites de la ciudad. EGWE 132 2 El sábado de tarde, un centenar de personas participó del rito de humildad y de la Cena del Señor, y mientras la Sra. de White estuvo en Noruega, continuaron llegando multitudes sorprendentemente grandes. Para la reunión del domingo de mañana se alquiló un salón sindical. Todos los asientos se llenaron; todo el espacio disponible fue ocupado por personas que permanecieron de pie, y una cantidad de gente tuvo que retirarse por falta de lugar. Se calcula que 1.400 personas escucharon predicar a la Sra. de White acerca del amor divino. ¡Qué contraste con las pequeñas reuniones que acababa de realizar en salones improvisados! La manada pequeña de Drammen EGWE 132 3 A unos 32km al sudoeste de Cristianía estaba la ciudad de Drammen. El martes, la Sra. de White tomó el tren para visitar la pequeña congregación adventista de ese lugar. El mejor salón que se pudo conseguir no era muy representativo, pero a pesar de que la Iglesia de Drammen sólo tenía 20 miembros, 700 personas acudieron para oírla hablar. Sus observaciones se basaron en Juan 3:16. EGWE 132 4 La Sra. de White describe el salón como una habitación "destinada a bailes y conciertos, de unos 10 m x 24 m, con un estrecho pasillo a cada lado, y una enorme estufa en cada extremo. No había púlpito ni lugar para colocarlo. De un cuarto vecino trajeron seis mesas de cantina, con las que formaron una plataforma; la cubrieron con una alfombra cuadrada y encima colocaron una mesa que hizo las veces de atril y púlpito. Los escalones los improvisaron con sillas y banquetas. Dudamos que el salón y las mesas hayan tenido tan buen uso alguna vez".--Ibid. 207. EGWE 133 1 A la mañana siguiente la Sra. de White regresó a Cristianía. Esta vez, sin embargo, la niebla que le había impedido contemplar el paisaje en el viaje a Drammen, había desaparecido. EGWE 133 2 "El paisaje es muy hermoso. La vista no es uniforme. Hay riscos elevados y montañas rocosas, lagos e islas. En el verano debe ser un lugar muy agradable para vivir".--Manuscrito 27, 1885. EGWE 133 3 Aunque estaba sumamente atareada en este centro de la obra en Noruega, no olvidó las necesidades de la causa en Norteamérica. Escribió cartas informativas y animadoras a su sobrina, Addie Walling, quien se estaba preparando como linotipista y correctora de pruebas en la Pacific Press, en Oakland. También mantuvo correspondencia con el Dr. John Harvey Kellogg en Battle Creek, y ya entonces le advirtió que el sanatorio estaba creciendo demasiado. También le preocupaba el hecho de que el doctor trabajaba en exceso. EGWE 133 4 En Healdsburg, California, donde había comenzado a funcionar un nuevo colegio, se estaba gestando un reavivamiento. Existía el peligro de los extremismos por un lado, y de que se inhibiera el Espíritu de Dios, por el otro. La Sra. de White escribió cartas para aconsejar a los dirigentes de ambas partes, a fin de mantener el equilibrio. Y a menudo sus cartas de consejo llegaban en el momento oportuno para enfrentar alguna situación crítica. EGWE 133 5 El jueves 5 de noviembre la Sra. de White prosiguió escribiendo y compensó el tiempo lluvioso y desagradable con una "conversación muy agradable y provechosa" con el Hno. L. Hansen: Un contratista de edificios que había aceptado el adventismo y era una figura clave en la iglesia de Cristianía en esa época. Estaba a cargo de la construcción de la nueva casa editora y del salón de reuniones, y fue también el arquitecto de la casa editora de Basilea. Cuando él y la Sra. de White conversaron por medio de un intérprete, ella compartió con él algunas de sus experiencias como pionera en la obra. Le habló de sus primeras visiones acerca de la reforma pro salud, y la influencia que ejercieron en ella para cambiar sus hábitos alimentarios. Problemas en la iglesia de Cristianía EGWE 134 1 Durante esa primera semana se celebraron dos reuniones por noche, cada una con una asistencia de 500 personas, pero el sábado 7 de noviembre, Elena G. de White comenzó a trabajar con todo fervor por la iglesia de Cristianía. Dos serios problemas afectaban a esta importante iglesia: Un espíritu descuidado en cuanto a la observancia del sábado, y la crítica fanática con respecto a asuntos de menor importancia. Para reemplazar la verdadera prueba de lealtad, los feligreses elaboraron sus propias normas acerca del vestido y las fotografías. Interpretaron que el segundo mandamiento se aplicaba también a las fotografías y algunos llegaron a quemar las fotos de sus amigos. EGWE 134 2 "De este modo, se introdujo un espíritu de crítica y de disensión, lo cual ocasionó un gran daño a la iglesia. Los no creyentes recibieron la impresión de que los adventistas eran un grupo de fanáticos y extremistas, y que su fe los inducía a tener un carácter brusco, descortés y verdaderamente anticristiano".--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 211. EGWE 135 1 "Es verdad--les dijo Elena G. de White durante su visita--que se gasta demasiado en fotografías; no es poco el dinero que se le paga al artista, y que debería ir en cambio a la tesorería de Dios. Pero el daño que producirá en la iglesia la actitud de estos extremistas es mucho mayor que lo que están tratando de corregir".--Ibid. 212. EGWE 135 2 La Sra. de White no desconocía los manejos de los extremistas. Al respecto declaró: EGWE 135 3 "Hace años nos enfrentamos con este mismo espíritu y su obra. Se levantaron hombres que pretendían haber sido enviados con un mensaje de condenación hacia las fotografías, e instaban a destruir toda semejanza de cualquier cosa. Llegaron al extremo de condenar los relojes que tenían figuras o dibujos grabados. EGWE 135 4 "La Biblia nos habla de una buena conciencia; y existen no sólo conciencias buenas sino tambien malas. Hay una clase de conciencia que lleva todas las cosas a los extremos, y convierte los deberes cristianos en una carga tan pesada como la que impusieron los judíos con la observancia del sábado... EGWE 135 5 "El segundo mandamiento prohibe el culto a las imágenes; pero Dios mismo empleó ilustraciones y símbolos para representar ante sus profetas ciertas lecciones que ellos debían transmitir a la gente, para que las comprendieran con mayor claridad que si las hubieran recibido de cualquier otra manera. Dios apeló al entendimiento por medio del sentido de la vista. A Daniel y Juan se les presentó la historia profética por medio de símbolos, que debían ser representados claramente en tablas, para que el que los leyera pudiera comprender".--Ibid; véase también Mensajes Selectos 2:367-369. La observancia del sábado y las autoridades escolares EGWE 135 6 El tema que mencionó la Sra. de White el segundo sábado que pasó en la iglesia de Cristianía fue la observancia del sábado. El problema se complicaba por el hecho de que la asistencia escolar era obligatoria (pero no apremiante) en el día sábado. Para justificar la asistencia de sus hijos a la escuela en sábado, algunos alegaron que Cristo declaró que era correcto "hacer el bien" en ese día. Pero tal argumento, señaló la Sra. de White, es demasiado flexible, porque con ese justificativo también se podría aceptar el trabajo común, ya que después de todo, cuando un hombre trabaja para mantener a su familia, ¿no está acaso haciendo algo bueno? EGWE 136 1 En cambio, ella instó a procurar algún arreglo con las autoridades educativas. "Si esto fracasa, su deber es claro: Deben obedecer los requerimientos de Dios a cualquier costo". Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 216. Ella no desconocía el hecho de que algunos adventistas de Europa Central fueron multados y encarcelados por no enviar a sus hijos a la escuela en sábado. En cierto lugar, reveló la Sra. de White, cuando las autoridades llevaron a los niños a la escuela, éstos tomaron consigo sus Biblias en lugar de los libros de texto que usaban siempre, y pasaron el día estudiando la Palabra de Dios. EGWE 136 2 Al registrar en su diario esa noche lo que había aconsejado a la gente, la Sra. de White escribió: EGWE 136 3 "El sábado del cuarto mandamiento involucra una prueba. Es la prueba divina. No ha sido hecha por los hombres. Es la línea de demarcación que distingue a los leales y genuinos; separa al que sirve a Dios del que no le sirve... EGWE 136 4 "El ha hecho preciosas promesas a los que guardan su sábado sin mancillarlo. Su infinita sabiduría, su poder y su amor obran en nuestro favor. La hueste celestial registra nuestros nombres junto a los nombres de los leales y fieles. Estar siempre del lado del Señor es una seguridad".--Manuscrito 27, 1885. EGWE 136 5 La Sra. de White sabía que estaba definiendo muy claramente un problema muy serio, y al concluir su sermón, "invitó a pasar al frente a los que se sentían pecadores, en desarmonía con Dios y que necesitaban su poder transformador". Respondieron unas 50 personas. La predicadora descendió del púlpito y se arrodilló con ellos. Oró mientras el pastor Matteson traducía. Cuando se les dio oportunidad a los presentes para dar testimonio, "un número considerable confesó que casi habían abandonado la verdad y se habían separado de Dios, y ahora deseaban arrepentirse y volver a formar parte del pueblo de Dios". Aunque los dirigentes trataron de concluir la reunión, les fue imposible hacerlo. Se levantaban dos y tres personas por vez para dar testimonio. Finalmente la reunión llegó a su fin. Había durado tres horas. Sin embargo, la hermana White escribió en su diario: "La obra debe ser aún más profunda".--Ibid. El mayor auditorio en el gimnasio militar EGWE 137 1 El domingo, la Hna. White se dirigió al auditorio más numeroso de todos los esfuerzos públicos que realizó en Europa. El presidente de la sociedad local de temperancia la invitó a dictar una conferencia sobre temperancia en el gimnasio militar, el salón más grande de la ciudad. Un público de 1.600 personas colmaba el sitio en esa ocasión. Era obvio que había un gran interés por la reforma en favor de la temperancia. EGWE 137 2 Cuando llegó al lugar, la Sra. de White vio una bandera norteamericana a manera de dosel sobre el púlpito. "Una atención--observó ella--que aprecié sobremanera". EGWE 137 3 Entre el público había muchos ciudadanos destacados, incluyendo al obispo de la Iglesia Estatal y a una cantidad de otros clérigos. EGWE 137 4 El enfoque que dio al tema sorprendió a sus oyentes, quienes esperaban presenciar una entusiasta campaña, llena de historias espectaculares y de estadísticas sorprendentes. Por el contrario, la señora de White prefirió referirse a la temperancia desde el punto de vista religioso. "Cuando los presentes descubrieron que el tema se discutiría tomando a la Biblia como fundamento, al principio quedaron atónitos; luego se despertó el interés y por último se sintieron profundamente conmovidos".--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 211. EGWE 138 1 El análisis que la Sra. de White hizo de la reacción de los oyentes en diversos momentos de su conferencia, indica el grado de atención con que los observaba, aun mientras hablaba. Pocas semanas antes, al hablar en el concilio europeo de Basilea, recomendó a todos los ministros el siguiente enfoque: EGWE 138 2 "Mientras Cristo enseñó en la tierra, observaba el rostro de sus oyentes; y el brillo de los ojos, la expresión animada, le permitían conocer al instante el momento en que alguien aceptaba la verdad. En la misma forma, los maestros del pueblo deberían estudiar hoy el rostro de sus oyentes".--Ibid. 147. EGWE 138 3 Cuando la Sra. de White vio que sus palabras caían en oídos atentos, procedió a mostrarles la importancia de los hábitos de temperancia, mientras citaba consejos y ejemplos extraídos de la historia bíblica. EGWE 138 4 "Nadab y Abiú eran hombres ocupados en un oficio santo; pero el vino entorpeció de tal manera sus mentes que no pudieron distinguir entre las cosas sagradas y las comunes. Al ofrecer el 'fuego extraño' despreciaron los mandamientos de Dios, y fueron aniquilados por el juicio divino".--Ibid. 208. EGWE 138 5 Después de extraer innumerables lecciones de diversos personajes bíblicos, concluyó con la siguiente exhortación: EGWE 138 6 "Necesitamos hoy hombres como Daniel; hombres que tengan la suficiente abnegación y el valor como para ser reformadores radicales en cuanto a la temperancia. Procure cada cristiano que su ejemplo e influencia estén del lado de la reforma. Sean fieles los ministros del Evangelio en amonestar a la gente. Y recordemos todos que nuestra felicidad en dos mundos depende de que mejoremos debidamente en uno de ellos".--Ibid. 211. EGWE 139 1 Al concluir su disertación, el Dr. Nisson, presidente de la Sociedad de Temperancia, se adelantó para dirigirse al auditorio. Destacó el hecho de que la prosperidad del movimiento norteamericano de temperancia se debía a que estaba respaldado por el fervor religioso y por las exhortaciones de la verdad bíblica. Cuando el público se retiró, otros dirigentes locales de temperancia se adelantaron para saludar a la talentosa oradora. El Dr. Nisson le presentó a cada uno de ellos. Algunos le rogaron que volviera a hablarles, pero ella rehusó cortésmente. Sentía que la iglesia de Cristianía necesitaba más que ellos de su ayuda. EGWE 139 2 La neblina y la humedad prosiguieron, y para estar más cómoda, Elena G. de White le pidió a un zapatero noruego que le tomara las medidas del pie para que le hiciera un par de zapatos nuevos. También compró una capa para protegerse del frío. "Me siento muy agradecida por tener una prenda tan abrigada", escribió.--Manuscrito 27, 1885. Se derrite el hielo de la indiferencia EGWE 139 3 Pero la Sra. de White tenia preocupaciones mucho más importantes que el protegerse de los resfríos. Trabajó duramente para derretir el hielo de la indiferencia que afectaba tanto a los obreros como a los laicos de la iglesia de Cristiania. Expresó sus pensamientos en las las siguientes palabras: EGWE 139 4 "Dios exhorta a los obreros de esta misión a alcanzar una norma más elevada y santa. Cristianía es un punto importante en nuestros campos misioneros; es el gran centro de la obra para el pueblo escandinavo. Desde este lugar se despachan las publicaciones y los obreros salen a proclamar los mandamientos de Dios, y es de la mayor importancia que esta iglesia ejerza la influencia debida, tanto por precepto como por ejemplo. No se debe establecer una norma tan baja que los que acepten la verdad transgredan los mandamientos al tiempo que profesan obedecerlos... Si este pueblo amolda su vida a las normas bíblicas, habrá ciertamente una luz en el mundo, y una ciudad asentada sobre un monte".--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 218, 219. EGWE 140 1 Todas las noches, durante la segunda semana que pasó en esa ciudad, predicó fervientemente y celebró reuniones de testimonio. Algunos retrocedieron "como si dudaran", indica su diario, pero otros testificaron que "se sentían desdichados y preocupados y deseaban volver a la verdad".--Manuscrito 27, 1885. EGWE 140 2 Al principio la sierva del Señor se despertaba a las tres de la mañana, demasiado preocupada como para seguir durmiendo. Al resumir luego su experiencia, escribió lo siguiente: EGWE 140 3 "Durante las reuniones, el querido Salvador estuvo muy cerca de nosotros repetidas veces. Se inició una buena obra. Varias veces invitamos a los presentes a pasar al frente para orar, y hubo una respuesta rápida y espontánea. Se hicieron confesiones fervientes y sinceras. Varios de los presentes, desanimados, habían apostatado por causa del espíritu acusador y por la falta de amor a Dios y a los hermanos, manifestados hasta entonces. Humildemente confesaron que habían estado errados al permitir que se debilitara su fe en Dios y en la verdad. Algunos habían transgredido el sábado por temor a no poder suplir las necesidades de su familia. Otros reconocieron que habían cedido a un espíritu de crítica y murmuración. Muchos declararon que jamás habían comprendido como ahora la importancia de la verdad y la influencia que ésta debe ejercer sobre la vida y el carácter. No pocos testificaron agradecidos que habían recibido bendiciones de Dios como nunca antes".--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 218. EGWE 141 1 Mientras tanto, Guillermo White, Matteson y Oyen trazaban planes para la casa editora. El martes 10 de noviembre llegó una carta de la Review and Herald Publishing Company en Battle Creek, negando algunos pedidos que se habían hecho en beneficio de la Casa Editora de Cristianía. Durante tres semanas Guillermo White tuvo la convicción de que debía ir al congreso de la Asociación General que estaba por comenzar en Battle Creek. Hasta cierto punto, él conocía ahora los problemas de Europa y podía hablar en las reuniones de la junta y en el congreso. EGWE 141 2 En principio, cuando presentó esta propuesta, la Sra. de White se opuso, pero al día siguiente escribió que después "de considerar cuidadosa y calmadamente el asunto", había cambiado de idea. EGWE 141 3 "Pensé que él podría servir mejor a la causa de Dios y especialmente a su obra en estos campos misioneros si va a Norteamérica para que la Asociación General conozca por sus propios labios las necesidades de la causa, tanto en lo que respecta a obreros como a dinero, en lugar de leer los mismos argumentos en una carta. Ahora creo que está bien que Guillermo White vaya, aunque lo extrañaré mucho al igual que sus consejos, que parecen ser casi imprescindibles aquí en este momento".--Manuscrito 27, 1885. EGWE 141 4 Fue así como el viernes 13 de noviembre, Guillermo White partió de Cristianía. Sabía que no podría llegar a la reunión de apertura del congreso que tendría lugar cinco días después en Battle Creek. Pero aunque llegaría con una semana de atraso, las necesidades de la causa en Europa lo impulsaron a intentar el viaje. EGWE 141 5 El sábado fue otro día importante en Christiania, el último que la Sra. de White pasaría en esa iglesia. "El salón estaba repleto--escribió--, y esperamos que se hayan producido impresiones profundas".--Ibid. EGWE 142 1 El lunes de mañana a las 5.45, el grupo de viajeros llegó a la estación para inciar el viaje de regreso a Basilea. Los matrimonios Hansen, Olsen y Oyen, además de varias otras personas, se habían reunido para despedirlos. EGWE 142 2 "¿Volveremos a encontrarnos en esta vida--se preguntó Elena G. de White cuando el tren arrancó lentamente--o no nos veremos más hasta el día del juicio? Morir es algo solemne, y vivir es más solemne aún".--Ibid. ------------------------Capítulo 11 -- De Escandinavia a Suiza A través de Alemania EGWE 143 1 Cuando Elena G. de White y sus acompañantes dejaron Noruega contemplaron uno de los espectáculos más grandiosos de la naturaleza: Un ocaso en el norte. La Sra. de White amaba la belleza del mundo natural. A su juicio, la naturaleza era el segundo libro de Dios. El esplendor del espectáculo la sobrecogió. EGWE 143 2 "Tuvimos el privilegio de contemplar la más gloriosa puesta de sol. El lenguaje no basta para describir su belleza. Los últimos rayos del sol, de plata y oro, púrpura, ámbar y carmesí, compartieron sus glorias a través del cielo, haciéndose cada vez más brillantes y elevándose más y más en los cielos, hasta que pareció que las puertas de la ciudad celestial se entreabrían y destellos de su gloria interior resplandecían a través de ellas. Durante dos horas el magnífico esplendor continuó iluminando el frío cielo del norte. Parecía un cuadro pintado por el Artista Maestro en el lienzo cambiante de los cielos. Se asemejaba a la sonrisa de Dios sobre todos los hogares terrenales, sobre las llanuras rodeadas de peñascos, las montañas escabrosas y los bosques solitarios que debíamos atravesar en nuestro viaje. EGWE 143 3 "Angeles de misericordia parecían susurrar: 'Mirad. Esta gloria es apenas un destello de la luz que fluye del trono de Dios. No viváis sólo para esta tierra. Levantad los ojos, y contemplad por fe las mansiones del hogar celestial'. Para mí, esta escena era semejante al arco de la promesa hecha a Noé, y me permitió aferrarme a la seguridad del inmutable amor divino, y contemplar el puerto de descanso que aguarda al obrero fiel. Desde aquel preciso momento, tuve la convicción de que Dios nos concedía esta señal de su amor para animarnos. Mientras tenga memoria, jamás olvidaré esa visión de la belleza, y el consuelo y la paz que me brindaron".--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 220, 221. EGWE 144 1 Pero ella y la Srta. McEnterfer no disfrutaron mucho tiempo de escenas tranquilas, como la de la gloriosa puesta de sol en Escandinavia. En Goteborg, Suecia, abordaron un pequeño barco de pasajeros e iniciaron el cruce del canal que los llevó en seis horas a Dinamarca. Un cruce peligroso EGWE 144 2 Al principio el tiempo era agradable y el mar estuvo calmo. La Sra. de White disfrutó de dos horas tranquilas y sosegadas en la sala de señoras. EGWE 144 3 "Pero pronto el capitán pasó por la cabina y nos aconsejó que bajáramos y nos acostáramos en seguida, porque estábamos por entrar en mar tempestuoso. Le obedecimos, aunque muy a nuestro pesar. Al poco rato, el barco comenzó a mecerse violentamente; apenas podíamos mantenernos en los sillones... Las aguas, agitadas por los vientos inmisericordes, parecían furiosos latigazos. El barco crujía y gemía coma si se fuera a romper... Como yo yacía indefensa y exhausta, con los ojos cerrados y el rostro ceniciento, la Hna. McEnterfer temió que hubiera muerto. Ella tampoco podía levantarse de su sillón, pero de vez en cuando me llamaba para asegurarse de que aún vivía. EGWE 145 1 "La muerte parecía estar muy cercana; pero supe que podía aferrarme con el firme apretón de la fe, de la mano de Jesús. El que sostiene las aguas en el hueco de la mano puede protegernos de la tempestad... La lección de confianza que aprendí durante esas pocas horas fue muy preciosa. He descubierto que cada prueba de la vida me ha enseñado una nueva lección de dependencia y confianza en mi Padre celestial. Podemos creer que Dios nos acompaña en todo lugar, y en la hora de prueba podemos aferrarnos de esa mano que posee todo el poder. EGWE 145 2 "A las tres de la tarde llegamos a Frederickshaven, y nos alegramos al abandonar el barco y volver a sentir la tierra firme bajo nuestros pies".--Ibid. 221. EGWE 145 3 En Frederickshaven cambiaron el balanceo y las sacudidas del barco por "el suave traqueteo del tren". Poco tiempo después de instalarse en su compartimiento, se durmieron. En la frontera alemana EGWE 145 4 El incidente que relatamos a continuación, pertenece a una serie de experiencias de viaje que despertaron el innato sentido del humor que poseía la Sra. de White, y debe haberla hecho sonreír siempre que lo recordaba a través de los años: EGWE 145 5 "Estábamos profundamente dormidas cuando, a las tres de la mañana, se detuvieron los coches y el guarda nos informó que habíamos llegado a la frontera alemana, y que todos debíamos pasar por la aduana. Hacía un frío intenso, y el Hno. Kellogg fue a hablar con los funcionarios para pedirles que permitieran a las señoras permanecer en el coche, porque una de ellas estaba enferma, y no se la debía molestar. Pero todo fue inútil; enfermos o sanos, todos debíamos presentarnos para la inspección. Dos funcionarios llegaron a la puerta del vagón, y las otras señoras de nuestro grupo se dispusieron de inmediato a abandonar el coche, pero tan pronto como pisaron la plataforma los funcionarios dijeron: 'Es suficiente; pueden regresar'. EGWE 146 1 "Sin embargo, no quedaron muy satisfechos con la historia de la mujer enferma. Como yo estaba cubierta con chales y frazadas, evidentemente sospecharon que quizá se trataba de un bulto de mercaderías que nuestro grupo trataba de pasar de contrabando a Alemania. Cundo los funcionarios volvieron a acercarse a nuestra puerta, iluminando el compartimiento con la luz brillante de sus linternas, me senté rápidamente y les dije: 'Aquí estoy, caballeros, tengan a bien mirar y comprobar que soy una mujer viva'. No sé si entendieron mis palabras, pero prorrumpieron en sonoras carcajadas y dijeron en alemán: 'Está bien', y nos dejaron arreglarnos para volver a dormir, si es que lo lográbamos después de esta interrupción inoportuna".--Ibid. 222. EGWE 146 2 El viaje a través de Alemania y sus ciudades históricas intensificó el interés de Elena G. de White por la historia de la Reforma. Al dirigirse hacia el sur, a Suiza, a través del territorio del Rin, ella se mantuvo alerta para observar los lugares históricos importantes, tal como Colonia y Worms. También procuró "aprender algo acerca de los hábitos y costumbres del pueblo", que la intrigaban. EGWE 146 3 Finalmente el tren en que viajaba la Sra. de White llegó a Colonia a las ocho de la noche. El hotel quedaba a corta distancia de la catedral: EGWE 146 4 "Producía una linda vista a la luz de la luna. Se dice que es el edificio gótico más espléndido del mundo. Está construído... en forma de cruz, tiene 135 m de largo, y posee dos torres de 156 m de tura cada una, las más elevadas de Europa".--Ibid. EGWE 147 1 Pero la ciudad en general era más interesante que la gran catedral, para la sierva del Señor. Al respecto comenta lo siguiente: EGWE 147 2 "Aquí llegó Tyndale desde Hamburgo, para completar la impresión del Nuevo Testamento, con la esperanza de encontrar en este lugar mejores oportunidades para enviar la obra a Inglaterra una vez terminada. Sin embargo, su trabajo no adelantó mucho cuando se descubrió su secreto, y escapó de la ciudad con el tiempo escaso para evitar que las hojas impresas cayeran en manos de los católicos. Un barquito pequeño lo llevó con su preciosa mercancía por el río Rin--la misma ruta que seguiremos nosotros--hasta Worms. Allí completó su gran obra, y por primera vez Inglaterra recibió la Biblia impresa en el idioma de su pueblo".--Ibid. 222, 223; véase también Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 287-290. EGWE 147 3 Tyndale recibió el Evangelio por medio del Nuevo Testamento griego, publicado por Erasmo. Entonces comenzó a predicar sus convicciones. EGWE 147 4 A la enseñanza católica, de que la Iglesia había dado la Biblia y sólo la iglesia podía explicarla, Tyndale respondió: EGWE 147 5 "¿Saben ustedes quién enseñó a las águilas a buscar sus presas? Bien, el mismo Dios enseña a sus hijos hambrientos a hallar a su Padre en su Palabra. En lugar de habernos dado las Escrituras, vosotros nos las habéis ocultado; habéis quemado a los que las enseñaban y, si pudierais, habríais quemado las Escrituras también" (D'Aubigné, History of the Reformation of the Sixteenth Century, tomo 18, cap. 4). EGWE 147 6 El viaje por tren por la costa del pintoresco río Rin, atravesó Bingen y Maguncia y las ciudades de Colonia y Worms; los ojos de los viajeros resplandecían de admiración. EGWE 148 1 "Aproximadamente a mediodía pasamos por Worms, la bellísima y antigua ciudad que Lutero ligó en forma inseparable con la historia de la Reforma , y de la cual salió la Biblia de Tyndale, el instrumento más poderoso de la Reforma en Inglaterra'.--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 225; véase también Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 155-181. EGWE 148 2 Finalmente, el 19 de noviembre, después de cuatro días de viaje, la Sra. de White y sus acompañantes regresaron a Basilea. Habían estado ausentes seis semanas y viajaron más de 4.000 km. Dos observaciones importantes EGWE 148 3 Al reconsiderar los aspectos de la empresa más importante que realizó en las misiones europeas, Elena G. de White hizo dos observaciones significativas: EGWE 148 4 En primer lugar, aunque predicó en inglés con la ayuda de traductores, los diferentes públicos que la escucharon recibieron con agrado y entusiasmo sus mensajes. EGWE 148 5 "En todas las reuniones que celebramos en Escandinavia y en Suiza, prediqué en inglés; los sermones y oración por oración, se tradujeron al idioma del lugar. Aunque la tarea era difícil para el orador, el interés que demostraron los oyentes fue de suficiente inspiración e igualó al de cualquiera de las congregaciones que vimos en Norteamérica. En ciertas ocasiones hubo personas que, al no encontrar asiento, se quedaron de pie durante una hora sin mostrar señales de cansancio".--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 225. EGWE 148 6 Si existía algún prejuicio contra la mujer mensajera y profetisa que había llegado de Estados Unidos, no se hizo notorio entre sus oyentes. La aceptaron como una mujer honesta que creía que el Señor la dirigía en su singular ministerio. Y los adventistas compartían esa creencia. EGWE 149 1 En segundo lugar, los adventistas no sólo recibieron sus mensajes como instrucción del Señor, sino que también le expresaron, con frecuencia, gratitud y aprecio por sus esfuerzos. EGWE 149 2 "Doquiera íbamos, nuestro pueblo expresaba cálidamente su gratitud por la ayuda que se les había enviado y por el interés manifestado por los hermanos norteamericanos en su favor. En las reuniones sociales [de testimonios], casi todos expresaron su gran pesar por el hecho de que no podíamos comprendernos debido al idioma. Sabían que esta barrera es el resultado del pecado, y esperaban ansiosamente el momento cuando nada nos impediría gozar de la comunión mutua".--Ibid. ------------------------Capítulo 12 -- La primera visita a Italia Ataques de "amigos" y adversarios EGWE 150 1 A su regreso a Basilea, Suiza, el jueves 20 de noviembre por la noche, Elena G. de White halló a su nuera María en buen estado de salud, pero su nieta Ella--que tenía entonces cuatro años de edad--estaba enferma, aunque no de gravedad. Por consiguiente, fue bueno volver a "casa". EGWE 150 2 En los meses siguientes regresó muchas veces a su casa transitoria de Basilea, para partir nuevamente como mensajera de Dios, llevando a la gente la palabra que él le había confiado. Esa era la modalidad de sus actividades en Europa. EGWE 150 3 Guillermo White llegó a Nueva York una semana después que su madre regresó a Basilea. A su esposa María le escribió las siguientes instrucciones: "Supongo que a mamá la dejarán tranquila después de su largo y penoso viaje. Debes ayudarla a descansar. Hagan vestidos, salgan a pasear en coche, caminen, maten el tiempo, y denle a la naturaleza la oportunidad de que se fortalezca para otra campaña" (Guillermo C. White, 28 de noviembre de 1885). Pero las esperanzas de que su madre pudiera descansar antes de realizar otra "campaña" se habían frustrado mucho antes que él escribiera ese pensamiento. El primer día que ella pasó en Basilea, B. I. Whitney le dijo que la necesitaban en Italia de inmediato. A. C. Bourdeau, quien fue allí precisamente después del concilio europeo, tenía gran necesidad de estímulo y ayuda. EGWE 151 1 A la noche siguiente Whitney regresó para celebrar otra larga entrevista, que giró esta vez en torno de la salud espiritual de los obreros de la oficina, especialmente los más jóvenes. La obra de la Sra. de White quedó trazada antes que ella tuviera tiempo de pensar en coser, salir en coche, caminar o descansar. Bernardo Kaloria, el judío "convertido" EGWE 151 2 La Sra. de White habló el sábado por la mañana, y en la reunión social [de testimonios] que siguió tuvo oportunidad de escuchar a Bernardo Kaloria, un judío convertido al cristianismo que estaba asistiendo a una escuela teológica en Basilea. Kaloria se interesó en las doctrinas adventistas y quiso ingresar en la casa editora como traductor al alemán. EGWE 151 3 Guillermo White llegó incluso a escribir una carta al presidente de la Asociación General, preguntándole si había lugar en alguno de los colegios adventistas norteamericanos, para que este inteligente joven de 24 años pudiera enseñar hebreo. EGWE 151 4 Pero Elena G. de White no tenía apuro por que se lo empleara en Basilea. A pesar de que "hablaba bien", Kaloria no se había decidido aún en favor de la verdad. Ella temía que entusiasmarlo con la idea del empleo sería contraproducente. "La pregunta es: ¿Qué dice Dios? ¿Qué pide él?" escribió. Ella no quería que Kaloria tomara su decisión sobre la base de un posible empleo. No había que "engañarlo ni comprarlo".--Manuscrito 28, 1885, p. 2. EGWE 152 1 Finalmente, se le dio un empleo temporal a este joven, pero no permaneció mucho tiempo "Kaloria--escribió Guillermo White poco después--, nos abandonó después de hacer todo el daño posible". Las circunstancias confirmaron que era preferible probarlo a tiempo y no después, cuando fuera tarde. EGWE 152 2 A través de los años, Elena G. de White recibió instrucciones con respecto al trabajo en favor de los judíos: "Se nos ha enseñado claramente que no debemos despreciar a los judíos; porque el Señor tiene entre ellos a hombres poderosos que proclamarán la verdad con poder". Manuscrito 87, 1907. Y antes del congreso de la Asociación General celebrado el 27 de mayo de 1905, ella predijo: "Se acerca el tiempo cuando muchos se convertirán en un día como en el Pentecostés, después que los discípulos recibieron el Espíritu Santo. Los judíos constituirán un poder que trabajará en favor de los judíos; y veremos la salvación de Dios".--The Review and Herald, 29 de junio de 1905, p. 8. Labores en el norte de Italia EGWE 152 3 Durante las semanas siguientes, Elena G. de White viajó en tren a través de los magníficos Alpes y trabajó en las regiones valdenses, cerca de Turín. Esta gran ciudad, al igual que Milán, está situada en la parte superior de la "bota" que constituye la península italiana. Allí se concentraron todas sus presentaciones en Italia. Jamás tuvo ocasión de viajar hacia el sur, a Florencia, Roma o Nápoles. Siempre predicó en las regiones subalpinas de Torre Pellice. EGWE 152 4 En Torre Pellice se enteró de los problemas que enfrentaban A. C. y D. T. Bourdeau. Daniel fue el primero de los hermanos Bourdeau que trabajó en Italia. Su hermano lo siguió después. Ahora A. C. Bourdeau necesitaba ayuda en el norte de ese país, y su hermano Daniel que había iniciado un programa de evangelización en Ginebra, también necesitaba mucho consejo y orientación. EGWE 153 1 Daniel se proponía imprimir volantes que lo presentaran como misionero norteamericano e incluyeran algunas observaciones lisonjeras que los periódicos de su país habían publicado el año anterior acerca de él. Elena G. de White procuró disuadirlo. Le dijo que era necesario evitar dos posiciones: Por una parte, los norteamericanos no tenían que avergonzarse de su nacionalidad ni tratar de imitar a los pueblos en medio de los cuales vivían; pero por otra parte, añadió: "Se me ha mostrado que necesitamos actuar con la mayor sabiduría, para no crear prejuicios ni dar la impresión de que los norteamericanos nos sentimos superiores a la gente de otros países". Carta 24, 1885. También señaló que era una locura que Bourdeau se presentara como "misionero". Esto, dijo ella, crearía celos y sospechas, y sería considerado como "el peor insulto".--Manuscrito 28, 1885. EGWE 154 1 "Reduzca la extensión de sus sermones--le aconsejó, además--, porque cansan a todos: Al público y al predicador". EGWE 154 2 Los hermanos Bourdeau eran evangelistas de experiencia, celosos de buenas obras, pero necesitaban equilibrio y sabiduría, cosas que el Señor les proveyó por medio del espíritu de profecía. Ya añadiremos luego algo más al respecto. El cruce de los alpes en tren EGWE 154 3 La Sra. de White celebró su 58 cumpleaños el jueves 26 de noviembre de 1885, al iniciar el interesante viaje a Italia. Llevó consigo a María K. de White y se les unió Martha de Bourdeau. La pequeña Ella quedó al cuidado de Sara McEnterfer. EGWE 154 4 El viaje por tren a través del famoso paso de San Gotardo y "por la costa del bellísimo lago Mayor" llevó a las viajeras a Turín, al noroeste de Italia. El cruce de los Alpes fascinó a la Sra. de White, quien escribió extensamente acerca de la singular belleza de las montañas. "Los Alpes son la gloria de Europa. Los tesoros de las montañas envían sus bendiciones a millones de personas. Vemos numerosas cataratas que se precipitan desde las cumbres hasta los valles".--Manuscrito 29, 1885. EGWE 154 5 En Turín, el grupo pasó una agradable noche en un hotel, y el viernes por la mañana, muy temprano, prosiguió el viaje. La Sra. de White lo describe con las siguientes palabras: EGWE 155 1 "A unos 50km al oeste de Turín abandonamos las vastas llanuras que se extienden como un jardín de más de 300km al pie de los Alpes, y después de atravesar un estrecho paso en una cadena baja de montañas, entramos en los valles del Piamonte. El ferrocarril atraviesa sólo uno de estos valles. Poco después de entrar en él, se ven varios otros que se despliegan como un abanico, algunos a la derecha y otros a la izquierda. Pero Torre Pellice está ubicada al final de la línea ferroviaria en este valle central, que es el más grande".--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 230, 231. EGWE 155 2 Luego comentó: "Hacia allá nos dirigimos, para animar, si fuera posible, a ese grupito que soporta grandes dificultades para obedecer a Dios".--Ibid. 231. EGWE 155 3 Cuando las viajeras llegaron a Torre Pellice, las esperaba A. C. Bourdeau, felicísimo al ver nuevamente a su esposa Martha. Los primeros esfuerzos de Czechowski EGWE 155 4 La pequeña ciudad de Torre Pellice fue el primer lugar que M. B. Czechowski visitó cuando llegó a Europa en 1864, como misionero extraoficial. Allí dio a conocer el mensaje del tercer ángel a Juan David Geymet y a Catalina Revel. Ellos fueron los primeros conversos adventistas en Europa. EGWE 155 5 El Hno. Geymet describe su experiencia con Czechowski en la Revue Adventiste del 1 de mayo de 1922: EGWE 155 6 "En 1863, al salir una noche de la fábrica de seda donde trabajaba en Torre Pellice, en el valle del Piamonte, Italia, vi a un pequeño grupo de personas en la calle principal, frente a una tienda... En medio del grupo había un hombre con una larga barba y un puntero, que explicaba la profecía de Daniel 2 con ayuda de un diagrama profético. Era el Sr. M. B. Czechowski. EGWE 156 1 "Yo no pertenecía a ninguna iglesia, y no había recibido instrucción religiosa. Acepté esta verdad tan pronto como la oí, y llegué a ser, en lo que respecta a la fecha, el primer adventista del séptimo día (junto con la Hna. C. Revel)".--The Review and Herald, 27 de diciembre de 1873, p. 20. EGWE 156 2 Geymet, Czechowski y otros heraldos del advenimiento que llegaron posteriormente a esos valles valdenses, al igual que los hermanos Bourdeau, probablemente confiaban en poder conducir a algunas de estas personas que amaban la Biblia, a la plena luz de la "verdad presente". Sin duda, tuvieron éxito en cierta medida; pero la cosecha de esos valles todavía no estaba madura. La Sra. de White escribió proféticamente: EGWE 156 3 "Habrá muchos aún en estos valles donde la obra parece comenzar con tanta dificultad, que reconocerán la voz de Dios hablándoles por medio de su Palabra, y que saldrán de la influencia del clero y se decidirán en favor de Dios y la verdad. EGWE 156 4 "No es fácil trabajar en este campo, ni es éste un lugar donde se verán resultados inmediatos; pero hay aquí un pueblo honesto que a su debido tiempo obedecerá. Las persecuciones que sufrieron sus antepasados los han vuelto apáticos y reservados, y observan con sospecha a los extraños y a las doctrinas desconocidas. EGWE 156 5 "Pero el milagro de la misericordia divina, unido al esfuerzo humano, harán que la verdad triunfe sobre el mismo suelo donde tantos han muerto por defenderlo. Aumentará el conocimiento, revivirán la fe y el valor, y la verdad resplandecerá como la luz de la mañana a través de estos valles. El antiguo campo de batalla será aún el escenario de victorias que por ahora no se ven, y la adopción de la verdad bíblica vindicará la fidelidad que sus padres tuvieron en el pasado".--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 249. EGWE 157 1 Geymet, al igual que Zaqueo, era pequeño de estatura pero de corazón honesto. Hombre que poseía una energía ilimitada, estaba destinado a ser dirigente del ministerio de publicaciones en la iglesia E. Naeny, quien se destacó en la obra de publicaciones de la División Euroafricana, escribió hace poco acerca de este pionero y de su mentor, Czechowski: EGWE 157 2 "El Hno. Geymet se dedicó a difundir el Evangelio. Acompañó en 1866 al Hno. Czechowski en Suiza, donde lo ayudó en sus labores evangelizadoras, en publicidad y en construcción, mientras se ganaba la vida en el tiempo que le quedaba libre. EGWE 157 3 "En 1867 Czechowski construyó una casa en Saint Blaise, Suiza, estableció un taller de imprenta y fundó el periódico L'Evangile Eternal (El Evangelio eterno) con J. D. Geymet y Ludomiro Czechowski como impresores y Ana de Prato como redactora. Lamentablemente, la falta de fondos les obligó a cancelar la publicación después de apenas dos años. Durante su estada en Tramelan, Suiza, tradujo Daniel y el Apocalipsis (libro escrito por Urías Smith) al idioma francés (nunca se publicó). Después de 1870 pasó muchos años en el Piamonte y allí se casó con Teresa Trombotto. EGWE 157 4 "En 1877 J. N. Andrews visitó los valles valdenses 'y dejó tal impresión en mi esposa que ella lloró cuando se enteró de su muerte', escribió Geymet. EGWE 157 5 "Durante el invierno de 1884-1885 D. T. Bourdeau, un ministro norteamericano, y Alberto Vuilleumier, un suizo, dieron conferencias públicas. Entre las personas bautizadas estaba la esposa de J. D. Geymet. Poco después se estableció una iglesia... en Torre Pellice. EGWE 157 6 "En 1885 Elena G. de White... visitó el valle valdense y su visita ejerció una influencia decisiva en el Hno. Geymet y en la elección de su futura carrera. Se convirtió en colportor en el año 1886, aproximadamente".--The Review and Herald, 27 de diciembre de 1973. Oposición en Torre Pellice EGWE 158 1 Entre las personas que se convirtieron en Torre Pellice, durante el invierno de 1884-1885, como resultado del trabajo realizado por Daniel T. Bourdeau, se encontraba María, la hija de la Sra. de Revel, y el Sr. J. P. Malan y su esposa, redactores de un periódico secular titulado L'Avvisatore Alpino. EGWE 158 2 A fines de febrero, A. C. Bourdeau llegó a Torre Pellice para ayudar a su hermano Daniel y a Adenar Vuilleumier, su ayudante. En el mes de mayo pudo organizar una iglesia de 18 miembros. EGWE 158 3 Elena G. de White no tuvo que esperar mucho para observar la naturaleza de los problemas de A. C. Bourdeau. J. P. Malan, el converso más prometedor de Daniel Bourdeau, había apostatado y estaba haciendo todos los esfuerzos posibles por impedir el progreso de la pequeña iglesia. Al igual que la semilla plantada en terreno superficial, no tenía raíces y no duró mucho tiempo. Parece ser que Malan había pedido importantes sumas de dinero en préstamo para mejorar su imprenta en Torre Pellice, pero a comienzos de 1885, cuando aceptó el adventismo, sus acreedores le exigieron el pago total de los préstamos. Malan pidió dinero al banco para pagarles, pero cuando se celebró el concilio europeo en septiembre (al cual asistió), el pagaré había vencido. EGWE 159 1 Malan era el propietario de la única imprenta de Torre Pellice. Dominaba los idiomas francés e italiano. Su esposa hablaba inglés, francés y alemán, además del holandés. Se insinuaba como un futuro y sólido dirigente adventista de ese lugar. Por lo tanto, Guillermo White y B. L. Whitney reunieron 1.600 dólares para ayudarle a cancelar el pagaré que adeudaba al banco. EGWE 159 2 Durante el concilio europeo, White llegó incluso a declarar en carácter de elogio, en una carta que envió al pastor Butler, que Malan era "tan filoso como una trampa de acero". Apenas dos meses más tarde, ¡los resortes de la trampa de acero habían saltado! Interferencia y hostilidades EGWE 159 3 El viernes, Bourdeau le preguntó a Malan si podía imprimir algunos volantes para anunciar que Elena G. de White hablaría al día siguiente por la tarde en Torre Pellice, pero éste se negó rotundamente. De todos modos la reunión se llevó a cabo, pero debido a la falta de propaganda, asistieron apenas 25 personas, y de ellas sólo tres o cuatro no eran adventistas. La Hna. White se refirió a la importancia de obedecer a Dios y de caminar en la luz, sin tomar en cuenta las opiniones ni el proceder del mundo. EGWE 159 4 Cuando la disertación estaba a punto de concluir, Malan, que había estado tomando apuntes durante la reunión, se puso rápidamente de pie. Exigió que se le contestara con un "sí" o un "no" si era necesario guardar el sábado para ser salvo. EGWE 159 5 "Ella hizo unas cinco o seis tentativas de contestarle--escribió María K. de White a su esposo Guillermo a la noche siguiente--, pero él se ponía de pie de un salto cada vez y furioso le exigía que le contestara 'sí' o 'no'" (carta de M. K. de White, 29 de noviembre de 1885). EGWE 159 6 Elena G. de White trató de explicar que una pregunta tan importante requería algo más que un mero "sí" o "no" como respuesta; y en medio de los exabruptos de Malan, procuró decirle que si una persona había recibido luz acerca del sábado y la rechazaba, no podía ser salva. EGWE 160 1 Malan tomó un papel que había escrito, y comenzó a leer algo que estaba relacionado con la posibilidad de observar el sábado sin abstenerse por completo de trabajar. A. C. Bourdeau hizo los mayores esfuerzos por traducir para que la Hna. White pudiera comprenderlo, pero Malan proseguía la lectura sin interrupción. Finalmente ella le indicó cortésmente que le contestaría por escrito, y así concluyó la reunión del sábado por la tarde. Cuando la perturbada esposa de Malan, que seguía siendo fiel al mensaje adventista, se adelantó para rogar a la Sra. de White que perdonara a su marido, prorrumpió en llanto. Aumentan las dificultades EGWE 160 2 El domingo amaneció un día diáfano y bello. Elena G. de White quedó impresionada ante la escena que contempló al dirigirse al mercado. Vio allí a algunas mujeres con los ojos inflamados y una piel áspera y dura, que gritaban ofreciendo su mercancía. En invierno, mucha de esta gente que provenía de la montaña, vivía en los establos junto con las vacas y los chivos para mantenerse abrigada. Los edificios contaban generalmente con una sola ventanita pequeña. EGWE 160 3 Por la tarde, la Sra. de White volvió a hablar ante un grupo reducido. Mientras lo hacía, Malan se presentó otra vez. Ocupo un asiento, visiblemente agitado. Cuando oía algo que estaba de acuerdo con su opinión, asentía con un movimiento de cabeza. De lo contrario sacudía la cabeza y comenzaba a murmurar con las personas que lo rodeaban. Finalmente, se levantó de un salto y le preguntó a Bordeau, que hacía las veces de traductor: "¿Guarda usted todos los mandamientos mejor que los fariseos? ¡Respóndame!" Bourdeau lo ignoró, y Malan tomó su sombrero, airado, y salió apresuradamente del salón. EGWE 161 1 "Este comienzo no fue muy alentador--escribió Elena G. de White en su diario esa noche--, pero nos quedaremos y veremos si el Señor tiene alguna otra obra para que yo haga".--Manuscrito 29, 1885. EGWE 161 2 Al día siguiente escribió, feliz: "Tenemos una mañana gloriosa. El sol brilla e irradia un suave calor, las puertas están abiertas y parece que estuviéramos en primavera". Ibid. Durante toda su permanencia en Italia el tiempo se mantuvo templado y diáfano, y ella aprovechó al máximo la situación para salir en todas las oportunidades posibles. EGWE 161 3 Por la tarde, Bourdeau alquiló un coche y llevó a Elena G. de White y a B. L. Whitney a pasear. Dejaron atrás la villa protestante de Saint Jean, y llegaron a una antigua ciudad católica. Vieron a algunos hombres y jóvenes, e incluso niños, que trabajaban en una cantera de granito. EGWE 161 4 El pequeño grupo regresó luego a la casa de Bourdeau, después de haber adquirido una mejor comprensión de la vida que llevaban los humildes montañeses. EGWE 161 5 Parte de los planes que tenía Elena G. de White al ir a Italia, era disfrutar un poco del descanso y la tranquilidad que habia echado de menos en Basilea. EGWE 161 6 El jueves volvieron a pasear unos ocho kilómetros en coche. El viernes se sumergieron nuevamente en las reuniones de evangelización. EGWE 161 7 Después de las dos irrupciones que Malan realizó durante el primer fin de semana, los obreros llegaron a la conclusión de que sería mejor alquilar otro salón, ya que él era el propietario del que estaban usando para las reuniones y se sentía con derecho a interrumpirlos siempre que lo deseaba. La rivalidad de Miles Grant EGWE 161 8 En una ciudad que distaba pocos kilómetros, consiguieron que les imprimieran volantes para anunciar las reuniones que celebrarían el viernes y el domingo por la noche, y el sábado y el domingo por la tarde. Pero, como si no bastara la oposición de Malan, a la mañana siguiente aparecieron otros volantes que proclamaban la llegada del norteamericano Miles Grant, antiguo enemigo de los adventistas. El anunció decía que Grant celebraría reuniones en el salón que quedaba precisamente arriba del que acababa de alquilar Bourdeau. Estas reuniones se realizarían los mismos días que las de los adventistas, aunque a diferentes horas. Los volantes tenían el mismo tamaño y estilo que los que había distribuido Bourdeau. EGWE 162 1 Grant era pastor y evangelista de la Iglesia Cristiana Adventista y director del World's Crisis (La crisis mundial) durante los años 1856- 1876. En cierto tiempo, los adventistas del séptimo día patrocinaron algunas de las reuniones que celebró en California, ya que predicaba acerca de la inmortalidad condicional y otras doctrinas proféticas, pero el arreglo no resultó; y Grant se convirtió en un activo opositor de los adventistas del séptimo día y particularmente de Elena G. de White. EGWE 162 2 El viernes, ella habló a las siete de la noche acerca de Mateo 11:28-30, "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados". Media hora más tarde Grant inició su disertación en el salón de arriba, y predicó acerca de la santificación, aunque casi no mencionó a la Sra. de White. Declaró a su auditorio que ella se encontraba entre los asistentes, pero más tarde se retractó. Asistieron, en cambio, María K. de White y A. C. Bourdeau, y María transcribió el sermón de Grant en taquigrafía. Junto al Sr. Grant se hallaba O. Concorda, que actuaba como traductor. María lo describió como una persona "de voz suave, adventista no sabatista y partidario de la teoría del 'tiempo venidero'". EGWE 163 1 A la noche siguiente Grant lanzó una oleada de críticas, y su predicación tuvo como único propósito "poner en evidencia y desacreditar a la mensajera del Señor". "Habló con más libertad--declaró Elena G. de White--, y dejó aflorar el precioso plato de calumnias que tanto le gusta. Sirvió a los presentes en el mejor estilo esos bocaditos especiales que ha estado acumulando y preparando durante los últimos treinta años, como una evidencia condenatoria para probar que las visiones de la Sra. de White no son de origen divino"--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 236. EGWE 163 2 Sin embargo, Elena G. de White se abstuvo firmemente de mencionar a Grant o de responder a cualquiera de sus acusaciones. "Siempre he mantenido el principio de no entrar en controversias con nadie, ni de dedicar tiempo a justificarme". Ibid. 237. En su diario confesó, sin embargo, que a veces se sentía "dolorosamente tentada" a abandonar esta costumbre y a tratar de vindicar su causa.--Manuscrito 29, 1885, p. 9. EGWE 163 3 Naturalmente, corrió la voz de que habían llegado al valle dos adventistas con el propósito de pelearse, y aunque ella señaló que no era verdad, ya que por su parte no había atacado a Grant, el resultado no fue favorable para la obra. EGWE 163 4 El domingo, ella mantuvo una larga conversación con la Sra. de Malan, que estaba pasando por una "grave prueba" debido a la oposición de su esposo. Fue amable y comprensiva con su aflicción. Después de predicar el domingo por la noche, la Sra. de White descansó bien y se levantó renovada.--Manuscrito 29, 1885, p. 8. EGWE 164 1 El martes, junto con María, los esposos Bourdeau y J. D. Geymet, se dirigieron a la casa de Catalina Revel, a unos cinco kilómetros entre las montañas. Contaban sólo con un burrito pequeño para tirar del coche, y el animal apenas podía subir la pendiente. Arturo, el hijo de Bourdeau, caminó casi todo el tiempo, tirando literalmente del burrito para hacerlo subir la montaña. EGWE 164 2 Al día siguiente Martha de Bourdeau partió con su hijastra Sara para Basilea. La salud de Edith Andrews seguía declinando y Martha quería estar junto a su hija en sus últimos días en la tierra. Esa semana Elena G. de White hizo otros paseos en coche por las montañas, y el fin de semana trajo más problemas. Concorda y Grant influyeron en el propietario del salón alquilado por los adventistas, para que los desalojaran también de allí. Finalmente, Bourdeau decidió que sería mejor y más seguro celebrar las reuniones en su propia casa, hasta que le fuese posible comprar un salón. Allí, pues, predicó la mensajera del Señor a los creyentes durante el resto de su visita. El regreso a Basilea EGWE 164 3 El martes 15 de diciembre, Elena G. de White se levantó a las tres de la mañana para alcanzar el tren a Turín. Viajaron en tercera clase para gastar menos. Aunque en el coche hacía frío, llegaron a Turín sin pasar mucha incomodidad. EGWE 164 4 El tren atravesó algunos magníficos lugares alpinos, que encantaron a la Sra. de White y la indujeron a exclamar que jamás había visto nada tan bello, ni siquiera en las Montañas Rocosas de su país. EGWE 164 5 Al llegar a Ginebra por la noche, los esperaban Daniel T. Bourdeau con su esposa, Mariana, y su hijo Agustín, de diez años. Caminaron una corta distancia hasta la casa que Bourdeau alquilaba en Chautepoulet 12. EGWE 165 1 A la mañana siguiente, Bourdeau alquiló un coche y llevó a Elena G. de White y a María a recorrer la ciudad durante un par de horas. EGWE 165 2 "Caminamos hasta un lugar muy elevado--escribió ella en su diario--, desde donde contemplamos la unión de dos ríos, el Ródano y su tributario, el Arve. Las aguas de uno son de color azul oscuro y las del otro tienen un tono grisáceo, y aunque ambas corrientes se encuentran no pierden su color distintivo hasta después de recorrer una gran distancia, donde se fusionan".--Manuscrito 30, 1885. Consejos para una pareja joven EGWE 165 3 La Sra. de White se quedó en la casa durante la tarde, mientras María iba a visitar un museo con Paciencia, la hija de Bourdeau--quien con el tiempo llegaría a ser la Dra. Paciencia B. de Sisco. Pero aunque no salió, tampoco se limitó a descansar. Parece ser que Elisa, la hija de Alberto Vuilleumier, sufría el fogoso asedio de un joven muy tenaz. La Sra. de White mantuvo una seria conversación con el pretendiente, y le aconsejó que respetara los deseos de los padres de Elisa, puesto que éstos no aprobaban el casamiento con su hija. Más adelante le escribió una extensa carta que dio base a un artículo publicado en la Review acerca del noviazgo y el matrimonio. El artículo fue finalmente reimpreso en el libro. Mensajes para los Jóvenes, 443-448. He aquí el párrafo correspondiente: EGWE 165 4 "El joven que goza de la compañía de una joven para cuyos padres es desconocido, y conquista su amistad, no procede noble y cristianamente para con ella ni para con sus padres. Mediante relaciones y encuentros secretos podrá adquirir influencia sobre la mente de ella, pero al hacerlo, no manifiesta esa nobleza e integridad de alma que debe poseer todo hijo de Dios. Para lograr sus fines, proceden de un modo que no es franco ni está de acuerdo con la norma bíblica, y se muestran faltos de sinceridad para con aquellos que los aman y tratan de ser sus fieles guardianes. Los matrimonios contraídos bajo tales influencias no están de acuerdo con la Palabra de Dios. Quien puede apartar a una hija del deber y confundir sus ideas en cuanto a los sencillos y positivos mandatos de Dios de obedecer y honrar a sus padres, no será tampoco fiel a sus obligaciones conyugales" (pág. 443). EGWE 166 1 Un aspecto típico de los escritos de Elena G. de White, es que señala insistentemente a sus lectores que la Biblia es la guía que establece las normas correctas de conducta. En caso de que los padres no sean creyentes o que estén mal orientados, los jóvenes actuarán con sabiduría--expresó ella--, si buscan orientación en las Escrituras y en consejeros cristianos y prudentes. EGWE 166 2 Al partir de Ginebra, el jueves 17 de diciembre al mediodía, la Sra. de White y su nuera recorrieron 65 km por la costa del bellísimo lago Ginebra, hasta llegar a Lausana. El tren enfiló luego hacia el norte y llegó esa noche a Basilea. Fue un viaje que le ocasionó algunas alegrías y muchos sufrimientos y angustias a la sierva de Dios. ------------------------Capítulo 13 -- En casa para el invierno Compromisos en Basilea, Ginebra y Lausana EGWE 167 1 Elena G. de White pasó el primer día del año 1886 escribiendo y tejiendo medias. En una carta dirigida a su sobrina Addie Walling, le mencionó sus resoluciones para el nuevo año: EGWE 167 2 "El año viejo quedó en el pasado y tenemos ante nosotros uno nuevo. Día tras día subirán los registros hasta Dios. ¿Qué historia presentaré? ¡Oh, que el registro de mi vida sea tal que no me avergüence al enfrentarlo en el juicio! Deseo que Jesús me acompañe a todas horas".--Carta 91, 1886. EGWE 167 3 Al día siguiente, sábado, por la mañana temprano, Cristina Dahl fue hasta la habitación de la Sra. de White y le abrió su corazón. Dijo que quería ser cristiana y que había tomado la decisión de bautizarse ese día. Su interlocutora exclamó: "¡Cuán agradecida estoy de que haya tenido valor para hacer esto--identificarse con el pueblo de Dios!"--Manuscrito 61, 1886. EGWE 167 4 Esa tarde, Cristina y tres personas más fueron sumergidas en las aguas bautismales. Luego todos compartieron los ritos de la cena del Señor. Después de su decisión, Cristina participó regularmente del culto diario que realizaba la familia White, y leía las Escrituras cuando le llegaba el turno. Antes de ir a Basilea había vivido con su familia en Noruega. Ese sábado fue también un día especial de victoria en otro sentido. Los dirigentes de la obra en Basilea tenían esperanzas de reunir dinero extra durante la época de vacaciones, para comprar carpas para la obra evangélica en Europa Central. La exhortación para recolectar fondos se demoró debido a la muerte de Edith Andrews, pero Elena G. de White se sintió contentísima cuando recibieron 140 dólares el primer sábado del año. La fe y el sacrificio de los creyentes EGWE 168 1 En una carta dirigida a Guillermo, que todavía estaba en Estados Unidos, escribió lo siguiente: EGWE 168 2 "La iglesia (los miembros) de Basilea es muy pobre, como ya sabes. Hay apenas dos hermanos en Suiza que viven en su casa propia; todos los demás tienen que pagar alquiler. Los que trabajan en esta oficina reciben, a lo sumo, un dólar diario como jornal, es decir, seis dólares por semana; trabajan de la mañana a la noche y se mantienen con esos salarios. Hay otros que perciben todavía menos. EGWE 168 3 "Puedo notar aquí un espíritu de sacrificio en nuestro pueblo, mucho mayor de lo que he visto en Norteamérica. Creen en los testimonios y los aceptan como si fuera la voz de Dios hablándoles, y de sus magros ingresos hacen todo lo que pueden para que la causa y la obra de Dios avancen".--Carta 72a, 1886. EGWE 168 4 A comienzos de 1886, Elena G. de White tuvo una buena oportunidad para juzgar la condición de la obra en Europa. Había asistido al concilio europeo, pudo servir en Gran Bretaña y visitar los países escandinavos c Italia. Observó que la situación en el viejo mundo alrededor del año 1880, era bastante similar a la que habían enfrentado los pioneros adventistas en Norteamérica treinta años antes. Había nuevos creyentes, muchos de los obreros carecían de experiencia, escaseaban los recursos financieros y la responsabilidad de proclamar el último mensaje de advertencia al mundo era inmensa y no siempre se la comprendía. EGWE 169 1 Cuando se trazaron los planes para que la familia White visitara Europa, no se especificó la duración de la visita. Ellos tenían la impresión de que pocos meses bastarían para su tarea. Pero cada vez se hacía más evidente que no podrían partir tan pronto como habían pensado. Uno o dos meses antes habían hablado de la posibilidad de regresar a los Estados Unidos en mayo de 1886, para la época del congreso que se celebraría al aire libre. Pero luego abandonaron esa idea: EGWE 169 2 "No veo ninguna posibilidad de que nos vayamos antes de la primavera... Se me instó a venir a Europa y aquí me quedaré hasta que sienta que puedo regresar... No tengo apuro por volver a menos que el Señor me diga: 'Vete a Norteamérica'... Apenas hemos comenzado... Estoy contenta por haber venido, porque el Señor me ha sostenido".--Ibid. EGWE 169 3 Durante los meses de enero, febrero y marzo, se dedicó cada vez más a la rutina de su trabajo en Europa. Casi todos los sábados predicaba en la iglesia de Basilea, y despachaba con regularidad una nutrida correspondencia, dirigida no sólo a los obreros de Europa sino también a los de los Estados Unidos. El departamento de la familia White en Basilea EGWE 169 4 El departamento que ocupaban en la casa editora no tenía lujos; pero las habitaciones, amuebladas con muebles prestados, eran cómodas. Carlos, el hijo de J. N. Andrews, partió para Norteamérica después del tercer concilio europeo, y la Sra. de White heredó su cama, el escritorio, la mesa y el ropero. Como la estufa de vapor no siempre bastaba para alejar el frío de las mañanas invernales, instalaron otra de carbón. EGWE 169 5 Además de la habitación de Elena G. de White, la familia disponía de un comedor y de otros dos dormitorios. Uno de ellos tenía muebles de oficina: un escritorio, una mesita para máquina de escribir y algunos estantes para libros. En el otro dormían Guillermo, María y la pequeña Ella. Actividades diversas EGWE 170 1 La Sra. de White también dedicaba tiempo para ser una buena vecina. El domingo 3 de enero, salió con María a visitar a la Sra. Erzberger. Se encontraron con que ella, a su vez, iba a casa del Sr. Luis Aufranc y su esposa, y participaron de la visita. La Sra. de White sentía compasión por el Sr. Aufranc. Había sido traductor de la oficina de Basilea durante muchos años, pero los malos hábitos que adquirió durante sus días de estudiante minaron su salud. EGWE 170 2 A la mañana siguiente, la Hna. White también comenzó a sufrir algunos problemas de salud. El ojo izquierdo se le inflamó y le dolía la cabeza. Cuando no podía escribir dictaba la correspondencia, y así proseguía su labor a pesar de su indisposición. Trataba de pasar al aire libre todo el tiempo posible. EGWE 170 3 Cierto día, a mediados de enero, apenas unos pocos días antes del cuarto cumpleaños de su nieta Ella, tomó a la niñita de la mano y salieron juntas a caminar. La abuela y su vivaz nietecita estaban tan absortas disfrutando de su alegre aventura que perdieron la noción de dónde se encontraban. Nadie comprendía suficiente inglés como para ayudarlas a ubicar la casa editora. Durante una hora buscaron el camino de regreso. Finalmente, hallaron la vía del ferrocarril que pasaba junto a la calle donde vivían. Cuando llegaron, todos estaban preocupados por su larga ausencia. EGWE 170 4 La molestia del ojo persistió durante todo el mes de enero, y a veces, cuando no podía seguir escribiendo, María de White la oía cantar para pasar el tiempo. Llegan refuerzos de Norteamérica EGWE 171 1 Mientras Guillermo White terminaba su trabajo en los Estados Unidos, iba preparando el regreso para principios de febrero. Notó que el tomo 1 del libro Spirit of Prophecy (El espíritu de profecía), predecesor de Patriarcas y Profetas, estaba agotado, y sugirió que se iniciara de inmediato otra edición. La misma Sra. de White le había sugerido que, en caso de que ella tuviera que quedarse en Europa, él debía impulsar allí su trabajo literario. Hasta contempló la posibilidad de publicar algunos libros en Suiza para proporcionar trabajo a la casa editora que luchaba por mantenerse. Pero este deseo jamás se materializó, con excepción de la traducción de sus libros. Durante su permanencia en Europa ella siguió elaborando su prodigiosa producción literaria. Mantenía continua correspondencia con los obreros y laicos de Norteamérica y de las misiones extranjeras incipientes: Preparaba artículos para las publicaciones de la iglesia y sermones que también se publicaban. Los correctores de originales colaboran con E. G. de White EGWE 171 2 Guillermo C. White regresó a Europa acompañado por Mariana Davis, quien les ayudaría a transcribir a máquina y preparar los escritos de Elena G. de White para su publicación. Cuando llegaron, la hallaron confinada en su cama, enferma. El día anterior había tenido fuertes escalofríos durante dos horas. Pero la presencia de su hijo y de su buena amiga, la Srta. Davis, alegró su espíritu. EGWE 171 3 Mariana había sido su secretaria y correctora de originales desde 1879, y continuó realizando ese trabajo durante muchos años. Su primera tarea en Basilea consistió en revisar, con María K. de White, los relatos de los viajes por Europa que Elena G. de White escribió para el libro Historical Sketches. EGWE 171 4 Debido a su activo programa de predicaciones y su fecunda pluma, la Sra. de White producía más de lo que María podía absorber. A ello se sumaban los planes para publicar los libros más grandes, lo cual hacía más necesario aún la búsqueda de otros ayudantes. EGWE 172 1 No resulta difícil comprender esta necesidad de tener correctores de originales. La Sra. de White predicaba sus sermones sin prepararlos, y en un estilo libre y espontáneo. Pero, como lo sabe cualquier orador, las presentaciones orales requieren ciertas correcciones para poder imprimirlas. Los correctores de originales de la Sra. de White tomaban nota de sus sermones mientras ella predicaba, y luego de transcribirlos correctamente a máquina, se los devolvían para que ella los estudiara con detenimiento y diera su aprobación. Lo mismo sucedía con los artículos que escribía a mano. Esto le permitía trabajar con mayor rapidez, sin preocuparse de la meticulosa tarea del redactor. EGWE 172 2 Sus ayudantes hacían el trabajo de redacción que incluía la corrección de los errores de escritura, gramática y puntuación, y también evitaban las repeticiones o las palabras inapropiadas. Si ella usaba incorrectamente el tiempo de un verbo, sus fieles ayudantes lo corregían. Las secretarias de la Sra. de White no redactaban sus artículos ni recomponían sus mensajes. Ella fue la autora de todos los libros y artículos que llevan su nombre. L. R. Conradi llega a Europa EGWE 172 3 Cuando Guillermo White regresó a Europa en el mes de febrero, llevó consigo un importante colaborador que se sumó a las fuerzas de la misión: Luis R. Conradi, un alemán que vivía en los Estados Unidos desde que tenía 17 años. Allí aceptó el adventismo y fue ordenado al ministerio en 1882. Conradi se quedó muchos años en Europa, y llegó a ser el dirigente máximo de la obra en ese lugar. Elena G. de White se refiere a su llegada con las siguientes palabras: "El Hno. Conradi está aquí y EGWE 173 4 piensa visitar Rusia tan pronto como haya allí un interés profundo, que ya se ha despertado por medio de las publicaciones. Estoy contenta de que haya venido el Hno. Conradi, porque es un obrero de éxito entre los alemanes".--Carta 29, 1886. EGWE 173 1 A fines de febrero la Sra. de White no se había recuperado totalmente de su enfermedad. En una carta que escribió al Dr. Kellogg, le confesó que en cierto momento sintió nostalgia y desánimo, "pero la paz de Cristo descendió sobre mí durante la noche y me sentí segura de que las promesas de Dios se cumplirían en mí". Carta 32, 1886. Al día siguiente hizo buen tiempo y ella se levantó para caminar con Mariana. Luego escribió: EGWE 173 2 "Las calles están llenas de cochecitos de bebé y de señoras que caminan con niños en los brazos, sobre un almohadón. Parece que aquí a los niños les es más difícil que en Norteamérica disfrutar de aire fresco y de sol. Estas madres tienen una actitud más maternal que muchas en Norteamérica, que dedican demasiado tiempo a vestir a sus hijos. Los niños visten con sencillez... y sus mejillas son sonrosadas".--Carta 95, 1886. Un caballo y un coche para la visitante EGWE 173 3 Las caminatas se le hacían cada vez más difíciles a la Hna. White. Sentía dolores en una cadera, y ambos tobillos--que se le habían fracturado en algunas ocasiones--esto le ocasionaba problemas. Cierto sábado cojeaba tanto que tuvo que hablar desde una silla. Todos concordaron en que necesitaba un caballo y un coche. Ella seguía demorando la compra porque pensaba que ese dinero era muy necesario para la misión, pero finalmente accedió. EGWE 173 4 El Dr. Juan Harvey Kellogg ofreció la suma necesaria para la compra, pero cuando llegó su ofrecimiento ella ya había obtenido un préstamo para comprar un coche de segunda mano y "un caballo común". Encontró un coche cómodo, y hasta observó que sólo necesitaba que se lo engrasara dos o tres veces por año. En 1887, antes de abandonar Europa, vendió el equipo y donó el importe que obtuvo para la obra allí. Agotadora labor personal EGWE 174 1 Durante los tres primeros meses de 1886, Elena G. de White mantuvo continua correspondencia con los hermanos Bourdeau; con Daniel, que estaba trabajando en Ginebra, y con A. C. Bourdeau, quien seguía en Torre Pellice, Italia. Ambos, a pesar de que eran obreros veteranos, tenían más problemas personales que lo normal. A. C. Bourdeau no parecía obtener muchos resultados en Italia, pero cuando ella le sugirió, a principios de enero, que viajara a Ginebra para ayudar a su hermano, buscó toda clase de excusas para no abandonar los valles valdenses. Finalmente, logró despegarlo de allí, y de mala gana Bourdeau fue a Ginebra por un mes. EGWE 174 2 Como Elena G. de White mantenía un estrecho contacto con los dirigentes de la asociación, hay razones para creer que los dirigentes suizos aceptaron esta sugerencia. Finalmente, una serie de circunstancias requirieron la presencia de Elena G. de White en Ginebra. EGWE 174 3 Cuando L. R. Conradi llegó por primera vez a Basilea, se había acordado que celebrara reuniones con Jaime Erzberger para los suizos de habla alemana que vivían en esa ciudad. Pero como se hicieron tan pocos preparativos, ambos fueron enviados a Lausana, cerca de Ginebra, en el territorio de D. T. Bourdeau. Conradi notó que los colportores de Lausana no tenían un plan sistemático de trabajo y se abocó de inmediato a la tarea de brindarles un programa regular. Era un buen organizador. EGWE 174 4 Precisamente cuando el trabajo se estaba encaminando bien, Bourdeau escribió desde Ginebra que, "después de meditar y orar", había decidido ir a Lausana el domingo EGWE 175 1 Elena G. de White (1827-1915). Esta foto fue sacada poco antes de su viaje a Europa. EGWE 176 1 (1) M. B. Czechowski ganó a los primeros conversos adventistas en Europa, aunque no había sido enviado oficialmente como misionero por la Asociación General. (2) J. N. Andrews (1829-1883). (3) Santiago Erzberger, uno de los primeros creyentes suizos, y primer pastor de ese país. (4) Alberto Vuilleumier, uno de los primeros adventistas de Suiza, que actuó muchas veces como traductor de la Hna. White. EGWE 177 1 (1) Sara McEnterfer fue enfermera, secretaria y compañera de viaje de la Hna. White durante su permanencia en Europa. (2) Guillermo C. White, hijo de la Hna. White, viajó con ella a Basilea en 1885 para colaborar en la adquisición de equipo para la nueva Casa Editora, y con el fin de trazar planes con los dirigentes europeos para la expansión de la obra. EGWE 177 2 (3) María Kelsey White era la esposa de Guillermo C. White. Trabajó como correctora de originales en la Imprimerie Polyglotte y también ayudó a pasar a máquina los artículos de la Hna. White, para su publicación. Contrajo tuberculosis mientras estaba en Basilea y falleció en 1890 después de regresar a los Estados Unidos. (4) María Kelsey White tuvo dos hijas. La nenita, Mabel, nació en Basilea en 1886. La niña mayor, Ella, más tarde llegó a ser escritora y también trabajó como misionera. EGWE 178 1 (1) Enrique Kellogg ofreció asesoramiento técnico y ayudó a conseguir las primeras máquinas para las casas editoras de Basilea y Cristianía (Oslo). EGWE 178 2 (2) Edith Andrews, sobrina de J. N. Andrews, gozaba de popularidad entre los jóvenes de la Casa Editora de Basilea. Falleció de tuberculosis en 1885. EGWE 178 3 (3) Sands Lane, evangelista en Inglaterra e Irlanda. EGWE 178 4 (4) Luis Aufranc era traductor en la Casa Editora de Basilea. EGWE 178 5 (5) Guillermo Ings, pionero de la obra en Inglaterra, regresó a Europa en 1886. EGWE 178 6 (6) Juanita Ings, antigua amiga de la Hna. White, la acompañó durante sus últimos viajes a Francia, Italia y los países escandinavos. EGWE 179 1 La Casa Editora de Basilea y la calle donde ésta se encontraba tal como se veían cuando la Hna. White vivió allí. EGWE 179 2 La Casa Editora de Basilea. El tercer piso estaba destinado a viviendas familiares. Las habitaciones de la Hna. White estaban al frente del edificio, con vista al parque. EGWE 179 3 Esta fotografía, muy extraña por cierto, fue tomada desde la parte de atrás de la Casa Editora de Basilea. EGWE 180 1 Cuando los obreros de la oficina de Basilea se tomaron un día de descanso, la Hna. White los acompañó en una excursión que hicieron al Rigi. EGWE 180 2 El primer viaje que hizo la Hna. White de Basilea a Italia la llevó por el paso de San Gotardo. Describió la belleza que descubrió en los Alpes al pasar de un túnel a otro. EGWE 181 1 Una pagina del diario de la Hna. White en la que se refiere a su reunion con los obreros en Lausana. EGWE 181 2 D. T. Bourdeau, pastor adventista, fue evangelista pionero en Suiza, Alemania, Italia y el sur de Francia. EGWE 181 3 L. R. Conradi tal como era cuando regresó a Europa. La Hna. White le dio la bienvenida porque sabía que era un obrero de éxito. EGWE 182 1 El Congreso de la Asociación Suiza celebrado en 1885 en Basilea: 1. M. C. Wilcox; 2. S. H. Lane; 3. R. F. Andrews; 4. J. Curdy; 5. Emilio Dietschy; 6. Carlos Vuilleumier; 7. Ademar Vuilleumier; 8. La señora de Ademar Vuilleumier; 9. La señora de Alberto Vuilleumier; 10. Alberto Vuilleumier; 11. R. H. Coggshall; 12. J. E. Dietschy; 13. Ella May White (después señora de D. E. Robinson); 14. W. C. White; 15. D. T. Bourdeau; 16. Paciencia Bourdeau (que luego sería la doctora Bourdeau Sisco); 17. Elena G. de White; 18. La señora de D. T. Bourdeau; 19. María Dietschy (más tarde la señora de C. M. Andrews); 20. C. M. Andrews; 21. Edith Andrews; 22. A. B. Oyen; 23. K. Brorsen; 24. J. G. Matteson; 25. Juan Vuilleumier; 26. J. Erzberger; 27. Sara McEnterfer; 28. La señora de W. C. White; 29. La señora de Eduardo Andrews (madre de J. N. Andrews); 30. La señora de J. E. Dietschy; 31. Berta Stein; 32. Juanita Thayer; 33. La señora de B. L. Whitney; 34. B. L. Whitney; 35. A. C. Bourdeau; 36. La señora de A. C. Bourdeau; 37. La Srta. Noualy; 38. A. J. S. Bourdeau; 39. Sara Andrews; 40. Elisa Dietschy (más tarde la señora de H. Revilly); 41. Lenna Whitney (más tarde esposa del profesor H. R. Salisbury); 42. Juanita Whitney (más tarde la doctora Whitney Morse); 43. P. Aufranc. EGWE 182 2 Basilea tal como se veía desde el antiguo puente en 1880. EGWE 183 1 El tercer Concilio Europeo celebrado en 1885: 1. María Roth; 2. Addie Bowen; 3. Eduardo Borle; 4. C. M. Andrews; 5. (desconocido); 6. Alberto Vuilleumier; 7. La señora de Alberto Vuilleumier; 8. J. D. Geymet; 9. Tomás G. Aslan; 10. J. P. Badaut; 11. J. D. Comte; 12. A. C. Bourdeau; 13. A. Aramy; 14. W. C. White; 15. María K. de White; 16. Elena G. de White; 17. La señora de D. T. Bourdeau; 18. D. T. Bourdeau; 19. Hugo Schneppe; 20. Oscar Roth; 21. Ademar Vuilleumier; 22. La señora Alicia de Vuilleumier; 23. La señora de B. L. Whitney; 24. B. L. Whitney; 25. A. B. Oyen; 26. La señora de A. C. Bourdeau; 27. Knud Brorsen; 28. La señora de A. B. Oyen; 29. H. W. Kellogg; 30. A. A. John; 31. J. Erzberger; 32. C. H. Lane; 33. R. F. Andrews; 34. Jorge Drew; 35. M. C. Wilcox; 36. La señora de Drew; 37. Juanita Thayer; 38. La señora de C. H. Land; 39. La señora de Whitney; 40. L. Aufranc; 41. Cecilia Dahl; 42. J. H. Mattison. EGWE 183 2 B. L. Whitney fue el gerente de la Casa Editora de Basilea cuando esta editorial comenzó a funcionar. Junto con él están su esposa, Esther, y sus hijas Juanita y Lenna. EGWE 184 1 La primera iglesia adventista de Europa se levantó en Tramelan, Suiza. La Hna. White predicó el sermón de dedicación el 25 de diciembre de 1886. EGWE 184 2 Vista interior del templo de Tramelan. EGWE 184 3 La familia Roth dedicó 3.300 francos para la construcción del templo de Tramelan. El padre, Jorge Roth-Steiner, era oriundo de Wurttenberg en el sur de Alemania, pero emigró a Suiza y fundó un floreciente negocio de sastrería en ese país. El, junto con su familia, se cuentan entre los primeros conversos de M. B. Czechowski. EGWE 184 La Hna 185 EGWE 184 4 White hizo varios viajes a Torre Pellice, Italia, para ayudar a los obreros allí. EGWE 184 5 A. C. Bourdeau, hermano de D. T. Bourdeau, trabajó en Torre Pellice, Italia. EGWE 184 6 J. D. Geymet, uno de los primeros adventistas convertidos en Europa, dedicó muchos años a la obra del colportaje en Italia. EGWE 184 7 Catalina Revel fue una de las primeras personas convertidas por M. B. Czechowski en Europa. EGWE 186 1 Juan G. Matteson, pionero adventista en los países escandinavos. EGWE 186 2 La Hna. White visitó la prisión de Orebro, en Suecia, donde en los comienzos de la obra fueron encarcelados algunos obreros adventistas. EGWE 186 3 (1) O. A. Olsen regresó Europa mientras la Hna. White estaba allí. Le ayudó a Matteson a desarrollar la obra en los países escandinavos hasta que fue elegido presidente de la Asociación General en 1888. EGWE 186 4 (2) Cristina Dahl vino de Noruega para vivir con la Hna. White y trabajar en la Casa Editora de Basilea. EGWE 186 5 (3) A. B. Oyen fue el gerente de la Casa Editora de Oslo. EGWE 187 1 La Hna. White (extrema izquierda) asistió al primer congreso adventista celebrado en Europa en Moss, Noruega, en 1887. EGWE 187 2 La Hna. White (a la derecha, dándole la espalda a la carpa) en el congreso de Moss, celebrodo en 1887. Entre los que se encuentran en la foto aparecen O. A. Olsen y su esposa, Juanita (sentada a la izquierda), J. H. Waggoner (al centro), y W. C. White y Juanita Ings (a la derecha). EGWE 188 1 La Casa Editora de Cristianía (Oslo) fue ampliada durante la permanencia de la Hna. White en Europa. La visitó tres veces. EGWE 188 2 Cuando J. G. Matteson le mostró a la Hna. White esta prensa en la Casa Editora de Oslo, la reconoció inmediatamente como la que se le había presentado en visión más de diez años atrás, antes que Matteson regresara a Europa. EGWE 189 1 La Hna. White conoció al doctor Carl Ottosen cuando era un promisorio estudiante de medicina. Más tarde fundó el Sanatorio de Skodsborg, en Dinamarca. EGWE 189 2 La Hna. White ascendió por la rampla en espiral de la torre redonda de Copenhague. EGWE 190 1 (1) Desde 1884 hasta 1887 la sede de la obra adventista en Gran Bretaña se hallaba en la calle Heneage No 72, en Grimsby. EGWE 190 2 (2) Jorge R. Drew trabajó veinte años como colportor en Inglaterra. La Hna. White pasó su primera noche en Europa en la casa de este hermano. EGWE 190 3 (3) M. C. Wilcox era el director de Present Truth (La Verdad Presente) editada en Inglaterra. siguiente por la noche (14 de marzo), para predicar acerca del sábado. Rápidamente se informó está noticia a Basilea, y desde allí B. L. Whitney y Guillermo C. White enviaron apresuradamente un telegrama a Bourdeau, instándole a abandonar su propósito de introducir la verdad del sábado con tanta premura. EGWE 191 1 Desde que Elena G. de White le escribió a Bourdeau para referirse al volante que él había impreso, y en el cual se presentaba como un "misionero norteamericano", continuó escribiéndole cartas que contenían amables consejos y lo instaban a asumir una perspectiva más humilde de sí mismo y a no intentar absorber solo toda la predicación. A mediados de enero él tuvo un sueño al cual, lamentablemente, le atribuyó un significado definido. En ese sueño, él y Jaime Erzberger salieron a pescar. Bourdeau ponía la carnada en los anzuelos, y cuando le ofreció la caña a su colega, éste cortésmente insistió en que Bourdeau mismo pescara. Este, por supuesto, se adelantó para hacerlo, pero parece ser que en el sueño otros pastores alejaban los peces. Bourdeau interpretó esto como una especie de aprobación divina a su proceder. EGWE 191 2 La semana antes de que planeara ir a Lausana para predicar acerca de la verdad del sábado, Elena G. de White le escribió una carta en la que trataba de revelarle, con amabilidad y tacto, algunas de sus flaquezas. Entre otras cosas, le dijo: EGWE 191 3 "Si sigue actuando como en el pasado, usted avanzará y se apropiará de las oportunidades que les corresponden a sus hermanos; y usará el tiempo para hacerse daño a usted mismo y para decepcionar a sus oyentes. Usted se lisonjea con la idea de que puede despertar en el auditorio más interés que cualquiera de sus hermanos, pero a veces se engaña a sí mismo con esta idea".--Carta 35, 1886. EGWE 191 4 Mientras tanto, la esposa de Bourdeau, pensando que le estaba haciendo un favor, decidió que su esposo estaba demasiado ocupado con el progreso de la obra como para soportar el impacto que representaba el mensaje de Elena G. de White, y lo retuvo hasta el domingo de mañana, cuando él partió para Lausana. Bourdeau lo leyó por el camino. Para empeorar las cosas, cuando llegó a Lausana le entregaron el telegrama de Whitney y White donde lo instaban a no predicar acerca del sábado. La doble sorpresa fue más de lo que podía soportar. En lugar de quedarse en Lausana, donde se lo necesitaba, regresó de inmediato a Ginebra para pasar "una semana de meditación". Reuniones favorables en Bienne EGWE 192 1 Es evidente que la decisión de Elena G. de White de viajar a Ginebra para animar y ayudar a Bourdeau era oportuna. Partió el viernes 19 de marzo y pasó el sábado en la iglesia de Bienne, que quedaba en el camino. Mientras el tren recorría los 100 km, ella disfrutó del paisaje, de los diversos túneles y las antiguas y pequeñas villas de los valles montañeses. En esa oportunidad, observó atentamente la condición de las mujeres, como lo indica la siguiente declaración: EGWE 192 2 "Vemos que tanto los hombres como las mujeres trabajan juntos la tierra que se puede cultivar; ellas tienen azadas y palas... Los hombres también trabajan, pero son mucho menos diligentes que ellas. Hay uno o más hombres parados con las manos en los bolsillos, que observan o dirigen la tarea de las mujeres. Generalmente las europeas soportan la parte más pesada del trabajo. Es común verlas caminar delante de las carretas mientras dos o tres hombres están sentados encima de la carga que es arrastrada por un par de bueyes grandes".--Manuscrito 53, 1886. EGWE 192 3 En Bienne se alojó en casa de Virgil Vuilleumier. Carta 96, 1886. Seis iglesias se habían reunido en ese lugar para celebrar reuniones durante el fin de semana. El sábado por la tarde habló Jaime Erzberger. A continuación hubo una "reunión social" [de testimonios]". "Los testimonios fueron excelentes--declaró Elena G. de White--, fueron precisos y al punto".--Carta 96, 1886. EGWE 193 1 El domingo de mañana predicó por última vez y luego partió para Lausana, donde hizo una breve visita a los obreros. El pastor Bourdeau ya estaba allí cuando ella llegó, y viajaron juntos durante tres horas en vapor hasta Ginebra. Al día siguiente, la Sra. de White se apresuró a regresar a Basilea. Acerca de los pensamientos que la embargaron en el tren, escribió lo siguiente: "Mientras viajábamos de Ginebra a Basilea, atravesamos algunas ciudades grandes y pequeñas que me hicieron meditar: ¿Cómo será amonestada la gente que vive en estas ciudades grandes?"--Carta 38, 1886. EGWE 193 2 Pero, aunque su estada fue breve, D. T. Bourdeau apreció sus consejos y su visita. Hacía muchos años que la conocía, y la franqueza de sus mensajes aumentó el respeto que sentía por ella. En la primera carta que él le dirigió después de la visita, le rogó que volviera a Ginebra, y otras cartas escritas a mediados del verano dejaron traslucir que estaba aplicando con diligencia sus consejos. He aquí un ejemplo: EGWE 193 3 "Gracias por el interés expresado en su última carta, que recibí hace cuatro días... No descuido las visitas, ni deseo actuar independientemente de mis hermanos en esta empresa" (carta de D. T. Bourdeau, 10 de julio de 1886). EGWE 193 4 A Elena G. de White no le resultaba fácil transmitir mensajes de reprobación. Aproximadamente en esa misma época, cuando G. I. Butler consideró que las reprensiones de la sierva del Señor eran muy severas, ella le explicó cómo se sentía interiormente: EGWE 193 5 "El Señor sabe que no me agrada esta tarea. Amo y respeto a mis hermanos, y no quisiera desmerecerlos en lo más mínimo ni causarles dolor; pero he intentado actuar únicamente para la gloria de Dios".--Carta 73, 1886. EGWE 194 1 Bourdeau trabajó en Europa hasta 1888, cuando regresó a Norteamérica, y allí continuó sirviendo a gente de habla inglesa y francesa, hasta su muerte ocurrida en 1905. Se hizo acreedor al pleno respeto de sus hermanos. ------------------------Capítulo 14 -- La segunda visita a Italia Un período de mucho trabajo EGWE 195 1 A comienzos de abril, Elena G. de White declaró que estaba disfrutando de buena salud y de un hermoso clima: "Todo se ve tan verde y encantador que estamos seguros de que ya pasó el invierno y ha llegado la primavera".--Carta 41, 1886. Una carta de Torre Pellice EGWE 195 2 Precisamente en esa época llegó una carta de A. C. Bourdeau, que ya estaba de vuelta en Torre Pellice. Había bastante interés en los dos lugares donde estaba celebrando reuniones regulares, e instó a la Sra. de White para que acudiera. En pocas semanas más la gente comenzaría a dejar los valles, para pasar el verano en las montañas, y era, por lo tanto, absolutamente esencial que ella fuera de inmediato para que su visita resultara beneficiosa. EGWE 195 3 Desde que Elena G. de White visitó por última vez los valles del Piamonte, habían intercambiado correspondencia con regularidad. Aunque el problema de Daniel Bourdeau consistía en querer hacer solo la mayor parte del trabajo, la debilidad de su hermano, por el contrario, era que no parecía trabajar mucho. EGWE 195 4 En cierta oportunidad, Elena G. de White se refirió a sus esfuerzos como "un despliegue de armas cuáqueras" Carta 31, 1886. Evidentemente su aguijonazo surtió efecto, y cuando él le pidió ayuda, respondió de inmediato. EGWE 196 1 Guillermo C. White le escribió lo siguiente con respecto a esos planes: "Desde que recibió su última carta, mamá ha meditado mucho en la posibilidad de viajar a Italia, y al hermano Whitney [presidente de la misión] le pareció conveniente que vayamos pronto, por lo que hemos decidido ir en seguida" (carta de G. C. White, 12 de abril de 1886). Elena G. de White partió de Basilea, con Guillermo y María, el jueves 15 de abril de 1886, para visitar Italia por segunda vez. El tren partió de Basilea por la mañana y llegó a Milán, Italia, esa noche. Milán y la gran catedral EGWE 196 2 Como el tren no saldría hasta las 10.30 de la mañana siguiente, pudieron visitar algunos puntos de interés.() La mayor atracción de Milán era, por supuesto, la gran catedral, el edificio de estilo gótico más importante de Italia. Aunque su construcción se inició en 1386, recién lo habían terminado. Ella confesó que nadie podía escapar a la impresión que producían la grandeza e inmensidad del gigantesco edificio de mármol blanco, aunque le pareció una gran "extravagancia". Algunos críticos de arte manifestaron reservas similares con respecto a la catedral, pero la Sra. de White matizó su opinión con otros factores además del mero gusto artístico. A pesar de que el conjunto arquitectónico le pareció excesivo, tuvo una impresión muy favorable de "las ventanas y las paredes... adornadas con cuadros muy coloridos de los mejores artistas italianos. Estas pinturas representan escenas bíblicas y de la historia tradicional de la iglesia. Jamás había visto tan magnífica combinación de colores".--The Review and Herald, 1 de junio de 1886. EGWE 197 1 Pero le dolió ver que los adoradores, después de sumergir los dedos en una fuente de mármol que contenía "agua bendita" y de hacer la señal de la cruz, tomaban asiento en silencio frente al altar. Al verlos inclinarse ante las imágenes, tuvo la impresión de estar contemplando un cuadro patético, similar al de los cultos paganos. "¡Cómo anhelé poder elevar mi voz en este majestuoso y antiquísimo edificio, para señalarles a estas pobres almas engañadas, dónde están Dios y el cielo!" El espectáculo de las mujeres arrodilladas ante los confesionarios fue aún más doloroso. "¡Equivalía a poner en el lugar de Cristo, a un hombre sujeto a las mismas pasiones que ellas!", declaró.--Ibid. EGWE 197 2 La catedral estaba decorada con no menos de 2.245 estatuas e imágenes, distribuidas en el interior del templo y fuera de él. No nos sorprende que Elena G. de White haya manifestado, algún tiempo después, lo siguiente: "No vemos ninguna posibilidad de que la iglesia romana pueda librarse de la acusación de idolatría. Es verdad que profesa adorar a Dios a través de esas imágenes; pero lo mismo hicieron los israelitas cuando se inclinaron ante el becerro de oro".--Ibid. De los contrastes se extrae una lección EGWE 197 3 Esa noche, cuando la Sra. de White se puso de pie para hablar en Torre Pellice ante los veinte adventistas que habían ido caminando en medio de una lluvia torrencial para recibir el sábado, no pudo dejar de notar el contraste que existía entre la sencillez de las paredes blancas y lisas de ese edificio, y la suntuosidad que había visto en Milán. EGWE 198 1 "En esa pequeña habitación del primer piso de una casa de familia no había ningún adorno exterior que cautivara la atención, ni tampoco había nada en el interior que pudiera atraer; pero aquel día contamos con un Invitado, y todos sentimos la calidez de su amor y el valor de su perdón. Ese precioso Jesús podía perdonar el pecado. No había inseguridad allí. Fue una preciosa ocasión. Yo no ambicionaba en absoluto aquel templo grandioso ni su culto frío. Atesoro la calidez del amor de Jesús".--Manuscrito 62, 1886. EGWE 198 2 Aunque el sábado también llovió, los creyentes acudieron para oírla. El domingo, la Sra. de White se levantó a las cinco de la mañana. El cielo estaba nublado, pero los perales, los cerezos y los ciruelos habían florecido y el aire estaba impregnado de su fragancia. "Veo a la Providencia en todas las obras de Dios--escribió ella, y buscando la parte positiva de la situación, añadió--: Para la conveniencia del momento presente, las nubes no son agradables, pero una mano invisible obra bendiciendo la tierra y dándole a la naturaleza un aspecto sumamente encantador".--Manuscrito 54, 1886. EGWE 198 3 A pesar de la continua lluvia, alquilaron un caballo y subieron la montaña rumbo a Villa Pellice, donde Elena G. de White tenía un compromiso a las cuatro de la tarde. No había manera de apurar el caballo, que iba a paso lento, y llegaron tarde a la reunión. El lugar estaba literalmente repleto de gente. "Las mujeres campesinas daban la impresión de ser inteligentes--observó la Sra. de White--. Los prolijos vestidos azules y los gorros blancos" atrajeron especialmente su atención. EGWE 198 4 La predicación de esa tarde describió la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, montado en un burrito. El pastor Bourdeau tradujo el sermón al francés, mientras algunos de los presentes lo traducían en tono bajo al italiano, en beneficio de las personas que hablaban ese idioma. El mensaje del amor y la misericordia de Cristo penetró en el auditorio, y la sierva del Señor notó que algunos de sus oyentes lloraban. Hay que sembrar junto a todas las aguas EGWE 199 1 La Sra. de White iba comprendiendo cada vez más las dificultades que presentaba la obra evangélica en Europa. "Este es un campo difícil--admitió--, pero debemos sembrar junto a todas las aguas. Estos valles han sido regados con la sangre de los cristianos valdenses, y ésa debe ser la semilla de la verdad que brote y lleve fruto para la gloria de Dios. Vamos a trabajar, a orar y a creer. No existe otro campo más difícil que el que encontró Jesús cuando vino a este mundo".--Ibid. EGWE 199 2 Al día siguiente siguió lloviendo, y Elena G. de White se dedicó a escribir, en tanto que el pastor Bourdeau caminó ocho kilómetros hasta Villa Pellice para cumplir con su compromiso de predicación. El martes, ella consiguió un coche cerrado para ir a Saint Jean, donde volvió a predicar. EGWE 199 3 Finalmente, el miércoles 21 de abril se pudo ver el sol, y la Sra. de White, junto con María, Martha Bourdeau y su hija Sara, alquilaron un coche para salir a tomar sol. "Anduvimos con mucha lentitud, porque aunque el caballo era fuerte, no tenía la menor intención de quebrantar su salud", observó la Sra. de White con un dejo de ironía. EGWE 199 4 Ese mismo día Antonio Biglia llegó de Nápoles, Italia, donde vivia y trabajaba hacía muchos años. Biglia, al igual que muchos otros que habían tenido sólo escasísimas oportunidades de aprender a desempeñarse como pastores eficientes, necesitaba consejo. Con respecto a esa entrevista, Elena G. de White informó lo siguiente: EGWE 199 5 "Trabajamos con él, y procuramos con el mayor fervor, ayudarlo a que asumiera el trabajo no con la actitud de un luchador que pelea y discute, como tenía por costumbre; de esa manera alejaba a la gente de la verdad en lugar de acercarla a ella. El comprendió que le estábamos diciendo la verdad sin atacarlo; que no apedreábamos a la gente con denuncias, como si fueran granizo. Disfrutamos de preciosos momentos de oración... EGWE 200 1 "Este hermano napolitano declaró que había recibido mucha luz, y que trabajaría en forma muy distinta de como lo había hecho hasta entonces. EGWE 200 2 "Tenemos que trabajar con estos hombres que son realmente inteligentes, como lo hicimos con cada uno de los que participaron de los comienzos de la causa adventista; debemos separar de estas preciosas almas sus costumbres y modales no santificados, y hablarles de Jesús, de su gran amor, su mansedumbre, su humildad, su abnegación. Si es posible, colocaremos estas piedras ásperas en el taller de Dios, donde las labrarán y les darán forma, y pulirán todos los bordes ásperos... De este modo podrán convertirse en un templo viviente para Dios".--Carta 44, 1886, p. 3. EGWE 200 3 Al día siguiente había venta en el mercado, y el taconeo de los zuecos de madera despertó a la Sra. de White a las cinco de la mañana. Por la ventana observó una multitud que marchaba apresuradamente hacia el mercado. EGWE 200 4 En ese momento, A. C. Bourdeau apareció en escena con noticias excitantes. La noche anterior, el salón donde realizaba las reuniones había estado repleto de público, y más de cien personas quedaron afuera por falta de espacio. Felizmente, J. D. Geymet se encontraba allí y pudo predicar al público que estaba en la calle mientras Bourdeau atendía a los que se encontraban en el edificio. Fue una noche triunfal. EGWE 200 5 El viernes y el sábado también llovió, pero las reuniones continuaron llenas de oyentes ansiosos. EGWE 201 1 El domingo por la mañana, Elena G. de White fue a visitar al joven suizo que tanto había deseado casarse con Elisa Vuilleumier. El viajó a Torre Pellice en seguida de recibir la carta de Elena G. de White y pidió su carta de traslado para seguir siendo un miembro de la iglesia local. Desconocemos la conversación que mantuvieron, pero la Sra. de White sabía que no era fácil poner en práctica el consejo que le había dado anteriormente. En esa ocasión demostró un tierno interés por él y por su bienestar. Escalando la montaña para llegar a Bobbio EGWE 201 2 Después de la visita, Guillermo, su esposa María, el pastor Bourdeau y Elena G. de White subieron la montaña para llegar a Bobbio, a fin de visitar la cueva donde un puñado de refugiados valdenses murió sofocado por el humo del fuego que encendieron sus perseguidores. Guillermo White no acompañó a su madre en la primera visita que ella había hecho, por lo cual estos lugares de heroico martirio despertaron ahora su emoción e interés. Cuando niño, él se sentaba en el regazo de su madre y con Jaime White la escuchaban leer la historia de los valdenses. Ahora podía, al fin, visitar el escenario donde se forjó la historia valdense. EGWE 201 3 El pequeño grupo almorzó cerca de la cueva y después de elevar oraciones de consagración, descendieron la montaña y llegaron a Villa Pellice, donde iban a celebrar una reunión al aire libre. Fue necesario introducir esta innovación debido a las grandes multitudes que asistían a las reuniones. EGWE 201 4 "Para ellos, el hecho de oír predicar a una mujer era algo completamente nuevo debajo del sol, y sin embargo, después que hablé por breves instantes, me prestaron la mayor atención. Prediqué ante 300 personas. Algunas estaban sentadas sobre el muro que nos rodeaba y había otras en los escalones que conducían al lugar de reuniones que estaba arriba. La galería de arriba estaba repleta de gente. Para todos, era un salón de reuniones muy original. El cielo nos cubría como un dosel y la tierra--que pertenece al Señor--estaba a nuestros pies".--Manuscrito 62, 1886. EGWE 202 1 A principios de semana hicieron otra excursión a Angrogna, el valle de los gemidos. El grupo caminó hasta una bella planicie verde. Un valdense de cabellos blancos los condujo hasta un lugar donde el paisaje terminaba abruptamente, para transformarse en un precipicio profundo. Los valdenses fueron atacados allí por sus enemigos, que habían venido desde Turín para quemar el pueblo. Cuando huyeron de sus hogares, los condujeron como ganado a través de esta planicie, y los obligaron a saltar al precipicio. ¿Cuál había sido su crimen? Creyeron en la Biblia y tuvieron el valor de adorar a Dios de acuerdo con los dictados de su conciencia. Eso, la turba fanática no lo podía tolerar. EGWE 202 2 "Nos contaron que millares de personas fueron obligadas a saltar a este precipicio, y que sus cuerpos quedaron mutilados o destrozados al caer sobre las rocas abruptas y resquebrajadas. Algunos cadáveres colgaban suspendidos de las rocas puntiagudas, que se engancharon en sus ropas, y allí los encontraron dos o tres meses después".--Ibid. EGWE 202 3 Finalmente, el jueves 29 de abril, los viajeros abandonaron Italia y partieron rumbo a Ginebra. La Sra. de White había predicado siete veces durante su visita. ------------------------Capítulo 15 -- La magnificencia de los Alpes Observaciones hechas durante el viaje a Ginebra EGWE 203 1 Los Alpes constituyen la mayor cadena de montañas del sur de Europa Central. Forman un arco de 1.100 km desde la parte sudoriental de Francia y atraviesan Suiza, parte del sur de Alemania, Austria, y Yugoeslavia hasta llegar a Albania. El Monte Blanco (4.807 m) es el pico más elevado de la cadena. El magnífico conjunto de picos gigantescos forma el asiento de un monumental estrado, cuyas patas se extienden hacia el sur, en el territorio de Yugoeslavia e Italia. Fabulosos lagos azules matizados con tonos más oscuros abundan al pie de las montañas alpinas; y hacia el norte y el sur, el este y el oeste, fluyen arroyos producidos por el deshielo de las nevadas cumbres. EGWE 203 2 Elena G. de White quedó profundamente impresionada al contemplar estas montañas desde la ventanilla de su vagón, mientras el tren avanzaba hacia el norte por Italia y Francia, rumbo a Suiza. La singular descripción que hizo de estos maravillosos paisajes, en los apuntes que escribió mientras viajaba, revelan un agudo sentido de su aprecio por la belleza natural y, lo que es aún más importante, un espíritu de reverencia y adoración. EGWE 203 3 Las lecciones que extrajo de este grandioso espectáculo de la naturaleza son dignas de ser repetidas: EGWE 204 1 "El paisaje que rodea esta ruta es grandioso. Pluma en mano, bosquejo la escena mientras los vagones avanzan velozmente. A ambos lados se alzan montañas casi perpendiculares que señalan al cielo, y en los espacios que separan a estas montañas se observan a la distancia algunas cumbres que se destacan entre las demás... EGWE 204 2 "Con frecuencia se ven pueblos diseminados entre las montañas; y en los valles han plantado bosques de pinos. Llegamos entonces a las rocas, desiertas y desnudas como una obra de mampostería que se yergue a inmensa altura. Atravesamos un túnel y vemos un precipicio profundo que termina en una hondonada rocosa, donde corren aguas verdosas sobre las rocas... EGWE 204 3 "Ahora volvemos a acercarnos a las montañas altas y escarpadas. Las casas, construidas en planicies escalonadas, unas tras otras, a distintos niveles, llegan hasta la cumbre, y parecen nidos que penden de las rocas... EGWE 204 4 "El camino ha sido cortado en el mismo corazón de las montañas rocosas... Llegamos a un pueblo antiquísimo. Se llama Chilamonte. Está ubicado a 600 m sobre el nivel del mar. Las casas tienen techos de piedras planas de color marrón oscuro, lo que les da una apariencia de antigüedad... EGWE 204 5 "Atravesamos un túnel tras otro. Tan pronto como salimos de uno ya nos introducimos en el siguiente. No alcanzo a escribir más de una palabra, cuando la oscuridad nos envuelve nuevamente. Salimos del túnel decimoquinto, y se abre a nuestra mirada un hermoso paisaje. Ahora descendemos un largo trecho hasta llegar a un valle que tiene terrenos muy bien cultivados. Esta suave planicie de pasto y cereales de un color verde vivo, se extiende hasta cierta distancia. Muy por debajo de nosotros se observan casas. Hay un muro de piedra grande, pero está en ruinas, y en la cumbre de las elevadas montañas hay edificios y castillos en ruinas... EGWE 205 1 "Después de viajar algunas horas llegamos... a Francia, un hermoso país que posee un clima suave y saludable. El paisaje está formado por colinas y montañas, salpicadas por bellos árboles. El suelo, revestido de verde vivo, presenta un aspecto encantador; los árboles están cubiertos por follaje del más precioso matiz verdoso y buena parte de los árboles frutales se hallan en pleno florecimiento. Las flores de los manzanos, ciruelos, perales, castaños de las Indias y los macizos de lilas impregnan el aire con su fragancia. Cierta especie de árboles posee flores rosadas y rojas que se asemejan a los tulipanes. Hay otros árboles con flores parecidas, pero de color blanco. Estos anchos valles están revestidos de bosques y tienen un telón de montañas como fondo. En la cumbre de los elevados montes, además de castillos, hay torres y observatorios en forma de cúpulas. EGWE 205 2 "El variado panorama forma un paisaje de indescriptible encanto. Al observar las maravillosas obras de Dios en la naturaleza, me lleno de admiración ante la ingratitud de los hombres, que no permiten que sus corazones sean arrebatados por el amor y la adoración de Dios". El mundo antes del diluvio EGWE 205 3 "Si todos los aspectos de las obras divinas nos resultan tan bellos, si las majestuosas montañas y las elevadas y sólidas rocas antiguas son atractivas, cuánto más bello, grandioso y encantador tiene que haber sido el mundo antes del diluvio, ese mundo que fue destruido por causa de la pecaminosidad de los hombres. Dios los rodeó con los tesoros de la tierra porque los amaba. Pero estas bendiciones se transformaron en una maldición, y ellos usaron esas dádivas preciosas para satisfacer su orgullo y glorificarse a sí mismos, hasta que el Señor los destruyó junto con la tierra, que se había contaminado por causa de su violencia y sus obras corruptas... EGWE 206 1 "Llegamos hasta un panorama que resulta indescriptiblemente grandioso para nuestros sentidos. Los picos de algunas montañas se destacan sobre los demás y contemplamos un grupo de rocas espléndidas, curiosamente labradas, que han sido levantadas por agentes poderosos y esculpidas por las tormentas de los siglos. Los riscos aparecen desnudos, abruptamente cortados. Luego hay una pequeña meseta en las alturas, entre las rocas que sobresalen... EGWE 206 2 "El gran Dios ha levantado sus poderosos monumentos en las rocas de granito, en las elevadísimas montañas, en las grietas profundas, en las quebradas, en los desfiladeros, en las fortalezas de roca y en las cavernas de la tierra; y en medio de estos paisajes surgen las evidencias del poder divino... EGWE 206 3 "Descubrimos las huellas del toque inconfundible de la mano del gran Arquitecto. Hay belleza en la sobrecogedora grandeza del valle, en las grietas solemnes y sólidas de las rocas; hay majestad en las encumbradas montañas que parecen tocar los cielos. Los árboles gigantescos con hojas de formas delicadas, los brotes de hierba, el pimpollo naciente y la flor que ya se ha abierto, los bosques, todo lo que tiene vida, todo señala al gran Dios viviente. Cada facultad de nuestro ser da testimonio de que existe un Dios vivo y podemos extraer del libro abierto de la naturaleza las más preciosas lecciones acerca del Dios del cielo. EGWE 207 1 "Al realizar este estudio, la mente se expande y se eleva; anhela conocer más acerca de Dios y su Majestad. Se despiertan en nuestro corazón no sólo sentimientos de reverencia y temor, sino de amor, fe, confianza y de entera dependencia de Aquel que es el Dador de todo lo bueno. Cuando contemplo sus obras maravillosas y veo las evidencias de su poder, instintivamente pregunto: '¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?' Salmos 8:4. Toda la grandeza y la gloria de estas maravillas de la casa de Dios, sólo se pueden apreciar cuando la mente las relaciona con el Creador y con el futuro hogar de gloria que él está preparando para los que le aman. Disfrutamos los magníficos detalles de las últimas montañas, aunque todo esto parecerá insignificante cuando se lo compare con las glorias que aguardan como recompensa a los adoradores del verdadero Dios". Evidencias del diluvio EGWE 207 2 "Los hombres pueden buscar, en las resquebrajaduras de la superficie terrestre, las evidencias del diluvio. Ellos se creen más sabios que Dios, demasiado sabios como para obedecer su ley, guardar sus mandamientos y obedecer los estatutos y los preceptos de Jehová. Las riquezas de la tierra, que Dios les ha concedido, no los conducen a la obediencia sino que los alejan de ella, porque han abusado de los selectos favores concedidos por el Cielo y han transformado las bendiciones divinas en objetos de separación entre ellos y Dios. Y, como consecuencia del hecho de que su naturaleza se volvió satánica en lugar de divina, el Señor envió el diluvio sobre el mundo antiguo, el cual destruyó los fundamentos del gran abismo. EGWE 208 1 "La arcilla, el barro y las conchillas que Dios esparció en las profundidades del mar, volvieron a la superficie y fueron arrojadas de un lado a otro, mientras que las convulsiones producidas por el fuego y el diluvio, los terremotos y los volcanes, sepultaron los ricos tesoros de oro, plata y piedras preciosas lejos de la vista y del alcance del hombre. Las montañas encierran vastos tesoros. Podemos aprender lecciones del libro de la naturaleza... EGWE 208 2 "Vemos en el rostro quebrado de la naturaleza, en las hendiduras de las rocas, en las montañas y en los precipicios, las marcas que nos hablan del gran mal que se ha hecho. Ellas revelan que los hombres han abusado de los dones divinos y han olvidado al Creador; y que el Señor, afligido, castigó a los impíos transgresores de su ley, lo cual produjo como resultado los efectos que observamos en la creación. Las tormentas braman con destructiva violencia. El hombre, las bestias y las propiedades sufren daños. Debido a que el hombre sigue transgrediendo la ley de Dios, él les retira su protección. El hambre, los maremotos y la pestilencia que anda al mediodía, se suceden porque el hombre ha olvidado a su Creador. El pecado, la plaga del pecado, mutila y desfigura a nuestro mundo; y la creación agonizante gime bajo la iniquidad de sus habitantes. Dios nos ha dado talentos a fin de que los cultivemos y los mejores para su gloria y para la eternidad".--Manuscrito 62, 1886. EGWE 208 3 La Sra. de White pensó también en los santos que se levantarían en la mañana de la resurrección, en medio de las rocas y las cuevas dispersas en esas majestuosas montañas. EGWE 208 4 "Aquí han perecido mártires, y estos lugares jamás revelarán el sagrado cometido que les fue confiado hasta que el Dador de la vida los llame... Murieron en el exilio, algunos por inanición, otros bajo la cruel mano del hombre. Caminaron con Dios, y seguirán caminando con él, vestidos con ropas blancas, porque son hallados dignos".--Manuscrito 62, 1885. EGWE 209 1 El viaje fue inolvidable para la mensajera de Dios. Y, gracias a las notas registradas en su diario, ha sido posible repetir aquí su experiencia para que millares de personas también puedan disfrutar de ella. ------------------------Capítulo 16 -- Entre los creyentes suizos Diversas actividades con la familia Roth EGWE 210 1 Despues del sorprendente viaje a través de los Alpes, el tren en que viajaba Elena G. de White llegó a Ginebra el jueves por la noche, en medio de una violenta tempestad. D. T. Bourdeau y su familia esperaban en la estación la llegada de los viajeros que regresaban de Italia. Muy pronto estaban otra vez instalados con toda comodidad en el hospitalario hogar de los Bourdeau. EGWE 210 2 Elena G. de White dedicó una buena parte del día siguiente a escribir, y esa noche, después de la puesta de sol, habló ante un pequeño grupo de interesados que se habían reunido en casa de Bourdeau. El sábado de mañana tomó el tren para Lausana y fue directamente al salón donde se celebraba la reunión sabática. Bourdeau tradujo al francés sus palabras mientras Conradi las vertía al alemán. Conradi tenía allí por lo menos veinte personas que habían aceptado el sábado. EGWE 210 3 El domingo, al encontrarse con los obreros, Elena G. de White se sintió impresionada ante su espíritu de sacrificio y las dificultades de su tarea: EGWE 210 4 "Se hacen esfuerzos, ¡pero qué pocos obreros hay! Escasean los recursos, y están constantemente limitados por falta de dinero--hay un poquito aquí y un poquito allá, y un régimen tan exiguo que en Norteamérica se la consideraría como un plan de inanición. Muchas de sus comidas--la mayoría--, consisten en pan con leche caliente, y a menudo sólo cuentan con el pan. Todos visten con extrema sencillez, y sin embargo, trabajar es ahora mucho más fácil que antes, cuando los sabuesos perseguidores seguían las huellas de todos los que osaban tener ideas diferentes de las de Roma, y en consecuencia, de las de la iglesia estatal... EGWE 211 1 "Cuando los vi reunidos en Lausana, en un salón pequeño, con tablones sin respaldo en lugar de asientos, pensé en el enorme bien que podrían hacer unos pocos recursos que tantos norteamericanos malgastan en ropas atractivas o en compras superfluas de alimentos y muebles. El corazón me duele, y anhelo ver que se siga el ejemplo abnegado y sacrificado de Cristo".--Carta 97, 1886. Gira por las iglesias suizas EGWE 211 2 El lunes 3 de mayo por la mañana, Elena G. de White regresó a su departamento en la casa editora de Basilea, pero no estuvo allí mucho tiempo. Antes que transcurrieran tres semanas, había vuelto a salir en una gira para recorrer las iglesias suizas. EGWE 211 3 Si alguna vez se le ocurrió pensar que su trabajo en Europa habría concluido después de unos pocos meses, a esta altura se habían desvanecido todas sus ideas de tener una estada corta. En una carta dirigida a su hijo mayor Edson y su esposa Emma, declaró: "Puedo decirles, hijos, que aquí no hay muchas oportunidades para la holgazanería. Todos tienen tantas tareas como les es posible abarcar. No vea manera de partir antes de un año".--Manuscrito 54, 1886. EGWE 212 1 Aunque su objetivo era llegar a Tramelan, también debía visitar otras iglesias suizas en este viaje. El jueves 20 de mayo, junto con Guillermo, Sara McEnterfer y Juan Vuilleumier, salieron en su coche nuevo tirado por la yegua Dolly, para visitar Tramelan, donde pronto se iba a construir el primer salón adventista de reuniones de Europa. EGWE 212 2 Cuando recorrió esa zona en tren, el paisaje le pareció igual al de Colorado, pero al observarlo desde un coche abierto, el panorama le resultó aún más sorprendente, quizá porque pudo contemplarlo durante más tiempo. Declaró que superaba todo lo que había visto antes. "Nadie puede contar lo que es Suiza, a menos que la haya recorrido a caballo o en coche", añadió.--Carta 78, 1886. Tramelan y la familia Roth EGWE 212 3 Esa noche durmieron en el Hotel Covronne en Moutier, y el viernes al mediodía llegaron a la agradable casa de la familia Roth, en Tramelan. Esta era, en muchos aspectos, una familia adventista excepcional. Constaba de diez hijos--siete varones y tres mujeres--pero, al contrario de la mayor parte de los adventistas de la época, no eran en realidad pobres. El padre y el hijo mayor atendían una gran sastrería, y el hijo siguiente, Oscar, había trabajado con éxito como panadero, pero ahora se dedicaba al colportaje. El edificio que ocupaban tenía una panadería, dos negocios de sastrería y una tienda donde vendían sombreros, zapatos y también comestibles. Dos de los hijos trabajaban en la casa editora de Basilea. EGWE 212 4 Para la reunión de ese viernes de noche habían desocupado la gran sala, en la que colocaron bancos y tablas. Además de los miembros de la iglesia de Tramelan, una docena de hermanos llegaron desde La Chaux-de-Fonds para escuchar a Elena G. de White. Después de la reunión, ella no pudo conciliar el sueño hasta medianoche. Esto le ocurría a menudo cuando predicaba de noche. "Cuando estoy ante la gente siento un anhelo tan intenso porque ellos se eleven hasta la norma impuesta por nuestro Señor, que no consigo deshacerme de la preocupación".--Manuscrito 64, 1886. Atrapados por el granizo EGWE 213 1 El domingo por la tarde sus amigos la llevaron a pasear en coche, para visitar un convento que tenía 200 años de antigüedad. De pronto el cielo se nubló, se vieron algunos relámpagos y comenzó a caer granizo de enorme tamaño. El ganado y los caballos corrían desesperados por el campo. Roth levantó la capota del coche y se apresuró para llegar hasta una casa de campo cercana, donde el dueño abrió las puertas del establo para que entraran con el caballo y el coche. EGWE 213 2 Mientras Elena G. de White seguía sentada en el coche esperando que amainara la tormenta, Oscar Roth conversó con la familia. Los dueños de la granja eran un matrimonio de devotos católicos romanos, que al poco rato acusaron a Roth por las francas declaraciones que habían leído en Les Signes acerca de los católicos. El hombre estaba muy ofendido, pero Roth le dijo que él no tenía nada que ver con la elección del contenido de la revista. Finalmente, el hombre se calmó y dijo: "Bien, no hablemos más de ello". Elena G. de White observó: "Hallamos interesante esta pequeña experiencia". Ibid. Más adelante, dio el siguiente consejo acerca de los artículos que se publican en nuestras revistas: EGWE 213 3 "Cada artículo que escribáis puede ser absolutamente verdadero, pero si contiene una sola gota de hiel, envenenará al lector. Un lector puede desechar todas las palabras buenas y aceptables debido a esa única gota de veneno. Otro lector se alimentará del veneno, porque le encantan las palabras ásperas".--Carta 91, 1899, publicado en Counsels to Writers and Editors, 65, 66. EGWE 214 1 "Podemos tener menos que decir, en algunos sentidos, acerca del poder romano y el papado, pero debemos llamar la atención a lo que los profetas y los apóstoles escribieron bajo la inspiración del Espíritu de Dios. El Espíritu Santo ha presentado las cosas de cierta manera, tanto en el mensaje de la profecía como en los acontecimientos a que ésta se refiere, para enseñarnos que el instrumento humano debe desaparecer, oculto en Cristo, para que sean exaltados sólo el Señor Dios del cielo y su ley".--Carta 57, 1896, publicada en Counsels to Writers and Editors, 65. EGWE 214 2 Esa noche se realizó una reunión misionera. Elena G. de White habló acerca de los privilegios y los deberes del cristiano. Destacó la importancia de una correcta relación con Dios, especialmente para los creyentes que sólo en contadas ocasiones escuchaban predicar a un pastor ordenado. Todos, dijo ella, deberían convertirse en un canal de luz para los demás, porque "todo verdadero seguidor de Cristo es un misionero".--The Review and Herald, 20 de julio de 1886. EGWE 214 3 El lunes ella se dirigió a Bienne con Sara, Guillermo, María y Oscar Roth. Allí habló en otra reunión misionera, mientras María Roth traducía. El miércoles predicó en La Chaux-de-Fonds. Al día siguiente viajó a Le Locle para visitar la familia de Pedro Schild y concertar una cita para el domingo siguiente. Regresó a La Chaux-de-Fonds para volver a predicar esa noche. EGWE 214 4 Guillermo C. White instaba a su madre a viajar incesantemente de un lugar a otro, para visitar la mayor cantidad posible de grupos de creyentes. Ella hacía todo lo que podía. Pero las reuniones nocturnas y la falta de sueño comenzaron a cobrar su precio. No obstante, la Sra. de White volvió a predicar el sábado de mañana en La Chaux-de-Fonds. Acerca de esa reunión declaró lo siguiente: EGWE 215 1 "El Señor me bendijo. Yo estaba muy débil, pero sabía que Jesús estaba en nuestro medio, y él me concedió su gracia sustentadora. Pocas veces me he sentido más conmovida que en esta reunión. No puedo contener el llanto al sentir la vívida sensación del amor de Cristo. Muchos miembros de la congregación lloraban. Sabía que Jesús de Nazaret estaba en nuestro medio, y su bendición fluía en ricas olas de amor hacia nuestras almas".--Manuscrito 20, 1886. EGWE 215 2 Ella sabía que aunque algunos de los presentes estaban convencidos, aún no se habían decidido a seguir a Cristo, así que pidió a los que deseaban estar "plenamente del lado del Señor", que se pusieran de pie. Casi todos lo hicieron. Erzberger elevó una oración "profunda y ferviente", que fue seguida por una activa reunión social [de testimonios].--Ibid. EGWE 215 3 El domingo viajaron a Le Loche. Allí los adventistas habían sufrido mucha persecución, y casi temían que ella predicara. Pero habían conseguido un salón, y la Sra. de White habló acerca de la temperancia ante una multitud considerable. Después de la reunión, los creyentes se sintieron animados y resolvieron conseguir un salón más grande en caso de que ella regresara. EGWE 215 4 Algunas horas después, la Sra. de White envió a sus amigos suizos de regreso a Tramelan con su coche, mientras ella tomaba el tren para Neuchatel a fin de cumplir con otro compromiso antes de regresar a Basilea. Su obra exigía que se apresurara, y tuvo que renunciar a su preferencia de hacer un viaje tranquilo en coche en medio de las bellezas de la naturaleza, para cumplir las exigencias de la obra del Señor. Sin embargo, jamás olvidó aquellos días gloriosos cuando recorrió la encantadora tierra Suiza. ------------------------Capítulo 17 -- Segunda serie de reuniones en Escandinavia Un congreso en Suecia y Dinamarca EGWE 216 1 El congreso de 1886 de la Asociación Sueca estaba programado para fines de junio, con una semana previa de reuniones para los obreros. Por lo tanto, dos semanas después de su viaje a Tramelan y de la gira por las iglesias suizas, Elena G. de White estaba otra vez en camino. En esta gira de seis semanas por los países escandinavos (desde el 15 de junio al 28 de julio) su poderosa influencia espiritual iba a ser vista y sentida por miles de personas. EGWE 216 2 Esta vez la acompañaron Sara McEnterfer y Cristina Dahl. Cristina vivía con la familia de Guillermo White, en Basilea, desde el mes de noviembre, y ahora iba a regresar junto a su familia en Cristianía. EGWE 216 3 Las viajeras partieron el martes 15 de junio. A la noche siguiente se encontraron con Guillermo en Hamburgo. El había viajado el día anterior para atender algunos asuntos de la casa editora en Leipzig. EGWE 216 4 Siguieron la misma ruta que en el viaje anterior: Hasta Kiel, Alemania, por tren, y luego tomaron el barco a Korsör, Dinamarca. Al llegar a Copenhague, pudieron alcanzar el barco que partía para Malmö, Suecia. EGWE 216 5 Cuando llegaron a Orebro, donde estaba la sede de la asociación, no hallaron a nadie esperándolos, pero un cochero sueco se mostró ansioso por "ayudarlos". El hombre "parecía decidido a sacarnos las maletas de las manos", comentó Elena G. de White, "pero las defendimos con valor. Aunque él hablaba con elocuencia en sueco, no le entendimos ni una sola palabra". Carta 2, 1886. Eran aproximadamente las siete de la mañana, y decidieron caminar el kilómetro y medio que los separaba de la casa de la familia Jacobson, donde se habían alojado antes. Allí encontraron al pastor O. A. Olsen , que había llegado hacía poco tiempo de Norteamérica para trabajar en Escandinavia. Los pastores Oyen y Matteson también estaban en casa de Jacobson. EGWE 217 1 Los hombres explicaron que habían estado esperando todos los trenes desde el día anterior, aunque creían que ellos no llegarían antes del mediodía. Para mayor seguridad, le habían dado instrucciones a un cochero sueco, a fin de que los llevara hasta allí en caso de que vinieran antes. ¡Pobre cochero! EGWE 217 2 Habían alquilado dos habitaciones amuebladas con una cocina, para la Sra. de White y Sara. "Encontramos excelente el lugar", observó la Sra. de White, en tanto que concentraba su atención en la reunión de obreros que ya había comenzado. Una escuela para obreros EGWE 217 3 "Esta es una ocasión importante para los que están reunidos aquí--escribió la Sra. de White--, tal vez nunca más vuelvan a disfrutar de una situación tan favorable para recibir instrucción".--Manuscrito 65, 1886. Al hablar de instrucción, ella se refería al hecho de que las reuniones se estaban desarrollando como si se tratara de una escuela para obreros. EGWE 218 1 Se llevaba a cabo un activo programa, que comenzaba con una reunión social o de testimonios todas las mañanas a las 6.30. A las 9 se dictaba una clase de contabilidad; a las 11.30 se daba instrucción acerca de las "labores misioneras". Luego, a las 4 de la tarde se enseñaba a dar estudios bíblicos, y finalmente terminaba el día con un servicio de predicación, a las 8 de la noche. Todo esto reflejaba el buen espíritu con que los obreros suecos respondieron a las exhortaciones hechas por la Sra. de White y otras personas durante el tercer concilio europeo en Basilea, con el propósito de lograr un conjunto de obreros mejor preparados. EGWE 218 2 Elena G. de White predicó su primer sermón el sábado por la tarde. Después de la reunión de testimonios que tuvo lugar, exclamó: "Sólo podemos decir: Un Señor, una fe, un bautismo. Los hermanos suecos disfrutan de una experiencia idéntica a la de nuestros hermanos norteamericanos". Ibid. Mientras estuvo en Europa, repitió más de una vez estos mismos conceptos, como un reflejo de las buenas impresiones que recibió allí. Una charla práctica sobre la santificación EGWE 218 3 Al día siguiente, durante la reunión celebrada por la mañana, Elena G. de White dio una "charla práctica" (Ibid.), según su propia expresión, acerca de la santificación. Declaró a los obreros lo siguiente: EGWE 218 4 "Hay un punto que deseo destacar. Los que se esfuerzan por guardar la ley de Dios jamás se jactan de su santidad... La santificación no es la obra de un momento, sino de toda una vida. No se obtiene por un feliz arrebato sentimental, sino que es el resultado de morir al pecado, de creer y vivir constantemente en Cristo, practicando sus virtudes... Cada día debe aumentar nuestra fe. Al mismo tiempo que decimos: 'Sé que soy pecador', también podemos añadir: 'Sé que tengo un Salvador'".--Manuscrito 25, 1886. EGWE 219 1 Ese domingo por la tarde la sala de reuniones estaba repleta: 400 personas esperaban ansiosas el momento de oír hablar a la Sra. de White. Tan atestada estaba la sala que apenas pudo llegar hasta la plataforma. EGWE 219 2 Todas las mañanas, la sierva del Señor compartía con los obreros un mensaje de meditación lleno del Espíritu Santo. El lunes trató de transmitirles el pensamiento de que no debían desanimarse por las pruebas y la oposición. El martes destacó el tema de la cortesía cristiana. "Dios no nos pide que seamos como el espinoso cardo silvestre, sino que cultivemos en nuestros modales y disposición todo lo que tenga encanto y atractivo, ya que éste es el fruto del Espíritu: amor, gozo, paz". Manuscrito 65, 1886. Exhortó a los hermanos a trazar planes más amplios, y cuando terminó, "brotaron testimonios que dieron evidencia de que el Señor estaba tocando los corazones, y que estaban listos para obedecer esta orden: 'Avanzad'".--Ibid. EGWE 219 3 Al día siguiente comenzó la asamblea y los informes presentados fueron alentadores. Hubo evidencias de verdadero progreso. Suecia tenía ya 327 observadores del sábado. De ellos, 250 eran miembros de las diez iglesias que había en el país. Los otros vivían en lugares aislados donde no existían iglesias organizadas. Las cifras indicaban un aumento de 57 personas en comparación con el informe anterior del mes de septiembre de 1885. La asociación aceptó tres nuevas iglesias: Rattvik, Kartylla y Halmstad. Dios requiere sacrificio EGWE 219 4 Sin embargo, la situación económica en Suecia no era alentadora. Desde el mes de septiembre sólo se habían recibido 65 dólares de parte de las iglesias. Elena G. de White habló a los delegados acerca de los comienzos de la obra y los sacrificios que ésta requirió: EGWE 220 1 "Es verdad que los hermanos son pobres, pero no son más pobres que cuando comenzó la obra en Norteamérica. Trabajamos entonces siguiendo las enseñanzas de Dios, con los recursos que teníamos; establecimos el plan de la benevolencia sistemática y organizamos sociedades de publicaciones. Mostramos por nuestras obras que esperábamos que el Señor hiciera algo en nuestro favor y él honró nuestra fe".--Ibid. EGWE 220 2 Antes que concluyera la asamblea, los suecos resolcieron: "Con todo fervor pediremos a nuestros hermanos que donen sus recursos para el mantenimiento de los obreros", y que "a fin de lograr una mayor unidad en este asunto, trataremos de seguir el plan que enseña la Biblia para sostener el ministerio".--The Review and Herald, 10 de agosto de 1886. EGWE 220 3 --The Review and Herald, 10 de agosto de 1886. EGWE 220 4 Durante esa época los días eran los más largos del año en Suecia: A las dos de la mañana ya había claridad, y a las diez de la noche aún se podía escribir sin luz. EGWE 220 5 Esa noche, la ciudad fue escenario de intensa actividad mientras los ciudadanos se preparaban para celebrar el solsticio de verano, el 25 de junio. La gente pasaba frente a la ventana de la habitación que ocupaba Elena G. de White, llevando ramas verdes, plantas, rosas, "cualquier cosa que sea un emblema apropiado del verano". Manuscrito 65, 1886. Al día siguiente todos los negocios se mantuvieron cerrados, mientras se realizaban desfiles y celebraciones. Elena G. de White vio por todas partes "animación y contento". Días críticos para el presidente de la asociación EGWE 221 1 Entre bastidores, en la Asociación Sueca de Orebro, se agitaban algunos sentimientos, y habían comenzado a traslucirse algunos asuntos importantes que se iban a hacer sentir en toda Escandinavia. J. G. Matteson, pionero de la obra en la región del norte, los había mantenido bajo control hasta entonces. Era un hombre de enorme talento, habilidad y consagración. Los adventistas escandinavos lo tenían en la más alta estima. Pero ningún hombre se encuentra en una posición segura cuando ocupa alturas que dan vértigos. EGWE 221 2 Elena G. de White vio con claridad que para que la causa de la verdad continuara prosperando, sería necesario introducir ideas y talentos diferentes para equilibrar las cosas. Matteson conocía su forma de pensar. Por lo tanto, cuando O. A. Olsen llegó de Norteamérica, Matteson comenzó a sospechar y sintió temor de que lo dejaran a un lado. Pero no era ése el caso. Antes de concluir la asamblea el lunes 2 de junio, el pastor Matteson fue reelegido presidente de la asociación. A fin de dar aliento y fuerza a la obra en expansión, se organizó una sociedad misionera y de publicaciones, y O. A. Olsen fue nombrado director de ella. EGWE 221 3 A la Sra. de White se le había mostrado que una de las grandes tentaciones de los administradores en la obra de Dios sería la de intentar eliminar la competencia en el liderazgo, para absorberlo por completo para sí mismos. Matteson estaba expuesto a este peligro, pero él no era el único. La misma tentación parece haber perseguido a los hombres que se destacaron como pioneros en aspectos importantes de la obra. En 1883, en algunas cartas que ella escribió a J. N. Andrews, lo previno contra el peligro de querer dominar la obra, y mencionó que J. N. Loughborough había sufrido la misma tentación. Era una debilidad común y a menudo se le pedía a la sierva del Señor que la combatiera. Al mismo tiempo, ella reconocía todo el bien que llevaban a cabo esos hombres consagrados, y los defendió enfáticamente siempre que tuvo oportunidad de hacerlo. EGWE 222 1 Cuando Guillermo White partió para el congreso de la Asociación General celebrado en 1885, Elena G. de White le recomendó que llevara un buen informe acerca de Matteson. EGWE 222 2 "Guillermo, quiero que se presente a Matteson en la debida manera ante la Asociación General. Vemos errores y fallas en su obra y en la misión, pero ¿habrían actuado mejor otras personas en las mismas circunstancias? Creo que él ha realizado, en muchos aspectos, un buen trabajo. Ha sufrido privaciones y ha levantado la obra de la nada. Todas estas cosas merecen nuestro aprecio y lo alentaremos en todo lo que podamos, sin pronunciar ni una palabra que lo desanime".--Carta 36, 1885. EGWE 222 3 Aunque ella fue llamada a desempeñar la desagradable tarea de señalar las deficiencias y los errores de algunos hombres, este hecho jamás cercenó su confianza o su amistosa preocupación por ellos. Precisamente antes de regresar a Basilea después de su primera visita a Italia, escribió a Matteson y a su esposa una extensa carta llena de noticias acerca del viaje, sin otra razón aparente que la de mostrarles su amistad. EGWE 222 4 En la asamblea de Orebro, ella tuvo la impresión de que Matteson estaba un poco retraído. Mantuvo una larga charla con su esposa, y le dijo "que el Hno. Olsen no iba a reemplazar a Matteson sino a ayudarlo en la obra y que entre los dos no podrían realizar ni la mitad de todo lo que tenía que hacerse en estos reinos".--Carta 117, 1886. EGWE 222 5 En una carta dirigida a G. I. Butler, presidente de la Asociación General, le confesó lo siguiente: EGWE 223 1 "He estado escribiendo cartas confidenciales al pastor Matteson acerca de diversos aspectos de sus hábitos de trabajo que debería cambiar. He procurado sanar la herida con toda la amabilidad, simpatía y cortesía que le pude ofrecer; y ahora parece que él se ha tornado totalmente accesible y ha comprendido que no queremos herirlo sino ayudarlo".--Ibid. EGWE 223 2 Al terminar la reunión la gente regresó a su casa, y Matteson y Olsen fueron juntos con muy buen espíritu a la reunión de la Asociación Danesa, que iba a comenzar dos días más tarde en Jerslav, en el norte de Jutlandia. EGWE 223 3 Elena G. de White se quedó en Orebro hasta el jueves, cuando tomó el tren para Cristianía, y pasó la noche en Charlottenburg. Al llegar a Cristianía, el viernes de mañana, encontró rostros nuevos en la sede de la asociación. Niels Clausen acababa de llegar para redactar las publicaciones en danés y noruego, y también había venido Juan Lorentz para colaborar con la nueva casa editora. EGWE 223 4 Las prensas nuevas ya estaban listas para trabajar, y se había remodelado la parte antigua del edificio, que ahora estaba transformada en departamentos para vivienda. Se habían reservado dos habitaciones para la Sra. de White y sus ayudantes, y los miembros de la iglesia de Noruega contribuyeron para amueblarlas temporariamente. "Estaremos cómodos aquí", anotó complacida Elena G. de White en su diario. EGWE 223 5 El sábado de mañana Guillermo White predicó para la iglesia reunida en el salón de la nueva casa editora. Le pareció un lugar conveniente para hablar: La voz no retumbaba ni había eco, y observó que la galería dividida en dos partes era apropiada para el estudio bíblico durante la escuela sabática. EGWE 223 6 Esa tarde, Elena G. de White habló acerca de la "necesidad de ser diligentes a fin de estar preparados para la aparición de Cristo Jesús", basándose en el texto bíblico de 2 Pedro 3:11-14. Se iniciaba una semana y media de trabajo intenso en favor de la iglesia de Cristianía. Los problemas que ella había observado entre los miembros durante su última visita, no habían desaparecido. Pero antes de dedicarse de lleno a la iglesia capitalina, tenía que cumplir un compromiso en Larvik, una ciudad que distaba unos 110 km, y donde E. G. Olsen había estado trabajando desde el mes de diciembre. EGWE 224 1 Durante toda la noche viajó en vapor. Como todos los camarotes estaban ocupados, trató de arreglarse en la forma más cómoda posible, junto con Sara y otras once señoras, en los asientos de la sala de damas. Llegaron exhaustas a Larvik, y fueron directamente a un hotel. EGWE 224 2 Después de almorzar con la familia Olsen salieron a caminar por el parque. Mientras paseaba entre los hermosos árboles de hayas, tuvo una agradable sorpresa al observar que no se vendía cerveza ni licores. "Sólo se ofrecen bebidas suaves y sencillas tales como el agua gaseosa", declaró. EGWE 224 3 A las cuatro de la tarde se dirigió al salón para predicar. En Larvik habían aceptado el sábado unas 20 personas, las cuales se habían congregado ahora, con sus amistades, para escuchar a la diminuta predicadora. Ella pensaba hablarles en forma tal que nadie pudiera sentirse ofendido, pero la Providencia había planeado algo diferente. "El Señor me dio un mensaje en relación con la falsa teoría de la santificación", declaró, y predicó con poder acerca de la santa ley de Dios y la vida piadosa. Manuscrito 57, 1886. En esa época, vivían en Larvik algunas personas que pretendían poseer la perfecta santidad, aunque transgredían la ley. Alguien llegó al extremo de aseverar que era el mismo Cristo. La predicación casi asustó a Eduardo Olsen, aunque declaró que "los creyentes estaban muy contentos y habían recibido un gran beneficio" y que el sermón "era precisamente lo que necesitaban".--Ibid. EGWE 225 1 A la mañana siguiente volvieron a tomar el vapor que los llevaría a Cristianía. Mientras tanto, el pastor Matteson había regresado de la Asociación Danesa con un buen informe. "Los hermanos [daneses] parecen dispuestos a trabajar y avanzar. A pesar de su pobreza, es notable observar cómo se mantienen dentro de su presupuesto".--Manuscrito 66, 1886. EGWE 225 2 Matteson y Olsen, junto con Niels Clausen, Guillermo White y Juan Lorentz comenzaron de inmediato a hacer planes para la nueva casa publicadora, las campañas evangélicas y la preparación de colportores. Los consejos del espíritu de profecía y los acuerdos votados en el concilio europeo acerca de la necesidad de preparar obreros, fueron tomados muy en serio. ------------------------Capítulo 18 -- Turbulencia y paz Progresos en Noruega y Dinamarca EGWE 226 1 A pesar de que Elena G. de White no se sentía muy bien de salud durante este segundo viaje a los países escandinavos, no permitió que esto le impidiera cumplir con la obra que Dios le había encomendado. Por supuesto, necesitaba un cambio que la alejara de la incesante tarea de escribir y predicar. Por lo tanto, salieron con Sara a comprar telas y luego se dedicaron activamente a coser. A la Sra. de White le agradaba mucho la costura, y no sólo suplía sus necesidades personales de ropa sino también la de otras personas. A menudo las hermanas de la iglesia buscaban su compañía al salir de compras, porque ella sabía elegir buenas telas. EGWE 226 2 En una carta dirigida a María, que estaba en Basilea, le pidió moldes para confeccionarle también un lindo vestido a su nieta Ella. Guillermo le escribió a su esposa, en tono jocoso: "Mamá y Sara últimamente se han dedicado en grande a la costura. Si alquilaras una tienda, creo que ellas podrían surtirla con una buena línea de vestidos" (carta de G. C. White, 16 de julio de 1886). Un símbolo de la obra de la Hna. White EGWE 226 3 Pero la obra de Elena G. de White como mensajera del Señor era más seria y bastante más difícil que la confección de vestidos. Quizá su mente retrocedió hasta el año 1868, cuando relató un sueño en el cual el Señor le repitió, simbólicamente, la obra de edificación del carácter que ella estaba realizando en la iglesia: EGWE 227 1 "Una persona me trajo una pieza de tela blanca, y me pidió que cortase de ella vestidos para personas de todos los tamaños y de todas las descripciones de carácter y circunstancias de la vida. Se me dijo que los cortase y los colgase de modo que estuviesen listos para ser hechos cuando los pidiesen... Declaré que había estado dedicada a cortar vestidos para otros durante más de veinte años, que mis trabajos no habían sido apreciados y que no veía que hubiesen logrado mucho beneficio".--Joyas de los Testimonios 2:273. EGWE 227 2 Su "guía" le advirtió: EGWE 227 3 "Corta los vestidos. Este es tu deber. La pérdida no es tuya, sino mía. Dios no ve como el hombre ve. El te indica el trabajo que quiere que hagas, y no sabes qué prosperará, si esto o aquello".--Ibid. EGWE 227 4 "Delante de mí había tijeras nuevas, que empecé a usar. En seguida me abandonaron mis sentimientos de cansancio y desaliento. Las tijeras parecían cortar casi sin esfuerzo de mi parte, y corté vestido tras vestido con comparativa facilidad".--Ibid. 274. Necesidades de la Iglesia en Cristianía EGWE 227 5 Había llegado el momento de volver a usar las "tijeras" en Cristianía. En una de las cartas que escribió a los creyentes después de su visita anterior, señaló dos razones por las cuales la iglesia estaba desmoralizada: "El descuido en la observancia correcta del sábado, y una actitud tolerante hacia los entrometidos. Aquí hay charlatanes--escribió--que tienen la lengua encendida con el fuego del infierno".--Manuscrito 57, 1886. EGWE 228 1 La Sra. de Oyen le había escrito a Elena G. de White en abril, expresándole su desesperación ante la situación. "A veces pienso que algunos miembros de esta iglesia no tienen corazón, y que sólo disfrutan encontrando faltas en los demás y abusando de ellos" (carta de la Sra. A. B. de Oyen, 11 de abril de 1886). A principios de mayo, el pastor Oyen informó que había recibido un testimonio de Elena G. de White y lo leyó a la iglesia. Algunas personas respondieron favorablemente a ese testimonio. El Sr. L. Hansen, el contratista que estaba quebrantando el sábado, admitió que había estado errado y resolvió mejorar en el futuro. Pero otros, informó el pastor Oyen, se mantuvieron silenciosos y ofendidos. EGWE 228 2 El hombre que había lanzado la idea de que las fotografías violaban el segundo mandamiento, se negó a aceptar el testimonio de Elena G. de White. Inmediatamente después que concluyó la reunión, invitó a algunos hermanos descontentos a su casa. Oyen no se enteró de lo que se habló allí, pero escribió lo siguiente: "Su ocupación principal, hasta ahora, parece ser criticar y encontrar faltas en todo lo que hace la iglesia" (carta de A. B. Oyen, 2 de mayo de 1886). EGWE 228 3 La Sra. de White había presenciado antes situaciones similares en Norteamérica, incluso en la iglesia central de Battle Creek. Y tuvo que presentar un fuerte testimonio. Véase Testimonies for the Church 1:526-528. En su libro La Educación, publicado en 1903, aparecen las observaciones más desoladoras acerca de los terribles resultados de la crítica injusta: EGWE 228 4 "Nos horrorizamos al pensar en el caníbal que come con deleite la carne aún caliente y temblorosa de su víctima, pero ¿son los resultados de esta práctica más terribles que la agonía y la ruina causadas por el hábito de falsear los motivos, manchar la reputación y disecar el carácter?" (pág. 231). Una recomendación disciplinaria EGWE 229 1 El jueves 8 de julio, Elena G. de White conversó con el pastor Matteson acerca de la situación en la iglesia. Le dijo que los miembros que persistían en manifestar un espíritu cruel y que eran "despóticos, calumniadores y acusadores" no debían permanecer en la iglesia. "El Salvador nos ha enseñado el camino que debemos seguir al tratar con estos ofensores--dijo--y se debe aplicar la norma bíblica".--Manuscrito 66, 1886. EGWE 229 2 "Ninguna iglesia puede mantener una condición saludable y floreciente, si sus dirigentes no adoptan medidas firmes y decididas para reprimir este espíritu crítico y acusador, dondequiera que exista. Los que se dejan dominar por un espíritu tal, deben ser objeto de la disciplina eclesiástica".--The Review and Herald, 18 de octubre de 1886. EGWE 229 3 Matteson confirmó la gravedad de la situación. Relató cómo un miembro de la iglesia había calificado a otro de ladrón, en la mitad de una reunión, cuando no había ningún viso de verdad en su acusación. Lo que empeoraba las cosas era que esa persona pertenecía a la junta de la iglesia. EGWE 229 4 Elena G. de White le dijo a Matteson que no debería haber dejado de sancionar tales casos, pero él quiso que ella asumiera la desagradable tarea de hablar a la iglesia acerca de este asunto. Ella temía hacerlo, y recordaba cuánto había trabajado con la gente durante su visita anterior. "¡Cuán difícil es volver a coser las puntadas que se han descosido, cuán arduo es remodelar a las personas después de haberles permitido, año tras año, que permanezcan en una condición desmoralizada!". Manuscrito 57, 1886. ¡Pero si los demás no actuaban, tenía que hacerlo ella! EGWE 229 5 El sábado de mañana exhortó a los hermanos, usando el texto de Juan 5, que narra la historia de la curación del enfermo junto al estanque de Betesda. Los creyentes necesitaban volver a convertirse para llegar a ser justos. Tal fue el tema de su exhortación. EGWE 230 1 A la mañana siguiente les impartió otro mensaje bíblico: El de Lucas 19:10. "Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido". Luego se reunió con los dirigentes de la casa editora y los ayudó a resolver un problema difícil: Una parte del edificio que quedaba precisamente debajo del salón de reuniones, había sido alquilado irreflexivamente a un herrero, y otra parte había sido cedida a un grabador de lápidas. EGWE 230 2 "Las oraciones del pastor y de la congregación ascienden en medio del sonido del martillo y el yunque, de la manipulación y el tintineo del hierro; y al otro lado de nuestra vivienda está el taller de mármoles, donde el sonido ruidoso y continuo del cincel y el martillo se mezcla con las oraciones, la predicación y la exhortación".--Carta 19, 1886. EGWE 230 3 Todo esto sucedía en sábado. EGWE 230 4 De pie ante la comisión, Elena G. de White dio un testimonio que sorprendió a todos los presentes. Les dijo que mientras ella estaba en Norteamérica, se le había presentado en visión la situación de Cristianía y de otras iglesias de Europa. El ángel le había informado que el sonido del martillo, del yunque y del cincel se entremezclaba con las oraciones, pero ella no había comprendido en aquel momento lo que esto significaba. Ahora declaró: "Y el ángel me dijo que Dios no podía derramar su bendición sobre un pueblo que sentía tan poco respeto por su Palabra... Pero aquí el asunto se halla bajo vuestro control y precisamente dentro de vuestra propiedad", añadió con una nota de incredulidad en la voz.--Manuscrito 7, 1886. EGWE 230 5 Al concluir, admitió que las cosas que les había dicho probablemente podían parecer cuentos, pero añadió solemnemente: "Vosotros deberéis enfrentaros a ellas en el juicio, y yo también".--Carta 113, 1886. La respuesta de la comisión EGWE 231 1 Tan pronto como hubo terminado de hablar, el Sr. Hansen se puso de pie. "Yo no creo que éstos sean cuentos fantasiosos--respondió--. Yo acepto estas palabras, y creo en la verdad que se nos ha presentado esta mañana, y le agradezco a la hermana White por haberla expresado". EGWE 231 2 La respuesta de Hansen era importante porque, aunque había sido borrado de la lista de iglesia durante algún tiempo, seguía siendo un hombre de mucha influencia en la congregación. Su problema consistía en una observancia incorrecta del sábado. Como contratista, tenía muchos empleados, y había estado haciendo negocios en sábado por conveniencias personales. EGWE 231 3 Elena G. de White le había escrito cartas "confidenciales y fervientes", exhortándolo "con amor--según declaró ella misma--, intercediendo en el nombre de Cristo para que salvara su alma". EGWE 231 4 Después de pasar por la difícil prueba de la reunión de la junta, ella se sintió "débil como un niño". EGWE 231 5 "El tener que transmitir testimonios severos me hace mucho daño. Siempre me desagrada el hecho de infligir un dolor, pero cuando veo el mal y su tendencia a debilitar y destruir la disciplina eclesiástica... no puedo quedarme tranquila. Tengo que hablar y, en el nombre del Señor, procuro reprimir la creciente marea de maldad".--Manuscrito 66, 1886. EGWE 231 6 En ocasiones como ésta, Guillermo White sabía que su madre necesitaba descanso y recreación. Alquiló un coche y la llevó a pasear durante dos horas por los parques forestales de la ciudad. Allí, al ver pasar las familias con cestas preparadas para una comida campestre, y al recorrer las orillas de los hermosos lagos, ella pudo relajar sus tensiones y se reanimó. "Disfrutamos mucho de este paseo", dijo. "Gozamos de paz y descanso".--Ibid. Una junta de iglesia desalentadora EGWE 232 1 Durante la semana, ella y Guillermo procuraban salir a caminar un par de veces al día. A menudo se dirigían al palacio y a los jardines reales. Pero su tarea en la iglesia no había concluido. El lunes ella mantuvo una agradable entrevista con los esposos Hansen. Esa noche se celebró una junta de iglesia para sancionar a los miembros que persistían en criticar y buscar faltas en los demás. Matteson, que había ido postergando durante largo tiempo esa decisión, tuvo dificultades para manejar la situación. EGWE 232 2 "No se adoptó la conducta más sabia. A los culpables se los separó con un espíritu de dureza y severidad, en lugar de manifestar un espíritu de tristeza, compasión y amor hacia ellos". Ibid. Esto, naturalmente, los exasperó y los volvió desafiantes y combativos. La situación no era agradable, y cuando se realizó la votación, unas pocas personas votaron porque se los borrase de la lista de iglesia, mientras que varios se abstuvieron de votar. Incluso algunos que habían sido víctimas de las difamaciones de los acusados, guardaron silencio. EGWE 232 3 Matteson quedó tan perturbado al ver que sólo contaba con el respaldo de pocos hermanos, que se apresuró a renunciar a sus cargos de director de la sociedad de publicaciones y de anciano de la iglesia. "Las cosas estaban, pues, bastante enredadas", dijo Elena G. de White, y al día siguiente ella y Guillermo tuvieron una larga conversación con Matteson para convencerlo de que reconsiderara su decisión, tomada en un arrebato emocional.--Ibid. La última reunión con la iglesia EGWE 232 4 El día siguiente estuvo dedicado a hacer las maletas y los preparativos para partir hacia Copenhague. El jueves 15 de julio por la noche, Elena G. de White volvió a predicar ante la congregación, esta vez acerca de Filipenses 2:1-5, donde Pablo registra el apropiado ruego: "Completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo... Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús". EGWE 233 1 A fin de que no dejaran de percibir el tema de la predicación, incluyó también el Salmos 15. El salmista pregunta quién podrá morar en el tabernáculo del Señor, y la respuesta declara: "El que no calumnia con su lengua... ni admite reproche alguno contra su vecino". Vers. 3. EGWE 233 2 Al concluir, exhortó a los feligreses a que abandonaran los pecados que habían alejado el "dulce espíritu de Cristo de la iglesia".--Manuscrito 58, 1886. EGWE 233 3 "Cuando el corazón acoge a Cristo y él se alberga allí, hay amor, ternura, compasión, y toda la amargura y las palabras perversas quedarán desterradas para siempre".--Ibid. EGWE 233 4 Cuando la oradora invitó a que se pusieran de pie los que querían estar del lado del Señor, muchos respondieron. Hubo buenos testimonios, y los pastores Matteson y Olsen elevaron fervientes plegarias. "Esperamos que este progreso marque el comienzo de un decidido avance de todos los miembros de iglesia", escribió ella. EGWE 233 5 El pastor Matteson informó lo siguiente con respecto a la obra en Cristianía: EGWE 233 6 "El Señor bendijo abundantemente estas reuniones: Especialmente el testimonio de la hermana White, que produjo una impresión profunda en la iglesia, y tenemos buenas bases para creer que en el futuro la iglesia tratará fervientemente de evitar las tentaciones y los peligros que hasta ahora la han debilitado y perjudicado".--The Review and Herald, 17 de agosto de 1886. Problemas en la lejana América EGWE 234 1 Unos días antes de su partida, la atención de Elena G. de White se concentró en un problema surgido en Norteamérica. En la iglesia de Cristianía la disciplina había sido descuidada, pero, por el contrario, ahora le fue necesario escribir a los dirigentes del colegio de Lancaster del Sur, en Massachusetts, porque allí estaban aplicando una disciplina demasiado estricta. El hermano de Cecilia y Cristina Dahl había viajado desde Noruega para asistir a la sección secundaria de esa institución, pero se vio envuelto en algunas dificultades y fue expulsado del colegio. La Sra. de White sabía que el muchacho tenía una tendencia al mal comportamiento, pero a pesar de ello, escribió al director del colegio lo siguiente: EGWE 234 2 "Soy madre, y he tenido mucho contacto con los niños; por lo tanto, sé que debemos tener continuamente con nosotros el espíritu de Cristo, al mismo tiempo que controlamos nuestro propio espíritu, pues de lo contrario fracasaremos. Los niños son alegres, están llenos de vida y se sienten inclinados a hacer travesuras; y a veces llevan demasiado lejos su amor a la diversión; pero a estas cosas no se las puede considerar un pecado. Si los dirigentes abandonaran un poco su circunspección y su dignidad, y compartieran con los niños sus deportes y diversiones inocentes en los momentos oportunos, tendrían una influencia mucho mayor sobre ellos. Si se sostienen demasiado firmemente las cuerdas, tendrán que soltarse por algún lado".--Carta 19, 1886. EGWE 234 3 Luego le preguntó: EGWE 234 4 "¿Por qué no escribió alguien a la madre y le notificó lo que había sucedido, antes de enviar el chico a la deriva?... ¿Por qué este chico o cualquier otro, en circunstancias similares, debe ser tratado de esta forma, enviándolo a la deriva en un país extraño? El ancho Océano Atlántico lo separa de su madre y sus hermanas. ¿Les gustaría a ustedes que trataran así a uno de sus hijos?"--Ibid. EGWE 235 1 "Creo que los miembros de iglesia de más edad tienen muy poca simpatía y tolerancia hacia los jóvenes, y que deben aprender muchas lecciones a los pies de Jesús, a fin de ser pacientes con los jóvenes pecadores, así como los viejos pecadores desean que los demás tengan paciencia con ellos".--Ibid. Próxima parada: Copenhague EGWE 235 2 El viernes al mediodía, Elena G. de White, Sara, Guillermo y los dirigentes escandinavos Olsen, Matteson y Oyen, partieron de Cristianía hacia Copenhague en el vapor Melchior. Muchos amigos de la iglesia de Cristianía la acompañaron hasta el vapor, y cuando estaba por zarpar le entregaron un ramo de flores en señal de amor y amistad cristianos. El viaje duró algo más de 24 horas, y aunque les desagradaba el tener que viajar en sábado, no había otro medio de llegar a Copenhague a tiempo para cumplir con los compromisos que habían contraído para el domingo. EGWE 235 3 Como Matteson ya se había trasladado con su familia a Estocolmo, alquilaron dos habitaciones en el tercer piso de una pensión para Elena G. de White. Esa pensión debe haber estado cerca del lugar donde ella se había alojado durante su visita anterior, porque en su diario vuelve a mencionar el hospital y la cúpula dorada de la iglesia ortodoxa. En la actualidad, ese edificio está ocupado por el Hotel Botanique, en la esquina de Nörre Volgade y Gothersgade. EGWE 235 4 El domingo de noche ella predicó ante un auditorio repleto de público. ¡Qué contraste con su visita anterior! El lugar era excelente. El salón estaba bien iluminado y habían dispuesto sillas. Como en el verano muchos salones estaban desocupados, Matteson pudo alquilar uno por menos de un dólar por reunión. La salud de la Sra. de White mejoró notablemente durante su estada allí, y le agradó descubrir además que la pequeña iglesia había crecido. EGWE 236 1 El lunes 19 de julio se inauguró la escuela de colportaje. Ella estaba decidida a apoyar enfáticamente esas clases. Iba a pasar toda la semana con los colportores. El programa incluía cuatro reuniones por día: un culto a las 8.30 de la mañana, clases de metodología a las 10.30, estudio bíblico a las 6.00 de la tarde y predicación a las 7.30 de la noche. La visitante habló el lunes en el culto. Había sólo 24 personas presentes, pero ella comprendía bien la razón de esa inasistencia. Era un momento de gran turbulencia económica y política en Dinamarca. Millares de personas estaban sin trabajo, y naturalmente los adventistas tenían más posibilidades de perder sus empleos, debido al sábado. EGWE 236 2 La Sra. de White habló cinco veces en los cultos matutinos de esa semana, y en dos oportunidades tuvo a su cargo el sermón de la noche. Durante el fin de semana siguió predicando a los laicos y obreros. La torre redonda de Copenhague EGWE 236 3 Esa semana la Sra. de White pudo dedicar un poco de tiempo a recorrer la ciudad. Junto con Guillermo y el pastor Brorsen, visitó la "Torre Redonda". La torre, un monumento histórico de Copenhague, fue construida en 1642 por Cristián IV como observatorio de los astrónomos de la Universidad de Copenhague. Junto a la torre se halla Trinitatis, la iglesia de la Universidad. EGWE 236 4 A ella le había intrigado el hecho de que en lugar de escaleras, la torre tenía una amplia rampa en forma de espiral que llegaba hasta la cúpula, en el noveno piso. El guía de la torre informó a los visitantes que cierta vez, Pedro el Grande y Federico IV de Dinamarca recorrieron la rampa hasta el final. Al mirar hacia abajo desde esa vertiginosa altura, Pedro le dijo a Federico: ¿Quién de nosotros cuenta con soldados capaces de probar su lealtad tirándose desde aquí arriba si su rey se lo pide?" Federico contestó que él no pretendía tener semejantes soldados, pero que no temía dormir en la casa del sujeto más humilde de su reino. "¡Qué hombre noble! ¡Qué respuesta noble!", exclamó Elena G. de White en una carta que dirigió a su sobrina, Addie Walling. Carta 101, 1886. Pero al contemplar la gran ciudad que se extendía bajo su mirada, su mente se apartó del noble pasado de Copenhague para dirigirse a su incierto futuro. Trató de imaginar cómo sería el día cuando Cristo venga. "Esta ciudad está entregada al placer y la mundanalidad", dijo. "La cerveza, los juegos de cartas, los bailes y las diversiones absorben la atención de la gente".--The Review and Herald, 26 de octubre de 1886. EGWE 237 1 El pueblo de Copenhague, al igual que los moradores de Sodoma, iban a despertar cuando fuese demasiado tarde, declaró ella: EGWE 237 2 "Cuando el sol se levantó por última vez sobre las ciudades de la llanura, la gente pensó que comenzaba otro día de excesos impíos. Todos planeaban ansiosos sus negocios o placeres, burlándose de los temores y las advertencias del mensajero de Dios. De pronto, con el estrépito del trueno en un cielo sin nubes, comenzaron a caer bolas de fuego sobre la ciudad condenada. 'Así será la venida del Hijo del Hombre'".--Ibid. EGWE 237 3 Estas palabras se asemejaban extrañamente a la voz de amonestación de un antiguo profeta. EGWE 237 4 El lunes 26 de julio de 1886, Elena G. de White y sus compañeros de viaje abandonaron Copenhague para regresar una vez más a Basilea. Llegaron a su casa el miércoles, lo cual fue para ella un motivo de regocijo. Había pasado por un período de turbulencia y de paz. ------------------------Capítulo 19 -- Trabajo y recreación Tiempo de reflexión EGWE 238 1 UNA nutrida correspondencia aguardaba en Basilea la llegada de Elena G. de White. A su arribo, el 28 de julio, se dedicó de inmediato a leerla y contestarla. El incesante trabajo de escribir cartas y preparar manuscritos fue siempre motivo de lamentación para el pastor Jaime White, quien nunca pudo seguir el ritmo de su incansable esposa. Después que él murió, en 1881, ella se concentró aún más en sus escritos. EGWE 238 2 El domingo 1o de agosto por la mañana, llegó el pastor Whitney para compartir con ella su preocupación por el trabajo. Ambos decidieron celebrar otra serie de reuniones matutinas "para inducir a los obreros... a una piedad más profunda y una fe más firme".--Carta 105, 1886. EGWE 238 3 La institución de Basilea era mucho más que una casa editora común. Era también un centro de preparación y estudio para los colportores. En realidad, hubiera sido mucho más económico emplear personal no adventista de experiencia para el trabajo de impresión. Los técnicos de las prensas, de encuadernación y tipografía podían realizar su trabajo en cualquier idioma, y podrían haberse empleado hábiles traductores, correctores de pruebas y empleados de administración que conocieran diferentes idiomas. EGWE 239 1 Pero, ¿qué clase de influencia ejercerían? ¿Y qué iba a suceder con los jóvenes adventistas que necesitaban trabajar y adquirir experiencia? Los dirigentes decidieron que, aunque resultara más caro, el bienestar futuro de la obra sería más sólido si la casa editora daba enseñanza y trabajo a los miembros de iglesia. EGWE 239 2 Con el transcurso de los meses, muchos jóvenes fueron realizando notables progresos en su trabajo, y también manifestaron el deseo de aprender más acerca de la Biblia. Se iniciaron clases de historia y doctrinas bíblicas, y de gramática inglesa. Las clases comenzaban a las 6.30 de la mañana y el martes 3 de agosto se les añadió un nuevo aspecto: Las dinámicas predicaciones matutinas de la Sra. de White, brillantes y a hora temprana: ¡A las 5.30! EGWE 239 3 Unas dos semanas después de haberse iniciado las reuniones, Elena G. de White informó lo siguiente: EGWE 239 4 "He estado trabajando con mucho ahínco aquí. Hicimos todo lo posible por instruir a la gente, a fin de que comprendan lo que significa ser cristianos bíblicos. No basta que nuestro carácter revele la mansedumbre y la humildad de Cristo; también debemos enseñar a los que profesan la verdad presente, que no se sientan satisfechos con una fe no minal en la verdad para este tiempo, sino que tengan esa fe que obre en su carácter como un poder santificador".--Carta 7a, 1886. EGWE 239 5 En una carta dirigida a su hijo Edson comentó: "Nuestras reuniones son buenas. Desearía que tuviéramos algo parecido todas las mañanas en las oficinas de la Review and Herald". Carta 105, 1886. Y en otra carta declaró: "Sabemos que Satanás lanzará ataques definidos contra los empleados de nuestras instituciones; por lo tanto, hay que hacer esfuerzos especiales por levantar bandera contra él mediante la elevación del carácter de las personas que participan en la obra".--Carta 106, 1886. Disertaciones de la Sra. de White EGWE 240 1 Durante las disertaciones que presentó con frecuencia en Europa y otros lugares, la Sra de White se sintió compelida a hablar bajo la definida dirección del Espíritu Santo. Y a veces pronunció también palabras de amonestación. En el tercer concilio europeo celebrado en Basilea, por ejemplo, advirtió a sus oyentes acerca del peligro de desoír "las admoniciones del espíritu".--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 137. EGWE 240 2 Posteriormente, en 1890, escribió el siguiente comentario: EGWE 240 3 "Antes de ponerme de pie no tenía ni la menor idea de hablar con tanta franqueza como lo estoy haciendo. Pero el Espíritu de Dios vino sobre mí con poder, y no puedo dejar de pronunciar las palabras que se me han confiado. No me atrevo a retener ni una palabra de este testimonio... Transmito las palabras que me ha dado un poder superior al humano, y no puedo, aunque quisiera, revocar ni una oración. EGWE 240 4 "Durante la noche el Señor me instruye por medio de símbolos, y luego me explica su significado. Me da la Palabra, y no me atrevo a rehusar transmitirla a la gente. El amor de Cristo y, me aventuro a añadir, el amor por las almas, me constriñen, y no puedo quedarme tranquila".--Manuscrito 22, 1890. EGWE 240 5 La siguiente es otra declaración de Elena G. de White acerca de la dirección divina cuando se dirigía al público: EGWE 240 6 "Nunca me siento sola cuando tengo que dar un mensaje. Al ponerme de pie ante el público, parecen desfilar ante mí los aspectos más preciosos del Evangelio; participo del mensaje evangélico y me alimento de la Palabra como cualquiera de los oyentes. Los sermones me benefician, ya que mi comprensión se renueva cada vez que abro los labios para dirigirme a la gente. No puedo poner en duda mi misión porque participo de los privilegios y me siento alimentada y vivificada al saber que soy llamada por la gracia de Cristo. Cada vez que presento la verdad y hago notar a la gente que Cristo ha hecho posible que pudiéramos obtener la vida eterna, recibo tanto beneficio como ellos, ante los gratísimos descubrimientos de la gracia, el amor y el poder de Dios en favor de su pueblo, [manifestados en] la justificación y la reconciliación con Dios".--Manuscrito 174, 1903. Un agradable viaje a Rigi EGWE 241 1 Además de interesarse por la salud espiritual de los obreros de la oficina de Basilea, a Elena G. de White le agradaba participar con ellos de alguna recreación sana. A fines de agosto, junto con su familia y un grupo grande de empleados de la oficina, salieron a disfrutar de un día al aire libre. El punto de destino era Rigi, un núcleo montañoso ubicado entre los lagos Lucerna, Zug y Schwyz. La visión panorámica que se aprecia desde la cumbre de esas montañas es magnífica. Después de recorrer 100 km por tren llegaron a Lucerna, donde tomaron un vapor que los llevó a Vitznau; allí subieron a un tren pequeño pero sólido, equipado con un engranaje de cremallera y piñón para escalar la montaña. EGWE 241 2 "Rigi es un lugar nuevo y uno de los centros turísticos más populares de Suiza", señaló Elena G. de White. Las aguas "verde-azuladas" del lago ofrecen "una vista bellísima".--Manuscrito 33, 1886. EGWE 241 3 El trencito que los condujo montaña arriba fascinó a la Sra. de White. EGWE 241 4 "El tren consiste en un solo coche con capacidad para 54 personas y no tiene compartimentos. Parece un tren urbano. La trocha es similar a la de los ferrocarriles comunes. Entre ambos rieles, en el centro, corren paralelamente otros dos rieles provistos de dientes donde engancha la rueda de cremallera que está debajo de la locomotora. El tren funciona mediante vapor".--Ibid. EGWE 242 1 Después de subir la montaña durante veinte minutos, el tren se introdujo en un túnel, y al salir nuevamente a la luz atravesó un puente que estaba sostenido por dos pilares de hierro, sobre una profunda quebrada. EGWE 242 2 Poco después llegaron a la estación de Kaltbad. A la izquierda había una clínica de reposo muy grande. "Este lugar parece interesante--observó la Sra. de White--, y me hubiera gustado mucho quedarme aquí algunas horas".--Ibid. EGWE 242 3 Ya más cerca de la cima llegaron a Rigi-Staffel, donde las vías provenientes del otro lado de las montañas se unían con las del ferrocarril en que viajaban. También allí le hubiera agradado quedarse a la Sra. de White, pero el tren prosiguió su marcha. EGWE 242 4 "Subíamos y seguíamos subiendo cada vez más alto hasta que quedamos un tanto aturdidos. Finalmente alcanzamos la cumbre... Fue una hermosa oportunidad para contemplar el paisaje. Observamos hacia abajo los desfiladeros de centenares de metros de profundidad, donde corrían raudamente los arroyos".--Ibid. EGWE 242 5 Después de descender, el alegre grupo de misioneros se sentó bajo los árboles, mientras aguardaba la llegada del vapor. EGWE 242 6 "El vapor llegó a la ribera, y subimos a bordo. Está tan atestado de pasajeros que parece casi imposible introducirse en la apretujada multitud. El paisaje del Lago Lucerna es bellísimo, pero notamos que se aproxima una tormenta. El rumor distante de los truenos y el vivo resplandor de los relámpagos nos advierten que debemos buscar refugio... Nos apresuramos antes que la multitud se ponga en movimiento; y, por las ventanillas de la cabina, contemplamos una vista hermosísima: Las grandes gotas de lluvia que caen sobre la superficie suave del lago, parecen diamantes centelleantes. Jamás había contemplado una escena semejante".--Ibid. EGWE 243 1 La lluvia seguía cayendo cuando el vapor arribó al puerto. Guillermo White intentó conseguir un coche para llegar a la estación del ferrocarril, pero no halló ninguno libre. Los esperaba un programa de actividades muy intenso, y no tenían otra solución que apresurarse bajo el aguacero para alcanzar el tren a Basilea. EGWE 243 2 Sin embargo, la mojadura no les enfrió el entusiasmo, a juzgar por la siguiente declaración de la Sra. de White: EGWE 243 3 "Estábamos bastante mojados, incómodos, y ofrecíamos un aspecto lastimoso. Ella palmoteó y con tono gozoso preguntó; 'Dime, Sara, ¿no estás contenta de haber ido a Rigi?' Nos hizo mucha gracia y tratamos de contemplar el asunto desde esa misma perspectiva, poniendo a un lado los matices oscuros".--Ibid. EGWE 243 4 Había llegado el momento de trazar los planes para otro viaje largo. Elena G. de White iba a verse envuelta una vez más en un sinnúmero de predicaciones y responsabilidades de asesoramiento. ------------------------Capítulo 20 -- El cuarto concilio europeo Del 27 de septiembre al 4 de octubre de 1886 EGWE 244 1 La cuarta sesión del Concilio Misionero Europeo iba a realizarse a fines de septiembre de 1886 en Grimsby, Inglaterra. Por consiguiente, después de pasar dos semanas en su casa de Basilea, Elena G. de White partió el martes 14 de septiembre para asistir a ese concilio y a la reunión de obreros ingleses que lo precedió. EGWE 244 2 Debido a que Guillermo C. White tuvo que permanecer algún tiempo más en la casa editora, se le pidió a Luis Aufranc, un traductor de la casa editora que había sido designado para asistir al concilio, que viajara con la Sra. de White y Sara. El viaje presentó algunas dificultades. La primera noche, en el compartimiento de segunda clase hubo sólo espacio suficiente para que se acostara la Sra. de White, mientras que Sara y el Sr. Aufranc se arreglaron lo mejor que pudieron en los duros asientos. EGWE 244 3 El cruce del canal fue tormentoso, y todos tuvieron que sufrir el balanceo producido por las olas gigantescas. "Nos alegró abandonar el barco y mirar algo que permaneciera quieto", escribió Elena G. de White con un suspiro de alivio.--Manuscrito 59, 1886. EGWE 244 4 Al llegar a Londres al día siguiente, tomaron un taxi hasta el Gran Hotel del Norte, donde pasaron la noche. Las perspectivas para el concilio no eran ni remotamente tan alentadoras, en algunos aspectos, como las del que habían celebrado el año anterior en Basilea, pero Elena G. de White lo afrontó con absoluta dedicación, tal como lo había hecho en el caso anterior. El jueves de mañana, al despertar en el hotel londinense, sintió un gran anhelo de recibir abundantemente el Espíritu del Señor. He aquí sus palabras: EGWE 245 1 "Me levanté temprano y procuré acercarme a Dios. Me sentía completamente incapaz de realizar la obra que tenía por delante, a menos que el Señor me auxiliara en ese mismo instante y lugar. ¿Cómo podía ayudar a otros y ser una bendición para ellos, a no ser que mi propia alma fuera vivificada y recibiera gracia abundante? Debo trabajar para el Maestro, entregándome a él sin reservas y, apoderándome de los divinos rayos de luz que emanan de Jesús, debo impartirlos a otros. Esta es la obra de cada cristiano".--Ibid. EGWE 245 2 Cuando llegaron a Grimsby, algunas horas después, tuvieron la grata sorpresa de hallar allí a sus antiguos amigos Guillermo y Juanita Ings. Los esposos Ings y la familia White se conocían desde 1866, cuando dicho matrimonio llegó para colaborar en la casa editora de Battle Creek. Como ya se mencionó, fueron pioneros en las Islas Británicas, y después que regresaron de su primera gira de trabajo por Europa, en 1882, viajaron extensamente con Elena G. de White. La Sra de Ings, nacida en Alemania, era su enfermera y ayudante. Comienza la asamblea de obreros EGWE 245 3 El viernes de mañana, el cielo amaneció diáfano y la temperatura mucho más fría que en Basilea. La asamblea de obreros británicos comenzó ese día, y el sábado Elena G. de White predicó dos veces. EGWE 245 4 Al referirse al desánimo de algunos obreros, los sermones que Elena G. de White predicó durante las reuniones, cobraron una nueva dimensión y poder. Cierta vez, un pequeño grupo que rodeaba la estufa del salón de reuniones, comenzó a hablar de sus experiencias y frustraciones. Aparentemente, todos los aspectos de la obra en Inglaterra debían enfrentar grandes dificultades. EGWE 246 1 La Sra. de White trataba de inspirarles diariamente la consagración, el valor y la confianza que tanto necesitaban. Al concluir uno de sus sermones, declaró: EGWE 246 2 "Esta vida es un conflicto; tenemos un enemigo que nunca duerme, que vigila constantemente para destruir nuestra mente y alejarnos de nuestro precioso Salvador, que dio su vida por nosotros, ¿Llevaremos la cruz que se nos ha asignado? ¿O marcharemos a impulsos de una complacencia egoísta, perdiendo la eternidad de bendiciones?... EGWE 246 3 "Anhelo el fin pero no por la felicidad que representa; soy feliz mientras voy recorriendo el camino. A pesar de las pruebas y aflicciones, contemplo a Jesús. En los lugares estrechos y difíciles él está a nuestro lado, y podemos comulgar con él y depositar todas nuestras cargas sobre el Portador de ellas, diciéndole: 'Mira, Señor, no puedo seguir llevando estas cargas por más tiempo'. Entonces él responde: 'Mi yugo es fácil, y ligera mi carga'. ¿Creen ustedes esto? Yo lo he comprobado. Lo amo; lo amo. Veo en él encantos incomparables. Y deseo alabarlo en el reino de Dios".--Life Sketches of Ellen G. White, 291, 292. EGWE 246 4 En otro de sus sermones comentó: EGWE 246 5 "Por mi experiencia pasada puedo testificar que no quisiera tener una prueba menos o una tristeza menos que las que he sufrido, porque el apóstol Pablo declara: 'Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria'".--Manuscrito 16, 1886. EGWE 246 6 Y, finalmente, concluye con una exhortación: EGWE 246 7 "Dentro de muy poco tiempo contemplaremos al Rey en su belleza... ¿Estaréis allí? ¿Será colocada sobre vuestra frente la corona de gloria?... Quiera Dios que cada uno de nosotros esté allí. No podéis permitiros perder esto. Que Dios os bendiga hoy en este lugar, y que él llegue a vuestras almas y resplandezca aquí en torno de vosotros".--Ibid. Ayuda para los obreros que luchaban EGWE 247 1 El martes por la mañana, Elena G. de White habló acerca de la resurrección que tendrá lugar en ocasión de la segunda venida de Cristo, y por la noche presentó un mensaje conmovedor basado en la resurrección de Cristo y en la inspiración que ese evento proporcionó a los discípulos desanimados. Nuevamente el sermón fue de gran ayuda para los obreros que luchaban. EGWE 247 2 "El ha resucitado, queridos amigos, y en vuestro abatimiento podéis saber... que Jesús está a vuestro lado para daros paz... EGWE 247 3 "Sé de qué estoy hablando. En cierta oportunidad pensé que las olas me cubrirían por completo. Sentí entonces que mi Salvador era muy precioso para mí. Cuando mi hijo mayor [Enrique, de 16 años] me fue arrebatado, sufrí un gran dolor, pero Jesús vino a mi lado y sentí su paz en el alma. Se acerco a mis labios la copa de la consolación. Luego lo llevaron a él [mi esposo]... Habíamos trabajado juntos lado a lado en el ministerio, pero tuvimos que unir las manos del luchador y dejarlo reposar en la tumba silenciosa. Nuevamente mi dolor pareció muy grande, pero a pesar de todo llegó la copa de la consolación. Jesús es muy precioso para mí. Caminó a mi lado... y caminará a vuestro lado".--Manuscrito 80, 1886. Se retrasa la iniciación del concilio EGWE 247 4 Guillermo White llegó a Grimsby el miércoles 22 de septiembre. De acuerdo con el programa trazado, el concilio misionero europeo debía comenzar el viernes, pero ese día no habían llegado la mayoría de los obreros dirigentes. Whitney, Olsen, Oyen, Matteson y D. T. Bourdeau estaban ausentes. Guillermo C. White aconsejó a los presentes que se dedicaran a estudiar y a prepararse para el sábado. EGWE 248 1 Pero si bien las perspectivas para el concilio no eran muy alentadoras, un factor que debe haber inspirado ánimo a los obreros fue la excelente respuesta dada por el público a las reuniones que se realizaban tres veces por semana en la carpa, paralelamente a la asamblea de los obreros y al concilio anual. Cuando Elena G. de White se levantó para hablar el domingo 26 de septiembre por la noche, la carpa estaba repleta de público y había mucha gente parada afuera. Su sermón fue muy práctico; dedicó algún tiempo al tema de la educación de los niños y añadió algunos conceptos interesantes extraídos de su propia experiencia: EGWE 248 2 "He expresado que si Dios acepta la obra que realicé al educar a mis hijos para la vida futura e inmortal, podría decir que no he vivido en vano. Pero esto me costó esfuerzos y lágrimas. No he tenido tiempo para probarme muchos vestidos o para mi arreglo personal. Mi tiempo está dedicado a preparar a estos niños para la vida futura... EGWE 248 3 "Esta es nuestra obra, madres; ellos no deben salir a buscar los placeres del mundo. Algunas personas me han dicho: 'Pero, Sra. de White, sus hijos no sabrán comportarse en sociedad'. Les contesté: 'Los estoy educando para la sociedad del cielo. Quiero que sepan hacer lo correcto porque es correcto, y que agraden a Dios'".--Manuscrito 84, 1886. EGWE 248 4 Después de la reunión, el propietario del terreno donde se había erigido la carpa se ubicó delante de Elena G. de White para abrirle paso entre la multitud, mientras ella se dirigía a su casa. En realidad, no era necesario que lo hiciera, pero él trató de ayudar tanto como le fue posible. EGWE 249 1 El lunes 27 de septiembre por la mañana, Whitney, el presidente de la Misión Europea, y Oyen, su secretario, todavía no habían llegado, por lo que Guillermo C. White y J. H. Durland fueron elegidos para reemplazarlos y dar comienzo a la reunión. El pastor White y su madre habían asistido al concilio como delegados oficiales. Ya no se los consideraba visitantes norteamericanos: Según los acuerdos del concilio, venían de Europa Central. En las observaciones introductorias, el pastor White recordó a los obreros que cuarenta años antes, al comenzar el movimiento adventista, el total de miembros en todo el mundo no era superior al que acababa de concurrir para esa reunión. A continuación, bosquejó brevemente el desarrollo de la obra. El resto del tiempo estuvo a cargo de S. H. Lane, quien informó acerca de los progresos de la obra en Inglaterra. El concilio se reúne al fin EGWE 249 2 Finalmente, el martes llegó el resto de los dirigentes y se comenzó a trabajar con todo entusiasmo. Primeramente se escucharon los informes de los diversos campos. El progreso de los países escandinavos era alentador: Se habían ganado más de cien conversos. La Asociación Suiza no se había reunido todavía, por lo cual se carecía de estadísticas de Europa Central. El escaso aumento de 22 creyentes en Inglaterra fue motivo de preocupación. Casi toda esa tarde se dedicó a estudiar la manera de mejorar la obra de publicaciones en Inglaterra. Aparentemente, los colportores habían estado tratando de vender libros norteamericanos El concilio resolvió adaptar para los lectores ingleses algunos de los mejores libros adventistas, alterando el estilo, el vocabulario y las referencias, de acuerdo con las costumbres inglesas. Surgieron algunas diferencias de opinión en cuanto a la conveniencia de establecer una casa editora completamente equipada en Inglaterra o si sería mejor hacer imprimir el trabajo afuera, pero todos concordaron en que la sede de la obra debía ser trasladada lo antes posible de Grimsby a Londres. Londres, por ser un centro de publicaciones, era el lugar lógico para establecer nuestra obra. Esa semana el concilio resolvió aumentar el número de páginas de Present Truth (La verdad presente), de ocho a dieciséis para reforzar la causa del Evangelio. Las carpas constituyen un éxito rotundo EGWE 250 1 En ocasión del tercer concilio europeo anual celebrado en Basilea en 1885, se había acordado adquirir carpas para usarlas en los diversos países europeos. ¿Cuál fue el resultado de esa gestión? EGWE 250 2 O. A. Olsen presentó un entusiasta informe acerca del uso de carpas en Escandinavia. En Noruega no surgió ningún problema para conseguir una buena ubicación a un precio razonable, y durante cinco semanas, a fines del verano, contaron con una excelente asistencia de público--mejor aún de la que habían tenido en los salones. El veredicto de Olsen fue: "Las carpas constituyen un éxito en Noruega", y esperaba que también sirviesen en Dinamarca y Suecia. EGWE 250 3 En Francia e Italia también dieron buen resultado, a pesar de que D. T. Bourdeau tuvo algunas dificultades con estudiantes alborotadores en las fases iniciales del ciclo de reuniones celebrado en Nimes. EGWE 250 4 Pero los problemas más difíciles surgieron en Inglaterra. La turbulencia política que acompañó a las elecciones generales celebradas el año anterior, redujo abruptamente la cantidad de oyentes. El clima húmedo deterioró las carpas con bastante celeridad e hizo aún más difícil mantener un ambiente confortable para el público. Sin embargo, existía la fuerte impresión de que el uso de carpas podía resultar provechoso en Inglaterra. Los gastos no superaban a los de un salón y se podían celebrar reuniones ininterrumpidamente; la asistencia era, por lo general, más numerosa que en los salones y la novedad de la carpa implicaba una buena publicidad. EGWE 251 1 El concilio llegó a la conclusión de que quedaba demostrado que se podían usar carpas con éxito en los países europeos, y declaró: "Expresamos nuestra gratitud a Dios por este medio y recomendamos el uso de carpas dondequiera constituyan el método más conveniente para el progreso de la verdad".--The Review and Herald, 2 de noviembre de 1886. EGWE 251 2 A medida que la obra fue avanzando en Europa, se hizo cada vez más evidente la necesidad de contar con obreros competentes. El concilio reafirmó sus resoluciones anteriores de abrir escuelas regulares de capacitación para obreros bíblicos, predicadores y colportores, e incluso solicitó a la Asociación General que enviara algunos obreros idóneos para enseñar en ellas. Se llamó a un colportor escandinavo de experiencia. Para Inglaterra fueron llamados dos ministros veteranos, S. N. Haskell y E. W. Farnsworth. Además se propuso establecer en Liverpool una misión y centro de preparación urbano, donde los obreros pudieran aprender a realizar la obra misionera en los barcos, y a colportar con mejores resultados. EGWE 251 3 Entre bambalinas seguía en pie, por supuesto, la eterna pregunta: ¿Cuánto iban progresando individualmente los obreros? L. R. Conradi reemplazó a D. T. Bourdeau en la junta directiva principal de tres de las misiones de Europa Central. Allí todos se preguntaban si algunas personas se sentirían ofendidas. Pero Bourdeau aceptó el cambio sin quejarse. También observaban a otro hombre: O. A. Olsen. Aunque todavía era nuevo en Europa, Guillermo C. White envió un informe muy favorable acerca de su trabajo al pastor G. I. Butler. Decía, entre otras cosas, lo siguiente: EGWE 251 4 "Puedo decirle que el Hno. O. A. Olsen fue una verdadera columna. Hizo un buen trabajo. El se consideraba torpe para asumir esta responsabilidad, ya que éste fue su primer concilio, y no se sentía capaz de manejar las cosas, pero cuando habló fue directo al punto" (carta de G. C. White, 6 de noviembre de 1886). Una profecía acerca del futuro EGWE 252 1 Durante una de las reuniones del concilio uno de los oradores, después de referirse a algunas barreras que impedían el progreso del mensaje, exhortó a la Sra. de White a que les dijera qué más podían hacer, y si cabía esperar que surgieran algunos cambios en las circunstancias negativas que enfrentaban los obreros. EGWE 252 2 Ella respondió diciendo que se producirían cambios que iban a abrir puertas que hasta entonces estaban cerradas y prohibidas; cambios que transformarían las condiciones y despertarían las mentes para que la gente pudiera comprender y apreciar la verdad presente. Los problemas políticos y los cambios que sobrevendrían en el mundo industrial, además de los grandes reavivamientos religiosos, prepararían las mentes a fin de que prestasen atención al mensaje del tercer ángel. "Sí, habrá cambios--les aseguró--, pero no debéis esperar ninguno. Vuestra obra es avanzar, presentar la verdad en toda su sencillez, levantando ante la gente la luz de la verdad". EGWE 252 3 A continuación les relató cómo le había sido revelado esto en visión. Las multitudes que habitan nuestro mundo, a las cuales está dirigido el mensaje de advertencia acerca de la pronta venida de Cristo, le fueron presentadas como si estuvieran envueltas en niebla, nubes y una densa oscuridad, tal como lo describió el profeta Isaías, con las palabras del capítulo 60, versículo 2 de su libro: "He aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones". EGWE 252 4 Debido a la intensa tristeza que le produjo contemplar esta escena en visión, el ángel que la acompañaba le dijo: "Mira"; y al hacerlo nuevamente, pudo observar pequeños puntos luminosos, semejantes a estrellas que brillaban débilmente en la oscuridad. Vio que la luz se iba haciendo cada vez más brillante y que los puntos luminosos aumentaban, porque cada luz encendía nuevas luces. Por momentos, las luces se unían, como si procuraran animarse entre sí, y nuevamente volvían a dispersarse: Cada vez llegaban más lejos y surgían otras. De este modo prosiguió la obra hasta que todo el mundo quedó iluminado con su resplandor. EGWE 253 1 Para concluir, dijo: EGWE 253 2 "Esta es una imagen de la obra que debéis hacer. 'Vosotros sois la luz del mundo' Mateo 5:14. Vuestra obra es levantar la luz ante la gente que os rodea. Sostenedla firmemente. Elevadla un poco más. Encended otras luces. No os desaniméis si vuestra luz no es muy grande. Aunque sea apenas una velita de un centavo, sostenedla. Dejadla brillar. Haced lo mejor que podáis, y Dios bendecirá vuestros esfuerzos".--Life Sketches of Ellen G. White, 295. De compras en Grimsby EGWE 253 3 Elena G. de White no se limitaba a ayudar en las sesiones del concilio. También tenía a su cargo la predicación en las reuniones públicas que se celebraban de noche. Pero, a veces, se alejaba de la agobiadora rutina. Cierto día, acompañada por Sara, y siempre alerta para descubrir alguna oferta conveniente, descubrió una tapicería que estaba liquidando sus existencias en Grimsby. Los precios eran baratos--"demasiado baratos para seguir guardando el dinero en la cartera"--observó Sara. Elena G. de White le escribió a María enviándole algunas muestras y preguntándole si debía comprar más telas. EGWE 253 4 "El algodón rosado y la lana cuestan un chelín inglés. Las telas color petróleo--puedo conseguir retazos como éste, a treinta centavos las dos yardas... Las estampadas cuestan ocho centavos la yarda, un buen percal asargado como el de la muestra. ¿Debo comprar alguna para Ella o para cualquier otra cosa? En los grandes hoteles he visto cortinas blancas con adornos de esta tela en los bordes".--Carta 23a, 1886. EGWE 254 1 Pero su mayor preocupación la constituía el desafío de evangelizar Europa, y la necesidad de ayudar a cada obrero a alcanzar la elevada norma que Dios le ponía por delante. La exhortación final de uno de sus sermones ejemplifica el constante poder espiritual de su obra: EGWE 254 2 "'Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo'. ¿Deseamos recibir esta bendición? Yo sí, y creo que vosotros también. Dios os ayude para que podáis pelear las batallas de esta vida y obtener cada día una victoria; y que al fin estéis entre la multitud que arrojará sus coronas a los pies de Jesús y tocará las arpas doradas, llenando todo el cielo con la música más sublime. Deseo que améis a mi Jesús... No rechacéis a mi Salvador, porque él ha pagado un precio infinito por vosotros. Veo en Jesús incomparables encantos, y deseo que vosotros también los veáis. Que Dios bendiga esta congregación, es mi oración".--Manuscrito 84, 1886. EGWE 254 3 El lunes 11 de octubre, Elena G. de White partió de Grimsby hacia Londres, donde pasó la noche, para proseguir luego a Dover. Esperaban abordar de inmediato el barco que los llevaría a Francia, pero cuando alcanzaron el muelle, las olas parecían "altas como una montaña". EGWE 254 4 A la Sra. de Ings, que viajaba como acompañante de Elena G. de White, se le había volado el sombrero. Mientras corría tratando de atraparlo, con la ayuda de un niñito, los otros miembros del grupo decidieron pasar la noche en tierra, antes que arriesgarse a enfrentar otra violenta etapa de mareos provocados por el balanceo del barco, mientras cruzaban el tormentoso canal. EGWE 254 5 Al día siguiente, realizaron el cruce con el mínimo de inconvenientes, pero Elena G. de White observó que las olas todavía seguían "considerablemente agitadas". ------------------------Capítulo 21 -- ¿Querrá Francia recibir la luz? La visita a París, Nimes y Valence EGWE 255 1 Francia, una de las potencias dominantes de Europa, había conocido períodos de grandeza y de gloria. Los siglos que siguieron a la Reforma quedaron señalados por la guerra civil, la tiranía del absolutismo y las revoluciones, las guerras napoleónicas de expansión, y las vicisitudes que provocaron los diversos gobiernos. EGWE 255 2 Durante la visita de la Sra, de White, el país estaba regido por un sistema político conocido con el nombre de Tercera República. De acuerdo con la luz que Elena G. de White había recibido de Dios, la historia de Francia podría haber sido más saludable si la nación hubiera recibido plenamente las enseñanzas de la Reforma, en el siglo XVI.--Véase Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 224-251. EGWE 255 3 A pesar de ello, la luz del Evangelio resplandeció en Francia durante muchos años bajo las enseñanzas de Lefevre, Farel y Berquin, y de los valientes hugonotes, hasta que la persecución casi silenció las voces de los mensajeros de Dios. EGWE 255 4 Durante una visión, se le aclaró a la sierva del Señor la relación entre las causas y los efectos del desarrollo histórico de estos acontecimientos inherentes a la iglesia y el estado. Ella vio que la Revolución Francesa fue la cosecha que maduró más de dos siglos después que se sembró la semilla funesta en tiempos del rey católico Francisco I, de Carlos IX y de la masacre de San Bartolomé. La luz del mensaje adventista EGWE 256 1 Así como surgió en Francia la luz de la Reforma, siglos después también la luz de la proclamación del advenimiento tocó esa tierra histórica y el territorio suizo de habla francesa. EGWE 256 2 "La luz brilló también en Francia y Suiza. En Ginebra, donde Farel y Calvino habían propagado las verdades de la Reforma, Gaussen predicó el mensaje del segundo advenimiento. Cuando era aún estudiante, Gaussen había conocido el espíritu racionalista que dominaba en toda Europa hacia fines del siglo XVIII y principios del XIX, y cuando entró en el ministerio no sólo ignoraba lo que era la fe verdadera, sino que se sentía inclinado al escepticismo. En su juventud se había interesado en el estudio de la profecía. Después de haber leído la Historia Antigua de Rollin, atrajo su atención el segundo capítulo de Daniel, y le sorprendió la maravillosa exactitud con que se había cumplido la profecía, según resalta de la relación del historiador... EGWE 256 3 "Al continuar sus investigaciones sobre las profecías, llegó a creer que la venida del Señor era inminente. Impresionado por la solemnidad e importancia de esta gran verdad, deseó presentarla al pueblo".--Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 413, 414. EGWE 256 4 Gaussen imprimió sus lecciones proféticas y las hizo circular fielmente entre jóvenes y ancianos. Llegó a ser "uno de los predicadores más distinguidos y de mayor aceptación entre el público de habla francesa". Ibid. 415. Pero fue "suspendido del ministerio" debido a sus creencias acerca de las profecías bíblicas y la venida del Señor. Breve estada en París EGWE 257 1 Cuando Elena G. de White llegó a París el miércoles 13 de octubre por la noche, sin duda se preguntó cuál sería la actitud de los franceses que habían oído a los evangelistas adventistas proclamar el mensaje en ese país. Durante las dos semanas subsiguientes descubrió la respuesta. EGWE 257 2 Un joven de apellido Garside, a quien D. T. Bourdeau había guiado a Cristo apenas unos meses antes en Ginebra, esperaba a los viajeros. Garside había colportado poco tiempo con Bourdeau en Nimes, y luego se trasladó a París con su baúl lleno de libros y papeles. El joven llevó a los viajeros a un hotel cercano, donde hallaron alojamiento confortable en el sexto piso. EGWE 257 3 A Elena G. de White le fascinaron las relampagueantes luces de los carruajes que iban y venían por la calle, bajo su ventana. Al día siguiente iba a contemplar la gran ciudad desde una perspectiva más favorable. Después de regresar a los Estados Unidos, describió en su libro El Conflicto de los Siglos ciertos eventos de la Reforma que tuvieron lugar allí. EGWE 257 4 A las cinco de la mañana siguiente ya estaba escribiendo a la luz de una vela. "Me pareció que había regresado a los viejos tiempos, cuando no teníamos otras luces que las velas y las lámparas que funcionaban con aceite de ballena", escribió. EGWE 257 5 Al meditar en sus mensajes, vemos que sus enseñanzas no tenían nada de estrechas o anticuadas. Antes que llegara a ser tan popular como lo es en nuestros días la idea de la unificación y la expresión "un mundo", esta portavoz de Dios, dotada de gran lucidez mental, describió la manera como un mensaje de verdad llegaría a convertirse en una iglesia unificada, diseminada en un mundo. Los dirigentes de la iglesia concordaban con ella en ese objetivo. Ese mismo año, 1886, escribió en Basilea lo siguiente: EGWE 258 1 "Nuestra oración debería ascender fervorosamente al trono de gracia, para que el Señor de la cosecha envíe obreros a su viña. Mi corazón sufre al contemplar los campos misioneros y ver que se realizan esfuerzos tan débiles para llevar la verdad a la gente. No se puede censurar a nuestros dirigentes. Creo, hermanos, que ustedes están unidos a mí en el corazón y en los sentimientos respecto a nuestra gran necesidad, y en los fervientes deseos y esfuerzos por alcanzar la mente del Espíritu de Dios en estas cosas".--Carta 55, 1886. EGWE 258 2 Desde Europa y Australia envió un torrente de cartas y manuscritos a distintas partes del mundo, que sumaron casi 2.500 durante los once años que pasó fuera de su patria. Y ahora había llegado a Francia. ¿Cuáles serían los frutos de su labor allí? Un paseo por las calles de París EGWE 258 3 Un poco más tarde, esa misma mañana, el Hno. Garside los invitó a realizar un breve paseo por París. Aparentemente estaban cerca de la Bolsa de Comercio, porque en ese edificio subieron al segundo piso para observar desde la galería la sala donde se realizaba una verdadera explosión bursátil. EGWE 258 4 La Sra. de White describió esa rebatiña con las siguientes palabras: EGWE 258 5 "Los hombres se empujaban y apretaban entre sí mientras gritaban desaforadamente. A pesar de que muchos estaban afónicos seguían desgañitándose aún más. Había centenares de hombres que iban y venían mientras luchaban y se apretujaban como locos. ¿Y para qué era todo eso? Para comerciar con ganado. Unos ganaban, otros perdían. Y todo para obtener una pequeña parte de la herencia de esta vida... Pensé en la escena que se producirá en el día del juicio. ¡Qué confusión sobrevendrá a todos los que no hayan puesto su confianza en Dios y no estén preparados para el gran día de la decisión final! Asegurémonos de nuestra vocación y elección".--Manuscrito 70, 1886. EGWE 259 1 Esta experiencia fue seguida por un paseo en coche hasta Versalles y una visita al exquisito hogar de los monarcas franceses. Elena G. de White lo calificó de "palacios de los reyes". Se sintió impresionada ante la grandeza y la elegancia de las galerías, los dormitorios y las cámaras; todo muy lujoso y ricamente adornado. Ciertos cuadros, sin embargo, le produjeron desagrado, porque de acuerdo con sus conocimientos describían inadecuadamente algunas escenas bíblicas. Al respecto escribió: EGWE 259 2 "Los hombres que poseen una mente terrenal pueden ser hábiles para el arte, pero son extremadamente incapaces de acercarse al modelo divino".--Manuscrito 75, 1886. Los inválidos y la tumba de Napoleón EGWE 259 3 La Hna. White visitó el monumento denominado "Les Invalides" y vio las tumbas de Napoleón y de algunos generales que compartieron sus triunfos, sus glorias y sus derrotas. El guía que dirigía el grupo repitió los emocionantes eventos que marcaron la vida del brillante genio militar y de sus subordinados. Ella quedó muy impresionada y no dejó de apreciar lo que veía, aunque aborrecía la guerra y el derramamiento de sangre. EGWE 259 4 A la Sra. de White se le dijo que "este grandioso edificio fue obsequiado al gobierno para que lo convirtiese en un hospital o asilo para los soldados ancianos que habían luchado en los ejércitos napoleónicos. El gobierno debía hacerse cargo de sus familias, es decir, de los hijos y nietos. El edificio llegó a albergar hasta quinientos soldados enfermos e incapacitados a la vez. Se hacen grandes preparativos para las comidas. El gobierno mantiene a estos soldados".--Manuscrito 70, 1886. EGWE 260 1 Después de un día de paseo muy activo, la Sra. de White y sus compañeros se reunieron en el hotel, subieron al sexto piso por la escalera, y tomaron una cena sencilla. Después de un solemne período de oración, se separaron. El Hno. Garside se quedó en París, Guillermo White y Sara McEnterfer viajaron a Basilea, y Elena G. de White, acompañada por los esposos Ings recorrió en coche los seis kilómetros que los separaban de la estación del ferrocarril, donde debían abordar el tren que los llevaría a Nimes. Allí Elena G. de White iba a dirigir una serie de reuniones. La Sra. de Ings, que tenía mucha experiencia como enfermera de la Sra. de White, se quedó para acompañarla. A Sara la necesitaban en Basilea, donde María K. de White esperaba un hijo muy pronto. La llegada a Nimes EGWE 260 2 A la mañana siguiente cuando llegaron a Nimes, D. T. Bourdeau y sus dos ayudantes, J. D. Comte y J. P. Badaut, los esperaban. Tomaron un tranvía para llegar al confortable segundo piso que ocupaba Bourdeau en la Rue Freres Mineurs 5. EGWE 260 3 Bourdeau había comenzado la obra en el sur de Francia hacía ya diez años, pero la turbulencia política y las restricciones que la ley había impuesto a las actividades de evangelización estorbaron sus esfuerzos. Regresó al país, esta vez a Nimes, en junio de 1886, acompañado por Jaime Erzberger y Alberto Vuilleumier, quienes permanecieron allí casi hasta la llegada de Elena G. de White. Comte, un antiguo evangelista bautista a quien Bourdeau había dado a conocer el mensaje adventista en Bastia, Córcega, dos años antes y Badaut, que venía de la iglesia de Granges, Francia, trabajaban con él como colportores. EGWE 261 1 Las primeras reuniones celebradas en la carpa de 12 m de diámetro que Bourdeau había levantado, fueron objeto de algunas interrupciones provocadas por estudiantes pendencieros. Finalmente se optó por distribuir tarjetas de admisión entre los oyentes serios que integraban el auditorio, y el muro de 2,70 m que rodeaba la carpa fue controlado tanto en la parte interior como en la calle, por la policía local. EGWE 261 2 El 15 de octubre, cuando Elena G. de White llegó, encontró a unas quince personas dispuestas a guardar el sábado, además de un notable interés despertado por las reuniones de la carpa y por los estudios bíblicos realizados en los hogares. EGWE 261 3 El día siguiente, sábado, predicó dos veces, al mediodía y a la noche. Los franceses escucharon con deleite el mensaje que les trajo la visitante norteamericana. EGWE 261 4 Guillermo Ings habló por la tarde acerca de la restauración del sábado. Cuando hizo el llamado se observó una buena respuesta. Dieciséis personas dieron su testimonio en la reunión social que siguió. Estos conversos acababan de aceptar el sábado y ya habían comenzado a guardarlo. Eran "testigos de Dios que reflejarán la luz en esa... ciudad", dijo la sierva del Señor. Y Nimes no era una ciudad pequeña. Allí había predicado la verdad bíblica, siglos antes, el comerciante Pedro Valdo, que reunió una compañía de "soldados" llamados "Los Pobres de Nimes" para que dieran su testimonio en favor de Cristo. La persecución los obligó a huir al norte de Italia para refugiarse en las montañas. Allí creció y se fortaleció el movimiento valdense. Ruinas romanas en Nimes EGWE 261 5 El domingo, la Sra. de White y sus amigos fueron caminando hasta el centro de Nimes. El mercado estaba tan activo como cualquier otro día de la semana. Ella quedó impresionada ante las ruinas romanas que hicieron famosa a esta ciudad. Visitó la Maison Carrée o "Casa Cuadrada", un templo pequeño perfectamente levantado sobre columnas de piedra, que databa de los días de César Augusto. EGWE 262 1 En Nimes la Hna. White conoció al Sr. Guilly, un predicador evangélico y preceptor de un albergue para huérfanos y mujeres perdidas. Le interesó muchísimo la obra de caridad que él estaba haciendo para Cristo. EGWE 262 2 Permaneció dos semanas en la ciudad, y el amable Sr. Guilly hizo todo lo posible porque su estada fuese muy placentera. Cierto día la llevó a la Tour Magne, la Gran Torre, otra impresionante ruina romana ubicada sobre un cerro, al norte de la ciudad. Después de un prolongado ascenso llegaron a la torre del viejo castillo, y ascendieron sus estrechos escalones de piedra. EGWE 262 3 En una carta dirigida a su hermana, María Foss, la Sra. de White escribió: EGWE 262 4 "El magnífico paisaje fue una recompensa para nuestro esfuerzo. Pudimos contemplar Nimes y las plantaciones de olivos que abundan en la ciudad y sus alrededores, y que ofrecen un cuadro sumamente bello. Mientras estaba en las alturas, pensé en la tentación de Cristo cuando Satanás lo acosaba. Después de llevarlo al pináculo del templo lo invitó... y lo desafió a demostrar que era el Hijo de Dios, arrojándose desde esa impresionante altura... EGWE 262 5 "Desde la cima contemplamos un extenso paisaje. Pero eso no era nada en comparación con la visión de los reinos del mundo que desfilaron ante el Hijo de Dios con todo el hechizo de su belleza y esplendor".--Carta 108, 1886. EGWE 262 6 Casi al fin de su estada, la Sra. de White almorzó con el Sr. Guilly en casa de Bourdeau, y al día siguiente visitó su escuela y su orfanato. EGWE 262 7 El sábado 30 de octubre predicó dos veces, por la tarde y por la noche. El Sr. Guilly, su esposa, los directores del albergue a su cargo y cincuenta alumnos asistieron a las reuniones. La Hna. White declaró: "Confiamos en que esta relación pueda ser, por la providencia de Dios, una bendición para ellos y para nosotros".--Ibid. El joven relojero EGWE 263 1 Elena G. de White era una verdadera ganadora de almas. Constantemente trabajaba en favor de los demás. Además de predicar todos los días en Nimes estaba alerta para aprovechar todas las oportunidades posibles de compartir su testimonio cristiano. EGWE 263 2 Un joven relojero llamado Abel Bieder, atrajo especialmente su interés, porque lo había visto en visión y conocía su problema. Abel había sido miembro de una iglesia adventista Suiza. Con respecto a él, la Sra. de White escribió lo siguiente: EGWE 263 3 "Había un joven que se había desanimado por las tentaciones de Satanás y por algunos errores de nuestros hermanos que no sabían tratar con las mentes juveniles. Abandonó el sábado y comenzó a trabajar en un establecimiento manufacturero para perfeccionarse en su oficio de relojero. Era un joven muy promisorio. Mi reloj necesitaba una reparación, lo cual nos puso en contacto. Fui presentada a él, y tan pronto como miré su rostro, me di cuenta de que era la persona a quien el Señor me había mostrado en visión. Todas las circunstancias se presentaron nítidamente ante mí... EGWE 263 4 "Asistía a la reunión cuando pensaba que yo iba a hablar y se sentaba con sus ojos fijos en mí durante todo el discurso que era traducido al francés por el Hno. Bourdeau. Sentí el deber de trabajar por este joven. Hablé dos horas con él, y le presenté con instancia el peligro de su situación. Le dije que el hecho de que sus hermanos habían cometido un error no era razón para que él entristeciera el corazón de Cristo, que lo había amado tanto, que había muerto para redimirlo... EGWE 264 1 "Le dije que conocía la historia de su vida y sus errores (que eran los sencillos errores de la indiscreción juvenil), los cuales no eran de un carácter que debieran haber sido tratados con tan grande severidad. Le rogué entonces con lágrimas que cambiara el rumbo de su vida, que dejara el servicio de Satanás y el pecado, pues había llegado a ser un completo apóstata, que regresara como el hijo pródigo a la casa de su Padre, al servicio de su Padre. Estaba en un buen negocio aprendiendo su oficio. Si guardaba el sábado perdía su puesto... Unos pocos meses más tarde finalizaría su aprendizaje y entonces podría tener un buen oficio. Pero lo insté a que hiciera una decisión inmediata. EGWE 264 2 "Oramos con él muy fervientemente, y le dije que no me atrevía a que él cruzara el umbral de la puerta hasta que, ante Dios, los ángeles y las personas presentes, dijera: 'Desde este día seré cristiano'. ¡Cómo se regocijó mi corazón cuando él lo dijo! No durmió aquella noche. Dijo que tan pronto como hizo la promesa, le parecía haber tomado una nueva dirección. Sus pensamientos parecían purificados, sus propósitos cambiados y la responsabilidad que había asumido parecía tan solemne que no podía dormir. El próximo día notificó a su empleador que no podía trabajar más para él. Durmió poco durante tres noches. Estaba feliz, muy agradecido de que el Señor le hubiera dado evidencias de su perdón y su amor".--Carta 59, 1886. EGWE 264 3 El domingo 31 de octubre, la Hna. White volvió a predicar. El salón estaba repleto de oyentes ansiosos por oír su mensaje. Mientras estuvo en Francia se esforzó constantemente por predicar sermones evangelizadores y por destacar el Evangelio de Jesucristo y las verdades distintivas dadas por Dios a los adventistas de todo el mundo. El don profético que Dios le había concedido la capacitaba para presentar claramente las doctrinas. Reuniones en la histórica Valence EGWE 265 1 El lunes por la mañana temprano, Elena G. de White y sus acompañantes tomaron el tren que partía para Valence. Allí había trabajado Bourdeau diez años atrás. Allí también la historia cobró cuerpo en 1798, cuan do el papa Pío VI fue hecho prisionero por Berthier. El pontífice murió al año siguiente. De este modo se cumplió la profecía.--Véase Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 635. EGWE 265 2 Durante tres cuartos de hora Elena G. de White habló en una reunión nocturna que contó con la presencia de un pequeño grupo de creyentes y sus amigos. Se notó un marcado interés por su mensaje, y a pedido de los presentes resolvió quedarse un día más. En la reunión había un hombre que había comenzado a guardar el sábado y que posteriormente dejó de hacerlo. En su diario cuenta con cuánto fervor oró para que el sermón ejerciera una influencia tal en él que lo condujera a encaminar sus pies nuevamente en el sendero que conduce al cielo. Ese mismo día, en Basilea, nació su segunda nieta, aunque la abuela recién recibió la noticia varios días después. EGWE 265 3 El martes 2 de noviembre, la Sra. de White se levantó temprano para escribir. Entretanto, los hermanos de la iglesia salieron a invitar a sus amistades y a despertar interés en la reunión que tendría lugar por la noche. Bourdeau recorrió muchos kilómetros para buscar a un hermano que vivía en el campo y llevarlo a la reunión, pero su misión fue inútil. El hombre no estaba en su casa y de cualquier manera no hubiera podido asistir debido a la intensa lluvia. Pero a pesar de la inclemencia del tiempo, tuvieron una excelente reunión. La catedral de Saint Apollinaire EGWE 266 1 En Valence, Elena G. de White visitó con intenso interés la Catedral de Saint Apollinaire donde observó a los sacerdotes que oficiaban vestidos con túnicas blancas cubiertas por una sobrepelliz de terciopelo negro, con una trenza dorada en el borde y una cruz sobre la espalda. Pudo oír sus rezos y cánticos. Este contacto con la impresionante grandeza de los cultos católicos le resultó muy útil para la descripción que hace en el libro.--Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 622, 623. EGWE 266 2 Al respecto escribió: EGWE 266 3 "Observamos el busto de Pío VI. La estatua de mármol que estaba debajo del busto contenía el corazón del papa. Este es el papa que describe la profecía, el que recibió la herida mortal. Véase Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 309, 405, 497. Fue llevado cautivo a Valence y pudimos ver la torre donde estuvo prisionero y donde murió. Desde esa torre podía contemplar las aguas azules del Ródano, lo que le producía gran deleite. EGWE 266 4 "Fue una satisfacción poder contemplar esta representación del papa tan fielmente descripto por la profecía. Observamos un paño negro extendido sobre las paredes de una parte del edificio, donde la gente asistía al culto del 2 de noviembre. Ese paño negro estaba adornado con horribles calaveras y huesos de color blanco, de un aspecto impresionante. Pero la gente estaba conmemorando la festividad de los muertos [Día de Todos los Santos]. EGWE 266 5 "Las vestimentas de los sacerdotes, adornadas simbólicamente con grandes cruces y una variedad de colores, no guardaban ninguna relación con la sencillez de la adoración verdadera. Abundan en cambio las ceremonias sacerdotales, cargadas de pomposa ostentación, de procesiones y de efectos artísticos para impresionar. Los cirios encedidos y la ostentación son muy pobres sustitutos de la vitalidad espiritual que les faltaba".--Manuscrito 70, 1886. Reflexiones acerca de Valence EGWE 267 1 Mientras continuaba su viaje la Hna. White reflexionó acerca de las oportunidades que se le presentaron en Valence para conducir a otras almas a Cristo. EGWE 267 2 "Había un joven muy talentoso. Era encuadernador. Tardó casi tres años en aprender, y por su trabajo sólo le pagaban tres dólares a la semana y le daban una habitación. Por guardar el sábado perdía dos días de trabajo. Su hermana había recibido una buena educación, pero se veía obligada a trabajar por veinte centavos [de dólar] diarios en tareas comunes de limpieza debido a la observancia del sábado. Si tuviera una oportunidad, ella sería una buena misionera. La madre trabaja en el campo, y le pagan veinte centavos cuando consigue trabajo. Debemos buscar la manera de relacionarlos con la oficina de Basilea".--Ibid. La tercera visita a los valles piamonteses EGWE 267 3 El miércoles 3 de noviembre, Elena G. de White y el amtrimonio Ings partieron de Valence. Viajaron en tercera clase con treinta y tres italianos que regresaban de Estados Unidos a Italia. EGWE 267 4 ¿Por qué razón viajaba en tercera clase la Sra. de White? Sencillamente, para ahorrar dinero, como lo han hecho otros misioneros cristianos. ¡Treinta y seis francos menos, para ser exactos! Le había dejado nueve dólares a D. T. Bourdeau, quien andaba escaso de fondos. Además, había tenido que pagar el pasaje a Basilea de su joven converso, el relojero Abel Bieder, quien iba a trabajar con los pastores Conradi y Erzberger en las reuniones de evangelización en idioma alemán. EGWE 267 5 En Modane, el grupo pudo trasladarse a segunda clase, y al anochecer llegaron sanos y salvos a Turín, donde pernoctaron. A la mañana siguiente siguieron viaje a Torre Pellice en su tercera y última visita a los valles del Piamonte. EGWE 268 1 A. C. Bourdeau le entregó a la Sra. de White un paquete de cartas enviadas desde Basilea. Una era de especial interés para ella. Le escribió a Guillermo contándole que la última carta que había abierto "contenía las importantes noticias del nacimiento de tu segunda hija... Tendré mucho gusto en darle la bienvenida a la pequeña".--Carta 110, 1886. EGWE 268 2 Guillermo C. White estaba naturalmente orgulloso de la recién llegada y escribió a su hermano Edson lo siguiente: "El lunes 1 de noviembre por la mañana temprano, María me regaló una niñita... La llamamos Mabel y promete ser tan buena como otros niños suizos" (carta de G. C. White, 10 de noviembre de 1886). En otra carta declara que su nueva hijita es "gorda, linda (por supuesto) y posee una disposición muy amigable... Ella dice que ya puedo regalar las muñecas, porque ésta es mejor" (Carta de G. C. White a C. H. Jones, 10 de noviembre de 1886). EGWE 268 3 La misma noche que la Sra. de White llegó a Torre Pellice, presenció un inusitado acontecimiento: Una sorprendente lluvia de estrellas. Ella tenía apenas cinco años cuando las "estrellas cayeron" el 13 de noviembre de 1833, y probablemente durmió todo el tiempo mientras se produjo el suceso.() En cambio, no se perdió el espectáculo de esta otra lluvia de estrellas que cayó también en noviembre. EGWE 268 4 "Ahí estaba yo, contemplando una escena que jamás esperé ver: Un cielo estrellado que ardía con las estrellas fugaces que iban dejando, al caer, una estela de luz en su paso por los cielos, y luego desaparecían. A pesar de que se entrecruzaban en todas direcciones, no podíamos dejar de mirar cada uno de esos brillantes surcos de luz. Embargados por emociones indescriptibles, contemplamos durante varias horas estos meteoros fugaces y relampagueantes. Miré los Alpes cubiertos de nieve, sobre los cuales parecían caer directamente las deslumbrantes luces... ¿Qué significaba esto? EGWE 269 1 "Cuando regresamos a medianoche, estas mismas escenas continuaban. De los centenares de estrellas que atravesaban volando los cielos no dejamos de ver ni una sola. No se perdió ni el más mínimo resplandor de esa hueste estrellada. Las noches subsiguientes no se repitió la escena. La hueste de Dios todavía sigue brillando en el firmamento celestial".--Manuscrito 73, 1886. EGWE 269 2 La única lección que extrajo de este espectáculo la sierva del Señor fue la inalterable certeza de que detrás de los centenares de meteoritos que resplandecieron fugazmente con deslumbrante luz y luego desaparecieron, se hallan las estrellas y las constelaciones, siempre inmutables... Pero había otra lección esa noche en las estrellas, una que tuvo al menos cierta importancia para los acuciantes problemas que todavía acosaban la obra en el norte de Italia. EGWE 269 3 O. Concorda, el ex adventista que se había unido con Miles Grant para atacar la iglesia durante la visita anterior de Elena G. de White, había regresado con las "quemantes noticias" de que iba a dar a conocer la historia de los adventistas desde sus comienzos, para desacreditarlos. Carta 110, 1886. La perspectiva era desanimadora, como lo admitió la Sra. de White cuando escribió: "La gente no es capaz de distinguir entre el sonido de una flauta y el de un arpa. Opinan que una persona habla bien y también les gusta como habla otra que tiene ideas completamente opuestas acerca de la fe".--Ibid. EGWE 270 1 De acuerdo con la actitud que había asumido la vez anterior, ella no respondió a los ataques, sino que prosiguió silenciosamente su obra. Pero las "quemantes noticias" de Concorda fueron como los meteoritos que relampaguearon brillantemente por un momento y pronto se quemaron, mientras que las estrellas inmutables de la verdad presente siguieron animando a los creyentes con su preciosa luz. EGWE 270 2 Los diarios y las cartas que la Sra. de White escribió acerca de esta última visita a Italia son inusitadamente breves, pero sabemos que permaneció allí dos semanas. El 20 de noviembre la hallamos nuevamente en Suiza, visitando las iglesias de Lausana y Bienne. El miércoles 24 regresó a su casa en Basilea. Dos días más tarde celebró su 59 cumpleaños. ------------------------Capítulo 22 -- Un ministerio "bibliocéntrico" Dos semanas de evangelización pública en Nimes, Francia EGWE 271 1 Durante las dos semanas que Elena G. de White pasó en Nimes, Francia, presentó doce mensajes consecutivos al pequeño grupo de creyentes locales del lugar y al público en general que había sido invitado a asistir. Diez de esos sermones resumidos todavía se conservan. Algunos fueron predicados en las reuniones celebradas por las tardes, y otro por la noches. Biblia en mano, la Sra. de White leía el texto que había escogido y luego predicaba tomando la Palabra de Dios como base. Como una verdadera evangelista, presentaba mensajes "Cristocéntricos". Los títulos de sus sermones y los versículos que constituían la base de sus predicaciones son los siguientes: EGWE 271 2 Sábado 16 de octubre: "Si quieres entrar en la vida", Mateo 19:16-20. Domingo 17 de octubre: "Venid a mí", Mateo 11:28-32. Lunes 18 de octubre: "Caminad en la luz", Juan 14:21. Miércoles 20 de octubre: "La escalera al cielo", 2 Pedro 1:1. Jueves 21 de octubre: "Escudriñad las Escrituras", 2 Pedro 1:19-21. Viernes 22 de octubre: "La cruz antes que la corona", Mateo 16:24-27. Sábado 23 de octubre: "La Ley de Dios es la norma del carácter", Juan 7:14-17. Domingo 24 de octubre: "La Esperanza que tenemos ante nosotros", 1 Juan 3:1. Sábado 30 de octubre: "Dos normas", 1 Corintios 2:12-14. Domingo 31 de octubre: "Cómo obtener la idoneidad para el cielo", Lucas 12:34. EGWE 272 1 A pesar de que todas sus predicaciones se basaban en la Biblia, en su presentación de la tarde del jueves 21 de octubre titulada "Escudriñad las Escrituras" realmente indujo a sus oyentes a apreciar y reverenciar la Biblia como la Palabra del Dios Vivo. "Nuestro versículo declara que tenemos algo seguro--expresó--. Vale decir, las Escrituras que nos han sido reveladas, las cuales representan la voz de Dios dirigiéndose a nosotros".--Manuscrito 43, 1886. EGWE 272 2 En el piadoso hogar protestante de su infancia, sus consagrados padres, Roberto y Eunice Harmon, enseñaron a sus ocho hijos a confiar en las Sagradas Escrituras como en "la voz de Dios" hablándoles directamente. Durante toda su vida, jamás puso en duda la inspiración de la Palabra de Dios, y así lo escribió más tarde: "En la Palabra de Dios la mente halla tema para el pensamiento más profundo, para la aspiración más elevada. Por medio de ella podemos estar en comunión con los patriarcas y profetas, y escuchar la voz del Eterno cuando se dirige a los hombres".--Testimonies for the Church 5:25. EGWE 272 3 De esta diminuta mujer norteamericana, al igual que del joven Timoteo, podía decirse "que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús". 2 Timoteo 3:15. EGWE 272 4 A pesar de haber recibido el don de profecía, continuamente dirigía la atención de sus oyentes a los mensajes de los profetas y apóstoles de la antigüedad. Esta fue su costumbre durante toda su vida. EGWE 273 1 Después de relatar sus primeras experiencias y muchas de sus primeras visiones en el primer libro de apenas 64 páginas, añadió el siguiente consejo: EGWE 273 2 "Recomiendo al amable lector la Palabra de Dios como regla de fe y práctica. Por esa Palabra hemos de ser juzgados. En ella Dios ha prometido dar visiones en los 'postreros días'; no para tener una nueva norma de fe, sino para consolar a su pueblo, y para corregir a los que se apartan de la verdad bíblica. Así obró Dios con Pedro cuando estaba por enviarlo a predicar a los gentiles".--Early Writings, 78. La necesidad de estudiar diariamente la Biblia EGWE 273 3 El sermón que la Sra. de White predicó aquel día de otoño en Nimes, giró en torno de la necesidad de estudiar diariamente la Biblia y de realizar una investigación personal y con oración de las Escrituras. Tomó como base 2 Pedro 1: 19. He aquí una parte de sus palabras: EGWE 273 4 "Vemos y sentimos la importancia de comprender personalmente las Escrituras. Aunque haya personas que nos enseñen las cosas que encierra la Palabra de Dios, eso no satisface nuestras necesidades. Debemos escudriñar personalmente las Escrituras. Hay algunos aspectos especiales que necesitamos comprender acerca de nuestra época. Estamos viviendo una era de errores y herejías por doquier. Cristo declaró que 'se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios; de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos'. Mateo 24:24. Los maestros que Cristo mencionó vendrán con vestidos de ovejas, y engañarán a la gente con sus herejías, y esto lo veremos cada vez más a medida que se acerque el fin. Por lo tanto, es sumamente importante que escudriñemos personalmente las Escrituras para aprender su contenido. EGWE 274 1 "Nuestro texto declara que tenemos algo seguro, vale decir, las Escrituras que nos han sido reveladas, y ésta es la voz de Dios dirigiéndose a nosotros. Aunque alguien nos asegure que posee la verdad--y esos maestros se multiplicarán--no debemos aceptar su palabra. Tenemos que acudir directamente a la Palabra de Dios. No debemos dejarnos guiar por los sentimientos. Lo que hace falta es la declaración lisa y llana de la Palabra. 'Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra'". 2 Timoteo 3:16, 17.--Manuscrito 43, 1886. Hay que regresar a la Biblia EGWE 274 2 Para comprender el carácter de la misión profética de la Sra. de White, es necesario entender la veneración que sentía por la Palabra de Dios. El falso profeta, de acuerdo con su testimonio, anula la obra de los profetas que existieron antes que él. El profeta verdadero induce a regresar a la Palabra de Dios, ya establecida y honrada a través de los tiempos. (Los eruditos han observado con intenso interés, que en sus presentaciones orales y escritas, la Sra. de White usaba extensamente las Escrituras. El índice en tres tomos de todas las obras de la Sra de White publicadas hasta la fecha, posee 150 páginas a dos columnas, dedicadas íntegramente a las referencias bíblicas que ella cita en sus libros.) EGWE 274 3 El siguiente pasaje de la pluma de Elena G. de White es importante para ayudarnos a comprender esto: EGWE 274 4 "Tomé la preciosa Biblia, y la rodeé con los varios Testimonios para la Iglesia, dados para el pueblo de Dios. Aquí se tratan, dije yo, los casos de casi todos. Se les señalan los pecados que deben rehuir. El consejo que desean puede encontrarse aquí, dado para otros casos similares. A Dios le ha agradado daros línea tras línea y precepto tras precepto. Pero pocos de entre vosotros saben realmente lo que contienen los Testimonios. No estáis familiarizados con las Escrituras. Si os hubieseis dedicado a estudiar la Palabra de Dios, con un deseo de alcanzar la norma de la Biblia y la perfección cristiana, no habríais necesitado los Testimonios. Es porque habéis descuidado el familiarizaros con el Libro inspirado de Dios por lo que él ha tratado de alcanzaros mediante testimonios sencillos y directos".--Joyas de los Testimonios 2:280. El propósito de las visiones EGWE 275 1 Cada adventista debería entender el propósito de las visiones que Dios le dio a su sierva y el de los testimonios que ella escribió. Elena G. de White declaró que, entre otras razones, fueron dados "para atraer su atención más especialmente a esos principios". Joyas de los Testimonios 2:279. "Dios ha simplificado por medio de los Testimonios las grandes verdades ya dadas". Ibid. 281. Para llamar la atención a los "principios generales para la formación de hábitos correctos de vida".--Ibid. 279. EGWE 275 2 Los Testimonios no fueron dados como "una nueva regla de fe, sino para ayudar a su pueblo, y para corregir a los que se apartan de la verdad bíblica".--A Sketch of the Christian Experience and Views of Ellen G. White, 64; Early Writings, 78. EGWE 275 3 Fueron provistos para enseñar cuáles son "los deberes del hombre hacia Dios y su prójimo". Testimonies for the Church 5:665. Y además "para animar a los abatidos".--The Review and Herald, 10 de enero de 1856. Léanse cuidadosamente Testimonies for the Church 5:655-696 y Joyas de los Testimonios 2:270-293. Definición y significado de las escrituras EGWE 276 1 Pero Elena G. de White fue más que una defensora de la verdad bíblica, más que una mediadora o promotora del estudio de la Biblia y una expositora de la Palabra de Dios. El Espíritu Santo le impartió el conocimiento de las Escrituras. EGWE 276 2 Como mensajera del Señor, recibió y comunicó la Palabra de Dios a la gente y explicó su significado. EGWE 276 3 Años antes, el Salvador le había dado la siguiente instrucción: EGWE 276 4 "En tu juventud te consagro para que lleves el mensaje a los que yerran para que lleves la Palabra ante los incrédulos y, por la pluma y de viva voz, reproches al mundo las acciones que no son correctas. Exhorta usando la Palabra. Haré que mi Palabra te sea manifiesta. No será como un idioma extraño. En la verdadera elocuencia de la sencillez, con la voz y por la pluma, los mensajes que te doy se oirán de parte de alguien que nunca ha aprendido en las escuelas. Mi Espíritu y mi poder estarán contigo. EGWE 276 5 "No temas a los hombres porque mi escudo te protegerá. No eres tú la que hablas: Es el Señor quien te da los mensajes de admonición y reprensión. Nunca te desvíes de la verdad bajo ninguna circunstancia. Da la luz que te daré. Los mensajes para estos últimos días serán escritos en libros y permanecerán inmortalizados para testificar contra los que una vez se regocijaron en la luz, pero que han sido inducidos a renunciar a ella debido a las seductoras influencias del mal".--Mensajes Selectos 1:36. EGWE 276 6 Al igual que los profetas del Nuevo Testamento, que recibieron luz para comprender el Antiguo Testamento, Elena G. de White también recibió iluminación divina acerca de las enseñanzas de los profetas y apóstoles y pudo ampliar aún más las verdades que ellos enseñaron. El testimonio de S. N. Haskell EGWE 277 1 "¿Cuáles son algunos de los frutos inconfundibles que permiten reconocer a un verdadero profeta?", solía preguntar el experimentado pionero y profesor de Biblia S. N. Haskell a sus alumnos. Y él mismo respondía a su pregunta de la siguiente manera: "El testimonio de un verdadero profeta estará de acuerdo con el de los profetas de Dios que vivieron antes que él, y puede también ampliar la verdad que ellos enseñaron. Las palabras de Dios son definidas y puras: 'Las palabras de Jehová son palabras limpias, como plata refinada en horno de tierra, purificada siete veces. Tú, Jehová, los guardarás; de esta generación los preservarás para siempre'. Salmos 12:6, 7. Se representa a las palabras divinas como refinadas: 'En cuanto a Dios, perfecto en su camino, y acrisolada la palabra de Jehová; escudo es a todos los que en él esperan'. Salmos 18:30. En Salmos 119:140 se dice de ellas que son 'muy puras'. EGWE 277 2 "Nadie puede añadir nada a la revelación bíblica pero el profeta inspirado ampliará el tema o las palabras que hablaron los profetas que le precedieron..." EGWE 277 3 En Salmos 138:2 leemos las palabras siguientes: 'Me postraré hacia tu santo templo, y alabaré tu nombre por tu misericordia y tu fidelidad; porque has engrandecido tu nombre, y tu palabra sobre todas las cosas'. En Isaías 42:21 hallamos la siguiente profecía mesiánica: 'Jehová se complació por amor de su justicia en magnificar la ley y engrandecerla'. En Mateo 5:21-26 se ilustra el principio que enseña cómo es magnificada la ley. Los versículos citados se refieren al sexto mandamiento, y los (versículos 27-30), al séptimo. Este principio representa una prueba positiva de inspiración, y cualquier profeta que no logre impartir a las otras escrituras un sentido más amplio y maravilloso, no está llevando el fruto apropiado" (S. N. Haskell, citado en Divine Predictions Fulfilled, por F. C. Gilbert, págs. 29-33). EGWE 278 1 Haskell colaboró con Elena G. de White en su obra y observó cuidadosamente los frutos de su ministerio. Posteriormente dio el siguiente testimonio: "Después de haber comparado durante casi sesenta años los escritos de la Sra. de White con la Biblia, podemos decir, con toda veracidad, que ahora sabemos que se trata no sólo de un verdadero profeta que satisfizo la prueba de la Biblia, sino que ésta se ha cumplido literalmente en sus escritos y en su carácter".--Ibid. 33. La palabra y el espíritu EGWE 278 2 Cuatro años antes de viajar a Europa, J. N. Andrews escribió un artículo que se publicó en la Review and Herald, titulado "Cómo usamos las visiones de la Hna. White". Allí dejó en claro que la obra del Espíritu Santo no cesó cuando se escribió el último libro de la Biblia, y que el ministerio de los profetas no llegó a su fin en los tiempos bíblicos. También declaró que las Sagradas Escrituras enseñan que el Espíritu Santo concederá dones a los creyentes hasta el fin de los tiempos (véase 1 Corintios 12 y Efesios 4), y que como estos textos forman parte de las Escrituras, no pueden ser ignorados por los que se oponen a las visiones de Elena G. de White. He aquí sus palabras: EGWE 278 3 "Al aceptar de todo corazón que las Escrituras le enseñan al hombre sus deberes para con Dios, no negamos al Espíritu Santo, que ha puesto en la iglesia aquello que las Escrituras le atribuyen. EGWE 278 4 "Por lo tanto, 1 Corintios 12 y Efesios 4, que definen cuáles son los dones del Espíritu de Dios, no pueden formar parte verdaderamente de la norma de vida de las personas que afirman que las Escrituras son tan completas en sí mismas que hacen innecesarios los dones del Espíritu... EGWE 278 5 "El objeto de los dones espirituales es mantener viva la obra de Dios en la iglesia. Mediante ellos el Espíritu de Dios puede hablar para corregir los errores y exponer la iniquidad. Son los medios que Dios emplea para enseñarle a su pueblo cuando está en peligro de cometer errores. A través de ellos el Espíritu de Dios derrama luz sobre la iglesia cuando se presentan dificultades que no se podrán solucionar de ninguna otra manera. Constituyen también los medios usados por Dios para proteger a su pueblo de la confusión, al señalarle sus errores, corregir las interpretaciones falsas de la Biblia, y hacer que la luz brille sobre todo lo que pueda ser objeto de malas interpretaciones, y, en consecuencia, causa de males y divisiones entre el pueblo de Dios. En resumen, su obra consiste en unir al pueblo de Dios en una misma mente y un mismo criterio con relación al significado de las Escrituras... EGWE 279 1 "En lo que concierne al ingreso de nuevos miembros en nuestras iglesias, hay dos cosas que deseamos saber: 1. Si creen en la doctrina bíblica de los dones espirituales; 2. Si estudiarán sin prejuicios las visiones de la Hna. White, que han ocupado siempre un lugar muy destacado en esta obra. Creemos que toda persona que sostenga esta posición y cumpla con este propósito será guiada por el camino de la verdad y la justicia. Y a los que así lo hacen, en ningún momento se les impide tomar una decisión al respecto".--The Review and Herald, 15 de febrero de 1870. EGWE 279 2 A la luz de las observaciones de Andrews, es fácil comprender por qué los adventistas creen que los escritos de la Sra. de White exaltan y definen los versículos bíblicos, aunque no añaden nada a esas enseñanzas, ni las contradicen. No se debe confundir la inspiración de la Sra. de White con la iluminación que pueden recibir todos los cristianos que piensan y oran para entender la Biblia. Juan 14:16, 17, 26. La inspiración dada por el Espíritu Santo involucra la recepción y la transmisión de la verdad, mientras que la iluminación del Espíritu Santo sugiere una influencia sobre ciertas actitudes y una percepción espiritual. EGWE 280 1 Los mensajes evangelizadores que Elena G. de White predicó en Nimes promovieron la obediencia plena a la Palabra de Dios y a su ley, al igual que las palabras de María, la madre de Jesús, indujeron a los servidores de la fiesta de bodas de Caná, o obedecer las instrucciones de Cristo: "Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere". Juan 2:5. ¡Haced todo lo que os dijere! La predicación de Elena G. de White guiaba a las personas a experimentar el arrepentimiento y la gracia salvadora de Cristo, de acuerdo con la norma bíblica. ------------------------Capítulo 23 -- Navidad en Tramelan El primer templo dedicado en Europa EGWE 281 1 Cuando Elena G. de White regresó a Basilea, a fines de noviembre de 1886 , en los Estados Unidos se estaba realizando el Congreso de la Asociación General. Whitney había viajado desde Suiza en representación de la Misión Europea Central. Los informes del exitoso viaje de la Sra. de White llegaron a Norteamérica, y en el congreso se hizo evidente la gran necesidad de que ella regresara a Norteamérica a tiempo para asistir a las reuniones de primavera. Como es natural, los hermanos norteamericanos deseaban oír los informes de la obra en Europa, y darían una bienvenida muy cordial a quien había ejercido allí su ministerio, pero el acuerdo que tomaron indicaba tan sólo que ella y G. C. White debían regresar "en cualquier momento que pensaran que era su deber hacerlo". EGWE 281 2 No se conoce la fecha exacta en que Elena G. de White decidió regresar a los Estados Unidos, pero sabemos que el 18 de abril de 1887 escribió lo siguiente: "Nos estamos esforzando al máximo por concluir nuestro trabajo en Basilea".--Carta 82, 1887. EGWE 282 1 Australia también presentó una petición en ese congreso de la Asociación General: Solicitaron que la Sra. de White y su hijo Guillermo visitaran su territorio. Cinco años más tarde ellos cumplieron con ese pedido, y pasaron nueve años muy fructíferos en esa tierra. EGWE 282 2 Hasta entonces la Sra. de White había tenido suficiente trabajo como para estar muy activa. En la casa editora se estaba gestando otra crisis financiera. Había vencido el plazo para pagar deudas, y la institución tenía un saldo de 30.000 francos, (6.000 dólares) en descubierto en el banco de Basilea. No contaban siquiera con el dinero suficiente para pagar el sueldo de los obreros. EGWE 282 3 Durante el congreso, los dirigentes de la iglesia decidieron reunir 100.000 dólares para cubrir las crecientes demandas financieras de la causa que se expandía en Europa, Sudáfrica, Australia y las Guayanas, y también en los Estados Unidos. Pero en Basilea el dinero se necesitaba con suma urgencia. Guillermo escribió al pastor Haskell diciéndole que, aunque era un "alivio" saber que los hermanos habían resuelto reunir 100.000 dólares, aquella se parecía un poco a la "vieja historia de los protestantes encadenados en un torreón y muertos de hambre, aunque había abundantes alimentos fuera de su alcance". Se sintió más que aliviado cuando le enviaron un giro por 2.000 dólares a mediados de diciembre. Las necesidades de todos los misioneros EGWE 282 4 En una carta que la Sra. de White dirigió a los dirigentes de Battle Creek en ese tiempo, analizó detenidamente la situación y vio que más importante aún que el dinero, era la necesidad de encontrar hombres jóvenes y capaces. EGWE 282 5 "De tanto en tanto--escribió--, me he sentido apremiada por el Espíritu de Dios para dar testimonio a nuestros hermanos acerca de la necesidad de conseguir los mejores talentos para trabajar en nuestras diversas instituciones". Esos hombres deben ser "idóneos, hombres a los que Dios pueda enseñarles... Deben ser inteligentes, deben llevar el sello de Dios y progresar continuamente en la santidad... Si son hombres que se están desarrollando seguirán, como el sol, un rumbo inmutable, y crecerán en conocimiento y en el favor de Dios".--Carta 63, 1886; Mensajes Selectos 2:190. EGWE 283 1 Ella exhortó a procurar la perfección en todos los aspectos. "Nuestras instituciones realizan una obra grandiosa y definitiva en favor del mundo--escribió--, y deberían emplear los mejores talentos que se puedan conseguir".--Carta 63, 1886. EGWE 283 2 No sólo hacían falta ministros, sino también personal administrativo idóneo: EGWE 283 3 "Se me mostró que existen grandes deficiencias en los registros contables de los diversos departamentos de la causa. La contabilidad es y será siempre una parte importante en nuestra obra, y en todas nuestras instituciones hay una gran necesidad de contar con personas idóneas... Esta rama de la obra ha sido descuidada vergonzosamente y por demasiado tiempo. Es reprochable permitir que un trabajo de tal magnitud sea hecho en forma tan deficiente y chapucera. Dios desea que la obra se haga con tanta perfección como puedan lograrla los seres humanos... Es necesario estudiar para poder llevar la contabilidad con exactitud y rapidez, sin preocupaciones ni carga".--Ibid. EGWE 283 4 No nos sorprende que durante el congreso de la Asociación General se haya acordado enviar a Basilea precisamente en ese momento crítico a uno de sus mejores contadores, A. H. Mason, para inspeccionar los libros, establecer un sistema nuevo y mejor de contabilidad, y preparar tenedores de libros para proseguir el trabajo después de su partida. El equipo evangelizador de Basilea EGWE 284 1 Aunque el estado financiero de la obra de publicaciones era desanimador, las perspectivas para la evangelización eran alentadoras. Conradi y Erzberger venían celebrando reuniones desde hacía algún tiempo, entre los suizos de habla alemana, y Elena G. de White estaba felicísima por el éxito que habían obtenido: "Los hermanos Conradi y Erzberger son dos buenos obreros--testificó ella a fines de diciembre--. Hace dos meses que están trabajando en Basilea. El salón que alquilaron está lleno, y algunas noches se llena también una pequeña habitación que está junto al salón. El Hno. Erzberger me dijo anoche que dieciséis personas decidieron guardar el sábado. Esto resulta muy alentador para todos nosotros".--Carta 60, 1886. EGWE 284 2 Entretanto, Guillermo Ings había descubierto una nueva posibilidad para usar nuestras publicaciones. Acompañado por Oscar Roth, comenzó a colportar en los mejores hoteles, al tiempo que trataba de dejar copias bien encuadernadas de publicaciones adventistas en las salas de espera. Sorprendidos comprobaron que era muy difícil que algún hotel se negara a aceptar sus revistas. De inmediato hicieron planes para poner en práctica la idea en toda Europa--dondequiera hubiera miembros de iglesia responsables que se encargaran de mantener las publicaciones actualizadas y en buenas condiciones. La dedicación del templo de Tramelan EGWE 284 3 La obra en Europa había alcanzado otro hito: La primera iglesia adventista estaba lista para ser dedicada en Tramelan, Suiza. El edificio, construído por la familia Roth con un costo de 3.000 francos (660 dólares) estaba en el terreno vecino a su hogar. Aunque era pequeño, representaba un comienzo, y Elena G. de White estaba contenta con él. La habían invitado para predicar el sermón de dedicación. EGWE 285 1 Por la mañana temprano, la víspera de Navidad, tomó el tren que partía de Basilea, acompañada por Guillermo Ings y Juanita, su esposa. El tiempo se presentó apropiado para la ocasión, según lo indica el siguiente escrito: EGWE 285 2 "Pasamos lentamente junto a los árboles que ofrecían un aspecto hermosísimo con su carga de nieve fresca y pura... Retrocedí a los días de mi niñez, cuando en mi estado natal [Maine] atravesaba los bosques de pinos gritando por el gozo que me producía la encantadora escena, jamás había visto nada que me recordara tanto aquel paisaje, como esta mañana. EGWE 285 3 "Treinta años atrás, estas escenas eran comunes en el estado de Maine".--Manuscrito 72, 1886. EGWE 285 4 Uno de los hijos de Roth los esperaba en la estación con otra "novedad" europea: Un paseo en trineo por la nieve, hasta la casa de la familia Roth. A la Sra. de White le encantó el paseo. Para esta importante ocasión, se habían reunido los creyentes de varias iglesias suizas, y esa noche el pastor Erzberger habló a los alemanes que había entre ellos. EGWE 285 5 El sábado, día de Navidad, Elena G. de White predicó el sermón de dedicación de la pequeña capilla. Apropiadamente escogió como texto 1 Rey. 8, donde se describe la dedicación del templo de Salomón. EGWE 285 6 "Es cierto que el grupo de Tramelán es pequeño... pero la presencia del Señor no se limita por el número... Estamos agradecidos por el hecho de que Dios ha puesto en el corazón de los hermanos Roth el deseo de levantar esta casa confortable y atractiva para adorarlo... El primer tabernáculo, construído de acuerdo con las instrucciones divinas, contó ciertamente con su bendición. De este modo el pueblo se fue preparando para adorar en el templo no hecho de manos--un templo en los cielos. Las piedras del templo construído por Salomón fueron preparadas en la cantera y luego trasladadas hasta el lugar del templo... del mismo modo, la poderosa espada de la verdad ha sacado a un pueblo de la cantera del mundo y está preparando a los que profesan ser hijos de Dios, para que ocupen un lugar en su templo celestial".--Manuscrito 49, 1886. EGWE 286 1 Más adelante recordó las primeras iglesias que registra la historia de Battle Creek: EGWE 286 2 "La primera casa construida en Battle Creek era apenas una tercera parte más grande que ésta, y cuando entramos en el edificio nos sentimos felices. Hasta entonces, las reuniones se habían realizado en una casa privada. Todos éramos pobres, pero pensábamos que debíamos contar con un lugar para dedicarlo al Señor... A los dos años hubo que cambiarlo por uno más grande. () EGWE 286 3 "Poco tiempo después tuvimos que edificar la tercera iglesia, y luego la que hoy tenemos, con capacidad para tres mil personas... Esperamos que el Señor bendiga de tal manera vuestra obra que esta casa os resulte muy pequeña. Esperamos ver otras casas levantadas porque la fe sin obras es muerta. Esta casa, aunque pequeña está registrada en el cielo. Puede venir a visitaros con más ánimo ahora que antes, porque la gente verá que estáis hablando en serio".--Ibid. EGWE 287 1 Después se refirió a la reverencia en la casa de Dios, y a la solemne importancia de adorar juntos a al Señor. Concluyó con las siguientes palabras: EGWE 287 2 "Por encima de todo, haya paz entre vosotros... y que de este lugar salgan la luz y la verdad para que obren en el corazón de la gente; así se sentirá vuestro testimonio. Debemos entretejer en nuestro carácter los principios de la verdad a fin de estar preparados para el templo de Dios y para disfrutar del privilegio de unirnos en el himno que dice: Digno es el Cordero".--Ibid. El futuro del pueblo adventista EGWE 287 3 Acerca del futuro del pueblo adventista, ese mismo año, 1886, ella escribió lo siguiente: EGWE 287 4 "Se ha considerado a nuestro pueblo como demasiado insignificante para tenerlo en cuenta, pero sobrevendrá un cambio. El mundo cristiano está dando pasos que necesariamente pondrán en lugar destacado al pueblo que guarda los mandamientos. La verdad de Dios está siendo constantemente suplantada por las teorías y doctrinas falsas de origen humano. Se están gestando ciertos movimientos que esclavizarán las conciencias de aquellos que quieren ser leales a Dios. Las asambleas legislativas se pondrán en contra del pueblo de Dios. Toda alma será probada. Ojalá podamos ser sabios como pueblo e impartir a nuestros hijos esa sabiduría por precepto y por ejemplo. Se investigará cada aspecto de nuestra fe; y si no somos profundamente estudiosos de la Biblia, bien fundamentados, fortalecidos y afirmados, la sabiduría de los grandes hombres del mundo nos conducirá por caminos equivocados".--Testimonies for the Church 5:546. EGWE 287 5 A la mañana siguiente, cuando los obreros se reunieron para tratar asuntos de la iglesia, notaron que en el camino, a corta distancia, se había reunido una multitud. Un hombre que había "celebrado" la Navidad con demasiado licor, se había caído en la nieve profunda durante la noche. Debido a su estado, no pudo salir por sus propios medios de la nieve y murió de frío. "Su madre aún vive", escribió apenada Elena G. de White: "El ha ocasionado una gran tristeza a esa madre, y ahora habrá duelo por este pobre hijo que falleció a consecuencia del exceso de bebida".--Manuscrito 72, 1886. Una multitud en el templo Bautista EGWE 288 1 Esa tarde, la Sra. de White debía predicar en la gran iglesia bautista de Tramelan. Se le envió un aviso al pastor de la iglesia, pero él no quiso leerlo a su congregación, pensando que ella haría referencia al sábado. Sin embargo, había casi 300 personas esperando cuando ella llegó a la iglesia. Su sermón se refirió a la verdadera fe. Ella, naturalmente, tenía interés por conocer las reacciones de la gente, y a la salida, muchos la saludaron con expresiones similares a ésta: "Recordaré lo que he oído; no veo nada objetable en ello". EGWE 288 2 El pastor de la iglesia dijo que lamentaba muchísimo no haber anunciado la reunión. Si hubiera conocido el tema, seguramente lo habría hecho. EGWE 288 3 A su regreso a Basilea, la Sra. de White asistió a la noche siguiente a una reunión donde se presentó la historia de la Navidad. Ella dio una charla breve. Luego trajeron un fragante pino cargado con donaciones para el Señor. El motivo de esta reunión navideña fue obtener ayuda económica para los colportores que trabajaban en Rusia. Su ministerio era difícil, porque la Iglesia Adventista no había sido reconocida oficialmente. La amenaza de encarcelamiento pendía sobre sus cabezas, y realizaban su trabajo con muchísima dificultad. El árbol de Navidad de Basilea reunió 429 francos para ayudarlos. ¡Fue una buena cosecha! EGWE 289 1 La Review publicó el siguiente comentario de la Hna. White: EGWE 289 2 "Oímos hablar de otro año que concluye, ¿no haremos de estas festividades una ocasión para traer a Dios nuestras ofrendas? No puedo hablar de sacrificios, porque sólo le daremos a Dios lo que ya le pertenece, aquello que nos ha confiado hasta que él lo solicite. A Dios le agradaría mucho que cada iglesia tuviese un árbol de Navidad del cual colgasen ofrendas, grandes y pequeñas, para esas casas de culto. EGWE 289 3 "Nos han llegado cartas en las cuales se preguntaba: ¿Tendremos un árbol de Navidad? ¿No seremos entonces como el mundo? Si queréis, podéis hacer como ellos, o podéis actuar en forma tan diferente del mundo como sea posible. El elegir un árbol fragante y colocarlo en nuestras iglesias no entraña pecado éste se encuentra en el motivo que tenemos para obrar y en el uso que se dé a los regalos puestos en el árbol. EGWE 289 4 "El árbol puede ser tan alto y sus ramas tan extensas como convenga a la ocasión, con tal que estén cargadas con los frutos de oro y plata de vuestra generosidad y los ofrezcáis a Dios como regalo de Navidad. Sean vuestros donativos santificados por la oración" (11 de diciembre de 1879).--Véase El hogar adventista, 438 (1894). EGWE 289 5 En sus consejos acerca de la Navidad, Elena G. de White reconoció que no había evidencias bíblicas para celebrar ese día, pero tenía un sentido suficientemente práctico como para ver que la Navidad no podía pasar inadvertida para los padres. Los niños no comprenderían razones. Una actitud sabia permitiría dirigir la mente y el corazón de los pequeñitos hacia Cristo, al celebrar su "cumpleaños". Por lo tanto, les aconsejó que llevaran sus regalos a Jesús, como lo hicieron los sabios de Oriente. EGWE 290 1 Su enseñanza era positiva. Sus consejos prácticos estaban relacionados con los asuntos cotidianos que la iglesia enfrenta en su peregrinaje por este mundo. EGWE 290 2 "Representemos la vida cristiana como realmente es tratemos que el camino sea alegre, atractivo, interesante. Si lo deseamos lo lograremos. Podemos llenar nuestra mente con imágenes vívidas de cosas espirituales y eternas y al hacerlo ayudaremos a convertirlas en una realidad para otras mentes".--Ibid. 29 de enero de 1884. ------------------------Capítulo 24 -- Obra literaria en Basilea EGWE 291 1 Cuando estaba terminando su libro El Conflicto de los Siglos, a principios de 1884 en California, Elena G. de White escribió estas palabras: EGWE 291 2 "Escribir, escribir, escribir, siento que debo hacerlo, y sin demora. Grandes cosas nos aguardan, y queremos llamar a la gente para que abandone su indiferencia y se prepare. Las cosas eternas se agolpan ante mi visión día y noche. Las cosas temporales se desvanecen de mi vista".--Carta 11, 1884. EGWE 291 3 Cuando el libro se publicó los adventistas lo compraron con entusiasmo y lo leyeron con fervor. Durante varios años se les había prometido el cuarto tomo, con el que culminaba la serie que narraba la historia de la gran controversia, desde la caída de Lucifer y la creación, a través de los siglos, hasta nuestros días, y luego se trasladaba a la Tierra Nueva. Cuando la autora se embarcó para Europa en 1885 el libro tenía mucha salida entre los adventistas; y se hacían planes de publicarlos en un solo tomo, para ser vendido por los colportores. EGWE 291 4 Después de su llegada a Europa y con su experiencia al vivir en el ambiente de la historia de la reforma, Elena G. de White fue inducida a planear la ampliación del tomo cuarto y también del tomo primero para venderlos dentro y fuera de la iglesia. El libro también debía ser traducido a los idiomas europeos más importantes, de acuerdo con el pedido de los hermanos. EGWE 292 1 Al principio, ella pensó dedicarse a este trabajo después de regresar a Norteamérica. Pero, a medida que transcurrían los meses, comprendió que para que su obra fuera eficaz debía seguir en Europa uno o dos años más. Como ya hemos visto, se estableció entonces en Basilea donde se dedicó a escribir. EGWE 292 2 Como contaba con la ayuda de dos personas de confianza: Marian Davis, que había llegado a Suiza en febrero de 1886, y su nuera María de White, Elena G. de White esperaba lograr verdaderos progresos en la preparación de su libro. Antes de dedicarse a ampliar la historia de la gran controversia, tenía que escribir sus sermones y el relato de sus viajes por Europa, para el próximo libro que llevaría el título de Historical Sketches of S. D. A. Foreign Missions (Bosquejos históricos de las misiones adventistas). EGWE 292 3 Bajo su supervisión se decidiría qué incidentes se iban a incluir y omitir en el libro. También había que corregir sus sermones. Y además, estaban los artículos escritos por los obreros que dirigían la obra adventista en Europa, acerca de los comienzos de la iglesia en ese lugar. Todo esto estaba a cargo de Marian, quien debía comprobar la exactitud de las informaciones y de los nombres de las personas citadas en esos artículos. EGWE 292 4 A comienzos de noviembre de 1886, Historical Sketches estaba terminado. Era un libro de 294 páginas a dos columnas, ilustrado y escrito, por supuesto, en inglés, que se iba a vender en Norteamérica por 90 centavos de dólar. Pero Marian estaba un poco desanimada. Ella había llegado en febrero para trabajar en los libros que componen el juego titulado El Espíritu de Profecía, y a pesar de que hacía casi un año de su arribo, hasta ese momento Elena G. de White no había tenido casi tiempo de escribir para añadir material a los libros que había que ampliar. EGWE 293 1 Además del trabajo del libro Historical Sketches, había que corregir y copiar testimonios personales, preparar y copiar por duplicado los sermones que se iban a leer en los congresos de Norteamérica, y enviar los sermones de Elena G. de White y diversos artículos para su publicación en la Review y en Signs of the Times (Señales de los tiempos). Finalmente, en diciembre de 1886, Elena G. de White comenzó de lleno la tarea de revisar y ampliar el tomo 1 de la serie citada, que en castellano se titula Patriarcas y Profetas. EGWE 293 2 Durante los primeros tres meses de 1887 concentró sus esfuerzos en la historia del Antiguo Testamento. Su plan consistía en terminar el manuscrito en Europa y presentarlo al público ya impreso para la Navidad de 1887. Pero se iban a interponer algunos obstáculos que cambiarían sus planes. EGWE 293 3 C. H. Jones, gerente de la Pacific Press en California, le escribió comunicándole que necesitaban imprimir una nueva edición del tomo 4 de la serie El Conflicto de los Siglos. EGWE 293 4 Las ventas habían alcanzado tanto éxito que las planchas de impresión habían comenzado a gastarse. Se resolvió recomponer el libro en un tipo más grande. Mientras tanto, J. G. Matteson había terminado la traducción a los idiomas danés y noruego, y los dirigentes escandinavos estaban ansiosos por publicar el libro para el colportaje. En Estados Unidos los inmigrantes daneses y suecos también lo reclamaban. EGWE 293 5 Al observar el éxito que había alcanzado este libro en Norteamérica, los obreros alemanes y franceses en Europa se mostraron ansiosos por conseguir El Conflicto de los Siglos en sus respectivos idiomas, y los traductores ya habían comenzado el trabajo en Basilea. EGWE 293 6 Guillermo C. White comentó la situación con su madre y escribió a C. H. Jones diciéndole que ellos revisarían cuidadosamente el libro, pulirían algunas expresiones que no eran demasiado claras y añadirían algunas referencias de pie de página. A mediados de abril de 1887, Elena G. de White puso a un lado su trabajo del tomo 1 y se dedicó con ahínco al tomo 4 para terminarlo. El conflicto de los siglos está basado en las visiones EGWE 294 1 La historia acerca del gran conflicto fue el producto de varias visiones, pero particularmente de dos muy extensas. Una le fue dada a Elena G. de White en 1848, y la otra el 14 de marzo de 1858. En grandes escenas panorámicas pasó delante de ella la historia del conflicto que existió a través de los siglos entre Cristo y sus ángeles, por una parte, y Satanás y los suyos, por la otra. Al respecto escribió ella, más tarde: EGWE 294 2 "Mediante la iluminación del Espíritu Santo, las escenas de la lucha secular entre el bien y el mal fueron reveladas a quien escribe estas páginas. En una y otra ocasión se me permitió contemplar las peripecias de la gran lucha secular entre Cristo, Príncipe de la vida, Autor de nuestra salvación, y Satanás, príncipe del mal, autor del pecado y primer transgresor de la santa ley de Dios... EGWE 294 3 "Al revelarme el Espíritu de Dios las grandes verdades de su Palabra, y las escenas del pasado y de lo por venir, se me mandó que diese a conocer a otros lo que se me había mostrado, y que trazase un bosquejo de la historia de la lucha en las edades pasadas, y especialmente que la presentase de tal modo que derramase luz sobre la lucha futura que se va acercando con tanta rapidez".--Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 13, 14. EGWE 294 4 Cuando salió de las prensas, en el verano de 1858, la primera edición de este relato, el bosquejo general, aunque breve y escrito a grandes rasgos, era fácil de comprender. Los aspectos principales de la historia del gran conflicto estaban contenidos en un pequeño libro de 219 páginas. Si se tiene en cuenta el hecho de que había entonces menos de 3.000 adventistas, el tamaño del libro era adecuado. El Señor me ha mostrado EGWE 295 1 El libro comienza con las palabras siguientes: "El Señor me ha mostrado que Satanás fue una vez un ángel que ocupaba un honroso lugar en el cielo". Al leer frases tales como "vi", "se me mostró", "cuando contemplé", etc., por lo menos una vez en cada página, los lectores podían recordar que el libro que tenían ante sus ojos constituía el relato de un testigo ocular, por decirlo así, de la gran controversia. EGWE 295 2 La parte central se refiere a la vida y la obra de Jesús, a los comienzos de la iglesia cristiana, al lapso transcurrido hasta el surgimiento del movimiento adventista, y finalmente a los sucesos que conducen hacia la tierra renovada. EGWE 295 3 Los siglos transcurridos entre la época de los apóstoles y la aparición del movimiento adventista, están contenidos en 21 páginas. Sin embargo, el lector puede comprender fácilmente que la autora está describiendo los sucesos tal como le fueron revelados en visión. Por momentos, algunas representaciones simbólicas abarcan y resumen los hechos ocurridos en ciertos períodos importantes. El capítulo 17, titulado "La gran apostasía", se inicia con las siguientes palabras: EGWE 295 4 "Fui transportada al tiempo cuando los idólatras paganos perseguían cruelmente y mataban a los cristianos. EGWE 295 5 "Esto me fue presentado de la siguiente manera: Una gran compañía de idólatras paganos llevaba una bandera negra, sobre la cual se veían figuras del sol, la luna y las estrellas. Esta compañía parecía feroz y airada. EGWE 296 1 "Se me mostró luego otra compañía que llevaba una bandera de un blanco puro, sobre la cual estaba escrito: 'Pureza y santidad a Jehová'. Sus rostros se distinguían por su firmeza y una resignación celestial. Vi a los paganos idólatras acercárseles, y hubo una gran matanza. Los cristianos desaparecieron delante de ellos".--Mensajes Selectos, 210, 211. EGWE 296 2 El capítulo siguiente, "El misterio de la iniquidad", continúa en el mismo tono, relatando los sucesos acontecidos durante varios siglos, reducidos a unas pocas escenas y algunas representaciones simbólicas. "Vi que Lutero ..." EGWE 296 3 En un capítulo de cinco páginas titulado "La Reforma", se presenta a Martín Lutero y a Melanchton (pág. 120), y se menciona también a otros reformadores. EGWE 296 4 "Lutero fue escogido para arrostrar la tormenta, hacer frente a las iras de una iglesia caída y fortalecer a los pocos que permanecían fieles a su santa profesión de fe. Era un hombre que siempre temía ofender a Dios. EGWE 296 5 "Vi que Lutero era vehemente, celoso, intrépido y resuelto en la reprobación de los pecados y la defensa de la verdad... Era valiente, celoso y osado, y a veces arriesgaba hasta llegar al exceso; pero Dios levantó a Melanchton, cuyo carácter era diametralmente opuesto al de Lutero, para que ayudase a éste en la obra de la Reforma. EGWE 296 6 "Fui luego transportada a los días de los apóstotoles y vi que Dios escogió como compañeros un Pedro ardiente y celoso y un Juan benigno y paciente".--Ibid. 223, 224. EGWE 296 7 Refiriéndose al movimiento adventista, Elena G. de White inicia el capítulo titulado "Guillermo Miller" con las palabras siguientes: EGWE 297 1 "Dios envió a su ángel para que moviese el corazón de un agricultor que antes no creía en la Biblia, y lo indujese a escudriñar las profecías. Los ángeles de Dios visitaron repetidamente a aquel varón escogido, y guiaron su entendimiento para que comprendiese las profecías que siempre habían estado veladas al pueblo de Dios".--Ibid. 229. EGWE 297 2 Las evidencias resultan claras. A Elena G. de White se le mostraron en visión ciertos acontecimientos tal como se habían producido, pero al mismo tiempo fue llevada "entre bambalinas", por así decir, para que pudiera captar el significado más profundo de las cosas que estaba viendo. No hay evidencias de que se le haya mostrado la historia completa del mundo, ni siquiera de que hayan pasado ante ella, en visión panorámica, todos los acontecimientos de la historia en sus diversos períodos. Pero cuando se lee reflexivamente este relato inicial de Elena G. de White, no se puede negar el hecho de que ella contempló, por revelación, los sucesos históricos relativos a la iglesia cristiana y a la Reforma. Cómo ayudaron los historiadores a Elena G. de White EGWE 297 3 La visión del gran conflicto recibida en 1858, despertó el interés de Jaime White y su esposa Elena por leer la historia de la Reforma del siglo XVI; y así lo hicieron, comparando e interpretando los sucesos de acuerdo con la luz que Dios le había dado a ella acerca de esos eventos, de su filosofía y su significado. Al respecto, su hijo Guillermo escribió: EGWE 297 4 "Cuando yo era apenas un niño, oí a mi madre leerle a papá la History of the Reformation (Historia de la Reforma) de D'Aubigné. Leyó gran parte--si no todo--de los cinco tomos. Mamá había leído la historia de la Reforma escrita por otros autores. Esto la ayudó a ubicar y describir muchos aspectos que le habían sido presentados en visión. Esto es similar, en cierto sentido, a la ayuda que le presta la Biblia para ubicar y describir las diversas representaciones simbólicas que ha recibido acerca del desarrollo del gran conflicto entre la verdad y el error en nuestros días" (G. C. White en una disertación presentada en el Concilio Anual de la Asociación General del 30 de octubre de 1911. Citado en The Ellen G. White Writings, 189. EGWE 298 1 Con el transcurso del tiempo se vendieron dos ediciones del librito de 1858. La iglesia había crecido y estaba en condiciones de editar libros más grandes. Con el correr de los años, Elena G. de White recibió muchas visiones en las cuales se repitieron con mayores detalles ciertas partes de la historia de la gran controversia. Esto la indujo a presentar esa historia en libros más grandes. Al referirse a la Reforma, y al describir algunos sucesos relacionados con ella, citó con naturalidad las declaraciones de algunos reconocidos historiadores. En 1888 escribió al respecto lo siguiente: EGWE 298 2 "En algunos casos, cuando he encontrado que un historiador había reunido los hechos y presentado en pocas líneas un claro conjunto del asunto, o agrupado los detalles en forma conveniente, he reproducido sus palabras, no tanto para citar a esos escritores como autoridades, sino porque sus palabras resumían adecuadamente el asunto".--Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 14. EGWE 298 3 El libro publicado en 1884 narra la destrucción de Jerusalén en el año 70 AC, la apostasía de la iglesia cristiana, la Edad Media, la Reforma, etc. Le sigue la historia del movimiento adventista, el desarrollo de una iglesia que predica los mensajes de los tres ángeles de Apocalipsis 14, y recorre rápidamente la profecía del segundo advenimiento de Cristo, el milenio, la destrucción de los impíos y la tierra renovada. Contenía 492 páginas además de algunas otras para el apéndice. EGWE 299 1 Este es el libro que, mientras estaba en Europa en el año 1887, Elena G. de White amplió, con ayuda de sus ayudantes, para alcanzar a un mayor número de lectores norteamericanos y europeos. Una ayuda para describir escenas del conflicto EGWE 299 2 La Sra. de White notó que mientras viajaba por algunos países de Europa, las visitas a ciertos lugares que habían sido escenario de sucesos relacionados con la Reforma, le ayudaban a describir esas escenas. Su hijo Guillermo declaró lo siguiente: EGWE 299 3 "Durante los dos años que ella residió en Basilea, visitó muchos lugares donde se produjeron hechos de especial importancia en los días de la Reforma. Esto le refrescó la memoria acerca de lo que le había sido mostrado y dio como resultado una importante ampliación de las porciones del libro que se refería a la época de la Reforma".----Carta de Guillermo C. White a L. E. Froom, 13 de diciembre de 1934, citado en The Ellen G. White Writings, 127. EGWE 299 4 Y mientras estuvo en Europa (ver el cap. 9), al presentar el informe de su visita a Suecia y recordar la experiencia de los niños predicadores, la Sra. de White escribió: EGWE 299 5 "Hace años me fue presentada la obra del primer mensaje en estos países y se me mostraron circunstancias similares a las que se relatan arriba".--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 207. EGWE 299 6 Refiriéndose a su visita a Zurich, en Suiza, Guillermo White escribió: EGWE 299 7 "Yo acompañé a mamá cuando visitamos Zurich y recuerdo bien cómo se le refrescó la mente al ver la antigua catedral y el mercado; contó cómo eran en los días de Zwinglio".--Carta de Guillermo White a L. E. Froom, 13 de diciembre de 1934, citado en The Ellen G. White Writings, 127. EGWE 300 1 Años después, ella también recordó cómo se le había refrescado la memoria cuando escribía la historia. EGWE 300 2 "Mientras escribía el manuscrito de El Conflicto de los Siglos, a menudo era consciente de la presencia de los ángeles de Dios. Y muchas veces en las visiones de la noche se me volvieron a presentar las escenas acerca de las cuales escribía, de tal modo que las tenía frescas y vívidas en la mente".--Carta 56, 1911, publicada en The Ellen G. White Writings, 191, 192. Libre acceso a la biblioteca de Andrews EGWE 300 3 Durante su estada en Basilea, Elena G. de White apreció el hecho de poder consultar la biblioteca del pastor Andrews que estaba en la casa editora, y que incluía algunas obras históricas fidedignas. En esas circunstancias trabajó en el manuscrito de El Conflicto de los Siglos durante la primavera y el verano. EGWE 300 4 Simultáneamente la obra se preparó para la traducción. Guillermo C. White explicó: EGWE 300 5 "Lo estamos leyendo [el tomo 4] con las personas que tienen que traducirlo al alemán y al francés, y creemos que el discutir ciertos puntos les ayudará a realizar una traducción mejor. Hemos visto que es necesario hacer algunas correcciones en inglés, y mamá quiere además añadir algunos párrafos. Ella está escribiendo algo acerca de Huss, lo cual extenderá un poco el capítulo 5. También está haciendo algunas referencias a Zwinglio". EGWE 300 6 Todas las mañanas a las siete se reunía un pequeño grupo en la biblioteca. Estaba compuesto por G. C. White, Marian Davis, B. L. Whitney, y los traductores franceses y alemanes. Refiriéndose a los problemas que se les presentaron, Guillermo White escribió: "Descubrimos que en varios lugares se usa un lenguaje simbólico que resulta perfectamente claro para los adventistas y para las personas que conocen bien la Biblia, pero podría ser menos comprensible para los demás lectores que tendrán acceso a la nueva edición". Años más tarde, declaró: EGWE 301 1 "Cuando llegamos a los capítulos relacionados con la Reforma en Alemania y Francia, los traductores comentaron que los acontecimientos históricos escogidos por Elena G. de White eran muy apropiados, y recuerdo que en dos oportunidades sugirieron otros sucesos de similar importancia que ella no había mencionado. EGWE 301 2 "Cuando se le hizo notar esto, ella pidió que le trajeran esas historias para considerar el grado de importancia de los hechos mencionados. Al leerlas recordó lo que había visto, y escribió una descripción del suceso".--The Ellen G. White Writings, 128. EGWE 301 3 A mediados de abril de 1887, Elena G. de White se refirió a su trabajo en una carta dirigida a su hijo Edson: EGWE 301 4 "Hice un alto en mi trabajo [del tomo 1] para añadir algunas cosas en el tomo 4. Comienzo a trabajar temprano y sigo sin cesar hasta que oscurece, me acuesto temprano y por lo general, me levanto entre las tres y las cuatro". Carta 82, 1887. Siete años más tarde ella recordó lo siguiente: EGWE 301 5 "Al darme instrucciones me dijeron las siguientes palabras: 'Escribe en un libro las cosas que has visto y oído, y hazlas llegar a todas las personas porque está cerca el tiempo cuando se repetirá la historia del pasado'. He sido despertada a la una, a las dos o a las tres de la mañana, con la impresión de algún punto vivamente grabado en la mente, como si la voz de Dios lo hubiera dicho... EGWE 301 6 "Se me mostró... que debía dedicarme a escribir los asuntos importantes del tomo 4, y que las amonestaciones debían ir a los lugares donde los mensajeros vivos no podían llegar, y que llamarían la atención de muchos hacia los importantes sucesos que ocurrirán en las escenas finales de la historia de este mundo".--Carta 1, 14 de mayo de 1890. "Apropiado para los lectores europeos" EGWE 302 1 Otro de los objetivos de la revisión y ampliación de El Conflicto de los Siglos era el de hacerlo más comprensible para la gente europea: EGWE 302 2 "Mamá se ha dedicado entusiastamente a la tarea de hacer que el libro resulte más apropiado para los lectores europeos--escribió G. C. White--, y ha añadido varios pasajes importantes". EGWE 302 3 Mientras proseguía esta obra, se detuvo la publicación del libro en Noruega y los Estados Unidos. Ante las importantes adiciones provenientes de la pluma de Elena G. de White, no se podía hacer otra cosa que esperar. Durante más de un mes, la Sra. de White escribió activamente--mañana y tarde. A veces las anotaciones registradas en su diario no contienen otra cosa que el número de páginas que iba produciendo: EGWE 303 1 "Abril 23 22 páginas papel carta "Abril 24 22 páginas papel carta "Abril 25 32 páginas papel carta "Abril 26 17 páginas papel carta, 12 papel esquela "Abril 27 18 páginas papel carta "Abril 28 20 páginas papel carta "Abril 29 8 páginas papel carta, 12 papel esquela." Casi al fin de este período de intensa labor, realizó la visita a Zurich que se mencionó anteriormente. Guillermo C. White explica el propósito del viaje con las siguientes palabras: "Durante varios días pensamos hacer una corta visita a Zurich. Hemos estado leyendo el relato de la obra de Zwinglio, y antes de partir [de Europa] queremos ver esa ciudad. Mamá tiene especial interés en conocer Zurich, y tenemos también algunos asuntos que atender allí". A pesar de que la ampliación de El Conflicto de los Siglos iba progresando, cuando llegó el momento de dejar Basilea para realizar la última gira por Alemania, Escandinavia e Inglaterra, la obra no estaba concluida. Por lo general, el trabajo literario lleva más tiempo que el que se estima en los cálculos más optimistas. Ella pensaba llevar los manuscritos inconclusos de los libros Patriarcas y Profetas y El Conflicto de los Siglos cuando regresara a Norteamérica. En su casa de Healdsburg, California, terminó El Conflicto de los Siglos en abril de 1888, y Patriarcas y Profetas a principios de 1890. EGWE 303 2 Sin embargo, la obra literaria que Elena G. de White realizó en Basilea constituye un importante segmento de sus mensajes publicados. ------------------------Capítulo 25 -- Los últimos meses en Suiza "Instantáneas" tomadas de su diario EGWE 304 1 A fines de 1886, como ya se observó, la Sra. de White comenzó a pensar que debía abreviar su obra en Europa. Pensaba en el éxito que había alcanzado la proclamación del mensaje adventista en el Viejo Mundo. Sus meditaciones no eran las de una turista que había ido a Europa para contemplar las maravillosas y soberbias ciudades antiguas, o el magnífico paisaje. Le impresionaba más ver la obra de Dios en la vida de los seres humanos que en las maravillosas obras de su creación. Y también le preocupaba la tarea inconclusa de la iglesia. EGWE 304 2 "Hace ya 15 meses que estoy en Europa. Visité y trabajé en Suiza, Italia, Inglaterra, Dinamarca, Suecia, Noruega y Francia. En todos estos lugares el estandarte de la verdad--los mandamientos de Dios y la fe de Jesús--sigue desplegado, y sin embargo, los habitantes de muchas ciudades, grandes y pequeñas, no han recibido aún la proclamación del mensaje".--Manuscrito 76, 1886. EGWE 304 3 Había llegado el invierno. En Europa Central y en el norte de los Alpes, el invierno suele ser muy crudo, y el rigor del clima impone restricciones en los viajes. Durante los meses más fríos de fines de 1886 y principios de 1887, Elena G. de White debió limitar su obra mayormente a Basilea. EGWE 305 1 Una breve revisión de los acontecimientos más importantes acaecidos en esos últimos meses en la zona de habla alemana de Suiza, antes de su regreso a Norteamérica, nos da las siguientes instantáneas de sus actividades: EGWE 305 2 Sábado 1 de enero de 1887: Como siempre, Elena G. de White siente el desafío presentado por las perspectivas de un nuevo año cargado de oportunidades renovadas, de privilegios y responsabilidades. Para ella era un nuevo recomenzar. EGWE 305 3 En su diario hizo la siguiente alusión a una pequeña reunión celebrada en Basilea: EGWE 305 4 "Hablé sin intérpretes ante 25 personas que entendían inglés, acerca de nuestros deberes y obligaciones para con Dios, y de cómo comenzar correctamente el año. Tuvimos luego una reunión de testimonios. Se presentaron muchos testimonios y se hicieron muchas confesiones mezcladas con lágrimas. Fue una reunión provechosa".--Manuscrito 29, 1887. Otra visita a Tramelan EGWE 305 5 Los días 5, 6 y 7 de febrero la Sra. de White volvió a visitar Tramelan para realizar reuniones durante un fin de semana, acompañada por el pastor Ings y Jean Vuilleumier como traductor. EGWE 305 6 Durante la reunión del sábado de tarde usó como texto el de Malaquías 3:16-18 y 4:1, 2. Dios le dio libertad de expresión. El Espíritu del Señor obró con poder para que sus palabras penetraran en el corazón de sus oyentes y los acompañaran hasta sus hogares. En la reunión social que siguió "se presentaron muchos testimonios con profundo sentimiento". EGWE 305 7 Esta reunión, que reavivó el fervor de los presentes, era un ejemplo típico de las reuniones de reavivamiento y reforma, llenas del Espíritu Santo, que Elena G. de White celebraba donde quiera que iba, no sólo en Europa, sino también en Australia y Norteamérica. Los resultados eran siempre fructíferos, pues había conversiones y bautismos de nuevos creyentes y se fortalecía la fe de los hermanos. Aunque no se trataba de reuniones espectaculares, producían una ola acumulativa de poder e influencia que cubría las iglesias de Europa, como la ondulante superficie del mar que lava y limpia mientras sube y baja, entretanto la Sra. de White permanecía en ellas. El caso del hermano Guenin es un ejemplo de esta influencia. El dio su testimonio, junto con una expresión de gratitud y alabanza al Señor, por los cambios que se habían producido recientemente en su familia. Su hijo mayor, que había dejado la iglesia durante un año, estaba presente en la reunión y "habló con un sentimiento profundo, confesando sus errores. Las lágrimas le fluían libremente. Dijo que iba a cambiar de actitud... Parecía poseído por un verdadero fervor".--Ibid. EGWE 306 1 La esposa del Hno. Guenin se puso de pie y admitió que había alimentado prejuicios en su corazón por la visita de los ministros norteamericanos, y que esto la había mantenido alejada del Señor y de la iglesia. "Pero sobrevino un cambio en ella y expresó su deseo de tener parte con el pueblo de Dios".--Ibid. EGWE 306 2 Estaba también el hermano de Guenin, por quien él había orado durante muchos años. Este hombre vivía a pocos kilómetros de Tramelan. Estaba muy preocupado por el sábado. Le dijo a su esposa que no podía trabajar ni un sábado más. Sentía tan pesadas las herramientas cuando las usaba en sábado, que le parecía que se le iban a caer de las manos. Entendió que ésta era la confirmación que Dios le daba acerca de la verdad divina. Decidió guardar plenamente el sábado. El testimonio que dio Guenin acerca de la conversión de su hermano tenía un tono de alegría y de gozosa alabanza. Dios había obrado verdaderos milagros en favor de su familia. EGWE 307 1 También se oyeron otros testimonios. Por ejemplo, "un joven que había caído en un gran pecado se levantó e hizo una humilde confesión, pidiendo el perdón de las personas a las que había perjudicado".--Ibid. EGWE 307 2 Hubo también otro caso, el de un hombre inteligente, "profundamente interesado en la verdad". Se habían hecho oraciones para que este caballero tomara una decisión firme. Finalmente lo hizo, creyendo que iba a perder el trabajo, pero su empleador le dijo que siguiera como hasta entonces; así obró el Señor en su favor. EGWE 307 3 Al terminar la reunión el Hno. Guenin "estrechó las manos de todos los presentes mientras las lágrimas le corrían por el rostro. Tomó la mano de sus tres hermanas--todas firmes en la fe--y las saludó. Parecía estar profundamente emocionado. Mientras los hermanos se abrazaban, lloraban sobre sus hombros. La Hna. Roth declaró 'la paz ha venido a mi hogar'".--Ibid. Una disertación sobre temperancia en la Capilla Bautista EGWE 307 4 El domingo la Sra. de White disertó sobre la temperancia ante unas 200 personas en la Iglesia Nacional Bautista. El pastor de la iglesia inició la reunión con oraciones y cantos. Durante dos horas ella se dirigió a un auditorio que escuchó con respeto a esta fervorosa madrecita que había venido de la distante Norteamérica. "Ni uno solo se durmió o se mostró inquieto". Ibid. Esta fue su tercera visita a Tramelan, y la realizó pocas semanas antes de la Navidad de 1886, día en que se dedicó la iglesia. A pesar de que su estada fue muy breve habló cuatro veces y escribió 50 páginas tamaño esquela para los miembros de la iglesia que necesitaban consejo. EGWE 307 5 El lunes 7 de febrero a las ocho de la mañana partió en un trineo de regreso a Basilea. En la estación subió a un tren pequeño, que tenía sólo dos compartimientos, y en él viajó diez kilómetros hasta Tavannes. Allí abordó el tren regular que la llevó directamente a Basilea. El congreso de Suiza celebrado en 1887 EGWE 308 1 En un informe publicado en la Review and Herald, la Sra. de White declaró lo siguiente: EGWE 308 2 "El congreso de la Asociación Suiza comenzó aquí el jueves 17 de febrero por la noche. Estaba presente una numerosa delegación del exterior... Recibimos delegados de Francia, Suiza e Italia, y también había una buena representación de nuestros hermanos y hermanas; al contemplar la gente reunida y ver una congregación tan inteligente y atenta que llenaba nuestra capilla a tal punto que hubo que traer más asientos, mi corazón se llenó de gratitud a Dios al observar el notable cambio, la mejora producida con relación a un año atrás. Sabía que el Señor había estado obrando por medio de su Santo Espíritu, y pude ver que hubo progresos en muchos aspectos. Se han ampliado las iglesias de La Chaux-de-Fonds, Lausana, Basilea, y otras; y puesto que un alma salvada tiene más valor para Dios que el mundo entero, ¿por qué no vamos a alabarlo por esta buena obra?" (19 de abril de 1887). EGWE 308 3 Su predicación del viernes estaba basada en uno de sus textos bíblicos favoritos: Juan 15:1-8. El sábado tuvo a su cargo tres reuniones: mañana, tarde y noche. El tema de la noche lo extrajo del capítulo 1 de Daniel. Como Dios le había revelado la gran importancia de la temperancia, el domingo de mañana continuó destacando el relevante lugar que la temperancia ocupa en la vida del cristiano. El texto base de su predicación fue. Romanos 9:24-27. EGWE 308 4 "Nunca hablé con tanto fervor sobre el tema de la temperancia, y esta vez tuvimos evidencias de que muchos corazones recibieron una profunda impresión. Se me pidió que volviera a predicar sobre ese tema el domingo por la noche, y así lo hice. El interés no parecía haber disminuido. Después de la disertación del domingo por la noche, se distribuyeron formularios para hacer promesas, y 137 personas dieron su nombre".--Ibid. La promesa de ser temperantes EGWE 309 1 Pero algunos adventistas no firmaron el voto de temperancia. Las razones que adujeron, sin embargo, no eran justificadas. La Sra. de White explicó: EGWE 309 2 "La excusa que presentaron fue que debido a su trabajo debían ir a lugares donde les ofrecían vino (como es costumbre en este país), y que ellos no se podían negar a aceptarlo por temor de ofender a las personas en cuyo favor estaban trabajando. Pensé que ésta era una buena oportunidad para que levantaran su cruz e hicieran brillar su luz como pueblo peculiar de Dios, el cual él estaba purificando para sí. EGWE 309 3 "Jamás debemos avergonzarnos de ser temperantes en todas las cosas, mientras recordemos el largo y doloroso ayuno que Cristo soportó para destruir el poder de las tentaciones de Satanás sobre la raza humana con relación al apetito. Cristo peleó la batalla con sufrimiento y debilidad, y venció a Satanás, haciendo posible que el hombre también pueda vencer en el nombre de Jesucristo y mediante su fortaleza. ¿Por qué, entonces, se han de avergonzar los seguidores de Jesús si tienen que negarse a beber la tentadora copa de vino?"--Ibid. EGWE 309 4 ¿Y qué debía hacerse con respecto a la cerveza? ¿Tenía esto alguna importancia para los adventistas? EGWE 309 5 "Los bebedores de cerveza ofrecerán sus copas y los que pretenden ser hijos de Dios pueden presentar la misma excusa para no firmar el voto de temperancia--porque se los invitará a beberla y no será agradable negarse a aceptarla. Se pueden seguir presentando indefinidamente estas excusas; pero no tienen fundamento, y lamentamos que, alguien que pretende creer en la verdad se niegue a firmar el voto; que se niegue a levantar barreras alrededor de su alma para que lo fortalezcan contra la tentación. Prefieren quitar los cerrojos, para poder levantarse fácilmente y aceptar la tentación sin hacer esfuerzos por resistirla".--Ibid. EGWE 310 1 La sierva de Dios extendió la prueba de la temperancia hasta el hogar y la introdujo en la conciencia de los presentes con suma delicadeza: EGWE 310 2 "Jesús soportó el doloroso ayuno en nuestro favor, y venció a Satanás en cada tentación, haciéndole posible al hombre el vencer para su propio bien y por su propia cuenta, mediante la fuerza que le concede esta poderosa victoria lograda por el Sustituto y la Garantía del hombre. Agradecemos al Señor por la victoria obtenida en estos aspectos, aun aquí en Basilea; y esperamos ayudar a nuestros hermanos y hermanas para que alcancen una norma aún más elevada, al firmar el voto de abstención del café de Java y de la hierba que proviene de China. Vemos que aquí hay quienes necesitan dar este paso en la reforma".--Ibid. EGWE 310 3 La asamblea Suiza continuó hasta el 8 de marzo. Durante las casi tres semanas que duraron las reuniones Elena G. de White habló 17 veces. Aparentemente había algunos espíritus turbulentos y ásperos a los que se debía vencer, porque Elena G. de White sintió que debía predicar acerca de la amabilidad y la paciencia. Su predicación del domingo 6 de marzo se basó en Efesios 6:10-12. Posteriormente escribió lo siguiente: "Mi mente fue llevada a un aspecto totalmente inesperado para mí con relación al tema de la paciencia, la bondad y la tolerancia mutua".--Manuscrito 29, 1887. Ayuda práctica para los obreros EGWE 311 1 Había también otros asuntos "más relacionados con el hogar", que requerían atención. Una de las dificultades que se presentaron en la asociación tenía que ver con una jovencita llamada Alace, hija de un obrero consagrado de la casa editora. Alace había huido del hogar. Elena G. de White explicó: "Este es el fruto de los flirteos y galanteos". Sin duda, este pequeño capítulo del romance es el resultado de la lectura de historias de "ficción y romance", declaró. Los jóvenes que leen la Biblia no hacen "estas cosas". Ibid. La vemos ahora tratando de guiar a los jóvenes de Basilea a la Palabra de Dios. "¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra". Salmos 119:9. EGWE 311 2 Cuando las "cocineras" de la casa editora mezquinaron un poco las comidas, la práctica y realista Sra. de White las instó a servir abundantes comidas nutritivas. Aproximadamente un mes después que terminó la asamblea Suiza, ella se reunió con las familias de los obreros de la casa editora. "He hablado con mucha franqueza--dijo--, acerca de cómo hay que tratar a los pensionistas y cómo se debe surtir la mesa con alimentos nutritivos... Esperamos que haya un cambio favorable en algunos aspectos".--Ibid. EGWE 311 3 A mediados de abril, escribió que "estamos exigiendo al máximo todas nuestras facultades para terminar nuestra labor en Basilea... Partiremos hacia Prusia el 20 de mayo para las reuniones de la asamblea". Carta 82, 1887; Manuscrito 29, 1887. Estas evidencias indican que ya había tomado la decisión de concluir el extenso viaje por Europa para dirigirse al oeste, rumbo al hogar. Una visita a Zurich EGWE 311 4 Pero antes de partir decidieron pasar un día en Zurich. El 12 de mayo, en compañía de Guillermo C. White, y su esposa, Marian Davis y el pastor Whitney, partieron en tren hacia esta aventura. Era un día nublado y lluvioso. A mediodía llegaron a la famosa ciudad del norte de Suiza donde Ulrico Zwinglio proclamó la verdad de la justificación por la fe en el siglo XVI. EGWE 312 1 Los pastores Conradi y Erzberger estaban esperándolos en la estación de ferrocarril. Uno de los primeros acontecimientos del día fue la visita a un notable monumento de Zurich, el Gross Münster con sus torres gemelas; se decía que parte de este edificio había sido construído alrededor del año 300 DC. EGWE 312 2 Le contaron que en aquellos tiempos las capillas no tenían asientos. La congregación escuchaba la predicación de pie. EGWE 312 3 En una capillita ubicada cerca de la iglesia, ella examinó con deleite los antiguos libros en latín y griego. La Biblia de Zwinglio la fascinó. Vio "la escritura de puño y letra de Zwinglio", según su declaración. Al volver al exterior, observaron una estatua de Zwinglio de tamaño natural. Era de bronce y representaba al reformador como un soldado y capellán a la vez, listo para la batalla. EGWE 312 4 "Una mano descansa sobre el puño de su espada--escribió ella--, mientras con la otra aferra una Biblia". Manuscrito 29, 1887. Medio siglo más tarde, G. C. White escribió los siguientes comentarios acerca de lo que observó aquel día: EGWE 312 5 "Yo acompañé a mamá cuando visitamos Zurich y recuerdo bien cómo se le refrescó la mente al contemplar la antigua catedral y el mercado; contó cómo eran en los días de Zwinglio" (carta de G. C. White a L. E. Froom, 3 de diciembre de 1934). EGWE 312 6 Al año siguiente, en El Conflicto de los Siglos, ella escribió acerca de Zwinglio y sus luchas religiosas: EGWE 312 7 "En Suiza, lo mismo que en Alemania, vinieron días tenebrosos para la Reforma. Mientras que muchas regiones aceptaban la fe reformada, otros se aferraban ciega y obstinadamente al credo de Roma. Las persecuciones dirigidas contra los que aceptaban la verdad provocaron finalmente una guerra civil. Zwinglio y muchos de los que se habían unido con él sucumbieron en el sangriento campo de Cappel".--Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 224, 225. Un paseo en bote por el lago Zurich EGWE 313 1 "Después de comer acompañados por el Hno. Erzberger, realizamos un placentero paseo en bote, por el Lago Zurich. El agua estaba muy tranquila y veíamos ampliamente los alrededores del lago Zurich. Pudimos observar las montañas que están detrás. Este lago tiene 56 km de largo y nos fue posible tener una buena idea de la extensión de Zurich y de las diversas regiones ubicadas a orillas del lago. Es una bella extensión de agua cuya ribera se eleva formando terrazas con viñedos y bosques de pinos, en medio de los cuales se destacan los blancos villorrios y villas entre los árboles y las colinas cultivadas; lo cual concede variedad y belleza al paisaje. A mucha distancia los glaciares extienden sus picos helados hasta el mismo cielo y se confunden con las nubes doradas. A la derecha, la región está amurallada por los escabrosos muros de los Alpes Abbis, pero las montañas se yerguen detrás de la playa permitiendo que la luz caiga libremente sobre el centro del lago y sobre la amplia curva de sus encantadoras y fértiles orillas, dándole un encanto tal al cuadro que la pluma de los artistas no puede describirlo".--Manuscrito 29, 1887. EGWE 313 2 En medio de esta belleza y esplendor natural, Zwinglio, el reformador suizo, presentó al pueblo las bellezas de Cristo el Creador y Redentor. EGWE 313 3 El sábado 20 de mayo Elena G. de White habló por última vez a los creyentes de Basilea. Era una hora de tristeza, porque tenía que abandonar a los hermanos y hermanas con los cuales había estado tan íntimamente ligada durante casi dos años. Pero había llegado el momento de decirles adiós, con la perspectiva de no volverlos a ver en este mundo. EGWE 314 1 El martes 23 de mayo partió de Basilea con la Hna. Ings, para tomar el tren que las llevaría rumbo al norte, hasta Colonia y Vohwinkel, Alemania, donde tenía compromisos que cumplir. De allí prosiguió a Escandinavia y Gran Bretaña para las visitas finales, antes de zarpar hacia los Estados Unidos a comienzos de agosto. ------------------------Capítulo 26 -- La visión de Vohwinkel Dios exhorta a la unidad y la buena voluntad EGWE 315 1 En la mayor región carbonífera e industrial del oeste de Alemania, que limita al sur con el río Ruhr, hay ciudades populosas y ricas, tales como: Dortmund, Essen, Dusseldorf, Colonia y Wuppertal. En lo que hoy se conoce como Wuppertal, hay una zona suburbana llamada Vohwinkel. Está próxima a Elberfeld. En estas dos pequeñas comunidades los adventistas iniciaron pequeños grupos hace mucho tiempo. EGWE 315 2 Cuando la Hna. White llegó a Vohwinkel, el viernes 27 de mayo por la tarde, la acompañaban la Hna. Ings y L. R. Conradi, que se había unido a ellas esa tarde en Maguncia. EGWE 315 3 Los grupitos de adventistas se reunieron para celebrar una asamblea general en Vohwinkel. Estaban ansiosos y expectantes, ya que la Hna. White nunca había predicado en Alemania. Ella pasó la noche del viernes en casa de un anciano de la iglesia local que vivía "en un lugar agradable", a varios kilómetros de distancia. EGWE 315 4 Elena G. de White "halló a las iglesias... en dificultades", y vio que necesitaban consejos especiales y ayuda en esos momentos. The Review and Herald, 27 de septiembre de 1887. En la iglesia había penetrado un espíritu de crítica destructiva, que dio como resultado divisiones y resentimientos. EGWE 316 1 Conradi se dirigió el viernes por la noche a un auditorio interesado y atento. El dirigente alemán era un hombre dinámico y ejecutivo; y su influencia se hacía notar La visión de Vohwinkel EGWE 316 2 Esa noche, mientras Elena G. de White dormía, soñó que observaba a un pequeño grupo que estaba celebrando una reunión religiosa. El Señor se les apareció como un visitante y les habló con amor y ternura. El día siguiente, sábado 28 de mayo, ella escribió esta notable revelación, que obviamente se aplicaba a los hermanos de Vohwinkel: EGWE 316 3 "Anoche soñé que un grupo pequeño se había congregado para celebrar una reunión religiosa. Alguien entró y se sentó en un rincón oscuro para no llamar la atención. No había clima de libertad. El espíritu del Señor no podía obrar libremente. El anciano de la iglesia hizo algunas observaciones y parecía que estaba tratando de herir a alguien. Observé una sombra de tristeza en el rostro del extraño. Era evidente que el amor de Jesús no estaba en el corazón de aquellos que pretendían creer en la verdad y, como resultado seguro, el Espíritu de Cristo estaba ausente y existía una gran necesidad del amor de Dios entre los hermanos; tanto en sus pensamientos como en sus sentimientos. La reunión no resultó animadora para nadie".--Manuscrito 32, 1889. El extraño se dirige a los presentes EGWE 316 4 "Cuando la reunión estaba por concluir, el extraño se levantó y con voz cargada de tristeza y entre lágrimas, dijo a los presentes que en sus almas y en su experiencia había una enorme carencia del amor de Jesucristo; el cual está presente, y en abundancia, en todo corazón donde mora Cristo. Los corazones renovados por el Espíritu de Dios, no sólo aman a Dios sino también al hermano, y si ese hermano comete equivocaciones, si yerra, hay que tratarlo de acuerdo con el plan del Evangelio. Hay que seguir cada paso según las indicaciones de la Palabra de Dios"... A continuación, el extraño hizo varias preguntas: EGWE 317 1 "Vosotros parecéis dispuestos a herir y lastimar mutuamente vuestros corazones. ¿Es éste el ejemplo que Jesús os dejó? ¿Dónde está su manera de actuar? ¿Creéis que estáis obrando bien al demostrar tan poco amor y tolerancia, tan poca paciencia hacia vuestros hermanos? ¿Habéis olvidado las palabras de Cristo: 'Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros'? Juan 13:34, 35. 'El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él'. Juan 14:21. EGWE 317 2 "No estáis cultivando el amor a Dios ni a vuestros hermanos. Tened cuidado con la forma como tratáis aquello que Cristo ha comprado con su sangre. Será necesario reprender con claridad y fidelidad las malas obras, pero la persona que asume esta tarea debe estar segura de que ella misma no se ha separado de Cristo debido a sus propios errores. Debe ser espiritual y restaurar al tal con espíritu de mansedumbre. A menos que tenga este espíritu, no es su deber reprobar o corregir a sus hermanos, porque creará dos males en lugar de curar uno... EGWE 317 3 "Lo que distingue el carácter y la conducta de los cristianos de los demás, es el principio del amor santo y semejante al de Cristo, que obra en el corazón con su influencia purificadora. El verdadero cristiano realiza las obras de Cristo al expresarlas mediante actos de amor al prójimo. Cuando este principio vivo, permanente y activo forma parte de la vida y el carácter, nadie puede asemejarse al mundo. Si conocéis el carácter y las obras de Cristo sabréis cuál debe ser la actitud y la conducta de los cristianos. Cristo odió tanto al mal que con sus labios y su ejemplo reprobó con firmeza el pecado y el mal. Pero aunque odiaba el pecado, amaba al pecador... EGWE 318 1 "Como hijos e hijas de Dios podríais haber sido mucho más fuertes si hubierais amado a Dios en forma suprema y a vuestro prójimo como a vosotros mismos. Podríais haber alcanzado una horma mucho más elevada si hubierais aumentado progresivamente vuestro conocimiento de la verdad, y si hubierais acumulado más luz divina para hacerla resplandecer mediante las buenas obras ante todos los que os rodean. EGWE 318 2 "Vuestras obras no agradan a Dios pero satisfacen al enemigo. Tenéis que aprender algunas lecciones en la escuela de Cristo antes de estar listos para el cielo. Vuestro yo, vuestros caminos, vuestros ásperos rasgos de carácter os descalifican para tratar con las mentes y los corazones... Si os permitís ser dictatoriales, y si acusáis y juzgáis a vuestros hermanos, y con vuestros corazones no santificados y temperamentos profanos procuráis enmendar vuestros errores, hacéis una obra deficiente y alejáis las almas del servicio de Cristo... EGWE 318 3 "Debéis aferraros de Dios con una mano mientras extendéis la otra con amor, para tomar al extraviado y al pecador y acercarlos a Jesús. Orad con ellos, llorad con ellos, temed por sus almas, amadlos y jamás los dejéis ir. Este es el amor que Jesús ha manifestado por vosotros. Nunca os separéis, manteneos más bien fuertemente unidos, ligando un corazón al otro y elevando súplicas en el Espíritu. Entonces el poder de Dios obrará en vuestro medio y muchas almas serán traídas a la verdad por medio de vuestra influencia".--Ibid. EGWE 319 1 Todo esto le pareció tan real a Elena G. de White en el sueño, como si hubiera visto y oído personalmente al extraño. Pero, ¿quién era él? El tono de su voz, sus palabras y modales resultaban familiares. Prosiguió relatando: EGWE 319 2 "El volvió a sentarse y el sol, que había estado oculto, resplandeció e iluminó plenamente su persona. ¡Qué revelación! En un instante todos supieron quién les había hablado. Unos a otros se decían: '¡Es Jesús, es Jesús!' y entonces comenzaron a confesar sus pecados y ha hacerse confesiones mutuas. Brotó el llanto, porque los corazones parecían quebrantados, y luego hubo regocijo; y la habitación se llenó con la suave luz del cielo. La voz musical de Jesús dijo: 'La paz sea con vosotros'. Y su paz se manifestó".--Ibid. Las reuniones del sábado EGWE 319 3 Ese sábado de mañana--apenas pocas horas después del sueño--la Sra. de White habló ante un gran auditorio. Había muchas personas no adventistas, y ella sentía una gran preocupación por estas preciosas almas. "Mientras estábamos reunidos en este humilde lugar de culto --escribió ella--, experimenté realmente la paz de Cristo. Sentí que Jesús y los ángeles estaban presentes".--The Review and Herald, 27 de septiembre de 1887. EGWE 319 4 Conradi quedó un poco sorprendido cuando, al terminar el sermón, la Hna. White sugirió que tuvieran una "reunión social" [de testimonios]. Jamás se había hecho algo semejante en la iglesia de Vohwinkel. Excepto unas pocas personas que habían visitado la iglesia de Basilea, el resto de la congregación no tenía la menor idea de lo que era una reunión de testimonios. EGWE 320 1 Sus actividades habituales consistían en reunirse el sábado para orar los unos por los otros y luego--como no tenían pastor que les predicase--regresaban a sus casas; pero, ¡quién había oído siquiera mencionar la expresión "reunión de testimonios"! La hermana White insistió amablemente en que debían celebrarla, y añadió: "El Espíritu del Señor estuvo ciertamente en nuestro medio". Y, al concluir, pudieron decir: "Tuvimos una excelente reunión social". Todos los presentes recibieron una rica bendición y muchos de ellos participaron. "Mi corazón se alegró en el Señor al ver a tantos hermanos que eran verdaderas luces en el mundo".--Ibid. EGWE 320 2 Ese memorable fin de semana en Vohwinkel se realizaron también otras reuniones. El sábado por la noche ella exhortó especialmente a los hermanos a que tuvieran unidad y armonía entre ellos. EGWE 320 3 "Me sentí urgida a hablar nuevamente... a las ocho de la noche, y así lo hice, sobre la necesidad de realizar esfuerzos especiales para que hubiera armonía, y que los miembros de la iglesia ocuparan sus mentes con pensamientos acerca de la verdad, el Salvador y la vida futura. Si vivían y caminaban en la verdad no emplearían el tiempo en hablar de los errores y faltas ajenos. Después que terminé de predicar, el Hno. Conradi continuó la reunión hasta la medianoche. EGWE 320 4 El domingo, el Hno. Conradi habló por la mañana acerca de la obra misionera. A las tres de la tarde prediqué acerca de 1 Juan 3:1-3. Sentí mucha libertad aunque estaba algo débil por la falta de alimento, que mi estómago no recibía. El Hno. Conradi trabajó fielmente con ellos, y creo que tuvo mucho éxito. Sus dificultades cesaron, con excepción de un hermano que abandonó la reunión. El Hno. Conradi lo siguió y conversó con él hasta las dos de la mañana, con buenas perspectivas de que los problemas se solucionarían".--Manuscrito 32, 1887. Un consejo acerca de los grupos pequeños EGWE 321 1 La esencia del mensaje que predicó la Hna. White fue publicado en la Review: EGWE 321 2 "Que estos grupos pequeños que pocas veces escuchan predicar, se aferren más firmemente de Jesús. Que decidan en primer lugar este punto: Saber que están dispuestos a caminar por el sendero estrecho, por el que Jesús transitó antes que ellos, y a llevar su cruz. Que se apropien de las promesas de Dios, de concederles orientación divina... Con estas preciosas promesas no necesitamos sentirnos desanimados. EGWE 321 3 "Dios no ignora las pruebas y tentaciones de cada uno de sus queridos hijos, y si ellos anhelan tener amor, paz y armonía entre sí, ¡cuánto le agrada esto a Jesús! El oró a su Padre para que sus discípulos fuesen uno, como él lo era con el Padre. Si alguna persona, cualquiera sea el ambiente o las circunstancias que la rodean, se esfuerza por responder a la oración de Cristo, en sus sentimientos, palabras y acciones hacia el prójimo, estará colaborando con el Señor Jesús en su obra, y todo el cielo se regocijará" (27 de septiembre de 1887). EGWE 321 4 La Hna. White se dio cuenta de que un grupo pequeño como el de Vohwinkel tenía grandes posibilidades de compartir su fe. ¿Previó quizá la expansión y las dimensiones que alcanzaría en el futuro la obra en Alemania? ¿El notable crecimiento que se produciría en los años venideros? "¡Cuánto bien pueden hacer unos pocos si están plenamente unidos en Cristo!... Son canales de luz para el mundo", escribió con un sentimiento de esperanza. EGWE 323 1 Para concluir, hizo la siguiente amonestación: EGWE 323 2 "Que cada hermano se sienta responsable en gran medida por la fuerza y la prosperidad de la iglesia. Cuando hayáis usado al máximo vuestra capacidad, Dios ciertamente hará su parte, y os dará la iluminación divina. Dios obrará, y vosotros debéis obrar hacia el mismo fin para cumplir el mismo propósito, como los soldados fieles de un ejército que obran en armonía con los planes y propósitos de sus dirigentes. Debemos rendir nuestra voluntad a la voluntad de Dios. Estas iglesias pequeñas pueden ser iglesias vivas, sanas y fuertes. EGWE 323 3 "Jamás olvidaré a este pequeño grupo y las gratas relaciones que hemos mantenido al adorar a Dios. Me hubiera gustado hablar directamente con estas preciosas almas, pero estoy agradecida por el privilegio de hablarles a través de un traductor. Pablo puede plantar y Apolos regar, pero Dios da el crecimiento".--Ibid. Las reuniones de Gladbach EGWE 323 4 El lunes de mañana, el pequeño grupo partió de Vohwinkel hacia Gladbach, una ciudad no demasiado pequeña ubicada al sur de Vohwinkel y al norte y este de Bonn, la capital actual de Alemania Occidental. A la hermana White le agradó encontrar el Hno. Doerner esperándolos en la estación. Tomaron un coche para dirigirse a la casa de la madre de este hermano. Allí vivía la Hna. Doerner con sus dos hijas, también adventistas. EGWE 323 5 Les aguardaba un buen desayuno alemán, pero Elena G. de White no pudo comer. La obligaron a recostarse y descansar; apenas tenía fuerzas para sentarse. La enfermedad que había sufrido en Basilea y las agotadoras reuniones que realizó antes de partir para Alemania la habían dejado casi exhausta. EGWE 324 1 Refiriéndose a la familia Doerner, escribió: EGWE 324 2 "La Hna. Doerner es hija del Hno. Lindermann, que ha observado el sábado durante 25 ó 30 años. Todavía vive, y tiene 83 años de edad. Por medio de su influencia la familia Doerner aceptó el sábado. Actualmente lo hacen también tres hermanos. Poseen en sociedad un gran establecimiento industrial, en el cual se fabrican mercaderías de algodón puro y mezclado con lana" Id., 11 de octubre de 1887. La influencia de la obra de J. H. Lindermann EGWE 324 3 Unos 30 años antes, J. H. Lindermann, después de investigar por sí mismo la Biblia, llegó a la conclusión de que Cristo regresaría a la tierra en un futuro cercano. En 1867 sus estudios habían avanzado lo suficiente como para permitirle comprender que el séptimo día, sábado, era el día de reposo. No sólo predicó acerca de sus creencias, sino que también publicó folletos que explicaban esas doctrinas. Comenzaron a surgir entonces pequeños grupos como resultado de la semilla plantada en Vohwinkel, Solingen, Gladbach y Rehdt. EGWE 324 4 Los adventistas de Suiza se enteraron de la existencia de estos observadores del sábado, gracias a un contacto providencial con un mendigo que recorría distintos lugares. Un creyente suizo acogió al mendigo, y así llegó a conocer estas noticias. ¡Si no lo hubiera ayudado, tal vez jamás habrían oído hablar de Lindermann y sus seguidores! EGWE 324 5 Jaime Erzberger escribió a Lindermann, y recibió como respuesta una invitación para visitar al grupo de Eiberfeld en la zona de Wuppertal. Erzberger llevó consigo a J. N. Andrews, y con gran alegría descubrieron un grupo de 50 personas que aguardaban con expectación la preciosa verdad que ellos les llevaban. EGWE 324 6 Precisamente con los seguidores de Lindermann se formó la iglesia de Vohwinkel, una de las primeras iglesias adventistas de Alemania, y los miembros de su familia se contaron entre los primeros adventistas. EGWE 325 1 El 8 de enero de 1876, Jaime Erzberger bautizó a ocho personas en Solingen, una ciudad famosa por sus cuchillos finos de acero. Fue el primer bautismo adventista celebrado en Alemania, y el pequeño grupo se organizó y formó la primera iglesia adventista del país, con 25 miembros. Los creyentes de Vohwinkel se organizaron aproximadamente al mismo tiempo. EGWE 325 2 Los alemanes sostuvieron la obra de Dios sin recibir ayuda económica de Suiza. Sin embargo, en 1884 las iglesias de Solingen y Vohwinkel se unieron a la Asociación Suiza recientemente organizada. Una visita a la Iglesia de Gladbach EGWE 325 3 Mientras estaba en Gladbach, la Hna. White quedó encantada al ver los hermosos jardines de la familia Doerner, adornados con una variedad de árboles, plantas y flores. La belleza y la fragancia del jardín fueron una terapia natural para su cuerpo y su mente. Caminaba por el jardín reflexionando en la bondad de Dios, al proveer al mundo con las encantadoras bellezas que él había creado. EGWE 325 4 Más tarde escribió lo siguiente: EGWE 325 5 "Mientras estaba en Europa, una hermana... que se hallaba profundamente apenada, me escribió pidiéndome algunos consejos que la animaran. La noche que siguió a la lectura de su carta, soñé que me hallaba en un jardín y que uno, al parecer el dueño del mismo, me conducía por sus caminos. Yo estaba recogiendo flores y gozando de su fragancia, cuando esta hermana, que había estado caminando a mi lado, me llamó la atención hacia algunos feos zarzales que le estorbaban el paso. Allí estaba ella afligida y llena de pesar. No iba por el camino siguiendo al guía, sino que caminaba entre espinas y abrojos. '¡Oh!--murmuró ella--¿no es una lástima que este hermoso jardín esté echado a perder por las espinas?' Entonces el que nos guiaba dijo: 'No hagáis caso de las espinas, porque solamente os molestarán. Cortad las rosas, los lirios y los claveles'".--El Camino a Cristo, 118. EGWE 326 1 Entonces pregunta la Sra. de White: EGWE 326 2 "¿No ha habido en vuestra experiencia algunas horas felices? ¿No habéis tenido algunos momentos preciosos cuando vuestro corazón ha palpitado de gozo respondiendo al Espíritu de Dios? Cuando abrís el libro de vuestra experiencia, ¿no encontráis algunas páginas agradables? ¿No son las promesas de Dios fragantes flores que crecen a cada lado de vuestro camino? ¿No permitiréis que su belleza y dulzura llenen vuestro corazón de gozo?"--Ibid. EGWE 326 3 Esa tarde predicó un emotivo sermón basado en Juan 15:1-3. El Hno. Conradi tuvo a su cargo la traducción. Ella sentía intensamente el tema. "La verdad fue una realidad para mí--explicó--, y sentí que Dios me dio realmente una fuerza especial y me impartió su Espíritu Santo mientras hablaba. Vi ante mí a un grupo inteligente que disfrutaba de escasos privilegios y por el cual los ministros trabajaban muy poco. Tenemos la esperanza de que la reunión haya sido una bendición para los que estuvieron presentes, y oramos por que así sea". The Review and Herald, 11 de octubre de 1887. La sierva del Señor predicaba con frecuencia acerca de los capítulos 14 y 15 de Juan. EGWE 326 4 A la mañana siguiente, el grupito de viajeros abordó el tren que iba a Hamburgo, desde donde seguirían viaje a Copenhague. ------------------------Capítulo 27 -- El pastor Luis R. Conradi EGWE 327 1 L. R. Conradi, con quien trabajó Elena G. de White en Vohwinkel, era un alemán que había ido a Norteamérica a los 17 años. Mientras estuvo en los Estados Unidos se convirtió al adventismo. Se graduó en el Colegio de Battle Creek. Era un hombre inteligente, dotado de talentos y habilidades fuera de lo común. En 18 meses concluyó el curso de cuatro años (del curso superior) y luego trabajó con gran éxito entre la gente de habla alemana, en el medio oeste de los Estados Unidos. Fue ordenado al ministerio en 1882. A la edad de 30 años regresó a Europa junto con G. C. White en febrero de 1886, como ya hemos visto. Ocasionalmente actuaba como traductor de Elena G. de White. Ella estaba contenta de que el pastor Conradi hubiera regresado a Europa. EGWE 327 2 Durante los meses siguientes, trabajó con celo y sacrificio en Rusia. Mientras estuvo en Crimea recorrió distintos lugares acompañado por un creyente ruso llamado Gerhard Perk, un ex menonita que se había convertido mediante la lectura de publicaciones adventistas. Las autoridades rusas acusaron a Conradi de enseñar herejías judías y lo pusieron 40 días en prisión. Cuando Elena G. de White conoció este incidente se sintió muy apenada, y le escribió una carta amable y llena de comprensión. Le aseguró: "Cuidaremos en forma especial de su esposa e hijo". "No lo hemos olvidado, y hemos presentado su caso al tribunal superior--al gran soberano de los mundos. El Señor a quien servimos lo librará cuando él lo considere más oportuno".--Carta 49, 1886. EGWE 328 1 En esta carta consoladora se refirió también al triunfo de la verdad de Dios e indicó que ninguna cosa que hicieran los enemigos del Evangelio podría obstaculizar en forma permanente la difusión del mensaje de la verdad. EGWE 328 2 La Hna. White continuó: EGWE 328 3 "Dios reina, y a pesar de su majestad él ama a los más indefensos y sufridos de sus hijos. Dios nos muestra las evidencias de su poder, y la verdad triunfará. El desarraigará todos los errores doctrinales. Cada verdad será inmortal. Encomiende el cuidado de su alma a Dios, como a un fiel Creador. Sus ángeles están a su alrededor. Tenga fe en él. Recuerde que Jesús es su Redentor y considere cuánto tuvo que sufrir él. Cuando los apóstoles de Cristo fueron arrojados a una prisión, los ángeles de Dios traspasaron los muros de la prisión y los cuidaron. ¡Oh, la ternura, la compasión de Dios! El dice: '¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti'". Isaías 49:15.--Ibid. Conradi como dirigente EGWE 328 4 Más adelante vemos a Conradi de regreso en Alemania, predicando en Hamburgo, donde estableció la sede de la creciente iglesia alemana, en la calle Sophienstrasse 41. EGWE 329 1 Conradi fue asumiendo responsabilidades cada vez mayores como dirigente. En 1891, Alemania y Rusia se separaron de la Asociación Central Europea y quedaron a su cargo. EGWE 329 2 Siempre trabajó con celo y energía. En 1901, al crearse la Asociación General Europea, él fue elegido como su primer presidente; y en 1903 se lo nombró vicepresidente de la Asociación General. Quedó a cargo de la obra en Europa (más adelante como presidente de la División Europea) hasta 1922. EGWE 329 3 El intrépido dirigente alemán fue un hábil escritor que cuenta en su haber con muchos libros, entre los cuales se destaca su revisión y ampliación de la History of the Sabbath escrita por J. N. Andrews. Conradi y la doctrina del santuario EGWE 329 4 Lamentablemente, con el transcurso de los años, Conradi se dejó llevar por extrañas ideas acerca de la purificación del santuario y los acontecimientos relacionados con la fecha crucial de 1844. En su opinión, los sucesos ocurridos en el Medio Oriente en 1844 cumplían la profecía de Daniel 8:14. Conradi llegó a creer también que la proclamación de los mensajes de los tres ángeles de Apocalipsis 14 se cumplieron en la obra de los reformadores, particularmente de los que vivieron durante el siglo XVI. No percibió la providencia especial de Dios en los comienzos de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. EGWE 329 5 Su alejamiento de la fe no se produjo en un día, un mes o un año. De acuerdo con su propio testimonio, sus problemas comenzaron en 1886 y se intensificaron en el Congreso de la Asociación General celebrado en Mineapolis en 1888, cuando se negó a aceptar la posición del pastor E. J. Waggoner acerca de la justificación por la fe. La Sra. de White, por supuesto, aprobó la predicación de Waggoner y esa doctrina, y esto colocó a Conradi en una posición difícil. ¿Se atrevería a menospreciar a la Sra. de White? Cuando llegó el momento, fue evidente que no dudó en hacerlo. Una carta de confesión dirigida a la Hna. White EGWE 330 1 Sin embargo, en 1891 recapacitó con respecto a su posición independiente, y se arrepintió sinceramente de su espíritu antagónico. Así lo hizo saber en una carta de confesión manuscrita que dirigió a la Hna. White en agosto de 1891. Dice lo siguiente: EGWE 330 2 "Apreciada Hna. en Cristo: EGWE 330 3 "Es probable que la sorprenda un poco recibir una carta mía, pero durante la semana pasada sentí la impresión de que el hecho de escribirle y liberar mi corazón, equivaldría a apartar otro lastre que puede obstaculizar mi carrera al cielo. Perdóneme, por lo tanto, por tomar una parte de su valioso tiempo; trataré de ser breve. EGWE 330 4 "Cuando me relacioné por primera vez con este pueblo, hace más de 13 años, aprendí por experiencia a saborear la paz de Dios y a tener la seguridad del perdón de los pecados, y a liberarme de su esclavitud. En lo que respecta a la teoría, confieso que tuve poca luz, en este punto y en muchos otros. Durante casi siete años me mantuve victorioso, mientras realizaba firmes progresos. Tuve el privilegio de conocerla a usted y a su querido esposo poco tiempo después de abrazar la verdad; y jamás olvidaré su bondad cuando me compró el saco que usé para mi graduación y cuando me dio los diagramas al iniciarme en la predicación. Pero, poco tiempo antes de venir a Europa comenzaron las derrotas, al principio muy leves y a largos intervalos. Aunque deseaba trabajar en favor de la unión, no siempre tenía sentimientos correctos hacia usted. EGWE 330 5 "Las circunstancias peculiares de Basilea no me ayudaron y lentamente fui perdiendo terreno. Cuando regresé a Norteamérica deseaba recibir ayuda, pero las reuniones de Mineapolis no hicieron otra cosa que añadir oscuridad. Sus palabras fueron exactas en mi caso. Traté de vencer por medio del trabajo; esto me ayudaba parcialmente durante un tiempo, pero la esclavitud proseguía. ¡Oh, cuán oscuras son las horas de cautiverio, cuando se ha probado antes la libertad! ¡Si no hubiera sido por la libertad y la experiencia que disfruté antes de esa época, no sé adónde hubiera sido arrastrado! EGWE 331 1 "Pero la dulce paz de Dios ya no moraba en mí. Podía disfrutar de libertad y sentir sus bendiciones durante las reuniones, pero cuando éstas terminaban el cautiverio proseguía, y se producían 'altos' y 'bajos', e iba más hacia abajo que hacia arriba. Más de una vez me tendí en el suelo, pidiéndole a Dios que me ayudara, pero no estaba dispuesto a destruir totalmente el ídolo del pecado. Cuando oí decir que las últimas reuniones de la Asociación General habían sido muy buenas pensé que sería hermoso que eso fuera cierto. Fui a Londres y recibí un poco más de luz acerca de mi verdadera condición, di algunos pasos pero no tuve éxito ni gané plenamente la victoria. EGWE 331 2 "El Hno. Olsen vino a Hamburgo y fuimos juntos a Basilea. Allí siguió la lucha a brazo partido, hasta la semana pasada, cuando regresé a Hamburgo. La salud de mi esposa y la inestabilidad de nuestros asuntos representaban una pesada carga y mientras imploraba a Dios--una vez más debería decir--, fui liberado, y la dulce paz de Dios volvió a morar en mi interior, y hoy preferiría dar la vida y todo lo que poseo antes que volver a perder esa paz por causa del pecado. EGWE 331 3 "¡Oh, tiene un sabor tan precioso, después de sufrir durante años la muerte espiritual! Y hoy, con la luz que he recibido de mis hermanos, espero conservar esa experiencia y guardarla hasta el fin. Puedo creer que aún la misma victoria final me pertenece, y no porque la merezca, ya que he aprendido mi insignificancia, sino porque Cristo vive en mí. Sólo puedo culpar a una persona por mis oscuras experiencias del pasado, y esa persona soy yo mismo. EGWE 332 1 "Por grandes que sean las tinieblas que nos rodean, si hay luz en nosotros, podemos iluminar. Pero alabo a Dios por su longanimidad hacia mí, porque me ha dado no sólo un cargo, sino aun habiendo sido tan indigno como fui, un lugar entre su pueblo. EGWE 332 2 "Debido a los sentimientos que albergué contra usted y las palabras que pronuncié especialmente durante la reunión de Mineápolis, le ruego me perdone. Si usted y mis hermanos todavía tienen un lugar para mí en la causa de Dios, puedo decir que con la ayuda divina, de la cual tengo evidencias, seré un pastor, un miembro de iglesia y un hermano diferente. Mi corazón anhela ir en pos de las almas como lo hacía hace años, y siento también la liberación de la esclavitud del pecado y la paz de Dios como entonces. Tras de mí quedan algunas experiencias tristes, pero miro hacia adelante confiando en un futuro más brillante. Quiero aprender más de la plenitud de Cristo y de lo que significa mi elevada vocación en él. Y quiero llegar a la plena armonía con mis hermanos y hermanas a fin de que, cuando volvamos a vernos, pueda gozar con ellos de las ricas bendiciones celestiales. EGWE 332 3 "Dios, en su misericordia, aun en mis horas oscuras me ayudó a estar en paz con mis hermanos de este lugar y a mantener la unión con nuestro pueblo e incluso a trabajar en favor de esa unión. Sin embargo, la he estropeado muchas veces con mis actos. El Señor me ha mantenido hasta ahora en un lugar que no merezco, pero ha vuelto a encontrarme y no deseo volver a extraviarme. EGWE 332 4 "Puego apreciar ahora sus consejos del pasado y ver luz donde antes había tinieblas. Si no tuviera el privilegio de volverla a ver el año próximo, puedo asegurarle que en Cristo seré uno con usted en su obra, y que mis oraciones la acompañarán. Apreciaría mucho recibir de usted unas pocas palabras indicándome que ha recibido mi carta y que me concede el perdón y, recibiré agradecido sus palabras de consejo, advertencia o reproche... EGWE 333 1 [Los dos párrafos siguientes contienen informes del progreso de la obra en Alemania, que contaba con cinco iglesias, 126 miembros y 150 observadores del sábado en total.] EGWE 333 2 "Que el Señor la bendiga en su viaje a Australia, si la Providencia la guía hasta allá. Suyo en la verdad". (firmado) L. R. Conradi 16 de agosto de 1891 EGWE 333 3 Si Elena G. de White contestó esta carta, debe haberle enviado alguna nota manuscrita confidencial, porque en los archivos de correspondencia escrita a máquina que dejó no se ha encontrado ninguna respuesta. Revive la fe de Conradi EGWE 333 4 Una carta que L. R. Conradi dirigió a Elena G. de White desde Fastow, Rusia, seis años más tarde, muestra claramente que él seguía luchando con entereza por agradar al Señor. La Hna. White se hallaba entonces en Australia. En el primer párrafo de su carta él cuenta de qué manera halló "luz" en la Palabra de Dios y en "los testimonios de su Espíritu". Expresa también su "gratitud a Cristo, que ha demostrado ser un Amigo fiel y Sumo Sacerdote para mí cuando todo parecía oscuro, Satanás me acosaba y no tenía esperanzas y hubiera hecho bien en arrojar mi única ancla... Hoy oro al Señor diciendo: Unge mis ojos, déjame ver mi propia salvación, no permitas que me aparte ni me desvíe del sendero del deber y déjame conocer tu voluntad... No quiero estropear con mi pasado la obra que él ha hecho, a pesar de que él ha olvidado bondadosamente ese pecado. Si usted tiene alguna luz, exhortación o consejo, me agradaría recibirlos". Se despidió con las palabras, "Su indigno hermano en Cristo, L. R. Conradi" (carta de L. R. Conradi a E. G. de White, 6 de octubre de 1897). EGWE 334 1 Esto revela que Conradi tenía fe en los testimonios de Elena G. de White, y también en "alguna luz, exhortación o consejo" que ella pudiera darle. La Sra. de White estimaba a Conradi EGWE 334 2 A través de los años, la Sra. de White tuvo sólo contactos ocasionales con el dirigente europeo. Sin embargo, ella conocía bien su obra y lo estimaba como dirigente de la iglesia. Durante una predicación que realizó en el congreso de la Asociación General celebrado en 1901, en el cual estuvo presente Conradi, ella mencionó públicamente su nombre y le dirigió un mensaje desde el púlpito. He aquí sus palabras: EGWE 334 3 "El Hno. Conradi ha llevado una carga de trabajo muy pesada en Europa. Hermano Conradi: Dios quiere que usted cuente con obreros a su lado, y quiere que usted les dé todo el aliento posible. El desea que la obra que usted está haciendo prosiga con fuerza y con poder. EGWE 334 4 "Usted ha estado haciendo el trabajo de varios hombres. Dios ha bendecido grandemente sus esfuerzos. Han sido los ángeles del Señor quienes hicieron esta obra, no el Hno. Conradi. El les abrió las puertas a los ángeles y ellos entraron. Y si todos vosotros abrís puertas a los ángeles, y le dais a Dios la oportunidad de obrar, os digo que él realizará cosas que harán adelantar la obra con una fuerza que vosotros no soñáis".--The General Conference Bulletin, 22 de abril de 1901, p. 398. EGWE 335 1 Durante un tiempo él le dio un nuevo rumbo a su vida futura. ¡Qué alturas podría haber escalado si hubiera persistido y se hubiera mantenido firme! Pero en alguna parte del camino retrocedió y, actuando con su espíritu independiente de siempre, retomó su antigua posición peligrosa. Con el andar del tiempo, llegó a creer y preconizar ideas a las cuales ya nos hemos referido, que atacaron el mismo fundamento del mensaje del tercer ángel. Los oyentes de Conradi EGWE 335 2 Finalmente, en 1931, los dirigentes de la obra en Europa central, durante una reunión de junta celebrada en Friedensau, Alemania, consideraron que era necesario hablar cara a cara con Conradi para pedirle que expusiera sus ideas divergentes. Se le dio la oportunidad de presentar y defender su posición. Pero no fue posible aceptar sus conclusiones. Esto señaló el comienzo del fin de la influencia de Conradi como dirigente de la Iglesia Adventista en Europa. Antes de la ruptura final se hizo, sin embargo, un último esfuerzo por salvarlo. La junta de la Asociación General accedió a su pedido de que se le permitiera presentar sus ideas en los Estados Unidos, ante un grupo de dirigentes de la iglesia. EGWE 335 3 Esta comisión se reunió los días 13 al 16 de octubre de 1931, antes del Concilio Otoñal que se celebró ese año en Omaha, Nebraska. Entre los integrantes de la comisión había administradores de la iglesia de origen alemán: E. Kotz, W. Mueller R. Ruhling, y G. W. Schubert. El presidente de la Asociación General, C. II. Watson, actuó como presidente de la comisión. El secretario fue W. E. Mowell. EGWE 335 4 Después de varias presentaciones extensas de Conradi, los hermanos se reunieron y redactaron una declaración, cuyo último párrafo reafirmaba el amor que sentían hacia el Hno. Conradi y el amor que les inspiraba la verdad de Dios. Pero la declaración fue muy realista: EGWE 336 1 "Debemos afirmar claramente que sus exposiciones acerca de las profecías siguen un rumbo muy similar al de aquellos que, en el pasado, se han alejado de la doctrina bíblica del santuario y han abandonado el movimiento. Al escuchar las exposiciones del Hno. Conradi sentimos que confunden la verdad bíblica, y si se las aceptara destruirían los mismos fundamentos de este movimiento adventista" ("Declaración acerca de la audiencia de Conradi", depositada en la bóveda de Publicaciones White). El informe de la comisión EGWE 336 2 La comisión luchó a brazo partido con las creencias e interpretaciones doctrinales de Conradi. El informe revela la enorme divergencia de opiniones entre Conradi y los dirigentes de la iglesia, ante los cuales se presentó en Omaha. Es necesario recordar que las enseñanzas de Elena G. de White estaban de acuerdo con las ideas que sostenían los miembros de la comisión representativa formada por dirigentes de la iglesia. La posición de Elena G. de White EGWE 336 3 La posición que Elena G. de White había sostenido desde hacía muchos años, respaldaba plenamente el concepto de que el movimiento adventista cumplía las especificaciones de la profecía bíblica de Apocalipsis 14:6-12. EGWE 336 4 Conradi insistía en que los reformadores del siglo XVI predicaron ese mensaje cumpliéndose así las especificaciones de la profecía. EGWE 336 5 En el Testimonies for the Church 9:19, Elena G. de White escribió: EGWE 337 1 "En un sentido muy especial, los adventistas del séptimo día han sido colocados en el mundo como centinelas y transmisores de luz. A ellos ha sido confiada la tarea de dirigir la última amonestación a un mundo que perece. La Palabra de Dios proyecta sobre ellos una luz maravillosa. Una obra de la mavor importancia les ha sido confiada: Proclamar los mensajes del primero, segundo y tercer ángeles. Ninguna otra obra puede ser comparada con ésta y nada debe desviar nuestra atención de ella. EGWE 337 2 "Las verdades que debemos proclamar al mundo son las más solemnes que jamás hayan sido confiadas a seres mortales. Nuestra tarea consiste en proclamarlas".--Joyas de los Testimonios 3:288. EGWE 337 3 Con respecto a la interpretación de Daniel 8:14, Conradi sostenía que los hechos acaecidos en Turquía y en el Oriente en 1844, cumplían la profecía que declaraba que al fin de los 2.300 años el santuario sería purificado. Pero veamos lo que declara la pluma inspirada: EGWE 337 4 "Las Escrituras contestan con claridad a la pregunta: ¿Qué es el santuario? La palabra 'santuario', tal cual la usa la Biblia, se refiere, en primer lugar, al tabernáculo que construyó Moisés, como figura o imagen de las cosas celestiales; y, en segundo lugar, al 'verdadero tabernáculo' en el cielo, hacia el cual señalaba el santuario terrenal. Muerto Cristo, terminó el ritual típico. El 'verdadero tabernáculo' en el cielo es el santuario del nuevo pacto. Y como la profecía de Daniel 8:14 se cumple en esta dispensación, el santuario al cual se refiere debe ser el santuario del nuevo pacto. Cuando terminaron los 2.300 días, en 1844, hacía muchos siglos que no había santuario en la tierra. De manera que la profecía: 'Hasta dos mil y trescientas tardes y mañanas; entonces será purificado el santuario', se refiere indudablemente al santuario que está en el cielo".--Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 469, 470. EGWE 338 1 "Así que los que andaban en la luz de la palabra profética vieron que en lugar de venir a la tierra al fin de los 2.300 días, en 1844, Cristo entró entonces en el lugar santísimo del santuario celestial para cumplir la obra final de la expiación preparatoria para su venida".--Ibid. 474, 475. EGWE 338 2 La posición histórica que la iglesia y Elena G. de White sostenían acerca del tema del santuario y el sacerdocio intercesor de Cristo, está bien expresada en las siguientes palabras: EGWE 338 3 "Sé que la cuestión del santuario, tal cual la hemos sostenido durante tantos años, está basada en justicia y verdad. El enemigo es quien desvía las mentes. Le agrada cuando los que conocen la verdad se dedican a coleccionar textos para amontonarlos en derredor de teorías erróneas, que no tienen fundamento en la verdad. Los pasajes de la Escritura así empleados están mal aplicados; no fueron dados para sostener el error sino para fortalecer la verdad".--Obreros Evangélicos, 318. El asunto del espíritu de profecía EGWE 338 4 No es difícil comprender--a la luz de las creencias divergentes de Conradi--por qué razón él se oponía a Elena G. de White. Después de todo, ella sostenía la interpretación adventista acerca de las profecías relacionadas con los mensajes de los tres ángeles y el santuario. También es fácil comprender por qué se produjo la ruptura final y la separación de Conradi de la iglesia. La comisión reunida en Omaha hizo la siguiente declaración: EGWE 338 5 "En cuanto a la aceptación de los escritos del espíritu de profecía, la posición adoptada por el Pastor Conradi... lo ha conducido en forma muy natural a dudar de la posición y la autoridad del espíritu de profecía en la iglesia, ya que estos escritos enseñan claramente la doctrina aceptada por la iglesia acerca del santuario y su purificación". Declaración Acerca de la Audiencia de Conradi, 8. Este informe se refirió también a la posición de la iglesia con respecto a la inspiración de la Sra. de White: EGWE 339 1 "La Palabra de Dios, sin embargo, revela claramente que este don profético se manifestará en la iglesia remanente y constituirá uno de sus rasgos distintivos. Apocalipsis 12:17, y 19:10. La prueba de este don dentro de la iglesia, tal como se ha manifestado a través de la obra de la Sra. Elena G. de White, ha sido hallada en armonía con las enseñanzas que ella sostiene acerca de las Sagradas Escrituras. Su obra ha consistido siempre en señalarle a la Iglesia de Cristo que la Biblia es el fundamento de la fe y que el Señor Jesucristo es el único y perfecto Salvador. El mismo espíritu que inspiró a los profetas de la antigüedad se ha manifestado en la obra que ella realiza en favor de la iglesia. Aunque las Escrituras constituyen la base de toda fe y doctrina, al mismo tiempo enseñan claramente la existencia del don de profecía en la iglesia remanente".--Ibid. EGWE 339 2 Conradi dejó de ser adventista en 1932, a la edad de 76 años. Pasó sus últimos años en Hamburgo, Alemania, donde yacen sus restos. Su hijo, un médico notable, y su nuera, continúan en la fe. Conradi fue aceptado como pastor por la Iglesia Bautista del Séptimo Día; y llegó a ser el principal organizador y promotor de esta iglesia en Alemania. EGWE 339 3 Así hemos bosquejado con tristeza la apostasía de un muy amado hermano y dirigente adventista de Europa. La historia de la apostasía de otros destacados obreros norteamericanos también ha sido descripta por medio de la página impresa, como por ejemplo la de D. M. Canright, que ingresó en la Iglesia Bautista; y de Moisés Hull, que se dejó arrastrar por el espiritismo. Estos casos nos advierten acerca del peligro de pisar el terreno encantado de Satanás, un terreno engañoso, que conduce a la apostasía de la "verdad presente". "Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga". 1 Corintios 10:12. ------------------------Capítulo 28 -- El primer congreso en Europa Centenares de personas viajan a Moss, Noruega EGWE 341 1 Cuando Elena G. de White llegó a Copenhague en ruta a Moss, Noruega, para asistir al primer congreso que se iba a realizar en Europa, le sorprendió encontrar en la estación a la realeza y a altos dignatarios noruegos. "Había hombres vestidos de rojo cuya magnificencia resplandecía por doquier". Desde el coche hasta la estación se había extendido ceremoniosamente una alfombra de Bruselas. EGWE 341 2 ¿A qué se debía tanta excitación? Alguien dijo que el Príncipe real de Dinamarca estaba en el tren. El príncipe heredero, que luego llegó a ser el Rey Federico VII, estaba en realidad en la estación, pero no en el tren. EGWE 341 3 El hermano del príncipe heredero, Valdemar, y su esposa María, también estaban allí, porque la madre de María, la duquesa de Chartres, había viajado en el tren donde iba Elena G. de White. La familia real danesa estaba relacionada, por medio de distintos matrimonios, con la mayor parte de las casas reales de Europa en esa época, y no es raro que la gente estuviera confundida y que la Sra. de White hubiera recibido información errónea. EGWE 342 1 "Al rey de Dinamarca se lo llamaba entonces el Suegro de Europa". El príncipe heredero Federico estaba casado con una princesa sueca; la hija mayor, Alejandra, era la esposa del príncipe de Gales, que más tarde se convirtió en el rey Eduardo VII de Inglaterra; el hijo que le seguía, Guillermo, llegó a ser el Rey Jorge I de Grecia; Valdemar, el príncipe a quien Elena G. de White vio, estaba casado con una dama de la nobleza francesa. Dagmar, la penúltima hermana, era la esposa del zar Alejandro III de Rusia, y finalmente, la menor, Thyra, estaba casada con el duque de Cumberland, de Inglaterra. EGWE 342 2 El cortejo real atravesó un portal en forma de arco para llegar a un coche rodeado por soldados que lucían uniformes adornados con plumas, y pronto emprendió el camino al palacio. Elena G. de White tomó un coche que la llevó a un alojamiento mucho más humilde. A ella no se le había extendido una alfombra de Bruselas, ni se habían reunido personajes reales para recibirla con honores; pero los humildes santos de Dios, la realeza del reino celestial, esperaban en Copenhague su llegada y el mensaje que les traería de parte del Rey de reyes. EGWE 342 3 El viernes almorzó con Eduardo G. Olsen y su esposa Elizabeth. Olsen, el hermano menor de O. A. Olsen, estaba en Copenhague desde el mes de octubre. Bajo su ministerio, la iglesia había crecido hasta alcanzar más de 50 miembros. El matrimonio Olsen acababa de tener, hacía una semana, a su primer hijo. Ante la presencia de visitantes tan importantes, Elizabeth no quiso que la tomaran por perezosa, así que se levantó y comenzó a trabajar mucho antes de lo que se acostumbraba a hacerlo en aquel tiempo. Elena G. de White apreció su cariñoso interés, pero se preocupó sinceramente por lo que consideró una "imprudencia". Visibles progresos en la Iglesia de Copenhague EGWE 343 1 La Sra. de White estaba encantada al ver tantas mejoras en la pequeña iglesia dinamarquesa. "¡Qué gran cambio se ha producido en Copenhague desde la primera vez que los visitamos!" exclamó. Luego recordó lo siguiente: EGWE 343 2 "Celebrábamos las reuniones en una pequeña sala húmeda... Luego nos trasladamos a un sótano. Encima había un salón de baile y estábamos rodeados por bares... Hace casi un año, el 17 de julio, volví a visitar Copenhague... Tuvimos un saloncito un poco mejor que el que encontramos en nuestra primera visita... Y había más del doble de personas que en aquella oportunidad, y algunas de la mejor calidad... Y ahora, el 4 de junio, vemos a mucha más gente que se unió a los observadores del sábado y nuestro corazón se alegró al contemplar a un grupo de creyentes respetables, nobles e inteligentes, reunidos en la ciudad de Copenhague... Podemos exclamar, ciertamente: "¡Lo que Dios ha hecho!"--Manuscrito 33, 1887. EGWE 343 3 Y añadió, con la visión puesta en el futuro: EGWE 343 4 "Y en esta gran ciudad la obra puede progresar aún más si los obreros no se sienten superiores a la sencilla tarea que deben realizar, y si se mantienen humildes, santos y dependientes de Dios".--Ibid. El cruce a noruega por barco EGWE 343 5 Después de pasar una semana en Copenhague, Elena G. de White tomó el vapor Melchior que iba a Moss, Noruega. El viaje comenzó suavemente, pero alrededor de las tres de la tarde el océano se puso muy turbulento. Tal como acostumbraba a hacerlo en momentos como ése, ella pasó las horas en comunión con Dios. EGWE 344 1 "Esta fue una de las noches más preciosas de mi vida. Disfruté de la dulce comunión con Dios y me parecía que su presencia y la de sus ángeles estaban en mi camarote... No pude dormir, debido a la fiebre y el dolor, pero mi alma estaba llena de pensamientos acerca de la misericordia de Dios y sus preciosas promesas... Puedo decir con todo el corazón y el alma: 'Amo a Jesús. Amo a mi Padre celestial'. Sentí que estaba respirando la atmósfera del cielo. EGWE 344 2 "Elevé fervientes oraciones rogando que no me contentara con relámpagos momentáneos de luz celestial, sino que pudiera recibir constantemente la iluminación espiritual".--Ibid. EGWE 344 3 Debido a que Dios fue para ella una fuente de luz y de fortaleza, que jamás había fallado en momentos de aflicción, ella sabía cómo animar a otros que caminaban en las sombras. EGWE 344 4 El Melchior atracó en Horten, al otro lado del fiordo de Moss, y los viajeros tuvieron que esperar una hora para trasbordar a un barco más pequeño. Finalmente llegó el barco, con S. N. Haskell y Guillermo Ings a bordo para escoltarlos de regreso a Moss. El jueves al mediodía llegaron a destino. El congreso se celebra en una isla EGWE 344 5 La ciudad de Moss estaba situada a unos 70 km al sur de Cristianía, y contaba con unos 8.000 habitantes en aquella época. O. A. Olsen había realizado allí algunas reuniones en una carpa en el mes de octubre y logró organizar un grupo de unos 30 miembros. Esta ciudad había sido elegida ahora como la sede del primer congreso adventista en Europa y del quinto concilio europeo que se realizó en la misma oportunidad. EGWE 345 1 Las reuniones se iban a celebrar al aire libre, entre los pinos de Bellevue Grove en la Isla de Jel, que originalmente había sido una península de unos 8 km de largo por 6 y medio de ancho. Para alojar a Elena G. de White y a los pastores visitantes, se alquiló una casa ubicada en un terreno elevado que tenía vista al mar y a la ciudad. EGWE 345 2 Cuando la Sra. de White se levantó a las cuatro de la mañana siguiente para escribir, el sol ya brillaba en todo su esplendor. Los creyentes comenzaron a llegar de toda Escandinavia, y mientras todos se dedicaban activamente, ese viernes de mañana, a instalarse en las carpas levantadas para las familias, o a examinar las publicaciones que se exponían; la Sra. de White, acompañada por Jenny de Ings y la Sra. de Olsen, tomaron un coche hacia la ciudad. EGWE 345 3 El sábado de mañana habló durante la escuela sabática en la carpa principal, que medía 18 m x 24 m. EGWE 345 4 El congreso atrajo mucha atención, y el domingo un periodista del Morgenposten de Cristianía llegó al lugar de las reuniones. Aunque los periódicos de Cristianía publicaban los artículos escritos por el ministro luterano de Moss, atacando a los adventistas, el reportero que visitó el lugar del congreso quedó favorablemente impresionado. Escribió lo siguiente: EGWE 345 5 "Hasta donde sabemos, éste es el primer congreso celebrado en Europa al aire libre, pero en Norteamérica estas reuniones son muy comunes, y en Míchigan, donde los adventistas son muy numerosos, se reúnen entre 2.000 y 3.000 personas en esas ocasiones. Alquilan los terrenos, abren calles y asignan a cada persona un lugar en las carpas. Tienen un guía para las carpas, lo cual permite encontrar fácilmente a las personas. A pesar de ser un sitio temporario, está perfectamente organizado. Tenemos la impresión de que los ocupantes de estas carpas deben ser personas económicamente acomodadas". EGWE 346 1 El artículo continuaba con un brillante informe de la obra adventista, no sólo en Escandinavia sino también en otras partes del mundo. EGWE 346 2 Pero aun antes de que este amable artículo apareciera en el periódico, la Sra. de White se dio cuenta de que el congreso estaba alcanzando un éxito notable. Es probable que ella haya notado la presencia del periodista en los terrenos del congreso, porque con optimismo observó que las noticias de la reunión llegarían a toda Escandinavia. En su diario escribió lo siguiente: EGWE 346 3 "Muchos acudieron a estas reuniones con gran te mor y temblor. Pensaron que debía ser muy arriesgado vivir en carpas, pero cuando vieron los preparativos... no tuvieron nada que temer... El temor y el espanto por las reuniones al aire libre han sido eliminados y el camino está abierto para realizar otras concentraciones similares en estas regiones".--Manuscrito 34, 1887. El quinto concilio europeo anual EGWE 346 4 El martes 14 de junio, después que algunos miembros de iglesia regresaron a sus hogares, comenzó el Quinto Concilio Europeo. La Sra. de White estuvo presente en la sesión inaugural y escuchó con emoción al pastor Matteson, quien se refirió a dos escuelas de colportaje que habían funcionado con gran éxito el año anterior. En Estocolmo asistieron 20 personas, algunas de las cuales apenas sabían leer o escribir al comienzo. Después de tres meses de instrucción cuidadosa fueron enviados a las ciudades y pueblos. El monto de sus ventas fue alentador. Y algunos disfrutaron de un triunfo adicional: Podían escribir cartas legibles al director de colportaje, informándole acerca de sus actividades. EGWE 347 1 El Hno. J. Laubhan, que representó a Rusia en el concilio, informó que en el sur de ese país había 150 observadores del sábado. Evidentemente, Elena G. de White no podía permanecer silenciosa entre tantos informes alentadores. Se levantó para dar su propio testimonio de gratitud a Dios, que la había fortalecido para poder predicar en diversos lugares desde que partió de Basilea. "Mi corazón se quebrantó ante el Señor porque me concedió su fuerza y su presencia", comentó. EGWE 347 2 A la mañana siguiente hasta la misma naturaleza parecía alegre. "Dios nos ha favorecido con una mañana brillante y hermosa", escribió la Sra. de White: "Los pájaros gorjean sus cantos de alabanza al Creador y nuestros corazones están llenos de alabanza y amor a Dios".--Ibid. EGWE 347 3 El viernes 17 de junio, al concluir el breve concilio de cuatro días, Guillermo C. White tuvo la fuerte impresión de que había sido un éxito. Declaró que había sido "la reunión más armoniosa y provechosa" que él había presenciado. EGWE 347 4 Entre los acuerdos tomados en ese concilio se contaban los siguientes: Cada misión aceptó abrir una escuela de colportaje durante tres meses al año, para preparar colportores. Se designaron comisiones encargadas de seleccionar nuevos libros para publicarlos, e incluso traducirlos, si fuese necesario. Como el mensaje debía llegar a todas las clases sociales, se acordó también que sería "sumamente conveniente" animar a ciertas personas idóneas para que asistieran a las "mejores instituciones de enseñanza, a fin de familiarizarse con las teorías de los que se oponen a la verdad y actuar como misioneros". Junto con esta recomendación, se animó a E. G. Olsen a estudiar en Copenhague. También se le pidió que ampliara sus conocimientos de idiomas. EGWE 348 1 El concilio resolvió comenzar una misión en la ciudad de Hamburgo, Alemania, a la mayor brevedad, lo que eventualmente convirtió a Hamburgo en un importante centro de la obra adventista. EGWE 348 2 Finalmente, los dirigentes noruegos aprovecharon la ocasión para organizar en su país una asociación con cuatro iglesias: Cristianía, con 144 miembros; Larvik, con 21; Drammen, con 21; Moss, con 18; además de otros 40 creyentes dispersos en diferentes lugares. Era una asociación pequeña, pero bastaba para comenzar. Hoy la feligresía se ha cuadruplicado en Noruega. EGWE 348 3 Ese viernes, al concluir el concilio, la Sra. de White visitó al Sr. Erikson, propietario de los terrenos donde se levantaron las carpas, y al día siguiente, sábado, se encontró con la propietaria de la casa donde se había hospedado. Después de una agradable entrevista, le obsequió un ejemplar de su libro La Vida de Cristo, en noruego. Se establecen contactos con Carl Ottosen EGWE 348 4 Un joven estudiante de medicina de Copenhague llamado Carl Ottosen, atrajo particularmente la atención de la Sra. de White. Ella percibió el calibre y el potencial de este consagrado joven y en diversas entrevistas le dio valiosos consejos y orientación. "Es un joven prometedor", escribió en su diario, "y ha decidido entregarse a la obra del Señor". Aunque sus progenitores no eran adventistas, el padre lo ayudaba económicamente para que estudiara. Pocos años después fundó fuera de Copenhague el Sanatorio Skodsborg, una de las instituciones adventistas más importantes en la Europa de hoy. EGWE 348 5 ¡Qué diversidad de tareas le confió el Señor a Elena G. de White! Predicó en carpas y salones mensajes de contenido evangélico para el público; sermones pastorales para los miembros de la iglesia; compartió con sus compañeros de trabajo sus ricas experiencias como pionera; dio consejos en las reuniones administrativas; publicó orientación espiritual en libros y artículos, además de incluirla también en las cartas que escribió. En estas importantes reuniones celebradas en Noruega tuvo oportunidad de poner en práctica todas las facetas de su trabajo. EGWE 349 1 Pero su obra en Moss todavía no había concluido. El sábado 18 de junio ella y la señora Ings salieron a caminar al bosque. En un lugar tranquilo tendieron una manta de pieles sobre el césped, y la Sra, de White se sentó para escribir una carta de diez páginas, aconsejando y animando a los pastores D. A. Robinson y C. L. Boyd, que estuvieron presentes en las reuniones de Moss, y que debían salir a trabajar al Africa. Esa carta que abundaba en palabras de ánimo y consejos prácticos fue publicada en el libro El Evangelismo. EGWE 349 2 Finalmente, el domingo 19 de junio, la Sra. de White partió de Moss hacia Cristianía. La acompañaban Guillermo C. White y los pastores Conradi, Whitney y Haskell. El último se dirigía a Inglaterra y los demás a Alemania. Los esposos Ings y O. A. Olsen se quedarían dos días junto a Elena G. de White en Cristianía, y el miércoles 22 de junio todos seguirían viaje a Estocolmo, donde Matteson debía dirigir una serie de reuniones públicas en carpa. Las primeras reuniones en carpa celebradas en Suecia EGWE 349 3 La Sra. de White permaneció casi una semana en Estocolmo, durante la cual se alojó en el departamento que alquilaba la familia Matteson en la calle Upplandsgatan 52. El primer día alquiló un coche para recorrer la ciudad durante dos horas. Esa misma noche comenzaron las reuniones y al día siguiente, viernes, tuvieron un programa muy completo que incluía cuatro reuniones. EGWE 349 4 Esta fue la primera serie de reuniones adventistas de evangelización en carpa que se realizaron en Suecia, y todos estaban ansiosos por conocer los resultados. El viernes era feriado; se celebraba el solsticio de verano, y había buena asistencia. Cuando Elena G. de White comenzó a hablar, a las cinco de la tarde, todos los asientos estaban ocupados y había una sólida muralla formada por personas de pie que rodeaban el interior de la carpa. Aun en la plataforma se apretujaba la gente. Ella no había podido dormir la noche anterior por el estallido de los fuegos artificiales y la ruidosa celebración de la festividad, pero la emoción producida por el éxito de la reunión le hizo olvidar el cansancio. EGWE 350 1 Todos los días compartió la responsabilidad de la predicación con los pastores Olsen, Matteson e Ings, y el lunes, al concluir su estada en Estocolmo, escribió: EGWE 350 2 "Ayer, domingo, se calcula que unas mil personas escucharon con profundo interés dentro y fuera de la carpa. El pastor Matteson y el hermano Olsen están tan contentos por las reuniones que no saben cómo expresar su gratitud a Dios. La verdad y la obra crecerán más que nunca en Suecia".--The Signs of the Times, 28 de julio de 1887. La despedida EGWE 350 3 Finalmente llegó la hora de despedirse. El lunes 27 de julio por la mañana, la Sra. de White predicó en la pequeña iglesia de Estocolmo, y al terminar cada uno de los presentes la saludó con un cálido apretón de manos. Las mujeres se mostraron especialmente amigables y cariñosas. Pero las despedidas no habían concluido. En el departamento del pastor Matteson la esperaban todos los colportores y obreros. EGWE 350 4 "Cada uno expresó en pocas palabras su aprecio por las reuniones. Todos habían leído los libros de la Hna. White y tenían grandes deseos de verla. Cuando escucharon su testimonio aceptaron el mensaje que habían recibido y fueron muy bendecidos por el Señor".--Manuscrito 35, 1887. EGWE 351 1 Emocionada, la Sra. de White respondió con un breve discurso que fue traducido por el pastor Matteson. EGWE 351 2 Después de un último adiós en la estación, la Sra. de White abandonó Suecia definitivamente. Al día siguiente se detuvo por poco tiempo en Copenhague, donde visitó la casa de E. G. Olsen, ubicada en la calle Rorholmsgade 12. Allí volvió a ver a Carl Ottosen, y habló más extensamente con él acerca de sus planes. EGWE 351 3 Durante el Concilio Europeo celebrado en Moss, se había acordado que O. A. Olsen debía regresar a Norteamérica lo antes posible para asistir a algunos congresos, incluyendo el de la Asociación General. El decidió partir la primera semana de agosto, y Elena G. de White resolvió viajar en el mismo barco. EGWE 351 4 Ella se dirigió entonces a Inglaterra, donde pasaría el último mes de su permanencia en Europa. Pasó por Kiel, en Alemania, y siguió hasta Hamburgo. Desde allí atravesó Alemania rumbo al oeste y recorrió parte de Holanda antes de tomar el barco Princesa Elizabeth para cruzar el canal. EGWE 351 5 Las últimas semanas de su estada en Europa las pasó en Inglaterra, tal como lo había hecho al comenzar su gira, dos años antes. ------------------------Capítulo 29 -- La última escala del viaje Un mes muy activo en Inglaterra EGWE 352 1 La Señora de White se quedó en Inglaterra durante su último mes en Europa. Comenzó esta etapa con un fin de semana prolongado en Kettering. Esta ciudad, situada a unos 80 km al este de Birmingham, está dentro de la zona industrial de Midlands y en la actualidad es un centro de manufactura del calzado. EGWE 352 2 "Caminamos e hicimos algunas compras en el gran mercado de la ciudad--escribió poco después de su llegada. Y añadió--: Compramos zapatos".--Manuscrito 36, 1887. EGWE 352 3 También sus pies espirituales estaban calzados "con el apresto del evangelio de la paz". Efesios 6:15. Antes del alba, el sábado 2 de julio, ya estaba levantada escribiendo. Con las palabras siguientes expresó su preocupación por las almas de Inglaterra: EGWE 352 4 "Siento una profunda necesidad de que Dios me conceda una ayuda especial, en la ganancia de almas para Jesucristo. 'Sin mí--dice Jesús--, nada podéis hacer'. ¡Cuán débiles somos con nuestras fuerzas finitas! Deseamos trabajar para el Maestro. Quiero agradar a Jesús, quien me amó y murió por mí. Mi alma siente un inexpresable anhelo de la dulce y permanente paz de Cristo. Quiero tener a Jesús continuamente en mis pensamientos".--Ibid. EGWE 353 1 Más adelante prosiguió: EGWE 353 2 "A las diez de la mañana del sábado llegó el coche para llevarnos al lugar de la reunión. Es un salón bastante grande. Tiene paredes de hierro y el calor del sol sobre él lo hacía asemejar a un horno. Había unas 50 personas reunidas. Mi predicación se basó en Hebreos 12:1-4. A pesar del intenso calor el Señor me dio mucha libertad para hablar. A las 12 el coche estaba en la puerta y regresamos a casa con un profundo y ferviente anhelo en el corazón por esa querida gente a la cual le hablamos. Sabíamos que muchos tenían que convertirse plenamente, pues de lo contrario no podrían mantener la verdad o resistir la tentación. EGWE 353 3 "A las tres de la tarde volví a hablar a la iglesia de Kettering, acerca de Mateo 22:11-14. Era un tema sumamente solemne y el Señor impresionó mi corazón con el pensamiento de la terrible suerte que correrán aquellos que, cuando venga Jesús para examinar a sus huéspedes, no estén vestidos con el traje de bodas. EGWE 353 4 "Creo que muchos quedaron impresionados. Al concluir la predicación hubo una reunión social y se dieron muchos testimonios, pero yo sentí que las almas estaban en peligro. Algunos de los presentes no habían hecho su decisión, y yo insté a las personas que no estaban plenamente del lado del Señor, a que tomaran decisiones ese día, que rompieran las poderosas cadenas de Satanás y se entregaran completamente al Señor".--Ibid. EGWE 353 5 Los resultados fueron muy satisfactorios, y un matrimonio joven se adelantó. El esposo, un constructor, era un hombre intemperante que a menudo se embriagaba, a veces durante varios días. EGWE 353 6 "Ambos dieron su testimonio, y con mucha sencillez y sentimiento expresaron su determinación, y debemos dejarlos en las manos de Dios para que él los dirija y los guíe. El lo hará si ellos se someten a él como a un fiel Creador. ¡Oh, qué terrible maldición es la intemperancia!"--Ibid. EGWE 354 1 La Sra. de White llegó a Kettering el miércoles 29 de junio por la noche, y se quedó en casa de J. H. Durland en Hawthorne Road. Al día siguiente, su hijo Guillermo se reunió con ella. Además de las dos predicaciones del sábado, habló ante la iglesia una vez el domingo, en una sala que el pastor había alquilado para las reuniones de la iglesia. EGWE 354 2 El lunes 3 de julio, Elena G. de White y sus compañeros de viaje partieron para Londres, y se alojaron durante los cuatro días que duró su visita en el Hotel Tranter's Temperance, ubicado en Bridgewater Square, Barbican Street. Allí pudo disponer finalmente de unos pocos días de tranquilidad, que empleó para leer con Guillermo los capítulos que acababa de escribir de El Conflicto de los Siglos. EGWE 354 3 Siempre interesada en las actividades de la iglesia que había ayudado a fundar, hizo un viaje a Holloway para visitar el Almacén Internacional del Libro de la calle Holloway 451. Y también tuvo tiempo para llamar "a la casa donde vivían nuestras hermanas que daban estudios bíblicos y procuraban llegar a las clases más elevadas. Las encontramos bien ubicadas".--Ibid. Elena G. de White y la obra en las cárceles EGWE 354 4 Mientras estuvo en Holloway, visitó a la familia Marsh. Hacía muchos años que la Hna. Marsh guardaba el sábado. Su esposo era guardián en una prisión, y la familia vivía al lado del enorme y hostil edificio. "Era realmente triste--observó la Sra. de White apenada--ver a un gran número de prisioneros que efectuaban su media hora de ejercicios entre los tristes muros de la prisión, controlados por guardias a cada paso".--Ibid. EGWE 355 1 Mientras estaba en Salem, Oregon, en junio de 1878, fue invitada para predicar cierta vez en una cárcel. EGWE 355 2 "Yo esperaba ver a un grupo de hombres de aspecto repulsivo, pero felizmente estaba equivocada; muchos de ellos parecían inteligentes y algunos daban la impresión de ser personas capaces. Estaban vestidos con el uniforme de la prisión, ordinario pero limpio, bien peinados y con las botas lustradas. Al observar las variadas fisonomías que tenía delante, pensé: 'A cada uno de estos hombres le han sido confiados ciertos dones o talentos específicos, para que los usaran para glorificar a Dios y beneficiar al mundo...' EGWE 355 3 "Cité las palabras de Juan: 'Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es'. 1 Juan 3:1, 2. EGWE 355 4 "Exalté ante ellos el sacrificio infinito hecho por el Padre al dar a su amado Hijo en beneficio de los hombres caídos para que ellos pudieran ser transformados por medio de la obediencia, y llegaran a ser reconocidos como hijos de Dios".--Life Sketches of Ellen G. White, 233, 234. EGWE 355 5 El ejemplo que dio la Sra. de White en lo que respecta a la obra social como una cuña de entrada para llegar al corazón humano, es muy conocido. Lo que no siempre se comprende es que esa obra en favor de los presos, las viudas, los huérfanos, etc., formaba tanta parte del ministerio que le había sido encomendado como la recepción y la comunicación de la luz y la verdad.--Véase Mensajes Selectos 1:33, 34. La despedida a los misioneros EGWE 356 1 Esa noche se realizó la despedida a los obreros que habían pasado brevemente por Europa y estaban a punto de partir para Africa: los pastores C. L. Boyd y D. A Robinson. Es muy probable que en esa ocasión la Sra. de White haya entregado a ambos hombres la carta referente a la conducción de la obra en territorios misioneros, que había escrito durante el congreso de Moss, porque ella menciona que hubo "una franca conversación acerca de la manera como debían comenzar el trabajo y llevarlo adelante en su nuevo territorio".--Manuscrito 36, 1887. EGWE 356 2 Al día siguiente, en el puerto, tuvo lugar otra emotiva despedida. "No pudimos retener las lágrimas al conversar con ellos, ya que no sabíamos si alguna vez volveríamos a vernos en esta vida, e ignorábamos qué cosas les aguardaban al establecerse en su lejano nuevo campo de labor. Regresé del barco con muchas impresiones tristes".--Ibid. De Londres a Southampton EGWE 356 3 De Londres la Sra. de White siguió viaje a Southampton acompañada por el pastor Ings y su esposa. Llegó el jueves 7 de julio y cenó con la Hna. S. Phipson en la Calle Shirley 130. La Sra. Phipson era el agente local de publicaciones adventistas en Southampton. La Sra. de White habló varias veces a la iglesia. El domingo realizó un agradable paseo a la isla de Wight. Allí, con la Sra Phipson y los esposos Ings, visitó al Hno. Sargent, un capitán de barco que observaba el sábado desde hacía cinco años. "La Isla de Wight es un hermoso lugar", declaró. Y desde allí se veían las aguas donde navegaban muchísimos barcos que salían hacia el mar abierto o regresaban. EGWE 357 1 Ese mismo día el Sr. Sargent los llevó en un bote de remos al otro lado de la bahía, para hacer una visita a sus hijos. Y antes de abandonar ese bellísimo, antiguo y tranquilo lugar, Elena G. de White aprovechó la oportunidad para visitar la Casa Osborne, la residencia de la reina, y la capillita contigua. EGWE 357 2 "Vimos el sillón que ella ocupa, rodeada por su familia, en una alcoba donde la congregación no la pueda observar, no sólo por razones de seguridad, sino para evitar que todos los ojos se sientan atraídos hacia ella. Esta iglesia reúne a la nobleza y al séquito real".--Ibid. El último tema de su diario EGWE 357 3 Con la visita a la isla de Wight concluye el último de los diarios que la Sra. de White escribió mientras estuvo en Europa. A continuación sólo se halla la información a grandes rasgos de las últimas tres semanas que pasó en Inglaterra. Pero el 14 de julio se encontraba en Wellingborough, una pequeña ciudad del área de Midland, cerca de Kettering. Allí predicó sobre el tema "Un pueblo peculiar". En resumen, dijo lo siguiente: EGWE 357 4 "La semana pasada hubo gran excitación en Londres. Estaba por llegar la reina. Todos querían ver a la soberana. Pero hay una venida más importante que la de la reina. 'La gloriosa aparición del gran Dios y Salvador Jesucristo'. ¿No nos entusiasma este tema? Jesús levantará a los muertos de sus tumbas, y serán arrebatados para recibir al Señor en el aire. Entrarán en la ciudad de Dios. Verán las puertas abiertas de par en par para recibirlos, y comerán del árbol de la vida. Allí hay ángeles que nunca cayeron. Los santos de todos los siglos estarán allí, y recibirán el reino y les pertenecerá... ¿No es motivo suficiente para alegrar nuestros corazones?"--Manuscrito 25, 1887. EGWE 358 1 La semana siguiente visitó Grimsby, donde volvió a ocuparse en hacer compras. Adquirió franela y otras telas para preparar ropa para su familia. También escribió varias cartas a uno de los obreros jóvenes de Basilea, que tomaba bebidas alcohólicas y fumaba. Era un excelente traductor al alemán, pero estaba a punto de perder su trabajo debido a sus malos hábitos. Como resultado de leer con oración los testimonios bastante explícitos que le mandó Elena G. de White, él confesó sus errores. Cuando ella partió para los Estados Unidos los informes indicaban que había sufrido una transformación genuina en su vida y en sus hábitos. EGWE 358 2 El martes 2 de agosto encontramos a Elena G. de White en Birkenhead, predicando su último sermón en Europa. Pasó una tarde muy activa recibiendo a los visitantes que habían venido a darle el último adiós en su casa de la calle George Drew 12, en Woodlands, Clifton Park. EGWE 358 3 El testimonio que presentó centenares de veces durante su permanencia en Europa se resume en el último mensaje que dirigió a los creyentes de Moss, Noruega. Es el siguiente: EGWE 358 4 "Debemos realizar nuestro viaje por el mundo como peregrinos y extranjeros, aferrándonos por medio de una fe viva a la cruz del Calvario. La bendición de Dios descansará sobre cada alma que se consagre plenamente a él. Cuando busquemos a Dios con todo el corazón, lo hallaremos. Dios se interesa profundamente por nosotros, y quiere que hagamos una obra completa para la eternidad. Ha derramado todo el cielo en un don, y no hay ninguna razón para que dudemos de su amor. Mirad al Calvario. Cristo murió por vosotros, y ¿qué mayor evidencia del amor de Dios podéis pedir que la que ha sido dada en la vida, la muerte y la intercesión de Jesús? EGWE 359 1 "Dios os pide que le entreguéis el corazón. Vuestras facultades, vuestros talentos, vuestros afectos, todo debéis rendírselo a él, para que pueda obrar en vosotros el querer y el hacer por su buena voluntad, y os hagáis idóneos para la vida eterna. Aceptad la invitación que Cristo os ofrece: 'Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga'. Mateo 11:28-30. ¡Oh, esforcémonos por alcanzar la meta del premio de nuestra elevada vocación en Cristo Jesús! ¿Puede Dios hacer más de lo que ha hecho? Vaciemos nuestras almas de toda enemistad, de toda insensatez y relacionémonos con Jesús por medio de una fe viva. Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Cristo perdonará vuestras transgresiones, y os recibirá misericordiosamente".--The Review and Herald, 5 de mayo de 1891. ------------------------Capítulo 30 -- El regreso A bordo del ciudad de Roma EGWE 360 1 Londres... Southampton... Wellingborough... Kettering... Grimsby... Birkenhead... Liverpool. Todas estas ciudades de la antigua Inglaterra, fueron las últimas que visitó Elena G. de White antes de abordar el vapor Ciudad de Roma, en Liverpool, el 3 de agosto. ¡Al fin estaban de regreso! Esos nombres quedarían ligados a su memoria mientras viviera. EGWE 360 2 A las once de la mañana llegaron a Liverpool. Allí se encontró con su nuera, María K. White y sus dos nietas, Ella y la pequeña Mabel, a las cuales hacía varios meses que no veía. Guillermo C. White quedó en Basilea para terminar algunos trabajos de último momento "que le exigieron especial atención".--The Review and Herald, 5 de mayo de 1891. EGWE 360 3 En casa del Hno. Drew, en Liverpool, la Hna. White disfrutó de algunas horas muy agradables. Allí conoció a un hermano que había sido pastor de otra iglesia y había aceptado recientemente el sábado. Su apellido era Smith. "El ha sido ministro de la Iglesia Estatal y fue separado de ella por haber aceptado la doctrina de la inmortalidad del alma sólo a través de Cristo, de acuerdo con la Palabra de Dios".--Ibid. Ella se alegró al ver avanzar en la luz a este honesto cristiano, e hizo lo que pudo por animarlo. EGWE 361 1 Sus extensos consejos acerca de la necesidad de alcanzar a los "ministros de otras iglesias" son sabios y sensatos: EGWE 361 2 "Tenemos una obra que hacer en favor de los ministros de otras iglesias. Dios desea que sean salvos. Ellos, al igual que nosotros, sólo pueden alcanzar la inmortalidad por medio de la fe y la obediencia. Debemos trabajar fervientemente por ellos a fin de que la obtengan. Dios quiere que participen en su obra especial para este tiempo. Desea que se encuentren entre los que dan alimento oportunamente a los de su casa. ¿Por qué no van a participar ellos también de esta obra?"--Testimonies for the Church 6:77, 78. En el puerto de Liverpool EGWE 361 3 Había llegado la hora de embarcarse. El Ciudad de Roma llevaría a los viajeros de regreso al hogar sin contratiempos. Dos años atrás ella contemplaba la posibilidad de emprender la aventura por Europa con algo de duda e inseguridad. Antes de partir para el Viejo Mundo, Dios le había revelado en una visión ciertas situaciones existentes entre los obreros y las incipientes instituciones europeas. EGWE 361 4 Pero ahora, todo eso formaba parte del pasado. Sus pensamientos al partir de Liverpool ya no eran expectantes sino más bien reflexivos. EGWE 361 5 Los progresos que se habían realizado en los ocho países que visitó, al trabajo sacrificado y abnegado de los obreros europeos y norteamericanos, y la buena disposición de los creyentes para escuchar y practicar los consejos del espíritu de profecía, produjeron gozo en su corazón y alabanza en sus labios. EGWE 362 1 Sus reflexiones acerca de la obra en Europa están bien expresadas en un artículo que apareció en la Review cuatro meses después que regresó a su país. "Después de permanecer dos años en Europa, no vemos motivos de que existan otros desánimos acerca del estado de la causa allí, que los que tuvimos cuando comenzó la obra en los distintos campos de Norteamérica".--The Review and Herald, 6 de diciembre de 1887. EGWE 362 2 Ahora podía hablar por experiencia. Los dos años que pasó en Europa realizando visitas y predicaciones, dando enseñanza y consejos y observando lo que la rodeaba, la calificaron para presentar a los hermanos norteamericanos un informe fidedigno y positivo. Después de haber contribuido como pionera en la difusión del mensaje en los Estados Unidos, pudo participar en el desarrollo de las primeras iglesias e instituciones de Europa. La condición de las tres misiones europeas EGWE 362 3 En el mismo artículo publicado en la Review, la Sra. de White, refiriéndose a las tres misiones europeas, escribió lo siguiente: EGWE 362 4 "Una gran obra les ha sido confiada a los que presentan la verdad en Europa... La población que reside dentro de los límites de esta misión es cuatro veces mayor que la de los Estados Unidos. Se ha hecho una buena obra en estos países. Los que han recibido la verdad están diseminados como portaluces en casi todos los países. En Suiza tenemos casi 300 observadores del sábado. Hay grupos pequeños en Francia, Alemania e Italia, y doscientas almas en Rusia que obedecen la ley de Dios; hay, además, una iglesia de 40 miembros en el lejano oriente, casi en las fronteras de Asia. Se han echado los cimientos para levantar una iglesia en Holanda. En Rumania y Córcega existe un puñadito de personas que tratan de guardar los mandamientos de Dios, y que esperan la llegada de su Hijo desde los cielos. EGWE 363 1 "¡Pero cuán poco se ha hecho en comparación con la gran obra que tenemos por delante!... Los obreros de esta misión se esfuerzan al máximo para satisfacer las necesidades de la causa. Pero hace falta dinero para mantener y extender la obra. Desde distintos países nos llega el siguiente llamado: 'Enviadnos un ministro para predicar la verdad'. ¿Cómo responderemos a este llamado? EGWE 363 2 "Nuestra casa editora de Basilea necesita ayuda para llevar adelante su grande y buena obra de traducir a los diversos idiomas europeos y de publicar los libros basados en la verdad presente. En la venta de nuestros libros los colportores han alcanzado un éxito alentador. La luz llega así a la gente, mientras que el colportor--quien en muchos casos ha sido despedido de su trabajo al aceptar la verdad--puede mantenerse económicamente, y las ventas representan una ayuda financiera para la oficina... EGWE 363 3 "Pero el trabajo de traducción y publicación es, necesariamente, difícil y costoso. Hay que proveer los fondos necesarios a la oficina. EGWE 363 4 "En la Misión Escandinava, frente a la pobreza y las grandes dificultades que se presentaron, muchos oyeron la amonestación y creyeron en ella. Hay 23 iglesias y casi 1.000 observadores del sábado en estos países. Nueve ministros y licenciados, y aproximadamente 30 colportores están ahora en el campo de trabajo. Esto se ha logrado sólo por medio de la abnegación y la más estricta economía. Hay gran necesidad de recibir ayuda económica para poder enviar obreros y publicaciones a estos pueblos del norte. EGWE 364 1 "La misión de Londres, esa gran ciudad de unos 5.000.000 de habitantes, debe ocupar un lugar en nuestros pensamientos, en nuestras oraciones y en nuestras ofrendas. Hay que hacer una gran obra allí, y apenas ha comenzado. Pensad en las muchas ciudades de Inglaterra... a pesar de que en todas se habla nuestro idioma, todavía no ha entrado en ellas la verdad".--Ibid. El mar se parece a un plácido lago EGWE 364 2 Las meditaciones de la Sra. de White mientras estaba a bordo eran una mezcla de sentimientos de regocijo por el crecimiento de la obra, por una parte, y de preocupación e inquietud acerca del futuro, por la otra. Se parecían al variable clima marítimo. EGWE 364 3 El 4 de agosto, al despertar, se sintió fuerte y bien. "Todo está bien esta mañana--escribió con alegría--. Pasé una hermosa noche. El agua está tan serena como la de un plácido lago. Si no fuera por el ruido de las máquinas y por un leve movimiento, no creería que estamos en el barco". Carta 165, 1887. Pero la calma fue seguida por una tormenta, se puso el cerrojo y se aseguró la portilla. Elena G. de White escribió posteriormente: EGWE 364 4 "Tuvimos una tormenta en el mar, pero no de las más violentas. Yo pasé el día en cubierta, sin cansarme de contemplar el balanceo de las olas, temibles en su belleza, resplandecientes como los cielos con sus variados reflejos, que se alzaban como impulsadas por una terrible ira. La visión fascinaba los sentidos. Las olas esparcían rocío como si fueran una catarata desbordante azotada furiosamente por los vientos inmisericordes. Hacían temblar el fuerte y sólido barco. Parecían ser víctimas de una pasión salvaje... Oímos gritos en cubierta y vimos a docenas de pasajeros que huían en todas las direcciones, porque las olas habían barrido completamente la cubierta, empapándolos por completo".--Manuscrito 27, 1887. EGWE 365 1 Este torbellino de viento y agua estimuló, naturalmente, la activa mente de Elena G. de White. He aquí el relato en sus descriptivas palabras: EGWE 365 2 "Nos embargaban pensamientos solemnes. El sólido barco era apenas una mota en la inmensidad de las aguas. Los hombres que malgastan su vida en luchas vanas por obtener la felicidad, están representados por el mar en conflicto, que no tiene reposo. Observé los cambios y conflictos que atravesaban las aguas profundas en sus variados aspectos de luz y oscuridad, las plácidas aguas semejantes al mar de cristal, el ventarrón y la tormenta, y este orgulloso barco que se deslizaba sobre las olas agitadas por la tormenta. EGWE 365 3 "Los juegos de cartas, el baile y la alocada alegría que tenían lugar en el barco, en la mitad del océano, parecían completamente fuera de lugar e inapropiados en esos momentos. Si las aguas no estuvieran sujetas dentro de los límites señalados por un milagro perpetuo del poder divino, destrozarían, a impulsos de la tormenta y la tempestad, con su vehemencia salvaje y tumultuosa, aun a los mejores barcos, lanzando la carga viviente en un sepulcro de agua. ¡Qué pensamiento, un barco solitario sobre las profundidades ilimitadas! Día tras día podemos contemplar el cielo que nos cubre y las aguas que nos rodean. No se observan señales; la mirada no logra descansar sobre nada que se esté quieto. ¿Llegaremos alguna vez a nuestros hogares o seremos tragados por las aguas de las grandes profundidades, como lo han sido antes millares de millares de personas? Dios, el Dios infinito, ¡cuán grande es su poder! ¿Tendremos temor de confiar en él?"--Ibid. EGWE 366 1 Finalmente, el 11 de agosto el Ciudad de Roma arribó a Nueva York. "Tuvimos... un viaje agradable", fue el comentario lacónico de la Sra. de White. Carta 50, 1887. "Sin embargo--añadió con sobriedad--la misma noche que pisamos tierra firme tomamos otro barco" que los llevaría al lugar donde ella debía hacer su primera presentación en los Estados Unidos. Luego comenzó una serie ininterrumpida de reuniones al aire libre. EGWE 366 2 Estas intensas actividades la mantuvieron ocupada durante dos meses, hasta que finalmente llegó a su casa de Healdsburg, California, a mediados de octubre. La influencia de Elena G. de White en la iglesia europea EGWE 366 3 L. H. Christian, que estuvo a cargo de la obra en Europa durante los años 1922-1928, y fue presidente de la división Noreuropea desde 1928 hasta 1936, escribió las siguientes palabras: EGWE 366 4 "El movimiento adventista en Europa jamás habría llegado a ser lo que fue, si no hubiera contado con la visita de ella. Durante muchos, muchos años, los miembros de nuestra iglesia y sus hijos en Inglaterra, Suiza, Noruega, Dinamarca y Suecia, no se cansaban de hablar de la Sra. de White. Y en los años siguientes, cuando a veces algunos miembros desleales ridiculizaban y empequeñecían a la sierva de Dios y el don de profecía, nuestros hermanos decían: 'Nosotros sabemos que no es así. La hemos oído hablar. Hemos visto su vida humilde, santa e inspiradora. Tenemos sus libros, que están de acuerdo con la Biblia, y aumentan nuestro amor por Jesús'. EGWE 366 5 "Cuando fui a Europa por primera vez en 1903, casi todo nuestro pueblo recordaba aún la visita de la Sra. de White, y les encantaba hablar de sus reuniones y experiencias, porque sentían que su estada allí los había ayudado muchísimo".--The Fruitage of Spiritual Gifts, 161, 162. EGWE 367 1 En el año 1912, un pequeño grupo de adventistas noruegos se enteró, por medio de un hermano de la iglesia, que el 26 de noviembre Elena G. de White iba a cumplir 85 años. Se sentían muy ligados a los escritos de la sierva de Dios, y decidieron "celebrar" esa fecha de manera muy propia y singular. La carta que escribieron a Elena G. de White decía lo siguiente: ¡Querida Madre de Israel y Sierva del Señor! EGWE 367 2 Saludos de algunos observadores del sábado, del oeste de Noruega, que se han reunido para celebrar su 85 aniversario con una reunión de oración y agradecimiento. EGWE 367 3 Agradecemos al Señor por toda la luz que él ha dejado a través del espíritu de profecía, y oramos para que nos ayude a caminar en ella; y nuestra ferviente oración es que el Señor proteja y fortalezca a su anciana sierva, a quien él ha escogido para darnos toda esta maravillosa luz y orientación. EGWE 368 1 La Sra. de White ayudó a iniciar la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Norteamérica. Contribuyó a levantar la iglesia en Europa. Posteriormente fue también pionera en Australia (1891-1900). Y al concluir su activa vida, en 1915, pudo declarar acerca de su testimonio en favor de Cristo y de los setenta años de servicio en la causa que amó: "Hice lo mejor que pude".